El sistema monetario-financiero internacional como obstáculo para el desarrollo
Enviado por Jhon Caicedo
- Resumen
- Introducción
- Economía internacional: principales características de la evolución del sistema monetario internacional
- Estado de las relaciones monetario-financiero en la región latino-caribeña y la necesidad de su transformación
- Conclusiones
- Recomendaciones
- Bibliografía
- Anexos
Exordios
"Si el dinero como dice Augier, "viene al mundo con manchas de sangre en una mejilla", el capital lo hace chorreando sangre y lodo, por todos poros, desde la cabeza hasta los pies."
Karl Marx
El capital
En Nuestra América… "Nosotros somos los habitantes originales de estas tierras. Todo era nuestro antes de la llegada de la soberbia y el dinero. Nuestro andar armado de esperanza no es contra el mestizo; es contra la raza del dinero. No es contra un color de piel sino contra el color del dinero. No es contra una lengua extranjera, sino contra el lenguaje del dinero."
Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN)
502 aniversario del genocidio de Nuestra América, 13 de octubre de 1994
Resumen
El actual contexto de la globalización caracterizado por las recurrentes crisis financieras, la inestabilidad, la incertidumbre y la desregulación hacen afirmar lo insostenible que representa ser el sistema monetario-financiero internacional y en particular el sistema dólar, la coyuntura económica en que se encuentra los Estados Unidos como garante del sistema, la Unión Europea y Japón han obligado a retomar el debate generado en torno al proceso de regulación del sistema monetario-financiero internacional suscitado a raíz de la crisis financiera impulsada en ese país. En el año 2007 surgió el Banco del ALBA como una iniciativa de los países del ALBA para constituir una alternativa al las Instituciones Financieras Internacionales (IFIs) en la región. A partir de ahí se puso en evidencia la necesidad impostergable de América Latina y el Caribe transitar rápidamente a la concreción de una moneda subregional.
Este trabajo busca ahondar particularmente en los problemas globales que ha ocasionado el dólar como activo de reserva y medio de pago en las relaciones monetarias internacionales y el camino hacia la construcción de una nueva Arquitectura Financiera Regional, partiendo del análisis del sistema monetario y financiero internacional y la concreción del SUCRE.
Palabras claves: Sistema Monetario Internacional, Bretton Woods, Dólar, SUCRE, Arquitectura Financiera Regional, Banco del ALBA, Integración, Globalización.
SummaryIn the present context of globalization characterized by recurrent financial crises, instability, uncertainty and deregulation it is possible to state how unsustainable is the international monetary system, in particular, the dollar system, the unfavorable moment of the United States as responsible of the system. The European Union and Japan have forced us to take on the debate about the regulation process of the international monetary system caused by the financial crisis in that country. In 2007 the Bank of ALBA emerged as an initiative of ALBA countries to build up an alternative to the international and financial institutions in the region. From that moment on it has been evident the urgent necessity of Latin American and the Caribbean to rapidly establish some sub regional currency. This diploma paper is aimed at to go deeply into the global problems caused by the dollar as both reserve assets and exchange currency in the international monetary relations and the path towards the establishment of a new regional and financial architecture, taking as point of departure the monetary system and the international and financial system and the establishment of SUCRE.
Key words: International Monetary System, Bretton Woods, Dollar, SUCRE, Regional and Financial Architecture, Bank of ALBA, Integration, Globalization.
Introducción
Las complejas condiciones que existen actualmente, agudizadas en los últimos años por la crisis del modelo capitalista global, tienen su crónica en las principales grandes crisis económicas capitalistas (1873-1896; 1929-1939; 1971-1992).[1] "La que atraviesa el mundo en estos momentos trasciende con creces lo financiero o bancario afectando la economía en todos los órdenes. Afecta a la economía global yendo mucho más allá de las fronteras de Estados Unidos. Se trata de una crisis de superproducción y, al propio tiempo, de subconsumo. No fue por casualidad que la misma estalló en Estados Unidos, pues ese país hace más de tres décadas que vive artificialmente del ahorro externo, del crédito externo."[2]
La crisis iniciada en 2008 no es la mera repetición de la del año 1929. El nuevo estallido corresponde a un capitalismo más globalizado, […] no es solamente financiera, sino que se entrelaza con factores no existentes en 1929, como la crisis energética, ecológica y alimentaria.[3]
Estamos frente a una crisis cuya profundidad y alcance permiten hacer una analogía con la de años anteriores. Además hay un elemento de coincidencia ambas comenzaron en el sistema financiero estadounidense y se propagaron desde allí, y ambas comenzaron con el estallido de una burbuja de precios de activos que dio lugar a problemas de solvencia del sistema financiero.
Por ello la problemática internacional es cada vez más compleja, en Europa por ejemplo, la crisis se propagó con la difusión de rumores sobre el nivel de endeudamiento de Grecia y el riesgo de cesación de pagos de su gobierno golpeando con particular fuerza durante el 2010 en forma de crisis fiscal de los diferentes estados (Portugal, Irlanda y España) haciendo vibrar los cimientos de la Unión Europea y del
euro, exponiendo de relieve la fuerza dominante del mercado, el capital y la oligarquía financiera-bancaria-especulativa, y dando impulso a su vez a una improcedente vuelta al neoliberalismo.
En cambio en América Latina el panorama es distinto, esta región pese a la crisis económica mundial se ha visto envuelta en una serie de cambios políticos y socioeconómicos de importante enmarcación, los acontecimientos políticos y sociales que demanda el actual contexto, es debido al escenario caracterizado desde hace años por la inestabilidad e incertidumbre respecto al comportamiento económico global, ha obligado en el ámbito latinoamericano y caribeño avanzar en la reconfiguración tanto de las políticas económicas como de los procesos integración, generándose desde el espacio regional respuestas a la actual crisis global y en la búsqueda de estrategias alternativas comunes, como es el caso del Sistema Unitario de Compensación Regional de Pagos (SUCRE), cuya definición precisa está siendo formulada y construida por los países proponentes Venezuela, Cuba, Bolivia, Ecuador y Nicaragua miembros de la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América ALBA-TCP.
El ineludible proceso de globalización o transnacionalización financiera, de apéndice neoliberal hace que se acentúe cada vez más la brecha entre países ricos y países pobres, de las cuales forman parte todos los países latinoamericanos y caribeños. La integración tipo ALBA se plantea el reto de acceder al desarrollo económico y natural de las naciones mediante la unión o conformación de bloques económicos y políticos de integración regional, como única vía para alcanzarlo en las condiciones actuales. Por ello cabe destacar que las alternativas surgidas en el seno de estos países explotados y saqueados por décadas, son puestas a prueba en función de la integración regional.
La actual crisis es fruto de la convergencia de diferentes variables y factores, pero en cualquier de los caso todos ellos son reducibles a una interrelación entre causas de orden estructural, aquellas que han creado el contexto favorable para la crisis, y las causas de orden coyuntural que actúan como detonantes. En función de este criterio la crisis actual aborda el análisis de la "estructura financiera internacional" profundizando en su naturaleza y funcionamiento para, posteriormente, explicar en qué medida se han creado las condiciones favorables para que la actual crisis haya tenido lugar, lo que, inevitablemente conducirá a exponer el papel que juegan los mercados financieros, las empresas transnacionales, la forma en que funciona el sistema monetario y financiero internacional y la lógica especulativa- bancaria que rige el mundo financiero.
Por ello ante tales consideraciones, se plantea como problema científico de la investigación el siguiente: ¿Cuales son las principales características del sistema monetario-financiero contemporáneo que constituyen un obstáculo para la integración y el desarrollo en la región latino-caribeña?
Se resalta como objetivo general:
Demostrar la necesidad de una nueva arquitectura financiera tipo ALBA para nuestra región ante los obstáculos del sistema dominante contemporáneo.
Como objetivos específicos:
Explicar las principales características de la evolución del sistema monetario-financiero internacional.
Analizar los elementos del sistema monetario internacional que obstaculizan el desarrollo en la región latino-caribeña.
Demostrar la necesidad de nuevas relaciones-monetarias-financieras tipo ALBA en América Latina y el Caribe.
Por tanto la hipótesis de la investigación plantea:
El sistema monetario internacional obstaculiza la integración y el desarrollo de la región latino-caribeña y su progresiva eliminación estará condicionada por las acciones y mecanismos alternativas que emprendan los países de la región en el contexto del modelo tipo ALBA.
La investigación consta de 2 capítulos claramente concebidos: el primer capítulo aborda aspecto medulares del sistema monetario internacional, o sea algunos conceptos acerca del sistema monetario y financiero internacional, surgimiento desarrollo, principales características de la evolución, la crisis del sistema de Bretton Woods y el proceso de su ruptura y consecuencias para la comunidad internacional, dinámicas actuales de las relaciones económicas internacionales; el segundo capítulo trata sobre una visión general de las relaciones de cooperación e integración, el estado de las relaciones monetarias-financieras en América Latina y el Caribe y cómo influye la ruptura del sistema de Bretton Woods en América Latina y su relación con el dólar y como ese tipo de relaciones empuja a la necesidad de una nueva arquitectura financiera internacional y a una mayor creatividad del ALBA en la concreción de una moneda virtual inicialmente, denominada como SUCRE, para combatir los efectos de las crisis financieras.
La investigación se desarrolló mediante la utilización del método teórico dialéctico-estructuralista (incluyente de análisis-síntesis, lógico-histórico, abstracción científica) que consiste en tomar el objeto de estudio como un todo y descubrir las relaciones causales y funcionales de las partes que conforman ese todo, con el objetivo de descubrir lo esencial y lo secundario del problema que se investiga, lo cual permitió el descubrimiento de las características del objeto de estudio, así como sus contradicciones. Fueron revisados varios documentos referidos al tema, así como una bibliografía relativamente amplia y puntual.
CAPITULO I:
Economía internacional: principales características de la evolución del sistema monetario internacional
Enfoque histórico general
El propio desarrollo histórico de la humanidad favoreció consecuentemente al surgimiento del dinero y de las relaciones monetarias mercantiles, las que luego se extendieron imprimiéndole cada vez mayor importancia al intercambio mercantil de los excedentes, dando como fruto el desarrollo espontáneo de las formas del valor, revelado en diversas etapas del desarrollo de la producción mercantil.
Desde el momento en que la producción necesaria rebasó sus límites y apareció el excedente, el mercado se instituye como medio de trueque, los grupos que efectuaban o se especializaban en funciones como la agricultura, la pesca, y la cerámica, se vieron en la necesidad de intercambiar el producto de sus actividades por otras de las que no podían proveerse por diferentes razones.
Todas las sociedades que precedieron al capitalismo, desde la primera forma de organización económica de la sociedad, pasando por la sociedad esclavista y luego la feudal, fueron en cierto modo organismos cerrados no en su totalidad, pero mayormente se basaban en sociedades relativamente autárquicas. En tales sociedades existió la división natural del trabajo; pero los bienes que se producían eran especialmente para el consumo directo de las comunidades productoras, cuyos miembros se distribuían según normas que variaban según el tipo de organización social.
Con el surgimiento del capital, el excedente fue adquiriendo mayor importancia a la hora de intercambiar los productos del trabajo, creando la necesidad de repetir continuamente una parte del proceso de producción global con destino al intercambio, pasándose a convertir "el cambio"[4] en un proceso sistemático de reproducción; esta condición se hizo indispensable para favorecer así mismo el incremento oportuno de la producción y por consiguiente la especialización en diferentes áreas de la producción, aventajando la especialización de los hombres en diferentes áreas, favoreciendo así los vínculos y nexos entre diversas comunidades.
En El Capital, Carlos Marx nos plantea claramente su tesis "el intercambio de mercancía comienza allí donde termina la comunidad, allí donde esta entra en contacto con otras comunidades […] Y, tan pronto las cosas adquieren carácter de mercancía en las relaciones de la comunidad con el exterior, este carácter se adhiere a ellas también de rechazo en la vida interior de la comunidad."[5]
Es decir, "la producción capitalista es inseparable del comercio exterior […] una reproducción normal anual a base de una escala dada, lleva aparejado el supuesto de que el comercio exterior sólo remplaza artículos (artikel: mercancías) autóctonos por artículos de otra forma útil y natural."[6]
Por ello los nexos económicos entre diferentes comunidades, hizo sublime la lógica del intercambio aprovechando como dijera David Ricardo "las ventajas comparativas" de aquellas comunidades o grupos sociales que producían bienes de uso o de consumo de forma inconmensurable, que por razones habituales o naturales les era más factible producir, dando lugar así al surgimiento del comercio internacional.
Con el comienzo de las cruzadas entre el siglo XI y XIII aproximadamente, se empezó a observar un impulso creciente en el comercio. En "defensa de la fe católica […] "el saqueo interno y externo, fue el medio más importante para la acumulación primitiva de capitales que, desde la Edad Media[7]hizo posible la aparición de una nueva etapa histórica"[8] Esta etapa aceleró a escala mundial el periodo de los descubrimientos y colonizaciones, extendiéndose el comercio a escala cada vez mayor.
La creación del mercado mundial y el desarrollo del capital, permitió establecer las bases para el surgimiento de la pujante Revolución Industrial del siglo XVIII, la cual provocó importantes cambios en la mecanización de la producción y de los sistemas industriales, contribuyendo al crecimiento de poblaciones, ciudades, rutas y de medios de transportes que facilitasen el intercambio y la ampliación del comercio; esto permitió relacionar a regiones con un nivel de desarrollo asimétrico, en la cual los procesos productivos se alargaron, necesitando cada vez mayores aportaciones de capital.
La clase dominante de Europa, valiéndose del sistema de explotación colonial, logró extraer grandes riquezas provenientes de Asia, África, y América, poniendo de esta forma los yacimientos de oro y plata al servicio del comercio, y a la vez acelerando aún más el proceso de acumulación del capital, favoreciendo a la vez el desarrollo de la Europa Occidental. Ese progreso y perfeccionamiento de la producción sobre la base de la técnica-material, condicionó la separación multilateral de la producción social en cada uno de los distintos países por separado, surgiendo así diversas divisiones industriales independientes que produjeron nuevos tipos de materias primas, instrumentos de trabajo, así como artículos de consumo personal. Tal especialización, amplió la división del trabajo a escala internacional entre las zonas de un mismo país y entre países, lo que se reflejó en el desarrollo del comercio exterior.
El súbito crecimiento del comercio exterior, la creación del mercado mundial, la profundización de la división internacional del trabajo, y el connotado desarrollo de las fuerzas productivas, permitió destacar el advenimiento subsiguiente del modo de producción capitalista, con el desarrollo alcanzado por el capitalismo hasta ese momento (finales del siglo XVIII y comienzo del XIX aproximadamente), se comenzó a observar un papel cada vez mayor de las operaciones crediticias en las actividades comerciales. Ya para la segunda mitad del siglo XIX el termino de "Bolsa"[9] era conocido y renombrado dándole mayor auge al crédito comercial y extraordinaria importancia al estímulo de los bancos. Ya Carlos Marx lo señalaba con anterioridad "el crédito- sostuvo- acelera el desarrollo material de las fuerzas productivas y la instauración del mercado mundial, sienta las bases de la nueva forma de producción."[10] Más adelante prosigue "a medida que se desarrolla la productividad del trabajo, y por lo tanto la producción en gran escala: 1) los mercados se extienden y se alejan de los centros de producción; 2) los créditos tienen que prolongarse, y 3) el elemento especulativo tiende necesariamente a dominar cada vez más las transacciones comerciales. El desarrollo del proceso de producción hace que se extienda el crédito y el crédito se traduce en la extensión de las operaciones industriales y mercantiles"[11]
El crédito mercantil fue el móvil a la hora de garantizar el financiamiento a la industria, condicionando la necesidad del surgimiento de transacciones monetarias internacionales (TMI) capaces de garantizar el financiamiento del movimiento de bienes y servicios que se intercambian entre las diferentes economías.
Por tanto donde verdaderamente se establecen, desarrollan y se internacionalizan las relaciones monetarias es después de la Revolución Industrial, lo cual da lugar a un sistema monometalista que funcionaba bajo los principios del patrón-oro. Este fue reconocido de manera legal en la conferencia de París en 1867, donde por acuerdo intergubernamental se oficializó el oro como único metal con funciones de dinero mundial, que convirtió el patrón oro en el regulador espontáneo de la producción, de la balanza de pagos, de los vínculos comerciales externos, así como de los pagos internacionales[12]"Resulta importante recordar que el dinero mundial se utiliza en las transacciones comerciales internacionales, desde un inicio las relaciones monetarias externas, se diferencian sustancialmente de los patrones monetarios nacionales. Las razones para que así ocurriera se debió a que:
1). Las operaciones internacionales se harían muy complejas a cuenta de las numerosas monedas nacionales y con ellas de patrones de precio diferentes.
2). En los sistemas monetarios nacionales la circulación monetaria existía a través de los signos monetarios, los cuales poseen fuerza legal solo en los marcos de cada país. La culminación de la formación de los mercados nacionales, hizo que culminara la formación de los sistemas monetarios nacionales; más aun, el proceso de internacionalización de la vida económica condicionó y propició la aparición del dinero mundial."[13]
Sistema Monetario Internacional: algunas consideraciones epistémicas
Para conocer ¿Qué es, y lo que realmente presupone el sistema monetario-financiero internacional?, citaremos algunos conceptos que pongan en evidencia supuestos acerca del tema. Para los profesores Krugman y Obstfeld la interdependencia inherente a las economías abiertas ha hecho en ocasiones más difícil para los países conseguir el objetivo de pleno empleo y estabilidad de los precios. Las relaciones de interdependencia dependen a su vez de los acuerdos monetarios y de tipos de cambio adoptados –un conjunto de instituciones denominadas sistema monetario internacional.[14]
Para el Dr. Ahmad Rahnema El Sistema Monetario Internacional es el conjunto de leyes, reglamentos, instituciones, instrumentos y procedimientos que intervienen en las operaciones transfronterizas de flujos monetarios. En una economía abierta; al exterior estos elementos afectan a los tipos de cambio, al comercio exterior y a los flujos de capital y a la balanza de pagos, así como el precio de productos y servicios en los mercados internacionales, por eso el volumen de la financiación y la inversión en mercados internacionales depende, directamente de los tipos de cambio. Por lo tanto, el sistema monetario internacional tiene una enorme influencia en la dirección financiera de la economía de un país.[15]
Tomando en cuenta estas definiciones conceptualizadas anteriormente, se puede decir que un elemento imprescindible en todo Sistema Monetario Internacional, son los mecanismos por medio de los cuales se intercambian las diferentes monedas nacionales, que están ligadas por los precios relativos de diferentes países, llamados tipos de cambios.
Otro que ha ofrecido sus consideraciones sobre el tema es Luis Rivero, para quien el SMI también "es el conjunto de instrumentos de pagos de unidades económicas y de normas para la creación y uso de los mismos, involucrados todos en el ajuste financiero del intercambio entre naciones. Su propósito principal es promover tal intercambio y facilitar el ajuste de las posiciones de pagos de los países."[16]
Según Rubén Piñeiro, el sistema monetario internacional "es la forma de organización de las RMI[17]creadas sobre la base del desarrollo del modo de producción capitalista, la cual se instituye y reglamenta por acuerdo intergubernamental de los principales países capitalistas."[18] También se entiende al Sistema Monetario Internacional, "como la forma de organización de las relaciones monetarias internacionales (RMI). Éste se constituye por un conjunto complejo de mecanismos bancarios, de autoridades nacionales e instituciones internacionales, de instrumentos de pagos y créditos, de convenciones y usos públicos o privados, que rigen las relaciones internacionales. Por supuesto que el Sistema es contentivo de las relaciones económicas y políticas que existen y se desarrollan entre los países, que son parte del sistema. Los conflictos de intereses nacionales se reflejan en él, pero deben ser finalmente resueltos, ya que el mantenimiento de un orden monetario supone disciplinas comunes."[19]
También se puede definir al sistema monetario "como la estructura monetaria que establece legalmente la circulación monetaria de un país y que comprende:
1) la mercancía, que desempeña la función de equivalente general;
2) la unidad monetaria: el patrón de precios;
3) los medios legales de circulación y los medios de pago (dinero metálico, papel moneda, moneda fiduciaria: billetes de banco);
4) el sistema de acuñación de las monedas (de pleno contenido: de oro; subsidiarias – moneda de cambio- de plata y cobre);
5) el tipo de emisión de los billetes de banco y de los valores del Estado (dinero papel).
Este régimen utilitario se caracteriza básicamente por el hecho de que los bienes producidos no son consumidos por sus propios productores, son intercambiados en el mercado mediante convenciones reguladoras que constituyen un sistema monetario. A estos bienes utilitarios generalmente se les denomina mercaderías y son de dos tipos: mercaderías producidas y mercaderías productoras. Hay que subrayar, pues, que no tiene ningún sentido hablar de sistema monetario, si no es en un contexto de intercambio de mercaderías concretas realmente existentes."[20]
Numerosos análisis basados sobre la RMI, indican que el sistema financiero tiene como objetivo llevar a cabo una labor de intermediación financiera y es parte del sector terciario de toda economía y se desarrolla por vínculos comerciales.
Para Oscar León, el sistema financiero, "debe cumplir la labor de intermediación financiera, entendida esta como la tarea de contribuir a la adecuada generación, captación y transferencia de recursos financieros entre entidades (individuos, empresas y gobierno) superavitarios y deficitarios. Por tanto, la realización de esta labor amerita la presencia de intermediarios que de forma masiva y profesional conformen los diversos mercados; por ello, cuando esas actividades de intermediación financiera se realizan bajo un orden que las organice (organismo de supervisión) y relacione entre sí, dándoles estructura y coherencia para que contribuyan a realizar fines comunes, estaremos en presencia de un sistema financiero (SF)."[21]
El Centro de Información Bancaria y Económica (CIBE) de Cuba, define al sistema financiero "como a él conjunto de instituciones, medios y mercados cuyo fin primordial es canalizar el ahorro que genera las unidades de gasto con superávit hacia los prestatarios, o unidades de gastos con déficit. Pero que no se reduce solo a esta actividad, sino, como su mayor o menor perfección condiciona también el volumen de ahorro de la comunidad. […]. En resumen esto constituye un todo estructurado, formado por el conjunto de instituciones, activos, y mercados, que permite canalizar el ahorro hacia la inversión. De esta forma se vinculan entre sí como unidad dialéctica las esferas de las finanzas y la economía real."[22]
El Banco Mundial (BM), define al sistema financiero como " todo aquel en que se verifican todas las transacciones que dan como resultado creación de activos y pasivos financieros; el conformado conjunto de instituciones y mecanismos que se encargan de canalizar el ahorro desde los sectores superavitarios a los deficitarios para darle un uso racional y productivo."[23]
Aunando criterios, casi todos asumen al sistema monetario y financiero internacional como proceso interdependiente de relaciones monetarias con la visión contenida de supervisar la realidad económica por parte de sujetos económicos y sus instituciones.
La gran mayoría de los autores citados coinciden en que el sistema monetario internacional es un sistema interdependiente bajo un marco jurídico de acuerdos interinstitucionales, entre bancos y organismos internacionales, que estos a su vez operan mediante instrumentos de pagos y de intercambio que dependen a su vez de acuerdos monetarios y de tipos de cambio que se adoptan para armonizar el comercio y organizar los flujos monetarios internacionales que se fomentan bajo el sistema capitalista.
De este modo se puede definir concretamente y de forma más acabada al Sistema Monetario internacional como la integración de los diferentes sistemas monetarios locales en un eje universal de intercambios comerciales determinado por los precios relativos de cada país, denominados tipos de cambio, articulado mediante acuerdos intergubernamentales y de organismos supranacionales que garantice en materia monetaria la organización, cooperación y estabilidad del comercio internacional entre las naciones, y que no escapan sobre la base de reproducción y desarrollo del sistema capitalista.
Como el sistema monetario internacional está estrechamente ligado a los sistemas monetarios nacionales de este modo las instituciones bancarias nacionales operan dentro del SMI para su funcionamiento. Todo SMI tiene que estar conformado esencialmente por los siguientes elementos:
a) Unidad de Cuenta:
b) Régimen de tipo de cambio:
c) Convertibilidad:
d) Institucionalidad y liquidez
Dinámica general de los sistemas monetarios hasta la primera mitad del siglo XX
El sistema monetario internacional influyó en la política macroeconómica y en los resultados de tres periodos:
La época del patrón-oro desde (1870 a 1914),
El periodo entreguerras (de 1918 a 1939) y,
El periodo tras la Segunda Guerra Mundial durante el cual los tipos de cambios se fijaron según el acuerdo de Bretton Woods (1945-1973).
Desde 1870 hasta la actualidad, se han utilizado diversos esquemas organizativos del Sistema Monetario Internacional (SMI). Históricamente los sistemas monetarios internacionales han tenido características múltiples; entre ellas principalmente están las diferencias en el grado de flexibilidad cambiaria. Hace más de cien años, el sistema monetario internacional era el patrón oro internacional. En este sistema el oro constituía el activo de reserva internacional y su valor se fijó con las paridades que los países especificaron. Esta decisión de apoyar las divisas con un activo de reservas internacionalmente aceptable (el oro) ayudó a fomentar tanto el intercambio relativamente libre como los pagos.
Desarrollo del patrón oro
En los años del patrón oro (1870-1914 y 1925-1931), la clave del SMI radicaba en el uso de las monedas de oro como medio de cambio, unidad de cuenta y depósito de valor. Los bancos centrales nacionales emitían monedas en función de sus reservas de oro, a un tipo de cambio fijo, pues expresaban su moneda en una cantidad fija de oro, aunque a su vez pudieran establecer cambios con la plata o algún otro metal. Esto estimulaba el desequilibrio inicial entre países que tenían oro y los que no lo tenían, aunque con el tiempo el sistema tendió a ajustarse. La cantidad de dinero en circulación estaba limitada por la cantidad de oro existente. En un principio la masa monetaria era suficiente para pagar las transacciones internacionales, pero a medida que el comercio y las economías nacionales se fueron desarrollando, se volvió insuficiente para hacer frente a los cobros y pagos. Si las exportaciones de un país eran superiores a sus importaciones, recibía oro (o divisas convertibles en oro) como pago, y sus reservas aumentaban, provocando a la vez la expansión de la base monetaria[24]
El aumento de la cantidad de dinero en circulación corregía automáticamente el desequilibrio haciendo crecer la demanda de productos importados y provocando inflación, lo que encarecía los productos nacionales reduciendo sus exportaciones. Si el comercio exterior del país era deficitario, la disminución de las reservas de oro provocaba contracción de la masa monetaria, reduciendo la demanda interior de bienes importados abaratando los productos nacionales en el exterior. Pero el sistema tenía también serios inconvenientes. El país cuyo déficit exterior provocaba contracción de la masa monetaria sufría una fuerte reducción de su actividad económica, generalizándose el desempleo. Los países con superávit podían prolongar su privilegiada situación "esterilizando el oro," impidiendo que el aumento en sus reservas provocase crecimiento en la circulación monetaria e inflación. De ahí que los principales países abandonaron el patrón oro durante la primera Guerra Mundial, para financiar parte de sus gastos militares imprimiendo dinero. A consecuencia de la guerra, la fuerza de trabajo y la capacidad productiva se redujeron considerablemente, lo que hizo subir los precios. El recurso generalizado, al gasto público para financiar la reconstrucción, provocó procesos inflacionistas, agravados por aumentos de la oferta monetaria. La vuelta al patrón oro tras la guerra agravó la situación de recesión mundial.[25]
El sistema de los años entreguerras (1918-1939)
Los países abandonaron el patrón-oro durante la Primera Guerra Mundial y financiaron parte de sus masivos gastos militares imprimiendo dinero. Además, la fuerza de trabajo y la capacidad productiva se redujeron bruscamente a causa de la guerra. Como resultado de esto, los precios subieron en todas partes al concluir la guerra en 1918. Algunos países experimentaron una inflación desbocada cuando sus gobiernos intentaron ayudar al proceso de reconstrucción a través del gasto público. Estos gobiernos financiaron sus compras simplemente imprimiendo el dinero que necesitaban, tal y como habían hecho anteriormente durante los periodos de guerra. El resultado de todo ello fue un fuerte aumento de la oferta monetaria y en los niveles de precios.
Los Estados Unidos volvieron al patrón-oro en 1919. A principios de los años veinte, algunos países suspiraban, cada vez más, por la relativa estabilidad financiera de la era del patrón-oro. En 1922, en una conferencia en Génova, Italia, un grupo de países, que incluía a Gran Bretaña, Francia, Italia y Japón, acordaron la vuelta al patrón-oro y a la cooperación entre bancos centrales para alcanzar los objetivos internos y externos, dándose cuenta que la oferta de oro podía resultar inadecuada para satisfacer las necesidades de reservas internacionales. La conferencia de Génova propuso un patrón de cambio-oro parcial, en el que los países pequeños pudieran mantener como reserva las monedas de los países grandes cuyas reservas internacionales consistirían únicamente en oro. La depresión que acompañó el retorno al patrón-oro en Gran Bretaña, había sido pronosticada por Keynes y otros, pero tenía precedentes con más de un siglo de anterioridad; el retorno de Gran Bretaña al patrón-oro con la paridad que prevalecía antes de las guerras napoleónicas, había originado una recesión sostenida y profunda. En ambos casos, la vuelta a un tipo de cambio, que había quedado obsoleto por aumento de precios ocurridos durante la guerra, representaron una revaluación de la libra esterlina frente a las otras monedas, cosa que desvió la demanda hacia productos no británicos. El estancamiento de Gran Bretaña en los años veinte, acelero la decadencia de Londres como centro financiero líder en el mundo. El debilitamiento económico de Gran Bretaña resultó un problema para la estabilidad del restaurado patrón-oro. Las reservas británicas de oro eran limitadas y el persistente estancamiento económico del país no contribuía a inspirar confianza en su capacidad de hacer frente a sus obligaciones exteriores.
El comienzo de la Gran Depresión en 1929, fue acompañado de bancarrotas bancarias en todo el mundo. Gran Bretaña se vio obligada a abandonar el oro en 1931, cuando los tenedores internacionales de libras (incluyendo varios bancos centrales) perdieron la confianza en el compromiso de mantener el valor de la moneda y comenzaron a convertir sus depósitos de libras en oro. Ocurre lo que se llamó la desintegración económica internacional.
Durante la depresión, muchos países renunciaron a sus compromisos de patrón-oro y permitieron que sus monedas flotaran en los mercados de divisas. Los Estados Unidos abandonaron el patrón-oro en 1933 pero volvieron a él en 1934, después de haber bajado el precio del dólar en oro desde 20,67 dólares a 35 dólares la onza troy. Otros países volvieron también a una cierta forma de patrón-oro tras una devaluación. Estas "depreciaciones competitivas" fueron emprendidas por los países con la esperanza de conservar el oro y cambiar la demanda mundial hacia sus productos. Un daño económico aún mayor fue ocasionado por las restricciones en los pagos internacionales, que proliferaron en ese momento debido a que los países desanimaron las importaciones y se esforzaron a mantener la demanda del propio país. El arancel Smoot-Hawley[26]impuesto por los Estados Unidos en 1930, tuvo un efecto muy perjudicial sobre el empleo de los otros países. La respuesta de éstos al arancel estadounidense, incluyo contramedidas comerciales restrictivas y acuerdos preferenciales entre grupos de países. Las barreas arancelarias y la deflación en las economías industrializadas de América y Europa, condujeron a un repudio de deudas internacionales, particularmente en los países iberoamericanos, cuyos mercados estaban desapareciendo.
A comienzos de los años treinta, la economía mundial se fue desintegrando cada vez más en unidades nacionales relativamente autárquicas. Las fuertes turbulencias continuaron en los mercados mundiales hasta el comienzo de la Segunda Guerra Mundial en 1939, pese a algunos movimientos limitados a favor de la cooperación económica internacional a finales de los años treinta. Pero este camino, al reducir las ganancias del comercio exterior, supuso un alto coste para la economía mundial y contribuyó a ralentizar la recuperación, que todavía no se había producido en muchos países en 1939.
Todos los países hubieran estado en una situación económica mejor en un mundo con comercio internacional más libre, suponiendo que la cooperación internacional hubiera permitido que cada país preservara su equilibrio externo y su estabilidad financiera sin sacrificar los objetivos internos de su política. Fue la comprensión de este fenómeno lo que inspiró el diseño del sistema monetario internacional de posguerra, el acuerdo de Bretton Woods.[27]
Principales características del sistema monetario internacional actual: el sistema de Bretton Woods y su crisis
El sistema monetario internacional surgido en Bretton Woods (BW) nació bajo la óptica sustantiva de reordenar, regular y supervisar las RMI para evitar así caer nuevamente al desorden generalizado de los años de entre guerras, dicho sistema en teoría demostraba cierta estabilidad, basándose en un patrón de cambio oro, y a su vez basado en el dólar estadounidense manteniendo cambios fijos.
La capacidad para ajustar los tipos de cambio cuando surgía un desequilibrio, era el elemento fundamental y la característica que más distinguía al sistema de Bretton Woods del patrón oro, y como la economía de Estados Unidos había salido indemne después de la Segunda Guerra Mundial, por esta razón, tanto el oro como el dólar habían sido las principales fuentes de liquidez internacional y en especial este último. Para que el dólar cumpliera la función de moneda clave del sistema o moneda patrón, Estados Unidos asumía el compromiso de comprar y vender oro a cambio de dólares a un precio fijo de 35 dólares la onza troy[28]de oro, transformándose esta moneda nacional en una especie de título representativo del metal; es por ello que "el sistema de tasas de cambio fijas establecido en Bretton Woods y basado en la relación entre el oro y el dólar, y entre este y el resto de las monedas, tenía un claro sentido regulacionista que pretendía evitar la excesiva separación entre la producción y la circulación y, en lo más inmediato, mantener la especulación bajo control. […] Las tasas de cambio fijas eran un intento de estabilización de la economía mundial, que permitía un cierto orden y cierta predictibilidad."[29]
Estados Unidos, debía mantener el dólar inalterable en cuanto a su tasa de cambio pues en torno a él debían moverse el resto de las monedas. Quizás algo similar a la posición del sol con relación a los demás planetas del sistema solar. A continuación puede observarse un esquema general que expresa el funcionamiento del sistema Bretton Woods.
Fuente: esquema sobre la relación oro dólar. Esquema tomado de Roberto Muñoz González en el "Curso General de Economía y Políticas Económicas Internacionales", Santa Clara, Cuba 2007.
La guerra en Vietnam y la emisión descontrolada de dólares por parte de EE.UU para mantener financiada la guerra, hizo posible la ruptura definitiva del sistema de Bretton Woods, la cual se produce en agosto de 1971, con la declaración de suspensión de la no convertibilidad del dólar en oro por parte de los Estados Unidos. País que decide unilateralmente la ruptura del orden monetario internacional de relaciones capitalista. "Es obvio que tal decisión dejaba sin opciones a los países con grandes reservas en dólares, pues si todos intentaban canjearlos a la vez por otra divisa, las cotizaciones del dólar en los mercados financieros se desplomaría y las reservas que tenían en esa moneda perderían sustancialmente su valor. […] en tal coyuntura la comunidad internacional no tenía otra alternativa que resignarse al abrupto cambio en las reglas del juego impuestas por Estados Unidos."[30]
En tal sentido "la Reserva Federal devino en un banco central mundial no oficializado, proveyendo reservas, ofertando la unidad de cuenta y, algunas veces, actuando como prestamista de última instancia."[31]Esta característica hace detallar que el actual sistema monetario internacional tiene cuatros características fundamentales;
Es privado,
Inestable,
Especulativo y,
Pro norteamericano.
Página siguiente |