- Teorías Fisiologistas o Biologistas: Identifican a la inteligencia como una superación de los procesos captativos de los animales superiores. Es el cerebro capaz de registrar y coordinar los datos sensoriales. La inteligencia se explica por la riqueza asociativa del cerebro.
- Teorías Aptitudinales y Operativas: Son todas aquellas que sin entrar en la esencia de la capacidad intelectual ni del hombre, hacen de la inteligencia una facultad para elaborar productos abstractos a los que denominan habilidades mentales. (A. Bidet, M.L. Terman, A.Genelli, J. Piaget.)
- Teoría Creativista: Fue J. P: Guilford en el año 1950 publicó un ensayo con el título "Creatividad" En él , entendía la inteligencia como la capacidad de enfrentar la creatividad con la realidad.
La inteligencia está asociada no solamente al número de neuronas, sino también y sobre todo al número al número de conexiones entre ellas (sinapsis). Los lóbulos frontales no tienen el mismo papel: el lóbulo frontal izquierdo participa en el lenguaje, las matemáticas, el sentido crítico y el pensamiento lógico; el lóbulo frontal derecho interviene más en la percepción del espacio; la imaginación, las artes, la creatividad y el pensamiento inductivo. Los dos están interconectados: así un niño que tiene dificultades para leer (lóbulo frontal izquierdo) podrá progresar en la lectura si se le hace trabajar su imaginación (lóbulo frontal derecho).
La inteligencia puede ser medida a través de test, en la actualidad existen innumerables test de inteligencia para medir la capacidad intelectual. Hay pruebas generales y otras específicas que intentan desentrañar las habilidades lingüísticas, espacio- temporales o numéricas de una persona. Sin embargo, a pesar de la abundancia de test, es muy difícil encontrar pruebas imparciales que midan la inteligencia sin "tendenciosidad cultural".
El primero en elaborar un test científico de inteligencia fue A. Bidet, que en 1905 trató de medir la inteligencia por su capacidad de resolver cuestiones o problemas. El fue quien habló del concepto de madurez mental, estableciendo la relación entre capacidad de instrucción y edad cronológica.
D. y Weschler a partir del concepto de cociente mental elaboró una escala de medición de inteligencia.
Los test de inteligencia establecen su puntuación a partir de un promedio considerado normal, al que se le da el valor 100. Se ha determinado que el 70% de la población tiene un cociente intelectual (CI) de 85 a 115. Por debajo de un CI de 70se considera un nivel intelectual muy deficiente, mientras que por encima de los 130 se trata de un nivel intelectual muy superior.
Con todo, los valores CI deben tomarse como una mera indicación.
La inteligencia no es una capacidad aislada de la mente humana, sino que se integra en otras facultades nobles del sistema nervioso. Por ejemplo la creatividad (pensamiento original) es un don soberbio no siempre ligado a la inteligencia.
Tanto la herencia como el medio ambiente configuran la capacidad intelectual del ser humano. Ambas circunstancias son esenciales y deben ser favorables para que una determinada persona pueda desarrollar su potencial intelectual al máximo.
El ser humano nace inteligente y se hace más inteligente con el paso de los años. El desarrollo de la inteligencia no se detiene en la infancia o en la juventud sino que sigue creciendo o evolucionando a lo largo de toda la vida, siempre que las estructuras nerviosas y cerebrales se mantengan sanas y en "alegre" actividad.
3. Inteligencia Emocional:
3.1. Concepto de Inteligencia Emocional.
La inteligencia emocional es un término que fue introducido por primera vez en 1990 por Peter Salovey y Jhon Mayer, Pero no fue sino hasta 1995 que este termino fue difundido por el mundo gracias a los aportes de Daniel Goleman.
El término Inteligencia Emocional hace referencia a la capacidad o facultad humana que le permite al hombre reconocer sus sentimientos y emociones y a la vez emplearlas de manera productiva haciendo uso de destreza, actitudes y habilidades, las mismas que determinan su conducta y le permite establecer buenas relaciones con su entorno hacer un correcto uso de sus emociones.
3.2. Componentes de la Inteligencia Emocional:
Los Componentes de la inteligencia emocional son los siguientes:
- Autoconciencia: Tener profundo entendimiento de nuestras emociones, fortalezas, debilidades, necesidades e impulsos.
- Autorregulación: Nos permite regular nuestros sentimientos y canalizarlos de manera útil.
- Motivación: Son impulsos que nos permiten alcanzar logros por encima de las expectativas propias y de los demás.
- Empatía: Tener en cuenta los sentimientos de los demás en la toma de nuestras decisiones.
- Habilidad Social: Se basa en la amistad con el primer propósito de conducir a las personas hacia la dirección que desee.
3.3. Educación de las Emociones.
El planteo de D. Goleman, un típico producto de la psicología norteamericana, propone a la inteligencia emocional como un importante factor de 'éxito', y básicamente consiste en la capacidad – aprensible- para conocer, controlar e inducir emociones y estados de ánimo, tanto en uno mismo como en los demás.
Es así que Goleman no propone solamente una teoría, sino también una manera de aplicarla en la práctica para alcanzar ese 'éxito' que siempre hemos anhelado. A continuación, intentaremos explicar su punto de vista, que no deja de tener sus aristas interesantes.
Ser inteligente no alcanza. Señala Goleman que la inteligencia, como la entendemos habitualmente, no alcanza para triunfar en la vida. Al respecto, se apoya en la opinión de otros muchos colegas suyos para quienes la inteligencia representa solamente el 20% de los factores que determinan el éxito, mientras que el 80% restante depende de otros varios factores, entre los cuales está la llamada 'inteligencia emocional'.
Podríamos caracterizar la inteligencia emocional como la capacidad para conocer y controlar las emociones propias y ajenas, con el fin de obtener determinados fines.
Las principales cualidades de la inteligencia emocional son cinco la posibilidad del sujeto de poder conocer las emociones propias. La teoría de Goleman no propone sofocar o eliminar las emociones, sino de controlarlas:.
1. Conciencia de uno mismo.- Es la capacidad de reconocer los propios sentimientos, emociones o estados de ánimo.
Sabemos que las emociones tienen diversos grados de intensidad: algunas son lo suficientemente intensas como para poder percatarnos de ellas en forma conciente, pero otras están por debajo del umbral de percepción conciente.
Por ejemplo, si a una persona que teme a las serpientes le mostramos una fotografía de uno de estos reptiles, probablemente la persona afirmará no tener miedo, pero los sensores que hemos colocado en su piel detectarán transpiración (signo de ansiedad).
Desarrollar esta primera cualidad implicará la posibilidad de poder modificar este umbral que separa las emociones concientes de las no concientes, haciendo que éstas últimas puedan ser percibidas. Para Goleman, mediante un esfuerzo deliberado podemos hacernos más concientes de nuestras reacciones viscerales y, con ello, de nuestras emociones antes imperceptibles.
Después de una discusión violenta, luego de un tiempo una persona puede sentir concientemente que ya se tranquilizó, pero sin embargo los efectos de la discusión continúan, y es posible que esta persona no se de cuenta que está nerviosa o irritable. De hecho, cuando se lo hacen notar se sorprenderá.
La importancia de conocer nuestras emociones reside en el hecho de que a partir de allí podemos controlarlas, pudiendo modificar los estados de ánimo desfavorables. Las emociones no concientes suelen, en efecto, traicionarnos, y si estamos bajo su influjo sin ejercer sobre ellas un cierto control, podremos fracasar en una entrevista laboral o en cualquier otra situación que represente un escalón hacia el éxito. Las tres cualidades siguientes se refieren, precisamente, a la posibilidad de controlar los estados de ánimo.
2. Equilibrio anímico.- Goleman llama así a la capacidad de control del mal humor para evitar sus efectos perjudiciales, entendidos estos en términos de conductas indeseables.
El ejemplo típico es la ira, uno de las emociones más difíciles de controlar. Si otro coche se interpone de repente en nuestro camino, nuestra ira hará que comencemos a manejar de manera imprudente (conducta indeseable).
En este momento podremos recurrir a nuestra inteligencia emocional, y, más concretamente, a varios recursos para controlar la ira. Goleman cita por lo menos cuatro de ellos: a) Reconsideración: lo que implica interpretar la situación de una manera más positiva. Pensar, por ejemplo, que el conductor que se interpuso en nuestro camino estaba apurado porque debía atender una emergencia. b) Aislamiento: alejarse de la situación y estar unos momentos a solas, con el fin de obtener serenidad. c) Distracción: hacer otra cosa, como por ejemplo salir a dar un paseo a pie. d) Técnicas de relajación como la respiración profunda o la meditación también ayudan. La respiración profunda no debe ser confundida con respirar pausadamente cuando se experimenta la cólera, ya que parece haberse constatado que este es uno de los peores remedios, por cuanto la oxigenación estimula el sistema nervioso y empeora el mal humor.
Estos recursos son también útiles en otros casos de sentimientos y emociones igualmente indeseables, como la ansiedad o la depresión.
3. Motivación.- Es la capacidad para autoinducirse emociones y estados de ánimo positivos, como la confianza, el entusiasmo y el optimismo. En una investigación realizada en EEUU, se comparó el rendimiento de dos grupos distintos de vendedores: el primer grupo estaba constituído por vendedores aptos pero pesimistas, y el segundo grupo por vendedores que no pasaron la prueba de aptitud, pero sí la de optimismo. Resultado: los vendedores optimistas vendieron más que los pesimistas, por cuanto estos últimos tendían a interpretar la negativa del cliente como prueba de su fracaso. Los optimistas, en cambio, se motivaban pensando "estoy errando la estrategia" o "el cliente estaba de mal humor", es decir, atrubían su fracaso a la situación, pero no a ellos mismos, con lo cual podían motivarse para hacer nuevos intentos.
Señala Goleman que la predisposición al optimismo o al pesimismo puede ser innata, pero la práctica puede revertir esta situación si la persona es capaz de detectar el pensamiento derrotista y reconsiderar el problema desde un ángulo menos sombrío.
Advirtamos, entonces, la diferencia entre esta cualidad y la anterior: en el equilibrio anímico el problema que debe resolverse es una emoción intensa, como la ira, mientras que en la motivación debe resolverse el problema de un sentimiento de pesimismo y autodesconfianza. En ambos casos se impone un control del estado de ánimo correspondiente.
4. Control de los impulsos.- Goleman define esta cualidad de la inteligencia emocional como la capacidad de aplazar la satisfacción de un deseo en aras de un objetivo. En términos psicoanalíticos, de lo que se trata es que el aparato psíquico pueda funcionar bajo el régimen del principio de realidad a través del aplazamiento de la descarga.
En una investigación iniciada en EEUU en los años '60, se les dijo a un grupo de niños que podían ya mismo tomar un chocolate, o bien, que podían tomar dos si esperaban a que el investigador volviese de hacer un mandado.
Años después, se constató que los niños que pudieron esperar para comerse dos chocolates conservaban la capacidad de postergar el placer en interés de sus metas, y eran además más desenvueltos, seguros de sí mismos y más tolerantes a las decepciones. Los niños que no pudieron esperar demostraron ser, en la adolescencia, más caprichosos, indecisos y propensos al estrés, atributos estos que difícilmente podrían asociarse con el éxito.
5. Sociabilidad.- Si las cuatro cualidades anteriores tienen relación con el conocimiento y el control de las propias emociones, la sociabilidad tiene que ver en cambio con el conocimiento y control de las emociones y estados de ánimo de los demás.
En este punto, Goleman nos dice que cuanto más hábiles seamos para interpretar las señales emocionales de los demás (muchas veces sutiles, casi imperceptibles), mejor controlaremos las que nosotros mismos transmitimos.
El concepto de Goleman es similar al de inteligencia social en la teoría de Weschler, en la medida en que apunta a una capacidad para entablar vínculos con los demás que de una u otra manera puedan beneficiar al sujeto.
Es así que un profesional puede tener grandes conocimientos sobre su materia y un alto coeficiente intelectual, pero si no sabe relacionarse con los demás, tener amigos o 'relacionarse', como se dice entre nosotros, sus posibilidades de éxito se verán muy disminuidas. Por lo tanto, deberemos relativizar aquello de que "el conocimiento es poder", siempre y cuando lo entendamos como simple conocimiento teórico y no como una saber acerca de las emociones de los demás. Un ejemplo nos viene a la memoria: hace varios años, el periodista B. Neustadt le hacía un reportaje a un sujeto que comenzó a ponerse violento. Para controlar la situación, el periodista le preguntó ¿es usted agresivo?. Para preservar su buena imagen, el hombre se vio obligado a contestar que no, y de ahí en más se calmó para evitar una disonancia cognitiva entre sus asertos y sus emociones.
CAPÍTULO II: LA IRA
1. Concepto de IRA.
Ira: Enfado muy violento, en el que se pierde el dominio sobre sí mismo y se cometen violencias de palabras o de obra.
2. Anatomía de la ira.
La cólera o ira es una reacción repentina de tipo violento-agresivo. El acceso de cólera produce trastornos neurovegetativos que pueden manifestarse en forma de sudor, palidez, o por el contrario, enrojecimiento del rostro, temblores, gestos desproporcionados con gritos y violencias, sentimientos apasionados de odio que disminuyen momentáneamente el raciocinio. Por lo general, la persona iracunda sufre una contracción del rostro, acompañada de una mímica que manifiesta estupor y rabia a la vez. Cuando habla aumenta el tono de la voz, esta conducta emocional -más comúnmente- va acompañada de una tendencia exagerada a la gesticulación.
La agresividad propia de la cólera puede ir dirigida contra la causa de la contrariedad y suele terminar cuando se genera una respuesta violenta ante el estímulo que la provocó. Pero puede también, y con frecuencia, hallar otro objeto (cosa o persona) desviando su atención hacia él a fin de no enfrentarse con la causa verdadera. Es conocido el hecho de la persona, pusilánime en su entorno social, que descarga su cólera al llegar a casa.
La cólera, la ira, la indignación y el comportamiento agresivo son reacciones de luchas fundamentales e instintivas cuando nos amenaza algún peligro. El psicólogo Raymond W. Novaco distingue entre cuatro clases esenciales de provocación que pueden desencadenar nuestra indignación:
· Frustraciones: una mala nota, un plantón.
· Sucesos irritantes: una llave perdida, el ruido en el jardín de los vecinos.
· Provocaciones verbales y no verbales: la sarcástica observación del jefe, el coche que nos adelanta por la derecha en la autopista.
· La falta de corrección y la injusticia: una crítica fuera de lugar, el aumento de los impuestos desproporcionado desde el punto de vista social.
La ira está muy relacionada con los fracasos, frustraciones y conflictos del hombre. Hay quienes opinan que la ira, al igual que otras emociones, es innata y congénita, pero estudios más recientes apuntan hacia el hecho de que lo único innato y congénito es la respuesta de los individuos ante las situaciones desagradables que, a través de procesos de maduración y de aprendizaje, se van haciendo diferentes en cada persona.
3. La ira es un código
Pocas veces se presenta la ira en primer término, y sin causa. Con frecuencia los seres humanos transformamos en ira nuestros sentimientos primarios de preocupación, culpa, decepción, rechazo, injusticia, choque, incertidumbre o confusión.
La ira puede llegar después del TEMOR (por ejemplo, de que un hijo se lastime).
La ira también puede llegar desde la FRUSTRACIÓN (intentamos infructuosamente llevar adelante una tarea, porque un obstáculo se nos interpone en forma permanente).
Si nos sentirnos CELOSOS -y por lo tanto AMENZADOS- podemos disfrazar nuestras reacciones primarias con sarcasmo, y -por ejemplo- sentir el impulso de agredir verbalmente a nuestro cónyuge.
Incluso la FATIGA puede transformarse instantáneamente en hostilidad. También la TURBACIÓN puede desatar la ira, y la HUMILLACIÓN transformarse en furia.
El saber que la ira generalmente cubre una emoción anterior nos ayuda a manejarla con más eficiencia. El verla como un código la hace menos amenazante. Cuando uno desconoce este hecho, es proclive a responder en forma directa, echando leña al fuego con la negación, la represión o la manifestación crónica y sin límites.
No es necesario comentar demasiado los efectos nocivos de esta emoción, que nos perjudica tanto en nuestra vida familiar, académica, social y laboral.
Ha dicho de ella el filósofo Denis Diderot: 'La cólera perjudica el sosiego de la vida y la salud del cuerpo, ofusca el juicio y ciega la razón'
4. Descifrando el código de la Ira
La ira puede llegar después del temor (por ejemplo, de que un niño se lastime). La ira también puede llegar desde la frustración (uno intenta un poco infructuosamente llevar adelante una tarea, y nuestro hijo de seis años nos complica el trabajo sacando cosas de lugar). De pronto, gritamos sin la menor consideración: ‘¡Fuera de aquí! ¡Ya estoy harto de ti!.
Nuestra frustración se transformó en ira, y ésta cayó sobre su hijo.
Al sentirnos AMENZADOS y CELOSOS, disfrazamos nuestras reacciones primarias con sarcasmo, y abofeteamos verbalmente a nuestro cónyuge.
Volver a la casa exhausto y encontrar a los niños ‘haciendo lío’. Entonces gritamos, la FATIGA se ha transformado instantáneamente en hostilidad.
Robertito no permite tener una reunión tranquila con unas visitas, y la turbación de la madre va en aumento. Por último, e incapaz de tolerar más, le dice secamente:
-¡Vete a tu cuarto, y quédate allí hasta que puedas comportarte como un caballero!
-¡No voy nada!- retruca el muchacho.
La TURBACIÓN se hizo ira, y la HUMILLACIÓN se transformó en furia.
Con frecuencia los seres humanos transformamos en ira nuestros sentimientos primarios de preocupación, culpa, decepción, rechazo, injusticia, choque, incertidumbre o confusión.
POCAS VECES SE PRESENTA LA IRA EN PRIMER TÉRMINO, Y SIN CAUSA.
CAPÍTULO III: LA CULPA
- Definición: Es la responsabilidad de una acción o un suceso relativo a una falta más o menos grave, cometido a sabiendas o voluntariamente.
La culpa va acompañado de un sentimiento de pesar que proviene de haber reflexionado
Sobre lo hecho, esto es, el peso del arrepentimiento que gravita sobre nosotros.
El sentimiento de culpa provoca en la persona angustia, y no a la inversa como a primera vista puede parecer. Surge ante la impotencia de deshacer lo ya hecho. Es el "esto ya no tiene remedio", la imposibilidad de la reparación es lo que ocasiona la angustia.
Haber hecho algo que el sujeto cree no tener remedio va preocupándolo y ese sentimiento de culpa se vive como una preocupación.
El sentimiento de culpa in fluye en el tiempo y su efecto fundamental es la lentificación del mismo. El tiempo transcurre lentamente porque tener una preocupación constante sobre ello mismo pensamiento hace que nuestro vivir sea una monotonía que nos aplasta. Pero no es solo el presente lo que enlentece, a veces se hace muy lento el pasado también; lo que preocupa enérgicamente es la atención que se da al pasado "si hubiera hecho esto en vez de eso, creo que habría sido mejor…"
La falta de decisión por miedo a equivocarse nuevamente produce inseguridad.
Podríamos decir que a través de este sentimiento el sujeto toma conciencia de la importancia de la acción y que ocasionará tal o cual efecto y adquiere una visión más exacta de su propia situación.
¿Es racional el sentimiento de culpa?
El estado de ánimo, cuando está en relación directa o indirecta con la culpa, hace que el sujeto se encuentre desamparado en su mundo, en su realidad y desvinculado de los demás ante lo que siente la culpa. El hombre es un ser racional que también puede generar pensamientos irracionales, irreales que forma parte básica del sentimiento de culpa.
Esto es estudiado desde la realidad ya que el sujeto no le interesa acercarse a esa realidad que le perjudica, que le va arañar en lo más íntimo de su personalidad; para defenderse la distorsiona y crea fantasías (irrealidades).
- Estructura psicológica de la culpa:
Realmente son dos los elementos básicos, íntimamente relacionados:
- el sujeto (vivenciador de la culpa) y
- el objeto (materia, persona, asunto sobre el que versa la culpa)
- Relación Objetal.
En el desarrollo de culpa estos dos factores, sujeto y objeto, tienen la relación de cómo "la persona A" (sujeto) siente, percibe, vivencia la otra parte "la persona B" (objeto).
Ejemplo:
Observemos la diferencia de relación entre una secretaria y su jefe, pero la relación objetal es la que se establece entre la secretaria (sujeto) y cómo vivencia a su jefe (objeto).
La mala relación entre su secretaria y su jefe ante un trabajo de última hora, hace que la secretaria entre a la mañana siguiente despotricando. Alude a él ante los otros compañeros como egoísta, con una considerable falta de sensibilidad hacia sus subordinados, por supuesto que el jefe no tenía la menor idea y pensaba que la secretaria había aceptado el trabajo de buen agrado. ¿Qué ocurre? Que la secretaria se siente culpable por haber desacreditado a su jefe en presencia de otros, se arrepiente de haberlo hecho.
Vemos aquí una doble relación que va a producir comportamientos diferentes:
- Los de la secretaria a su jefe (con sentimiento de culpa incluido)
- Los del jefe hacia su secretaria (al conocer el desprestigio producido por ella sobre su persona)
4) El objeto de la culpa.
El objeto de culpa es la transgresión de un valor por medio de nuestra conducta, de nuestros actos; puede ser muy variado y tiene que ser interpretado dentro del contexto en que la mala acción se llevó a cabo. Es esta la única forma en que se puede explicar porqué se ejecutó esta mala acción y porqué se originó, después de ella, el sentimiento de culpa.
Ya sabemos que la culpa es de alguien que está en una situación que tiene que atenerse a unas normas, a unas reglas y si las infringe, ello generará el sentimiento de culpa correspondiente.
A veces, si una mala acción no sólo es cometida por una persona, sino también por otros cercanos a ella, cuando es llevada entre varios es menos la culpa, esto viene del principio de la responsabilidad diluida.
5) Efectos de la acción culpable.
Los efectos de la acción culpable dependen de lo que los otros saben con respecto a ella, veremos tres tipos en el grado de conocimiento de la culpa del individuo y cómo se comporta el "culpable" en cada uno de ellos para salvaguardarse de su acción culpable.
-La culpa no vista
-La culpa sospechada
-La culpa vista
5.1 La culpa nos visita.
Los efectos de ésta aparecen para la propia persona que realiza el acto. Para él, su objeto fundamental es que los demás no perciban su culpabilidad.
Esta alteración que viene provocada por el tener la culpa en secreto ocasiona aguda crisis.
La culpa entonces se nos plantea con una doble vertiente según e conflicto que soporta la tensión la persona:
-La culpa se convierte en un factor que intenta expresarse para lograr su propia reparación.
-Hay que reprimir la culpa, que es lo que de modo consciente o inconsciente intenta la persona.
La preocupación que siente la persona por reprimir la expresión de su culpa le impide desarrollarse en otros campos o en otras facetas de su vida.
El culpable vive abstraído y distraído respecto del resto de sus obligaciones, pero tiene que seguir viviendo como si su culpa no existiese. La pérdida de unidad de la persona (disociación) va gastando al culpable, siendo fácil de ver cómo se resuelve este conflicto en la mayor parte de las ocasiones en psicosis o suicidio, siendo así para todas las que la conocen en su modo de comportarse, expresarse, resulta sorprendente incomprensible.
¿Cómo afecta la culpa íntima?
El secreto es el que más altera el equilibrio de la persona y el que con más probabilidad lleva a la autodestrucción en cualquiera de sus formas, no sólo al suicidio. El propio secreto es el que hace aumentar la preocupación convirtiéndose así en una carga insostenible.
Si expresamos nuestro arrepentimiento, previamente a decir la culpa, estamos haciendo que el otro, una vez oídos nuestros reproches no se sienta capaz de recriminarnos ni nos retire su afecto o cariño.
5.2 La culpa sospechada.
Aquí lo que preocupa es ¿Hasta dónde saben los otros de mi culpa? Cualquier cosa que los otros hagan va a estar siendo estudiada por la persona culpable, que tendrá en cuenta de los demás fundamentalmente:
-Las palabras
-Gestos
-Silencios
-Miradas
Ahora ante esto va a tener que:
*Defenderse intentando aparecer no culpable.
*Defenderse frente a los intentos de los demás, que le quieren aparecer como culpable.
A partir de aquí el individuo pone en marcha su mecanismo de defensa para evitar que la culpa aflore de forma intempestiva y ocasione unas consecuencias que teme.
La negación es la forma más simple y elemental de defensa. En el caso del culpable el olvido es necesario y lo que hay que pretender de modo consciente es poder olvidar. No solo olvida el culpable sino que si se va dejando pasar el tiempo este hace que los demás se olviden igualmente de lo ocurrido, como en el caso que se dice "si me olvido yo de ello, con más motivo se olvidarán los demás.
5.3. El aislamiento como protección.
La soledad que el aislamiento proporciona acomoda a la persona culpable a estar consigo mismo, así se trata de proteger de las posibles alusiones, comentarios, recuerdos del momento en que la persona fue culpable.
Hace su vida por si misma al margen de cualquier comunicación y contado con los demás de esto resulta muy penoso para la persona que se siente culpable: que su conciencia del mundo, su contando con los demás se va limitando, cerrándose en si misma de tal forma que, a la larga estará temiblemente sola, incomunicado y aislado de todo lo que le rodea.
5.4 Consecuencias de la culpa vista.
Pierde su identidad su personalidad o características propias.
- Se bloque por la marginación que a si mismo se ha impuesto al tener conciencia de la irreversibilidad de su acto o actos.
- El fracaso y el tener la conciencia del mismo, nos hace sentirnos incapaces de seguir en el ámbito en el que se ha fracasado.
- El sentimiento de culpa se origina a partir de la decisión del individuo del hacer una cosa, valorada negativamente por el entorno, o no hacer lo que debiera hacer. La persona sabe que ha obrado mal o al menos incorrectamente y sabe, que es lo peor, que los demás también saben.
- El sentimiento de culpa es racional; es decir: lo sienten todos los hombres y constituirá una mayor o menor carga para el sujeto según la escala de valores del propio sujeto infractor.
- Diferenciamos dos angustias vividas por la persona: la que le produce tener que decidir sobre la realización valorado positivamente y otra valorado negativamente. Una vez que decide pasa a la acción y esta se constituye en comportamiento de la persona.
CAPÍTULO IV: LA SERENIDAD-PAZ INTERIOR
1) Definición de serenidad: Es la calma, es la paz interior, también se le llama equilibrio emocional o autodominio en situaciones de peligro ante emociones difíciles (ira, pena, dolor soberbia, etc.). Este valor es el requisito dispensable para la reflexión de nuestros actos; este valor nos lleva a soportar los golpes de la vida, nos conduce a la tolerancia y por ende la justicia con esto se logra una forma especial de tener dominio sobre nosotros mismos.
Es decir, nos ayuda a controlar los impulsos de nuestras carácter, con esto se afronta los contratiempos que hay en la vida diaria; a tener paciencia y comprensión en las relaciones personales.
2) Características de la serenidad:
- La persona serena no se ofusca ni pierde el control de sus actos en situaciones difíciles o enojosas. Sabe muy bien que es precisamente la calma la que permite mirar con claridad y tomar decisiones acertadas.
- La persona serena sabe que una mente ofuscada jamás es dueña del buen juicio y que en esas condiciones no siempre se dice lo que realmente se piensa o se cree, ni se demuestra aquello que de verdad se siente.
- Una persona serena no solamente procura enviar mensajes de calma y tranquilidad sino que cada movimiento de su cuerpo es apacible y sosegado. La serenidad contagia el ambiente de cordialidad, prudencia y tolerancia.
- La persona serena son bondadosas por naturaleza y se hallan dotadas de fuerzas morales para reaccionar contra las tendencias y pasiones violentas e intempestivas.
- La persona serena tienen el sentido de la oportunidad.
3) Comportamiento para lograr la serenidad:
- No hacer declaraciones ni tomar decisiones en medio de olas encrespadas de la vanidad ofendida y de la ira. Porque en esas situaciones la pasión arrastra a las obras, obras que a los cinco minutos somos los primeros en lamentar.
- Mantener la calma ante resultados negativos o situaciones enojosas.
- Mantener el control cuando alguien opina de una manera diferente a la nuestra.
- No ser más hiriente cuando se recibe un mensaje ofensivo.
- Mantener la cordura y ser analítico ante las críticas y llamadas de atención.
4) Realidades que nos impiden lograr la serenidad:
Debemos hacer conciencia de algunas realidades que nos impiden lograr desarrollar este valor con eficacia:
- No podemos abandonar nuestras ocupaciones habituales y escaparnos a algún lugar lejano para meditar con tranquilidad; dejarnos arrastrar por la tristeza: Trabajar con menos intensidad o esperar a que alguien tome nuestro problema en sus manos y lo resuelva.
- Toda dificultad ve más difícil y más grave que las anteriores.
- Nos empeñamos en encontrar la solución casi de manera simultánea al surgimiento del problema, algunas veces se da, pero no siempre. Por lo general toda situación requiere un consejo o un análisis profundo y detenido.
- En estado de tensión, por nuestra mente pasamos y repasamos las mismas palabras, las mismas opciones y los mismos pensamientos sin llegar a nada y aumentar nuestra ansiedad, perdiendo muchas veces tiempo, energía y buen humor.
- La serenidad no se da con el simple deseo, si así fuera, no tendríamos tiempo de sentirnos intranquilos o desesperados. Usualmente reaccionamos y actuamos por impulsos, privando a nuestra inteligencia de la oportunidad de conocer y dilucidar todos los ámbitos del problema.
5) Ideas básicas para generar serenidad:
Hay cuatro ideas básicas para generar la serenidad en nuestro interior:
- Evitar "encerrarse" en sí mismo: Encontramos mejores soluciones cuando buscamos el apoyo y el consejo de aquellas personas que gozan de nuestra confianza ( los padres, un buen amigo, algún director espiritual, un profesor, etc. ) porque sabemos de antemano que su opinión estará siempre de acuerdo a la razón, la verdad y la justicia.
- Concentrarse en una labor o actividad: Parece contradictorio pensar en mantener la atención rodeados de tanta tensión y preocupación, pero es posible salir de este estado encaminando nuestros esfuerzos a realizar nuestras labores con la mayor perfección posible. Lo que necesitamos es liberar nuestra mente, salir del círculo vicioso y estar en condiciones de salir analizar las cosas con calma. No existe mejor distracción que el propio trabajo y la actividad productiva.
- Gozar de la alegría ajena: Normalmente las personas que nos rodean se percatan de nuestro estado de ánimo. ¿Porqué volvernos chocantes y agresivos? Los hijo, el cónyuge, los compañeros de trabajo no tiene la culpa, tampoco son indolentes a nuestro sentir, simplemente intentan hacernos pasar por un momento agradable, no debemos dejarnos, ni rechazar estas pequeñas luces que iluminan nuestro día. Escuchar las anécdotas, sonreír, ayudar a los hijos.
- Cuidarnos físicamente: Parece elemental y obvia esta observación, pero hay personas que se sienten afectadas de tal modo que dejan de comer y dormir por sus preocupaciones. Todos sabemos que las personas se vuelven más irritables ante la falta de alimento y descanso, por lo tanto, este descuido merma nuestra capacidad de análisis y decisión.
Seguramente todos hemos tenido la experiencia de "distraernos del problema" sin darnos cuenta; cuando volvemos a ser conscientes del mismo, no sentimos liberados de la ansiedad y el pesimismo, es entonces cuando podemos pensar y decidir.
La serenidad hace a la persona más dueña de sus emociones, adquiriendo fortaleza no sólo para dominarse, sino para soportar y afrontar la adversidad sin afectar el trato y las relaciones con sus semejantes.
CONCLUSIONES
- Es necesario el conocimiento, dominio y práctica de la inteligencia emocional en la conservación de nuestra salud mental.
- La inteligencia emocional juega un papel importante en el desarrollo de las diferentes áreas cognitivas como por ejemplo la estimulación en la creación de obras literarias.
- La serenidad es un valor indispensable para la sana convivencia, pues implica aprender atolera y pasar por alto las pequeñas ficciones cotidianas.
- la inteligencia emocional nos enseña a dominar y a emplear correctamente nuestras emociones para crear mejores relaciones con la sociedad.
BIBLIOGRAFÍA
- GOLEMAN, DANIEL., 1998 La Inteligencia Emocional. Buenos Aires Argentina
- KLEIN MELANIE, JOAN. , 1982 Emociones Básicas del Hombre
- MORA G, GUILLERMO., 1988 Valores Humanos y Actitudes Positivas.
- Nueva Enciclopedia Didáctica. , Tomo IV. Editorial LEXUS.
- Enciclopedia Larousse Ilustrada. Ediciones Larousse S.A.
INTERNET
- www.encuentra.com/includes/documentos
- www.proyestosalonhogar.com
Dedicatoria: A nuestros padres que con esfuerzo y apoyo nos ayudan a alcanzar nuestros sueños e ideales de ser grandes profesionales para el desarrollo de nuestro país.
Deysi Coronel Zabalbu
UIGV
Facultad: Estomatología
Docente: Rosario Zárate Cardenas
Biografía
Bautizada con el nombre de Deysi Coronel Zabalbu, nacida en Lima Perú en el año 1988, hija de padre Odontólogo y procedente de familia medico-dentistas. Realizó estudios básicos y actualmente estudios superiores en la Universidad Inca Garcilaso de la Vega (Perú).
Perú, Lima-Lima, 20 de Octubre 2007
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