Las políticas sociales y las problemáticas cubanas de las masculinidades
Enviado por Aquedo Paz Rodriguez
- Resumen
- Introducción
- Breve aproximación teórica y metodológica acerca de la política de género y las masculinidades
- La influencia de políticas sociales con enfoque de género en las problemáticas cubanas de las masculinidades
- Conclusiones
- Bibliografía
Resumen
Para llevar a cabo las políticas y estrategia de desarrollo con una perspectiva de género es necesario realizar transformaciones en la estructura económica y social, en la cultural y en la conciencia social de la población. La política de género influye en el diseño, aplicación, evaluación y sistematización de estrategias, programas y proyectos con los correspondientes servicios para su materialización. Las políticas tienden a ser homogeneizantes cuando la realidad social a la que va dirigida no lo es. Generalmente, la mujer ha sido la más afectada con las problemáticas de género, pero existen ciertas problemáticas que sufren los varones, que a nivel cotidiano son socialmente aceptadas como funciones que le corresponden asociadas al rol asignado. En Cuba, las masculinidades sufren de diversas maneras, en dependencia de los roles que asuman en el entorno social, por la existencia de un patrón hegemónico, dominante basado en la tradición patriarcal que impone un modelo de hombre proveedor, heterosexual, superior, fuerte, valiente, arriesgado, autoritario, firme, racional, carente de emociones y sentimientos, desprovisto de ternura y comprensión, no sentir miedo, exitoso, enérgico, mostrando violencia hasta con ellos mismos para probar su poderío, repudiando lo femenino como cualidad, lo que les impide cuidarse y expresar sus sentimientos libremente. El objetivo de las políticas públicas con enfoque de género debe ser es incluir el derecho de mujeres y hombres a ser diferentes, lo que es posible lograr si se asumen los postulados del enfoque comunitario.
Palabras claves:
Masculinidades, políticas sociales, género, hombres.
La división sexual de los papeles ha generado una ideología sobre lo que es un hombre y lo que es una mujer, especialmente en sus rasgos psicológicos. Esta distinción se atribuye a diferencias naturales esenciales. Sin embargo, hoy es imposible sostener que la división de los papeles masculinos y femeninos no se fundamenta en la biología ni en la naturaleza. Los datos demuestran que se es hombre y se es mujer según determinados prototipos culturales, que han variado enormemente a través de la historia de las distintas sociedades. En este sentido, una educación sistemática diferencial entre niños y niñas lleva a personalidades diferentes, sin tener en cuenta que aunque son diferentes, hay enormes semejanzas entre el hombre y la mujer que entre uno de esos y cualquier otro elemento de la naturaleza.
Haciendo un poco de historia, partir de los años 70 del siglo pasado en las Ciencias Sociales, se amplían los estudios de género con la inserción de los estudios de la masculinidad como problemática, desarrollada principalmente en los países anglosajones (EE.UU, Australia, Canadá y Reino Unido)bajo el nombre de estudios de hombres(Men's Studies).
Se asume el desafío de investigar la masculinidad como una construcción cultural específica y a los hombres como sujetos particulares, lo cual significa una profundización y ampliación tanto de la categoría de género como de los estudios que trabajan esta categoría. Por lo tanto se plantea como objetivo general:
Valorar las políticas sociales con enfoque de género que condicionan las problemáticas cubanas de las masculinidades.
Como objetivos específicos se plantean los siguientes:
Identificar las políticas sociales con enfoque de género en Cuba.
Analizar la influencia de las políticas sociales con enfoque de género en las problemáticas de las masculinidades en Cuba.
Argumentar la contribución de las políticas sociales con enfoque de género que incluyan la aceptación de lo diverso en la superación de las problemáticas de las masculinidades.
Si el sistema de sexo/género que propuso Gaye Rubín en su artículo sobre el Tráfico de mujeres, se define como el conjunto de disposiciones por el que una sociedad transforma la sexualidad biológica en productos de la actividad humana y en el cual de satisfacen las necesidades humanas transformadas, el estudio de la conformación y operatoria de dicho sistema que ha sido citado como sede de la opresión de las mujeres, las minorías sexuales y algunos aspectos de la personalidad humanas en los individuos requiere un acercamiento a la especificidad que adquiere entre los hombres y en la masculinidad. (1)
Generalmente, la mujer ha sido la más afectada con las problemáticas de género, siendo violentada, maltratada y obligada a jugar roles sociales establecidos que le impiden, en muchos casos, desarrollar sus proyectos de vida. Pero, por detrás de esa apariencia que expresa que la mujer es la víctima del hombre, se esconden ciertas problemáticas que sufren los varones, que a nivel cotidiano son socialmente aceptadas como funciones que le corresponden asociadas al rol asignado.
En la sociedad cubana actual, la cuestión de acercar la satisfacción de las demandas de la población a la capacidad de las instituciones para solucionarlas, incluyendo en este ejercicio de toma de decisiones a la comunidad como sujeto, es una necesidad constante y cambiante con respecto a la evolución social.
La políticas de género no están exentas de esta contradicción, pues aunque exista la voluntad política para contribuir al afrontamiento de las problemáticas de las masculinidades en Cuba, se requiere de medios para implementar esas políticas y sobre todo se necesita la aceptación social de las mismas, con un cambio de mentalidad que propicie que las subjetividades si bien no asuman la diversidad como lo normal al menos no discriminen aquellas personas que poseen otras preferencias y otros modos de comportamiento. La cultura patriarcal enraizada en nuestro país tiene que ir desapareciendo para darle paso a la cultura de la aceptación, la integración de todos, sin tener en cuenta la orientación sexual, entre otras cuestiones.
Desarrollo:
Epígrafe 1.1
Breve aproximación teórica y metodológica acerca de la política de género y las masculinidades
Para llevar a cabo esta investigación se utilizó un conjunto de métodos y técnicas de investigación tales como la observación participante, la entrevista y el análisis de documentos, privilegiando el enfoque cualitativo.
Si se entiende por política de género el despliegue hacia el proceso de toma de decisiones y hacia la formulación e implementación de políticas que adjudican roles, identidades, valores y producciones simbólicas a hombres y mujeres, incorporados a estos/estas mediante el proceso de socialización. Es identificada como aquellas actividades emprendidas por lo diversos actores, relacionadas con la adquisición, desarrollo y uso del poder para proteger o promover intereses propios en una situación de conflicto con los intereses de otros, generando desigualdades, por medio de las diferencias, a los modelos de ser hombres y mujeres y a las relaciones entre sí, con la familia, el Estado y la sociedad.
Las políticas tienden a ser homogeneizantes cuando la realidad social a la que va dirigida no lo es. Aquí es evidente una contradicción latente, lo que repercute tanto en la formulación como en la implementación de las políticas, que muchas veces están enfocadas desde posturas machistas que sesgan y reafirman aún más los estereotipos y prejuicios que existen con respecto a los roles que deben desempeñar los hombres y las mujeres.
En Cuba, las masculinidades sufren de diversas maneras, en dependencia de los roles que asuman en el entorno social, por la existencia de un patrón hegemónico, dominante basado en la tradición patriarcal que impone un modelo de hombre proveedor, heterosexual, superior, fuerte, valiente, arriesgado, autoritario, firme, racional, carente de emociones y sentimientos, desprovisto de ternura y comprensión, no sentir miedo, exitoso, enérgico, mostrando violencia hasta con ellos mismos para probar su poderío, repudiando lo femenino como cualidad, lo que les impide cuidarse y expresar sus sentimientos libremente. Asociado a esto, la homofobia es una actitud vigente aún en la sociedad cubana y al igual que el machismo está arraigada a patrones culturales, aunque se manifiesta una mayor libertad a la hora de expresar la diversidad sexual y en el país se realizan diversas actividades para favorecer la visibilidad pública de los homosexuales y defender sus derechos.
Con respecto a la sexualidad, el investigador Julio César González Pagés (2) explica que se evidencian los sesgos machistas que justifican el desnudo femenino en los diferentes medios audiovisuales y que critican al hombre que sea capaz de mostrar su cuerpo, sin embargo sí se asume que es el hombre el que se masturba, incluso en lugares públicos, porque en Cuba la masturbación masculina es considerada un ritual de iniciación, que agrede a las mujeres, robándoles su espacio público.
Si bien en Cuba se aprobó en el 2003 el importante Decreto Ley número 234 que permitió por primera vez que los padres tuvieran derecho a dedicarse al cuidado de los hijos, muy pocos hombre se acogen a esta legislación porque temen desinhibirse y se cohíben de expresar afecto que muchas veces no desea reprimir y cuando se trata de un hijo varón sobre todo, tienden a ocultar sus sentimientos hacia este para que no reconozca en el padre ningún rasgo débil de acuerdo a lo que se reconoce y lo que está socialmente aceptado como hombría, basado en el rol tradicional de padre.
Las políticas y estrategias de desarrollo desde una perspectiva de género parten de las relaciones entre hombres y mujeres y de su incidencia en las diferentes maneras de manifestarse ambos, en el uso y posibilidades de acceso a la salud, el empleo y en la toma de decisiones, entre otras.
Para llevar a cabo las políticas y estrategia de desarrollo con una perspectiva de género es necesario realizar transformaciones en la estructura económica y social, en la cultural y en la conciencia social de la población.
La política de género influye en el diseño, aplicación, evaluación y sistematización de estrategias, programas y proyectos con los correspondientes servicios para su materialización.
La política social y la estrategia de desarrollo económico del gobierno revolucionario cubano, desde 1959, tienen como objetivos fundamentales la eliminación de todas las formas de discriminación y explotación por motivos de clase, raza y género. Desde entonces, se han diseñado e implementado consecuentemente políticas públicas, cuyo propósito estratégico ha sido borrar las barreras culturales, ideológicas, psicológicas, económicas y sociales que mantuvieron siempre a las mujeres en condiciones de subordinación, marginación y secular atraso.
La política de género en Cuba si bien está dirigida fundamentalmente a la emancipación y al bienestar de la mujer, no deja de involucrar a los hombres. A partir de 1959 en Cuba comenzó un proceso de reformas para cambiar la situación de la mujer y del hombre, lo que se materializó principalmente en el ámbito jurídico, desde la visión socialista que promueve la emancipación del ser humano a través de la satisfacción de las necesidades así como el goce de todos los ciudadanos a la igualdad de derechos y deberes.
Uno de los objetivos esenciales del proyecto cubano ha sido la creación de condiciones fundamentales para la equidad en el desarrollo social, por ejemplo la creación de la Federación de Mujeres Cubanas, creada en 1960 que asumió el papel de transformar la mentalidad discriminatoria hacia la mujer así como consolidar en ellas una fuerza civil transformadora.
En nuestro país se ha realizado una fuerte inversión en servicios sociales y en el apoyo a las garantías legislativas de la igualdad del hombre y la mujer. Los cubanos tienen acceso a atención en salud gratuita, a los servicios de planificación familiar, la atención prenatal está a disposición de todas las mujeres, como resultado de esto, se han logrado obtener tasas de mortalidad infantil y materna muy bajas.
Cuba muestra logros significativos en el campo de la salud reproductiva para hombres y mujeres no solo por el Ministerio de Salud Pública, como organismo rector nacional, sino por otros organismos e instituciones entre los que se encuentran el Centro de Educación Sexual(CENESEX), el Centro de Promoción y Educación para la Salud(CENPES), el Ministerio de Educación(MINED), la Federación de Mujeres Cubanas(FMC), la Sociedad Científica Cubana para el Desarrollo de la Familia(SOCUDEF) y el Centro de Estudio de Población y Desarrollo(CEPDE), fundamentalmente.
Entre otras acciones en este terreno se han ido incorporando desde 1993 consultas de excelencia de Planificación Familiar en todas las cabeceras provinciales del país, servicio que se pretende extender a todos los municipios. Para el desarrollo de estos propósitos se cuenta con la ayuda de SOCUDEF que asumió la capacitación del personal y además aporta los insumos requeridos en cada consulta. En dicha capacitación participó también el CEPDE y el CENPES, para tratar los sistemas relativos a la Demografía y la comunicación respectivamente.
El Ministerio del Trabajo no solamente suprimió cualquier restricción en el acceso de la mujer a empleos tradicionalmente masculinos sino que promovió regulaciones que favorecieran de modo amplio la incorporación de las mujeres, proteger sus derechos y garantizar la igualdad de oportunidades y de remuneración. Las legislaciones laborales no aceptan discriminación alguna en cuanto al salario, los ascensos, las prestaciones o la igualdad de capacitación. También la creación de círculos infantiles en 1961 y el sistema de escuelas seminternas son elementos decisivos en la masividad de la incorporación de la mujer a la vida laboral y social.
La composición del empleo femenino como sucede en el resto de América Latina se diferencia notablemente de la que presenta el masculino en sus diversos planos: ramas de actividad, categorías ocupacionales y grupos profesionales.
Con relación al empleo y a la seguridad social se debe plantear que aunque se benefician tanto a hombres como a mujeres, son estas últimas las que gozan de mayores privilegios. En el ámbito laboral resulta imprescindible hacer menciona los beneficios concedidos a las mujeres. Se estipula su incorporación en plazas compatibles con sus condiciones físicas y fisiológicas y que devenguen un salario acorde con las funciones que desempeña.
En la década del 70 se dictaron importantes leyes que transformaron la situación jurídica de la mujer y eliminaron las injusticias derivadas exclusivamente de la condición de género. Tales reformas jurídicas se expresan en la Ley de Maternidad (1974), Código de la Familia (1975), Ley de Protección e higiene del trabajo (1977), Ley de Seguridad social y Código Penal (1979). Las leyes en Cuba prohíben la discriminación de la mujer y no existen hoy restricciones a su condición civil. La Constitución de la República, en el artículo 44 del capítulo VI sobre igualdad expresa que: "el Estado garantiza que se ofrezcan a la mujer las mismas oportunidades y posibilidades que al hombre, a fin de lograr su plena participación en el desarrollo del país." Asimismo sostiene que "La mujer y el hombre gozan de iguales derechos en lo económico, político, cultural, social y familiar. (…) El Estado se esfuerza por crear las condiciones que propicien la realización del principio de igualdad." (Constitución, 1992) Se crean también mecanismos sociales para promover e impulsar las políticas a favor de las mujeres tales como la creación de la Comisión de Atención a la Niñez, la Juventud y la Igualdad de Derechos de la Mujer en la Asamblea Nacional del Poder Popular, el Centro Nacional de Educación Sexual, las Comisiones de prevención y Atención Social y la Comisión de Empleo Femenino.
En el proceso de promover cada vez mayor equidad y atenuar las contradicciones entre lo privado y lo público presentes en nuestra sociedad, se han implementado e impulsado tres programas importantes: El Programa Nacional de Educación Sexual para fomentar la sexualidad sana, responsable y con igualdad de derechos y oportunidades entre mujeres y hombres. El Programa de Casas de Orientación a la Mujer y la Familia dirigido a la realización de acciones de orientación individual, grupal en el ánimo de que las personas protagonicen los cambios necesarios con respecto a los roles tradicionales asignados y asumidos en las familias. El Programa de Cátedras de la Mujer en las Universidades del país con el fin de introducir y fortalecer en el pregrado, postgrado y en la investigación un enfoque de género contribuyente a la formación de futuros profesionales en esta perspectiva y desde un enfoque multidisciplinario.
Desde 1986 se incorporaron comisiones de género o sobre la mujer en los foros de intercambios académicos que convocaban las universidades y los institutos de la Academia de Ciencias. (3)
En Cuba la educación es un derecho de todo el pueblo y así se refrenda en la Constitución de la República en el artículo 51 que señala textualmente " todos tienen derecho a la educación. Este derecho está garantizado por el amplio y gratuito sistema de escuelas, seminternos, internados y becas, en todos los tipos de niveles de enseñanza, por la gratuidad del material escolar, lo que proporciona a cada niño y joven, cualquiera que sea la situación económica de su familia, la oportunidad de cursar estudios de acuerdo a sus aptitudes, las exigencias sociales y las necesidades de desarrollo económico y social."
Las políticas públicas cubanas, en este caso las educativas principalmente tiene como uno de sus pilares fundamentales la corrección de los valores machistas, tratando de eliminarlos en las nuevas generaciones de cubanos, desde una perspectiva de género. Lo cual lleva a un nivel cotidiano el hecho de que tanto hombres como mujeres son iguales ante la ley de manera formal, sin obviar que son las mujeres las que a veces son consideradas machistas pues reproducen en la crianza de sus hijos roles tradicionales de género generando así una contradicción.
Las instituciones educativas son catalizadoras o inhibidoras de las concepciones acerca de las problemáticas de género y familia, ello depende del nivel de verticalismo y centralismo que impere en el entorno donde estas desarrollan su actividad. Cuando prevalecen tales condicionantes las instituciones no desarrollan suficientemente la capacidad de recrear funcionalmente las especificidades de su ambiente y entonces se legitima la homogeneidad. Por ejemplo: la falta de preparación de los maestros sobre las temáticas de género y familia, así como la carencia de herramientas para descifrar las relaciones particulares y contextuales, no les permite desarrollar la orientación a padres y madres centrando las necesidades de estos y promoviendo en función de ello una reflexión crítica basada en la variedad de contradicciones y conflictos de la realidad de sus alumnos y alumnas; a su vez, el discurso sexista contenido en los textos escolares así como el lenguaje cotidiano empleado por los maestros en el contexto institucional educativo por su carácter homogéneo no facilita un enfrentamiento de cosmovisiones de género que potencie el encuentro de los sexos, lo que redunda en la reproducción de estilos y modos poco diversos de pensar y sentir las relaciones familiares y de género. Esta situación se agudiza por la complejidad que encierra el aplicar los resultados investigativos a los programas curriculares en los diferentes niveles de enseñanza. (4)
La igualdad no se entiende como similitud, sino como complementariedad, como emancipación, como integración, sin embargo, durante el proceso revolucionario cubano se le ha dado especial importancia a la mujer medre y trabajadora, proporcionándoles dentro de la sociedad consideraciones especiales. Históricamente existe una lista de trabajos en los que no pueden laborar las mujeres para protegerlas. Si bien aunque está legislado que el trabajo doméstico debe ser compartido entre los conyugues de la pareja, el discurso estatal presupone que este cae sobre la mujer, así como el derecho de la custodia de los hijos en caso de separación de la pareja. Se puede decir entonces que la política estatal cubana protege y prioriza a la mujer por su condición de madre, de cuidadora y en fin, de mujer e interactúa, se entrelaza con los ideales de género de la vida cotidiana y material.
Según plantean las investigadoras Liliana Suarez, Enma Martín y Rosalba Hernández en su artículo Feminismos en la Antropología. Nuevas propuestas críticas, las normas explícitas de igualdad del discurso oficial se reflejan en una fuerte normatividad del ideal de igualdad de oportunidades en la vida cotidiana. Al mismo tiempo, ideales de complementariedad de género en la vida cotidiana se reflejan en valores implícitos y explícitos en el discurso oficial, el cual rehistoriza, desnaturaliza papeles de género, reproduce y romantiza ideales de complementariedad entre el hombre y la mujer.
Los notables avances en este terreno no solamente deben analizarse desde el punto de vista cuantitativo sino también cualitativo pues la igualdad real no se logra solamente con las transformaciones legales y con asegurar igualdad de oportunidades ni puede diluirse en los elevados índices de participación social alcanzados. Muchísimo se ha avanzado en la equidad de género en Cuba, sin embargo, 40 años no son suficientes para transformar estereotipos y concepciones arraigadas durante siglos en la subjetividad de mujeres y hombres en donde los cambios resultan más lentos.
Epígrafe 1.2
En relación con la problemática de género, es imprescindible primero, avanzar en la búsqueda de un consenso epistemológico, específicamente teórico, en torno al concepto género y sus implicaciones, que cubra los vacíos hoy cuestionados referidos a los modelos no hegemónicos de masculinidad y feminidad para que entonces las políticas sociales estén en capacidad de dar respuestas a la variedad de contradicciones de género existentes en la sociedad.
La sociedad cubana se privilegia al contar con un conjunto de políticas sociales que centran teleológicamente la emancipación humana y la dignificación personal-social. Estas políticas se integran coherentemente a estos fines, en algunos casos directos y en otros indirectamente. Respecto al tema género, las primeras han desempeñado un importante papel aun cuando han estado centradas en un enfoque limitado, excluyente y parcializado al no dar respuesta a las contradicciones y necesidades de hombres y mujeres por igual.(6)
Para la elaboración e implementación de las políticas de género se debe tener en cuenta que la transversalización de género es fundamental para el logro de la equidad genérica, busca incorporar el conocimiento, las experiencias, intereses, valores y actitudes de hombres y mujeres para desarrollar planes de desarrollo, transformar las estructuras sociales e institucionales desiguales en otras más justas e igualitarias, caracterizadas por la justicia y la equidad, disminuyendo de este modo la brecha existente en el reconocimiento de los roles sexuales y contribuyendo así al fortalecimiento de la relaciones genéricas satisfactorias, a la comunicación efectiva, una mayor colaboración y por ende a la formación de mejores sujetos sociales.(7)
Es importante la operatividad, el adecuado diseño y ejecución de las estrategias, así como la readecuación continua de las instituciones para ponerlas en condiciones de convertir en voluntad política los interese, aspiraciones y capacidades de quienes deben servirse de ellas. (8)
Los epistemas básicos de lo comunitario (conciencia crítica de la ciudadanía acerca de las contradicciones de la estructura social en la que está insertada, participación real, implicación subjetiva en la búsqueda de soluciones a las contradicciones a través de proyectos concretos que faciliten la auto-transformación y la cooperación, deben estar contenidos en la plataforma de género.(9)
La transversalización de género, en resumen, es el proceso por el cual se integran en el análisis, planificación, implementación, monitoreo y evaluación, las necesidades específicas, demandas y problemáticas de hombres y mujeres, considerando los efectos posibles que puede tener cualquier objetivo u acción planeada en la participación, liderazgo, acceso y control de los recursos y el impacto que puede generar en el desarrollo sociocultural de los mismos.
Aunque Cuba ha logrado más equidad que otros de la región, todavía existen inequidades susceptibles a modificarse.
Una cuestión curiosa es que no existe una organización de hombres pero la Federación de Mujeres Cubanas es una organización que representa los derechos de las mujeres en Cuba y entonces surge la pregunta, será que los hombres no tienen necesidad de exigir sus derechos y estar representados en una organización.
En términos políticos se trata de incorporar a la agenda clásica sobre la igualdad entre las mujeres y los hombres las nuevas demandas vinculadas a los derechos sexuales y reproductivos, a la superación de la dicotomía de los ámbitos público y privado de género y a la revisión total sobre las jerarquías de género y su invisibilidad social.
El cuestionamiento de género ha abarcado no solo el ámbito de lo político, sino también el cultural, el de las relaciones interpersonales, el de la sexualidad, el de la organización de la economía, etc.
En fin, debe existir una fructífera relación entre la elaboración teórica y la práctica política, mediante un análisis crítico de las repercusiones de los problemas estructurales en la vida personal, comprometiendo la política de género a resolver las problemáticas de las masculinidades ahí donde se producen, en la sociedad que compartimos.
Se concluye que:
La equidad de género es un objetivo de gran importancia en las políticas de género, significa justicia, dar a cada uno lo suyo reconociendo condiciones o características específicas de cada persona o grupo humano (según sexo, género, clase, religión, edad); y por lo tanto, reconocer la diversidad sin que esta sea usada como razón para la discriminación. Aboga por un tratamiento diferencial para poner fin a una desigualdad. El objetivo es incluir el derecho de mujeres y hombres a ser diferentes.
Los temas de género deben tratarse en todos los niveles, el género necesita transversalizarse.
En Cuba, aunque se muestran muchos logros con respecto a la igualdad de género, las políticas que tributen al género deben contribuir a los procesos de integración social, a superar las brechas de inequidad existentes, a disminuir la segmentación y fragmentación social.
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(2) González Pagés, Julio César: Macho, Varón, Masculino. Estudios de masculinidades en Cuba. Editorial de la mujer. La Habana, 2010, p. 68.
(3) Fernández Reus, Lourdes: Mujeres y estudios de género en Cuba. Facultad de Psicología Universidad de La Habana, 2000.
(4) Rivero Pino, Ramón: Problemáticas de familias y género en la sociedad cubana. Experiencia investigativa del Centro de Estudios Comunitarios de Villa Clara, Cuba. Universidad Central Marta Abreu de Las Villas, Santa Clara.
(5) Rivero Pino, Ramón: Problemáticas de familias y género en la sociedad cubana. Experiencia investigativa del Centro de Estudios Comunitarios de Villa Clara, Cuba. Universidad Central Marta Abreu de Las Villas, Santa Clara.
(6) Fernández Machado, Lisandra: Transversalización de género en la estrategia de desarrollo local integrada del gobierno de Santa Clara. Tesis de diploma. Facultad de Ciencias Sociales. UCLV. Santa Clara, 2010, p. 15
(7) Lima, Miguel: Las contradicciones de la sociedad cubana. Informe de investigación. Instituto de filosofía. La Habana, 1991, pp.7, 8.
(8) Rivero Pino, Ramón y Martínez, A: El enfoque de género en el desarrollo local comunitario. Sus retos para América Latina. En "El desarrollo local comunitario. Desafíos actuales para América Latina. Editorial Feijoo, Santa Clara, 2010, pp.112-113.
Autor:
Msc. Ydalsi Pérez Martín
Asistente de la Filial de Ciencias Médicas de Remedios.
Dra Alicia Araújo García
Asistente del Hospital Docente de Remedios.
Dr Pavel Machado Ramírez
Instructor del Hospital Docente de Remedios.
Enviado por:
Aquedo Paz Rodriguez