Investigar el trabajo "de tesis universitarias" es arduo y difícil porque, como objeto de investigación, es un proceso que involucra requisitos administrativos (tiempo, recursos, formalidades y formas burocráticas), requisitos epistemológicos (los propios de la filosofía de la ciencia, de la metodología y de la lógica de la investigación de carácter científico) y requisitos académicos (los vinculados con los fines educativos, las políticas de la Universidad y la unidad académica de que se trate y los propios de la didáctica de la metodología de la investigación).
Por tratarse de un problema complejo, y porque las unidades académicas de la Universidad operan con autonomía en cuanto a las tesis, esta investigación se considera inicial, preliminar o de ensayo. Queda abierta la posibilidad de continuarla, ya se para ampliarla o para ver tal fenómeno con mayor detalle o profundidad; y desde el punto de vista de cada carrera o de cada unidad académica. Tesistas, docentes, investigadores, órganos rectores de la Universidad, he aquí una fuente de problemas sustantivos y trascendentes, que tiene que ver con la calidad de los profesionales que han de entregar a la sociedad.
El problema es tan grande, generalizado y prospectivo que a nadie debe pasar desapercibido, y a todas las unidades académicas debiera preocuparles, por las razones que procuraremos mostrar.
De hecho, las autoridades y docentes universitarios ("que solo se dedican a impartir sus clases") suelen ser ajenos a estos procesos, puesto que ven el trabajo de tesis desde la barrera o el poltrón, y sólo al final. Por eso no extrañan sus opiniones adversas, simples o disciplicentes, pues lo ven desde sus manifestaciones más inmediatas, visibles y superficiales; y no consufren con los estudiantes ni los revisores las dificultades y frustraciones que el trabajo de tesis suele acarrear.
También es un hecho inocultable que, en algunos casos, el trabajo de tesis ha sido convertido en una farsa, en un verdadero teatro muy próximo al absurdo, y en una actividad social tan importante y trascendente como la academia universitaria. Sin embargo, las actitudes empiristas, positivas, simplistas y pragmáticas (y como paradoja, las cientificistas), así como las prácticas viciadas dadas por la comodidad y el utilitarismo, por cierto, no pueden verse sino lo que son: producto del subdesarrollo y la pobreza que dominan la vida cotidiana en el Tercer Mundo.
Tales prácticas son, definitivamente, ajenas a la ciencia, a la academia y a la institución universitaria –vistas desde su ser-; por lo que dichas prácticas no han de ser criterio para juzgar el requisito académico –en sí- del "trabajo de tesis", ni a sus actores, ni sus productos, todo lo cual, en la realidad, puede dejar mucho que desear. Estas prácticas, y las actitudes en que se avalan, hay que combatirlas para buscar su eliminación o, por lo menos, evitar su prolongación o expansión, en nombre y en pro de la academia universitaria.
Si la institucionalidad de la Universidad, o de una carrera determinada, se ponen a depender de las mentalidades simplistas (rezagadas, politizadas, clientelistas, complacientes, asistencialistas o cómodas) y de las prácticas viciadas (simplificadoras, facilistas, acomodaticias y farsantes) sin duda harán que la carrera, la unidad académica o la Universidad se deterioren y, más tarde, puedan provocar su desprestigio o, incluso, su desaparición. La entropía es un proceso natural que destruye las instituciones y las organizaciones, y no darse cuenta de ello ni hacer algo para detenerla y superarla cada cierto tiempo, no es propio de una Universidad ni de los universitarios.
Esta investigación aspira a generar e impulsar, en la práctica, el algoritmo de utilidad de la acción cognoscitiva: "conocer para actuar; actuar para transformar" buscando la perfección o, como se dice modernamente, "la calidad y la excelencia". La Universidad y sus carreras: su misión, su sentido, su calidad y su competitividad deben ser recuperados y, un medio para hacerlo es re-conocer el valor del trabajo de tesis, y de los factores y circunstancias que rodean su realización.
Si las tesis son "malas", o si los egresados que la Universidad entrega a la sociedad "dejan mucho que desear" es posible que no sea porque "algo" está fallando, o porque estén fallando quienes tienen la responsabilidad de suscribir el dictamen final que certifica que "el estudiante cumplió los requisitos" establecidos en relación a la tesis, o que ésta "cumple su cometido". Cabe la posibilidad de que esté fallando "todo el sistema" de educación superior o incluso el sistema educativo nacional, lo cual no resultaría extraño si tenemos el indudable impacto, en la gente, de las características de la perpetua crisis social tercermundista y la cultura de la pobreza que le acompaña.
Si los productos no son lo deseable es porque el proceso –todo, talvez- no es lo deseable. Si se quieren tener productos diferentes, se ha de realizar el proceso de modo distinto y bajo distintos supuestos y reglas. Se necesita un modo "alternativo" de hacer los trabajos de tesis y, tal modo alternativo quizá no sea sino "hacerlo dentro de los cánones de la formación universitaria y del perfil que la misma Universidad o carrera ha establecido" que deben reunir sus egresados, o sea, "como debe hacerse", como las normas o el espíritu universitario lo previeron, pero que se ha venido perdiendo con el tiempo y la masificación de la educación superior.
Este estudio se orienta a ese fin: a averiguar cómo se hacen las cosas, a qué se debe, en qué se está fallando más y qué realmente se está logrando, para identificar cómo debe hacerse y cómo puede hacerse sin que el trabajo de tesis pierda sentido, dentro de los límites que la realidad impone. Es cuestión del uso adecuado de la inteligencia y la voluntad, dentro del margen de libertad en que operamos.
En esta primera parte se ofrece un marco universal de apreciación de lo que llamamos "la tesis" en el marco del concepto de Universidad y, en la segunda, no incluida, se mostraba el marco general de apreciación de "la tesis universitaria" en la Universidad de San Carlos. Con ambas partes se pretendió demostrar el sentido del trabajo de tesis que el estudiante ha de realizar bajo la guía, supervisión y aprobación de la Universidad; asimismo, descubrir y relevar sus beneficios y ventajas en el marco de la formación profesional universitaria. Con ello se hará evidente que "la tesis no es un problema" sino un requisito legítimo, necesario y actual que tiende a satisfacer, lo más plenamente posible, el espíritu universitario y su misión frente a la sociedad que necesita profesionales liberados y liberadores.
Ciframos nuestras esperanzas en que este esfuerzo proporcione elementos que faciliten una concepción necesaria, plena y útil sobre "el trabajo de tesis", desde el punto de vista de su necesidad y actualidad, así como que abra una indispensable línea de investigación: la investigación en la Universidad.
Agradecemos profundamente a la Escuela de Trabajo Social de la Universidad de San Carlos de Guatemala haber propiciado esta obra al encargarnos dirigir, inicialmente, su Área de Tesis y, más tarde, su Instituto de Investigación, cargos desde los cuales tuvimos la oportunidad de dirigir procesos de formulación, diseño, ejecución, evaluación y publicación de más de un centenar de trabajos de tesis, lo que nos proporcionó una experiencia suficiente para fundamentar las posiciones, teorías y convicciones que aquí sostenemos. Lo demás que utilizamos proviene de la práctica investigativa que hemos realizado, así como de las discusiones sobre investigación científica en que hemos realizado en cursos que impartimos, en talleres y seminarios que dirigimos, así como en otras publicaciones que hemos realizado. Nuestra razón se encargó de sintetizar resultados, de dar estructura a este documento y de presentar un contenido tan pedagógicamente mediado como fue posible.
"LA TESIS" UNIVERSITARIA DESDE UNA PERSPECTIVA UNIVERSAL
Para establecer la actualidad de las tesis, lo ideal sería encontrar el sentido de las mismas, desde su propio origen, para saber si el mismo se conserva. Establecer cuál era su sentido primitivo podría constituir un criterio válido para afirmar o refutar su posible obsolescencia o "desactualidad" y explicar por qué en la USAC sigue "estando en uso" y con algún sentido.
Según Albam Brenes Chacón (1991: 27/30) el origen del Trabajo Final de Graduación (TFG) se remonta al inicio de las universidades, en los alrededores de la época medieval. Dado el escaso conocimiento que se tenía en esa época, en cierto momento, las casas de estudios no tenían más que enseñar a los estudiantes aventajados (personas doctas), por lo que éstas debían comenzar a contribuir con sus conocimientos al avance del saber. Tales contribuciones eran juzgadas por otros que habían hecho trabajos de nivel similar y, por las mismas, se determinaba la calidad académica del individuo. Si demostraba buen nivel se le daba el apelativo de "doctor" como reconocimiento a su condición de docto en su materia.
Más tarde, en países anglosajones, se crearon otros títulos previos al de doctor para diferenciar niveles de estudios, funciones o grados (peldaños). Así surgió el de "magister" (Maestro) para aquellos que, aunque no hubieran alcanzado el nivel establecido, ya estaban en capacidad de trasmitir conocimientos; en todo caso debía dar pruebas de tal calidad, ante un cuerpo de superiores académicos.
Los conocimientos que se recibían eran fundamentalmente académicos o teóricos, tendían a ubicarse en el campo de la Filosofía –que, entonces, lo cubría casi todo-; de ahí proviene el PhD (Doctorado en Filosofía). Al separarse las ciencias se dividieron los conocimientos y se crearon áreas de saber: a) el área de conocimientos "básicos" o "puros" y b) el área de conocimientos "aplicados" (propios de "las profesiones liberales" que, en Guatemala, reconocimos como "profesiones universitarias".)
Lo dicho por Brenes, en efecto, corresponde a otras versiones (Larroyo, Cazali Ávila y Larousse, entre otros) pues la Universidad, en efecto, es una institución medieval: La primera Universidad fundada en Europa fue la de Salerno, Italia; y "alcanzaron" gran fama las Universidades de Bolonia (fundada en 1119), París (1150) y Oxford (1168) entre las más antiguas.
A la institución universitaria inicialmente se le llamó Studium Generale, a cuyos egresados el Papa y los emperadores les entregaron "el derecho de enseñar como Maestros –Magíster– en todas partes, el cual les otorgó la facultas docendi", origen del sentido de las llamadas actualmente "Facultades", unidades académicas que otorgan la licencia para ejercer una profesión (la actual "Licenciatura").
Hacia fines del siglo XIV tal institución pasó a llamarse Universitas (Universidad) al constituirse como organismos corporativos de maestros y alumnos; y, como institución docente y de investigación dedicada a todas las ramas del saber, recibió el nombre de Universitas Litterarum, quizá para resaltar el medio preferencial de construcción del saber: los libros, leer y escribir con seriedad, responsabilidad y rigor.
La Universidad es una institución joven en la historia de la humanidad: la más antigua tiene menos de 900 años. Las primeras Universidades atendían estudios de Teología, Derecho, Medicina y Filosofía. La Filosofía era la materia rectora y la base de todas, y de ella derivaron "las artes liberales", hoy llamadas "profesiones universitarias". La juventud de esta área de actividad humana la destaca Mario Barros van Buren, Director de la Academia Diplomática de Chile, quien informa que "el título profesional" fue impuesto por la tecnificación, en la época moderna, y que el primer título de ingeniero fue expedido por la universidad de Paris, la más progresista de Europa, en 1868.
Una profesión universitaria, como se conoce hoy, es un conjunto de estudios, de etapas académicas y de requisitos de aptitud, que se viene a coronar con un título profesional, que es una certificación pública que acredita los estudios realizados y la aceptación de sus resultados, la cual -a su vez- autoriza para el libre ejercicio de la profesión.
Los "grados académicos" (peldaños) eran un derecho ganado al terminar ciertos ciclos de estudios académicos: Bachillerato en letras, que permitía aspirar al cargo de Magíster en la Facultad. El tercero y último grado era el de Doctor. La dignidad magistral y doctoral exigía promoción solemne. Más tarde, por necesidad social, paralelo al Bachillerato y, como grado menor al Magíster, se estableció la Licenciatura, la licencia docendi que, literalmente, significa "autorización para enseñar". Y se establecieron Postgrados, como reconocimiento a los estudios hechos por doctores. Paralelo al Sistema de Grados Académicos –y a la extensión de Titulos Profesionales- se estableció el Sistema de Exámenes, destinado a comprobar el merecimiento de los mismos.
En la información histórica y pedagógica consultada no se logró encontrar los términos "tesis", "memoria" u otros parecidos que señalaran que tal requisito existió y cuál era su sentido; por lo que nos quedamos con lo dicho por Brenes Chacón. Tampoco encontramos referencias directas a "promoción" escolar o "graduación universitaria". Lo más próximo que apareció en la terminología pedagógica contemporánea en lo que hoy llamamos "tesis", "trabajo final de graduación", "memoria de carrera", fue dentro del concepto "exámenes" y, más específicamente, de la Docimologìa o Docismática, que se define como "la rama de la pedagogía que estudia todo lo relativo a los exámenes: Su concepto, la crítica a los métodos tradicionales, su justificación, su elaboración y su evaluación".
- Antecedentes
La palabra "tesis" proviene del griego Thesis que significaba "juicio" (un pensamiento en que se afirma o se niega algo de algo) u "opinión" (sentimiento que se forma uno de una cosa), es decir, se refería a un pensamiento, creencia y/o sentimiento que una persona puede desarrollar, y exponer, sobre algo: una persona, una cosa, un proceso, etc. La filosofía recogió el término como "el juicio propio" (expresado: "disertación") que se llega a tener sobre algo ("posición, afirmación") como producto de la investigación (conocimiento) y la reflexión (discusión).
Como pensamiento "definido" y bajo la idea de que el pensar discurre entre antinomias (dialéctica), Hegel sitúa "la tesis" como primer término de un sistema dialéctico, en el cual el segundo término es "la antítesis", y el tercero, "la síntesis", sobrepasando este último el sentido de las dos primeras.
En Epistemología de la ciencia (estudio del conocimiento científico o filosofía de la investigación científica) una de las etapas del método la constituye "la hipótesis" (por debajo de la tesis, pre-tesis) que es "un juicio preliminar, susceptible de demostración que le permitirá llegar a ser una tesis". En este caso, como dijo Newton: Hypotheses non fingo, no es imaginada ni inventada, ni tampoco fantástica, arbitraria o quimérica, sino surgida y emanada de un estudio previo, preliminar, exploratorio.
- Etimología del término "tesis"
- El concepto de lo que manejamos como "tesis"
Dentro del marco histórico-conceptual establecido, la tesis parece corresponder, in strictu sensu y en su origen al grado académico de Doctor. "La dignidad doctoral exigía promoción solemne: birrete, toga, anillo y libro". El "libro", visto como "prueba objetiva", documentada y evidente del grado de capacidad del estudiante, así como de los conocimientos que posee y puede manejar.
Modernamente, "memoria" de carrera o "tesis" se prestan a confusión y se hace a menudo difícil diferenciarlos dentro de un mismo sistema de estudios, o de uno a otro sistema. "La `memoria´ expone generalmente los resultados de un trabajo personal de encuesta, de compilación o de experimentación", mientras "la `tesis´ -en principio- se entiende como la disertación escrita que presenta a la Universidad el aspirante al título de Doctor en una Facultad o Escuela Superior".
La tesis presenta los resultados de un importante trabajo de investigación o de síntesis original, que contribuya al progreso de la ciencia, bien sea en un campo específico o extenso. De hecho, las acepciones de los términos varían de un sistema, institución, campo, etapa, etc. a otro, aunque el valor de las tesis se escalona entre una Memoria y el de una Obra Capital.
El Diccionario Larousse, en cualquiera de sus versiones, dice que etimológicamente el término tesis proviene del griego thesis que significa "proposición que se apoya con razonamientos" que exige "la demostración de la verdad" y, en efecto, ubica la tesis como "disertación escrita sobre una materia, presentada para doctorarse"; e indica que a las "tesis de menor importancia" como las que suelen presentarse para obtener una Licenciatura se han de denominar "tesinas".
El pedagogo Francisco Larroyo (1959: 140) parece no reconocer tales términos. Conceptualiza lo que en la USAC, y en México llamamos "tesis" o trabajos de graduación universitaria bajo la categoría "Seminario" (en su acepción más rigurosa, in strictu sensu) el cual define como "forma de trabajo académico cuya función específica es investigar y enseñar a investigar, ambos menesteres a la vez que incluyen ejercicio de investigación creadora y entrenamiento en ella para quien tenga las dotes requeridas". Para Larroyo no es, pues, para los que carezcan de ellas.
Larroyo señala, además, que la formación profesional abarca dos etapas académicas: La primera, destinada a habilitar y capacitar a quien se va a autorizar para el ejercicio de una profesión –para lo cual sirve el título profesional-; y la segunda, destinada a otorgar un grado académico que consiste en enseñarle para que se forme como investigador. "La tarea docente es inseparable de la tarea inquisitiva", afirma. Al final del proceso de merecimiento del grado parece corresponder lo que él le llama "Seminario" el cual, por sus características, nosotros asimilamos a lo que en nuestra universidad se suele llamar "tesis de pregrado".
Larroyo dice que tal actividad (el "Seminario") es "para conquistar nuevos conocimientos" y divide el trabajo en las etapas propias de la investigación científica: Diseño o plan; elaboración de hipótesis; Prueba de hipótesis, e Informe (de éste dice que "ha de articular el resultado –grande o pequeño- a la obra precedente e insinuar proyectos de futuro desarrollo".), forma que describe, exactamente, el proceso recomendado o exigido para que se elaboren las que, en nuestra Universidad, llamamos "tesis" o trabajos finales de graduación.
De lo señalado, puede comprenderse que el concepto de tesis incluye, aunque no se agota en las siguientes características:
- En strictu sensu, el nombre tesis como requisito académicamente puro, equivalente a "ciencia como actividad" –investigación científica-, corresponde al grado de Doctor.
- Es una disertación que, presentada por escrito y defendida oralmente, contiene una proposición, la demostración de una verdad, apoyada en datos y razonamientos.
- Es producto de una investigación completa, guiada por el método científico, que empieza con un plan o diseño de investigación y concluye con la presentación del informe correspondiente, y la defensa de su metodología y conclusiones.
- Su resultado final se presenta como informe de investigación, y puede editarse como libro o publicarse –completo o como ensayo- en revistas científicas.
- El valor intrínseco de la obra escrita y/o publicada puede variar desde "una memoria" poco trascendente hasta "una obra capital".
- Con el nombre que sea, para el estudiante universitario constituye una actividad –requisito académico indispensable-, parte de su curriculum de formación profesional que se orienta a probar objetivamente su capacidad y su formación como investigador: es un examen, el examen final que la Universidad realiza.
- De hecho, la tesis es un fenómeno multifacético y pluridimensional que debe estudiarse desde distintos ángulos y puntos de vista, sin perder la perspectiva universitaria y el hecho de que es el punto culminante de un proceso de formación profesional del más alto nivel socialmente disponible.
La tesis, vista como un hecho universitario, en su integridad tiene tres aspectos o dimensiones: a) Su naturaleza o razón de ser; b) La actividad que la hace posible y c) Su manifestación visible: el Informe de investigación.
Para los fines que nos interesan aquí no debe considerarse "la tesis" sólo como el libro, que es la forma definitiva que cobra el informe final, ni su valor puede reducirse a la forma en que se exponga y/o se defienda en el Examen de Tesis.
Para descubrir su naturaleza y su valor, debemos reconocer que lo que llamamos "la tesis" es, en realidad, un trabajo pedagógico-académico. El "trabajo de tesis" tienen dos facetas: a) es una institución; pero, más que todo, b) es un proceso.
Es una institución universitaria, íntimamente ligada a la responsabilidad social de la Universidad. Es el medio, establecido por la Universidad desde sus inicios, por el cual puede verificar la calidad de egresados que está entregando a la sociedad. En nuestras pesquisas establecimos que la auténtica naturaleza del trabajo de tesis se encuentra que, formalmente:
- Es parte del Curriculum;
- Es un examen pedagógico;
- Produce un resultado concreto; y que
- Intrínsecamente, es un proceso de trabajo intelectual, un proceso cognoscitivo que busca constituir, a título de ensayo, "un proceso de investigación de carácter científico".
Veamos en qué consisten las distintas facetas.
4.a) La tesis, parte del Curriculum
La experiencia señala un primer error: Debido a que, formalmente, se exige como condición "haber cerrado curriculum" (es decir, haber aprobado todos los cursos y prácticas que constituyen el pensum de estudios) se tiende a creer que "la tesis es una actividad extracurricular" y, por tanto, que carece de sentido docente y de promoción estudiantil.
Pero, partiendo de la idea de que el curriculum es el conjunto de aprendizajes (teóricos y prácticos) que han de realizar los estudiantes para ser promovidos, y así avanzar en el curso de su carrera, se debe convenir que "el curriculum no termina sino con la graduación". Las actividades previas y necesarias para la graduación como los exámenes generales, los exámenes técnicos y el trabajo de tesis son aún actividades obligatorias de aprendizaje, aunque el carácter docente quede oculto por ser actividades autoeducativas.
El trabajo de tesis dentro del curriculum es como un curso, una materia autogestionaria del estudiante que, constituido en estudiante-investigador, ha de aplicar el método didáctico denominado poyético: Debe aprender haciendo, por la acción y el trabajo. De él deriva el aforismo "A aprender se aprende investigando".
Este es el carácter que asumen algunos centros de investigación o cuerpos encargados de evaluar los diseños y los informes de investigación de tesis con fines de aprobación, cuando descubren que los estudiantes que quieren hacer tesis carecen de la preparación (de todo o de algún tipo) para poder hacerla; frente a lo cual no pueden cruzarse de brazos, sino ayudarlos de un modo u otro, so pena de que a) no se gradúen; b) de que se gradúen "sólo los más aptos" –que la experiencia demuestra que son contados- o c) de que "apelen a cualquier medio con tal de graduarse" (contradiciendo con ello tanto la naturaleza de los estudios superiores como el espíritu universitario).
Los estudiantes podrían estar preparados para hacer esta última actividad curricular, si los planes de enseñanza superior comprendieran lo que Larroyo (1059: 81) recomienda:
- Estudios científicos superiores relacionados con una especialidad;
- Estudios técnicos ilustrados con amplias y bien preparadas prácticas, subordinadas a las necesidades del ejercicio, previamente establecidas;
- Altos estudios e investigaciones relacionados originariamente con la especialidad; y
- Cursos especiales de altos estudios e investigaciones para alumnos que, en la carrera, demostraron aptitud.
Debe advertirse que la enseñanza en nuestra Universidad aún tiende a ser bastante tradicional, "bancaria", memorística y reducida exclusivamente a "los contenidos" y "los programas"; y no suele evaluar la habilidad y la experiencia adquiridos en el transcurso de sus estudios, ni tampoco las virtudes y competencias que los estudiantes tengan, o no. Por tanto, no prepara para el trabajo de tesis, el cual considera marginal al currículum.
Por otra parte, no suele considerarse que el elemento humano, que ha de formarse profesionalmente, proviene del pueblo y de un sistema educativo que tiene raíces en las características del propio país (subdesarrollo, pobreza y rezago que se traducen en formas de ser, de pensar y de actuar correspondientes, y del dominio oligárquico al que no le interesa ni la liberación ni la autonomía del ciudadano de a pie). Frente a ello, el trabajo de tesis como una actividad académica integral parece una paradoja: exige una formación integral que, por lo general, no puede ser brindada por la Universidad ni los estudiantes se la pueden procurar, por sus costumbres.
Queda, entonces, claro que el trabajo de tesis es parte del curriculum, y no es extra ni complementario al mismo. Así ha de contemplarse en los planes de estudio. Si no se hace así, la unidad académica y los docentes continuarán exigiendo competencias que no contribuyeron a desarrollar y, lo-que-haya-que-hacer, seguirá siendo considerado extra.
El trabajo de tesis es, pues, una actividad de aprendizaje del estudiante. Aunque autogestionaria, constituye un derecho del mismo al cual la Universidad ha de responder.
4.b) La tesis, un examen.
Analizándolo bien, el trabajo de tesis es, realmente –y antes que nada-, un examen. Este parece ser el sentido general de la tesis: una prueba de capacidad y aptitud del tesista; una muestra del nivel de profesionalidad alcanzada; una evidencia de que merece el grado y el título que aspira.
En efecto, en el estudio bibliográfico emprendido el trabajo de tesis sólo lo pudimos entender como examen, como parte del tema "exámenes escritos".
Como ha se mencionó, los árabes nos heredaron, con el "sistema de títulos", "el sistema de exámenes". El término "examen" proviene del latín exigere, indagación cuidadosa y que, en el campo de la educación formal, se refiere a pruebas destinadas a evaluar el saber, la cultura y las capacidades de un aspirante a un diploma, a ingresar a una escuela o para determinar la aptitud para una función. El trabajo de tesis parece destinado a probar la aptitud para el ejercicio intelectual, en la vida real, condición indispensable en un profesional universitario, e ideal para todo ciudadano.
El "examen final escrito" apareció a mediados del siglo XIX; su introducción fue saludada con entusiasmo porque constituía una prueba documentada, objetiva y evidente de las capacidades o incapacidades del estudiante.
La tesis, en efecto, es parte del conjunto de exámenes (teóricos, prácticos y "en servicio") que los estudiantes han de realizar a efecto de ser promovidos finalmente, para demostrar que poseen la cultura básica y la agilidad mental necesaria para encontrar aplicaciones a los conocimientos que adquirieron (o que son competentes en x o y cosa, o como en el caso del trabajo de tesis, en muchas cosas).
Utilizando las teorías docimológicas se puede decir que la tesis comprende –en una sola y prolongada actividad- toda una gama de exámenes escritos que pueden realizarse:
- Pruebas de "ensayo" o redacción en torno a un tema (de contenido optativo, de respuesta diferida, con uso de material);
- Pruebas de situaciones problemáticas (con uso de material);
- Pruebas de cuestiones breves o variadas; y
- Pruebas de bosquejo esquemático de un tema amplio, que pretende valorar la capacidad de síntesis.
Por otro lado, el trabajo de tesis –en todo el proceso- resulta resumiendo una gama de utilidades pedagógicas que tales exámenes ofrecen:
- Comprueba cómo el alumno organiza y expresa los conocimientos apropiados, lo cual es insustituible en un proceso de formación educativa;
- Es un medio para comprobar la habilidad de trabajo, y de organizarlo;
- Permite apreciar la capacidad para emitir juicios críticos y valores;
- Permite valorar la creatividad;
- Permite comprobar el estilo, la ortografía y construcción gramatical; además,
- Ayuda a reducir la subjetividad, condición indispensable del pensar científico, entre otros.
Visto desde el ángulo docimológico, sin duda, el trabajo de tesis es necesario, si no indispensable.
En su calidad de examen, la tesis también es actual por cuanto corresponde a la nueva pedagogía, a "la escuela del trabajo". La vieja pedagogía consideraba que los alumnos tenían un solo tipo de inteligencia, y lo que le interesaba era probar la aptitud del alumno para retener y repetir la información trasmitida, a través de una escala única. La Nueva Pedagogía, por el contrario, concibe que el aprendizaje no puede ser calibrado por una escala única, cuantitativa, sino que se debe utilizar otros medios, pues el estudiante deben ser evaluados:
- Los automatismos adquiridos (destrezas y habilidades manuales);
- Las informaciones: fechas, nombres, enunciados de hechos y postulados (principios) aplicados;
- Los conocimientos (dominio reflexivo de conjuntos conceptuales y de su aplicación en el desenvolvimiento del raciocinio y en la solución de problemas prácticos); y
- El criterio logrado en un dominio de la cultura (actitudes, ideales, sentido del saber, gustos, etc.)
Por otra parte, la tesis constituye un examen integral pues tiende a evaluar, con tres propósitos complementarios:
- Pronóstico (para emitir juicios sobre las posibilidades del estudiante);
- Inventarial (constituye prueba de rendimiento en cuanto a objetivos de conocimiento, objetivos de de vida afectiva, y objetivos de actividades); y, a la vez,
- Diagnóstico (de hecho, llega a descubrir, describir y explicar errores y deficiencias, que el estudiante podrá subsanar y superar).
Definitivamente, pues, la tesis es un examen. Es la prueba más general, más completa y más exigente, tanto de educación como de formación y de conocimiento que la Universidad puede exigir. Y, efectivamente, es correcto aplicarla al final del camino, como se hacen los acabados de una obra de construcción.
Dice Luzuriaga que, aunque hay tendencia a reducir, sustituir o suprimir los exámenes, su práctica se mantiene porque lo centros educativos necesitan:
- Conocer las aptitudes y competencias de los estudiantes –próximos a egresar, en nuestro caso-;
- Reconocer y dar oportunidades a los mejores estudiantes; y
- Contar con pruebas objetivas para hacerlo.
El mismo Luzuriaga informa que hay tres tipos de examen, a saber:
- Examen de ingreso;
- Examen de paso, de curso, materia o etapa; y
- Examen de reválida, de fin de estudio o carrera.
Aplicando esa clasificación, el trabajo de tesis puede definirse como un examen de reválida; talvez el examen por excelencia porque se efectúa en la vida real –no en el aula ni artificiosamente, sino a través de una práctica concreta y autodirigida-.
Abundando en su planteamiento, Luzuriaga afirma que "los exámenes de reválida son necesarios en todas las carreras que capacitan para cargos públicos y profesionales" e indica que incluso el Estado puede intervenir en ellos "en defensa del bien público", pues es innegable que un egresado universitario va a ejercer en sociedad y el impacto de su ejercicio puede llegar a ser inocuo, positivo o negativo.
El diccionario Larousse confirma que se llama Reválida al examen final para obtener un grado universitario, y que es el que ratifica, el que da valor y validez a un título académico. Revalidar es recibirse o ser aprobado en una facultad. Completa Luzuriaga: Los exámenes de reválida no solo deben ser el resumen de todas las materias, sino también la resolución de problemas y ejercicios donde apliquen sus conocimientos, demostrando su aprovechamiento y su capacidad. Los problemas propios del trabajo de tesis pueden ser los "problemas de investigación" o "problemas de la vida real que puedan resolverse utilizando recursos científicos".
4.c) La tesis, un libro.
Aunque el valor del trabajo de tesis, como vimos, radica más en su calidad de trabajo académico y en su calidad de experiencia de aprendizaje global, también su producto ("la tesis" o "el informe final") tiene su importancia: por lo menos hace real uno de los propósitos de la vida o evidencias de humanidad que señala el proverbio chino: "… y escribir un libro". La tesis, como libro, es la evidencia del trabajo efectuado y de la calidad de quien lo efectuó, además de que puede constituir un aporte al conocimiento de algún aspecto de la realidad.
Cierto es que un libro depende de su contenido y, éste a su vez, del modo en que se logró y procesó la información, así como del modo en que se plasma; no obstante, se puede decir que las tesis tienen su importancia como libro, como disertación escrita fundamentada en razonamientos o como informe de un proceso de indagación que reporta la metodología utilizada y sus resultados. Esta importancia se fundamenta en la acepción primigenia y etimológica de la tesis.
La tesis, la palabra impresa cierra un círculo intelectual, imprescindible en la vida académica. El libro propicia el saber e impulsa la investigación; para ello es necesario leer, leer con gusto y, obviamente, saber leer.
Según sabemos, para algunas Universidades del mundo no es obligatorio que los estudiantes editen y publiquen sus tesis –de doctorado- como libros, sino solamente aquellas que realmente lo merezcan o sean socialmente necesarias. En la Universidad de San Carlos se tiene por costumbre exigir al estudiante de 30 a 50 ejemplares, para ponerlos a disposición en bibliotecas y centros de documentación de la institución. El hecho de la publicación añade valor a las tesis, por cuanto ello pone la investigación y sus resultados a disposición de varias personas, desde diversos centros.
Desde el punto de vista del estudiante, la edición evidencia no solo el triunfo alcanzado sino también puede significar su conversión en autor de un libro, que es como tornarse en aportante de la civilización, en contribuyente de la cultura, con la trascendencia que eso puede significar.
Desde el punto de vista de la Universidad y la sociedad, el libro denominado "tesis universitaria" puede significar un aporte para el avance del conocimiento, para la comprensión de alguna parte o aspecto de la realidad, para el conocimiento de un aspecto de algún problema y/o para la búsqueda de opciones para la solución a problemas concretos de distinto nivel.
En las tesis de licenciatura o de grado menor, por no ser "exactamente científicas" puede ser que el conocimiento generado sea nuevo únicamente para quien realizó el trabajo; pero, para los demás, puede ser un conocimiento más o menos sistemático de una realidad socialmente conocida.
Aunque el valor de un libro depende de su contenido –de la validez de éste, más exactamente-, éste depende del modo en que se logró y se procesó la información –confiabilidad del proceso-, así como del modo en que se plasma –estilo del informe; se puede afirmar que las tesis tienen su importancia como libros: como disertación escrita fundamentada en razonamientos o como informe de un proceso de indagación que reporta un proceso y sus resultados. En todo caso, "del investigador viene, por conducto del libro, la nueva verdad conquistada por el trabajo"
5. La tesis, actividad.
El trabajo de tesis, antes de trabajo académico que refiere a una finalidad, es un medio, una actividad para satisfacer un requisito académico. En efecto, el trabajo de tesis puede ser visto a) como actividad académica exigida al estudiante por la universidad, y b) como actividad humana y social, orientada hacia la vida. En cualquiera de las dos facetas está involucrado íntegramente el concepto de Universidad y de sus fines, tanto aplicado a la institución como a los estudiantes que se someten a su influencia.
5.a) El trabajo de tesis como actividad académica.
El trabajo de tesis, que puede ser más fácilmente entendido como trabajo final de graduación (TFG), constituye la última actividad académica que debe realizar un estudiante para hacerse merecedor de determinado título universitario o de un grado académico, o de ambos a la vez. La Universidad de San Carlos dice "requisito para optar al título y al grado académico".
Una Universidad que aspire a mantener o superar su calidad y su compromiso histórico, no debe o no puede permitir el egreso de estudiantes que no llenen, mínimamente, el perfil que ella ha establecido como meta: La Universidad debe entregar a la sociedad "profesionales científicamente preparados, técnicamente capaces así como cívicamente comprometidos con la historia y con su sociedad", todo lo cual exige como condición o sustrato, características como desarrollo y madurez intelectual, conciencia histórico-social, actitud científica, ética, etc. La Universidad debe probar y comprobar que tales condiciones existen, y crear medios para propiciarlas y probarlas. A ese fin tiende a servir el trabajo de tesis, como trabajo final de graduación.
El carácter de prueba universitaria es fundamental para comprender el proceso de elaborarla; sin embargo, el trabajo de tesis o TFG es más que una actividad examinatoria, es también una tarea u oportunidad de desarrollo del estudiante en ámbitos o tareas que le serán inestimables para lograr su éxito como profesional, en el propio campo de la vida.
En efecto, los propósitos fundamentales del trabajo de tesis o Trabajo Final de Graduación se centran en el estudiante. Se trata de que el estudiante:
- Utilice conocimientos y experiencias, productos de su carrera, para identificar, analizar y proponer soluciones a problemas relevantes y concretos;
- Emplee métodos y técnicas de estudio o investigación propios de su disciplina, y
- Demuestre capacidad y madurez intelectuales, así como creatividad científica y profesional dentro del campo estudiado.
Por muy diversas razones, pero especialmente per ignoratiam, por pragmatismo o utilitarismo, los estudiantes comunes, y aún algunas escuelas universitarias, tienden a "simplificar las cosas" sometiéndolas a reduccionismos que tienden a desfigurarlas, a desvirtuarlas y a desnaturalizarlas. As{i parece ocurrir con el trabajo de tesis, el cual suele ser visto por el estudiante, en principio, como un simple requisito (simple formalidad o formulismo, que no merece dedicación, atención intensiva o gran esfuerzo) y, más tarde, cuando se le exigen características y condiciones propias del método científico, pasan a verlo como un obstáculo, como una barrera que impide el logro de su interés inmediato: graduarse.
Brenes Chacón, en su mensaje al estudiante, recalca que el trabajo de tesis debe verse como una actividad compleja no puede considerarse "un trabajo más" como los que el estudiante tuvo que hacer para ganar ciertos cursos. Y recuerda que, en un TFG, se suman la dificultad y la calidad de muchas de las actividades académicas realizadas a lo largo de la carrera. Como simple término ilustrativo de referencia podría decirse que el trabajo de tesis equivale a todo un ciclo de cursos, con todo el trabajo que ello significa, por la concentración y dedicación que exige.
Una tesis o TFG, dice Brenes, consiste en un proceso con, al menos tres etapas o fases distintas, cada una con su propio nivel de dificultad:
- La primera es sólo aparentemente simple, y conlleva la selección del tema o problema apropiado, relevante y concreto;
- La segunda comprende la realización de investigaciones de uno o más tipos, el diseño o proposición de soluciones, la ejecución de acciones, o una combinación de estas tres cosas, todas en relación a dicho tema o problema; y
- La tercera implica la redacción de un documento escrito donde se describe todo lo que ha sido el TFG, documento que debe tener determinadas características y que se debe presentar y discutir ante ciertas autoridades universitarias.
Así, señala este autor, el trabajo final de graduación o trabajo "de tesis", consiste en un proceso de investigación científica (sic), regido por los cánones del método científico, aunque sea aplicado a realidades concretas con propósitos descriptivos.
Por la reconocida tendencia a la simplificación o la reducción, Brenes aclara: "No se trata de cualquier trabajito de unas pocas páginas, hecho en unas cuantas semanas después de consultar uno que otro libro, talvez hasta desactualizado. Tampoco es cuestión de escoger un tema tan trillado que en modo alguno demuestr un mínimo de creatividad, o de plantear una solución trivial a un problema poco importante. O de usar los métodos y técnicas de investigación de una forma en que cualquier principiante de la carrera lo podría hacer". Se trata de hacer algo que valga la pena, algo que valga el tiempo, los recursos y "el quebradero de cabeza" que se ocasiona en muchas personas, especialmente en el estudiante.
Debemos recordar que no está en juego simplemente aprobar un curso, sino se trata "de ganar el honorífico apelativo de graduado universitario" (Licenciado, Master, Doctor), de ganar una certificación o reconocimiento oficial de una preparación académica, la cual debió aportar un conjunto de conocimientos, habilidades y actitudes que capacitan al estudiante para funcionar como un profesional idóneo en cierto campo.
El TFG o trabajo de tesis debe constituir una prueba fehaciente de que quien lo realizó "pasó por la Universidad" y, a la vez, de que "la Universidad pasó por su persona".
El trabajo de tesis es, pues, una experiencia única que, quizá, sólo pueden valorarla en toda su magnitud quienes realmente la han logrado vivir con plenitud. No todo graduado la ha vivido como correspondía o como debió, sino como-mejor-pudo, según sus prioridades y condiciones, y según su grado de autenticidad o alienación. Quienes la vivieron con el auténtico sentido académico acá esbozado, probablemente habrán adquirido mayor nivel de profesionalidad universitaria. El trabajo que conduce a formular una tesis, para graduarse como profesional, quizá requiere vivirlo con pasión, entrega y dedicación, para demostrar ante la academia, las competencias adquiridas en su seno, y "ante el mundo", que se es un(a) verdadero(a) profesional, en quien la patria o la sociedad pueden confiar plenamente su destino, en lo que depende del área de su competencia.
5.b) El trabajo final de graduación, actividad humana.
El proceso de producir una tesis, en realidad, es un trabajo consistente en "todo un proceso de investigación". Según Larroyo, la investigación es el óptimo método de la cultura académica, auténtico entrenamiento eficaz para la formación humana, motor del trabajo intelectual.
Como complejo de actividad, la investigación tiene un potencial inestimable para la formación humana, el cual se puede expresar en las ventajas o "poderes" que pueden obtener las personas que realizan emprendimientos de ese tipo. Entre tales ventajas están que la investigación:
- Realiza el valor formativo de la actitud inquisitiva;
- Fortalece el carácter intelectual;
- Da conciencia sobre la limitación humana;
- Prohíja la sinceridad y la autenticidad académica; y
- Clarifica la mente; entre otras.
Incluso las exigencias que ella establece constituyen ventajas para quien realiza tal actividad, pues son requisitos para lograr aquellos beneficios y, a la vez, condiciòn para el aprovechamiento del esfuerzo realizado:
- El trabajo científico exige esfuerzo sostenido, "el descanso prolongado es pronto decadencia"; y
- La investigación exige espíritu de orden y disciplina, así como humildad y socialidad.
En efecto, la investigación científica por ser una actividad netamente intelectual produce efectos exactamente en esa área del hombre: Pone a prueba la inteligencia y la desarrolla a través de someterla a un proceso consciente de cognición.
Como actividad social, la investigación metódica se expresa como ciencia y como técnica, que son los bienes culturales donde el método encuentra su madurez. "Para lograr un buen rendimiento en la acción hay que proceder con método", hay que realizar acciones iluminadas por la ciencia y por la técnica.
Este punto de vista no es tan antiguo, pues hace apenas cuatro siglos que Bacon y Descartes inauguraron la Edad Moderna planteando, con miras a la Reforma de la enseñanza superior de entonces, el problema del mejor camino para adquirir conocimiento exacto y riguroso de la realidad; aunque sus planteamientos tardaron en surtir efecto.
Aunque la enseñanza superior está orientada más hacia la habilitación profesional (hacia la preparación para un oficio), esta faceta no es todo, ni cubre todo lo que un profesional necesita en términos humanos, en términos ciudadanos o como miembro-representante del privilegio de una Universidad (y de un grado académico universitario), menos si el enfoque es puramente cognoscitivo (que hace ser docto en una materia).
La inteligencia humana y la vida intelectual de un profesional deben surgir y radicar en una doble acción, internamente equilibrada:
- la actividad reflexiva, que se ejerce en aislamiento, buscando la originalidad; y
- el estudio, que se ejerce en comunicaciòn con otros.
Como actividad humana, el trabajo de tesis o trabajo final de graduación tiende a unificar estas dos dimensiones, al exigir el ejercicio en ambos sentidos. El trabajo de tesis orienta a los devora libros a que desarrollen su capacidad de producir ideas; asimismo, ayuda a las mentes ágiles a disciplinarse, ya que, de otro modo, serían estériles.
Para mostrar la importancia de la investigación y la complejidad para efectuarla, bastaría mostrar el inventario de la inmensa cantidad de libros que se han escrito –y se siguen escribiendo- para "enseñar a investigar" o para "mostrar el método" en cualquiera de las fases del proceso o en cualquiera de los requisitos propios de ellos (lógica, teoría del conocimiento, epistemología, métodos, técnicas, procedimientos, estrategias, actitudes, condiciones, etc.)
Entre los libros clásicos, Goode y Hatt dicen que los cursos sobre métodos de investigación social vinieron adquiriendo cada vez mayor importancia desde la década de 1930, y en 1952 consideraban probable que "en cada universidad se den tales cursos". Radicaban el creciente interés en los métodos de investigación en el hecho de que "todo el que requiera conocimiento necesita prestar atención a la forma en que pueden captarse los hechos", lo cual exige adquirir instrumentos mediante un intensivo programa de adiestramiento.
Todo trabajador no manual necesita esta habilidad y bagaje para obtener y conservar un puesto de trabajo, y conforme ascienda a otros puestos más altos tendrá que evaluar informes, resúmenes y técnicas aplicadas por otras personas, por lo que debe estar capacitado para decidir sobre si son tan fidedignos como para que se les pueda utilizar como base para tomar decisiones. Tomar decisiones acertadas es difícil cuando no se sabe juzgar la verdad contenida en los informes escritos o hablados. En nuestra civilización las decisiones se basan cada vez más, en hechos científicos.
Los que no comprenden "como se llega a los hechos", son incapaces de distinguirlos de la especulación y el deseo, en un mundo donde a muchas informaciones se les pone el marbete de "estudios científicos" tratando de aprovechar el prestigio de éstos. Por todo ello, "un número cada vez mayor de profanos… desean saber algo sobre los métodos de investigación social".
La expansión misma de las ciencias ha ido acompañada del establecimiento de las técnicas de investigación propias de cada campo. Aunque las técnicas no garantizan tal expansión, son absolutamente indispensables para ella.
CONCLUSIONES
Con lo discutido y expuesto consideramos haber demostrado que el Trabajo de Tesis es un requisito necesario y actual en la educación superior, especialmente para el otorgamiento de grados académicos. No obstante, a manera de síntesis, se enumeran los hallazgos más importantes:
Primero. La tesis, como trabajo final de obtención de grado académico, usual en las Universidades, ya no tiene el sentido original decimonónico vinculado con los doctorados, o con las personas doctas. Ahora se inserta dentro de la Docimologìa, rama de la pedagogía relativa al sistema de exámenes y títulos, siendo la denominación más propia "trabajo de tesis" o "trabajo final de graduación", por ser más importante la actividad que ha de realizarse, que su producto. El trabajo de tesis es, como señala Luzuriaga, un examen de reválida si no el examen de reválida por antonomasia.
Segundo. El trabajo de tesis o trabajo final de graduación universitaria, requisito académico que consiste en realizar una investigación completa y autodirigida, no es obsoleto; por el contrario, es una necesidad de plena vigencia porque como actividad, a) aporta a la Universidad medios importantes para verificar el cumplimiento de su propósito de "egresar profesionales científicamente preparados…" y, asimismo, la oportunidad de completar su obra; b) aporta al estudiante la oportunidad de poner en juego su inteligencia –ejercitar su intelectualidad-, especialmente en aquellas carreras de orden u orientación práctica; y c) aporta al estudiante la oportunidad de integrar su formación y aplicar todos los conocimientos, habilidades, destrezas y actitudes que todo profesional debe poseer para alcanzar el éxito como tal. Sobre la base de lo conocido parece que lo más apropiado es que, para el grado de licenciatura, al producto del trabajo final de graduación –que ha de ser "una investigación con carácter científico"- no se le llame "tesis", pues –por lo general- no lo es in strictu sensu, sino "tesina". Para las carreras técnicas, si tal trabajo se considera indispensable para la verificación del perfil ocupacional, tendría que llamarse de otro modo, según la o las competencias que se traten de verificar (¿"memoria"?) o los fines que a la misma se asignen.
Tercero. El trabajo de tesis es un requisito universitario de actualidad. En vez de haber caído en desuso, se constituyó en una práctica común universitaria que parece inestimable, porque es una prueba integral de la formación y capacidad del estudiante, así como una oportunidad de ejercicio integral que le permite completar –y comprobar- su formación profesional.
Cuarto. El trabajo de tesis, como actividad académica y como prueba universitaria, es un requisito actual pues, hoy más que nunca, se requiere que los profesionales egresen con a) cierto nivel de desarrollo intelectual; b) una actitud inquisitiva, sincera y auténticamente académica, así como c) una mente clara y una conciencia de la limitación humana que permita a los estudiantes responder fiel y capazmente a la sociedad y al Estado, y al privilegio social de ser universitario.
Quinto. La tesis es un requisito necesario (aunque talvez no para todas las carreras con igual grado de exigencia, y quizá no en todos los niveles ni del mismo modo), porque significa una experiencia de investigación, orientada por el método científico que todo profesional debe vivenciar para comprender no sólo la necesidad del método, sino el sentido de la captación fiel de la realidad, así como la necesidad de manejarse con la verdad. Este aserto no se limita a la actividad académica, sino se extiende a la sociedad, donde los profesionales han de colaborar en la toma de decisiones que conviene al futuro de la vida nacional. Además, el trabajo de tesis les proporciona herramientas e instrumentos para lograr su propio éxito.
Autor:
Carlos Arturo Soto Ramírez
Datos del Autor:
Trabajador Social y Economista, con Maestría en Administración Pública y PhD. Docente de la Universidad de San
Carlos de Guatemala. Consultor en investigación, planificación y mediación pedagógica. Director de Consultoría, Asesoría y Servicios.
Trabajo elaborado en 2003
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