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Diarios de Campo del Dr. Carlos Enrique López García


Partes: 1, 2, 3

  1. Día viernes 29 de octubre de 2010
  2. Diario del 3 de noviembre de 2010
  3. Diario del día 11 de noviembre de 2010
  4. 13 de noviembre. Un hito de la historia nacional
  5. Diario del 13 de noviembre de 2010
  6. Segunda parte del diario del 13 de noviembre de 2010
  7. Resumidos de la semana del 28 de noviembre al 3 de diciembre de 2010
  8. Diario personal del fin de año de 2010
  9. Diario cuatrapeado. 25 de enero de 2011
  10. Diario del 5 de febrero de 2011
  11. Diario de campo del 12 de febrero de 2011
  12. Diario del día del cariño. 14 de febrero de 2011.
  13. Diario de campo del día 15 de febrero de 2011
  14. Sábado 19 de febrero de 2011
  15. Domingo 20 de febrero de 2011
  16. Miércoles 23 de febrero de 2011
  17. Diario del jueves 24 de febrero de 2011
  18. Domingo 27 de febrero de 2011
  19. Jueves 3 de marzo de 2011
  20. 3 de marzo de 2011
  21. 7 de marzo de 2011
  22. Jueves 10 de marzo de 2011
  23. 14 de marzo de 2011
  24. Diario de campo del 24 de marzo de 2011

Día viernes 29 de octubre de 2010

El día jueves, por la mañana desayuné en el hotel, el típico guatemalteco, huevos estrellados, frijoles, queso de capas, plátanos fritos y pan, por supuesto un par de tazas de café caliente con leche entera. Afortunadamente para mi, este desayuno está listo desde las 6.30 am, hora en que yo ya estoy listo para su ingesta. Un viaje al banco para cambiar el equivalente en dólares para pagar la cuenta y varias llamadas telefónicas, le siguieron al desayuno. Una vez puesto al día en mi deuda hotelera, camine, desde donde está situado, hasta la empresa de autobuses que se dirige a México.

El trayecto no solo permitió mi ejercicio diario sino que pude apreciar los trabajos de remozamiento de la sexta avenida del centro histórico que, desde mi perspectiva, permite apreciar el tesoro arquitectónico que la ciudad presenta en ese sector y que, justamente por el abandono de esa avenida y la proliferación de ventas callejeras que han sido concentradas en un mercado especifico, limpio, seguro y funcional. Desdichadamente, esos trabajos de remozamiento muestran ahora un lunar espantoso que no se notaba tanto y que lo constituyen las ventas situadas sobre la 18 calle, espacio cedido sin visión de futuro por el entonces alcalde y después presidente Oscar Berger. Probablemente su decisión se asentaba sobre el paulatino abandono de los comercios conocidos desde antaño, a moles construidos en las zonas residenciales que rodean al centro histórico. Me parece que esa decisión también estuvo influida por el desplazamiento de las antiguas familias patricias, de origen criollo, a esas zonas residenciales, lo que les hizo cambiar sus rutinas de paseo de la sexta avenida hacia dichos moles o a las ciudades estadunidenses donde se dirigen ahora de shopping.

Regrese al hotel y verifique que mi reunión de esa tarde ya no se llevaría a cabo. Contacte con Isaías para que a su vez contacte con María Elena y le comunique que hay posibilidades que el cobro excesivo de su consumo de agua sea modificado. Me alcanzo en la estación de autobuses y almorzamos juntos. En el periodo de no más de cinco minutos, en los que me aleje para verificar la hora de salida del autobús e Isaías termino su almuerzo, se produjo una balacera en la cual sicarios que se conducían en motocicleta ultimaron a un automovilista, justamente en la esquina de la 7ª avenida y 19 calle de la zona 1, a media cuadra de donde nos encontrábamos. Se llegó el momento del abordaje, nos despedimos y me acomode lo mejor que pude en el asiento ya que la noche anterior dormí apenas unas pocas horas debido a que me absorbieron las tareas de lectura y escritura así como una película que me llamó mucho la atención, terminada esta encontré otra que también me atrajo, cuando sentí algo de sueño eran ya las 4 de la mañana, 2 horas después me puse de pie, me asee y me dirigí a tomar el desayuno, ya descrito. Efectivamente, el sueño me venció a bordo del autobús, hasta que unos potentes y continuados truenos de rayos acompañados de una pertinaz lluvia que acompaño todo el recorrido hasta la frontera, le pusieron fin al necesario sueño. La rutina es la misma, "señores pasajeros estamos llegando a la frontera que une ¿o separa?

A México con Guatemala, los tramites de ingreso deberán hacerlos personalmente, estaremos esperándolos 20 minutos, si tienen algún problema no los esperaremos". Llegué con retraso de una hora al hotel comunicándome de inmediato con mi familia que me dio la desalentadora noticia de que no había espacio en el avión que de Tapachula saldría al día siguiente con destino a la ciudad de México. Esta circunstancia se da porque, planeado o de manera espontanea, el transporte aéreo únicamente se da a través de una compañía que en estas circunstancias luce como un monopolio.

Por distintas circunstancias, otras tres están impedidas de volar en la dirección mencionada. El siguiente vuelo disponible para mi seria un día y medio después de lo planeado y a un precio exorbitante. Así que decidí hacer el trayecto por la vía terrestre. 18 horas era el cálculo del viaje, pero resultaron 20 debido a contratiempos en el tramo de Veracruz, mismos que impidieron parar para ingerir alimentos para no perder más tiempo.

Esto me hizo recordar el desayuno efectuado en Tapachula, a un mayor precio que similares obtenidos en la ciudad de Guatemala y con una calidad inferior, no encontrando ninguna razón válida para ello. Esa pequeña molestia la subsano en parte el consumo de dos tazas de café, la segunda por el refile, que realice en una excelente cafetería de café orgánico, situada a una cuadra de la central camionera. Allí mismo me vendieron medio kilo del mismo café que me permitió llevar un buen presente a mi casa. Casi desde la salida del autobús comenzó a llover copiosamente, cesando cerca de la ciudad de Tuxtla, para reiniciarse en el trayecto del estado de Veracruz, junto al lugar que me fue asignado se sentó una señora mayor que abandono el autobús en Tuxtla, sumamente platicadora, en ese mismo lugar se sentó otro señor, también de la tercera edad que se dirigía a la capital del país. A diferencia de la señora, que no ceso de hablar durante casi ocho horas, el buen señor no abrió la boca en las diez horas restantes. Me llamo la atención una señora joven y su hija, de aproximadamente 40 y 15 años, que viajaban contentas entre sí charlando animadamente y mostrando enorme afecto entre ellas, asi también otra señora, de unos 30 años con un niño de aproximadamente 5, que tenía dificultades para hablar pero que no obstante, o por lo mismo, recibía mucha atención de la madre.

También me llamo la atención un señor de edad adulta mayor, con un peso de unos 100 kilos que lucía orondo los zapatos tenis que se han puesto de moda, con un tacón relativamente alto, al que sus vendedores le adjudican la capacidad de incidir en la pérdida de peso, corregir la postura de la columna, resaltar y moldear los cuerpos femeninos en sus protuberancias mas observadas, y dar salud integral en general. Yo considero esta propaganda como un gigantesco fraude que debiera ser sancionado por las autoridades correspondientes. Aproximadamente a las 11 horas del día sábado arribe a mi hogar, si los zapatos fraudulentos no lo fueran me gustaría usarlos para recuperar la redondez de una parte alisada por su uso continuado durante casi 30 horas, taxi incluido, sentado en los automotores que me trajeron de regreso al hogar.

Diario del 3 de noviembre de 2010

Desde hace algunos días había recibido la invitación de mi familia para visitar el museo denominado de la tolerancia y el recuerdo, remozado arquitectónicamente por Mauricio Arditi e hijos. Ayer, 2 de noviembre, se dio la oportunidad de visitarlo.

Este museo se encuentra en la avenida Juárez, frente a la alameda central de la ciudad de México, forma parte de las instalaciones principales de la Secretaria de Relaciones Exteriores del gobierno mexicano. Aun cuando por las referencias del arquitecto Arditi, suponía el contenido de dicho museo, no tenía la idea completa acerca del mismo. La sugerencia de Anita me convenció de visitarlo, ya que, aparte de tratarse de un trabajo debido en buena medida al talento de su primo, constituye una referencia que todo ciudadano debe saber acerca de la historia de la humanidad, de lo que es el resumen de su propia historia. El tema central de fondo es el recuerdo del genocidio sufrido por pueblos enteros, víctimas de la intolerancia salvaje de determinadas corrientes de pensamiento en el uso del poder político. Específicamente del nazi fascismo alemán sufrido por el pueblo judío.

La shoa como se conoce por los descendientes de ese pueblo, o el holocausto como se registra en la historia contemporánea. Cerca de 6 millones de personas fueron sacrificadas atrozmente durante el gobierno de Hitler. Los testimonios de lo ocurrido casi abruman al visitante y lo llenan de tristeza por un lado, pero también de la convicción de no permitir, en la medida de sus posibilidades y circunstancias, que un genocidio similar vuelva a ocurrir en alguna parte del planeta, bajo el pretexto que sea. Y es que el museo no se limita a lo ocurrido en Alemania en contra del pueblo judío, arranca de lo ocurrido también en Turquía con el holocausto armenio, lo sucedido en Yugoslavia, en Kosovo, y en buena parte del continente africano, en contra de la población negra. Sintiendo una enorme opresión en el pecho con los testimonios innumerables de estos genocidios, fue además de un dolor intenso ver como el museo recoge entre los crímenes despiadados de lesa humanidad, el caso de Guatemala durante el conflicto armado interno ocurrido en el periodo que yo denomino la segunda y tercera etapas del movimiento guerrillero, que tuvo lugar en las décadas los setenta y los ochenta del siglo pasado, y cuyas huellas permanecen indelebles en la población actual.

Pueblos enteros fueron masacrados por el programa contrainsurgente apoyado sin reservas por el gobierno norteamericano. Su inspiración, juntando las experiencias históricas, guarda similitud con la llamada solución final, fraguada por la dirigencia hitleriana en contra de los judíos para lograr su exterminio. Todo esto me hace pensar en lo que denomino el huevo de la serpiente, reflejado en las cruzadas antiinmigrantes que realizan diversos países, en la penalización de escogencias de relaciones intimas distintas de las tradicionales, en la criminalización de conductas derivadas de la miseria y la polarización social, como la adicción a los estupefacientes, en la misoginia y el chauvinismo que exhibe con constancia el pensamiento conservador, en el enfoque que se da sobre la existencia de pandillas juveniles delincuenciales y sobre los problemas de criminalidad generalizada para cuya solución se elaboran planes y programas de limpieza social, estructurados fuera de la legitimidad de existencia del orden social, del pacto social humanitario, planes que generalmente son encargados a grupos paramilitares que actúan al margen de la ley, que en nombre de la erradicación de la criminalidad se sienten dueños de ejercerla impunemente. En la historia de Guatemala, una vez criminalizada la posición política de izquierda durante el conflicto armado, para el programa de limpieza social era justificado torturar y asesinar a los acusados de comunistas, independientemente de si lo eran o no, bastaba señalarlos para que dicho programa entrara en acción. Particularmente se ensañaron en contra de la población rural indígena y la población urbana ligada a los centros de enseñanza media y universitaria así como en contra de las organizaciones sindicales y partidarias consideradas enemigas del stablishment.

La línea de persecución de la criminalidad social es sumamente delgada respecto de las creencias políticas, las formaciones sociales, las creencias religiosas y el origen étnico. Criminalizado este espectro, la idea de los seguidores del fascismo no establece diferenciación alguna en su persecución y juicio sumario. Incluso, se ha acuñado el término de daños colaterales para justificar la muerte de inocentes caídos en la guerra emprendida por algunos estados para combatir lo que consideran la representación del mal en las sociedades. El bien, por supuesto, está representado ideológicamente por los mismos que elaboran los multicitados planes de limpieza social

Diario del día 11 de noviembre de 2010

Ayer y hoy fueron días que alimentan la idea de que "quien madruga, Dios le ayuda". Dos tramites importantes para mi cotidianidad fueron resueltos: la obtención del carnet que me confiere todos los derechos civiles en la Republica mexicana, excepto elegir y ser electo o poner algún negocio relacionado con bebidas embriagantes. Esta calidad la poseía desde el año 84 del siglo pasado pero carecía de la credencial que sustituye al documento migratorio similar al pasaporte y que simplifica tramites como el de viajar fuera del País. Así también, la obtención de la credencial del inapan, que permite disfrutar de algunas ventajas de ser adulto mayor o sénior, como se estila en Europa.

La rapidez con que me atendieron en ambas gestiones me hizo pensar que, tal vez, en el primer caso, el gobierno mexicano no tiene la conciencia tranquila por lo sucedido a mas de 72 migrantes, incluidos 7 paisanos míos, en la matanza reciente ocurrida en Tamaulipas.

En el segundo caso, estando próximo el año electoral, la ejecución de un programa que confiere confiabilidad al gobierno del Distrito Federal, cuyo titular posiblemente contenderá en 2011 por la presidencia de la Republica. En todo caso, en ambas peticiones acudí temprano en la mañana y me retire plenamente satisfecho en la misma mañana.

La época en la que me decían que mi expediente no aparecía parece haber sido superada por la eficiencia y la responsabilidad. Todo esto, en un alud incontenible del pensamiento, me lleva a los problemas graves que enfrenta la administración pública en muchos lugares del mundo. Tal vez la esencia de esos problemas se encuentre en la satanización que, una vez concluida la guerra fría, en la década de los ochenta, se hizo del Estado.

El pensamiento que lo niega (pero lo utiliza) predominó en el mundo, llegando a postular la era de su reducción al mínimo, el tipificado como Estado-policía por los estudiosos del mismo, pero sin ninguna injerencia en la dirección de la economía y en la búsqueda de la igualdad social. Si quien me lee está pensando en la oligarquía guatemalteca compuesta de, aproximadamente, 16 familias, es pura coincidencia. O, si está pensando en la derecha republicana de USA, también es mera coincidencia. Pero sumada a esa posición retardataria que prolifera en el mundo de hoy, y como uno de los resultado de la misma, que se sustentan en la marginación de grandes grupos ciudadanos, los cuadros de miseria han exacerbado los niveles de el ejercicio de la delincuencia, hoy plenamente organizada, que se mantienen en un nivel de separación muy delgado, muy tenue, de los conflictos sociales.

Observando con cuidado, se descubre una delgada pared entre los movimientos políticos que cuestionan el modelo concentrador y excluyente que vivimos y los estilos que adopta el crimen organizado cuya premisa resaltan el estrecho vínculo con la población desposeída.

En tanto que para los gobiernos el combate de la delincuencia debe ser una guerra sin cuartel contra "los malos", una guerra basada en la tecnología y la dimensión del ejército y las policías, con escaso contacto y participación de la sociedad civil. Para el crimen organizado, utilizando el añejo apotegma de los levantamientos insurgentes, la premisa no es la tecnología en sí, aunque también la utilizan, sino el involucramiento de la población en su favor. Sin proponérselo, tal vez sin estudiarlo, saben que ellos son los peces que navegan en el agua de las organizaciones informales de la sociedad. Alguien recordaba cómo, más de medio millón de efectivos norteamericanos, con ventajas militares sofisticadas técnicamente, perdieron la guerra contra los desarrapados vietnamitas que muchas veces combatieron con armas hechizas.

El secreto estribó en que de un lado existía un ejército perfectamente entrenado y del otro un pueblo entero convertido en ejército. De otra parte, el mismo concepto del bien y el mal, en donde el mal se encuentra en los otros y el bien en nosotros, lleva a la conclusión de que la única manera de terminar con el crimen organizado es su exterminio. De aquí que se pongan de nuevo en boga los programas de "limpieza social" experimentados por los nazis para acabar con los judíos, y en Guatemala, por citar dos casos, para destruir a las guerrillas y sus bases en las décadas de los setenta y los ochenta del siglo pasado.

En la actualidad, cada vez más, se escuchan los planteamientos de las opciones de búsqueda de la igualdad social versus las de exterminio de los malos como principales banderas políticas. Estos políticos esperan tener la suerte de Cristóbal Colon, que nunca supo a ciencia cierta a donde se dirigía y para qué, pero tuvo la suerte de encontrar un continente que podía desfalcar enriqueciendo a la corona y completando un ciclo necesario de la acumulación capitalista europea. Como chivo en cristalería, se lanzó en búsqueda de un camino más corto y seguro para el trasiego de especias, fracasó en eso, pero a cambio logro un continente para repartirlo entre los gérmenes de la original oligarquía, impensada por el sabio Marx, y que se colocó más alto que la ya obsoleta burguesía. Para esta el principal impedimento de su desarrollo no viene de la clase obrera sino de la mafia monopólica. Esa suerte de Colon, me refiero al navegante, no la tendrán tan fácil los políticos modernos.

13 de noviembre. Un hito de la historia nacional

El 13 de noviembre, una fecha simbólica, marca un hito especial en la historia de Guatemala. Así como el año de 1525, aparece como la llegada de los conquistadores españoles que a sangre y fuego casi exterminan la cultura precolombina, el de 1821, establece el final de la dominación directa de España sobre nuestro territorio y un leve cambio en los grupos dominantes, entonces constituidos básicamente por la descendencia criolla y la ideología conservadora, la misma impuesta por la corona, basada o asociada a la religión católica dominante en la península.

En 1871, nuevos aires provenientes de Europa, introducen las ideas liberales, mas como formalidad que permite desplazar a la cúpula conservadora pero mantiene, y consolida, la posesión de grandes extensiones de tierra por parte de un criollismo autóctono devenido en oligarquía, que permitió el ingreso a su cúpula de grupos de origen mestizo. Los gobiernos liberales, en contradicción con las ideas que pregonan no solo mantienen el statu quo, sino que introducen las formas de gobierno autoritarias, cuyos personajes centrales fueron Manuel Estrada Cabrera y Jorge Ubico. Largas dictaduras identifican a estos personajes.

Para las condiciones planetarias de la época y particularmente para las condiciones nacionales de entonces, el derrocamiento de Ubico constituye una verdadera revolución y el advenimiento, en un lapso extremadamente pequeño, 1945-1954, de un régimen democrático ejemplar, incluso para el resto de América Latina. La categoría humana y preparación académica del primer gobernante revolucionario, Juan José Arévalo Bermejo, constituye una de las más altas del continente. Su enfrentamiento con el imperio surgido después de la segunda guerra mundial, sitúa a Guatemala en el centro político de la guerra fría, que se da particularmente entre oriente y occidente. Los extremismos de la derecha local y su vinculación con la ultraderecha norteamericana los confabulan para destruir la revolución guatemalteca a la que logran abatir en 1954. A partir de entonces la oligarquía se fortalece, agregando a su dominio en las grandes propiedades agrícolas, el inicio de un capitalismo rampante apoyado en los privilegios que les concede el nuevo Estado bajo su control político, particularmente utilizando a las fuerzas armadas para reprimir los brotes de descontento de los ciudadanos comprometidos idealmente con los principios mantenidos durante el corto periodo democrático señalado.

Una considerable franja de oficiales jóvenes, heridos por la pérdida de soberanía que significo la contrarrevolución, decidieron a su vez oponer resistencia armada al proyecto anticomunista a ultranza y crear un gobierno comprometido con los intereses populares. Fue asi como se dio el levantamiento militar del 13 de noviembre de 1960. Ya antes, oficiales de muy corta edad, habían derrotado al ejército espurio que sirvió de pantalla para derrocar al gobierno de Jacobo Arbenz. El 2 de agosto de 1954, en una batalla librada alrededor del recién construido Hospital Roosevelt, hicieron morder el polvo al llamado ejército de liberación.

Este triunfo, no obstante, careciendo de dirección política, fue controlado por el gobernante invasor con ayuda sustancial de la jerarquía católica y la embajada norteamericana. El último icono representante de esa generación, Carlos Enrique Wer García falleció recientemente, víctima de un paro cardiaco. Para el 13 de noviembre de 1960, este hecho había sido asimilado y los jóvenes militares que se alzaron en esa fecha, establecieron comunicación con grupos de civiles que, en el proyecto, llenaran el contenido político del que habían carecido los alzados el 2 de agosto. Fue así como algunos dirigentes del FUEGO, organización estudiantil que agrupaba a todas las instituciones oficiales de enseñanza media, se hicieron presentes en ese levantamiento. Es de recordarse entre ellos a Julio Edgar Ibarra Mazariegos, Carlos Ordoñez, convertido muchos años después en el Comandante Camilo Sánchez, el Mono y Pizarrón, quienes pudieron integrarse al levantamiento.

Pero el merito principal de dicho movimiento fue de militares patriotas que arriesgaron su propio proyecto dentro del Ejercito, para recuperar la dignidad, la soberanía, y la democracia perdidas 6 años atrás. Así, las figuras de su principal dirigente Alejandro De León y de quienes le sustituyeron después de su muerte, Augusto Vicente Loarca Argueta, Marco Antonio Yon Sosa, Luis Augusto Turcios Lima, Luis Trejo Esquivel, y muchos más que se escapan a la memoria de este escrito, se convirtieron en héroes legendarios que hoy habitan el corazón del pueblo.

El Coronel Loarca rápidamente se convirtió en el patriarca de los jóvenes que se adhirieron posteriormente a ese esfuerzo. Su lealtad a toda prueba, primero con Alejandro de León, y después con Marco Antonio Yon Sosa, así como su truncada lealtad con Jacobo Arbenz, lo llevaron a sostener una batalla desigual con las fuerzas represoras, perdiendo la vida en una casa de seguridad de la 1ª avenida y cuarta calle de la zona 1. Marco Antonio Yon Sosa, desde su campamento en Izabal no solo demostró su valentía de líder sino su enorme vocación democrática que le hacía no aspirar a la dirigencia posterior, con la llegada de un anhelado triunfo, sino a la disposición de reunir a los mejores hombre y mujeres guatemaltecos, as, para que gobernaran una sociedad democrática. Su muerte, en territorio mexicano, dio fin a sus altas aspiraciones.

Simultáneamente, y a raíz de una división interna, surgió fuertemente la figura de Luis Augusto Turcios Lima. Guerrero avezado de enorme valentía y capacidad táctica y estratégica que le condujo a pactar una tregua con el gobierno de Julio Cesar Méndez Montenegro, irrespetada luego que se conoció el trágico accidente automovilístico que puso fin a su vida. Destaco también por su valentía y su capacidad de combate Luis Trejo Esquivel, muerto en combate en 1967. Este hecho marca el final de la primera etapa guerrillera originada en el levantamiento del 13 de noviembre. Ese año fue también el de la muerte del mítico Che Guevara en Bolivia. Si quienes tienen en sus manos la reconstrucción de una patria desgarrada creen que estamos a tiempo de rehacerla, los nombres de estos héroes de la patria deben ser plenamente reivindicados, incluso en el seno del Ejército de que difirieron no por ser Ejército sino por no ponerse irrestrictamente al servicio del pueblo. El museo de la tolerancia y la memoria, ubicado en la ciudad de México, recoge lo que sigue de esta historia como la de un genocidio que no deberá volver a darse en nuestro suelo.

Diario del 13 de noviembre de 2010

Este día, sábado, trajo a mi memoria, recuerdos que han marcado mi vida de manera indeleble. Leí en facebook una nota bien lograda sobre este acontecimiento, escrita por Magaly Sánchez Salazar, que hace énfasis en las personas que durante, antes y después, acompañaron esa fecha en Guatemala. Mi visión procura situarla en un contexto nacional e internacional, encontrar, si es posible, "la mano que mece la cuna", por qué (parafraseando a Hegel) sucedió así y no de otra manera. La etapa de la guerra interna en Guatemala, que se abrió en este día, hace ya cincuenta años, y que abarcó la década del 60, es diferente a las otras etapas, medidas por décadas, que ocurrieron después.

En este inicio, destaca el papel jugado por jóvenes oficiales del Ejército, cuyo propósito fundamental era recuperar la soberanía perdida alevosamente frente a los intereses de la época inscritos en una banda de la guerra fría. Les preocupaba la corrupción manifestada en el gobierno del General Miguel Idígoras fuentes y la complicidad de los altos mandos militares que permitió la caída del gobierno de Jacobo Arbenz Guzmán en 1954. Esa traición había quedado al desnudo cuando jóvenes cadetes derrotaron al llamado ejército de liberación, que sirvió de pretexto militar, en una sola batalla ocurrida el 2 de agosto de 1954 en las inmediaciones del Hospital Roosevelt, todavía en construcción, que movilizó de inmediato al embajador estadunidense, y a la cúpula eclesiástica y empresarial para evitar la caída del suplantador de Arbenz. Con esos antecedentes, el movimiento ocurrido el 13 de noviembre de 1960 buscó apoyo en las organizaciones populares que mantenían la bandera de la revolución de octubre, apoyándose en un principio en el FUEGO, que agrupaba a todos los estudiantes de enseñanza media de los planteles oficiales.

Los jóvenes militares fueron siempre los protagonistas principales en un suigéneris golpe de Estado que a diferencia de los tradicionales, junto con lo señalado, se prolongó durante toda la década, siendo finalmente derrotado en el contexto de una derivación de guerra de guerrillas, que en el mundo finalizaba con la guerra de Vietnam y la muerte del legendario Che Guevara en Bolivia. El propósito de ese prolongado golpe de Estado, en el pensamiento del Comandante Marco Antonio Yon Sosa, era el de instaurar la democracia plena en el país y adherirse al programa revolucionario iniciado en 1944 y defenestrado en 1954. La estrategia contrainsurgente puede sintetizarse en su convicción de sacar al pez del agua, y en una represión sangrienta pero selectiva. Es preciso notar también que se trató de un enfrentamiento entre caballeros, debido justamente a la extracción militar de los jefes rebeldes. Esto permitió, a finales de 1966, la suscripción de una tregua que fue rota de inmediato cuando falleció en un accidente de tránsito el principal líder guerrillero Luis Augusto Turcios Lima, quien fue sustituido por un civil a instancias del Partido Comunista. En ese contexto, la población de base, el agua, permitió que el pez fuera sacrificado y se dio el triunfo del Ejercito. El nuevo comandante guerrillero escondió cuanto pudo esta derrota, tanto nacional como internacionalmente, pero los hechos hicieron evidente su fracaso.

A principios de la nueva década, lo que denomino la segunda etapa, se rehízo el movimiento guerrillero en tres expresiones un poco diferentes, las antiguas FAR, que buscaron la continuidad de la primera etapa, el EGP, que sustituyo el agua, la población de base ladina asentada en el nororiente del País, por las etnias indígenas del noroccidente, fundamentalmente. Y la ORPA, que busco no solo continuar con el proyecto de las antiguas FAR sino incorporar planteamientos del EGP, considerando a los pueblos originarios como la población fundamental de base.

De su parte, el ejército, careciendo de pares dentro del enemigo y sujeto ya a una política imperial y oligárquica de exterminio del comunismo, cambió la estrategia global, decidiéndose por quitar el agua al pez, desarrollando planes de limpieza social que se concretaron en los programas de tierra (y población) arrasada, victoria final, como la solución final hitleriana, que dio lugar al genocidio de pueblos enteros indígenas campesinos. En cuanto al programa guerrillero, a diferencia de buscar la democracia plena, como en su primera etapa, postularon la búsqueda de la instauración del socialismo, pretexto que la oligarquía dominante, aliada del conservadurismo norteamericano aprovechó para declararse sin tapujos anticomunista. De esa forma lograron manipular al ejército para defender sus intereses.

Sintetizando aun más esta etapa, al final, se coronó con la convicción, alimentada fuertemente desde el exterior por Cuba, de que solo la unificación de las fuerzas guerrilleras evitaría su derrota militar, por lo que se fundó la URNG, que inauguró la tercera etapa.

Desde el movimiento insurreccional armado se dio prioridad a dos elementos clave, la lucha en el espacio internacional (abierto por la nueva política de Derechos Humanos de USA y la instauración de la democracia, que ponía fin a la guerra fría de combate al comunismo), y en el interior, la búsqueda de confluencia política con organizaciones no armadas. Cambió también el discurso de instauración del socialismo y empezó a manejarse la lucha por la democracia plena. Internacionalmente, con la caída del mundo socialista, la ayuda directa de Cuba disminuyo sustancialmente, y (para Ripley), las guerrillas lograron la ayuda de las naciones europeas de corte social demócrata.

El final de la guerra fría también afectó al Ejército guatemalteco, que comenzó a ser mal visto por las cúpulas dirigenciales de USA y de Guatemala, que consideraron que ya no les era útil en el nuevo panorama mundial. Sin el apoyo del campo socialista, para la inteligencia contrainsurgente, el peligro de la guerrilla desaparecía sustancialmente y ya no era necesario el programa contrainsurgente de la década anterior. Podría haber entonces coincidencia en la búsqueda de gobiernos civiles que se hicieran cargo de un Estado desmantelado, con un ejército diezmado que fue aprovechado también para cargar todas las culpas de la represión genocida y permitió a la cúpula de los grupos económicos salir en caballo blanco de la contienda interna. A continuación seria despojado el Estado de sus principales empresas estratégicas, logrando con esto no solo favorecer a los grupos oligarcas sino disminuir considerablemente la acción del Estado. En esas condiciones ya no era importante quien lo encabezaba sino a que intereses quedaba atado.

La última etapa del conflicto armado interno, deja el espacio libre a las ideas lanzadas por Francis Fukuyama, sobre el final de las ideologías. Estas, en el caso guatemalteco, aparentan haber sido abandonadas por los contendientes de la guerra, las guerrillas sin el asidero del campo socialista y la oligarquía convencida de haber salido triunfante dentro del programa global de preeminencia del mercado sobre del Estado. Entonces, las condiciones estaban dadas para la finalización formal de la guerra, USA presionando de un lado al Ejército guatemalteco, y los nuevos aliados socialdemócratas de la guerrilla amenazando con terminar sus apoyos financieros si rehusaban firmar el acta de la paz. Así se produjo, finalmente, el acuerdo formal de finalización del conflicto, el 29 de diciembre de 1996.

Segunda parte del diario del 13 de noviembre de 2010

LA CIUDAD DE MEXICO

Las meditaciones anteriores ocurrieron durante mi caminata matutina que después, a bordo de un trolebús expreso, me condujeron al centro histórico de la Ciudad de México perfilado en el periodo de gobierno de Porfirio Díaz y con clara influencia de la arquitectura europea, particularmente la francesa. Con cierta sorpresa, subí a un transporte repleto de gente, a pesar de que su frecuencia era constante a esa hora, aproximadamente las dos de la tarde. Este trolebús goza de un carril exclusivo que le permite, en esta mega ciudad, transitar rápidamente. Este transporte, además, no contamina porque es impulsado por energía eléctrica.

El trayecto hacia el centro histórico, desde cerca de la alberca olímpica, me llevo poco más de media hora, todo el tiempo de pie por lo abarrotado del mismo. Al descender del trolebús pude observar una muchedumbre excepcional que colmaba las calles porfirianas. Este es quizás el mercado más grande del mundo, en donde el reto seria encontrar algo, algún objeto, que no exista o no esté en venta. Mi objetivo era llegar al Grand Hotel de México, bellísima construcción situada dentro del primer cuadro, enfrente del antiguo Palacio Nacional y el zócalo, en contra esquina al edificio de gobierno del Distrito Federal.

Parte de un conjunto que alberga también a otro hotel, teniendo abajo un pasillo techado, semejante al portal del comercio de Guatemala, cuya característica es la gran cantidad de comercios de relojes y joyería. Me dirigía concretamente al restaurante del hotel que tiene una amplia vista hacia el zócalo y en donde 15 días antes había olvidado una gorra de poco valor pero muy significativa por su originalidad y porque me la trajo mi hija de un viaje prolongado por New York. Esta, descubierta por algún parroquiano, no fue entregada a la administración y, obviamente, no me fue devuelta. Siendo así que el objetivo final del viaje no fue satisfecho. Pero los recuerdos que tuve sentado en una mesa degustando café y finalmente un panino de pollo, se vieron reflejados en la primera parte de este diario.

Este día, por alguna razón, no deje dicho en mi casa ni mí recorrido ni mi lugar de destino, razón por la que un poco preocupado, busque comunicarme una vez consumida parte del panino, la otra fue arreglada para llevar. No comprendo por qué, para mucha gente es imprescindible el uso del teléfono celular o móvil, pero en ese momento desee tener uno, ya que la enorme cantidad de teléfonos públicos encontrados en la cuadra del hotel no están diseñados para recibir monedas y no encontraba un lugar en donde comprar tarjeta, aunque después de varias cuadras logre dar con uno que me permitió hacer la llamada que tranquilizo a la familia.

En esta mega ciudad es obligado hacerlo por la multiplicidad de circunstancias que se pueden enfrentar. Ya más tranquilo me decidí a disfrutar el paisaje urbano. Efectivamente, hasta hace aproximadamente diez años, el centro histórico era un lugar sucio y feo, con malandrines de poca monta acechando a sus presas, las aceras de las calles estaban atrapadas por el comercio informal y por las ventas callejeras de comida. Recuerdo uno de mis primeros contactos con ese mundo, a finales de los sesenta, cuando encontré en pleno zócalo una venta de caldo de res, que se encontraba en una olla, del tamaño de un tonel, cuya dueña ofrecía, por un peso, un plato hondo de caldo caliente. Por otro peso facilitaba una especie de arpón que los parroquianos lanzaban al interior de la olla tonel con la esperanza de atrapar un pedazo de carne, los intentos adicionales se hacían con el pago respectivo del peso adicional. Los rostros de felicidad de los ganadores, la mayoría obreros, eran elocuentes cuando lograban asir la ansia

Resumidos de la semana del 28 de noviembre al 3 de diciembre de 2010

DIARIOS Esta mañana de domingo 28, hemos hecho un esfuerzo familiar para levantarnos a la 5 am, debido a que mi vuelo sale a las 8 y se exige estar cuando menos dos horas antes en el aeropuerto. Después de una pequeña confusión derivada del chequeo migratorio que, debiéndose realizar separadamente del abordaje, lo han dejado de manera inmediata, eso motivo que camináramos de una a otra salida internacional dispuesta en el aeropuerto. Nuestro deseo de checar migración y luego compartir un frugal desayuno antes de que yo abordara no pudo realizarse, pero bueno, no son demasiados los minutos que debo recortar de la compañía familiar para utilizarlos en el debido chequeo. Nos despedimos efusivamente, luego me dirijo al embarque, me queda tiempo de buscar unas bebidas de tequila que pienso llevar de presente a un amigo guatemalteco que me aguarda a la llegada del aeropuerto La Aurora de Guatemala. Me sorprende el tamaño del avión, que solo da espacio a cuatro asientos por fila, es un avión pequeño que utiliza por lo mismo dos horas en su recorrido. No sorprende solo eso, también sorprende que sirvan desayuno, ya que la mayoría de líneas han dejado de hacerlo.

Es un avión pequeño pero muy cómodo y moderno, con televisores individuales y variedad de canales para distraerse. A mi llegada distingo a CM que me espera, con su natural tranquilidad. Nos dirigimos al hotel reservado y oh sorpresa, me dicen en la administración que no se encuentra registrada ninguna reservación a mi nombre. Les muestro la hoja electrónica con mis datos y el número de la reserva pero no aparece en sus registros, me inquieto un poco porque por internet había sido requerido el número de mi tarjeta para acreditar el pago anticipado de una semana y temo que me hayan hecho fraude. Me tranquilizo porque sé que, en todo caso, no es un problema directo del personal que me atiende, ellos son empleados menores que siguen fielmente las reglas del hotel, el problema es de la página de internet o de la empresa, despegar.com, que promueve las supuestas ofertas. Un poco cansado por la desmañanada y el incidente, me dirijo, gracias a que Carlos me ha esperado y se ofrece a llevarme, al hotel donde ya he parado en un par de ocasiones, allí surge una situación chistosa, les pregunto si recibieron mi mail de reservación y que si esta lista mi habitación, dos empleados, una jovencita rubia y un joven moreno claro, se miran inquisitivos, checan la computadora y después de breves instantes, me contestan afirmativamente, esta lista su habitación. Lo chistoso es que nunca hice tal reservación pero ellos, inteligentemente, no dejan escapar al cliente. Así, me asignan la 411. Una vez instalado, invito a Carlos a desayunar, aprovechamos para ponernos al día sobre los sucesos destacados de México y los ocurridos en Guatemala.

Por la tarde me dedique a caminar sobre la sexta avenida. Es impresionante, desde mi perspectiva, la manera como se ha rescatado esta vía del centro histórico de la ciudad. Como un llamado no audible, los usuarios de los comercios situados desde la plaza central hasta la 18 calle, aproximadamente dos kilómetros, se han dedicado a mejorar la presentación de las fachadas e incluso los interiores. El toque arquitectónico que les han dado permite apreciar el estilo de la mayoría de los edificios que albergan, principalmente, tiendas de zapatos, hoteles, iglesias, restaurantes, cines y cafés.

Al día siguiente, lunes, me dirigí al hotel donde supuestamente quedaría alojado, ya que tenía previsto desayunar ahí con un amigo asesor de relaciones exteriores para intercambiar saludos y conversar sobre la situación política del país y, particularmente de la cancillería, donde parece enfrentarse una crisis principalmente de orientación política. Han sido separados dos embajadores, el viceministro, mi amigo asesor y otras personas que no conozco de manera directa. Se cuestiona la participación del ministro en la solicitud de extradición judicial que se emitió a un ex ministro de gobernación que guardaba prisión preventiva en España, acusado de montar un aparato punitivo de limpieza social, responsable de las muertes de reos condenados por delitos comunes de gravedad.

El ministro no envió la solicitud dentro del tiempo abierto por las autoridades españolas, según parece maniobrando la demora. Mi amigo llego a las 7.30, pregunto por mí y, obviamente le dijeron que no estaba hospedado, me espero unos minutos y se retiro, yo llegue al 5 para las ocho, me dieron la información pero ya se había frustrado la cita. Me dirigí de regreso al segundo hotel, donde finalmente estaba hospedado. Desayune comenzando por abundantes tazas de café con leche, claras de huevo, frijoles, fruta y pan. Una vez arreglado me dispuse a ir a la sucursal bancaria más cercana para checar el estado de cuenta de mi tarjeta de crédito, afortunadamente los únicos cargos que aparecieron fueron los de 4 boletos de avión, no registró el pago del hotel, la encargada de la oficina se comunico con ejecutivos de cuenta y se comprometieron, vía telefónica a que si aparecía algún cobro de hotel lo rechazarían. Regrese nuevamente a mi hospedaje, donde vía mail me comunique con mi amigo para disculparme, rápidamente me sugirió que cenáramos ese mismo día en el restaurante los cebollines, situado en la misma 6ª avenida.

Salí de nuevo del hotel con dirección a la oficina del RENAP, encargada de proveer del documento de identidad a los ciudadanos, me proporcionaron en tiempo breve un certificado de nacimiento validado por ellos, para iniciar el trámite del DPI, lo que me hizo pensar que dicho documento lo tendría antes de mi regreso a México. Pero una vez concluido el trámite de solicitud, me informaron que el DPI estaría hasta el mes de febrero de 2011. Camine de nuevo al hotel en donde cheque mi correo. Luego llamé por teléfono a Isaías quien me alcanzo a la 1.30, fuimos primero a un área de restaurante situada en un edificio que hace contra esquina con el portal del comercio y que se sitúa enfrente de la catedral metropolitana, todas las mesas estaban ocupadas por lo que nos dirigimos a una fonda situada en la 11 calle y 6ª avenida A, donde me sirvieron pollo, sopa y tortillas hechas a mano allí mismo, calientitas.

Terminamos de comer, fuimos a recorrer de nuevo la sexta avenida, ahora con rumbo al sur, hasta la 18 calle en donde Isaías abordo el transmetro para dirigirse hacia su casa. En la conversación previa me puso al tanto de la situación de mi hermana y hermano, de las gestiones pendientes realizadas por una prima para que le modificaran el costo del canon de agua y particularmente de la situación de una sobrina envuelta en un problema judicial.

Partes: 1, 2, 3
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