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Investigación sobre la sinusopatia (sinusitis o sinurrinitis) (página 3)


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Hay que tratar esta complicación directa y convenientemente, en concomitancia principalísima con la terapia de la sinusitis madre, con gotas mucofílícas ("legañofílicas"), para que el lavado y expulsión de su siempre purulencia oculta, en forma de legañas, de comienzo casi siempre de color verde, con una "pegaloca" característica, que adhiere ambos párpados de forma por demás alarmante y sorprendente para el propio paciente, sea lo más efectivo y exitoso. Este drenaje denso, persiste durante l5 a 20 días generalmente, siendo seguido durante 30-40 días más, por legañas amarillas y amarillentas para finalizar de color lechoso y serocristalinas, llegando a los dos o tres meses, que es el término de esta terapia antisinusítica por lo general.

Por otro lado, esta purulencia por demás velada, incursiona en contracorriente, en dosis invasiva y por supuesto invisible, y ya en contacto continuo con el globo ocular (conjuntiva, esclerótica y córnea), origina consecuencialmente conjuntivitis, que se percibe como crónica cuando aparece como trofeo un pterigion. Esta carnosidad, es una complicación más, de tercera generación de la superinfección madre sinusítica, de aparición lineal colateral, a partir de una rinitis crónica (sinurrinitis), a la que sigue la dacriosolenitis. Repito, es una lesión originalmente sindromática secundaria, y nunca es ni será un morbo primitivo. El pterigion se difumina de manera automática y paulat¡na, generalmente a los 40 días más o menos, de estarse cumpliendo la terapia de limpieza radical de ambos conductos, controlando a su vez, el efecto nocivo de esta abundante purulencia legañosa tóxica al saco lagrimal y a la conjuntiva, con colirio antinflamatorio y antibiótico (garabet), todo lo cual se cumple sobrepuesto, en concomitancia con el tratamiento homeopático moderno radical antisinusítico. Si se extirpa un pterigion antes de cumplirse el requisito de erradicar la sinurrinitis (sinusitis), y por supuesto la dacriosolenitis, éste vuelve a renacer, y esta es lo habitual que resulta de manera rutinaria hasta hoy día, con esta praxis médica desenfoca, que debe ser corregida lo más pronto posible, en provecho de un devenir moderno de la cirugía ocular. La remoción quirúrgica del pterigion debe ser ejecutada solo en los pocos casos en los cuales no se obtienen resultados satisfactorios del tratamiento clínico in situ, de limpieza de estos conductos en concomitancia con el tratamiento de la madre sinusitis, lo que indica que estas pocas carnocidades resistentes, son complicaciones terciarias crónicas, ya autónomas.

Adicionalmente, es muy importante tener en cuenta, en aquellos casos en los cuales hay que curar pequeñas laceraciones de la córnea, etc., en donde es necesario evitar riesgos innecesarios y más aún, luego del primer intento fallido, tener en cuenta la posibilidad de la presencia del tentáculo contaminador desencadenante de la patología madre sinusítica, mediante la siempre velada presencia irritante continuada de estos conductos infectados. Y más importante aún, no se puede correr ningún riesgo, cuando el diagnóstico terminante es… el transplante de córnea.

Otra complicación oftalmológica es la fotofobia, síntoma patognomónico tradicional de la sinusopatía crónica, presente mayoritariamente en pacientes sobre los 30 años, afección que reviste una gravísima importancia en los conductores de autos y aviones entre muchísimos otros, por la brusca ceguera que provoca frente a una luminosidad natural o artificial, aún de poca monta, situación por demás enojosa por limitante, que obliga a muchísimos conductores a terminar su jornada de trabajo apenas comienza el anochecer. Esta ceguera fotofóbica desaparece al mes aproximadamente de haberse iniciado el tratamiento clínico moderno radical de la sinusopatía, resultado que traduce sin duda alguna, que la perineuritis del nervio óptico cedió automática y definitivamente.

En endocrinología. Sinusitis y diabetes

Algunas de las disfunción de la glándula hipofisaria están relacionadas con la sinusitis esfenoidal, puesto que el techo de este seno del grosor de una cáscara de huevo es a su vez el piso de la silla turca, asiento de la glándula hipófisis, y a esta frágil separación, que se constituye en una relación de contigüidad potencialmente patogenética, se suma una vascularidad comunicante con el foco sinusítico esfenoidal existente.

Esta mismas consideraciones se plantean para las glándulas tiroides y paratiroides. La irradiación irritativa e inflamatoria faringítica por demás crónica y presente sin excepción en todos los pacientes sinusíticos (80 % de la población mundial), es contigua y envolvente para la tiroides y sería deseable que los señores endocrinólogos, usaran un bajalengua y se acostumbraran a examinar y valorar la salud de la faringe, en todos sus pacientes sufrientes de cualquier patología tiroidea. Esta conducta novedosa debe estar dirigida a confirmar el porcentaje de enfermos con patología glandular, que presentan esta relación en positivo con la faringitis y corroborar en la construcción de una hipótesis de trabajo que reafirme la prioridad de esta praxis médica especializada, como fundamentalmente preventiva, con lo cual disminuye el acentuado carácter diagnosticador de patologías crónicas, muchas veces ya en etapa irreversible, que terminan invariablemente en indeseables intervenciones qurúrgicas para soluciones medianeras, fruto de un esfuerzo inconsistente, que confirma la dirección equivocada hasta ahora, de solo estudiar in situ, bajo una mirada tubular los procesos que se desarrollan en esta glándula, como si en su totalidad fueran exclusivamente lesiones primitivas y autónomas, realidad totalmente ajena a la dinámica moderna, que nos amplía las potencialidades para escudriñar más allá del punto dañado, el estado de salud de los órganos que lo rodean.

Concluyo afirmando que hay muy pocas patología disfuncional o tumoral tiroidea que no son desencadenadas por una faringitis crónica, que a la vez es descendiente directa de una sinusitis crónica sine qua non, que potencialmente a su vez, influye desde arriba por contigüidad directa sobre la propia glándula hipofisaria, que traban los mecanismos de integración hipotalámicos y de coordinación hipofisarios, que se expresan finalmente en perturbaciones tróficas y en desarmonías hormonales, que terminan desarticulando la integridad funcional del bloque.

Asimismo el avasallante cobijamiento poblacional de la diabetes, está exigiendo una respuesta oportuna y contundente. La única conducta que le puede poner freno a esta explosiva multiplicación de casos, sin distingo de ninguna naturaleza, es conocer la intimidad del mecanismo de su iniciación y desarrollo, pues por fuerza mayor, es una solución que solo la puede aportar a futuro cercano LA MEDICINA PREVENTIVA. Junto a los diabéticos los otras dos categorías de pacientes que están situado en la escala mas alta de las complicaciones de una sinusitis crónica son: asmáticos(as) y migrañosas (os).

La glándula pancreática junto a su vecina conviviente la glándula hepática, son particularmente vulnerables a los dardos mucopurulentos tóxicos sinusopáticos, los cuales sin ningún esfuerzo ni obstáculos desde el propio duodeno vía directa contracorriente por el colédoco (por carecer de válvula), las hace blanco seguro de sus impactos nocivos. Mucho tiempo antes que el paciente refiera sufrimiento gástrico, estreñimiento, timpanismo abdominal entre otros, la palpación del punto cístico resulta ya positivo, señal del grado inflamatorio de la vesícula biliar, por lo que este signo debiera de posicionarse en nuestra conciencia como el espejo donde primero y principalmente hay que sospechar y valorar el grado de disfunción del hígado y secundariamente el de esta organela vesicular por lo que la conducta simplista y prioritaria del cirujano de extirparla, creyendo en una solución completa y terminal, con total independencia de la dolencia perturbadora hepática propia desencadenante, deja mucho que desear puesto que este es un paciente eminentemente clínico y debiera de haber sido sometido a un estudio clínico más profundo de la etiopatogenia de esta lesión vesicular, inflamación que siempre debe ser vista (tal vez con alguna excepción), como la respuesta de alarma prematura a una patología exclusiva que lesiona a la glándula hepática.

Esta es apenas el bolsillo anexo que se inflama con los productos tóxicos derivados del trofismo hepático, cuyo metabolismo normal se ve impactado por la llegada de residuos muy nocivos y recalientes provenientes de la mucosidad tóxica sinusopática, escurrida desde la faringe de manera continua (más de un litro diariamente), que recorre todo el aparato digestivo y finalmente una gran cantidad de ésta es asimilada junto con los alimentos y por la vía porta-hepática es enchufada directamente en esta víscera. Esta glándula tiene la fundamental función de producir, entre muchísimas más, almacenar y excretar gradualmente la glucosa en sangre, por lo tanto comparte esta responsabilidad por igual con el páncreas y la hipófisis en el mantenimiento del nivel normal y dinámico de la glicemia. Deberíamos como clínicos y también los cirujanos, de tomar en cuenta a este marco de referencia vesicular, a falta de otro más contiguo y asequible, para sospechar en parangón, el mismo grado potencial de compromiso tóxico de ambas vísceras (hígado y páncreas), obligados por la acostumbrada sintomatología ausente o por demás silenciosa que brilla por su ausencia y que de alguna manera debiera de acusar el páncreas prematuramente antes el riesgo que corre la salud de LOS ISLOTES de LANGERHANS. Por la circunstancia de compartir el conducto colédoco como desaguadero de sus secreciones externas, condición naturalmente que las hermana y las hace víctimas por igual del proceso invasivo vía contracorriente, que procede desde la luz el duodeno, representado por la mucopurulencia sinusítica irritante.

Esta circunstancia nos debe forzosamente llevar inmediatamente a investigar el nivel de glicemia y entender que un valor entre 90 y 100 ya es muy alto, verdaderamente prediabético, pues pocos años atrás los niveles de variación normal para este valor estaban situados prudentemente entre 70 y 100 mgs. y el nivel alto fue catapultado a 110, sin base alguna y de manera por demás irresponsable. Me resulta muy difícil hacerle entender al paciente que el nivel 111 mgs. es irreversible cuando viene con el cuento de que hasta 110 es completamente normal, situación por demás lógica que no asimile tan escasa diferencia significativa. Así mismo, la terapia del paciente prediabético no puede seguir siendo enfocada de la manera tradicional por lo reduccionista que resulta, porque pone todo el énfasis en el déficit cualitativo y cuantitativo del producto insulínico y en las restricciones alimentarias, haciendo abstracción desconsideradamente de los otros componentes de esta trisomía, por demás importantes y solidarios, responsables por igual del mantenimiento del nivel de glicemia que exige cada circunstancia y su corrección integrada y dinámica: el hepático y el eje hipófisis-hipotalámico.

Es importante dejar muy en claro, que la manera más inteligente y productiva de enfrentar esta pandemia diabética es, mediante la puesta en marcha de programas de terapia preventiva, la más económica y menos onerosa de las disciplinas médicas, cuya puesta en ejecución urgente, debe ser motorizada por la confirmación por simple Rx de senos paranasales, de su sine qua non sinusitis crónica desencadenante, en cada uno de los pacientes afectados. Es por demás humano y necesario deslastrarse de intereses mezquinos, por ajenos a la esencia del quehacer del médico. Con solo contribuir con su granito de arena a iniciar con un pequeño esfuerzo voluntarioso la construcción mental de un puente novedoso, por donde sea posible el tránsito de su praxis acostumbrada y tradicional, prefijada y enmarcada casi sin variación alguna digna de mencionar desde el comienzo de sus estudios de Endocrinología y luego en los largos años de ejercicio noble como tal profesional, hacía una nueva visión eminentemente preventiva, apoyándose y corroborando la ya confirmada teoría que solo es posible llegar a ser diabético si es portador de una sinusopatía, y ésta, está presente en una inmensa masa humana (80 % de la población mundial), y que bien vale la pena aportar esfuerzo y trabajo para librarlos de la amenaza de esta limitante enfermedad degenerativa.

No critico al que quiere seguir manteniendo empaquetado al grupo de diabéticos crónicos, sometidos a controles periódicos rutinarios, coaccionados por la preocupación solitaria de mantener dentro de parámetros aceptables su nivel de glicemia, como único norte. La sinusitis causante CONCOMITANTE SINE QUA NON, confirmada por Rx simple, debe ser erradicada mediante tratamiento HOMEOPATICO MODERNO, como corresponde, y mantener la vigilancia periódicamente, buscando descubrir saltos imprevistos del nivel de glicemia, así mismo las variables en el proceso de recuperación del nivel fluctuante normal mediante controles mensuales, en ayuno. El bajón hasta aproximadamente 76 mgs., desde la cima reversible de de 110 en solo tres meses o antes, es el resultado extraordinario común y corriente, sin haberse restringido su dieta acostumbra. Y lo único que se debe eliminar es la ingesta de azúcar o cualquier adulcorante de la ingesta de todos los pacientes diabéticos sin excepción, y en los adultos no diabéticos, por encima de los 24 años de edad, no por la acción directa en el nivel de glicemia, sino por ser causante de arterioesclerosis sin igual, al ser responsables del aumento del colesterol y triglicéridos. Azúcar es: la refinada, la blanca, la morena, el papelón, la miel de abeja y más aun el químico adulcorante de aparición reciente y comúnmente indicado como una panacea para estos pacientes diabéticos. Esta comprobación se facilita ratificarla en damas diabéticas en edad madura, porque no tiene igual en cuidarse de cualquier desorden alimentario.

Todo paciente PREDIABETICO tratado de la manera tradicional con dieta restrictiva e hipoglucimiante va irremediablemente a coronarse en un tiempo más larguito después, como DIABETICO, puesto que sencillamente es tratado con énfasis en ponerle coto a los efectos del proceso degenerativo y no en la causa originaria y desencadenante de esta enfermedad: LA TÓXICA SINOSOPATIA CRÓNICA SINE QUA NON.

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Sinusitis en hematología

Es por demás llamativo el gran número de pacientes mayoritariamente de sexo femenino, portadores de gastritis crónica, que acusan anemia insipiente (entre 11y 12 grs,) corroborada en los exámenes rutinarios de laboratorio, sorprendente por demás, porque son pacientes que viven en los Andes Venezolanos, a más de 1000 metros de altura sobre el nivel del mar y por lo general, sufren al mismo tiempo de estreñimiento o crónico o colon irritable, timpanismo abdominal.

El mecanismo natural que motiva el paso de la gastritis a úlcera, se explica por la puesta en marcha de la actividad restrictiva del simpático, como mecanismo defensivo, sobre el flujo sanguíneo arteriolar gástrico, que procura provocar escasez de materia prima a las glándulas para inducirla a producir menos ácido clorhídrico, etc., lo que a su vez lleva inevitablemente a cierto grado de necrosis focalizada, sumada a la presencia de enorme concentración de toxinas, resultantes de la difuminación por acción del jugo gástrico de enormes cantidades de bacterias, responsables del mucopús sinusítico que chorrea desde la nasofaringe, cuya presencia de larga data originó previamente la gastritis erosivas, situación crítica que da comienzo a la úlcera. La aclorhidria resultante es un factor que bloquea la conversión del hierro dietético en asimilable, lo cual aunado al conocido factor de "anemia fecal", con que contribuye la falta de actividad del intestino grueso, debido a su estreñimiento crónico, siempre posterior a la disfunción ácida gástrica, da como resultado una anemia ferropriva, resistente la mayoría de la veces a la terapia convencional.

La sinusopatía es la causante directa de faringitis, gastritis, estreñimiento o colon irritable, hemorroides, la gasificación o timpanismo abdominal y la parasitosis recidivante siempre conviviente. Los diferentes plexos autónomos (simpático y parasimpático), situados en las paredes de estos órganos, inevitablemente resultan irritados, lo cual se traduce en hiperactividad simpática, que bloquea la mediación trófica parasimpática circunscrita naturalmente, necesaria en el desempeño de la activad glandular y muscular.

La anemia nos informa de la existencia de trabas disfuncionales digestivas en pacientes que no tienen restricciones alimentarias, que bloquean la asimilación del factor hierro y de otros microelementos indispensables en la formación de proteinas, etc., muy necesarias para la producción de glóbulos rojos, etc., por lo que se observa ilógico, la insistencia prioritaria de una prescripción de concentrados farmacéuticos masivos de hierro, insistentemente continuada, puesto que se ve que el problema no es el déficit de materia prima ferrosa en la dieta de la gente que no pasa hambre, sino su asimilación. No es a mandarriazos con hierro que se reconstruye, pues a lo mejor sucede lo contrario. La gastritis en concomitancia con alguna o generalmente de otras alteraciones del tubo digestivo, lleva inevitablemente a situaciones de anemia en la sangre y en todos los sistemas corporales, lo que pasa es que el resto de los sistemas no se pueden explorar de manera fácil como se hace con la sangre. El aparato digestivo es un conglomerado de órganos viscerales, filogenéticamente el primogénito de los sistemas creado por el cerebro primitivo visceral, para que a su alrededor, al iqual que el núcleo de una célula, se fueran construyendo el resto de los sistemas faltantes, asegurados persistentemente por este suplidor energético.

Por todo lo expuesto, frente a un paciente con anemia sanguínea, se aprecia fácilmente también la anemia del complejo sistema hipotalámico-visceral, que controla la sensación de hambre (entre otras decenas de funciones), y este termómetro nos indica el grado de compromiso que afecta a la globalidad de los órganos y sus funciones, que dependen del cerebro: todas sin excepción.

Por lo que la terapia debe de enfocarse prioritariamente en la patología desencadenadora global primitiva sinusal, madre de todos estos síndromes, por lo que debe relegarse a la periferia el enfoque y tratamiento de los síndromes digestivos, como la acidez gástrica,( gastritis), lógicamente solo pretendiendo su alivio ( y no su cura), de la manera tradicional como se ha hecho hasta el presente, pero con la diferencia que en adelante se tiene que tomar muy en cuenta este doble enfoque: el enfoque prioritario, a la causa desencadenante (morbo primitivo). El segundo enfoque, es para las lesiones secundarias sindromáticas. Es importante desde ahora entender, que los síndromes son apenas la sombras de un morbo primitivo y parangonado a un cazador medianamente experimentado, éste nunca le dispararía a la sombre de su presa.

En la ingesta diaria tradicional promedio, hay microelementos entre ellos hierro, suficientemente para restituir por si sola los niveles de hemoglobina en sangre, lo cual descarta que el responsable del déficit sea por la restricción de este elemento en el suministro externo diario. Es oportuno volver a remarcar que la cura de la gastritis se concreta aproximadamente a los 10 meses después aproximadamente, de haberse cumplido el tratamiento moderno de la sinusitis, con variable impuesta por su data.

En gastroenterología: Complicaciones lineales de la sinusitis

La vía amplia tubular directa: faringe-esófago-gastro-intestinal, asegura la prosecución de la mucopurulencia sinusítica y la siembra a todo nivel, de procesos irritativos inflamatorios provocando adicionalmente timpanismo abdominal, por fermentación de esta mucosidad y además, asegura la multiplicación y supervivencia de la parasitosis intestinal, ya que esta purulencia constituye su "alimento favorito", puesto que contiene un porcentaje de proteínas (20 %), superior al l9 % de la carne, huevo y pescado.

Al someter al paciente a solo tratamiento moderno antisinusítico específico, estos síndromes van desapareciendo, en el siguiente orden, lo cual atestigua ciento por %, que no son entidades primitivas ni autónomas, sino tan solo, complicaciones integrantes del inmenso archipiélago, parido por la superinfecciòn madre SINUSITIS.

Hemorroides, entre los 7 a 10 primeros días de instalada la terapia.

Timpanismo abdominal, (gasificación global gastrointestinal) a los 40 días.

Estreñimiento o Colon irritable: entre 40 y 50 días.

Gastritis, entre 10-15 meses.

Ante todo, desde mi humilde posición, aprovecho esta oportunidad para levantar mi VOZ DE PROTESTA, al considerar desafortunada la asignación del PREMIO NOVEL DE MEDICINA 2005, a quienes "descubrieron al agente causal de la gastritis": EL HELICOBACTER PILORI. Este micro-organismo está presente tan solo en el 50 % de los pacientes sufrientes de GASTRITIS y por igual en los ajenos a esta INFLAMACION, lo que indica a todas luces que no es más que UN SAPRÓFITO, cuyo hábitat debe de ser la primera porción del duodeno y que, ocasionalmente incursiona a la región pilórica estomacal. Repito, la GASTRITIS ORIGINALMENTE NO ES MAS QUE UN SINDROME INFLAMATORIO y no una INFECCION, puesto que no da fiebre, malestar general, ni diarrea, etc. En el caso supuesto que fuera en verdad una infección, producida desde luego por el hilicobácter pílori, bastaría con un tratamiento específico antibiótico para su erradicación definitiva. ¿ o és que acaso no se ha producido tal antibiótico ?).

En cambio, como LESIÓN INFLAMATORIA, NO TIENE AGENTE ETIOLOGICO ESPECIFICO, sino un desencadenante inespecífico hasta ahora desconocido, agente que es grato reseñarlo en esta hora afortunada, como lo es la llegada al estómago de descargas continuas, de grandes cantidades de purulencia y de bacterias, que desde las oquedades sinusopáticas, las que al llegar a esta cavidad, por la acción del jugo gástrico, el enorme y diverso contenido bacteriano se difumina y sus resultantes productos tóxicos muy "calientes", en sinergia con los procesos tróficos y disfuncionales concomitantes y puntuales, ocasionados por el entrabamiento del sistema nervioso autónomo sobre esta víscera, ya in situ o a nivel del eje hipotálamo-hipofisario, irritado por la contigüidad del foco sinusítico esfenoidal, se va creando paulatinamente el ambiente adecuado para que se desarrolle una gastritis y mas luego, a distancia variable en el tiempo, la úlcera gástrica consecuencial, que lleva linealmente al cáncer.

Por desconocimiento hasta ahora de este agente causal verdadero, a la ciega se recetan "medicamentos y que protectores gástricos", que no son otra cosa que un salto al vacío, puesto que si la idea es proporcionar una especie de blindaje a la mucosa gástrica, éste tiene que ser "construido" tomando en cuenta la identidad del agente agresor, todo lo cual deja ver con claridad meridiana, el desconocimiento de la etiopatogenia de esta erosionante patología digestiva, la cual debiera de ser prevenida antes de esperar su segura aparición, últimamente con mayor frecuencia en pacientes adultos jóvenes, sufrientes de una sinusopatía crónica (¿ y quién no es hospedero de ésta, desde antes de cumplir el primer año de edad ?). La erradicación definitiva de la sinusitis, durante la niñez o al comienzo de la adolescencia, conlleva a evitar aguas abajo, la gastritis, la úlcera gástrica, el estreñimiento o colon irritable, meteorismo, parasitosis intestinal variada, hemorroides, y finalmente cáncer en cualquiera de estos segmentos digestivos, como secuela terciaria de todas estas complicaciones sindromatopáticas, que por omisión se dejaron evolucionar hasta convertirse en morbos autónomos irreversibles, todos los cuales se erigen a posteridad, como monumentos de ingrata recordación, cuyas miles de víctimas desde el más allá, claman porque a las conciencias de los protagonistas de la ciencia médica, Dios las bendiga y las provea con mayor claridad, para que se nos amplíe e ilumine el sendero ético en nuestra praxis diaria.

Sinusitis en nutrición y dietética

El aparato digestivo es uno de los proveedores importantes de la energía vital, al manipular y transformar los alimentos hasta hacerlos asimilables. Si el andamiaje de este sistema está desarticulado por perturbaciones funcionales y orgánicas, propias y rutinarias de la contaminación purulencia sinusopática, puesto que el desaguadero natural de este continuo escurrimiento, que se agrava en general en las damas, por la incapacidad manifiesta de carraspear y botar, sino que automáticamente escupen para adentro, lo que asegura un tragado del 100%, contrario en el hombre que se defiende al carraspear y escupir, "tirando a la calle" la casi totalidad de esta basura. Durante el sueño el escurrimiento tiene luz verde hasta el estómago en ambos sexos.

De esta forma los alimentos ingeridos por muy variados, ricos en vitaminas, minerales y en cantidad ajustada, elaborados bajo las más estrictas normas sanitaria y nutricional, son mezclados y "engrasados" en el interior del tubo digestivo del pacientes sufriente de una sinusopatía crónica, y terminan no sin dificultad siendo finalmente asimilados y acto seguido toda esta papilla mitad alimentos y mitad mucosidad purulenta, transita por la autopista porta-hepática para que la glándula hepática termine la molienda, cuya maquinaria metabólica se recalienta naturalmente a la llegada y procesamiento de sustancias contaminantes, lo cual repercutirá en sufrimiento de los hepatocitos, y la totalidad del hígado reaccionará produciendo catabolitos muy tóxicos que disueltos en la bilis, llegan al depósito vesicular de maduración biliar y en un tiempo sumatoriamente prudencial de manera por demás prematura, esta organela acusa señal de daño inflamatorio y mediante palpación, en el cruce de las líneas umbílico-axilar anterior con la del reborde costal derecho, y si se produce algia, se confirma como punto cístico positivo, lenguaje por demás propio de un dispositivo que integra parte del sistema primario de defensa integral de la salud, junto amígdalas, adenoides, nefrones, etc., entre las ya citadas, que llegan hasta inmolarse para delatar, si fuera el cado de la vesícula, que la víscera hepática (glándula esencial para el mantenimiento de la vida con decenas de funciones conocidas), está siendo víctima de un ejército invasor oculto, camuflado entre los nutrientes asimilados, y que de mantenerse esta situación peligrosa, con seguridad terminará causándole lesiones degenerativas y hasta irreparables, cuyas secuelas tendrán gran impacto en los mecanismos complejos, como el mantenimiento de la reserva de glucógeno hepático para de manera integrada con la hipófisis y el páncreas, ajustar según los requerimientos del momento el nivel dinámico de la glicemia. En este sentido, los pacientes con tendencia reiterada a mantenerse con niveles de glicemia sobre los 100mgs%, no lograrán revertir con seguridad esta tendencia jamás por la vía de la prescripción e imposición de dietas por muy especiales que sean éstas y cuando mas, lo que se logrará es la prolongación en el tiempo de su condición de pre-diabético, pero nunca se podrá evitar con total seguridad, que el paciente a futuro no se inscriba en el club de los diabéticos.

Por otro lado, el punto A (del apetito), está situado en la pared posterior de la faringe y solo está presente en las damas. La siempre presente faringitis crónica (de origen sinusítico por supuesto), cuando se presenta florida, lo irrita continuamente, lo que asegura una sensación de hambre persistente, situación que las lleva inexorablemente a romper la dieta de hambre autoimpuesta, la cual es solo posible sobrellevarla con poco sacrificio, hasta bajo condiciones de una faringe moderadamente saludable. El rompimiento de este auto compromiso, da pasa a un apetito voraz, que lógicamente la llevará inexorablemente al aumento de peso. Cualquier niña bajo control idóneo y finalmente con la aplicación de la terapia de erradicación de su sinusitis y por ende de su faringitis crónica, pasa por recuperar y mantener el nivel apropiadamente bajo de su apetito, y esta caída pausada es un síntoma que persigo y aprecio muy especialmente, (disminución que sorprende a cualquier incauto), conducta que le asegura el desarrollo normal en talla y peso. Ojo: niña con faringe sana come moderadamente y no se debe alterar mediante ningún artificio este comportamiento por demás natural, puesto que así lo autoriza el metabolismo de las hembras. Todo lo contrario le sucede al varón: siempre tiene buen apetito porque así se lo exige el metabolismo propio de su sexo. Ojo: cuando el varón no come es porque está verdaderamente enfermo y obligarlo a comer más allá de su deseo es contranatura.

En ambos sexos, la pérdida persistente del apetito, en concomitancia con otros síndromes digestivos de larga data, entre éstos meteorismos abdominal en los bebés, infantes y al comienzo de la adolescencia; asimismo, al final de ésta y en adultos en adelante, con gastritis, estreñimiento, parasitosis intestinal, hemorroides, traduce la puesta en marcha de mecanismos de alarma orientados a proteger la órgano-funcionalidad digestiva, que callada y paulatinamente va siendo intoxicada por el tránsito cotidiano de mucopurulencia, agente que debe ser confirmado o descartado en primer lugar de forma sencilla, con la visualización de la cortina de mucopurulencia que escurre por su bucofaringe, facilitada con un bajalengua.

De esta manera asténica, por demás natural la totalidad de la maquinaria digestiva, es sometida a "terapia de descanso", en busca de alargar la precariedad de su sobrevivencia, y es el cerebro que pone en marcha dispositivos neurohormonales comandados directamente por el hipotálamo, como respuesta apropiada al persistente flujo de mensajes de naturaleza sufrientes que desde la globalidad del aparato digestivo, "solicitan" reposo y hasta apagar el motor de la digestión, con el propósito naturalmente de asegurar y alargar su presencia vital. Si la maquinaria no está suficientemente apta para iniciar y mantener el proceso digestivo, el cerebro es suficientemente hábil para abrir o cerrar válvulas que eviten el empeoramiento disfuncional de un sistema dado. El cierre de la válvula del apetito, debe interpretarse como una señal, que se debe de tomar muy seriamente en cuenta, más aun si el paciente es varón en pleno crecimiento, y que debemos interpretarla con la misma alarma que nos suscita la salida de humo de una habitación que más luego seguramente se incendiará

Los especialistas en nutrición y dietas, no debieran seguir esgrimiendo la bandera de "yo no soy médico". Es muy conveniente dotarlos durante su formación de herramientas básicas, que le permitan identificar e interpretar la presencia de síndromes que pululan en el territorio a donde se dirige directamente el quehacer de su importante actividad, el cual es el tuvo digestivo, cuyo funcionamiento tiene que ser cuidadosamente vigilado, con el propósito de asegurar que toda su organicidad se mantenga dentro de los parámetros de la normalidad, todo lo cual repercutirá afirmativamente por demás, en la justificación de la existencia y sobrevivencia de esta importantísima profesión. Siguiendo la hilaridad del tema, recuerdo, que de nada sirve un plato de sopa muy nutritiva y preparada con las más estrictas normas sanitarias si su destino es un terreno infértil. Signos como el casi nunca ausente timpanismo abdominal entre otros síndromes básicos digestivos, debe ser observados e interpretado por estos profesionales, como señales disfuncionales, que automáticamente le bajan la santamaría al hambre, empalidecen la piel de la facies, etc., y frente a todo lo cual, deben abstenerse de preparar esmeradamente dietas especiales con comidas suculentas y vitaminosas como si fuera lo prioritario, supuesto negado, puesto que al final de su ingestión pírrica a la fuerza, luego de ruegos, súplicas y hasta maltratos físicos, no se puede evitar que vayan a parar al retrete, por una digestión irregular.

Finalmente la guinda de la torta, el niño(a) que exhibe a simple vista el cuadro del síndrome "trastorno de la atención-aprendizaje e hiperactividad", que refleja la gran carga de parasitosis intestinal que hospeda, cuya cosecha tóxica se suma a la propia de la sinusitis desencadenante, construida por inmensas colonias de bacterias de diversa naturaleza, y esta bola venenosa asimilada durante el difícil proceso digestivo, al abordar la circulación general y contactar por supuesto a la corteza cerebral en general, (pero muy en especial la fronto-motriz), la irrita provocando este síndrome, cuya actividad irritativa psico-física es acusada con claridad meridiana por la conducta hiperactiva que exhiben continuamente, por ningún lado utilitaria. Sin embargo si este desnutrido que sufre el síndrome arriba señalado, logra tragar algo de esa nutritiva ración, esta fracción con seguridad lo devorarán los parásitos, cuya sobrevivencia se las asegura el escurrimiento continuo y abundante del mucopús sinusopático, el cual contiene por cada 100 cc., 20 gramos de proteinas, superior la carne, leche y huevos cuyo tope es 19%. Finalmente repito, que antes de solo pensar en tratar de reparar el déficit que acusa el paciente, creyendo que la solución es solo a nivel de ingesta de dietas apropiadas y especiales, es interesante valorar el estado en que se encuentra la maquinaria digestiva. Con solo palpar y percutir su abdomen, se tiene idea del grado de su inflación (meteorismo), agregado a la palidez concomitante de su rostro, lo cual indica que el proceso digestivo está comprometido seriamente.

Si hay deterioro en la maquinaria digestiva y negligentemente insistimos en hacer tragar a la fuerza al paciente, abrimos y entramos en el ciclo vicioso de remar en la arena para nunca llegar a ninguna parte, por lo tanto, este proceder deja mucho que desear, e indebidamente le deja abierta las puertas a los que opinan, que el déficit pondoestatural que acusará con toda seguridad durante su adolescencia, hay que corregirlo mediante la prescripción de hormona del crecimiento, conducta que conduce a un escenario laberíntico.

En nefrología: sinusitis y Litiasis Renal

La insuficiencia renal crónica es una de las patologías más catastróficas que puede sufrir el riñón y el paciente desde luego. Tiene un tiempo de inicio callado, oculta detrás de pielonefritis y glomerulonefritis entre otras afecciones, pero posteriormente vienen momentos de angustia y llanto. Las toxina absorbidas mayoritariamente desde el interior del tubo digestivo, a partir de la mucopurulencia sinusopática, mezclados con los productos asimilados durante el proceso digestivo, y ya integrados a la volemia, tienen contacto íntimo con el nefrón durante todo el periodo de actividad filtrante. De igual manera durante el tiempo de descanso, éstos dejan de trabajar, pero los agentes irritantes no, porque continúan pegados en la humedad que recubre a estas organelas, de tal forma que la acción perturbadora es continua. Mediante exámenes ordinarios del sedimento urinario, además de niveles de urea y creatinina se puede vigilar la función renal, para evitar el potencial deterioro del nefrón, (componente del sistema de alarma para la protección integral de la salud), porque no se debe seguir esperando pasivamente su deterioro previsible, puesto que la presencia de arenilla en el sedimento, más que sospechada es delatada prematuramente por la puñopercusión positiva lumbar, generalmente bilateral.

Omitir esta previsión, es colaborar irresponsablemente en la aventura que el daño se haga crónico y hasta irreversible, excusable solo por el desconocimiento hasta ahora de la causa desencadenante de la problemática renal. La verdadera solución es la prevención, la cual se consigue fácilmente, tan solo evitar que el medio ambiente sanguíneo se convierta en una especie de cloaca con grandes cantidades de desechos tóxicos, y esta situación se previene a su vez, confirmando y tratando radicalmente cuanto antes posible, la sine qua non sinusitis crónica que cabalga sin excepción, sobre estos procesos degenerativos. El seguimiento de la evolución decantada de este sedimento, así como los niveles de urea, creatinina, PH, etc., mediante laboratorio seriado, confirmará con resultados propositivos al finalizar la terapia antisinusítica, mediante el determinante binomio causa y efecto, la verdadera etiopatogenia distante sinusítica y hasta ahora secreta de la patología renal. Asimismo el transplante renal es para muy pocos supersortarios, con el agravante del gran índice de rechazo, que bien pudiera achacársele a la intoxicarte presencia activa de la infección sinusopática atropellante, presente aún en el receptor, acontecimiento fallido que obviamente la reseñala y la reconfirma como la responsable absoluta del desastre renal primario.

En neumonología: sinusitis y asma bronquial

La mucopurulencia sinusal tiene elaborado su camino natural, recorriéndolo de forma por demás facilitada, la cual escurre desde la rinofaringo y sigue el curso laringo-traqueo-bronquial, sembrando secuelas infecto-inflamatorias desde su propio inicio hasta su extremo terminal de esta autopista: los pulmones y sus envolturas.

Sobresale entre estas complicaciones el ASMA BRONQUIAL, cuyo tratamiento tradicional por demás errado, solo está dirigido exclusivamente al síndrome asfíctico. Es oportuno recordar que detrás de cada efecto hay una causa que lo origina y esta afección no es la excepción. EL ASMA BRONQUIAL SE SUMA COMO UN ISLOTE PROTUBERANTE DEL GRAN ARCHIPIELAGO DE LAS CONPLICACIONES SINDROMATICAS SEMBRADAS POR LA SUPERMADRE SINUSITIS CRONICA. El dedo en el gatillo que dispara el acceso asmático, es el paso de una permanente traqueitis crónica, (como un tentáculo más de la sinusitis) que al reagudizarse da paso a una bronquitis aguda. Esta afección crónica traqueal que se mantiene en situación subclínica, por el silencio sintomatológico que acusa, (apena tos ocasional) está adormecida en un gran porcentaje de los afectados por esta infección sinusal, pero está efervescente en el 100 % de la población asmática, por lo tanto se erige como la condición SINE QUA NON que desencadena este terrible padecimiento.

Si bien la crisis tiene necesariamente que ser tratada con la urgencia tradicional con que se hace, como tratamiento paliativo, es por demás justo y necesario implantar inmediatamente la terapia homeopática moderno contra el AGENTE CAUSAL SINUSOPATICO, único responsable directo, terapia que desde su inicio, tiene que ser dirigida a erradicar definitivamente, primero y principalmente la sinusitis, y concomitante este síndrome asfíxico, fortaleciendo la tos apagada y improductiva, con la ayuda de hidratantes, expectorantes y derivados de la betametasona, estratagema contraria a la tradicional que hasta hoy, enfoca con visión tubular la tarea prioritaria de solo neutralizar la aparatosa crisis. Es innecesario por inútil y contraproducente la administración de antialérgicos, antiasmáticos y antitusivos, en esta tarea de erradicar para siempre el asma bronquial. El uso de antitusivo debe restringirse solo a suavizar el acceso de tos sofocante si se desencadena y no para eliminarla, puesto que es el único mecanismo defensivo de expulsión al exterior de los líquidos llegados o producidos en los órganos respiratorios. Hasta ahora todos los pacientes asmáticos que han sido tratados, sin ninguna excepción, han sido curados radicalmente de asma bronquial.

En pediatría y psiquiatría: sinusitis y Trastorno de la Atención/aprendizaje e hiperactividad (TTA-ha)

Un elevado porcentaje de los procesos enfermantes especialmente del lactante, le llegan de manera continua, favorecidos por el contacto contiguo que por fuerza mayor tiene que llevarse a cabo durante el tiempo propiamente de lactancia materna, acto por demás obligante y repetitivo diariamente, como es natural. Este pequeñito ser, aún los prematuros llegan generalmente sin taras genéticas aparentes, con buen apetito, con buenas defensas y sin estrenar a ninguno de los representantes de la comunidad microbiológica que afecta con toda seguridad a sus congéneres humanos que lo rodean, muy particularmente las variables y abundantes bacterias de la fauna existente en los focos sinusopáticos, las cuales expele su señora madre cada vez que le echa encima amorosamente sus respiraciones, toses, estornudos, besos, etc.. La peligrosidad contaminante de la sinusitis de la madre, está señalada y determinada por la cantidad de veces que un lactante es afectado por procesos infecciosos naso-faringo-traqueo-bronquial; faringo-gastro-intestinal; faringo-ótico, entre los más frecuentes. Por otro lado, no se puede continuar en los consultorios pediátricos la rutina de seguir ignorando la verdadera naturaleza de su paciente, pues no puede seguir siendo el solitario nené, sino la dualidad (niño-madre), que posee dos cabezas, dos cuerpos y cuatro extremidades. La pediatría se modernizará cuando termine de aceptar que su praxis tiene que efectuarla frente a un paciente que por fuerza de la evolución del conocimiento tiene naturaleza binaria. Esta nueva visión acarrea la responsabilidad ineludible y urgente de acometer cambios curriculares, como la exigencia de ser un clínico materno-pediátrico.

Es especialmente la MADRE SINUSITICA la siempre responsable de este contagio repetitivo enfermante del niño (o su sustituta), y por lo tanto debe merecer en el mismo acto médico junto a su niño, al menos un interrogatorio minucioso y el consiguiente examen de la faringe por lo menos. Preguntar por el tiempo de data de esas ojeras; carraspea y traga mucosidad frecuentemente?; Sufre de dolores de cabeza?; Tiene tos?; es asmática?. Sufre de gastritis, de estreñimiento, de hemorroides?. Sufre de dismenorrea. Es diabética?. Cualquiera de estas nosologías sindromatológicas denota indiscutiblemente la presencia de una sinusitis desencadenante y por lo menos, debe de aconsejársele el usos de tapaboca durante ese tiempo de amamantamiento. A esta progenitora se le debe tratar su patología sinusal modernamente, con terapia homeopática que asegure su curación radicalmente, descartando por completo la solución quirúrgica al respecto.

Nota importante: Cuando menciono solo a la progenitora, de ninguna manera excluyo de estas responsabilidades contaminosas y contagiosas al padre, los abuelos, hermanos(as) y demás personas convivientes en el hogar, puesto que todos sufren de una sinusitis como integrante de la gran estadística mundial, donde pocas personas sanas constituyen la excepción a la regla. Cito a la madre porque este binomio es en realidad una unidad químicamente inseparable.-

TRASTORNO DE LA ATENCIÓN-APRENDIZAJE e HIPERACTIVIDAD (TAA-Ha). Este síndrome indevidamente conocido como "déficit de atención e hiperquinesia" o "trastorno físico del aprendizaje e hiperquinesia," afecta al 7% de la población escolar venezolana, según estudio de los doctores Joaquín Peña y Cecilia Montiel, realizado en Maracaibo, Venezuela y publicado en el Diario Tal Cual, de fecha 22-04-05. También en los Estados Unidos existen más de 6 millones de niños afectados y "tratados indebidamente con drogas estimulantes, como si se trataran de ENFERMOS MENTALES o PSIQUIATRICOS, tratamiento por demás inductivo que inequívocamente los coronará a futuro como adictos a la cocaina".

Este síndrome no es más que una disfunción neurológica completamente reversible, de carácter mixto, porque disloca tanto la actividad mental y como la física del paciente: a) cognitivo, debido a la irritabilidad del lóbulo prefrontal, que es el asiento de la actividad cognoscitiva (conocimiento, comprensión y razonamiento), que constituye el componente mental y racional de la conducta y b) la física, debido a la desestabilización de la corteza frontal, asiento de las funciones motrices voluntaria, la cual es sometida a un bombardeo de estímulos cambiantes de forma continuada, canalizados mayormente por vía óptica, cada uno de los cuales coronan su objetivo con prontas e impensadas respuestas musculares hiperactivas multidireccionales, huérfanas de propósitos utilitarios y sobretodo de atención, que se suceden a la manera de un video que se revisa a sobrevelocidad, conducta que se observa por demás irregular y agotadora, que además se irradia y desestabiliza la salud emocional del grupo familiar, porque sobresale del acostumbrado quehacer psicomotriz naturalmente exhibido y aceptado como normal para el grupo etario al que pertenecen los pacientes afectados.

Los calificativos tradicionales de este síndrome, son inadecuados, porque no puede haber déficit donde nunca ha existido atención, e hiperquinesia, porque resulta indebido por exagerado, puesto que el DICCIONARIO TERMINOLOGICO DE CIENCIAS MEDICAS (SAVAT EDITORES), lo define como "actividad muscular exagerada, comprendida dentro de: CONTRACTURAS, CONVULCIONES, COREA, TEMBLORES, EPILEPIA SINTOMATICA, situaciones totalmente ausentes en este cuadro, pero aunque este síndrome no es causado por las serias complicaciones neurológicas irreversibles de éstas, sus hermanas mayores, no pasa desapercibida la concomitante y manifiesta "quinesia" o motricidad hiperactiva, conducta por demás preocupante, aunada a una desinhibición mayúscula y a una falta total de atención. En adelante la denominación adecuada para bautizar a este cuadro sindromático reversible es: TRASTORNO DE LA ATENCIÓN-APRENDIZAJE E HIPERACTIVIDAD (TAA-Ha), y su bases etiopatogénicas desencadenantes son sin duda alguna. de naturaleza bioquímica: 1) BACTERIANA SINUSITICA Y 2) PARASITARIA INTESTINAL.

NO ES UNA PATOLOGIA PSICOMOTORA, PORQUE ES TOTALMENTE AJENA A CAUSAS PSICONEUROTICAS. Los fundamentos de esta aseveración negadora se anotan a continuación:

a) se trata de una afección secundaria, es decir de un síndrome derivado, provocado por un morbo genuinamente primitivo y originario: LA SINUSITIS. Este síndrome (como cualquier otro), se difumina de manera automática cuando se erradica el morbo primitivo específico que lo provoca y, ésto es lo que ocurre cuando someto al niño aquejado del TTA-Ha., al tratamiento moderno radical de la sinusopatía, el cual se cumple en solo 3 meses aproximadamente. Terapia que por supuesto, está en el punto opuesto de los tratamientos arbitrarios para las psiconeurosis por impropios.

b) El trastorno tiene origen bioquímico, ya que los estímulos tóxicos desencadenantes, son de naturaleza biológica provenientes de la actividad infecto-inflamatorias de las cepas bacterianas propias de una sinusitis, sumadas a las sustancias irritantes de una parasitosis intestinal importante, como resultado de la abundante y permanente llegada de mucopús que se produce en los senos paranasales infecto-inflamados, y escurre desde la rinofaringe y transita sin obstáculo ninguno a lo largo del tubo digestivo, desencadenando gastritis, estreñimiento o colon irritable, hemorroides, y concomitantemente es un alimento superproteico primordial que los nutre y garantiza su multiplicación y una alta densidad poblacional parasitaria. Los diferentes contingentes de agentes bacterianos provenientes de la sinusitis, son difuminados por la acción del jugo gástrico, y su gran carga tóxica se suma en la luz del tubo intestinal delgado a la propia que genera la población parasitaria. Todos estas sustancias por demás irritativas, una vez asimiladas junto con los alimentos, por vía de la circulación general tiene luz verde a través de la barrera hemato-emcefálica para impactar al cerebro.

C. Los trastornos íntimos que alteran los complejos sistemas del aprendizaje, tienen su basamento en el entrabamiento de los mecanismos neuronales que tienen que ver con el paulatino desarrollo de las funciones psico-motrices, indispensables para construir y desarrollar la conducta primaria de aprender a aprender, postura que se consolida con el paso del tiempo y, que nos delata como seres humanos inteligentes. Es por demás evidente el concomitante y rudimentario estado apenas incipiente, para no decir de totalmente ausencia, en que se encuentra la también conducta de poner ATENCIÓN en este mismo escolar trastornado, debido a las mismas causas, y son estas dos primerísimas funciones que se tienen que rescatarse, (la del aprendizaje y la atención o de la atención y la del aprendizaje), puesto que forman una dualidad, que como las dos alas de un pájaro, jalan siempre en misma dirección. ¿Cuál de estas dos conductas esenciales es la primera?…

La atención es indispensable para construir el mecanismo para aprender, pero…para cultivar la conducta de poner atención, es también imprescindible la presencia del mecanismo activo del aprendizaje. Para el cultivo y desarrollo de la atención en estos pacientitos, es indispensable primero que todo curar radicalmente su sinusitis, desparasitarlo, y adicionalmente someterlos a practicar ejercicios primarios y simples de solo hacer que fije la mirada en un objeto cualquiera, como por ejemplo, enseñarle durante 3 a 5 segundos la mano con cambios del número de dedos repetidamente para que responda cada vez; un muñeco novedoso, articulado en diferentes posiciones; objetos interesantes para él, de diferentes formas, colores, tamaño, como lápices de colores, metras, fotografías de familiares y amiguitos, paquetes de barajas, álbum con fotografías de deportistas. etc., etc., los cuales se les señalan a 20 cms. de distancia, repetidamente sin llegar a cansarlo y cada 5to. día, se valora su desempeño, especialmente en el alargamiento del tiempo que gana su atención en permanecer observando un objeto nuevo, más que en el proceso de identificación del mismo.

La corteza cognitiva es la específica para producir y articular los mecanismos íntimos de la conducta de la atención-aprendizaje, que inicia su actividad a partir de un estímulo dado, el cual es complejamente procesado por neuronas especiales, con la finalidad de convertirlo en una herramienta de trabajo, como material utilitario indispensable para ir enriqueciendo la experiencia, para, de manera cotidiana ir enfrentando las problemáticas propias del diario discurrir, para darle mejores y facilitadas soluciones a cada obstáculos repetido o nuevo que de manera indispensables impone naturalmente el ascenso evolutivo de la inteligencia. Este nuevo conocimiento aprendido se incorpora y se depositado como tesoro con la debida atención apropiada a su valor intrínseco, en los núcleos subcorticales en calidad de MEMORIA. Es así como la corteza cerebral se descarga del lastre aprendido y siempre está libre como una esponja absorbente, con los espacios suficientes vacíos para seguir capturando y hospedando momentáneamente las nuevas informaciones que son la materia prima que procesa y transforma en conocimientos nóveles. Repito, los trastornos de la conducta de aprender a aprender NO SON DE ORIGEN MENTAL o PSíQUICO, sino EXCLUSIVAMENTE ORGANICO. Argumento con el que apoyo parcialmente a lo atestiguado por el Dr. Fred Baughman, jr., (pediatra neurólogo) que dice: Aquí, en Norteamérica "Están drogando a niños mentalmente sanos, el ADHD (siglas en inglés de TFDA=trastornos físicos del aprendizaje) es 100% UN FRAUDE", (www.psychcr).

¿Cómo, que es un fraude? …Si no son psicóticos, son… dígalo Ud., Sr. Neurólogo?. Si ciertamente se refiere al tratamiento psiquiátrico como faudulento, lo acompaño Dr. Fred, pues este es un síndrome de naturaleza bioquímica bacteriana Y parasitaria) netamente física (bacteriana y parasitaria), el cual es completamente reversible con tratamiento físico/químico, ajeno totalmente a drogas psicoestimulantes, etc., por demás peligrosísimas.

El descubrimiento de su etiopatogenia bacteriana y parasitaria indudablemente lo encuentro reforzado, no solo en los resultados exitosos rutinarios al someter a mis pacienticos a terapia moderna radical contra las numerosas colonias bacterianas propias de una sinusitis, sino que involucra además actuar contra sus secuelas parasitarias intestinales. De esta manera queda establecido, en base a los resultados favorables y rutinarios de esta terapia, que su etiopatogenia es orgánica y bioquímica (física). Estos resultados, apoyan repito, el argumento del Dr. Sydney Walker III, (psiquiatra y neurólogo) autor del libro"EL FRAUDE DE LA HIPERACTIVADAD", quien menciona dentro de su larga lista de posibles desencadenantes de este irritante trastorno, entre muchas, a condiciones "FÍSICAS BACTERIANAS Y PARASITARIAS".

Por otro lado, LA ATENCION es un mecanismo psíquico que logra su objetivo natural cuando el individuo a conciencia dispone de ella inicialmente, y luego se mantiene automáticamente fija temporal y ordinariamente mientras dura el estímulo circunstancial que la suscitó. Por lo tanto es una conducta incipiente que se tiene que aprenderse a desarrollar. El tálamo óptico es el núcleo basal del cerebro que integra la totalidad de los estímulos que le llegan desde el exterior a través de los órganos de los sentidos, (con la excepción de los olfatorios), y desde el interior del cuerpo. Los recibe, los procesa, los integra y en orden prioritario los envía a la corteza cerebral. La toxicidad bacteriana y parasitaria también toca a este núcleo, alterando su función integradora, lo cual se traduce en disparos continuos tálamocorticales, sin ninguna organización ni propósito utilitario, provocando irritabilidad motriz e inestablidad psíquica. El niño durante las horas de vigilia, es un "loquito insoportable" y durante el sueño, manifiesta también su intranquilidad: se desarropa, chasquea los dientes, cambia de posiciones frenéticamente, pronuncia frases incoherentes, grita, etc..

TRATAMIENTO: Estos pacientes comparten la cumbre de las complicaciones clínicas más importantes entre las afecciones integrantes de la estadística de la problemática SINUPATOLOGICA, morbo infecto-tóxico-contagioso primitivo, que la padecen al menos, más del 80 % de la población mundial, sembrada en cada niño(a), a los pocos meses de nacidos por su propia madre, a través de la respiración, la tos, estornudos, besos, etc., desde luego sin saberlo ni desearlo. La cumbre de la estadística sinusítica además del síndrome del trastorno de la atención-aprendizaje e hiperactividad, la comparten otros morbos sindromáticos muy importantes por su "benimalignidad": MIGRAÑOSAS(os), ASMATICOS((as), DIABETICAS(os), LITIASICAS(os) VESICULARES Y RENALES, DISMENORREICAS E INFERTILES, LAS INDIGESTAS(os), complicaciones que sobresalen por encima de la enorme multitud del gran archipiélago de lesiones sindromatopáticas secundarias y terciarias sembradas en toda la geografía visceral, hijas legítimas de la supermadre y primitiva sinusopatía crónica.

Para combatir el Trastorno de Atención-Aprendizaje, la conducta terapéutica tiene que ser la apropiada para erradicar la disfunción neuronal orgánica (física) de la corteza cerebral frontal, y consiste en someter a estos niños (mayoritariamente masculinos) a la terapia homeopática antisinusítica. Dos meses después de iniciado este tratamiento, es rutina que el paciente aún continua expulsando mucopurulencia amarilla-amarillenta, Final y generalmente es la maestra del escolar, primero que los propios padres la que se da cuenta del cambio favorable de CONDUCTAS, tanto en ATENCION COMO EN RENDIMIENTO, acusada por mejores notas, lo cual junto con la recuperación del natural reposo psico-físico y de un sueño verdaderamente tranquilo y reparador, le permitirá gozar de un desarrollo psico-pondo-estatural equilibrado y apropiado.

Sin el desarrollo de LA ATENCIÓN no hay aprendizaje nuevo DURADERO, todo lo cual impedirá que este niño más víctima que culpable, culmine exitosamente tan siquiera los estudios de secundaria.-

Medicina sintomática o solo de alivio

El gran bosque de síndromes que caracteriza el medio ambiente donde se lleva a cabo la praxis médica contemporánea mundial, es tan gigantesco e inconmensurable, que su follaje exuberante e intrincado no deja ver por ningún ángulo la raíz conque necesariamente se sustenta. Es el caso que si llegamos a tener la intuición de curiosear para averiguar de manera concreta, la base de sustentación que le permite mantenerse plantado firmemente, a pesar de enfrentarse al acoso de terapias aparentemente idóneas, pero repetidamente fallidas en su intento de erradicarlos, nos llevaríamos con total seguridad la gran sorpresa, al constatar que los síndromes de reciente aparición, todos sin excepción carecen de raíz in situ, luego de escarbar suficientemente al pie de cada uno de éstos.

Si todavía a comienzo de este siglo XXI, seguimos persistiendo tosudamente en seguir protagonizando el enfrentamiento por demás inútil por miles de veces ya fallidos desde la propia prehistoria, contra los espejismos sindromáticos, todos los cuales sin excepción carecen de cuerpo y de luz propia en su etapa inicial, con el afán ciego de quererlos curar y, que solo corresponden por NATURALEZA a un sistema de alarma específico de un MORBO PRIMITIVO, ya escondido, velado o a distancia, que es el verdadero desencadenante responsable, por lo que todo el esfuerzo se debe concentrar en buscar y descubrir para erradicarlo con toda celeridad, lo cual produciría automáticamente el de estas alarmas sintomáticas que sufre y expresa el paciente, pues de seguir repitiéndose el esquema tradicional, ya históricamente fallido, con toda la seguridad del cosmo, seguiremos como el ganado en la época de sequía, caminando en pos de la laguna ilusoria inalcanzable…..y la sed y la fatiga son enemigos de la salud y de la propia vida.

Todo proceso vital tiene su historia, que comienza obligadamente en su origen y, en lo divino las apariciones espontaneas se aceptan sin pedir explicaciones, pero no así en ciencias, donde las excusas del no saberse forman una laguna solo de carácter temporario, hasta que el legítimo inquilino regresa y la rellena con conocimientos sólidos. La hasta ahora incapacidad para deslastrarnos de los síndromes ha terminado como objetivos prioritarios equivocados, lo cual equivale a cederle el paso obligadamente a un moderno ejercicio médico, cuyo norte es la prevención de los síndromes, antes que seguir perdiendo el tiempo y recursos en intentos fallidos de curarlos, con lo cual tradicionalmente solo se ha conseguido en la práctica, que lleguen a su fase de cronicidad, es decir, consiguen el efecto contrario al esperado El desenfoque del diagnóstico y del tratamiento es causado por pifia, al pretender encerrar como iguales dentro de un mismo concepto, al morbo primitivo y al síndrome, cuando el orden jerárquico establecido nos enseña que para que exista este último, por fuerza mayor tiene que haber un morbo progenitor primitivo protagonista que lo origina. En su etapa inicial el síndrome como tal carece de cuerpo y luz propia, puesto que no es un morbo genuino en sí, por lo que es imposible esperar que a su vez reproduzca síntomas propios, independientemente de que sus molestias se puedan exacerbar. El síndrome es una consecuencia inevitable, semejante al ruido del motor encendido, el cual mediante tecnología apropiada se puede reducir de intensidad, pero para eliminarlo. definitivamente hay que desactivar el motor específico que lo produce.

El síndrome es el efecto y no la causa y si se persiste en seguir martillando como objetivo primario por error sobre éstos, seguiremos cabalgando sobre esta cabalgadura emocional desbocada que hasta ahora solo consigue que el paciente termine en el fondo del precipicio y el médico tratante resbalándose en el borde del mismo. Solo la esperanza en intuir y aferrarse a un punto de inflexión antes de este inminente desastre, impuesto milagrosamente por tal vez un rayo proveniente de la fuente de la inteligencia, posicionará la razón por encima de la emoción en el puente de comando, para que se produzca la rectificación y de esta manera comenzar a caminar por un sendero nuevo prometedor, auspiciado por los resultados novedosos que se obtienen concretamente de forma rápida y automática, al someter en adelante al paciente, sin pérdida de tiempo, al tratamiento del proceso primitivo directamente como primera prioridad, morbo específico, auténticamente responsable de siembras y cultivos de estas lesiones en las vísceras y en los órganos de los sentidos, secuelas sindromáticas, que terminan a su tiempo, siempre en procesos crónicos.

Los síndromes que llegan de rutina a su fase de cronicidad sin excepción, lamentablemente son situaciones que dejan mucho que desear de una Ciencia Médica y que moderna, excusable solo por no saberse y, no por negligencia o ignorancia por ahora, luego de la prescripción habitual de un tratamiento direccionalmente sintomatolítico exclusivo, que a mediana data se consolidan con toda comodidad, al desarrollar raices propias, con lo que adquieren la categoría de morbos crónicos y ya autónomos (nunca primitivos), tienen las potencialidades de reproducir a su vez in situ su propio síndrome (signos y síntomas).

La duda militante proactiva de la nueva generación de galenos, terminará más temprano que tarde, de echar a la vera del camino por deslave natural evolutivo, el apego acostumbrado e inveterado de aquellos colegas veteranos inconmovibles.

La derivada naturaleza del síndrome, es un conocimiento básico, que no deja lugar a ninguna duda. Sus componentes objetivos: son los signos y, los subjetivos: los síntomas. Por concepto de fuerza mayor, el cual no acepta racionalmente ninguna duda, el alumbramiento del síndrome es protagonizado exclusivamente por una entidad morbosa primitiva. La forma razonable y facilitada de confirmar esta vinculación, es activando el binomio causa y efecto. Mediante el diagnóstico terapéutico, la Ciencia Médica sin mediatización alguna, tiene la capacidad de confirmar o por el contrario descartar el argumento que se sustenta. El caso en cuestión es que al someter el FOCO SUPERINFECCIOSO SINUSTICO a las consideraciones de esta metodología, los resultados que se obtienen coneste tratamiento específico in situ, focal, puntual, se concretan en la difuminación automática y radical del contingente de complicaciones sidromaticas vinculantes, asentadas en las vísceras corporales digestivas, respiratorias, sexuales femeninas y en los órganos de los sentidos. Resultados abrumadoramente positivos, que confirman y estimulan la puesta en marcha de esta novedosa terapéutica.

La pérdida de tiempo en andar por las ramas y no ir directamente a la raíz de la situación originariamente enfermante, es básicamente una corresponsabilidad ahora mismo y más aún a futuro del galeno, de la cual debe estar muy consciente, puesto que no escapará a las consideraciones legales y penales a futuro, tiempo en que la sociedad civil, recupere el protagonismo evolutivo que le corresponde por su naturaleza superior. Las consideraciones por negligencia u omisión al dejar que los procesos inicialmente irritantes y veladamente cautos en su instalación, lleguen a desarrollarse hasta el punto de su cronicidad irreversible, les creará irremediablemente situaciones por demás enojosas, cuando el paciente con la ley en la mano demande justicia.

CONCLUSION: Los síndromes tratados en solitario, es decir, sin importar llegar a identificar y erradicar al morbo primitivo especifico que los originó, omisión propia de esta ya obsoleta usanza terapéutica inútil, cuya declinación estrepitosa debe iniciarse a partir de la publicidad de esta denuncia, porque solo consigue podar o aliviar cuando más las lesiones sindromáticas, intentos múltiples fallidos, que consumen insumos, dinero y sobretodo tiempo, el cual utilizan éstas lesiones secundarias para cumplir su meta evolutiva para hacerse crónicos. .. A la manera solo de un ejemplo, el cual engloba a la totalidad de este archipiélago de síndromes sinusíticos: la gastritis diez años aproximadamente después de instalada, muy a pesar de protectores gástricos, etc., alcanza irremediablemente su estado de cronicidad transformándose en úlcera, y un tiempito después, traspasa la línea de la irreversibilidad, que empuja al paciente por dos senderos terminales: al quirófano con suerte, o por el otro, que termina en cáncer gástrico.

Sinusitis y tumores malignos

La praxis médica contemporánea tiene una gran corresponsabilidad en la promoción y multiplicación de los tumores malignos, cuando por negligencia, ignorancia o, por simplemente no saberse y, a futuro por tosudez, se siga persistiendo o insistiendo en desconocer la naturaleza sindromatopática de un sin número de procesos lesionantes viscerales, tomados históricamente por pifia como morbos primitivos y autónomos, cuando en la realidad concreta, son inicialmente solo síntomas y signos in situ, que a su debido tiempo se hacen crónicas y adquieren cuerpo, convirtiéndose en lesiones derivadas primarias (nunca primitivas), todas las cuales se clasifican específicamente por su naturaleza, como lesiones sindromatopáticas o sindromáticas o síndromes y no son mas, que generaciones de complicaciones derivadas, que van apareciendo como por generación espontanea solo aparentemente (porque nó es verdad), en las vísceras tubulares continuas que componen los aparatos digestivo y respiratorio, como secuela de la actividad metastasiante de la supermadre infección sinusitica, cuya mucopurulencia tóxica (infecciosa e inflamatoria), tiene luz verde para transitar sin obstáculo alguno, desde la rinofaringe a todo lo largo de estos sistemas, molestias sindromáticas, de inicio por supuesto benigno, como ejemplo, el síndrome gastrtis, el cual se compone de a) signos: la erosión de in situ de la mucosa gástrica, etc, y b) síntomas: la acidez gástrica, etc., de aparición y desarrollo lineal, todas las cuales se van desarrollando de manera sistemática.

El proceso infeccioso benigmaligno sinusítico o sinusopático, cuya estrategia por milenios, ha sido la de enmascararse detrás de su archipiélago de complicaciones sindromáticas teledirigidas, a todas las cuales las retoca y maquilla continuadamente, con lo que hasta hoy día y con toda seguridad, las seguirá pasando con el sigilo acostumbrado de siempre como "lesiones primitivas", tal vez hasta por el resto del presente siglo XXI. Hazaña que ha logrado la desinhibida sinusitis con la misma estrategia del lobo disfrazado de ovejita, con todo éxito por lo visto, ante los ojos adormilados, especialmente del gremio médico mundial, quién la cataloga como un procesito infeccioso totalmente minusválido, pues según su entender y conocimientos no pasa de una simple "gripecita" y con tal vez una que otra molestia muy ligera en la nariz, cuando más.

La esencia del problema que desencadenamos nosotros los médicos, tanto los especialistas como los generales, por fuerza de la costumbre inveterada, estriba, en que cuando estamos frente a una lesión especialmente visceral, cometemos cotidianamente el error de "saber" de entrada el diagnóstico y el tratamiento, sin nunca importarnos la naturaleza de su presencia y el desarrollo de estas importantes por comunes y sufrientes afecciones de naturaleza sindromáticas, es decir, que cometemos el error básico de pasar por alto, que un síndrome es el conjunto de signos y síntomas que se originan solo de un morbo primitivo. Afectaciones sindromáticas que en solitario, por su carácter de telesustentada a distancia, está blindada para resistir la terapia acostumbra, ya obsoleta, que solo consigue en la práctica terapéutica repetitiva, un resultado de poda de su follaje cuando más.

Igual que arar en el desierto, el tiempo consumido en los repetidos tratamientos para erradicarlas, solo se quedan en la intensión, ya que su real raíz, repito, está situada a distancia considerable del blanco enfocado y atacado, es decir, en los senos paranasales que es el asiento de la siempre presente sinusopatía crónica, tiempo improductivo que para el paciente significa sufrimiento, estrés y lágrimas, pero que contrariamente lo utiliza el síndrome para enraizarse propiamente, lo cual le da estatus de cronicidad, autonomía y potencialmente tiene la capacidad para abriese camino por sí mismo, al producir su específico síndrome in situ, es decir, alcanza su mayoría de edad, y ya con experiencia sobrada para salir airoso en los combates sucesivos que seguirá enfrentando, con total seguridad alcanzará la meta intermedia por demás peligrosa de la prefijada interfase de la irreversibilidad, preámbulo de la segura futura visita al quirófano donde terminará con suerte su odisea, como lesión premaligna o definitivamente como tumor canceroso. Si seguimos tomando estas importantes, por comunes y sufrientes afecciones sindromáticas tradicionales e históricas, como morbos silvestres y primitivos, olvidándonos que detrás de todos éstos, con toda honestidad está la mano peluda de la siempre presente y velada superinfección sinusopática, seguiremos cosechando fracaso tras fracasos, puesto que ningún síntoma se cura atacándolo en solitario y solo se consigue cuando más velar su intensidad, mientras él conquista su añorada cronicidad.

Conducta médica sindromatolítica condicionada, que solo por intereses mezquinos se podría seguir defendiendo y ejecutando, la cual se debe comenzar desde ya a desmontarse por anacrónica e impropia de una praxis que se autocalifica de moderna. Contribución muy modesta de comienzo, que se espera sea acogida y fructifique en un gran número de Colegas a escala mundial, sensibilizados para entreabrir la puerta de la curiosidad militante, para que la luz de un nuevo amanecer esperanzador, como punto de inflexión, comience a iluminar la reserva de la conciencia moral, para mostrar nuestra condición humana con sublime humildad y disponernos a aceptar y darle la bienvenida a las necesarias correcciones propositivas que nos impone la senda evolutiva, hacia metas superiores, en alas de los nuevos conocimiento renovadores. A futuro, solo como reseña histórica y con todo respeto, debe traerse a colación esta envejecida y moribunda práctica médica, porque por siempre habrá que agradecer a sus creadores iniciáticos, su aporte histórico como los primeros pasos que se dieron en la difícil tarea de comenzar a andar por el camino evolutivo, creador de la ciencia, sin miedo a cometer errores.

La conducta médica en adelante tiene que ser repotenciada, comenzando tan solo con auspiciar el intento de hacerla distinta, puesto que debe entrar en consideración en el momento que ocurre el diagnóstico, sopesar concientemente la potencial gravedad que conlleva confundir una lesión (sindromática) de cualquier orden generacional, ya primaria, secundaria, etc., cuya adjetivación como síndrome de por sí, la erige como una afección de carácter metastasiante e incurable in situ y por lo tanto, de origen teleimplantado, desde distancia significativa, es decir, por una sinusopatía crónica, Sindromepatía que naturalmente es también telesustentada y repotenciada permanentemente por su raíz progenitora originaria y verdaderamente primitiva, la que la vigila y protege, de la misma manera que aceptamos de rutina como necesario y natural, que una humana o hembra animal, cuida y protege su descendencia, hasta que por sí sola pueda autosostenerse, con lo que asegura su reproducción y la sobrevivencia de la especie.

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