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Fundamentos sobre el proceso de comunicación en su vínculo


Partes: 1, 2

  1. Algunas consideraciones sobre la actividad y la comunicación
  2. La comunicación como proceso
  3. Especificidades de la comunicación como categoría psicológica
  4. Algunas consideraciones sobre la empatía y la relación empática
  5. Bibliografía

Algunas consideraciones sobre la actividad y la comunicación

En la literatura psicológica, sociológica y filosófica la actividad del hombre ha sido estudiada desde los más diversos ángulos. La actividad es una categoría socio-histórica y como tal la analizan todas las ciencias sociales y, en parte, las ciencias naturales y técnicas. Precisamente mediante el análisis de la actividad se descubre, en las investigaciones teóricas, experimentales y aplicadas, el condicionamiento social de la psiquis humana, la psicología del individuo y el desarrollo de la personalidad. Acerca de ello Marx, escribió: "La verdadera riqueza espiritual del individuo depende íntegramente de la riqueza de sus verdaderas relaciones". (Marx, 1978)

La actividad es un activismo dirigido de los sistemas vivos, surgido sobre la base de sus relaciones con el medio circundante, con el fin de autoconservación. Como el conjunto de determinadas formas típicas de actividad, necesarias para la vida real del individuo (el juego, el trabajo) que desempeñan sucesivamente un papel rector en la ontogenia del hombre.

A. N. Leontiev, quien realizó estudios muy profundos sobre el tema, define la actividad como la intervinculación de acciones contrapuestas que se presuponen mutuamente: objetivación y desobjetivación. Plantea dos tipos de actividad: el trabajo y la comunicación. (Leontiev, 1979).

Según Vigotsky, la actividad humana transcurre en un medio social, en activa interacción con otras personas, a través de variadas formas de colaboración y comunicación, y por tanto siempre, de una u otra forma, tiene un carácter social.

En íntima vinculación con la actividad, la comunicación se produce desde el nacimiento del niño a través de formas extraverbales. (Vigotsky, 1982). La actividad individual fue analizada por los fundadores del marxismo en su relación con la comunicación, ellos consideraban que el desarrollo del individuo se condiciona por el desarrollo de todos los demás individuos con quienes él se halla en comunicación directa o indirecta.

Por todo lo antes expuesto se considera que la actividad es la forma de activismo del ser humano llamada a reproducir las condiciones que trascienden su ser biológico: las relaciones sociales, la cultura, el propio individuo como ser biosocial y no sólo como ser biológico. Son aquellos procesos mediante los cuales el individuo, respondiendo a sus necesidades, se relaciona con la realidad, adoptando determinada actitud hacia la misma. La actividad existe necesariamente a través de acciones.

El papel del sujeto de la actividad puede desempeñarlo un individuo concreto, uno y otro grupo social y por último, la sociedad en general. No cabe duda que la actividad del individuo aislada constituye solamente una abstracción, ya que en la realidad el individuo está inmerso en el activismo de distintos grupos sociales, de su colectivo laboral, asociaciones profesionales, partidos políticos, clases y naciones; que la acción de dichos grupos se vincula a la actividad integral de la sociedad, y esto se logra a través de un proceso de interrelación, intercambio, relación entre los hombres para ponerse de acuerdo, realizar acciones comunes, compartir sus ideas, opiniones, todo ello puede ser posible a través de la comunicación, es por esto que para hablar de uno de estos componentes de la díada actividad-comunicación, es necesario hablar del otro componente.

Al valorar la comunicación como categoría psicológica se debe tener en cuenta la interrelación sujeto-sujeto en la actividad, y que por medio de la comunicación el hombre adquiere conocimientos, habilidades, desarrolla sus opiniones, gustos, normas, se valora a sí mismo y a los demás. Se desarrolla su personalidad, pero al mismo tiempo la personalidad influye en la actividad y la comunicación que esta desarrolla.

La comunicación como proceso

Con el surgimiento de la existencia humana, desde hace muchos milenios aparece la comunicación. En el decursar del tiempo, surgió la necesidad de contar con formas más efectivas para establecer una relación estrecha de unos con otros y de manera eficaz, lo que determina se llegue al lenguaje hablado, al uso de la palabra como el medio fundamental de comunicación, mediante la cual se desarrolla y materializa su pensamiento. Por ello se puede afirmar que la comunicación es un proceso esencial de toda actividad humana.

La doctora Carral (Carral González, 2005) describe los antecedentes históricos de la comunicación como proceso, de los cuales se toman algunos referentes en este capitulo. La comunicación, expone Carral, se inicia entre los seres humanos, como proceso en evolución, desde los tiempos más remotos de la humanidad ha venido en crecimiento y ha abarcado los diferentes contextos sociales y principalmente el educativo.

Existen diferentes formas de comunicación humana; la oral y la escrita, son las principales que utiliza el hombre de la actualidad. Conforme el tiempo avanza, se va modificando y se vuelven más exigentes las formas de comunicación, para hacer más comprensible y eficiente las relaciones entre ellos.

El desarrollo del ser humano, tiene lugar mediante el proceso de asimilación e interiorización de la experiencia histórico- social, que ha ido acumulando durante el tiempo que ha vivido en sociedad, la comunicación y su contenido se da en base a la función social, la posición en el sistema de relaciones y la pertenencia a la comunidad del sujeto, produciéndose en el proceso de la actividad del hombre con sus semejantes; resultando para ello la participación indispensable del lenguaje, ya sea hablado o escrito, que es quien constituye el medio esencial de la comunicación humana.

Desde su origen, el hombre necesita relacionarse con otros, y al hacerse más compleja su actividad laboral, producto del surgimiento de nuevos y variados instrumentos de trabajo, suscitó la necesidad de comunicarse con sus semejantes y dio origen al lenguaje, lo que hace que la comunicación es a la vez resultado y condición del proceso de producción.

Más adelante Carral González, (2006) reconoce que el estudio que se hace históricamente de la comunicación, responde a la necesidad de explicar los fenómenos sociales, provocados por el desarrollo constante de la sociedad, en cuyo avance la educación constituye un elemento importante, ya que "es el proceso por el cual las generaciones adultas trasmiten a las nuevas todo el bagaje cultural de una sociedad (conocimientos, habilidades, normas de comportamiento, técnicas, modos característicos de vida y formas de pensamiento". (Carral González, 2006). Esta por lo tanto se concibe, como un proceso de continuidad y de cohesión social o integración compartidos por todos los miembros de una sociedad.

En dicho proceso, está presente con mucha fuerza, la comunicación tanto oral como escrita, y a su vez relacionada con la evolución del lenguaje, "el lenguaje es por excelencia un generador de imágenes que deja huellas impresas en la mente de los niños". (Carral González, 2006)

En Psicología se entiende por comunicación "el proceso de interacción sujeto-sujeto a través del cual se intercambia información, sentimientos, ideas, etc., que produce una influencia mutua que trae como resultado una modificación de ambos". (Bermúdez Sarguera, 2008)

La comunicación constituye una necesidad en cualquier ámbito de la vida socialmente organizada; entendiendo entonces que "la comunicación es un proceso por medio del cual emisores y receptores de mensajes interactúan en un contexto social dado" (Bermúdez Sarguera, 2008), este incluye el status de los hablantes, el lugar en donde se desarrolla el diálogo (en las clases, el patio de la escuela, la calle, u otros contextos) y el marco social general en que se ubican los interlocutores; se debe de entender también que a lo que nos enfrentamos diariamente en el proceso comunicativo, no sólo es el contexto donde se comunica, sino también a la experiencia del receptor y del emisor y la de unos con respecto a los otros.

Las formas comunicativas que el hombre conserva más primitivas, como el señalamiento con las extremidades, el gesto de llamado y el de rechazo, son formas que el ser humano a pesar de su evolución, sigue conservando y no las ha podido sustituir por otras.

Existen diferentes exponentes, sobre el tema de la comunicación en general y cada quien define el concepto de acuerdo al momento, corriente y objeto de estudio en que se sitúa, teniendo todos un punto de coincidencia en común, como lo podemos verificar en las exposiciones que siguen a continuación.

En su retórica Aristóteles dijo: "Tenemos que considerar tres componentes de la comunicación que son, el orador, el discurso y el auditorio" (Carvalho, A. 2008) entendiendo que son los tres elementos básicos. El orador es la persona que habla, el discurso es el mensaje y el auditorio son las personas que escuchan tomando como referencia lo planteado por Aristóteles.

En las definiciones encontradas se plantea que la comunicación en el sentido amplio, incluye cualquier situación en la que se establezca una comunidad, en que se haga común alguna propiedad entre un número mayor o menor de cosas; indicándonos, que según la raíz etimológica del concepto, tiene su origen en la palabra comunicativo. La palabra comunicación, es de origen latino, deriva del verbo comunis, que significa algo que es poseído solidariamente por varias personas. El diccionario de la lengua castellana la define como unión que se establece entre ciertas cosas mediante pasos, vías, canales y otros recursos, trato, correspondencia entre dos personas.

La comunicación requiere de varios elementos, siendo el primero el emisor o la persona que habla, otro que es el receptor o perceptor es decir, la persona que recibe el mensaje, el cual el hablante dirige al oyente y que toma del código común o lenguaje.

La comunicación requiere condiciones tales como, que el emisor se exprese con claridad, que sea comprensible lo que dice y que el receptor escuche sin dificultad.

En el caso particular de la humana se base en dos momentos, que son: hablar y escuchar, dependiendo más de la oral, que tiene su base en la expresión verbal, por lo tanto se considera como la actividad fundamental de todo ser humano.

Existen otras formas como son: la corporal, la escrita, la gestual, la utilización de una u otra depende por lo regular del canal que se utilice.

De lo analizado y de acuerdo a los autores consultados, se puede apreciar que definir el concepto de comunicación no es fácil, no obstante se pone de manifiesto en el historicismo del concepto, que existen elementos indispensables para que pueda existir un mínimo de comunicación.

Como proceso consiste en la interacción social que mediante símbolos se produce en la actividad humana, donde el hombre se relaciona con el medio, y a su vez se establecen las relaciones entre cada uno de los componentes del proceso comunicativo, lo que se produce de forma dialéctica. Este implica la transmisión de resultados de la actividad psíquica, lo que permite el intercambio de ideas, puntos de vista, experiencias vividas, conflictos, necesidades y aspiraciones de los que entran en comunicación.

La comunicación, que se inició desde los albores mismos de la existencia humana, divino elemento necesario para el hombre como parte de sus relaciones sociales.

Las relaciones sociales y la comunicación no son dos cosas situadas una al lado de la otra. Del mismo modo que la sociedad no existe como persona aislada, al margen de los individuos que la integran, las relaciones sociales no existen a margen de la actividad vital real y de la comunicación de las personas. En ello reside su unidad.

La comunicación fue y es un factor fundamental desde el punto de vista social en el desarrollo del hombre, tanto en lo psíquico como en lo sociológico. Mediante la evolución ontogenética del sujeto, ha tenido todo un desarrollo, así tenemos que el niño en su interacción con los demás adultos, logra establecer niveles de comunicación desde los más elementales, hasta los más complejos, en dependencia del estadio de desarrollo alcanzado; así van surgiendo nuevas necesidades y representaciones dentro del espacio interactivo en que está inmerso, de ahí la importancia de estimular desde las primeras edades la comunicación como aspecto fundamental en la formación de la personalidad.

La comunicación como proceso, ha tenido en su modelo inicial, diferentes complementaciones, de esta manera se muestra como un fenómeno que ha tenido modificaciones a través del tiempo, en su expresión más simple el proceso de la comunicación está constituido por tres elementos básicos: emisor, mensaje y receptor.

Según describe el modelo de referencia: el emisor: es el que proporciona la información, la fuente del mensaje, mientras que, como su nombre indica, el receptor es el destinatario de la información. El mensaje se refiere al contenido de la comunicación, es la información que se trasmite. El canal es el soporte de la información. La codificación es el proceso a través del cual se "prepara" el mensaje para que pueda ser comprendido; mientras que la decodificación es su proceso inverso, que permite "entender" el mensaje.

A su vez, para lograr una adecuada decodificación, es importante que los signos utilizados en la transmisión del mensaje sean claros y entendibles, que el receptor conozca su significado y comprenda el sentido exacto de la información.

En el caso de la codificación y decodificación es importante que se tenga en cuenta el código que se utiliza y el que comprende:

Selección de la información que se va a brindar.

• Decisión del lenguaje o canal apropiado.

• Valoración de la información a trasmitir.

• Precisión acerca del momento y lugar para la transmisión del mensaje.

• Información sobre el conocimiento del receptor acerca de la información que se trasmitirá y acerca del lenguaje que se utilizará, a fin de adecuar la transmisión a estas condicionantes.

En cualquier proceso comunicativo, es necesario tomar en cuenta toda una serie de elementos que, sin ser aspectos directamente involucrados en dicho proceso, lo afectan de una manera u otra, los que cuando son tenidos en cuenta, facilitan la comunicación; cuando esto no ocurre, pueden convertirse en barreras, o sea, en obstáculo que dificultan la misma.

Cuando el receptor envía una nueva información al emisor, basada en el mensaje que trasmitió, a esa respuesta se le denomina retroalimentación o comunicación de retorno, cuando esto sucede, el que inicialmente era receptor se transforman en emisor y el que era emisor queda como receptor de la nueva información.

Otro elemento importante en el proceso comunicativo, es el campo de experiencia o comunidad de imágenes, del emisor y del receptor, ya que el proceso de la comunicación interpersonal es posible cuando existen campos comunes de experiencia cuando estos son muy diferentes, no se comprende el significado del mensaje, por lo que mientras más cercano esté el campo común de experiencia, más eficaz será la comunicación.

El acto de la comunicación es la unidad más pequeña susceptible de formar parte en un intercambio comunicativo y que una persona puede emitir con una única y precisa intención, constituido también por la producción de una sola palabra, de un gesto, aunque más a menudo suele ir acompañado de una combinación de elementos verbales y no verbales.

En el proceso de comunicación aparece otro elemento: la interferencia o ruido que son los obstáculos de cualquier tipo, que distorsionan parcial o totalmente la comunicación.

Cuando el receptor se transforma en emisor y da una respuesta, ésta es ya una nueva información que igualmente tiene un solo sentido, cuando estas dos informaciones se unen y pasan a tomar parte de un mismo proceso de transmisión o intercambio de información, es cuando se puede hablar de comunicación.

Hemos explicado ya, lo que se denomina interferencia en el campo de la comunicación, y un tipo muy común aparece en la que tiene lugar entre el profesor y sus alumnos cuando no utilizan el mismo código. Este consiste en un sistema de signos cuya significación ha sido convenida por un grupo de personas, siendo el lenguaje un código en el que aparentemente cada palabra tiene un significado establecido de antemano por la sociedad. Así en muchas ocasiones, aunque aparentemente se habla con los mismos términos y acerca del mismo tema, es posible que se obstaculice la comunicación. A esto se le denomina interferencia semántica.

Diferentes factores inciden en la comunicación. Estos factores se pueden dividir en dos grandes grupos: objetivos u externos y subjetivos o internos:

  • Los factores objetivos u externos se relacionan con las características de los estímulos que entran a formar parte del proceso comunicativo; mientras que los subjetivos se refieren a las particularidades de las personas que participan en este proceso, dentro de esta categoría se encuentran la intensidad del estímulo, el color, el contraste, la novedad, los estímulos indicadores, la sorpresa, la estructura, la redundancia y el contexto.

  • Los factores subjetivos o internos: muestran las características de las personas que interactúan en el proceso comunicativo, el repertorio; las motivaciones; la experiencia previa; las convicciones; los prejuicios y los estereotipos; la religión; la ideología; la cultura; las normas y valores; el lenguaje e idioma; las costumbres y hábitos de vida; el sexo; el estatus social, entre otros conforman estos factores. (Bermúdez Sarguera, 2008)

Especificidades de la comunicación como categoría psicológica

La comunicación se considera una categoría polisemántica en tanto su utilización no es exclusiva de una ciencia social en particular. Lo humano está asociado indisoluble a la comunicación como forma de relación entre los hombres. En este origen queda clara la relación entre el trabajo y la necesidad de comunicación.

De esta manera desde la perspectiva filogenética, la actividad y la comunicación como categorías psicológicas constituyen formas de relación humana con la realidad de manera complementaria e interdependientes.

Desde la perspectiva ontogenética, se ha demostrado la intervención de la actividad y la comunicación en su unidad en la formación y desarrollo de la personalidad. En esta idea resulta esclarecedora la concepción histórico cultural desarrollada por Lev Semiónovich Vigotsky, que plantea el papel de la actividad y comunicación en la socialización del individuo desde una posición dialéctico materialista, a partir de elaboraciones teóricas novedosas para la psicología y que han logrado trascender e influir de manera trascendental en enfoques contemporáneos.

La significación de este enfoque, desde esta posición dialéctico materialista es explicada claramente y se asume en este trabajo como fundamento psicológico en la comprensión de las relaciones entre la actividad y la comunicación.

Otros trabajos posteriores a este autor aparecen en profundizaciones que aportan nuevas consideraciones a la comprensión de la formación de la personalidad. Entre estos están los trabajos de L.I. Bozhovich, B.F. Elkonin y B.F. Lomov y colaboradores.

Otros estudios realizados en el campo de la psicología social han resultado significativos. El análisis del funcionamiento de los grupos ha colocado en un plano importante la comunicación entre sus integrantes como indicador a considerar para su comprensión; autores como E. Pichón Riviere, G.M. Andreieva y G.P. Predvechni (En Álvarez, 2002: 2)

El tema ha sido estudiado también por diversos autores cubanos, que han ofrecido aportes interesantes con resultados en la investigación educativa que amplían el conocimiento sobre este desde enfoques teóricos o prácticos, tales como: F. González Rey, M. Sorín, A. M. Fernández, entre otros.

Aunque no es posible hallar unanimidad en las definiciones conceptuales de estos autores y de otros, se encuentran referencias comunes que permiten distinguir ideas esenciales en la comprensión de la categoría comunicación.

Del análisis de estas referencias es importante extraer los elementos esenciales que se encuentran en los autores dedicados al tema de la comunicación y que deben servir de orientación teórico metodológica para su estudio y caracterización. De ahí que el autor de esta tesis ha considerado los criterios que plantea María Isabel Álvarez cuando declara las siguientes ideas: (Álvarez, 2002: 4)

El vínculo de la comunicación con la actividad como forma de relación humana: la comunicación entre los seres humanos trascurre en el contexto de una actividad que condiciona el encuentro comunicativo y las motivaciones específicas relacionadas con la comunicación y provocan la realización de actividades conjuntas entre las personas. De ahí el carácter complementario e interdependiente entre estas.

La comunicación constituye la expresión de las relaciones entre los sujetos. Su carácter plurimotivado variable, que a partir de los vínculos que se van construyendo en la propia relación se modifican en el tiempo. Es un proceso activo de interacción que implica la influencia mutua entre los participantes de acuerdo al intercambio de información, estados emocionales y comportamientos que estén implicados en la situación comunicativa.

En el estudio de la comunicación es importante destacar su carácter procesal, teniendo claro que el término proceso está asociado a cualquier fenómeno que presenta una continua modificación mediante el tiempo a partir de la interacción de los elementos que lo conforman. Este es un proceso dinámico entre individuos y/o grupos, que mediante un intercambio informativo sirve para establecer la comprensión o un estado de comunidad. La estructura de este proceso es expresión de las relaciones que median entre los participantes de la comunicación.

En el vínculo de la comunicación y la educación existen modelos: modelo de educación con énfasis en los contenidos, modelo que se centra en los efectos y con énfasis en el proceso. (Álvarez, 2002: 5-10)

En una síntesis se pueden caracterizar de la siguiente forma:

Modelo de educación que hace énfasis en los contenidos: se caracteriza por el énfasis en la transmisión de información, asumiendo el profesor el lugar protagónico, tratando de inculcar nociones e introducirlas en la memoria del alumno, concebido como receptáculo. Es una educación vertical y autoritaria, que predomina en el sistema educativo formal.

Sustenta su influencia educativa en el modelo de educación monológico o trasmisor. La información transita esencialmente del profesor (emisor) al alumno (receptor), caracterizándose por ser unidireccional.

El modelo de educación que se centra en los efectos otorga gran importancia a la motivación y plantea como objetivo el cambio de actitudes. A este tipo de educación corresponde el modelo de comunicación persuasiva o dirigista, en donde el emisor-profesor continúa desempeñando un lugar principal y el receptor-alumno sigue subordinado. Se añade un elemento nuevo, la retroalimentación, que actúa como respuesta de retorno.

El profesor programa los contenidos, los objetivos de la enseñanza, concibe la retroalimentación en forma de estímulo y sanción, dándole una cierta participación al alumno, en forma de tareas o ejercicios repetitivos, buscando la consolidación de hábitos y habilidades. El progreso de programar el contenido se apoya necesariamente en la utilización de medios técnicos que son los de mayor influencia.

El modelo de educación que enfatiza en el proceso concibe la educación como praxis, reflexión y acción del hombre sobre le mundo para transformarlo. En este modelo el sujeto debe ir descubriendo, elaborando, reinventando, y haciendo suyo el conocimiento.

El grupo ocupa un lugar especial en este modelo y es el eje del proceso. Hay que tener en cuenta cómo y en qué contexto se proporciona, siendo lo más importante la actitud crítica frente al objeto y no el discurso del educador en torno a este. De ahí que la información debe ir precedida de la problematización.

El modelo de comunicación para este tipo de educación es democrático, centrado en la participación dialógica, donde se da el intercambio entre docente y discentes en una relación comunitaria donde ambos sean emisores y receptores de mensajes indistintamente, interlocutores.

P. Freire, ha demostrado la validez del diálogo como fundamento de un nuevo tipo de educación. "El educador no es el único dueño del saber, sino quien estimula el proceso de construcción del conocimiento en el alumno…" (Ídem: 9)

Las ideas anteriores guardan relación con los estudios realizados en las tres últimas décadas en torno a la relación comunicación-educación y de ello emerge la Comunicación Educativa como un área específica de las Ciencias de la Educación y cuya elaboración teórico-metodológica no es aún una construcción acabada. El término Comunicación Educativa no se ha empleado solo en relación con la educación escolarizada, sino que está vinculado a diferentes áreas de la práctica social. (Ídem: 11)

Algunas consideraciones sobre la empatía y la relación empática

La empatía proviene del griego empatheia, "entrar en sentimiento" llamada también inteligencia interpersonal en la teoría de las inteligencias múltiples de Howard Gardner, es la capacidad cognitiva de percibir en un contexto común lo que otro individuo puede sentir. Este es un término que fue utilizado en sus inicios por los teóricos de la estética para designar la capacidad de percibir la experiencia subjetiva de otra persona.

También es un sentimiento de participación afectiva de una persona en la realidad que afecta a otra, así como la capacidad que tiene el individuo para identificarse y compartir las emociones o sentimientos ajenos. La percepción del estado anímico de otro individuo o grupo tiene lugar por analogía con las emociones o sentimientos, por haber experimentado esa misma situación o tener conocimiento del mismo. La empatía se diferencia de la simpatía en que ésta sitúa la fusión afectiva a un nivel más intenso.

La empatía es la base esencial para la formación de la conducta altruista y moral. Es también indispensable para la identificación y comprensión psicológica de los demás, ya que supone la penetración de una conciencia A en otra conciencia B, penetración psíquica lo suficientemente avanzada para que A experimente los sentimientos de B. Sin embargo, Sigmund Freud la define como "comprensión o autopercepción intelectual", en oposición a la identificación sentimental. Capacidad de empatía es por excelencia la que tiene la madre al percibir las necesidades y sentimientos de su hijo, y la capacidad de los hijos de percibir las preocupaciones, alegrías o inquietudes de sus padres.

El sociólogo estadounidense David Lerner estudió la empatía en las relaciones humanas durante los procesos de modernización de las sociedades. La sociedad moderna obliga a sus miembros a mantener numerosas relaciones y a adoptar roles variados. En este tipo de sociedades, la capacidad de empatía de los miembros, que Lerner denominó también "movilidad psíquica", es esencial para su funcionamiento, ya que es la "capacidad de adaptación a situaciones diversas, nuevas o cambiantes, en un medio en constante transformación".

Ciertas corrientes de pensamiento psicológico postulan que la mente humana tiene en común sensaciones y sentimientos. La única diferencia entre dos personas es el momento en el que se muestran dichos sentimientos, provocando emociones que motivan a actuar. Que una persona no sienta igual que otra en un momento dado, es por razones educativas, predisposición genética y condicionante hormonal, que inducirán a encauzar los estímulos de una forma u otra. Por eso, infieren que la empatía es posible en un individuo capaz de razonar acerca de sí mismo, evaluar sus sentimientos y razonar acerca de otras personas de forma que no tienda a justificar sus propios deseos. El deseo sería la unidad de degeneración del pensamiento objetivo, y el grado de exactitud estaría desvirtuado, en mayor o menor medida, dependiendo la profundidad del conocimiento de uno mismo, o lo que es lo mismo, de su inteligencia emocional.

También parece ser que la empatía desempeña un papel significativo en la teoría de juegos y en la vida económica. Incluso expresiones de la psicología popular tales como "nosotros", "nosotros los nacionales", "nuestro pueblo", etcétera, serían imposibles sin tal empatía (es decir, sin la asunción hipotética de la existencia de "personas parecidas a mí"). Parece ser que la capacidad de empatizar no es solamente importante para la observación de una conducta moral o social, sino paralelamente también para experimentar sentimientos como la envidia, el odio, guerras religiosas, etc.

La filósofa Edith Stein ha realizado un estudio profundo sobre el problema de la empatía, de un gran rigor filosófico y científico. Su tesis de doctorado, publicada en español y titulada "Sobre el problema de la empatía", trata de la esencia de los actos de empatía en general, así como de la noción de persona que se obtiene a través del análisis de estos actos.

Por otra parte, se ha observado que un determinado tipo de neuronas, las neuronas espejo, solamente se activan cuando el mismo acto que realiza un primate lo efectúa otro que es observado por el primero. De forma análoga, en los humanos se activa la misma área cerebral, en el curso de una emoción, al observar a otra persona en el mismo estado emocional. Se ha verificado también experimentalmente que la empatía es mayor entre personas de idéntico sexo, raza o edad, y que el grado de empatía es muy variable de una persona a otra. Por tanto, la empatía parece ser un importante factor de cohesión social y es una ventaja evolutiva desarrollada por selección natural.

Además, parece que esta capacidad, al menos en las personas, es susceptible de desarrollo y aumento: se acrecienta más fácilmente en los que no han padecido problemas afectivos, con padres que se han ocupado de ellos, y que han vivido en un ambiente en el que han sido aceptados y comprendidos, han recibido consuelo cuando lloraban o tenían miedo, y que han visto como se promovía la preocupación por los demás… En definitiva, cuando las necesidades afectivas y emocionales han estado cubiertas desde los primeros años de vida.

Así pues, la empatía describe la capacidad intelectiva de una persona de vivenciar la manera en que siente otra persona; posteriormente, eso puede llevar a una mejor comprensión de su comportamiento o de su forma de tomar decisiones. Es la habilidad para entender las necesidades, sentimientos y problemas de los demás, poniéndose en su lugar, y responder correctamente a sus reacciones emocionales. Como tal es un sentimiento objetivo cuyo desarrollo requiere un cierto tipo de inteligencia.

Quienes padecen autismo, síndrome de Asperger o determinadas psicopatías ven muy mermada esta capacidad cognitiva; por el contrario, quienes ejercen un liderazgo altruista suelen caracterizarse por el amplio desarrollo de esta capacidad. Los estudios demuestran que esta capacidad suele darse más a menudo en el género femenino de la especie humana, quizá por el hecho biológico de tener hijos y cuidarlos, aunque no es privativa del mismo.

Las personas con empatía son aquellas capaces de escuchar a los demás y entender sus problemas y motivaciones; por eso, poseen normalmente alto reconocimiento social y popularidad, ya que se anticipan a las necesidades, antes incluso de que sus compañeros sean conscientes de ellas, y saben identificar y aprovechar las oportunidades comunicativas que les ofrecen otras personas. Esta capacidad se extiende entre especies, permitiendo al empático una mejor interacción con los animales; inversamente, algunos animales poseen también esta capacidad, como el delfín. Ciertos animales domésticos que han tenido un largo trato con el hombre, han sido seleccionados a causa de su empatía.

Nuevos estudios permiten suponer que existe una relación entre la imitación o simulación del comportamiento y la capacidad de empatizar; incluso en el mundo animal se investiga la capacidad de empatizar como un posible avance en la evolución, al posibilitar relaciones de cooperación o simbiosis. También es frecuente la empatía entre animales, incluso hacia seres vivos de otras especies.

En el uso común, es la actitud de estar completamente disponible para otra persona, omitiendo expresar las propias preocupaciones, sentimientos y pensamientos, para ofrecerle la plena atención. Se trata de ofrecer una relación de calidad, fundada en un escuchar no valorativo, en el cual se concentra la comprensión de los sentimientos y necesidades fundamentales del otro. (En "Empatía." Microsoft® Student 2009 [DVD]. Microsoft Corporation, 2008.

Andreieva, explica la empatía como un mecanismo de la compresión muta en el proceso de comunicación y sobre esto expresa: "Desde el punto de vista descriptivo la empatía también se define como medio de compresión del otro. Solo que aquí se tiene en cuenta no la comprensión racional de los problemas de otra persona, sino más bien, la intención de responder emocionalmente a sus problemas…La empatía es la comprensión afectiva. Su naturaleza emocional se manifiesta precisamente en que la situación de la otra persona, por ejemplo, del partenaire de la comunicación, no tanto se medita cuando se siente profundamente". (M.G. Andreieva, Psicología Social: 125)

Otro autor, psicólogo norteamericano, afirma que la empatía es algo que siente el hombre por lo que otro sujeto está vivenciando, sentir lo que este está sintiendo. Y al respecto expresa: "Yo solo veo en los otros la suficiencia, la modestia o el orgullo… Yo siento estos rasgos, los interpreto mentalmente… tomo en cuenta su línea de conducta, la comparto, pero elaboro mi comportamiento de otra manera". (Ídem: 126)

La empatía se relaciona con el proceso de sintonía. La sintonía es aquel proceso que permite a los sentimientos ser aceptados y retribuidos. La empatía es alimentada por el autoconocimiento. Cuanto más consciente se esté de las propias emociones, con mayor facilidad se podrá entender el sentimiento ajeno.

La habilidad de saber cómo el otro se siente entra en juego en varias cuestiones de la vida. La clave para que se pueda entender los sentimientos de los otros está en la capacidad de interpretar los canales no verbales: tono de voz, gestos, expresión facial u otras señales. El poder interpretar sentimientos a partir de indicadores no verbales propician un mejor ajuste emocional y mayor sensibilidad.

La habilidad para la relación empática constituye un elemento dentro de la formación psicológica ejecutora-instrumental de la personalidad, importante a desarrollar para lograr la comunicación, pero a su vez muy difícil de operacionalizar, y por tanto, muy carencial, pues como dice Ana María Fernández, tiene que ver con un proceso de anticipación de los estados psicológicos de los interlocutores. (Reinoso, 2002: 58)

La habilidad para la relación empática como afirma Carmen Reinoso "…está dada por la posibilidad de lograr un verdadero acercamiento humano hacia una persona. Supone el conocimiento de uno y otro, el poder brindar estimulación y retroalimentación adecuadas, la aceptación de ideas, el apoyo y posibilidad para la expresión de vivencias del otro. Requiere mantener un estilo democrático, no interrumpir el discurso del que habla y promover su creatividad. (Ídem: 58)

La comunicación eficaz se obtiene cuando se es capaz de dominar la contradicción básica de esta: orientarse en el otro, en sí mismo y en la tarea, y por último en el manejo de situaciones conflictivas mediante el proceso comunicativo.

A partir del análisis bibliográfico y las exigencias de la investigación en el estudio del tema, se adoptó en este caso, el enfoque de la doctora Ana María Fernández González, este enfoque se reordena a partir del análisis de la propia comunicación del profesor/entrenador en su práctica, estudiando su ejecución en los diferentes factores de la propia estructura del proceso: el elemento informativo y el relacional.

Las dos primeras habilidades que a continuación se presentan, están centradas, fundamentalmente, en la ejecución en cuanto al papel de emisor-receptor de cada persona que interviene en el acto de la comunicación y, por tanto, se refieren al componente informativo, y la tercera, fundamentalmente, a la ejecución en las cuestiones relacionales. Por lógica, por el necesario vínculo que existe entre lo informativo y lo relacional, cada una de estas interviene en la situación de comunicación, en su integralidad, y solo se separan para su estudio, como es el caso que se presenta en esta investigación.

Las habilidades que propone A. M. Fernández González (2002: 50-51) son:

1. Habilidad para la expresión: dada por las posibilidades del hombre para expresar y transmitir mensajes, de naturaleza verbal o extraverbal.

Elementos que intervienen en esta habilidad son:

-Claridad en el lenguaje. Dada por la posibilidad de presentar un mensaje en forma asequible al otro, tendiendo en cuenta su nivel de comprensión.

-Fluidez verbal, lo que implica no hacer interrupciones o repeticiones innecesarias en el discurso.

-Originalidad en el lenguaje verbal, uso de expresiones no estereotipadas, vocabulario suficientemente amplio.

-Ejemplificación en diferentes situaciones, especialmente aquellas vinculadas a la experiencia del otro.

-Argumentación, dada por la posibilidad de brindar la misma información de diferentes maneras, analizar desde diferentes ángulos.

-Síntesis para poder expresar las ideas centrales de un asunto, y resumir en breves palabras.

-Elaboración de preguntas de diferentes tipos, según el propósito del intercambio comunicativo; para evaluar comprensión, explorar juicios personales, y cambiar el curso de una conversación no deseada, etcétera.

-Contacto visual con el interlocutor mientras se habla.

-Expresión de sentimientos coherentes con aquello de lo cual se expresa en el mensaje a partir de la palabra y/o gesto.

-Uso de recursos gestuales de apoyo a lo expresado verbalmente o en sustitución, dado por movimientos de manos, posturas, posturas, mímica facial, etcétera.

2. Habilidad para la observación, dada por la posibilidad de orientarse en la situación de comunicación mediante cualquier indicador conductual del interlocutor, actuando como receptor.

Los elementos esenciales aquí serían:

-Escucha atenta, que implica una recepción bastante exacta de lo que dice o hace el otro durante la situación de comunicación y asumirlo como mensaje.

-Percepción de los estados de ánimo y sentimientos del receptor, pudiendo ser capaz de captar su disposición o no a la comunicación, actitudes favorables o rechazantes, estados emocionales, índices de cansancio, aburrimiento, interés, etc., a partir de signos no verbales fundamentalmente.

3. Habilidad para la relación empática: dada por la posibilidad de lograr un verdadero acercamiento humano al otro.

Los elementos esenciales serían en este caso los siguientes:

-Personalización en la relación, lo cual se evidencia en el nivel de conocimiento que se tiene del otro, la información a utilizar durante la comunicación y el tipo de reglas que emplearán durante el intercambio.

-Participación del receptor, dada por brindar estimulación y retroalimentación adecuadas, mantener un comportamiento democrático y no impositivo, aceptación de ideas, no interrupción del discurso del otro, promover la creatividad, etcétera.

-Acercamiento afectivo que puede manifestarse en la expresión de una actitud de aceptación, de apoyo y dar posibilidad de expresión de vivencias.

Partes: 1, 2
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