El agua corriente desde el cooperativismo en Río Tercero (1930-1955) (página 4)
Enviado por Veronica
Una obra de semejante envergadura debía tener en cuenta posibles inconvenientes futuros. Es por esto que a pesar de que según los cálculos realizados la presión del agua a suministrar seria la adecuada, haciendo innecesario el uso de tanques elevados, se consideró conveniente mantener los mismos con la finalidad de que el propietario contara con una reserva, para los momentos de reparaciones de las cañerías y una eventual interrupción del servicio. En la actualidad en la localidad de Río Tercero, se programan cortes para los días domingos, en los cuales no se registra actividad comercial, bancaria e institucional como en días laborables, y los propietarios no ven alterados sus actividades al disponer de la reserva en los tanques elevados.
Los artículos finales del reglamento aquí analizado tratan cuestiones relativas a la modalidad de pago de las conexiones y a la seguridad para los usuarios o asociados. En este último caso se dispuso que todas las conexiones que se realizaran debieran ser controladas por la cooperativa, en tanto que los materiales que se usaran en ellas debían estar aprobados por Obras Sanitarias de la Nación.[148]
Al momento de fijar la tarifa para un servicio brindado por una entidad cooperativa, se debe tener en cuenta, entre otras cosas, que las tarifas deben ser justas y razonables y a su vez deben cubrir los costos de la explotación. Por esa razón, el consejo de administración consideró oportuno realizar un cálculo para fijar el régimen tarifario a regir una vez se iniciara la provisión, y para ello tuvo en cuenta el costo que la obra representaba en ese momento, importe que había sufrido variaciones desde la realización del proyecto originario. Este cómputo, junto con una nota, fue enviado a la Dirección General de Hidráulica el 23 de agosto de 1951 con el objetivo de obtener la aprobación legal de la tarifa.[149]
La tarifa se pautó de la siguiente manera: facturación mínima mensual por conexión correspondiente a 20 m3 a un valor de $ 10 m/n y el excedente a razón de $ 0.50 m/n el m.[150] Para realizar esta acción se consulto con la F.A.C.E., entidad que se toma como referente para guiar los pasos a seguir por los que estaban a cargo de la toma de decisiones.[151]
A modo de cierre.
Planificación, esfuerzo y búsqueda como meta del bien común, eso fue lo que guió la obra de provisión de agua corriente para la localidad. La fatiga de las intensas jornadas de labor, tenazmente sostenidas, a través del tiempo que demando la ejecución de esta gran obra, va a verse coronada en el mes de mayo del año 1952, cuando se comience a prestar el servicio.
Capítulo 4
Una década de prestación del servicio
Una década de prestación del servicio
En este capítulo la atención estará centrada en todo lo referente a la prosecución de la obra de provisión de agua corriente. Entre los temas que en él se tratan destacan la inauguración oficial del servicio y las solicitudes de extensión del mismo; las gestiones relacionadas con la compra de materiales y la contratación de mano de obra así como los inconvenientes que se suscitaron en torno a ellos; la forma en que se fueron ejecutando las nuevas obras y la obtención de los recursos destinados a su financiación, en especial los préstamos bancarios obtenidos y las medidas tendientes a generar recursos propios; el régimen tarifario, las disposiciones relacionadas con el consumo y por último los suministros gratuitos que se proporcionaban a distintas instituciones.
Inauguración oficial del servicio de provisión de agua corriente
La F.A.C.E. había solicitado que fuera la cooperativa la encargada de realizar la tercera concentración regional de cooperativas, tarea que la entidad aceptó con agrado. Se planificó realizar en ese acto un homenaje a Don Pedro Marín Maroto, y por otro lado disponer la inauguración oficial de la obra de provisión de aguas corrientes. El acto público se proyectó para el domingo 22 de marzo de 1953. Para esta ocasión se designó una comisión compuesta por los señores Florentino Aliciardi, Dante Luis Bianchini y Antonio Maluf con amplias facultades para organizar los referidos actos y disponer en detalle todo cuanto concierne a invitaciones, propaganda, recibimiento y agasajo de las delegaciones.[152] En este acto también se dejó inaugurado el tanque de agua, el que poseía una capacidad de almacenamiento de un millón de litros.[153]
Es digno de destacar el homenaje que se realizó a Don Pedro Marin Maroto, por tratarse de un habitante de la localidad, que se gano su respeto, no solo por su accionar en cuanto a la fundación del pueblo y luego su expansión, sino por todo lo que estaba ligado a mejorar la calidad de vida de sus vecinos.
Las metas ambicionadas por don Pedro, permitieron catalogarlo como visionario y fueron estas también, parte de su último aliento. Se encontraba en Buenos Aires, realizando gestiones vinculadas con la obra de canales de riego, cuando sufrió un paro cardiaco a la edad de 57 años.
Solicitudes de extensión del servicio
La provisión de agua a la localidad no comenzó hasta mayo de 1952, lo que significa que desde que los riotercerenses plantearon la necesidad de ese servicio, pasaron casi diez años, es por esto que, tan cercana a la fecha del inicio del servicio, todavía se seguían utilizando suministros provisorios como en el caso de los realizados por la municipalidad. Esos suministros estaban a cargo de los carros y camiones de la comuna, los que actuaban como distribuidores, y el precio establecido fue de $ 0.50 m/n por m3 para uso domiciliario y de $ 0.30 m/n por m3 para el riego de calles. La demanda del elemento vital era acuciante al punto que también hubo que autorizar al Lawn Tennis Club a efectuar la instalación por su cuenta.[154]
La obra de extensión del servicio debió convivir por cierto con el servicio ya en marcha, lo cual no era una tarea fácil, de modo que para poder lograrlo se recurrió a diferentes medidas, entre ellas, la instalación de nuevas bombas, la subdivisión del radio urbano en zonas que pudieran ser aisladas de forma tal que la ejecución de las conexiones se hicieran sin interrumpir la provisión, y la instalación de tanques elevados cuya finalidad era disponer de una reserva de agua en casos de un inevitable corte del suministro. No obstante, a pesar de las medidas implementadas al momento de efectuar las nuevas conexiones domiciliarias se sucedieron las interrupciones frecuentes y prolongadas.[155]
Plano nº 1
Plano parcializado de la ciudad de Río Tercero. Primera fase de red de distribución de agua.
Fuente: Secretaria de desarrollo urbano. Dirección de planeamiento. Municipalidad de Río Tercero.
Sobre la subdivisión del radio urbano en relación con el avance de la red distribuidora no se han encontrado datos en las fuentes primarias consultadas, pero si sabemos que las redes de provisión se extendieron en la etapa inicial, a partir de los dos primeros pozos ya construidos y en condiciones de prestar servicio. Los mismos estaban ubicados en las siguientes calles: el pozo nº 1[156]-con una hondonada de 80 m- en Sarmiento y Esperanza, junto al tanque de agua. Éste se comenzó a construir en el año 1949 culminándose en el año 1951 y el pozo nº 2, en Deán Funes 15, en el terreno donde funciona en este momento el edificio administrativo de la cooperativa, fue construido en el año 1952, con una profundidad de 78 m.
Las primeras redes se extendieron desde esos puntos abarcando lo que hoy se conoce como el barrio céntrico, Belgrano y parte del Castagnino. En el plano nº 1 se puede observar el radio cubierto.
Desde el momento en que se dio inicio a la provisión de agua a la localidad, la cooperativa debía asegurar tanto el caudal como la calidad del agua a suministrar. Es por esto que para asegurar su potabilidad y pureza y prever la necesidad eventual de su tratamiento, en julio de 1952, se adquirió a la firma Lockwood y Cía S.R.L. dos aparatos cloradores[157]de la marca Permutit, al precio de $ 12.340 m/n, y un comparador de la misma marca a $ 280 m/n; en ambas compras la cooperativa obtuvo el 2,5 % de descuento por pago contado.[158]
Los habitantes que no fueron beneficiados con la primera parte de la obra no tardaron en acercarse a la cooperativa para presentar solicitudes de ampliación del área de cobertura del servicio. Desde el año 1953 hasta 1963 se sucedieron en forma constante esos pedidos de extensión de los ramales o de realización de nuevas conexiones, los que fueron analizados por el consejo de administración teniendo en cuenta las posibilidades reales de la cooperativa. En algunos momentos se efectuaron hasta un máximo de quince conexiones en el día, lo que permitió un ahorro considerable de mano de obra.
El orden en que los barrios fueron solicitando el nuevo servicio fue el siguiente: Barrio Acuña, Perón, Cabero, Cerino, Zoila Torres de Acuña, ampliación de Castagnino, Casino, Escuela, Sarmiento y Monte Grande.[159] El emplazamiento de los nuevos barrios respondió a razones diferentes, por un lado se evidencia la proximidad geográfica, los límites de un barrio marcan el inicio del nuevo y por otro lado, por la cercanía al complejo fabril. Tanto despliegue demandaba organización interna, es por esto que al carecer de un plano de la localidad de gran tamaño, se mando confeccionar uno a cargo de Luis Nani quien por la realización del mismo cobró $ 1.000 m/n. La finalidad del trazado local era demarcar las líneas de agua y energía, para una mejor visualización. En el plano nº 2 se puede ver la ubicación de los barrios mencionados.
Plano nº 2
Plano parcializado de la ciudad de Río Tercero.
Extensión de la red de distribución de agua.
Fuente: Secretaria de desarrollo urbano. Dirección de planeamiento. Municipalidad de Río Tercero.
Para poder magnificar este crecimiento poblacional, se presenta a continuación un cuadro de evolución poblacional, tomando como partida la década de 1950.
Cuadro nº 3
Evolución Poblacional (1950-1999)
Años | Población |
1950 | 14.000 |
1960 | 18.500 |
1970 | 22.000 |
1980 | 34.500 |
1990 | 42.000 |
1999 | 45.000 |
Fuente: Colautti, Fernando. Río Tercero tiene historia, Biblioteca Popular "Justo José de Urquiza", Río Tercero, 1999.
A su vez, expondremos un cuadro de "Evolución de Inmuebles".
Cuadro nº 4
Evolución de Inmuebles (1936-1998)
Años | Población |
1936 | 361 |
1940 | 455 |
1945 | 829 |
1950 | 2.126 |
1955 | 3.204 |
1960 | 4.183 |
1965 | 4.954 |
1970 | 5.783 |
1975 | 7.342 |
1980 | 9.508 |
1985 | 11.544 |
1990 | 13.108 |
1995 | 14.345 |
1998 | 15.523 |
Fuente: Colautti, Fernando. Río Tercero tiene historia, Biblioteca Popular "Justo José de Urquiza", Río Tercero, 1999.
La información arriba presentada, se basa en datos oficiales de la Cooperativa de Obras y Servicios Públicos de Río Tercero, que evidencia la cantidad de propiedades conectadas al servicio de energía eléctrica.
En contra de lo establecido en el reglamento elaborado para el suministro de agua -ya trabajado en el capitulo anterior-, que en el punto 3 establecía que "queda terminantemente prohibido efectuar conexiones o acoplamientos para proveer agua a propiedades vecinas, sin la debida autorización de la cooperativa"[160] surgió la situación que ameritaba desoír esta disposición, porque ante las solicitudes de provisión de agua presentadas por los barrios y teniendo en cuenta la demora, la gerencia decidió efectuar provisoriamente conexiones colectivas, alimentado cañerías privadas donde las hubiere.[161]
Para poder entender esta decisión asumida por los que conducían la entidad, expondremos uno de los principios cooperativos[162]"Compromiso con la comunidad: La cooperativa trabaja para el desarrollo sostenible de su comunidad por medio de políticas aceptadas por sus miembros". Este principio rector que regula el cooperativismo, es lo que justificó el haber actuado en contraposición con lo pautado por la misma cooperativa. La cuestión primordial en esta situación en particular, fue garantizar el desarrollo sostenible de los habitantes que necesitaban del elemento vital.
Durante el año 1957 se extendieron las cañerías en más de 8000 metros abarcando así a barrio Cabero, zona norte de la avenida General Savio y parte de la zona sur de la mencionada arteria. Quedaba por instalar lo que restaba de esa zona y llegar hasta barrio Casino, como también abarcar los barrios menos poblados y otros que comenzaban a edificarse.[163]
A la zona de barrio Casino se llegó en el año 1959, cuando se extendieron 1.772 metros de cañerías. Este sector tenía servicio propio con caños similares a los de la red, pero el suministro que brindaba era deficiente, por lo cual se iniciaron gestiones para adquirir esa instalación y unirla a la red general de la cooperativa.[164]
En 1960, el barrio Zoila de Acuña y la ampliación de barrio Castagnino pidieron el suministro tanto de agua como de energía eléctrica, con el compromiso de suscribir acciones por un monto de $ 100 m/n con el fin de contribuir a financiar las obras necesarias a tal fin. Los reclamos en ese sentido fueron varios y fueron atendidos por la cooperativa porque los terrenos que se beneficiarían con el servicio estaban próximos al Castagnino, zona originaria del servicio, y por lo tanto sólo era necesaria una pequeña ampliación de cañerías, con la que se contribuiría al progreso de esa zona.[165]
Con posterioridad, la demanda siguió el ritmo del crecimiento de la localidad de Río Tercero y en la actualidad no solo se sigue ampliando el área de cobertura sino que también, por el paso del tiempo, se renuevan las viejas redes de distribución, con la finalidad siempre presente de brindar un servicio óptimo.
Nuevas obras y contratación de mano de obra.
Durante la etapa considerada en este capítulo, las obras realizadas fueron las relacionadas con la perforación de nuevos pozos con sus respectivas bombas, la colocación de la cañería que permitiría la extensión del abastecimiento de agua a nuevas zonas, en especial los barrios que se iban formando, y también la instalación de medidores.
Para la instalación de la bomba número tres se necesitaba el terreno donde colocarla. Éste fue ofrecido, en marzo de 1955, por las vecinas de Rio Tercero Zoila Acuña viuda de Marín y Catalina Temporini viuda de Ravetti, al precio de la valuación fiscal.[166] Ese pozo se construyó ese mismo año en el terreno ubicado en las calles Caseros y Carriego; su profundidad fue de 80 m.[167] La bomba que en él se instaló se adquirió a la firma Shepard Hay y Cía., a la que se le solicitó que modificara el sistema de lubricación de agua por el de aceite, modificación que era consecuencia de la experiencia obtenida en las bombas que estaban en uso. El costo de la bomba fue de $ 76.300 m/n y tenía las siguientes características: capacidad de 150.000 litros por hora con motor de 65 hp y caños y columnas unidos a bridas en lugar de cuplas.[168] La perforación del pozo fue adjudicada a Alfredo Parodi, el 16 de setiembre de 1954, al precio de $ 420 m/n el metro, sumando un total de $ 98.000 m/n. La cercanía de la época estival hacía indispensable una rápida ejecución de esa perforación y la inmediata puesta en funcionamiento de la nueva bomba, circunstancias que actuaron como factores de presión tanto sobre el consejo de administración como del adjudicatario de la obra.[169]
Además, con el fin de mejorar y dar mayor seguridad a los equipos de bombeo, se compraron a la firma Siam Di Tella S.A. dos motores verticales de eje hueco de 100 HP cada uno. Estos motores remplazaron a los horizontales instalados en las bombas uno y dos. Por su funcionamiento a transmisión no necesitaban permanente vigilancia.
La operación se concretó en la suma de $ 51.000 m/n por cada motor, con una entrega del 20% a cuenta. A su vez, para el año 1956, con el nuevo equipo en marcha y en mejores condiciones los otros dos, se proyectó la extensión de cañerías en una longitud de aproximadamente 7.000 m.[170]
Ante la aparición de nuevos y populosos barrios de la ciudad, a fines de 1956 la gerencia informó al consejo de administración que para abarcar las zonas de más densa edificación serían necesarios siete mil metros de caños de varias medidas Esto fue considerado por los consejeros, quienes analizaron las diferentes cotizaciones recibidas y encontraron que la más conveniente era la de Agar, Cross y Cía., de manera que a esa firma se le compraron las siguientes cañerías: quinientos cincuenta metros de 150 mm, quinientos metros de 100 mm, mil doscientos metros de 60 mm y cuatro mil quinientos metros de 50 mm, a un costo respectivo por metro de $ 57,94 m/n, $ 40, 70 m/n, $ 26,81 m/n y $ 17,39 m/n, pagaderos en cuatro cuotas dentro de los 120 días de la fecha de pedido.[171] Por otro lado, en marzo del año siguiente también surgieron nuevas erogaciones por la compra de un medidor de agua de 50 mm de paso para ser instalado en la conexión efectuada a la Asociación de Cooperativas para la construcción de una fábrica de aceite.[172]
El crecimiento poblacional seguía en forma constante, por lo que podemos apreciar por la creación de nuevos barrios. A nivel nacional se inició una etapa que estuvo marcada por la alternancia entre gobiernos militares y civiles, como consecuencia de la desperonizacion que se llevo a cabo luego del golpe militar de 1955. A pesar de los cambios acaecidos en el plano del ejecutivo nacional, Río Tercero seguía el camino del progreso.
En el año 1956, por medio de un decreto del comisionado Tristán Acuña se restablecieron los nombres de calles, plazas y barrios. Se eliminan las denominaciones como Juan o Eva Perón, utilizados con la finalidad de homenajear al peronismo.
Pero no solo fue la acción de renombrar, se establecieron los nombres de numerosas calles a causa de nuevos loteos, que se agregaban al radio urbano. Así fue que nacieron las arterias Belisario Roldán, L. N. Alem, Leopoldo Lugones, Gral. Roca, H. Irigoyen, Carriego y otras de barrios Belgrano y Escuela. Los nombres de calles se seguían agregando, como así también los barrios, como Castagnino, Cerino, Atanor, Monte Grande, Cabero, Acuña y Sarmiento.[173]
Las inversiones no cesaban. En 1960, se procedió a la compra de una nueva bomba a colocarse en el pozo nº 4, que es el último que se construye en esta etapa. Como siempre, en esta ocasión se solicitaron presupuestos y el más beneficioso fue el de la firma Shepard Hay y Cía. Ltda. para los siguientes elementos: un cuerpo impulsor de siete cámaras para un caudal de ciento cincuenta mil litros hora o setenta metros de altura manométrica, en la suma de $ 63.600 m/n, y un motor eléctrico de 75 HP vertical, eje hueco marca Siam, en $ 119.000 m/n. En lo que respecta al cabezal se pidió a la firma nombrada un plano con las medidas del mismo. Según los cálculos realizados por la empresa oferente, esta bomba tendría una capacidad de extracción de 200.000 litros por hora.[174]
La perforación del pozo nº 4 ubicado en la calle Marconi esquina Chacabuco, en el barrio Escuela, fue realizada por la empresa Garland Ford. Para este fin la cooperativa adquirió a Eduardo Gigli un terreno en la suma de $ 20.000 m/n.[175] A su vez, por intermedio de FACE, se adquirió barras de acero necesarias para la fabricación de los ejes y uniones, iniciando también el corte de los tubos de 8" que la cooperativa tenía en existencia y ordenando la ejecución de las bridas, soldaduras, frenteado y todos los trabajos necesarios a fin de dejar terminados los caños columnas para la bomba.[176] El costo total de esta obra incluidos mano de obra y materiales necesarios para la instalación de la bomba, ascendió a $ 491.246.20 m/n.[177]
En síntesis, hasta 1960 se habían realizado excavaciones para cuatro pozos de donde se extraía el agua para el suministro de la población de Río Tercero. El cuadro nº 3 muestra la ubicación de esos distintos pozos y la condición en la que se encontraban estos al momento en que se editó la fuente de donde proviene esta información. Como se puede apreciar, en 2003 algunos de esos pozos ya no se encontraban en funcionamiento. Esto se debió a dos situaciones. Por un lado, como consecuencia de los efectos de una sobre explotación, lo que causó una baja en la calidad del agua, que impidió a la cooperativa garantizar la calidad del servicio y a su vez salvaguardar la salud de los usuarios. Por otro lado, también influyó la realización de más perforaciones que garantizaban la calidad del agua a extraer, lo que permitió dejar en desuso o en reserva algunos de esos pozos.[178]
Cuadro nº 4
Perforaciones realizadas para la extracción de agua corriente
Nº | Ubicación | |||||
Pozo nº 1 | Ubicado en Sarmiento y Esperanza, construido en 1949, profundidad 80 m- en uso –funcionamiento | |||||
Pozo nº 2 | Ubicado en Deán Funes 15, construido en 1952, profundidad 78 m. Desafectado- fuera de uso | |||||
Pozo nº 3 | Ubicado en caseros y Carriego, construido en 1955, profundidad 80 m. Se mantiene como reserva. | |||||
Pozo nº 4 | Ubicado en Marconi y Chacabuco, construido en 1959, profundidad 70 m. Desafectado- Fuera de uso |
Fuente: Cooperativa de Obras y Servicios Públicos Ltda. de Río Tercero (2003). "Nuestra Historia (1933-2003). 70 Años de Vida", Río Tercero.
Inconvenientes en la continuación de la obra
Los inconvenientes que se plantearon en la ejecución de las distintas obras relacionadas con el servicio de agua corriente tuvieron un origen interno y otro externo. En el ámbito interno se suscitaron diversos problemas, tales como el desgaste de las instalaciones destinadas al servicio, la irresponsabilidad de los contratistas y por último, la morosidad de algunos beneficiarios del servicio, lo que influía de forma negativa en la economía de la cooperativa. Entre los factores exógenos, destacan los vaivenes sufridos en la política nacional que incidían en la economía del país repercutiendo negativamente en los aspectos económicos de la obra, por ejemplo, en la adquisición de equipos y materiales.
En el caso de los equipos fueron las bombas las que requirieron diversas reparaciones. A la bomba instalada en el pozo nº 1 se la debió reparar en el año 1952, por haber sufrido desgastes que impedían mantenerla en funcionamiento por más tiempo. Para solucionar este problema se utilizaron los servicios de D. de Achenberg, cuya notoria competencia en la materia constituía una seguridad tanto en el orden técnico como económico.[179] Cuatro años después, durante el mes de agosto de 1956 se debió levantar la bomba nº 2 por rotura de varios soportes de cojinetes que habían ocasionado la destrucción de las turbinas y su eje. El arreglo y reforma necesarios para poner nuevamente en funcionamiento esta bomba, supuso la inversión de aproximadamente $ 40.000 m/n. La solución a este problema se vio demorado por un factor ajeno a la cooperativa, el conflicto metalúrgico, al que más adelante se aludirá especialmente.[180]
En los años siguientes este tipo de problemas continuaron. En 1959 se quemó la bomba nº 1 y su motor fue rebobinado con urgencia, puesto que en ese momento también estaba en reparación la bomba nº 2. Al mismo tiempo, en la bomba nº 3 de 65 hp se produjo un corto circuito y fue necesario rebobinarla. Por supuesto que todos estos inconvenientes hicieron muy difícil el afrontar los pedidos de nuevas conexiones efectuadas por los vecinos. En esta época eran los residentes en el barrio Cerino quienes solicitaban el suministro de agua.[181]
El conflicto metalúrgico mencionado más arriba también repercutió negativamente en los intentos para adquirir materiales de diversos tipos, como por ejemplo caños de fibrocemento para la extensión de la red a barrio Escuela. Ese conflicto desembocó a mediados de noviembre de 1956 en un paro metalúrgico que duró 45 días, durante el cual la policía persiguió implacablemente a los trabajadores mientras que las patronales cesanteaban a centenares. Pero no fue ése el único inconveniente habido en relación a la adquisición de materiales, también incidieron otras cuestiones, entre ellas ciertas dificultades en la importación de la fibra necesaria para su fabricación. Lo cierto es que todas las casas consultadas coincidieron en no cotizar esos caños.[182] Es que si bien las empresas proveedores podían de alguna manera conseguir los materiales que se necesitaba no les era posible dar precios. Fue en esas condiciones que la cooperativa tuvo que realizar algunas operaciones comerciales gracias a las cuales pudo proveerse de materiales que le eran imprescindibles.[183]
Ante esto, y dada la urgencia con que los barrios reclamaban la provisión de agua, teniendo en cuenta además, lo manifestado por la firma Flores y Aimaretti S.R.L. en el sentido de que tratarían de conseguir en fábrica parte del material sin poder dar precios, se aceptó que les enviaran en esas condiciones hasta quinientos metros de caños de cincuenta milímetros y hasta trescientos metros de sesenta milímetros.
En algunas ocasiones los inconvenientes fueron ocasionados por los contratistas que no cumplían con los tiempos establecidos en los contratos de obra. En estos casos la cooperativa optó por incorporar a empleados permanentes para que se hicieran cargo de atender todo lo concerniente al servicio de aguas corrientes, entre otras cosas la colocación de cañerías y la ejecución de conexiones. Sin perjuicio de ello, la cooperativa también emplazó a esos contratistas; tal es el caso de Omar Dagotto a quien a fines de diciembre de 1952 se le exigió que a la brevedad diera cumplimiento a sus obligaciones emergentes del contrato suscripto para la ejecución de las conexiones domiciliarias so pena de la rescisión del referido contrato. Además, Dagotto debía efectuar las reparaciones a que hubiera lugar por su exclusiva cuenta.[184] Por último, se debe mencionar también la morosidad de los usuarios en el pago del servicio y las infructuosas tentativas de cobro efectuadas por la cooperativa, la que finalmente se vio obligada a exigir el cobro de esas deudas por la vía judicial. En efecto, en julio de 1956 el consejo de administración le concedió poder general al Dr. Héctor J. Cabido con la facultad de iniciar los trámites por vía judicial.[185]
La política nacional y los servicios públicos
Haciéndose eco de la realidad que vivía el país, en la reunión realizada el día 15 de noviembre de 1953, por unanimidad, el consejo de administración aceptó ajustar su accionar a los principios económicos tendientes al logro de los objetivos del segundo plan quinquenal aprobado por el gobierno nacional, en cuyo capítulo XG 22 inciso b se establecía adoptar la Doctrina Nacional consagrada por el artículo tercero de la ley 14184, que tenía por finalidad suprema, alcanzar la felicidad del pueblo mediante la justicia social, la independencia económica y la soberanía política".[186]
Asimismo, poco después se aceptó el pedido que hiciera la Dirección de Cooperativas del Ministerio de Industria y Comercio de la Nación, para que el consejo de administración en asamblea general ordinaria analizara el capítulo que se relacionaba con la energía y las cooperativas.[187]
Al tomar esas decisiones se tuvo en cuenta que lo que el gobierno trataba era de proyectar medidas que le permitieran resolver el trasfondo estructural de la crisis que afectaba al país. Se tuvo en consideración también que ese plan quinquenal se proponía, entre otras cosas, coordinar la participación de empresarios y trabajadores en la planificación y ejecución de la política económica del país, determinar el papel de la empresa privada frente al intervencionismo estatal, consolidar el cooperativismo y frenar la intermediación artificial en las actividades primarias.[188]
Relación cooperativa-municipio
Entre la cooperativa y el ente municipal, la relación fue siempre muy fluida y estrecha. Antes de que la primera se hiciera cargo del suministro de agua corriente, fue la municipalidad la que intentó solucionar ese acuciante problema. Luego, con el fin de brindar el servicio de provisión de agua a la localidad se firmó un contrato de concesión, entre la Municipalidad de Río Tercero y la cooperativa, ya analizado en el capitulo anterior. Aquí se estudiará la relación entre estas dos instituciones respecto de dos temáticas: el riego municipal y el problema del derroche del agua.
Riego municipal
Al decir que entre estas instituciones hubo una correspondencia es porque ambas se necesitaban para propender al crecimiento de la localidad y también por los abastecimientos que la municipalidad necesitaba para obras de bien común.
En el transcurso del año 1956 la municipalidad solicitó a la cooperativa la instalación de bocas para riego que al mismo tiempo sirvieran para casos de incendio. Ese pedido fue considerado y aceptado por la cooperativa y el consejo de administración decidió adquirir los materiales necesarios para llevar a cabo esta obra con cargo a la dependencia municipal.[189]
En realidad, las demandas de este tipo por parte de la municipalidad de Río Tercero fueron constantes. Ese mismo año se le había pedido a la cooperativa que considerase la posibilidad de una rebaja en la tarifa que se le aplicaba al municipio por el agua corriente utilizada, como también que se instalaran dos nuevas bocas tomas para los vehículos regadores. Teniendo en cuenta que se trataba de un servicio público, la cooperativa accedió a estos pedidos y estableció en $ 0,35 m/n el metro cúbico de agua para riego municipal.[190] Otro pedido del municipio fue la instalación de tomas de agua de veinticinco milímetros en las calles céntricas a fin de contar para el riego de esas arterias con mangueras, dada la falta de automotores.[191]
A raíz de las bocas tomas instaladas a pedido del ente municipal, se hizo necesaria la compra de medidores de agua para un mejor control del abastecimiento, pues hasta entonces y por carecer de medidores esos suministros se facturaban en forma aproximada. Ahora bien, al estudiar la cuestión se tuvo en cuenta una cotización enviada por la F.A.C.E. según la cual los precios de los medidores variaban entre dos mil quinientos y seis mil pesos de acuerdo con su procedencia. En vista del alto costo, la cooperativa solicitó al comisionado municipal una mayor participación de la comuna con capital accionario, a fin de hacer frente a esta inversión imprescindible para las nuevas bocas de riego. No obstante, como era inminente la iniciación de las obras de pavimentación de calles, para la cual se planeaba tomar agua de esas bocas, se decidió que, a pesar del elevado costo, se instalaran esos dos medidores de caudal de tres pulgadas de paso.[192]
En el párrafo anterior se alude a las obras de pavimentación, nueva necesidad que también fue satisfecha por la cooperativa dando comienzo así a la prestación de un nuevo rubro, las obras públicas.
En esta acción por la cual la cooperativa no solo va a cambiar su denominación, siendo desde ese momento Cooperativa de Obras y Servicios Públicos Limitada de Río Tercero, la que detenta en la actualidad; sino que este cambio de rumbo fue el que la va a posicionar en la actualidad en la segunda de importancia de la provincia, por la cantidad de servicios que presta.
A pesar de ser destacado el desarrollo que logro la institución, marca este suceso, o sea las obras de pavimentación, la ausencia del Estado, que delega su responsabilidad en este tipo de entidad.
El derroche del agua
Otro eslabón en la cadena de preocupaciones que inquietaban al consejo de administración y también a las autoridades municipales es el relacionado con el derroche del agua. A este problema siempre presente en las sociedades modernas se intentó darle solución por parte del ente municipal mediante el decreto nº 2005 del año 1962, en el cual se advertía de la no conveniencia del derroche de un elemento esencial para la vida del ser humano. Esta disposición, que se emitió en noviembre de ese año con el propósito de evitar la escasez de agua en la época estival, sancionó el uso indebido del agua y prohibió ciertas prácticas sociales que contribuían al mismo.[193] Consciente de la importancia de tal medida, el consejo de administración la apoyó y decidió incluirla en la Memoria y Balance General del año 1962, para que por medio de esa vía los asociados pudieran informarse de la misma.
Financiación de las obras
Entre los años 1953 a 1963, para hacer frente a los gastos generados por el mantenimiento de la obra ya realizada y la extensión del servicio no solo a barrios que no estaban incluidos en la fase anterior, sino también a los que se iban creando, prosiguiendo con la tendencia progresista de la ciudad, se recurrió a las instituciones bancarias que habían servido de soporte en la etapa anterior de la obra: el Banco de Crédito Industrial Argentino y el Banco de la Nación Argentina.
Asimismo se canalizó la búsqueda de capital con el aporte de los asociados y la venta de materiales y equipos en desuso. Por otro lado se generó recursos, por medio de las maquinarias adquiridas para la obra de provisión de agua corriente. Este último aspecto se desarrolla en el apartado siguiente.
En julio de 1952, la cooperativa se encontraba ante la siguiente situación: la obra requirió de la inversión de todos los ingresos de la entidad, lo que impidió la acumulación de fondos necesarios para la total amortización de la obligación contraída con el Banco de la Nación Argentina por el monto de $ 100.000 que fue otorgada con fecha 15 de noviembre de 1949. Asimismo la ampliación del préstamo solicitado al Banco de Crédito Industrial Argentino cuya solicitud correspondía al nº 5454 no se otorgó hasta agosto de 1954.
A su vez, se agregaba el agravante de que al haber dado comienzo al suministro de agua a un sector de la población se imponía la necesidad de extenderlo con rapidez a la parte faltante de la ciudad, a efectos de evitar la consecuencia de una posible contaminación de la napa superficial, por el uso incorrecto de los pozos que se encontraban fuera de servicio , es por esto que en la sesión realizada por el consejo de administración el 19 de julio de 1952, se decidió solicitar una renovación de la obligación que tenía la entidad con al Banco de la Nación Argentina que vencía en el mes de agosto del mismo año. La prórroga que se solicitó fue por un período de 180 días, previa amortización del 25%.[194]
Durante el año 1953, la cooperativa, intentando revertir la situación que generaba la insuficiencia de las líneas de alta y baja tensión y el aumento constante de consumidores y consumo -del servicio eléctrico-, decidió adquirir una nueva línea de alta tensión. Para esta acción se debía conseguir fondos para afrontar los costos, fue por esto que en la asamblea extraordinaria realizada el 31 de mayo de 1953, el consejo de administración emitió bonos cooperativos, hasta la suma de $ 1.000.000 m/n. Al cierre del balance del año 1953, solo se había suscripto la suma de $ 390.000 m/n.[195]
Para atender las primeras inversiones de mano de obra y entregas a cuentas de materiales comprados, se solicitó al Banco de la Nación Argentina un préstamo de $ 100.000 m/n hasta que el crédito solicitado al Banco de Crédito Industrial Argentino fuera otorgado, ya que a fines del año 1953, todavía se encontraba en trámite.
¿Por qué se hace referencia al servicio de provisión de energía eléctrica? Debido a que a partir del año 1956 se planificó la solicitud de préstamos para hacer frente a todos los servicios que prestaba la institución, o sea para el servicio de energía eléctrica y agua corriente. Se solicitó el monto de $ 400.000 m/n al Banco de Crédito Industrial Argentino, amortizable a diez años, siendo su nº de solicitud el 3568. Esta operación financiera se acordó el 10 de setiembre de 1957.[196]
En el párrafo precedente, podemos ver reflejado el accionar de una cooperativa que supo conjugar tanto la gestión de la provisión de energía eléctrica y el suministro de agua corriente, situación en espejo con el trabajo de Josean Garrúes Iruzun que analiza una empresa privada, con características similares.[197]
El monto otorgado por el Banco de Crédito Industrial Argentino se destinó a lo siguiente: la compra de 7000 metros de caños para proseguir con la extensión del servicio y para la adquisición de un autotransformador de 2000 KVA de 6600/10000 V y a CEGELEG S.A. un transformador de 500 KVA de 10.000/380-220V.[198]
Las dificultades planteadas y el inusitado progreso de la ciudad, marcan la imposibilidad de hacer frente con recursos propios de la cooperativa a las inversiones necesarias, por lo que se vieron precisados a recurrir a instituciones bancarias en demanda de crédito, cuya amortización se reflejó indefectiblemente en la tarifa.[199]
Para resumir, los préstamos solicitados en esta fase de la prestación del servicio a partir del año 1952 fueron los siguientes:1) Banco de Crédito Industrial, solicitud nº 3568, monto acordado $ 400.000, fecha en que se lo solicita el 6 de mayo de 1953 y fue acordado el 10 de setiembre de 1957 y 2) Banco de la Nación Argentina aprobó el pedido de prórroga presentado por la cooperativa en el mes de julio de 1952, sobre un monto de $ 100.000, el mismo fue cancelado a los 180 días y en el mes de junio de 1953 se otorgó un préstamo, siendo este de $ 100.000 m/n.
Generando recursos
Tal como se dijo anteriormente, la cooperativa hizo uso de todos los medios a su alcance para proveerse de los recursos necesarios para el buen funcionamiento del servicio de agua corriente. Además de los créditos otorgados por las entidades bancarias y de los recursos propios aportados por los asociados, una política que sirvió para generar recursos fue la venta de materiales y equipos en desuso.
La entidad contó con el aporte de los asociados y los créditos otorgados por las instituciones bancarias para afrontar los costos de la obra, pero como este servicio demandaba constantes inversiones, había que seguir buscando fondos, entre los que se van a utilizar, por ejemplo venta de motores, venta de maderas que habían sido usadas para el encofrado del tanque de agua y el alquiler de la maquina zanjadora para trabajos a terceros; a esto último nos referiremos al final de este apartado.
La instalación de nuevos motores en las bombas 1 y 2 permitió poner a la venta los retirados, obteniéndose la suma de $ 58.000 m/n por el de 108 hp y $ 74.000 m/n por el de 150 hp, ambos con su resistencia de arranque.[200] Durante el año 1958 también se vendieron todos los caños que se habían adquirido a la firma Macchiavelli e Hijos al iniciar la obra de aguas corrientes, y que resultaron inútiles por no resistir la presión requerida. Por esta última operación se obtuvo la suma de de $ 32.680 m/n, pues los caños se vendieron a razón de $ 40 m/n el metro, es decir, el mismo precio que la institución abonó en su oportunidad por los mismos.[201] Con esta política tendiente a recuperar los recursos invertidos en materiales y equipos que habían quedado fuera de uso, la cooperativa optimizó su desenvolvimiento económico.
Uso de la máquina zanjadora para terceros
Las maquinarias que se habían adquirido comenzaban a dar rédito. En el mes de julio de 1952, se registró un pedido por parte del casino general de la guarnición de la Fábrica Militar de Río Tercero y al considerar de interés público la obra a realizar,-la excavación de una pileta de natación– se cedió la máquina zanjadora, mediante el pago únicamente de los gastos que se originaran por el zanjado.[202]
Si el crecimiento de la población fue uno de los motivos que generó la obra de provisión de agua, esto seguía estando vigente en lo que concierne a la extensión de este servicio, es por esto que en 1953, cuando la compañía inmobiliaria de Rio Tercero, solicitó la máquina zanjadora a fin de colocar las cañerías de agua corriente en el loteo de su propiedad, la institución no pudo negarse, porque ello implicaba trabar el progreso constante del que era protagonista la ciudad. Seguidamente una imagen de la primera máquina zanjadora, propiedad de la cooperativa.
Maquina Zanjadora
Fuente: Cooperativa de Obras y Servicios Públicos Ltda. de Río Tercero (2003). "Nuestra Historia (1933-2003). 70 Años de Vida", Río Tercero, pp. 86.
Para acceder a la solicitud manifestada por la compañía inmobiliaria se establecieron las siguientes condiciones: a) la cooperativa facilitaba la máquina zanjadora a la compañía inmobiliaria mediante el pago de $ 1.50 m/n por metro lineal de zanja que se realizara en el mencionado loteo, b) el personal a emplear en la conducción de la máquina tendría que ser el mismo que la cooperativa tenía para esa función, c) el personal no podía realizar esa tarea en las horas comunes, sino en horas extras o días no laborales, por lo tanto sería de exclusiva cuenta de la compañía inmobiliaria el trato con el personal mencionado anteriormente, d) todos los gastos que ocasionase ese trabajo serían por cuenta exclusiva de la compañía.[203] De esta manera, no solo se comenzaba a beneficiar la cooperativa con el cobro del uso de la máquina zanjadora sino que se apostaba al futuro de la ciudad.
Cuando en 1955 se realizó el trabajo de zanjado para Atanor S.C.A. fueron 1652 metros a razón de $ 3,80 m/n por metro lineal.[204] En el caso de la localidad de General Cabrera en el año 1957, fueron 15.000 metros zanjados por la máquina de la cooperativa, fijándose el costo del metro lineal en $ 4,80.[205]Todas estas acciones sumaban ingresos que fueron destinados a la continuación de la obra, que perseguía un único objetivo: el bienestar general.
Tarifa, Consumo y Suministros
En esta sección se desarrollan tres temas: tarifa, consumo y suministro. En el primer caso se detalla la evolución de la misma desde que se inició el servicio en 1952 y hasta 1963, tratando de mostrar los aumentos que registró y el cambio en la modalidad de facturación del servicio. En cuanto al consumo se describe su desarrollo y las situaciones que justificaron la ampliación del servicio. En último lugar y en relación con el análisis de los suministros gratuitos, se tiene en cuenta la causa que generó la instauración de este tipo de suministros, la cantidad que se asignaba en cada caso y cuáles eran los usuarios que se beneficiaban en forma permanente.
Tarifa
Para este nuevo servicio había que crear un régimen tarifario, el mismo se elaboró y presentó ante la Dirección General de Hidráulica. Esta dirección otorgó su aprobación legal correspondiente por resolución 2915 con fecha 6 de octubre de 1951. El costo del servicio autorizado fue el siguiente:
Cuadro nº 5
Costo del servicio según resolución nº 2951
Usuarios con medidor | Costo | |
Tarifa mínima mensual para consumo de hasta 20 m3 | $ 10,00 m/n | |
Excedente de 20 m3 | $ 0,50 m/n por m3 | |
Usuarios sin medidor | Costo | |
Tarifa única mensual | $ 15,00 m/n. |
Fuente: A.C.R.T. Memoria y Balance General, año 1951.
Prosiguiendo con los costos para los prestatarios, se pautó que el descuento acordado al personal para el consumo de energía eléctrica, no regía para el suministro de agua corriente, debiendo ser facturado este último a tarifa común sin excepción. En esa misma asamblea realizada el 19 de julio de 1952, se elaboró el régimen tarifario para aplicarse a los suministros que demandaba la municipalidad, y en el caso del agua destinada al riego de las calles se pautó el precio de $0.40 m/n por cada metro cúbico de agua.[206]
Los vaivenes económicos que sufrió el país, produjeron modificaciones que también se sintieron en el propósito que llevaba a cabo la cooperativa, un ejemplo de esto fue que ante los diferentes aumentos de la mano de obra para las conexiones domiciliarias, se tuvo que variar la tarifa de las mismas para absorber los costos, de esa manera fue que se fijó, en 1954, para las conexiones cortas el precio de $ 35 m/n y las largas en $ 50 m/n.[207] El porcentaje de aumento registrado en estas tarifas fue del 20.68% en el caso de las conexiones cortas y del 26.12% para las largas, en un período que va desde 1952 hasta 1959.
La tarifa del servicio, se mantuvo fija desde que se inició la provisión hasta 1956. A partir de ese momento, no solo surgió un reajuste tarifario sino también un cambio en la modalidad de facturación. El reajuste tarifario se debió a que el régimen que regía en ese momento estaba por debajo del costo. Desde que se inició la provisión, la facturación se realizaba con una frecuencia mensual y a partir del año 1957 se modificó a una periodización bimestral.[208]
Cuadro nº 6
Evolución del aumento tarifario del servicio de agua corriente
Años 1956-1963
Fuente: Memorias y Balances de la Cooperativa de Río Tercero.
El lapso que abarca el cuadro nº 4, denominado "Evolución del aumento tarifario del servicio de agua corriente" nos permite ver el incremento que sufrió la tarifa del servicio en cuestión. El porcentaje corresponde al 233.33% tanto para la tarifa única que equivalía a un mínimo de 40m3 como para el excedente por metro cúbico.
Estos aumentos estuvieron generados por el aumento de sueldos al personal dedicado a la rama de agua corriente, el mayor costo de la energía que consumen las bombas extractoras de agua, la elevación de todos los gastos de explotación, como también por intereses y amortizaciones de los préstamos acordados para la realización de la obra, por intermedio del Banco de Crédito Industrial Argentino.
Los ajustes siguieron como consecuencia directa de los aumentos experimentados en las tarifas ordinarias, y en octubre de 1959, se revieron las aplicadas a la municipalidad local. Las tarifas para el consumo municipal se pautaron en [209]$ 1.05 m/n el metro cúbico de agua, registrándose un aumento del 262.5% en un período de siete años.
Consumo
Al analizar la evolución de un servicio que se presta a una comunidad, los datos que nos sirven de base son los del consumo del mismos, es por esto que a continuación se presenta un cuadro sobre la estadística de distribución de aguas corrientes.
Cuadro nº7
Estadística de distribución de agua corriente
Años 1955-1963
Año | Importe facturado (en $ m/n) | Consumo Kwh | Bombas (en $ m/n) | Importe consumo municipal (en $ m/n) | Conexiones |
1955 | 356.033,30 | 359.710 | 94.480,10 | 22.126,60 | 2.225 |
1956 | 378.987,35 | 355.785 | 95.661,95 | 22.340,80 | 2.476 |
1957 | 492.181,15 | 338.754 | 113.102,00 | 27.375,75 | 2.827 |
1958 | 589.364,70 | 412.824 | 159.182.55 | 32.626,75 | 3.157 |
1959 | 1.121.939,00 | 336.599 | 272.817.05 | 29.977,85 | 3.316 |
1960 | 1.550.545,95 | 299.500 | 365.200,00 | 60.933,50 | 3.507 |
1961 | 1.764.861,95 | 366.000 | 473.800,00 | 66.672,90 | 3.732 |
1962 | 2.181.985,85 | 415.400 | 629.740,00 | 77.763,00 | 3.971 |
1963 | 2.470.338,05 | 493.000 | 912.050,00 | 93.919,40 | 4.144 |
Fuente: A.C.R.T. Memorias y Balances.
Del cuadro de estadísticas se puede examinar que en todos los rubros se observa aumento: en el importe facturado (593.85%), en el consumo (37.05%), en lo que respecta a las bombas extractoras (865.34%), en el rubro importe consumo municipal (324.46%) y en la sección conexiones (86.25%). Esta situación sumada al crecimiento que nunca decayó, fue lo que justifico la extensión del servicio.
En el cuadro n° 5 se puede observar que se destaca a un consumidor por sobre el resto: el municipio local. Al tomar la columna denominada "Importe consumo municipal" podemos observar un aumento en las tarifas, pero ese incremento no se corresponde en proporción al que experimenta la columna "Importe facturado". Esto se debe a que el intendente solicitó una rebaja en la tarifa del consumo municipal, por considerar que el fin que se le daba era de bien público.[210]
Suministros gratuitos
Cuando la cooperativa, decidió realizar la obra de provisión de agua corriente, tuvo que modificar sus estatutos. En esta reforma estatutaria se estableció que la misma proveería en forma gratuita y con limitación del consumo, luz y agua a las oficinas -tanto públicas nacionales como provinciales- y también se beneficiarían establecimientos educacionales y hospitales. Por otro lado, los particulares que obtenían el servicio en forma gratuita, no eran permanentes, pues iban variando, y eran acreedores del mismo por que presentaban condiciones económicas comprometidas.
Para el nuevo servicio, lo dispuesto en los estatutos autorizaba el suministro de agua corriente sin cargo hasta un límite de 40 m3. Esta cantidad coincidía con lo pautado como tarifa única que se les cobraba a los usuarios de la prestación. El cuadro siguiente proveniente de las fuentes de la institución nos ilustra lo referido anteriormente.
Cuadro nº 8
Suministros gratuitos
Beneficiarios Instituciones públicas y particulares | Servicio eléctrico (en Kwh) | Servicio de agua (en m3) | |
Biblioteca Popular | 467 | 40 | |
Hospital Vecinal | 2.400 | 40 | |
Culto Evangélico | 355 | 40 | |
Miguel C. Ferreira | 50 | 40 | |
Colegio Jesús María y José | 1.200 | 40 | |
Escuela Nacional nº 196 | 1.999 | 40 | |
Policía | 2.596 | 40 | |
Escuela Fiscal "Modesto Acuña" | 1.597 | 40 | |
Iglesia Parroquial | 300 | 40 | |
Correos y Telecomunicaciones | 1.320 | 40 | |
Escuela Nacional nº 402 | 2.978 | 40 | |
Guerino Artioli | 119 | 40 | |
Soc. de Mis. Extranjeras de la Iglesia | 226 | 40 | |
Dirección General de Rentas | 824 | 40 | |
Escuela Fiscal Remedios de Escalada | 166 | 40 | |
Sala de Primeros Auxilios Bº Castagnino | 130 | 40 | |
Ministerio de Agricultura y ganadería | 479 | 40 | |
Ministerio de Trabajo y Previsión | 347 | 40 | |
Sala de Primeros Auxilios Bº Escuela | 109 | 40 |
Fuente: Memoria y Balance de la Cooperativa de Río Tercero. Año 1958
A modo de cierre del capítulo
La prestación y extensión del servicio, no es un capitulo que pueda concluir con el cierre del servicio, puesto que este y luego otros servicio que la cooperativa brindó y brinda en la actualidad le permitió convertirse en proveedora de servicios públicos .Hasta el año 1963 se colocaron 42000 metros de caños a lo largo de la ciudad. Al decir esto, estamos dando cuenta que la obra prosiguió, la perforación de pozos también como todo lo que implicó este suministro, porque la ciudad siguió creciendo y con este crecimiento no desaparecen las demandas, al contrario continúan.
Capitulo 5
Impacto de la obra de provisión de agua corriente, en la localidad de Río Tercero
Impacto de la obra de provisión de agua corriente en la localidad de Río Tercero.
La obra realizada por la cooperativa local, buscó proveer de agua para consumo humano, o sea agua de calidad. Este objetivo, y las acciones que se realizaron para lograrlo trajeron como consecuencia un cambio en la localidad de Río Tercero: la modificación de su espacio urbano. De ello tratara este apartado. Se aclara que no se ha trabajado con censos, ni política laboral, sólo se tomó en cuenta la descripción de la ciudad y su urbanización.
Descripción del espacio urbano antes de la realización de la obra
En el apartado denominado antecedentes, se trabajo el surgimiento de la localidad, ahí se da cuenta de la finalidad originaria de la fundación del poblado, y cómo luego, a raíz de la realidad nacional, paso de ser una población con un perfil agrario a uno industrial. Con el tiempo la misma adopta un perfil mixto: agrario e industrial.
Los pobladores, impresores de una idiosincrasia.
Para entender el por qué la entidad cooperativa se consolido en el espacio urbano sobre el cual versa esta investigación, un dato relevante es tener conocimiento sobre quiénes eran los habitantes que se radicaron, los que eligieron este lugar como su lugar. Los primeros en habitarlo provenían de la segunda oleada de inmigrantes que ocupó la zona sudoeste del territorio de la provincia de Córdoba y sudoeste de Santa Fe, allá por los años 1920. Tenían como objetivo primordial, la búsqueda de posibilidades.
La nacionalidad de la mayoría de estas personas era extranjera. Provenían de España e Italia, sus hijos eran nacidos en la zona centro sur de la provincia de Córdoba y también de las provincias del litoral argentino.
Ya en 1919, según el anuario Kraft, Río Tercero figuraba con más de 500 habitantes, posicionándola entre las poblaciones más importantes, incluso según data en la misma fuente, en esa época contaba con una comisaría de policía, un juzgado de paz, un registro civil, una estación ferroviaria, una receptoría de renta, una oficina de correos, dos escuelas: la fiscal y la que pertenecía a las Hermanas Carmelitas y una oficina de expedición de guías. Esto último fue a raíz de la existencia de importantes establecimientos ganaderos en la zona.
El conocer el origen de quienes habitaron esta zona, permite entender sus características, en especial las que se relacionan con una de las temáticas abordadas en esta investigación, que es el cooperativismo. Éstos vecinos descendientes de italianos y españoles, cuando se asientan en el lugar buscan asociarse para solucionar problemas comunes, de ahí que surgen las sociedades de socorros mutuos. Dicho suceso se inspiró en la necesidad de agruparse aportando todas sus costumbres en cuanto a comidas, reuniones, fiestas, santoral, con el fin de integrarse y estrechar lazos comunitarios.
Una costumbre arraigada en el país, desde las primeras décadas del XX, en el que se habían asentado inmigrantes, en su mayoría italianos y españoles, fue la creación de entidades representativas de esas colectividades.
La primera en la localidad objeto de estudio, fue la Sociedad Española de Socorros Mutuos que inició sus actividades al finalizar el mes de abril del año 1922. Como contrapartida a esta acción, los italianos se movilizaron y convocaron a diversas reuniones, que llevaron a la creación de la sociedad Italiana "Vittorio Veneto de Río Tercero", en octubre de 1924.
Este comportamiento de asociación, ante la eventualidad de un problema, nos da algunas pautas del por qué hubo una aprehensión del concepto cooperativo por los habitantes. Desde esta configuración es posible estudiar los grandes procesos económicos y sociales centrando el análisis en experiencias micro, rescatando el lenguaje de la vida y los valores humanos comunes.
La localidad vista por la institución cooperativa
En el momento en que la entidad cooperativa consideró la posibilidad de realizar la obra para aprovisionar de agua corriente a la localidad; se le encargó a una comisión que elaborara un informe. En dicho informe se expresaron las siguientes apreciaciones acerca de cómo había cambiado la ciudad a raíz de la instalación de la cooperativa y de la fábrica militar:
"Río Tercero ocupa en la actualidad un puesto de vanguardia entre los pueblos más progresistas de la provincia. Situado en la zona de influencia del Embalse de Río Tercero y favorecido con el establecimiento de una fábrica militar, va trasponiendo a grandes pasos las etapas del progreso que habrían de convertirlo, a corto plazo, en una pequeña ciudad. Tal aseveración se basa en hechos evidentes que superan las previsiones más optimistas, los datos estadísticos que poseemos nos permiten asegurar que de 10 años a esta parte, la población de Río Tercero, se ha triplicado. En prueba de ello bastaría citar el aumento de las conexiones eléctricas: de 280 conexiones existentes en 1935 a 850 conexiones en 1945".[211]
Una cuestión que en ese párrafo destaca es indudablemente la referida al aumento de población que la localidad registraba y que podía medirse a partir del crecimiento que se observaba en las conexiones eléctricas habidas en los últimos 10 años, lo que a su vez se relacionaba con el accionar de la cooperativa eléctrica que había gravitado muy favorablemente en el desarrollo social y económico local y de lo cual se dejaba constancia en el siguiente apartado cuando se afirmaba:
"Desde su fundación, la cooperativa fue depositaria legítima de los anhelos y de las esperanzas de sus asociados que vieron en ella, amalgamados en una unión indestructible las fuerzas económicas y morales de un pueblo que marcha sus elevados destinos apoyado en el trabajo honesto de sus hijos y en la orientación de sus instituciones. Hija dilecta de este pueblo, la Cooperativa ocupa un lugar de preponderancia en el concepto público; supo a través de una ejemplar administración encauzada dentro de las más estrictas normas cooperativas, afianzar en forma definitiva la confianza que inspirará desde el comienzo. A pesar de la limitación de sus facultades impuestas por los estatutos, la Cooperativa, en desempeño de su elevada misión como entidad representativa, tiene el deber de intervenir en la solución de todo problema de interés colectivo para sus asociados".[212]
Cuadro nº 9
Evolución de asociados y usuarios de energía eléctrica (1910-1960)
Años | Asociados | Usuarios |
1936 | 401 | 361 |
1937 | 431 | 371 |
1938 | 486 | 399 |
1939 | 546 | 430 |
1940 | 614 | 455 |
1941 | 624 | 494 |
1942 | 671 | 532 |
1943 | 680 | 578 |
1944 | 901 | 661 |
1945 | 1.071 | 829 |
1946 | 1.296 | 1.065 |
1947 | 1.597 | 1.283 |
1948 | 1.992 | 1.613 |
1949 | 2.402 | 2.024 |
1950 | 2.759 | 2.126 |
1951 | 3.010 | 2.250 |
Fuente: Memoria y Balance General. Año 1951
En el párrafo anterior queda claramente expuesto el singular desempeño de la cooperativa hasta ese momento y se enaltece su misión como entidad representativa de la comunidad en la que se encontraba inserta, que la obligada a intervenir en la solución de todo problema colectivo que afectara a sus asociados, aún cuando se tratara de uno de tal magnitud como el que en esos momentos tenía entre manos, pero cuya solución estaba al alcance de los vecinos de Río Tercero.
Porque esa población tenía el privilegio de estar ubicada a orillas de un río del que se podía extraer agua de buena calidad y suficiente como abastecerla y por lo tanto esto simplificaba el problema al exigir solamente una mínima inversión para hacer realidad el proyecto y con ello desterrar las consecuencias que traía aparejada la escasez y/o carencia de agua corriente.
A su vez a través del cuadro nº 9 se evidencia un aumento de asociados del 651 por ciento y de usuarios de energía eléctrica del 525 por ciento, en el periodo de 15 años
Claro que esto suponía la adopción por parte de la cooperativa de una trascendente decisión: la de hacerse cargo del proyecto, como ya había sugerido en un informe que como médico y sobre todo como cooperativista había presentado el doctor Tiburcio Aldao quien, haciéndose eco del sentir de la población, había tratado de llamar la atención de las autoridades de la cooperativa sobre ese ineludible compromiso, al asegurar:
"El asunto luz para la cooperativa está terminado y hoy se juntan ganancias para el reintegro e intereses. Esa no es la misión de la cooperativa, suspendan reintegro e intereses y financien lo más pronto la instalación de aguas corrientes, ya que es inútil esperarlo del gobierno y con ello remediaremos uno de los mayores problemas: la salud de la población y evitar epidemias como la reciente de tifoideas con más de 20 enfermos (3 fatales) a pesar de las medidas tomadas de profilaxis, será una satisfacción para los señores directores, si lo realizan!".[213]
La importancia del proyecto no era por nadie desconocida, como tampoco lo era la situación privilegiada en que se encontraba la localidad de Río Tercero y que en el informe de 1946 se describía con precisión:
Página anterior | Volver al principio del trabajo | Página siguiente |