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FESTIVIDAD NAVIDEÑA (página 2)

Enviado por jorgemarin1


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5. La simbología noel

Dos figuras centrales son veneradas por la tradición, como portadora de buenas intenciones: Papá y Mamá Noel.

Papá Noel Los chicos esperan con ansiedad la llegada de Papá Noel. Se sabe que él convertirá las ilusiones en un regalo. De una antigua manera de representar al invierno, con la imagen de un viejo, nació Papá Noel. Una teoría acerca de su origen señala que Papá Noel es una derivación del dios Saturno. Igualmente, cada cultura lo ha teñido con una imagen particular: "En Alemania, el Viejito Pascuero se ha mezclado con el Weihnachtsmann. El Viejito Pascuero es un alma feliz, en cambio el Weihnachtsmann está irritado de andar cargando sus baúles de regalos. Además, lo acompaña un hombre oscuro que a veces lo persigue y golpea con un bastón; a este personaje se le reconoce por varios nombres, entre ellos, Hans Muff, Knecht Rupprecht and Butz, y se le representa con un oscuro rostro de animal". (Mitos, Nº 8, 1986:s/n) La figura de Papá Noel, para nuestra tradición, se fusionó a la San Nicolás o Santa Claus, cuyos nombres también fueron muy populares. San Nicolás fue un Obispo que tenía por costumbre hacer regalos a los niños pobres. Su festividad era el 6 de diciembre, día de su fallecimiento. La Iglesia, al aceptar esta celebración, en el siglo IV, la traslada al día de Navidad. Existen varias leyendas que hablan acerca de la vida de este Santo. En cierta ocasión, el jefe de la guardia romana de aquella época, llamado Marco, quería vender como esclavo a un niño muy pequeño llamado Adrián y Nicolás se lo impidió. En otra ocasión, Marco quería apoderarse de unas jovencitas si su padre no le pagaba una deuda. Nicolás se enteró del problema y decidió ayudarlas. Tomó tres sacos llenos de oro y en la Noche de Navidad, en plena oscuridad, llegó hasta la casa y arrojó los sacos por la chimenea, salvando así a las muchachas. Marco, quien quería acabar con la fe cristiana, mandó quemar todas las iglesias y encarcelar a todos los cristianos que no quisieran renegar de su fe. Así fue como Nicolás fue capturado y encarcelado. Cuando el emperador Constantino se convirtió y mando liberar a todos los cristianos, Nicolás había envejecido. Cuando salió de la cárcel, tenía la barba crecida y blanca y llevaba sus ropajes rojos que lo distinguían como obispo; sin embargo, los largos años de cárcel no lograron quitarle su bondad y su buen humor. Los cristianos de Alemania tomaron la historia de los tres sacos de oro echados por la chimenea el día de Navidad y la imagen de Nicolás al salir de la cárcel, para entretejer la historia de Santa Claus. A fines del siglo XIX y principios del XX la costumbre del San Nicolás reinventado en Nueva York, se fue extendiendo por casi toda Europa. El Nombre de Santa Claus viene de la evolución paulatina del nombre de San Nicolás: St. Nicklauss, St. Nick, St. Klauss, Santa Claus, Santa Clos. Fundo sus bases en Gran Bretaña como Father Christmas o Padre Navidad, y de ahí pasaría a Francia bajo el nombre de Père Noël o Papa Navidad, del cual derivaría Papá Noél, como se lo conoce en España, Argentina y gran parte de América latina. La imagen que se conoce actualmente de Santa Claus fue dibujada por primera vez en 1863 por Thomas Nast, quien publicó sus ilustraciones en la revista Harper’s, de entre 1860 a 1880. Nast añadió detalles: su taller en el polo norte con muchos duendes que lo ayudan a fabricar todos los regalos que le piden los niños por medio de cartas y su vigilancia sobre ellos, buenos y malos, de todo el mundo. Él le dio el color rojo y su vestuario de pieles. Pero finalmente, fue la Coca-Cola la que le dio su actual aspecto en 1931. Para la campaña publicitaria de la Navidad de este año, la Coca-Cola le encargo a Habdon Sundblom que remodelara el Santa Claus de Nast, un viejito un poco más alto que un duende, pero con idénticas características . Él creo un Santa Claus más alto, todavía más gordinflón, aunque más simpático, con un rostro bonachón, con una agradable sonrisa y su clásico "jo, jo, jo", de ojos pícaros, chispeantes y amigables, con pelo cano y luenga barba y bigote, también blancos, sedosos y agradables. La vestimenta mantuvo los colores rojo y blanco, que son los de la compañía, pero su traje se hizo más lujoso y atractivo: un pijama con un gorro de dormir, botas y cinturón. Otras alusiones a su figura mítica se encuentran en el poema de Clement Moore, Una visita de San Nicolás, escrito en 1822. Papá Noel entra por la chimenea y esta alusión se amalgama de antiguas tradiciones, principalmente las que tiene su origen en Finlandia. El poema contiene dos importantes claves: por un lado, se escuchan los renos en el techo y, por el otro, de un solo salto se arroja por la chimenea. También, se traslada en un trineo tirado por ocho renos. La idea de los ocho renos, haya surgido de una antigua leyenda del dios teutón Odín, quien montaba un caballo de ocho patas llamado Sleipnir, vistiendo una amplia capa y sombrero, cuando visitaba a su gente y repartía los premios y castigos a que se habían hecho acreedores. A partir de esta alusión, quizás, se pueda argumentar que Odín fuera el precursor de la figura de Papá Noel–Santa Claus. Los renos tienen nombres singulares: Pompón, Vondín, Danzarín, Lindo, Veloz, Listo, Cometa y Rodolfo. Además se le proveyó de una bolsa mágica en donde entraban todos los juguetes. Cuando se publicó el poema, el 23 de diciembre de 1823, de inmediato se hizo inmediatamente popular y, a partir de entonces, se cambió por completo la imagen de Papá Noel; nunca más vendría a caballo, sino con un trineo tirado por ocho renos que volaba por los aires; ya no golpearía las puertas para dejar sus obsequios, sino que ingresaría por la chimenea. Como dato ilustrativo se puede mencionar que Robert L. May, en 1939, fue quien dibujó por primera vez a Rodolfo para un aviso publicitario y, en 1949, Johny Marks compuso la canción Rodolfo, el Reno de la roja nariz, que fuera grabada por Gene Autry y Bing Crosby. "La laicalización de Santa Claus no sólo fue indispensable para permitir su supervivencia y expansión, sino que fue la razón que le catapultó como símbolo universal dentro de una sociedad industrial que, aunque consumista insolidaria y egoísta, gusta soñar con los valores tradicionales de la Navidad. Santa Claus permite participar del "espíritu de la Navidad" sin ponernos ante disyuntivas ético–religiosas ni, menos aún, hacernos entrar en contradicción con lo que somos o hacemos durante el resto del año." (Rodríguez, 1997:118)

Mamá Noel Recientemente se ha incorporado la presencia carismática de Mamá Noel, que junto a la de Papá Noel, han enriquecido la Navidad. Viste con un atuendo rojo y blanco, usa anteojos y se la puede asociar con la imagen de un ama de casa. Se pueden mencionar dos antecedentes de Mamá Noel: en Italia, los niños "reciben regalos de una bruja llamada La Befana, a veces la señora del Viejito Pascuero. De acuerdo con la leyenda, los Reyes Magos le pidieron a La Befana que los acompañara en el viaje que guiaba la estrella hasta Belén, pero ella no los quiso acompañar pretextando que tenía demasiado que hacer en su casa. Los niños italianos, en la actualidad, creen que La Befana regresa todos los años para Navidad y recorre casa por casa, dejando regalos, en busca del Niño Dios". (Mitos, Nº 8, 1986:s/n) En Austria se tiene la creencia que "una mujer llamada Berchte, en la noche de Navidad, busca a los niños malos para cortarles el vientre con un cuchillo". (Mitos, Nº 8, 1986:s/n) De esta creencia se presume el origen de la receta de cocina: "niños envueltos".

El Significado Del Símbolo Desde un punto de vista psicoanalítico se han incorporado a esta leyenda los elementos masculino y femenino, enriqueciendo las imágenes míticas. Carl G. Jung, en su teoría de los "Arquetipos", señala al elemento masculino como "ánimus" y al elemento femenino, "ánima". El ánimus es generador "de juicios y opiniones. Cumple el rol de constante crítica y normativa. Posee una orientación lógica y objetiva". (Grecco, 1995:46) Como "padre", establece en su simbología que representa a los "elementos aire y fuego. También cielo, luz, rayos, y el origen". (Cirlot, 1992:347) El ánima, representada en esta caso por una anciana, cumple la función de ser "generadora de estados de ánimo. Es la fuente de creatividad y de la intuición".(Grecco, 1995:46) Como madre, indica que es un "símbolo del inconsciente colectivo del lado izquierdo y nocturno de la existencia, la fuente del agua de la vida". (Cirlot, 1992:291)

6. Rituales Religiosos

Para el Cristianismo, existen además otros rituales de la propia religiosidad: el pesebre, la Misa de Gallo, los Villancicos, y los Cantos Gregorianos.

El pesebre El pesebre es el único elemento enteramente cristiano de la navidad. San francisco de asís fue quien lo incorporó en 1224, organizando la primera representación y, más tarde, se difundió en los monasterios y conventos de europa. Según el relato de san buenaventura, el primer pesebre tenía un suelo cubierto con heno, y allí podía verse un buey, un burro y los personajes bíblicos. En el renacimiento, esta representación se caracterizó, entre otras cosas, por las artes visuales y detalles ambientales. Pero en el barroco del siglo xvii, especialmente en las regiones de sicilia y nápoles, tuvo el máximo esplendor. En cuanto a las clases de pesebres, existen dos tipos: la primera configura una teatralización del pesebre viviente, y la restante, una representación en miniatura del nacimiento, confeccionada por artesanos, en una suerte de maquetas. Al principio, eran de madera con imágenes de yeso. Hoy se pueden adquirir en el mercado pesebres de diversos tamaños y con distintos elementos: cristal de roca (energéticos), de plástico, etcétera.

La estrella de belén Mateo (2,1-12) es el único testimonio que se relaciona con la estrella de Navidad. Si nos atenemos a la tradición, todos los nacimientos de los dioses solares también tuvieron como señal la estrella que brillaba en el firmamento, anunciando la calidad sobrenatural del recién nacido. Numerosos ejemplos se pueden aportar como el nacimiento de Osiris, Buda, Krisna, entre otros. Resulta obvio pensar que la inclusión de la estrella en el relato se debiera a esta fuerte influencia, pero también se cree posible que en esta época haya ocurrido un fenómeno astronómico inusual. Hay, sin embargo, muchas hipótesis: algunos opinan que la luz brillante es la de Venus, otros que es el cometa Halley o una supernova que había explotado y que su luz podía verse incluso de día. Pero la opinión más acertada es la Kepler que data de 1646: "… la estrella de los magos no fue otra cosa que la rara triple conjunción de la Tierra con los planetas Júpiter y Saturno, estando el Sol pasando por Piscis. En esta conjuntio magna los planetas aparecen en el mismo grado de longitud, de modo que a ojos de un observador terrestre se presentan como una sola estrella muy brillante." (Rodríguez, 1997:45) Lo que Kepler atribuye a esta conjunción es que se produjo en el año 7 a.C. y esto concuerda aproximadamente con la fecha otorgada por la Iglesia, año 6 a.C. Pero este fenómeno no pudo marcar un camino, ni se detuvo en Belén, ni pasó rozando las palmeras, lo cual se contradice con el relato de Mateo. En este caso, lo que se puede establecer es que el relato mítico impresiona sobremanera y recalca el suceso para que no pase inadvertido y tome carácter sobrenatural. La "estrella de Belén" contiene un simbolismo muy particular: iluminaba "tres lugares maravillosos: son tres puntos que señalan la revelación de Zoroastro en el Irán primitivo; el encuentro de los Magos en Babilonia, con la figura imponente del profeta Daniel, la visión sublime y terrorífica del Sol de Osiris, anunciando el fin de las monarquías absolutas de Oriente y el advenimiento de Cristo. Estos tres acontecimientos caracterizan tres etapas del verbo solar". (Schuré, 1995:170) La estrella más representativa de la decoración de la Navidad es la de cinco puntas, pero sin cola de cometa, que simboliza el microcosmo humano. También se lo puede asociar con "los cinco sentidos corporales, pero su número encarna también la convergencia del principio masculino y femenino –simbolizados por el 3 y el 2, respectivamente– en una unión fecunda (el 5 es signo de unión, armonía y equilibro; representa también la hierogamia, el enlace nupcial entre el principio generador celeste el 3, y el principio terrestre materno, el 2), implicando matrimonio, felicidad y realización." (Rodríguez, 1997:185) Dispuesta la estrella hacia arriba, anima y representa a la magia teurgia o magia blanca, e invirtiéndola la goecia o magia negra. Las menos frecuente son las estrellas de seis y ocho puntas: la de seis vértices es conocida como la "estrella de David", símbolo del judaísmo, que "representa la unión total y perfecta entre el espíritu puro y la materia, entre lo activo o masculino y lo pasivo o femenino, entre lo celeste y lo terrestre." (Rodríguez, 1997:184) La de ocho puntas suele aparecer en algunas ilustraciones, principalmente en las pinturas anteriores al siglo XIX. "El número ocho representa el equilibrio cósmico y, la forma octogonal, según uno de sus significados más antiguos, simboliza la vida eterna y la resurrección, un mensaje que se ajusta perfectamente a la esperanza que los cristianos celebran con el nacimiento del "niño divino" y que proclaman anunciada desde la propia estrella (que cumple así con la antigua función de los astros de ser pregoneros de inminentes sucesos prodigiosos)." (Rodríguez, 1997:185)

La Virgen, El Niño Y José La imagen de la Virgen María con el "niño divino" recostado en el pesebre, representa a una de las alegorías más importantes del culto solsticial. Pepe Rodríguez señala que "en el solsticio de invierno –Navidad–, los sacerdotes de Isis, vestidos con sobrepelliz blanca y con la cabeza tonsurada, sacaban del santuario la imagen de Horus, en forma de niño recién nacido, para exponerla a la adoración pública de las masas y pasarla en procesión. El divino niño Horus, venido al mundo para traer la felicidad, era representado como un bebé de cabello dorado que tenía un dedo en la boca y el disco solar –origen del nimbo cristiano– sobre su cabeza. La imagen más corriente la representaba en brazos de su madre Virgen." (Rodríguez, 1997:33) Este ejemplo es lo suficientemente elocuente para ilustrar la iconografía del nacimiento de Jesús de Nazaret, cuyas reproducciones siempre fueron fieles a estos modelos culturales. También en la antigüedad precristiana, fue un hecho común, aceptado y extendido, que los grandes personajes divinos y reyes gozaban del privilegio de ser concebidos por una madre virgen. El mismo caso ocurre con María (Lucas 1,18-25), que estando desposada de José, antes de que convivieran se halló de haber concebida por el Espíritu Santo; situación que ya había sido profetizado por Isaías muchos siglos antes, incluso proclamó el nombre de Emanuel, es decir, "Dios con nosotros". Jesús es la manifestación del "niño divino". Representa "lo extraordinario en lo ordinario, lo sobrenatural encarnado en lo natural y lo divino hecho carne en el ser humano". (Naranjo, 1994:48) De este modo, el niño es un ser humano dotado de cualidades especiales que pueden atribuirse a la divinidad, que en sus valores intrínsecos (estéticos, humanos y religiosos), en su mítico más allá, emanan de los seres y cosas de este mundo. La visión del "niño divino", para la Iglesia, representa el milagro, la promesa que Dios a enviado a su único hijo a fin de que, por medio de él, los hombres fueran restituidos a su verdadera humanidad. No sólo puede interpretarse como "una "venida"… sino también un "acceso" del hombre a una Realidad trascendente que le ofrece la "divinización" con la felicidad eterna. Dios se revela en todo su misterio por amor. La propuesta más fundamental de la fe cristiana es que "Dios es amor", "sólo el Amor es digno de fe y sólo la fe digna de amor". Es el Amor mismo el que se nos manifiesta. Este es el misterio de Dios…" (Camarero Benito, 1997:60/1) José, el carpintero, fue uno de los hombres más injustamente tratados por la historia cristiana. En las primitivas representaciones, aparecía como un hombre joven, fuerte y sin barba, pero como consecuencia del inicio del culto a María, instaurado por el Concilio de Efeso (343) por Cirilo de Alejandría, la figura del carpintero fue postergada y relegada al papel de encargado de aprovisionar de alimento a la familia. Junto a este proceso también se lo hizo envejecer hasta la senectud, de forma que, siendo ya nulo su vigor no fuese obstáculo ni sombra de sospecha que impidiese proclamar la virginidad perpetua de María. Surge un simbolismo muy arraigado: la imagen de María, el niño Jesús y José representa a la Sagrada Familia.

Los Pastores En el relato de Lucas (2,8-14) se menciona la presencia de pastores en el portal de Belén, que fueron a adorar al niño recién nacido. Si bien existe la incongruencia de esta participación, por ser una época fría y lluviosa, también es cierto que existen contrariedades entre los relatos de Mateo y Lucas (puede deberse a que escribieron sus evangelios en tierras distintas), porque están recreadas de leyendas diferentes. "Mateo tiñó de orientalismo el nacimiento de Jesús, mientras que Lucas se adaptó a tradiciones míticas que eran más creíbles en la capital del Imperio." (Rodríguez, 1997:39) La narración de Lucas es la que dio origen al Belén navideño que se recrea actualmente, y que tiene características similares a los nacimientos de Buda, Krisna y Confucio, que fueron desarrollados entre los pueblos agrarios, en la sagrada ceremonia de la siembra. El relato de Lucas concuerda con los mitos de las culturas agrarias acerca de los nacimientos prodigiosos. "Tras muchos tanteos, la Iglesia, al situar la fiesta de la Navidad en el solsticio de invierno, creyó poder conectar las alegrías de esta gran solemnidad con las antiquísimas prácticas religiosas; remozando, con cada retorno del Sol y en una universal solidaridad, la alegría de los siglos pasados. Y es por eso por lo que, cuando los cristianos entonan el himno de la Navidad, nadie puede escucharlo sin sentir una profunda emoción. Parece como si los viejos gritos paganos resucitasen de los siglos pasados. Es la voz de nuestros hermanos, y también la de millares de nuestros antepasados que se levantarían de nuevo para unírseles a su coro cantado: ¡Navidad, Navidad, nos ha nacido un dios, el joven Sol sonríe en su cuna!" (Rodríguez, 1997:41) Debido a que la Iglesia Católica se desarrolla en contextos urbanos, pero asentadas en culturas agrarias, acentuó la importancia de los pastores y mantuvo su participación litúrgica en el portal, acompañando la escena con un coro de ángeles y una señal luminosa en el cielo.

Los Reyes Magos En cuanto a la figura de los Magos, existen distintas versiones. La Biblia menciona la visita de los Magos de Oriente (San Mateo, 2–2) sin hacer alusión a su número y la Iglesia del siglo I lo relaciona como hombres poderosos y sabios, posiblemente reyes de naciones al oriente del Mediterráneo, hombres que por su cultura y espiritualidad cultivaban su conocimiento de hombre y de la naturaleza esforzándose especialmente por mantener un contacto con Dios. La adoración de los Reyes Magos ha sido una de las más celebradas por la iconografía religiosa hasta el Siglo XVII; en el que muestra una importante evolución. En un principio, tuvieron el carácter de magos y su vestimenta eran tocados con el gorro frigio de los sacerdotes–astrólogos del dios persa Mitra. Como la astrología estaba prohibida, la Iglesia consideró a sus figuras como de duda reputación. Quinto Septimio Florencio Tertuliano (c. 160-220) fue el primero en hacer una afirmación oportuna: Nam et Magos reges habuit fore Oriens, esto es, "se ha sostenido que los magos eran reyes de Oriente", apoyándose en un versículo de los salmos (Sal 72,10), el cual se tomó como otra profecía más. Gracias a Orígenes y Tertuliano, la cristiandad se encontró con tres reyes, que hacía referencia a los presentes otorgados al niño Jesús, y se los denominó "Reyes Magos". Luego se les cambió la vestimenta: en lugar del gorro frigio se les colocó coronas reales a la usanza latina. Los nombres de Melchor, Gaspar y Baltazar fueron incorporados a partir del Siglo XIII, mediante un poema aparecido en España, titulado El auto de los Reyes Magos. Este poema toma la denominación de "auto" por ser el primero en su género, anónimo y propio del teatro religioso primitivo del medioevo, aparecido en lengua romance. También, el Martirologio menciona a San Gaspar el primero de Enero, San Melchor el día seis y San Baltasar el once (Acta SS., I, 8, 323, 664). Los sirios tienen a Larvandad, Hormisdas, Gushnasaph, etc.; los armenios Kagba, Badadilma, etc. (Cf. Acta Sanctorum, May, I, 1780), entre otros. En un principio, los Reyes Magos eran de raza blanca, pero a partir del Siglo XVI, en todas las representaciones se le adjudicó a Baltasar la raza negra. Las nuevas necesidades ecuménicas "llevaron a implantar un simbolismo inédito, identificando a los tres magos con los tres hijos de Noé –Sem, Cam y Jafet– que, según el Antiguo Testamento, representaban las tres partes del mundo y las tres razas humanas que lo poblaban, según se creía en esos días. De este modo, Melchor, el anciano de cabello y barba canos, pasó a simbolizar a los herederos de Jafet, eso es los europeos y ofreció al Niño divino el noble oro; Gaspar, rubio y lampiño, representaría a los semitas de Asia y su don era el preciado incienso; Baltasar, negro y barbudo personificaría a los hijos de Cam, los africanos, participando en la adoración universal con su entrega de mirra." (Rodríguez, 1997:55) Dentro del camino del "niño divino", la figura de los Magos, emisarios de Zoroastro, representa la encarnación de lo sagrado en cada hombre y el rol del Mago hace que se pueda cumplir con este camino en un "nivel consciente". Los Magos utilizaron en su advenimiento los poderes naturales representados en tres elementos, que simbolizan los estados por los cuales debe transitar el maestro Jesús a lo largo de su peregrinación como Salvador. El incienso simboliza la purificación de las almas y el poder de curación espiritual. La mirra, la iluminación que es el estado conectivo del creador y el maestro. El oro se lo encuentra asociado con la "imagen de la luz solar y a la inteligencia divina", es decir, con la Epifanía. Epifanía significa "manifestación", porque Dios se había revelado en la presencia de los "Magos". También se ha identificado a los Reyes Magos como representantes de la Santísima Trinidad, para lo cual, sus obsequios representaban: "el oro provenía del Padre glorioso; la mirra –usada como ungüento funerario desde la Antigüedad y, por tanto, asociada con la muerte y resurrección–, del Hijo; y el incienso –elemento purificador esencial en todo ritual–, del Espíritu Santo." (Rodríguez, 1997:57) Los astrólogos modernos, basándose en que la "Estrella de Belén" fuera la triple conjunción de la Tierra con los planetas Júpiter y Saturno, estando el sol pasando en Piscis, interpretan los presentes del siguiente modo: "oro por el Sol (reyes), incienso por Júpiter (religión, dios supremo) y mirra por Saturno (regente de la muerte), los tres planetas mayores del stellium característicos del niño, añadiendo que en astrología clásica, Jesús sería un tipo Piscis muy claro (se propagó el símbolo a comienzos del Cristianismo), pues el stellium está en el Signo". (Rodríguez, 1997:57) Los Magos escucharon en sueños que no volviesen a Herodes y "volvieron a su país por otro camino" (Mt 2,12). Ese camino pudo haber sido por el Jordán, de tal manera que eludiese Jerusalén y Jericó; o un rodeo hacia el sur a través de Berseba, al este del camino principal (ahora la ruta de la Meca) en el territorio de Moab y allende el Mar Muerto. Se dice que después de su retorno a su patria los Magos fueron bautizados por Santo Tomás y trabajaron mucho para la propagación de la fe en Cristo. Los magos ya como Sinus Presbyteri Orientes, se dedicación a la evangelización hasta su muerte. Sus restos se localizaron en Saba y se ordenó su traslado a Costantinopla. Otra leyenda le atribuye que las reliquias de los Reyes Magos se encontraban en la Iglesia de San Eustorgio. En 1164, Federico Barbarroja saqueó Milán y el arzobispo Raynaud Dassel, de Colonia, robó las reliquias y fueron depositadas en un sarcófago de oro y plata, y en su honor, en el Siglo XIII, fue construida la Catedral dedicada a los "Tres Reyes de Colonia". La historia posterior es narrada por un escritor ariano, no antes del siglo VI, cuya obra está impresa como Opus imperfectum in Mattheum, entre los escritos de San Juan Crisóstomo (P. G. LVI, 644). Este autor admite que lo ha descrito a partir del apócrifo Libro de Seth, y es claramente legendario.

Misa de gallo La misa de gallo es considerada la de mayor importancia porque "tiene lugar justo antes del amanecer y esto se debe a que se atribuye al gallo el haber cacareado para anunciar su nacimiento". Sin embargo, la misa de medianoche es la más antigua costumbre y "obviamente le confiere su nombre, ya que la palabra ‘christmas’ (navidad) proviene del inglés antiguo (cristes maesse). Se celebra desde el siglo v… tradicionalmente se celebraban tres misas: una a medianoche, otra al cantar el gallo y una tercera a plena luz del día". (morris, 1993:64) Las tres misas que señalan para esta fecha el misal de gelasio y el gregoriano, y éstas con un martirologio especial y sublime, y con la dispensa, si fuera necesaria, de la abstinencia, todavía hoy son guardadas. Si bien roma señala sólo tres misas para la navidad, ildefonso, un obispo español en el 845, alude a una triple misa en navidad: pascua, pentecostés, y la transfiguración. Estas misas, de medianoche, al alba, están místicamente relacionadas con la distribución judía y cristiana, o al triple "nacimiento" de cristo: en la eternidad, en el tiempo, y en el alma. Los colores litúrgicos variaban: negro, blanco, rojo; y el gloria era sólo entonado al principio de la primera misa de ese día.

Los villancicos Los villancicos son cantos heredados de antiguas costumbres paganas que representaban "los placeres de la carne", más que a la noche santa. Se cantaban danzando en una ronda. En un principio, estuvieron prohibidos y los trovadores ambulaban de pueblo en pueblo y los cantaban, porque la gente común amaba esas canciones. Los primeros villancicos que se conocen fueron compuestos por los evangelizadores en el siglo V, con la finalidad de llevar la Buena Nueva a los aldeanos y campesinos que no sabían leer. Sus letras, escritas en lenguaje popular, se referían al misterio de la encarnación y estaban inspirados en la Liturgia de la Navidad, compuestos con un tono sensible e ingenioso de los sentimientos de la Virgen María y de los pastores ante el Nacimiento de Cristo. En el siglo XIII, se extienden por todo el mundo junto con los nacimientos de San Francisco de Asís. El famoso Stabat Mater Speciosa es atribuido a Jacopone Todi (1230–1306); Adeste Fideles data del siglo XVII. Pero, éstos aires populares, e incluso palabras, deben de haber existido desde mucho tiempo antes de que fueran puesto por escrito. Noche de Paz es uno de los más famosos. Fue creado por el padre José Mohr, en un pueblito de Hallin de los Alpes Austríacos, el 24 de diciembre de 1818. Esa misma noche, el padre Mohr estaba organizando su sermón para la Misa de Gallo, y al leer un pasaje del Evangelio de San Lucas, escribe las primeras estrofas. A las pocas horas, concluye con su letra. Francisco Javier Guber se ofrece gustoso para componer su partitura original. Se ejecutó con el acompañamiento de guitarras. Años más tarde se lo interpretó con el coro de niños de la Capilla; en 1832, en la Catedral de San Petesburgo y luego se lo difundió por todo el mundo. "Hoy los villancicos han quedado desligados de los bailes y de las licenciosas representaciones de antaño y se han convertido en algo tan respetable que la mayoría de las catedrales e iglesias organizan conciertos y villancicos, permitiendo así el retorno de una antigua tradición que en un tiempo fue condenada como obra del demonio". (Morris, 1993:136)

Cantos Gregorianos Los Cantos Gregorianos pertenecen a una antigua tradición cristiana medieval. En los antiguos monasterios, los monjes interpretaban en latín fragmentos de las Sagradas Escrituras. Se caracterizan por ser cantos sopranos, utilizando una combinación de sólo 5 notas musicales: re, mi, fa, sol, la, dando un clima de elevación y misterio: la proclamación pública de la palabra de Dios hecha carne en Jesús, el día de la Navidad. Hoy, los Cantos Gregorianos de los Coros de las Abadías de Montserrat, Maumont, Saint Wandrille, Hautecombe, Einsiedeln y Dominicano de Francia se hicieron populares en todo el mundo y se interpretan en cada Liturgia Cristiana.

7. Navidad Negra (Black Sabbath)

En último término, cabría la posibilidad de analizar el nacimiento negro del dios de las tinieblas, cuya celebración tiene idénticas características con el nacimiento del dios solar. Existe una segunda comunidad religiosa que es el contrapunto con el Cristianismo: la adoración a Satanás o Black Sabbath. El Sabbath o aquelarre tiene su origen en las sociedades primitivas y "algunos pretenden afirmar más y dan como seguro que las concentraciones de Brujas para adorar a Satanás provienen de las fiestas que se celebraban en honor a Dionisios". (Mitos Nº 17, 1987:s/n) Existen cuatro Sabbaths, uno por cada estación. En la época romana, en el solsticio de invierno (Navidad) se celebraba el nacimiento del dios Nirmo. Hoy se celebra el nacimiento del dios Wicca, bajo la forma del dios Pan y de otras divinidades con cuernos: dios Sol Niño y la Candelaria (diosa) que "se vuelve a renovar y vuelve a salir al mundo como virgen". (Crowley, 1991:255) Esta festividad simboliza que "el viejo Dios debe aceptar las consecuencias de la paternidad. Pues, cada nuevo nacimiento nos acerca un poco más a la muerte. En Candelaria, el dios deja a la diosa. Él sabe que su propia fuerza se está apagando y que así no puede retenerla y le permite volver a la Tierra para que se lleve su fertilidad. Esta etapa es crucial para el niño. Tiene que separarse de su madre a cierta edad, que en términos del ciclo del Dios corresponde a los siete años, para iniciarse en los misterios masculinos. Cuando ha aprendido todo lo que sabía el viejo Dios, llega un momento en que ambos se deben reunir en figura humana y luchar. Es la batalla de la luz y la oscuridad, de lo viejo y de lo nuevo. El nuevo Dios tiene que demostrar que es un sucesor y heredero digno de salir a la luz de la conciencia…" (Crowley, 1991:255) El nacimiento del dios se produce en una cueva. Recibe la visita de las brujas, acompañadas de íncubos y súcubos (demonios) que les otorgan los dones del príncipe del mal: piedras preciosas, azufre y plantas venenosas. Al igual que en el culto solsticial se recrean los distintos ritos paganos que despiertan a las fuerzas de la naturaleza: se arma el arbolito y son trasladados los banquetes de la fiesta saturliana, se bebe mucho alcohol y se realizan prácticas sexuales, y se celebra además una "misa negra". De esta manera, Satán instruye "toda clase de secretos maléficos", le hace conocer "las plantas venenosas", enseña "las palabras encantadas", además de realizar los "sortilegios durante las noches… de San Juan, las Navidades y durante todos los primeros viernes del mes… para ofender a Dios y en gloria del Diablo". (Flores Arroyuelo, 1985:97) "El Satanismo ha sido interpretado tradicionalmente como la adoración del mal, una religión basada precisamente en los mismos principios que el Cristianismo rechaza. Como tal, el satanismo existe únicamente donde existe el Cristianismo, y puede ser entendido en el contexto de la cosmovisión cristiana. Las cosas están, por así decirlo, invertidas: el diablo que conoce los cristianos se convierte en el dios de los satanistas: para éstos, las virtudes cristianas se convierten en vicios y los vicios en virtudes. Se interpreta la vida como una constante batalla entre los poderes de la luz y de las tinieblas, y el satanista lucha en favor de las tinieblas, creyendo que al final, éstas lograrán la victoria". (Mc Dowll y Stewart, 1989:56/7) En este contexto se pude hablar de una Navidad Negra, que implica la parodia del culto solsticial, recreados esencialmente bajo un concepto cristiano.

8. Casi Una Conclusión

En una breve recorrida se ha presentado el significado que encarna la Navidad: la ornamentación, las costumbres y la adoración religiosa, incluso la adoración a Satanás. En tal sentido, es meritorio destacar la opinión de Desmond Morris que hace de esta fecha tan especial: "Aunque oficialmente la Navidad es la celebración del nacimiento de Cristo, casi nada de lo que hacemos durante las festividades navideñas tiene la más mínima conexión con la cristiandad y menos aún con el arribo del niño Jesús. Salvo los oficios religiosos y las escenas de la natividad, casi todo lo demás surge de las antiguas prácticas paganas, o es el resultado de modernas innovaciones comerciales". (Morris, 1993:12) Se puede observar en un raconto que en todas las costumbres perdura el significado trascendente de buscar la proyección de un ritual solar, transformado al Cristianismo. Este es, en esencia, el significado que encierra la Navidad. © Copyright. Jorge Marín, 2002. ® Reservados todos los derechos. Prohibida su reproducción total o parcial.

9. Bibliografía Consultada

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Autor:

Jorge Marín

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