La representación que los jóvenes escolarizados tienen de la Universidad Pública (página 2)
Enviado por Gustavo Racovschik
La cambiante composición social de la Argentina de aquel entonces, el ingreso de hijos de familia de clase media y baja a las universidades nacionales, el efecto del ascenso social, el contexto nacional e internacional serán el fermento de lo que se conocerá como la Reforma Universitaria del ´18, la cual será ni más ni menos que una manifestación de lucha democrática, antioligárquica y anticonservadora llevada adelante por los jóvenes reformistas. Como testimonio del pensamiento de aquellos jóvenes retomamos las palabras de Aníbal Ponce: "Para los jóvenes que entrábamos a la vida entre el horror de la tragedia europea, la guerra fue, como quería Guesde, la gran "liberatriz" en su sentido más amplio. Todo lo que de nosotros quedaba atrás de ella eran adquisiciones pasivas de la infancia, hábitos dóciles de la educación, todo lo que habría de seguirle eran conquistas dolorosas de la adolescencia, asombro y entusiasmo de los tiempos nuevos"[4] .
Con el inicio de un nuevo modelo estructural a mediados de los años ´70, mas precisamente desde el Golpe Militar de 1976, se inaugura un proceso de acumulación basado en la valorización financiera del capital y en el desmonte de las instituciones de bienestar. A partir de entonces comienza un importante deterioro de la ciudadanía democrática, que se explica desde dos factores: la profundización de los cambios regresivos en la estructura social, y el reforzamiento de esa tendencia a través de las políticas neoliberales de ajuste económico y flexibilización laboral con la implantación de un Estado mínimo.
Será en la década del ´90 en donde la apertura de la economía, el ajuste estructural, las privatizaciones y el achicamiento del Estado, y su impacto sobre las tecnologías productivas, que se reflejarán en el mercado de trabajo a través de la agudización de la segmentación, la creciente precarización de las condiciones de trabajo y el alto desempleo, fenómenos que, afectaron fuertemente a los jóvenes. A ello, se suma que los requisitos para ingresar a un empleo son cada vez mayores, para conseguir un empleo mas o menos bien remunerado, los requisitos mínimos son de escolaridad media completa. Sin ningún lugar a dudas, la creciente pobreza en nuestro país repercutió en los niños y niñas y en los y las jóvenes con mayor incidencia que en el resto de la población.
En este marco, con el objeto de adecuar el sistema educativo a las nuevas condiciones "económicas y sociales", léase demandas del mercado, el gobierno nacional impulsó una reforma global del sistema educativo a principios de la década del 90, lo cual se logró a través de la sanción en 1991 de la Ley de Transferencia Educativa, en 1993 con la sanción de la Ley Federal de Educación (Ley 24195) y, finalmente en 1995 con la Ley de Educación Superior (Ley 24521). Vale mencionar que todas estas leyes fueron parte de las "sugerencias" de reforma de los organismos internacionales de crédito, sobre todo del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM). Según lo expresado por José Luis Coraggio "(…) los neoliberales ven a la educación como un servicio-mercancía más, y no como un bien público del cual se beneficia no sólo quien la recibe sino toda la sociedad (…)"[5] .
En lo que a políticas universitarias se refiere, sobre todo en la década del ´90, habrá una tendencia a crear nuevas universidades nacionales, públicas y privadas, nuevas carreras universitarias enfocadas principalmente hacia áreas como la gestión, la administración de empresas, el marketing, entre otras; por otro lado, la creación de un importante número de institutos de educación superior no universitaria, lo que producirá una importante diferenciación en cuanto a las instituciones y carreras que serán elegidas por los jóvenes que acceden a este nivel de enseñanza. Se producirá un fuerte desfinanciamiento hacia las Universidades públicas producto de éstas políticas, lo que traerá aparejado que se produzca un deterioro en las condiciones edilicias y de infraestructura, en los sueldos docentes, en el monto de las becas que se le otorga a los estudiantes, etc., lo que llevará a las Universidades públicas a generar diversas estrategias para lograr autofinanciarse.
A través de la aplicación de las políticas neoliberales en la educación se configurará un nuevo sistema educativo, que tenderá cada vez más a ser desigual, segmentador y excluyente. Pese a la expansión educacional registrada en la Argentina en las últimas décadas, se han profundizado las desigualdades en las posibilidades de los jóvenes de diferentes estratos sociales de lograr acceder a estudios superiores.
En lo que se refiere a la construcción de la subjetividad en los jóvenes, nos parece conveniente situar esta construcción históricamente, dado que entendemos que en cada momento histórico y en cada sector social, los sujetos se desenvuelven en un entorno de conceptos, significaciones, valores, costumbres y formas de comportamiento, por lo cual nos pareció importante el aporte de Mario Margulis, quien asevera que: "la generación, más que a la coincidencia en la época de nacimiento, remite a la historia, al momento histórico en que se ha sido socializado. La generación no es una simple coincidencia en la fecha de nacimiento, sino una verdadera hermandad frente a los estímulos de una época, una simultaneidad en proceso que implica una cadena de acontecimientos de los que se puede dar cuenta en primera persona, como actor directo (…)"[6] .
Históricamente, fueron la familia y la escuela las instituciones que tuvieron preponderancia en los procesos de construcción de subjetividad de los y las jóvenes. Actualmente, la escuela comparte con el mercado y sus medios de comunicación masiva la producción de subjetividades, y dado que la escuela ha disminuido su eficacia simbólica en los procesos de configuración de subjetividad y de socialización de los y las jóvenes, es que éstos adoptan modos de pensar y actitudes distintas a otros momentos históricos. Es decir, si las subjetividades ya no se construyen mayormente en el seno de la familia o en la escuela, las y los jóvenes se apoyan en los medios de comunicación, sobre todo la televisión, para construir esa "identidad" juvenil. Y aquí compartimos la tesis de Rossana Reguillo Cruz, cuando esta sostiene que "los jóvenes aprenden sobre política, sexualidad y otros temas en los medios de comunicación, es decir, la televisión y los medios de comunicación son los mayores socializadores de los jóvenes". Esta autora agrega que "la escuela se erige en fiscal, juez y jurado, pero difícilmente se asume como parte de la problemática de las culturas juveniles y mucho menos como propiciadora de esa problemática por su incapacidad de entender que el ecosistema bidimensional que descansaba centralmente en la alianza familia-escuela ha sido agotado, y que entre una y otra institución hay un conjunto complejo de dispositivos mediadores, entre ellos los medios de comunicación, que posibilitan al joven el acceso simultáneo a distintos mundos posibles"[7].
Dejamos en claro que la intención de los autores del presente trabajo no es comparar a dos generaciones distintas de jóvenes, a la de "ayer" y a la de "hoy", dado que se trata de actores en contextos y sociedades distintas y que por ende, definen sus conflictos de manera diferente, por lo que mas bien nos centraremos en el aspecto sociológico, es decir, mas que comparar generaciones, podríamos decir que haremos una comparación de sociedades en las que conviven generaciones diferentes.
Teniendo en cuenta lo anteriormente expuesto, es que creemos que la representación que los jóvenes escolarizados tienen de la universidad pública ha sido fuertemente afectada y eso lo podremos vislumbrar con mayor claridad cuando hagamos el desarrollo y análisis de las encuestas.
Creemos que el sistema de representaciones que presentan los jóvenes escolarizados puede ser analizado en una relación, significante-significado, relación que correspondería a los aspectos manifiestos y latentes o fantasmáticos (Mastache, 2002)
Las Encuestas
Para sistematizar el trabajo, creímos conveniente hacer un análisis de las respuestas que nos dieron las y los jóvenes y articularlas teóricamente, como así también, otorgarles un sentido a ellas. Las encuestas se realizaron en tres escuelas del Partido de Tigre (zona norte del Conurbano Bonaerense), en una escuela media y en dos escuelas técnicas, todas públicas. Se realizaron 37 encuestas semi-estructuradas entre las tres escuelas. Las mismas se dividen en 16 masculinas y 21 femeninas con edades que van entre los 17 y 21 años.
Las preguntas que se les realizaron a las y los jóvenes fueron:
1) ¿Cuál es la concepción que tenés de la universidad pública hoy en día?
2) ¿Vas a seguir una carrera universitaria? ¿Cuál y por qué?
3) ¿Qué nivel de estudios tienen los integrantes de tu familia?
Como metodología de trabajo, el grupo realizó un relevamiento de todas las respuestas dadas por las y los jóvenes, luego, fueron abordadas de forma individual y debatidas grupalmente para lograr un mejor análisis. Por último, tomándolas en forma conjunta, se realizaron grupalmente diversas hipótesis sobre los significados que estas cobraron para nosotros ante cada interrogante formulado a los jóvenes.
Queremos aclarar a pesar de haberles preguntado a las y los jóvenes sobre si iban a seguir una carrera universitaria, cuál y por qué, luego de debatirlo grupalmente y consultarlo con la Profesora, es que decidimos no tenerla en cuenta a la hora de formular alguna hipótesis al respecto, dado que, por un lado se mostró mucha heterogeneidad en las respuestas y por otro, por que al ser una muestra pequeña, hacer de parte nuestra alguna afirmación y/o aseveración podría conducirnos a realizar una estigmatización de los sectores sociales a los cuales pertenecen los jóvenes escolarizados encuestados.
Las hipótesis que el grupo realizó fueron las siguientes:
I) En general, las encuestas mostraron que las y los jóvenes escolarizados tienen escasa o ninguna información concreta sobre la Universidad, sea esta pública o privada.
"No tengo mucha información de ninguna en particular, pero por lo que dicen, es buena educación, esta muy nivelada con las privadas. Conozco gente que termino en universidades publicas y hoy en día son ingenieros y profesores respetables, con un estudio que se aplica muy bien a un área de estudio" (masculino, 19 años, escuela de sectores medios)
"La verdad es que no tengo muy bien definido una concepción básica. Hoy en día me parecería que esta bien; creo que no es la misma que hace unos años atrás. Sin duda. Pero en general no tengo una visión definida". (Femenino, 18 años, escuela de sectores populares)
"(…) No conozco mucho el manejo de las universidades, o sea, no sé cual es mejor en relación a los estudios, pero por como esta el país creo que es mucho mejor recibirte en una universidad paga". (Femenino, 18 años, escuela de sectores medios)
El que los jóvenes escolarizados tengan escasa o ninguna información concreta sobre la Universidad, sea esta pública o privada, tiene múltiples causas. Más adelante veremos que los jóvenes encuestados mostraron tener una imagen distorsionada de la Universidad (creemos nosotros que por efecto de los medios masivos de comunicación), pero que esta imagen está construida en base a lo que los jóvenes ven y escuchan en la televisión. Debatiendo grupalmente, le atribuimos esta casi nula información que tienen los jóvenes sobre la Universidad a dos motivos: por un lado, a que los jóvenes dejaron entrever en sus respuestas mucho de conformismo, de que viven en un presente conflictivo y de que no hay grandes expectativas y de ilusión de futuro, por lo que para muchos de los jóvenes escolarizados la universidad sólo sería un lugar de "conflictos", un lugar al cual no es tan sencillo acceder y al cual no todos acceden y por lo cual no sería necesario tener mayor información. También suponemos que esta carencia de información tiene que ver con que el entorno del joven (su familia) que tampoco le brinda o posee información sobre la universidad, y esto lo desarrollaremos en el último punto.
Por otro lado, creemos que también en parte, la Universidad como institución es responsable de esto, ya que en los últimos treinta años y sobre todo a partir de la década del ´90 y con Ley de Educación Superior de por medio, la universidad ha perdido en gran parte los lazos que otrora la unían con el resto de la sociedad, sobre todo con los sectores populares, y aquí hacemos mención a lo que significó la extensión universitaria, la cual significaba el compromiso de los intelectuales y los universitarios con los sectores que no accedían a la universidad, sobre todo con los sectores populares y los trabajadores.
Como sostiene Silvia Brusilovsky, "la extensión se asociaba con educación y capacitación popular, con asesoramiento a sectores populares, con el desarrollo de conciencia crítica, con solidaridad y con el estudio de los problemas que afectaban a los sectores urbanos y rurales (…) En el contexto de políticas de Nueva Derecha, la práctica institucional define a la extensión como atención a demandas del mercado y de las empresas productivas o a la puesta en marcha de políticas públicas vinculadas con campos en los que el Estado terceriza servicios (por Ej., políticas sociales focalizadas, capacitación a docentes, etc.). Esta definición política cambia el histórico sentido de la extensión y la transforma en una respuesta a la demanda de servicios y en fuente de ingresos alternativos para la institución"[8].
II) Las y los jóvenes escolarizados encuestados mayormente hicieron referencia a las posibilidades-imposibilidades de acceso-ingreso a la Universidad (uno de los factores es el ingreso restrictivo -por ej. a través del CBC- y el otro es el poder adquisitivo de cada joven y de su familia para solventar los estudios universitarios).
"(…) Esta bien que sea una universidad publica así todos podemos comenzar una carrera. Sin tener que pensar que tenés que pagar una x cantidad de plata porque muchas personas no tienen la plata o no llegan a pagar (…) También el que tiene ganas de estudiar la paga pero no muchos no pueden". (Femenino, 19 años, escuela de sectores medios)
"(…) Pero también esta complicado por el tema del CBC por que hay muchos chicos que no pueden o no tienen tiempo de estar todo el día estudiando y no pueden pasar y cada vez mas chicos se estancan al terminar la secundaria". (Femenino, 18 años, escuela de sectores medios)
A través de la sanción de la LES, las universidades, públicas y privadas, generaron formas restrictivas de ingreso y que no garantizan el acceso en igualdad de condiciones. Hoy día, las universidades poseen un sistema de recepción de los estudiantes ingresantes con características expulsivas que no posibilita la inclusión debido a la existencia de, por ejemplo, clases superpobladas, carencia de docentes necesarios, deficiencias edilicias, cupos mediante exámenes, todo esto enmarcado en las profundas carencias presupuestarias de la que hoy es presa la universidad pública. En este punto tampoco podemos dejar de obviar los condicionantes económicos de los jóvenes y sus familias, que inciden de manera directa en el futuro del joven, ante la posibilidad o no de acceder a estudios superiores.
Estos condicionantes también incidirán negativamente si es que el joven logra acceder a la universidad, ya que el joven deberá acostumbrarse a "la vida universitaria" con todas estas adversidades (sobre todo en la universidad pública) y para poder sustentar sus estudios seguramente deberá trabajar, por lo que posiblemente deba optar entre trabajar o estudiar, entre hacer las dos cosas y postergar unos años su graduación. Nosotros le atribuimos que todos éstos factores son parte de una estrategia que el capitalismo neoliberal, a través de sus distintas políticas al interior de los Estados, han implementado a fin de evitar, entre otras cosas, la creciente masificación de la matrícula universitaria.
III) Un tema recurrente que apareció en muchas respuestas fue el tema del "bochazo", de los "conflictos" y de ver a la UBA como "la única universidad publica", en muchos casos estos tres temas aparecen interrelacionados. Se noto que las respuestas dadas se relacionan directamente con lo que la televisión "muestra" de las Universidades publicas.
" (…) Cuando van a rendir examen bochan a unos cuantos, entonces me parece que les conviene que la gente sea ignorante, no puede ser que de treinta chicos que se presentan entre diez, o el nivel es muy alto o simplemente bochan por bochar (…)". (Femenino, 18 años, escuela de sectores medios)
"Mi opinión acerca de la universidad publica es que tienen que cambiar algunas cosas como por ejemplo en la UBA tienen que sacar el CBC porque los chicos se cansan y dejan el estudio" (Masculino, 19 años, escuelas sectores populares)
"(…) Lo que sale en la tele mal porque están echando a los rectores, decanos y hacen muchas huelgas, que no sé porque son, pero si como lo hacen es por algo. Y tendrían que seguir haciéndolas". (Masculino, 17 años, escuela de sectores populares)
"Para mi ver, pasa como con los secundarios, no son tan exigentes como era en su momento, hoy en día se les da mucha libertad para que hagan lo que quieran, ya sea romper como hacer escarches". (Femenino, 17 años, escuela de sectores medios)
Una de las características más importantes de la globalización ha sido el desplazamiento de lo público hacia los medios masivos de comunicación, por lo que se podría decir que la sociedad está cada vez más altamente massmediatizada. En nuestro país, el proceso de concentración mediática se inició en la década del ´90 y produjo una profunda reorganización del sistema de medios de comunicación a partir de la conformación de conglomerados multimediáticos que incluyen televisión abierta y por cable, radio, diarios, Internet, telefonía móvil y domiciliaria, etc. (hoy en día, se podría decir que casi la totalidad de los medios de comunicación están duopolizados entre el Grupo Clarín y el Grupo Telefónica).
Este proceso de "globalización mediática" ha incidido radicalmente en la conformación de nuevos imaginarios sociales y culturales e incidió directamente en la vida cotidiana de las personas, y sobre todo de los jóvenes. Los jóvenes no relacionan lo que ven en la televisión con lo cotidiano. Se ha producido en el conjunto de los jóvenes, más allá de su condición social, un corrimiento de referentes y constructores de identidad. La familia y la escuela han perdido con el correr de los años este "privilegio". Y es entonces que los jóvenes comienzan una traumática e incesante búsqueda de referentes fuera de éstos ámbitos y es justo aquí, en este proceso, donde los medios masivos de comunicación, en especial la televisión, tienen su principal incidencia en la construcción de subjetividad de los jóvenes, en donde se mezclan referencias positivas y negativas.
Con respecto a las respuestas dadas por los jóvenes encuestados, hemos visto, como en el punto anterior, que su representación está cargada de la visión que trasmiten los medios sobre la universidad y su entorno. La televisión tiende a "demonizar" a ese grupo de jóvenes que protesta, que hace escraches o marchas, que toma colegios y/o universidades y los pone como "el mal ejemplo" o bien como "esto es lo que les espera si van a este colegio o a esta universidad", es decir, éstos jóvenes son objeto de una verdadera campaña difamativa por parte de los medios de comunicación, en especial la televisión, ya que sólo resalta y subraya los conflictos y lo negativo de la institución, negando y ocultando los motivos reales de los conflictos y del porqué la universidad pública está en las condiciones en que está actualmente.
IV) Según los testimonios de las y los jóvenes encuestados, ya no es tan clara la idea de la Universidad como una posibilidad para el ascenso social, como lo fue en gran parte del siglo XX.
"Hoy en día todos tenemos que tener estudios porque sin esto no somos nada y no conseguimos trabajo fácil. Entonces para mí la universidad está bien porque nos da la posibilidad de tener un título y aprender más". (Femenino, 18 años, escuela de sectores medios)
"Para mí, pienso que la universidad es importante para todo porque eso nos va a ser después una herramienta de trabajo". (Masculino, 19 años, escuela de sectores populares)
Luego de treinta años de neoliberalismo, más allá de sus matices, quedó muy atrás aquella movilidad y ascenso social que nuestro país mostró en la mayor parte del siglo XX y que lo distinguió del resto de América Latina. Ya no existe una "autopista central" que a los jóvenes les permitía el paso de la universidad al mundo del trabajo. Cada vez más, y sobre todo en los sectores populares, el trabajo ha pasado a superponerse o incluso a desplazar a la actividad escolar, por lo que en muchos casos, la universidad pasa a un segundo plano a algo a lo cual "me gustaría ir pero…".
Por otro lado, se ha instalado la "inseguridad" del empleo post-universidad, es decir, aquel campo profesional en el cual el joven se debería insertar luego de concluida su carrera de grado. Es muy difícil asegurar el empleo "soñado", lo que genera incertidumbres en los jóvenes a la hora de pensar en seguir o no una carrera universitaria y en la elección de la carrera. Por lo que la tesis de la "empleabilidad" se termina cayendo, ya que hoy por hoy, ni la universidad tiene capacidad de generar ni de garantizar el empleo.
Y también ahí, "el Dios mercado"[9] llega con su "mano invisible" a través de sus voceros y sus medios de comunicación y crea en los jóvenes esta idea de incertidumbre, y ante ella, les ofrece la alternativa de las carreras terciarias "con salida laboral" o cursos de corta duración, también con salida laboral. No es de ninguna manera casual que en los últimos quince años, han proliferado cursos y carreras tales como Gastronomía, Hotelería, Turismo, Periodismo deportivo, reparación y programación de PC´s, cursos de construcciones, electrónica, electricidad, peluquería, etc.
Podríamos decir además que sólo los jóvenes de sectores medios y altos quienes generalmente podrán ingresar a la Universidad y acceder a la moratoria social y aspirar a un ascenso social, en cambio, habrá toda una franja de jóvenes, sobre todo de sectores populares, que estarán condenados a realizar estos cursos y a insertarse en trabajos mal remunerados, menos jerarquizados y en condiciones de explotación o semi-explotación como una de las pocas condiciones de movilidad social.
V) En general, los jóvenes encuestados mostraron una imagen positiva de la universidad pública y fueron muy pocos los que sostuvieron que la universidad privada es mejor que la Universidad pública. Aquellos jóvenes que mostraron su disconformidad con la Universidad pública, se la atribuyeron a diversos factores.
"Me parece algo muy bueno y que significa mucho para los chicos porque hay gente que quiere seguir una carrera y no puede pagar sus estudios, por eso esta muy bueno y ojala que siga así". (Femenino, 17 años, escuela de sectores medios)
"Para mi las universidades publicas tienen poco nivel, por lo menos por lo que yo veo". (Femenino, 17 años, escuela de sectores medios)
"Creo que se valora mas el estudio en una universidad publica que en una privada, que a veces se rumorea que una privada es menos "confiable". A pesar de que hay carreras que solo se estudian en privadas". (Femenino, 18 años, escuela de sectores populares)
"Son importantes para nuestro futuro, están un poco descuidadas, pero yo pienso que el estudio es el camino para ser alguien". (Masculino, 17 años, escuela de sectores populares)
"(…) Actualmente están afectadas a problemas que no ayudan a las personas que quieren recurrir a ellas y al no resolverse estos problemas es difícil que los jóvenes quieran recurrir a ella ya que la mayoría termina el Polimodal y comienza a trabajar". (Femenino, 17 años, escuela de sectores medios)
Creemos que a pesar del muy fuerte impacto que produjeron las políticas neoliberales en el ámbito de lo público, tanto la escuela como la universidad pública siguen gozando de buena imagen, y esto mas allá de lo que decíamos en el punto tres sobre la incidencia que tienen los medios masivos de comunicación, sobre todo la televisión, en la construcción de las subjetividades juveniles y en crear una imagen distorsionada y fatalista sobre la universidad pública, donde sólo subyacería el "conflicto". En las respuestas de los jóvenes escolarizados que elegirían una universidad privada vimos que aparece esta tendencia de que por que "las públicas están desprestigiadas", "descuidadas" o son "de poco nivel", es decir, vemos que una vez más sus respuestas están impregnadas más por lo que "dicen" que por lo que efectivamente "saben" sobre ellas.
VI) Notamos que en la gran mayoría de las respuestas, las y los jóvenes escolarizados encuestados mostraron una gran lejanía en alcanzar llegar a Universidad, que les resulta difícil llegar, e incluso, algunos mostraron mucha ambigüedad en sus respuestas sobre la universidad pública.
"Para mí la universidad es algo que me gustaría seguir porque quisiera hacer medicina pero voy a seguir otra cosa. Yo pienso que la universidad es importante pero no voy a seguirla. Opino que es lindo seguirla para que el guste y puede". (Femenino, 19 años, escuela de sectores medios)
"Pienso que tienen una buena visión". (Femenino, 17 años, escuela de sectores populares)
"No conozco como es la universidad publica ya que ninguno de los integrantes de mi familia estudio en una universidad". (Masculino, 17 años, escuela de sectores populares)
"Pienso que debe ser muy difícil y a la vez algo muy bueno para empezar a formar nuestro futuro". (Femenino, 17 años, escuela de sectores medios)
Las extraordinarias transformaciones en el plano de la información y la comunicación, la casi massmediatización de la vida de las y los jóvenes han incidido en el distanciamiento de éstos de instituciones como la Universidad pública, pero como decíamos mas arriba, también la Universidad pública ha ido retirándose paulatinamente de aquellos sectores que otrora incorporaba. Asimismo, creemos que dentro mismo de la Universidad se ha ido generando una pérdida de la identidad del "ser" universitario, que allá por las décadas del 60 y 70 consistía en que justamente la universidad estuviera junto al pueblo y el deber, el ethos del universitario era llegarse hasta los sectores populares, por lo que existía una identidad de universitario y de universidad, un vínculo entre el universitario y la universidad.
Desde 1966, año en que se produce la "Noche de los Bastones Largos", comienza lentamente el proceso de desmovilización al interior de las universidades, que se hará mucho más radical a partir de la dictadura genocida del 76 y que tendrá su corolario con las políticas neoliberales aplicadas en nuestro país a partir de la década del 90, de esta manera, se consumó un proceso de paulatina destrucción de la Universidad pública, que hoy continúa a través de lo que la televisión instala en la sociedad sobre los "conflictos" de la UBA, el Pellegrini, los paros docentes, entre otras cosas.
Por otro lado, no ha de sorprendernos que las y los jóvenes escolarizados muestren lejanía con la Universidad pública o ambigüedades en sus respuestas cuando se les consulta sobre ellas, dado que entre que las instituciones públicas han sido vapuleadas en los últimos 30 años, borrando casi del imaginario popular el "sentido de lo público", instalando a través de los medios de comunicación el "sentido de lo privado".
VII) Casi en la totalidad de las respuestas se puede notar que el nivel de estudios alcanzados por los padres y hermanos apenas si alcanza el nivel medio, es decir, en su mayoría tienen entre primario y secundario, completo e incompleto, y son muy pocos los casos en donde hay algún familiar directo que tiene estudios universitarios, ya sea completos o incompletos.
"Papá, primario completo. Mamá, primaria completa. Hermano, secundario completa". (Femenino, 18 años, escuela de sectores populares)
"Mi papá hizo hasta séptimo grado y mi mama hasta tercer año de la secundaria. Mis hermanos están estudiando y por suerte les gusta mucho. Mi mama y mi papá les hubiese gustado terminar y seguir una carrera pero no se, no la terminaron. Pero por lo menos, tienen noción al comprender un texto". (Femenino, 17 años, escuela de sectores medios)
"Mi mama es docente, mi hermana esta estudiando profesorado de historia, mi otra hermana es abogada y la mas grande es profesora de lengua y literatura". (Femenino, 17 años, escuela de sectores medios)
Como queda expuesto, los padres de los jóvenes escolarizados encuestados cuentan con un nivel de estudios educativos muy bajos, en donde el promedio educativo alcanzado es de secundaria incompleta, por lo que podríamos relacionar esto con dos cuestiones: por un lado, que los jóvenes que tienen en su horizonte la idea de continuar con un estudio superior pueda deberse a la idea de lograr lo que "los padres no pudieron", y lograr de esta manera una superación personal. Por otro lado, y trayendo a colación el primer punto, creemos que la poca información que las y los jóvenes tienen acerca de la Universidad pueda deberse a que, si en el entorno familiar no hay antecedentes de estudios superiores, pues no se les pueda brindar a los jóvenes información precisa sobre la Universidad, y que la visión que tienen sea construida a través de informaciones que se dan en los medios de comunicación o lo que "dicen" amigos y conocidos.
Conclusiones
Para comenzar las conclusiones del presente trabajo, nos pareció más que conveniente iniciar las mismas con un párrafo del escritor uruguayo José Luis Rebellato, que hace un excelente diagnóstico de la actual situación:
"El neoliberalismo vigente parece que definitivamente nos ha conducido a un mundo donde la competencia y el mercado se han transformado en productores de nuevos significados y en constructores de nuevas subjetividades (…) Los modelos neoliberales poseen una capacidad de penetrar y moldear el imaginario social, la vida cotidiana, los valores que orientan nuestros comportamientos en la sociedad. Más aún: la cultura de la globalización con la hegemonía neoliberal está produciendo nuevas subjetividades (…) Asistimos a la construcción de nuevas subjetividades y a la emergencia de nuevas patologías; lo que afecta severamente el concepto de calidad de vida (…)
(…) Los modelos neoliberales apuntan a la construcción de un sentido común legitimado, sobre el substrato de la normalidad, es decir, un sentido común que acepte esta sociedad como algo natural e inmodificable, quedando solo lugar para la adaptación a la misma. El conformismo generalizado está estrechamente vinculado con un naturalismo impuesto. El pensamiento único se nos presenta con una lógica irresistible: la lógica del capital sobre la vida, la lógica del único sistema viable sobre la posibilidad de pensar la alternativa. La lógica del vencedor que anuncia haber llegado al fin de la historia (…) éstos y otros imaginarios sociales se conjugan, articulan y entrelazan dando lugar a una cultura de la desesperanza y configurando una identidad de la sumisión"[10].
En primer lugar, nos gustaría hacer referencia a los cambios que se produjeron en el sistema de educación superior por los efectos de las políticas neoliberales que se implementaron en nuestro país y que alteraron la representación social que la Universidad, sobre todo la pública, había tenido en gran parte del siglo XX, y que incidieron directamente en como hoy los jóvenes ven y se relacionan con esta institución. Como veíamos en los testimonios de los jóvenes encuestados, éstos no tienen certezas de que representa hoy en día la Universidad pública, les genera dudas si podrán ingresar y luego permanecer, cuántos años deberán estudiar para lograr un título de grado y finalmente, si una vez alcanzada esta meta, el título logrado traerá ese "ascenso social", y si este se relacionará con las necesidades del mercado de trabajo. Creemos que en la actualidad, mas allá de otras causas que más adelante mencionaremos, los grandes cambios producidos al interior del sistema de educación superior a través de las políticas neoliberales -la Ley de Educación Superior, por ejemplo-, la contracción del mercado de trabajo, la mayor diversificación de las carreras universitarias y terciarias, entre otras, son en parte responsables de éstas dudas e incertidumbres que se generan en las y los jóvenes.
Con respecto a las modificaciones que se hicieron al interior del sistema de educación superior, Marcela Mollis sostiene lo siguiente:
"La crisis de la razón moderna afectó el proyecto institucional de las universidades tradicionales. Nuevas instituciones responden a esta crisis y al cortoplacismo del mercado, formando en menos de cinco años compradores de diplomas (…) Las carreras cortas con salida laboral fácil constituyen la meca de esta nueva tendencia que confunde a la educación universitaria con la formación post-secundaria. En Argentina no existe una estructura educativa post-secundaria que reciba la demanda de los interesados en estudiar para trabajar. Nuestro sistema universitario y terciario no universitario público recibe a los que trabajan para poder estudiar (…) Cabe preguntarse si en este contexto del liderazgo gerencial y mediático hay lugar para las humanidades, la ciencia y la cultura ¿Cómo se formarán los profesionales, científicos y humanistas del siglo XXI?"[11].
Por otro lado, esas dudas e incertidumbres que muestran los jóvenes escolarizados con respecto a la universidad pública tiene que ver también con las fallas al interior del sistema educativo, en este caso de la enseñanza media, y las dificultades que hoy viven la gran mayoría de las y los jóvenes de clases populares en conseguir empleo, que llevan a los jóvenes a dudar de si ingresando a la universidad "realmente" podrán acceder a un mejor empleo. El carácter regresivo de los mercados de trabajo hoy por hoy impide que la posibilidad de la promesa de la educación como canal de ascenso social se pueda cumplir. Emilio Tenti Fanfani dice al respecto:
"Hoy el título de estudio secundario no se relaciona con el mercado de trabajo como sucedía antes. Esto es una paradoja: cuando llegan los pobres al nivel medio se encuentran con un título que no cumple con las promesas. Entonces viene la decepción y el desencanto para la familia y para los propios chicos que alcanzan el anhelado título de estudios secundarios completos. Y luego de tantos esfuerzos, ese título ya no garantiza necesariamente la incorporación en el mercado de trabajo, al menos no tanto como antes lo hacía. Hoy el título de bachillerato tiene menos valor que antes. Por eso en la actualidad, es más difícil encontrarle un sentido a los esfuerzos escolares"[12].
Podríamos decir que si bien es cierto que el nivel de enseñanza superior sigue siendo masivo, y si bien es también cierto que a pesar de los problemas económicos por los que atraviesan los jóvenes de clases populares, en menor medida pero también logran ingresar a la Universidad, serán éstos jóvenes los que tendrán mayores dificultades a la hora de permanecer o bien de terminar su carrera de grado en tiempos "institucionales", ya que seguramente, deberán trabajar para lograr solventar sus estudios y esto traerá aparejado la extensión de los años dentro del sistema de educación superior, y esto sumado a la incertidumbre que genera el hecho de no tener asegurado el empleo soñado.
"El presente de las universidades argentinas -afectadas por las políticas de corte neoliberal, por las restricciones presupuestarias, por el ajuste fiscal y la transformación del contrato social entre el Estado y la sociedad civil– ha desnaturalizado los "saberes universitarios" para convertirlos en "conocimientos mercantilizados". El saber se mide con el lenguaje de las finanzas, se calcula a través de indicadores de rendimiento y de certificados y diplomas entregados en tiempo y forma con mayor valor de mercado; se representa en la formación de recursos humanos cuando, al mismo tiempo, las humanidades van perdiendo gradualmente sus recursos. Nuestras universidades tienen alterada su identidad que las asemeja al supermercado, donde el estudiante es cliente, los saberes una mercancía, y el profesor un asalariado enseñante"[13].
Ahora bien, mas allá de que hoy en día tanto la escuela secundaria como la universidad han sido directamente afectadas por las políticas neoliberales que no solo modificaron la estructura económica, sino que además transformaron radicalmente las esferas política, social y cultural, y que éstas crearon un nuevo sistema de valores, creencias, significados, identidades que impregnaron a toda la sociedad, pero muy especialmente a los jóvenes. Quizá uno de los factores de la actual crisis que vive nuestro sistema educativo tenga que ver con la falta de sentido de una actividad que, centrada en la trasmisión / adquisición de saberes, valores, normas, etc., no encuentra nada valioso a ser enseñado, salvo aquello que represente una utilidad convertible en valor de cambio. Creemos que, como dice Rossana Reguillo Cruz "la escuela está compitiendo en condiciones desventajosas con los medios de comunicación masiva".
Con respecto a esto, nos parece conveniente citar a Emilio Tenti Fanfani, quien sostiene que:
"Hay una especie de fragilidad de las instituciones escolares, entendiendo la fragilidad como una incapacidad relativa de formar subjetividades. Se entendía que los colegios y las escuelas eran como fábricas de personas, fábricas de ciudadanos, fábricas de recursos humanos, fábricas de subjetividades (…) Hoy las instituciones tienen menos capacidad en este sentido, no son como "ese molde" sobre el que se imprimen las personas. Antes se entendía que los niños eran como una materia plástica, maleable, que tomaba la forma que le imprimían las instituciones (la familia, la escuela, las iglesias, etc.). Hoy en día las instituciones son bastante débiles (…) Hoy la relación se ha invertido: son las características socioeconómicas y culturales de las familias las que "moldean" las instituciones"[14].
Como decíamos cuando analizábamos las entrevistas, la gran mayoría de las respuestas dadas por los jóvenes escolarizados muestran que la representación que tienen de la Universidad pública está fuertemente impregnada por la "visión" de los medios de comunicación, en especial la televisión, es decir, las respuestas dadas por las y los jóvenes nos mostraron que ellos no tienen grandes certezas sobre el significado de la Universidad pública, sino que mas bien tienen una visión fragmentaria, en donde se puede mezclar lo positivo con lo negativo, en donde se tienen presentes imágenes de lo que "es" la Universidad pública (se mezclan imágenes de los conflictos de la UBA y el Pellegrini, los "bochazos" que generalmente se dan en la Universidad de La Plata, los "escraches" que se le hicieron a Alterini, los reclamos estudiantiles, los paros y reclamos salariales de los docentes, etc.), creando así en muchos jóvenes una representación distorsionada y mediática de la Universidad pública.
José Luis Coraggio hace un importante aporte al respecto, que nos pareció más que conveniente citar:
"La campaña de algunos medios monopolizados (y que tienen interés en el negocio de la educación y de las nuevas TIC´s) para deslegitimar a la educación pública arrecia. La opinión pública es confundida por campañas sesgadas que hipergeneralizan a partir de algunos hechos -que se dan y que son efectivamente indefendibles- pero que están lejos de ser la representación completa de las prácticas de las universidades nacionales (…) La agenda universitaria está marcada por la hegemonía del programa neoliberal, que pretende confrontar a la sociedad con dilemas encuadrados en el problema económico de la asignación más eficiente de recursos escasos entre fines múltiples, tales como:
· Costosa e ineficiente educación universitaria gratuita / subsidiada para los sectores medios que podrían pagar vs. Educación básica, salud básica, jubilaciones y pensiones, el 50 % de los niños que hoy nacen en hogares pobres, etc.
· Arancelamiento con recursos vs. Gratuidad sin recursos
· Subsidio a la oferta vs. Subsidio a la demanda
· Acceso a los que pueden pagar y a los pobres más capaces vs. Ingreso irrestricto
· Monopolio público (Estado "proveedor") y presupuesto por ley vs. Mercado competitivo (Estado "evaluador") y fondos concursables"[15].
Ahora bien, como hemos visto, la incidencia de los medios de comunicación, en especial la televisión, es preponderante a la hora de la formación de "opinión pública" o de sentido común. Tomando una vez más los aportes de Rossana Reguillo Cruz, podemos ver que en gran parte que "(…) los jóvenes se inscriben socialmente en las industrias culturales (…) éstas industrias si se animan a construir certezas (…) actualmente, los jóvenes aprenden los llamados conocimientos significativos a través de los medios de comunicación, ya que lo que más ven es televisión (…) los medios tienen un papel fundamental en la socialización de los jóvenes (…)".
En la actualidad la cultura mediática ocupa un lugar preponderante: la imagen, su vertiginosidad, el zapping parecen concurrir con el conjunto de transformaciones culturales que apuntan a crear un sujeto aislado y espectador, adaptable y adaptado, con flexibilidad y ductilidad, que se esfuerza individualmente para ganar y ser exitoso.
Los sujetos estamos atravesados por la propia cotidianeidad de los medios, y su papel en el espacio cultural en relación con la escuela nos lleva a interrogarnos ¿en qué medida desde el espacio escolar es leído el espacio mediático? ¿en qué medida se lo reconoce como ámbito productor de discursos y de saberes? Proponemos recuperar el accionar instituyente de los sujetos que a diario movilizan situaciones cotidianas escolares.
En la actualidad los medios masivos de comunicación están situados en un espacio y un tiempo definidos, tienen un rol protagónico en la estructuración de la vida cotidiana de los sujetos constituyéndose así en una herramienta fundamental que nos permite hablar de una sociedad mediática.
Consideramos posible, mirar a los medios en la construcción de la realidad en relación a una estrategia de dominación, aunque también como espacio (en menor medida) de resistencia.
Los medios construyen una visión de la realidad, y por lo tanto se constituyen en mediadores entre nosotros y los otros. La intermediación permite distanciarnos de manera que habilite a la desnaturalización del discurso construido. La problematización tiene un lugar fundamental en tanto dinamizadora de un accionar instituyente por parte de los sujetos / espectadores.
Asumimos una mirada critica del espacio mediático con relación al campo educacional, reconocemos a este espacio como un lugar de producción de saberes, y de intercambio entre sujetos desiguales.
El espacio mediático atraviesa al ser civilizado de fines de siglo, y se constituye en lo cotidiano (en parte). Por lo tanto este espacio socializa en una dirección, se imponen insospechadamente construyendo la propia identidad de los sujetos, difundiendo un sistema social complejo de representaciones (formas de presentar lo real)
Está claro que los medios de comunicación han incidido en la construcción de las subjetividades juveniles y esto ha quedado demostrado en los relatos de las y los jóvenes. Pero no queremos caer en un mecanicismo en el cual decimos "solo los medios tuvieron la culpa" sino que ha sido el cambio radical que se ha producido en nuestra sociedad producto de la hegemonía neoliberal que ha modificado toda la estructura social. A diferencia de los años en que la educación era muy valorada por verla como una herramienta para el ascenso social y por ende para mejorar las condiciones laborales, a diferencia de aquel sistema educativo que fue pensado para la formación del ciudadano y la definición de un ser nacional, (podríamos decir que había una estrecha interrelación entre la esfera económica y el de la formación escolar) hoy día el sistema educativo ha perdido su papel preponderante en la formación de conciencias y/o subjetividades en manos de las nuevas industrias culturales que aventajan a las instituciones educativas (desde puntos de vista como el de Reguillo Cruz) en el sentido en que son mas abiertas al abanico geográfico, económico, étnico, artístico, que el explotable mercado juvenil presenta hoy día. Ante esta reflexión cabe cuestionarnos: ¿son los medios e industrias culturales los que se ramifican "leyendo" el panorama juvenil contemporáneo, o son los jóvenes los que a partir de los grupos de pertenencia ramifican sus preferencias ante una oferta cada vez más variada (y cada vez más redituable) de cultura, esparcimiento, diversión, espacios de opinión, etc.? Remitiéndonos a nuestra "cultura vivida", y al conocimiento que ella nos permite generar sobre la sociedad capitalista, podemos afirmar que una de las principales estrategias del mercado es, no arriesgando, estudiar las preferencias o falsas necesidades de los consumidores, para luego activar la maquinaria productiva de un modo acorde.
Pero, ¿a partir de qué impulso se genera esta ansia de consumo cada vez mayor y más heterogéneo de por ejemplo, los jóvenes? ¿No es acaso el mismo mercado, el que genera a partir de millonarias estrategias publicitarias, la idea en el imaginario social de que ciertos productos y/o hábitos pueden incluir al joven en un determinado grupo de pertenencia?
El mercado material y cultural juvenil, se abre cada día hacia más variantes (musicales, estéticas, etc.) y los mismos consumidores que llegan cada año a la adolescencia aumentan periódicamente la cantidad de etnias, grupos o tribus con las que se diferencian de los otros. Comprender esta relación dialéctica, el modo en que cada una de ellas es constituyente y constituida, es una herramienta fundamental en este punto de nuestro análisis.
Aquellos que hablan que "debemos insertarnos en la sociedad del conocimiento", ¿están pensando más en una sociedad meramente de la información, sobre todo de la información consumible? Efectivamente, ¿se está peleando con algo más grande que el Estado nacional?
Al respecto, nos parece importante citar a Marcelo Urresti, que hace una comparación de las industrias culturales de gran parte del siglo XX y las actuales, y sostiene que:
"Las industrias culturales tenían un perfil que directa o indirectamente apoyaba la dinámica favorable a las industrias escolares y al modelo social integrador. La televisión tenía una importancia menor en la vida de las personas: solo había cuatro canales, el tiempo de emisión se extendía por doce horas como máximo, la programación era mayoritariamente producida en el país (…) Los noticieros cumplían con una función estrictamente informativa e integradora de la audiencia, en la medida en que éstos noticieros eran nacionales y en todos los canales ocupaban la misma franja. El espectador estaba casi cautivo de una programación que al no darle opciones, ser de carácter local y manejarse con audiencias abiertas, no buscaba la complicidad singular del televidente para lograr índices de ráting importantes"[16].
Pero el mundo ha cambiado, se ha globalizado y los medios de comunicación también, ya no es la televisión "unificadora, homogeneizante y nacional" de otrora, esta televisión tiene otras características, que Urresti documenta de ésta manera: "(…) las tecnologías de la imagen se han privatizado y generan consumos domésticos más extensos: las horas de televisión promedio han crecido históricamente, al igual que el numero de televisores por persona y el encendido. Por otro lado, la televisión no es la misma. Ya no es aquella de pocos canales, horarios de trasmisión restringidos, de aire, con producciones nacionales que reflejan las realidades locales, apuntando a audiencias abiertas y generalizadas. Ahora la televisión trasmite en continuado las 24 horas del día, mayoritariamente a través de canales cableados (…) canales segmentados que apuntan a audiencias cada vez más específicas, más comprometidas pero menores en número (…)"[17].
Para concluir, queremos dejar explícito que cuando como grupo nos juntamos para pensar y elaborar el presente trabajo, partíamos de la hipótesis de que, luego de las transformaciones que se produjeron en la sociedad tras la implementación de las políticas neoliberales, en donde uno de los máximos postulados era el predominio de lo privado sobre lo público, nos encontraríamos en las respuestas de los jóvenes escolarizados esta impronta, es decir, que creíamos que encontraríamos que las respuestas dadas por los jóvenes serían a favor de la universidad privada o al menos en desmedro de la universidad pública. Sin embargo, al cotejar las respuestas dadas por los jóvenes nos encontramos con otros interrogantes, por lo cual, el trabajo despertó otro interés para el grupo.
Más allá de que en nosotros estaba la idea de que los medios de comunicación inciden sobre los jóvenes en la construcción de su identidad y subjetividad, no creíamos que podíamos encontrar esta "massmediatización" en la representación que ellas y ellos tienen de la universidad pública. Por lo que, luego de varios debates, decidimos trabajar sobre los ejes que mas arriba hemos desarrollado, de todas maneras, creemos que existe la posibilidad de romper con esto, por lo que, dejaremos un espacio para nuestras reflexiones finales.
Reflexiones finales
Está claro que hoy por hoy es imposible obviar la incidencia que los medios masivos de comunicación han cobrado en estos últimos años, ni tampoco en que éstos son importantes constructores de identidad y subjetividad, además de trasmitir una imagen distorsionada y segmentada de la realidad. También es casi imposible que los chicos y jóvenes no lleven al interior del aula todo lo que ellos "ven" en la tele. Sin ningún lugar a dudas, no es casual que los medios masivos de comunicación, como aparato ideológico de trasmisión cultural, haya cobrado tanta preponderancia en estos últimos años, sobre todo en un momento histórico en que, como dice un tema de la banda Las Pelotas, "la clave del éxito es mantenernos dormidos", esto es, controlar, disciplinar y adormecer. Creemos que el problema reside en cómo se debería problematizar la incidencia de los medios en sus vidas. Por lo tanto, nos pareció conveniente la idea de generar algunas ideas al respecto.
Por lo que aquí nos parece pertinente problematizar dos aspectos: por un lado, como se trabaja con los medios de comunicación en la escuela, y, por otro lado, qué postura debe tener el docente que quiere problematizar los medios en la escuela. Nakache y Mundo sostienen que:
"La confianza que ayer se depositó en la televisión para lograr la modernización formal de la escuela sigue siendo similar a la que hoy se deposita en el mundo informático y en Internet. El discurso educativo parece integrar la novedad tecnológica abstrayéndola completamente del mundo en el cual se ancla, en tanto dispositivo específico de trasmisión cultural, e inscribiéndola simplemente en términos novedad"[18].
Es decir, según los autores, los medios de comunicación llegan al aula de una manera totalmente acrítica, como algo neutro, que no tiene ninguna intencionalidad, y simplemente en nuestras escuelas se habla de que se debe enseñar sobre las nuevas tecnologías, de que debemos insertarnos en la "sociedad del conocimiento", todo un discurso que esconde los intereses que tienen las grandes corporaciones mediáticas de seguir legitimando la explotación capitalista.
Los autores continúan diciendo: "la escuela no parece llegar a discernir que este nuevo instrumento no es inocente ni neutral, ni advierte que la aparente asepsia del aparato (es estar ahí suyo para quien lo quiera utilizar, como si solo del usuario dependiera que fines elige y prefiere), comporta una toma de posición tanto epistemológica como política"[19].
Aquí los autores hacen mención a una cuestión que nos parece central: el tema de asumir la politicidad de la educación, es decir, asumir a la práctica educativa como una práctica política, y por lo tanto a la escuela como un espacio atravesado por las esferas económica, cultural y social. Y aquí es también crucial la toma de posición del docente respecto al trabajo que realiza con los medios de comunicación, queremos decir con esto, en cómo el docente puede utilizar a los medios de comunicación como una herramienta para la opresión o para la liberación, para la reproducción del sistema social vigente o para la producción de resistencias.
José Ignacio Aguaded sostiene al respecto: "los educadores y docentes no pueden seguir ignorando por más tiempo la importancia de la televisión, los nuevos medios y las nuevas tecnologías en el procesamiento de la información, por que la pasividad los estaría alienando en la más negativa de las actitudes que un profesor puede tener ante los medios: la de una coexistencia inconsciente con ellos sin tan siquiera ser capaz de beneficiarse de sus posibles ventajas para la enseñanza"[20]. Y en sintonía con Aguaded, Nakache y Mundo agregan: "no basta con decir que la escuela representa uno de los dispositivos disciplinarios que la modernidad implementó como engranaje de su lógica de dominio; para pasar por alto esta afirmación, naturalizar el lugar de la escuela, interrogar sin más como mejorarla sin atender a sus condiciones de producción que puede llegar a representar una irresponsabilidad política"[21].
En el día a día, el docente debe confrontar con los medios de comunicación a través de lo que los chicos y jóvenes traen al aula, y está en él en como poder problematizar los imaginarios que éstos construyen en su casa. Interesante nos pareció la anécdota que una de las integrantes del grupo nos comentó el día en que estábamos en plena elaboración de este trabajo, y que más o menos era así: "la nena de 5 años de mi amiga asiste a un colegio privado, en donde hay un grupo de niñas que se hacen llamar "las divinas" (imitando a un grupo del programa televisivo "Patito Feo"), el día en que se festejó Halloween diez de esas chicas invitaron a diez chicos y chicas (en el curso son treinta en total) que consideraban también "divinas", y la hija de mi amiga no estuvo en ese grupo, por lo que se sintió excluida, interrogando a la madre de si ella no era "una divina" o si no la consideraba "linda", la cuestión es que se generó todo un malestar en la nena y en su madre".
Este ejemplo es más que claro, como lo son los testimonios que los jóvenes nos han dado sobre la universidad pública, cuando ellos solo nos hablaban de los conflictos, los bochazos y la imagen que los medios crearon de la universidad. Entonces nos preguntamos, cómo deberíamos abordar la temática de los medios de comunicación dentro de la escuela y en esto compartimos con Aguaded, cuando éste dice que: "Es necesario una formación de los docentes desde una óptica integral que recoja contenidos, prácticas y la concepción de los medios desde una visión cultural (…) Se debe avanzar en la sensibilización de los profesores sobre este nuevo eje transversal (la televisión), concienciándoles del importante papel que juegan los medios en la sociedad contemporánea, en la vida de los chicos y chicas de hoy y sus potencialidades educativas"[22]. A esto nosotros agregaríamos que las potencialidades educativas de los medios deben ser de carácter transformativo.
Para lograr lo antedicho, el docente debe reconocerse como intelectual transformativo, esto es, dejar de ocupar un lugar neutral y reflexionar sobre su práctica, para luego poder guiar a los estudiantes en la formación de sujetos críticos, los cuales puedan cuestionar y problematizar la información trasmitida por los medios; el docente debería replantearse la utilidad que le da a la televisión para que sean los jóvenes quienes puedan de-velar los mensajes que los medios ocultan arbitrariamente, para ello el profesor como intelectual transformativo, al decir de Giroux, debe incorporar en su discurso un lenguaje que combine la crítica con la posibilidad.
Asimismo, tal cual como sostiene Giroux, "un componente central de la categoría de intelectual transformativo es la necesidad de conseguir que lo pedagógico sea más político y lo político más pedagógico. Hacer lo pedagógico más político significa insertar la instrucción escolar directamente en la esfera política. Dentro de esta perspectiva, la reflexión y la acción críticas se convierten en parte de un proyecto social fundamental para ayudar a los estudiantes a desarrollar una fe profunda y duradera en la lucha para superar las injusticias económicas, políticas y sociales y para humanizarse más a fondo ellos mismos como parte de esa lucha. Hacer lo político más pedagógico significa de servirse de formas de pedagogía que encarnen intereses políticos de naturaleza liberadora; es decir, servirse de formas de pedagogía que traten a los estudiantes como sujetos críticos, hacer problemático el conocimiento, recurrir al diálogo crítico y afirmativo, y apoyar la lucha por un mundo cualitativamente mejor para todas las personas"[23].
Además de lo mencionado, creemos necesario que debemos comenzar a pensar juntos con las y los jóvenes, desde las escuelas y las universidades, entre profesores y estudiantes en como producir acciones y no reacciones, es decir, en como lograr desnaturalizar y desmitificar todos los mensajes que los medios de comunicación trasmiten, y así como los zapatistas allá por 1994, utilizaron la Internet como herramienta para hacer conocer a todo el mundo sobre las demandas del movimiento indigenista mexicano y hoy, a casi catorce años del levantamiento zapatista, la informática es utilizada por cientos de movimientos como herramienta contra-hegemónica, como por ejemplo, los movimientos anti-globalización, los estudiantes chilenos y franceses; nos parece más que importante apropiarnos de las herramientas que las clases dominantes hoy por hoy utilizan para oprimir, desmovilizar y alienar, utilizarlas para liberar, movilizar y organizar. Es un fantástico desafío, pero vale la pena afrontarlo.
Para cerrar este trabajo, nos gustaría citar una frase de José Martí que sintetiza nuestro pensamiento:
"La educación y el maestro tienen un fin, el de hacer feliz y libres a los hombres. La cultura es el único modo de conquistar la libertad. La educación es portadora de valores que deben servir a un proyecto emancipador"
Bibliografía Utilizada
- Aguaded, José Ignacio; "Convivir con la televisión. Familia, educación y recepción televisiva"
- Apple, Michael; "Educación y poder", Edit. Paidos, 1997
- Balardini, S.; "Mutaciones del movimiento estudiantil en Argentina: Córdoba, Cordobazo y Después"
- Brusilovsky, S., "Sobre la extensión Universitaria", Ponencia presentada en la Universidad Nacional del Comahue en el marco del Foro de Discusión por la Derogación de la Ley Federal de Educación (LFE) y la Ley de Educación Superior (LES), Neuquen, mayo de 2005
- Coraggio, J.L.; "La crisis y las universidades públicas argentinas", en "Las universidades en América Latina: ¿Reformadas o Alteradas?", Mollis, Marcela (comp.), CLACSO, 2003
- Dellatorre, Graciela "Mirar a los Medios" UBA, CBC, 1996.
- Freire, Paulo; "La naturaleza política de la educación. Cultura, poder y liberación". Edit. Piados, 1990
- García Canclini, Néstor; "Culturas híbridas. Estrategias para entrar y salir de la modernidad", Edit. Paidos, 2005
- Giroux, Henry; "Los profesores como intelectuales. Hacia una pedagogía crítica del aprendizaje", Edit. Paidos, 1990
- Hobsbawm, E.; "Las incertidumbres de la burguesía" en "La edad del imperio (1875-1914)", 2000, Critica/Grijalb
- Margulis, M. y Urresti, M.; "La juventud es más que una palabra", Edit. Biblos, 2003
- Mastache, Anahi V. "Representaciones acerca de la formación. Literatura y mito" Documentos del trabajo N° 2. Ediciones Novedades Educativas/ Fac de Filosofía y Letras UBA, 2002
- Mollis, Marcela; "Un breve diagnóstico de las universidades argentinas: identidades alteradas", en "Las Universidades en América Latina: ¿Reformadas o Alteradas? La cosmética del poder financiero", CLACSO, Bs. As., 2003
- Nakache, Débora y Mundo, Daniel; "Las transformaciones tecnológicas: de la TV a Internet. La continuidad en el discurso educativo"
- Reguillo Cruz, Rossana; "Emergencias de culturas juveniles. Estrategias del desencanto", Edit. Norma, 2000
- Tenti Fanfani, Emilio; "Algunos desafíos actuales de la escolarización de los adolescentes", 2006
- Urresti, Marcelo; "Paradigmas de participación juvenil: un balance histórico"; en "La participación social y política de los jóvenes en el horizonte del nuevo siglo"; Balardini, Sergio (comp.), CLACSO, Bs. As., 2000
Autor:
Gustavo Racovschik
María del Mar Cáceres
Luciano De Bernardi
Noelia Zuliani
Camila Fuggetta
Estudiantes de la Carrera de Lic. y Prof. en Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de Luján
[1] Hobsbawm, E.; "Las incertidumbres de la burguesía" en "La edad del imperio (1875-1914)", 2000, Critica/Grijalbo
[2] Idem.
[3] Balardini, S.; "Mutaciones del movimiento estudiantil en Argentina: Córdoba, Cordobazo y Después"
[4] Ponce, A.; "Hacia la democracia proletaria", texto que prologó el libro "La Reforma Universitaria" de Julio V. Gonzalez. En Portantiero, J.C., op. cit.
[5] Coraggio, J.L.; "La crisis y las universidades públicas argentinas", en "Las universidades en América Latina: ¿Reformadas o Alteradas?", Mollis, Marcela (comp..), CLACSO, 2003
[6] Margulis, M. y Urresti, M.; "La juventud es más que una palabra", Edit. Biblos, 2003
[7] Reguillo Cruz, R., "Emergencia de culturas juveniles. Estrategias del desencanto", Edit. Norma, 2000
[8] Brusilovsky, S., "Sobre la extensión Universitaria", Ponencia presentada en la Universidad Nacional del Comahue en el marco del Foro de Discusión por la Derogación de la Ley Federal de Educación (LFE) y la Ley de Educación Superior (LES), Neuquen, mayo de 2005
[9] Con esta metáfora quisimos significar la omnipresencia del mercado en muchos y diversos aspectos de la vida de un sujeto, incluso en la construcción de su propia subjetividad e identidad a través de los medios masivos de comunicación. Es decir, quisimos significar como el mercado crea un sentido común en los jóvenes para desacreditar la Universidad pública, determinadas carreras, y por otro lado, ensalza ciertas instituciones educativas y ofrece un sistema casi paralelo de educación en donde se ofrecen carreras de "corta duración y con salida laboral rápida"
[10] Rebellato, José Luis; "ética de la Liberación", Montevideo, Nordan, 2000
[11] Mollis, Marcela; "Las Universidades en América Latina: ¿Reformadas o Alteradas? La cosmética del poder financiero". Introducción. CLACSO, Bs. As., 2003
[12] Tenti Fanfani, Emilio; "Algunos desafíos actuales de la escolarización de los adolescentes", 2006
[13] Mollis, Marcela; "Un breve diagnóstico de las universidades argentinas: identidades alteradas", en "Las Universidades en América Latina: ¿Reformadas o Alteradas? La cosmética del poder financiero", CLACSO, Bs. As., 2003
[14] Tenti Fanfani, Emilio; "Algunos desafíos actuales de la escolarización de los adolescentes", 2006
[15] Coraggio, José Luis; "La crisis y las universidades públicas en Argentina", en "Las Universidades en América Latina: ¿Reformadas o Alteradas? La cosmética del poder financiero", Marcela Mollis (comp.), CLACSO, Bs. As., 2003
[16] Urresti, Marcelo; "Paradigmas de participación juvenil: un balance histórico", en "La participación social y política de los jóvenes en el horizonte del nuevo siglo"; Balardini, Sergio (comp.), CLACSO, Bs. As., 2000
[17] Ídem.
[18] Nakache, D. y Mundo, D.; "Las transformaciones tecnológicas: de la TV a Internet. La cotidianidad en el discurso educativo"
[19] Ídem.
[20] Aguaded, J.E.; "Convivir con la televisión. Familia, educación y recepción televisiva".
[21] Ibidem.
[22] Idem.
[23] Giroux, H.; "Los profesores como intelectuales. Hacia una pedagogía crítica del aprendizaje", Paidós, 1990
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