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Cultura organizacional, responsabilidad social


  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Definiciones y Concepciones sobre Cultura organizacional
  4. Definiciones y Concepciones sobre Responsabilidad Social
  5. Ámbito y Alcances de la Responsabilidad Social
  6. Responsabilidad Económica, Cultura organizacional y la Responsabilidad Social
  7. La divulgación de la información social. Concepto de Información Social como parte de la cultura empresarial
  8. La Responsabilidad Social Empresarial y ética en Venezuela
  9. Conclusiones
  10. Referencias Bibliográficas

Resumen

De la interacción entre los intereses de los empresarios y las necesidades de las comunidades nace la responsabilidad social empresarial, tema muy debatido en el ámbito mundial y dándose importantes pasos en Venezuela, en los cuales inciden de manera significativa los valores, principios e identidad de las empresas. Bajo el concepto de responsabilidad social gravita una orientación de ética normativa que subraya la preocupación por la dimensión social de la actividad empresarial. El tema de la ética y cultura organizacional ha cobrado gran relevancia en los últimos tiempos, cada día se hace más apremiante la incorporación de lo ético en el mundo de empresarial.

Palabras clave: Responsabilidad Social, Cultura Organizacional, Ética.

(Organizational Culture, Social responsibility. Highlights. Social responsibility in Venezuela)

ABSTRACT

The interaction between the interests of employers and the needs of the communities born of corporate social responsibility, a topic hotly debated at the global level and giving important steps in Venezuela, which significantly affect the values, principles and identity of companies. Under the concept of social responsibility orientation gravitates normative ethics that highlights concerns over the social dimension of entrepreneurship. The issue of ethics and organizational culture has gained great importance in recent times, every day becomes more urgent the incorporation of ethics in the business world.

Key words: Social Responsibility, Organizational Culture, Ethics.

Introducción

Hoy en día existe gran sensibilidad social y empresarial en relación con determinadas realidades que son objeto de especial preocupación, como las violaciones graves de los derechos más fundamentales, la falta de condiciones elementales para una vida digna, el deterioro medioambiental, que han propiciado un desarrollo más intenso de dichas iniciativas en los últimos años, en algunos casos en colaboración con otras organizaciones que pueden contribuir a la mejora de esa situación.

Existe ya una larga tradición de aportaciones adicionales de empresas que contribuyen a fines de interés general, tales como la integración de colectivos desfavorecidos, actividades filantrópicas, la consolidación de la vida familiar y profesional, colaboración con los poderes públicos locales, mejora del entorno medioambiental, haciéndose presente la cultura empresarial, los valores y principios que guían a las organizaciones. CEOE, (2007).

Los elementos motores de globalización o integración económica han reforzado también el desarrollo de estas iniciativas, en la medida en que sirven para que muchas empresas puedan mantener, en relación con esas realidades, pautas globales y coherentes en los diversos ámbitos geográficos en los que operan.

Aunque existen posibilidades para un desarrollo mayor de esas contribuciones, a menudo tienen que hacer frente, con recursos muy limitados, a las obligaciones derivadas de un desarrollo normativo exhaustivo y prolijo, en un contexto muy competitivo.

Desarrollo

Definiciones y Concepciones sobre Cultura organizacional

Edgar Schein. En su libro Organizacional Culture and Leadership, Schein (1985) define la cultura empresarial como las presunciones básicas y creencias que comparten los miembros de una empresa. Para este autor unos componentes menos visibles de la empresa como las creencias y los valores fundamentales presentes en la organización definen las manifestaciones más visibles como las prácticas de dirección, las comunicaciones públicas o la selección de los productos que la compañía ofrece.

En efecto, las creencias que se encuentran al nivel más alto de abstracción y que suelen estar organizadas en universos simbólicos en la sociedad, en las organizaciones son los significados de sentido común que se dan por supuestos sin necesidad de reflexión ulterior. Se explicitan en los supuestos tácticos, sentimientos y actitudes que los miembros de la organización mantienen de forma inconsciente, sobre la naturaleza del mundo que les rodea.

El segundo elemento relevante a la cultura empresarial, según Schein (1985) son los valores conscientes. Son estándares generales que influyen en la manera de actuar, o de tomar decisiones, de acuerdo a lo que se considera deseable. Muestran, de manera general, qué es lo importante para la empresa. Se puede hablar de valores conscientes cuando ellos se manifiestan en patrones, costumbres o modos de hacer concretos (pues significa que habían sido bien interpretados y asimilados por los miembros de la organización). Una vez concretados en manifestaciones visibles, los valores actúan como compromisos reales para los diversos agentes vinculados en la misma cultura.

En último lugar vienen las normas sociales. Las creencias y los valores se ponen en práctica y se concretan en la vida social a través de las normas sociales que son reglas de comportamiento o supuestos de conducta en un grupo.

El enfoque culturalista pone al centro de su razonamiento la influencia del entorno sociocultural. En efecto, cada organización está insertada en un entorno sociocultural específico, que influye en la dinámica cultural interior que la caracteriza. Los miembros de la organización son ciudadanos de sus respectivos países y comunidades así que los valores y actitudes culturales nacionales o regionales, o éstos ligados a la pertenencia a determinadas categorías sociales (clases, etnias, género, etc.) explican en buena parte las actitudes básicas hacia el trabajo y hacia sus compañeros de profesión. W. Ouchi tratando del éxito de las empresas japonesas ante el "asombro norteamericano" durante las décadas de los años sesenta y ochenta en su libro Teoría Z, que los estilos de organización de las empresas incorporan los valores, objetivos y patrones de conducta nacionales. Así las empresas japonesas tendrían una ventaja sustancial respecto a sus competidores americanos: los valores y actitudes hacia el trabajo, la autoridad y la responsabilidad colectiva propios de la cultura japonesa actúan como factores que facilitan formas de organización más estables y eficaces a largo plazo.

Desde el enfoque institucional la cultura de la organización se forma sobre la influencia dominante de los valores, actitudes y modos de hacer vinculados por los fundadores. Una vez asimilados estos componentes principales definen el estilo de cada compañía que los directores, colaboradores y sucesores del fundador tratan de fomentar.

Definiciones y Concepciones sobre Responsabilidad Social

Robbins y Coulter (2000) refieren que la responsabilidad social es "la obligación de un negocio, más allá de la requerida por la ley y la economía, de buscar metas a largo plazo que sean buenas para la sociedad".

Así mismo, resaltamos el carácter voluntario u obligación voluntaria adoptadas por las organizaciones empresariales respecto al entorno social que se relacionan con la empresa. A este respecto Diez, García, Martín y Periañez (2001) afirman que la responsabilidad social de la empresa se entiende "la postura proactiva, u obligación voluntaria, que adoptan las empresas, con respecto a los grupos o agentes sociales con los que interactúa de manera que sus comportamientos estén orientados por criterios éticos".

Producto de estas dos claras visiones se puede enunciar que, la responsabilidad social se traduce en adelantarse a cubrir las necesidades de los agentes sociales, a su vez, implica el compromiso de no dañar con su accionar, de colaborar con el desarrollo de la sociedad. Todo esto, dentro de un marco ético.

El Consejo Empresarial Mundial para el desarrollo Sostenible, según reseña de Méndez (2003) la Responsabilidad Social constituye un compromiso continuo de actuar éticamente y de contribuir al crecimiento económico, al mismo tiempo de mejorar la calidad de vida de la fuerza laboral junto a la de sus familias, la comunidad local y de la sociedad general.

Ahora bien, dentro de los distintos puntos de vista han surgido también distintas concepciones acerca del tema en cuestión. En primer término, la posición clásica o puramente económica, la cual establece que la responsabilidad primordial de todo gerente es operar el negocio con el único norte de la obtención de altas rentabilidades para sus dueños, una visión meramente onerosa y mercantilista.

Esta visión es señalada por autores como Robbins y Coulter (2000) y Milton Friedman (1962) en cuanto a que la única responsabilidad social de la gerencia, es incrementar el beneficio, usando su energía junto a sus recursos, siempre que se respeten las reglas del juego, atendiéndose a la ley y la costumbre ética.

Por la otra parte existe otra concepción y es con la que se identifica el autor de este artículo, la posición socioeconómica, impulsada por Davis Blomstrom (1966) y García Echeverría (1982), citado por Robbins y Coulter (2000), el cual sostiene que toda organización también tiene responsabilidad con la sociedad en general que la crea y la apoya.

En sintonía con esta visión, la responsabilidad de la gerencia va más allá de obtener las utilidades, sino que asimismo debe incluirse la protección y mejoramiento del bienestar de la social Robbins y Coulter, (200), sin contaminar, ni discriminar, ni realizar campañas publicitarias mal sanas, contribuyendo en organizaciones benéficas y sociales.

Ámbito y Alcances de la Responsabilidad Social

Se identifican 6 grandes categorías de organizaciones o grupos que pudieran conformar de alguna manera el ámbito dentro del cual se dilucida la responsabilidad social, que incluyen a la vez sus respectivos actores y tratantes.

Éstos son protagonistas en el proceso y por supuesto se interactúan entre sí, a razón de sus intereses, medios de acción o sus integrantes, a saber: las Organizaciones no gubernamentales, Gobiernos, Sindicatos de trabajadores, Organizaciones de empleadores, Consultores independientes y Organizaciones internacionales

              Respecto a las ONG: existe un amplio número de estas organizaciones y grupos muy activos en el nivel internacional y también es posible encontrarlos en el plano nacional. La mayoría se especializa o actúa en temas definidos. CEPAA, (1997).

A manera de referencia sobre esta parte del tema tenemos que Amnistía Internacional y Human Rights Watch actúan en el campo de los derechos humanos, Save the Children en lo que se refiere a trabajo infantil, Greenpeace en los temas de conservación del medio ambiente, Christian Aid en lo referido a la ética para los detallistas de alimentos. CEPAA, (1997).

Entre tanto los gobiernos están muy activos no solo en los planos de las iniciativas nacionales y en el internacional, donde participan dentro de la OIT, la OMC, la OECD o los acuerdos de integración regional como la Unión Europea, el Acuerdo de Libre Comercio de América del Norte, MERCOSUR, Sistema de Integración Centroamericana (SICA), CARICOM. OIT, (1997).

Responsabilidad Económica, Cultura organizacional y la Responsabilidad Social

Friedman, (1970), defiende la idea de que la mejor forma que tiene la empresa de responsabilizarse ante la sociedad pasa por la obtención de los máximos beneficios posibles a través de su actividad, siempre dentro del marco legal. La única responsabilidad que tiene la empresa es de tipo económico, por lo que los administradores de la misma deberán incrementar el valor de las acciones de la entidad y aumentar los dividendos que satisfacen a los accionistas.

Más sin embargo, diversos autores, en cambio, sostienen que la responsabilidad de la empresa es de tipo legal. Debido al estatus jurídico de las empresas, la responsabilidad legal significa el cumplimiento de las leyes y cuantas disposiciones de naturaleza jurídica sean dictadas por la autoridad competente. Méndez, (2003).

A diferencia de la responsabilidad económica de la empresa que responde únicamente ante los propietarios, la asunción de una responsabilidad social supone que los agentes con intereses en la firma van más allá que los propietarios, extendiéndose a terceras partes que pueden resultar afectadas por las actividades de la empresa.

Gray, Owen y Maunders (1987) aluden a la ausencia de una relación financiera contractual (implícita o explícita) para poder hablar de responsabilidad social. Este planteamiento identificaría a los accionistas como sujetos a una responsabilidad económica, mientras que las condiciones de empleo pactadas con los trabajadores, por ejemplo, se corresponderían con elementos de responsabilidad social.

Analizados como han sido estos cuatro tipos de responsabilidades nos sitúa, de acuerdo a la clasificación de Brummer, (1991), ante las cuatro teorías desde las que puede abordarse el estudio de la responsabilidad empresarial: la teoría clásica, la teoría de los partícipes,la teoría de la demanda social y la teoría del activismo social.

La teoría clásica de la responsabilidad empresarial

Los fundamentos sobre los que se apoya la teoría clásica de la responsabilidad empresarial sostienen que la mejor posición de la firma será la que responda en exclusiva a los intereses económicos de los propietarios de la entidad. La primera obligación de la dirección es atender las demandas de los accionistas, que son los que de forma directa o indirecta han elegido al equipo directivo. Brummer, (1991).

Sostiene la teoría clásica de la responsabilidad empresarial pone de relieve lo ineficaz que resulta perseguir fines no económicos, mientras que también se advierte sobre las restricciones a la libre disposición de fondos de la gerencia, cuando éstos son usados para fines no económicos.

La teoría de los partícipes (stakeholder)

Reconoce la existencia de unos agentes diferentes a los accionistas con intereses en las actividades de la firma. Es el elemento sustancial que marca la diferencia con relación a la teoría clásica de la responsabilidad de la empresa.

La dirección de la firma, por tanto, debe equilibrar los intereses de los accionistas con los de quienes sin tener vinculación financiera con la empresa, acreditan unos intereses con capacidad para legitimar a la entidad. Los partidarios de este enfoque incluyen a los propietarios, trabajadores, clientes, proveedores, suministradores de fondos, agencias gubernamentales, así como a los miembros de las comunidades donde la firma localiza sus instalaciones como agentes con intereses en la empresa, aquí se toma importancia la cultura organizacional, los valores y principios empresariales. Brummer, (1991).

La teoría de la demanda social

Cuando desde la teoría de los stakeholder se amplía el campo de los agentes interesados hacia el público en general, se está en presencia de la teoría de la demanda social. El argumento central de esta teoría asume que las empresas tienen la responsabilidad de realizar aquellas actuaciones que se esperan de ellas o que son demandadas por la sociedad, de forma que las decisiones empresariales deben contemplar la relación entre los recursos financieros y las demandas sociales. En esta teoría tiene màs relevancia la cultura organizacional. Brummer, (1991).

La teoría del activismo social

Partiendo de la idea de que la teoría de los stakeholder y de la demanda social otorgan una responsabilidad a la empresa hacia partícipes y público en general, la teoría del activismo social sostiene que la dirección de la firma debe perseguir proyectos que promuevan los intereses del público aun cuando dichos proyectos o comportamientos no sean ni esperados ni demandados por él.

Resulta claro que la teoría clásica enfatiza la responsabilidad legal y económica de las empresas, mientras que la teoría del activismo social destaca la responsabilidad moral de las mismas, imprimiéndole a la cultura organizacional, principios y valores empresariales que trascienden los límites de la propia organización.

Las otras dos teorías (de los partícipes y de la demanda social) se sitúan en un punto intermedio, limitando en un caso, o extendiendo en el otro, el papel y la importancia del público en general en la determinación de la responsabilidad social de las empresas. Las empresas ajustan su comportamiento de acuerdo al interés legitimador de las mismas, pudiendo adoptar comportamientos híbridos con elementos de más de una teoría.

La divulgación de la información social. Concepto de Información Social como parte de la cultura empresarial

La aceptación de una responsabilidad por encima de los límites exclusivamente económicos propios de la teoría clásica, nos introduce en un escenario donde además de los accionistas de la firma se dan cita otros agentes (stakeholders) con intereses en la entidad ante quienes la misma tratará de legitimarse.

La legitimación de la entidad valora la existencia de unos grupos sociales de referencia hacia los que de forma preferente va dirigida la información comunicada por la empresa con relación a sus actuaciones.

Sin embargo, entre las que se pueden citar la reciente incorporación de este enfoque y los conflictos derivados de dicha adopción, no existe un consenso acerca de los contenidos que debería cubrir la información de base social.

En este sentido, no es fácil definir qué es y qué no es objeto de la información de contenido social. Estudiosos como Gray ,(1995) y Mathews (1993) definen información social como la información de base social que rebasa el tradicional ámbito económico-financiero de la empresa y que va dirigida a grupos sociales, internos o externos, diferentes a los accionistas y acreedores.

Por su parte Perks (1993) define la información de base social como "la suministrada por empresas y otras instituciones acerca de una amplia gama de aspectos económicos y sociales de la compañía que rebasan el ámbito estrictamente financiero; generalmente se refiere a información sobre grupos de interés diferentes a democracia formal han sido diseñados para que las decisiones del gobierno puedan adoptarse con suficiente independencia de motivos definidos de los ciudadanos.

Para Owen y Adams, (1996), la contabilidad social y, por extensión, la información de carácter social se presentan como "un intento de suministrar elementos adicionales que rescaten algunas de las externalidades y, en consecuencia, induzcan a comportamientos que mejoren las condiciones de vida de la comunidad."

Vistas estas definiciones es precisamente la razón por la que no exista un claro consenso acerca de los contenidos propios de la información social y, de forma adicional, de la manera en que la misma debe divulgarse.

La Responsabilidad Social Empresarial y ética en Venezuela

En Venezuela se comienza a hablar de La Responsabilidad Social Empresarial a finales del siglo XIX y principios del XX, cuando se inicia el proceso industrial a nivel internacional, y comienza a cuestionarse el lugar que ocupaba el factor humano, especialmente el trabajador, en el mismo.

Dentro de este contexto industrial aparecen iniciativas empresariales con el fin, en primera lugar, de maximizar la producción y, en segunda instancia, de mantener una relación armónica con la mano de obra tan indispensable para la permanencia y desarrollo de la actividad económica. Blum y James, (1993).

Es así como la eficiencia y eficacia de una empresa se le comenzó a medir y atribuir a la relación que estableciera el trabajador hacia su trabajo y/o hacia la organización. Dichas relaciones dependerían de las condiciones favorables, un trabajo reconocido, buenas relaciones entre la jerarquía. Blum y James, (1993).

En nuestro país, este proceso se inicia con la aparición y desarrollo de la industria petrolera, entrados los años los veinte y treinta, cuando las empresas foráneas se insertaron en la economía nacional e impulsaron nuevos hábitos de consumo y demandas hacia el público laboral, esto a través del diseño de programas para este sector, que comprendía campamentos, comedores y sistemas de pensiones. Méndez, (2003).

Venezuela se transforma en un país de petróleo, las empresas nacionales de electricidad y manufactura de origen familiar realizaron conjuntos habitacionales para sus obreros y servicios educativos y sanitarios complementarios, se otorgaban servicios a sus trabajadores que correspondían a la filantropía europea vigente del siglo XIX. Méndez, (2003)

Los adelantos urbanísticos que surgen en la nación en las décadas de los 30`, 40` y 50`, facilitaron el desarrollo y consolidación de grupos económicos venezolanos, vinculados con la sociedad por medio de servicios sociales para sus trabajadores y la constitución de fundaciones de empresarios con proyección hacia la comunidad.

En este contexto, las empresas comienzan a encarar otras responsabilidades sociales, más allá de las endógeno (trabajadores) y se inicia un interés por los actores exógenos (como el comunitario) de la estructura interna empresarial. Todo esto, influenciado por los modelos de actuación de agentes económicos foráneos. En este marco se comienza a desarrollar la filantropía empresarial o corporativa y la misma se visualiza en ese período como el mejor mecanismo de participación y contribución por parte del empresariado a los problemas sociales. Méndez, (2003).

El interés por mejorar la calidad de vida de los trabajadores y las donaciones filantrópicas (hacia diversos sectores del entramado social) para inicios de este siglo se convierten y se expanden como los primeros síntomas de Gestión de Responsabilidad Social Empresarial en el país.

El fortalecimiento del Estado venezolano, plasmado en la Constitución de la República de Venezuela del año 61, incentivó dentro del sector empresarial una respuesta de promoción social directa mediante la creación de organizaciones sociales empresariales, cambiando del rol de simples donantes filantrópicos al de promotores sociales. Méndez, (2003).

Todo ello en virtud de que Los empresarios nacionales no aceptaron fácilmente encargase de la filantropía residual en aquellos espacios que no se ocupaba el Estado. La insistencia gubernamental en la organización y desarrollo de la comunidad desde la plataforma del Estado (Oficina de Desarrollo Comunitario de Cordiplan), llevó a un grupo de empresarios a demostrar que los privados si tienen y deben tener espacio en el terreno de lo social. Méndez, (2003).

Para la fecha la filantropía y el interés del actor laboral, no son para este período las únicas actuaciones de responsabilidad social de los grupos nacionales y foráneos, sino que además, se vincularon con el entramado social mediante acciones de inversión en servicios sociales para sus trabajadores y la creación de fundaciones de empresarios con proyección hacia la comunidad en áreas como: la salud, desarrollo agrícola, ciencia y educación.

En este orden de ideas, la inversión social de los empresarios fue mayor en educación, como respuesta ideológica, de estos empresarios, ante la posición fuerte del Estado y la presencia de grupos radicales venezolanos. En tal sentido: El marco de la actuación en lo público lo estipuló la constitución de 1961, la cual estableció una mayor amplitud de las facultades estatales en la garantía de los derechos económicos y sociales.

En este contexto el Estado garantiza el bienestar de la población, desea consolidar el sistema político y es el distribuidor exclusivo de la renta petrolera.

Como respuesta a la injerencia del Estado en el ámbito privado se precipitó la movilización del sector empresarial ante la posibilidad de aceptación por parte de la población del modelo cubano por el antecedente de la orientación doctrinaria del trienio 1945-1948, y porque los programas oficiales de desarrollo de la comunidad eran ejecutados directamente desde los ministerios. Parra citado por Méndez, (2003).

En este sentido se trataba de defender la actuación privada en lo social y, por ende, preservar sus intereses económicos dentro del mercado venezolano. Posteriormente, este tipo de iniciativas hacia el sector educativo, por parte del empresariado, respondió a la necesidad de obtener recursos humanos para la empresa y de resolver problemas educativos específicos, como los índices de analfabetismo y la falta de personal técnico medio.

Refiere Méndez, (2003) que con la nacionalización de la empresa petrolera en el año 75, se produce el retiro de la inversión social extranjera dejando a la empresa petrolera estatal Petróleos De Venezuela, S. A. (PDVSA) como líder en inversión social. Aparecen entonces las fundaciones corporativas como nuevas directrices de relación empresa sociedad, que se articulan para defender sus intereses jurídicos, su capacidad de innovación y su profesionalización.

Surgen fundaciones corporativas como la Fundación Banco Venezuela y la Fundación Polar. El nuevo interés empresarial por los asuntos ambientales, para ello crea la Fundación para la Defensa de la Naturaleza (Fudena); los nuevos grupos económicos también responden con iniciativas de interés general como fue ACUDE y, se articulan las fundaciones existentes en una federación para defender sus interés mediante la Federación de Fundaciones Privadas. Méndez, (2003).

Ya en la década de los años ochenta fue la de mayor creación de Fundaciones y ello se explica por el nivel de crecimiento económico que se había producido en el país entre 1960 y 1980 el país registró uno de los más elevados índices de crecimiento industrial de 7.3% anual de América Latina. Y esto se traduce también en actividades filantrópicas empresariales e inversiones sociales a través de Fundaciones Corporativas. Toro, (1993).

También el tema cultural fue exitoso y competitivo para garantizar imagen corporativa en áreas donde se ocasionaban mayores contradicciones y resistencias. Así mismo, las iniciativas empresariales se dirigían hacia otro sector, como el ambiental lo que luego se convirtió en una exigencia internacional y hoy en día en una obligación legal.

En este período ya se comienza a considerar las gestiones del impacto socio ambiental de la industria nacional más que un deber ético como una licencia social para operar. Méndez, (2003) .De allí que el proceso de liberación económica y apertura petrolera presenciado en la década de los noventa, trajo nuevos grupos corporativos transnacionales y el retorno al país de las grandes petroleras extranjeras; ambos, con ampliación local de sus esquemas de responsabilidad social, insertaron nuevos instrumentos y estrategias de responsabilidad social empresarial en Venezuela. Parra, (2002).

Hoy en día, los elementos que explican las nuevas políticas sociales de las empresas y los basamentos legales estipulados por el Estado venezolano, tienen sus asideros en todos estos cambios y maduraciones de la concepción de la Responsabilidad Social Empresarial a lo largo de todo el proceso de desarrollo histórico venezolano.

Conclusiones

De la interacción entre los intereses de los empresarios y las necesidades de las comunidades nace la responsabilidad social empresarial, tema muy debatido en el ámbito mundial y dándose algunos pasos en Venezuela. Bajo el concepto de responsabilidad social gravita una orientación de ética normativa que subraya la preocupación por la dimensión social de la actividad empresarial.

Como resultado de ello, el tema de la ética ha cobrado gran relevancia en los últimos tiempos, cada día se hace más apremiante la incorporación de lo ético en el mundo de los negocios, pues la propia realidad económica empresarial y la sociedad lo demanda de algún modo.

Por otra parte se han logrado avances en la implementación de nuevas metodologías e indicadores estandarizados para medir los impactos de sus acciones en RSE y han ingeniado prácticas novedosas para crear cadenas de valor con comunidades productivas a escalas muy pequeñas.

A la par, la pequeña y mediana empresa ha comenzado a discutir el tema del compromiso y de la RSE y a diseñar prácticas que le permitan incorporarse al enfoque de sustentabilidad tomando en consideración lo ambiental, lo económico con lo social y las realidades locales.

Referencias Bibliográficas

  • http://www.iarse.org/new_site/site/index.php?put=noticia_detalle&id_noticia=197

  • http://www.scielo.org.ve/scielo.php?pid=S1315-99842008000100004&script=sci_arttext

  • http://www.gestiopolis.com/Canales4/ger/respsocial.htm

  • http://www.urbeonline.net/blog/wp- content/uploads/2010/11/unidad3.pdf

  • Cortina, Adela. La dimensión publica de las éticas aplicadas. Ediciones Digitales- Revista iberoamericana de Educación. # 29 Mayo-agosto 2002. Noviembre 19 de 2002.

  • Global Reporting Initiative, 2002.http://www.unglobalcimpat.org

  • Méndez, Ch (2003). Responsabilidad Social de Empresarios y Empresas en Venezuela durante el Siglo XX. Primera Edición. Gráficas Acea. Caracas, Venezuela.

 

 

Autor:

Juan José Román Valero

Cursante de la Especialización en Gerencia de Las organizaciones en la Universidad Dr. Rafael Belloso Chacín. (URBE).

Magíster en Gerencia de las Finanzas y de los Negocios. Universidad Yacambú.

(UNY).

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Centro de Investigación de Ciencias Administrativas y Gerenciales

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Rafael Belloso Chacín.

Depósito Legal: PPX200102ZU2313 / ISSN: 1856-6189. Volumen X Edición No X – Año XXXX