- Pórtico
- Desate de la fuerza negativa en los procesos de conmoción social
- Aplicación del compendio en el asunto de la Alemania nazi
- Acerca de la paz
- Conferencia
- Máximas contrarias al espíritu demoníaco
- Bibliografía
Pórtico
Hay libros santos y de gran profundidad espiritual en el mundo, uno de ellos es el Bhagavad Gita, libro hindù que es parte del gran poema Mahabharata atribuido a Vyasa, que se traduce como el copilador, por lo que su autor verdadero es desconocido. El Mahabharta es un poema èpico muy extenso, de varios tomos y el Gita es apenas un pequeño libro que narra las instrucciones que dio el Dios Hombre Hindù Krishna al arquero Arjuna en el preàmbulo a la batalla de Kurushkhetra. El poema èpico es un ramillete de historias, pero el Gita trae una profundidad filosòfica que asombra y enseña, se lo ha fechado 4000 años antes de Cristo. La batalla de Kurushkhetra era por el reino de Hastinapura que habia sido usurpado por los Kuravas, y Arjuna principe Pandava iba a librar la batalla por su liberaciòn de manos conocidas, sus primos, amigos, maestros y parientes; por lo que desfallecia, Krishna le dà animo, le dice que los cuerpos transmutan y que la muerte no se puede evitar, que eludir el combate trae deshonra, y le ilustra en las ciencias del bien y del mal.
La batalla de Kurushkhetra es una manifestaciòn de la lucha eterna, en ella participan hombres y dioses. Al parecer sirviò de inspiraciòn para la Iliada de Homero.
El panteòn hindù es muy grande, pero hay una triada, Bhrama el Dios Mayor, y Vishnù y Shiva que completan la Trilogìa. Segùn el Gita la segunda persona de la Trinidad India Vishnù se reencarna, toma un cuerpo fìsico, cada vez que reina la injusticia y la gente olvida el dharma, es decir el deber. Solo el cumplimiento de nuestros deberes da la liberaciòn, en tanto que cuando la gente no los cumple es tiempo que venga Vihsnù. Krishna mismo es una reencarnaciòn de Vishnù. El Gita refiere que inclusive se ve al Dios encarnado en cada ser hermoso y justo que tenga vida en el Universo. La Trinidad de alguna manera pone a un Dios Arbitro y sostén del Universo, Bhrama y a un Dios conservador, aglutinador, Vishnù; y otro destructor, innovador, Shiva. Es decir las fuerzas primordiales del Universo.
Vishnú, Krishna mismo, viene al mundo a poner orden. Las fuerzas del mal crean el caos, ponen de manifiesto la injusticia. Es por esto que Krishna toma partido por los Pandavas y decide conducir el carro de combate de Arjuna en esta batalla por la liberaciòn del reino Hastinapurta.
La profundidad del Gita es impresionante pero libro maravilloso proclama: "Cuando logres la iluminaciòn, te serà inùtiles èste y cualquie otro libro sagrado". Esta proclama lo aleja de los textos de occidente donde se saca en cara que sus parrafos son palabra de Dios.
Hay muchas situaciones en el Gita, se puede escribir mucho sobre este libro, pero hemos escogido aquellos elementos que explican la historia humana y los factores que la determinan.
En concreto la historia humana està condicionada a una lucha eterna. Hay el bien y el mal, cada fuerza tiene sus prìncipes que trasmuta las edades y se enfrentan ad infinitun. Como en el poema de Homero la Iliada los dioses toman partido por los hombres en combate y la batalla se decide en las altas esferas.
Krihsna mismo dice en el Gita que los combatientes de Kurushkhetra no mueren, y en esto nos acordamos de otro mito hindù, Rama y su poema Ramayana donde en combate el Dios Rama fallece y vuelve a viir y luego fallece y vuelve a vivir. Es la concepciòn hindù del combate eterno. Es que la lucha entre bien y mal no termina nunca, hay momentos de sosiego pero hay momentos de gran intensidad, "es que la fatalidad y las dificultades asaltan a los hombres en medio del camino".
Para entender la lucha eterna el Gita nos presenta los modos de ser de la naturaleza, los Gunas. Son entidades poderosas que condicionan el pensamiento de los seres, se las ha traducido como bondad, pasiòn e ignorancia. Es un aporte al dualismo oriental, aquì hay tres modalidades de conciencia que nos condicionan. Estas entidades estan explicadas en el siguiente compendio:
Desate de la fuerza negativa en los procesos de conmoción social
Dice el Bhagavad-Gita que el ser humano está condicionado por tres formas de ser de la naturaleza: bondad, pasión e ignorancia. La bondad impulsa al hombre a la elevación espiritual, a la liberación del alma, a Dios. La pasión, sin que sea mala, tiende a generar violencia, y a veces es el germen para que entidades demoníacas hagan su paso por la tierra. La ignorancia ni eleva ni violenta al hombre, lo sume en un letargo y le hace presa de las circunstancias.
En el yo superior debería predominar la bondad, entonces se alcanzaría con facilidad la liberación del yo inferior que es asiento de la pasión; pero, si el yo superior está sometido por el yo inferior, y predomina la pasión, puede ser destruido el yo, y en su lugar se instala la entidad demoníaca. En todo caso, el Gita deja abierta la posibilidad de que el ser humano superior debería superar los tres modos de ser de la naturaleza, que podría moverse en los tres planos y en ninguno, pero tal altura es difícil de alcanzar. Por lo tanto, este enfoque se refiere a la acción de los gunas (modos de ser de la naturaleza) en el comportamiento humano y una relación con el tema que tratamos.
Se decía que el yo superior debe controlar al yo inferior, para que crezca el yo, es decir la espiritualidad. Pero el control debe ser dulce y sutil, ya que el yo superior (la mente) no está en contra del yo inferior (el instinto), pero el instinto sí es enemigo de la mente y puede matar la espiritualidad haciendo que el hombre sea presa o bien de rajas (pasión), o bien de tamas (ignorancia), y se precipite en brazos del dolor y la muerte en última instancia.
En los estados previos a una conmoción social, la pasión se desborda. La agitación social impulsa el deseo de poseer, de arranchar, de saciar el instinto. Esto se consigue mediante una depauperización de las masas, o mediante una progresiva intensificación de la ruptura de los valores de una sociedad. El hombre común ve alejarse la virtud y como la traición se paga con jugosos réditos. La ambición hace su agosto, mediante el bandidaje la chusma obtiene injustos beneficios. Entonces predomina rajas y tamas. Con rajas crece la avaricia, la mezquindad, la fuerza. Con tamas crece el error y la ignorancia. Porque es propio de los estados previos a la conmoción social que exista confusión, error de conceptos, ignorancia de las causas ultimas en la masa. Es común que la gente pierda la fe en todo, que le parezca normal el pecado, que considere verdaderas las cosas perecibles, que se burle y desafíe a los cielos. La ignorancia es presa fácil de la pasión, de allí que despojar a las masas de pautas de comportamiento ético, es echarlas en brazos de rajas. Y cuando rajas y tamas se unen, actúa la fuerza demoníaca. ¿Y como actúa la fuerza demoníaca en el hombre? Que sea el Gita quien responda:
"Capítulo XVI. 7. Los hombres demoníacos carecen del conocimiento de la acción y de la inacción. No conocen la verdad, la obra pura ni el cumplimiento recto.
"8. Para ellos el mundo existe sin Dios. No hay nada verdadero y todo se origina por la mutua concatenación, por el deseo, única causa existente; para ellos el mundo es producto del azar.
"9-20. Los hombres demoníacos, con esta falsa concepción del mundo pierden su alma y su razón y son el instrumento de una actuación violenta, dura, demoníaca, destructora, semilla de violencia y de maldad. Llenos de un deseo inagotable, orgullosos y soberbios, estas almas descarriadas persisten en su error y no cesan hasta conseguir los profanos deseos que han surgido en ellos. Para ellos el deseo y el placer son el único objeto de la vida; la ansiedad y los deseos insaciables y desmedidos hacen presa en ellos hasta que mueren. Como están rodeados por centenares de cadenas, llenos de cólera y avaricia, corriendo continuamente para conseguir injustos beneficios que den satisfacción a su placer y le sirvan de regocijo, conciben estos pensamientos: "Hoy he saciado tal deseo; mañana saciaré otro; hoy tengo tanto dinero, mañana tendré más; he matado este enemigo mío, mañana mataré otros. Soy dominador y rey de los hombres. Soy perfecto, fuerte, feliz, dichoso. Entre los que gozan en el mundo, no hay nadie comparable conmigo. Soy rico y de noble familia. Nadie puede comparárseme. Por lo tanto estoy lleno de alegría y de regocijo". Se precipitan en el horror de su propio vicio, llenos como están de múltiples egoísmos y entregados únicamente a conseguir la realización de sus deseos. Sacrifican y regalan no con un espíritu de caridad, sino por una ostentación, por soberbia y guiados por un orgullo vacío y estúpido. Odian, menosprecian y quieren abatir al Dios que se oculta en ellos, guiados por el espejismo de su fuerza y su poder, por la violencia de su cólera y su orgullo…"
De lo anterior tenemos que concluir que la entidad demoníaca está saturada de un orgullo avasallador, de un desprecio por el género humano y la vida, y de una codicia y deseo muy grande. Si esta entidad encuentra el caldo de cultivo, unión de rajas y de tamas, y ausencia de sattva (bondad), la devastación es muy grande, dependiendo esta de los medios de destrucción con que cuente.
La entidad demoníaca multiplicará su acción destructora invocando sentimientos más o menos legítimos, pero sembrando en las almas el rencor, el odio, el deseo de revancha y la idea fija de que solo la eliminación física del enemigo traerá la bonanza. En el fondo a la entidad demoníaca no le interesa ni la paz ni la bonanza, pero las dibuja como meta para distraer la bondad inmersa en el fondo de las masas y utilizarlas a su favor. La entidad demoníaca suele desarrollar mil oídos y ojos, tiene una suspicacia desarrollada al máximo, y una inteligencia intuitiva superlativa. Su fuerza reside en el resentimiento de las masas, en la dislocación del sistema, de allí que procure una continua agitación y utilice los más refinados sistemas para mantener tal situación. El fin último de la entidad demoníaca es la destrucción, el dolor, y la muerte.
La entidad demoníaca puede alcanzar éxitos magistrales, tal es el caso del poseído Hitler en la Alemania Nazi, o momentos fugaces de gloria como en el caso de un linchamiento. Es de anotarse que la entidad demoníaca no es el hombre, es una superposición de la fuerza del mal al individuo que no ha podido encontrar su centro y encaminarse al encuentro con Dios.
En todo caso, lo que pierde a la entidad demoníaca es su orgullo, pues a pesar de su gran inteligencia intuitiva fácilmente cae en error cuando sus móviles de gloria y fatuidad son pulsados inteligentemente. También desaparece el efecto destructivo cuando las causas que lo originan desaparecen, o menguan lo suficiente.
Es interesante anotar como, cuando se desata la fuerza negativa, muchas de sus víctimas nada tienen que ver con los fines que persiguen quienes la sirven. Se ataca a la bondad, se asesinan inocentes, las personas equilibradas son aniquiladas y lo especial radica en que algunas fallecen misteriosamente. Cuando la concentración negativa es muy alta los obstáculos a la devastación son eliminados por vía natural. Por estas razones los hombres elevados deberían impedir que se creen las condiciones adversas en la sociedad, porque el mal se encarga de catalizar la reacción.
En todo caso, para consuelo del lector, el proceso de devastación no es continuo, existe en la naturaleza un mecanismo de desgaste, y la bondad de Dios vuelve las cosas a su cauce; recuérdese que inclusive ese demonio que es la bomba atómica, no puede mantener la reacción en cadena continua y universal, alcanzado el clímax se neutraliza porque las fuerzas superiores del Cosmos lo someten.
Aplicación del compendio en el asunto de la Alemania nazi
El pueblo alemàn es trabajador, disciplinado y tiene sueños como muchos grupos humanos. El camino que llevò a la devastaciòn del suelo patrio y al colapso de Europa donde el frente ruso fue uno de los màs atroces episodios de la guerra mundial, no fue provocado por el pueblo alemàn como colectivo, fue un desate de la fuerza negativa. Todo empezò con la derrota de la primera guerra mundial y la firma del Tratado de Versalles que no fue equitativo e impuso cargas pesadas en la economìa alemana. Pronto cundiò el desempleo, la inflaciòn, la fragmentaciòn. La Republica trajo consigo la existencia de al menos noventa y un fuerzas politicas, es decir en medio de la fragmentaciòn, la desesperanza, la pobreza se miraba el ascenso de individuos inescrupulosos y mafiosos que superaban a los demàs realizando actos de traiciòn. Habia pues ignorancia, la expanciòn de multiples doctrinas, existia un afàn de poder, la pasiòn se desbordaba. Aquì los grupos extremistas imponen el ritmo, los rojos de izquierda y una nueva cepa del mal un izquierdismo nacionalista. La politica sale a la calle y los garroteros de varios frentes se enfrentan. Las SA, falanges de hombres violentos, del Partido Nacional Socialista empiezan a perfilar la linea de maldad que màs tarde darìan lugar a las temibles SS. Cuando se unen ignorancia y pasiòn se dàn las condiciones para que aparezcan los espiritus demonìacos. Estos espiritus tienen sed de sangre y destrucciòn. Cuando operan ocurren los asesinatos rituales, asuntos que se dieron en la Europa ocupada y de las cuales los campos de exterminio y el holocausto judìo son sus màximas expresiones de poder satànico.
Debemos decir que en medio de la ignorancia la pasìon hace su agosto, y entonces se instalan las entidades demonìacas. Estos procesos tiene de comùn que hay un ente catalizador, Hitler, que reune las fuerzas del mal. La doctrina que anima estos procesos de devastaciòn es simple: Somos los únicos y nos deben sumisiòn los demàs inferiores, vamos a arreglar el mundo, la fuerza es el instrumento, si nos enfrentan pereceràn. No siempre ese es el orden, primero aparece el mesianismo, luego el deseo de arreglar las cosas, tercero es la interferencia y control sobre los gobernados, y luego viene la violencia. .
El mesianismo es un primer signo de alarma, esta presente en todos los procesos de devastaciòn, El deseo de arreglar las cosas, es un factor que se presenta en todos los estados totalitarios que termina masacrando a grandes sectores de la poblaciòn o embarcan en guerras desastrosas a sus pueblos. La interferencia y control sobre los gobernados es comùn en los regimenes totalitarios que termina provocando la violencia.
Para colmo de Alemania de la època del advenimiento del poder nazi, hubo un desastre financiero en New York y una crisis mundial.
No serìa de extrañarse que las masas hayan sido agasajadas por los partidos que se disputaban el poder, entònces se ven injustos beneficios mediante el bandidaje y el prosellitismo.
La entidad demonìaca catalliza fuerzas. El ascenso de una entidad demonìaca es progresivo, se introduce de a poco en la siquis de los pueblos, por lo general ayuda un intento de golpe de Estado y una posible condena que crea conmiseraciones del pueblo. Hitler intentò dar un golpe de Estado en Munich y fue condenado a cinco años de prisiòn, condena de la que fue indultado. Es interesante ver la similitud con Fidel Castro en la Cuba comunista.
Esta entidad que asotò a los alemanes catalizò fuerzas con su discurso simplista; somos la gran naciòn que se levantarà de las cenizas para crear un nuevo orden mundial. Este pensamiento sazonado con historias y elevado el fervor del orgullo patrio engrandecio el guna tamas, la ignorancia, porque pensar en forma equivocada es caer en manos de la ignorancia.
La entidad demonìaca obnula las voluntades de la gente, la sume en la ignorancia y luego le insentiva la pasiòn, le pinta metas soñadoras: Vamos a crear un reino de mil años, vamos a crear la gran Alemania donde haya trabajo y prosperidad para todos… Pero a costa de quièn, de las personas pròsperas, que en el caso de Alemania era un buen grupo de judios y empresarios.
Los procesos concentradores de poder tienden a levantar las masas pauperizadas en contra de la gente que se ha superado, es parte de la negatividad humana. Los judios de Alemania pagaron el primer precio de la devastaciòn. Hubo la noche de los cristales, y se volvio a las masas contra este pueblo judio que era parte de Alemania pero que habia prosperado. Este mecanismo se asemeja al ocurrido en la revoluciòn francesa cuando se empujò a las masas contra los arìstòcratas. Las similitudes se dan porque todos son procesos de devastaciòn por la intervenciòn de entidades demonìacas. Si podemos acusar a Hitler de ser una entidad demonìaca, lo mismo podemos decir de Robespierre o Napoleòn Bonaparte en Francia.
Una vez que las entidades demonìacas empiezan a beber sangre se vuelven incontrolables y solo es posible pararlas enfrentàndoles en el campo de batalla.
Se ha dicho en el compendio que cuando la negatividad es alta quienes son estorbo desaparecen misteriosamente. En el caso de la Alemania la muerte del presidente Hindenburg es especialmente misteriosa, cierto que era una persona de edad, pero era el presidente de Alemania y el que facilitò el cargo de Canciller para Hitler, que le abriò la puerta del poder absoluto. Si el presidente Hindenburg no habrìa muerto, las fuerzas polìticas podìan haberse reagrupado para eventualmente formar otro gobierno.
Caracteriza a estas personalidadees demoniacas una facilidad para fascinar a las masas con cuentos estùpidos, esta actitud la vemos en todos los procesos de devastaciòn, por lo que culpar al pueblo alemàn de lo que pasò es un despropòsito. Miremos lo que dejo el sueño de Hitler en Alemania: Devastaciòn, bombardeo inmisericorde de su poblaciòn, habia raides aereos aliados denominados All around o`clock, es decir las veinticuatro horas del dìa, Su juventud terminò sin vida a lo largo del frente y en las heladas tierras rusas de una forma terrible, su suelo fue mancillado por salvajes de las estepas y sus mujeres asesinadas y violadas, sus jerarcas fueron ahorcados y el mismo Hitler para evitar la suerte de Musolini debiò quitarse la vida. Al final Alemania estaba asolada y gran parte de su infraestructura destruida, Creo que si el pueblo alemàn coloborò con los sueños de Hitler, pagò un altìsimo precio.
Pero el proceso de devastaciòn por la intervenciòn de los gunas tamas y rajas que alojan entidades demonìacas no solo tiene en el caso de Hitler y Alemania Nazi su mejor ejemplo, sino que pueden volver a suceder, y de hecho en el pasado ya se ha dado.
Basta que haya pauperizaciòn de las masas, que exista desasòn y confusiòn, que exista lucha en la sociedad y afàn de poseer y saciar instintos, para que actùen tamas y rajas y aparezca la entidad demonìaca que prontamente va a engatusar al pueblo para comenzar procesos de devastaciòn.
Acerca de la paz
La ciencia de Oriente nos da luces, porque Occidente ha llegado a encrucijadas peligrosas, y al parecer han existido otras humanidades que ya lidiaron con nuestros problemas y encontraron soluciones. Esas otras humanidades se dieron por esas tierras. La raza humana como es conocida tiene al menos setenta mil años sobre la Tierra, de nuestra civilizaciòn cristina van solo dos mil años, ¿y el resto? Libros hindùes dan razòn de viajes en naves voladoras, de misiles, de armas que abren el sol en la tierra. Los chinos tenian misiles, barcos con brùjulas, imprenta, artillerìa. Sinceramente creo que han existido varias humanidades que han llegado a un punto de inflexiòn donde se han destruido. No por algo Einstein dijo que luego de una guerra atòmica la humanidad volveria a guerrear con arcos y flechas.
En mis estudios de historia no veo diferencia entre un règimen totalitario y un imperial de la antigüedad. Los dos nacen de culto a la personalidad y de caudillos implacables. Es interesante que regìmenes comunistas como Cuba y Korea del Norte han recurrido a la linea dinàstica para la sucesiòn en el poder.
Los antiguos como Lao Tse valoraban la mìnima intervenciòn de los gobernantes y el respeto a las formas de vida y comercio de los sùbditos. Esto es parecido a un regimen neo liberal y a una democracia como las que defiende occidente. El totalitarismo comunista crea desfaces como el que un hombre sacrificado y preparado gane y estè al mismo nivel del vago, indocto e irresponsable. Esto es contra natura porque como refiere Lao Tse siempre unos van adelante, otros atràs, unos vencen en la lucha por la vida, otros fracasan. Oportunidad para todos, igualdad absoluta una ilusiòn. Ademàs la igualdad militante crea columnas de guerreros que invaden reinos vecinos. Por ello he dedicado mis estudios a establecer el origen de la violencia y la concentraciòn de poder.
El Gita, antiguo libro hindù, refiere que Vishnù, el Dios conservador del Universo, se encarna cada vez que reina la injusticia y la gente olvida el deber. A diferencia de las entidades demonìacas, Vishnù màs bien suele encarnar en individuos moderadores que iluminan con su pensamiento. La màs sonada reencarnaciòn de Vishnù, Krishna, es màs valioso por sus conceptos vertidos en el Bhagavad Gita que por su participaciòn militar. Recuèrdese que en la batalla de Kurushketra no tomò armas y su labor fue de auriga en el carro de combate del arquero Parta, o Arjuna; ademàs, liberada Hastinapura, fue otro el entronizado rey. Krishna continuò su camino.
Por lo que como hombre de voluntad del nuevo tiempo van mis deducciones para orientar por el camino màs razonable a mis congèneres, .y para ello prefiero el segundo puesto de mi Maestro, el avatar Lao Tse
Completo los conceptos con un antiguo trabajo fechado el 27 de noviembre de 1.987, que era una charla dada en el local de AMHA en la ciudad de Quito. Para Uds.:
Conferencia
Días atrás, en medio del trabajo diario tuve la grata visita del señor Diego Hinojosa, representante de AMHA. Se interesó en un pequeño librito editado en la ciudad de Ibarra, a la que me pertenezco por tradición y vivienda. Librito titulado "Paz en el mundo; paz en tu corazón". Me pidió el señor Hinojosa que hablara en esta sede sobre el tema de la paz y me hizo llegar algo de literatura sobre esta Sociedad anfitriona que me permite dirigirme a ustedes. Entonces revisando sus postulados vi que era algo afín al ideal que me anima, y consentí venir hasta este lugar y hablar sobre un tema que en el actual panorama mundial tiene trascendencia: La paz.
En la literatura que me hiciera llegar el señor Hinojosa hay unos pensamientos de Confucio, el filósofo chino de antiguas edades, él dice: "Para que haya paz en el mundo tiene que haber paz en cada pueblo; para que haya paz en cada pueblo tiene que haber paz en cada familia; para que haya paz en cada familia tiene que haber paz en cada miembro; para que haya paz en cada miembro tiene que haber paz primero en su corazón".
He recorrido mi vista por libros orientales y he tenido noticias de Confucio, pero tales pensamientos los desconocía, sin embargo el sentido del librito que interesó al señor Hinojosa, es el mismo.
Esto no demuestra sino una verdad: La fuente de todo conocimiento es una sola. Esa fuente de la sabiduría se franquea a quienes tienen una actitud sana, a todo ser que bajo un afán altruista, tienda las manos en procura de solución a sus problemas.
Los Teósofos creen en una hermandad esotérica espontánea, tal situación puede ser creíble, por el poder Divino.
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En estos tiempos interesa la paz. Para muchos el tema es localista y burgués, pero la situación es más compleja. El espectro de Luzbel y sus ángeles en procura de la venganza soñada hacia el Supremo Hacedor es real. El ser humano cegado por la vanidad se ha lanzado más allá de sus límites. El racionalismo insolente del siglo pretende suplantar y someter las potestades del Hacedor. Quizá el tema de la paz es más complejo de lo que se imagina.
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Lao Tse, otro sabio chino muy profundo, dijo: "Nada puede hacérsele al mundo sin violentar su naturaleza. El mundo es un vaso sagrado que no puede ser rectificado; intentar cambiarlo es arruinarlo, tratar de sujetarlo es perderlo". Esta verdad es difícil de explicar en un tiempo donde el grito herido del inconformismo pretende avasallar hasta el orden natural de las estructuras moleculares y atómicas de los cuerpos inertes.
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Marvin Harris, en su libro "Caníbales y reyes" manifiesta que toda civilización y pueblo intentó una adecuación máxima para el aprovechamiento del entorno geográfico, dice que esas adecuaciones fueron magníficas, tanto es así que el cazador de la prehistoria trabajaba preciosas armas de piedra cuyo pulimento envidia la época actual. Dice Marvin Harris que las religiones integristas fueron redistributivas, que tanto el Cristianismo como los credos mayoritarios ayudaron a la distribución de la producción y el fortalecimiento de la entidad social. Quizá el marxismo sea una nueva corriente de la antigua versión redistributiva.
Sin aceptar todos los puntos de vista de Marvin Harris, tenemos que concluir que su enfoque es valioso, y que el hombre muchas veces cae en erróneas apreciaciones de la realidad.
Desde un punto de vista estructuralista, la economía funcionalmente es lo mismo. Necesariamente alguien mandará y otros deberán obedecer.
Si analizamos un Estado socialista moderno y una sociedad feudal encontraremos las siguientes semejanzas: Tanto el gobernante de hoy como el de ayer se preocupan de la enseñanza moral, el uno con énfasis en la moral revolucionaria, el otro con la moral religiosa. Tanto el gobernante de hoy como el de ayer se preocupan de ampliar las plazas de trabajo y aumentar la producción. Tanto el gobernante de hoy como el de ayer se interesan por la seguridad de los habitantes y la integridad del país.
Se dice que la diferencia entre un moderno Estado socialista y una sociedad antigua estriba en que antes había privilegios, que antes existían explotados, y que hoy no. Al respecto sabido es el privilegio que rodea a la clase gobernante en los países socialistas; privilegio que por otra parte ha sido reivindicado por los mismos defensores del sistema. Es evidente que un dirigente necesita del sosiego, de la tranquilidad de unos palacetes, lugares de veraneo, sirvientes, autos, buques y más. Pero, en el fondo ¿qué ha cambiado? El exceso, el parasitismo. ¿Qué se ha obtenido en última instancia? Se ha obtenido la optimización de la producción y un término más o menos justo en la redistribución de la riqueza. Pues otra vez el mismo anhelo redistributivo, pero en condiciones más o menos óptimas.
Si a tal lugar se trata de llegar, no es necesario despedazar la tierra. Si se pretende optimizar la producción y alcanzar a redistribuir equitativamente la riqueza, tal cosa se puede obtener sin violentar el mundo. La organización de la vieja hacienda se mantuvo en el experimento del ex-presidente Galo Plaza en Zuleta, provincia de Imbabura, y los resultados fueron superiores a los obtenidos con la amargura de la lucha fratricida, o la reforma agraria emprendida en otros lugares.
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Lo que violenta al hombre es la no adecuada apreciación de la realidad. El violento generalmente es un ser lleno de prejuicios, una persona que no ve todas las caras de la pirámide, ni distingue el vértice donde confluye la luz. El violento es un ser gris y con el entendimiento ofuscado. El violento es un Macartista en cacería de brujas comunistas, o el católico tras los hugonotes de la Francia durante las guerras religiosas, o el hitleriano persiguiendo judíos, o el stalinista tras los trotskistas, o los conservadores tras los liberales, o los revolucionarios tras los gusanos, o los patriotas tras los comunistas, o la Inquisición tras los sabios.
El violento sólo ve una verdad, su verdad. Poca diferencia existe entre el tribunal de la inquisición y los tribunales para defender la revolución, cualquiera que ésta sea.
Caracteriza al violento un insano afán de concentración de poder. Se cierra en su verdad porque así mantiene su gente, su religión, su partido político, su país. El pretexto es elevado a la categoría de dogma, de principio doctrinario; pero, el fin es uno: concentrar poder, avasallar. El hombre no busca el poder, es la negatividad humana la que lo busca.
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Entonces la paz es la armonía. Y la armonía es algo que se adapta, que ocupa sólo un lugar: el lugar preciso.
Y resulta que la justicia según el derecho romano es dar a cada cual lo que le corresponde. Esto ni siquiera en los regímenes socialistas ha sido superado; sabido que en los repartos de alimentos no se aplica la igualdad absoluta, sino se otorga las raciones de acuerdo a la edad y morfología del beneficiario.
Entonces la paz se manifiesta donde todo calza, donde no existen cabos sueltos, y esto no significa que exista absoluta bonanza.
El Tahuantinsuyo era un sistema comunitario que proveía todas las necesidades de sus miembros. El Inca a través de sus representantes se ocupaba hasta de darle mujer al súbdito en edad apropiada. Nada les faltaba a los hijos del Incario, pero a la muerte de Huayna Cápac el reino fue dividido entre sus hijos Huáscar y Atahualpa. Funcionalmente los dos reinos eran iguales y a los súbditos nada les faltaba, sin embargo estalló la guerra civil. Entonces, la barriga vacía, la injusticia social, no es la causa primordial de la violencia, ayudará sí, pero no es la base. En el caso del Incario lo que desató la guerra fue el descontento; los Cuzqueños fueron menospreciados, y el inca Atahualpa fue provocado por los Cañaris.
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El descontento es la base de la violencia. Eso es tan cierto que en la misma China comunista los universitarios se enfrentan con la policía porque quieren democracia. Y en Polonia los obreros arremeten a los guardias de seguridad porque quieren sindicalismo libre. Y en el Tibet la gente se bate con las fuerzas del orden porque quieren un poco de espiritualidad en el régimen de vida. Violencia que seguramente no nace de barrigas vacías, ni de injusticia social, sólo descontento y nada más.
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El descontento para que dé paso a la violencia debe pulsar la raíz animal del hombre, obnubilar su entendimiento, mirar un solo lado de la pirámide, no atisbar el vértice interior.
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Los procesos de violencia tienen en común un elemento de descontento animal, un descontento que se ha dirigido insanamente hacia algo determinado. El descontento de la Alemania de post guerra insanamente Hitler lo dirigió al Pueblo Hebreo. El descontento de la Rusia que enfrentaba al poder de los militaristas alemanes hábilmente lo dirigió Lenín en contra de la aristocracia. El descontento al poder napoleónico en España los independentistas americanos lo dirigieron contra los gobernantes españoles. El descontento de la Francia revolucionaria lo dirigió Napoleón contra la Europa.
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Pero el descontento animal, viceral, para que dé paso a la violencia debe unir otro factor: la intolerancia, la pedantería, la suficiencia, el orgullo. La intolerancia significa que el violento se cree dueño de la verdad absoluta, entonces ninguna diferencia existe entre la actitud del tribunal inquisitor que estigma a Galileo por considerar que es la tierra la que gira en derredor del sol, que la de los sabios marxistas que al redactar un manual de sicología citan como eruditos de la materia a Marx y a Lenín.
Y lo grave de la intolerancia es que tampoco tiene nada que ver con la barriga vacía, ni la injusticia social. Muchas veces la intolerancia es fomentada por personas con afán concentrador de poder. En este marco se inscriben muchos sucesos que por evitar precisamente la reacción que rechazamos, preferiremos guardar silencio.
De todas maneras, la intolerancia no ha durado más tiempo que lo que duraron quienes aspiraban concentrar poder. Pero así como uno puede conducir a lo otro, la intolerancia también puede dar lugar al nacimiento de los héroes que en lomo de ágiles corceles desbaratan la tierra para gloria de su comarca.
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Por ello la paz en sí es un camino de tolerancia, es una puerta abierta al diálogo, es saber reconocer que se puede llegar a lo mismo sin sufrir la hecatombe, la desesperanza, el efluvio de sangre.
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La paz significa reconocer que se puede estar errado, que las cosas poseídas son quizá más allá de suficientes, que si algo no está bien con la voluntad de las partes se puede enderezar.
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La paz significa abandonar la postura de sabiduría última, de desdén por lo que dice el prójimo. La paz es un acto de buena voluntad que entraña amar al prójimo como a nosotros mismos.
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La paz significa reconocer que somos simples humanos falibles y tontos, y que la suprema sabiduría sólo es la del Señor.
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La paz significa no violentar al mundo ni pretender sobreponernos a las fuerzas místicas que le dan forma.
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La paz significa restringir nuestras deficiencias, y cultivar nuestro interior.
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La paz significa un esfuerzo por limitar a lo esencial las cosas que tomamos de nuestra madre tierra.
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La paz es el equilibrio. Donde todo calza, hay paz. Donde cada cosa ocupa su lugar, hay paz. Donde se respeta la voluntad de lo alto, hay paz.
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Lo contrario es tratar de romper el vaso sagrado.
Lo contrario es irrumpir con espadas en la morada celestial, es respirar el henchido hálito del gran orgulloso: Satán.
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Y lo anterior no quiere decir que el oscurantismo sea solución. Como se ha dicho, el oscurantismo nace de la intolerancia, de la agresión, de la militancia, del afán concentrador de poder.
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Por eso la paz es un paso intermedio entre un racionalismo sano y una fe inquebrantable en la Suprema Luz.
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La paz es un estado positivo de ánimo que nada tiene que ver con el descontento. La paz es algo muy cerca de una actitud religiosa sublime. La paz es el vértice interior de la pirámide.
La paz es el lugar privilegiado del corazón. La paz es el camino de la liberación.
Máximas contrarias al espíritu demoníaco
"Quien gobierna menos, gobierna mejor"
"No interferir en las formas de vida y de trabajo de los hombres; asì no sentiràn ninguna carga "
"La tolerancia, conduce a la justicia; la justicia conduce al dominio; el dominio conduce al Cielo."
"Cuando reina un ser muy grande, el pueblo apenas percibe su tutela. Los gobernantes inferiores, seràn amados, ensalzados, temidos y despreciados"
Lao Tse.
"El Sabio siempre encuentra la ocasiòn para salvar a los hombres."
"Se puede nutrir lo engendrado sin generar violencia."
" "No hagas a otro lo que no quieres que te hagan a ti"
Discipulos de Lao Tse.
"El lìmite del derecho propio es el derecho ajeno"
"La paz es el respeto al derecho ajeno"
Pensadores contemporaneos
Ibarra, julio del 2011
Bibliografía
Bhagavad Gita
Krishna, Maestros de la Humanidad
Atahualpa
Los Incas
Historia Moderna y Contemporànea
Historia del Ecuador
Historia Universal
Canìbales y Reyes
Tao Te King, Tao Te Ching
Lao Tse, Maestros de la Humanidad
Revistas, y periódicos.
Reportajes televisivos.
La wev
Autor:
Edgar Fernando Moreno Almeida