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Los menores en el conflicto armado (página 2)

Enviado por keila aguilar


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Observaremos de igual forma, como en nuestro país se presentaba una disyuntiva entre el Código del menor de 1989 y la Constitución de 1991, donde aquel resultaba ser poco protector frente a esta clase de flagelos era, porque no decirlo, bastante retrogrado, mientras que la carta magna teniendo una estructura antropocéntrica y dando una especial relevancia a la dignidad humana extiende una cobija de gran grosor sobre nuestra niñez.

Encontramos que, solo quince años después de la constituyente de 1991, nuestro país tiene un despertar frente a la aterradora situación de nuestros menores, plasmando así a través de la

ley de infancia y adolescencia el deber por parte del Estado, la sociedad y la familia, y el Derecho que tienen los niños y niñas de ser protegidos del reclutamiento y de no ser utilizados por parte de grupos armados organizados al margen de la ley, así como también el derecho de ser

protegidos en contra de todo tipo de guerras.

Pero, sin ser poco optimista, se debe ser realista y consecuente, ya que el asunto no es solo legislar, ni crear convenios y ratificarlos, lo realmente importante es la forma en que el Estado y la sociedad se relaciona con sus niños, es todo un andamiaje no solo político, sino también social y psicológico, de causas, consecuencias e impactos que serán abordados a lo largo de este trabajo.

Tenemos que aspirar a una sociedad democrática que no acepta las proclamas autoritarias y las pretensiones dominantes de grupos violentos, y que tampoco acepta la coacción injusta que sufre la niñez colombiana, hoy gravemente afectada por el conflicto armado y otras limitaciones que entorpecen la atención integral. El compromiso con la causa de los derechos de los niños y niñas debe serlo con la vigencia de la democracia y las libertades del mañana, teniendo siempre la claridad y la recordación sobre el hecho de que, las condiciones particulares que les impone el conflicto armado y las circunstancias en las que están los niños, sean vinculados a los grupos armados, sean sujetos a las consecuencias del desplazamiento, minas antipersonales, secuestro, entre

otros, nos habla de una condición extrema a la que se encuentran sometidos.

2. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

La relevancia del niño no es solo para la sociedad futura, sino que también lo es en la presente y es por ello que se le debe brindar especial atención tanto en situaciones normales como anormales. Los planteamientos modernos presentan al niño como un ser que se muestra mas competente para enfrentar al mundo, pero para ello requiere relacionarse con otras personas que le ayuden a conocerlo y le acompañen en el proceso de adquisición de los elementos culturales que le permitan desenvolverse dentro de ese mundo, es así como cada niño no pierde de vista el entorno en que vive, en que interactúa, en el que comparte con las personas mas significativas de su entorno las necesidades, estrategias e interpretaciones de su mundo, conjugándose todo en la concepción que el menor tiene de su realidad, de su cotidianidad.

Ahora, frente a esta formación de valores, de conceptos, de perspectivas por parte de nuestros niñas y niñas, cabe plantear que, el ambiente físico y psicológico en que se han desarrollado las nuevas generaciones colombianas se ha ido deteriorando paulatinamente como consecuencia del desmedro de las condiciones de vida de grandes sectores de la población y de las cambiantes condiciones sociales y políticas de nuestra sociedad, trayendo consigo el quiebre de los modelos y los valores culturales y, la alteración de los patrones de interacción de la familia y de la comunidad, y obviamente uno de los grandes contribuyentes a este deterioro ha sido el conflicto armado al cual hemos estado sometidos los últimos cuarenta años, y es en este punto crucial en el que se plantea que el conflicto armado y las guerras en las cuales se ven involucrados nuestros niños y niñas ya sea directa o indirectamente, ya sea como receptores de los efectos del conflicto o como combatientes en el mismo, están mitigando, deteriorando y en muchos casos anulando su calidad de vida; está llevando a un detrimento absoluto la dignidad de vida de nuestros niños, donde las futuras generaciones se ven cada vez mas inmiscuidas en asuntos de guerra, perdiendo así la conciencia y noción de toda paz. Están nuestros niños perdiendo su identidad, donde ya no juegan a las rondas sino a matar, están creciendo con la conciencia de que asesinar hace parte de la normalidad, de que no tener hogar hace parte de sus vidas, que ser errantes y mendigar un bocado de pan debe hacer parte de su realidad, cuando realmente es lo mas lejano a lo que debería ser su realidad.

¿En que medida el conflicto armado causa detrimento en el derecho a la vida digna en los menores? ¿Cómo afecta el conflicto armado la estructura sicosocial del menor, para determinar su comportamiento en situaciones futuras? ¿Hasta que punto el conflicto armado lleva a los menores a perder su identidad como tal?

4. JUSTIFICACIÓN

4.1 JUSTIFICACIÓN TEÓRICA

Durante el término de nueve (9) años, he tenido la oportunidad de trabajar con niños y aprender sobre ellos, su contexto, problemática, necesidades, temores, y ello me ha permitido observar y entender lo vulnerable que son y el olvido al cual han estado sometido, en muchas ocasiones por sus familias, y en general por la sociedad, y es esto lo que les ha llevado a convertirse en el grupo de la población que está expuesto a mayores riesgos.

En los últimos años de mi vida he estado tan involucrada en el trabajo con los niños que todo lo relacionado con ellos me resulta apasionante y es por eso que cualquier actividad que pueda hacer para aportarles algún beneficio y abrir puertas en pro de sus vidas me es satisfactorio.

Para mi, el trabajar sobre este tema no es solo una actividad académica, representa la base sobre la cual deseo estructurar mi proyección laboral, y ello porque mi meta a mediano plazo es poder trabajar con organizaciones no gubernamentales o fundaciones que realicen labores sociales con niños en riesgos, especialmente con aquellos que son víctimas del conflicto armado, de hecho toda mi proyección académica futura se vislumbra en la realización de estudios sobre el tema del menor en el conflicto armado por lo que, considero que esta es una excelente oportunidad para comenzar a plasmar toda es pasión por el trabajo con los niños y buscar de alguna forma herramientas e información que me conduzcan a realizar un trabajo mas especifico con los niños expuestos a este riesgo.

Si queremos tener un mejor futuro debemos comenzar a interesarnos por las nuevas generaciones. siempre he planteado que hay personas destinadas a trabajar en diferentes campos y con diferentes tipos de personas, por lo que mi campo y mis personas a trabajar son los niños, es con ellos y por ellos con quienes deseo trabajar para que tengan un mejor futuro, tal vez no pueda excluir la violencia de sus vidas, pero quizás si pueda excluir sus vidas de la violencia.

5. MARCO REFERENCIAL

5.1 MARCO TEÓRICO

Son muchas las instituciones tanto gubernamentales como no gubernamentales, involucradas en todo lo referente con la problemática del menor en el conflicto armado, y ello debido a la trascendencia tan ahondada de este flagelo, es así como muchas de estas instituciones han establecido su punto de vista dejando marcada su posición frente a esta situación.

Víctimas directas o indirectas

Save the children ha planteado que el conflicto armado es un tipo de violencia política la cual se concibe como violencia estructural ya que tiene un substrato político inevitable, donde las guerras y los conflictos de diversa índole han caracterizado la historia, ello a través de la violencia, de la separación de familias, de las muertes de niños y adultos, los desplazamientos, los refugiados, la ausencia de política y ayuda estatal. Son nuestros niños los que han sido víctimas directas o indirectas de la represión como en el caso de los hijos o familiares de las personas asesinadas, desaparecidas o encarceladas; son ellos las principales víctimas de los conflictos armados, cualquiera que sea su modalidad. Ellos constituyen junto con las madres embarazadas, los sectores, mas vulnerables de la población. Se ha comprobado que en las confrontaciones armadas modernas las tasas de mortalidad de la población civil son mas altas: cada vez es mayor el número de civiles y no combatientes que mueren, principalmente mujeres y niños, siendo el total de muertos de estos últimos alrededor de un millón y medio sólo en la década de entre los años 80 y 90. No se conocen con exactitud las cifras, pero se sabe que el porcentaje de los civiles que mueren o quedan lisiados ha aumentado considerablemente tanto a nivel mundial como de regiones. Son muchos los niños muertos, pero aun mas aquellos que quedan permanentemente inhabilitados, además de aquellos que sufren severos traumatismos psicológicos por los conflicto y lo mas difícil es que luego que la guerra pasa, los niños siguen muriendo por causas conexas a esta. Son ellos los primeros afectados no solo por la mortalidad sino también por la desnutrición, viéndose así su salud física y por ende mental deteriorada. La ruptura de las relaciones familiares, la reubicación forzada con o sin sus familiares y la orfandad, impiden su normal desarrollo, interrumpiéndose así los procesos de socialización y educación, lo que puede convertirse en una desventaja inmensa para el futuro. La violencia y brutalidad que presencian influyen sobre sus valores y actitudes y las consecuencias a largo plazo pueden ser muy graves.

Víctimas y perpetradores de violencia

Las naciones unidas han expresado que, en los conflictos armados los niños y niñas no solo son víctimas sino que también se han convertido en perpetradores de violencia, se les ha obligado a servir de instrumentos de guerra, al ser sistemáticamente reclutados o raptados para servir de soldados con lo cual son obligados a dar expresión violenta al odio de los adultos, aunque sabemos que esta no es la única forma de participación de los menores dentro del conflicto, es por ello que la participación generalizada de los niños y niñas en los conflictos armados es una de las tendencias mas únicas y horrendas de las últimas guerras. Dentro de los factores que propician la participación de la niñez en estos conflictos encontramos: la escasez de personal, su impresionabilidad por lo que son fáciles de convertir en instrumentos de guerra despiadados e incondicionales, el deseo de los grupos armados de ejercer un control total sobre la población civil; todo esto ha acarreado el reclutamiento forzoso de niños y niñas, aunque otros lo hacen debido a la crisis económica y social que elimina otras alternativas viables.

Niñez, instrumentos de otros

En nuestro país, la defensoría del pueblo ha sostenido que la situación de los niños y niñas en el conflicto armado colombiano no es diferente de la situación de los niños involucrados en otros conflictos armados. Para infortunio, en Colombia los grupos insurgentes y de autodefensa han abusado y continúan abusando de la vulnerabilidad y fragilidad de los niños, día a día los actores armados reclutan menores, los utilizan como carne de cañón o carnada para infligir daños a sus enemigos, cientos de niños son desplazados y las niñas no solamente son las compañeras sexuales de los irregulares sino que, son en muchos casos, forzadas a prostituirse.

La utilización permanente de menores por parte de los actores del conflicto genera una modalidad de relaciones basadas en el autoritarismo y en el desconocimiento del niño como sujeto de derechos con autonomía y libertad propia; al ser instrumentos de otros, los menores se identifican como objetos sin valor personal y con una pobre autoestíma. Esta vulneración a la integridad síquica de los niños y niñas en formación conduce muy frecuentemente a procesos autodestructivos como el suicidio, la delincuencia juvenil, prostitución, mendicidad, trabajo informal y la guerra. Es debido a todo este contexto social, que el problema de los niños y niñas vinculados al conflicto armado requiere de una especial y prioritaria atención por parte del Estado.

Afectación general de la niñez

Edgar Ardila, profesor de la Universidad Nacional e investigador en el proyecto Niños y jóvenes en la Colombia de hoy planteó que el conflicto armado no es considerado como problema fundamental en relación con la infancia que, aunque son varios los programas gubernamentales que se ocupan de la infancia, no existen programas o proyectos específicos destinados a la niñez víctima del conflicto armado, luego de cuarenta años de conflicto armado interno, toda la población infantil está de alguna manera afectada por las secuelas de este, y que es en las zonas con alta presencia militar y guerrillera e igualmente en las zonas de mayor concentración de desplazados donde la situación de los menores resulta mucho mas aguda.

Aunque son las precarias condiciones socio-económicas las que mas obstaculizan el desarrollo integral de la mayoría de los niños colombianos, para la infancia, víctima de la violencia política hay que añadir los efectos sociopolíticos y sicosociales que produce el conflicto, en su conjunto afectan de manera muy negativa el desarrollo del niño.

Víctimas, no delincuentes

Por su parte, la coalición sostiene que el conflicto armado y la grave situación de los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales de la niñez pone de presente una realidad que no será superada con el establecimiento de un sistema penal juvenil, ello en relación con nuestra nueva ley de infancia y adolescencia, sino que por el contrario es necesario articular políticas orientadas a mejorar las condiciones y calidad de vida de estos niños que no deben ser vistos como delincuentes, sino como víctimas.

Lo planteado hasta este momento por todas estas instituciones y personajes, deja ver de una forma muy generalizada la gran preocupación que se vislumbra frente a este flagelo, la conciencia que se ha ido creando respecto de lo importante que es para nuestros niños el vivir en condiciones que no resulten lesivas para su integridad y la proposición por parte de cada uno de estos, de políticas Estatales que busquen la protección de los menores, con base en el principio mundial de: Los niños primero, a través de este postulado, lo que se quiere es la protección y la asistencia permanente de la niñez, es decir que no se debe propender por su cuidado únicamente en situaciones de riesgo o en condiciones irregulares, sino que esto debe darse en todo momento, aun en situaciones normales, es por ello que se debe colocar su bienestar como principal consideración, dentro de las políticas estatales el buen estado de los menores debe ser menester y para ello se requiere satisfacer todas y cada una de sus necesidades en procura de que puedan lograr un desarrollo óptimo.

5.2 MARCO HISTÓRICO

La presencia del menor en el conflicto armado y por lo tanto la vulneración al derecho a una vida digna ha sido un tema de antaño, la vinculación de la niñez a esta problemática, se da con los albores de la violencia misma, esta vinculación es por efectos generales pero en una forma mas directa se observará mas adelante, se ven afectados por la pérdida de sus padres, quedando en estado de orfandad, teniendo que desplazarse de sus ciudades, hogares, lo que nos deja ver que la violencia en cualquier época siempre causará los mismos efectos. Resulta menester, enmarcar inicialmente el contexto de la violencia que da paso al conflicto y que en últimas deja inmersa la presencia del menor dentro de éste.

La violencia dentro del contexto social tiene significado solo si conlleva un objeto por lo que, encontramos valores de inferioridad versus superioridad que fácilmente proveen este objeto, entonces comienza el proceso de deshumanización cuando la violencia entra en el panorama, el proceso de construcción del objeto se completa: los pobres, los que son diferentes por razones variadas se objetivizan, convirtiéndose en blanco deshumanizado, en una masa sin rostros. Los resultados de este proceso de objetivización de la víctima se reflejan en toda su crudeza en la práctica del terror. Es así como, "el aumento y determinante potencial de la violencia, se asocia con frecuencia al crecimiento en las economías que inician un despegue rápido hacía el desarrollo y que se hallan en un proceso de acelerada modernización, en medio de grandes desajustes institucionales "– tesis de Samuel Huntington -.

Los episodios de alta violencia se prolongan a través del tiempo mas allá de la vigencia de sus causas originales, tal como es el caso de Colombia, donde los ideales que motivaron el conflicto se han enervado hasta el punto de desaparecer, viviéndose hoy una guerra sin motivos. Pero resulta evidente que, cuanto mayor sea la concentración, mayor será la pobreza y mayores las probabilidades de éxito de las actividades de insurgencia violenta con propósitos igualitarios, o las ventajas esperadas de apropiación del producto a través del robo o secuestro, y menores las oportunidades de aumentar el consumo o patrimonio a través del trabajo y el ahorro.

Ahora situándonos en el contexto latino, la violencia de América Latina hunde sus raíces en la historia y en los patrones culturales de cada país y tiene por lo mismo características estructurales, esta, puede provenir tanto de la rebeldía de los campesinos, indígenas, obreros, como de la reacción que se ejecuta contra aquellos sectores y contra los grupos mas vulnerables tanto urbanos como rurales, que incluyen niños, niñas y jóvenes. La responsabilidad de la violencia puede atribuirse al Estado y a sus organismos, y a otros grupos de la sociedad que forman parte de las estructuras de dominación y también a aquellos que sostienen luchas por la justicia.

En cada país las etapas de la violencia política pueden ser diferentes, pero en todos ha habido guerras civiles y periodos insurrecionales, esta violencia se dio durante el siglo XIX frente a problemas como; las relaciones entre el Estado y la iglesia católica, la abolición de la esclavitud, y la confrontación entre tendencias centralistas y federalistas en las organizaciones territoriales, también durante el pasado siglo se experimentó este tipo de conflicto y el siglo XXI no resulta ser excepcional frente a este tipo de violencia política. No obstante, la pobreza y la falta de tierras son elementos profundos en el origen y desarrollo de las violencias desatadas.

Como es sabido, la historia de América Latina está ligada desde la colonia hasta nuestros días a la lucha por la tierra. La tierra y sus formas de apropiación y uso se hallan en el origen de grandes movimientos sociales. pero la violencia, además tiene sus raíces en las desigualdades sociales que estallan por sus implícitas injusticias, de allí que las relaciones entre el Estado y los ciudadanos no sean las únicas razones definitorias de la violencia, por ejemplo en 1985 un año de intensa violencia en Colombia, menos del 10% de las muertes fueron causadas por la subversión contra el Estado, mientras que cerca de la mitad provenían de las relaciones patrimoniales privadas, lo que hizo pensar que, " mas que la violencia del monte, las violencias que nos están matando son las de las calles", – comisión colombiana para el estudio de la violencia, 1987-.

Aunque en los últimos años la dinámica de la violencia política ha variado considerablemente, a comienzos de los años 80 se reducía a algunas zonas rurales, especialmente a las áreas de colonización, pero, desde mediados de la década de los ´80, se presentó un crecimiento continuo de la actividad de los grupos armados al margen de la ley junto con una expresión territorial de los mismos.

El mundo contemporáneo está marcado por la violencia, presente de múltiples formas y en las mas variadas manifestaciones, la violencia, a pesar de ser universal, adquiere contornos singulares de acuerdo con el contexto político y socio-económico de la realidad de cada sistema social.

Ahora, frente al tema que nos atañe en concreto, no es identificable un punto de inicio histórico para la participación del menor en el conflicto armado ya que en cada sociedad los conflictos y la participación de los actores se estructuran en forma diferente, pero a pesar de ser una tarea tan compleja, tomaremos como punto de partida dentro de este contexto histórico a los niños espartanos.

En la Esparta ciudad de Grecia del siglo IX a J.C., comenzamos a observar como se influencia y se prepara a los niños para la guerra, sacándolos de su mundo pueril y llevándoles a un contexto que no debería hacer parte de su realidad como lo es la guerra.

Al cumplir siete años los niños espartanos debían abandonar su casa y quedaban bajo la autoridad de un magistrado especializado que supervisaba su educación, eran integrados en un agelé que era una especie de unidad militar infantil bajo el mando de un muchacho mayor, el irén ( de 19 años de edad), lo esencial de la formación militar de los niños espartanos consistía en endurecerlos físicamente por medio de la lucha y el atletismo y en aprender el manejo de armas, a marchar en formación y por encima de todo a obedecer ciegamente a sus superiores y buscar siempre el bien de la ciudad. El estado asumía su tutela hasta los veinte años, durante la infancia se enfatizaba en el rigor y la disciplina, estos dos principios eran la quintaesencia de lo espartano, ya que su educación se encaminaba a guiarles a la guerra. Hasta antes de cumplir los quince años y convertirse en efebos (adolescentes) se les trataba estrictamente, no se les permitía llevar el pelo largo, habitualmente estaban descalzos, la mayor parte del tiempo lo ocupaban en el gimnasio y permanecían desnudos y mugrientos, las raciones de comida se reducían al mínimo lo que les obligaba a robar si querían evitar el hambre, aunque el robo les estaba permitido, de ser descubiertos eran fuertemente castigados pero no por el robo en sí, sino por la imperfección del mismo. Su entrenamiento era tan estricto que hacía de los soldados espartanos los mas temidos de Grecia y eran probablemente los mejores combatientes de la antigüedad.

Ahora, en la Europa de nuestra Era encontramos el precedente de "la cruzada de los niños", aunque en esta "cruzada" no se presentó una guerra, de hecho no fue ni siquiera el preludio de una guerra santa, no por ello deja de ser relevante ya que con esta se deja ver lo persuadible que llega a ser un niño y como el deseo de buscar una mejor condición de vida les lleva al alistamiento en las filas de un ejército y dejar todo aquello que les era conocido.

En el año 1212 partieron de Francia, de una aldea de vendóme, y en Alemania, de colonia unos diez mil niños en una gran expedición que tenía por meta el paraíso. El entorno de estos niños era rudo y cruel, falto de alegrías para los hijos de los campesinos, artesanos, caballeros, por lo que soñaban con un paraíso en su condición de seres débiles, amedrantados y cohibidos. Se habla de que fueron dos religiosos predicadores que luego de haber pasado años en las prisiones de los sarracenos, en los santos lugares, volvieron a Europa llenos de indignación por las prevaricaciones de los caballeros cruzados, por lo que, llevados por su piadoso celo por la causa de las cruzadas, exhortaron a la infancia inocente para que continuasen la obra. Se dirigían a estos porque creían en su pureza de vida e intenciones, pues para liberar definitivamente a Jerusalén y recuperar los santos lugares se estimaba indispensable en las cruzadas una fe y voluntad intactas.

La expedición de Francia fue guiada por un pastorcillo llamado Esteban quien se sintió movido a la misión de enviado del Señor, y reunía a los niños y les exhortaba a hacer parte de su ejército con el fin de liberar a la ciudad Santa, estos niños se sentían tan convencidos de lo que hacían y pensaban que era imposible disuadirles y lo peor era que los adultos no se oponían a todo ello, sino que por el contrario enviaban a sus niños que en muchas ocasiones no alcanzaban los doce años. Este pastorcillo, de catorce años, era visto como un santo por sus prodigios y frente a ello los niños se sentían absortos. El ejército infantil avanzaba hacía Marsella, con formaciones de niños que aumentaban de pueblo en pueblo, cientos de niños agotados iban quedando al borde de la ruta durante la marcha, sin que nadie cuidase de los extenuados, enfermos, moribundos, nubes de moscas y mosquitos caían sobre ellos y hasta los perros les atacaban. Era una época de encendida fe, pero ruda y despiadada al mismo tiempo, entre el afán de alcanzar la salvación y el apetito de placeres terrenos, apenas quedaba lugar para la compasión del prójimo y el enternecimiento ante la infancia desvalida.

Por su lado la expedición que salió de Alemania, fue guiada por un joven de diecinueve años llamado Nicolaus, quien fue colocado en esa tarea por sus padres, al igual que los que se movilizaban desde Francia, estos también iban con truhanes y vividores, muchos de estos niños perecieron de hambre, murieron al borde del camino en donde quedaban rezagados.

Al llegar a Italia, los niños de la cruzada esperaban que se les abriese el mar, como sucedió a Moisés, cosa que obviamente no sucedió, por lo que nunca llegaron al paraíso que buscaban, al ser tan dificultuoso su regreso, muchos de ellos murieron en el intento, mientras que otros sufrieron la esclavitud, todo esto frente a la posición inclemente de la iglesia. Aunque afortunadamente estos niños no enfrentaron una guerra, si perecieron por las inclemencias de la búsqueda de esta, frente a la impasible posición de muchos adultos.

Continuando nuestro recorrido encontramos el caso de "los niños de la guerra" en la guerra civil española (1936-1939). Este caso resulta ser muy particular ya que fue el primer fenómeno de evacuación de niños que se dio en la historia promovido a nivel de gobierno y con el apoyo de diferentes instituciones, es el primigenio éxodo de niños a causa de una guerra por lo que nos permite observar como el desplazamiento es una consecuencia del conflicto, pero también se convierte en causa de este ya que muchos de estos niños que inicialmente hicieron parte del éxodo, posteriormente entraron a formar parte del ejército que batallaba en el conflicto.

El gran detonante para el éxodo infantil fue la destrucción de guernica, capital industrial e histórica de los vascos, arrasada en 1937 por bombardeos autorizados por Hittler. Las primeras expediciones oficiales de niños se produjeron en marzo de 1937, los continuos bombardeos a poblaciones sitiadas aceleró el proceso de evacuación, mientras en diferentes países de Europa y América se constituían comités que recaudaban dinero para costear los viajes y ayudar al sostenimiento de niños en los lugares de acogida. Los países que se mostraron dispuestos a aceptar la presencia de los pequeños españoles, fueron Francia, Inglaterra, Bélgica, Unión soviética, Suiza, Dinamarca, México.

Las evacuaciones oficiales de niños se produjeron básicamente en dos períodos durante la guerra, entre marzo y septiembre de 1937 y entre octubre de 1938 y febrero de 1939, las primeras se realizaron por mar, las segundas en autobuses o trenes que partían desde diferentes puntos de Cataluña hacia Francia. Además, hubo un éxodo no oficial que se dio con la caída del frente catalán que llevó a la frontera francesa unos 70.000 niños que iban con sus madres u otros familiares, este éxodo se dio por el miedo a bombardeos, a la destrucción, a la falta de alimentos, al temor de represalias que se presentaran cuando el pueblo o ciudad donde vivían fuera tomado por los militares franquistas.

El país que acogió un mayor número de niños durante la guerra fue Francia, en torno a 20.000, eran distribuidos y acogidos en familias alojadas en colonias.

Muchos de los niños que fueron llevados a México tuvieron problemas de adaptación lo que les produjo situaciones conflictivas. En 1940, con el cambio de Gobierno la situación de estos niños en México se agudizó y aquellos que llegaron allí sin familiares quedaron al albur en un país extraño.

A la Unión soviética llegaron cerca de 3.000 niños en cuatro expediciones oficiales. La invasión Alemana de la Unión soviética en junio de 1941 alteró la vida de los niños acogidos en casas destinadas para ellos ya que estaban situadas en el eje de la penetración del ejército Alemán, obligando a sus moradores a una evacuación forzada a regiones del interior, fueron años de penurias, hambre, frío, atroces sufrimientos para estos niños. En este punto del conflicto, muchos jóvenes que hicieron parte del éxodo, decidieron alistarse como voluntarios en el ejército rojo y muchos de ellos murieron en la lucha.

Terminada la guerra en 1945, niños y jóvenes fueron trasladados a Moscú, pero en ningún momento se planteó la repatriación de estos a España. Los niños evacuados durante la guerra en expediciones oficiales vivieron trayectorias muy diferentes, una parte fue repatriada durante la guerra o inmediatamente después de su finalización, aunque el hecho de volver a su tierra no era garantía de nada ya que en muchos casos encontrarían sus familias rotas, padres desaparecidos, y muchos acabarían en orfanatos.

El caso de la Unión soviética es especial ya que no se les permitió salir del país ni siquiera para reunirse con sus familiares en otros países, sólo en 1946 un pequeño grupo pudo marchar a México donde estaban sus familias, y sólo se dio la repatriación oficial entre España y la Unión soviética en 1956-1957.

Pero tristemente, la guerra dejó huérfanos a muchos niños que terminaron convertidos en vagabundos forzados.

Ahora, observando el continente Africano, encontramos que, muchos de los estados de Africa apenas cuentan con cuarenta años de historia, con poca o casi ninguna intervención internacional, donde los señores de la guerra que crean estructuras paraestatales, viven por y para el conflicto reparten la ayuda internacional y se alimentan de ella, se encargan de perpetrar el conflicto. En Africa, la violencia colonial convirtió al niño en un blanco predilecto, durante las campañas de pacificación los oficiales franceses se preocuparon por capturar niños rehenes de preferencia entre la prole de los dirigentes locales para enviarlos a escuelas y convertirlos al mensaje colonizador. En el Sudán Francés (actual malí), una de las primeras escuelas creadas por la administración colonial llevó durante mucho tiempo el nombre de escuela de rehenes. En el curso de los primeros años de la colonización mientras que la "campaña de pacificación" aun causaba estragos, la escolarización forzada a través de la requisa administrativa se veía frecuentemente como un rapto, mientras que la represión colonial de movimientos de revuelta o contestatarios, a veces ponía la mira en los niños de manera muy violenta. En Namibia a principios del siglo XX las tropas alemanas recibieron la orden de tratar sin ningún tipo de indulgencia a aquellos de entre la población herero, el General Alemán Von Trotha solicitó específicamente a sus tropas ejecutar a cualquier niño o mujer herero que saliese del desierto kahalaria para regresar a las tierras acaparadas por los colonos. En Kenya, en los años de 1950, la política de represión de la insurrección mau mau apuntó específicamente a los niños kikuyus.

La historia de África está atravesada por los conflictos armados postergados que datan de la época de su independencia, y que la guerra fría potenció, con el fin de ésta, se transformaron en conflictos internos entre pueblos y etnias, por el control de los recursos que les sustentan económicamente.

Las principales consecuencias de estos son, no solo el empobrecimiento y destrucción de la sociedad, y de los recursos que les sustentan, sino también el desplazamiento de poblaciones. otra de las consecuencias de esta larga cadena de conflictos armados en África y de la que poco se sabe y que tiene como escenario a Sierra leona, República democrática del congo, Liberia, Burundi, Costa de marfil, Uganda, Somalia entre otros, es la utilización de niños en los mismos, niños que en ocasiones no alcanzan los diez años. El comercio de las armas y de materias primas y los conflictos internos alrededor de estos hacen y han hecho desde la posteridad, como ya se vio, que estos niños reemplacen a los soldados adultos muertos.

Uganda, lleva veinte años en guerra y desde entonces miles de sus niños son convertidos en soldados y otros cientos buscan lugares que les proteja de los secuestros que llevan a cabo los soldados del Lord`s Resistance Army (LRA), un movimiento rebelde fanático, a estos niños en continua huida se les conoce como Night commuter. Yoweri Museveni, Presidente de Uganda desde 1986, reclutó en los años `80 a centenares de niños y adolescentes para integrarlos en su guerrilla y conquistar el poder, ahora lo hacen sus opositores.

La mayoría de los congoleños rebeldes, financiados por Uganda y Rwanda, que desde 1998 han devastado la RDC, aunque la República Democrática del Congo está en proceso de reconciliación, aun existen grupos rebeldes, han integrado en sus bandos a miles de niños y niñas; mientras que en Liberia y Sierra leona, en estos últimos quince años en torno al control de la extracción de diamante y la utilización de niños soldados por señores de la guerra en connivencia con sociedades transnacionales, muchos niños africanos han desaparecido para siempre, actores y víctimas de crueldades sin nombre.

Aterrizando en América Latina, abordamos el contexto colombiano, Colombia es el primer país de América con el mayor índice de niños vinculados y afectados por el conflicto armado. La participación de los niños en la guerra ha sido permanente en la historia colombiana, de hecho desde la guerra de los mil días hasta el actual conflicto se ha caracterizado por la presencia y participación activa de niños y niñas.

Durante la guerra de los mil días (1899-1902), la mas larga y sangrienta de nuestra historia, originada por la oposición del liberalismo al Gobierno conservador de la regeneración y por la búsqueda de una reforma a la constitución de 1886 considerada autoritaria, los niños que residían en las ciudades tuvieron que marchar, ya que tanto liberales como conservadores aprovecharon su agilidad, viveza, acatamiento de órdenes y especialmente la impavidez frente al riesgo y a la muerte.

En esta guerra, los niños cumplían labores de espías, informadores, mensajeros, también servían como ordenanzas y combatientes, en este último caso con obligaciones y deberes militares permanentes o como parte de organizaciones paramilitares que combatían esporádicamente. Los menores, como se vio anteriormente, militaban en ambos bandos y se conformaron batallones exclusivamente de niños, tal como el de los niños santandereanos cuyas edades oscilaban entre 15 y 17 años, y el batallón sardinas denominado así por estar compuesto de niños entre 10 y 15 años. Muchos padres entregaban a sus hijos a las organizaciones armadas bien sea por patriotismo o por incapacidad económica, las cifras de bajas de la guerra giró alrededor de los cien mil muertos, y se desconoce con exactitud cuantos de estos fueron niños.

Sostienen investigadores como Jaramillo que "la visión de la guerra en el siglo pasado era diferente pues era aceptada como forma de conseguir modificaciones en la estructura social o de defender el Estado y, que cuando se acababa la guerra seguían haciendo vida social". Cabe preguntarse, si la "vida social" de un niño luego de haber tenido un arma entre manos y haber matado puede ser la misma de antes.

Posteriormente con la aparición de los grupos armados al margen de la ley a mediados del siglo pasado se perpetuó la presencia del menor dentro del conflicto colombiano, con la aparición de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en 1966, del Ejército de Liberación Nacional (ELN) en 1965 y otras organizaciones guerrilleras; durante los primeros años de lucha armada no lograron una expansión significativa, contaban con pocos combatientes y frentes, y sus finanzas eran precarias, estas últimas fueron las principales causas del reclutamiento de niños por parte de estos grupos. El Estado colombiano y los sucesivos gobiernos no concibieron como prioritario establecer mecanismos de diálogos y negociaciones con la insurgencia, el tratamiento que se les proporcionó fue esencialmente militar y represivo, por lo que en la década de los `80 las organizaciones guerrilleras experimentaron un crecimiento notable tanto en su economía como en sus filas y esto último porque fue en esta época donde se incrementó la participación de los niños soldados en el conflicto. En los tres lustros anteriores al 2003, se estimaba que cerca de 8000 niños colombianos habían sido reclutados a la fuerza por grupos al margen de la ley, pero solo para el 2003, se estimaba que cerca de 7000 menores combatían con las FARC-EP, ELN y paramilitares, otros 7000 integrarían grupos de milicias urbanas ligadas a las partes del conflicto. Esto porque la extensión del conflicto a zonas urbanas ha producido un incremento del reclutamiento de menores en las milicias ilegales.

Históricamente la vinculación del menor dentro de los diversos conflictos armados ha sido por diferentes motivos y han sido guiados por distintos móviles, tal como el Estado, la iglesia, los grupos insurgentes, aunque ninguno de estos móviles es mas justificable frente a otros y, aunque la afectación del menor por parte del conflicto seguirá vigente, lamentablemente, mientras subsista la violencia tal como se ha visto a través de una encarnizada historia de violencia, lo que se si se puede evitar de algún modo es la presencia del menor combatiente, situación que mitiga notoriamente la dignidad y la calidad de vida de nuestros niños.

  1. MARCO CONCEPTUAL

Menores soldados: es cualquier persona menor de 18 años que forma parte de cualquier tipo de fuerza o movimiento armado, ya se regular o irregular en cualquier condición, por ejemplo, y no en forma taxativa, los que realizan labores de cocina, mensajeros y cualquier otra tarea, se incluye a las niñas reclutadas para propósitos sexuales y matrimonios forzados.

Violencia: es el abuso de la fuerza empleada contra el derecho de otra; uso de la coacción que se ejerce para conseguir algo que el otro no quiere dar.

Violencia política: uso de la fuerza ejercida contra una persona en razón de su ideología, militancia política o su pertenencia a una organización.

Conflicto armado: es entendido como violencia política, como el resultado de la confrontación de fuerzas opuestas políticamente, y/o como el resultado de acciones llevadas a cabo por aquellos que defienden el statu quo y las instituciones establecidas.

Protección integral: es aquella que se materializa en el conjunto de políticas, planes, programas y acciones que se ejecutan en el ámbito nacional, departamental, distrital, municipal.

Calidad de vida: es la esencial para el desarrollo integral, debe ser acorde con la dignidad del ser humano, supone la generación de condiciones que le aseguren desde la concepción , cuidado, protección, alimentación nutritiva y equilibrada, acceso a los servicios de salud, educación, vestuario adecuado, recreación, vivienda.

Desplazados: aquellas personas que debido a conflictos armados en sus regiones deben desplazarse o abandonar su hogar a otro lugar dentro del mismo país, se les ve como las grandes masas de población en el mas absoluto estado de indefensión que llegan a las ciudades

Refugiados: toda persona que debido a fundados temores de ser perseguida por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenecía a determinado grupo social u opiniones políticas, se encuentre fuera del país de su nacionalidad y no pueda o, a causa de dichos temores, no quiera acogerse a la protección de tal país; o que, careciendo de nacionalidad y hallándose a consecuencia de tales acontecimientos, fuera del país donde antes tuviera su residencia habitual, no pueda o, a causa de dichos temores no quiera regresar a el. ( estatuto de refugiados)

Derecho internacional humanitario: se aplica en situaciones de conflicto armado internacional y no internacional, busca proteger a las víctimas procurando limitar los sufrimientos que causa la guerra, además impone normas a una situación excepcional – conflicto armado – por lo que no están permitidas las excepciones a la aplicación de sus disposiciones.

Derecho humanitario: dispone acerca de aspectos de la vida en tiempos de paz que están reglamentados por el D.I.H., pero igual protege a las personas en tiempo de paz y de guerra, y promueve su desarrollo. Los gobiernos pueden derogar algunas normas en situaciones de emergencia pública que pongan en peligro la nación, a condición de que las derogaciones sean proporcionales a la crisis y no se infrinja alguna norma del derecho internacional.

9. PLAN DE TRABAJO

INTRODUCCIÓN

1. RESEÑA HISTÓRICA

2. PROTECCIÓN JURÍDICA DEL MENOR FRENTE AL CONFLICTO ARMADO

2.1. Instrumentos Internacionales

2.1.1 Derecho Internacional Humanitario

2.1.2. Organización de las Naciones Unidas

2.1.3. Organización de Estados Americanos

2.1.4. Organización Internacional del Trabajo

  1. . Legislación Nacional

3. FORMAS DE VIOLENCIA CONTRA EL MENOR EN EL CONFLICTO ARMADO

3.1. Crímenes

3.1.1. Combates

3.1.2. Minas antipersonales

3.2. Abuso y explotación sexual

3.3. Códigos de conducta y control a la población

3.4. Desaparición y secuestros

3.5. Desplazamiento

3.6. Refugiados

4. VINCULACIÓN DE NIÑOS Y NIÑAS AL CONFLICTO ARMADO

4.1. Grupos combatientes al margen de la ley

4.2. Estado

5. CAUSAS Y CONSECUENCIAS DEL MENOR EN EL CONFLICTO ARMADO

5.1. Causas

5.1.1. Sociales

5.1.1.1. Familia

5.1.1.2. Comunidad

5.1.1.3. Pobreza

5.1.2. Sicológicas

5.1.2.1. Venganza

5.1.2.2. Voluntariedad

5.1.3. Políticas

5.1.3.1. Educación

5.2. Consecuencias

5.2.1. Menor combatiente

5.2.1.1. Fisiológicas

5.2.1.2. Sicológicas

5.2.1.3. Sociales

5.2.2. Menor desplazado

5.2.2.1. Fisiológicas

5.2.2.2. Sicológicas

5.2.2.3. Sociales

6. ESTRUCTURACIÓN DEL DERECHO A UNA VIDA DIGNA

6.1. Derechos básicos

6.1.1. Educación

6.1.2. Hogar

6.1.3. Alimentación

6.1.4. Salud

6.1.5. Recreación

6.2. Afectación de la dignidad del menor en el conflicto armado

7. PROGRAMAS A FAVOR DEL MENOR EN EL CONFLICTO ARMADO

CONCLUSIONES

BIBLIOGRAFÍA

ANEXOS

BIBLIOGRAFÍA

B.C. DEVALLE, Susana; Poder y cultura de la violencia. Colegio de México, 2000

DIAZ, Ana María, SANCHEZ TORRES Fabio; Los efectos del conflicto armado en el desarrollo social colombiano 1990-2002, Documentos CEDE.

DURAN Ernesto; Niños y jóvenes en la Colombia de hoy. Memorias del encuentro "niñez y juventud. Una mirada desde la Universidad", 1995

GARCES, Maria Teresa, PALACIOS, Carmen Elisa, ROBLEDO, Angela María; Hacia una política de protección de la niñez. Guia normativa, Bogotá, 1999

GONZALEZ URIBE, Guillermo; Los niños de la guerra, editorial Planeta Colombiana, 2002

LONDOÑO ULLOA, Jorge Eduardo; Derecho Internacional Humanitario, conflicto armado y tratamiento de las víctimas. Ediciones Uniboyacá, 2002

OAKLEY, Peter, SALAZAR, María Cristina; Niños y violencia. El caso de América Latina. TM editores. Save the children fund.

RUBIO, Mauricio; Crimen e impunidad, precisiones sobre la violencia. Tercer mundo editores. Bogotá 1999

S. HEFFERMEHL , Fredrick; Construir la paz. Paz y conflictos. Barcelona, 2003

AYUDAS BIBLIOGRÁFICAS

Adital.com.br/site

Alianzaporlaninez.org.co

Books.google.com.co

Casa-alianza.org/es

Coalico.org/publicaciones/documentos.htm

Hch.org.co/publico/pronunciamientos/ponencias/po0321.pdf

Informarn.nl/informes/derechoshumanos

Ingebel.blogcindario.com

Mediosporlapaz.org-amnistiainternacional.org

Menoressoldado.org

Savethechidren.es/

Un.org/spanish

Unchr.ch/spanish/html/menu2/6/protocolchild-sp.htm

Unicef.org/Colombia/pdf/ciro-angarita.pdf

 

BIOGRAFIA AUTOR.

Keila Aguilar Jaime

Nacionalidad. Colombiana

Domicilio. Barranquilla

Egresada del programa de Derecho de la facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad del Atlántico, con conocimientos en sistemas, psicología infantil, trabajo con niños y adolescentes, y solución de conflictos.

Perfilada a trabajar en organizaciones no gubernamentales que trabajen con niños en riesgo y a especializarse en derecho y conflicto.

ESTUDIOS

Universidad del Atlántico

Programa de Derecho

Barranquilla

Seminario capacitación de trabajo con niños

Misión Kids

Barranquilla, 2006

Seminario contexto de la niñez

Visión Mundial

Santa Marta, 2005

Seminario en sicología.

Anomalías y patologías del ser

Sicólogo Benjamin Alarcón Arenas

Sicóloga Clínica Lourdes García Alarcón

Barranquilla, 2005

Trabajo realizado en Barranquilla, Colombia. Julio 2007

Partes: 1, 2
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