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El Uso Inadecuado los Venenos Agroquímicos en los Cultivares de Soja y sus Efectos sobre la Salud Humana


    Ésta es una invitación a ver este problema desde una perspectiva general para acercarnos, paso a paso a lo particular.

    El criterio de ATENCION PRIMARIA DE LA SALUD abarca una serie de conceptos de cuidado de la salud basándose en la promoción y protección de ella y la prevención de la enfermedad.

    La OMS en 1977 propone "Salud para todos en el año 2000" y en su continuación Alma Ata 1978 la define como "La asistencia esencial, basada en métodos y tecnologías prácticos, científicamente fundados y socialmente aceptables, puesta al alcance de todos los individuos y familias de una comunidad, mediante su plena participación y a un coste que la comunidad y el país puedan soportar en cada una de las partes de su desarrollo con espíritu de auto responsabilidad y autodeterminación".

    Esta visión hace abarcativo y general el problema ya que los criterios de APS incursionan en disciplinas que si bien tienen relación con lo estrictamente médico, tienen peso propio en la definición y en la resolución del conflicto.

    En este sentido podríamos imaginar un gran círculo dentro del cual visualizamos un triángulo en cuyo vértice está la salud, afectada por el uso de los venenos aplicados a los cultivos, en otra punta el medio ambiente, agredido de la misma forma y finalmente, en otra la economía de los productores que van a tener serias dificultades para colocar los productos transgénicos y de la región que va a tener su suelo desertificado y sus habitantes enfermos.

    Enfocándonos en la salud, una "salud agrícola" que debemos proteger y que no puede ser sustentada produciendo con exclusividad commodities, una sanidad que no podemos despilfarrar porque hace al sustento de los habitantes de nuestros pueblos y porque la salud del agro es un capital económico, social y colectivo que no podemos poner en riesgo.

    La industria de los agroquímicos ha tenido su desarrollo creciente después de la segunda guerra mundial y tuvo su cenit con la revolución verde, cuando como respuesta al desarrollo capitalista la gestión del ecosistema fue sacar el máximo de producto a los cultivos, llevando a la pérdida de un capital genético sagrado para muchos pueblos, poniendo a producir a toda máquina a las industrias de venenos para el agro, permitiendo el florecimiento de los grandes emporios

    La aplicación de estos insumos sintéticos, variedades mejoradas, pesticidas y demás a través de los tiempos han creado graves problemas, no tan solo en el deterioro del suelo y de su ecosistema en general, sino también en la economía del agricultor, traduciéndose esto en incrementos cada vez mayores en costos de producción en los diferentes cultivos.

    Desde el año 1995, en que se aprueba la soja transgénica y se produce su extraordinario crecimiento en cuanto a superficie sembrada, comienzan a hacerse notar enfermedades vinculadas, en principio a la gestación, y luego a diversos tipos de cáncer cuya frecuencia es llamativa.

    Es nuestro deber considerar esta situación como un problema, porque si no lo entendemos así esto va a seguir evolucionando peligrosamente hacia la catástrofe, como lo hace hoy día.

    Si estudiamos los venenos que se hace necesario aplicar a un cultivo de soja encontramos por lo menos tres sumamente peligrosos para la gente, los animales y el medio ambiente en general. Ellos son glifosato, y sus asociados como la polietilendiamina que no siempre figura en los marbetes de los venenos agrícolas, 2-4-D, y endosulfán. En este momento, como si todo esto fuera poco, se ha agregado un nuevo componente que se recomienda para eliminar la "soja guacha", rebrote aparecido luego de recogida la cosecha por las condiciones especiales de clima húmedo y cálido, que se denomina comercialmente Gramoxone y que no es mas que el viejo Paraquat, químico de altísima toxicidad con un efecto al contacto con la piel devastador y cuyo uso resulta absolutamente innecesario ya que al ser la soja una planta de clima cálido ante la primera helada desaparecen estos rebrotes que califican a la soja como "maleza".

    La toxicidad de estos compuestos sintéticos puede describirse de dos maneras, la toxicidad aguda, es decir inmediata, que es baja y que se puede clasificar en enfermedades de las vías respiratorias (asma, bronquitis, espasmo bronquial), enfermedades del aparato digestivo (náuseas, vómitos, enterocolitis) y las enfermedades de la piel (dermatitis). De la severidad de la intoxicación dependerá la aparición de síntomas como cefalea, mareos u otros vinculados a trastornos del Sistema Nervioso Central que, por ello, son mas graves o afecciones severas del sistema renal.

    El número de consultas en determinadas especialidades vinculadas a este problema en el Hospital Maternoinfantil "San Roque" de la ciudad de Paraná, demuestra un fuerte incremento a partir de 1996.

    Tabla Nro 1: Consultas externas en algunas especialidades del Hospital Maternoinfantil "San Roque" de Paraná entre 1990 y 2002

    Gráfico Nro 1: Consultas en el Servicio de Endocrinología del Hospital "San Roque" de Paraná entre 1990 y 2002

    Gráfico Nro 2: Consultas en el Servicio de Neurología del Hospital "San Roque" de Paraná entre 1990 y 2002

    Gráfico Nro 3: Consultas en el Servicio de Oncohematología del Hospital "San Roque" de Paraná entre 2000 y 2002

    Tabla Nro 2: Consultas externas en el Hospital "Dr Jose M.Miranda" de Cerrito, Entre Ríos, Argentina, entre 1994 y 2004

    MOTIVOS DE CONSULTA MAS FRECUENTE EN CONSULTORIO EXTERNO

    HOSPITAL "DR JOSE MARIA MIRANDA", CERRITO, ENTRE RIOS, ARGENTINA

    DESDE 1994 A 2004

    1994

    1995

    1996

    1997

    1998

    1999

    2000

    2001

    2002

    2003

    2004

    HIPERTENSION

    710

    968

    718

    845

    878

    914

    1027

    909

    1022

    885

    879

    GASTRITIS Y DISPEP.

    393

    307

    227

    248

    250

    228

    219

    196

    300

    257

    305

    ENF. ARTICULARES

    243

    101

    157

    126

    99

    154

    174

    217

    271

    212

    227

    ENF.RESP.BAJAS

    306

    410

    523

    654

    615

    665

    738

    656

    679

    642

    634

    ENF.RESP.ALTAS

    212

    285

    239

    234

    423

    371

    406

    422

    440

    56

    537

    DERMATITIS

    27

    68

    73

    95

    43

    78

    78

    99

    135

    122

    129

    Gráfico Nro 4: Consultas externas en el Hospital "Dr Jose M.Miranda" de Cerrito, Entre Ríos, Argentina, entre 1994 y 2004

    En el Hospital "Dr.Jose M.Miranda" de Cerrito, Entre Ríos, Argentina, se muestra un notable incremento en las consultas por patologías asociados a las intoxicaciones agudas por agrotóxicos como son enfermedades de las vías respiratorias y las dermatitis. Se nota en cambio cierta regularidad en otras patologías prevalentes como hipertensión, trastornos digestivos y enfermedades articulares.

    Pero en la toxicidad a largo plazo de estos compuestos está el verdadero problema. Una situación muy perversa ya que, la distancia en el tiempo entre la aparición de los síntomas y la exposición, puede hacer que ni el paciente, ni el profesional interviniente asocien la patología con el elemento causal.

    Dediquémonos a Glifosato es un herbicida sistémico que actúa en post-emergencia y en barbecho químico, no selectivo, de amplio espectro, usado para matar plantas no deseadas como pastos anuales y perennes, hierbas de hoja ancha y especies leñosas. El glifosato mismo es un ácido, pero es comúnmente usado en forma de sales, más comúnmente la sal isopropilamina de glifosato, o sal isopropilamina de N-(fosfonometil) glicina.

    La acción herbicida del glifosato se debe a la inhibición de la biosíntesis de aminoácidos aromáticos (fenilalanina, tirosina y triptófano). El glifosato inhibe la enzima 5-enolpiruvilchiquimato-3-fosfato sintetasa, importante en la síntesis de aminoácidos aromáticos; también puede inhibir o reprimir la acción de otras dos enzimas involucradas en otros pasos de la síntesis de los mismos aminoácidos, la clorismato mutasa y prefrenato hidratasa. Todas estas enzimas forman parte de la vía del ácido chiquímico, presente en plantas superiores y microorganismos pero no en animales.

    La clasificación en cuanto a su potencial tóxico está aún en discusión ya que en principio se lo catalogó como levemente tóxico para ir posicionándolo en categorías mas peligrosas a medida que el uso demostraba sus efectos.

    En principio, es mas peligroso por vía dérmica o inhalatoria que por ingestión, esto provoca un frecuente comentario entre quienes defienden su uso: "se puede tomar un vaso de glifosato que no va a pasar nada". Mas allá de la falta de veracidad de la afirmación, es una muestra de la campaña de confusión implementada por los sostenedores del modelo que conquista defensores por ignorancia o por motivos mas perversos.

    El glifosato es muy irritante para las membranas mucosas especialmente conjuntivas y bucales. Sus efectos sobre los ojos hicieron que Agencia de Protección Medioambiental lo reclasificara como muy tóxico.

    En humanos, los síntomas de envenenamiento incluyen irritaciones dérmicas y oculares, náuseas y mareos, edema pulmonar, descenso de la presión sanguínea, reacciones alérgicas, dolor abdominal, pérdida masiva de líquido gastrointestinal, vómito, pérdida de conciencia, destrucción de glóbulos rojos, electrocardiogramas anormales y daño o falla renal.

    En cuanto a su potencial carcinogénico un estudio publicado en el Journal of American Cancer Society por eminentes oncólogos suecos, reveló una clara relación entre glifosato y linfoma no Hodgkin (LNH), una forma de cáncer.

    Están probados sus efectos carcinogénicos y de alteración reproductiva en animales.

    Por otro lado, los residuos remanentes en el poroto de soja que consume quien lo utiliza como alimento tienen un potencial tóxico muy difícil de evaluar dado que esas personas no se presentan como pacientes expuestos a fumigaciones.

    Es importante resaltar el efecto medioambiental de este producto que determina la presencia de malezas resistentes que crecen sin competencia dada la eliminación del resto y que deberán ser fumigadas con productos de toxicidad creciente como el Paraquat.Se ha reportado en Dinamarca, donde su uso está muy extendido, una capacidad de filtración hacia las napas de agua potable muy superior a lo esperado.

    Es el momento de conocer algo acerca de 2-4-D. Se usa como éster isobutílico de del ácido diclorofenoxiacético. Es uno de los productos que intervienen en lo que se conoce como barbecho químico, que es la preparación (podría decirse el bombardeo) del suelo con herbicidas previo a la técnica de siembra directa.

    Su origen como parte del agente naranja que fuera tristemente célebre en Viet Nam exime de mayores comentarios acerca de su potencial toxicidad especialmente a nivel de la concepción y la formación del bebé. En Asia pueden verse aún las terribles secuelas de una guerra que afectó niños que, desde el vientre materno, mal podían ser un enemigo de cuidado para la fuerza invasora.

    Al respecto transcribo la Resolución Nro. 7 de la Secretaría de Agricultura de la Provincia de Entre Ríos, según Expdte Nro. 402907 de fecha 16 de abril de 2003:

    "… CONSIDERANDO:

    Que la aplicación y uso del herbicida 2-4-D está ocasionando severos daños en diferentes cultivos agrícolas, forestales y otros, debido a la alta volatilidad del mismo, en distintos lugares de la Provincia.

    Que los daños provocados se traducen en bajos rendimientos de en las cosechas, ocasionando pérdidas considerables en las diversas plantaciones, como así también produciendo severos daños al medio ambiente, las personas y los bienes, y ante la necesidad de prevenir futuros daños a terceros…

    …Que el uso del componente 2-4-D resulta altamente nocivo, tal como ha podido constatarse con la documentación respaldatoria presentada en distintos expedientes administrativos y de los informes emitidos por la Dirección de Agricultura y Suelos, por la Dirección de Horticultiura y Cultivos Alternativos de la Secretaría de Estado de la Producción y por el SENASA…

    …RESUELVE:

    ARTICULO PRIMERO: Restringir el uso y aplicación del herbicida 2-4-D éster isobutílico del ácido diclorofenoxiacético hasta el 31 de agosto de 2003, autorizándose la venta hasta agotar las existencias informadas……

    ARTICULO SEGUNDO: Suspender, hasta que SENASA tome una resolución definitiva, en todo el ámbito de la Provincia de Entre Ríos, el uso y aplicación del herbicida mencionado en su aplicación aérea y terrestre a partir del 31 de agosto de 2003 permitiéndose su reemplazo el uso y aplicación de la formulación sal dimetilamina del ácido diclorofenoxiacético únicamente en forma terrestre respetando las condiciones ambientales y los cultivos adyacentes, debiendo utilizarse en todos los casos la receta Agronómica.ARTICULO TERCERO: Serán pasibles de las sanciones previstas en la Legislación vigente quienes ocasionen daños al medio ambiente y a terceros e infrinjan la presente Resolución…"

    Resolución importante si fuera mas severa y si en algún caso se respetara el Artículo Tercero pero cuyo espíritu entre en fase de sospecha cuando, tras reconocer los efectos nocivos sobre la salud y el medio ambiente de agrotóxico autoriza la venta hasta agotar las existencias.

    2-4-D produce una forma de dermatitis llamada cloracné, en la intoxicación aguda los efectos mas severos se dan en la función renal. Y los efectos teratogénicos son su mayor peligro a largo plazo. Estos efectos están comprobados en animales de experimentación, salvo que el hombre de Vietnam, y aún las tropas americanas también fueran considerados como tales.

    Pasemos al endosulfán. Se trata de un organoclorado, que pertenece al grupo químico de los ciclodienos cuya característica es poseer al menos un anillo cíclico con doble enlace y cuyo nombre químico es 3-óxido de 6,7,8,9,10,10-hexacloro-1,5,5ª,6,9,9ª-hexahidro-6,9,-metano-2,4,3-benzodioxatepina.

    Estos productos actúan como disruptores endocrinos, sustancias químicas que suplantan a las hormonas naturales, bloqueando su acción o elevando sus niveles, trastornando los procesos normales de reproducción y desarrollo y provocando efectos símil estrógeno en los animales. Es decir produciendo en niños una feminización que ya es hallazgo habitual de los principales hospitales pediátricos, que encuentran una alta incidencia de ginecomastia, desarrollo de mamas en varones que han sido expuestos a fumigaciones o bien al consumo de soja como alimento. De la misma manera, en niñas, la aparición a destiempo de hormona sexual femenina o su imitador provoca desarrollo sexual anticipado con aumento del riesgo de patologías malignas del tracto genital.

    Dos libros, Primavera silenciosa de Rachel Carson y Nuestro futuro robado, escrito por Theo Colborn, Dianne Dumanoski y Pete Myers ,denuncian que productos químicos artificiales se han difundido por todo el planeta, contaminando prácticamente a todos sus habitantes cualquiera sea su especie. presentando pruebas del impacto que dichas sustancias sintéticas , como por ejemplo endosulfán, tienen sobre las aves y demás fauna silvestre.

    Los autores de Nuestro futuro robado repasan la investigación científica que relaciona estos problemas con los "disruptores endocrinos", estafadores químicos que dificultan la reproducción de los adultos y amenazan con graves peligros a sus descendientes en fase de desarrollo.

    En definitiva los disruptores endocrinos son sustancias persistentes, bioacumulativas y organohalógenas. Su objetivo son las hormonas, los mensajeros químicos que se mueven constantemente dentro de la red de comunicaciones del cuerpo.

    Son verdaderos piratas de la autopista de la información biológica que sabotean comunicaciones vitales. Roban a los mensajeros o los suplantan. Cambian de lugar las señales. Revuelven los mensajes. Siembran desinformación. Causan toda clase de estragos. Dado que los mensajes hormonales organizan muchos aspectos decisivos del desarrollo, desde la diferenciación sexual hasta la organización del cerebro, las sustancias químicas disruptoras hormonales representan un especial peligro antes del nacimiento y en las primeras etapas de la vida.

    Los efectos de los disruptores endocrinos varían de una especie a otra y de una sustancia a otra. Sin embargo, pueden formularse cuatro enunciados generales:

    *Las sustancias químicas disruptoras pueden tener efectos totalmente distintos sobre el embrión, el feto o el organismo perinatal que sobre el adulto;

    *Los efectos se manifiestan con mayor frecuencia en las crías, que en el progenitor expuesto;

    *El momento de la exposición en el organismo en desarrollo es decisivo para determinar su carácter y su potencial futuro;

    *Aunque la exposición crítica tiene lugar durante el desarrollo embrionario, las manifestaciones obvias pueden no producirse hasta la madurez.

    La especie humana carece de experiencia evolutiva con estos compuestos sintéticos.

    Estos imitadores artificiales de los estrógenos difieren en aspectos fundamentales de los estrógenos vegetales. Nuestro organismo es capaz de descomponer y excretar los imitadores naturales de los estrógenos, pero los compuestos artificiales resisten los procesos normales de descomposición y se acumulan en el cuerpo, sometiendo a humanos y animales a una exposición de bajo nivel pero de larga duración. Esta pauta de exposición crónica a sustancias hormonales no tiene precedentes en nuestra historia evolutiva, y para adaptarse a este nuevo peligro harían falta milenios, no décadas.

    Nadie sabe todavía qué cantidades de las sustancias químicas disruptoras endocrinas son necesarias para que representen un peligro para el ser humano. Hay datos que indican que podrían ser muy pequeñas si la exposición tiene lugar antes del nacimiento.

    Se ha descubierto que cantidades insignificantes de estrógeno libre pueden alterar el curso del desarrollo en el útero; tan insignificantes como una décima parte por billón. Las sustancias químicas disruptoras endocrinas pueden actuar juntas y cantidades pequeñas, aparentemente insignificantes, de sustancias químicas individuales, pueden tener un importante efecto acumulativo.

    Causa gran preocupación la creciente frecuencia de anormalidades genitales en los niños, como testículos no descendidos (criptorquidia), penes sumamente pequeños e hipospadias, un defecto en el que la uretra que transporta la orina no se prolonga hasta el final del pene .

    En zonas como la nuestra donde se emplea el endosulfán y otros venenos, se han registrado un alto número de casos de criptorquidias. Algunos estudios con animales indican que la exposición a sustancias químicas hormonalmente activas en el periodo prenatal o en la edad adulta aumenta la vulnerabilidad a cánceres sensibles a hormonas, como los tumores malignos en mama, próstata, ovarios y útero.

    Entre los efectos de los disruptores endocrinos está el aumento de los casos de cáncer de testículo y de endometriosis, una dolencia en la cual el tejido que normalmente recubre el útero se desplaza misteriosamente al abdomen, los ovarios, la vejiga o el intestino, provocando crecimientos que causan dolor, copiosas hemorragias, infertilidad y otros problemas como mortalidad perinatal y embarazo anembrionado.

    El signo más espectacular y preocupante de que los disruptores endocrinos pueden haberse cobrado ya un precio importante se encuentra en los informes que indican que la cantidad y movilidad de los espermatozoides de los varones ha caído en picado en el último medio siglo. El estudio inicial, realizado por un equipo danés encabezado por el doctor Niels Skakkebaek y publicado en el Bristish Medical Journal en septiembre de 1992, descubrió que la cantidad media de espermatozoides masculinos había descendido un 45 por ciento, desde un promedio de 113 millones por mililitro de semen en 1940 a sólo 66 millones por mililitro en 1990. Al mismo tiempo, el volumen del semen eyaculado había descendido un 25 por ciento, por lo que el descenso real de los espermatozoides equivalía a un 50 por ciento. Durante este periodo se había triplicado el número de hombres que tenían cantidades extremadamente bajas de espermatozoides, del orden de 20 millones por mililitro. En España se ha pasado de una media de 336 millones de espermatozoides por eyaculación en 1977 a 258 millones en 1995. El descenso amenaza la capacidad fertilizadora masculina. De continuar la tendencia actual, dentro de 50 años los hombres podrían ser incapaces de reproducirse de forma natural, teniendo que depender de las técnicas de inseminación artificial o de la fecundación in Vitro.

    En Argentina, un estudio del Dr. Alejandro Oliva, a cargo del Programa de Medio Ambiente y Salud Reproductiva que depende del Instituto Universitario Italiano de Rosario, que incluye pacientes que consultaron por esterilidad en Rosario, Ciudad de Santa Fe y Villa Libertador San Martín en Entre Ríos demuestra que los venenos que se usan en el agro están produciendo alteraciones en la calidad del semen de los productores expuestos a estas sustancias.

    La exposición prenatal a sustancias químicas imitadoras de hormonas puede estar exacerbando también el problema médico más común que afecta a los hombres al envejecer: el crecimiento de la glándula prostática, hipertrofia prostática benigna, que dificulta la excreción de orina o produce incontinencia y a menudo requiere intervención quirúrgica. En los países occidentales, el 80 por ciento de los hombres muestran signos de esta patología a los 70 años, y el 45 por ciento de los hombres padecen un grave crecimiento de la glándula. En las dos últimas décadas se ha producido un espectacular aumento de esta dolencia.

    La endometriosis afecta hoy a cinco millones de mujeres estadounidenses, cuando a principios de siglo la endometriosis era una enfermedad prácticamente desconocida

    Pero la tendencia sanitaria más alarmante con diferencia para las mujeres es la creciente tasa de cáncer de mama, que es el cáncer femenino más común. Desde 1940, en los albores de la era química, las muertes por cáncer de mama han aumentado en EE UU en un 1 por ciento anual, y se ha informado de incrementos semejantes en otros países industrializados.

    En los animales se han descrito disfunción tiroidea en aves y peces, disminución de la fertilidad en aves, peces, crustáceos, y mamíferos, graves deformidades de nacimiento en aves peces y tortugas, feminización en peces, aves y mamíferos machos y masculinización en hembras con alteraciones de sistemas inmunitarios de estos animales.

    Las normas actuales que regulan la comercialización de productos químicos sintéticos se han desarrollado sobre la base del riesgo de cáncer y de graves taras de nacimiento y calculan estos riesgos a un varón adulto de unos 70 kilogramos de peso. No toman en consideración la vulnerabilidad especial de los niños antes del nacimiento y en las primeras etapas de vida, y los efectos en el sistema hormonal. Las normas oficiales y los métodos de prueba de la toxicidad evalúan actualmente cada sustancia química por sí misma. En el mundo real, encontramos complejas mezclas de sustancias químicas. Nunca hay una sola

    Los fabricantes utilizan las leyes sobre secretos comerciales para negar al público el acceso a la información sobre la composición de sus productos. Esto incluye la oposición a caratular los productos alimenticios en cuya composición entra la soja transgénica.

    En tanto los fabricantes no coloquen unas etiquetas completas en sus productos, los consumidores no tendrán la información que necesitan para protegerse de productos hormonalmente activos. En algunos casos, las sustancias químicas pueden descomponerse en sustancias que plantean un peligro mayor que la sustancia química original.

    La agricultura ecológica, sin plaguicidas y otras sustancias químicas, es una alternativa sustentable o debe serlo.

    Con 100.000 sustancias químicas sintéticas en el mercado en todo el mundo y 1.000 nuevas sustancias más cada año, hay poca esperanza de descubrir su suerte en los ecosistemas o sus efectos para los seres humanos y otros seres vivos hasta que el daño está hecho.

    Una política adecuada para reducir la amenaza de las sustancias químicas que alteran el sistema hormonal requiere la prohibición inmediata de plaguicidas como el endosulfán. Así como para evitar la generación de dioxinas se requiere la eliminación progresiva del PVC, el percloroetileno, todos los plaguicidas clorados, el blanqueo de la pasta de papel con cloro y la incineración de residuos.

    Su capacidad de disolverse en los tejidos grasos y permanecer allí inertes durante mucho tiempo provoca efectos a distancia, tanto que se calcula que aún en los lugares en que han sido prohibidos seguirán provocando cáncer y alteraciones hormonales en los próximos mil años. Extrañamente, el vademecum de la Cámara de Seguridad Agropecuaria y Fertilizantes, CASAFE, con que se manejan los ingenieros agrónomos para conocer los peligros de los venenos del agro, no reconoce esta condición y dice que endosulfán no se acumula en la grasa corporal ni en la cadena ecológica.

    Los efectos carcinogenéticos están determinados por su acción sobre el ADN. Por eso son especialmente peligrosos para las primeras etapas fetales donde de dicha información depende la constitución correcta del ser a desarrollarse, humano o animal. Esta acción, de no imponerse límites al uso de estas sustancias, podría llegar a poner en peligro la supervivencia de especies enteras, entre ellas la humana.

    La ambición, que es incluso superior a la necesidad, hace que se pierda el respeto por el otro, el enfermo o el disminuido, aquellos que pretenden llevar adelante emprendimientos de naturaleza orgánica son vistos como enemigos, no hay lugar a salvo de la fiebre de la soja. Terrenos dentro de los centros poblados, limitantes con hospitales, las banquinas de las rutas que son el último refugio de especies silvestres y que, además, son propiedad de todos, son utilizadas para sembrar, y fumigar, soja.

    En Latinoamérica, especialmente en Colombia, Ecuador y Panamá, hay vasta, y desgraciada experiencia en el uso y abuso de todo tipo de venenos usados en la explotación agraria. En otros países, como Argentina, esta situación permanece oculta tras la falta de registro. La mayoría de los profesionales de la salud no saben o no quieren ver la relación entre agrotóxicos y salud.

    Porque, entonces la soja transgénica, mas allá de su beneficio económico en el corto plazo?

    Es que la soja es la punta de lanza del ALCA en su mas pura expresión. Donde desde otro lugar se decide no solo que van a producir y comerciar sino además de que van a enfermar y morir los habitantes de los países emergentes. Expulsando de los países desarrollados las industrias "sucias" como estas que contaminan severamente el ambiente, no por una actitud preventiva sino porque, en su desmedida ambición, ya han contaminado tanto sus recursos naturales que necesitan tiempo para recuperarlos. Confiando en que estas poblaciones, las nuestras, mueren de enfermedades infecciosas que tienen que ver con la pobreza, el hacinamiento y las malas condiciones de vida en forma prematura, lo que no otorga oportunidad de reconocer los efectos de los venenos con que nos rocían en cada campaña.La salud deberá enfrentar por mucho tiempo (décadas, centurias, milenios tal vez) los efectos deletéreos de los venenos agroquímicos sobre el ambiente y los animales que formamos parte de él.

    Los hombres pretender olvidar, o ignorar que son ellos y sus políticas de desarrollo económico quienes tienen que plegarse a la naturaleza y que no es la naturaleza la que se doblega a la ambición desmedida del hoy para salvar todas las imprevisiones y abusos del pasado a costa del aniquilamiento del futuro, olvidando o haciendo oídos sordos a aquello de que la tierra, el medio ambiente no es propiedad nuestra sino un préstamo de las generaciones futuras y que como tal se debe respetar y preservar; pues ese medio ambiente es parte de la naturaleza y esa naturaleza ha necesitado miles de siglos de procesos de evolución, adaptación y de interacciones, para que la existencia de la vida en la tierra se hiciera realidad.

    Solo de tiempo en tiempo la justicia, cuando la imprudencia cometida es muy grande, como cuando derrama su carga petrolero gigante, o envenenan los ríos con productos tóxicos, o esterilizan campos extensos o muere un niño por leucemia a causa del goteo de PCB de un transformador toma partido en el asunto. Pero normalmente permanece indiferente o es uno mas de los depredadores de la naturaleza.

    Sin embargo, pequeñas dosis de venenos agrícolas pueden envenenar el aire, las napas freáticas, el suelo, terminar los montes o la selva amazónica, ahogar la vida todo debido al simplismo de la mayoría de los gestores de sistemas económicos, que parecen tener gran dificultad para entender y asimilar la misma evolución, el proceso de adaptación y la genética que debe ser siempre enfocada en términos de población y no de individuo.

    Somos, en fin, como niños frente a una madre a la que hemos hecho sufrir demasiado con nuestras travesuras, casi siempre crueles. Las madres, casi siempre también, perdonan porque en la omnipotencia del amor todo es posible. Solo cuando el daño es tan atroz que aun esa proveedora de todo esta incapacitada, inerme e inerte ante la catástrofe nos abandona a nuestra suerte para que entendamos que a pesar de nuestra evolución intelectual, nuestros conocimientos, nuestra supuesta fortaleza, seguimos siendo niños inconscientes jugando con cosas que no tienen repuesto.

    Autor Doctor Darío Roque Gianfelici

    Médico General y Familiar, Especialista en Geriatría y Gerontología, Médico Asistente del Hospital "Dr. José M.Miranda" Cerrito, Entre Ríos, Argentina.

    Bibliografía

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    – José Santamarta La amenaza de los disruptores endocrinos. José Santamarta es revisor y coeditor de la edición en castellano del libro Nuestro Futuro Robado, y director de edición en castellano de la revista World Watch.

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