Factores que influyen en la selección de pareja en la adolescencia (página 2)
Enviado por L�pez Casta�eda Gustavo
En el caso de los hombres rasgos faciales pronunciados ya que anuncian el nivel de testosterona presente por un lado contrario rasgos similares a los de una mujer pues esto transmite confianza y que es algo que el género femenino a menudo busca en un hombre.
En su fisonomía aspectos favorables son amplios hombros músculos no necesariamente marcados y por lo regular de estatura más alta o igual a la de ella.
En el caso de las mujeres facialmente simétricas y cierta tonalidad rojiza de allí el origen del maquillaje.
Fisonómicamente se busca que posean una proporción de medidas con una figura parecida a la de un reloj de arena, ya que denota su fertilidad.
Las causas interiores se relacionan con la forma de ser y lo que transmita su personalidad en muchas ocasiones se le llama carisma, es un hecho que las personas agradables tienen éxito relacionándose con el sexo opuesto
La forma de ser o de comportarse de un hombre debe ser confiable e inspirar confianza pero las preferencias varían dependiendo siempre, como es poco probable que alguien sea totalmente virtuoso las mujeres buscan aspectos positivos que destaquen en ello ya sean seguros, sensibles, honestos, fieles, protectores, simpáticos, extrovertidos o que tengan algo en común con ellas, cualquiera de estas cualidades presentes influyen mucho por eso es bien dicho verbo mata carita ya que la forma de hablar con una mujer en ciertas ocasiones lo es todo.
En las mujeres se busca que sean tiernas lindas o cariñosas ya que son cualidades que se quieren en una posible madre pero como en el caso de los hombres su personalidad puede variar mucho, dependiendo de cada caso bien pueden preferirlas seguras, animadas, extrovertidas o con personalidad parecida a la de ellos.
MARCO TEORICO
Biología Evolutiva, Univ. de València.
Cuando consideramos la enorme cantidad de dinero que mueve la industria de la belleza, desde la cosmética a la cirugía plástica o la moda, se hace evidente que el atractivo físico es un tema que nos preocupa mucho. Es erróneo pensar que esta preocupación es algo exclusivo de las sociedades occidentales actuales. La belleza es y ha sido una inquietud constante desde los orígenes de nuestra especie, e incluso antes (se han encontrado adornos corporales como collares o pulseras junto a los restos de homínidos anteriores a Homo sapiens). Hombres y mujeres de culturas muy diferentes adornan su cuerpo con algún tipo de maquillaje, tatuajes, piercing y/o abalorios de todo tipo.
Charles Darwin, en su libro The descent of man, and selection in relation to sex, fue el primero que trató el tema de la belleza humana desde un punto de vista biológico. Basándose en los comentarios de varios misioneros británicos, intentó encontrar patrones de belleza comunes a todos los humanos. Probablemente debido a los prejuicios y falta de objetividad científica de los informadores, Darwin acabó concluyendo que no existía un estándar general de belleza: distintas culturas tenían distintos patrones de belleza. Sin embargo, algunos estudios transculturales realizados recientemente han demostrado que sí existen unos patrones de belleza universales. Personas de diferentes clases sociales, edades, culturas y razas comparten un mismo sentido estético de la belleza humana y coinciden a la hora de discriminar qué es atractivo y qué no.
¿Por qué nos resultan sexys determinados rasgos faciales o corporales? ¿Por qué los hombres se sienten atraídos por las jovencitas y, en cambio, las mujeres se interesan por hombres mayores y bien situados? Recientemente, algunos científicos se han planteado que para comprender éstos y otros aspectos del comportamiento humano es necesario empezar por reconocer que se trata de un problema de biología evolutiva. A raíz de estas ideas ha surgido una nueva disciplina, denominada psicología evolucionista, que tiene como objetivo descubrir y comprender el diseño de la mente humana desde una perspectiva evolutiva. Los principios en que se basa esta nueva ciencia son muy simples y a la vez muy sugerentes, y se pueden resumir en la siguiente afirmación: nuestros circuitos neurales son el resultado de un proceso evolutivo, han sido diseñados por la selección natural para resolver los problemas a los que nuestros ancestros se han enfrentado a lo largo de nuestra historia. Generación tras generación, durante más de 10 millones de años, la selección natural ha ido lentamente esculpiendo el cerebro humano, favoreciendo aquellos circuitos que permitían resolver de forma apropiada los problemas a los que se enfrentaban nuestros ancestros: encontrar pareja, conseguir alimento (cazando y recolectando), buscar aliados, defenderse de los enemigos, criar a los hijos… Esto supone que, para entender nuestro comportamiento en el presente, hemos de tener en cuenta que está generado por mecanismos de procesado de información que existen porque resolvieron problemas adaptativos en el pasado, es decir, en los ambientes ancestrales en los que los humanos evolucionaron. Eso no quiere decir que la selección natural no continúe su acción en el presente, pero las condiciones que hoy en día nos resultan tan familiares, las ciudades, las naciones, las máquinas, las fábricas y los colegios, por citar algunas, son muy recientes. Representan menos de una milésima de la historia de nuestra especie y la evolución necesita mucho tiempo.
Nuestro cerebro contiene diferentes circuitos neurales especializados en resolver diferentes problemas adaptativos, y uno de los problemas más importantes con que se enfrenta todo animal a lo largo de su vida es el de encontrar pareja y reproducirse. Aunque pueda resultar demasiado pragmático y poco romántico, nuestros cerebros han sido diseñados para detectar y considerar sexualmente atractivos aquellos estímulos que son indicadores de un mayor potencial reproductor. Aquellos humanos primitivos que eligieron parejas con mayor capacidad reproductora dejaron más hijos y todos nosotros somos sus descendientes.
Nuestra experiencia cotidiana nos muestra que hombres y mujeres afrontan la sexualidad de forma muy diferente. Esto tiene sentido desde una perspectiva evolutiva, ya que como ocurre en otras especies animales, las mujeres realizan una mayor inversión parental y tienen un potencial reproductor mucho menor que los hombres. Un hombre puede engendrar muchos más hijos de lo que la monogamia le permite. Por tanto, ha habido un conflicto de intereses que ha llevado a que hombres y mujeres hayan evolucionado hacia estrategias sexuales diferentes. La psicología evolucionista ha formulado algunas hipótesis sobre las diferencias de estrategia entre los dos sexos a la hora de elegir pareja, y muchas de las predicciones que surgen a partir de esas hipótesis han sido comprobadas experimentalmente. En general, los hombres tienden a ser más promiscuos y más dispuestos a mantener relaciones sexuales con parejas ocasionales que las mujeres, y éstas son mucho más exigentes (selectivas) respecto a sus parejas sexuales.
Estudios sobre las preferencias a la hora de elegir pareja de hombres y mujeres de culturas muy diversas han demostrado que las mujeres colocan entre los primeros lugares los recursos que puede aportar el hombre, mientras que los hombres valoran la belleza. Pero, ¿qué rasgos resultan bellos a los ojos de los hombres? De forma universal, las mujeres más atractivas, más sexys, son aquellas que exhiben caracteres que indican un alto valor reproductivo. Los hombres aprecian aquellas características físicas que se correlacionan con la juventud, como la nariz y el mentón pequeño, los labios gruesos y la piel tersa, y con la fertilidad, como una cintura estrecha y unas caderas amplias (una relación cintura-cadera de 0.7 se considera sexy). Por otra parte estos rasgos están controlados por los niveles de estrógenos (más concretamente por la proporción entre estrógenos y testosterona). Curiosamente las mujeres encuentran atractivos distintos rasgos masculinos dependiendo del momento del ciclo menstrual. Aunque en general prefieren hombres con rasgos faciales suaves, algo feminizados, en el momento de máxima fertilidad del ciclo menstrual eligen hombres con rasgos faciales y corporales más masculinizados (indicadores de niveles elevados de testosterona).
Una característica que todos los humanos independientemente del sexo o la edad valoran a la hora de juzgar el atractivo de una persona es la simetría. Esta atracción por la simetría es algo que tenemos en común con muchas especies animales. Pero, ¿qué indica la simetría? Se considera que el grado de simetría es un indicador de "calidad genética". Al elegir una pareja simétrica estamos eligiendo "buenos genes" para nuestros hijos. En todas las culturas, los hombres y las mujeres más simétricos son considerados los más atractivos. Se han realizado numerosos estudios sobre las relaciones entre simetría facial o corporal y el éxito en el apareamiento o el atractivo sexual en humanos. Los resultados de estos estudios demuestran que las mujeres más simétricas se emparejan con hombres con más recursos. Los hombres más simétricos pierden la virginidad antes, tienen más parejas sexuales, invierten menos recursos en la relación y son más infieles. Además, su olor resulta más sexy. Por otra parte, la frecuencia de los orgasmos femeninos durante la cópula se correlaciona con el grado de simetría de su pareja, de forma que los hombres más simétricos estimulan más orgasmos en sus parejas. Lo más curioso de estos trabajos es que demuestran que nuestro cerebro está capacitado para detectar y responder ante la más mínima asimetría ¡de forma totalmente inconsciente!
El comprender el papel de la evolución en el fascinante proceso de la atracción sexual no nos evitará enamorarnos locamente cuando se presente la ocasión, pero tal vez nos ayude a enfocar de forma más pragmática algunas de las decepciones que pueden surgir en las relaciones con "el otro sexo".
SOCIOBIOLOGÍA HUMANA: CONFLICTOS DE INTERESES ENTRE SEXOS
En los organismos en los que la descendencia se obtiene por medio de la reproducción sexual, uno de los problemas más importantes con que se encuentran a lo largo de su vida, es la búsqueda de un individuo del otro sexo adecuado para maximizar su éxito reproductivo; esto es, obtener el mayor número de descendientes, con la mejor calidad y la mayor viabilidad. En la mayoría de especies animales con reproducción sexual, las hembras realizan una mayor inversión parental y tienen un potencial reproductor mucho menor que los machos. El sexo masculino, en general, se caracteriza biológicamente por producir gametos pequeños, numerosos y móviles, mientras que el sexo femenino produce gametos escasos, mucho más grandes e inmóviles. Esto hace que la contribución inicial de recursos a la descendencia por parte de cada sexo sea muy desigual, puesto que las hembras invierten más que los machos en cada gameto (aportan mayor alimento inicial a los embriones). La fecundidad de una hembra está limitada, por tanto, por su capacidad de producir óvulos, mientras que la del macho sólo está limitada por el número de óvulos que consiga fecundar, ya que sus gametos son muy numerosos y "baratos" (no contienen recursos que contribuyan al desarrollo del embrión). La contribución diferencial de cada sexo a la descendencia crea un conflicto de intereses entre las estrategias reproductivas de los dos sexos. Para un macho es poco costoso aparearse con muchas hembras, mientras que si una hembra tiene un apareamiento con un macho inapropiado que fecunde todos sus óvulos, la reducción de su eficacia biológica puede ser muy importante. Esto provoca que la selección natural favorezca a aquellas hembras que optimicen la calidad de la descendencia, bien copulando con un macho "bueno" (en base a su salud, fertilidad o habilidad para obtener recursos), bien invirtiendo en cuidados a la descendencia.
Como los recursos y la energía de los organismos son limitados, los sexos suelen estar sometidos a diferentes presiones selectivas sobre como utilizarlos. La utilización de recursos limitados siempre implica un compromiso. Las especies que se reproducen varias veces a lo largo de su vida están sometidas a continuos compromisos entre supervivencia y reproducción. El esfuerzo reproductivo se materializa en la producción de gametos, la búsqueda de pareja, el apareamiento y los cuidados parentales. Las hembras invierten muchos recursos en producir gametos y en cuidados parentales para así optimizar la elevada inversión realizada en producir óvulos, mientras que los machos invierten principalmente en conseguir apareamientos, por el menor valor que tiene para ellos cada espermatozoide y su capacidad para producirlos en gran número. Este patrón de distribución es modelado por las condiciones ambientales, de forma que en muchos ambientes benignos o favorables las hembras invierten mucho en gametos y poco en cuidados parentales, pero en ambientes más desfavorables, las hembras tienen que realizar tanta inversión en cuidar a la descendencia, que su eficacia biológica solo aumentará si consiguen ayuda de los machos. Estos estarán sometidos a continuos compromisos entre contribuir al cuidado parental o bien aparearse con más hembras.
Los patrones de comportamiento sexual que se observan en animales son el resultado, de presiones selectivas que actúan diferencialmente sobre machos y hembras. En unos casos, estas presiones pueden tener la misma dirección (lo que es bueno para un sexo es bueno para el otro), pero en otros casos, pueden tener direcciones diferentes. De todo lo anterior, podemos concluir que la diferencia fundamental entre machos y hembras es que las hembras realizan una mayor inversión parental inicial, lo que las convierte en un recurso escaso y valioso para los machos, y esto determina que ellos tengan que competir por aparearse con las hembras y que ellas sean las que elijan entre los machos.
Este conflicto de intereses entre sexos, puede ser de gran ayuda para comprender lo que nuestra experiencia cotidiana nos demuestra: que hombres y mujeres afrontan sexualidad de forma diferente en muchos aspectos.
Aunque la especie humana se puede definir como monógama (ver articulo: Sociobiología humana: monogamia/junio 2003), en muchos momentos de nuestra vida optamos por la infidelidad, la promiscuidad o el cambio frecuente de pareja. También en las hembras humanas, el tiempo y energía necesarios para la producción de óvulos, el embarazo y el largo periodo de cuidados postnatales, suponen un coste y esfuerzo muy elevado que limita seriamente el número de descendientes que pueden tener a lo largo de su vida. Por el contrario, los hombres renuevan rápidamente el esperma sin demasiado esfuerzo energético, por lo que pueden engendrar muchos más hijos de lo que la monogamia les permite. Esto ha provocado que a lo largo de la evolución de la especie humana, también se haya producido un conflicto de intereses que ha contribuido a que hombres y mujeres hayan evolucionado en muchas ocasiones hacia estrategias sexuales diferentes. Estas variaciones se interpretan como intereses en distintos tipos de beneficios bajo los diferentes contextos que son resultado del compromiso entre la búsqueda de buenos genes y la inversión en el cuidado parental.
Relacionadas con este conflicto de intereses, son las conclusiones a las que han llegado varios estudios realizados en diferentes culturas y que ponen de manifiesto que los hombres, en general, tienden a ser más promiscuos y más dispuestos a mantener relaciones sexuales con parejas ocasionales que las mujeres, y que éstas son mucho más exigentes (selectivas) respecto a sus parejas sexuales. Este patrón podría explicar ciertas conductas sexuales actuales como por qué son los hombres los que se sirven de la prostitución, mientras que las mujeres casi nunca pagan por copular. Por qué son los hombres, y no las mujeres, los que sustentan la gigantesca industria pornográfica de occidente, e incluso porque los homosexuales masculinos son mucho más promiscuos que sus homologas las lesbianas.
Pero esto no quiere decir que sólo los hombres tiendan a ser infieles o promiscuos, ya que también las mujeres obtienen beneficios de las infidelidades o al copular con más de una pareja bajo ciertas condiciones. Hay estudios experimentales que apuntan que la tendencia hacia la promiscuidad de las mujeres, coincide con el momento de máxima fertilidad del ciclo menstrual. Múltiples parejas sexuales dan a la mujer la posibilidad de estar en posesión de esperma de más de un hombre, provocando lo que se conoce como competición espermática. En esta situación la mujer selecciona varios hombres "de calidad" con los que copular, para generar que, en última instancia, los genes que llevarán sus potenciales hijos vendrán determinados por la competición entre los espermatozoides de varios machos por fecundar el óvulo. Es importante resaltar que no es infrecuente que el padre genético no coincida con el encargado del cuidado parental. Pero dado que el cuidado parental de los hombres es de suma importancia para la supervivencia de los niños humanos, las mujeres en general tienden a centrar su elección en aquellos hombres que controlan o poseen los recursos y habilidades necesarios para facilitar la crianza y cuidado de nuestra progenie. Esto está apoyado por estudios sobre las preferencias a la hora de elegir pareja de hombres y mujeres de culturas muy diversas, que han demostrado que los hombres valoran principalmente el atractivo físico de las mujeres, mientras que las mujeres colocan entre los primeros lugares de atracción los recursos y habilidades que puede aportar el hombre. Aunque curiosamente, se ha visto que dependiendo del momento del ciclo menstrual en que se encuentren las mujeres, hay una variación en los rasgos masculinos que encuentran atractivos, predominando en numerosas ocasiones el atractivo físico.
Sin embargo, en los últimos años se han producido dos avances significativos en las sociedades occidentales, uno social como son las agencias de protección de menores y otro científico como son los métodos anticonceptivos, que pueden hacer pensar a más de un lector que hoy en día todo lo anterior no tiene ningún sentido. Pero no hemos de olvidar que las condiciones que actualmente nos resultan tan familiares, las ciudades, las naciones, las máquinas o los colegios, por citar algunas, representan menos de una milésima parte de la historia de nuestra especie, y la evolución necesita mucho tiempo. Para entender mucho de nuestro comportamiento en el presente, hemos de tener en cuenta que está generado por mecanismos que resolvieron problemas adaptativos en el pasado. Y por tanto, aunque pueda resultar demasiado pragmático y poco romántico, nuestros cerebros han sido diseñados a lo largo de nuestra evolución para maximizar nuestro éxito reproductivo, ¡de forma totalmente inconsciente!
El intentar abordar nuestro comportamiento sexual bajo una perspectiva evolutiva no nos evitará enamorarnos locamente cuando se presente la ocasión, pero tal vez nos ayude a enfocar de forma más pragmática algunos de los interrogantes que puedan surgir en las relaciones con el otro sexo.
http://www.nodo50.org/arevolucionaria/masarticulos/octubre2003/interesexos.htm
Por RUDOLF GRIMM
EL UNIVERSAL, 260399, P.7, HAMBURGO (DPA).
"Tal para cual", dice el proverbio. Pero también según una ley física, "los polos contrarios se atraen". En ambas afirmaciones está la verdad. Pero, cuando se trata de elegir la pareja para toda la vida, cuentan más las similitudes. Ya William Shakespeare elogiaba "las almas gemelas".
Investigaciones científicas, entretanto, no dejan lugar a dudas de que, cuando se trata de personas, el amor surge entre quienes se asemejan. La ciencia tiene pocas pruebas de que los contrarios se atraigan señala una revisión de los últimos conocimientos sobre elección de la pareja publicada en su último número por la revista alemana "Psyhologie heute" (Psicología hoy).
Las similitudes se refieren tanto al origen es decir, el medio ambiente familiar como a las semejanzas físicas. La mayoría de las parejas se asemejan también en la estatura y la complexión física, en la inteligencia, como en otras características de la personalidad. La semejanza, por lo demás, ha probado ser garantía para la estabilidad de la relación.
Sociobiólogos y antropólogos han construido tres modelos de explicación sobre el por qué dos personas "se hallan" en medio de esta enorme humanidad. Además de la atracción mutua por similitud genética, han constatado que hay también una herencia evolucionaría que determina la elección de la pareja y que, además, hay procesos hormonales y bioquímicos que son cómplices en el enamorarse. Basado en una encuesta entre más de 10 mil personas de 37 países, el psicólogo evolutivo David Buss constató la existencia de determinadas estrategias de elección de la pareja, típicas pare hombres como para mujeres.
La mujer, según esto, busca una pareja fiable con posición social, que no la abandone cuando se trate de criar a los hijos. El hombre, por el contrario, tiende a la búsqueda de una mujer que le parezca capaz de traer hijos sanos al mundo.
El hombre de hoy, en pleno umbral del siglo XXI, lleva todavía consigo los deseos de los cazadores y recolectores de la Edad de Piedra, según constata Buss sobre la base de su investigación.
La psicóloga Dagmar Luszyk, a través de un estudio piloto, halló que la teoría evolucionaría sobre la elección de la pareja coincide incluso con los modelos de búsqueda de pareja en mujeres entre los 50 y los 69 años de edad: también ellas hacen resaltar su apariencia externa y atribuyen importancia al status social, a la educación y a la solidez financiera del hombre. El tercer modelo de explicación confirma, entre otras cosas, el dicho popular de que las personas gustan de quien pueden "oler", cosa que el etólogo Karl Grammer considera como. Científicamente comprobada. Cada persona posee un olor muy peculiar que transmite un mensaje que, para los demás, puede ser agradable o antipático.
Biólogos y antropólogos reconocen, sin embargo, que la ciencia no es capaz de responder definitivamente el proceso de elección de la pareja. De acuerdo a esto modelos psicológicos señalan que el deseo de tener hijos sanos y las similitudes en muchos rasgos no basta como explicación.
La publicación alemana cita así a Joerg Willi. Un especialista en terapia familiar y de la pareja que cree que "podemos hallar simpáticas a muchas personas, podemos conversar y entendernos a pleno gusto con ellas y sentir que coincidimos óptimamente, sin que por eso salte entre nosotros la chispa de la fascinación de amor. Por otra parte, a veces tampoco llegamos entender cómo nos enamoramos de una persona contra toda la razón y sin posibilidad alguna de un entendimiento profundo o de una relación duradera".
Según el modelo "coevolutivo" de elección de la pareja formulado por Willi, dos personas se enamoran cuando reconocen: con este hombre o con esta mujer es posible un desarrollo. La chispa del amor sólo puede saltar cuando ambos son poseídos por la esperanza de penetrar el uno con el otro y el uno mediante el otro en nuevos espacios vitales.
El sexólogo John Money, por su parte, ha propuesto un modelo de "mapa del amor". Este surge desde la más tierna infancia, a través de vivencias e impresiones que se entretejen en un patrón bien determinado, de modo que el "mapa" muestra con relativa exactitud las facciones, la estatura, el color del cabello y el temperamento de la pareja ideal.
El antropólogo Helen Fisher señala además muchas otras características del mapa, que surten efecto inconscientemente: una vestimenta de trabajo, por ejemplo, o vestimenta en general, formas corporales, una determinada forma de reír. Lo positivo y lo negativo de la niñez y la adolescencia forman una trama que es superpuesta sobre una persona para saber si él o si ella pueden ser considerados como la compañía para toda la vida. Mientras mayor sea la coincidencia entre la trama y la realidad, mayor sería la posibilidad de enamorarse.
http://www.geocities.com/gaedsun/docs/amoreco.htm#I
¿Qué se entiende por relación de pareja en la adolescencia?
De manera simple puede decirse que es la relación afectiva que preferentemente surge de manera natural entre dos jóvenes de diferente sexo y que se manifiesta a partir de los 10-12 años, coincidiendo con el inicio de la pubertad. Por algunos factores muy específicos, esta relación afectiva podría tener expresiones anticipadas a partir de los 8 años
¿Qué diferencia existe entre la relación de pareja en la adolescencia y el noviazgo?
La relación de pareja adolescente es una relación carente de compromiso formal que se desarrolla entre los 10 y 20 años pudiendo extenderse en la edad adulta. Nuestra sociedad no reconoce en la relación de pareja adolescente a una institución y, erróneamente, casi no le asigna un interés particular desde el punto de vista educativo y de orientación.
El noviazgo, en cambio, es una relación semiformalizada en una pareja y socialmente se considera la etapa previa al matrimonio. Aunque legalmente no existe como institución legal, la sociedad occidental lo considera un compromiso que se semiformaliza de diferentes maneras: la postura previa de argollas o anillos por parte de los comprometido, visitas entre los padres para confirmar el compromiso de matrimonio y petición de la novia a los padres de ésta, entre otras diversas manifestaciones conforme el país y cultura de que se trate.
En otras palabras, el noviazgo como tal es un compromiso, no escrito ni válido legalmente, contraído por una pareja para casarse a futuro, sea en una fecha determinada o en un tiempo indefinido. Tal compromiso no obliga a las partes a casarse, necesariamente, y una de ellas bien puede renunciar a ello si así lo estima conveniente con consecuencias de tipo social – sobre todo si se había formalizado ante familiares – pero no legales.
La sociobiologia es un campo científico en desarrollo que investiga las bases biológicas de las conductas sociales de los animales como la cooperación, la agresión, la territorialidad, los sistemas sociales y la elección de pareja.
La sociobiología intenta ampliar el concepto de selección natural a los sistemas sociales y a la conducta social de los animales, incluidos los seres humanos. Los sociobiólogos piensan que los patrones de conducta con los que se nace se modifican, e incluso, desaparecen en el transcurso del proceso de selección natural.
Los sociobiólogos postulan que tanto el comportamiento animal como el comportamiento humano no puede ser explicado satisfactoriamente sólo tomando en cuenta factores culturales y ambientales. Postula la teoría sociobiológica que para entender completamente el comportamiento de las especies animales, éste debe ser analizado desde la lupa o enfoque de sus orígenes evolutivos.
La sociobiología es una rama de la Biología evolutiva que intenta responder al porqué de la conducta, aunando conceptos de la biología del comportamiento, de la ecología de poblaciones y de la biología evolutiva. Para la sociobiología todo comportamiento resulta de una compleja interacción entre la herencia y el ambiente. El comportamiento, entonces, está sujeto a los efectos de la selección natural, de manera tal que los animales están predispuestos a comportarse adaptativamente en sus ambientes naturales
LA ATRACCION SEXUAL
Otros elementos sexualmente atractivos son de índole postural y dinámica (cinésica). Es sexualmente atractiva en hombres y mujeres una postura "tónica" (muscularmente firme y no decaída) que se manifiesta por el abdomen hacia dentro, el pecho alzado, los hombros hacia atrás, el cuello recto y la mirada dirigida al frente; durante la interacción entran al espacio del otro o se inclinan hacia él. Entre los aspectos dinámicos generales destacan en la mujer el caminar extendiendo a cada paso la pierna en su totalidad, el movimiento pendular natural de los brazos sin separarlos demasiado del cuerpo y la oscilación de las caderas. El hombre atractivo camina con pasos más bien largos y firmes mientras que los brazos oscilan más ampliamente y algo más separados del cuerpo.
En el plano dinámico más específico se sitúan los gestos del rostro y las manos. Hombres y mujeres sexualmente atractivos sonríen ampliamente, producen un roce "casual" y miran de forma intencionada. Las mujeres llevan a cabo gestos de acicalamiento tales como elevar y adelantar el busto, sacudir la cabeza para echar hacia atrás el cabello, jugar con el cabello, mostrar al hombre las muñecas y palmas de las manos, mover lentamente un objeto cualquiera, etc. Los hombres usan una "observación íntima" (miran a los ojos de la mujer y luego descienden lentamente hacia el mentón, el pecho y siguen hasta la región genital o las piernas), además de alisarse el cuello o los puños de la camisa u otra prenda, quitar una mota imaginaria, etc.
Afortunadamente para quienes disponen de muy pocos elementos físicos estructurales o funcionales sexualmente atractivos, cabe destacar la enorme fuerza de la curiosidad intelectual, el entusiasmo, el dinamimso, la alegría y la creatividad, probablemente porque todas estas manifestaciones conductuales indican esa buena salud y la disposición a disfrutar de la vida que son esenciales para producir la atracción sexual.
Cuando consideramos la enorme cantidad de dinero que mueve la industria de la belleza, desde la cosmética a la cirugía plástica o la moda, se hace evidente que el atractivo físico es un tema que nos preocupa mucho. Es erróneo pensar que esta preocupación es algo exclusivo de las sociedades occidentales actuales. La belleza es y ha sido una inquietud constante desde los orígenes de nuestra especie, e incluso antes (se han encontrado adornos corporales como collares o pulseras junto a los restos de homínidos anteriores a Homo sapiens). Hombres y mujeres de culturas muy diferentes adornan su cuerpo con algún tipo de maquillaje, tatuajes, piercing y/o abalorios de todo tipo.
Charles Darwin, en su libro The descent of man, and selection in relation to sex, fue el primero que trató el tema de la belleza humana desde un punto de vista biológico. Basándose en los comentarios de varios misioneros británicos, intentó encontrar patrones de belleza comunes a todos los humanos. Probablemente debido a los prejuicios y falta de objetividad científica de los informadores, Darwin acabó concluyendo que no existía un estándar general de belleza: distintas culturas tenían distintos patrones de belleza. Sin embargo, algunos estudios transculturales realizados recientemente han demostrado que sí existen unos patrones de belleza universales. Personas de diferentes clases sociales, edades, culturas y razas comparten un mismo sentido estético de la belleza humana y coinciden a la hora de discriminar qué es atractivo y qué no.
¿Por qué nos resultan sexys determinados rasgos faciales o corporales? ¿Por qué los hombres se sienten atraídos por las jovencitas y, en cambio, las mujeres se interesan por hombres mayores y bien situados? Recientemente, algunos científicos se han planteado que para comprender éstos y otros aspectos del comportamiento humano es necesario empezar por reconocer que se trata de un problema de biología evolutiva. A raíz de estas ideas ha surgido una nueva disciplina, denominada psicología evolucionista, que tiene como objetivo descubrir y comprender el diseño de la mente humana desde una perspectiva evolutiva. Los principios en que se basa esta nueva ciencia son muy simples y a la vez muy sugerentes, y se pueden resumir en la siguiente afirmación: nuestros circuitos neurales son el resultado de un proceso evolutivo, han sido diseñados por la selección natural para resolver los problemas a los que nuestros ancestros se han enfrentado a lo largo de nuestra historia. Generación tras generación, durante más de 10 millones de años, la selección natural ha ido lentamente esculpiendo el cerebro humano, favoreciendo aquellos circuitos que permitían resolver de forma apropiada los problemas a los que se enfrentaban nuestros ancestros: encontrar pareja, conseguir alimento (cazando y recolectando), buscar aliados, defenderse de los enemigos, criar a los hijos… Esto supone que, para entender nuestro comportamiento en el presente, hemos de tener en cuenta que está generado por mecanismos de procesado de información que existen porque resolvieron problemas adaptativos en el pasado, es decir, en los ambientes ancestrales en los que los humanos evolucionaron. Eso no quiere decir que la selección natural no continúe su acción en el presente, pero las condiciones que hoy en día nos resultan tan familiares, las ciudades, las naciones, las máquinas, las fábricas y los colegios, por citar algunas, son muy recientes. Representan menos de una milésima de la historia de nuestra especie y la evolución necesita mucho tiempo.
Nuestro cerebro contiene diferentes circuitos neurales especializados en resolver diferentes problemas adaptativos, y uno de los problemas más importantes con que se enfrenta todo animal a lo largo de su vida es el de encontrar pareja y reproducirse. Aunque pueda resultar demasiado pragmático y poco romántico, nuestros cerebros han sido diseñados para detectar y considerar sexualmente atractivos aquellos estímulos que son indicadores de un mayor potencial reproductor. Aquellos humanos primitivos que eligieron parejas con mayor capacidad reproductora dejaron más hijos y todos nosotros somos sus descendientes.
Nuestra experiencia cotidiana nos muestra que hombres y mujeres afrontan la sexualidad de forma muy diferente. Esto tiene sentido desde una perspectiva evolutiva, ya que como ocurre en otras especies animales, las mujeres realizan una mayor inversión parental y tienen un potencial reproductor mucho menor que los hombres. Un hombre puede engendrar muchos más hijos de lo que la monogamia le permite. Por tanto, ha habido un conflicto de intereses que ha llevado a que hombres y mujeres hayan evolucionado hacia estrategias sexuales diferentes. La psicología evolucionista ha formulado algunas hipótesis sobre las diferencias de estrategia entre los dos sexos a la hora de elegir pareja, y muchas de las predicciones que surgen a partir de esas hipótesis han sido comprobadas experimentalmente. En general, los hombres tienden a ser más promiscuos y más dispuestos a mantener relaciones sexuales con parejas ocasionales que las mujeres, y éstas son mucho más exigentes (selectivas) respecto a sus parejas sexuales.
Estudios sobre las preferencias a la hora de elegir pareja de hombres y mujeres de culturas muy diversas han demostrado que las mujeres colocan entre los primeros lugares los recursos que puede aportar el hombre, mientras que los hombres valoran la belleza. Pero, ¿qué rasgos resultan bellos a los ojos de los hombres? De forma universal, las mujeres más atractivas, más sexys, son aquellas que exhiben caracteres que indican un alto valor reproductivo. Los hombres aprecian aquellas características físicas que se correlacionan con la juventud, como la nariz y el mentón pequeños, los labios gruesos y la piel tersa, y con la fertilidad, como una cintura estrecha y unas caderas amplias (una relación cintura-cadera de 0.7 se considera sexy). Por otra parte estos rasgos están controlados por los niveles de estrógenos (más concretamente por la proporción entre estrógenos y testosterona). Curiosamente las mujeres encuentran atractivos distintos rasgos masculinos dependiendo del momento del ciclo menstrual. Aunque en general prefieren hombres con rasgos faciales suaves, algo feminizados, en el momento de máxima fertilidad del ciclo menstrual eligen hombres con rasgos faciales y corporales más masculinizados (indicadores de niveles elevados de testosterona).
Una característica que todos los humanos independientemente del sexo o la edad valoran a la hora de juzgar el atractivo de una persona es la simetría. Esta atracción por la simetría es algo que tenemos en común con muchas especies animales. Pero, ¿qué indica la simetría? Se considera que el grado de simetría es un indicador de "calidad genética". Al elegir una pareja simétrica estamos eligiendo "buenos genes" para nuestros hijos. En todas las culturas, los hombres y las mujeres más simétricos son considerados los más atractivos. Se han realizado numerosos estudios sobre las relaciones entre simetría facial o corporal y el éxito en el apareamiento o el atractivo sexual en humanos. Los resultados de estos estudios demuestran que las mujeres más simétricas se emparejan con hombres con más recursos. Los hombres más simétricos pierden la virginidad antes, tienen más parejas sexuales, invierten menos recursos en la relación y son más infieles. Además, su olor resulta más sexy. Por otra parte, la frecuencia de los orgasmos femeninos durante la cópula se correlaciona con el grado de simetría de su pareja, de forma que los hombres más simétricos estimulan más orgasmos en sus parejas. Lo más curioso de estos trabajos es que demuestran que nuestro cerebro está capacitado para detectar y responder ante la más mínima asimetría ¡de forma totalmente inconsciente!
El comprender el papel de la evolución en el fascinante proceso de la atracción sexual no nos evitará enamorarnos locamente cuando se presente la ocasión, pero tal vez nos ayude a enfocar de forma más pragmática algunas de las decepciones que pueden surgir en las relaciones con "el otro sexo".
1. Descripción General
Por elección de pareja se entiende al proceso mediante el cual una persona elige a otra para formar un vinculo estable Leñero (1987) considera que son tres los aspectos que intervienen en la elección de pareja Primero una cierta homogamia de origen, es decir, respondiendo a una norma de búsqueda de pareja entre quienes tienen más categorías sociales comunes, como clase social religión, etnia lugar de residencia edad, nacionalidad etc. Segundo un consenso general de valores relacionados con la forma de concebir la vida objetivos de la misma, etc.; y tercero una búsqueda de rasgos complementarios a la propia personalidad, todo aquello en contexto de un condicionamiento psico-socio -cultural, que influye en el criterio de ambos miembros de la pareja
Existen diversos factores que influyen en la elección de la pareja y se puede considerar que dichos factores tienen, por una parte, características psicológicas semejantes y por otra, ofrecen características psicológicas complementarias en cuanto a necesidades psicológicas (Romero 1999). La misma autora explica que existen diversos factores que afectan en la elección de la pareja, sin embargo, dos de ellos son los más dominantes el factor inconsciente y el factor social Los dos factores influyen en la decisión de un individuo para compartir su vida con otro y de la calidad de relación que establecerán
Se van realizado estudios que hablan de la relación de la personalidad con el lipa de elección de pareja. Kunkel y Dickerson (1982) encontraron que existen parejas unidas en relación a sus similitudes en cuanto a edad, religión, cantidad de consumo de alcohol y cigarros, puntos de vista políticos, promedios académicos años de estudio apertura intelectual y dominancia Por otro lado Buss y Barnes (1986) encontraron que existen parejas unidas por el cubrimiento de necesidades tanto propias como de la otra persona, es decir, se complementan En uno de sus estudios encontraron que las mujeres que preferían un hombre con grado de estudio superior, buena historia familiar, buen sueldo, etc. Poseían bajo nivel de tolerancia logros, independencia e inteligencia.
Otro fenómeno que se ha venido estudiando por diversos autores es el Bienestar Subjetivo. En cuanto a este se han realizado diversos estudios que loman en cuenta diferentes factores que están relacionados con el aumento o la disminución del bienestar subjetivo de las personas Entre ellos el medio social, y el medio familiar (Prats, 1999) De acuerdo con Ahuvia (2001) el bienestar subjetivo es una de las metas que se encuentran en todas las familias y el comportamiento humano.
Glen y Weaver (1981) mencionaron que numerosos estudios transversales longitudinales y retrospectivos han mostrado una mayor prevalecía e incidencia de muchos desórdenes tanto físicos como psicológicos, así como una menor esperanza de vida entre las personas sin pareja Hay trábalos que demuestran que el tener una pareja estable es uno de los mayores preeditores de bienestar subjetivo Al respecto Helgelson (1994) afirma que las relaciones satisfactorias ocasionan un incremento en el bienestar subjetivo de las personas.
De acuerdo con Veenhoven (1993), hay estudios que muestran que la gente en la mayoría de las naciones, de diferentes niveles socioeconómicos y diferente calidad de vida han tenido reportes positivos acerca de su bienestar subjetivo Es decir cuando se habla de bienestar subjetivo se analizan los factores que hacen mas felices a unas personas que a otras
Por lo mencionado anteriormente, el propósito de la presente investigación es estudiar la relación que existe entre el nivel de bienestar subjetivo de la pareja, y el tipo de elección de pareja basado en rasgos semejantes o complementarios de la personalidad de los miembros de la pareja
2. Relaciones Interpersonales
De acuerdo con Donatelle, Davis, Munroe y Munroe (2001) las relaciones interpersonales son aquellas en las que las personas ofrecen y reciben valor entendimiento y se sienten valoradas intelectualmente, emocionalmente y físicamente En este contexto se puede decir que los amigos, familiares, amantes, compañeros de trabajo etc. forman parte de relaciones interpersonales de una persona
Desde el punto de vista psicológico son muchos los autores que han hablado de Relaciones ínter personales Adler (citado por Bischof 1973) propone que el hombre es por naturaleza social Su principio del interés social lo lleva a interesarse por otro ser social, siendo este un interés universal, esta dimensión social se manifiesta en la elección de pareja. La elección de pareja es innata del ser humano Al respecto, Fromm (citado por Bischof, 1973) afirma que el ser humano, por su capacidad de amar, tiende siempre a relacionarse tanto consigo mismo como con los demás.
Para Skinner, en Fadiman y Frager (1979) no hay una significación especial en la conducta social distinta de otra conducta presentada en el individuo, ésta solo
se caracteriza por llevar implícita la interacción con dos o más personas Esto es que el ser humano se relaciona con los demás solo por ser una forma de comportamiento y no por la necesidad de afiliación El mismo autor menciona además que en las situaciones sociales los reforzadores que recibe una persona dependen solo en forma parcial en su conducta; así pues la modificación de la conducta en las relaciones interpersonales se basa en las reacciones de los demás y en las propias percepciones
Por otro lado Buhler (citado por Boszormenyi, 1982) menciona que la teoría Transaccional considera a las relaciones sociales como organizaciones de acción (sistemas) y a las personas como unidades; es decir, el individuo se presenta como un Yo contribuyendo a la formación de un delineamiento simbólico de dos o más entidades él y el otro Esto es que cada persona es un elemento que al interactuar forman un sistema, que di mismo tiempo se relaciona con otros sistemas
Por otra parte, uno contribución acerca del desarrollo de la niñez y su relación con futuras relaciones interpersonales en la edad adulta muestra que, niños bien adoptados, reservados y confiables tienden a tener un buen ajuste en su comportamiento de adultos solamente en sus relaciones de trabajo y de pareja. y niños con un bajo control tienden a tener bajos niveles de adaptación y mayores conflictos interpersonales a lo largo de su vida de adultos (Newman, et al 1997)
Al respecto Piaget (1952), considera que existe una relación importante entre los aspectos que se refieren a la atracción personal y el proceso de socialización El niño se encuentra desde el nacimiento en interacción con otras personas hacia las cuales se sentirá atraído y podrá establecer semejanzas y diferencias tomando una parte de éstas como formas de conducirse. Esto es que la persona va a basar su relación con otra persona de acuerdo a lo que le agrada y le desagrada de ésta
Por otro lado Freud en Fadiman y Frager (1979) explica que las relaciones e interacciones en los adultos se van a ver altamente influenciadas por las primeras experiencias de la infancia, es decir, en el seno familiar Esto es que los patrones fundamentales madre – hijo, padre – hijo y niño – hermano son los prototipos de los encuentros posteriores, es decir que hasta cierto grado, van a ser recapitulaciones de la dinámica, las tensiones y gratificaciones que vivieron.
Algunos autores han considerado a la relación interpersonal como una variable unidimensional; suponen que existen dos extremos en las formas de relación, de atracción por una parte y repulsión por la otra (Gojman. 1973) Es decir que en la interacción de dos personas, estos deben encontrar un lugar entre la atracción y la repulsión que existe entre los miembros de la pareja El mismo autor afirma que otros investigadores consideran que los sentimientos positivos y negativos hacia las personas se pueden presentar en formas independientes, es decir se puede experimentar una extrema repulsión por un mismo individuo, dependiendo de los aspectos de uno de los miembros de la pareja que resulten agradables y los que resultan desagradables al mismo tiempo
Otro factor importante en las relaciones interpersonales son los rasgos de personalidad que se tengan Estos |juegan un papel muy importante, ya que debe existir un grado de complementariedad y compatibilidad para que baila un entendimiento mutuo en dichas relaciones La profundidad de una interacción depende de los individuos, y dada esta, se dará el conocimiento de las personalidades involucradas Del producto de tal interacción se dará el interés de incluir a dicho individuo en el repertorio de candidatos a elegir como parte del medio del individuo y por lo tanto de elegir y formar una pareja (Romero, 1999). Así pues una persona va elegir a otra para formar una pareja dependiendo de las semejanzas y diferencias que hay entre ellos y del interés de ese individuo sobre el otro.
Por otro lado es necesario que existan ciertas semejanzas tanto en las normas como en las formas de comunicación y percepción del mundo, sin embargo, también es indispensable que unos individuos difieran de otros para que al aportarse algo mutuamente, se integre al grupo como totalidad y sea posible la convivencia (Gojman, 1973) La misma autora afirma que en las relaciones entre el hombre y la mujer es donde se hacen más notables los aspectos de semejanza y complementan edad de la relación
El ser humano desde el nacimiento tiene una fuerte necesidad de pertenencia Esta necesidad se refiere a vincularnos con otros por medio de relaciones que brinden interacciones positivas y duraderas (Myers 2000). La búsqueda de satisfacción de esa necesidad llega a su fin cuando el individuo logra una relación de pareja es por eso que resulta necesario hablar de la elección de pareja y los factores que intervienen en este proceso.
3. Elección de Pareja
Donatelle et al (2001) afirman que la relación interpersonal más significativa para el ser humano es la pareja, basándose en tres aspectos para definirla: El primero es interdependencia de comportamiento la cual se refiere al impacto que cada uno de los miembros de la pareja tiene sobre el otro que a lo largo del tiempo se vuelve más fuerte El segundo aspecto es la satisfacción de necesidades que se refiere a la satisfacción de necesidades psicológicas como aprobación intimidad, integración social, ayuda, afirmación, etc. Esto es que cada miembro de la pareja abren sentimientos comparten secretos se ayudan el uno al otro, etc. Por último el tercer aspecto que toman en cuenta es el apego emocional, este se refiere a que las relaciones de pareja se basan en lazos fuertes de apego emocional o sentimientos de amor y unión
Por otra parte, desde el enfoque de la teoría sistémica; la pareja puede ser definida como un sistema abierto circular y estable (Bueno 1985). Un sistema abierto es un sistema que posee medio, es decir posee otros sistemas con los cuales se relaciona, intercambia y comunica Esto es que se considera ala pareja como un sistema abierto porque está compuesto por el subsistema hombre -mujer y forma parte de otros suprasistemas como la familia comunidad sociedad etc.
La pareja es un sistema circular porque se encuentra en un estado constante y dinámico en donde cada una de las partes está relacionada con las otras partes siendo la conducta de cada uno producto de su estructura interna de personalidad asi como del conjunto de circunstancias que lo rodean; y es estable por la importancia que los miembros de la pareja le atribuyen a la relación para que sea duradera
El mismo autor propone que toda pareja, así como otros sistemas sociales presenta dos características fundamentales: La primera es la totalidad ya que la pareja es una organización independiente. La conducta y expresión de uno van a influir y es influido por lo del otro, lo que implica una suma de ambos La segunda característica es la homeostasis o también llamada retro alimentación, yo que en la parejo se tienen mecanismos para mantenerla en equilibrio. Estos mecanismos son llamados propiedades morfoestóticas que permiten asegurar la permanencia de las reglas del sistema (Wertbeim citado por Bueno 19B5), y propiedades morfogenéticas que permiten el desarrollo, el cambio y la innovación (Le Moigne Buckley, citados por Bueno, 1985) Una relación apropiada entre ambas permite una adaptación óptima en función de los cambios transcurridos durante el desarrollo del sistema
Desde el punto de vista biológico Higashida (1996) considera a la pareja se como un producto de la naturaleza ya que es una unidad de procreación para la continuación de la especie. Así mismo afirma que existen personas que toman en cuenta dos factores biológicos para la elección de la pareja; la edad y la apariencia física; y una vez ya elegida la pareja viene la etapa en el que se lleva a cabo una interacción persona, familiar y social De esta interacción puede surgir la aceptación o el rechazo
Al respecto en una serie de estudios realizados por bliss (1989) teniendo como muestra más de 10,000 individuos en 37 culturas diferentes encontró que los hombres de todo el mundo le dan mas importancia que las mujeres a la apariencia física prefiriendo así a las mujeres que se ven más jóvenes y atractivas A diferencia las mujeres generalmente reportan importarles más el estatus social, la ambición de su pareja y el proyecto de vida
Tordjman (1989) explica que la elección de pareja se da a un grupo original llamado a construir un vinculo propio y a funcionar según su propia organización
Este grupo accede a uno organización interno en lo medido en que tiene un pasado y, sobre todo, perspectivas de duración Al respecto Fromm, (Citado por Villanueva. 19B5).menciono que lo elección de pareja cobra gran importancia para el individuo oí final de la adolescencia En esto etapa la persona toma conciencia que ello es la responsable de su vida y que necesita cubrir sus necesidades de relación y arraigo, las cuales sólo pueden satisfacerse a través del amor y la fraternidad Al respecto Erickson afirma que una de las tareas más importantes de lo adolescencia es la elección de pareja.
Dowdy y Kliewer (1998) en un estudio donde se entrevistaron a 153 estudiantes de una preparatoria encontraron que la mayoría de los adolescentes han tenido experiencia de relación de pareja para los dieciséis años y muchos de ellos establecen relaciones formales y senas Resultados similares fueron reportados por Neeman hubbard y Masten (1995) Ellos encuestaron 176 adolescentes de 14 a 19 años de edad, acerca de su experiencia en pareja. El 43% de los participantes reportaron encontrarse en una relación de pareja estable. 38% indicaron que tenían una pareja aunque no estable y sólo el 19% no tenían pareja.
La elección de pareja depende de muchos factores y circunstancias. Leñero (19S7) toma en cuenta tres factores importantes que tienen que ver con la elección de pareja primero una homogamia de origen, es decir. La búsqueda de pareja entre quienes tiene más características sociales en común, como segundo factor se encuentra que tengan valores en común, como la forma de ver la vida proyecto de vida etc.. y en tercer lugar características complementarias a la personalidad
Lemaire (1986) propone que en las vías de atracción de las parejas, entran en luego tanto factores inconscientes como conscientes y que al conjugarse resultan cuatro vías de atracción las cuales son: A) (Consciente – consciente) aquí los conscientes de cada miembro d9 la pareja entra en juego Las Dos personas se atraen por aspectos como fisonomía, estatus socioeconómico, tono de voz, modo de moverse etc. B) (Consciente – Inconsciente): A medida que la relación progresa el individuo va detectando más elementos de la otra persona que cubren sus necesidades inconscientes, es decir, todo aquello que le permitirá reeditar las vivencias infantiles pendientes C) (Inconsciente – Inconsciente) Se da un intercambio de necesidades inconscientes mutuas. Y por último D) (inconsciente / consciente – inconsciente. ဢ' consciente) en dond9 los materiales de cada integrante no interfieren pues se interrelacionan dos sujetos completos individuales y únicos
Tordjman (1989) menciona que la elección de pareja es dada por la elección amorosa que incluye y concluye en una relación duradera. Para esto existen dos tipos de determinantes en la elección de pareja a) las determinantes socio -culturales que son las diferentes entidades como familia, escuela, trabajo, etc. Con las que el individuo esta en contacto durante la mayor parte de su desarrollo b) Las motivaciones inconscientes, que son impulsos instintivos, experiencias reprimidas, infancia memorias y los deseos fuertes pero insatisfechos
Los determinantes sociales que van a determinar la elección de pareja son educación, contexto socio – cultural, condiciones económicas y geográficas (Lemaire 19S6) Por otro lado las motivaciones inconscientes que determinan la elección de pareja son los impulsos instintivos, las experiencias reprimidas La infancia las memorias y los deseos fuertes pero insatisfechos (Revee, 1994)
Al respecto. Freud (citado por Tordjman. 1989), agrega que se elige a la pareja orientándose hacia dos sentidos principales el primero es la petición a la pareja de algo que se carece, y el segundo es Id petición a la pareja de compartir una parte de nosotros mismos
Por otro lado Satir (1973) afirma que los miembros de una pareja eligen compartir sus vidas conociendo sólo una faceta de la personalidad de cada uno, y cada uno espera que el resto de la personalidad esté de acuerdo con la parte ya conocida. Asi mismo habla de que la elección de pareja es realizada por una persona congruente, que esta desarrollada sexualmente de forma normal y que está atraída por un miembro del sexo opuesto, y que además la persona elegida sea a su vez, igualmente desarrollada Agrega también la idea de que la mayoría de la gente quiere un matrimonio diferente al de sus padres, sin embargo, tienden a escoger lo conocido Esta tendencia no está dada por herencia, sino por seguir modelos familiares
Existen dos factores dominantes en la elección de pareja El factor inconsciente y el factor social El Factor inconsciente se da cuando la pareja no sabe que fue lo que les atrajo uno al otro La teoría psicoanalítica habla de la elección inconsciente de una pareja que satisface las necesidades de las etapas donde hubo fijaciones y estas son inconscientes (Romero, 1999). En cuanto al factor social Estrada {1991) afirma que la supervivencia del ser humano depende del contacto y comunicación interpersonal; así mismo, el individuo es individual y social y su funcionamiento depende de las relaciones humanos de su primer grupo
Debido al número de factores que influyen en lo elección de pareja para esta investigación se consideraron o los dos factores dominantes mencionados anteriormente: A) el factor inconsciente que está apoyado por la teoría de la complementariedad y
B) el factor social apoyado por la teoría de la semejanza.
3.1 Factor Inconsciente y La Teoría de la complementariedad.
El llamado proceso inconsciente está dado por el efecto del desconocimiento descubierto, cuando una pareja no sabe exactamente qué fue lo que los atrajo el uno al otro (Romero, 1999). La teoría psicoanalítica afirma que inconscientemente se elige a una pareja que de alguna manera satisface las necesidades surgidas donde hubo fijaciones y de las cuales no se es consciente (Freud, citado por Fadiman y Frager, 1979). Un punto de vista en cuanto a la elección de pareja que aporta el psicoanálisis es la repetición de patrones Ésta se da cuando se elige una pareja parecida a la madre o al padre, respectivamente. De acuerdo a esta teoría, la pareja se une por la necesidad de resolver aspectos negativos de la infancia en una segunda oportunidad (Lemaire. 1986), Al respecto Romero (1999) menciona que aunado a esta selección inconsciente con respecto a necesidades, se tiende a escoger a una pareja en función de patrones conocidos que en la mayoría de los casos, es el de los propios padres Así mismo afirma que la espontaneidad de la elección da lugar a un proceso de protección inconsciente de cada miembro, es decir, a una protección desconocida o de una expectativa implícita de cada sujeto. En este proceso de protección se encuentra implícito el desarrollo de los miembros de la pareja durante la infancia
Por otro lado, Sandoval (1985) (citada por Moreno y Ploenning. 19B9) plantea que la elección de pareja está dada por la relación del objeto primario determinando así su conducta y sus relaciones con su medio ambiente y consigo mismo, de tal manera que la selección que se haga tanto del objeto amoroso, como de las demás relaciones sociales, profesionales etc., dependerán de las identificaciones logradas y de la introyección de los objetos buenos o malos que haya logrado el individuo durante los primeros años de vida. Es decir, que se selecciona a la pareja de acuerdo con la relación del objeto temprano predominante
Aunque hay muy poca evidencia en cuanto a la teoría de la complementariedad Barry (1970) y Tharp (1963) encontraron que. o pesar, de que la mayoría de las personas eligen como pareja a un individuo semejante a ella, hay algunas personas que escogen a su pareja porque la consideran opuesta o diferente a ella. De los pocos estudios que proporcionan evidencia acerca de esta teoría fue el llevado a cabo por Winch (1858) donde encontró que los miembros de la pareja se escogen el uno al otro basándose en necesidades inconscientes complementarias.
Como se mencionó anteriormente lo teoría predominante que apoyo al factor inconsciente es la Teoría de la Complementariedad de Winch (1954), apoyado por Swenser (1967), Sluzki y Bleichamar (1979) y Anderson (19BO) (citados por Atibe. 1995). Myers (2000), define complementariedad como la creencia popular según la cual en una relación entre dos personas cada una tiende a completar lo que falta en la otra (Gojman. 1973) afirma que las relaciones interpersonales que solo pueden desarrollarse en base a las diferencias, se complementan mutuamente Así mismo habla de que estas relaciones están basadas en una meta en común que para lograrla necesitan juntar fuerzas de diferentes naturalezas.
Al respecto Aube (1995) afirma que en la elección de pareja cada persona busca en su grupo individuos, aquel que satisfaga sus necesidades en la mayor medida posible es al que se va a escoger La satisfacción más grande ocurre cuando los patrones de necesidad de la pareja son complementarios mas que similares Las necesidades se atraen por características sociales, el consenso de valores familiares y la complementariedad de roles y sobre todo de necesidades inconscientes especificas
Kunkel y Dickerson (1982) afirman que si las diferencias de la pareja son mayores, entonces será más grande la aportación de actitudes, criterios, capacidades y cualidades Reafirmando esto Fishman y Rosman (1998) dicen que una persona con ciertos rasgos característicos de su temperamento se acopla mejor a una persona con características opuestas a estas
Moreno y Ploennmg (1989) hablan de la pareja complementaria definiéndola como la pareja en la que uno de los miembros ocupa un lugar o posición superior o tiene una ventaja sobre el otro. En este tipo de pareja el comportamiento de los dos es diferente y, sin embargo, se satisfacen las necesidades de ambos ya que el comportamiento de uno complementa al otro.
Bateson (citado por Chávez, 1994) por su parte señala que los papeles sexuales que se han desempeñado entre hombres y mujeres han sido a su vez funcionales y complementarios si uno es sumiso, el otro es dominante, si uno es pasivo, el otro es activo: si uno es dependiente, el otro es independiente, frío emotivo; oíslodo, expresivo; silencioso, hablador; etc. Al respecto O'Neill (1979) afirma que esta clase de complementariedad es Id que sitúa a los hombres y mujeres en terrenos distintos y les impide convertirse en personas totales y completas que pueden ser en cualquier tipo de relación A su vez, Chávez (1994) agrega que esta teoría priva a un sexo de las características del otro, y que condiciona a creer que los miembros de la pareja necesitan cosas distintas de la vida y de la pareja
Según Wmch (citado por Torjdman. 1989. Aube 1995), la teoría de la complementan edad postula que la elección de la pareja se basa en ejes bipolares complementarios; el autor concibe estos ejes como siguen: a) afirmación -receptividad, b) dominación – dependencia, c) tendencia a proteger – tendencia a ser protegido, d) agresividad – pasividad ye) autonomía -sumisión Saint (1994) llevó a cabo un estudio con 28 parejas de Oxford Inglaterra En esta investigación se midió la complementariedad con respecto a tres factores Iniciación de una conversación. Confianza social y Dominancia social, ya que estas características se consideran como integrantes de la socialización que se da día a día Los resultados del estudio no fueron estadísticamente significativos, aunque si aportan una pequeña evidencia de la existencia de características que indican algún tipo de complementariedad en las relaciones de pareja
Ktsanes (citado por Tordjman) dice que existen tres elementos esenciales que son inherentes al carácter de la persona, y estos influyen en el proceso de elegir a la pareja por complementariedad y estos son dependencia – dominación, agresividad protección y auto des valorización neurótica Así se puede ver que por medio de esto teoría cada individuo busca en su pareja un complemento. El amor feliz y el equilibrio están en función de la complementan edad
Como se mencionó anteriormente existe poco evidencia científica en cuanto a la complementariedad en las relaciones de pareja; es por eso que este estudio tiene como objetivo determinar el número de relaciones complementarias que existen de acuerdo a la muestra y medir su bienestar subjetivo.
3.2 Factor Social y la Teoría de la Semejanza
Mead (1970) menciona que en el proceso de socialización humana, a través de toda la vida del sujeto, encontrará nuevos puntos de apoyo para ser compartidos con quienes les rodean. Afirma también que en la familia se comparten una serie de normas que darán como resultado un individuo que hará caso de sus semejanzas con los demás para sobrevivir, solamente de acuerdo a estas semejanzas cada quien puede predecir o en cierta manera provocar las respuestas de los demás por medio de las propias
Así mismo Gojman (1973), afirma que durante el desarrollo, los grupos a los que se pertenece son cada vez más diversos y en todos ellos el individuo busca un punto de interés mutuo. También menciona que en sistemas de vida como los de México cuando la relación es importante y agradable se procura disminuir o lograr los aspectos en los que se difiere, y fortalecer aquellos en los que se coincide y en las relaciones negativas se intentará comúnmente alejarse de la otra persona haciendo notar las diferencias con el que se desprecia. Romero (1999) realizó un estudió en el cual se midió la relación entre el tipo de elección de pareja
y la satisfacción marital En este estudio se encontró que las parejas que poseían mayor número de rasgos de personalidad semejantes tenían una mayor satisfacción marital.
Lemaire (19S6) menciona que la elección de pareja desde el punto de vista social está influida por la familia y medio de origen de cada individuo, sin llegar por supuesto, a ser ésta impuesta Sin embargo, las presiones del medio y la familia de origen, la persona las toma como suyas; es decir, la persona toma como una forma de actuar conforme a su medio a sus intereses y comportamientos, aunque muchas veces esas actividades vayan en contra de sus sentimientos, proyectos, intenciones e intereses.
Al respecto (Lemoire y Rousel, 1986) explican que a pesar de que cada quien es libre de escoger una pareja, siguen existiendo presiones exteriores de toda clase El autor afirma que la red de determinantes sociales en los que se ven envueltos los |jóvenes, y que indudablemente van a influenciar las elecciones de su vida adulta son educación, contacto socio – cultural, condiciones económicas y condiciones geográficas Por lo tanto dichos determinantes sociales y sus entrecruza míenlos van a crear cierta tendencia en las elecciones fundamentales de cada persona, y por ende la elección de la pareja. Knox y Zusman (19997) después de realizar un estudio con ciento setenta y dos estudiantes encontraron que las mujeres prefieren como pareja a hombres que comparten la misma educación.
Rogers (citado por Fadiman y Frager, 1979) menciona que la interacción con otra persona facilita al individuo a descubrir directamente, revelar, experimentar o encontrar el si mismo. Menciona que el matrimonio es una relación excepcional a largo plazo que encierra lo posibilidad de un crecimiento y desarrollo permanentes Para Rogers los mejores matrimonios se dan entre compañeros que son congruentes, menos oponentes y capaces de aceptar sinceramente a los demás Esto es, que las relaciones de pareja en las que los individuos son semejantes ayudan al crecimiento personal, el desarrollo y el auto conocimiento de la persona.
El factor social como se mencionó anteriormente está apoyado por la teoría de la semejanza también conocida como la teoría de la homogamia, la cual establece que un individuo escoge exclusivamente a otro por los componentes similares que ambos comparten. Hahn et al (1997) llevaron a cabo un estudio donde se examinó la elección de pareja con respecto a los estilos de amor. Los participantes fueron 152 estudiantes de universidad, es decir 72 parejas. Encontraron que las parejas tienden a ser homógamas. Esto es que los individuos son atraídos por personas que son similares en una o más características.
Por otra parte Lee (1973) afirma que una persona debe encontrar un compañero que comparta su estilo y definición de amor para tener una satisfacción mutuamente satisfactoria. Knox y Zusman (1997) realizaron un estudio en donde 278 estudiantes de la Universidad del Este de Carolina en los Estados Unidos contestaron cuestionarios diseñados para detectar las características para elegir a una pareja Los resultados indicaron que las mujeres prefieren a una pareja que sea semejante a ellas en educación ocupación, valores religiosos, y deseo de tener hijos, mientras que los hombres sólo hicieron énfasis en la apariencia física. Ambos sexos creen que la homogamia es asociada con felicidad y relaciones duraderas.
Tordjman (19B9) menciona que la elección de pareja está dada por la semejanza de los miembros en cuanto a vanos factores como lo son Nivel social, religión ambiente familiar nivel de educación, etc. El mismo autor menciona que parece ser un mecanismo de defensa y de reafirmación, donde los miembros ante tales semejanzas, disminuyen su agresividad inseguridades inhibiciones etc. De acuerdo con Romero (1999) desde el punto de vista psicológico, las afinidades de semejanza son determinantes en dicha elección cuando la voluntad de crear una relación duradera nace de la similitud en cuanto a gustos, aspiraciones intereses y objetivos Así mismo Kunkel y Dickerson (1982) afirman que entre mayor sea la semejanza de los miembros de una pareja habrá en la relación una mayor comodidad Con respecto a esto Fishman y Rosman (1988) dicen que las personas se sienten atraídas por otras con las que tengan cosas en común
Moreno y Ploenning (1989) definen a la pareja simétrica como el tipo de pareja que basa su relación en la competencia Los miembros de la pareja tienen la misma posición que el otro y presentan casi siempre las mismas conductas Houts y Robms (1996) demuestran esto en un estudio realizado a 16S parejas casadas del centro de Pennsylvania en los Estados Unidos, donde se encontró que los individuos que comparten características, tanto sociales como psicológicas, establecen una relación satisfactoria para ambos.
Por lo mencionado anteriormente se puede concluir que las relaciones de pareja en su mayoría son semejantes y éstas dan mayor felicidad a las personas Es importante mencionar también que la mayoría de los estudios demuestran la importancia del factor de la semejanza en las parejas de diferentes culturas.
Autores
GUEVARA CELESTINO PATRICIA
BARRÒN CORONEL PAOLA
HERNÀNDEZ ZACARIAS GERARDO
LÒPEZ CASTAÑEDA GUSTAVO
IBARRA JACOBO CESAR
COLEGIO DE BACHILLERES DEL ESTADO DE QUERETARO
PLANTEL 7 "EL MARQUES".
METODOLOGIA DE LA INVESTIGACIÓN.
FECHA: 30 DE ABRIL DEL 2008
Página anterior | Volver al principio del trabajo | Página siguiente |