Proceso de urbanización y privatización del sector residencial de Maturín, Estado Monagas (página 2)
Enviado por Jhonny Poito
Así mismo, se ha realizado un trabajo de campo el cual consistió en visitas comunitarias a determinadas urbanizaciones cerradas, tomadas como referencia para el desarrollo de esta investigación. Es necesario destacar que se tomaron en consideración las urbanizaciones que presentan una categoría de amuralladas, enclaustradas, cercadas y con criterio de exclusividad para sus habitantes; por ende, las áreas residenciales abiertas como urbanizaciones, barrios, sectores y de edificios fueron descartadas en la medida que escapan a los objetivos de la presente investigación. Sin embargo, se hace alusión a éstas como parte del proceso de urbanización que caracteriza a Maturín.
En este sentido, de acuerdo con Arias (1999; 48) la investigación de campo "consiste en la recolección de datos directamente de la realidad donde ocurren los hechos, sin manipular o controlar variable alguna". Así mismo, según Sabino (1992; 72) las investigaciones de campo "se basan en informaciones o datos primarios, obtenidos directamente de la realidad. Su innegable valor reside en que a través de ellos el investigador puede cerciorarse de las verdaderas condiciones en que se han conseguido sus datos, haciendo posible su revisión o modificación en el caso de que surjan dudas respecto a su calidad. Esto, en general, garantiza un mayor nivel de confianza para el conjunto de la información obtenida". La aplicación de este método de investigación ha permitido conocer la realidad que caracteriza a las urbanizaciones cerradas en Maturín y, por ende, destacar como el establecimiento de dichas urbanizaciones en Maturín forman parte fundamental de su dinámica urbana.
De esta manera, en dichas urbanizaciones cerradas se aplicó una guía de entrevista como instrumento de recolección de datos, con la finalidad de caracterizar el fenómeno objeto de estudio como se manifiesta en la realidad. Dicha entrevista se estructuró en 9 preguntas con sus respectivas opciones de respuesta, y se toma como universo de referencia para su aplicación a 20 urbanizaciones cerradas de la ciudad de Maturín. En cada una de estas urbanizaciones cerradas se seleccionaron al azar 10 familias que habitan en éstas, por lo que el total de entrevistas realizadas alcanzó la cifra de 200. Éstas fueron procesadas cuanti – cualitativamente atendiendo a los objetivos de la investigación. Las urbanizaciones cerradas donde se pudo aplicar dichas entrevistas están: Aves del Paraíso, Los Girasoles, Laguna Paraíso, Reina Paulina, Las Luces, El Moriche, Bella Vista, Las Vírgenes, Los Pájaros, La Viña, Las Trinitarias, Doña Gladys, Los Tapiales, Santa Teresa, Bosque de la Laguna, Palma Real, Morichal, La Arboleda, Las Flores y La Macarena.
Es necesario destacar que para la aplicación de dicha entrevista, uno de los principales obstáculos que se tuvo fue precisamente el no permitirle la entrada al investigador en determinadas urbanizaciones cerradas. Sin embargo, en las que se pudo acceder fue la desconfianza debido al enfoque que se la ha dado a la investigación, como consecuencia de que previeron el carácter social de la misma, tomando en consideración que la mayoría de sus habitantes tiene mentalidad capitalista – liberal, comportamiento que contrasta con el proceso político bolivariano actual. Con el solo hecho de leer el título del trabajo donde se destaca el término PRIVATIZACIÓN les causaba angustia, y aún más cuando leían el membrete donde se señala el nombre de la universidad que rige la Maestría (Universidad de La Habana), señalando que eso era socialismo y no querían nada con eso. Por tal motivo, frente a estas situaciones se tuvo que recurrir a familiares, amigos y estudiantes que viven en estas urbanizaciones, los cuales facilitaron el proceso de dichas entrevistas.
Otra limitante que se tuvo para el desarrollo del presente estudio fue la negativa por parte de algunas direcciones o dependencias de la Alcaldía de Maturín de facilitar información referida al tema objeto de estudio, en la medida que se pasaron varias comunicaciones (ver anexos) y ninguna fue procesada con la debida respuesta.
Dentro de este contexto, el presente estudio está enmarcado dentro de una investigación explicativa, en la medida que se destaca el desarrollo de hechos bien precisos desde la perspectiva temporo – espacial, como es la dinámica socio territorial que se presenta producto del establecimiento de las urbanizaciones cerradas en Maturín. Caracterizando el fenómeno estudiado mediante la relación causa – efecto, es decir, que la aparición y consolidación de las urbanizaciones cerradas en Maturín es producto de unas condiciones sociales, políticas y económicas que lo posibilitan. En este sentido, de acuerdo con Arias (1999; 47) la investigación explicativa "se encarga de buscar el por qué de los hechos mediante el establecimiento de relaciones causa – efecto". Igualmente, según Sabino (1992; 47) las investigaciones explicativas "son aquellos trabajos donde nuestra preocupación se centra en determinar los orígenes o las causas de un determinado conjunto de fenómenos. Su objetivo, por lo tanto, es conocer por qué suceden ciertos hechos, analizando las relaciones causales existentes o, al menos, las condiciones en que ellos se producen". De estas ideas se deriva claramente que cualquier fenómeno que ocurre en la sociedad, como el estudiado mediante esta investigación, es producto de un conjunto de variables que es necesario considerar para dar un enfoque integral al estudio del mismo.
Así mismo, se ha realizado una representación cartográfica que permite expresar desde el punto de vista espacial, la magnitud territorial de las urbanizaciones cerradas en Maturín.
Ahora bien, es de resaltar que el fenómeno de las urbanizaciones cerradas como nuevo estilo de ocupación residencial no es exclusivo de Maturín, sino que se corresponde con la dinámica urbana de las ciudades hoy en día a nivel mundial, en lo referido a procesos de urbanización y de expansión urbana. Este fenómeno se manifiesta a través de dos procesos denominados en la literatura internacional como periurbanización y rururbanización, los cuales le confieren especial complejidad a la dinámica urbana en nuestros días. Las urbanizaciones cerradas influyen directamente en esta dinámica debido a que contribuyen al proceso de organización y de expansión urbana, dadas las características que éstas presentan en su desarrollo. Por tal motivo, abordar dicha realidad contemporánea implica tratarlo desde un punto de vista integral, debido que ésta se manifiesta producto de la interrelación de diversos factores sociales que permiten que se estructure el territorio desde una perspectiva temporo – espacial.
CAPÍTULO II
Caracterización del proceso de urbanización y privatización del sector residencial en Maturín
II.1 Dinámica urbana de Maturín
En la actualidad Maturín sufre cambios estructurales en su fisonomía urbana, que la hacen más compleja en su organización espacial, en la medida que en ésta convergen viejos y nuevos esquemas económicos, sociales, políticos y culturales de ocupación territorial.
Entre las principales funciones de Maturín se encuentran las políticas, administrativas, financieras, de comercio, de servicios y de apoyo a otros centros intermedios, así como de relación con los centros urbanos de jerarquía superior a escala nacional e internacional. Se destaca entre las actividades productivas la economía petrolera que tiene una alta significación dentro de la dinámica espacial de Maturín, la cual se reactivó e intensificó en los últimos años del siglo XX con el boom petrolero (zona El Furrial y al este en la zona de Oritupano), y merma su influencia en estos primeros años del siglo XXI. Así mismo, en Maturín también se dan las actividades industriales y forestales y, en menor escala, se encuentran las actividades agropecuarias. En esta dinámica económica experimentada por Maturín se observa el declive de las actividades primarias y secundarias a favor del predominio en la actualidad de las actividades relacionadas al sector terciario, lo que ha permitido que desde el año 2008 la misma se haya convertido en la ciudad más cara del país con una inflación de más de 35%, superando a la de Caracas que tuvo una inflación de 33% (INE). Es por esto que la ciudad luce un característico ambiente de fluidez de dinero, y pasó de ser una ciudad económicamente barata en el siglo XX a una ciudad costosa y en pleno auge de desarrollo en el siglo XXI con complejos hoteleros de categoría, centros empresariales, comerciales, residenciales como las urbanizaciones cerradas, educativos, deportivos y culturales de gran valor.
De esta manera, la histórica SULTANA DEL GUARAPICHE nombre con el cual era reconocida esta urbe, crece lentamente en el siglo XIX debido a las constantes guerras civiles que generaron un desequilibrio desde el punto de vista político, económico y social (destrucción de la actividad ganadera, transmisión de enfermedades por mosquitos como por ejemplo la fiebre amarilla, alto índice de mortalidad), hecho que se reflejaría en la extensión territorial ocupada. Sin embargo, será para el siglo XX cuando Maturín registra un gran crecimiento demográfico debido al descubrimiento de yacimientos petrolíferos en sus cercanías (EL Furrial, principalmente), además del inicio de una campaña de salubridad que permitió acabar con los mosquitos transmisores de enfermedades tropicales.
En 1909 Maturín se convierte en capital del recién creado Estado Monagas; anteriormente entre 1856 y 1859 ella fue capital de la Provincia de Maturín y capital del Estado Maturín en 1901. Hoy en día de la estructura espacial y organización político administrativa del país, como se puede observar en la siguiente figura:
De esta manera, la entidad comienza a sufrir cambios estructurales en el ámbito territorial como consecuencia del paso de una sociedad agroexportadora hacia una rentista petrolera, en consonancia con la dinámica económica, política, social, cultural y territorial que ha tenido Venezuela en sentido general. De esta manera, en la ciudad comienzan a construirse modernas edificaciones y espaciosas avenidas desde la administración del gobernador Alirio Ugarte Pelayo en los años cincuenta del siglo pasado y, desde 1958 se convierte en sede de la Diócesis de Maturín.
En este sentido, la sociedad de Maturín es la típica de las zonas petroleras venezolanas enmarcadas en procesos de desarrollo local, puntual y desigual que generan las inversiones de capital en determinadas zonas del territorio, con cambios permanentes debido al flujo poblacional que reciben. Según el INE (Censo 2001) Maturín tenía una población de 401 384 habitantes, con una tasa de crecimiento de más de 5.42%. Magnitud que ha casi sido constante desde 1990, cuando Maturín tenía 257 000 habitantes y se ubicaba en la posición 13 de las ciudades venezolanas. En la década de los años noventa recibió más de 76 000 inmigrantes, tanto nacionales como extranjeros, lo que la convirtió en la principal ciudad receptora del país. Donde históricamente la inmigración ha tenido una contribución importante ya que en la década de los noventa recibió más de 76.000 inmigrantes, cifra que se ha doblado también en esta década, tanto de nacionales como extranjeros, convirtiéndola en una de las principales ciudades receptora del país.
Sin embargo, basados en cifras del mismo ente para el 2005, Maturín registra una población de 457 882 habitantes con una distribución por parroquia de la siguiente manera (ver tabla 1).
En consecuencia, según datos de la Gobernación del Estado Monagas, Maturín para la actualidad tiene una población de más de 620 000 habitantes. Pero este crecimiento demográfico no ha ido a la par con el desarrollo urbanístico, lo que ha provocado el colapso de los servicios básicos, el surgimiento de "ranchos" en las zonas más pobres y el congestionamiento de las calles y avenidas. Es de resaltar, que de continuar con este ritmo de crecimiento absorberá en poco más de una década a todas las pequeñas áreas que se encuentran en un radio de 10 kilómetros de su periferia, cuya población superaría el millón de habitantes. Este proceso de conurbación la convertiría en la octava área metropolitana del país. Así, Maturín en la actualidad es una de las principales ciudades del oriente venezolano.
En este sentido, el municipio de Maturín está integrado o dividido en 10 parroquias según la Gaceta Oficial del Estado Monagas, Reforma Parcial de la Ley de División Político Territorial del Estado Monagas, de fecha 29 de julio de 1998, número extraordinario. De ellas, 5 parroquias son urbanas (Alto de los Godos, Boquerón, Las Cocuizas, San Simón y Santa Cruz), y 5 rural (El Corozo, El Furrial, Jusepín, La Pica y San Vicente). Sin embargo, es de resaltar que estas parroquias categorizadas como rural, en la actualidad presentan cambios cualitativos hacia lo urbano, producto del proceso de periurbanización y rururbanización que caracteriza a Maturín.
Ahora bien, desde el punto de vista urbanístico Maturín es una ciudad de una arquitectura reciente, dado que no alberga grandes obras coloniales como consecuencia de que la misma fuera fundada pocos años antes de la independencia del país. Además, no era una ciudad importante durante esa época, sus mayores referencias de obras de arquitectura histórica son el Palacio de Gobierno, ubicado entre la Plaza Bolívar y la Avenida Bolívar, donde hoy radica la Sede de la Gobernación del Estado Monagas; la Casona de la Hacienda Sarrapial (casona típica de la época de la Venezuela agraria) y construcción que sirve de sede de la Corporación Monaguense de Turismo y el resto de las construcciones de cierto valor arquitectónico pueden observarse en la avenida Las Palmeras, en el centro de la ciudad, la cual fue la primera avenida de la ciudad, y conserva casas de denominado Estilo Americano, que en realidad representan el pasado histórico de la misma, pues ésta debe su prosperidad a la explotación de hidrocarburos en sus áreas de influencia, lo que atrajo a las transnacionales norteamericanas. Este tipo de edificaciones se pueden observar a lo largo del Paseo Libertador.
La ciudad por estar ubicada en una parte de la región de Los Llanos posee vastos terrenos para crecer, constituyéndose en el principal factor que ha permitido que la ciudad se desarrolle de manera horizontal, contrariamente a como muchas otras ciudades venezolanas se han desarrollado, con urbanizaciones y conjuntos residenciales muy variados en diferentes zonas de la ciudad. Desde esta perspectiva, Maturín ha tenido las siguientes direcciones espaciales de desarrollo y donde las urbanizaciones cerradas han formado parte de ese proceso de expansión espacial.
Al Norte: Es la zona con mayor desarrollo en los últimos años, se ubica en la margen norte del Río Guarapiche y comienza desde el Distribuidor del Bajo Guarapiche. Es precisamente aquí donde se asientan un gran porcentaje de urbanizaciones cerradas con las que cuenta Maturín en la actualidad. Por ejemplo, en esta zona está Tipuro, una muy reconocida zona residencial por la presencia de urbanizaciones cerradas que albergan a distintos conjuntos residenciales y apartamentos que se han desarrollado alrededor de la avenida Alirio Ugarte Pelayo, donde el estilo adoptado arquitectónicamente es el de las ciudades del sur de los Estados Unidos. Pero, además de ser una zona residencial, se ha convertido en una zona empresarial y del entretenimiento, contando con grandes Malls y centros empresariales (CCP, Monagas Plaza), lujosos hoteles 5 estrellas (CCP Suites, Stauffer Hotel, Hotel San Miguel), centros de compras (Makro, Cada, Unicasa), así como la localización el edificio sede principal de PDVSA Oriente y el cementerio municipal. Otra zona es San Miguel, la cual se constituye en la urbanización campestre más prestigiosa del Oriente del país y única en su tipo, con mansiones, casas y apartamentos de diversos estilos arquitectónicos, en su mayoría casas prefabricadas de construcción canadiense – norteamericana.
Al Sureste: Se ubican los sectores Juanico y La Floresta, tradicionales zonas de clase media alta, que en principio fueron concebidas como zonas residenciales, sin embargo el dinamismo de la ciudad las ha convertido en zonas especializadas. Sus principales avenidas son: Presidente Raúl Leoni Sur, avenida Libertador y la avenida Rómulo Gallegos. El sector Las Avenidas (Bolívar, Luis del Valle García, Fuerzas Armadas Andrés Eloy Blanco) donde se concentra el mayor número de centros de salud privados con edificaciones muy modernas, así como con importantes colegios y centros nocturnos, como discotecas, cafés y centros de azar. Así mismo, la urbanización Juanico se constituye en una de las zonas residenciales más selectas de la ciudad, y consta igualmente de varias urbanizaciones cerradas y abiertas, además de ser una de las áreas de la ciudad que concentra mayor cantidad de edificios altos. Aunado a esto, se ha convertido en un importante centro empresarial, contando con la sede universal de PDVSA Servicios, sede Juanico de la Universidad de Oriente, y es una de las zonas con mejor vida nocturna de la ciudad. Sus símbolos son el paseo aeróbico "Jorge Rodríguez" y el parque zoológico La Guaricha. A su vez, el sector La Floresta representa la continuación del sector Juanico y también concentra gran cantidad de conjuntos residenciales cerrados presentes en Maturín.
Al Sur: En esta zona donde sus principales avenidas son la Raúl Leoni Sur y la Autopista del Sur, se ubican las construcciones más nuevas y los proyectos de expansión urbana más ambiciosos, como por ejemplo la ciudad comercial La Cascada. Igualmente, está en proceso de construcción el desarrollo urbanístico Gran Ciudad Monagas, el cual se trata de uno de los proyectos más grande e importante que actualmente alberga varias urbanizaciones cerradas, pero también están en construcción y en proyecto una serie de edificaciones residenciales, universitarias, malls, hoteles, centros nocturnos, deportivos y culturales, que hacen de esta zona un área en pleno proceso de desarrollo urbano y centro de referencia en Maturín.
Al Oeste: En esta zona se ubica la zona industrial de la ciudad, así como una gran cantidad de urbanizaciones cerradas sobre todo de clase media, así como varios centros comerciales. Sus principales vías de comunicación son la autopista Bella Vista o Autopista Oeste y la avenida de zona industrial. En esta zona se ubica también el Estadio Monumental de Maturín, que está entre los escenarios deportivos más grandes de Venezuela y uno de los estadios más modernos del mundo.
Es decir, que en el proceso de urbanización que caracteriza a Maturín se reflejan dos fenómenos socio espaciales que le imprimen cambios cuantitativos y cualitativos a su estructura socio territorial. Estos son la periurbanización, la cual es consecuencia del avance de lo urbano hacia las periferias de la ciudad y la rururbanizacion que se refiere a los cambios cualitativos que inserta el ambiente urbano dentro del entrono rural. Dichos fenómenos socio espaciales tienen relación con la forma en que se han venido estructurando determinadas ciudades latinoamericanas como, por ejemplo, en México, Argentina, Brasil, entre otros, lo cual refleja que son procesos de organización espacial que caracterizan a las ciudades hoy en día, y que se encuentran presentes en la realidad estudiada en la presente investigación.
Dentro de este contexto, son precisamente las urbanizaciones cerradas que en el área residencial representan una nueva forma de ocupación territorial en Maturín, siendo parte esencial de los cambios estructurales que presenta la misma.
II.2 Urbanizaciones cerradas y estructura residencial de Maturín
En la actualidad Maturín presenta una heterogeneidad en el área de asentamientos residenciales, debido a que en la misma convergen los tradicionales barrios abiertos y estos nuevos conjuntos residenciales cerrados, que son precisamente los que marcan la pauta en lo que se refiere a asentamientos residenciales. Actualmente en Maturín existen 51 urbanizaciones cerradas, lo que indica la efervescencia de esta nueva forma de ocupación residencial como parte fundamental del proceso de expansión de la ciudad, en relación a su dinámica urbana. La distribución espacial de las urbanizaciones cerradas se desglosa de la siguiente manera:
Al Norte: Colinas del Norte, Santa Teresa, Tierra del Sol, Portal de Tipuro, Bosque de la Laguna, Bello Campo, La Laguna, El Parral, Las Delicias, Villa Merey, La Lagunita, La Pradera, Altos de Tipuro, Los Claveles, Valle de Luna, Altanila, Altos de Corina, El Oeste, Palma Real, Los Tucanes, Morichal, La Arboleda, Agua Marina, Villas Doradas, Lomas del Bosque, Plaza real y San Miguel.
Al Oeste: Aves del paraíso, Los Girasoles, Puesta del Sol, Conjunto Residencial Amana, Laguna Paraíso, Reina Paulina, Villas de Altacruz, Las Luces, Campo Claro, El Moriche, Villa Tonoro, La Macarena, Los Jabillos, Las Vírgenes, Los Pájaros, El Samán y Bella Vista.
Al Sureste: La Caracola, Las Flores, La Viña, Las Trinitarias, Doña Gladys, Los Tapiales y Doña Rosa.
Distribución espacial que se puede observar en el siguiente cartograma:
Es decir, que el mayor impacto de estas urbanizaciones cerradas ha sido en la zona norte de la ciudad con 27; en segundo lugar hacia el oeste con 17 y, en tercer lugar, está el sureste con 7 urbanizaciones cerradas.
De igual manera, existen 17 urbanizaciones cerradas en proceso de construcción y en etapa de preventa, que próximamente pasaran a formar parte de la estructura residencial y del proceso de urbanización que caracteriza a Maturín. Las mismas se localizan en consonancia con lo ejes o direcciones espaciales de desarrollo que ha venido presentando la ciudad, las cuales son: Ciudad Morichal (la conforman varios condominios), Los Nogales, Villa Flamenco, Monterrey, Puerta del Sur, Terrazas del Norte, Valle Grande Country, El Faro, Jardines de San Jaime, Ciudad Colonial San Jaime, Juana La Avanzadora, Sol de Oriente, La Victoria, Los Prados, Villas Marian, Virgen del Valle y Guayacán. Es de resaltar que la mayoría de estas urbanizaciones en construcción se ubicarán en la misma dirección que se viene produciendo el proceso de expansión urbana en la ciudad, por lo que continuará el crecimiento espacial urbano de Maturín hacia estas zonas.
Por otra parte, es necesario destacar que en Maturín existen áreas residenciales denominadas urbanizaciones, denominación que reciben precisamente por presentar cierta uniformidad en su estructura interna, en aspectos tales como el modelo de las viviendas y el equipamiento de servicios, además, del hecho de que generalmente han sido construidas o dotadas mediante la inversión pública o de capital mixto y, por ende, tienden a ser destinadas a los sectores de menores recursos a excepción de las ubicada en Juanico. Sin embargo, son zonas residenciales abiertas o de acceso público las cuales escapan a los objetivos de la presente investigación, dado que se ha tomado para el desarrollo de la misma solo las urbanizaciones que presentan la categoría de amuralladas, enclaustradas, cercadas, donde el acceso es limitado. En este sentido, existen de 21 urbanizaciones abiertas las cuales se mencionan a continuación: Las Cayenas, Las Garzas, La Llovisna, La Libertad, José Tadeo Monagas, Altos de Paramaconi, Las Carolinas, Fuerte Paramaconi, Alberto Ravell, Juanico Oeste, Juanico Este, Los Cortijos, Las Cocuizas, La Floresta, La Floresita, Andrés Eloy Blanco, El Parque, Godofredo González, Guillermo Call, Doña Menca de Leoni, Residencias INAVI.
Así mismo, Maturín en la actualidad tiene más de 131 barrios o sectores abiertos en el área urbana, los cuales han venido estructurando y configurando el espacio urbano dentro de su transitar histórico. Estos son: Juana la Avanzadora, Santo Domingo, San Andrés, Lucio Mago, Flor Marina, Vista al Sol, El Márquez, Bolívar, 19 de Abril, San Simón, El Calvario, Macarena, La Victoria, El Maco, Terrazas del Oeste, San Rafael, Simón Bolívar, 12 de Marzo, Luz de Monagas, La Lagunita, Villa Victoria, Mangozal, El Piñal, Centro Paramaconi, La Legalidad, Colinas del Paramaconi, El Encantado, La Carbonera, San Miguel, Altos de Guri, Campo Ayacucho, El Campito, La Cañada, La Puente, Invasión La Puente, Brisas de la Puente, Bolivar, Libertador, La Muralla, La Murallita, Los Pinos, José María Vargas, Paseo de la Gracia de Dios, Alberto Ravell, Lechería, Viento Colao, Araguaney, 23 de Enero, Los Guaros, El Retumbo, Bombona, Colombia, Las Llaneras, Negro Primero, El Paraiso, Universidad, Rómulo Betancourt, Morichal, Pinto Salinas, 28 de Marzo, 12 de Octubre, Salvador Rivera, Prados del Sur, El Saberano, Palo Negro, Los Cocos, Korea, La Manga, Palma Real, Venezuela, Bajo Guarapiche, El Yunque, La Voz del Bajo Guarapiche, José Gregorio Hernández, El Provenir, Brisas del Guarapiche, La Tierra, Las azucenas, Las Cocuizas, Cecilia Núñez, La Arbolada, El Silencio, La Candelaria, Parquecito, Prados del Este, Las Acacias, Luz De Luna, Brisas del Aeropuerto, Brisas de la Floresta, los Claveles, Santa Mónica, La Montañita, La Democracia, Chacao, 11 de Mayo, Pueblo Nuevo, Chacaito, Bello Monte, Sabana Grande, Mereyal, Los Rosales, Florecita, 4 de Febrero, La Juventud, La Constituyente, Nazareno, Brisas del Nazareth, Villas del Nazareth, Villa Bolivariana, Vista al Morichal, Colinas del Sur, El Zamora, El Desprecio, Las Malvinas, Santa Elena de las Piñas, Palo Verde, Las Piñas, Palo Seco, Virgen del Valle, Raúl Leoni, José Antonio Páez, Los Magos, El Recuerdo, Los Cedros, Pozo Caliente, El Zorro, Felix Armando Núñez, Andrés Eloy Blanco, La Paz, Brisas Alegre de Tipuro y Dionisio Núñez.
Es decir, que las urbanizaciones cerradas en Maturín representan la "moda" actual en lo que se refiere a adquisición de vivienda, para determinados sectores de la población poseedora de recursos económicos. Por consiguiente, uno de los cambios más significativos que se han registrado en amplias zonas de Maturín, es precisamente la proliferación de urbanizaciones cerradas. Desde esta perspectiva, el espacio residencial de la ciudad de Maturín ha cambiado en forma significativa, siendo predominante la construcción en masa de urbanizaciones cerradas tanto de viviendas unifamiliares como bifamiliares. Es así, que dichos cambios están asociados a nuevas modalidades de consumo del mercado inmobiliario apoyado en la importancia creciente de los problemas de seguridad ciudadana que se han vivido en la ciudad, lo cual ha contribuido a la búsqueda de espacios "seguros" y "controlados" por la misma población que habita allí. Por ende, las urbanizaciones cerradas como espacios residenciales corresponden a conjuntos de viviendas cuyos accesos son controlados o cerrados y, cuya utilización tiende a ser de uso exclusivo de sus habitantes.
II.2.1 Urbanizaciones cerradas y la ciudad.
Con el proceso de establecimiento de las urbanizaciones cerradas en la ciudad de Maturín, se generan dos fenómenos que pueden ser analizados desde la siguiente perspectiva:
Una desde de las urbanizaciones cerradas hacia la ciudad. Las urbanizaciones cerradas demuestran una especie de rechazo a la ciudad, como consecuencia de la problemática social que existe en ella, principalmente el de inseguridad social. De esta manera, los conjuntos residenciales cerrados le dan la espalda a la ciudad, generando una especie de pequeña "célula urbana" que vive hacia adentro. Un ejemplo palpable en Maturín es la urbanización San Miguel. De esta manera, con las urbanizaciones cerradas se establece el criterio de "seguridad y bienestar social", sin embargo, esto es relativo en la medida que puede convertirse en simple metáfora, debido que en realidad los grandes muros impenetrables y el control de acceso, en dados casos no pueden generar dicho clima de seguridad.
Otra desde la ciudad hacia las urbanizaciones cerradas. Con las urbanizaciones cerradas se genera otra situación en la cual se tiene referencia el "estatus" y "prestigio" que se obtiene al vivir en éstas.
II.2.2 Las urbanizaciones cerradas y el proceso de segregación y fragmentación territorial de Maturín
Las urbanizaciones cerradas son parte fundamental de la realidad urbana contemporánea, las cuales generan un proceso de fragmentación física y social en el territorio. En este sentido, al crecer las ciudades de acuerdo con su actividad económica (que es la que genera trabajo, y éste, a su vez, absorbe mano de obra), empieza un proceso de diferenciación espacial producto de la ocupación espontánea, pero también planificada para determinados espacios de la ciudad, en la cual las urbanizaciones cerradas han tenido una gran influencia.
De esta manera, la fragmentación espacial es consecuencia de la ocupación diferenciada del espacio urbano que se manifiesta con la aparición y consolidación de zonas residenciales que tienen en la seguridad y exclusividad sus elementos distintivos. Por tal motivo, son fácilmente identificables a partir de la existencia de elementos que marcan claramente los límites de éstas: barreras, murallas, cercos de alambre y garitas de seguridad, entre otros. Es así, que estas nuevas urbanizaciones cerradas se expresan en un espacio social que tiende a segregarse del resto de la ciudad en la cual ellas se establecen. De esta forma, según Roitman (2003), es posible visualizar en una ciudad los diferentes barrios donde cada grupo social tiene su propio espacio determinado. Es así, que en el caso de la segregación basada en diferencias de ingresos, las relaciones de poder y subordinación se tornan evidentes. Los grupos de altos ingresos tienen la posibilidad de elegir su localización residencial, mientras los grupos más empobrecidos son segregados en las zonas más desfavorecidas. Ejemplo de las desigualdades socio espaciales que se presentan en el uso y ocupación del territorio.
En este sentido, las urbanizaciones cerradas representan un nuevo patrón de asentamiento residencial, lo que contribuye a fragmentar a la ciudad y, por ende, a aumentar los niveles de segregación social presente. Esto tiene mayor significado si se toma en consideración, que muchas de estas nuevas urbanizaciones se vienen estableciendo en zonas tradicionalmente habitados por población de bajos ingresos, de carácter rural o pocas habitadas, y cuyo espacio residencial tiene un origen asociado a la vivienda social.
Es de resaltar, que si bien la cercanía entre ricos y pobres posibilita a estos últimos beneficiarse de los servicios y equipamientos que surgen asociados a la mayor capacidad de pago de los recién llegados, la integración urbana queda muchas veces postergada por causa de los diseños urbanos cerrados, que pueden dar a lugar un distanciamiento con el resto de los habitantes del entorno donde se localizan dichos conjuntos residenciales.
Es así, que la distribución de las urbanizaciones cerradas en Maturín produce un paisaje urbano diferenciado de ocupación residencial, lo que demuestra el comportamiento segregacionista que se genera con este modelo o patrón de ocupación residencial. El mercado de la vivienda ha determinado por sí sólo una división del espacio urbano, sustentado en la renta diferencial del suelo, lo que se combina con una zonificación funcional que agrupa y segrega los centros de producción y el hábitat residencial.
II.2.3 Dimensión territorial de las urbanizaciones cerradas en Maturín
Las urbanizaciones cerradas tienen un impacto significativo en la estructura territorial que presenta Maturín, debido que las mismas contribuyen muy activamente al proceso de expansión urbana que caracteriza a la ciudad. Esta influencia si bien en cuanto a área ocupada no resulta significativa, si lo representa en la variación de los flujos de relaciones que se observan al interior del municipio y, en particular, del espacio urbano maturinés. A su vez, esto trae como consecuencia una revalorización del suelo maturinés, que se refleja en los precios de las viviendas y, por ende, en la capacidad de compra y acceso de los habitantes a una vivienda.
Estos conjuntos residenciales cada día ocupan una mayor porción de los 13 352 km2 que tiene el municipio. Si se toma en consideración 20 hectáreas de terreno por urbanización cerrada, a modo de ejemplo (como es la magnitud territorial aproximada de Aves del Paraíso, Bosque de la Laguna, Palma Real, San Miguel, entre otras), y se multiplica por las 51 urbanizaciones cerradas que tiene Maturín, ello da como resultado aproximadamente 1 020 hectáreas, es decir, cerca 10,2 km2 del territorio maturinés. Esta magnitud constituye un 0,076% de los 13 352 km2 que tiene el municipio.
Pero el impacto territorial es más significativo si se valora la tendencia a aumentar el número de urbanizaciones cerradas (17 en proceso de construcción), las cuales representarían ya para el 2010 y 2011 (fecha para la cual serán entregadas la mayoría) una extensión territorial ocupada de 1 360 hectáreas, es decir, un total de 13,6km2 del territorio maturinés, lo que representaría algo más del 0,1% del territorio del municipio por este tipo de urbanizaciones. Es decir, que a través de estas urbanizaciones cerradas se continuará interviniendo y dándole forma a la estructura espacial de Maturín en el área residencial, situación en extremo preocupante si se valora el tiempo histórico tan corto (finales del siglo XX) a partir del cual comienza el proceso de aparición y consolidación de estas urbanizaciones cerradas como nueva forma de asentamiento residencial.
II.2.4 Urbanizaciones cerradas y mercado inmobiliario en Maturín
La vivienda al ser un bien que tiene tanto valor de uso como valor de cambio, se convierte en un producto sometido a la dinámica del mercado (oferta – demanda), permitiendo que la construcción de urbanizaciones cerradas sea una de las principales actividades económicas urbanas, como ocurre en Maturín. De acuerdo con Carrasco y Calderón (2003) en el proceso de las actuales condiciones capitalistas de producción siempre estará en función de la reproducción del capital. Por esto, constantemente la sociedad está igualmente a merced de agentes económicos que producen el objeto-bien, por un lado; mientras que el capital, se opone al consumo o, valor de uso, producido para tal fin. Bajo estas formas de producción privada y especulativa de la producción no se logrará verdaderamente resolver la penuria de la vivienda en condiciones socialmente necesario para la reproducción de la sociedad. La explicación se encuentra en el hecho de ser precisamente los problemas de la vivienda inseparables del modo de producción, debido a que en el mismo proceso socio económico que implica una urbanización cerrada (construcción, venta y consumo de viviendas), se presentan las desigualdades para obtener la misma.
En este sentido, la vivienda además de ser un artículo de consumo esencial, también es un indicador de las diferencias que existen en cuanto al estatus y nivel económico entre la población de un determinado territorio. De tal manera, que el estudio de la estructura residencial refleja las relaciones sociales que existen dentro de la ciudad, puesto que es el resultado de la dialéctica entre grupos de poder, instituciones y agentes implicados tanto en la producción como en el consumo de las viviendas.
Por esto, la vivienda siendo un bien mercantil está inmersa dentro de los mecanismos comerciales que implica una economía capitalista, es decir, donde los inversores necesitan beneficios, los mercados fluctúan, y los requerimientos de los compradores varían. Por ello, la mercancía vivienda debe ser física y socialmente atractiva y aceptable, donde los usuarios puedan tener libertad de elección dentro del negocio inmobiliario, así como posibilidades de mudarse a otras zonas o áreas residenciales si durante el curso de su vida varían sus necesidades y sus posibilidades de acceso a esta mercancía denominada vivienda.
Es así que las empresas inmobiliarias juegan un importante papel en los modelos de edificación para una determinada clase social, ya que va a depender de su poder adquisitivo el tipo de propiedad al que pueden aspirar. Además, los usos del suelo están relacionados con los valores del mismo, siendo estos últimos los principales determinantes de segregación de las funciones en las áreas urbanas.
Por ende, el importe o precio de una vivienda en cualquier urbanización cerrada, viene determinado por los costes de edificación y los de mantenimiento. De tal manera, que la estructura de los gastos de construcción se compone de la siguiente manera:
El valor del terreno, que depende esencialmente de la situación y del tipo de edificación permitida por la ley.
Tasa de urbanización, cuya incidencia sobre el coste de la vivienda depende también del tipo de edificación permitida.
Costes de construcción propiamente dichos, que corresponden a los materiales.
Honorarios de la mano de obra.
Gastos generales y beneficios, que incluye los respectivos del promotor y el constructor.
Así mismo, la participación del sector financiero en el negocio Inmobiliario ha ido en constante crecimiento. Por tal motivo, el recurso financiero es casi obligado entre los promotores y los consumidores finales, por lo que las propias contabilidades hipotecarias forman parte ya de las estadísticas inmobiliarias. La banca penetró ya en las fases de gestión del suelo, en la construcción y en el objetivo final de atraer a los futuros compradores a través de los créditos hipotecarios. Por consiguiente, una manera sencilla de captar el crédito hipotecario fue y es aumentando la promoción del mercado de las viviendas.
Es decir, comprar una vivienda en una urbanización cerrada en la actualidad, representa una inversión promedio de 600 000 a 1 000 000 bsf, que equivale a un aproximado de 800 salarios mínimos (para el 15 de Abril de 2010 el salario mínimo se ubicaba en 1 064,25 bsf, y según Decreto Presidencial Nº 7 237 publicado en Gaceta Oficial Nº 39 372 del día martes 23 de febrero de 2010, a partir del 1 de septiembre de 2010 alcanzará los 1 223,89bsf mensuales). Por ello, el mercado de la vivienda en urbanizaciones cerradas representa desembolsos de tal magnitud que resulta inaccesible para un gran porcentaje de la población, dado el alto costo de las mismas, por lo que adquirir vivienda en determinados casos significa sacrificio económico y limitaciones en otras necesidades. En este sentido, la utilización de la Ley de Política Habitacional es para muchos requisito obligatorio para poder acceder a la compra de una vivienda, en la medida que mediante ésta se paga una parte del costo total y se agiliza el proceso de financiamiento bancario, por ejemplo.
De tal manera, que el funcionamiento y modificación de la estructura urbana de Maturín en la actualidad está regulado, primeramente, por las reglas del mercado del suelo; en segundo lugar, por los intereses de las empresas inmobiliarias, mientras que el estado a través de sus instituciones otorga las licencias de carácter ambiental y constructiva, o sea, se mantiene como un espectador ante el accionar de la empresa privada.
II.2.5 Dinámica inmobiliaria y proyecto hegemónico
Los procesos de reforma y ajuste estructural de la economía venezolana para fines del siglo XX, desde el punto de vista neoliberal, facilitaron la llegada y radicación de un conjunto de agentes y actores vinculados al mercado global de bienes raíces, encontrando en el país dichos atractivos para la realización del capital.
En este sentido, son muchas las escalas y estrategias de intervención de estos actores económicos en el territorio, una de estas es precisamente la construcción de estos emprendimientos residenciales, que en este trabajo de investigación se señalan como urbanizaciones cerradas. Éstas han generado un proceso de valorización selectiva del territorio maturinés y el aumento de la demanda de los productos inmobiliarios orientados a segmentos sociales privilegiados. Así, la promoción de viviendas en zonas urbanas es uno de los principales puntos que se contemplan a la hora de establecer soluciones para vencer la crisis que padecen los asentamientos humanos. El control del precio del suelo está totalmente ligado a las necesidades habitacionales y los servicios pertinentes que éstas conllevan, donde los principios de oferta y demanda se mantienen como un par dialéctico. Esto conlleva que la renta de los terrenos se ha elevado en gran medida por la demanda continuada ejercida por la masa de población que ha afluido hacia las ciudades desde las zonas rurales en busca de un empleo terciario o industrial, plusvalía que ha reportado excelentes ingresos a los propietarios particulares de extensiones de tierras.
De esta manera, en la actualidad la superficie construida en Maturín destinada a emprendimientos residenciales como las urbanizaciones cerradas es de aproximadamente 10,2km2, existiendo un estimado de más de 6 000 viviendas entre 70 m2 y 120 m2 cada una, construidas en parcelas de una extensión territorial de 180 m2 y 300 m2. Debido que cada urbanización cerrada generalmente está formada entre 80 y 120 viviendas, aparte de los demás servicios y establecimiento que la conforman.
Así mismo, la fractura socio territorial también se expresa en los precios inmobiliarios, en la medida que el valor del m2 de vivienda a estrenar por ejemplo en la urbanización cerrada "Las Flores" es diez veces más alto que en el barrio La Constituyente y, en general, en el conjunto de los barrios de la ciudad. Aún más, si se toma en consideración que en el 2010 el salario mínimo venezolano dentro del mercado de trabajo formal se ubica en 1 064,25 bsf como se ha señalado anteriormente, lo que trae como consecuencia que el acceso a una vivienda a estrenar de 80 m2 por ejemplo, consumiría más de 800 salarios mínimos lo que hace evidente la imposibilidad de acceder a un inmueble modesto, para un sector considerable de la población. La elitización de algunos fragmentos de la ciudad, los proyectos en carpeta para las tierras vacantes e inmuebles públicos que esperan una definición respecto de sus usos futuros y asignación social, reafirman la debilidad institucional y fragilidad de las políticas territoriales para orientar el desarrollo futuro de la ciudad.
En definitiva, las urbanizaciones cerradas como nuevo estilo de ocupación y uso del territorio para fines residenciales, se constituye en un factor determinante en el proceso de urbanización y de expansión urbana que caracteriza a Maturín, debido a que las mismas inciden desde el punto de vista cuantitativo y cualitativo en la transformación de la estructura espacial que presenta la ciudad. Este proceso se encuentra asociado a la dinámica económica imperante en Maturín, referido al desarrollo de actividades económicas relacionadas al sector terciario.
CAPÍTULO III
Análisis del proceso de urbanización y privatización del sector residencial en Maturín
III.1 Criterios de evaluación social del fenómeno de las urbanizaciones cerradas
Producto del trabajo de campo se realiza el análisis del proceso de urbanización y privatización del sector residencial en la ciudad de Maturín. En el mismo se establecen las siguientes consideraciones, siguiendo el orden de las preguntas realizadas en la entrevista y, que se muestra íntegramente en el anexo de este trabajo.
En este sentido, el primer grupo de preguntas tienen como finalidad conocer los motivos de carácter social por el cual determinadas familias adquieren vivienda en una urbanización cerrada. En el segundo grupo se destacan los factores sociales que han permitido la consolidación del mercado de la vivienda en Maturín representado en la construcción de urbanizaciones cerradas. El tercer grupo se dirige a establecer si las urbanizaciones cerradas representan la solución del problema habitacional que presenta Maturín. En el cuarto grupo se señalan criterios de orden económico sobre los precios de la vivienda dentro del mercado inmobiliario. Para el quinto grupo se señala el grado de accesibilidad de las familias en función del ingreso económico, para obtener vivienda en una urbanización cerrada. En el sexto grupo se destaca la accesibilidad de las familias en el cumplimiento de las exigencias o requisitos administrativos, impuestas por parte de las inmobiliarias para obtener vivienda en una urbanización cerrada. Para el séptimo grupo se considera la mancomunidad de la inversión pública y privada para la construcción de urbanizaciones cerradas, como mecanismo que permita solventar la crisis habitacional que presenta Maturín. Mediante el octavo grupo se destaca el impacto de las urbanizaciones cerradas en el proceso de expansión urbana de la ciudad de Maturín. Por último, en el noveno grupo se destacan las consecuencias de carácter ambiental que tienen las urbanizaciones cerradas para Maturín.
De esta manera, en función de la realidad social de Maturín se plantea la influencia de las urbanizaciones cerradas en su dinámica urbana.
III.2 Realidad social de Maturín y el proceso de las urbanizaciones cerradas
Los motivos que tienen los habitantes de Maturín para vivir en urbanizaciones cerradas son variados y complejos. Sin embargo, el factor de la seguridad ciudadana se constituye en el principal motivo de decisión para vivir en estas urbanizaciones dado que implica tener mayor tranquilidad en su cotidianidad, según el 43% de los entrevistados (ver tabla 2). En este sentido, la inseguridad social se convierte en unos de los principales factores que ha legitimado la aparición y consolidación de las urbanizaciones cerradas en Maturín.
Según POLIMATURÍN, entre los hechos delictivos de mayor ocurrencia en Maturín para la actualidad se encuentran el asalto a mano armada, homicidios, tráfico de drogas, porte ilícito de armas, violaciones y maltratos hacia la mujer, robo de carros, atraco a instituciones bancarias, estafa, secuestro, extorsión, accidentes de tránsito, entre otros, (es de resaltar, que a pesar de la solicitud realizada a la institución policial, la información aportada fue muy escasa). Los cuales se constituyen en hechos delictivos propios de los ambientes urbanos, pero que cada día se agudizan debido a las profundas contradicciones sociales presentes en la ciudad. Así mismo, en Maturín existen determinados sectores (abiertos) considerados como zona roja, como consecuencia del alto índice de criminalidad que los caracteriza, entre estos barrios están: Los Cocos, Bolívar, Campo Ayacucho, La Carbonera, Sabana Grande, La Constituyente, El Nazareno, Santa Inés, Invasión La Puente, donde los hechos delictivos de mayor ocurrencia son: asalto a mano armada, tráfico y consumo de drogas y violaciones y maltratos contra la mujer.
De esta manera, la proliferación de urbanizaciones cerradas para estos últimos años es una forma de respuesta de algunos sectores sociales frente a la sensación de zozobra e inseguridad que prevalece en la sociedad. Es así, que se procede a la selección de estos complejos residenciales principalmente por razones de seguridad.
Por otra parte, contribuye a promover este proceso la facilidad de financiamiento para el pago de dichas viviendas, lo cual se ha constituido en otro elemento que ha permitido la propagación de estas urbanizaciones, respuesta dada por el 18.5% de los entrevistados, debido a que construir una vivienda en Maturín por cuenta propia, implica igualmente una elevada inversión de dinero dado el alto precio de los materiales de construcción. Más aún, si tomamos en consideración que el pago de estas viviendas para buena parte de los compradores es a través de una inicial y posterior cuotas del monto total de la misma, donde los intereses aumentan el capital inicial solicitado. Es de resaltar, que la Ley de Política Habitacional se ha convertido en una de las formas más utilizadas para poder acceder y pagar la vivienda.
Así mismo, la disponibilidad de servicios en dichas urbanizaciones cerradas tiene su influencia a la hora de comprar una vivienda, en la medida que el funcionamiento de los servicios en estos conjuntos residenciales (agua potable, luz eléctrica, aseo, red de cloacas, entre otros) por lo general es bueno, debido que cuentan con pozos perforados lo cual les permite tener agua potable permanentemente y la propia urbanización se encarga de su mantenimiento, el servicio de aseo o recolección de desechos sólidos es privado, las calles en buenas condiciones, entre otras ventajas. Esto permite subsanar las limitaciones o fallas recurrentes que se presentan con los servicios públicos en muchos sectores abiertos de la ciudad.
Aunado a esto, la cercanía de las urbanizaciones cerradas al lugar de trabajo también puede ser tomada en consideración para habitar en las mismas, dado que representaría mayor facilidad sobre todo para el traslado en Maturín, donde cada día se congestiona más el tráfico automotor.
Por otra parte, pero de menor importancia basados en la realidad social de Maturín, están los elementos relacionados a criterios de calidad ambiental, de razones familiares (herencias o traspasos), de patrones culturales, entre otros, como causas principales para adquirir vivienda en urbanizaciones cerradas, pero que de igual manera pueden influir a la hora de habitar en una de estas.
Tabla 2. Motivos por el cual se adquiere vivienda en una urbanización cerrada. | |||||||
Indicadores | Frecuencia | % | |||||
Por seguridad | 86 | 43 | |||||
Por facilidad de financiamiento | 37 | 18.5 | |||||
Por disponibilidad de servicios | 17 | 8.5 | |||||
Por cercanía al lugar de trabajo | 15 | 7.5 | |||||
Por calidad ambiental | 12 | 6 | |||||
Por razones familiares | 9 | 4.5 | |||||
Por patrones culturales | 6 | 3 | |||||
Otros | 18 | 9 | |||||
Total | 200 | 100 | |||||
Fuente: Elaborado por el autor a partir de las entrevistas realizadas en el trabajo de campo. |
De igual manera, los factores sociales y económicos que han permitido la consolidación del mercado de la vivienda en la ciudad de Maturín han sido múltiples. Sin embargo, la desinversión estatal en el sector residencial se ha constituido en el principal factor económico y de políticas públicas que ha permitido la consolidación del mercado de la vivienda en Maturín como lo señala el 37.5% de los entrevistados, dado que ha generado un déficit habitacional de 60 000 unidades según el INE, el cual ha sido aprovechado por los inversionistas para vender las viviendas construidas a través de las urbanizaciones cerradas (ver tabla 3).
Por ende, de una u otra manera la urbanización cerrada sustituye la iniciativa pública por la particular para conseguir, ante la imprevisión de aquella, el conjunto habitable en un plazo más corto o en condiciones que frecuentemente no son las mejores desde el punto de vista económico, pero que les permite disponer de un conjunto de bienes comunes, cuyo disfrute corresponda en exclusiva a los copropietarios. Es decir, a través de las construcción de urbanizaciones cerradas no solo se busca abastecer a la población con la vivienda y así subsanar una necesidad fundamental como es la habitacional, sino que se impone la concepción neoliberal donde la iniciativa particular desplaza al Estado como principal agente político y económico de la nación, reflejándose en la organización y dinámica espacial que se desarrolla en el territorio producto de su establecimiento.
Así mismo, el crecimiento de la población también ha sido un factor determinante en la consolidación del mercado de la vivienda según el 27% de los entrevistados, dado que ha existido mayor demanda habitacional y el Estado no ha dado repuesta. Por ende, una opción viable y rápida para adquirir vivienda se da a través de estas urbanizaciones cerradas. Es de destacar que Maturín cuenta con una población según el INE (2005) de 457 882 habitantes, aunque cifras manejadas por la Gobernación del Estado Monagas estiman la misma en más de 620 000 habitantes en el 2010. Este crecimiento demográfico mucho más acelerado que el de los servicios básicos, de infraestructura y de construcción de viviendas tiene su contrapartida en el surgimiento de "ranchos" en las zonas más pobres, así como en el congestionamiento de avenidas y autopistas y, en general, en el deterioro de las condiciones ambientales del espacio urbano.
A su vez, la explotación de nuevas actividades económicas asociado al sector petrolero y de los servicios ha permitido una dinámica económica más fluida en la ciudad según el 18% de los entrevistados, no sólo por los puestos de trabajo creados, sino por el mayor nivel de renta existente en la población, lo cual ha generado mayor capacidad de compra o acceso a bienes materiales.
En este sentido, las urbanizaciones cerradas contribuyen, desde el punto de vista coyuntural, a disminuir el déficit habitacional que presenta la ciudad de Maturín como señala el 78.5% de los entrevistados, dado a que se han convertido en una opción viable para todas aquellas familias que tienen los recursos económicos para adquirir su vivienda en dichos conjuntos residenciales (ver tabla 4). Se acentúa aún más la importancia de esta vía de acceso a una vivienda, si se toma en consideración las facilidades de pago de las viviendas, dadas por las constructoras e inmobiliarias a través de la Ley de Política Habitacional, créditos bancarios y financiamiento propio.
Sin embargo, es necesario señalar que las urbanizaciones cerradas desde el punto de vista estructural, no representan la solución del problema habitacional que presenta Maturín debido que no toda la población que requiere las mismas, cuenta con los recursos económicos para su adquisición. Es aquí donde se presenta la disyuntiva social entre necesidad habitacional y capacidad adquisitiva de la población, reflejo de las desigualdades sociales que caracteriza a la sociedad actual. Pero independientemente de las circunstancias que han permitido la consolidación del mercado de la vivienda en Maturín a través de la construcción de urbanizaciones cerradas, es una realidad que las mismas representan un buen negocio económico para los inversionistas, las cuales le generan excelentes ganancias por largo plazo.
De tal manera, que en función de la dinámica económica que caracteriza a la ciudad de Maturín, los precios de la vivienda dentro del mercado inmobiliario se establecen basado en el principio de la oferta y demanda, como cualquier otro producto o mercancía a vender dentro del sistema capitalista.
En este sentido, el precio de una vivienda dentro de una urbanización cerrada resulta costoso o elevado para un vasto sector de la población como lo refleja el 58% de los entrevistados, inclusive con estabilidad económica o ingresos superiores al salario mínimo, lo que permite que se mantengan los niveles de desigualdad en el acceso a las mismas (ver tabla 5).
En ello influye que en el precio estipulado de una vivienda dentro del mercado inmobiliario intervienen diversos entes económicos como promotores, constructores, bancos, entre otros, los cuales se lucran con la explotación de esta actividad económica relacionada con la necesidad habitacional presente en la ciudad de Maturín y; mediante la cual buscan obtener máximas ganancias de su capital invertido en la construcción de dichos conjuntos residenciales, que en definitiva la población paga como último eslabón de la cadena.
Esto trae como consecuencia, que para una gran parte del colectivo maturinés le resulta difícil adquirir vivienda mediante estas urbanizaciones, debido que las mismas son vendidas a un alto precio (de 600 000 a 1 000 000 bsf promedio), independientemente que existan diversos planes de financiamiento que facilitan la adquisición de las mismas a través de iniciales o cuotas fraccionadas (ver tabla 6).
Es de resaltar, que la mayoría de los habitantes de las urbanizaciones cerradas tienen un ingreso superior al salario mínimo, debido que en su mayoría son profesionales o se desempeñan en actividades mejor remuneradas.
En este sentido, el cumplimiento de los requisitos exigidos dentro del mercado inmobiliario para la obtención de una vivienda dentro de una urbanización cerrada, está condicionado por la tenencia o no del capital necesario para la adquisición de la misma como señalan el 69.5% de los entrevistados. Por esto, los requisitos exigidos como parte del proceso administrativo para acceder a la compra de una vivienda dentro de una urbanización cerrada, pueden ser considerados como accesibles en la medida que estos realmente no constituyen un obstáculo o limitante para obtener la vivienda, debido que estos pasos administrativos son fáciles cuando se tiene el dinero para la compra de ésta (ver tabla 7).
De tal manera, que para la población con oportunidad de compra de la vivienda se hace accesible cumplir los trámites administrativos, siendo el requisito de mayor complejidad impuestos por las inmobiliarias el de status social en determinados casos, como por ejemplo en la urbanización San Miguel. De lo contrario, son requisitos comunes para todos los compradores.
Por tal motivo, resolver el problema habitacional presente en Maturín implica un esfuerzo mancomunado entre la inversión pública y privada según el 94% de los entrevistados, dado que se hace difícil que cada ente por si mismo solvente dicha situación (ver tabla 8). No solo por los intereses económicos presente en la construcción de un conjunto residencial, sino por la capacidad de cubrir la demanda de vivienda existente.
En este sentido, mientras más viviendas se construyan en Maturín se tiende a mitigar el déficit habitacional en la medida que existan familias que las adquieran, siempre y cuando su condición económica lo permita. No obstante, es evidente que las urbanizaciones cerradas solo podrán dar respuesta a la demanda de vivienda de un reducido sector de la población maturinés, aquella que se encuentre en mejores condiciones económicas, lo que hace del tema de la vivienda una tarea que se mantiene en espera de una respuesta por el estado.
Desde esta perspectiva, el establecimiento de las urbanizaciones cerradas en la ciudad de Maturín ha generado cambios sustanciales en su estructura espacial, siendo parte fundamental del crecimiento urbano como señalan el 78.5% de los entrevistados (ver tabla 9). Estos se debe a que las urbanizaciones cerradas han venido condicionando el crecimiento urbano de la ciudad en el uso residencial, ya que cada día vienen construyéndose más conjuntos residenciales, lo cual se constituye en más extensión territorial ocupada en la ciudad. Es decir, que las urbanizaciones cerradas representan una extensión territorial ocupada de más de 1 020 hectáreas (10,2km2) del territorio maturinés en la actualidad.
Es de resaltar, que cada urbanización cerrada en Maturín alberga entre 80 y 120 unidades habitacionales por conjunto residencial, es decir, que multiplicándola por las 51 urbanizaciones cerradas tomadas como referencia para el presente estudio, existe un aproximado de 6 000 viviendas construidas mediante estas urbanizaciones cerradas. Si a este total se le suman las que están en proceso de construcción, su número alcanza un aproximado de 8 000 unidades habitacionales. En dichas urbanizaciones cerradas las viviendas tienen una dimensión de 70 m2 y 120 m2, construidas en parcelas de 180 m2 y 300 m2 de extensión territorial. Lo que denota la extensión territorial ocupada del suelo Maturinés por parte de estos conjuntos residenciales, aunque tal como se señalara en párrafos anteriores su efecto es mucho más importante por las modificaciones que introduce en el funcionamiento del espacio urbano y en el fraccionamiento socioterritorial de la sociedad municipal y urbana.
De esta manera, la localización de las urbanizaciones cerradas tienen su influencia en el crecimiento espacial de la ciudad más en el sentido Norte – Oeste que Sur – Este, dado que se han venido construyendo más conjuntos residenciales en el primer sentido y, por ende, la dirección donde más se refleja la incidencia de las urbanizaciones cerradas en el proceso de expansión urbana de la ciudad.
Por último, debido que en las urbanizaciones cerradas impera la planificación se establecen internamente mejores condiciones de vida para beneficio de sus habitantes, producto de la organización de los servicios básicos que establecen sus promotores (ver tabla 10). Sin embargo, desde el punto de vista de la ubicación geográfica de estos conjuntos residenciales ejercen un gran impacto ambiental en la ciudad de Maturín, dado que las mismas se encuentran asentadas en áreas cercanas a riachuelos, caños, quebradas, entre otras corrientes fluviales, donde el desagüe constante de aguas negras provenientes de estas áreas residenciales se constituye en fuentes de contaminación de estos ambientes naturales. Es de resaltar, que los inversionistas inmobiliarios en aras de tener menos gastos en la construcción de esto conjuntos residenciales, los vienen construyendo en sitios estratégicos de la ciudad como son las fuentes naturales hídricas, donde van a caer todos los desechos que desde los conjuntos residenciales se generan, (análisis de suma importancia en aras del desarrollo integral del municipio, que puede ser desarrollado con mayor profundidad mediante otra investigación, dado que escapa a los objetivos del presente estudio).
Así mismo, es necesario destacar el excesivo consumo de agua (normalmente escaso en muchos sectores o barrios abiertos de Maturín), para el cuidado de jardines o el disfrute de multitud de piscinas particulares, cuando no para el mantenimiento de instalaciones deportivas tan elitistas como los campos de golf.
En resumen, el proceso de las urbanizaciones cerradas en Maturín ha estado asociado a la dinámica urbana que ha caracterizado a la entidad desde el punto de vista político, económico, social y cultural, como consecuencia del desarrollo de las actividades económicas – productivas referido al área petrolera y de servicios en la cual ha estado inmersa la entidad, sobre todo desde mediados del siglo XX hasta la actualidad. Por ende, los factores que han permitido la consolidación del mercado de la vivienda en Maturín a través de la construcción de urbanizaciones cerradas han sido múltiples y complejos, relacionado a diferentes causas que son propias de la dinámica urbana de Maturín. En este sentido, dichas urbanizaciones cerradas han tenido diferentes consecuencias desde el punto de vista socio económico y espacial en Maturín, siendo parte fundamental de la expansión urbana que caracteriza a la ciudad hoy en día, la cual es necesario tomar en consideración a efecto de establecer políticas y estrategias de organización y ordenamiento territorial en función de los potencialidades económicas y naturales del municipio.
Conclusiones
El estudio de los procesos asociados a la dinámica urbana que experimenta el municipio de Maturín, en particular, relacionado con el efecto de la construcción de urbanizaciones cerradas. Principalmente a partir de las últimas décadas del siglo XX y hasta el presente, permiten arribar a las conclusiones siguientes:
Las urbanizaciones cerradas son parte fundamental del proceso de urbanización que caracteriza al municipio y ciudad de Maturín, en la medida que contribuyen a la expansión urbana de la ciudad capital. El fenómeno de las urbanizaciones cerradas no es exclusivo de Maturín, sino que es un proceso que se da a nivel mundial y, en este sentido, forma parte del proceso de inserción de Maturín al capitalismo global.
El proceso de urbanización y privatización del sector residencial en Maturín, dado a través del establecimiento de las urbanizaciones cerradas, es consecuencia de la dinámica del modelo de capitalismo periférico dependiente que caracteriza a la ciudad, al municipio y a toda Venezuela.
La construcción y expansión de esta modalidad de urbanización ha estado asociado a la dinámica histórica reciente registrada por estos territorios desde el punto de vista político, económico, social y cultural, y que han promovido y sustentado el mercado inmobiliario en el acontecer económico y financiero del municipio y la ciudad de Maturín.
Las urbanizaciones cerradas producen segregación y fragmentación espacial en el territorio de Maturín, lo que trae como consecuencia una organización territorial desigual, es decir, sectores cerrados privilegiados que cuentan con todos los servicios públicos básicos y sectores abiertos que se encuentran en paupérrimas condiciones sociales. Sus efectos desde el punto de vista ambiental, social y funcional en la ciudad superan a los producidos por la expansión del espacio construido.
La distribución geográfica de las urbanizaciones cerradas en Maturín se ha desarrollado con un enfoque local, es decir, con una concentración en determinadas zonas de la ciudad, lo que ha promovido un crecimiento espacial urbano diferenciado.
El efecto de las urbanizaciones cerradas es mucho más importante por las modificaciones que introduce en el funcionamiento del espacio urbano y en el fraccionamiento socioterritorial de la sociedad municipal y urbana, que por el proceso mismo de expansión urbana de Maturín.
La inseguridad social se ha constituido en el principal factor que ha legitimado el proceso de aparición y consolidación del mercado de la vivienda en Maturín, representado por la construcción de urbanizaciones cerradas.
La desinversión estatal en el área residencial desde las últimas décadas del siglo XX, unido a la elevada tasa de crecimiento de población sustentado en un flujo migratorio creciente, en un contexto de desarrollo capitalista neoliberal, conllevaron al déficit habitacional que presenta Maturín en la actualidad, el cual ha sido aprovechado por los inversionistas privados para generar ganancia a través de la construcción de urbanizaciones cerradas.
Las urbanizaciones cerradas no representan la solución del problema habitacional que presenta Maturín, en la medida que dichas construcciones residenciales siempre estarán regidas por el principio económico del sistema capitalista que implica generación y acumulación de capital en pocas manos. Este tipo de construcciones se orientan a un reducido sector de la sociedad maturinés con posibilidades económicas para su adquisición. No obstante, para estos sectores de la población representa una solución rápida y viable para adquirir vivienda en estas urbanizaciones.
Los precios de la vivienda dentro del mercado inmobiliario en Maturín son elevados, debido que el precio de la mercancía vivienda no solo es consecuencia de la dinámica socio económica presente en la ciudad, sino también de los intereses económicos especulativos de los distintos entes que intervienen en las diferentes fases que implica la construcción de una urbanización cerrada, tales como los constructores, promotores, financistas, entre otros. Por ende, adquirir vivienda en una urbanización cerrada en Maturín, implica una inversión sumamente cuantiosa.
Recomendaciones
Toda investigación implica su aplicación en la realidad concreta. En este caso los resultados alcanzados si bien muestran la realidad asociada al fenómeno de las urbanizaciones cerradas y sus consecuencias en la dinámica socioterritorial de la entidad, aspectos a considerar en todo ordenamiento urbano, representan un amplio campo en el cual debe continuar profundizándose. Es por ello que como recomendaciones se propone:
Los entes gubernamentales como la Alcaldía de Maturín, el Ministerio del Poder Popular para el Ambiente y el Ministerio del Poder Popular para la Infraestructura, deben tener mayor control a la hora de otorgar los permisos para la construcción de urbanizaciones cerradas. En la medida que se eviten construcciones en lugares no aptos para asentamientos residenciales, construcciones con materiales no adecuados, sobre precio hacia los compradores, retardo en las construcciones, entre otras anomalías que en definitiva afectan al usuario final, se logrará un proceso más eficiente en el planeamiento urbano.
La Alcaldía de Maturín debe tener mayor control del proceso de expansión urbana que caracteriza a la ciudad, a través de un programa de ordenamiento territorial, donde se valoren las áreas aptas para asentamientos residenciales en función de las potencialidades naturales del municipio.
El Ministerio del Poder Popular para el Ambiente debe supervisar en periodos sucesivos el estado de las plantas de tratamiento de las urbanizaciones cerradas, en aras de minimizar el impacto ambiental producto del desagüe de aguas negras provenientes de éstas en caños, riachuelos o quebradas cercanas al lugar donde están ubicadas.
El Estado venezolano debe invertir más en el área residencial, con la finalidad de mitigar la problemática del déficit habitacional, frenando la influencia social, funcional y ambiental que ejercen las urbanizaciones cerradas en la sociedad maturinés.
El trabajo conjunto entre la inversión pública y privada facilitaría solventar con mayor eficacia el problema habitacional presente en Maturín, en la medida que bajarían los costos de las viviendas y se frenaría la especulación en el sector inmobiliario.
La alcaldía de Maturín debe evitar el proceso de segregación y fragmentación espacial que se presenta en la ciudad con el fenómeno de las urbanizaciones cerradas, a efecto de poder ejecutar con eficiencia las políticas gubernamentales establecidas en el marco del Proyecto Político Simón Bolivar.
La alcaldía de Maturín debe evitar que sean los promotores inmobiliarios quienes continúen direccionando la expansión urbana que caracteriza a la ciudad a través de asentamientos residenciales.
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