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Géneros Radiales y Televisivos (página 3)


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Héctor Larrea

Luego de poner su voz inconfundible en "Rapidísimo", con más de 30 años en el aire. La historia del conductor es curiosa, ya que a pesar de que comenzó su carrera en 1962, recién en 1970, cuando su popularidad en TV estaba en alza, pudo comenzar su propio ciclo. En Rivadavia estuvo 21 años, luego pasó cuatro años en El Mundo y al fin volvió a Rivadavia. "Empecé en un programa que se llamaba "Norteamérica canta". Querían poner en el aire el ciclo para amortizar derechos que se le vencían. Entre otros, tenían programas con Lionel Hampton y Louis Amstrong. Trabaje a partir de ahí ocho años seguidos allí.-Su popularidad le sirvió para hacer la radio que le gustaba…-Claro, fue raíz de eso empecé a hacer "Rapidísimo". Comencé a tener cierta popularidad en TV en 1969. En esa época cualquier boludo se hacía popular… y ahora también. Pero el cholulismo de los tipos que manejan los medios me permitió darme el gusto. La TV me dio un poder que no me daba la radio. Sin embargo la tele no requiere nada especial. La radio, en cambio, requiere una preparación."

"Una radio con buen humor puede cambiarle el día a la gente. Un buen programa puede ayudarle a la gente a vivir mejor. A mí me gusta el guitarrista Tomatito y lo paso, pero no me lo pide nadie. Por ahí se pianta alguno pero en lo posible trato de pasar lo que me gusta. ¿Quién carajo va a pedir hoy a Charlie Parker? Nadie. Pero yo lo paso igual."

Larrea, ese gran director de orquesta…(LGN entrevistas)

-¿Qué ha cambiado en "Rapidísimo" desde sus inicios?

-La esencia sigue siendo la misma, pero ha sufrido las mismas modificaciones que la sociedad en general, en especial en el aspecto económico; ahora todo está más acotado, más modesto, pero en lo personal yo siempre pongo la misma energía, entusiasmo y humor que cuando comencé, allá en 1969, en Radio El Mundo (Maipú 555), y mantengo el viejo romanticismo que me llevó a compartir con la gente circunstancias y sensaciones que a mí me llamaban la atención, y casi inmediatamente comprobé que la gran mayoría sentía lo mismo. Esta semana, sin ir más lejos, con los días nublados y lluviosos recogí tantas anécdotas preciosas referentes a la sensación que este clima provoca y que sólo puede registrar la radio. Si me piden una definición de "Rapidísimo" digo que va al plexo solar, a las emociones válidas que, pese a los cambios económicos y sociales, siguen siendo las mismas. Quizás el ingrediente más importante, y lo quiero destacar, sea la cuota de humor que siempre tuvo. Yo entrevisté a historiadores para saber cómo se sobrellevó la vida en Europa durante las guerras y la respuesta fue siempre la misma: humor, entretenimiento y relax. No olvidemos cómo viajaban al frente de batalla, actores, músicos y cantantes para brindar alegría y esparcimiento a los soldados. La radio debe dar servicio, si no le es útil a la gente no sirve, y en estos tiempos de cólera hay que poner un paréntesis a toda esa carga de información que expresa dolor, incertidumbre, bronca, insatisfacción, del día a día. Recuerdo que una de las épocas más difíciles en la conducción fue durante la Guerra de las Malvinas. Algunos se quejaban: ¿cómo pueden hacer humor cuando los jóvenes se mueren en las islas? Me mantuve firme y no me arrepiento. Pienso que ayudé a hacer más digeribles esos momentos tan dolorosos.

-Muchos humoristas trabajaron con usted a lo largo de este ciclo.

-Para dar algunos nombres: el Soldado Chamamé, Luis Landriscina (cinco años), Mario Sánchez, Jorge Porcel, Osvaldo Miranda (realizó pasos de comedia), Raúl Rossi puso en el aire libretos de Wimpi, Carlos Russo, Norman Erlich y, por supuesto, Víctor Harriague con el Dr. Pueyrredón Arenales, una creación de Horacio Scalise y Jorge Marchetti. A decir verdad, siempre soñé con tener un equipo propio de guionistas.

PEPE ELIASCHEV

El periodista Pepe Eliaschev comenzó con su programa de radio Esto que pasa, en 1985, cuando tenía 40 años. El programa pasó por distintos horarios y tres mudanzas de emisoras, hasta recalar, en el 2001, en Radio Nacional, en "el horario de la vuelta", de 18 a 20, donde continúa hasta hoy. Este mes cumple 20 años, o, como le gusta decir al propio Eliaschev, 14.000 horas al aire.

"Soy un tipo que se enamora de las continuidades. Y creo que es un rasgo que falta en este país. A mí me da mucha emoción decir 14.000 horas en el aire, este es el programa en el aire más longevo, al menos en la zona metropolitana."

"Conducir un programa no era solamente ser una figura bonita a la que le fue bien en la tele. Ahora, el sexo es la herramienta que se utiliza para llenar vacíos a cualquier hora del día, el doble sentido y el estado de chacota permanente. Es lo más fácil. Me da pena escuchar a conductores muy serios que aceptan la presencia permanente de un imitador en el estudio. Pero, claro, la culpa no es del chancho sino del que le da de comer."

MATÍAS MARTÍN

"Basta de todo"

"Me parece que el componente humorístico es central del programa, si bien no es un programa humorístico, todo pasa por tomárselo con humor, algunas partes cuando hacemos una entrevista hay una búsqueda que sea entretenida pero no humorística y la lectura de las noticias, pero hasta cuando escuchamos música o cualquier momento se busca destrabar una sonrisa; o de hacerlo más liviano, de divertirse, es algo natural sobre todo en "Cabito".

 "El humor es un componente vital para todos los programas, no sé si escucharía un programa de humor. Como oyente está bueno reirme y un rato pensar, y un rato escuchar algo interesante y siempre manteniendo una sonrisa latente en mi cara. Ginzburg no hace un programa de humor, sin embargo te reís permanentemente.

No me fascina la idea de escuchar un programa de humor."

CAPÍTULO III : "LA VENGANZA SERÁ TERRIBLE"

FICHA DEL PROGRAMA: "LA VENGANZA SERÁ TERRIBLE"

Emisión: RADIO CONTINENTAL – Hotel Bauen

Días y horarios: Lunes a viernes 24.00 hs.

Conducción: Alejandro Dolina, Guillermo Stronati y Gabriel Rolón.

Productores: Nicolás Tolcachier- Maika Iglesias

HISTORIA DEL PROGRAMA

El ciclo comenzó con otro nombre, Demasiado tarde para lagrimas, en 1985 y por Radio El Mundo y lo acompañaba Adolfo Castelo. Cuatro años más tarde pasó a Radio Rivadavia, con Guillermo Stronatti. En los comienzos de la década del noventa hubo un intento de hacer televisión, sin mucho éxito. "Volví a la radio, pero fue como arrancar de cero", su programa se emitía por FM Viva y se llamaba El ombligo del mundo. Al año pasó a FM Tango, pero ya con el nombre La venganza será terrible, donde estuvo también un año para instalarse, desde el 94, en la medianoche de radio Continental. Tuvo un pequeño paso por radio Del Plata, durante 2001, y regreso a Continental, que en su año de ausencia en la emisora nunca dejó de emitir programas suyos grabados.

HISTORIA DE RADIO CONTINENTALEn la madrugada del 28 de septiembre de 1969, Radio Porteña cedió paso a la apertura de Radio Continental, que a lo largo de más de tres décadas continúa informando, brindando compañía, transmitiendo música, goles, humor y cultura.

Con mas de tres décadas de vida en el aire, se pueden homenajear a muchos de los profesionales que trabajaron en Radio Continental en el transcurso de su historia: Adolfo Castelo, Alberto Hugo Cando, Alberto Olmedo, Alejandro Fabri, Ana María Campoy, Andres Redondo, Anibal Vinelli, Antonio de Turris, Ari Paluch, Arnaldo Raskovsky, Atilio Cadorin, Bernardo Neustad, Betty Elizalde, Carlos Garaycochea, Carlos Juvenal, Carlos Mazza, Carolina Perin, Catalina Dlugui, Cesar Isella, Cesar Magrasi, Claudio España, Daniel Fernández Canedo, Daniel Mendoza, Diego Bonadeo, Diego Fucks, Dionisia Fontan, Edgardo Alfano, Edgardo Mesa, Eduardo Aliverti, Eduardo Rudy, Eduardo Van Der Koy, Emilio Stevanovich, Enrique Alejandro Manzini, Enrique Almada, Ernesto Frith, Ernesto Schoo, Esteban Mellino, Esteban Mirol, Ezequiel Korenblit, Felix Luna, Fernando Bravo, Franco Salomone, Gabriela Acher, Haydde Padilla, Hector Grossi, Hector Larrea, Horacio De Dios, Hugo Gambini, Hugo Guerrero Martineithz, Jorge Aliaga, Jorge Azcarate, Jorge Basurto, Jorge Jacobson, Jorge Porcel, Jorge Rosi, José Ignacio Lopez, Juan Alberto Badía, Juan Carlos Calabro, Juan Carlos de Pablo, Juan Carlos Mesa, Juan Carlos Perez Laoizeau, Juan de Biase, Juan Fazzini, Juan José Moro, Julio Cesar Calvo, Julio Lagos, Leo Rivas, Leo Vanes, Leopoldo Costa, Luis Gariboti, Luis Majul, Luis María Stanzione, Luisa Delfino, Magdalena Ruiz Guiñazú, Maisabe, Manuel Rey Millares, Marcelo Tinelli, María Elena Walsh, Mariano Clos, Mariano Grondona, Mario Pergolini, Mauro Viale, Miguel Ángel Merellano, Miguel Brasco, Mónica Cahen Dánvers, Nora Perle, Norberto de Goas, Norberto Longo, Nucha Amengual, Orlando Marconi, Oscar Gomez Castañón, Oscar Raúl Cardoso, Osiris Troiani, Osvaldo Granados, Osvaldo Principi, Otelo Borrón, Pepe Elischeff, Pinky, Quique Pesoa, Quique Wolf, Raúl Becerra, Raúl Calviño, Raúl Delgado, Raúl Portal, Raúl Utizberea, Rene Cospito, Ricardo Arias, Ricardo Espalter, Ricardo Jurado, Ricardo Kirshbaun, Roberto Eguía, Roberto Gonzalez Rivero, Roberto Vacca, Rosario Lufrano, Sergio Villaruel, Silvio Huberman.

ESTRUCTURA TÉCNICA DE LA SEÑAL DE RADIO CONTINENTAL

Radio Continental cuenta con un renovado sistema informático en red que permite la puesta al aire de acabadas producciones artísticas y musicales. Sus complejos editores de audio digital para la grabación de todo tipo de materiales la ponen a la vanguardia de la innovación tecnológica en su rubro. El equipamiento técnico del que dispone utiliza la más avanzada tecnología de audio: minidisc, DAT y el software necesario para al mejoramiento del sonido puesto en el aire.

En la actualidad, Radio Continental y 40 Principales transmiten desde cinco estudios con sistema de audio digital centralizado por server. Posee un enlace con la planta transmisora de UHF y antenas parabólicas que bajan directamente del satélite las señales de cadenas mundiales de televisión para el Servicio Informativo Continental. El sistema se centraliza en consolas de dieciséis canales entrantes y seis salientes.

Todo este equipamiento, al servicio de un equipo periodístico de calidad y de la mejor música, permite ofrecer al oyente excelentes opciones a la hora de sintonizar el dial.

La venganza será terrible propone un espacio de reflexión y humor. La voz pausada, el pensamiento, la broma exigente, el cuento y la música olvidada dan forma al encuentro de generaciones en un clima sin prisas.

Si hay alguien que ha podido mantenerse fiel a su estilo, sin la necesidad de renovar, ese es Alejandro Dolina.

No necesita estar cambiando su staff, o sus opiniones, o su humor, quizás porque las personas que lo escuchan o ven en vivo, son soñadores de alma y creyentes de leyendas urbanas ¿irreales? a rajatabla.

Su enorme capacidad para narrar, y su humor tan particular hacen del programa una delicia para aquellos que creen en los amores fallidos, en las mujeres endiabladas, o los hombres sensibles.

Excelente lector, opina lo que siente, sin preocuparse demasiado si lo que dice es compartido por los demás o no. Eso lo hace atractivo para los jóvenes (que siempre sueñan) y especial para los adultos (que nunca hubieran querido dejar de soñar).

Recorridos a través de la historia, pero no de la historia aburrida, sino de los pormenores. Siempre "lo picante y truculento" de la misma, está presente.

Su humor, mechado con la implacable capacidad de acompañamiento de Stronatti y Rolón, llega profundamente al corazón del que lo escucha.

La conjunción de humor, música e historia, hace de su programa una verdadera delicia. Así comienza la historia de un programa único e increíble… con ustedes damas y caballeros "LA VENGANZA SERÁ TERRIBLE"…

SINTONÍA NOCHERA

"Cuando se apaga la luz, la radio y los programas que acompañan a los noctámbulos o desvelados de la noche se vuelven imprescindibles".

Lourdes Lávaque

"…La radio está hecha para los solitarios, los desplazados o los que viven en sitios alejados. A diferencia de la televisión –que te obliga con terquedad a mirar en una sola dirección, que exige la presencia de todo tu maltrecho cuerpo-, la radio está en todas partes. Las personas solas necesitan la radio porque sólo ella puede llenar los enormes espacios vacíos que albergan hasta los apartamentos más diminutos. No se enfada cuando nos distraemos, sino que tiene el tacto de comenzar en el momento en que la encendemos. Su sonido es nuestro ángel de la guarda: omnipresente pero modesto y sencillo. Mientras hacemos nuestras cosas, la radio nos sigue pacientemente. Su insistencia calma nuestras soledades más imprevistas y punzantes, suaviza las distancias entre nuestras almas y las siempre inalcanzables paredes. En ese sentido la radio es comprensiva, y las personas solitarias están necesitadas de comprensión…".

Esto se lo escribió una oyente a Paul Auster, quien por ese entonces tenía un programa de radio. Sólo falta agregar, para darle sentido a esta cita, que la noche está hecha para los solitarios. Y allí es donde aparecen las voces nocturnas, los programas de fondo.

"RADIONAUTAS…HORA CERO"

A la medianoche, la proliferación radial de videntes, profetas de dos pesos y vendedores de elixir se ve amenazada por la aparición, casi insolente, de un gran ficcionador que se atreve a proponer un humor inteligente, valiente, culto – aunque sin afectación – y por si fuera poco pletórico de recursos geniales.

Así, al dar la medianoche, por Radio Continental y El Espectador este descarado ficcionador y sus secuaces Gabriel Rolón y Guillermo Stronati, calientan los motores leyendo los mensajes que llegan por correo electrónico al programa a modo de preámbulo de una siempre amena reflexión de ecléctica temática y singular abordaje, para luego comenzar el viaje alucinante por la ficción de los antiguos amores de Alejandro Dolina.

De esta manera, el conductor se convierte en diferentes y siempre entrañables antihéroes que inevitablemente terminarán perdiendo a la mujer amada; para luego desahogar las penas en el boliche acodados en algún estaño mientras el sordo Gancé desgrana varios tangos y alguna milonga en el órgano.

Indudablemente un programa que trasciende no se basa únicamente en el deseo de hacer reír y éste no es la excepción; en él, Dolina hace gala de sus habilidades musicales y capacidad de improvisar (secundado en forma muy armónica por sus compañeros) logrando que en la construcción de los bloques tanto las historias como la música o los diálogos surjan de manera fluida y elegante.

A través de las iteraciones cuidadosamente dosificadas a las que nos referíamos y unas interrupciones que el oyente aprende a esperar tanto como las historias del pasado amoroso del gran antihéroe – Dolina incorpora, a la manera de los apartes del teatro, reflexiones personales en las que vierte sus opiniones o, por decirlo de una forma en la que quizás él no se expresaría, su filosofía.

Una característica notoria del programa es el innegable orgullo del autor por un producto excelente, de irreprochable calidad de forma y contenido, con alguna nube de tormenta que atraviesa el firmamento cuando algún adulador empalagoso u omnipotente crítico de dos pesos cruza la frontera de lo que Dolina está dispuesto a admitir.

Finalmente, el tramo culmina con la dedicatoria de la charla, que sería, en sentido más estricto la elección de un "ranking" entre los personajes citados según los criterios de los conductores y su sensibilidad personal y que constituye un momento en el que Dolina parece encarnar, de una sola vez, a toda su grey literaria, los "muchachos sensibles de Flores" mientras que Rolón hace lo propio con sus opositores, los "refutadores de leyendas". Así, el programa hace esta única concesión al romántico maniqueísmo de Dolina.

Una vez terminada la charla, ésta se ilustra con una melodía que ilustra el tema disertado. Asignadas ya dedicatoria e ilustración, el conductor decreta, por primera vez en la noche, "¡pausa!" Como preámbulo a la melodía elegida.

El segundo bloque del programa es la otra concesión al mundo de la interactividad. En él se leen los mensajes que los oyentes les hacen llegar por diferentes medios, siendo obvia la preferencia que tiene el conductor por las cartas, entendiendo por tales las escritas con un estilo cuidado en la comunicación, no en ese código seudomorse de los correos electrónicos, y no necesariamente las que han sido traídas por el cartero.

Al comenzar el tercer tramo, se instala la tónica surrealista del segmento del programa que se dedica al ama de casa, ya que como nos hace saber el propio Dolina, le llaman numerosas amas de casa indagando acerca de éste o aquel tema que puede oscilar entre tópicos tan variados como la mejor manera de agarrar un canario o cómo elegir un melón.

A los efectos de ilustrar acerca los asuntos requeridos, se recurre a la lectura de sesudas monografías publicadas en las más variadas fuentes, las que van desde artículos de revistas de farándula hasta las reglas de uso de la piscina del hotel en el que se hospedaron los integrantes del programa durante su estadía en Mar del Plata.

Un muy amplio y original repertorio de recursos permite que las invenciones sean tan hilarantes para un neófito como para el iniciado, pero permitiendo a éste último esbozar alguna sonrisa cómplice cada vez que los citados perpetradores comentan la dimensión exacerbada de los objetos australianos (ya que como todos saben, en Australia las cosas se hacen más grandes) la sequedad de Polonia o el momento en que entran en escena los doctores Barragán y Giménez del Cerro.

De todas maneras, además de una gran variedad de recursos, lo que hace al éxito como humorista de Dolina, es el dominio de la esencia de todo histrionismo de improvisación: un manejo absolutamente perfecto de la variable tiempo. Es así como no solamente su sentido de la oportunidad es exacto como un metrónomo, sino que lleva un control excelente de todas las puntas del ovillo en que se convierte la trama de la historia que va entretejiendo, de manera tal que va cerrando absolutamente todos los temas abiertos, y al detectar un punto dramáticamente adecuado para el final, sentencia "pausa" y termina el bloque, dejando prácticamente siempre al escucha con la sensación de haber sido testigo de algo que valió la pena escuchar.

En fin, al terminar el programa, Dolina hace gala de una exquisita destreza en el órgano tocando los temas que pide la audiencia del programa mostrando ser dueño de un repertorio increíblemente extenso.

Al final, a la voz de "corran las sillas y echen a las viejas", el sordo interpreta un tema alegre, para que el arquitecto encabece al público en el trencito que se dirige a la salida, obviamente, con paso de murga…

Texto por Bernardo Borkenstain

"El Negro" dando sus primeros pasos con LA VENGANZA…

Poco a poco, dejó de ser un secreto para convertirse en un fenómeno que pasó a transmitir sus programas desde teatros llenos, y se dio el lujo de sumergirse a experimentar con nuevos formatos aunque siempre sin abandonar su amor al saber, su fino humor, su desgarrada y poco complaciente visión de la vida y, por sobre todas las cosas, darse el lujo de decir lo que piensa y siente sin necesidad de realizar apologías tribuneras o explorar libretos "políticamente correctos".

Allá por 1972 se inició en radio en el ciclo "Mañanitas nocturnas", con Mario Mactas y Carlos Ulanovsky, donde hacía el inolvidable personaje de Gómez, un periodista pícaro. Aquí también contaba con la compañía de Carlos Trillo (su dupla en Humor, Satiricón y Mengano).

En 1980, trabajando en radio  Rivadavia como gerente de Promociones, presentó un piloto. Su nombre era: "Demasiado tarde para lágrimas", pero no resultó. Es recién en 1987 cuando se puede concretar el proyecto. Pero como el formato no interesaba, les dieron un horario totalmente marginal, el de la medianoche. Lo acompañaban, nada más y nada menos que Adolfo Castello, Elizabeth Vernacci y Jorge Dorio. Al principio sólo era escuchado por algunos estudiantes de arquitectura trasnochados, pero terminó siendo pasión de multitudes. En el mismo surgieron el maestro Gancé (alias "el sordo"), quien se equivocaba siempre y lo echaban a patadas; el mago oriental Washington Tacuarembó con sus sombras chinescas; y por supuesto la filosofía universal ambientada en el barrio de Flores. Con este programa, Dolina conoció otro estilo de público. Descubrió que en la noche, la gente escucha radio de una manera diferente, con más paciencia y sin tanto apuro. Cosa que lo ayudó bastante, ya que la mayoría de su audiencia son jóvenes, que no tienen problemas por acostarse tarde. Fue también en este programa donde creció otro fenómeno, que luego será una característica fundamental de sus programas de radio: el de los oyentes en vivo.

 "Esto fue absolutamente casual. Primero llegó uno, después otro y así se fueron sumando hasta que los directivos prohibieron su ingreso. Nosotros los escondíamos en alguna oficina, hasta que por fin pudimos institucionalizar esta situación y hoy siento que no podría hacer un programa sin público. Porque es ese público el que me fue dando permisos -nunca quise parecer presuntuoso- para animarme a concretar innovaciones: el canto, el piano…"

También fue innovador el hecho de transmitir el programa desde diferentes ámbitos. En el Sindicato del Seguro se ubicaban alrededor de mil personas; luego estuvieron en una sala del Paseo La Plaza, después en el teatro Alvear, en donde se reunían alrededor de unas cien mil personas por año. Más tarde, en La Bodega, y actualmente en el Hotel Bauen. Este fenómeno se da en la misma forma en Córdoba, Uruguay, y alrededores.

Luego de un tiempo Adolfo Castello abandonó el programa porque empezó a hacer "La noticia rebelde" en televisión. Allí se sumó Guillermo Stronatti, y lo hizo por casualidad. Él era el locutor de turno de la radio y cuando se fue Elizabeth Vernacci (que era la locutora del programa), Stronatti quedó a cargo. Él le hacía preguntas y Dolina lo animaba a seguir; poco a poco lo fue incorporando cada vez más al programa. Además como Stronatti también canta, fue un aporte importante para Dolina y sus programas.

 "Yo era el locutor de turno, cubría el turno de 01.00 a 07.00 de la madrugada. Yo miraba y escuchaba lo que decían Dolina y Castelo. Y después, como Castelo no cantaba, Dolina empezó con el "maestro Gancé" a tocar el pianito y yo me "enganché" cantando algunas cumbias, acompañando alguna canción que hacía Dolina, alguna rancherita. Y ahí empecé a tener un poco más de participación. Después, Castelo se va a hacer "La noticia rebelde", en ATC, en el año 1986 o en el 1987, y ya me quedo con Alejandro.  Todo se fue dando al aire. Así como es el programa hoy, espontáneo, improvisado, así fue. El negro m iba integrando. Dolina me miraba fuerte y yo tenía que decir algo. Entonces, ahí yo estaba más concentrado, porque Castelo no estaba, y yo tenía que tirar algunos bocadillos al aire y dar algunos pies para que Dolina se explayara.

Y sucedió así. Luego seguí junto a él. Hicimos teatro; televisión en 1988, en Canal 11; el ciclo de 1990, también, con "La barra de Dolina"… Después hubo una separación de dos años, en 1991 y 1992. Yo volví a hacer algo que me encantaba, que era relatar fútbol, en 1991. Yo ya lo había hecho en mi pueblo, en 25 de Mayo, cuando tenía 16 o 17 años, y volví siguiendo la campaña de los equipos de la ciudad de La Plata, Estudiantes y Gimnasia. Relataba fútbol los domingos y hacía un programa de lunes a viernes en la radio de la provincia de Buenos Aires.

Después, en 1992, hice un ciclo en Radio Rivadavia, y en 1993 ya volvimos a juntarnos con Alejandro en la trasnoche de FM Tango. Y en 1994, en Radio Continental, hasta el presente."

 Es ahí, en 1994, cuando nace el fenómeno llamado "La venganza será terrible". Como lo describió el mismo Dolina, éste programa es una continuación del anterior ("Demasiado tarde para lágrimas"). Pero en el mismo lo acompañan Guillermo Stronatti, y se le suma Gabriel Rolón. Quién también se suma al elenco casi por casualidad. Según lo cuentan sus propias palabras:

 "Yo conocía a Alejandro desde hacía años porque yo era guitarrista de tango. En aquel momento me pagaba los estudios como guitarrista de tango. Y Alejandro necesitaba unos guitarristas para grabar algunas cositas que quería, y entonces "caí" yo. Un cantante amigo me dijo: "Yo te llevo mis violeros", y empecé a acompañarlos. Y así, después de los ensayos nos quedamos mateando. Y surgió una afinidad de temáticas, de intereses. Nos empezamos a ver por fuera de eso. 

Y estuve como músico en alguno de los programas que Guillermo y Alejandro tenían por televisión, participando en colaboración en guiones en otros programas de Alejandro. Y después, yo ya daba ese sueño de la radio como un sueño en el cajón de los archivos. Ya había pasado, ya me había recibido, ya trabajaba en lo mío. Y un día me encuentro un mensaje de Stronati. Ellos estaban en Mar del Plata. Y me dijo: "Rolón, llamáme porque quiero que te vengas a Mar del Plata".

Yo lo llamé. El tenía que ir a Buenos Aires por sus cuestiones comerciales. Y me pidió si yo podía hacerle la suplencia esos 15 días, sobre todo para acompañar a Alejandro en la parte musical.

Y ahí fui a hacerle la suplencia y… no me pudieron echar más."

Así, al dar la medianoche, por Radio Continental este descarado ficcionador y sus secuaces, calientan los motores leyendo los mensajes que llegan por correo electrónico al programa a modo de preámbulo de una siempre amena reflexión, para luego comenzar el viaje alucinante por la ficción de los antiguos amores.

Indudablemente un programa que trasciende no se basa únicamente en el deseo de hacer reír y éste no es la excepción; en él, Dolina hace gala de sus habilidades musicales y capacidad de improvisar (secundado en forma muy armónica por sus compañeros) logrando que en la construcción de los bloques tanto las historias como la música o los diálogos surjan de manera fluida y elegante.

A través de las interacciones y unas interrupciones que el oyente aprende a esperar tanto como las historias del pasado amoroso del gran antihéroe – Dolina incorpora, reflexiones personales en las que vierte sus opiniones o, su filosofía.

Una característica notoria del programa es el innegable orgullo del autor por un producto excelente, de irreprochable calidad de forma y contenido, con alguna nube de tormenta que atraviesa el firmamento cuando algún adulador empalagoso u omnipotente cruza la frontera de lo que Dolina está dispuesto a admitir.

Es así como no solamente su sentido de la oportunidad es exacto, sino que lleva un control excelente de todas las puntas del ovillo en que se convierte la trama de la historia que va entretejiendo, de manera tal que va cerrando absolutamente todos los temas abiertos, y al detectar un punto dramáticamente adecuado para el final, sentencia "pausa" y termina el bloque, dejando prácticamente siempre al escucha con la sensación de haber sido testigo de algo que valió la pena escuchar.

Cuando Dolina saluda, cuenta con una platea fervorosa de 300 personas, que asiste a la puesta en el aire del programa, en una actitud casi de ritual, donde se divierten, emocionan, cantan y, esencialmente, reflexionan junto al conductor.

Dolina asegura que no tiene una fórmula y cuando se le pregunta porqué eligió hacer este tipo de programa el asegura que todo se basa en su preparación, fundamentalmente literaria, en donde él trata de poner el práctica ciertas habilidades musicales, narrativas y ejercer de paso un poco el surrealismo. Él asegura que su vocación es la de los libros, lo suyo se nutre más en la actuación y desemboca en la radio donde todo lo anterior es venturoso, pero no previsto. Con más de 20 años en la labor radial, Alejandro Dolina ha impuesto en la radiofonía Argentina, una manera distinta de hacer radio.

"Padezco de insomnio desde los 15 años, y más que una razón filosófica, eso es lo que me llevó a preferir lo nocturno. Dice mi amigo Jorge Dorio (con quien compartí durante años un programa de tevé) que soy un narrador que de noche en lugar de escribir "cuenta por radio". Me importa mucho darle un acento coloquial a mi prosa porque disfruto de los movimientos precisos. La claridad es una virtud literaria, lo que no supone ausencia de metáforas ni figuras retóricas. Soy un artista aficionado que suele expresarse por distintas vías con idéntica insolvencia. Hacer radio es algo que me sucedió por casualidad; me inicié llamando de modo fraudulento desde el teléfono de la esquina dando informaciones del circo de Moscú como si estuviera en Moscú, con ese recurso tan de radio donde utilizamos un lenguaje académico para describir una situación cotidiana y palabras simples para describir una situación compleja. Diría que soy un hombre que escribe al que le hubiera gustado ser cantor de tango." Dolina aclara que se siente mejor compositor que intérprete pero, por modestia, no señala que en esos años el ciclo para los jóvenes era de culto, grababan los programas en cassettes y se los pasaban, unos a otros con total fanatismo. En el 2001, Alejandro Dolina pasó por una rara situación. Después de varios años de éxito, decidió cambiarse de emisora, y pasó de "Continental" a "Radio Del Plata". Pero mientras el hacía su programa en Del Plata, Continental repetía sus programas en el mismo horario. "No fue nada fácil. Para comenzar debo indicar que, en 2001, trabajaba en Del Plata (hacía el programa en vivo) y Continental pasaba las grabaciones, es decir competía conmigo. Estaba primero y segundo en las mediciones. Lo digo con sarcasmo, pero en ese momento fue patético. Durante todo 2002, cuando regresé a Continental, el programa lo pagué yo, con sacrificios y tratando de no dar de baja a nadie. Y en cuanto al contexto del país, debo decir que no fue sencillo. Hacíamos el programa en el mismo horario de los cacerolazos, a veces el Tortoni no abría sus puertas por temor…"

Pero quizás, la mejor manera de comprender el universo de Dolina sea recordar las palabras de su apertura:

"Atención: este programa utiliza lenguaje metafórico y melindres quevedianos. Por los tanto, se ruega a los froilanes relinchar en otros potreros. "La venganza será terrible": un ciclo admirado por los insensatos, despreciado por los mercaderes y premiado por los que nunca lo escucharon. Plagios fieles, sabiduría diminuta, ripios serviciales, sobresaltos proféticos y lustrabotismo progresista"

CAPÍTULO IV : "PERSONAJES DE LA VENGANZA …"

Biografía de Alejandro Dolina

"La radio es algo que me ha sucedido. Soy escritor, antes que ninguna otra cosa. Y si bien se mira, estas cosas que aparecen en el programa son más propias de un hombre que ha tenido trato con los libros que de un hombre que ha tenido trato con el mundo del espectáculo".

Alejandro Dolina nació en Baigorrita el 20 de mayo de 1949 y se crió en Caseros. Sus confusos estudios lo pasearon por el Derecho, la música, las letras y la Historia.

Ha publicado cuentos y notas en diferentes revistas. Desde 1985 ha conducido programas de radio y televisión. Ha compuesto numerosas canciones y ha integrado distintos grupos musicales como director y arreglador.

En 1988 publicó su primer libro, "Crónicas del Ángel Gris". Una edición corregida y aumentada de esta misma obra apareció en 1996.

Es autor también de las comedias musicales "El barrio del Ángel Gris", que obtuvo el premio Argentores en 1990; y "Teatro de Medianoche", que protagonizó él mismo como actor y cantante.

En 1998 publicó la opereta "Lo que me costó el amor de Laura", que fue llevada al teatro en el año 2000 y obtuvo el premio Argentores en 2001.

En 1999 editó "El libro del fantasma". Y en 2002, una recopilación de historias musicales escritas para la radio bajo el título de "Radiocine".

En mayo de este año volvió a la televisión con "Bar del infierno", todas las noches por canal 7.

Su programa de radio "La venganza será terrible" se mantiene desde hace veinte años al frente de las mediciones de audiencia de la medianoche. Además, el público concurre a las audiciones, que se realizan desde el auditorio del Hotel Bauen, de modo que éste se ha convertido en un paseo clásico de las noches de Buenos Aires.

Pero enfoquemos un pueblo de la pampa húmeda. Un pueblo llamado Morse. Allí, en la provincia de Buenos Aires, a pocos kilómetros de Baigorrita, es donde comienza esta historia, con una mujer embarazada llamada Delfa llegando al pueblo en busca de partera. Pocas casas, calles de tierra. Un parto a las once y media de la mañana, con el sol a todo galope por el cielo. Aquel día, en ese pueblo, nació el hombre que esta noche se sienta en el auditorio del Hotel Bauen lejos de todo sopor pueblerino, a contar -con algun pudor y con amable cautela- algunas cosas de su vida.

"Mi bisabuelo fue fundador de Baigorrita. Querían que yo naciera allí, de modo que mi madre se trasladó a Baigorrita. Con tan mala suerte que la partera estaba en el pueblo vecino, Morse. De modo que la verdad histórica es que yo he nacido en Morse. Pero yo no he vivido nunca en Morse ni en Baigorrita. Mi familia vivió siempre en Caseros".

Entonces, Baigorrita fue para Dolina el campo en el verano, las vacaciones dulces de una infancia feliz en la pachorra de la siesta, las bicicletas y los cardos y el olor interminable de la pampa. Caseros no. Caseros era otra cosa. Era el sitio donde aprendía a leer a los tres años de la mano de la tía Elma. La casa gigante donde vivía, hijo único, con padres, abuelos, tías solteras y la visita alborotada de los parientes del campo. Y Caseros era, sobre todo, el sitio donde había una biblioteca.

"Mi casa era una casa de personas librescas. Se leía mucho, había muchos libros, y yo primero jugaba con ellos y después me dio por leerlos. Era un chico rodeado de grandes, al que todos le enseñaban cosas. Era una especie de bufón de la corte pero no desdeñaba los juegos. Incluso en el colegio he sido buen alumno, pero también un chico bastante revoltoso, y más amigo de los atorrantes que de los aplicados. En la intimidad de mi casa trataba con libros, pero no bien salía debía dedicarme a otras actividades, porque Caseros era una localidad más generosa en atorrantes que en bibliotecas. Me he criado en un barrio muy difícil, donde la cobardía era la peor de las calamidades, la peor de las acusaciones. Un hombre cobarde ya no tenía lugar allí ".

Desde chico tuvo el gusto enredado en la música. Estudió bandoneón, piano, guitarra y hoy es capaz de componer cosas que él mismo no puede tocar, por complicadas.

Fue allí, en Caseros, donde comenzó todo. La mutación del chico de barrio en un hombre exasperantemente lúcido. La metamorfosis anunciada de un muchacho más o menos reo en un hombre seriamente desvelado por la tragedia de la vida y de la muerte y del amor. Porque Dolina abriga una intención tremenda. La más noble y la peor, por imposible. Este hombre nacido en Morse, anotado en Baigorrita y criado en Caseros, este escritor y músico, tiene la intención de no morirse nunca. De ser total y definitivamente inmortal.

Dolina dice siempre la palabra exacta, nunca otra, en ese tono florido que mezcla ciertos anacronismos con ciertas exageraciones y ciertas exactitudes, y termina por provocar un regocijo casi estético. Dice que siempre habló así. Que, de adolescente, con sus compañeros del Nicolás Avellaneda, apostaban a cuántas veces serían capaces de intercalar en la lección el giro rayano en… Dolina, entonces, transitando por una adolescencia más o menos común. Algunas infelicidades, un manojo de complejos. Un adolescente torturado y feliz, como tantos.

"Yo lamento no haber tenido una niñez desgraciada ni una adolescencia llena de problemas, porque esto suele generar buena literatura, pero he sido feliz. Mi papá era un ejecutivo de Plavinil Argentina, un señor de números. Nos llevábamos muy bien, nos queríamos tanto… Me amaba tanto ese hombre… Y además cantaba tangos. Mama era más parecida a mí, me comprendía más. Pero yo no estoy muy seguro de haberla querido más a ella ".

Los amores empezaron por la adolescencia, pero más bien tarde. Y es que, entre muchachos grandes y barbados, él era un adolescente pequeño, enjuto. Un pequeño hombre que creció tarde.

"Me di cuenta de que les gustaba a las mujeres más allá de mis merecimientos sólo cuando fui grande. Antes, pensaba que los muchachos morochos, desgarbados y flacos no les gustaban a las chicas. Tenía la idea de que se morían por los señores rubios, peinados para atrás y muy elegantes en su vestir. Un d'a alguien me dijo que no era así, y mi vida cambió. Me sorprendo de mi suerte. Mis compañeras han sido muchachas muy hermosas y muy inteligentes que aparentemente estarían lejos de mis merecimientos".

Terminó el secundario en el Nicolás Avellaneda y, por seguir a sus compañeros, hizo algunos años de Derecho. Trabajó en el correo clasificando cartas, en la compañía telefónica, hasta que en una fiesta un hombre le escuchó un par de retruques ingeniosos y le propuso trabajar en una agencia de publicidad cautiva de Canal 13. Después vinieron los artículos en Satiricón, Mengano, Humor y los programas de radio: Mañanitas nocturnas, con Mario Mactas y Carlos Ulanovsky, y, en 1986, el comienzo de Demasiado tarde para lágrimas, con Adolfo Castelo, un programa que escuchaban estudiantes de arquitectura trasnochados y que terminó siendo pasión de multitudes. Allí surgieron el Maestro Gancé, las sombras chinescas por radio, la filosofía universal ambientada en el barrio de Flores.

Leila Guerriero

Las otras voces de Dolina

Guillermo Stronati

Lleva casi 20 años como alter ego de Dolina. Locutor y productor comercial, Guillermo Stronati es el compañero ideal del "negro Dolina".

Locutor nacional desde 1982. Hace 15 años que comparte el micrófono con Alejandro.

Empezó a escuchar radio sólo a los 15 años. Antes andaba cazando sapos y metido en las zanjas. Pero la imagen que tiene es estar escuchando por Radio Rivadavia -como casi todos en el interior- a Larrea, mientras que su abuelo leía el suplemento deportivo del diario La Razón.

Gabriel Rolón

El licenciado Gabriel Rolón nació en Buenos Aires en el año 1961. Realizó sus estudios en la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires.

Se graduó e hizo su especialización en Psicoanálisis.

Desde entonces su actividad se circunscribe a la Psicología Clínica, siendo su campo el tratamiento de las Neurosis, las Perversiones y las Psicosis.

También ha participado y participa en algunos programas de radio y televisión, en los que intenta canalizar las dudas de la gente y en los casos que sea necesario derivar a las personas para que puedan iniciar un tratamiento que los ayude en la solución de sus dificultades. En esta función profesional ha sido columnista de Tarde Negra, Va X Vos, Siempre Listos aunque la gente comenzara a conocerlo públicamente por su labor en Todos al Diván junto a Roberto Pettinatto y Karina Mazzocco.

Trabajó en "A vos quien te ama?" Por América 2 que finalizó en Diciembre de 2004. Por su veta como músico, ha realizado trabajos radiales y teatrales junto a grandes artistas, entre los que destaca su actividad junto a Alejandro Dolina.

En la actualidad se lo puede escuchar por Radio Rock and Pop junto a Elízabeth Vernaci los días jueves de 17 a 19 hs., diariamente 13.00 a 14.00 hs. y de 00.00 a 02.00 hs junto a Alejandro Dolina en Radio Continental. Su último trabajo televisivo fue "Mediodía, mucho más que noticias" junto a Guillermo Andino que fue transmitido por América TV de Lunes a Viernes de 11.30 hs. a 13. hs.

CAPÍTULO V : "ENTREVISTAS TERRIBLES"

Entrevista a Marka Iglesias, productora de "La Venganza será Terrible"

La tarde del martes 28 de noviembre teníamos cita en un bar del barrio de Belgrano, para charlar con Maika Iglesias, productora de "La venganza será terrible". La idea era charlar con ella acerca del programa y su realización, y luego, dirigirnos a la casa de Alejandro Dolina para entrevistarlo, a pocos metros del punto de encuentro.

Maika llegó alrededor de las cuatro y media, con Alejandro, pero desafortunadamente este último no podía quedarse ya que tenía otras obligaciones que le impedían charlar con nosotros. De cualquier modo, la nota con Alejandro quedó pactada para esa noche, en el hotel Bauen, un cuarto de hora antes de la medianoche y salida al aire del programa.

Maika es una chica joven y con una bonita sonrisa. Nos sentamos en una mesa del bar y comenzamos a charlar acerca de su función en el programa y algunas otras cosas. Esto es lo que nos contó:

-¿Cómo llegaste a trabajar en el programa?

-Yo tenía un trabajo gris; trabajaba con un escribano y "El Negro" era cliente de este escribano. Yo empecé a hablar con el productor y, obviamente, cuando vi que el negro aparecía en la escribanía… Y yo estaba estudiando comunicación en la UBA… Para mi verlo a Dolina fue increíble, y me dije "tengo que aprovechar esta oportunidad". Entablé una buena relación con el productor de ese momento y lo llamé, insistí, le mandé el currículum, hablé con Alejandro y empecé a trabajar.

-En ese momento eran tareas leves ¿No?

-Si, al principio apenas me registraban (risas). Después me fui involucrando y bueno, aca estoy. Es un trabajo que a mi me encanta y Alejandro es una persona que yo admiro mucho.

-¿Cual es tu trabajo como productora? ¿De qué te encargás?

-En realidad yo no estoy mucho en el programa; yo estoy mucho en el día a día del negro, desde que el se levanta hasta que se va al programa. Yo no voy mucho al programa porque tengo un bebé muy chiquito y no puedo estar todo el día afuera, aparte el programa está muy armado; hace muchos años que está y lo único que se prepara, que se encarga "El Negro", es la reflexión del comienzo. Después es pura improvisación.

-El programa está compuesto por la reflexión, después el bloque de humor en el cual utilizamos artículos de revistas como disparadores para luego con Rolón iniciar una historia.

-¿De donde los sacan?

Son de revistas como "Mía", revistas viejas. Los artículos que se encuentran se seleccionan y "El Negro" los elige en el momento. Utiliza los títulos como disparadores.

Después hay un bloque de mensajes; ahí el tema principal son los oyentes, el público que está en el Bauen… En realidad todo está muy aceitado y "El Negro" lo maneja de taquito, no hace falta un trabajo de producción muy importante. Yo me ocupo de lo que pasa cuando hacemos el programa fuera del Bauen, como, por ejemplo, mañana que lo hacemos desde el Teatro Argentino de La Plata. Esto requiere cuestiones técnicas, controlar que esté todo, ir a ver el lugar, exigirles como debe ser el ingreso de la gente, contarles un poco como es el programa. En estas situaciones siempre preparamos algo más especial; invitamos cantantes, músicos, y esto requiere toda una preparación a la cual yo me dedico.

-¿Quién se encarga de los contenidos generales del programa?

-El contenido del programa, esencialmente, lo hace "El Negro".

-Vos que sos tan cercana a el ¿Cómo lo describirías?

-Yo podría decir muchas cosas de Alejandro… Nunca me gustó hablar mucho de el porque se que no le gusta que nosotros hablemos de el. Es por una cuestión de humildad y yo lo respeto. A esta altura yo lo quiero mucho, aparte de admirarlo como artista. Para mi es un referente… Yo no voy a decirles a ustedes quien es Alejandro Dolina porque ya lo saben. Lo que si puedo decirles es que lo quiero mucho, ya que hace ocho años que estoy con el viviendo el día a día, y se que puedo contar con el más allá del laburo. Puedo agregar que es una persona muy sensible y que aun hoy me sorprende su calidad de artista.

-¿Por qué crees que el programa tiene tanta vigencia, e incluso jóvenes con otros códigos, otros tiempos y gustos musicales se abocan al programa?

-Creo que funciona porque hace algo distinto a lo que hay, básicamente por eso y porque hace un programa inteligente, y no hoy no abundan. El habla de cosas difíciles pero de una manera que la gente lo puede entender; lo que pasa es que tiene mucho público universitario, y a su vez mantiene un público que lo sigue hace mucho. Creo que la juventud necesita un referente y el es un buen referente.

Creo que el éxito se debe a que es un programa inteligente y artístico, con otros tiempos y que convoca a la gente, lo que hace que el programa no sea solo un espectáculo, sino un lugar de encuentro.

-¿Crees qué se podría hacer en estudio?

-No, perdería mucha magia. Aparte "El Negro" disfruta mucho del vivo.

-También hay que tener en cuenta que el programa tiene ciertos discursos teatrales.

-Si, seguro, y el disfruta mucho el ida y vuelta con la gente.

-¿El programa baja línea o marca posiciones políticas?

-No, lo bueno del programa es que no hay una posición política, se trata de combatir lo malo con el arte. Lo mejor que puede suceder contra los males de estos tiempos es, justamente, un programa inteligente.

-¿Podés hablarnos de una evolución del programa a través de los años? ¿Hubo cambios?

-En realidad el programa es siempre distinto. No hubo grandes cambios a través del tiempo… El programa es este y así funciona bien. Sin embargo siempre es una historia distinta, las canciones que se tocan son distintas, el humor es distinto. Si bien los personajes que hacen Rolón y "El Negro" se repiten, las situaciones siempre cambian.

-Nuestro gran interés era saber la realización detrás del micrófono. ¿Cómo manejan las improvisaciones?

-La reflexión jamás es improvisada… Una vez "El Negro" la improvisó y la armó en el momento… Bueno, el lo puede hacer tranquilamente. Pero en realidad el investiga, las prepara por su cuenta y esto le quita mucho trabajo a la producción; la producción lo que hace es atender el teléfono, manejar la agenda… Lo que pasa es que"El Negro" es muy completo, el ahora terminó de escribir una obra que tenemos que producir para el año que viene, organizar los ensayos, etc. El laburo de producción, en cuanto a organización, es grande, pero de lo artístico se encarga el.

-Eso quiere decir que el programa lo hace todo Alejandro.

-El programa es Alejandro. Rolón y Astronati llegan cinco minutos antes del programa, ellos ni saben lo que va a suceder. La artística del programa es de Alejandro.

-¿Cómo está la relación de Alejandro con la televisión?

-La televisión de hoy en día no se interesa de las cosas que hace Alejandro. Igual tenemos un ofrecimiento de Canal 7 y estamos viendo que va pasar con eso.

La entrevista con Maika llegó a su fin.

Entrevista a Alejandro Dolina, conductor de la "Venganza será Terrible"

Esa misma noche fuimos al Bauen. Faltando casi diez minutos para las doce, Alejandro llegó al hotel. Estaba vestido con traje oscuro y tenía muy buen humor. Se sacó algunas fotos con sus fans y luego se dirigió a nosotros para llevar a cabo la entrevista. Nos sentamos en unos confortables sillones en el hall del hotel y esto es lo que nos dijo:

-Estamos analizando "la venganza será terrible" como formato artístico único en el medio. ¿A qué crees que se debe la vigencia a través de los años?

-A que el programa no es el mismo, ni yo soy el mismo ni el público es el mismo. Es como si hubiéramos empezado varios programas, entonces se crea una ilusión de vigencia… Es la única forma de permanecer en el tiempo; hay una continua sustitución de nosotros mismos, que se verifica en todos menos en los locos. A veces esa sustitución puede ser descendente, yo no digo que nosotros hayamos crecido, a veces hay una cierta decadencia. En cualquier caso me parece que, tanto el público como nosotros, nos hemos ido reacomodando. Lo que pasa es que tiene el mismo nombre, el mismo formato, y hasta los mismos lugares… Pero el programa es distinto.

-¿En qué es distinto?

-Es distinto al programa que empezó; es menos inocente, menos gracioso, pero posiblemente más complejo porque el público tiene, a lo largo de tanto ejercicio, unas exigencias superiores. En todos los géneros pasa eso. Imaginemos el género policial; las primeras novelas policiales seguían este sistema: proponían una serie de sospechosos y siempre era el menos aparente, pero después la gente empezó a darse cuenta de todo estoy hubo otra exigencia; entonces se empezó a hacer que era el más sospechoso y después eso tampoco funcionó y hubo que agregarle un poco de psicología a los personajes… Y con esto pasó igual. Al principio bastaba con exponer el código y después hubo que rellenarlo con alguna complejidad, y cuando más complejo se hace un programa, necesariamente se torna un poco menos… No solo menos gracioso, sino también menos festivo.

-¿Vos tenés en cuenta eso a la hora de hacer el programa? ¿Te lo planteas como un objetivo?

-No, no lo me lo planteo así, tan seriamente como un objetivo… Como si uno digiera "bueno, ahora vamos a ser más complejo, ahora más crítico"… Sale así porque uno se va modificando así.

-La otra cosa que a mi me gustaría decir señala un gesto de decadencia y es este lugar. Este lugar es absolutamente inconveniente para nosotros porque es feo… Unas butacas anaranjadas son lo menos conveniente para la participación del público.

-¿Por el color?

-Por el color, por el tono amarillento de las luces, por la arquitectura de pizzería… Es un lugar verdaderamente espantoso, lo que no quiere decir que no sea funcional; está bien ubicado, la gente está cómoda pero yo preferiría estar en otra parte. En general, cuando hacemos el programa los viernes desde otros lugares, por ejemplo teatros o incluso algunos clubes que son bastante menos funcionales que esto, son lugares que convidan a una mayor participación y una mayor concentración de la gente. La butaca te aleja.

-Es importante la participación de la gente.

-Es importante. No es una participación desmedida; participar no quiere decir subirse a la butaca o estrangular a Rolón (Risas)… Estar concentrado en el programa, eso quiere decir participar y la butaca no convida a la concentración.

-¿A esta altura creen que ya no volverían a hacer el programa desde un estudio de radio?

-Es que nunca lo hicimos. El primer año, cuando verdaderamente lo hacíamos en un estudio de radio, tenía una función de tal porque era grande y había gente, siempre hubo gente. Hoy en día hacerlo en un estudio de radio, con el tamaño que tienen, es hacerlo sin gente… Habría que ver si yo tengo ganas de hacer otro programa, porque otra cosa que yo creo es que esto no es un programa de radio.

-Además, en el lenguaje que ustedes usan se nota que hay mucho discurso teatral.

-Hay mucho discurso teatral, hay mucha energía teatral porque está la gente presente, hay una leve y torpe actuación en la medida que a veces pasamos por distintos personajes, personajes inconstantes diría yo que tienen más de ese discurso, de ese código que de el de la radio. La radio, principalmente la de estos tiempos, está muy relacionada con la actualidad, con la noticia, con lo historial, con el minuto, con el tiempo, con el frío, con lo que está ocurriendo en ese momento y este programa es todo lo contrario.

-¿Crees que el horario te ayuda a que pueda tener otro ritmo?

-Seguro, si este programa estuviera a las diez de la mañana me echarían al día siguiente.

-En un momento probaron hacerlo al mediodía.

-No, lo que hicieron se hace mucho en las radios del interior o en La Republica Oriental; hacer una edición del programa y pasarla en otros horarios. A mi no me gustó eso. Tenía mucha audición; la gente lo escuchaba e incluso era posible que algunos tipos que por razones de trabajo no pueden formar parte de la audiencia se acercaran. Pero, aquí entre nosotros, la radio, estoy hablando de Continental, tiene un andar a esa hora….Como decirlo…Muy ingenuo… Y contrasta la ingenuidad de los locutores que creen lo que están diciendo con nuestro cinismo. Entonces vos tenés al locutor que está en vivo y dice (cambiando la voz) "Bueno vamos a tener ahora un programa muy simpático con Alejandro Dolina y Guillermo Astronati, j aja… Y es todo lo contrario a lo que hacemos nosotros. Nosotros tenemos una mirada cínica hasta de lo que hacemos nosotros, sobre el mismo fenómeno que estamos realizando y entonces contrasta eso con los tipos que creen. Hacen bien en creer, yo si tuviera un programa periodístico debería creer en lo que estoy diciendo… Al lado de ese creer, esa fe de los locutores, aparece la ninguna fe que tenemos nosotros y hay un contraste que es fatal.

-¿Cómo es la realización del programa? ¿Se manejan con improvisaciones?

-El programa es improvisado, salvo la charla inicial que la sacamos, desde luego, de los libros. No es que yo escriba un cuento cada día sino sería el escritor más prolífico de la época… Sacamos de otros libros, algo le agregamos y después si hacemos improvisación. Las otras conexiones son pretextos para la improvisación. La lectura de mensajes no es otra cosa que esperar un disparador para ver si se mueve algo. Por eso un poco molesta "Juan saluda a Pedro que cumple años", ese no es un buen mensaje. Pero "estoy parado aquí arriba de la terraza y veo la constelación de Orión…" eso es otra cosa.

-¿Por qué pensás que la gente se identifica con vos?

-No creo que se identifique con migo. Creo que hay un grupo de gente, que no es muy masivo tampoco, que está interesada en las mismas cosas que yo, que no es lo mismo que identificarse… Eso pasa más bien con los héroes o con los personajes del cine, acá tenemos intereses comunes… Me parece… Quizá tenemos éxito porque Rolón está siempre bien peinado (risas), pero creo que además de esos intereses comunes tenemos una velocidad común, la velocidad del colegio, de las casas de estudio, la velocidad de los grupos de amigos que tiene sus códigos de cinismo, de humorismo, que a mi me parecen que son más interesantes que el humorismo profesional que siempre está tendiendo trampas, preparando chistes, buscando polisemias inútiles

-Vos siempre seguís estudiando.

Si, porque no tengo más remedio. Para preparar esta charla me puedo encontrar con algo que no alcanzo a comprender bien y tengo que prepararme siquiera para robar bien. Por ejemplo, para robarle a Rolan Barthes me tuve que aprender el estructuralismo que para mi era chino básico.

La entrevista llegó a su fin porque Alejandro debía comenzar el programa. Le agradecimos su tiempo y disposición y se fue al aire.

Entrevista a Gabriel Rolón, colaborador de la "Venganza será Terrible"

-¿Cuál crees que es la razón por la cual tienen éxito? ¿Por qué crees que sigue perdurando "La venganza será terrible"?

-Hace 20 años que esta el programa, casi 21 años, por ahí la razón es porque no estorbamos a nadie en este horario, como que ya esta instaurada "La venganza será terrible". Más allá de eso, me sorprende que chicos que venían cuando tenían 10 u 11 años ahora ya vienen siendo muchachones de 30 años y siguen siendo oyentes. Antes era Agustín de 11 años cuando llamaba, ahora ya son Agustín marido y padre de 30 años, y le sigue entreteniendo. Tal vez es que encuentran una forma de aprendizaje en la media hora inicial con Dolina, cuando les hablo de historia universal, de metafísica, de mitos griegos; encuentran un humor sano, en la segunda media hora cuando deliramos un poco con las revistas y por ahí les gusta la parte musical, pero realmente yo no hubiese sido oyente por tantos años de este programa, ya hubiese abandonado.

-Pero igual se siguen sumando nuevos oyentes.

-Si, se va renovando, hay como un público targuet, de acuerdo a las mediciones, entre 20 y 55 años, ese es el público mayoritario. Ya mas grande no, y mas chiquitos tampoco, porque escuchan FM. A los pibes sacarlos de la FM es muy difícil. Yo creo que si este programa saliera a la noche simultáneamente en FM y en AM tendría un poco más de encendido, pero esto es algo a lo que se resisten las empresas porque divide la audiencia, y a ellos les sirve la medición de una sola frecuencia, por cuestiones publicitarias, de targuet. Esas son cuestiones que manejan los marketineros; de todos modos seguimos luchando, yo creo que ya estamos en los arrabales de un nuevo ciclo porque se esta hablando de renovar para el año que viene, ha habido algunas ofertas de otras radios también. Siempre ocurre, amagan, nos quedamos en continental durante dos años cuando llegamos hasta ultimo momento del año pasado negociando con Rock & Pop pero no se dio porque perdíamos el interior. Asomaron ahora otras posibilidades, incluso Radio 10 se vió interesado, que es un público totalmente diferente, un público más grande, y se vió interesado en este producto también, porque es en el único horario que pierden aparentemente en cuanto a la medición. No se cómo lo tomaran los chicos, los oyentes nuestros, ¿cómo lo tomarías vos?

-En Radio 10 me daría como un prejuicio.

-Ese es el tema, la gran disyuntiva que tenemos todos.

-¿Pensas que perderían público?

-No se, el publico que nos escucha a nosotros por ahí nos sigue ahí también, nos siguió de FM Tango, pero era una frecuencia modulada musical, ya la otra tiene alto contenido político también.

-El tema es que sean vivos y que la audiencia venga, se acerque, escuche, esté ahí, los vea a ustedes, vea la Trastienda, esté cerca de ustedes ¿crees que contribuye esto?

-Sí, ayuda, es un estímulo que nosotros necesitamos día a día, porque cuando no tenemos la posibilidad de hacerlo en ningún lado, porque el Bauen está ocupado o porque no hay ningún salón disponible preferimos mandar un programa grabado. Porque sentados en la mesa de la radio, con los micrófonos de radio mirándole la cara al operador no se produce en nosotros lo que se produce cuando hay un público presente. Esto es un programa que se transmite por radio, se hace desde un marco con público, en un teatro o en un salón. A veces tenemos que aclarar algunas cosas cuando "El Negro" gesticula o me hace señas de algo y yo le digo que es radio, que se arrime mas al micrófono y que lo explique porque por ahí priorizas mas el espectáculo arriba del escenario, la puesta en escena que lo que estas tratando de mostrar, entonces el público presente lo entiende y el que está en la casa no.

-Yo pienso que el tema de no cambiar, se improvisa mucho, pero la estructura sigue siendo la misma y no se notan esas nuevas velocidades que hay, de los nuevos ritmos. Esa creo que puede ser una de las razones del éxito.

-Por ahí se tolera porque es AM, la FM tiene otro vértigo, incluso en la tanda publicitaria, los avisos son leídos de otro modo. Si, aparte la paciencia que tiene la gente de escuchar a esta hora, porque en otro horario no podría ir este programa, se ha intentado algo al mediodía pero la gente a esa hora tiene otras urgencias, prioriza escuchar información de lo que acontece en la calle, si hay piquetes, sobre el tema de la inseguridad, está mas pendiente de lo que dice el noticiero. Nosotros necesitamos armar una situación, un clima, y si cada 15 minutos entra un tipo y nos tira un flash de lo que está pasando en Avenida de Mayo y Piedras, y que hay un piquete en Plaza de Mayo es como que nos saca un poco de clima. Por eso en el horario de la noche hay tanta paciencia y por eso se maneja en este ritmo.

Entrevista a Guillermo Stronati, colaborador de "La Venganza será Terrible"

-Estamos tratando de investigar porqué prende tanto en la gente "La venganza será terrible", que sigue a través de los años. ¿Vos tenés alguna teoría o alguna idea sobre eso?

-La verdad que no, a mi me da la impresión de que es un programa que tiene una estética y una ética de mucha coherencia, me encanta Alejandro y me parece que a lo mejor en medio de cierta cultura que tenemos de ir y venir, de pasarnos de un bando al otro con estas cosas una cierta permanencia, como te digo la ética y la estética, y la coherencia artística, a lo mejor a la gente le interesa y hablo exclusivamente de la radio, de la cuenta de Alejandro. Es bastante claro, vos sabes lo que podes esperar acá y qué cosas no vas a encontrar, sabes que no va a haber determinado tipo de chiste, si va a haber otros, te hace llevar por delante la mitología griega. Me parece que genera, bueno la cultura de los medios, aunque parezca raro, es casi una trasgresión. A los jóvenes les parece transgresor que uno pueda estar hablando de Isabel la católica o de los mitos griegos en un medio argentino.

-¿Soles preparar tu segmento antes de venir acá?

-No, hace 7 minutos y medio que tendríamos que haber empezado (risas). No, me subo y lo hacemos.

-¿Eso crees que le puede servir al programa, a la idea general?

-Sí, yo creo que le sirve. El que tiene que hacer el trabajo es Alejandro, que es el que arma la charla inicial, hay que buscar material y hay que sentarse y escribir un poco. Nosotros vamos aportando y tratando de ser los más frescos posibles con las cosas que se nos ocurren, improvisando.

-En la parte de psicología, que jugas al doctor, ¿eso lo hablas en serio?

-No, no para nada, es más suelo decir conceptos erróneos a propósito para dar pie a algún chiste, ponerme en una postura más límite de la que desde un lugar psicológico convendría.

-Se suele tomar en serio, a veces la gente lo cree.

-Sí a veces sí. Es raro, muchas veces Alejandro recibió correos de si le parece maltratar así a un compañero de trabajo, y nosotros nos estamos divirtiendo, pero bueno, es así.

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