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El azar

Enviado por crismablanco


    1. Resumen
    2. Problema
    3. Objetivos
    4. Variables
    5. Tipo de investigación
    6. Glosario
    7. Marco teórico
    8. Los sentidos del alma
    9. Metafísica
    10. Diálogo
    11. Noticia que trae "suerte"
    12. Una historia sencilla
    13. Conclusión
    14. Bibliografía

    RESUMEN (para presentar en los resultados de la búsqueda)

    Casualidad o causalidad. Un motivo de discusión casi permanente entre filósofos, teólogos y físicos. Una es la antítesis de la otra; irreconciliables conceptos que, de una manera u otra, rigen nuestra vida y nuestros actos. ¿Por qué nos pasa lo que nos pasa? Desentrañar este misterio equivaldría a echar un vistazo a la esencia misma del Universo.

    El azar, es una de las cuestiones que por tantas noche ha desvelado al ser humano; sin llegar aun a una determinación científica de carácter universal. Esta problemática es la causa del proyecto de investigación aquí planteado, en el cual se tratará de dar respuesta a la pregunta: ¿Existe realmente el azar?

    PROBLEMA:

    Casualidad o causalidad. Un motivo de discusión casi permanente entre filósofos, teólogos y físicos. Una es la antítesis de la otra; irreconciliables conceptos que, de una manera u otra, rigen nuestra vida y nuestros actos. ¿Por qué nos pasa lo que nos pasa? Desentrañar este misterio equivaldría a echar un vistazo a la esencia misma del Universo, un sistema en el que se cree que reina el caos, más allá de las leyes fundamentales que lo rigen.

    Todo está predestinado: lo que tiene que ser, será, y no se puede escapar al destino, arguyen unos. Las cosas ocurren por azar: es el único Dios que nos gobierna, aseguran otros.

    Sin embargo, ni unos ni otros disipan ciertas dudas. ¿Por qué ocurre que, por ejemplo, alguien piensa en una persona a la que hace mucho tiempo que no ve y ese mismo día recibe una llamada de ella? ¿O que el colectivo, que a último momento decidió no tomar, minutos más tarde sufrió un accidente de tránsito?

    Este tema tratado tanto por físicos, astrónomos, y hasta por quienes no son científicos, el azar, es una de las tantas cuestiones cotidianas que por más de una noche ha desvelado al ser humano; sin llegar aun a una determinación científica de carácter universal. Esta problemática es la causa del proyecto de investigación aquí planteado, en el cual se tratará de dar respuesta a la pregunta: ¿Existe realmente el azar?

    OBJETIVOS:

    Demostrar la inexistencia del azar haciendo alusión a grandes pensadores y científicos que están a favor y en contra de tal postulado.

    Refutar con solidez los argumentos utilizados por aquellos que están a favor de un Universo a la deriva guiado y/o creado por azar, los cuales inhiben toda posibilidad de libertad del ser humano.

    Aportar teorías que puedan ser utilizadas por otros para la comprensión de cuestiones controversiales, tales como el azar, la creación, etc.

    NOTA:

    Solo las palabras escritas en letra cursiva, pertenecen a autores ajenos a la autoría de este esquema de investigación.

    HIPÓTESIS:

    Cada hecho tiene una causa real.

    Dichas causas pueden ser materiales o inmateriales. La inmaterialidad de una causa no implica la abstracción de la misma.

    Los acontecimientos atribuidos por el hombre "al azar" no son más que una incapacidad física y mental de este para dominar todas las variables que gobiernan tales hechos.

    La creación

    Las casualidades, o hechos que no tienen explicación aparente, como el estar pensando en alguien justo en el momento en que nos llama, son atribuibles a las inimaginables capacidades que la mente posee para forzar acontecimientos. Algunas de estas capacidades (latentes en cada ser humano), que al llamarlas poderes extra sensoriales, suelen ser tomadas por el vulgo como algo mágico, han sido reconocidas científicamente. Muchas de ellas son estudiadas por la psicología transpersonal y la Metafísica.

    VARIABLES

    Las variables empleadas en este proyecto de investigación son las distintas opiniones de los autores, a favor y en contra de la existencia del azar. A su vez pueden estar en contra del azar en lo que respecta a los juegos pero a favor de la creación por azar.

    También las teorías varían en el transcurso de la historia, y las sociedades adoptan diferentes posturas acordes a las situaciones históricas en la que se encuentran.

    Depende del contexto en que se incluya el concepto del azar, de este se tomará una u otra acepción, y se captará mayor o menor cantidad de adeptos. (El azar en los juegos, las situaciones diarias, la creación, la física, etc.).

    TIPO DE INVESTIGACIÓN

    Es una investigación explicativa ya que se intenta probar vínculos causales entre las variables. Se utiliza a la argumentación como método de prueba, utilizando bibliografía y aplicando conceptos personales que concuerdan con la misma.

    GLOSARIO

    Antes de comenzar voy a plantar ciertas bases que son meramente relevantes para la comprensión del proyecto de investigación. Aquí se verá el significado de algunas palabras esenciales para que no se produzca confusión alguna cerca de las posibles acepciones del contenido.

    Azar: casualidad caso fortuito. Que no tiene causa.

    Casualidad: combinación de circunstancias que no se pueden prever ni evitar. Toda causa debe ser lógica. Una causa ilógica no es causa aceptable para argüir el hecho.

    Predicción: Afirmación acerca de un suceso futuro, asignando una confianza total a la afirmación.

    Esperanza o Predicción Estadística o Predicción en forma de probabilidad: Afirmación acerca de un suceso futuro en forma de probabilidad.

    Sistema caótico: aquel tan sensible a las condiciones iniciales que pequeños cambios en el estado inicial se traducen en grandes cambios en el estado final

    Aleatorio: Impredecible, excepto en forma de probabilidad o esperanza. Para ser impredecible, debe ser sin causa. Sin embargo, el opuesto no es rigurosamente cierto: podría ser sin causa y predecible (aquello sin causa e inmutable). Sin embargo, en este último caso el concepto de causa se torna borroso: aunque el suceso no tenga una causa, al ser predecible, es posible identificar como causa el requisito indicado por su predicción.

    Pseudo aleatorio: con causa, pero aparentemente impredecible, o impredecible en la práctica debido a la propagación de errores iniciales propia de un sistema caótico, pero predecible en forma de probabilidad o esperanza.

    Determinista: con una causa, y por tanto, teóricamente predecible, si se conociera la causa. Suceso determinista es aquel que es efecto de alguna causa, producido como consecuencia de otro, cuya aparición es regida por una ley.

    Proceso aleatorio: proceso cuyo resultado es impredecible, excepto en forma de probabilidad

    Proceso pseudo aleatorio: proceso cuyo resultado es aparentemente impredecible, excepto en forma de probabilidad

    Proceso determinista: Proceso en el que se suceden causas y efectos consecutivos. Proceso formado por sucesos deterministas, y por ello, su resultado es teóricamente predecible. En estas definiciones "Teóricamente predecible" quiere indicar que sería posible realizar una predicción cierta del resultado del proceso, suponiendo una disponibilidad ilimitada (infinita) de recursos del universo (tiempo, espacio, materia, energía).

    Algoritmo: Procedimiento, secuencia de pasos

    Finito: Con un final, No infinito.

    MARCO TEÓRICO:

    HISTORIA DEL AZAR

    ¿Qué es el azar?

    El término " azar" deriva del árabe "az-zahr", que es el dado utilizado en el juego. El concepto de "azar" ha sido definido de maneras diversas. Según el Diccionario de la Lengua Española, significa "casualidad, caso fortuito", o "desgracia imprevista". Otra definición es la "supuesta causa de los sucesos no debidos a una necesidad natural ni a una intervención intencionada humana o divina". En las publicaciones biomédicas se invoca con gran frecuencia al azar tanto como herramienta de trabajo ("se muestreó al azar…"), o como responsable de los resultados de determinado experimento ("los resultados obtenidos son atribuibles al azar"). Gran parte del método estadístico se basa en el muestreo aleatorio, es decir, la obtención de una muestra que sea representativa de una determinada población.

    Entre la fortuna y la desgracia, el hombre, desde su origen, se ha enfrentado a condiciones adversas, lo desconocido se convierte en un reto obligado de supervivencia, en una necesidad que encuentra explicaciones en los mecanismos de autodefensa y es efecto evolutivo de la especie humana.

    A lo largo de la historia, diversas culturas han tratado de responder a la interrogante del azar con argumentos filosóficos y teológicos, sin embargo, el azar no se origina en la filosofía ni en la teología sino en una institución más remota y elemental: el juego, según señala Johab Huzinga, en Homo Ludens.

    En el plano de la condición humana, el juego es una pasión misteriosa compuesta por un material de sueños y una fuerza ciega de trasgresión. "En la vida y en el amor -escribe Quevedo, vale más perder que nunca haber jugado". Finalmente, quien no arriesga no gana.

    Cada cultura se entrega a la suerte de una manera sin gular o diversa. En Roma, hacia el siglo II d. C., cuando surgen las primeras loterías públicas, tenían significados eminentemente distintos a los que movían a la lúdica corte del siglo de Oro Español en sus entremeses de naipes y oca.

    El antiguo Patolli de los aztecas era un juego entre los hombres y los dioses. La ruleta moderna es un entretenimiento, en ocasiones muy costoso de individuos solitarios. En síntesis, la historia del azar no es más que la historia de la experiencia del riesgo. Una experiencia que no tiene rostros, signos ni lenguajes que varían de acuerdo al lugar y al contexto histórico determinado.

    Como conclusión se puede decir que el azar surge con los juegos a los que la voluntad humana no puede dominar, por ejemplo los dados; por más que queramos, si no tiramos de tal o cual forma no ganaremos.

    "AZAR INOFENSIVO" O JUEGOS DE AZAR:

    El azar que al común de la gente tiene más preocupada es el que refiere a los juegos, de los cuales se cree que al hacer una apuesta y acertar en la predicción, se tuvo "suerte".

    En el juego de los dados no hay muchas reglas para participar. No se puede planear una estrategia para ganar. Para el hombre, la única variable que interviene es la suerte. Pero en realidad esa "suerte" engloba una cantidad enorme de variables que no se tienen en cuenta, las cuales hacen que la esa suerte desaparezca y que la física tome parte en el caso. Cuanta más "suerte" se necesite para ganar un juego más variables están actuando para determinar un resultado. Cuanta menos "suerte" rija sobre los resultados más de uno hay que poner para ganar.

    Entonces al necesitar más suerte para ganar, existen más variables involucradas, por lo tanto menos capacidad aun de controlarlas (por ser tantas), y por consecuencia inmediata obtenemos menos probabilidad de tener éxito en la jugada.

    Notemos ahora un nuevo concepto que aquí se incluye, "las probabilidades". La probabilidad esta muy relacionada con la posibilidad ya que el diccionario define probabilidad como mayor o menor posibilidad de que una cosa suceda o no.

    El azar como se lo define es totalmente aleatorio, por lo tanto no se puede hacer ninguna predicción acerca de que resultado se obtendrá en la próxima jugada. Siempre se podría esperar que salga cualquier número. El hombre ha estudiado este fenómeno de aleatoriedad y ha acotado las posibilidades de resultados con probabilidades. Pero al lograr acotar las posibilidades de los resultados estamos afirmando que con seguridad determinados valores no saldrán. Y si bien recordamos, al ser el azar la causa de los resultados, no se puede obviar ninguna posibilidad de estos, pues ya dijimos que se puede esperar siempre cualquier resultado. De esto se deduce que al lograr acotar con certeza las posibilidades de los resultados con probabilidades nos damos cuenta de que la verdadera causa del resultado no fue el azar.

    Realmente es probable que alguien gane jugando a los dados, de hecho muchos ganan, de lo contrario nadie jugaría. Pero el ganar es "casual". En sí la verdadera razón de haber acertado un número es que las condiciones espacio-temporales así lo determinaron; si bien esta explicación no denota casualidad, sino causalidad, al estar las condiciones que determinaron el resultado, tan lejos de poder ser dominadas por un ser humano (debido a la inimaginable complejidad que acarrea, más aun si tenemos en cuenta que en el juego del casino se tiran dos dados), se atribuye el logro a la "buena suerte".

    SOBRE LA BUENA SUERTE

    Hay que tener realmente muy "buena suerte" para acertar el número deseado. De esta forma podemos tomar a la buena suerte como una determinada cantidad de acontecimientos favorables en situaciones acotadas por un marco de espacio-tiempo. Pero la suerte también es una idea abstracta que solo sirve para auto convencerse de tener un supuesto "toque" de gracia, cuando en realidad quedaría desvanecido todo teatro de supersticiones al tomar conciencia de que el verdadero causante de que saliera, por ejemplo un 6, no es ni más ni menos que la forma en que tiramos el dado. ¿Por qué para algunos es tan difícil comprenderlo? Y ni hablar de aplicar su correspondiente analogía en la vida cotidiana.

    Las cosas tangibles tienen causas. Un libro no es un incausado. Algo o alguien es la causa de la existencia de tal libro

    Si algo que sucede por azar es algo que ocurre sin causa definida ¿cómo es posible que a un hecho tangible, como un valor determinado de un dado, que realmente ha sido causado por determinados factores que lo condenaron a cumplirse, se le atribuya como causa el azar? Esto querría decir que nunca podré saber que número saldrá en la próxima tirada ¿No hay algo que lo determine? Puesto que si es el azar no hay una causa por la cual mi dado salió con un seis o un uno. Pues quedaos tranquilos que si existe una causa. Sois vosotros mismos al lanzar de tal forma que los dados den o no con el resultado deseado. Y aunque sea humanamente imposible dar en la tecla con el calculo necesario para ganar, pueden seguir practicando tiro tras tiro y atinarle a una determinada forma, tal vez tengan "suerte"J . Pero no os engrandezcáis pues su pseudo cálculo no es merecedor de elogios.

    La ecuación causa-efecto sostiene que todo ocurre debido a una causa, en el que las casualidades no intervienen. Mientras que las disquisiciones filosóficas y teológicas no terminan de ponerse de acuerdo, la física intenta construir fórmulas para explicar lo inexplicable. La ciencia clásica ha tratado de buscar el orden en un mundo aparentemente incoherente.

    Dentro del mundo del azar y del juego existe un elemento fundamental encargado de producir emociones de satisfacción y ansiedad entre los jugadores. En este caso la suerte al igual que al azar se les ha tratado de dar un significado Carlos Monsivais la define en "La Rueda del Azar Juegos y Jugadores en la Historia de México" como "la idea de la suerte como ese don que no se desprende de nosotros o siempre nos rehuye, yace en el origen de muchas de las creencias que llamamos supersticiones. De ahí, que la buena o mala suerte se localizan en el género de géneros, el melodrama", donde por accidente los individuos se topan con su fortuna o su perdición.

    Dentro de una compilación editada por Pronósticos para la Asistencia Pública, el escritor y periodista considera que "la suerte es aquello situado fuera de nuestra voluntad, pero no del poder de atracción o rechazo de nuestras vibraciones.

    LOS "AMULETOS DE LA SUERTE"

    Desde los más alejados tiempos de la historia, estoy hablando de muchos miles de años, el hombre ha necesitado una "ayuda extra" para satisfacer sus necesidades en aquellos campos en los que se le complicaron las cosas o mejor dicho en los aspectos en los cuales, para tener éxito, otra voluntad podría interponerse. Las personas no usan o usaban amuletos, talismanes, etc. para cosas que ellos están o estaban seguros de que pueden realizar por sus propios medios. No se usa un amuleto para poder levantar algo del suelo, porque es muy fácil agacharse, o para hacer las compras diarias correctamente, porque depende exclusivamente de nosotros. Pese a ser muy tonto el ejemplo, también es útil pues no se presta a confusión. Se suelen usar amuletos cuando uno está en aprietos, de los que cree no poder salir o al menos le es difícil. Me atrevería a decir que en un 99% de las veces que alguien utiliza un amuleto, los problemas que a esta persona le atañen son solucionables por otros métodos. Aplicando la fuerza, fe o esperanza que se tiene en la materia para realizar la tarea uno mismos.

    Es imposible que la materia nos cumpla deseos, o satisfaga necesidades a menos que sean deseos o necesidades de poseer materia. Y aun en este caso no es la materia la que nos "cumple", sino el método empleado para obtener esa materia.

    Tener amuletos de la "buena suerte" no es del todo malo si lo tomamos del punto de vista que a la gente le hace bien creer que teniendo determinada porción de materia hasta con alguna forma específica obtendrá los resultados que ella espera para su porvenir. Suelen ser muy utilizados para cuestiones amorosas, de dinero, salud, trabajo, etc. Notemos que las cuestiones que atañen a estas personas son en su mayoría peticiones que incumben al estado material, ya que aquellos que los utilizan (a los amuletos) están aun arraigados a la necesidad de interceder al ser, a través de la materia, lo cual es innecesario.

    La forma en que funcionan es la siguiente:

    1. Un amuleto es sólo materia y posee las propiedades características del tipo y estado de materia que lo constituye.
    2. La materia no puede obrar por si misma. Debe accionarla una voluntad.
    3. La materia solo actúa sobre materia.
    4. La voluntad y deseo, empleado para alcanzar una meta a través del objeto material son tan grandes que suelen movilizar fuerzas inmateriales, estudiadas por la metafísica, que ayudan a la resolución del problema en cuestión.
    5. Si a una persona se la logra convencer de que un pedazo de papel es tan valioso como un rosario, piedra preciosa, tótem, o cualquier otro objeto material al que se le pueda rendir culto para que a través de este se cumplan determinadas cosas, ese papel cumplirá la misma función para con la persona, así como lo hicieren los otros objetos.
    6. Conclusión: la razón de que se cumpla algo o no está fuera de la materia. Está en el mismo ser, en su voluntad y actitud. Ajeno al azar.

    DIOS NO JUEGA A LOS DADOS

    Tal como dijo Albert Einstein refiriéndose a que este mundo es así porque es así, la Física nos dice que hay otros mundos posibles, diferentes modos de transformación de la energía, que podrían haber muchas maneras distintas de vida y tan diversas formas de existencia que podrían no parecerse en nada a la actual, la nuestra. Einstein, en su rotunda frase quiere dar a entender de que NO EXISTE EL AZAR, el mundo no es una formación al azar de las prácticamente infinitas posibilidades que existen. Existe un solo Universo, o un solo Universo de universos, y éste es así por que sí, por que más allá ya no hay respuesta para el hombre. Lo que hay más allá del Hombre y del Universo ES lo que ES. Afirma que no es la Nada, ni el Vacío ni el Caos que ha originado al mundo sensible, tal como lo vemos o podemos interpretarlo.

    NADA no puede transformarse y evolucionar hacia ALGO, de otra manera nosotros seríamos una Nada que no comprende ni puede llegar a comprender Nada.

    Lo cual se contradice con la Historia humana; miles de años de observaciones astronómicas ha llevado al Hombre a comprender algunas de las razones de la Vida. Desde el rápido movimiento mensual de la Luna hasta el casi imperceptible movimiento de los cúmulos de galaxias, desde el interior del átomo de hidrógeno hasta el ser humano, todo refleja un orden, una ley, una harmonía, que nos expande hacia el gran infinito de donde venimos.

    Más pruebas sobre la existencia de las leyes que rigen todas las cosas, desde las partículas hasta las galaxias.

    SOBRE LA AFIRMACIÓN "LO QUE EXISTE AZAROSAMENTE EXISTE IMPOSIBLEMENTE".

    El autor del siguiente texto, argumenta su teoría sobre la inexistencia del azar. Estoy a favor del mismo, quien fue uno de los primeros textos que me motivaron a realizar este proyecto, al cotejar las coincidencias respecto de mi ideología sobre el tema tratado.

    Azar es ausencia de causa; imposibilidad es ausencia de posibilidad. Ahora bien, el diccionario define "posibilidad" como la "aptitud, potencia u ocasión para que algo exista o suceda"; mientras que en la entrada de "causa" leemos: "motivo, fundamento u origen".

    ¿Puede algo imposible (o sea, no apto para la existencia) ser causado (es decir, con fundamento)? Evidentemente no, ya que si tuviera fundamento existiría, y si existiera no sería imposible.

    ¿Puede algo incausado (es decir, sin fundamento) ser posible (esto es, apto para la existencia)? Sólo si es substancia. Sin embargo, la noción de "azar" no conlleva simplemente espontaneidad, sino también desorden, caos. En este sentido, ni siquiera la substancia sería azarosa, con lo que el azar, además de incausado, es imposible e indemostrable.

    ANAXÁGORAS dijo:"La inteligencia está en el origen y en el orden de todas las cosas, como un opuesto al azar".

    Respecto a esta frase, la interpretación que hago es la siguiente: Todas las cosas tienen una causa inteligente. Contienen esencialmente ese potencial inteligente que las ha creado. En cualquier ámbito se manifiesta esa inteligencia creadora. Esa inteligencia se encentra absolutamente opuesta a la noción que se tiene del azar, pues podemos tomar, didácticamente, a la inteligencia como un antónimo del azar.

    DIOS, CIENCIA Y AZAR.

    El autor, en una interesante integración de argumentos científicos y filosóficos nos recuerda la futilidad de intentar explicar el origen del Universo por fuerzas aleatorias, impersonales.

    ¿Azar?

    En sentido estricto, ¿que es el azar? Heinz Pagels (catedrático de física teórica en Rockefeller), en su libro "El código del Universo", dice:

    Los matemáticos nunca han tenido éxito al dar una definición matemática de lo aleatorio", "…simplemente no existe". "Tenemos que los matemáticos no saben lo que es la aleatoriedad, pero pueden decir si una secuencia de números finita no es aleatoria al incumplir alguno de los test de aleatoriedad". "Pero incluso en el caso de que una secuencia de números cumpla todos los test, nunca podríamos estar seguros de que sea aleatoria". "¿cómo podemos estar seguros de que un número es realmente aleatorio? No podemos. Lo máximo que podemos llegar a conseguir es establecer cuándo no es aleatorio si incumple alguno de los test.

    Con esto concluyo que el título de azar no es más que la tapadera científica con la que se pretende cubrir la vasta laguna de la ignorancia. Cuando el científico desconoce las causas de algo, lo llama azar y todo explicado. Lo peor es que muchos lo creen, pensando que es irracional creer en Dios, cuando lo irracional es creer cualquier cosa vestida de ciencia con tal de no creer en Dios. Creerlo todo para decir que no creen en nada. Se vive adorando la ciencia, que es el Dios impersonal de los que no quieren un Dios personal, y quienes lo hacen se convierten en "cienciolatras" irracionales.

    Freman Dyson, profesor de física en Princeton, dice: "Es cierto que aparecimos en este Universo por azar, pero la idea de azar es solo un disfraz de nuestra ignorancia", que es tanto como decir que científicamente no sabemos el porque estamos aquí. y si no sabemos porque estamos aquí, ¿podemos saber para que estamos?, ¿podemos estar por nada y para nada o nuestra breve existencia terrenal tiene un valor que la trasciende? Ciertamente, la vida tiene un sentido, pero no está en el ámbito de la ciencia el dárselo, pues el conocimiento científico no lo abarca todo como algunos creen ingenuamente. Toda prueba contra el azar es un tanto a favor del argumento teleológico (el objetivo y finalidad de la naturaleza era conocida y planeada de antemano). En esta línea recojo la frase del reconocido divulgador científico, Paul Davies, físico-matemático, en su libro "proyecto cósmico":

    Es posible imaginarse un universo completamente determinista y que su futuro sea, no obstante, desconocido e incognoscible. Esta implicación tiene un significado profundo. Aunque las leyes de la física sean estrictamente deterministas dejan lugar para que el Universo sea creador y genere innovaciones impredecibles.

    La pruebas que utiliza para llegar a está posibilidad es demasiado extensa y complicada para tratarla aquí, es mejor remitirse a su libro.

    La mecánica cuántica, que es una teoría que predice probabilidades, y cuyo potencial de predicción es estadístico más que puntual y concreto, está siendo puesta en tela de juicio por sus incompatibilidades con la relatividad de Einstein y por sus extrañas implicaciones metafísicas.

    David Z. Albert explica en "Investigación y Ciencia" de julio -1994, como la teoría de D. Bohm constituye un auténtico desafío a la concepción probabilística y subjetiva de la realidad en mecánica cuántica. Aunque no es nueva esta teoría, vuelve a poner sobre la mesa el determinismo.

    El azar no es más que la ausencia de toda ley, norma o regla, y cuan evidente es que ésta no es la propiedad de nuestro Universo. Como vamos a ver, si dependiéramos del azar para existir, que duda cabe que no estaríamos aquí para discutirlo.

    Azar y Probabilidades

    Jean Guitton nos explica en su libro "Dios y la Ciencia" que una molécula orgánica de varios cientos de átomos (las hay de miles) tiene alrededor de 1080 isómeros posibles. Sin embargo, según las dimensiones del Universo (diámetro de 1028 cm.) y densidad crítica (un átomo de H por m2), tal y como conoce hoy el hombre, el número de átomos del vasto Universo conocido es muy inferior a 1080. ¡Ni todo el Universo contiene materia suficiente para abarcar esos isómeros! Pero además, aunque el azar rastreara las posibilidades a la vertiginosa velocidad de 100.000 millones de isómeros por segundo , aun tardaría más de 3×1061 años en hacerlo , cuando al Universo se le calcula una edad de 15×109 años, que es muchísimo menos. Si el azar tuviera que constituir las moléculas precisas y necesarias y en el momento justo y en el lugar adecuado para asociarlas correctamente, las posibilidades serían verdaderamente ridículas.

    Paul Davies, en su libro ya citado, nos explica que la probabilidad matemática de que el azar diera lugar a una molécula simple de ARN auto replicante (como alguna teoría propone que surgió la vida) es de 1 frente a 102000.000, que es tanto como decir; ¡imposible! Hoy día, los científicos aún se maravillan de la extraordinaria complejidad de una simple bacteria, bastante mayor que la de una molécula de ARN. ¿Se imagina cuál es la probabilidad de que mil enzimas se unan ordenadamente para constituir una célula en una evolución de millones de años? Es de 1 frente a 101000 . Algunas células pueden llegar a tener alrededor de las 2000 enzimas y realizar más de 1000 reacciones químicas distintas a la vez.

    Pues sepa el lector que cuanto más intrincado es un sistema complejo, más delicado y vulnerable es a la degradación por cambios al azar. Es decir, el azar, además de no dar ninguna posibilidad al surgir de la vida, destruiría ésta, más rápida y fácilmente cuanto más compleja fuese. (Insisto en que esto no refuta la evolución pero si un mecanismo por azar)

    Paul Davies reconoce que el origen de la vida permanece en un profundo misterio y añade que es poco probable que surja de accidentes puramente aleatorios, pues es un mecanismo que falla a la hora de explicar la flecha evolutiva del tiempo, que más probablemente ha surgido por transiciones abruptas no aleatorias hacia estados de mayor complejidad en sistemas forzados a abandonar el equilibrio y que encuentran puntos críticos.

    El requerimiento de leyes, ¿no exige un legislador? Como dice Jean Guitton; "No estamos aquí porque un par de dados cósmicos hayan caído bien".

    Si científicamente es imposible sostener que la vida, la inteligencia, la conciencia, la voluntad o el libre albedrío hayan podido surgir por azar o acontecimientos aleatorios ¿no estaría dada la finalidad de tan extraordinario propósito? Por ésta y más razones, muchos científicos han tratado, inútilmente, concluir la cadena de causas sin llegar a Dios y afirman que el Universo no tiene causa, simplemente es. Y que surgió de la nada. O lo que sería igual; ¡El Universo es su propia causa! ¿Hay razones auténticas para sostener esto, o es un rechazo lleno de prejuicios?

    Precisión milimétrica… ¿de la nada?

    Hoy conocemos el impresionante ajuste que tienen las algo más de media docena de constantes fundamentales del Universo, como la masa y carga de las partículas atómicas, la constante de Planck o la de Boltzman…cuyos valores son conocidos, pero no están explicados. Además, la colosal variedad de combinaciones de valores posibles para dichas constantes no permitirían que el Universo se pareciera a lo que es y existiera la vida. Lo mismo ocurre con las leyes, pues las que se conocen ¿Porqué existen? ¿Y porqué no otras distintas? Por ejemplo: si la fuerza nuclear fuerte hubiera sido algo más débil, todo el Universo sería de hidrógeno. Si algo más intensa, habría más helio y elementos pesados, pero no hidrógeno. En ambos casos no viviríamos para contarlo. Si la fuerza electromagnética fuese mayor, las reacciones químicas no serían posibles. Si la expansión del Universo hubiera experimentado al principio una desviación del orden de 10-40, el Universo se habría desparramado sin germinar la vida.

    Una pequeña variación en el exceso de protones en relación a los antiprotones (uno más en mil millones) habría producido un Universo sin materia bariónica o una cantidad desastrosa de ella. Si la gravedad hubiera sido más débil, las nubes de gas no se habrían condensado en estrellas como nuestro sol. Si hubiera sido algo mayor, las estrellas se habrían consumido tan rápidamente, al tiempo que se engullirían unas a otras en una descontrolada furia abrasadora, que la vida no habría tenido ni la más mínima oportunidad siquiera de asomarse tímidamente a este Universo.

    La densidad experimental del Universo es un décimo de la crítica, y el resultado de dividir la primera entre la segunda recibe el nombre de Omega y su valor es 0,1. Esa aparente falta de un 90% de masa puede no existir o estar oculta a nuestras técnicas, pero de acuerdo con la teoría, Omega debió encontrarse al comienzo, muy próximo a 1, con un ajuste tan fabuloso como decir que debió estar dentro 10-60 de 1. Lo que es un ajuste impresionante. Pero aún hoy debería estar muy próximo a 1, pues solo ello permitiría explicar lo que experimentalmente es indudable, y es la extraordinaria estructuración de la materia en galaxias, cúmulos y supercúmulos, en el espacio, cuya disposición no es al azar como bien saben los astrónomos. Cualquier desviación de 1, por pequeña que fuera en la era inflacionaria (de los 10-43 seg. A los 10-34 seg.) no habría llevado al universo actual. Si inferior a 1, pocas regiones acumularían materia suficiente como para dar alguna estrella. Si mayor que 1, todo colapsaría brutalmente. La más mínima desviación habría condenado al Universo al olvido.

    Una vez más, no hay lugar para la casualidad, y a pesar de ello el Universo está condenado a extinguirse inexorablemente. Entonces… ¿todo para nada? Es lógico, dirán algunos, ya que venimos de la nada. No espere mucho, pronto le dirán que usted tampoco es nada.

    Hoy se postula el origen del Universo a partir de una fluctuación cuántica, pero esto requiere leyes, y eso ya es algo. ¿De donde surgieron, por que no otras leyes? ¿Puede la nada tener capacidad creadora?… Pero entonces ya es algo. ¿Puede la nada tener necesidad lógica de la existencia? Pero la condición de necesidad lógica, que ya es algo, no obliga a la existencia física.

    Semejante aberración del pensamiento científico para la creación ex nihilo del Universo debe apoyarse en una teoría cuántica de la gravedad; pero eso a pesar de los inmensos esfuerzos por hallarla, no existe aún. Adelantar conclusiones, y muy absurdas, sin suficiente base es desacreditar el método científico, y engañar a los profanos. Si el Universo fuera autocreador de si mismo, a partir de la nada, siendo todo lo que existe, debe ser autoconsistente, autocontenido y no precisaría nada externo a él para existir. Debería contener la explicación de si mismo, sin carencias. ¿Tiene esto apoyo científico?

    Matemáticos como D. Hilbert, G. Frege y B. Russell intentaron dotar a las matemáticas de un carácter absoluto y totalmente consistente. Pero hacia 1931, el matemático Kurt Gödel publicó un impresionante artículo donde demostraba la imposibilidad del intento de sus colegas, pues las matemáticas ni pueden ser totalmente consistentes ni totalmente completas, siempre se deberán aceptar principios por fe. Y la ciencia expresada en lenguaje matemático nunca estará totalmente concluida, no lo podrá explicar todo. Del teorema de Gödel se deduce lo siguiente:

    En cualquier ciencia, la ausencia de contradicción es indemostrable.

    Ninguna ciencia tiene carácter absoluto.

    Una teoría del todo que justifique la existencia del Universo y el porque es como es, es imposible La ciencia absoluta requiere una jerarquía infinita de sistemas formales de complejidad creciente, sin que ninguno de ellos pueda servir de base a la estructura global

    La ciencia absoluta tendría que ser infinita.

    Una teoría de la naturaleza nunca puede ser final

    La teoría del Todo está condenada al fracaso por razones de consistencia lógica. Es una quimera. El Universo no puede explicarse a si mismo; la salida a su contingencia debe buscarse fuera de él, a lo que yo llamo Dios. El mismo B. Russell decía en 1959: "La espléndida certeza que siempre había esperado encontrar en las matemáticas se perdió en un laberinto desconcertante"

    Es curioso que el Universo, que es finito así como sus propiedades, tenga que ser explicado por una ciencia infinita, y eso, que no es posible, testimonia lúcidamente como de constate nuestra mente debe rendirse a la fe (entendida en sentido genérico) la cual nunca será vencida por la razón por cuanto ésta se halla cimentada sobre principios aceptados a priori (por fe).

    Si un Universo físico y finito tiene que ser explicado por una ciencia infinita ¿no es obvio que semejante paradoja sólo se resuelve si reconocemos que su razón de ser está fuera de él?

    También fue B. Russell quien dijo: "Las matemáticas pueden ser definidas como una materia en la cual nunca sabemos de que estamos hablando ni si es verdad lo que decimos".

    En pocas palabras: la ciencia nunca nos proveerá de argumentos, siquiera mínimos, para excluir a Dios de la creación del Universo. Por tanto, no resulta lógico tratar de sustituirlo, y menos por la nada.

    Francisco Javier

    Esta es una clara prueba que refuta totalmente la teoría de la creación a través de un sistema caótico regido por situaciones imprevistas y azarosas. Estoy completamente a favor del autor. La idea de la creación por azar escapa a mi razón, lo considero inconcebible.

    LOS SENTIDOS DEL ALMA

    Las casualidades, o hechos que no tienen explicación aparente, como el estar pensando en alguien justo en el momento en que nos llama, son atribuibles a las inimaginables capacidades que la mente posee para forzar acontecimientos. Algunas de estas capacidades (latentes en cada ser humano), que al llamarlas poderes extra sensoriales, suelen ser tomadas por el vulgo como algo mágico, han sido reconocidas científicamente. Muchas de ellas son estudiadas por la psicología transpersonal y la metafísica, entre otras disciplinas.

    Los supuestos poderes extrasensoriales son llamados así por ser ajenos a los cinco sentidos "normales" (vista, oído, olfato, gusto y tacto). El diccionario define sentido como cada una de las aptitudes del alma propias para recibir, por medio de ciertos órganos corporales las impresiones externas. ¿Qué pasa cuando sentimos miedo, amor, tristeza, etc.? Cualquier persona que es pinchada con un alfiler sentirá dolor físico, pero que hay acerca esos dolores que "nos llegan hasta el corazón".

    La materia sólo causa un determinado efecto sobre otro elemento material, como el efecto que causa un alfiler al pincharnos la piel. Físicamente se produce, en la zona afectada de la piel, un impulso nervioso captado por las células allí situadas (neuronas), quienes emiten una corriente eléctrica-química que, previo paso por la médula, llega hasta el cerebro, quien es el órgano corporal encargado de codificar y procesar la información recibida; luego este emite una señal de respuesta hacia el músculo que controla la zona afectada (nuevamente a través de las células nerviosas) con instrucciones para que este se mueva. Esto, a grandes rasgos, es lo que sucede cuando alguien nos pincha y sacamos la mano.

    Todo lo que nos rodea, nos afecta de una u otra forma. ¿Qué sucede con nuestra reacción "interna" sobre ese pinchazo? Y cuál es ese interior al que nos referimos cuando nos hacemos esa pregunta. ¿Acaso se está hablando de algo más allá de lo interior propiamente físico? A todos nos duele (físicamente), pero qué es lo que nos hace reaccionar de tal u cual forma ante el agresor. A parte del efecto físico que nos causó hay otros efectos aún más importantes que regulan nuestras actitudes. Un efecto emocional que no puede ser captado por la piel. Definitivamente tenemos otra forma, a parte de los cinco sentidos, de captar lo ajeno a nuestra persona. Y no es motivo de preocupación que esto sea así. Al contrario, esta forma de ver las cosas puede ayudarnos a comprender mejor ciertos hechos. Los cuales no encuentran lugar alguno en el campo material.

    METAFÍSICA

    La ciencia encargada del estudio de estas percepciones, entre otras cosas, es la Metafísica.

    Metafísica es la composición de cuatro vocablos griegos: "Ta metá ta fisicá" que quiere decir "después de la física".

    Estudia lo que está más allá de la física, más allá de lo perceptible por los sentidos de los sentidos. Técnicamente hablando, la metafísica es la ciencia que estudia la realidad suprasensible; lo que se encuentra más allá de lo físico, captable sólo por la razón.

    Para que una ciencia, y por lo tanto la metafísica, sea posible, se necesita cumplir tres requisitos:

    (1)- Que la ciencia tenga un objeto propio; (2)- que exista una facultad cognoscitiva apta para conocerlo; (3)- que realmente esa facultad produzca la relación noetica entre ella y el objeto. Negar la posibilidad de una ciencia es negar uno o más de estos tres requisitos.

    El ser en cuanto móvil o material, es objeto de la filosofía natural o cosmología; pero estudiar al ser material en cuanto ser, es objeto de la metafísica; el ser en cuanto cantidad, es objeto dee la matemática, pero estudiar al "ser cuanto" o cantidad, como ser, es objeto de la metafísica.

    La psicología sostiene la existencia de una facultad = espiritual = intelectiva esencialmente distinta de las facultades sensitivas e irreductibles entre sí.

    La facultad intelectiva ejerce las tres funciones del conocimiento espiritual, que son: concepto, juicio y razonamiento y finalmente la existencia del alma con sus cualidades de espiritualidad, simplicidad, etc.

    Entitativamente se da un orden cronológico por el cual primero existe la entidad (el alma humana) luego las facultades (inteligencia), luego los actos de esa facultad (concepto, juicio, razonamiento) y finalmente el objeto de esos actos.

    Pero desde el punto de vista del conocimiento el orden es a la inversa.

    Teniendo en cuenta que el objeto conocido lo es según la naturaleza del que conoce, demostrando que el hombre conoce objetos inmateriales, queda demostrado que posee una facultad inmaterial capaz de ello.

    Maquart F. dice:

    El ser humano capta las nociones de posibilidad, de causa y efecto, necesidad y contingencia, etc.

    Además percibimos la identidad entre dos conceptos; el nexo causal entre varias proposiciones.

    También conocemos la naturaleza de las cosas que nos rodean.

    Pasemos conocimientos abstractos, universales, como lo son todos los conocimientos científicos.

    Ahora bien, los sentimientos no tienen conocimientos abstractos, inmateriales, porque sólo conocen lo concreto y singular.

    Luego existe en el hombre una facultad capaz de conocer lo inmaterial.

    Queda en consecuencia la segunda cuestión demostrada.

    Para terminar, resta aun considerar si existe la relación cognoscitiva entre el objeto y la facultad.

    Hemos hablado del objeto de la metafísica; hemos hablado de la facultad espiritual con capacidad para conocer objetos inmateriales.

    Si hemos llegado a demostrar esos dos extremos quiere decir que la relación noética entre facultad y objeto es posible. Recordamos nuevamente aquel principio: "de la realidad a la posibilidad es legítima inferencia". Si por el hecho de conocer se da la relación noética entre objeto y facultad, podemos inferir, luego es posible.

    Pero no me explayaré más en este tema ya que no ayuda mucho a esclarecer a la cuestión del azar.

    DIÁLOGO

    En el siguiente diálogo (didáctico, fácil de comprender, aunque no muy científico) sacado de Internet, textualmente trascripto de su original vemos la explicación de la inexistencia del azar en lo referido a los juegos.

    ¿EXISTE EL AZAR?

    -¿Cómo no va a existir? ¿Usted nunca tiró una moneda a cara o cruz? ¿A mí me lo pregunta? ¿A mí, que me he pasado la vida junto a una mesa de póker, que me he arrastrado por los suburbios de Montecarlo mendigando una ficha y que me descorchado en Biarritz dos mil botellas de champagne después de una noche de suerte?

    – Pero no, hombre, ese azar que a usted lo tiene atrapado es un azar inofensivo, casi ingenuo. Cualquier físico podría explicarle que conociendo exactamente todos los datos sobre la ruleta y la bolita que rueda sobre ella) la fuerza con que el croupier la arroja, el rozamiento, los movimientos del aire, y todo lo que contribuye, aunque sea en ínfima proporción, a construir su trayectoria) se puede calcular con absoluta precisión el lugar donde la bolita caerá. Lo mismo que con el mazo de cartas: si usted conociera la distribución del mazo, puede predecir exactamente qué carta habría de salir. Así de sencillo: lo que se suele llamar azar es pura y simple falta de información. La trayectoria de la bolita y la carta que ha de salir están perfectamente determinadas.

    – Determinadas, dice usted. Pero no sea ingenuo, por favor. Yo he apostado mis campos petrolíferos a las patas de una potranca y he perdido. He jugado minas de diamante al cero en Las Vegas y he ganado. ¡Y usted me habla de que todo está determinado!

    – Sí, sí. Determinado, determinismo, ésa es la palabra clave. Toda la ciencia que va desde Newton a Einstein es firmemente determinista: si pasa tal cosa, entonces pasará tal otra. Así nomás: si esta partícula tiene esta posición y esta velocidad ahora, y sobre ella actúan tales y cuales fuerzas, se moverá así y asá, y no puede hacerlo de otra manera: puedo calcular su trayectoria futura desde ahora hasta el fin de los tiempos, puedo predecir todo, absolutamente todo lo que le ocurrirá.

    – No me hable de la ciencia, por favor. Recorra el desierto del Sahara y apueste su última cantimplora de agua a los caprichos de un dado; allí aprenderá lo que es la ciencia.

    – Pero, ¿qué es un dado sino un conjunto de partículas? ¿Qué fue la batalla de Maipú sino un choque entre los átomos que formaban a los patriotas y los enemigos átomos que presumiblemente formaba a los españoles? Usted y yo estamos formados por átomos, ¿o no? Y las estrellas, el oro, las neuronas, un libro, los árboles, las ruletas, los naipes, es decir, el inagotable universo, no es más que una complicada colección de partículas dispuestas de cierta manera. Bastaría saber cómo se están comportando todas ellas ahora para poder calcular cómo se comportarán en adelante.

    – Trate usted de saber cómo se comportarán todos los naipes de Las Vegas. Inténtelo y verá. ¿Sabe lo que le puede pasar? ¿Nunca ve televisión?

    – El hecho de que tener todos los datos sea humanamente imposible es una objeción sin importancia, puramente técnica y lamentablemente humana: el asunto es – o era – que, teóricamente, el futuro se podría predecir, calcular. Ya lo había resumido Laplace en una frase omnipotente: "si se conocieran las posiciones y las velocidades de todas las partículas del universo, todo el futuro quedaría explicado".

    – No me hable de la plaza. La plaza financiera es un verdadero garito. – Laplace, Laplace, dije yo. El universo es como la ruleta, y si la quiniela el color que tendrá el pájaro que se cruzará en mi camino, lo que pensaré de aquí a un mes, el contenido de un sueño, el instante en que estallará una estrella parecen azarosos, es que no tengo los datos suficientes para predecirlos.

    – Usted es pura poesía, don. Le hace falta dedicarse a algo útil. Si tiene unos pesos en el bolsillo puedo recomendarle un lugar que…

    – Tal es el credo determinista: el azar no existe; es, pura y simplemente, falta de información. El futuro se deduce del presente como se deduce el valor de la incógnita en una ecuación.

    – No me venga con ecuaciones. Le apuesto lo que quiera a que eso no funciona.

    – Y tal vez ganaría. Porque resulta que en este universo determinista apareció el azar apenas se quiso explicar el microcosmos.

    – ¿Vio? Yo le decía.

    – Las leyes que rigen el comportamiento del mundo atómico (dadas especialmente por la mecánica cuántica) están formuladas en términos de probabilidades, y las partículas son descritas en términos probabilísticos. Se puede saber con qué probabilidad un electrón será encontrado aquí o allá, pero n o dónde está exactamente. Se puede saber en cuánto tiempo un gramo de uranio se reducirá aproximadamente a la mitad, pero no cuándo un determinado átomo se desintegrará. La desintegración de un átomo en particular parece ocurrir de manera totalmente azarosa. Pero ya no es un azar debido al desconocimiento, como en el caso de la ruleta, sino que es un azar intrínseco, inherente a la naturaleza. O, por lo menos, eso parece.

    – ¿Usted me quiere decir que tenemos que reunirnos alrededor de una mesa, agarrar un átomo radiactivo y apostar al momento en que se desintegrará para tener el verdadero azar?

    – Eso es exactamente lo que le quiero decir. Para un determinista, es un hueso duro de roer este asunto del azar metido en la naturaleza con entidad propia. Es difícil de aceptar: no todos lo aceptan y entre quienes nunca lo aceptaron estuvo, notoriamente, nada menos que Einstein, quien resumió sus críticas a la interpolación del azar en la naturaleza en una frase: "Dios no juega a los dados".

    – ¿Qué no juega a los dados? ¿Cómo que no juega a los dados? Pero… y entonces, ¿qué hace?

    Con respecto a la opinión del autor, estoy de acuerdo con respecto a la existencia de las variables que determinan los futuros resultados en un juego, como puede ser el de los dados, cartas, etc.

    Cuando cita la frase de Laplace entro en desacuerdo parcial con la misma; recordemos la frase:

    "Si se conocieran las posiciones y las velocidades de todas las partículas del universo, todo el futuro quedaría explicado".

    Si literalmente nos limitamos a la frase de Laplace, estamos a favor del llamado "destino" que nos priva de la libertad (la principal característica del ser humano).

    Este concepto erróneo parte de la creencia de que el pensamiento puede ser tan predecible como la materia.

    La trayectoria de una porción de materia es predecible debido a que se conocen las variables que actúan sobre ella, ya sea el peso, volumen, estado de la materia, etc. y las fuerzas que la gobiernan, aceleración, gravedad, etc.

    La frase que considero correcta es la siguiente: "Si se conocieran las posiciones y las velocidades de todas las partículas del universo, a las cuales ninguna voluntad, originada posteriormente al conocimiento de las posiciones y las velocidades, pueda intermediarlas, todo el futuro, de dichas partículas, quedaría explicado".

    NOTICIA QUE TRAE "SUERTE"

    El siguiente texto, extraído de Internet, es dedicado a aquellas personas que creen que las cosas que le pasan están marcadas por el "destino", o creen tener mala suerte, o que el azar domina sus vidas haciéndolas caóticas e incapacitándolos de obrar libremente.

    Sois vosotros mismos los causantes de vuestras desgracias. Es una noticia extraída de Internet en la que una vez más personas de renombre mundial comprenden y prueban fehacientemente la inexistencia del azar y las posibilidades que tenemos de cambiar nuestra "suerte".

    Hace apenas seis meses, los españoles Fernando Trías De Bes y Alex Rovira Celma publicaron La Buena Suerte, una pequeña historia que busca develar los secretos de las leyes del azar. Mal no les fue. En este tiempo el libro se tradujo a 21 idiomas (y hay posibilidades de sumar 8 más), fue número uno de ventas en España y sus autores son convocados para dar conferencias con gente de la talla de Rudolph Giuliani, ex alcalde de Nueva York.

    ‘La vida es como una caja de bombones… Nunca sabes lo que te va a tocar’. Instantáneamente, la frase remite a Forrest Gump, sin lugar a dudas, el norteamericano con más suerte en la historia de la cinematografía mundial. Pareciera ser que la vida del personaje que interpreta Tom Hanks en la película homónima, hubiera estado signada por el visto bueno del destino. Pero claro, es ficción. En la vida real, ¿la suerte se hace, o con suerte se nace?

    Esa fue la pregunta que se plantearon los españoles Fernando Trías De Bes (37) y Alex Rovira Celma (35) allá por el año 1999, cuando decidieron escribir el libro La Buena Suerte. Claves para la prosperidad (véase Una historia sencilla). Lo que probablemente jamás imaginaron es que aquello que nació como una pequeña aventura, iba a terminar en lo que podríamos llamar un nuevo fenómeno de la industria literaria: a menos de un mes de su publicación (octubre de 2003) eran número uno de ventas en España, tanto en español como en catalán y en la actualidad, ya ha sido traducido a 21 idiomas y probablemente se sumen 8 más. Nada mal para ser el comienzo, ¿no? Mientras los autores se dedican a dar charlas y conferencias con personalidades de renombre a lo largo y ancho del mundo, queda preguntarse por qué se generan este tipo de sucesos. Jorge González, director comercial de las librerías Yenny-El Ateneo, lo analiza así: "El hecho de que se publiquen libros que hablan sobre las situaciones humanas no es nuevo. Pero este fenómeno, similar a lo que sucedió hace algunos años con Quién se ha llevado mi queso, es que los autores encuentran una forma creativa de exponer los problemas que son permanentes. La llave para tener éxito con estos libros es la metáfora que utililizan para abordar el tema". Y agrega: "En los últimos años, y debido también al éxito, ha habido un aumento en la demanda y el consumo de estos textos que podríamos agrupar en el universo –mal llamado– de la autoayuda, ya que en esta categoría conviven desde las recetas americanas para vivir mejor hasta las publicaciones de los distintos pensadores y libros como La Buena Suerte o Quién se ha llevado…".

    EN PRIMERA PERSONA

    A esta altura de la nota, muchos podrán pensar que se trata, justamente, de una dupla de camaradas afortunados que simplemente dieron en la tecla. "Somos amigos y socios. Nos conocimos a través de un compañero y desde entonces hemos compartido muchas horas de trabajo, proyectos y una profunda amistad", se presentan Fernando y Alex vía mail desde España, en exclusiva para la revista. Una ojeada rápida por su curriculum basta para darse cuenta de que son bastante más que eso (véase Con antecedentes).

    –¿En qué circunstancias surge la idea de escribir La Buena Suerte?

    –Fue hace unos cinco, años cuando oímos a un importante catedrático de matemáticas decir que ‘la suerte es una función los parámetros de la cual desconocemos’, o sea, la suerte no puede ser explicada por ningún factor concreto; se trata simplemente de azar. La afirmación nos parecía cargada de sentido común, pero en cierta medida nos resultaba intrigante pensar que eso a lo que llamamos ‘suerte’ podía ser explicado por un conjunto de variables o elementos que hasta la fecha no se habían estudiado, de modo que decidimos llevar a cabo nuestra propia investigación.

    –¿Cómo fue el proceso?

    –Relativamente simple: hablamos con personas que consideraban que habían tenido buena suerte en la vida. Además, decidimos complementarlo con el estudio de biografías de personajes ‘prósperos’ en el sentido amplio del término, no sólo gente que gozara de riqueza patrimonial y financiera, sino a personas que habían hecho aportes positivos a la sociedad, como artistas, científicos o deportistas. Lo que descubrimos se puede resumir en una sola frase: ‘tú eres la causa de tu buena suerte’. –¿Pero realmente existe la suerte?

    –Creemos que conviene diferenciar ‘suerte’ de ‘buena. La ‘suerte’ entendemos que es el azar, y que por lo tanto, no depende de uno mismo. Puede ser favorable o desfavorable, pero en cualquier caso su presencia es ocasional, efímera. Más del 90% de las personas que han obtenido un gran premio en juegos de azar han perdido todo lo ganado al cabo de entre cuatro y siete años y, además, su red de afectos ha salido gravemente afectada por ello. Por otro lado la ‘Buena Suerte’, dicen aquellos que se sienten creadores de la misma, la crea uno mismo. Uno es la causa de su Buena Suerte. Lo que ocurre es que a menudo parecemos olvidarnos de viejos principios, absolutamente vinculados al sentido común, que vienen a decirnos que debemos trabajar y ser conscientes de nuestras actuaciones. –En diversos artículos ustedes mencionan el concepto de Psiconomía. ¿En qué se basa? ¿Cómo se aplicaría? –Se trata de un neologismo inventado por Alex a partir de la combinación de dos conceptos: psicología y economía, donde ‘Psiké’ significa alma y ‘Oeconomía’, administración. Por lo tanto la Psiconomía es la disciplina que trata sobre la ‘administración del alma’, lo que podríamos llamar la ‘gestión del yo’ o utilizando un anglicismo, el ‘self management’. La idea nace a partir de la siguiente reflexión. Hoy, en las escuelas de ciencias económicas y empresariales y en los centros donde se imparten posgrados, se forma a los futuros emprendedores, directivos y empresarios desde afuera hacia adentro, y no desde adentro hacia afuera. Se les explica cómo hacer un plan de marketing, cómo realizar un cálculo financiero, se les habla de logística o de gestión de operaciones… teorías y autores clásicos y prácticos, herramientas que se pueden encontrar escritas en un manual. Pero si se hace un cálculo del número de horas destinadas a trabajar con la mejor ‘materia prima’ de la que disponen: ellos mismos, sus capacidades y talentos naturales, su potencial como personas y sobre todo, como futuros gestores de otros, nos encontramos que no llega al diez por ciento de las cargas lectivas. No hay apenas formación en la experiencia de lo personal, de lo íntimo, de un ir hacia adentro para poder volcar hacia afuera. Dicho de otra manera, no se aplica ningún enfoque de autoconocimiento derivado de herramientas psicológicas que permita desarrollar cualidades hoy tan necesarias como la empatía. Y hay otro argumento que se suma a los anteriores: es una evidencia para el sector editorial que su público más rentable son los profesionales que buscan respuestas que no les fueron ni tan sólo enunciadas en su época de estudiantes, convirtiéndose hoy en consumidores de libros de lo que se ha venido a llamar ‘autoayuda’, donde la psicología y la espiritualidad se presentan en cócteles más o menos acertados y más o menos rigurosos. Precisamente hablar de Buena Suerte implica hablar de una serie de principios estrechamente vinculados a la Psiconomía: Responsabilidad, Aprendizaje del Error, Cooperación, Perseverancia y Confianza, que están presentados bajo la forma de reglas de la Buena Suerte en el libro.

    –¿Esperaban el fenómeno que se generó?

    –En absoluto. Nuestras más alegres expectativas pasaban por ser editados en España. Lo que no esperábamos en ningún caso que el libro se convirtiera en el fenómeno que se ha convertido tanto a nivel de agentes y de editoriales ni tampoco en cuanto a acogida del público.

    –¿A qué atribuyen el éxito?

    –Creemos que se debe a que se trata de un libro fácil, que no intimida, muy simple, pero a la vez profundo y que le habla al niño interior de todos cuanto lo leen, sea cual sea su edad y que, en consecuencia, provoca identificación del lector a la vez que conmueve por su final inesperado. Es un libro de lectura rápida (para muchos, en menos de una hora está leído) y que según nos comentan los lectores, atrapa desde el inicio e invita a la lectura en una sentada.

    No sabemos si con suerte se nace. Pero si usted es de esos que después de una lluvia pisa con sus zapatos nuevos la única baldosa floja de la cuadra o se le suele cortar la luz, justo antes de grabar el informe que estaba preparando en la computadora, dese una vuelta por la librería. Al fin y al cabo, al azar nunca está de más darle una mano.

    CON ANTECEDENTES

    Fernando Trías De Bes y Alex Rovira Celma son licenciados en Administración y Dirección de Empresas y MBA por ESADE (Escuela Superior de Administración y Dirección de Empresas) expertos en estrategia empresarial, inteligencia de marketing, innovación y liderazgo; y que además de su tarea académica en diferentes instituciones reconocidas –llevan 15 años formando ejecutivos y directivos–, son consultores y socios en la firma Salvetti & Llombart, especializada en investigación e innovación. Como si fuera poco, Fernando es coautor con Philip Kotler de Lateral Marketing: New Techniques for finding breakthrough ideas y Alex de un libro sobre innovación, editado en todo el mundo. Por su parte, Alex publicó el libro La brújula interior, y es coautor junto con Bernard Dubois del libro Comportamiento del Consumidor utilizado como manual de referencia en diversas universidades de España y América latina.

    EN LA FERIA

    En nuestro país, La Buena Suerte. Claves para la prosperidad será presentado en la 30* Feria del Libro de Buenos Aires. La exposición, que se realizará en el predio de La Rural, (Sarmiento y Av. Santa Fe de Capital Federal) abrirá sus puertas al público el viernes 16 de abril, a las 14 horas, y se podrá visitar hasta el 9 de mayo. Algunos de los principales intelectuales que participarán del evento, son Bernardo Kliksberg y Rodrigo Fresán (Argentina); Fernando Savater, Arturo Pérez Reverte y Jesús Ferrero (España); Lygia Fagundes Telles e Ivan Junqueira (Brasil); Antonio Skármeta (Chile); y el polaco Ryszard Kapuscinski, ganador del Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2003, entre otros escritores y pensadores. En esta oportunidad, se realizará también el noveno Encuentro Internacional de Narración Oral Cuenteros y cuentacuentos. Más información en: www.el-libro.com.ar

    UNA HISTORIA SENCILLA.

    Fernando y Alex cuentan que aprovecharon una tarde libre en la oficina para escribir las 130 páginas del libro y aseguran que el éxito llegó porque se trata de una historia sencilla, que se lee rápido. Es la fábula de dos caballeros que son desafiados por el mago Merlín: deben encontrar en el Bosque Encantado un trébol de cuatro hojas. El trébol en cuestión, les dará suerte ilimitada. De ahí en más, las aventuras de estos dos protagonistas, que terminarán descubriendo que para que la buena suerte llegue, hay que generar las condiciones necesarias. Como resumen los autores al final del texto: "Este libro se escribió en ocho horas, de un solo tirón. Sin embargo, nos llevó más de tres años identificar las reglas de la buena suerte. Algunos sólo recordarán lo primero, otros lo segundo. Los primeros pensarán que tuvimos suerte. Los otros, pensarán que trabajamos y aprendimos para crear Buena Suerte".

    CONCLUSIÓN

    De lo argumentado en los textos anteriores se concluye que el azar no existe tal como se lo define.

    "El azar es un ente con voluntad propia al que nada se le puede cuestionar ya que sin razón aparente siempre nos da los resultados que él quiere; su voluntad caprichosa domina lo que nosotros no. Y gracias a Dios no existe". — Anónimo –.

    "La mente es pura energía; lograr, como tantos lo hacen, dominar este gran potencial con responsabilidad es crucial para el progreso físico-espiritual". – Leon Denis —

    BIBLIOGRAFÍA EMPLEADA

    Diccionario ARISTOS. Diccionario Ilustrado de la Lengua Española. Editorial SOPENA.

    Curso de Filosofía. Carlos F LOMBARDI. Editorial PLUS ULTRA.

    www.redcientifica.com

    INVESTIGACIÓN Y CIENCIA oct. 1994, paginas 73-74.

    Arrugas en el Tiempo de George Smoot.

    Los Científicos y Dios de Antonio F. Rañada.

    LA BIBLIA.

    www.teoriza.com

    www.elnidodelescorpion.com

    www.mat.puc.cl/~rrebolle/Azar/Trabajos/yuhan.pdf

    www.leapuesto.com.co

    www.menteabierta.org/html/ articulos/ar_diosciencia_y_azar.htm

    www.hotelesmexicanos.ws/561/azar.htm

    www.revistanueva.com.ar/00666/nota03/

    http://sameens.dia.uned.es/Trabajos4/T5/T5_HensPerezMJ/significacion.htm

    http://www.redcientifica.com/doc/doc199904260013.html

    http://www.ciencia.net/VerArticulo/Albert-Einstein?idArticulo=dse5opab1m6zphd8c16h6bc

    CRISTIAN MATÍAS DAMIÁN BLANCO

    PROYECTO DE INVESTIGACIÓN

    METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN