Con este panorama Alemania quería empezar a hacerse dueño de las aguas, tanto de los mares como el Mar del Norte, el Mar Báltico como de los océanos Atlántico y Pacífico. En especial la situación que hubiese submarinos alemanes en el Atlántico molestaba a Estados Unidos, ya que interfería el mercado con Gran Bretaña, (además de del despliegue de naves guerreras de los aliados). Es en este momento donde Estados Unidos empieza a perder su neutralidad.
El 7 de mayo de 1915 se provoca el hundimiento del "Lusitania", por parte de un submarino alemán, provocando la muerte de cientos de pasajeros, de los cuales 128 eran estadounidenses. Este barco fue confundido con un transporte de tropas aliadas y fue derribado. Esta situación produjo un malestar a la sociedad estadounidense, lo que llevo a que el 6 de abril de 1917 Estados Unidos entrara en guerra con los Imperios Centrales. La intervención de este país, que venía creciendo enormemente, beneficiado por la guerra, marcó un punto de inflexión en la contienda. Estados Unidos envía un millón y medio de soldados de su país a Europa.
Alemania frente a esta situación no se daba por vencida. Avanzaba en el frente occidental, y al poco tiempo fue detenida por tropas francesas y norteamericanas.
Luego los aliados empezaron a recuperar territorios, con una serie de sucesivas victorias y finalmente derrotaron a los alemanes en el frente occidental en 1918.
En noviembre de 1918 se desarrolla una revolución en Alemania, se dio el cambio desde la monarquía del Reich Alemán a una república pluralista, parlamentaria y democrática.
El 18 de enero de 1919 en París se juntaron mandatarios de Francia, Inglaterra y los Estados Unidos (las potencias triunfantes) para establecer la paz. El resultado de esta reunión fue un programa de 14 puntos elaborados por el presidente de EE.UU., Woondor Wilson.
"El programa establecía entre algunos de los puntos los convenios públicos, abolición de la diplomacia secreta, la libre navegación de los mares, remoción de las barreras económicas internacionales, ajuste imparcial por las demandas por colonias, autonomía para los pueblos de Austria-Hungría, autonomía para las poblaciones de Turquía y los Estrechos, reconocimiento de la independencia política y creación de una Liga de Naciones, entre otros."[2]
Estas series de pautas formaron el Tratado de Versalles. Mediante este acuerdo Alemania quedaba como única culpable y responsable de la guerra y así debía pagar todas las reparaciones. Perdió sus colonias, se vio obligado a reducir y desmilitarizar el ejército en todo su territorio. También tuvo que restituir los territorios ocupados durante la guerra y devolver Alsacia y Lorena, las que le ocuparon a Francia desde 1870.
"Los abusos del Tratado de Versalles pesan como una losa en el orgullo colectivo alemán, eso generará un deseo revanchista frente a Francia por haber arrebatado Alsacia y Lorena y haber humillado continuamente a Alemania, este sentimiento era muy popular y con él Hitler hará vibrar a las masas."[3]
También económicamente sale muy perjudicada perdiendo bienes materiales y territorios que le otorgaban recursos materiales, mano de obras y mercados. Poseía una deuda de guerra de 33 mil millones de dólares. Alemania se encontraba frente a una situación delicada e irreversible. La intervención de Estados Unidos y la consiguiente derrota de la guerra daban lugar a la búsqueda de alguna escapatoria.
El 11 de agosto de 1919 se forma la nueva Constitución de la República de Weimar, es nombrado presidente de la misma F. Ebert junto a un Parlamento bicameral (el Reichstag y el Reichsrat) como máximos dirigentes elegidos por sufragio universal. Es un intento de consolidar la república, apoyados por el Partido Socialdemócrata, el Partido Demócrata Alemán y el Partido de Centro Católico, aunque también existía algún apoyo por parte del ejército. Los opositores a la formación de una República por su parte eran otros sectores obreros revolucionarios que pertenecían a la Liga Espartaquista, que intentaron tomar el control de la situación pero fueron detenidos por el ejército. A pesar de los intentos por conseguir una estabilidad no se pudo consolidar. "La República de Weimar no contaba con el apoyo de los sectores más poderosos de la burguesía industrial porque sus intereses estaban siendo afectados por los representantes en el gobierno de los obreros que exigían las reformas en el sector, esta es una causa de su inestabilidad. También lo que sucedía era que este gobierno aceptaba al pie de la letra las condiciones impuestas en el Tratado de Versalles, cuando la población se oponía a los acuerdos y tenía aun un espíritu de revanchismo y de rencor.
Por esto Hitler se adhería a los industriales, ya que estos estaban descontentos por las pérdidas territoriales ocasionadas por la firma de Versalles."[4]
La crisis se fue profundizando, el gobierno fue cada vez obteniendo menor cantidad de votos, Alemania seguía padeciendo las consecuencias de la guerra, profundizando también la crisis económica con una hiperinflación que era insostenible. Así la República se desestabilizó.
Ante la problemática que se plateaba comenzaron a resurgir movimientos nacionalistas, usando como propaganda y reivindicamiento el orgullo del pueblo alemán y la unión del mismo para resurgir como potencia. Comenzaron con el pensamiento de echar culpas a sectores específicos de la sociedad, principalmente judíos y marxistas y liberales, buscar los culpables de la situación que atravesaba el país.
Hitler pertenecía a uno de estos grupos con este pensamiento. Pertenecía al Partido Obrero Nacionalsocialista Alemán. Pero en su intento de tomar el poder fracasó y marchó a prisión.
"En su prisión Hitler era tratado con honores. Tenía una habitación para él solo. Convocó a Hess y empezó a dictarle su libro: Mi Lucha."[5]
Primero se lo condenó a 5 años de prisión. Nueve meses después, el 20 de diciembre, Hitler fue excarcelado y en libertad podía continuar con su lucha.
En el próximo capítulo veremos como Hitler llega al poder y comienza a gobernar con su ideología.
Llegamos a la conclusión de que Alemania llegó muy débil después de la Gran Guerra y se veía imposibilitada de resurgir frente a esta situación. Ahora tenía que pagar las consecuencias y cumplir con los tratados de paz, que le otorgaban el título de única responsable. Hitler aprovechando un poco esta situación se metía en un movimiento que buscaba un revanchismo. Se quería buscar un cambio y la República de Weimar no lo consiguió, ahora se tenía que buscar otra escapatoria y Hitler lo conseguiría.
CAPÍTULO II
Hitler al poder
En este capítulo veremos cómo se va formando el partido al que Hitler se adhiere, la iniciación del mismo, su composición y cómo va ascendiendo, conquistando cada vez más seguidores fieles hasta llegar al poder.
Después de la guerra, en la cual Hitler no participó militarmente, ingresa al PDA (Partido Obrero Alemán) lo que será mas tarde el Partido Nazi. En febrero de 1920 fue elaborado un programa de 25 puntos, donde se destacan por ejemplo la revisión y rechazo del Tratado de Versalles, principalmente la unión de Alemania y Austria, ya que querían una gran Alemania con suelo suficiente para el pueblo germano (según Hitler Alemania necesitaba expandir sus fronteras para atenuar su crecimiento demográfico y potenciar su desarrollo económico); la declaración de racismo antisemita (el cual decía que solo se considera ciudadano alemán quien lleve en sus venas sangre alemana y que el judío no la tiene); la limitaciones en torno a la libertad de prensa y del arte, entre otros. Aquí ya se va viendo el principio totalitario de subordinación de religión, creencias, información, creación artística, a los intereses del Estado.
Unos meses mas tarde el DAP atrajo a otros pequeños partidos nacionalistas y pasó a llamarse Partido Nacionalsocialista Alemán de los Trabajadores, abreviado, Partido Nazi.
"Hitler no demoró en tomar la dirección del partido, imponiendo sus dotes de orador y organizador."[6]
Unos años después ya era el presidente y tenía una especie de secretaría de prensa (el Völkischer Beobatcher). Además se junto con algunos de los héroes de la guerra como Goering y Ludendorff, y preparó un golpe de estado, conocido como el "putsch de la cervecería" el 9 de noviembre de 1923. También se realizó una movilización en Berlín, como la "Marcha sobre Roma" de Mussolini. Era una oportunidad para trasmitir su discurso de revanchismo, que era lo que la sociedad alemana quería escuchar. Pero el intento de subirse al poder fracasó y los organizadores fueron procesados y llevados a prisión.
Hitler trató de justificarse con su ideología pero no se le retiraron los cargos, aunque su exposición le sirvió como propaganda. Entonces marchó a la cárcel.
Ya en prisión Hitler empieza a definir su futuro. Piensa en formar un partido de masas, ya que en su intento de tomar el poder fracasó y ahora lo tendría que hacer de forma legítima, lo haría mediante la propaganda y la prensa especialmente (esto lo desarrollaremos más tarde) buscando mas seguidores.
En la cárcel escribe su libro llamado Mi Lucha (Mein Kampf), que en realidad no lo escribe él, sino se lo dicta a E.Maurice Y Rudolf Hess. En ese texto se encuentra sus ideales y especialmente su odio a los judíos, además de la falsa idea de superioridad de razas. Su odio a los judíos derivaba de su pensamiento que lo que une, es siempre un enemigo externo, o mejor todavía, insertado en la misma sociedad.
"Al combatir a los judíos cumplo la tarea del Señor."[7]
Pero este pensamiento no era nuevo. En Europa ya había existido el antisemitismo desde hacía siglos, con la aparición del cristianismo (nacido del judaísmo).
Con respecto al antisemitismo, ésta era su principal ideología. Hace referencia a las actitudes en contra del pueblo judío, que era excluido de la sociedad, discriminado y con el paso del tiempo exterminado. Ya desde la Edad Media regularmente fueron perseguidos, con mayor o menor intensidad, como dijimos.
Eran el enemigo principal, el culpable de todos los males de Alemania. A los judíos se los excluía de diferentes maneras, por ejemplo cerrando sus comercios, siendo perseguidos o torturados, marcándolos con símbolos que los identificaban frente al resto, concurriendo los niños a escuelas solo para judíos, etc.
También el plan de exterminio se llevo adelante en los campos de concentración, donde era "detenidos", torturados y asesinados los judíos. Seis millones de judíos aproximadamente fueron asesinados en estos campos de concentración durante el Nazismo.
En mayo de 1926 se aprueban los estatutos del partido, lo que reforzaba a la organización. También formó una organización militar, con fuerzas paramilitares como las SA (tropas de asalto, una organización paramilitar del NSDAP que llevaban uniforme de pantalones y camisas pardas con la cruz gamada en el brazalete, era el ejercito conocido como "las camisas pardas"), dirigidas por Röhm, y más adelante las SS, una organización militar y de seguridad del Partido Nacionalsocialista Alemán de los Trabajadores y que también seria una guardia personal para Hitler.
Hitler le adhirió un símbolo a su partido. Se trata de la cruz gamada, un símbolo que serviría para identificarse y sentirse parte del partido. Fue estampado en los brazaletes de los uniformes y colocado en las banderas de cualquier ceremonia.
El partido nazi estaba formado para 1920 por artesanos (21%) trabajadores (19%), empresarios (16%), empleados (13%), entre otros.
Para 1930 el 26% eran trabajadores, el 24% empleados, el 19% empresarios, entre otros.
Ya en 1933 el 32% eran trabajadores, el 21% empleados, 17% empresarios y 12% profesores.
El aumento de afiliados al partido fue en 1922 de 6.000 adheridos, en 1926 eran 45.000 los miembros, en 1929 trepaban los 178.000, en 1932 eran un 1.500.000 seguidores.
Estos números en parte se deben a las creación de la Liga Nazi de Estudiantes y las Juventudes Hitlerianas, que eran sistemas de adiestramiento para los jóvenes alemanes con el fin de otorgarles un entrenamiento militar y desarrollar su entendimiento y obediencia a la ideología nazi.
Para ellos eran claves los jóvenes, porque eran el futuro y este partido estaba pensado para el futuro.
"Quien tiene la juventud, tiene el futuro."[8]
En las elecciones de mayo de 1928 los nazis tan solo obtuvieron 12 puestos en el Parlamento, por lo que la izquierda alcanzaba un claro triunfo. Meses más tarde se producía el crack financiero de la Bolsa de Nueva York. La crisis económica y social dio oxígeno a los nazis.
La crisis del "29 fue decisiva en la asunción al poder, ya que con los efectos de esta crisis se buscaba una salida efectiva y se optó por el nazismo. Algunos historiadores consideran que sin la crisis del `29 el Partido Nazi se hubiera visto imposibilitado de acceder al poder.
Crecía el número de desocupados antes de la crisis y por lo tanto se podía ver que la República estaba debilitada.
Había un clima de desesperación y los desocupados llegaban a los millones. Eran masas desesperadas tratando de sobrevivir. Las principales causas de su debilidad eran la frágil base política que poseía y la obligación de pagar las indemnizaciones a los vencedores de la Gran Guerra.
En las elecciones de 1930 el Partido Nacionalsocialista obtuvo 107 diputados que representaban a casi 6,5 millones de votos (18% del electorado), lo que significaba su primer gran éxito en sus experiencias en elecciones. Frente a ellos, 4,5 millones votaron a los comunistas que situaron 77 diputados en el Parlamento. La polarización de la vida política alemana era ya un hecho.
La imposibilidad de formar un gobierno estable llevó a la convocación de otras elecciones, serían en julio de 1932. Los resultados fueron aún más alentadores para los
nazis, porque el Partido consiguió 230 diputados, alcanzando la mayoría (no absoluta) del Parlamento.
El nazismo ya era la segunda fuerza política, desplazando a otros demás partidos de extrema derecha que ocuparon su lugar históricamente.
El presidente Hindenburg se oponía a nombrar jefe de gobierno a Hitler, por lo tanto forzó a una nueva convocatoria electoral. En esta los nazis obtuvieron 196 diputados y el presidente de la República nombró canciller a Hitler y le encargó la formación de un gobierno.
El nuevo gabinete se formó como una asociación de partidos de centro-derecha, con el apoyo de las fuerzas armadas (Von Papen, Hugenberg, Blomberg, etc). La razón de esa asociación radicó en que el Partido Nazi carecía de mayoría suficiente para gobernar en solitario
Hitler entonces formaba un gobierno con solo dos ministros de su partido: Frick y Goering.
Tras formar su gobierno, Hitler convocó nuevos comicios. Pero unos días antes de su celebración, el edificio del Parlamento alemán, (el Reichstag), fue objeto de un intencionado incendio que lo destruyó en febrero de 1933.
Hitler aprovechó la ocasión para responsabilizar del hecho a los opositores, comunistas y socialistas, por lo que, mediante un decreto para la protección del pueblo y el Estado, promulgó una serie de medidas de excepción que terminaron con la libertad de opinión, prensa y asociación, poniendo fuera de la ley a la mayor parte de la oposición.
En un ambiente de amenazas se celebraron los comicios en marzo de 1933. éstos dieron la mayoría (44 %, 288 diputados) al NSDAP. Hitler, una vez excluidos los comunistas, forzó al Parlamento a que le concediese poderes especiales durante 4 años.
A partir de este momento Hitler comenzará a conseguir el mayor control y empezar a concretar sus ideales, aplicando la propaganda, la censura, y otros mecanismos de control que veremos en los próximos capítulos.
Durante este capítulo vimos cómo el Partido Nazi fue trepando hasta llegar al poder, a medida que pasaban los días y no se encontraba una solución a la crisis general en la Alemania de la post guerra, iba adhiriendo afiliados que esperanzados buscaban una solución a lo que acontecía. Entonces Hitler en su partido apelaba al revanchismo y a plantear una posible salida. Con su llegada al poder logró que le otorgaran la posibilidad de gobernar como quiera, sin ningún tipo de trabas.
CAPÍTULO III
El liderazgo de Hitler – Conceptos teóricos acerca del líder
En este capítulo desarrollaremos las características del liderazgo de Hitler, los distintos mecanismos de control, las políticas llevadas a cabo para lograr "conducir" al pueblo y como se desenvolvía frente a las masas en sus actos, ceremonias, discursos, etc. Veremos como es la relación líder-pueblo, la característica de líder carismático o el "Mesías" que venia a salvarlos, entre otros puntos importantes.
También analizaremos algunos conceptos de líder carismático de Max Weber, los distintos líderes y su función y relación con la sociedad.
El liderazgo no se basa solamente en las características de quien manda, que es una parte del concepto, también comprende a la sociedad en masa (los que van a ser gobernados), lo que hace posible la relación. Por eso se debe tener en cuenta las dos partes.
Al líder lo hacen, en gran medida, sus seguidores, que esperan por sus condicionamientos sociales alguna figura de este tipo.[9]
Se habla de condicionamientos sociales en la frase citada, ya que de algún modo, la sociedad está predispuesta a la somatización a un líder: ante la demanda inmediata de este, por todos los problemas de la sociedad, las crisis, etc., es necesario que alguien ocupe ese lugar.
En este sentido Adolf Hitler fue pionero, él fue el que ocupó, luego de unos años de ascensos políticos con su Partido Nazi, ese lugar.
Para ocupar ese lugar se necesitaba principalmente de características personales capaces de conquistar y manipular a la población para lograr su adhesión, (y Hitler las tendría); y un aparato propagandístico, que fue vital en para implementar esta ideología, aunque de esto hablaremos mas adelante, en el próximo capítulo.
Hitler se aferraba a los sentimientos nacionalistas para crear un vínculo que lo llevase a unificar la nación y liderar. Para esto en sus discursos hablaba de una pureza racial para dar sentimientos de pertenencia comunitaria y orgullo nacional, se buscaba un enemigo para echar todas las culpas (esto ya desarrollado en capítulos anteriores).
Las masas no tienen la capacidad de juicio o razonamiento normalmente atribuible al individuo, sino que se dejan manejar inconscientemente dentro de una especie de voluntad general de sabor roussoniano pero absolutamente negativa; así que quien sepa excitar sus emociones y dirigir sus acciones será definitivamente su patrón. [10]
El líder para lograr el vínculo con el pueblo crea un espacio de identificación con la nación, un vínculo mediante la historia, las creencias comunes, costumbres comunes, lo que sería el imaginario colectivo, desde ese lugar operaba la creación de un espacio para actuar.
También se basa en el pasado para poder construir el futuro que planea. Tiene la habilidad de convencer al pueblo de lo sucedido en la Primera Guerra, en el aspecto moral, como se faltó el respeto al orgullo nacional y al ser alemán. También convence y se apoya en sus dos enemigos: los judíos y los vencedores de la guerra.
"Debía su poder a dos habilidades sobresalientes. La capacidad retórica y el talento teatral. Hitler era capaz de hablar durante horas con el fin de manipular los sentimientos de los demás. (…) El teatro y la oratoria eran las mejores armas de Hitler. Las apariciones públicas se caracterizaban por una marcada fantasía teatral, poseía un sexto sentido para intuir la situación anímica, las necesidades emocionales de su auditorio y lo que este esperaba., y casi siempre sabía dar con el tono mas adecuado." [11]
También además de toda la dramatización en sus discursos y apariciones públicas poseía atributos clásicos de los políticos. Se lo caracterizaba por evaluar de antemano las situaciones y saber cuales eran sus puntos débiles.
Los discursos públicos constituyeron el vínculo con la población.
Todo estaba controlado: la preparación de los discursos, la forma de gesticular y moverse y el tono de voz: el de Hitler estaba sobre las 228 vibraciones por segundo, mientras que las de una voz alterada son más o menos 200. Aunque su talento era innegable, los años de aprendizaje recorriendo los pueblos alemanes fueron fundamentales para perfeccionar su técnica oratoria[12]
Con respecto a la población, se escenificaban muestras generalizadas de lealtad al nuevo gobierno en casi todos los pueblos y ciudades alemanas. Y cuando el Führer cumplía años (el "Día de Hitler") se llenaban las calles de banderas y guirnaldas, incluso en los pequeños pueblos.
En las ceremonias su coche circulaba lentamente por los barrios durante más de una hora, en medio de aclamaciones de la multitud amontonada al borde de las calles. Además se inculcó un ritual para saludar con el brazo en alto y gritando "Heil Hitler" convirtiéndose mas tarde en obligatorio (aunque ya lo era para los funcionarios del partido), y no usarlo era una señal clara de disconformidad política, ni siquiera una discapacidad física era una excusa, hasta este punto llegaba el control.
Los festejos y algunos cultos eran una manera de retribuir lo que estaba haciendo por Alemania y todo lo que decía que haría. A medida que pasaban los años a Hitler lo iban nombrando con distintos apodos: "Combatiente por la unidad alemana y su creador", "Estadista y arquitecto del nuevo Reich", "Líder supremo de la nación", entre otros.
Para entender mejor las dinámicas de una colectividad, hay que moverse según unas coordenadas espacio-temporales. La coordenada espacial indica el sector social, con sus determinaciones económicas, sus hábitos y mentalidades (…), la coordenada temporal marca el momento histórico y los efectos generacionales, porque un chico de 18 no reacciona de la forma que un hombre de 50.[13]
Esto se necesitaba para que el liderazgo se desarrolle todos los sectores de la sociedad y en cualquier generación.
También se habla de un cierto carisma, es decir, un líder carismático capaz de llevar al frente un proceso con el objetivo de implementar una ideología.
Sobre estos conceptos trabajó Max Weber, que define a líder carismático como "el liderazgo que descansa sobre una dedicación excepcional a la santidad, el heroísmo o sobre el carácter ejemplar de una persona individual, y sobre patrones normativos o sobre ordenes reveladas u ordenados por él". Weber define carisma como "cierta calidad de una personalidad individual en virtud de la cual es colocada aparte de los hombres ordinarios y que se le asume dotada con energías o calidades supernaturales, sobrehumanas, o por lo menos específicamente excepcionales. Estas cualidades por ejemplo no son accesibles a las personas ordinarias, pero están referidas como de origen divino o como ejemplar, y sobre la base de ello los individuos en cuestión son tratados como líderes (…). Como esta calidad en cuestión podría ser juzgada en última instancia desde un punto de vista ético, estético, es naturalmente indiferente para propósitos de su definición".
El tipo de dominación carismática no implica que tenga éxito.
Weber también da tres tipos de ideales de liderazgo, de dominación y de autoridad:
1- Dominación carismática
2- Dominación feudal / tradicional
3- Dominación legal / burocrática
Hiler se sitúa en el tipo de dominación carismática.
También se habla de un líder que lo llaman Mesías o el Salvador, se refiere a la llegada de un líder para sacar a delante a sus seguidores.
El Mesías nace de una exigencia social y política de resolución de una crisis, es decir, que aunque los medios pueden ser violentos por razones contingentes, se anhela su llegada y se toleran las primeras consecuencias nocivas en espera de que se ponga su verdadero traje de paisano; nos encontramos otra vez con aquella percepción de crisis, es decir, de lo extraordinario que era el contexto, que fue un factor muy considerado también en el pensamiento de Weber.[14]
En este capítulo llegamos a la conclusión que Hitler fue el que ocupó, luego de unos años de ascensos políticos con su Partido Nazi, el lugar de líder carismático y en primeras instancias el del Mesías que todos esperaban frente a la crisis de Alemania.
Con toda la crisis y tensiones que implicó la pérdida de la Gran Guerra, las condiciones impuestas del Tratado de Versalles y la crisis del 29, planeó llegar a ser ese líder o "salvador" que toda Alemania quería y necesitaba para salir de aquella situación, aunque después de un crecimiento, con sus políticas de autoritario fue perdiendo seguidores.
También concluimos que su manera de hablar en sus discursos, las cultos que se hacían, el despliegue en las ceremonias y cumpleaños de él mismo, detrás de todo esto había una manipulación y un control para llevar a cabo su ideología. Esto se verá mas aún en el próximo capítulo en el cual desarrollaremos las propaganda política y la censura.
CAPÍTULO IV
La propaganda nazi
En este último capítulo veremos las distintas maneras de hacer propaganda política en el nazismo, ejemplos de distintos tipos en los distintos medios. Además desarrollaremos los mecanismos de censura y el exilio de reconocidos escritores y artistas que no pudieron convivir con el régimen porque eran perseguidos.
Existía todo tipo de propaganda política y censura con el nazismo en el poder. Se buscada un orden y una "nazificación" de los alemanes.
"La propaganda política es uno de los fenómenos dominantes en la primera mitad del siglo XX. Sin ellas serían inconcebibles las grandes conmociones de nuestra época. Fue en gran parte gracias a ella que Hitler debió sus victorias desde la toma del poder hasta la invasión del 40"[15]
"El ministro de propaganda era el Dr. Joseph Goebbels, que fue nombrado por Hitler Ministro para la Educación del Pueblo y la Propaganda, fue uno de los primeros en advertir la efectividad de los medios masivos de comunicación en la imposición de ideas". [16]
Era también el encargado de promocionar o hacer públicos los avisos del gobierno. Junto a Hitler transformaron la forma de hacer propaganda y se podría decir que la perfeccionaron.
Llevaban a cabo la propaganda sin descuido de ningún sector de difusión pública ni de los mínimos detalles, en sintonía con las más modernas técnicas publicitarias o de divulgación audiovisual. No dejaban nada al azar. Todo estaba cuidadosamente preparado, desde sus discursos hasta las ceremonias.
Las características de esta propaganda se basaba en gritos de guerra, amenazas, promesas descabelladas, que solo eran creíbles en un estado de exaltación de las masas, donde no había tiempo para la reflexión, y sobre todo era repetitiva e intensa.
"Hitler, por su parte, descubrió que la masa, al coagularse, cobra un carácter mas sentimental, mas femenino, que sus opiniones y sus actos son determinados mucho mas por la impresión que por la pura reflexión. Esta es la razón del éxito de la propaganda nazi en la masa alemana; el predominio de la imagen frente a la explicación, de lo sensible brutal frente a lo racional". [17]
Se noto claramente la importancia del ritmo con que se realizaban las propagandas. ésta no paraba mas, ni en tiempo ni espacio, era permanente para tener al pueblo en pie de acción. Lo que si, variaba la intensidad, dependiendo del objetivo.
Los máximos símbolos que estaban en todos lados e inmediatamente lograban su efecto de referirse al nazismo, eran la cruz gamada, el saludo hitleriano (Heil Hitler, como demostración externa de apoyo al régimen) y el retrato del jefe en millones de ejemplares.
También abundaban el despliegue de banderas y estandartes, brillantes desfiles militares presididos por los jerarcas, discursos, etc.
Ya durante la campaña electoral, el Partido Nazi había impreso carteles que mostraban al venerable presidente del Reich y al "juvenil" y dinámico canciller posando en pie juntos bajo el lema: "el mariscal y el cabo: lucha con nosotros por la paz y la igualdad de derechos" (…), la única imagen pública de Hitler que iba a permanecer era la difundida por Goebbels, Dietrich y otros proveedores de la propaganda oficial. Los comentarios contra Hitler quedaban ahora relegados a la clandestinidad. [18]
Aprovechando la situación de post guerra y por consiguiente la crisis económica que esta produjo, el Partido Nazi comenzaba a aplicar sus políticas propagandísticas.
En su libro ya Hitler se refería a la propaganda como método de atracción de la atención de las masas sobre hechos y necesidades. Planteaba que tenía que ser simple, precisa y los puntos mas importantes imponerlos con mayor fuerza y repetidamente, así todo el mundo la podía entender y por lo tanto tendría sentido.
"Toda acción de propaganda tiene que ser necesariamente popular y adaptar su nivel intelectual a la capacidad receptiva del más limitado de aquellos a los cuales está destinada. De ahí que su grado netamente intelectual deberá regularse tanto más hacia abajo, cuanto más grande sea el conjunto de la masa humana que ha de abarcarse. Mas cuando se trata de atraer hacia el radio de influencia de la propaganda a toda una nación, como exigen las circunstancias en el caso del sostenimiento de una guerra, nunca se podrá ser lo suficientemente prudente en lo que concierte a cuidar que las formas intelectuales de la propaganda sean, en lo posible, simples"[19]
Para Adolf Hitler la propaganda tenía que ser simple, de esta manera llegaría a todos y seria comprendida por todos.
Aquí marcaremos la diferencia entre propaganda y publicidad, que utilizan mecanismos parecidos o iguales y tienen diferentes enfoques.
"La propaganda puede compararse con la publicidad en cuanto tiende a crear, transformar o confirmar opiniones y usa algunos de los medios propios de ésta, pero se distingue de ella porque persigue un fin político y no comercial".[20]
El sistema educativo fue invadido por la propaganda y nazificado. Se inculcaba la ideología en las carpetas de los niños, el slogan principal para los niños era: "Hemos nacido para morir por Alemania".
Con respecto a los jóvenes también existían las Juventudes Hitlerianas, un sistema de adoctrinamiento nazi dirigido a la juventud, dirigidas por Baldur von Schirard, ya que los jóvenes eran el futuro, voy importante para esta ideología que estaba pensada para el futuro.
Los jóvenes mayores de 14 años estuvieron obligados a ingresar en estas organizaciones y las chicas lo hacían en las La Liga de las Doncellas Germanas.
"Se les enseñaba algo sencillo: que Hitler era infalible". [21]
Existían enormes carteles propagandísticos con lemas como "La juventud sirve al Führer. Todos los niños en las Juventudes Hitlerianas"
En estas juventudes de chicas y chicos además de recibir las doctrinas del nazismo, se desarrollaban actividades deportivas, vacacionales, de ocio, excursiones, etc. sin salir del orden establecido. No se podía fumar, tomar alcohol, drogarse, tener sexo, etc.
Las jovencitas lo veían en su mayoría como una oportunidad de participación y un ascenso de estatus político, obteniendo un poder que nunca habían tenido en la sociedad nazi. Ellas tampoco podían beber, tener sexo, ponerse vestidos cortos, maquillarse, usar zapatos con tacos altos, y si no llevaban el peinado correspondiente, en forma de castigo se les afeitaba la cabeza.
Otro tipo de propaganda también fue la de distribución de la ayuda invernal y de otras formas de bienestar social dirigidas hacia los más pobres, con el objetivo de inculcarles el mito de que, a diferencia del anterior gobierno marxista, Hitler sí se preocupaba por los pobres.
Por ejemplo existía La Fuerza por la Alegría (una organización nazi de acción social) que durante el periodo de 1932-1938, permitió que los trabajadores tuvieran acceso gratuito a viajes por mar en modernos buques y vacaciones en la nieve. También ofrecían entradas a bajo precio a teatros, conciertos y óperas.
Durante los primeros días del Führer, como máxima autoridad de "La nueva Alemania" las obras públicas y los programas de creación de empleo eran en esta época los más eficaces temas propagandísticos de los nazis.
La dimensión de la propaganda hitleriana no tenía límites. No solo se aplicaba a las grandes ciudades, sino que en los pueblos mas pequeños, como por ejemplo los pueblitos de Alta Baviera, mostraban enormes pancartas que llevaban diferentes consignas en torno al Führer.
"El pueblo alemán se veía encarnado así mismo en su líder, y probablemente ningún otro ser mortal haya sido objeto de tanto amor y confianza como los depositados en Hitler"[22]
También los artistas sufrieron el Estado Nazi. "En el teatro no se podían representar, entre muchas obras, las obras del dramaturgo comunista Bertolt Brencht.
Tampoco se podia ejecutar la música de compositores judíos como Félix Mendelsshon o Gustav Mahler durante los conciertos[23]".
En los museos se tuvieron que sacar pinturas de artistas de la talla de Van Gogh y Picasso, y se reemplazaron por la de otros artistas nazis, incluyendo algunas pinturas del propio Hitler.
En el cine se proyectaban películas nazis, que promocionaban el régimen. Pero éstas eran tan malas que el público las abucheaba. Luego se sacó una disposición, que ante estas actitudes hacia el cine nazi, se castigaba a los disconformes.
Además se produjo una importante quema de libros de autores judíos u otros que cuestionaban el régimen.
Al final de este capítulo llegamos a la conclusión de que la propaganda nazi aprovechó el descontento general y llevó a la manipulación de las masas que esperaban una salida a esta crisis. Se ve un enorme control social y manipulación. La gente lo veía como el salvador que esperaban para librar a Alemania de todos sus males.
La propaganda era muy intensa y repetitiva, tenía que estar siempre. Todo el sistema estaba muy pensado y no se tenía que descuidar nada. Así Hitler pudo llegar a desarrollar sus políticas y conducir el país.
También fue fundamental la manera de dirigirse a la población en sus discursos, con gestos exagerados y ansias de poder.
CONCLUSIONES
De acuerdo con lo analizado en los capítulos anteriores, consideramos que nuestra hipótesis fue demostrada.
En el capítulo I vimos como la situación de Alemania después de la Primera Guerra Mundial, siendo la crisis más negativa de Alemania y tuvo que pagar sus consecuencias.
Hitler frente a esta situación buscó y planificó una salida con sus políticas, apoyándose en la propaganda para conseguir el poder.
Luego en el capítulo II desarrollamos los mecanismos por los cuales Hitler llega al poder, con su partido, (el NSDAP o Partido Nazi). En el ya se iba perfilando como organizador y con ganas de tomar el poder.
En el Partido comienza con los mecanismos de propaganda política, de la mano de Goebbels, para ir conquistando aliados.
En el capítulo III caracterizamos el liderazgo del gran dictador, como era su relación con las masas y su manera de dirigir. Con sus políticas aplicadas iba "nazificando" a Alemania, y a la vez manipulando a la población para obtener sus objetivos. Vimos que tenía una manera particular de dirigirse a las masas, con sus gestos y su "poder" de convicción.
Por último en el capítulo IV llegamos a la conclusión de que la propaganda en el régimen nazi fue fundamental para controlar y dirigir a la nación alemana. Siempre estaba presente y tenía la finalidad de inculcar la ideología nazi. Así Hitler recibía el apoyo y la aleación al régimen para mantenerse en el poder. La propaganda permitió manipular a las masas y hacerles creer que el "Mesías" había llegado para liberar a Alemania de todos sus males.
Hitler apelaba al revanchismo tras la Gran Guerra, la crisis económica y la búsqueda de un enemigo (los judíos) a quien echar todas las culpas para poseer el poder.
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Autor:
JPC
[1] Romero; González Velasco; y otros. Historia de los tiempos contemporáneos: siglos XIX y XX. (Buenos Aires: Puerto de Palos, 2006)p.186
[2] Mora; Bulacio; y otros. Historia: El mundo contemporáneo. (Buenos Aires: A-z, 2000)p.150
[3]AL-BASIT. Albacete: Instituto de Estudios Albacetences.1999
[4] Enciclopedia
[5] Alberto Baco, El hombre del imperio. (Madrid: Editorial Ariel ,1982),p.125
[6] Mora, bulacio y otros. op. cit.
[7] Adolf Hitler .MiLlucha. (Chile: Ediciones Trasandinas,2001)p.22
[8] Arno Klönne.Bündishe Jugen, Nationalsozialismus und NS-Staat,Munich,1985,pag.188.
[9] Di Tella Torcuato, Tensiones en la pirámide social en Sociología de los Procesos Políticos,
Bs. As EUDEBA; 1986.p.41.
[10] Le Bon Gustave, Psicología de las masas, (Madrid, Morata, 1995 1° edición 1895) p. 23.
[11] Lotear Machtan, El secreto de Hitler,(Barcelona: Ed. Planeta,2001),p.12-14
[12] Zeman Z.A.B, Nazi propaganda, (London: Oxford University Press, 1964) p. 10-11.
[13] Reflexiones sobre el liderazgo carismático: Benito Mussolini y Adolf Hitler
Laura Zenobi. Extraido de internet.
[14] Laura Zenobi. Op. cit
[15] Jean – Marie Domenach, La Propaganda Política; (Buenos Aires: Eudeba, 1962) p.5
[16] Mora; Bulacio; y otros. Op. cit. p. 151.
[17] Jean – Marie Domenach. Op. cit. p.37
[18] Kershaw, Ian, El mito de Hitler; (Buenos Aires: Paidós, 2004) p.82.
[19] Adolf Hitler. Op. cit. p.53
[20] Jean – Marie Domenach. Op. cit. p.8
[21] Mora; Bulacio; y otros. Op. cit. p. 151.
[22] Kershaw, Ian. Op. cit. p. 111.
[23] Mora, Bulacio y otros. Op. cit.p.151
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