El retorno del Beagle
Luego de su histórico viaje, el joven Charles contrajo nupcias con su prima Emma, heredera de la fortuna del prominente y acaudalado Josiah Wedgwood, famoso por la producción de porcelanas. La fortuna de su suegro le garantizó poder vivir sin trabajar y en aislamiento espléndido — para el beneficio de la humanidad. (Véase mi ponencia: El "braguetazo": sus problemas inherentes y sus complicaciones sociológicas).
Durante el viaje alrededor del mundo la resistencia de Darwin no era muy buena, ya que sufría de mareos y de muchas otras dolencias. Luego de casarse, Darwin padeció de un sinnúmero de achaques y problemas de salud. Furúnculos, frecuente ataques de náusea y vómitos, erupciones cutáneas, elefantiasis y de palpitaciones. (Véase mi artículo: Palpitaciones).
Erasmus Darwin
Hoy día se pudiera aconsejar a Darwin a que buscase atención por un sinfín de trastornos tanto físicos como psicosomáticos. Así lo sugieren sus más prominentes biógrafos: John Bowlby, Charles Darwin: A New Life y Ralph Culp, To be an Invalid, asimismo, monografías.com ofrece cientos de ponencias que iluminan el trayecto de este pensador.
Habiendo descrito de manera breve hechos de importancia de la vida de Darwin, ahora procederemos a ocuparnos de lo que en esta ponencia nos atañe.
Lo que Darwin ignorara
Como sabemos, el viaje del Beagle, llevaría a Darwin a la Tierra del Fuego y más tarde a las islas Galápagos.
Daremos comienzo a esta parte de nuestra lección yendo de atrás hacia adelante, por razones empíricas.
Primero describiremos lo que Darwin encontrara en las Galápagos para añadir a las mismas sus experiencias en Yahgashaga.
Nosotros hemos visitado las Islas Galápagos donde la presencia de Darwin se siente y se respira en el mismo ambiente — Aunque los hallazgos más importantes que, como genio — se supone que en esas islas hiciera — le pasaran desapercibidos.
¿Qué aprenderíamos, acerca de Darwin, en el S XX, durante nuestra visita?
Veremos
Nuestro viaje fue planeado por miembros del Departamento de Ornitología de Washington University en colaboración con The Smithsonian Institute y la The National Geographic Society.
Mapa del viaje del HMS Beagle
Nuestros intereses para este recorrido eran el estudio de las estrategias de comer de la fauna de Galápagos. Lo que la presencia y enseñanza por ornitólogos, que nos acompañaron como expertos, lo haría más valioso.
Lo que Darwin viera y no advirtiera.
Por ejemplo, los picos de los pinzones famosos, que encontrara, como modelo de adaptación para sobrevivir. En su función misma, les eludirían. (Véase: The Beak of the Finch: A Story of Evolution in Our Time por J. Weiner).
Darwin se concentraba entonces, en los aspectos de la lucha por la existencia reproductiva que prima en la vida de todos los seres vivientes. En esa misma lucha, su genio intuitivo, como asimismo lo fuera el de su coetáneo Rusell-Wallace, enfocaba en la necesidad de sobrevivir y de que nos adaptáramos a las circunstancias adversas con que la Naturaleza nos confronta, para lograr pasar nuestros genes a generaciones posteriores.
Aunque Darwin estaba entusiasmado acerca de su obra en gestación, El Origen de las Especies (En inglés: On the Origin of Species by Means of Natural Selection, or the Preservation of Favoured Races in the Struggle for Life), también estaba gestando la que posteriormente escribiera, El Origen del Hombre (The Descent of Man and Selection in Relation to Sex).
HMS Beagle
Veamos lo que se dice al respecto
"El caso de los pinzones de Darwin
"Esta es una de las observaciones más famosas de Darwin. A su llegada a las islas Galápagos, Darwin advirtió que había una serie de aves que, pese a tener diferencias, también tenían características comunes. Estas especies eran: el pinzón picamaderos, el pinzón curruca, el pinzón arborícola, el pinzón terrestre, el pinzón vampiro y el pinzón mosquitero. Todos ellos provenían de una misma especie, una especie de pinzón granívoro ancestral, que al propagarse a las islas desde Sudamérica se había adaptado en cada una de ellas a ocupar distintos nichos ecológicos vacantes. De esta forma a partir de una especie se habían formado siete, y esto debido a las diferentes oportunidades y exigencias que habían encontrado en cada uno de los nuevos ambientes a los que el pinzón ancestral había tenido que adaptarse".
Las palabras que arriba se leen forman parte de la manera romántica, pero incorrecta, con que se cree que Darwin visualizara los famosos pinzones.
Veamos la concepción actual:
Darwin, en su llegada, encontró (13 ó 14) variedades de estas avecillas, las cuales muchos de sus hagiógrafos, pretenden hacernos creer que el estudio de su presencia y variedad, inspiró su teoría de la diversificación adaptiva. Lo que así, tristemente, para ellos no fuera. (Véase: Darwin and his finches: The Evolution of a Legend, por F. Sulloway).
Los pájaros mismos morfológicamente, jugarían un rol importante en la incepción final de la teoría de la evolución por selección natural. Pero, cuando Darwin hiciera su famoso viaje en el HMS Beagle, él no tenía la menor idea de su significado. Para Darwin los pájaros no estaban relacionados entre sí. De hecho, él creyó — como nos lo explica Sulloway — que estas avecillas no eran del todo pinzones.
Pero, existen razones poderosas para que el pensamiento de Darwin fuera sesgado en la dirección demográfica, ya que como todos sabemos, sus ideas habían sido influenciadas por las de su contemporáneo T. Robert Malthus.
Malthus, por supuesto, fue quien nos alertara acerca de los peligros de la explosión demográfica mundial y de cómo la reproducción ilimitada de seres vivientes terminaría agotando la comida que, para todos existiera. Por esa razón, la adaptación de mayor importancia sería la reproductiva (sexual) aunque la alimentaria, siendo de la mayor importancia, careciera de la que la reproductiva recibió. (Véase mi ponencia, al respecto que a ésta sigue).
En mi experiencia, pocas veces, los evolucionistas hacen hincapié en la comida, y cuando lo hacen, lo hacen de manera circunstancial o aplazable.
El mismo Darwin, aunque lo anotara, ignoraba el impacto adaptivo de la estrategia alimenticia de los habitantes de la Tierra del Fuego, hacia quienes albergara sentimientos dispares. (Véase: Three Men of the Beagle por R. Marks).
En otras palabras que comer, para sobrevivir y adaptar — en tándem con el instinto sexual, para la supervivencia y prolongación de las especies — no se consideraba tan importante.
Pero, sin embargo, lo es…
Pero, antes de proseguir, veamos a los finches mismos para de ellos aprender
El debate continúa hasta hoy y aún permanece sin resolver: ¿Cuántas variedades de pinzones había? Trece, algunos dicen. Catorce nos dicen otros.
Pero, gracias a la determinación de dos científicos norteamericanos, Peter y Rosemary Grant, muchas respuestas hacia la resolución del rompecabezas de la evolución adaptiva empiezan a hacer su ansiada aparición.
Los Grant han estudiado por más de veinticinco años los pinzones de Galápagos, y, por medio de métodos científicos avanzados, han logrado lo que Darwin o Alfred Rusell Wallace no pudieron haber hecho en sus vidas de investigadores — ver la evolución en acción con sus propios ojos.
En su Orígenes, Darwin escribe: "Puede decirse, metafóricamente, que la selección natural es un proceso constante de escrutinio mundial, que sucede diariamente y hora por hora. Registrando las variaciones más mínimas de los organismos; descartando aquellas que no son deseables; añadiendo las que lo son — silenciosamente y subrepticiamente trabajando, cuando y donde quiera que la oportunidad lo permita…"
De acuerdo a sus notas del viaje y la visita. Darwin nos cuenta de la reproducción de los pájaros, de los fósiles que descubriera y de la distribución de la flora y la fauna geográficamente. En otras palabras, Darwin adquiere cantidades enormes de documentación del proceso de la evolución como tuviera lugar en el pasado. Lo que nunca pudo hacer fue ver por sí mismo proceso en acción.
Los Grant han hecho sus trabajos principalmente en la Isla de Daphne Mayor. En esa isla ellos han podido seguir cambios morfológicos adaptivos en la arquitectura de los picos de los pinzones y de su estrategia de comer. Lo que implica que los pájaros han transformado también, digestión y metabolismo.
Cambiar de digestión granívora a digestión carnívora en una generación es hazaña biológica extraordinaria.
Los Grant y otros han presenciado el proceso de lo que hoy se conoce como "la radiación adaptiva". Acerca de esta última, en el libro por J. Endler, cuyo nombre se provee en párrafos subsecuentes, el autor nos suministra una tabla, llamada "Demostraciones Directas de la Selección Natural", donde suministra más de 140 ejemplos donde este proceso se ha verificado.
La importancia es que, en lugar de ser un proceso que toma generaciones de transformaciones discretas, como Darwin propusiera — que sucede en un espacio de muy poco tiempo, y obedeciendo a cambios repentinos en el entorno en que el animal reside.
Para nosotros, que estudiamos la obesidad y otras disorexias, el concepto de la radiación adaptiva, introducida por J. Pods y la evidencia de la ocurrencia in vivo de mutación adaptiva son instrumentos importantes para incorporarlos en el tratamiento de los obesos, como ya veremos. (Aquí recomendamos: Adaptive Radiation por J. Pods y Natural Selection in the Wild por J. Endler).
Prosigamos
De acuerdo al narrativo de R. Marks en Three Men of the Beagle, Darwin, el observador científico más notorio del S XIX, cuando llegó a la Patagonia y encontró a los habitantes de Tierra del Fuego, realizó que ellos eran las gentes más primitivas en la faz del globo.
Veamos cómo los habitantes de Yahgashaga impresionaron a Darwin y a sus acompañantes:
- Los yagan no tenían un término o un nombre que a ellos mismos los distinguiera — no sabían quiénes eran — carecían de identidad coherente.
- No poseían la noción que haciéndose ropas, y vistiéndose, podrían tolerar mejor el frío inclemente en medio del cual vivieran en desnudez total.
- Físicamente, su apariencia anatómica era la del "pigmoide", o la del Homo sapiens Austro melanesio. Para los tripulantes del Beagle seres humanoides.
- Sus moradas — si es que pueden así llamarse — consistían de trozos madera recogida y reseca, unas pocas lianas para atarlos y grama alta o juncos para construir lo que fuera no más que un rompe vientos.
- Los fueguinos sabían cómo hacer canastas, pero nunca se les había ocurrido tejer un techo para sus chozas.
- Todos dormían en el suelo, apiñados y acurrucados entre ellos, suministrando calor mutuo entre todos.
- Sabían cómo construir botes y el uso de arpones primitivos que usaban para pescar y cazar. Además, para la caza mayor y para la lucha entre humanos usaban garrotes y piedras que lanzaban con mucha puntería.
- Sus perros famélicos los ayudaban a la captura de focas y nutrias marinas pequeñas. En esta actividad los perros competían con sus amos por la carne de la presa.
- Su alimento básico eran los mariscos, principalmente los mejillones que encontraban pegados a las rocas. Éstos los comían sin cocinarlos, aunque el fuego era abundante.
- Cuando una ballena de poco tamaño, ya muerta, llegaba a sus playas se abarrotaban con la grasa y descansaban después.
- Otras cosas que incluían en su dieta eran moras que serían disponibles solamente durante los meses breves del verano.
- Muy pocas veces, comerían el cadáver de alguien que muriera. Aunque de costumbre a los inválidos y a los muy viejos los asfixiaban o estrangulaban, no practicaban el canibalismo consistentemente. (Véase mi artículo: El canibalismo: ¿Necesidad, crimen o cultura? De aparición en monografías.com).
- Vivían en grupos sociales primitivos carentes de líderes en autoridad. Sus grupos nómadas no tenían un propósito establecido, deambulando erráticamente, a veces peleando entre los diferentes grupos y entre ellos mismos.
- La comida, por los estándares europeos de entonces, era inadecuada y escueta…
- Se ha dicho que la producción de comida en exceso es prerrequisito para que nazca la civilización. Porque se necesita comida de más, para soportar un jefe, un sacerdote, o un artesano — algo que ellos no conocieran.
- El lenguaje de los yagan era distintivo poseyendo un enorme número de palabras — estimadas en más de 30 mil — describiendo el clima, el agua, los pájaros, los peces, y — más que nada — los peligros que siempre los acecharan.
- Carecían de historia narrada oralmente. No tenían mitos. No tenían música, ceremonias, poesía o dislexia (porque no escribían).
- El terror era elemento constante en sus vidas. Vivían temiendo las tempestades espantosas que, a menudo, llegaban inesperadamente; y la presencia de otras tribus de hombres más fuertes que, frecuentemente, provenientes del norte los invadían y los asaltaban. Tal vez por ello nunca construyeron mejores viviendas, para poder huir con mayor facilidad.
La civilización asimismo, a veces, nace con la agricultura y con ella la formación de ciudades, o al menos, de aldeas.
- No teniendo el suelo adecuado, o los conocimientos, la agricultura no pudo surgir entre ellos.
- Sus conceptos de Ley Natural o de una teología eran ausentes. Para los yagan el concepto de dios no existía, ya que su imaginación era muy primitiva.
- No tenían rituales porque las ceremonias no existían. No poseían rutinas establecidas para el apareamiento o para comer.
Lo único que los yagan tenían era: el fuego.
Por esa razón era esencial para ellos vivir acurrucados entre sí mismos sin aventurarse muy lejos de donde el fuego estaba. (Para una descripción más detallada de esta gente recomendamos: Revista Argentina Austral, articulo por A. Braun Menéndez, Allen F. Gardiner, Marino, Misionero, Mártir por A. Canclini y Tierra del Fuego por R. Goodall).
Entonces, aquí nos preguntamos dos cosas:
- ¿Por qué Darwin tenía que hacer ese, inesperado viaje, de circunnavegar en el HMH Beagle?
- Y, ¿por qué no entendería, al principio, hubiera descubierto? — Como fuera en el caso de Cristóbal Colón.
Ciencia, por casualidad
A las preguntas que arriba formulamos, nadie puede responder. Lo que sí es cierto que hay mucha certidumbre, en este caso, en el dicho que nos aconseja: Post hoc, ergo, propter hoc.
Prosiguiendo
Aquí repetimos preguntas vetustas sino caducas.
¿Qué tienen en común la penicilina, la dinamita y los manuscritos del Mar Muerto?
Que fueron descubiertos accidentalmente.
Serendipia…
¿Cómo llegaríamos a Machu Picchu? Por serendipia, ya que no figuraba en nuestros planes como fuera la visita a las Islas Galápagos.
Machu Picchu
Un sitio que evoca ecos de Brigadoon, queda en una montaña dominando el valle del río Urubamba. Ciudad mítica y mística que visitáramos cuando participáramos por invitación en el X Congreso Nacional de Psiquiatría, III Congreso Peruano Ecuatoriano de Psiquiatría, I Simposio Regional Transandino de Psiquiatría, Lima and Cuzco, Perú. Donde presentáramos varias ponencias acerca de las disorexias y del para-suicidio juvenil.
Para muchos, Machu Picchu, descubierto en el día 24 de julio de 1911 por el norteamericano Hiram Bingham, fue otro ejemplo de serendipia, aunque muchos otros lo disputan.
Nosotros ascendimos y bajamos la cumbre a pie, como homenaje simbólico, a los aborígenes quienes precedieran nuestros pasos — Nuestros psiquiatras amigos creían que estábamos locos.
Serendipia…
Por serendipia, llegaríamos a Lima y luego a Machu Picchu, donde hiciéramos descubrimientos de importancia para nosotros, ya que habiendo viajado muy extensivamente por mares y continentes, asimilando costumbres humanas y estrategias de comer, nunca habíamos pensado en explorar la dieta de quienes viven y medran en las alturas vertiginosas de los Andes — no me refiero a los cóndores — me refiero a los incas.
La dieta del inca que vive en estas regiones, tradicionalmente, carece de proteína animal en forma de carne. Sus llamas son necesarias para el suministro de lana y de leche.
Viviendo de maíz, calabacines y habichuelas los incas se las ingeniaban en sus costumbres culinarias para adquirir todos los aminoácidos esenciales e incluirlos en su dieta.
Su dieta era balanceada y saludable. Con ella no engordaban.
Su estrategia de comer posee elementos de importancia para el tratamiento de la obesidad. (Véanse mis ponencias al respecto).
Habiendo descubierto nuevos horizontes, bajaríamos del altiplano con mayores conocimientos, y listos para retornar, compartir, publicar y enseñar.
En este interludio recomendamos los siguientes libros: Food in History por R. Tannahill (autora de Sex in History), Much Depends on Dinner por M. Visser y The Psychology of Eating and Drinking por A. Logue.
Ahora, veamos la serendipia misma, como concepto
La palabra "serendipia" ha sido redescubierta hace poco y se utiliza cada vez más en todos los idiomas. A partir de 1974 empezó a aparecer en diccionarios conocidos del idioma inglés. Quienes usan esta palabra han creído conveniente la creación de un neologismo para designar en castellano este concepto, ampliamente difundido en la literatura científica contemporánea, que incluye todos los descubrimientos realizados por casualidad.
Radiograma, resultado de la serendipia
Una manzana que cae al suelo a los pies de Newton le da la primera idea de la ley de la gravitación universal. Wöhler produce urea en lugar de ácido amónico. Un soldado francés del ejército de Napoleón halla una piedra con una inscripción extraña mientras reparaba un fuerte cerca de la población de Rosetta, y estas palabras proporcionan la llave de la historia del antiguo Egipto. Un joven pastor palestino lanza una piedra a una cueva oscura, escucha un sonido inesperado y da con los manuscritos del Mar Muerto. Pasteur obtiene cristales de una forma única debido a que la temperatura en el alféizar de la ventana estaba por debajo de 26°C. La resistencia de una mujer ordeñadora a una espantosa enfermedad es advertida por un médico rural y Jenner descubre la vacuna — una espora cae en una placa de Fleming y ello abre la era de los antibióticos.
La penicilina, las sulfamidas, las cefalosporinas y la ciclosporina fueron descubiertas por accidente. Muchos fármacos han sido encontrados por medio de la serendipia. Un fármaco utilizado con un propósito se ha encontrado a menudo efectivo para otro completamente distinto y, a veces, más importante. La aspirina fue preparada por primera vez para usarla como un antiséptico interno. No resultó efectiva, pero en cambio se encontró que era un valioso analgésico y un fármaco antipirético y actualmente es recomendada, con debida cautela, para prevenir los ataques al corazón. Desde su entrada en el mercado farmacéutico, en la década de 1890, la gente ha usado la aspirina más que cualquier otro medicamento.
En términos de su uso, prozac no está muy por detrás de la aspirina. Será porque hay dolor — aunque mental – en la depresión y trastornos relacionados.
En el mundo de la psiquiatría, asimismo tenemos la cloropromazina, la imipramina y otros fármacos cuyos designios originales terminarían cambiando en direcciones más útiles.
Hay otros muchos casos más. Una pantalla fluorescente reluce en la oscuridad y unos cristales fosforescentes exponen una placa fotográfica envuelta en papel negro. Un corte accidental en un dedo lleva a Alfredo Nobel a descubrir la gelatina explosiva — de allí al famoso premio fue un solo paso.
Repetimos la misma pregunta ya hecha:
¿Qué tienen en común la penicilina, la dinamita y los manuscritos del Mar Muerto?
Manuscritos del Mar Muerto
Tienen la serendipia, es decir, todas estas cosas, y otras muchas más en la historia de la ciencia y de la tecnología, que hacen nuestra vida más conveniente, placentera, saludable e interesante, y que fueron descubiertas por accidente.
La pseudoserendipia
Hasta que la Real Academia no dicte otra cosa, utilizamos el término serendipia (correspondiente al inglés "serendipity"), acuñado por Horace Walpole en 1754 como consecuencia de la impresión que le produjo la lectura de un cuento de hadas sobre las aventuras de "Los Tres Príncipes de Serendip", que hacían continuamente descubrimientos, por accidente y sagacidad, de cosas que no se habían planteado. Walpole usó el término para referirse a algunos de sus propios descubrimientos accidentales.
Roberts habla de pseudoserendipia en los casos de descubrimientos accidentales que logren concluir una búsqueda, en contraste con la serendipia, que se refiere a descubrimientos accidentales de cosas no buscadas. (Un libreo excelente: Serendipity: Accidental Discoveries in Science por R. Roberts).
Charles Goodyear, por ejemplo, descubrió el proceso de vulcanización del caucho cuando — por accidente — dejó un trozo de látex mezclado con azufre sobre una estufa caliente. Durante muchos años, Goodyear había estado obsesionado por encontrar una manera útil de hacer el caucho. Debido a que fue una casualidad lo que llevó al proceso de éxito, Roberts habla de un descubrimiento "pseudoserendípico".
En contraste, George de Mestral no tenía intención de inventar un cierre (velcro) cuando intentaba averiguar por qué algo se le pegaba a su ropa. Y con Friedel y Crafts, un accidente de laboratorio dio origen a la nueva química industrial. La arqueóloga Mary Leakey, esposa de un arqueólogo y madre de otro, dijo una vez: "En arqueología nunca encontrarás lo que andas buscando".
Hasta las bombas han ayudado. Al final de la II Guerra Mundial, amplias zonas de algunas de las mayores ciudades europeas — entre ellas Londres, Berlín, Róterdam y Hamburgo — quedaron en ruinas por las explosiones. Pero ello proporcionó una ocasión única a los arqueólogos. En Londres, por ejemplo, buscando explosivos se encontró un templo romano dedicado a Mitra.
Cualquiera de estos accidentes pudo haber pasado inadvertido, pero gracias a la sagacidad de las personas que se encontraron con ellos, tenemos hoy explicaciones de las leyes que gobiernan el movimiento de los planetas; el fundamento de la química orgánica sobre una base racional; el comienzo del entendimiento de la relación de la estructura molecular con la actividad fisiológica; unos bellísimos colorantes que cualquiera, y no sólo los afortunados, pueden permitirse; una profundización en la cultura y el lenguaje de las civilizaciones antiguas; los rayos X para el diagnóstico y el tratamiento médico; la vacuna contra la viruela y otras enfermedades, y así va la lista creciendo.
Pero todo ello con una condición, expresada ya por Pasteur: "En los campos de la observación, el azar favorece sólo a la mente preparada". Cualquiera de estos accidentes podría haber pasado inadvertido, pero, gracias a la sagacidad de quienes se toparon con ellos, la humanidad cuenta, además de con aquellos ya enumerados, con el fármaco "milagroso" de la penicilina y sus sucesores; los polímeros y otras muchas conquistas que han cambiado nuestra vida.
Algunos de estos descubrimientos se hicieron hace siglos; otros, recientemente. En el siglo pasado, nuestro conocimiento de la ciencia y la tecnología creció en proporciones fantásticas. No sabemos qué va a depararnos el futuro, pero estamos seguros de que los "accidentes" seguirán produciéndose y que, con las mentes humanas mejor preparadas que antes, podemos esperar, gracias a la serendipia, que estos "accidentes" se conviertan en descubrimientos, más trascendentes aún de lo que nos imaginamos (Véase mi ponencia anterior, complementaria de ésta: Serendipia, Coincidencia y Sincronía).
En resumen
La serendipia y las coincidencias no existen para las mentes que están preparadas.
Ahora pasaremos a un trastorno del comer que no es serendipia.
Pensemos en el más trágico, el más triste, el más inadvertido y en el más ubicuo de los trastornos del comer humano: El Hambre
Dr. Félix E. F. Larocca
Introducción
En el año 1798 un clérigo rural inglés que respondía al nombre de Thomas Robert Malthus publicó sus pensamientos en un trabajo con el cual ganó fama mundial, lo tituló: An Essay on the Principle of Population as It Affects the Future Improvement of Society (conocido mejor como The Essay on Population). En esta contribución, la cual hizo con la intención de amonestar a la Inglaterra (y al Mundo) de entonces de las graves consecuencias que resultarían para la Humanidad, la continuación de un crecimiento desbocado de la población mundial. El autor predijo que "el poder de [el crecimiento] de la población es infinitamente mayor que la capacidad de la tierra de proveer para la subsistencia humana".
Cuando avanzó sus ideas, Malthus, no pudo haberse imaginado, ni aun remotamente, que el crecimiento de la población de nuestro planeta se incrementaría a un paso más rápido de lo que nadie pudo anticipar.
En el año 1825, cuando Malthus le estaba haciendo las últimas revisiones a su tesis, cerca de mil millones de personas habitaban la Tierra. En los cien años que siguieron, la población mundial se duplicó a 2 mil millones, en los próximos cincuenta años (del 1925 al 1976) se duplicó de nuevo, a 4 mil millones. Para el año 1990 habiendo crecido una vez más a 5,330 millones.
Se estima que a esa velocidad de crecimiento demográfico que para el año 2025; tiempo durante el cual por lo menos la mitad de los que lean estas páginas estarán aun vivos, que la población mundial puede haber llegado a unos 9,400 millones de personas.
Dilema
Nosotros hemos creado una situación de características precarias.
- Un Mundo en el cual las tierras arables se han utilizado para crear plazas de tiendas (shopping centers), carreteras, campos de golf. O que se han devastado por el modo impropio con el cual se las han cultivado.
- Un Mundo en el cual tenemos que contender con el hecho de que el agua potable se nos está agotando debido a la destrucción sistemática de los bosques. Acción permitida por los muchos gobiernos que han respondido a la presión ambiciosa de los intereses de unos pocos. (Véase mi artículo: Agua… Petróleo Blanco, Oro Líquido, Bálsamo de Todos… que aparece en monografías.com).
- Un Mundo en el cual el vaciamiento de la capa de Ozono (causada por nosotros) ha resultado en el incremento de los tumores malignos de la piel y lo que también ha resultado en el calentamiento global ("global warming") y en la lluvia ácida ("acid rain").
- Un Mundo que ha visto a ríos tan contaminados que se incendian, y a otros que simplemente agotaron su capacidad hídrica y "mueren".
- Un Mundo en el cual enteras especies de animales y plantas desaparecen extintas, ante el avance inefable de las fuerzas apocalípticas del "Progreso".
- Un Mundo que continúa siendo testigo del balance precario que existe entre aquellos acaparadores de todas las riquezas y entre aquellos que viven existencias marginales; pero cuyos números son abrumadores.
- Un Mundo en el cual hay ciudades que no pueden ser "vistas" por las cámaras de los satélites, incapaces de penetrar la densidad de la calina poluta que las cubre — cargada de humos tóxicos e irritantes.
Problema:
Porque nos afecta ya a todos, el problema del crecimiento global de poblaciones que viven víctimas del hambre forzada, no se puede ignorar.
Por ello es que no pueden llevarse a cabo estudios que intenten explicar las resistencias al tratamiento que presentan las disorexias; ignorando al hambre; la peor, la más inhumana y la mas prevaleciente de todas…
Además, de que las soluciones a éste y a otros problemas difíciles, son tan elusivas al calor del momento y al filosofar de tertulia; que se requiere un análisis detallado de todos los asuntos de los varios aspectos antes de avanzar ideas y estrategias para aspirar a una resolución final (si es que alguna verdaderamente existiría).
En muchas contribuciones, directas e indirectas, he llamado la atención de este dilema a grupos cívicos y a oficiales del gobierno que estarían en posición de promover el cambio. De entre los últimos el que ostentara el mayor poder y el que fuera el más procaz, me advirtió en sorna: "Si los pobres tienen hambre, que coman piedras. Aumentarán de peso y no engordarán".
Bibliografía
Suministrada por solicitud.
Nota:
Para la preparación del trabajo La Serendipia Revisitada, gocé de la asistencia entusiástica de miembros del cuerpo diplomático de las Repúblicas hermanas de Argentina y Chile, acreditados en la República Dominicana.
Aunque a estas generosas personas, por este medio, les expreso mi agradecimiento. Quisiera asimismo constatar que cualquier error en el uso de sus materiales es de mi responsabilidad exclusiva.
Dr. Félix E. F. Larocca
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