Una respuesta económica (sociocultural) sólo es posible para el ser humano, no para el animal.
Para que el sistema económico funcione en propiedad, debe asegurarse la abundancia respecto a las necesidades básicas de los seres humanos.
En el salvajismo no hay sociedad posible. Sólo superada el hambre pueden constituirse vínculos entre los humanos.
En tanto no hay vínculos entre humanos, no hay coordinación de las acciones económicas, sólo competencia en términos de la sobrevivencia.
Sólo el trabajo permite superar el umbral del hambre. El proceso de división social del trabajo es la base de la constitución del ser humano en sociedad.
La escasez es permanente respecto a las necesidades humanas, esto es por su carácter sociocultural. La función económica, es por lo tanto, inherente a la vida en sociedad.
El aumento demográfico se hace inevitable al mejorar las condiciones de vida de las poblaciones. Se genera escasez de recursos por el aumento de ejemplares sobre un territorio.
Los satisfactores a las necesidades se modifican socioculturalmente, por lo tanto, no conocen límites materiales. Las necesidades permanecen, los satisfactores se modifican. Permanece la escasez en la relación necesidad-satisfactor.
La ley del desarrollo progresivo de las fuerzas productivas, genera cambios permanentes en la naturaleza; cambios que impactan al ser humano en un proceso recursivo. La relación del ser humano y su medio genera la permanente escasez energética.
El tiempo condiciona al ser humano desde su transitoriedad, por ello es un recurso escaso. Tiempo que es componente fundamental de la función económica. Escasez en la variable temporalidad.
El logro de la función económica es fundamental para el desarrollo de la sociedad humanizada. Sólo el trabajo asegura el cumplimiento de la función económica. Por lo tanto, el trabajo es el soporte material de la sociedad humanizada.
Las Tareas Económicas
La actividad económica tiene un carácter individual y uno social. Su carácter individual está determinado por la motivación para la acción; esto es por el estímulo económico. En tanto su carácter social está determinado por el escenario para la acción; esto es por el cálculo económico.
La actividad humana dedicada a la producción de los medios de vida, está dirigida con arreglo a fines por la racionalidad económica.
La actividad económica es una actividad que relaciona medios y fines para el logro de objetivos.
Los objetivos económicos de la acción, son los estímulos económicos. De ellos depende la dirección e intensidad de la actividad del ser humano.
El estímulo económico es individual. La cooperación es un medio más eficiente para alcanzar en sociedad los estímulos económicos de cada uno.
La necesidad de cooperación no es un hecho moral, es un hecho económico.
El estímulo económico individual es el resorte irremplazable para lograr la acción humana dirigida a fines económicos.
La moral y la conciencia no generan por si mismas actividad económica racional, por lo tanto no generan eficiencia en la actividad.
En todo caso, la moral y la conciencia como motores de la actividad económica, resultan en direccionamiento ideológico de la sociedad. Sus costos sociales, por lo tanto, son mayores que sus resultados posibles en lo económico.
La permanencia del estímulo económico no debe permitir la acumulación individual y familiar, base de la formación de capital. El proceso de acumulación propio del desarrollo, debe tener un carácter social.
Existen dos formas básicas de acumulación de capital: la herencia y la educación. La primera debe ser abolida y la segunda socializada.
Para garantizar la igualdad en la búsqueda de estímulos económicos y en el acceso a oportunidades, la herencia debe ser abolida en cuanto a la mantención de capital monetario y en torno a la propiedad de medios de producción.
La herencia genera desigualdades irreparables en el devenir de la sociedad y lleva necesariamente a la formación de clases sociales antagónicas.
Para garantizar el desarrollo humano, se necesita resguardar la función educativa de las diferencias de clases. La educación es la vía de transmisión cultural de los avances humanos en los procesos de transformación del ser humano y su mundo.
La educación debe tener un carácter social. Debe ser responsabilidad de la sociedad la educación de sus miembros. Las instituciones educativas, tienen entonces por su naturaleza, un carácter público.
Sólo con la abolición de la herencia y la socialización de la educación, existirá un régimen económico que permita el uso eficiente e intensivo de las capacidades humanas para el beneficio de la sociedad. Entonces las potencialidades del ser humano serán todas aprovechadas.
Sólo en un modo de producción antagónico, el estímulo económico individual es contrario al bienestar de todos.
Por el contrario, el estímulo económico es el mecanismo de generación y ordenamiento de la división social del trabajo y su estructura.
Los objetivos sociales de la actividad económica resultan determinados por el cálculo económico. De él depende el carácter de la producción en oportunidad, tipo y cantidad.
Todo grupo social debe asegurar que su producción pueda por un lado, satisfacer sus necesidades internas; y por otro, aumentar sus posibilidades de intercambio.
Un sistema cerrado sólo puede evolucionar hacia un aumento de su entropía.
Se deben generar los mecanismos que permitan al grupo social decidir qué y cuánto producir. Estos mecanismos pueden ser individuales o colectivos.
Los mecanismos individuales, son el resultado de la agregación de las distintas unidades y voluntades económicas. Si en un primer momento presentan una idea social de igualdad, en una formación social antagónica, se transforman en reproductores de la división en clases.
Al intensificar el capitalismo su carácter monopólico, las leyes de la oferta y la demanda se cumplen sólo en función de los intereses del capital. El mecanismo individual pierde su carácter y el cálculo económico es determinado por la clase dominante.
El Estado burgués mantiene la ficción de la realización del cálculo económico por parte del libre mercado, participando sin embargo en su determinación con los dueños del capital (ej. vía banco central).
La oferta y demanda no es el problema fundamental como mecanismos para el cálculo económico, sino el capital monopólico que los controla y determina en sociedades antagónicas.
Se requiere cuantificar de manera adecuada la cantidad de energía y trabajo incorporado en la producción y reproducción de la vida material.
Se necesita determinar las condiciones y posibilidades de realización del cálculo económico en relación a las necesidades sociales, con la participación efectiva de los trabajadores, tanto en su carácter de productores, como en su carácter de consumidores.
La socialización de los medios de producción y distribución, así como de la banca, resultan indispensables para la gestión del cálculo económico de carácter social.
Los socialismos reales propusieron respuestas a la determinación de la actividad económica, tanto en su carácter individual, como en su carácter social.
Desde el punto de vista individual, manipularon los estímulos económicos o les otorgaron un carácter moral, cuando no los eliminaron. Ello generó estancamiento en la productividad, fruto de la falta de motivación para la acción.
Desde el punto de vista social se intentaron varios mecanismos colectivos de cálculo económico al margen de la actividad económica real. Ello generó ineficiencias en la utilización y asignación de recursos.
Para el sistema económico, la producción era la entrada, en tanto que el consumo fue la salida. Es decir, el consumo debía responder a la producción, la necesidad al satisfactor.
Se produjo un divorcio entre la acción individual y el escenario social para dicha acción. Se manipulan los estímulos económicos en base a cálculos económicos limitados. Se paraliza la acción del trabajador: en su carácter de productor, por la falta de estímulos económicos adecuados, y en su carácter de consumidor, por la falta de satisfactores disponibles. No hay racionalidad económica.
Economía Política en los Socialismos Reales
La realización del cálculo económico en las experiencias socialistas se transforma en un trabajo. Al estar centralizada la administración social de la propiedad en el Estado, los trabajadores del Estado deben realizar el cálculo económico, gozan de la tenencia de los medios de producción, administran el capital social, se constituyen en una capa social.
Como todo trabajo, la realización del cálculo económico está determinado por las condiciones tecnológicas que le soportan. Es decir, se trata de una actividad a realizar, y para ello se tienen limitados instrumentos a la mano.
Para la realización del cálculo económico se necesitan enormes cantidades de información, tanto de entrada como de salida. Se debe controlar cada una de las actividades a realizar por cada uno de los agentes económicos, lo que supone una gran capacidad de procesamiento de datos.
Para la administración de estas cantidades de información, por las condicionantes tecnológicas del momento, estas deben centralizarse.
La primera alternativa fue el control. En una naciente industria, los procesos de control aparecían como la forma científica de organizar la producción. Se generaron grandes aparatos estatales capaces de controlar la producción.
Nace la burocracia, que debe controlar la producción social, es decir, realizar el cálculo económico y gestionar las unidades productivas capaces de realizar dicho cálculo.
La posibilidad de cálculo y coordinación se hacen insostenibles. La burocracia no tiene la capacidad de administrar adecuadamente el sistema económico.
Se deben reinstalar los sistemas de oferta y demanda tradicionales que permitan la regulación de la actividad económica (ej. NEP).
Luego se buscan soluciones desde la programación econométrica del sistema económico. La alternativa de búsqueda es enfocar la problemática desde el punto de vista del cálculo matemático.
Se producen mejoramientos importantes desde le punto de vista económico. Se logra organizar la producción sobre bases más sólidas.
Mejoramiento desde la problemática del cálculo, pero se mantiene la limitación en torno a las entradas y salidas de información.
El cálculo se ve limitado, no por sus posibilidades estructurales ni funcionales, sino por los insumos de información requeridos.
Aunque disminuye la burocracia dedicada al cálculo, se mantienen enormes aparatos estatales para pasar y recibir información.
Persiste la concentración en la planificación centralizada. Con las nuevas herramientas el cálculo puede ser realizado por unos pocos, la transmisión de información por muchos.
Al ser evidentes los problemas surgidos, se buscan alternativas desde la cibernética. Los avances de la electrónica y las comunicaciones, hacen posibles nuevos desarrollos.
Se intentan establecer sistemas de cómputo respecto al cálculo económico y sistemas de transmisión de datos respecto a la información.
Estos intentos logran desarrollarse en dos escenarios:
En circunstancias en las que no todos los medios de producción están socializados. Por ello, estas experiencias deben coexistir con áreas productivas de carácter capitalista y en el contexto de un mercado de precios de esta misma naturaleza.
En donde el Estado se presenta como el dueño de los medios de producción sin que existan la socialización de estos mismos medios y la constitución de verdaderos agentes económicos. Lo que se observa entonces es la estatización, no se elimina la ley del valor, sino que se modifica su actuación.
La burocracia ligada a los aparatos del Estado presenta resistencias ideológicas respecto a las nuevas iniciativas. Sus intereses ya no son de carácter social, sino responden a los propios de la nueva capa social que constituyen.
La cibernética como ciencia es entendida y calificada como ciencia burguesa y por lo tanto al servicio del capital. No existe comprensión del soporte tecnológico del sistema económico.
Los sistemas de cómputo disponibles requieren la centralización de la información. No existe una red de información, sino la transmisión de datos a computadoras centrales. Estas, por sus condiciones tecnológicas, procesan la información solamente a un nivel descriptivo y analítico. Persiste la necesidad de la dirección centralizada.
Sin embargo, estas experiencias aumentan la eficiencia en la asignación de recursos y en la gestión de la producción por una parte; y permiten la organización y participación de las unidades productivas respecto a los requerimientos sociales de producción por otra.
Como es natural, el modo de producción desarrollado por los socialismos reales, tiene consecuencias sobre la superestructura montada para su organización, administración y legitimación.
En lo administrativo, el aumento de la burocracia conlleva el aumento del aparato estatal. Los costos de administración y control, se constituyen en un lastre frente a los resultados productivos.
Por la concentración energética generada, el Estado se transforma en un agujero negro que consume los recursos y las energías de la sociedad.
En lo político, la concentración de la voluntad popular en manos del aparato estatal, se ve eclipsada por la concentración del poder económico en este mismo Estado.
El Estado, lejos de su extinción, se consolida y se convierte en el gran agente político y económico de la sociedad.
En lo social, la burocracia que en un primer momento se constituye como capa social (naturalmente conservadora); al concentrar el poder político y el económico se constituye en una clase social, con intereses particulares respecto a los trabajadores.
Nuevamente el Estado, es el Estado de la clase dominante no trabajadora.
El desarrollo histórico de los modos de producción y sus formas de dirección, organización y ejecución, se encuentran, en última instancia, determinados por las capacidades y condiciones tecnológicas presentes en ellos.
Automatización
El desarrollo científico, genera hoy las condiciones tecnológicas y la posibilidad efectiva de conocer y controlar la totalidad de las interacciones económicas presentes en un sistema social en tiempo real. El socialismo debe hacer uso de esas posibilidades
En su fase de desarrollo actual, el dinero, como patrón de intercambio pierde su materialidad.
En una sociedad desarrollada, el papel moneda retrocede frente al avance de las transacciones económicas virtuales.
El proceso de generación de valores nominales, llega a un nivel de desarrollo, en el que prescinde aún de su materialización en moneda.
Las principales funciones económicas de cada uno de los agentes, se realizan en la virtualidad. El papel moneda queda relegado a las interacciones secundarias respecto a su actividad.
Se desarrolla una red de puntos de contacto y control, de cada agente económico respecto al sistema de intercambio.
El capital con ayuda del Estado, genera las condiciones tecnológicas y materiales que permiten el manejo y control de todas las interacciones económicas, así como las redes de datos que permitan la coordinación y funcionamiento del sistema como tal.
Los avances en la informática y en las tecnologías de la información permiten la transmisión y procesamiento de cantidades de datos a un nivel que hacen posible el conocimiento de las interacciones económicas en tiempo real.
Los distintos sistemas de producción y consumo son unificados en una red de información, que aún siendo formalmente pública, se encuentra en manos del capital.
Se cumple una vez más el criterio de maximización de la plusvalía propia del capital monopólico.
Cada agente económico pasa a formar parte de una red de interacciones, en donde se produce el intercambio en términos económicos.
En forma directa, el trabajo asalariado se remunera en la forma de posibilidades de intercambio. El dinero en este régimen de producción, es sólo la cuantificación de la posibilidad de consumo.
A través del control del mercado, se condicionan las estructuras de producción, trabajo y consumo.
Se logra posicionar el consumo como entrada del sistema económico, en tanto que la producción es su salida o respuesta. El sistema económico responde a las necesidades.
Los satisfactores, condicionados socioculturalmente, son manejados y controlados por el capital, a través de la propiedad directa o indirecta de los medios de comunicación.
La producción es controlada a su vez, a través de la propiedad directa de los medios de producción. Esta propiedad, adquiere además un carácter marcadamente monopólico.
Al interior del sistema económico de producción y servicios, el trabajador se ve forzado a vender su fuerza de trabajo a los dueños del capital.
Además debe recibir y consumir su ganancia a través del sistema virtual generado y promovido.
Asimismo selecciona su consumo según la determinación ideológica que le presentan los medios de comunicación de masas.
El capital logra dominar los tres elementos fundamentales del sistema económico: las entradas (el consumo), el sistema de transformación (el trabajo), y las salidas (la producción).
Este dominio cuenta con la legitimación, colaboración y resguardo jurídico y militar del Estado.
El sistema económico sobre la base del control generado, logra establecer los mecanismos de retroalimentación, que le permiten la administración científica de los procesos de acumulación.
La información se hace transparente, de tal forma que las decisiones se realizan en tiempo real, con todos los datos disponibles para ello.
Se alcanzan altos estándares de eficiencia y eficacia en la asignación de recursos con fines privados, según la información disponible.
Se reduce el margen de discrecionalidad sobre las decisiones de producción y de intercambios. Una vez generada la red de informaciones y de control, el sistema comienza a generar retroalimentación interna.
Se articula un sistema continuo de entrada – transformación – respuesta – información que se autogenera y se autorregula. El sistema se automatiza.
La automatización del sistema económico está diseñada y programada para alcanzar los objetivos privados del capital. Es una tecnología en manos privadas con fines privados.
Se requiere la socialización de las tecnologías que permiten la automatización de la actividad económica.
La tecnología no tiene un componente axiológico. Es una mediación artificial de la relación entre el ser humano y la naturaleza.
Con la red de informaciones generadas, se podrán garantizar los flujos de información, en tiempo y calidad, para la determinación social del cálculo económico.
Se puede mantener y administrar el estímulo económico para cada uno de los agentes.
Más que el control de los centros de producción y servicios y de las entidades financieras; se hace urgente tomar el control de las redes de datos y las capacidades instaladas de transmisión. Las telecomunicaciones y las redes digitales son hoy el objetivo central del proceso de socialización de los medios de producción.
En el nuevo escenario, lo importante no son los componentes del sistema económico, sino las transmisiones de información entre ellos.
Se libera burocracia de las funciones de control. La transmisión de información de automatiza, por lo tanto, aumenta la eficiencia en las decisiones y la administración de los recursos.
El socialismo requiere la automatización del sistema económico, para garantizar el logro de los procesos de acumulación social, propios del desarrollo.
Redes Neuronales
La realización del cálculo económico, sobre la base de la automatización, debe desarrollarse a través de una red neuronal descentralizada, adaptativa y ascendente.
El consumo, como mecanismo económico de satisfacción de necesidades, debe constituir la entrada al sistema económico.
Los sensores de la red, deben medir el encuentro entre necesidades y satisfactores. Estos sensores pueden seguir siendo magnéticos (como en la actualidad) o biométricos.
Cada encuentro con la red, debe generar un vector de características que permita determinar, según sus pesos relativos, las acciones a desarrollar por parte del sistema, y las propagaciones de cada una de las capas a la capa superior de provisión.
Deben existir cuatro capas: a) comercialización y servicios, b) producción de bienes de consumo, c) la de producción de bienes de capital, y d) la acumulación social.
Se deben articular sistemas de producción, que permitan la selección de las acciones y el cumplimiento del objetivo general de acumulación social.
Cada sistema de producción tiene un funcionamiento autónomo, y sólo está ligado a las demás partes del sistema económico, por el intercambio material de bienes y servicios, y por la coordinación desarrollada a través de la red de intercambios.
Si se calcula la función para el cálculo de la acción de cada sistema, a partir de las entradas detectadas se seleccionarán las acciones de producción como resultado de la función de producción.
Las entradas detectadas estarán programadas en un sistema de precios. Cada sistema responderá a este estímulo de acuerdo a sus umbrales de excitación o inhibición.
De acuerdo a su programación, todas las acciones estarán dirigidas teleológicamente al cumplimiento de la función principal de acumulación social.
Cada componente del sistema de producción se constituirá de esta forma en una unidad productiva con umbral. La suma y articulación de las unidades productivas con umbral conformará la red neuronal de administración y cálculo económico.
Esta red auto administrada y descentralizada, puede ser sometida a métodos de entrenamiento, de tal forma que la propia red genere aprendizajes.
Estos aprendizajes, si bien tienen un carácter limitado, en cuanto a la cantidad de unidades productivas con umbral involucradas, sobre la totalidad existente, tienen la capacidad de la generalización o ajuste funcional de sus resultados.
Sobre la base de algoritmos genéticos, esta red puede de manera paralela, generar procesos de optimización, esto es, desarrollar procesos que le permitan encontrar el valor máximo de la función de producción sobre la base de las condiciones dadas.
La red neuronal entra en un proceso evolutivo; aumenta la diferenciación estructural y la especialización funcional.
A partir de la generación cero, la idoneidad de los algoritmos genéticos está dada en función del número de generaciones involucradas.
Además si se establece una función de energía del sistema, que disminuya siempre en su operación, entonces aseguramos la estabilidad del sistema.
El cálculo económico será el resultado de la acción auto administrada del sistema económico, con una red de arquitectura paralela, distribuida y adaptativa.
La red neuronal carece de centralización de sus operaciones, por lo que permite la autoorganización de las unidades productivas con umbral, y de la red en su arquitectura general.
Las interacciones al interior de la red, podrán ser simultáneas para la totalidad de las unidades económicas involucradas. Al carecer de centro de operaciones, su arquitectura es paralela, es decir permite la libre interacción entre sus componentes, sin mediar nodos de control.
Estas interacciones están determinadas en su distribución, por los pesos sinápticos asignados a cada unidad como generadora de vectores de característica (precios) y por las distintas medidas de sensibilidad programadas de forma autónoma para cada unidad económica en sus umbrales de respuesta.
Las interconexiones desarrolladas, ya sea en su forma e intensidad, se irán modificando con el tiempo, y según los datos de entrada al sistema económico (las necesidades) y las actividades de cada unidad productiva (los satisfactores). De esta forma la red adquiere un carácter adaptativo.
La salida final de la red, será el proceso de acumulación de capital social.
Los cambios en los pesos generados en el proceso de autoorganización (aprendizaje y evolución) son el sistema de precios como unidades productivas.
La acumulación será el resultado de la diferencia entre las unidades productivas de excitación, menos las utilizadas en la generación de la acción. Su proceso de consolidación final, estará determinada por la función de propagación inherente a cada unidad productiva.
Los estímulos económicos para los agentes, estarán distribuidos en la autogestión de las unidades productivas particulares.
El proceso recursivo de generación de entradas será vehiculado a través de los estímulos económicos directos a los agentes y a través de la distribución en gasto de las necesidades colectivas.
La red neuronal es la condición tecnológica para una nueva base económica. Con mayores posibilidades de desarrollo de las fuerzas productivas se requiere un verdadero poder popular como condición para el establecimiento de nuevas relaciones de producción.
Poder Popular
Los medios de producción deben ser socializados; su organización, administración y explotación, deben estar en manos de los trabajadores y sus instancias de representación en cada unidad productiva. Debe nacer el poder popular.
Poder popular significa a) planificación y gestión directa de la unidad productiva, b) control de la producción y la distribución, y c) autoorganización de los trabajadores.
La socialización pasa por entregar el rol de agentes económicos directos a los trabajadores de las distintas unidades productivas.
La estatización de los medios de producción, sólo conlleva el cambio en las condiciones de acumulación, pero mantiene al trabajador en los procesos de enajenación capitalistas (ver 3.7).
Son los trabajadores quienes deben tener en sus manos las decisiones fundamentales en torno a la producción. Es decir la superación de la condición de enajenación es alcanzada por la constitución de verdaderos agentes económicos.
Para ello los trabajadores y sus organizaciones tienen la información de su proceso productivo en tiempo real a través de los indicadores de la red neuronal de la cual cada unidad productiva constituye un punto de conexión (entrada y salida de información).
Los profesionales y técnicos especializados, deben ponerse al servicios de la clase trabajadora como rectora de los procesos de producción social.
El trabajo político actual para generar estas condiciones en la clase trabajadora debe tener un sólo norte: la educación.
La planificación económica no es entonces una tarea centralizada. Esta es desarrollada transversal y descentralizadamente en cada una de las unidades productivas.
Las metas sociales son trazadas en el contexto de la actividad política de la sociedad en su conjunto. Las metas económicas están determinadas por las necesidades sociales y las actividades productivas para satisfacerlas.
La planificación económica de las distintas unidades geográficas y de las ramas de actividad, son el resultados de la agregación y coordinación de los programas de desarrollo de cada una de las unidades productivas que operan en el sistema económico.
No existe entonces una planificación estatal de la actividad económica. Sólo el aseguramiento de las condiciones de autorregulación y autodeterminación de las distintas unidades productivas dirigidas por sus trabajadores.
Se reduce de esta forma la burocracia y se impide la concentración del poder económico de la sociedad en manos del Estado. Se refuerzan las condiciones objetivas y subjetivas para el ejercicio de una democracia participativa real en manos de los trabajadores.
Los excedentes generados en los procesos de producción tendrán cuatro salidas: la cobertura de gastos, la reinversión, la repartición y la acumulación social.
La cobertura de gastos a fin de lograr el equilibrio y financiamiento en las actividades desarrolladas. La nueva economía requiere resguardos a la eficiencia y eficacia en la asignación de los recursos sociales. Además debe asegurarse que las actividades productivas respondan de manera coherente a las necesidades sociales.
La reinversión, a fin de asegurar no sólo el mantenimiento de la actividad productiva, sino su desarrollo permanente. Si cada unidad productiva genera satisfactores; se debe trabajar sobre la base del carácter ilimitado de las necesidades socioculturales (ver 1.3).
A través de la repartición se debe lograr generar los estímulos económicos que permitan identificar el bienestar de cada uno en el bienestar de todos. Esta repartición debe hacerse al margen de los salarios que le permitan al trabajador una vida digna de acuerdo a su aporte en la división social del trabajo.
A la acumulación social, de tal forma que el trabajo de todos genere los recursos y las energías que permitan la mantención de servicios sociales universales y de calidad. Salud, educación y vivienda, entre otras, son tareas sociales que no pueden y no deben responder a la lógica de la racionalidad económica.
Si el Estado debe reducirse, es en sus tareas de gobierno. Su función esencial en este nuevo escenario, es la prestación de los servicios sociales básicos para la población.
De esta forma los trabajadores controlarán los tres elementos fundamentales de la actividad económica: la producción, el trabajo y el consumo.
La producción será controlada por los trabajadores en su papel de consumidores. Ya que el consumo es la entrada de la red neuronal, esta se regula y organiza según los estímulos que se generen y que desencadenen los umbrales de inhibición/excitación de cada uno de sus elementos integrantes.
El satisfactor responde a la necesidad.
El trabajo. Ya que estando los medios de producción en manos de los trabajadores y siendo estos los agentes económicos que tienen en sus manos la gestión directa de sus unidades productivas, su trabajo ya no será trabajo enajenado, será trabajo propio, trabajo que genera humanización y desarrollo.
El trabajo como necesidad de un cuerpo sano.
El consumo como determinación sociocultural para la satisfacción de necesidades, estará controlado socialmente a través de la politización del sistema sociocultural. Los medios de reproducción de la conciencia social responderán a los requerimientos, necesidades y sensibilidades de los trabajadores quienes detentan el poder político y económico de la sociedad.
La producción cultural como trabajo.
La formación social alcanzará su más alto grado de desarrollo termodinámico, será el socialismo.
Indeterminación
El nuevo modo de producción en su interacción dialéctica con la superestructura generará modificaciones imposibles de anticipar. Se presenta en este nivel el espacio de indeterminación propio de todo proceso de desarrollo de los sistemas complejos.
Anticipar las formas, características y condiciones de la futura superestructura, sería por una parte desconocer su carácter complejo y por otra realizar un ejercicio prospectivo mecanicista.
Toda complejidad se compone de una parte real y otra imaginaria. La real corresponde a la razón, la imaginaria a la intuición. La real puede ser proyectada y configurada, la imaginaria sólo puede ser sospechada.
La determinación exacta y rigurosa de la superestructura y la base económica constituye una creencia no dialéctica, que la historia como dialéctica se ha encargado de desacreditar.
La forma que asuman las ideas sociales, la actitudes socio psicológicas, las creencias, las leyes, el arte, entre otras manifestaciones pertenece al futuro de la humanidad.
La determinación de la vida en sociedad es económica. Esta delimitada por el modo de producción.
La indeterminación de la vida en sociedad es parte de la libertad del ser humano para enfrentarse a su conciencia, a los otros y al misterio.
Las contradicciones existenciales seguirán presentes en cuanto exista el ser humano. La búsqueda y necesidad de su superación dialéctica es entonces permanente.
El ser humano como ser conciente, cuestionador, crítico, activo, creativo, soñador, apasionado y contingente.
Por ello el sistema sociocultural seguirá generando subsistemas que ofrezcan respuestas o reducciones a la complejidad que estas contradicciones implican.
Sin embargo, estos sistemas de reducción de complejidad estarán libres de las determinaciones económicas que presentan en la actualidad. La familia perderá su carácter de servidumbre, la educación su carácter reproductor, la religión su carácter de encubrimiento, la ideología su carácter de falsa conciencia, el arte su carácter narcisista.
Las ideas que tengamos hoy del mañana, son ideas de hoy y no tienen cabida en la nueva sociedad. Para el resguardo de la libertad en el nuevo mundo, debemos limitar nuestras invasiones discursivas al futuro.
El silencio de lo que no podemos saber, el silencio de lo que no debemos saber, el silencio de lo que no queremos saber.
Síntesis
El comunismo es redes neuronales más poder popular.
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Autor:
Felipe Villarroel Muñoz
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