- La condición postmoderna de la subjetividad
- Aproximación a la lógica del consumo a la luz de la posmodernidad
- La función tóxica
- Drogadependencias a fines de la modernidad
- Sobre la legalización de la droga
- Subjetividad y drogas
- Acerca del beber y del bebedor – Una Lectura desde el psicoanálisis
- Freud y la cocaína
- Aspectos psicológicos de la adicción y el HIV-SIDA
- La droga siempre al alcance de la mano
- Prevención: una historia a construir
"…Hace mucho el opio había dejado de dominar por el hechizo de su placer; solo la tortura vinculada al intento de abjurar de él permitía que siguiese dominando. Pero como también cabía pensar que no abjurar de tal tirano comportaba igualmente otras torturas, sólo quedaba optar entre males distintos, y se podía elegir perfectamente aquel que, por terrible que fuese, ofreciese una perspectiva de recuperar al cabo la felicidad" Thomas de Quincey – 1821
Pensar las drogadependencias como problemática del sujeto y la cultura significa en primer lugar producir una ruptura con la difundida concepción que las sitúa como problemática de la droga.
Corriéndonos de situar en el objeto el eje de la problemática, conceptuar a la droga como causa, esta revista se propone intentar develar las implicancias subjetivas y culturales del consumo y la adicción a las drogas.
En primer lugar abordaremos la lógica de consumo y la segregación en los tiempos de la posmodernidad situando al sujeto adicto en esa particular entrecruzada asechado por el colmamiento y la segregación, y a la droga como mercancía.
El discurso jurídico analizará nuestra legislación vigente en la materia, la ley 23.737 y los efectos de penalizar una conducta individual, la tenencia de drogas para consumo personal. Las políticas sanitarias públicas que se emplean muchas veces contribuyen a alejar al adicto del sistema de salud.
En segundo lugar abordaremos los aspectos subjetivos; fundamentaremos porqué no se puede reducir el sujeto a su sistema nervioso central, se investigará la relación de Freud con la cocaína como punto de encuentro con el psicoanálisis, y la relación del bebedor con el alcohol tal como la planteó Freud en 1912 cuando hacía referencia a dicho lazo como prototipo de un matrimonio dichoso. Se trabajarán también los aspectos subjetivos de la infección por HIV/SIDA.
En la tercera parte sobre la clínica de los drogadependientes se da cuenta de los fundamentos de los modos de abordaje del goce toxicómano.
La clínica del psicoanálisis, la clínica médica, la clínica de infección por el virus de la inmunodeficiencia humana.
En la clínica psicoanalítica se estudian las problemáticas clínicas como las dificultades para instalar la relación transferencial y la transferencia del adicto al "dealer", su rechazo de los ideales,y la abstinencia del analista y la posibilidad de hacer un movimiento de la adicción a la estructura.
En la clínica médica se estudia también la alta incidencia del HIV en los drogadependientes y las particularidades de cómo ellos confrontan al médico con el dolor de existir, interpelándolo en su acto.
Por último, la cuarta parte acerca de lo llamaremos "intervenciones psi" plantea los devaneos de las políticas de salud y las modalidades de intervención.
¿Qué prevenir?, ¿Cómo prevenir?. Sé reformulará el concepto de prevención relacionándolo no ya con la droga sino con la cultura y la subjetividad.
Se planteará la prevención secundaria en drogadependencias y se analizará el modelo de reducción de daños que consiste en intentar disminuir los males que el consumo o la adicción provocan: criminalización, infecciones, HIV/SIDA; en oposición al modelo de abstinencia cuyo objetivo y condición es que el sujeto deje la droga.
"El presente trabajo es una síntesis del 1º Congreso Interdisciplinario de Drogadependencias organizado en la Universidad Nacional de Rosario en conjunto con el Centro Regional de Salud Mental "Agudo Avila" de la misma ciudad, a fines de Agosto del año 1995.
La condición postmoderna de la subjetividad
"Hay una enorme distancia entre las expectativas y la experiencia. Las expectativas están imbuidas de contingencia, aunque lo que experimentamos sean las duras realidades de la vida, la limitación actual de nuestras posibilidades. La fatídica e insalvable discrepancia entre expectativa y experiencia es una fuente constante de insatisfacción y descontento" A. Héller (Políticas de la Postmodernidad, 1989).
"En la Modernidad, dice Koselleck, el tiempo mismo se convirtió en una pretensión de legitimación utilizable universalmente"…"Ya no eran posibles conceptos de legitimación especiales sin una perspectiva temporal".
"Conceptos tradicionales de organización que delimitaban situaciones como ‘república’ o ‘democracia’, se convirtieron en conceptos de movimiento – ‘republicanismo’ , ‘democratismo’ – que enriquecidos desde la filosofía de la historia, obligaban a intervenir en la vida política cotidiana.
La temporalización, sin embargo, no sólo transformó los antiguos conceptos de organización social, sino que también ayudó a crear otros nuevos (por ej. – ‘Liberalismo’, ‘comunismo’), encontrados todos su denominador en el sufijo – "ismo". (Koselleck, 1993).
En la actualidad, el impulso estos conceptos modernos de movimiento parece haberse detenido, modificando no sólo las condiciones de la inteligibilidad de los social sino también sus estrategias clásicas de legitimación.
Tanto la "experiencia", entendida como "un pasado presente, cuyos acontecimientos han sido incorporados y pueden ser recordados", así como la "expectativa", entendida como "un futuro hecho presente, apunta a lo no experimentado, a lo que solo se puede descubrir".
Aproximación a la lógica del consumo a la luz de la posmodernidad
"El opio agranda lo que no tiene límites, prolonga lo ilimitado, profundiza el tiempo, excava la voluptuosidad, y de placeres negros y tristes llena el alma más allá de su capacidad" Ch. Baudelaire, ‘El veneno’
Que lo posmoderno ha sucedido a la modernidad es una afirmación que por verdadera no resuelve los interrogantes que tal sucesión engendra.
Visto lo que ha sucedido en los últimos dos siglos no es difícil concluir que el ideal moderno está en declinación, en decadencia. "Ni el liberalismo, económico o político, ni los diversos marxismos salen incólumes de estos dos siglos sangrientos; ninguno de ellos está libre de la acusación de haber cometido crímenes de lesa humanidad". J.F.Lyotard.
¿Cuál es la idea de progreso de la humanidad, la idea de emancipación, que podría explicar el campo de concentración, que podría explicar el nazismo, el macartismo, el chauvinismo, el fundamentalismo?.
¿Cuál es la idea de progreso que anida en estos ismos si no es que se trata del progreso de lo peor, de lo que rompe los lazos y propaga malestar, de eso a lo que bien podríamos llamar el proyecto del mal?
Es interesante subrayar, entonces, que lo que está en declinación es el ideal moderno pero no el proyecto de modernidad, es más, nos aventuramos a pensar que la posmodernidad no consiste en otra cosa que en llevar el proyecto de la modernidad hasta sus últimas consecuencias pero despojado de todo ideal "humanístico", lo cual trae aparejado cambios culturales dignos de destacar.
"La toxicomanía en el discurso capitalista (El sujeto frente a los productos del discurso)": "Esto da perfectamente cuenta de la mecánica del consumo en el capitalismo que instaura un régimen del todo vale a partir del momento que toma lugar en el circuito ya sea que se trate de objetos como de hombres…" B. Lecouer
Si el sujeto de la posmodernidad se encuentra acechado por el colmamiento y la segregación, por dioses oscuros, es esto mismo lo que le otorga al discurso del psicoanálisis su eficacia que deberá prodigar a aquellos que estén dispuestos a interrogar su modalidad de goce, su sufrimiento.
La función tóxica
"La droga, en tanto hoy es objeto de la técnica, no es ajena al funcionamiento del mercado y la lógica de su circulación está inserta en las leyes de regulación" E. Sinatra
"El plan de la creación no incluye que el hombre sea feliz"; este aserto lo llevará a concluir que no hay felicidad, sino no-satisfacción, y que el sentido de la vida encuentra su consistencia en la evitación del sufrimiento más que en la búsqueda del placer.
Hoy la red Internet universaliza el mercado de los consumidores por las autopistas de la informática a un ritmo de vértigo. La circulación libre de informaciones científicas se cruza con intercambios de materiales pornográficos, con ventas de armas cada vez más sofisticadas y con la no menos libre y variada comercialización de drogas. La Biblia con el calefón se ofrecen en los escaparates de la modernidad. Una moral cínica es esgrimida desde los circuitos de poder para intentar justificar por medios estadísticos las diferencias cada vez más acuciantes entre ricos y pobres, al par que esos mismos estados tampoco están en condiciones de resolver las consecuencias tecnológicas de la libertad informática.
Desde esta perspectiva la toxicomanía consiste en la categoría moderna que colectiviza a todos aquellos individuos que son supuestos a obtener una satisfacción a partir de una relación a una sustancia de su elección. Los toxicómanos presuponen un ser a partir del producto que consumen. Desde el discurso del poder se los nombra de ese modo y con ese nombre responden, luego se los aísla para tratarlos: centros asistenciales o carcelarios.
Para el Psicoanálisis no puede tratarse de un problema moral al que habría que responder por sí o por no. Los psicólogos no atienden toxicómanos y alcohólicos, se enfrenta con la particular relación de un sujeto con una sustancia de la que intenta extraer una satisfacción. La relación de un sujeto con una sustancia puede responder a diferentes problemas, los que podrán – retroactivamente – deducirse de la estructura clínica en particular. Tampoco constituir una estructura creada por el Estado, la que responde a otros problemas: el mantenimiento del orden social.
Si la droga y/o el alcohol constituyen una respuesta con la que algunos sujetos taponaron la pregunta por el deseo del Otro, se tratará de ofrecerles un lugar donde esa pregunta pueda llegar a formularse.
Drogadependencias a fines de la modernidad
"La adicción es también una forma sucedánea de establecer pequeños vínculos sociales alrededor del nombre droga, esto sucede porque están faltando los proyectos alternativos, esta faltando el proyecto constitutivo, esta faltando el proyecto personal que se inserta en lo constitutivo". A.Calabrese
Una actualización permanente nos demuestra que el adicto es nada más y nada menos que una producción de la época que le toca vivir,
Hace 20 años atrás teníamos un adicto que por sus características ejercía la capacidad de contestatario social, que se ponía en un panorama de enfrentamientos a quién lo observaba desde la categoría de instructor, juez, médico, psicólogo o lo que fuere. Él afrontaba esas secuencias sociales, esas caras del dominio social diciendo "Bueno, yo me lo tomo todo y a la vez estoy demostrando lo que soy frente a ustedes". Esta característica del enfrentamiento es o creemos, la que hoy se ha perdido.
Cuando un adicto consume no está consumiendo solamente la droga – objeto de su deseo más o menos concretado, nunca satisfecho – sino que está incorporando una sustancia. Esta sustancia tiene, desde que se ha transparentado la situación de la droga como mercancía, valor de uso y de cambio.
De las drogas, más allá de su catálogo biológico: estimulantes, depresora o alucinógena, lo que importa es cuál es su significado en el contexto social y qué pone el que las consume sobre ellas, creyendo que con eso lo obtiene.
Unos las buscarán para potenciarse intelectualmente, otros laboralmente, otros creativamente, otros sexualmente, etc. Lo que quieran poner en ella.
El discurso oficial sigue diciendo que quien consume drogas es el malo de los malos; la prueba es que sólo en esta temática se logra que alguien sea castigado por el consumo u obligado a un tratamiento por el mismo (cosa que no se logra con ningún otro delito). Esta supuesta maldad desde cierto lugar social, todavía hace que el atractivo sea mayor.
Paradójicamente, del mismo discurso oficial de donde sale la condena y las leyes consecuentes, de ese mismo lugar salen figuras que la consumen, la trafican y la usan como valorización de los lugares de poder, y que pueden pasar de un lugar a otros sin sanción.
Esta paradoja llega al consumidor y aún a la calle con doble mensaje, el doble mensaje es: por un lado esta mercancía es la Mercancía, por el otro algunos la pueden manejar sin castigo y a otros no solamente se los castiga sino que hasta se los trata para que no vuelvan a hacerlo nunca más.
No nos olvidemos que el mismo país que nos enseño que solamente había que decirle "No a las drogas", como si todos los atractivos se pudieran suprimir con el "Dígale no"hizo dos operaciones clandestinas que se financiaron con la droga. Era el mismo país que recitaba "Dígale no a la Droga" o sea: dígale no cuando le conviene, dígale sí cuando le viene útil.
Este "Dígale Sí", "Dígale No" está incorporado en el imaginario social sobre todo de los jóvenes que saben que este discurso es falso.
Contrariamente a lo que es una tarjeta de crédito, las drogas se obtienen sin necesidad de presentaciones, avales, certificados y garantías. Se pueden traficar sin nada de todo eso y se pueden obtener ganancias mayores sin ningún tipo de capitalización previa.
Por supuesto esto significa una cadena de retenciones, de esclavitudes inconscientes que van atrapando poco a poco al individuo hasta llevarlo a complicaciones mayores, por supuesto esto es lo que no se ve; lo que se ve y funciona como atractivo es que esta mercancía es una de las más fáciles de obtener, comerciar e instalar para seguir un proceso de crecimiento.
Falta entender que la sociedad no es una sumatoria, una agrupación, un amontonamiento, sino una grupalidad que adquiere sentido y lo transforma justamente en la medida que hay un proyecto que lo conduce.
Lo contrario de adicto es proyecto.
En esta modernidad, lo que falta es el proyecto "Yo el que puedo" . Si alguien no puede, entre cosas podrá ser un adicto. Los que pueden, los que fundan, los que trascienden difícilmente sean adictos, ahí sí va a aparecer la vida, no como falsa opción: vida o droga.
La tenencia de drogas para uso personal, el castigo penal y su efecto en la epidemia
"La drogadependencia es una enfermedad y como tal hay que tratarla; en tiempos de SIDA la norma del artículo 16, segundo párrafo, de la ley 23.737 resulta irracional porque no solamente es ineficaz para proteger el bien jurídico SALUD, sino que implica un elemento potenciador de la epidemia, conspirando de ese modo contra su propia finalidad, por lo tanto es inconstitucional al afectar el principio republicano de gobierno". Dr M.E.Vázquez Acuña.
El artículo 14, en su segundo párrafo, de la ley 23.737, reprime la tenencia de estupefacientes para uso personal. Dicho instrumento legal prevé como reacción punitiva la pena de prisión y medidas de seguridad; establece un sistema vicariante en el cual el juez suspende la ejecución de la pena (Artículo 17) y someter al usador de drogas a una medida curativa por el tiempo necesario para su desintoxicación y rehabilitación; si fracasara dicho tratamiento compulsivo se le aplica la pena y se continúa con el mismo por tiempo indeterminado hasta que se rehabilite. En los supuestos de probador experimental, el artículo 21, de la citada norma legal, autoriza al juez a suspender la pena y a someter al imputado a un programa educativo, pero en caso de fracaso opera la sanción de la pena privativa de libertad.
Cabe preguntarnos ¿cuál es el bien jurídico que el legislador entendió proteger al sancionar la norma bajo estudio?.
Al respecto cabe responder que la función atribuida a dicho tipo penal resulta ser la de prevenir ataques a la salud, ya sea individual o pública.
Ahora bien, la segunda pregunta que corresponde formularse es si en tiempos de SIDA la norma cumple con el objetivo buscado.
En este sentido Bidart Campos, quien nos habla del principio de razonabilidad, el cual a su juicio deriva del artículo 28 de la Constitución Nacional, afirma que no basta que la ley mande o prohíba una conducta determinada, es necesario que el contenido de esa ley responda a ciertas pautas de valor suficiente. Ello implica considerar si el instrumento legal resulta ser el medio proporcional y razonable para alcanzar tal fin.
Tanto la ley Nacional de SIDA 23.798 como su decreto reglamentario tienen como finalidad implementar y promover actividades y conductas que sean adecuadas para luchar contra la pandemia. Ello implica, entre otras, impulsar a que la población se acerque a los centros de salud para que sean asesorados sobre los modos de transmisión y prevención de la enfermedad, y principalmente para brindar asistencia profesional a aquellos que la necesiten (art. 1,4,6 y 8 de la ley; y art. 1 y 6 del decreto).
No puede desconocerse que quienes ven criminalizadas sus conductas, nos referimos a los drogadictos, – puesto que por una razón lógica para usar previamente hay que tener – , no se acercarán jamás a las instituciones sanitarias, al representarse seriamente que pueden llegar a ser detenidos e imputados de un delito, es más, intentarán no tomar contacto con alguna agencia oficial. Tampoco que quienes usan o abusan de las drogas (lícitas o ilícitas), suelen practicar actividades riesgosas sin adoptar algún tipo de precaución; y que tal practica constituye uno de los factores con más peso en esta epidemia.
"Nos preocupa la importancia del uso de drogas inyectables en la expansión de la epidemia del SIDA en la Región Iberoamericana, así como las posturas políticas y las normas jurídicas en relación con el uso de drogas, que han limitado la implementación de medidas eficaces de prevención y control de VIH/SIDA entre usuarios de drogas y sus parejas sexuales".
Por lo que se recomienda: "Revisar las posturas político-jurídicas relacionadas con el uso de drogas, con el propósito de asegurar y facilitar la implementación de acciones de prevención y control VIH/SIDA entre usuarios de drogas y sus parejas sexuales, dentro del marco del conocimiento del tema y las experiencias nacionales e internacionales"
Sobre la legalización de la droga
"En la medida que estemos en una economía de mercado tenemos que saber que toda interferencia prohibitiva aumenta el precio de lo prohibido, aumenta la rentabilidad, por ende determina una actividad empresarial para ocupar ese espacio de prohibición. La única manera que podamos eliminar el tóxico será eliminando el mercado mismo". E.R.Zaffaroni.
La mayoría dominante de la opinión criminológica y fundamentalmente la de EE:UU. sostiene la conveniencia de dar un giro de ciento ochenta grados en la política criminal en materia de tóxicos.
En la historia contemporánea hay un creciente ámbito de prohibición de tóxicos cuyo liderazgo lo ejercieron los EEUU. Curiosamente uno de los primeros tóxicos prohibidos en esa nación, fue la marihuana, antes que el opio, y luego los otros.
¿Porqué primero la marihuana? Porque llega de manos de los mexicanos. Un grupo de puritanos de los EEUU. Donde la virtud está en la abstinencia, contrastaba con los grupos inmigrados que fueron llegando al país del norte.
Esto sería más o menos anecdótico si estuviéramos hablando de un pequeño agujero de indisciplina, pero lo cierto es que desde fines de la Segunda Guerra Mundial se está produciendo un fenómeno de acumulación de capitales que es algo que no se produce por trabajo sino por valor agregado, por prohibición y no sólo se refiere a los tóxicos sino que se refiere también a evasión fiscal de países centrales, mercados interferidos, tráficos de armas, tóxicos, servicios, producto de especulación financiera, bicicleta a nivel internacional.
Es decir, el monto es inmenso, excede a la imaginación. Si nos ceñimos a tóxicos, se calcula que EEUU. pierde u$s 40.000.000.000. esto es lo que pagan para que llegue el tóxico al país, entrando en una red de distribución y el consumidor lo compra con un precio que esta cinco o seis veces por encima del valor de importación. Estamos hablando de u$s 300.000.000.000 que entran de nuevo al mercado, porque el asunto del blanqueo y la persecución del blanqueo no es creíble.
DROGADEPENDENCIAS
"Dulce es vivir larga vida rodeada de confiada esperanza, nutriendo con brillantes delicias el alma. Mas tiemblo al ver cómo males sin cuento te desgarran por culpa del género humano" Esquilo. (Tragedias completas)
Después de haber extraído conclusiones de trabajos científicos se encontró un punto importante que se denomina las "reacciones del sistema nervioso central después de la absorción de drogas".
La operación es simple, de un lado el sistema nervioso central y del otro las sustancias. Según las reacciones del sistema nervioso central podemos ordenar las sustancias.
Si el sistema nervioso central produce tal tipo de reacción después de la absorción de heroína, de alcohol, de tabaco, entonces estas tres sustancias pertenecen al mismo conjunto. En cada clase el sistema nervioso central es una especie de Biblia que homogeneiza las reacciones dispares; se convierte de repente en la central que ordena las informaciones y establece los listados.
Una informatización de reacciones, que genera dentro de su propio movimiento interno la definición de un pseudo-sujeto: representado por un listado ante una computadora.
Después del establecimiento de una lista de productos, el pequeño salto se da cuando se califican los conjuntos de productos lícitos e ilícitos cuando se trataba solamente de reacciones diferentes o semejantes. He aquí que los llamados hombres de ciencia hacen jugar su subjetividad; cuando pueden proponer que aquello que era ilícito ayer no lo sea más hoy y viceversa.
Por qué no decir que dadas las negativas reacciones del sistema nervioso central todos los productos son ilícitos; y más aún que aquellos que consumen dichos productos ilícitos, considerada la influencia nefasta de estos productos sobre su querido sistema nervioso central van a sufrir las curas de desintoxicación obligatorias. Pues es necesario saber que les interesa sobretodo, el toxicómano, la droga, los estudios científicos o exclusivamente el sistema nervioso central.
Acerca del beber y del bebedor – Una Lectura desde el psicoanálisis
"Me quedo largo rato mirando cómo la imagen de mi cara se mueve, oscila, se rompe y vuelve a unirse en la superficie de la bebida, o se deforma en el vaso o en la botella" J.Barrionuevo.
El propósito es proponer algunas reflexiones acerca de la problemática del consumo de bebidas alcohólicas, analizando dos posiciones del sujeto en cuanto al beber, pudiéndose diferenciar: en una de ellas un esfuerzo identificatorio en el "beber para darse ánimos", para "levantar el espíritu", y otra el fracaso del mismo en el exceso del bebedor, en la borrachera o en el alcoholismo propiamente dicho.
Por eso recurriremos al estudio de expresiones populares, recurso al que el psicoanálisis asigna gran importancia, y a viñetas clínicas como puntos de enlace con algunos desarrollos teóricos.
Freud en "El malestar en la cultura", trabaja sobre la idea de la existencia de "lenitivos" que se necesitarían para soportar los sufrimientos, las decepciones, la dureza de las condiciones de vivir, y se refiere a los narcóticos como "quitapenas" que permitirían refugiarse en un mundo optativo que ofrecería mejores condiciones para la sensibilidad.
Muchas cosas se dicen de las bebidas alcohólicas, del vino, de la cerveza, de las bebidas "espirituosas". Están asociadas a festividades o a celebraciones, religiosas y laicas, de trabajo y de camaradería……"Bebedor social", se dice del "adicto a las bebidas alcohólicas", y se diferenciarían así estas últimas claramente de otros narcóticos en cuanto a cierta aceptación desde la sociedad en nivel semejante al tabaco si bien tienen características diferenciales.
"El vino transporta, enajena", se dice, y en esta línea permitiría refugiarse en un mundo optativo, ayudaría a los pesares que la vida impone a los hombres, siguiendo las expresiones de Freud citadas líneas atrás.
"Si el vino viene, viene la vida…." dice un retumbo folklórico que más adelante continúa con la expresión de un deseo: "….. que me entierren al alba, regao de vino mi tumba".
"El vino es vida", "…..la bebida de los pueblos fuertes", son sólo dos de algunas frases publicitarias que muchos recordarán en secuencias de imágenes de la vida cotidiana (conocerse y formar pareja, tener un hijo, los primeros escarpines…..) en las cuales, infaltable e inalterable, estaba la botella del vino promocionado.
Beber "para olvidar"dice el tango a este mundo en el los sufrimientos provocan la emergencia de una angustia que no puede ser procesada sino sólo ahogada por los efectos del alcohol , un terror o un penar para los cuales no hay palabras si no es con la ayuda de un líquido que facilitaría encontrarlas aunque, huecas y vacías, serían sólo parches, frágiles suturas.
Porque "suelta la lengua", se dice del vino, "permite hallar las palabras fácilmente", se cree con cierta razón, si bien éstas por cierto no alcanzan y el límite es sobrepasado cuando los vasos de más, en el exceso y la desconexión posterior al beber, la depresión y la resaca, muestran lo fallido del intento y la eficacia de la pulsión de muerte en la búsqueda de bebida nuevamente, "para cortar la resaca", como decía un paciente, con un poco de "blanco", o para "ponerse en pedo" otra vez. "Cuando tomo me siento un vencedor, no hay quien me gane con las minas", son algunos comentarios en análisis que suelen escucharse, con variantes, según cada sujeto, en muchos pacientes alcohólicos. En la primeras expresiones podíamos pensar en la especial relación que se establece con el vaso o la botella, o con la bebida en sí, que evocan las afirmaciones de Freud respecto del "matrimonio perfecto" del bebedor con la bebida o con la botella.
"Matrimonio perfecto" sería el caso del bebedor consuetudinario y que, fiel en el amor, prescinde de todo otro vínculo, "noviazgos ocasionales" o "relaciones pasajeras" podríamos definir para los lazos que se establecen con la bebida alcohólica en procura de tener fuerzas para acercarse a otros o con la expectativa puesta en lograr un éxito en una empresa que considera difícil.
El líquido embriagador facilitaría apropiaciones cuando el sentimiento del sí aparece cuestionado por una intensa angustia, por un terror para el cual no hay palabras, o cuando una intensa depresión enfrenta a una sensación de vacío, y la ingesta se presenta como el único medio posible para llegar a "ser" un vencedor, como decía el paciente aludido.
"La recomendación de la cocaína que yo había hecho en 1885 me trajo muy serios reproches. Un caro amigo, ya muerto, apresuró su fin por el abuso de este recurso". S. Freud
Freud mantuvo – según Francisco Depetris- lo que se podría llamar un affaire – teórico y experimental – con la cocaína a mediados de los años 1880, una década antes del descubrimiento del inconsciente, si es que admitimos, con él, que se puede fechar este descubrimiento con el surgimiento del sueño de la inyección y de análisis en Julio de 1985.
Para los años 1880 la cocaína era bastante poco conocida en Europa aunque ya era muy conocida en Estados Unidos, donde no solo no estaba prohibida todavía sino que había logrado, incluso, un cierto prestigio tanto en los ambientes médicos como fuera de ellos. Había bebidas que la contenían, tales como ciertos vinos de consumo popular e incluso la ya existente Coca Cola, que contuvo cocaína hasta 1903. La prohibición generalizada de la cocaína recién sobrevino en 1906.
En los años 1880 entonces, el uso de la coca era, en todos los sentidos de la palabra, inocente. Seguramente porque todavía no había sobrevenido lo peor.
Se entiende perfectamente, entonces, que la coca haya capturado el interés de un joven médico vienés como Freud, quien empieza a informarse y a escribir trabajos científicos sobre esta sustancia que, al otro lado del Atlántico, ya tenía fama de fortificar al sistema nervioso, de ayudar a la digestión, de permitir sobrellevar la fatiga, de hacer de calmante de los dolores e, inclusive… de curar a las toxicomanías!.
Hoy día resulta difícil, después del tiempo pasado, y con la carga imaginaria de los discursos sociales actuales de la droga, representarse aquella situación.
Freud comienza entonces a experimentar con la cocaína en Abril de 1884 y, en primer lugar, experimenta sobre sí mismo: la usa cuando se siente deprimido, o cuando tiene dolores de estómago, pero también cuando tiene algún compromiso social en el que tiene que hacer un buen papel o cuando, en la soledad, escribe a su novia.
Por otra parte, desde el punto de vista de la entrada del discurso psicoanalítico en la historia, la relación de Freud con la cocaína es lo suficientemente importante como para inscribirla, junto a la hipnosis y al método catártico, en una serie que llevará al descubrimiento del inconsciente y a la invención de la técnica analítica. Lo que nos interesa del uso por parte de Freud de la coca es de que modo este uso queda acotado en su relación con el psicoanálisis.
En sus estudios y sus conferencias sobre el tema, Freud aconseja el uso de la cocaína – consejo del que no tardará en arrepentirse – en una serie de casos que incluyen la neurastenia, la hipocondría y la mismísima histeria.
Ahora bien, ¿cómo es que Freud desplazó de ese lugar a la cocaína?. Hay razones de orden epistémico y otras de orden ético. Y, en ambos casos, la razón es la inscripción de un fracaso.
Aspectos psicológicos de la adicción y el HIV-SIDA
"Pero, si no entendemos el significado y profundo, si no aprovechamos algunos elementos residuales de la intensa crisis que desencadenó la epidemia, solo nos queda interrogarnos acerca del nombre de la epidemia que viene" A. Sumay
Relata Alberto Sumay, para los que trabajamos con adicciones desde hace muchos años, aparece el SIDA como un elemento de riesgo más para esas personas que veíamos a fines de la década de los ’70 y a comienzos de los ’80, picándose con agua extraída de un inodoro o debajo del cordón de una vereda. Allí, los riesgos de
infecciones generalizadas o locales era altísimo (y sigue siéndolo) y el de SIDA no existía.
Operativamente, podemos pensar – dentro del marco más amplio de los procesos tóxicos – a la adicción como una relación, articulada entre una persona y un objeto (real o no) donde se va a generar un acumulo de tensión en aquella, que solo se alivia con la obtención del objeto (aún cuando fuere fantaseado). Esta relación, que se despliega dentro de un contexto cultural y familiar e implica a una persona con un cierto bagaje genético, produce una progresiva pérdida de grados de libertad.
Desde el lugar de la cultura, nos encontramos con una estructuración – en la posmodernidad o como se quiera llamar – que genera dos situaciones que la caracterizan: en primer término, se produce una continuada y creciente creación de necesidades, justamente referidas a la obtención de objetos. Se llama a esta situación síndrome de la ingesta, porque insiste en la incorporación, en detrimento del metabolismo y la transformación.
Para esta ingesta, cada vez más, se propicia con relación a una satisfacción rápida de la necesidad, a fin de evitar el proceso de pensamiento que desenlazaría en la elección y para lograr una replicación rítmica del "deseo".
En esta cultura de la ingesta y la simultaneidad, desaparece el tiempo para que no exista la espera y la angustia. Pero también se pierde la función profundamente formadora del tiempo y su transcurrir en el contenido de la espera.
En el contexto cultural y familiar, hallamos al sujeto, que en definitiva resulta ser el objeto de nuestra mirada. Ese sujeto que no es la droga, que no es la adicción y que no es HIV ni SIDA. Sujeto que porta una química propia, personal, que se articulará con la química de la sustancia y con la química del virus. Allí podremos trabajar con la persona, con su química. De donde la sola abstinencia no desembocará en la cura.
Así como el SIDA sintomatiza las fallas que – en lo social – se han producido en nuestras actuales culturas, nos devuelve al análisis de la preexistencia. Y la epidemia de las adicciones, dentro del marco más abarcativo de los procesos tóxicos, es anterior al SIDA.
En la historia de la humanidad, las epidemias – con recursos humanos, cinéticos y técnicos mucho menos desarrollados – llegaron a un espacio de meseta y luego comenzaron a decaer en su prevalencia, hasta desaparecer o quedar a la manera de enfermedades endémicas.
La droga siempre al alcance de la mano
"El toxicómano, sostiene un discurso que hace resistencia a los ideales que toda tradición paterna supone. Es un tiempo de la clínica, donde escuchamos un padecimiento que muestra claramente una disociación subjetiva, entre los ideales perdidos y la compulsión de gozar" L.Giunipero
Un ejemplar de la Revista Clarín, en un artículo nos muestra una vieja y abandonada estación de trenes en Letten, Zurich, Suiza a unos 20.000 jóvenes, adictos, que van a ese lugar a morir. Librados a su goce, a su destino, el goce de la pulsión de la muerte.
Les propongo escuchar a una paciente que en su entrevista comenta, que hace ocho fue a un psicólogo, "fui una sola vez y no fui más, siempre fui muy inconstante". Se sonríe y dice "he vuelto", "tomo merca todos los días… he vuelto a no poder parar… se me cambia todo….el día por la noche….había podido zafar…..de lo que nunca pude zafar es de la marihuana…..fumo los fines de semana o cuando vuelvo del trabajo….".
Le pregunta desde cuando "ha vuelto"……"hace un año conseguí un trabajo al que me dedico todo el tiempo….compulsivamente….me levanto a las 5 de la mañana y vuelvo a la noche…..solo para dormir…..me compré un auto…..mi autito….todo lo que gano lo debo….el tratamiento voy a pagarlo con las horas extras es lo único que quiero hacer, me saca de todo lo otro….con mi jefa somos muy amigas….ella sabe mi problema…nos queremos mucho…hace unos días entró a trabajar un pibe de veintitrés años…mi jefa es separada se….hicieron muy amigos….se enamoró del pibe…..será por eso que volví a la merca….pero no me pega como antes….tengo vómitos…..trastornos intestinales…..me agrava el problema de la vista. Casi me operan de apendicitis. Los médicos no sabían que era mi problema de intestinos. Tengo un problema en un ojo. Se lo debo a los 8 años que tomé de todo: coca, marihuana, LSD, todo lo que encontraba"
"No quiero perder mi trabajo… lo necesito para no volver a encontrarme con la gente y volver a tomar…..mi hermana consume y eso me complica más….vivimos juntas……se me hace muy difícil".
Comenzamos a trabajar en temas familiares……"todo empezó un 21 de septiembre, tenía 16 años y no podía soportar la ternura…..mis padres nunca se abrazaron….tuve relaciones con chicos…..todas han sido cortas….me da vergüenza sentirme besada y acariciada…..sólo con un chico que fumaba mucho, duré más, perp estando siempre dura no se tiene idea de las relaciones sexuales….ni idea".
"A los 17 años me hice un examen de orientación vocacional, no sabía que carrera seguir….la psicóloga dijo que me convenían las ciencias exactas…..a mi me gustaba la naturaleza…..pensaba en veterinaria…..pero le hice caso….empecé ingeniería…..me dijo que tenía un trauma y se me iba a revelar…..estos años de locura con la droga….habrá sido la manera de revelar el trauma…pero no se de que trauma se trata".
Hablamos de su padre, de la violencia del padre, de las peleas entre su padre y su madre, de una escena repetida donde el padre golpea a su mamá y en una ocasión, le tuerce la mano y le hace caer el mate. De niña era muy sensible, frente a estas escenas se angustiaba mucho y le dolía la cabeza.
Insiste en no perder su trabajo, en no quedar pegada al grupo a través de su hermana.
Después de 8 años vuelve a las entrevistas, para intentar no perder un trabajo, para diferenciar su trabajo del amor a su jefa, para no drogarse como antes, porque ya no le "pega" y su cuerpo lo testimonia.
Podemos comenzar a hablar de su historia, de su trauma y su manera de revelarse, de sus padres y de su infancia, manera de construir su neurosis infantil, que le permita pasar, de ser una adicta a una posición histérica.
Prevención: una historia a construir
"En este inicio del Siglo XXI, desde el psicoanálisis podemos rendirle utilidad a la civilización y es usando instrumentos, acto e interpretación para advertir los fallidos y equívocos que se producen en la realidad de los hombres que construimos" M. Marcucci.
Es indudable que la cultura ha intervenido de modo fundamental en la formación de nuevos disfraces, máscaras que representan las perturbaciones de la salud a lo largo de los tiempos, dándole nuevos nombres a viejos padecimientos…..Aparición de nuevos trastornos? Esto va produciendo diferentes demandas, generando así nuevas respuestas.
Se piden respuestas rápidas en donde poder apoyarse o sostenerse, pues las redes de solidaridad se han quebrado.
Generalmente cuando nos invitan a charlas sobre prevención, somos convocados a producir una explicación científica.
Es nuestro estilo, sin decir que sea ni mejor, ni peor, ni único, no confundir el saber psicoanalítico con el saber científico.
Lo verdaderamente inaugural de nuestra experiencia es la posibilidad de hacer algo con la angustia y no prestar atención a la textualidad de lo dicho.
Una respuesta posible que se puede ofrecer, es una escucha y también que tomen la palabra.
La "intervención educativa en el tema drogas"es un amplio conjunto de actividades en torno a situaciones que ponen en juego no solamente al maestro y al alumno, sino también a los padres, directivos y algunas veces a los agentes de seguridad; no es intentar convencerlos sobre la nocividad del tóxico, sino promover pautas de actuación que le permitan superar los motivos de su acercamiento a los mismos.
Así hoy la salud y la educación se nos presentan como derechos fundamentales e indeclinables de todo ser humano y una conveniente articulación entre ambas, posibilita el logro de una tarea preventiva de potencialización mutua.
La sociedad y sobre todo la cultura nos está exigiendo pensar los problemas, no ya como enfermedades puntuales, sino como hechos que forman parte de la compleja configuración sociocultural. Si le sumamos a esto la prevención, como práctica que nos permite ver el proceso vital del sujeto en la dinámica misma de la cotidianeidad, apuntando a la tarea de transformación – en el amplio sentido de la palabra – de representaciones, de acciones cotidianas, de forma de vida; de reflexión sobre nuestros prejuicios, de nuestros miedos, etc. nos permitirá obtener coordenadas más variadas, para poder sí, situar mejor las diferentes situaciones que se nos presentan como problemáticas.
"Para cambiar de historia primero hay que construir una".
La difusión del HIV/SIDA entre los drogadependientes ha sido favorecido por la permanencia de los mismos en las cárceles, por el hecho de no frecuentar centros de asistencia, de una condición humana en la cual difícilmente acepten nuevos comportamientos que tienen que ver con la prevención, por ejemplo: el uso de preservativos, el abandono del hábito de intercambiar jeringas y de no usarlas más de una vez.
Creemos que organizar una estrategia de prevención significa favorecer una toma de posición de la colectividad y una rebelión contra las causas de un malestar difuso del cual los drogadependientes representan los aspectos más dramáticos.
Las propuestas de trabajo son tantas como la imaginación y la capacidad de creatividad que un grupo pueda originar, interrelacionando su trabajo con otras instituciones a escala nacional e internacional.
La participación de los diferentes componentes de los equipos es importante, pero también es necesaria el de toda la sociedad, desde los animadores de la vida social cultural, los padres, los funcionarios del orden, etc.
Nuestra forma de operar pretende producir una construcción de verdad, un efecto de verdad, una construcción del saber y posibilitar que esta búsqueda sea permanente, cuya interrogación cuestione certezas y posibilite que el inexperto des-prevenido, construya continuamente el saber y la verdad.
No debemos privarnos del acceso a los medios de comunicación, a través de iniciativas nuevas acorde con la época.
En el año 1993, el gobierno argentino firmó un documento producido por la Conferencia de Ministros de Salud de los países iberoamericanos, refrendado por la reunión de Jefes de estado realizada ese mismo año. La Argentina coincidió en lo que a SIDA y drogas se refiere con la preocupación por "la importancia del uso de drogas inyectables en la expansión de la epidemia del SIDA en la región iberoamericana, así como las posturas políticas y las normas jurídicas con relación al uso de drogas, que han limitado la implantación de medidas eficaces de prevención y control de HIV/SIDA entre usuarios de drogas y sus parejas sexuales". No obstante, hasta nuestros días, nuestro país no ha encarado políticas gubernamentales fuertes y constantes en esta dirección.
Del Libro – SUEÑOS – FANTASÍAS – REALIDADES de la POLÍTICA
Capítulos V y VI – Autor Hugo Sirio – Editado en Diciembre de 2003
Hugo Sirio
Escobar, Pcia de Bs As, República Argentina