c) El recurso financiero, o sea, el dinero que circula a través de la operación del negocio.
Ahora, debe preguntarse: ¿Qué activos concretos se requieren, y a cuanto asciende su valor?, y la otra cuestión clave es: ¿Cómo obtener los fondos necesarios para tales inversiones?
Veamos un ejemplo. El señor Pedro Pérez decide montar una empresa productora de calzado; para ello requiere invertir inicialmente en maquinaria, equipo, instalaciones y capital de trabajo; este último se refiere básicamente al dinero y la materia prima necesarios para comenzar el proceso productivo. Supongamos ahora que el monto de la inversión es de $ 500.000. La pregunta ahora es cómo obtener esos fondos. Quizá, aunque no es muy probable, el señor Pérez disponga de toda esa suma de dinero; en este caso, y al menos para iniciar las operaciones, no es necesario buscar ninguna fuente de financiamiento. Si, por el contrario, sólo dispone de $ 200.000, tendrá que analizar alternativas que le permitan completar lo requerido. Puede buscar socios que aporten el resto o acudir a alguna entidad crediticia que esté dispuesta a otorgarle un crédito.
Para obtener fondos debemos basarnos en el principio de que nada es gratis. Todo cuesta y requiere recursos, los cuales deben conseguirse de alguna forma. Las fuentes de financiamiento son muy variadas, como veremos más adelante en este apunte, y el emprendedor puede tener a su alcance, alguna de ellas.
Definir cuál o cuales son las más adecuadas requiere un análisis profundo que tenga en cuenta:
a) Costo del interés
b) Flexibilidad para la obtención de prórrogas (aplazamientos o períodos de gracia).
c) Riesgo en que se incurre en cuanto a las posibilidades de pagar.
d) Expectativas de nuevos préstamos.
Evacuados esos interrogantes, se procede a tomar la decisión de financiamiento.
Una vez que la empresa esté en marcha y tenga cierto grado de madurez, debe financiarse, hasta donde sea posible, con fondos generados por el propio negocio; es decir, con utilidades que se retienen luego de participar una parte de las mismas a los propietarios.
2.1.Objetivo financiero de un emprendimiento.
Muchas personas piensan que quien invierte dinero en un proyecto o empresa, lo hace con el ánimo de obtener el máximo de utilidades. Esta apreciación es demasiado simplista y no considera una cantidad de factores que envuelven la actividad empresarial.
En una economía como la nuestra, la supervivencia de estos proyectos requiere que ellos produzcan utilidades, pero al tratar de llevarlas al máximo en un corto plazo denota una visión especulativa, la mayoría de las veces atentatoria contra el desarrollo integral de la empresa a largo plazo.
Las utilidades son fundamentales, nadie lo niega, pero el afán de maximizarlas impide que el emprendedor se percate de que ciertos desembolsos de dinero, aparentemente no necesarios a corto plazo, se requieren con el fin de conservar equipos, o bien adquirirlos para mejorar la tecnología. Como asimismo la incorporación de mano de obra calificada e información suficiente y oportuna del mercado. Es posible que se privilegie el afán de maximizar rápidamente utilidades, pero debemos ponderar a costa de qué se han obtenido, tal vez a costa de la propia supervivencia del emprendimiento.
Veamos un ejemplo para entenderlo mejor:
El Sr. Martínez era el dueño de una pequeña empresa de confecciones de ropa, que en sus primeros 5 años de vida había experimentado un éxito sin precedentes, mostrando utilidades fuera de lo normal, muy superiores al promedio de la actividad.
Ante las expectativas del mercado y la aparición de nuevos competidores, un amigo del señor Martinez le recomendó contratar una consultora de empresa para realizar una Investigación de Mercado, que incluyera no sólo el análisis del consumidor y la competencia, sino también la necesidad de adoptar nuevas tecnologías (innovaciones), de acuerdo a las tendencias que venía adoptando el sector.
El Sr. Martínez solicitó a varias consultoras de la ciudad que le presupuestaran el costo de la Investigación de Mercado, pareciéndole demasiado alto. En realidad, el negocio estaba en condiciones financiera de absorber dichos gastos. Sin embargo, en los 2 años siguientes, las utilidades se presentaron notoriamente inferiores a las generadas en los años anteriores. Ante tal situación, el Sr. Martínez se abstuvo de realizar el estudio. Como consecuencia, por falta de información oportuna y adecuada, la empresa no pudo adaptarse a las exigencias del mercado. Hoy día forma parte de un conjunto de negocios fracasados, que en cierta época fueron exitosos pero que no aceptaron sacrificar utilidades cuando ello era necesario y permitirle de esa forma asegurar el futuro y la supervivencia a largo plazo.
En consecuencia, el empresario debe buscar el crecimiento del valor de su inversión, el cual se mide en relación con lo que el mercado está dispuesto a pagar por el negocio, en el caso de que se pusiera en venta. Este crecimiento a través del tiempo es lo que constituye el objetivo financiero de un negocio.
Por lo expuesto, se requiere para garantizar el crecimiento una labor administrativa integral. O sea es necesario realizar una continua investigación, lo que puede permitir la innovación de maquinarias, equipos, procesos productivos y de distribución, acordes con las exigencias del mercado. Por supuesto esto demanda recursos, pero a la postre permitirá que el emprendedor recoja los frutos de un patrimonio incrementado.
2.2 Decisiones financieras fundamentales.
Son 3 las decisiones básicas que caracterizan la función financiera, a saber: decisión de financiamiento, decisión de inversión y decisión de dividendos (reparto de utilidades).
Las tres decisiones están íntimamente relacionadas, pudiéndose afirmar que la realización de cualquiera de ellas presupone que está afectada por las demás.
A la empresa fluyen fondos provenientes de haber contraído deudas con terceros (p.e.: Bancos, Proveedores, et.) y de recursos propios (p.e.: aportes de capital, y retención de utilidades). Estos ingresos se invierten básicamente en Capital de Trabajo (efectivo, cuentas por cobrar, inventarios, etc.), bienes de uso y otros activos.
El Capital de Trabajo y los Bienes de Uso comprenden las inversiones operativas (propias del giro normal del negocio); otros activos incluyen inversiones (p.e: acciones, títulos públicos, fideicomisos, etc.) las cuales permitirán ingresos adicionales a largo plazo.
La decisión de financiamiento conduce a aprovechar las ventajas que puede deparar el uso adecuado del endeudamiento (p.e.: con Bancos) cuando el costo del interés es menor al rendimiento que con él se puede realizar.
La decisión de inversión implica balancear adecuadamente lo asignado a capital de trabajo, que por su naturaleza no es rentable, y lo aplicado a Bienes de Uso y otros activos, orientados a producir renta (ingresos). La magnitud de las inversiones origina costos fijos que permiten incrementar utilidades operativas en mayor proporción que el incremento porcentual en ventas. Por ejemplo: Un aumento del 10% en las ventas originaría un aumento porcentual en utilidades mayor del 10%. Este efecto se conoce bajo el nombre de "apalancamiento operativo".
Empero, debe tenerse en cuenta que si un negocio disminuye sus ventas, siendo que sus costos fijos se mantienen constantes (p.e. alquileres, impuestos inmobiliarios, etc.) tendrán un efecto desfavorable en las utilidades.
Liquidez vs. Rentabilidad es el dilema que continuamente afronta el dueño o el encargado de las finanzas del emprendimiento. En ocasiones es necesario sacrificar la rentabilidad en aras de la liquidez o viceversa. Veamos un ejemplo:
La pequeña empresa "El Porvenir Ltda." solía mantener en su cuenta corriente un promedio de $ 20.000 y en caja de ahorros $ 30.000, suma que consideraba necesaria para atender los pagos de sueldos y salarios, intereses, servicios públicos, alquileres, proveedores, etc… Cierto día un amigo del dueño le propuso un negocio bastante rentable, el cual requería una inversión de $ 35.000 a un año de plazo; las utilidades también se recibirían al concluir el año.
Como el dueño no tenía línea de crédito bancaria disponible en ese momento, debido al alto nivel de endeudamiento del negocio, decidió retirar dicho dinero de su capital de trabajo; como consecuencia la empresa empezó a tener problemas de liquidez, incumpliendo en los pagos de los intereses, alquileres y proveedores, lo que afectó notablemente su reputación. Con muchas dificultades logró salir del problema, pero con una clara lección: no se debe sacrificar liquidez en aras de la rentabilidad.[1]
Problemas generales para acceder al crédito
Aunque fue un problema siempre, las dificultades para acceder a financiamiento se agudizaron tras la crisis del 2001/2002. Hoy siguen siendo escasas las PyMEs que están trabajando con los Bancos, salvo en líneas como los descubiertos en cuenta corriente. La mayoría recurre al financiamiento de sus proveedores y, fundamentalmente, al capital y utilidades propias.
En las empresas pequeñas el financiamiento se compone en un 55% de capital propio y utilidades retenidas, mientras que se reduce al 36% para aquellas empresas medianas.
A la hora de buscar financiamiento las cosas no resultan tan simples para las Pymes, dado que se enfrentan con tasas de interés extremadamente elevadas. Además, la cantidad de firmas que pueden acceder a un crédito bancario apenas supera el 25%.
Un estudio que fuera realizado por la consultora Nielsen indica que sólo el 10,6% de las Pymes tiene cuenta corriente en un Banco.
Si nos preguntamos si el sistema bancario argentino prefiere a las PyMES, podemos afirmar que ello no es así, puesto que sólo el 10% del total de los créditos del sistema bancario es otorgado a las pequeñas y medianas empresas. Además, las pocas empresas de ese tipo que logran obtener un crédito deben pagar excesivas tasas de interés.
Merece destacarse que se aprecia una deficiente coordinación entre los distintos niveles de organismos vinculados con las PyMEs. Como la información no está unificada, no llega a todos los potenciales beneficiarios. Resultado: finalmente son las empresas más preparadas, que menos necesidad tienen de reconvertirse, las que acceden a los fondos, y ello termina aumentando la heterogeneidad que caracteriza a este segmento de empresas.
Las estadísticas disponibles muestran que sólo una de cada diez empresas pequeñas tiene buen acceso al sistema financiero (combina financiamiento de corto y largo plazo y opera con más de dos bancos), menos de un diez por ciento exporta y los vínculos asociativos son mínimos: un 86% de las firmas realiza sus compras en forma individual, según un estudio realizado entre 1.500 empresas.
Se ha podido determinar que siete de cada diez firmas pequeñas y medianas tienen necesidades de financiamiento para capital de trabajo insatisfechas. Además, sólo un 8% de las empresas registra un buen acceso al sistema financiero, considerando como "bueno" a operar con más de dos bancos, tener una estructura de deuda importante de corto y largo plazo y enfrentar tasas inferiores a las del promedio.
La mayor parte de las necesidades se satisfacen con fondos de corto plazo, para cubrir descalces del negocio. Una encuesta entre 1.000 PyMEs mostró que el financiamiento vía proveedores es, por lejos (con un 37%), la herramienta más utilizada por las PyMEs locales.
La mayoría de las firmas consultadas señaló que las tasas, los plazos y las garantías exigidas por los bancos condicionan el acceso al financiamiento y limitan la evolución de sus negocios.
Pese a todo lo expuesto, hacer recaer toda la culpa sobre los bancos o sobre las PyMEs, depende del lugar en el que esté situado. Desde las entidades, se repite que la subdeclaración impositiva y la difusión de la economía negra que está presente en el sector atentan contra la presentación de carpetas para solicitar créditos. Para colmo, una vez sorteado este obstáculo, aparece la falta de información de siempre: los bancos no tienen estudios de seguimiento sectorial para la heterogeneidad del mundo PyME. Y analizar una carpeta de crédito para un préstamo chico vale lo mismo que para uno de varios millones. ¿Cuánto, exactamente?; el costo de análisis inicial de una carpeta de crédito está en los 15.000 pesos. Este monto, en una operación por 150.000 pesos a un año representa un costo fijo del 10% anual, mientras que en una de tres millones a dos años implica uno del 0,25%.
El alto grado de aislamiento es otra de las dificultades centrales que los economistas identifican entre las PyMEs locales, es decir, hay muy poca vinculación interempresarial para abordar acciones asociativas, tanto en los mercados de venta de sus productos como en los de compras de sus equipos o insumos. Son escasas las firmas medianas o chicas que realizan sus compras en forma asociada.
El Gobierno quiere estimular distintas formas de cooperación entre empresas. Para ello, pretende alentar consorcios de exportación, motorizar las SGR, fomentar la interacción a través de las agencias regionales y promover la formación de cadenas de proveedores.
Herramientas de financiación
El reducido y oneroso acceso al crédito de las PyMES se debe a que los Bancos consideran a las firmas riesgosas, y además estas instituciones financieras tratan de reducir el costo administrativo de sus fondos concentrando los préstamos que otorgan en firmas grandes como se expresara anteriormente. Esto plantea un problema para el financiamiento comercial de las empresas chicas, y naturalmente para sus posibilidades de aumentar sus inversiones.
En resumen, debe tenerse en cuenta la importancia económica de apuntalar el desempeño de las firmas menores, cuyo progreso contribuirá, además, a ampliar la base imponible y consecuentemente las posibilidades recaudatorias de impuestos del Estado.
El preconcepto de ser cumplidores es el principal condicionante para acceder a fuentes de financiamiento. De hecho, los bancos comerciales no miran a este segmento (Pymes) por considerarlo de alto riesgo, al tiempo que la exigua demanda de dinero los convierten en poco rentables.
Encontrar un crédito a la medida de un microemprendimiento no es tarea sencilla. Sus pequeñas estructuras no sirven para ser usadas en garantía y su carácter de economía "informal", se convierte en la principal traba para que los bancos lo cuenten entre sus clientes.
Las instituciones que apoyan este segmento saben que el riesgo es grande. Sin embargo en la práctica sus niveles de morosidad no superan el 5%.
Veamos ahora por qué las Pymes son reacias a solicitar créditos en los Bancos:
La respuesta a esta pregunta no es simple. Una gran mayoría de Pymes, por la crisis que atravesó el país (2001/2002) posee un stock de deuda fiscal todavía imposible de regularizar sino a través de un plan que ate la reactivación y el crecimiento al pago de dicha deuda. El primer requisito exigido por los Bancos es estar al día con la AFIP por lo que este grupo de Pymes ya se encuentra descartado.
Vamos a suponer que este punto se hubiere cumplido, si en algún momento a la Pyme se le rechazó un cheque por falta de fondos, aparecerá "tachado" en el requisito número dos, que consiste en no figurar en ninguna Base de Datos Comerciales (tipo Veraz u otras).
Para aquellos que pudieron sortear estos dos primeros escollos, el Banco le exigirá, además, que no sólo exhiba su proyecto, sino que le demuestra cómo sobrevivió y como piensa sobrevivir en
el futuro. Por ello, en ese instante se le solicitará un Balance Proyectado y un Flujo de Fondos a 36 meses como mínimo.
Pero, aunque todo esto sea preparado, son pocos los Bancos que se "animan" a dar un crédito a mediano plazo y a una tasa de interés baja. Por esa razón, muchas de estas Pymes reciben la misma respuesta: "el comité de crédito de este Banco considera que su idea es buena pero que su plan a tres años no cierra; por eso únicamente le podemos dar un adelanto en su cuenta corriente por 180 días a la tasa del mercado".
Así, la Pyme abandona su ilusión y continúa trabajando con lo que tiene, es decir, sin un verdadero desarrollo industrial y con alto atraso tecnológico.
Podemos observar a continuación lo difícil que resulta acceder a un crédito bancario, en función del volumen de documentación exigida:
4.1 Requisitos exigidos por las instituciones financieras para el otorgamiento de créditos.
Copia certificada por el Consejo de Ciencias Económicas de los últimos tres balances.
Copia autenticada del Estatuto Social
Copia autenticada de Acta de Asamblea con designación de autoridades (última)
Copia autenticada de Acta de Asamblea con distribución de cargos (última).
Copia autenticada de Acta de Asamblea que aprueba la distribución de utilidades del último ejercicio.
Fotocopia de los comprobantes de pago del IVA de los últimos seis meses.
Fotocopia de los comprobantes de pagos de aportes jubila torios, cargas sociales y Obra Social de los últimos seis meses.
Declaración Jurada del Impuesto a las Ganancias del último año.
Reseña breve de la actividad y destino de los fondos solicitados.
Detalle de las contragarantías a ofrecer.
Deuda bancaria actualizada.
Manifestación de bienes de los socios/directores de las empresas.
Flujo de caja estimado que acompañe el plazo del crédito solicitado.
Ventas de los últimos tres años y de lo que va del corriente.
Sociedades de Garantías Recíprocas (S: G: R)
5.1. Características
Estas sociedades tienen por objetivo otorgar avales que sirven como garantías para que las Pymes puedan acceder al crédito. En ese sentido el art. 33 de la ley 24.467 establece que "el objeto principal de las sociedades de garantía recíproca será el otorgamiento de garantías a sus socios partícipes mediante la celebración de contratos regulados en la presente ley".
Las sociedades de garantía recíproca surgieron hace casi una década. Desde entonces las PyMes cuentan con una opción financiera que permite superar la barrera de las garantías al buscar financiamiento, pues las SGR se parecen a una compañía de seguros.
En la Argentina esta forma de organización contó con un fuerte apoyo estatal. Sin embargo en los últimos años, la proliferación de este tipo de sociedades estuvo impulsada por empresas privadas. Concretamente, las SGR son sociedades comerciales cuyo objetivo principal es facilitar a
las PyMes el acceso al financiamiento mediante el otorgamiento de garantías que respaldan la devolución del crédito.
Los avales pueden ser financieros (en caso de préstamos), técnicos (para cumplir contratos), o mercantiles (para proveedores o anticipo de clientes). Pero, además, pueden brindar asesoramiento a sus socios.
Su particularidad respecto a otros sistemas de garantías es que están constituidas por socios partícipes (que son los exclusivos beneficiarios de los avales que otorgan las SGR) y por los socios protectores, es decir, todos aquellos que realicen aportes al Fondo de Riesgo y al Capital social.
5.2. Trámites necesarios para ser socio partícipe
Deben cumplirse las siguientes etapas:
1) Presentar una nota de intención de asociarse a la SGR seleccionada por la PyMe.
2) Cumplir con todos los requisitos formales de la disposición Nº 147/06 (ver nuestro apunte Nº 1).
3) Adquirir las acciones de la SGR a la que la empresa solicitante se postuló.
4) Presentar el proyecto de financiación específico, que concurrirá a solventar la iniciativa productiva de la empresa solicitante.
5) Solicitar la garantía para el proyecto específico, y ofrecer la contragarantía
6) Aportar la información económico-financiera que sea relevante para acceder a la solicitud del crédito.
5.3.Costos.
Otro punto importante es analizar el costo que representa a un empresario PyMe ser socio de una SGR. El costo es la suma de la adquisición de las acciones, por ejemplo, 200 acciones por $ 200, más el costo de los requisitos formales, que varía según se trate de una persona física o jurídica y según la jurisdicción en que opera la PyMe.
Además, hay que contabilizar la comisión por los avales otorgados, que oscila entre el 0,1% a 2,5% sobre el saldo de la operación, dependiendo el porcentaje citado del riesgo involucrado en el aval. Tampoco no es lo mismo una persona que figura en el Veraz con situación normal, que aquella que se encuentra en situación irregular.
5.4 Proyectos de negocios.
Si bien es fundamental que el proyecto presentado sea sustentable y que exista capacidad de pago, a veces ello no es determinante y puede resultar mucho más valorable el know-how (saber hacer) del negocio, la trayectoria, el tipo de contragarantía ofrecida, o el grado de cumplimiento en la cancelación de los pasivos.
El hecho de ser socio no basta para que la empresa acceda a las garantías. Para obtenerlas, hay que convencer a la SGR de que el proyecto es rentable.
5.5. SGR destinadas a actividades específicas.
Existen en general SGR cuyos socios protectores mayoritarios son grandes empresas, y cuya función es el apoyo a medianas y pequeñas empresas de su órbita (p.e. sus proveedores de materias primas, transportistas, etc.). Veamos algunos ejemplos:
1) Afianzar SGR: sus socios partícipes son mayoritariamente productores de lácteos y transportistas de Mastellone Hermanos.
2) Los Grobos SGR: Los socios protectores corresponde del Grupo Los Grobos, productores agropecuarios y del sector industrial.
3) Puente Hnos. SGR: Se encuentra enfocada al aval de cheques de pago diferido, propios o de terceros, obligaciones negociables bajo el Régimen PyMe de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires y también financiamiento bancario.
4) Garantías del Plata SGR: Constituida por Molinos Río de la Plata como socio protector mayoritario, con una participación en el capital social del 49,5%. Esta sociedad apunta a empresas dedicadas a la producción agropecuaria (cereales, oleaginosas, olivícola, arrocero, entre otras, y a actividades de provisión de bienes y servicios). [2]
5.6. Origen de las SGR.
Las PyMes han enfrentado históricamente, serios problemas a la hora de encontrar garantías que le permitieran acceder al crédito bancario y al mercado de capitales. Para paliar esta carencia se diseñaron instrumentos financieros que tuvieran en cuenta las particulares necesidades de las pequeñas y medianas empresas. Así nacieron las Sociedades de Garantías Recíprocas (SGR).
5.7. Objetivos.
Las SGR son sociedades comerciales que tienen por objeto facilitar el acceso al crédito bancario por parte de las PyMes, brindando para ello garantías para el cumplimiento de sus obligaciones
La idea fundamental es que de este modo las firmas de mediano y pequeño porte podrán conseguir financiamiento en condiciones más ventajosas de plazos, tasas y destino de los fondos.
Por otro lado las SGR brindan a sus socios asesoramiento técnico, económico y financiero en forma directa o a través de consultores contratados para ese fin. Las SGR se convirtieron en una opción interesante para las PyMes allá por el 2001/2002, cuando, con un sistema bancario duramente castigado por la crisis, fue necesario generar alternativas de financiamiento no tradicionales. De este modo, las SGR se convirtieron en el respaldo necesario para acercar a los empresarios PyMes al mercado de capitales.
En la etapa siguiente, cuando se regularizó el sistema financiero y los Bancos públicos aparecieron en escena para convertir en realidad la expectativa de una oferta de financiamiento a las PyMes con líneas de crédito destinadas a fortalecer el capital de trabajo y bienes de capital, las SGR
permitieron que las pequeñas y medianas firmas pudieran beneficiarse con tasas de interés de un dígito, en condiciones similares a las que antes estaban reservadas exclusivamente para las grandes empresas.
Como ya se expresara, para conseguir un aval el empresario debe ser socio partícipe de la SGR y presentar un proyecto de negocios que requiera garantías para el cumplimiento de alguna obligación.
Las PyMes se benefician en que las SGR aceptan activos intangibles (títulos de créditos futuros, facturas o cheques) como contragarantías, mientras que los Bancos exigen siempre sobre activos reales (prendas, hipotecas, etc.).
La SGR evaluará las condiciones de riesgo crediticio de la PyMe y determinará los límites de la garantía a otorgar y su plazo. [3]
Además de las PyMes, hay otros actores que impulsaron el uso de las SGR: las grandes empresas (socios protectores), que son aportantes al Fondo de Riesgo al ver atractiva la exención del Impuesto a la Ganancias que tienen los aportes a dicho Fondo.
El art. 33 de la ley 24.467 establece que "el objeto principal de las sociedades de garantía recíproca será el otorgamiento de garantías a sus socios partícipes mediante la celebración de contratos regulados en la presente ley".
Pero, para que funcionen las SGR se necesita el aporte de dinero de los que se conocen como "socios protectores", entre los que se encuentran grandes firmas como Mastellones, Techint, Aluar, Fate y el mismo Banco de la Nación. Además de los socios protectores las SGR pueden
contar con socios partícipes que podrán serlo solamente las pequeñas y medianas empresas (sean personas de existencia física o jurídica).
A los fines de su constitución, y durante los primeros 5 años toda SGR habrá de contar con un mínimo de 120 socios partícipes y contar con un capital mínimo de $ 240.000. Como ya se
expresara, se consideran socios protectores todas aquellas personas físicas o jurídicas, públicas o privadas, nacionales o extranjeras que realicen aportes al capital social y al fondo de riesgo. Queda prohibido a la sociedad celebrar contratos de garantía recíproca con los socios protectores.
5.8. Beneficios fiscales para los socios protectores.
Para incentivar a los socios protectores a realizar los aportes necesarios, se estableció que el dinero puesto en las SGR quede exento de pagar el Impuesto a las Ganancias, cuya alícuota para esas grandes empresas es del 35%. Asimismo, se establece la exención del pago del IVA de todas las operatorias que realicen las SGR.
Sin embargo, con la ley 25.300 este beneficio (relacionado con el impuesto a las Ganancias) seguirá vigente pero para ello la empresa debe dejar por 4 años inmovilizado el dinero del fondo (el plazo era de 2 años). Evidentemente esta modificación no le conviene a ninguna empresa grande, pues si tiene que dejar inmovilizado por 4 años el dinero para poder quedar eximida del Impuesto a las Ganancias, podría convenirle más poner el dinero a plazo fijo sin el riesgo que contiene la inversión en una SGR ( ello depende de las tasas de interés vigentes para ese tipo de inversiones).
Pero, además, como se descubrió el caso de una SGR que había realizado aportes por una cifra muy superior a los avales otorgados, la ley 25.300 regula esto obligando a otorgar, durante el ler. año, avales por el 70% de los aportes realizados, el 2do. año por el 100% de los aportes, y el 3ro. y 4to. años por el 80% en promedio.
El punto es que, si la SGR no diera avales en las precitadas proporciones estos socios protectores (que no necesariamente están en la administración de las SGR) se verían perjudicados teniendo que pagar (con intereses) el Impuesto a las Ganancias por la diferencia. Es decir, en este punto es donde los aportantes no van a querer arriesgarse a tener que pagar intereses cuando no son ellos los que deciden cuántos avales dar, sino la SGR.
5.9 Límite operativo.
Cabe destacar que las SGR tienen un límite operativo dado que no podrán otorgar a un mismo socio partícipe garantías superiores al 5% del total de su capacidad de brindar garantías, quedando exceptuadas de esta limitación las SGR que se encuentren constituidas mayoritariamente por entidades bancarias (art. 16 ley 25.300).
Por otra parte, corresponde señalar que es incompatible la condición de socio protector con la de socio partícipe.
5.10 Capital social.
En cuanto al capital social de las SGR estará integrado, como se ha citado anteriormente, por los aportes de los socios, y estará representado por acciones nominativas de igual valor y número de votos. En cuanto a la composición del capital social la ley 25.300 establece que la participación de los socios protectores no podrá exceder del 50% del capital social, y la participación de cada socio partícipe no podrá superar el 5% del mismo, correspondiendo también como máximo el 50% del capital social a la totalidad de los socios partícipes.
Además, se establece que las SGR no podrán recibir aportes de socios protectores con afectación específica a las garantías que dicho socios determinen (garantía digitadas). Si desearan hacerlo deberán celebrar contratos independientes del Fondo de Riesgo general (en este caso la deducción impositiva, por estos contratos independientes del Fondo de Riesgo, será equivalente a 2/3 de la que correspondiere para los contratos de garantía normales).
Los aportes de capital deberán ser integrados en efectivo como mínimo en un 50% al momento de la suscripción, y el remanente (también en efectivo) en el plazo máximo de 1 año a contar de esa fecha. Corresponde destacar que la integración total será condición necesaria para que el socio partícipe pueda contratar garantías recíprocas.
5.11 Distribución de las utilidades.
En cuanto a las utilidades que generen las SGR (cobran intereses por los contratos de garantía efectuados), deben ser distribuidas de la siguiente forma:
a) Para reserva legal el 5% anual, hasta completar el 20% del capital social.
b) La parte correspondiente a los socios protectores podrá ser abonada en efectivo, como retribución al capital aportado.
c) La parte correspondiente a los socios partícipes se destinará al Fondo de Riesgo en un 50%, pudiendo repartirse el resto entre la totalidad de dichos socios.
En todos los casos en que proceda la distribución de los beneficios en efectivo a que no hemos referido anteriormente, tanto los socios protectores como los partícipes deberán, para tener derecho a percibir las utilidades, haber integrado la totalidad del capital social suscripto y no encontrarse por ningún motivo en mora con la SGR.
5.12 Órganos sociales.
Los órganos sociales de las SGR son: a) Asamblea General; b) Consejo de Administración y c) Sindicatura.
La Asamblea se integra por todos los socios, y tiene por función:
a) Fijar la política de inversión de los fondos sociales.
b) Aprobar el costo del otorgamiento de garantías.
c) Determinar el mínimo de contragarantías que la SGR habrá de requerir al socio partícipe.
En cuanto al Consejo de Administración tendrá por función principal la administración y representación de la SGR, y estará integrado por 3 personas de las cuales al menos 1 representará a los socios partícipes y al menos 1 a los socios protectores. Sus atribuciones son:
a) Disponer la exclusión de aquellos socios que habiendo recibidos garantías, no hubiesen cumplido con su compromiso. También puede disponer la exclusión cuando los socios no hubiesen integrado en término su compromiso de suscripción al capital social.
b) Admitir nuevos socios.
c) Nombrar sus gerentes.
d) Realizar todos aquellos actos tendientes al logro del objeto social.
e) Proponer a la Asamblea el importe total de garantías a otorgar durante el ejercicio económico.
f) Proponer a la Asamblea el costo que los socios partícipes deberán oblar para acceder al otorgamiento de garantías.
g) Determinar las inversiones a realizar, sobre la base de las pautas que hubiere fijado la Asamblea.
h) Someter a la aprobación de la Asamblea el Balance General y Estado de Resultados, y proponer la aplicación de los resultados del ejercicio.
i) Reembolso de las acciones existentes (manteniendo los requisitos mínimos de solvencia).
En lo que atañe a la Sindicatura será un órgano de fiscalización integrado por 3 síndicos designados por la Asamblea. Para ser síndico se requiere:
Ser abogado, licenciado en economía, licenciado en administración de empresas o contador público.
Tener domicilio en la jurisdicción de la SGR.
Sus funciones son:
a) Verificar las inversiones, los contratos de garantía, el estado del capital social, las reservas y el Fondo de Riesgo.
b) Atender los requerimientos y aclaraciones que formule la autoridad de aplicación (Ministerio de Economía) y el Banco Central.
Tarjetas de crédito
Se trata de obtener financiamiento gratis usando las tarjetas de crédito. Ellas son una importante fuente de ventas para los comercios. También pueden convertirse en una gran herramienta para conseguir fondos y pagar gastos e insumos sin costo financiero ya que a medida que van vendiendo pueden usar el monto de esas operaciones y, de paso, obtener una administración de gastos mas afilada.
En el caso de la tarjeta Visa, se trata de la tarjeta Business Comercio y aseguran que es muy buena sobre todo para aquellos comercios que reciben pagos con "plásticos". Como toda tarjeta tiene un límite de compra y uno de financiación que, vale la pena recordar siempre es otorgada por el Banco emisor.
Pero en el caso de esta Business Comercio ese límite se puede incrementar en la medida que el comerciante va "depositando" los cupones que recibe. De esa manera puede comprar más a medida que vende más.
Una vez depositados los cupones el empresario debe esperar 48 horas para disponer de ese dinero. Pero no se acredita el total de la venta, sino el 70% del monto (el otro 30% es una especie de colchón para cubrir posibles faltas de pago de los consumidores y se hace efectivo recién cuando el comprador lo paga).
En el caso de otra líder, Mastercard, el sistema ya está operando hace tiempo. Y forma parte de un conjunto de mecanismos denominados "Soluciones de Pagos Corporativos".
Tiene una diferencia con el anterior: no es necesario esperar para acceder a los fondos. El mecanismo "hace" un promedio de lo que ese comercio vende mensualmente y lo acredita automáticamente en la cuenta del empresario. Y sostienen que, si aumentan las ventas, el monto del depósito crece al mismo tiempo.
Como en el caso anterior, se trata de fondos que se pueden utilizar sin esperar el plazo habitual de cobro de los cupones y que no tienen ningún costo financiero.
De esa manera el vendedor dispone de una especie de "descubierto" ya que tiene los fondos disponibles, pero sin pagarle al Banco ningún interés. Pero al igual que con los cheques debe cargar con los impuestos a los débitos y créditos bancarios.
Factoring
Es un contrato celebrado entre una empresa (cedente) y el factor (Banco, entidad financiera, etc.) por el cual la primera transfiere al segundo, a cambio de una remuneración, créditos a cobrar originados por su actividad comercial, con la finalidad de obtener fondos para su capital de trabajo. Lógicamente esta forma de financiamiento debe ser menor al costo del crédito bancario.
Es decir, que se trata de una técnica de gestión comercial que, como ya se expresara, consiste en la cesión de la cartera de cuentas a cobrar, facturas y cheques, a una entidad especializada, denominada "Factor", que convierte las ventas a corto plazo en ventas al contado, y se encarga de su gestión y cobranza.
En la Argentina esta operatoria existe en el mercado desde hace más de una década y es una de las herramientas más sencillas y eficientes a la hora de mejorar la liquidez, la competitividad y el riesgo del crédito.
En otras palabras, la intervención de un tercero aumenta la disponibilidad del capital de trabajo, y asimismo agiliza la gestión de cobro de las deudas de los clientes. En el caso de las exportaciones también les garantiza el riesgo.
Debe aclararse que para poder "factorear" una factura es imprescindible la anuencia y autorización del comprador, pues de lo contrario no se puede operar.
Si bien es cierto que la entidad financiera (Factor) compra las facturas a cobrar de las empresas con efectivo inmediato, lo hace hasta un máximo del 75% al 80% del valor de la factura. El resto estará disponible una vez que el factor le cobra efectivamente al cliente.
Cuando una empresa realiza sus ventas a plazos, mantiene su dinero trabado, es decir, entrega la mercadería y recién el comprador paga a los 60 o 90 días, pero cuando cede sus derechos a un factor, el proveedor se monetiza de inmediato, es decir, envía la mercadería, lleva los originales de las facturas al factor y en 24 horas le acreditan los fondos.
El Factoring se puede clasificar en:
a) Fáctoring doméstico.
En este tipo de Factoring intervienen tres actores: el vendedor de la mercadería o proveedor, el comprador y la compañía de Factoring. Cuando se opera con este sistema la acreditación de los fondos es casi inmediata.
b) Factoring internacional
En el Factoring internacional, a diferencia del doméstico, se agrega la agencia especializada (Factor del Exterior), quien asume el riesgo de la insolvencia del importador y se hace responsable del cobro en ese país.
Para el exportador, este servicio financiero le simplifica todo, es muy sencillo y, lo más importante, es la garantía de cobro de cada operación de comercio exterior.
Este sistema, sin dudas, es eficiente. En una exportación el proveedor obtiene garantía por insolvencia del importador, pero además la administración de la cartera de deudores queda a cargo del factor, igual que la gestión de cobranzas, el seguimiento de pagos y, si es necesario, las acciones legales por la gestión de la mora. Esto es muy importante porque el proveedor despacha la mercadería, entrega la factura original a la compañía de Factoring, obtiene un pago anticipado y se olvida del riesgo de su comprador y de tener que estar corriendo detrás de un pago.
Para el exportador la acreditación de los fondos se realiza dentro de las 48 horas.
El servicio de Factoring doméstico puede ser utilizado por las PyMEs de la producción, el comercio y servicios que cuenten con un volumen mínimo anual de ventas de $ 400.000 y $ 35.000 por mes. En el caso del Factoring de exportación o importación las ventas anuales mínimas deben ser de u$s 300.000.
Los términos de pago dependen de los plazos de venta, los cuales en general son de hasta 90 días para el mercado interno y de 180 días para el internacional.
Los trámites para que el empresario PyME pueda operar son accesibles, sencillos y rápidos. Lo primero que corresponde realizar es asesorarse en la misma compañía de Factoring. Luego se presenta a la entidad especializada la lista de clientes. El factor entonces realiza una evaluación crediticia de cada uno de ellos, estableciendo un límite de crédito y asumiendo la responsabilidad de las operaciones con esos clientes.
El costo de esta operatoria genera un costo administrativo y por cobertura de riesgo (comisión) y por supuesto un costo financiero. Respecto a la comisión es de alrededor del 1% sobre el total de las operaciones más un interés sobre los fondos que se anticipan y cuya tasa depende del momento.
Una aclaración importante es que no se debe confundir el factoreo con el descuento de una factura o documento. En este último caso la entidad financiera simplemente compra el documento y lo cobra. Entonces el riesgo es distinto y el costo también.
En cambio, la operación de Factoring es concebida por un período de tiempo determinado, donde el cliente, es decir, el proveedor se compromete a ceder la facturación que realice a sus compradores, los cuales de mutuo acuerdo se nominan en el contrato durante el plazo del mismo.
Es una operación con otro riesgo, mucho más atomizado, por lo que resulta menos costoso para el cliente a la vez que, al ser por un período de tiempo, le asegura al proveedor el flujo de fondos, capital de trabajo durante ese período.
No obstante, hay un gran desconocimiento del Factoring internacional todavía, y ello es atribuible a un problema cultural. No hay duda que esta es una herramienta ideal para el exportador porque sale a negociar con su cliente del exterior desde una posición muy fortalecida, y tiene además la capacidad para vender a plazo, con riesgo cubierto y dispone de los fondos cuando los necesita.
Pese a lo expuesto, esta herramienta de financiación todavía no está siendo muy utilizada en nuestro país, y es de esperar que paulatinamente el exportador lo vaya incorporando, como ha ocurrido en Chile y en toda Europa, Estados Unidos y la mayoría de los países orientales.
Leasing
Es una forma de crédito que mediante el pago de un alquiler (canon) se obtiene la opción de compra de un bien especificado en el contrato.
La necesidad que enfrentan muchos empresarios y productores de equiparse para responder a las necesidades de la demanda es un factor que ha impulsado al crecimiento del leasing, una forma de financiación de bienes que permite a las empresas alquilarlos con opción a la compra final a una institución financiera. En el año 2004 se han efectuado transacciones de este tipo por un valor aproximado de $ 1.200 millones, lo que pone de manifiesto la importancia de este recurso financiero.
Otro aliciente para la recuperación del leasing es el mayor conocimiento que existe sobre las ventajas impositivas. El que toma un bien por medio del leasing puede deducir el IVA mensualmente en cada pago, mientras que si comprara el bien pagaría todo al inicio y generaría un costo financiero por la inmovilización financiera sobre el IVA abonado.
Influye, además, que este mecanismo de financiamiento se haya extendido a los servicios y bienes intangibles, como el software y las patentes.
Si los gastos más cotidianos pueden comprometer el bolsillo de una PyMe, no es más alentador el panorama cuando se trata de incorporar tecnología.
Tras la crisis de 2001 y la devaluación, las exigencias para acceder a los créditos superaron las posibilidades de muchas empresas y los proyectos para sumar equipos quedaron postergados.
Pero actualizarse tecnológicamente, es la clave para el mundo de los negocios. Frente a esa demanda, el mercado financiero desarrolló la alternativa del leasing. Básicamente, como ya se expresara, se trata de un alquiler de bienes con opción a compra o, estrictamente, un instrumento por el cual se transfiere la tenencia de un bien contra el pago de una cuota mensual.
8.1 Clases de leasing.
A grandes rasgos existen dos tipos de leasing:
a) Leasing operativo:
Contempla la firma de un contrato de arrendamiento por un plazo determinado y la opción de compra equivale al valor de una cuota mensual adicional. Este tipo de leasing es el más usual.
b) Leasing financiero:
Se cambian los términos de la opción de compra, que queda librada al valor del bien en el momento en que finaliza el contrato. Es decir, el valor de la cuota mensual es menor que en el leasing financiero, pero el precio por hacer uso de la opción de compra es más elevado.
8.2 Opciones al finalizar el contrato.
a) Renovar ese mismo equipamiento a plazo a convenir.
b) Devolver los equipos.
c) Comprarlos.
8.3 Diferencias entre leasing y créditos
Leasing | Crédito | ||||
Financiación del 100% del bien | Si | No | |||
Afecta los límites bancarios | No | Si | |||
Permite deducciones al Imp. a las Ganancias | Si | No | |||
Permite prorratear el IVA del bien involucrado | Si | No |
Si queremos ampliar los beneficios derivados del leasing, los especialistas han coincidido en afirmar que resuelve el problema de las garantías, que representa uno de los mayores obstáculos que se le presentan a las PyMes al gestionar un crédito bancario. Esto es así porque los activos mismos sirven de garantía, lo que beneficia a personas o proyectos que no disponen de todos los respaldos necesarios a pesar de su solvencia moral y su capacidad técnica.
Para proveedores y fabricantes, la herramienta del leasing también tiene condiciones ventajosas: al incorporar financiación, genera un aumento de ventas y reduce los riesgos de incobrabilidad. Además, fideliza al cliente en el reemplazo de nuevos equipos.[4]
Warrant
Este instrumento es un título de crédito mediante el cual, tanto los productores agropecuarios como otros actores de la producción entregan su mercadería en custodia a una empresa especializada que les expide, en la misma operación, un certificado de depósito y un warrant.
Estos documentos, que en definitiva constituyen una garantía respaldada por mercadería, se endosan luego a favor de una entidad bancaria, lo que permite al productor obtener en forma inmediata el dinero correspondiente al préstamo solicitado.
En una operación de estas características interactúan tres actores: un productor, la entidad financiera y la compañía especializada en la emisión de warrants.
Es decir que el warrant es un instrumento ágil que permite al productor retener la producción en depósito o custodia dándole la posibilidad de hacerse de capital de trabajo y así aprovechar las mejores condiciones del mercado al momento de vender la mercadería.
¿Cuáles son los pasos a seguir para operar con los warrants? En primer lugar hay que asesorarse sobre los costos, que suelen variar según la naturaleza y cantidad del producto en custodia. Una vez aceptados los términos, el dueño entrega la producción y la compañía extiende entonces los documentos y el empresario estará en condiciones de dirigirse a la entidad bancaria a gestionar un préstamo.
Habitualmente el warrant es un instrumento impuesto en la actividad azucarera porque goza el productor de la posibilidad de vender en el momento oportuno sin saturar la plaza con el producto. De esta manera se evita que el precio disminuya por sobreoferta.
El costo real depende de varios factores pero, en términos reales, la empresa cobra por el depósito del producto y por la garantía o seguro sobre el bien depositado. Por ejemplo, el costo aproximado es de 1 peso por cada bolsa de 50 kilos de azúcar a lo cual debe sumarse 20 centavos por bolsa para la emisión del warrant y la cobertura de la póliza de seguro.
Es importante destacar que el costo del warrant varía según el cliente y el producto. Además hay que contabilizar el costo financiero, pues las tasas de estos créditos suelen ser más bajas que las del mercado debido a que estos fondos tienen garantía de ejecución inmediata. Se calcula para estas operaciones una tasa nominal anual aproximada del 10%.
En cuanto al monto del crédito a obtener surge del valor de la mercadería depositada menos un aforo que aplica la entidad financiera en concepto de posibles variables de los precios, flete y gastos comerciales. Este aforo suele representar alrededor del 25%.
El monto del crédito que otorga la entidad financiera depende especialmente del producto. Por ejemplo: si el kilo de azúcar cuesta $ 0,80 el banco otorgará $ 0,60 por kilo, lo que representa el 75% del precio de mercado.
Está claro que financiarse con este instrumento tiene algunos problemas. Si el empresario opera habitualmente con warrants el trámite para obtener fondos frescos es ágil porque estará calificado en el Banco como sujeto de crédito y en consecuencia tendrá un buen legajo de sus actividades y operaciones.
Sin embargo, en el caso del productor que se acerca por primera vez a gestionar un crédito de este tipo, si bien la operatoria es dinámica, se exige la presentación de algunos requisitos, por ejemplo, papeles legales de la empresa, el estatuto, las actas de directorio, documentos que certifiquen el tiempo de existencia de la sociedad, los estados contables, un informe de ventas de los últimos dos años y el detalle de su deuda bancaria.
Mercado de capitales
La posibilidad de que las PyMEs se financien en el mercado de capitales ya rige desde hace algunos años. Pero esto se comenzó a aprovechar con mayor intensidad luego de la devaluación del 2001/2002 y la respectiva crisis bancaria.
Según un informe de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires más de 4.500 PyMes se fondean en el mercado de capitales, y el porcentaje de financiamiento a estas empresas está en pleno crecimiento. Otro dato importante es que el 54% responde a la negociación de cheques diferidos seguida por la emisión de títulos de deuda.
Las empresas perciben que los cheques de pago diferido son la herramienta que les faltaba como elemento de financiación de su capital de trabajo. Se considera que el cheque diferido es la herramienta que les faltaba a las PyMes para comenzar a vincularse con la Bolsa. Es el primer paso en la financiación y es el más simple. Después seguirían las Obligaciones Negociables, fideicomisos y finalmente la oferta pública en el panel PyMe de la Bolsa. [5]
En el año 2002 se creó en la Bolsa de Buenos Aires el Departamento PyME. y entre las S.G.R se fueron estudiando nuevas alternativas: por ejemplo Garantizar (la S.G.R. del Banco de la Nación) fue la primera en obtener autorización bursátil para realizar colocaciones en el mercado de capitales.
Se debe recordar que las empresas pueden emitir títulos por sí mismas o con el aval de una S.G.R. No obstante, existen muchas PyMEs que tienen trayectoria y buen concepto por lo que, si realizan una emisión seguramente tendrán inversores interesados. En cambio, las que no son conocidas necesitan una garantía extra. La SGR es un mecanismo para facilitar las primeras incursiones en la Bolsa.
Las PyMEs tienen a su alcance básicamente cuatro instrumentos además de la apertura de capital mediante la colocación de acciones: se trata de la emisión de Obligaciones Negociables (ON), de valores de corto plazo (VCP) y la negociación de cheques diferidos.
El descuento de cheques es lo más simple. Es una práctica muy común entre las empresas concurrir a un banco para vender esos valores, pero en el mercado de capitales lógicamente la tasa es sensiblemente inferior.
Aportes de capital y estructuras por medio de otras empresas
Una alternativa para los emprendedores es buscar acuerdos con empresas ya consolidadas que aporten capital y estructuras, mediante la cesión de un porcentaje del proyecto. Algunas universidades disponen de espacios, como las incubadoras de empresas, que ayudan en la primera etapa suministrando valioso asesoramiento y tecnología.
En el caso en que un emprendedor haya decidido que es necesario incorporar un socio-inversor, se sugiere que la búsqueda se comience acercándose a empresarios vinculados al mismo sector del proyecto. Si se trata, por ejemplo, de un producto alimenticio se puede intentar acercarse a empresarios que tengan que ver con ese rubro. En particular, es aconsejable apuntar a empresas exitosas pero de mediano tamaño, pues ello permitiría tener un acceso más fluido para interiorizar a los dueños acerca del proyecto cuya financiación se pretende.
La presentación debería empezar definiendo la empresa proyectada en forma sintética, y la exposición sería conveniente que no excediese los 15 minutos. Ello es así porque si el entrevistado entiende bien como funciona el proyecto y resulta atractivo, las posibilidades de un buen resultado se incrementarán.
Hay que explicar, entonces, cuál es el producto, qué necesidad está satisfaciendo o que tiene de distinto frente a la competencia. También debe identificarse el mercado, presentar alguna estimación financiera haciendo una previsión a tres años o si es posible a cinco años de ingresos e ingresos. Finalmente debe presentarse el emprendedor junto con el equipo que lo acompañará. O sea, es fundamental la presentación de un Plan de Negocios, cuya elaboración es objeto del trabajo final para los alumnos de sexto año.
El importe que se habrá de solicitar debe estar en función del plan de inversiones necesario para el proyecto y también debe estimarse un sueldo razonable para el personal directivo. Lo primero, y más importante, es saber cuánto es necesario de inversión inicial para que funcione la
empresa, y a esa suma agregar el dinero que insumirá los gastos operativos hasta que se encuentre el punto de equilibrio donde los ingresos y egresos se igualarán (ver trabajo práctico realizado en clase)..
El emprendedor debe tener en cuenta hasta qué punto se siente cómodo y suficientemente motivado para saber cuánto es lo que debe ceder de su empresa. Acerca de ello se estima que entre el 30% y el 40% es un porcentaje razonable, porque siempre es mejor no perder la mayoría y el control del negocio.
Considerando uno de los datos más auspiciosos del período poscrisis, el financiamiento de PyMes a través de la Bolsa ha crecido en forma sostenida en los últimos años. Es que la entidad bursátil dejó de ser un recinto exclusivo de grandes empresas y abrió sus puertas a las pequeñas y medianas en 2002.
Transparencia, plazos más amplios y mejores tasas que la oferta bancaria son algunos de los atributos con los que se promociona la operatoria bursátil para estas empresas. No obstante, si los Bancos son estrictos a la hora de exigir requisitos de formalidad a las firmas necesitadas de fondos, las operaciones en la Bolsa resultan bastantes más exigentes. [6]
Cheques diferidos
La negociación de cheques diferidos (CHD) es la estrella del sistema. Esta herramienta que permite negociar la tasa de descuento por el cobro anticipado de un valor y hacerse de los fondos en forma inmediata, se puede implementar a través de dos modalidades: patrocinado o avalado.
a) Cheques diferidos patrocinados.
La empresa libradora del cheque debe pedir autorización a la Bolsa para pagarles a sus proveedores por esta vía. El trámite requiere la presentación de los estados contables y el compromiso de informar cualquier novedad que pueda incidir en la cotización de los cheques.
Debe existir la previa autorización de la Bolsa para que la PyMe pueda emitir chaques de pago diferido negociables en el mercado de capitales. Los beneficiarios de estos cheques pueden hacerlos líquidos a menor costo y con mayor agilidad, de allí que sean una excelente herramienta de financiación de capital de trabajo.
Los beneficios de este mecanismo incluyen bajo costo de ingreso y gastos administrativos, mejor calidad de pago en cuanto a condiciones y plazos y liberarse de las líneas de crédito bancarias.
b) Cheques diferidos avalados.
Consiste en negociar la cotización con el respaldo de una S.G.R., condición que contribuye a reducir el riesgo de incobrabilidad para el inversor y por lo tanto la tasa de descuento.
Para comprar CHD, el inversor sólo necesita abrir una cuenta en una sociedad de Bolsa (por lo general son sin cargo y con un costo de mantenimiento de $5 a $ 10 + IVA por mes), y tener fondos en ella, tras lo cual basta una orden telefónica.
En los cheques avalados, el inversor cuenta con adecuada protección: si el día del vencimiento del documento viene rechazado, la SGR igual lo paga. Después ésta irá contra el librador, pero ya es problema suyo.
El rol de las SGR es clave. Al avalar estos documentos de pago, permite al sector PyMe sortear el primer obstáculo que enfrenta para obtener financiamiento bancario: la falta de garantías. [7]
Los beneficios de este mecanismo incluyen el acceso a mejores tasas, el anonimato del beneficiario y del emisor del cheque (ya que la que cotiza en Bolsa es la S.G.R.), la unificación de tasas y comisiones.[8]
Obligaciones Negociables (ON)
S trata de bonos privados que representan valores de deuda de las sociedades anónimas y/o cooperativa que las emite. Entre el emisor de la obligación negociable, en este caso la PyMe, y el inversor existe una relación que no se diferencia de un préstamo.
Las obligaciones negociables pueden ser colocadas entre el público inversor mediante su cotización y negociación en la Bolsa. El monto máximo a emitir es de $ 15 millones. Esto permite obtener una tasa de interés más baja que la de cualquier otro préstamo ofrecido en el mercado financiero. A través de este sistema, las PyMes obtienen un costo financiero levemente superior al que consiguen las empresas grandes.. Además, el inversor obtiene una rentabilidad superior, incluso con una acotación del riesgo muy importante a diferencia de las que brindan las entidades financieras. [9]
La primera condición que debe cumplir una PyMe para financiarse en la Bolsa es que trabaje en blanco. La recomendación de los técnicos para una primera emisión de ON de una PyMe es que coloque el equivalente a 1 o 2 meses de facturación.
Se hace notar que para las ON armar la carpeta con la información a presentar en la Bolsa, es más compleja que la operatoria para cheques diferidos y lleva bastante tiempo. Pero, son mejores las condiciones de plazos y tasas que se obtienen.
El paso siguiente del agente de bolsa es realizar la oferta pública de las ON, mostrando las características de la empresa, y finalmente iniciar un proceso de suscripción y colocación.
Llegar a la Bolsa es trabajoso, pero permite, además de buenas condiciones de financiamiento, lograr cierta exposición pública difícil de alcanzar por otra vía. O sea es sinónimo de transparencia y de economía formal ( o sea en blanco). [10]
Fideicomisos
Para muchos, los fideicomisos financieros (FF) son los hijos de la crisis 2001/02 que facilitaron, en gran medida, la recuperación del consumo a los sectores sociales medios y a los de menores ingresos.
Los fideicomisos son entes que administran patrimonios independientes de los administradores, regulados por su contrato de constitución y por la ley 24.441.
Si bien la mayoría de los instrumentos citados por los especialistas son de uso habitual, hay dos particularmente citados; los fideicomisos y los cheques de pago diferidos.
En el primer caso se trata de un instrumento por el que una empresa ("fiduciante") le cede a otra entidad, por lo general una entidad financiera ("fiduciario") la propiedad de bienes que servirán para garantizar el pago de la deuda que emite el primero. Suena difícil, pero no lo es.
Por ejemplo, un Banco tiene los cupones de tarjetas de crédito por ventas en cuotas. Puede esperar a cobrar mes a mes o, en otro caso, buscar dinero en el mercado usando los cupones como garantía de la deuda que emite. ¿Cómo lo hace?- Se organiza un fideicomiso, con los cupones como garantía de pago. El Banco que quiere el efectivo, entrega esos cupones a otra entidad que organiza el fideicomiso y que lo vende en el mercado a los interesados. Los interesados compran un certificado (como si fuera una porción del total) y van cobrando a medida que llegan los vencimientos. Y de esa manera recuperan el capital más los intereses.
Los pequeños inversores se vienen volcando de lleno a comprar esta opción que, sin ser menos segura, es más rentable. El rendimiento actual de los plazos fijos bancarios (para depósitos pequeños) apenas superan actualmente el 8%, entonces más atractivos resultan los fideicomisos (alrededor del 18% anual).
La mayor participación de los ahorristas en la compra de fideicomisos (FF) no es un hecho puntual sino que constituye una tendencia que viene progresando y que cobró una tendencia adicional con la suba de tasas, según se puede apreciar en el siguiente gráfico:
Fuente: Diario Clarín, 10/8/08, pág. 6, suplemento de Economía.
Debemos recordar que un FF se nutre de los fondos financieros generados por una cartera de activos, como por ejemplo, los pagos de los créditos hipotecarios o prendarios otorgados por una entidad financiera.
Vale decir que se toma una cartera de préstamos de un Banco y se arma con ella un FF. Los cuotapartistas que deciden participar en el FF adelantan los fondos al fiduciario, quién a su vez compra los activos al Banco, el cual de esa manera obtiene liquidez (con el descuento del caso).
El repago a los cuotapartistas provendrá de las cuotas de los préstamos que los deudores hipotecarios o prendarios les abone, no ya al Banco sino ahora al fiduciario.
Otro ejemplo son los FF de Consumo, que tienen como activo subyacente la gran cantidad de créditos otorgados para la compra de bienes para consumo.
Veamos como se distribuyen los FF según su destino:
DESTINO | CANTIDAD |
Créditos personales y de consumo | 73 |
Préstamos garantizados | 2 |
Tarjetas de crédito | 15 |
Actividad agropecuaria | 14 |
Créditos hipotecarios | 1 |
Derechos sobre inmuebles | 1 |
Créditos para abastecimiento energía eléctrica | 1 |
Leasing | 1 |
Prendarios | 2 |
Total | 110 |
Fuente: Diario Clarín, 10/08/08, pág. 6, suplemento de Economía.
14.1 Fideicomisos de oferta pública.
La mayoría de los fideicomisos son de oferta pública, es decir, deben ser aprobados por la Comisión Nacional de Valores que es el organismo que supervisa el mercado de capitales y tienen calificaciones de riesgo.
Un esquema similar se utiliza habitualmente para colocar los préstamos personales que otorgan las grandes cadenas de electrodomésticos. Y por su flexibilidad sirve, prácticamente, para cualquier activo financiero con un flujo futuro de caja conocido.
14.2 Fideicomisos "cerrados".
También existen otros tipos de fideicomisos, los cerrados, que no tienen oferta pública, aunque esto no quiere decir que no sean seguros y rentables. Hay muchos inmobiliarios. [2]
14.3 Trámites para adquirir un FF.
Hace rato ya que los FF vienen ganando terreno como alternativa de inversión, sobre la base de rendimientos para el ahorrista que superan en mucho al que se obtiene por un plazo fijo y que, por tanto, contribuyen a proteger sus patrimonios contra una elevada inflación.
Salvo algunos casos puntuales en que se puede adquirir un FF con un mínimo de $ 1.000, en general se requieren al menos $ 3.000 para adquirirlos.
Para ello, el ahorrista debe concurrir con su documento de identidad, CUIT y algún comprobante de domicilio a cualquier sociedad de bolsa o también algunos Bancos, previa consulta telefónica para saber si operan con ellos.
Es muy importante que se informe sobre las comisiones que van a gravar la operación, porque en volúmenes chicos las tasas altas podrían impactar considerablemente sobre la utilidad.
Como todo instrumento financiero, los FF también tienen un componente de riesgo, pero que en el caso de los FF es objetivamente bajo porque involucra a deudores muy atomizados, diversificados, con montos pequeños y plazos cortos, y por lo general se acude a estadísticas históricas para evaluar el porcentaje de impago, el cual es debidamente ponderado y cubierto.
Buena parte de los FF son títulos de consumo, o sea, el dinero recaudado va a préstamos para compra de productos, por ejemplo electrodomésticos en tiendas como Frávega, Garbarino, etc… La deuda por los productos comprados es la única fuente de pago de estos títulos.
Pero también hay otras variantes, como ya se expresara anteriormente, basados en tarjetas de crédito originados por Bancos o con préstamos personales con retención de haberes originados por entidades mutuales.
14.4 Funcionamiento
Se colocan varios FF por mes bajo un método de licitación, en el cual el minorista puede ir en el tramo no competitivo u aceptar el corte para quienes sí compiten. En general los FF en pesos devuelven el capital en cuotas iguales y pagan renta mensual sobre saldos. Su tasa de interés está muy a tono con las que ofrecen actualmente los títulos públicos. En el caso de las emisiones en pesos rondan el 18/20% anual, y en el caso de las de dólares, pueden obtenerse 9% (los plazos fijos en dólares pagan, como mucho, un 2,2%).
Cada inversor debe hacerse a la idea de conservar el FF hasta el final, ya que no tiene un mercado secundario desarrollado. De todos modos, especialmente con los FF en pesos, se van recibiendo pagos parciales mensuales que se pueden retirar o reinvertir. [11]
14.5. Fideicomisos Regionales de Inversión.
El Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE) ya está originando y promoviendo fideicomisos financieros vinculados con la promoción de nuevas inversiones. La SEPYME ha acordado con el Banco la utilización de esos mismos instrumentos dirigidos a prestar fondos a micros, medianas y pequeñas empresas que prioricen los proyectos sanos y con potencial de crecimiento, como así también que sean creadores de empleo en sus respectivas regiones y no tomen, como es norma en el sistema bancario tradicional, cómo único criterio de evaluación la situación patrimonial del solicitante.
De acuerdo con el BICE, este programa se llevará a cabo mediante la constitución de Fideicomisos Regionales de Inversión, superando así una de las limitaciones más críticas del sistema bancario tradicional que es la de poder adaptar los requerimientos a las diversas realidades y necesidades locales, manteniendo un contacto directo con lo tomadores de los créditos.
La participación del BICE en los fideicomisos financieros dará el respaldo financiero y las garantías necesarias al mercado de que se seguirán estrictamente los requisitos de la Ley para este tipo de actividades.
La SEPyME y el BICE participarán en el desarrollo del programa, evaluando la viabilidad, el potencial económico y la capacidad de generar empleo de los emprendimientos que requieran apoyo financiero.
Un punto importante es la constitución de los Administradores Fiduciarios, que son los Organismos de ejecución del Programa. Estos administradores pueden ser las instituciones bancarias o empresas de objeto único que se encuentren registradas en la Comisión de Valores con un capital no inferior a $ 1.000.000.
El crédito a las PyMEs será otorgado por un Comité de Créditos que debe seguir las normas del Manual de Crédito que forma parte del contrato de fideicomiso. Dicho Comité está integrado por el BICE y por el Administrador Fiduciario. El rol del Administrador Fiduciario es de fundamental importancia no solo por formar parte del Comité de Créditos sino para asegurar un funcionamiento ágil y eficaz del sistema y para asegurar que se cumplan los objetivos de promoción.
Los fideicomisos y el impuesto a las ganancias.
Corresponde señalar que los FF gozaban del beneficio de estar exentos del pago del impuesto a las ganancias.
Por Decreto 1207/08 se deroga un beneficio aplicable a los fideicomisos financieros que reúnan ciertos requisitos (por ejemplo, aquellos cuyos fondos se inviertan en créditos derivados de operaciones de financiación, con la finalidad de posteriormente colocar los correspondientes Certificados de Participación en el mercado de capitales). Es decir, se aplicará a partir de ahora el impuesto a las ganancias sobre las utilidades que distribuyan los Certificados de Participación.
El beneficio, ahora retirado, permitió un extraordinario desarrollo de la titularización para luego vender esos Certificados en el mercado de capitales, generando en consecuencia la constitución de gran cantidad de fideicomisos financieros que, mediante la colocación de sus valores fiduciarios entre inversores del público, permitió el financiamiento del crédito, especialmente el de consumo.
Ahora, todos los fideicomisos financieros están sujetos al impuesto a las ganancias, con la sola excepción de los constituidos para financiar obras de infraestructura afectadas a la prestación de servicios públicos que cumplan ciertos requisitos, con lo cual antes de distribuir utilidades entre los Certificados de Participación emitidos se deberá restar dicho tributo.
Esta medida generará incertidumbre, pero de todas formas ello no significará un "tiro de muerte" al FF como vehículo de titulización, pues todavía conserva ventajas propias respecto de otras alternativas de financiamiento, en el entendimiento que sigue vigente la exención en el impuesto a los débitos y créditos bancarios para las cuentas de los fideicomisos financieros.[12]
Créditos con tasa de interés bonificada
Debe tratarse de créditos destinados a capital de trabajo, adquisición de bienes de capital (por ejemplo, maquinarias) y reconversión productiva (nuevos modelos, etc.). La ley Pyme establece que estas tasas de interés bonificadas se canalizarán prioritariamente hacia las PyMES nuevas o aquellas que se encuentren en funcionamiento que se encuentren localizadas en los ámbitos geográficos que reúnan alguna de las siguientes características:
Regiones en las que se registre tasas de crecimiento del PBI inferiores a la media nacional.
Regiones en las que se registren tasas de desempleo superiores a la media nacional.
La mencionada bonificación será solventada por el Estado, y deberá estar especialmente destinada a:
Créditos para la adquisición de bienes de capital propios de la actividad de la empresa.
Créditos para la constitución de capital de trabajo.
Créditos para la reconversión y aumento de la capacidad productiva.
Créditos para la actualización y modernización tecnológica de procedimientos administrativos.
Créditos para financiar las exportaciones.
Las características de estos créditos son las siguientes:
—Adquisición de bienes de capital nuevos de origen nacional, por un monto máximo de hasta el 80% del precio de compra, sin incluir IVA, sin superar la suma de 800.000 pesos y a un plazo máximo de 60 meses, con hasta 6 de gracia.
—Constitución de capital de trabajo, hasta 300.000 pesos, sin superar el 25% de las ventas anuales y a un plazo máximo de 36 meses.
—Prefinanciación de exportaciones: se admitirá el otorgamiento de límites rotativos hasta 3 años de plazo, por un monto de 600.000 pesos.
—Financiación de exportaciones: por un monto máximo de hasta el 80% de la operación, sin superar la suma de 1.200.000 pesos y a un plazo máximo de 48 meses.
—Constitución de nuevos emprendimientos: hasta el 30% de la inversión, sin incluir el IVA, sin superar la suma de 100.000 pesos y a un plazo máximo de 48 meses, admitiéndose, cuando el proyecto lo justifique, hasta 6 meses de gracia para capital e intereses. Se admite, cuando se encuentre justificado, hasta 6 meses de gracia.
—Regularización de deudas fiscales y previsionales, sin superar el 20% del monto acordado por alguno de los destinos señalados anteriormente.
—Otras aplicaciones de financiamiento, sin superar los montos y plazos establecidos para la adquisición de bienes de capital.
Las tasas de interés subsidiadas aparecen como los más convenientes créditos que pueden obtener las Pymes, aunque, por supuesto, no son fáciles de obtener. Como se expresara con anterioridad se trata de créditos destinados a financiar capital de trabajo que tienen una bonificación (a cargo del Estado) sobre la tasa de interés que cobran los Bancos. En otras palabras: si un Banco cobra por ejemplo el 12% anual, el empresario que pide un préstamo deberá pagar una tasa menor a la citada.
En abril/04, previa licitación del Gobierno, se adjudicaron a 14 entidades financieras y el total disponible para esos subsidios era de $ 100 millones. En mayo/05 a través de una nueva licitación en la cual resultaron adjudicatarias 15 bancos (12 privados y 3 estatales) el gobierno subsidiará hasta el 50% de la tasa de interés por créditos otorgados por los citados Bancos a las PyMes, que les permitirá a este tipo de empresas de todo el país obtener créditos a una tasa en pesos que oscilará entre el 3,5% y el 9% anual. Con esta nueva licitación la Sepyme ya ha logrado poner a disposición, entre el año 2004 y el 1er. Cuatrimestre del 2005 $ 751,3 millones sobre un total previsto de $ 1.200 millones.
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