8. Lectura de Gino Germani: Movilidad Social En La Sociedad Industrial
La movilidad social durante la época de la inmigración masiva
Para analizar la movilidad en sociedades, es necesario recordar la distinción entre diferentes factores de movilidad, factores que se vinculan con las modificaciones en la proporción de categorías o posiciones ocupacionales disponibles, de aquellos otros que originan movilidad en virtud del hecho de que, cierra parte de los individuos dejan las posiciones que ocupaban en un momento dado, se vuelven disponibles para que otros las ocupen. La movilidad originada en modificaciones en el tamaño relativo de las categorías, suele recibir el nombre de movilidad estructural, la que depende del intercambio de personas o familias podría denominarse movilidad de circulación o por remplazo. Una movilidad en los países en transición es la menor fertilidad de las familias ubicadas en determinadas posiciones por lo cual la población allí ubicada no logra reproducirse en cantidad suficiente para cubrir todas las plazas disponibles.
En la medida en que la presencia de una fuerte movilidad estructural o demográfica tiende a incrementar de manera muy intensa la tasa de movilidad general modificando sustancialmente las chances de los individuos de ascender o descender es muy posible que se verifiquen efectos psicosociales de importancia.
Otro tipo de movilidad que, aunque cae dentro de la definición ya formulada como movilidad por remplazo, esta originada en las modificaciones masivas del personal directivo o calificado de las organizaciones que dependen del Estado o que pueden estar afectadas por decisiones de los lideres políticos y del gobierno.
Entre los anos 1860-1870 y 1910-1920 la Argentina experimentó un crecimiento extraordinario de su población, éste ocurrió en virtud del aporte inmigratorio por medio del cual se pobló el país. Si se tiene en cuenta la concentración geográfica de la inmigración en las zonas centrales, se revela un predominio numérico de los inmigrantes de ultramar precisamente en los grupos más significativos desde el punto de vista político y económico: los varones adultos.
En el período que se examina mas detalladamente: 1870 a 1920, aproximadamente, la Argentina creció casi cinco veces.
No parece haber duda de que en menos de una generación surgió un amplio sector medio y que necesariamente sus ocupantes debieron reclutarse en los estratos populares urbanos y rurales. La movilidad social resultante favoreció a los hijos de individuos de niveles inferiores que se ubicaron en posiciones mas favorecidas que sus padres. La expansión de oportunidades se tradujo en una movilidad intergeneracional y se produjo una grado muy intenso de movilidad intrageneracional entre los extranjeros.
Para comprender la transformación de la estructura de la estratificación es necesario poner en evidencia que el cambio que se produjo fue consecuencia de una expresión de otras modificaciones sustanciales de la sociedad argentina. Los dos cambios más importantes se dieron:
- En lo económico, con la modernización de la producción agrícola-ganadera, y el desarrollo de la industria que fue una fuente importante de la renta nacional y contribuyó poderosamente a transformar la estructura ocupacional del país.
- El otro factor fue el crecimiento urbano, las ciudades crecieron vertiginosamente y el período de más intensa urbanización en la Argentina se produjo entre 1869 y 1914.
La transformación urbana, la aparición una estructura ocupacional predominantemente "no agrícola" de la población activa, y el surgimiento de una clase media que alcanza casi una tercera parte de la población , se ubica en las tres décadas comprendidas entre 1870 y comienzos del presente siglo.
En cuanto a los extranjeros, su distribución en niveles socio-ocupacionales resultó ser tal que en los estratos medios urbanos el elemento extranjero era mayoritario.
Por obra de la expansión de las posiciones medias, dos tercios de éstas tuvieron que ser cubiertas con personas de origen popular, y en el caso de los extranjeros los mismos inmigrantes, obreros, jornaleros, campesinos que se transformaban en comerciantes, industriales, empleados, etc.
La proporción de personas extranjeras que ascendieron fue mucho mayor que la de argentinos.
Los cambios estructurales se concentraron casi exclusivamente en la zona del litoral y en Bs. As., la ampliación de los estratos medios fue mucho mayor en dichas áreas centrales.
El proceso de expansión de los estratos medios en la Argentina siguió durante el período de 1914 a 1947, pues estos pasaron del 30,4 % en la primer fecha a 40,2% en el último ano nombrado. El incremento anual mayor se dio en el primer período intracensal (1869-1895).
Debemos referirnos al hecho esencial de que a partir de 1930 la inmigración externa cesa de desempeñar un papel e la Argentina a la vez que aparece la migración interna que aunque con ciertas diferencias vino a sustituirlas. En la misma época en que se interrumpió la inmigración masiva, desde mediados de la década que parte del ano 1930 se inicia un movimiento migratorio interno de gran intensidad. Estas dos migraciones (interna y externa) desempeñan un gran papel en la movilidad social, pero en sentido algo distinto. Las dos migraciones ejercieron el mismo impacto en cuanto a la urbanización, el crecimiento urbano siguió a pesar de la eliminación de las inmigraciones extranjeras.
En la época de la inmigración masiva los inmigrantes extranjeros de origen popular contribuyeron a constituir los estratos medios, alcanzando en ellos un predominio cuantitativo, en la época posterior parecería que los inmigrantes se ubicaron sobre todo en los estratos inferiores empujando a los nacidos en la ciudad hacia las posiciones medias.
La movilidad social que se dio en esta época fue distinta a la que se dio en la época de la inmigración masiva, él más significativo indico es la difusión de la enseñanza superior y media en la población que aumentó.
La movilidad social que se dio tanto para los sectores inferiores de los estratos medios y para cierta parte de los estratos populares, se da sobre todo en dos sentidos:
- Como síntoma del nivel de aspiración.
- Como cambio efectivo en la composición de la población activa ya que aumenta la proporción de aquéllos que alcanzan algún estudio del nivel secundario o universitario.
A pesar de que después del extraordinario ritmo de crecimiento que caracterizó la época de la inmigración masiva, la sociedad disminuyó considerablemente su desarrollo económico, hasta el punto que en la década del 50 entró en una fase de estancamiento, la transformación industrial, la acentuación de la urbanización y otros factores contribuyeron a mantener una tasa de movilidad presumiblemente no inferior a la que se dio en la etapa anterior. Las personas más movibles fueron los argentinos nativos, se trató de una movilidad intergeneracional. La mayor expansión se dio en las categorías de los estratos medios dependientes, es decir los empleados.
La movilidad social en Buenos Aires
En Bs. As. la población asciende a 7.000.000 de personas, una tercera parte del país. Para el análisis de la movilidad social se realiza una clasificación en siete niveles socio-ocupacionales. La escala de nivel ocupacional constituye un buen indicador de la posición económico-social de los sujetos.
Nivel 1 y 2 manuales: comprende
Nivel 1: personal de servicio doméstico privado, y en activ. comerciales, ind., etc., obreros no calificados, peones, vendedores ambulantes y similares.
Nivel 2: obreros calificados, asalariados o por cuenta propia, capataces y otro personal de supervisión manual.
Nivel 3 a 6 no manuales: comprende
Nivel 3: empleados subalternos, y de rutina de baja calificación, pequeños empresarios de comercio, industria, servicios.
Nivel 4: empleados subalternos de mayor calificación, personal de formación técnica, empresarios de comercio, industria, servicio, medio inferiores (1 a 5 dependientes)
Nivel 5: personal de formación intelectual, técnica y universitaria, jefes administración pública y privada.
Nivel 6: empresarios de nivel medio-superior ( 6 a 49 dependientes), jefe medio-superior administración pública y privada, profesionales libres.
Nivel 7: grandes empresarios (50 o más dependientes), altos jefes de la administración pública i privada.
El nivel con mayor cantidad de frecuencia es el 2 con el 34.5% , luego sigue el nivel 3 con el 20.3% y el de menor frecuencia es le nivel 7 con solo el 1.8%, estos datos son solo para el área de Bs.As.
Se confirma la existencia de una alta movilidad desde los niveles populares, pues un 36.5% de las personas cuyo origen está en los niveles 1 y 2 han pasado a niveles medios y altos.
En cuanto a la movilidad que tiene lugar entre los hijos de padres pertenecientes a niveles medios o altos, la movilidad ascendente a través de la línea popular-media, casi los dos tercios de los que nacieron en los niveles medios y altos lograron mantenerse en los mismos. Entre un 50% y un 70% de los que tuvieron padres profesionales o empresario medio o grande han descendido a los niveles intermedios.
En la época de la inmigración masiva se estimó que los estratos medios incluían un 50% de personas o más de origen popular. Ninguna persona de origen popular alcanzó el nivel 7, aunque más de la mitad de los que lo componen tienen origen medio.
La población e Bs. As. está integrada en una proporción muy elevada por inmigrantes internos y externos. En Bs. As. la inmigración interna ha ido a ubicarse en estratos inferiores, mientras que los nativos de la zona urbana se han visto comparativamente favorecidos, ascendiendo a posiciones mas altas. Los nacidos en Bs.As. ascendieron en general. Además de haber nacido en la misma zona, el otro elemento que favorece el ascenso es el origen extranjero de uno de los padres o ambos.
Lo que puede verse es la disminución de la movilidad descendente entre las personas de origen medio o alto, el aumento de la movilidad ascendente desde los niveles populares, hasta la década iniciada en 1912 a partir de la cual ya no hay aumento a este respecto.
Un aspecto importante de la movilidad social ascendente que se da en Bs. As. entre 1960 y 1961 es el de la educación, y las chances de alcanzar un nivel dado de educación están desigualmente distribuidas. El nivel ocupacional del padre aparece como una factor preponderante en la educación que alcanzará el hijo.
La movilidad con relación a las elites
Los estratos medios fueron constituidos en una gran proporción por personas de origen popular, en muchos casos ascendidos personalmente desde ocupaciones obreras o manuales, la penetración de elementos populares en los estratos altos, en particular en la clase que durante muchos anos monopolizaba el poder político fue menor
La proporción de los propietarios de tierra nacidos fuera del país solo alcanzaba el 10%. Esta elite aunque se la pueda denominar tradicional para distinguirla de otros sectores de formación mas recientes, de ningún modo permaneció inmune al llamado aluvión migratorio. Dentro de este grupo se hallan las familias más antiguas, pero no puede decirse de ningún modo que todo el grupo sea tal. La mitad de todo el grupo tenía antepasados argentinos por cuatro generaciones o más. Es difícil poder apreciar todavía cuál es el peso de la elite tradicional en el país. Se trata de un grupo que ha perdido gran parte de su poder político y que ha visto su significado relativo en la economía fuertemente disminuido por el crecimiento de los sectores industriales y de servicios, su influencia puede ir todavía mas allá de su peso real en la estructura social del país.
En el sector de la elite empresaria, no agropecuaria, según desde el punto de vista de su origen el 45.5% era extranjero. Una parte de ellos ascendieron a esa posición por movilidad socia y no por herencia. Existe un reclutamiento bastante importante de lideres empresarios en los estratos medios, inferiores y populares, donde la educación universitaria es muy poco frecuente.
Lo que se destaca es la preponderancia de las familias tradicionales en 1936 que corresponde a los efectos de la revolución militar de 1930 que implicó un regreso a la democracia limitada y al predominio de la oligarquía.
En la esfera de las fuerzas armadas hallamos la proporción de hijos de inmigrantes en este importante sector de la vida política argentina.
En un tercer sector, la iglesia, el reclutamiento en los estratos medios y populares resulta extraordinariamente elevado.
De los tres grupos tomados en cuenta, grandes empresarios, altos dirigentes privados y públicos, civiles, militares y profesionales, la categoría de los grandes empresarios revela la mayor proporción media superior y alta, lo que puede deberse al hecho de que el mismo incluye las tres ramas de actividad, también algunos terratenientes. Una parte de las elites (con excepción de las familias tradicionales) se recluta en una proporción presumiblemente no inferior a la mitad en los estratos medios, medio-inferior y popular.
La consecuencia de la movilidad: efectos políticos
El hecho fundamental que afectó la movilidad en la Argentina fue el crecimiento muy rápido de la proporción de los estratos medios los que se incrementaron a razón del 0.56% anual entre 1869 y1895 y entre 0.27 y 0.29% anual en las épocas posteriores hasta 1947.
Entre las áreas centrales e las áreas periféricas del país, todo hace presumir que la movilidad en las primeras fue considerablemente mas elevada.
El proceso descrito ocurrido en la Argentina, es análogo al que se ha verificado en los países industriales. Con la industrialización se produce una expansión de los estratos medios y a su vez este proceso produce una aumento de la movilidad.
En la Argentina desde la época de inmigración masiva y presumiblemente con igual o mayor intensidad después, se produjo un grado de movilidad que puede calificarse de elevado cuando se toma en cuenta lo ocurrido en otros países.
El nivel de vida de la Argentina, por los menos, para los dos tercios de la población que se concentran en el litoral y Bs. As., fue relativamente elevado, la expansión de las oportunidades educacionales fue en extremo pronunciado, por lo menos alcanzan a ingresar en la universidad.
Por el efecto acumulado de la movilidad intergeneracional e intrageneracional, tanto de ascenso como de descenso disminuye la homogeneidad de los diferentes estratos en tanto éstos resultan compuestos por personas que ya sea por origen familiar, han pertenecido a niveles sociales muy diferentes. La mayoría de los hombres que asciende a clase media se vuelven políticamente mas conservadores, mientras que los individuos de origen medio que descienden al nivel obrero mantienen su posición más conservadora. Las personas móviles tienden a ser más apáticas y menos activas políticamente.
Este intercambio entre los estratos sociales, la heterogeneidad de orígenes, tiene un papel de importancia en el hecho de que en la Argentina, a pesar de la alta concentración de obreros industriales en pocos centros urbanos, no se hayan desarrollado partidos de masa, de orientación similar a la que se observó en Europa.
El peronismo fue un movimiento que expresó a la inmigración interna, compuesta de personas que por primera vez se hallaban en contacto real con la sociedad nacional, fue el medio a través del cual se canalizó la participación política de esta masa recién urbanizada y recién introducida al trabajo industrial y que los partidos existentes fueron incapaces de expresar. En esa adhesión había anhelo de reformas, mas bien que de cambios sustanciales de la estructura social.
Desde 1930 hasta comienzos de 1950, las clases populares experimentaron no solo una tasa elevada de movilidad individual, sino también considerables mejoras en su nivel de vida. Si la expansión de los estratos medios favorecía a hijos de los antiguos inmigrantes extranjeros, la migración a la ciudad significó también una mejora para los inmigrantes internos. Ese período de crecimiento económico fue favorecido por la guerra y aprovechado por el peronismo, con su más favorable distribución del rédito nacional. Poco importa que el crecimiento careciese de fundamentos y que la estructura económica estuviese profundamente desequilibrada, se trató de un proceso de participación creciente tanto en lo económico como en otras esferas y esta participación reforzó el carácter conservador del movimiento político.
A-b)
El autor plantea que la movilidad tuvo lugar debido a que se produjeron dos cambios sustanciales en la Argentina:
- Modernización de la producción agrícola-ganadera y el desarrrollo de la industria que fue una importante fuente de la renta nacional.
- Crecimiento urbano.
Sostiene que la mayor parte de los elementos de los estratos medios, eran extranjeros para 1914. Fue mucho mayor la proporción de personas extranjeras que ascendieron, sobre el total de la población de origen popular, que loa argentinos.
Los cambios estructurales se concentraron casi exclusivamente en el litoral y Bs.As. y los estratos medios fueron ampliados en las mencionadas áreas centrales. Pero no se dio en el modelo de sustitución el mayor crecimiento de los estratos medios sino en el agroexportador, consecuencia de las masivas inmigraciones extranjeras.
Plantea que en el modelo de sustitución la inmigración externa fue reemplazada, por migraciones internas y permitió que continuara el crecimiento urbano.
A pesar de que después del crecimiento que se produjo en al época de inmigración masiva, disminuyó el crecimiento económico, hasta la década del 50 entró en una fase de estancamiento, pero debido a la transformación industrial, la acentuación de la urbanización y otros factores permitieron mantener la tasa de movilidad que no fue inferior a la de la etapa anterior. Un factor determinante para la movilidad ascendente fue la educación secundaria y terciaria.
Con respecto a la inmigración interna sostiene que se ubicaron en estratos inferiores, mientras que los nativos nacidos en zonas urbanas se favorecieron con posiciones mas altas y otro factor que influyó en el ascenso, es el origen extranjero de uno de los padres, o ambos.
Para el autor desde 1930 a 1950 las clases populares además de experimentar una elevada tasa movilidad, mejoraron sus niveles de vida.
Pero a pesar de la expansión que se dio durante estos anos, ya sea por la inmigración masiva proveniente del exterior, o la migración interna que contribuyeron al crecimiento urbano, carecía de fundamentos y la estructura económica estaba profundamente desequilibrada.
El autor sostiene que debido a la heterogeneidad de la composición en los diferentes estratos, contribuyó a que no se desarrollaran partidos políticos en masa.
9. Lectura de Persello "El Radicalismo en Crisis"
Crisis del 30 y partidos políticos.
La apelación a la noción de crisis para reflexionar en argentina, se ha constituido casi en un lugar común. No por ello es menos válido el intento de aportar elementos a la comprensión de la inestabilidad crónica, la alternancia gobiernos civiles- gobiernos militares, la debilidad de sistemas partidarios, el peso de las corporaciones, de su particular morfología y funcionamiento.
Los años 80, la salida del autoritarismo, y la emergencia de la democracia como horizonte posible, iniciaron el debate en torno a temas nuevos o a viejas cuestiones desde perspectivas diferentes. La cuestión partidos políticos justificó y justifica análisis variados en el campo de la sociología política. Buena parte de las preguntas que orientan la reflexión actual conducen a mirar el pasado en busca de explicaciones de un presente.
Partidos y contexto.
Existía una debilidad del sistema de partidos político y como contra cara el peso de lo corporativo.
El fracaso de los partidos políticos como canales de mediación entre sociedad y Estado, y como agregadores de demandas, suele atribuirse al modelo corporativo de ordenamiento de la sociedad; los partidos son débiles porque los grupos de representación de intereses sectoriales son fuertes.
La formación de políticas públicas y en los procesos de toma de decisiones, otros elementos, como el fuerte presidencialismo y las arraigadas formas clientelísticas en las relaciones políticas, se incorporan a la idea de partidos superados por las corporaciones.
Se modifican las teorías que abordan la problemática de lo político tendiendo a superar los postulados más fuertemente reduccionistas, tanto económicos como políticos o culturales, en un contexto de crisis de los paradigmas totalizantes.
Los partidos son producto y parte de la sociedad en la que surgen y se desarrollan, y por otro lado no son monolíticos y siempre iguales a sí mismos, sino que suponen su propia historicidad, en relación con los cambios que se operan en el contexto en el que actúan.
Carlos strasser: nos ofrece la posibilidad de pensar a los partidos políticos como instancias cambiantes y dinámicas, históricas, en una dialéctica, que implica rearticulaciones, reorganizaciones y cambios discursivos.
No hay una preocupación por establecer relaciones entre modalidades del sistema de partidos y las crisis políticas recurrentes.
Natalio botana: ve al problema de partidos políticos como una crisis de legitimidad.
Los partidos son incapaces de sostenerla dado que no existe solidaridad entre el personal político y el valor acordado al régimen democrático, con lo que colabora la presencia de las fuerzas armadas que ponen en acto la posibilidad de utilizar canales alternativos de acceso al poder.
Liliana de Riz: sostiene que es la trama institucional del régimen político la que define el espacio de constitución y el movimiento de los partidos y que su significado debe buscarse en la relación sociedad- partidos- Estado.
Los tres autores tienen en común el presupuesto de que es impensable la cuestión partidos desde la ausencia de un entramado que les dé sentido, aunque la visión de sus mediaciones, implicancias y determinaciones sean distintas.
Strasser: " el grado de desarrollo y la diferencia clasista subsumen las otras variables explicativas".
Botana: " adquiere mayor centralidad el régimen político".
De Riz: " indagar en los modos de relación entre el Estado y la sociedad" lo que lleva a afirmar la ausencia de un sistema de partidos para el caso argentino.
Es la inserción de los partidos políticos en el interior de un sistema político pautado por la inestabilidad y por la imposibilidad para establecer un régimen político democrático, pluralista y competitivo.
Maria Grossi: " Más que la ausencia de un sistema de partidos políticos habría que pensar que algunos sistemas partidarios son funcionales a la democracia y otros no.
Partidos y cultura políticas:
Cultura política: se asocia a los valores, actitudes y creencias vinculadas al funcionamiento del sistema político.
Vicente Palermo: acude a la noción de movimiento hegemónico para caracterizar uno de los rasgos fuertes de la tradición política cultural argentina (subcompetitividad del sistema partidario). El conflicto es atribuido a un enemigo minoritario y opuesto; implica la exclusión y/o la subordinación del otro. Así se da:
El que no es peronista es enemigo del pueblo.
El que no es radical esta con los enemigos de la democracia.
Existe una ausencia de reconocimiento recíproco, de legitimación del otro.
Coincide con De Riz cuando dice que las luchas políticas del siglo XX, se modelaron apelando a la integración nacional, antes que a los intereses de fuerzas sociales.
Según botana, la emergencia del peronismo parte aguas. Es desde allí que la noción de movimiento reemplaza en la conciencia popular a la de partido y se disputan la preeminencia, la vieja república y el movimiento. La república habría constituido la única posibilidad de configurar un sistema de partidos distintos. La noción de partido predominaba en la historia hasta que el peronismo logra erradicar, al menos en sus seguidores esta noción.
Para Grossi existe una dualidad en el comportamiento partidario que refleja modalidades distintas de hacer política:
Democracia política y ciudadanía: definiría el accionar del radicalismo que se orientaría hacia la representación.
Democracia social y tendencia a la participación: quedarían orientadas a la imagen del peronismo.
Grossi y Botana minimizan la intención del radicalismo de representar a la nación. Consideran que su imagen esta asociada a la batalla por las libertades políticas y su identidad queda así vinculada a la democracia.
El partido como método de investigación.
Estas perspectivas distintas, apartan de los temas apartan d los temas la dinámica y los procesos internos de los partidos (liderazgo, organización y cambios discursivos internos).
De la sumatoria de trabajos sobre partidos en particular no se puede construir una idea acabada sobre el funcionamiento del sistema partidario en su conjunto.
Debería ubicarse a los partidos en el interior de la trama societaria en la que actúan y de la cual son parte constitutiva.
Un partido no es siempre igual a sí mismo, entre discursos políticos y cambios sociales existe una relación que no es lineal. un partido político no constituye necesariamente una unidad, existen tensiones y conflictos que coexisten en el interior del radicalismo.
Partidos y crisis.
Los años 30 son indagados modificando visiones que encerraban a la coyuntura en expresiones como restauración oligárquica, década infame, época oscura.
Esto fue así porque gran parte de la historia argentina asumió al peronismo como momento fundacional, como ruptura de un orden y emergencia de otro totalmente nuevo y diferente.
El peronismo no es el punto de llegada predeterminado e inevitable después de los fracasos por articular un nuevo modo de desarrollo a una nueva forma de hegemonía.
De la crisis no parece emerger ningún grupo que tenga la fuerza necesaria para imponer su interés particular y crear a partir de allí un interés general.
Del golpe ( por el cual se rompe la normativa constitucional en cuanto a las reglas de transferencia del gobierno y se descree de la democracia como principio organizador del orden político), no surge ningún actor político capaz de interpretar una sociedad que se transforma aceleradamente.
Ninguna propuesta se transforma en hegemónica.
La década del 30 es una época de desencuentros trágicos, de discursos construidos alrededor de un mundo de ficción. Nadie llegó a comprender el sentido de estas mutaciones geológicas.
La crisis de legitimidad del régimen y la dislocación d entidades colectivas, supone alteraciones en la forma del sistema político, entendido como lugar de los pactos y los enfrentamientos como fuerzas sociales.
Funciones de los partidos políticos.
Estas funciones son seleccionar, agregar y articular intereses traduciéndolos en demandas; representar al pueblo al expresar sus exigencias. Estas demandas no solo deben ser transmitidas sino también respaldadas por una presión.
Los partidos políticos de los años 30, no parecen cumplir este enunciado de funciones, son incapaces de percibir los cambios de una sociedad que se esta industrializando.
Junto con la democracia, el sistema de partidos es puesto en discusión para valorizar otras formas de representación y de legitimidad.
El lugar de la política ocupa nuevos espacios si bien no llega a reemplazar a los partidos.
En esos años varios sectores aparecen como subrrepresentados (obreros, sectores pequeños y medianos de la industria y el agro). Liderazgo de los sectores económicos tradicionales.
Después del golpe de septiembre el mapa partidario esta conformado por el partido demócrata nacional, fuerza política heterogénea y estructura débil.
La exclusión/ abstracción del radicalismo en las elecciones permite al partido socialista y al demócrata progresista, crecer en términos de representación en el gobierno.
El fraude impide la posibilidad de competencia, pero además, el radicalismo( principal partido opositor) pasa de no aceptar las reglas del juego a involucrarse en él, sin que medien cambios importantes en el funcionamiento del sistema (no logra encontrar su lugar). A mediados de la década dejó de ser el partido mayoritario, y con el tiempo su predominio pasa al peronismo.
El triunfo de Ortiz en las elecciones presidenciales inducen al radicalismo a una postura expectante que lo acerca al gobierno.
La crisis económica y política agudiza la debilidad parlamentaria.
En los años 30, el radicalismo padecía la imposibilidad de unificar y representar a los sectores populares en torno a una propuesta que sintetice a una sociedad que esta cambiando.
Crisis en los partidos.
El futuro de la democracia depende de los cambios internos de los partidos, afectados por dos crisis: de la eficacia de los postulados que sostienen y de su organización interna (procedimientos y tácticas).
Los partidos transitan por una crisis de identidad y una ausencia de organicidad.
Gana terreno la idea de reglamentar los partidos políticos. Uriburu en 1931 dicta un decreto para reglamentar la constitución de partidos políticos, la cual rige hasta 1949.
Organización y dinámica.
La organización se da entre personas que sustentan la misma ideología, pero un partido político surge de la arena política y siendo paulatinamente reemplazado por la organización.
Parecería ser que para el radicalismo de los años 30 el fin último era conquistar el poder político, pero en el momento en que esta se ve amenazada, se privilegia la unidad por sobre la identidad.
El radicalismo se reunifica y mantiene la unidad durante toda la década, poniendo en juego la definición de su identidad; aunque continúan las disputas internas por los espacios de poder. Cada una de las tendencias internas que conviven en el partido se planteará como la poseedora de la receta para superar la crisis societal y esto provocará enfrentamientos y desestabilizaciones de los anteriores equilibrios de poder que asumirán la forma de propuestas de cambio de las reglas de juego interpartidarias, pautadas en la carta orgánica.
Reunificación y reorganización.
Entre fines de 1930 y principios de 1931, se da la yuxtaposición caótica de intentos de unificación, acompañado con propuestas reorganizadoras que tienen distinto origen. El radicalismo intenta una reestructuración interna a través de una renovación de dirigentes.
En abril de 1931 llega Alvear a Bs. As. Y dispone une reorganización sin exclusiones, para lo cual se constituye una junta pro- reorganización (Junta del City).
La reorganización se desdobla quedando afuera el radicalismo entrerriano.
La junta finalmente anuncia la reforma de la carta orgánica y la sanción de un programa; nombra comisiones para que elaboren ambos anteproyectos.
La carta orgánica mantiene en lo esencial la estructura organizativa de 1892; la novedad reside en que establece el propio voto directo, secreto y obligatorio; concede representación a las minorías y reglamenta las incompatibilidades de los cargos partidarios con los empleados públicos y de los cargos electivos con los partidarios.
Los cambios introducidos suponen la decisión de democratizar las practicas internas (organizarlo e institucionalizarlo).
Abstención o concurrencia.
Entre 1931 y 1935 el partido radical no concurrió a los comicios. La estrategia abstencionista mereció juicios disímiles en el interior del partido. Para quienes la avalaron, la abstención e intransigencia, aparecen como términos complementarios e inseparables. La decisión de levantarla a partir de 1935 se explica a partir de la incapacidad de la dirección alvearista, para luchar intransigente y frontalmente contra el régimen fraudulento, y da inicio a la etapa colaboracionista.
El triunfo del concurrencialismo hace que retornen al partidos algunos de los núcleos que habían quedado fuera de la reunificación de 1931 y cuyos dirigentes estaban ocupando posiciones públicas en el gobierno de Justo. Estas incorporaciones producen malestar en el sector intransigente del partido.
En 1935 se realiza la Asamblea de la Fuerza de Orientación Radical (F.O.R.J.A.), grupo de intelectuales que cuestionan a la dirección del partido y se proponen " salvar" la identidad partidaria amenazada.
Colaboración e intransigencia.
El levantamiento de la abstención amplia las opciones del partido. Este levantamiento mantuvo inalterable el régimen de arbitrariedad e ilegalidad imperante.
Se cuestiona la " colaboración ", pero no desde la intransigencia a la que define como " un estado de espíritu puramente subjetivo y sentimental", diferente de una línea política determinada por un conjunto de enunciados doctrinarios.
Desde la intransigencia también se condena la labor parlamentaria del partido y los argumentos no difieren demasiado. El partido transigió con los gobiernos fraudulentos.
Se comprimió la acción legislativa a términos inofensivos; se abandonó la organización de la reacción del pueblo ante los atentados cometidos contra sus intereses materiales o sus tradiciones espirituales… Actuandoce con intensidad únicamente en los procesos electorales.
El cuestionamiento es que el partido dejo de diferenciarse del gobierno poniendo en juego su propia identidad.
Unidad y programa.
El programa de uniformidad a la acción parlamentaria, circunscribe a la actividad de sus adherentes dentro de un campo ideológico prefijado; promueve y estimula el estudio de los problemas sociales y de su solución, con arreglo al criterio del partido; orienta la opinión popular.
Alvearismo e intransigencia.
Los sectores intransigentes del partido, que irán nucleandose y organizandoce a lo largo de la década, se constituyen hacia fines de 1942 en un movimiento nacional a partir de grupos provinciales. Los une la crítica a la dirección del partido. El alvearismo comprometió la tradición histórica del partido, su identidad. La propuesta es democratizarlo internamente, reemplazar la máquina por el debate de ideas.
La consigna de los sectores que al finalizar la década se unen al movimiento intransigente, es obedecer a las altas autoridades, "trabajando dentro del partido por la depuración de las practicas.
Finalmente será la posición frentista adoptada por el radicalismo en 1942, la que lleve a la intransigencia a unificarse, constituyendo una fuerza a nivel nacional.
El cambio propuesto por la intransigencia esta pensado como un medio para alterar la distribución de los recursos de poder en el interior de la organización. La tendencia de la dirección del partido es resistirlo.
10. Crisis del 30 y partidos políticos.
La apelación a la noción de crisis para reflexionar en argentina, se ha constituido casi en un lugar común. No por ello es menos válido el intento de aportar elementos a la comprensión de la inestabilidad crónica, la alternancia gobiernos civiles- gobiernos militares, la debilidad de sistemas partidarios, el peso de las corporaciones, de su particular morfología y funcionamiento.
Los años 80, la salida del autoritarismo, y la emergencia de la democracia como horizonte posible, iniciaron el debate en torno a temas nuevos o a viejas cuestiones desde perspectivas diferentes. La cuestión partidos políticos justificó y justifica análisis variados en el campo de la sociología política. Buena parte de las preguntas que orientan la reflexión actual conducen a mirar el pasado en busca de explicaciones de un presente.
Partidos y contexto.
Existía una debilidad del sistema de partidos político y como contra cara el peso de lo corporativo.
El fracaso de los partidos políticos como canales de mediación entre sociedad y Estado, y como agregadores de demandas, suele atribuirse al modelo corporativo de ordenamiento de la sociedad.
Se modifican las teorías que abordan la problemática de lo político tendiendo a superar los postulados más fuertemente reduccionistas, tanto económicos como políticos o culturales, en un contexto de crisis de los paragmas totalizantes.
Los partidos son producto y parte de la sociedad en la que surgen y se desarrollan; los cuales no son monolíticos y siempre iguales a sí mismos, sino que suponen su propia historicidad, en relación con los cambios que se operan en el contexto en el que actúan.
Carlos Strasser: nos ofrece la posibilidad de pensar a los partidos políticos como instancias cambiantes y dinámicas, históricas, en una dialéctica, que implica rearticulaciones, reorganizaciones y cambios discursivos.
No hay una preocupación por establecer relaciones entre modalidades del sistema de partidos y las crisis políticas recurrentes.
Natalio Botana: ve al problema de partidos políticos como una crisis de legitimidad.
Los partidos son incapaces de sostenerla dado que no existe solidaridad entre el personal político y el valor acordado al régimen democrático, con lo que colabora la presencia de las fuerzas armadas que ponen en acto la posibilidad de utilizar canales alternativos de acceso al poder.
Liliana de Riz: sostiene que es la trama institucional del régimen político la que define el espacio de constitución y el movimiento de los partidos y que su significado debe buscarse en la relación sociedad- partidos- Estado.
Los tres autores tienen en común el presupuesto de que es impensable la cuestión partidos desde la ausencia de un entramado que les de sentido, aunque la visión de sus mediaciones, implicancias y determinaciones sean distintas.
Strasser: " el grado de desarrollo y la diferencia clasista subsumen las otras variables explicativas".
Botana: " adquiere mayor centralidad el régimen político".
De Riz: " indagar en los modos de relación entre el Estado y la sociedad" lo que lleva a afirmar la ausencia de un sistema de partidos para el caso argentino.
Es la inserción de los partidos en el interior de un sistema político pautado por la inestabilidad y por la imposibilidad para establecer un régimen político democrático, pluralista y competitivo.
Maria Grossi: " Más que la ausencia de un sistema de partidos políticos habría que pensar que algunos sistemas partidarios son funcionales a la democracia y otros no".
Partidos y cultura políticas:
Cultura política: se asocia a los valores, actitudes y creencias vinculadas al funcionamiento del sistema político.
Vicente Palermo: acude a la noción de movimiento hegemónico para caracterizar uno de los rasgos fuertes de la tradición política cultural argentina ( subcompetitividad del sistema partidario). El conflicto es atribuído a un enemigo minoritario y opuesto; implica la exclusión y/o la subordinación del otro. Así se da:
El que no es peronista es enemigo del pueblo.
El que no es radical esta con los enemigos de la democracia.
Existe una ausencia de reconocimiento recíproco, de legitimación del otro.
Coincide con De Riz cuando dice que las luchas políticas del siglo XX, se modelaron apelando a la integración nacional, antes que a los intereses de fuerzas sociales.
Según Botana, la emergencia del peronismo parte aguas. Es desde allí que la noción de movimiento reemplaza en la conciencia popular a la de partido y se disputan la preeminencia, la vieja república y el movimiento. La noción de partido predominaba en la historia hasta que el peronismo logra erradicar, al menos en sus seguidores esta noción.
Para Grossi existe una dualidad en el comportamiento partidario que refleja modalidades distintas de hacer política:
Democracia política y ciudadanía: definiría el accionar del radicalismo que se orientaría hacia la representación.
Democracia social y tendencia a la participación: quedarían orientadas a la imagen del peronismo.
Grossi y Botana minimizan la intención del radicalismo de representar a la nación. Consideran que su imagen esta asociada a la batalla por las libertades políticas y su identidad queda así vinculada a la democracia.
El partido como método de investigación.
Estas perspectivas distintas, apartan de los temas apartan d los temas la dinámica y los procesos internos de los partidos (liderazgo, organización y cambios discursivos internos).
De la sumatoria de trabajos sobre partidos en particular no se puede construir una idea acabada sobre el funcionamiento del sistema partidario en su conjunto.
Debería ubicarse a los partidos en el interior de la trama societaria en la que actúan y de la cual son parte constitutiva.
Un partido no es siempre igual a sí mismo, entre discursos políticos y cambios sociales existe una relación que no es lineal.un partido político no constituye necesariamente una unidad, existen tensiones y conflictos que coexisten en el interior del radicalismo.
Partidos y crisis.
Los años 30 son indagados modificando visiones que encerraban a la coyuntura en expresiones como restauración oligárquica, década infame, época oscura.
Esto fue así porque gran parte de la historia argentina asumió al peronismo como momento fundacional, como ruptura de un orden y emergencia de otro totalmente nuevo y diferente.
El peronismo no es el punto de llegada predeterminado e inevitable después de los fracasos por articular un nuevo modo de desarrollo a una nueva forma de hegemonía.
De la crisis no parece emerger ningún grupo que tenga la fuerza necesaria para imponer su interés particular y crear a partir de allí un interés general.
Del golpe ( por el cual se rompe la normativa constitucional en cuanto a las reglas de transferencia del gobierno y se descree de la democracia como principio organizador del orden político), no surge ningún actor político capaz de interpretar una sociedad que se transforma aceleradamente.
La década del 30 es una época de desencuentros trágicos, de discursos construidos alrededor de un mundo de ficción. Nadie llegó a comprender el sentido de estas mutaciones geológicas.
La crisis de legitimidad del régimen y la dislocación d entidades colectivas, supone alteraciones en la forma del sistema político, entendido como lugar de los pactos y los enfrentamientos como fuerzas sociales.
Funciones de los partidos políticos.
Estas funciones son seleccionar, agregar y articular intereses traduciéndolos en demandas; representar al pueblo al expresar sus exigencias. Estas demandas no solo deben ser transmitidas sino también respaldadas por una presión.
Los partidos políticos de los años 30, no parecen cumplir este enunciado de funciones, son incapaces de percibir los cambios de una sociedad que se esta industrializando.
Junto con la democracia, el sistema de partidos es puesto en discusión para valorizar otras formas de representación y de legitimidad.
El lugar de la política ocupa nuevos espacios si bien no llega a reemplazar a los partidos.
En esos años varios sectores aparecen como subrrepresentados (obreros, sectores pequeños y medianos de la industria y el agro). Liderazgo de los sectores económicos tradicionales.
Después del golpe de septiembre el mapa partidario esta conformado por el partido demócrata nacional, fuerza política heterogénea y estructura débil.
La exclusión/ abstracción del radicalismo en las elecciones permite al partido socialista y al demócrata progresista, crecer en términos de representación en el gobierno.
El fraude impide la posibilidad de competencia, pero además, el radicalismo (principal partido opositor) pasa de no aceptar las reglas del juego a involucrarse en él, sin que medien cambios importantes en el funcionamiento del sistema (no logra encontrar su lugar). A mediados de la década dejó de ser el partido mayoritario, y con el tiempo su predominio pasa al peronismo.
El triunfo de Ortiz en las elecciones presidenciales inducen al radicalismo a una postura expectante que lo acerca al gobierno.
La crisis económica y política agudiza la debilidad parlamentaria.
En los años 30, el radicalismo padecía la imposibilidad de unificar y representar a los sectores populares en torno a una propuesta que sintetice a una sociedad que esta cambiando.
Crisis en los partidos.
El futuro de la democracia depende de los cambios internos de los partidos, afectados por dos crisis: de la eficacia de los postulados que sostienen y de su organización interna (procedimientos y tácticas).
Los partidos transitan por una crisis de identidad y una ausencia de organicidad.
Gana terreno la idea de reglamentar los partidos políticos. Uriburu en 1931 dicta un decreto para reglamentar la constitución de partidos políticos, la cual rige hasta 1949.
Organización y dinámica.
La organización se da entre personas que sustentan la misma ideología, pero un partido político surge de la arena política y siendo paulatinamente reemplazado por la organización.
Parecería ser que para el radicalismo de los años 30 el fin último era conquistar el poder político, pero en el momento en que esta se ve amenazada, se privilegia la unidad por sobre la identidad.
El radicalismo se reunifica y mantiene la unidad durante toda la década, poniendo en juego la definición de su identidad; aunque continúan las disputas internas por los espacios de poder. Cada una de las tendencias internas que conviven en el partido se planteará como la poseedora de la receta para superar la crisis societal y esto provocará enfrentamientos y desestabilizaciones de los anteriores equilibrios de poder que asumirán la forma de propuestas de cambio de las reglas de juego interpartidarias, pautadas en la carta orgánica.
Reunificación y reorganización.
Entre fines de 1930 y principios de 1931, se da la yuxtaposición caótica de intentos de unificación, acompañado con propuestas reorganizadoras que tienen distinto origen. El radicalismo intenta una reestructuración interna a través de una renovación de dirigentes.
En abril de 1931 llega Alvear a Bs. As. Y dispone une reorganización sin exclusiones, para lo cual se constituye una junta pro- reorganización (Junta del City).
La reorganización se desdobla quedando afuera el radicalismo ertrerriano.
La junta finalmente anuncia la reforma de la carta orgánica y la sanción de un programa; nombra comisiones para que elaboren ambos anteproyectos.
La carta orgánica mantiene en lo esencial la estructura organizativa de 1892; la novedad reside en que establece el propio voto directo, secreto y obligatorio; concede representación a las minorías y reglamenta las incompatibilidades de los cargos partidarios con los empleados públicos y de los cargos electivos con los partidarios.
Los cambios introducidos suponen la decisión de democratizar las practicas internas (organizarlo e institucionalizarlo).
Abstención o concurrencia.
Entre 1931 y 1935 el partido radical no concurrió a los comicios. La estrategia abstencionista mereció juicios disímiles en el interior del partido. Para quienes la avalaron, la abstención e intransigencia, aparecen como términos complementarios e inseparables. La decisión de levantarla a partir de 1935 se explica a partir de la incapacidad de la dirección alvearista, para luchar intransigente y frontalmente contra el régimen fraudulento, y da inicio a la etapa colaboracionista.
El triunfo del concurrencialismo hacen que retornen al partidos algunos de los núcleos que habían quedado fuera de la reunificación de 1931 y cuyos dirigentes estaban ocupando posiciones públicas en el gobierno de Justo. Estas incorporaciones producen malestar en el sector intransigente del partido.
En 1935 se realiza la Asamblea de la Fuerza de Orientación Radical (F.O.R.J.A.), grupo de intelectuales que cuestionan a la dirección del partido y se proponen " salvar" la identidad partidaria amenazada.
Colaboración e intransigencia.
El levantamiento de la abstención amplia las opciones del partido. Este levantamiento mantuvo inalterable el régimen de arbitrariedad e ilegalidad imperante.
Se cuestiona la " colaboración ", pero no desde la intransigencia a la que define como " un estado de espíritu puramente subjetivo y sentimental", diferente de una línea política determinada por un conjunto de enunciados doctrinarios.
Desde la intransigencia también se condena la labor parlamentaria del partido y los argumentos no difieren demasiado. El partido transigió con los gobiernos fraudulentos.
Se comprimió la acción legislativa a términos inofensivos; se abandonó la organización de la reacción del pueblo ante los atentados cometidos contra sus intereses materiales o sus tradiciones espirituales… Actuandoce con intensidad únicamente en los procesos electorales.
El cuestionamiento es que el partido dejo de diferenciarse del gobierno poniendo en juego su propia identidad.
Unidad y programa.
El programa de uniformidad a la acción parlamentaria, circunscribe a la actividad de sus adherentes dentro de un campo ideológico prefijado; promueve y estimula el estudio de los problemas sociales y de su solución, con arreglo al criterio del partido; orienta la opinión popular.
Alvearismo e intransigencia.
Los sectores intransigentes del partido, que irán nucleandose y organizandoce a lo largo de la década, se constituyen hacia fines de 1942 en un movimiento nacional a partir de grupos provinciales. Los une la crítica a la dirección del partido. El alvearismo comprometió la tradición histórica del partido, su identidad. La propuesta es democratizarlo internamente, reemplazar la máquina por el debate de ideas.
La consigna de los sectores que al finalizar la década se unen al movimiento intransigente, es obedecer a las altas autoridades, " trabajando dentro del partido por la depuración de las practicas.
Finalmente será la posición frentista adoptada por el radicalismo en 1942, la que lleve a la intransigencia a unificarse, constituyendo una fuerza a nivel nacional.
El cambio propuesto por la intransigencia esta pensado como un medio para alterar la distribución de los recursos de poder en el interior de la organización. La tendencia de la dirección del partido es resistirlo.
11. Modelo de desarrollo: renovación o reproducción.
Entre los años 30 y los 40 asistimos a un transito del "estado liberal de derecho" al estado social", pasaje que puede ser leído de manera lineal sino que implica continuidades y rupturas en el ámbito del desarrollo y en el de la hegemonía.
Existía un debate en el interior del partido radical en torno a un modelo económico posible para una Argentina en crisis. ¿cuánto de nuevo y cuánto de viejo, de reproducción de la Argentina agroexportadora aparece en el discurso partidario de los años 30?… nos encontramos con una heterogeneidad atravesada por propuestas que lo alejan de los postulados demoliberales en sentido estricto.
Antilatifundismo: "reforma agraria".
El primer problema a resolver es que Argentina es un país agrario y que el estado debe actuar como interventor.
Algunos de los puntos de vista compartidos por los radicales de todas las tendencias son:
- La tierra no es una mercancía, es un medio de producción que tiene que estar en manos de quien la trabaja.
- Las superficies en manos de los propietarios deben ser limitadas, y el estado debe limitar la concentración.
- Debe ser explotada racional y convenientemente, en6tregandola a quien la haga producir y/ o gravándola impositivamente.
El mantenimiento del latifundio implica la pervivencia del "feudalismo económico". Es el enemigo de la unificación territorial, económica y cultural del país. Por lo cual la idea que predomina es limitarla en su extensión y subordinarla al interés colectivo, en tanto debe cumplir una "función social"; no se trata de quitarles tierras a los que tienen para dárselas a los que no tienen, sino que se ubican en una tercera posición entre la socialización y la tierra y la propiedad privada absoluta.
Lo importante es tener en cuenta al factor hombre, y la intervención del estado como regulador. La propiedad implica la obligación para con la comunidad de su cultivo y de su explotación
Se presentaron varias propuestas de reforma agraria, entre ellas:
Barcos: la reforma agraria compatible con el régimen político, la historia y la economía nacionales, es el arrendamiento del estado.
Massone: apunta a la solución del problema del monopolio de la tierra y del arrendatario; y agrega que la colonización oficial no puede ser ya aceptada, debe ser un instrumento accesorio a planes más generales y estar sujeta a determinadas condiciones.
Sabattini: durante su gobierno se sancionó una ley que establece el impuesto al ausentismo y la herencia.
En general, las propuestas tendientes a resolver el problema de la concentración de la tierra van acompañadas por otras que pretenden solucionar los problemas que afectan al productor rural.
12. Comercialización de la producción agropecuaria.
Los radicales esgrimen críticas a la monopolización y a la extranjerización del comercio y, además opiniones negativas del accionar del gobierno de la década en cuanto a las medidas tomadas en ese aspecto, para palear la crisis. No critican la intervención estatal sino el sesgo que esta tomó hacia un determinado grupo de intereses: los latifundistas, los grandes ganaderos, los monopolios.
Algunos puntos de los principales argumentos fueron:
- Las industrias clásicas de la economía argentina, están sometidas a los capitales extranjeros.
- El accionar de los monopolios extranjeros esta vinculado a los gobiernos oligárquicos, en tanto exige garantías y condiciones propicias que solo puede concederle el régimen imperante.
- La monopolización lleva a la degradación de productores y consumidores, a su creciente pauperización.
- Una economía monopolizada y entregada a los capitales extranjeros conllevan necesariamente la deformación antidemocrática del orden institucional.
- Las inversiones de capitales extranjeros deben ser estimuladas en tanto constituyen un factor de progreso pero a condición de que no les otorguen privilegios que socavan la economía nacional
El estado debe intervenir para frenar la monopolización de la economía y para controlar a los capitales extranjeros.
La salida para los países productores de materia prima es el control estatal de la economía. El estado es el único que tiene el deber y la capacidad jurídica para hacerlo.
De lo que se trata es de no matar la libre iniciativa del capital privado creando una" dictadura económica del estado", pero, sin embargo, allí donde el capital monopolista sea más fuerte que el propio estado, no hay otra solución que establecer el monopolio estatal, o nacionalizar la rama productiva absorbida por el capital trustificado (asociación de productores para abaratar costos).
En función de estas premisas elabora un plan de emergencia para conjurar la crisis que incluye nacionalizaciones, estancos y un estado intermediario.
Con respecto al plan Pinedo, la evaluación que hace el partido es que de instaurarse significaría una dictadura económico-financiera. Sostiene una opinión favorable al objetivo, pero cuestiona el procedimiento de financiación a implementarse.
Agro vs. Industria.
La cuestión agraria ocupa un lugar central en los textos radicales, pero no sucede así con el tema del desarrollo industrial, que no solo no es central sino que el espacio que se le dedica es mínimo.
En el partido predomina una visión de país agrario y exportador lo cuál no nos autoriza a decir que se sostenga una postura anti-industrialista, pero si que la industria no forma parte de sus preocupaciones inmediatas.
Hay consenso de que la agricultura y la ganadería deben ser protegidas y subsidiadas por el estado, pero no aparece un planteo semejante cuando se trata de la industria manufacturera. Esto se hace evidente al discutirse el Plan Pinedo.
En realidad, la actitud política del partido radical consiste en la no-discusión del Plan en el Parlamento en función de haber decretado lo que se llamó "intransigencia parlamentaria": no participar en las sesiones hasta tanto no se intervengan las provincias donde se habían llevado a cabo elecciones fraudulentas.
La consigna era un desarrollo industrial siempre que no afecte al desarrollo agrario y que no necesite apoyo o intervención estatal. Se mantiene una visión de la industria como actividad competitiva del desarrollo agrario, sus intereses se piensan como opuestos y en pugna por la distribución del excedente.
Defensa del consumidor.
Las primeras víctimas de la acción monopolista son los consumidores, son quienes deben soportar la carga de la pretendida reconstrucción económica. Plantean que, si la producción, frente a las restricciones del comercio internacional y la retracción de los mercados, impuso un rompimiento de las normas del liberalismo económico, resulta también indispensable que se establezcan normas para la fijación de precios internos o algún mecanismo que evite la carestía de la vida
Enumeran una serie de medidas que surgen a raíz de la carestía de la vida, y que deberían ser tomadas en cuenta para elaborar la legislación pertinente:
- Fiscalización de los precios de venta al por mayor y menor.
- Revisión del todo el sistema aduanero vigente con supresión de las trabas impuestas al comercio de importación.
- Supresión del control de cambios y creación de un fondo de estabilización de los cambios.
- Reajuste de los sueldos y salarios de las industrias, comercios, empresas de SS. Públicos, y empresas monopolizadoras.
En la cámara de diputados, Zara también se hace eco del problema y lleva adelante una interpelación al ministro de agricultura, en el año 1941. Considera dos caminos posibles: impedir la exportación o al menos restringirla y fijar precios máximos en las tres etapas de comercialización.
Indudablemente, en la versión del radicalismo la defensa del consumidor exige la intervención estatal para controlar precios y salarios o para otorgar subsidios. Estas medidas, junto con el levantamiento o la reducción de los aranceles a los productos de importación reactivarían el mercado interno y posibilitarían una mayor justicia retributiva.
El radicalismo no articula un discurso "nuevo" que de cuenta de la profundidad de las mutaciones sociales.
La centralidad productiva que iba adquiriendo la industria, y en consecuencia, la clase obrera, parece no haber sido percibida, no solo por los radicales, sino por buena parte de los actores políticos de la década.
Postura del autor:
A M.Persello: tiene una postura crítica con respecto a la actuación del radicalismo en esa época; pero no deja de considerar que es un partido en crisis y que se desenvuelve dentro de una sociedad en iguales condiciones. Resalta la debilidad de los sistemas partidarios, incapaces de percibir los cambios de una sociedad que se esta industrializando y que esta dominada por un movimiento hegemónico y de ilegitimidad de los partidos.
Con respecto al peronismo, la autora considera que solo emerge como una opción en la discusión de la sociedad Argentina y no como funciona en el imaginario colectivo, que lo considera un " mito fundacional" de la nueva articulación entre desarrollo y hegemonía.
Aspecto económico
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Aspecto Político
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Aspecto social
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Trabajo enviado y realizado por:
Cominneti, Luciano Polacco, María Rodriguez, Pablo Torres, Yanina Villoria, Sebastián
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