Investigación sobre la sinusopatia (sinusitis o sinurrinitis) (página 2)
Enviado por Dr. Virgilio Blanco M.
El tratamiento de cada una de estas complicaciones sinusopáticas en solitario a la manera tradicional, en la creencia que se trata de lesiones aisladas, no es más que un anacronismo, una pérdida de tiempo, por que acusa con brillo resplandeciente, el desenfoque de una medicina netamente sindromática, dirigido con visión tubular a enfrentar específicamente a espejismos. Ejemplos sobran en el diario vivir de las secuelas de este tipo de terapia. Una simple gastritis, bajo control periódico del especialista en esta materia, generalmente al cabo de 5-10 años evoluciona a úlcera gástrica y 10 años más, el paciente es víctima de un cáncer gástrico. Cuando enfoco el proceso sinusítico como el blanco específico y verdaderamente raíz causante de la gastritis, ésta desaparece variando alrededor de los 10 meses su involución propositiva, luego de terminado este tratamiento radical, dependiendo variablemente del grado de su añeja cronicidad y siempre que por suerte no haya tenido tiempo de sembrarse con raices propias in situ.
Microbiología de la sinusitis
La gran variedad de elementos patógenos micro-orgánicos que origina y mantiene a una sinusopatía crónica, se caracterizan por el desarrollo de una total resistencia a los antibióticos y quimioterápicos, lo cual junto a su larga data por supuesto, es lo que en la práctica debe conferirle la condición de cronicidad. El drenaje fácil de la mucopurulencia que se constata en cada uno de los pacientes de cualquiera edad y sexo seguidamente a la aplicación de gotas nasales mucolíticas, confirma, que la lesión infecto-inflamatoria a nivel del complejo ostiumeatal, es de poca magnitud, al menos en lo referente a la afectación del mecanismo del drenaje sinusal, ya que es por demás evidente que las referidas alteraciones locales no llegan a obliterar de manera importante y menos definitivamente, el ostium de los senos comprometidos: maxilar, etmoidal y frontal. Conocer los tipos de gérmenes que se anidan y se multiplican en estos senos, tiene más importancia estadística que clínica, por el alto grado de resistencia que exhiben, lo cual da por establecido la inutilidad de los antibiogramas. Los territorios de afectación en primera instancia de esta escondida e invasora infección: nariz, faringe (amígdalas palatina y adenoides), tráquea, conjuntivas oculares y oído, convierten a estos órganos en predios de "pastoreo" natural para su flora especialmente peligrosa por patógena, cuya ofensiva llegada se traduce en cuadros agudos, como amigdalitis, otitis, rinitis, glositis, faringitis, laringitis, traqueo-bronquitis, conjuntivitis, cuya segura reincidencia les asegura su cronicidad, para solo citar las más comunes, las que a diario llenan las emergencias hospitalarias. Cuando se administran antibióticos con la intensión de tratar esta dolencia sinusal justificada tan solo por no saberse, a conciencia el único efecto que cabría esperar es el efecto antiinflamatorio, que persiste mientras dura su aplicación, sopesando que es un estímulo adicional que incrementará el fenómeno de resistencia.
Por otro lado, la recolección de muestras in situ, en el interior de los senos maxilares por aspiración directa, es tediosa y excluyente y se toma como único punto de referencia en solitario, para la determinación de la variedad patógena de la global sinusopatía, muestra que se homologa a la ligera, como si fuera el único seno paranasal existente. Asimismo la productividad patológica clínica de la sinusitis es eminentemente mucho más importante afuera que dentro de las cavidades sinusales, donde ocasiona raramente una osteomielitis. Es en el exterior de estas cavidades, las fosas nasales, donde se derrama su contenido mucopurulento y seguidamente chorrea por la rinofaringe lo cual deriva en el despliegue de tentáculos invasores infecto-inflamatorios y es precisamente esta actividad foránea la que hay que tomar verdaderamente en cuenta. Otra afirmación que tiene poca base de sustentación, es que los microbios identificados en la faringe, son patógenos propios, puesto que es evidente este escurrimiento sinusal, que los hombres carraspeamos y esputamos con frecuencia. Es el caso por ejemplo, del estudio realizado a dos grupos de pacientes: a) sano y el otro b) enfermo de faringoamigdalitis recurrente aguda, investigación ardua que finalmente concluye en: "no hay diferencias significativas en la frecuencia de positividad de IgA secretoria anti M. Catarrhalis entre los sujetos enfermos y sanos entre quienes se aisló este agente" (Vielma.S. l.998).
Asimismo se concluye, que este germen estimula el sistema inmunitario porque indujo la producción de IgA secretoria específica, pero sus niveles también altos en los pacientes sanos, seleccionados tomando en cuenta la ausencia tan solo de síntomas de infección faringea, por lo menos dos semanas antes de someterlos al estudio comparativo, resultado que se les convirtió en una gran interrogante, puesto que se conoce que la vida media de esta inmunoglobulina es de corta duración. La respuesta que aclara esta situación del segmento menor de 4 años de edad, cuyo aislamiento del germen fue mucho más inesperado (72,2 % en sanos contra 41,6 % en "enfermos"), es que la presencia de este microbio en ambos grupos estudiados, es de carácter visitante asiduo, transportado desde su origen sinusal a la faringe, puesto que los pacientes integrantes de ambos grupos sufren una sinusopatía crónica sin lugar a dudas, solapada e inadvertida por incautos, infección que obligadamente había que descartar o confirmar de antemano.
Nota: Todos, con pocas excepciones por supuesto, los habitantes de este planeta sufrimos de sinusitis, infección supermadre originalmente benigna, tal vez la única primitiva, primogénita y colectiva en esencia, entre todas las patologías conocidas, la cual ha permanecido históricamente oculta detrás de la inmensa maraña de complicaciones que origina, todas la cuales han sido y seguirán siendo tan solo complicaciones sindromáticas primarias y secundarias, y por error garrafal históricamente, siguen siendo diagnosticadas, reafirmadas y tratadas como morbos primitivos hasta hoy día, año 2011 d.C. Verdad esclarecedora que sale a luz pública, con la humilde ambición de deshacer esta pifia, tras treinta años de haberle comenzado un seguimiento ininterrumpido a esta benigmaligna infección.
La SINUSITIS es una supermadre infección tóxica primitiva, catalogada como una gripe simplemente, criterio indebidamente reduccionista, que deja ver de forma patética, el incipiente estado de desarrollo en que se encuentra la ciencia médica contemporánea, puesto que ignora o se hace la desentendida frente a los innumerables cuadros complicatorios que directamente siembra esta afección en los territorios viscerales que conquista, lesiones que de rutina se hacen crónicas, que afectan a un inmenso porcentaje de la totalidad de la población del mundo, sin importar edad, sexo, raza, condición social, medio ambiente, etc..Todas estas complicaciones sin excepción se hacen crónicas, como resultado de someterlas por error a tratamiento impropios, como si se trataran de procesos primitivos in situ, cuando por el contrario son fácilmente curadas y hasta mejor aun prevenidas, con solo erradicar este superpoderoso morbo sinusítico durante la niñez. Tal vez, la voluntad para disponerse a poner en marcha este correctivo añorado por toda la humanidad sufriente lo entrabe hasta interesadamente la ciencia médica mundial, por fuerza de la costumbre inveterada, amparándose en la excusa: MÁS EN EL NO SABERSE QUE EN LA PROPIA IGNORANCIA, y bajo esta primicia propia de talento minusválido, se podrían mantener solapados estos errores, por otro largo siglo mas.
Definitivamente, el aislamiento de M. catarrhalis en los enfermos de faringoamigdalitis aguda y más aún en sujetos con faringe sana, con niveles altos de IgA secretoria específica en ambos grupos (sin diferencia de significación estadística), solo se explica por la existencia de un proceso sinusopático persistentemente activo, velado casi siempre por el halo asintomático propio con el que se protege esta superinfecciòn, a tal punto que pasa como inexistente, la cual es la responsable única y directa de la infaltable y generalizada faringitis crónica básica. El tratamiento y la erradicación de la sinusitis, garantiza la ausencia a futuro de faringitis y amigdalitis por siempre, hecho que afirma sus orígenes a partir de su accionar invasor. La infección sinusopática cuenta entre su población microbiológica usualmente con abundante variedad, entre los más importantes y comunes por supuesto se cuentan el M. Catarrhalis, strep. Neumoniae, hemophylus influenzae, adenovirus, virus parainfluenzae, ortomixovirus y rinovirus, todos éstos, aislados directamente por aspiración del seno maxilar (García, J. 1.992).- Estaphilococo aureus, klebsiella pneumoniea, Branhamella catarrahlis, Heamophilus influenzae, estreptococo mitis, Estreptococos pyogenes, estreptococos pneumoniea, corynebacterium sp, fueron el 75 % de la flora reportada por este autor, resultado de cultivos de muestras tomadas en el meato medio de pacientes portadores de sinusitis ( Blanco. V. 1.995)-.
Responsabilidad de la sinusitis en el origen y mantenimiento de las especialidades médicas
Por tal vez una más que justificada experiencia incipiente, estos síndromes primarios, originados directamente por una sinusitis, junto con sus propios retoños o complicacione
s secundarias, por lógica deducción debido a su presencia cotidianamente numérica, fueron utilizados como base de apoyo siglos atrás, para forzar la necesaria aparición de las diversas especialidades médicas contemporáneas, pensando que concentrando los conocimientos vagos y dispersos para enfrentar una afección determinada, se obtendrían mejores resultados, reto inicialmente concebido con una gran dosis de inteligencia, que encaja proactivamente en el sentido direccional evolutivo, esfuerzo que tuvo que vencer las múltiples limitaciones en experiencias, materiales y tecnológicas propias de esa época silvestre. Nuestros colegas maestros de la antigüedad aprendieron a aprender, partiendo del rudimentario inicio, y poco tiempo después entendieron que es de sabios, aceptar y sobreponerse a los repetidos intentos fallidos, al percatarse que éstos forman parte del proceso ascendente de la iluminación.
Situación que hasta ahora las exhiben recargadas con este lastre sindromático, producto de seguir tomando por confusión las complicaciones de la sinusitis como morbos primitivos, pifia que las mantiene ancladas a ese pasado remoto y que no se debe seguir aceptando y menos defendiendo por costumbre inveterada e interesada, en contraposición del raciocinio científico, puesto que seguirá por desgracia ocasionando fundamentalmente desatinos en el diagnostico, como secuela de un enfoque rígido, estrecho y circunscrito in situ, práctica que solo podrá seguirse sosteniendo a futuro, por tosudez, por apego a la disciplina tradicionalista, defendida como punto de honor raquítico. Lo que generalmente resulta imperdonable en nuestra época es que el mayor interés del especialista siga siendo puesto exclusivamente sobre el área corporal a examinar, con la mira fija, puesta directa y automáticamente sobre la seguidilla de acontecimientos que señala el paciente, quien no tiene ningún reparo en atestiguar que su presente mal apareció en tal sitio, hecho irrefutable por demás.
Por déficit de raciocinio básico, el galeno generalmente recurre al camino tradicional aprendido, de abrir un círculo vicioso que consiste en la prescripción de un tratamiento que por fuerza del error es de naturaleza totalmente sintomatolítico, ya que es vinculante desde luego con el diagnóstico errado, al diagnosticar a una lesión sindromática, como la responsable en solitario de la problemática que acusa el paciente. Cuando se habla de síndrome, se está señalando a las radiación de signos y síntomas productos de una lesión originaria y genuinamente primitiva, que puede estar distante y hasta escondida, lo cual le confiere un velamiento con categoría de invisibilidad frente a los ojos de incautos, (y hasta ignorada por el propio paciente), error que es responsabilidad exclusiva del doctor, más aun del especialista experto, que tiene que confirmar si se trata de un morbo primitivo o simplemente de una complicación sindromática. Si resulta que el motivo de consulta es infligido por el síndrome, hecho por demás común y corriente, desde luego hay que darle tratamiento sintomatolítico de alivio, pero nunca pretender y menos entender que dicha terapia es curativa, pues curar es sinónimo de erradicar, y ésto no sucede cuando dejamos enterrada la raíz propiamente causante del problema enfermante. La ignorancia de esta primicia sigue siendo un error histórico que arrastra esta praxis médica medieval, pero que en pleno siglo XXI se convierte en un horror!!!
En consecuencia repito, el tratamiento que se descarga por confusión o error, sobre un blanco sindromático, es por su naturaleza, solo de carácter sindromatolítico cuando más, lo cual no es más que una seudocura porque es para naturalmente remediar, quiérase o no a esta molestia sindromática, pasajeramente, y solo por no saberse es perdonable pretender esperar más que alivio mientras el paciente esté recibiendo esta "terapia de superficie", que al cesar este tratamiento de solo poda, como la hierba vuelve a retoñar.
Esta afección sindromática es vinculante por fuerza mayor con su morbo desencadenante primitivo verdadero, quién se vale de tentáculos invisibles cortos o largos, que le permiten continuamente el control telegráfico, con lo cual asegura la longevidad de su retoño legítimo, hasta que pueda valerse por sí mismo, blindándolo frente a estas terapias repetitiva e idénticas que solo cambia de denominación comercial, tiempo suficientes para convertirse en una lesión crónica irreversible ya autónoma, con potencial para coronarse en tumor canceroso. Por lo que es oportuno considerar la idea concreta y real, que en el centro de la constelación de enfermedades viscerales benignas, que generalmente ganan el grado de crónicas, exista un superastro oscuro que las crea, les da longeva seguridad y las mantiene orbitando a su alrededor. Todo lo cual es determinante para pensar, que no existen círculos puros, exclusivos de enfermedades benignas o malignas, sino por el contrario, un sendero como un látigo, cuyo mango y su primera mitad está conformado por morbos benignos y la siguiente mitad, formada por la clonación maligna de estos morbos. Este mango definitivamente es la SINUSOPÀTÍA CRÓNICA DESENCADENANTE.
Cuando se trata de siembras de síndromes, resalta la indiscutida supremacía que ocupa la superinfección globalizante tóxica (infecto-inflamatoria) y contagiosa sinusitis, verdaderamente primitiva entre la benignas (la única tal vez por excelencia), la cual es por naturaleza invasora a todo nivel, con capacidad sin igual para producir secuelas degenerativas en tal cantidad, que constituyen un archipiélago inconmensurable de focos morbosos lineales primarios, que derivan a su vez colateralmente en focos secundarios y terciarios, sembrados en la mayoría de las vísceras del cuerpo humano, patologías que se producen dentro del terreno de cada una de las especialidades medicas contemporáneas.
Estas consideraciones tienen un gran peso específico a la hora de enfrentar las molestias que motivan la consulta de una inmensa población sufriente, a nivel de otorrinolaringologia, medicina interna, neurología, gastroenterología, neumonología. endocrinología, ginecología, nefrología, oftalmología, alergología, dermatología, pediatría, etc.. puesto que todos estos territorios están sembrados por la mano peluda de una sinusitis, que mediante maniobras difusas y encubiertas (propias de un ser inteligente), hasta ahora ha logrado sobrevivir oculta exitosamente desde siempre, y este autor viene cumpliendo con el humano deber de llevar al banquillo de los acusados desde hace dos décadas (1.990), a esta camuflada, peligrosa y contagiosa patología, única superlesión infecto-toxica-contagiosa, sembrada en los primeros meses de la vida en cada niño(a) sin excepción conocida, por su propia madre sinusitica, desde luego sin saberlo y menos quererlo, a través de los besos y de los núcleos goticulares que expele durante su respiración, tos, estornudos, etc., especialmente durante los repetidos y necesarios momentos de mutuo acercamiento como al amamantarlo, mecanismo tradicional e imprescindible, mediante el cual sigue asegurando su propagación y cubrimiento globalizado, a tal punto que las pocas personas convivientes sin sinusitis en este mundo, tienen que ser alegres y verdaderamente saludables y constituyen la excepción que confirma la regla. La madre le hace a cada hijo, lo que a ella le hicieron sus propios padres antes de los 6 meses de nacida, lo que facilita comprender el gran cubrimiento poblacional mundial de esta supermadre sinusitis.
El gremio médico mundial está en deuda con la sinusitis, peyorativamente tildada de gripe, alergia, resfrío entre otras minucias y además se le descalifica del primer lugar que ostenta, por cuanto su presencia ha sido por demás velada, secreta en el humano, pues está aún por encima de la hipertensión arterial. Así mismo está por arriba de todas las afecciones conocidas, en un porcentaje de 80% y hasta más en toda la humanidad, cualquiera sea la condición socio-cultural y geoclimática. Es la PATOLOGIA MADRE POR EXCELENCIA, puesto que sus partos continuos expelen dardos mucopurulentos contaminantes permanentemente (diariamente 1 litro de purulencia variopinta), a lo largo de la vida de cada paciente, lo cual motiva una siembra continua de cuadros inflamatorios y degenerativos en la mayoría de las estructuras viscerales que impactan, ya directamente por vía tubular su inmensa cantidad de bacterias o, sus productos tóxicos por vía sanguínea y linfática.
El accionar de la sinusopatía ha sido tan ultrasecreta por su siempre velada presencia ante los ojos de las distintas especialidades médicas, porque no tienen como lectura primero y principalmente al siempre presente, abierto y generoso libro actualizado que es cada paciente que tienen al frente, sino el libreto esquemático y obsoleto, reliquia que marca y ordena un persistente rumbo errado como brújula dañada, por lo que no se percatarían nunca de la pifia que cometieron los iniciadores de muchísimas especialidades médicas varios siglos atrás, justificada tan solo por la rudimentaria y encajonada manera de pensar, tiempo en que la inquisición marcaba el carril por donde permanentemente debía transcurrir la osbcurantana. Ya en esta época moderna, la ciencia médica global debe sacudirse la corteza del lóbulo prefrontal y los núcleos basales del cerebro, lugar donde se asienta el posicionamiento de la ideas, entre éstas las más nocivas son aquellas antiguas (MITOS), tenidas como reliquias intocables, tomadas como verdades, las cuales se enseñan a discípulos y se mantienen en vigencia por "respeto inquisitorio", y sobre este basamento hueco posiblemente muchísimos colegas continúen justificando su interesada indiferencia, por aquello de que no vale la pena trabajar para la más mínima verificación y rectificación, "puesto que gracias a este ciclo histórico vicioso, "mi" plantel de pacientes crónicos se mantiene empaquetado y asegurado de por vida", pero esta ILÓGICA ACTUACION debiera de tener un punto de inflexión, porque uno mismo como médico y su familia puede entrar en la estadística de pacientes crónicos y …_
El territorio repartido entre las diversas especialidades médicas, a partir de la idea que éste será conquistado y sembrado exclusivamente por patologías indiscutiblemente primitivas y autónomas carece de fundamento. De manera muy respetuosa hago hincapié en que hay que hacer rectificaciones fundamentales. No se puede seguir aceptando que los salpicamientos sindromatológicos de patologías veladas, concretamente distantes (o vecinas), sigan siendo catalogadas y tratadas por confusión, como lesiones primitivas, condición por demás injustificada en esta época de gran desarrollo tecnológico del quehacer creador, puesto que esta praxis por demás lisa y rutinaria bloquea la recuperación del paciente, por originarse a partir de un diagnóstico desenfocado, conclusión que nace de manera similar a la que resulta de escudriñar como una verdad concreta la imagen en el espejo, sin percatarse ni entender que ésta es solo un sistema de señales, propias de un proceso sindromático en evolución y de carácter teleimplantado, ya en fase inicial, o a medio camino o en fase crónica, correspondiente a la acción metastasiante de una real lesión supermadre distante, de naturaleza invasora.
Diagnóstico y tratamiento velados por fuerza vinculante, que como jinete y cabalgadura tienen un destino en común, lo cual conlleva a empujar al paciente cuesta arriba por el sendero de la cronicidad, hasta el límite de la irreversibilidad, túnel corto que concluye en el quirófano o en la malignidad tumoral, dos rutinarias consecuencias del quehacer facultativo clínico por excelencia, al cual nos hemos acostumbran a aceptar como normal, y nunca como lo que es realmente: Una suprema sentencia de muerte que se ajecuta en cámara lenta, veladamente y de fiel complimiento, impuesta por la única responsable, que es esta etapa contemporánea evolutiva fallida, que por mala suerte aun persiste. Pero, que finalmente identificada y reconfirmada esta práctica médica como parte de un agujero negro del cual es elementar tener la precaución de alejarse, por lo que nos corresponde la ineludible responsabilidad de procurar su enterramiento con la urgencia del caso. Debemos de festejar la ocasión que se nos brinda, de ser testigos protagónicos por azar, del enrumbe de una nueva etapa de la praxis, que se tiene que erigir en un eslabón nuevo y prometedor que recobre la continuidad ascendente de la cadena evolutiva, de buscar y sumar éxitos en el camino interminable que tiene como meta final la luz.
La sinusitis velada y difusa, ya puesta en evidencia en la primera década del siglo XXI, no debe dejársele seguir deslizándose a su libre albedrío, por el contrario, debe ser de inmediato descabezada, no sin antes rendirle las honras fúnebres que como suprema majestad del reino de los morbos benignos le corresponden. No se debe seguir permitiéndosele más éxitos, los cuales desde antes de la prehistoria ha venido acumulando avasalladoramente, pero tengo una gran duda y es que "esta tal fulana, tal vez esté muy segura" de que si alguien descubriera su estrategia y la publicitara, esta verdad caería en oidos sordos de muchos especialistas del gremio médico mundial, que se creen poseedores de escudo honorífico, que les impide cualquier asomo de cambio razonado hacía la dirección nueva y por demás correcta, escudo que a lo mejor creen también que los blinda en lo personal y a sus respectivos familiares, de la mano peluda de este sin igual morbo monstruoso, actitud indiferente y cómplice, con la cual nunca dejará su camuflaje de ovejita. Con un minúsculo desempeño se puede constatar si este grandioso descubrimiento y el contenido de aseveraciones que contiene es 100% verdad.
Me alegraría muchísimo que ocurriera el milagro de tan siquiera sembrar una duda militante en pocos de los muchísimos de los colegas involucrados, convalidantes hasta ahora del error originario, pues por simple analogía se debe practicar una conducta similar al jardinero aunque analfabeta, no poda la hierba mala sino que la arranca de raíz. Solo la reiterada conducta de seguir podando la hierba retorcida confirma una suprema tozudez. Pero en este caso, las consideraciones tienen que ser por demás éticas, ya que las secuelas sufrientes tienen gran peso como causales de irrecuperable cronicidad, de tumores malignos y desde luego de muertes y, debieran de servir de motor ético que fuerce los cambios para una rectificación que indudablemente favorecerá al convaleciente y automáticamente catapultará a la ciencia médica actual a la verdadera modernidad, al añadirse un gran incremento del siempre ausente hasta ahora COMPONENTE PREVENTIVO, a la cotidiana conducta avasallantemente curandera, que hasta hoy día ha sido antesala de la quirúrgica extirpadora de tumores benignos irreversible o ya malignos.
Tomemos como ejemplo el caso de un paciente que sufre de acidez gástrica de mediana o larga data, de entrada cometemos un grave error de dejarnos bloquear la mente por este síntoma àcido (solo una fracción del síndrome descubierta por el propio paciente), y acto seguido encajonamos automáticamente esta lesión como una autoagresión infligida por la misma víscera y seguidamente prescribimos tratamiento sindromatolítico para el alivio (antiácidas, protectores gástricos, etc.), con todo lo cual se consiguen resultados superficiales y hasta satisfactorios momentáneos, y el paciente gana en mejoría y en ciencia médica, porque acaba por graduarse de especialista en gastritis, y en adelante procurará automedicarse para mantenerse aliviado, hasta su próxima parada que se denomina úlcera gástrica. Con esta conducta genérica confirmamos la inveterada costumbre de no pensar tan siquiera momentáneamente, que puede tratarse apenas de un SIMPLE Y MODESTO SINDROME INICIAL, HIJO LEGTIMO POR FUERZA CÓSMICA DE UNA CAUSA PRIMITIVA DESENCADENANTE, que bien puede estar alojada in situ, por lo tanto la gastroscopía, confirma el diagnostico "de gastritis erosiva", y seguidamente se enfrenta puntualmente desde su inicio, rutinariamente por error como morbo primitivo, de etiología hilicobacteriana por supuesto.
Entonces surge la pregunta: ¿Es que no existe la tecnología y el antibiótico específico para erradicar esta lesión, o solo terapia suavizante del síndrome que nunca impide que esta inicial molestia , diez años después, se corone como úlcera gástrica y esta a su vez siga su curso hasta tumor maligno poco tiempo después, a menos que en su camino se cruce el quirófano?. ¿ o és que el blindaje frente a la terapéutica tradicional de la fulana gastritis, atestigua su naturaleza de síndrome, como resultado de la implosión de su específica madre patología primitiva, distante aguas arriba en los senos paranasales, la cual es la responsable de sembrarlo, repotenciarlo, protegerlo contra todo riesgo, con lo cual asegura su supervivencia y longevidad?. La sinusopatía o sinusitis es tan dura de matar, que ni la quimioterapia antimaligna lo hace.
Hay que romper el esquema aprendido, de que el fenómeno causal está siempre sin excepción, rodeado en su inmediatez de los síntomas y signos molestos que constituyen su específico síndrome. El paso fundamental frente a la reincidencia de esta molestia gástrica sería, pensar en confirmar si el estómago es víctima de una invasión mucopurulenta agresiva procedente de la siempre presente sinusitis, mediante una inspección visual de la mucosidad que transita por la bucofaringe y/o una Rx de senos paranasales. La definida tendencia de esta infección madre, de ir sembrando sus derivadas lesiones sindromatopáticas, las cuales se inician en la inmediatez de su centro de gravedad, y lineal y escalonadamente se van asentando a todo lo largo de los tubos digestivo y respiratorio, desde su comienzo a su terminación, confirma sin duda alguna, que siendo precisamente de naturaleza tubular, sirven de autopistas para el tránsito aguas debajo, de la mucopurulencia tóxica sinusítica, que continuamente chorrea desde la parte alta, la rinofaringe. Por este motivo, confirmable con toda facilidad, es que no hay faringitis sin previa sinusitis; gastritis sin faringitis/esofagitis; estreñimiento /o colon irritable sin gastritis; hemorroides sin estreñimiento o colon irritable. A nivel respiratorio sucede lo mismo: faringitis seguidamente traqueitis, a la que le continúa bronquitis….asma bronquial. Asimismo, bronconeumonía…alveolitis…enfisema…neumonía… Nota lapidara: A partir del estadio de toxicidad crónica al que llega de primero, uno cualquiera de estos segmentos orgánicos irritados persistentemente, más aun aupados por condicionantes aceleradores, éste órgano consigue llegar hasta el límite de la irreversibilidad inflamatoria y traspasa la línea benigmaligna, potenciado por ser el eslabón más sensible de la cadena, o donde el mucopús por estancamiento tiene más tiempo para el desgaste, como en la bolsa estomacal y en el colon por estreñimiento entre otros, condicionantes que aceleran el avance hasta el punto de irreversibilidad.
Gran incredulidad y sorpresa expresa el paciente, cuando se le informa que la causa de su gastritis está situada en los senos paranasales de su cabeza y que desde allá chorrea hasta más de un litro al día de mucupurulencia tóxica bacteriana, producto de su SINUSITIS CRONICA, toda la cual se desliza desde la faringe, sigue por esófago, toca el estómago reiteradamente hasta cumplir su cometido y bajo la vista hasta ahora inocente del especialista, este síndrome a la manera de un bejuco verde se le deja plantarse, y ya como signo de su fortalecimiento asoma sus aún incipientes garras, que producen anemia persistente con tendencia a la baja (12-13 GRS%), a pesar de la ingesta prescrita reparadora y continuada de hierro, acido fólico y otras minucias, etc..
Esta mucosidad tóxica continúa el viaje hasta salir por el ano escondida entre las heces fétidas, dejando como secuelas: meteorismo abdominal (signo patognomónico del tragado de mucosidad sinusítica debido a su alta tasa de fermentación), tanto que en muchísimas oportunidades dificulta hasta la respiración, deprime el apetito y produce empalidecimiento general con acentuación en la piel de la cara, parasitosis intestinal con gran importancia en la perturbación del sueño en los niños por chasquidos de dientes y desabrigamiento durante las horas de sueño por motricidad refleja inducida y perturbadora, debido a sobrexitacion de la corteza motora frontal; así mismo, es notoria la presencia del síndrome: Trastorno de la atención/Aprendizaje e Hiperactividad (TAA-Ha), (conocido antes como: "trastorno físico del aprendizaje e hiperquinesia"), estreñimiento o colon irritable en los adultos, a lo que se agrega hemorroides mayoritaria y aceleradamente en las damas llegando a la madurez, como secuela del tragado total de la mucosidad tóxica a toda hora de cada uno de los días vividos, puesto que escupen solo para adentro, lo cual les asegura un número de complicaciones que duplica al del esposo, hermano, situación que se retrata en la llegar a la condición de diabética antes que el varón coetario.
Es por demás confirmable las aseveraciones de que todas estas lesiones viscerales son teleimplantadas, con solo someter al paciente a la cura radical de su sinusopatía, a los 7 a 10 días de iniciado la terapia, lo primero que se esfuman son las hemorroides y antes de cumplir los 2 meses desaparece según sea el caso el colon irritable o el estreñimiento. La gastritis tiempo largo después, que depende de si su permanencia ha sido corta o larga. Finalmente el verdadero protector gástrico (gastro-entero-rectal), nunca podrá ser algo a lo que le encomienda la tarea de atacar, defender de un enemigo desconocido y misterioso, puesto que no se sabe a quién o a cual cosa acusa el colega clínico de atacante furtivo. Sospecho que debe intuir que se trata de un agente extraño solapado a la vuelta del camino al menos. Y tiene toda la razón del mundo, puesto que este agente invasor y extraño es la mucupurulencia sinusítica tóxica, presente y activa en todos los enfermos del sistema digestivo. En adelante, esta conducta de protección debe traducirse en el interés de confirmar y erradicar la infección crónica sinusal apenas aparece el síntoma ácido, con solo una simple Rx. de senos paranasales, con el solo propósito de confirmar esta superinfección y de ninguna manera, para conductas agresivas y contraproducentes que solo satisfacen intereses encubiertos, y que en absoluto aportan soluciones tan siquiera a corto plazo a estas complicaciones netamente clínicas: NO a la amigadalo-tonsilectomia, septoplastia, extirpación de espolón y menos aún a la antrotomía entre otras cirugías, que solo agregan finalmente más secuelas sufrientes que bienestar alguno. Nota: la antrotomía solo se justifica para la extirpación de complicaciones sinusíticas puntuales no resueltas clínicamente como la poliposis antral u otra tumoración sospechosa o maligna, nunca para tratamiento de la propia sinusitis, por su carácter generalizado a todos los 8 senos, por aquello de que la cura es peor que la enfermedad, indiscutiblemente.
Para el camuflaje la sinusitis se vale de las siguientes estrategias: 1. Está en ubicarse en la parte alta del cuerpo, la cabeza. 2. Utiliza hasta la gravedad para su desplazamiento. 3. Ocupa cavidades pre-existentes (los senos paranasales), los cuales les brindan con seguridad encubrimiento, alojamiento y humedad, temperatura apropiada y reservas de nutrientes abundantemente. De comienzo, líquido amniótico y más luego mucosidad, (cada 100 gramos de este mucopús tienen 20 gramos de proteínas, superior a la leche, huevos y carnes los cuales cuando más aportan 19 como tope. 4. En sus manifestaciones de reagudización y cronicidad se oculta o se disfraza de gripe, sin dejar visible la más mínima sospecha de su presencia originaria y actuación, y adicionalmente está blindada contra los dardos seudocurativos sintomatolíticos antigripales" por demás simplones, prescriptos como única arma para enfrentarla. 5. Se sirve de largos tentáculos hormonales (producto de la irritación hipofisaria por su contigüidad con la sinusitis esfenoidal).
Y final y adicionalmente esta misma situación también por contigüidad, produce desbalances del hipotálamo, que traban su función integradora del equilibrio con que tienen que funcionar el conjunto de las vísceras, el cual es canalizado por el Sistema Nervioso Autónomo (SNA). Esta irritabilidad repito, influye sobre los mecanismos de integración hipotalámica lo que explica las secuelas funcionales y tróficas a nivel de territorios lejanos, cubierto por el sistema nerviosa autónomo, causando endometriosis, orquitis, anexitis y finalmente esterilidad relativa en las damas. En el hombre cabría llenar la laguna existente sobre el origen de la patología de la glándula PROSTATICA y para tal finalidad aporto este grano de arena como hipótesis inicial de trabajo a esa Especialidad: Por parangón en el sexo masculino, también sería la misma irritabilidad del hipotálamo por su vecindad al foco inflamatorio sinusopático esfenoidal, el causante de inducir alteraciones en el normal funcionamiento del SNA, que terminan causando modificaciones tróficas y funcionales en esta glándula integradora.
La existencia de este importante marco de irritabilidad inflamatoria de la sinusitis esfenoidal, está confirmado en la también secuela de ésta sobre su vecino agujero óptico, (tan próximo como el hipotálamo y a la glándula hipofisaria), ocupado por el óptico (II par craneal), el cual resulta irritado por vecindad y acusa fotofobia (síntoma patognomónico legendario de la sinusopatía crónica), como expresión de la perineuritis de este nervio, la cual se cura sin excepción hasta ahora, aproximadamente al mes de iniciado la terapia específica moderna de la sinusopatía crónica.
LA SINUSITIS es tan discreta en sus desplazamientos que no me sorprende que haya pasado y siga pasando desapercibidamente. Velamiento que le asegura, aunado al escepticismo y a los intereses creados lamentablemente, al menos por un siglo más de "existencia ocultada", muy a pesar de que los resultados de esta investigación se publiciten. El pragmatismo impuesto por las especialidades médicas, permitirá a conciencia que la sinusitis les siga metiendo goles, con lo que solo se consigue mantener viva por un tiempo más, la pifia de origen; conducta interesadamente ajena a la búsqueda de logros importantes, es no percatarse que desde siglos atrás, vienen laborando en sus respectivas disciplinas, confusamente dentro de un bosque intrincado de nosologías sindromatopáticas, nunca lesiones primitivas, las cuales, (tal vez con alguna excepción), no son más que islotes del archipiélago sindromatológico gigantesco e inconmensurable creado propiamente por una sinusopatía crónica (o sinusitis).
LAS MULTIPLES CONMPLICACIONES SINDROMATOPÁTICAS DE LA SINUSITIS Y SU REIVINDICACION COMO SUPERPATOLOGIA MADRE BENIGMALIGNA PRIMITIVA.
(Su responsabilidad en el origen y mantenimiento de las diversas especialidades médicas).
NOTA SUMAMENTE IMPORTANTE: Todas estas complicaciones sindromáticas sin excepción, son descendientes legítimos en primero o segundo grado de la superinfección madre sinusitis, todos las cuales desaparecen paulatinamente a medida que avanza el tratamiento específico de su raíz primitiva sinusítica, remoción de manera concreta, satisfactoria y inobjetable en la práctica diaria, lo que reconfirma rutinariamente esta vinculante legitimidad. Por este motivo todo este universo perverso es fácilmente prevenible, tan solo con someter a terapia radical antisinusítica a las niñas y niños, antes de cumplir los 10 años de edad. Solo así, rescatando del olvido a la Medicina Preventiva, la actual praxis médica planetaria premoderna, logrará deslastrarse de pifias históricas, para ponerse en sintonía con los tiempos modernos. En adelante, frente a un paciente que refiera o presente tan solo una, o en concomitancia varias (es lo común por regla general), de estas complicaciones viscerales, atrévase a dar el primer paso, sospechando que es producto de ascendencia sinusítica, y adicionalmente corrobórelo indícándole una Rx simple de cráneo (f y p).
Primicia: Las pocas personas que viven en este Planeta ajenos al padecimiento de sido y la sinusitis y por supuesto de sus secuelas, constituyen la excepción a la regla; han sido y seguirán siendo por excelencia, completamente sanos. Blindados contra el cáncer y el quirófano, morirán finalmente longevos, al igual que todos aquellos pacientes sinusíticos que a buen tiempo, han recibido esta terapia homeopática por demás moderna.
EN MEDICINA INTERNA: Todas las vísceras tóraco-abdomino-pélvicas sin excepción, potencialmente están sometidas a la acción invasiva y erosionante de la mucopurulencia sinusítica, ya de manera:
a) directamente, debido a que la mayoría de éstas son órganos tubulares naturalmente pertenecientes a los aparatos respiratorio y digestivo y sus anexos, (vinculados estos últimos también, mediante conductos tubulares a la luz intestinal), como el hígado y el páncreas, todas las cuales son directamente alcanzadas, irritadas e inflamadas por la actividad propia invasiva de la mucopurulencia sinusítica crónica, facilitada además por la gravedad y por la continuidad de ambos aparatos con la encrucijada aero-digestiva de la faringe, la cual es la receptora y distribuidora obligada de su purulencia tóxica y desde esta posición estratégica en la parte alta del cuerpo, propicia su deslizamiento y recorrido sin obstáculo alguno por estas dos autopistas, hasta el fondo se saco alveolar la respiratoria, y hasta el ano la digestiva.
b): Indirectamente, por vía de sus complicaciones sindromatopáticas primarias como la diábetes, que produce secundariamente cardiovasculopatías degenerativas.
c: Por vías tentaculares (como río veladamente subterráneo) hemo-neuro-hormo-linfática, como lo hace con los riñones, próstata, aparato reproductor femenino.
Con todo este aporte novedoso, queda por demás reconfirmado que la problemática solitaria o en concomitancia que sufren estos órganos viscerales, nunca han sido ni serán lesiones primitivas, ni tan siquiera autónomas en su periodo inicial. Esta pifia de origen es común a la mayoría de las especialidades médicas citadas más adelante. Por lo tanto, el diagnóstico producto de esta torcedura originaria, de confundir tradicional e históricamente a una lesión sindromática primaria o secundaria con un morbo primitivo, da lugar a un tratamiento que por fuerza vinculante tiene que ser un tratamiento torcido, producto de este desenfoque, responsable históricamente hasta ahora de las consecuencias negativamente directas, en los acostumbrados resultados por siempre fallidos, por abordar el galeno un círculo vicioso aburrido tanto para sí como para el paciente, de solo cambiar cada vez la bombilla inutilizada por una nueva, obviando por omisión la revisión de todo el sistema, con lo que solo se ha conseguido prolongar inocentemente el sufrimiento sin fin hasta ahora, de la inmensa población enferma, conducta que debe ser modificada urgentemente, puesto que si no se hace esta corrección por tosudez, con toda seguridad esta praxis médico-clínica inconcientemente homicida, seguirá sembrando insatisfacciones.
Los tratamientos en seguidillas, prescritos por largas temporadas, deben de dar lugar a la siembra de dudas militantes proactivas, al menos en aquellos colegas sensibles que verdaderamente sufren como propia, la prolongación dolorosa de una patología, que se afianza y sobrevive muy a su pesar, ya que pone todo su empeño, experiencia y sabiduría en salir airoso del caso. Estas terapias son doblemente onerosos ya que castigan con dureza la pobre economía de la mayoría de la población enferma y también porque transforman largas temporadas de su vida en tiempo improductivo. Esfuerzo y tiempo perdidos tanto del paciente como del Médico tratante, impotencia que llevan a ambos hasta la depresión, circunstancia que aprovechan estas lesiones iniciales sindromáticas sinusíticas, para hacerse de raices propias, lo que les da autonomía para potenciarse y transformarse en verdaderas afecciones crónicas autónomas, nunca primitivas, que avanzan hasta el límite de la irreversibilidad, y ya en esta etapa, el terreno está abonado para el florecimiento de tumores malignos. Trofeos repito, muy propios de una medicina atada al pasado, tradicionalista y rutinaria, que ha sido y seguirá siendo la responsable por inocente o por omisión, de dejar una colosal cantidad de humanos insatisfechos y sufrientes como despojos, a la vera del camino del proceso vital a escala planetaria.
Si miráramos desde otro ángulo, desechando la visión de esta panorámica contemporánea desoladora ya prehistórica, veríamos a futuro las consecuencias verdaderamente positivas por preventivas, que se derivan, a partir de someter al niño(a) antes de los 10 años, a cura radical de su siempre presente sinusitis, los resultados serían de magnitud extraordinaria, lo cual catapultará a la Ciencia Médica a la cumbre de la modernidad. Desde el mismo momento en que la Medicina Interna, como la global especialidad clínica neta que es, ejerza con legitimidad sobre la totalidad del territorio que le es propio, el cumplimiento de su función como responsabilidad específica: la de supervisar y confirmar el estado de completa y satisfactoria normalidad morfofuncional en su globalidad, de estos importantísimos órganos viscerales vitales, perspectiva novedosa, completamente preventiva contrapuesta a lo que por tradición ha hecho hasta ahora, como es la ejecución de su ejercicio, en competencia dual e innecesaria con las diferentes subespecialidades afines.
Todas estas subs., deben de enfilar sus dardos en sus respectivos territorios, para esforzarse en paliar como actividad también específica, las ya innumerables secuelas primarias y secundarias crónicas (autónomas, pero nunca primitivas), que castigan peligrosamente por ahora a una masa numéricamente infinita de adolescentes y adultos prolongados, en todo el planeta Tierra, y que si no se atienden debidamente, englobando a la terapia "de punta" que aplican estas especialidades por ahora en solitario, con el tratamiento moderno antisinusítico, seguirán aupando el florecimiento y multiplicación de estos síndromes en toda la humanidad joven aún, todos los cuales aunque ya sinusíticos, apenas padecen reagudizaciones de una cualquiera de las múltiples y letales complicaciones derivadas del gran archipiélago propio de una sinusopatía, y sospecho que a todas las cuales no se le dará la importancia oportuna que requieren, supongo, mientras dure la fracción incalculable de tiempo necesario para asimilar este impacto evolutivo apropiadamente. Conducta futura por supuesto que será la insignia de la praxis médica subsiguiente y verdaderamente moderna, en razón del conocimiento, de la experiencia y de la conciencia que se adquirirá.
MÁXIMA: Cuando la Ciencia Médica conquiste la cumbre inhóspita de la superinfección sinusítica madre, la modernidad coronará finalmente su sapiencia.
El blindaje de naturaleza preventiva contra las futuras y seguras complicaciones sindromáticas y/o de sus derivaciones crónicas, que promete y cumple sin falta la curación radical de la sinusitis, en el territorio toracoabdominopélvico es el siguiente, tomando como basamento inobjetable los resultados rutinarios de causa y efecto, ya que cada una de estas complicaciones se difuminan al término del tratamiento al cual es sometido el paciente sinusítico, con excepción por supuesto de las que ya han evolucionado al estado de cronicidad irreversible como: la diabetes, la úlcera gástrica, la cirrosis hepática, la insuficiencia renal y los diferentes cánceres, que son las joyas malignas terminales con que se coronan finalmente todas las inflamaciones de vieja data, como consecuencia del largometraje de seudoterapias, con reiterados resultados fallidos, los cuales se asientan como desperdicios en las historias médicas de cada paciente sinusítico, de forma tediosa por rutinarias, que por el contrario debieran ser objetos de profundos análisis científicos proactivos, o al menos de conciencia, ajenos a mezquindades materiales.
Dentro del territorio federal que le compete a la Medicina Interna, los siguientes síndromes se previenen gratis, con facilidad ilimitada y sin excepción a la regla, con solo erradicar la sinusitis madre, lo cual se traduce en la práctica, en cero desembolsos económicos y por otro lado, en la eliminación de los alargados periodos de entrabamientos del desarrollo integral de la persona, imprescindible para un desenrrollo pondoestural normalmente óptimo. No como hasta ahora, que continuadamente se abultan estos periodos dolorosos, recargados en número y en dolencias, cuando por desconocimiento u omisión se dejan que estas lesiones inicialmente simplonas se asienten y tenga la oportunidad para hacerse crónicas. La indiferencia del conglomerado médico planetario sobre este planteamiento por demás novedoso sería de su total responsabilidad, en esta era de perturbadora sapiencia, y perseverar en esta conducta impropia y obsoleta, contribuiría a su prolongación innecesariamente en el tiempo, predisposición que tan solo por ahora sería amortiguada y hasta dolorosamente justificada con el siguiente argumento: más por no saberse que por la propia ignorancia.
Solo en el territorio tóraco-abdomino-pélvico, el siguiente es a groso modo el gran archipiélago sindromatopático que se origina, se despliega y orbita al rededor de una superinfección madre sinusopática o sinusitis, todas la cuales sin excepción se pueden prevenir fácil y gratuitamente:
Esofagitis, gastritis, duodenitis, hepatitis, pancreatitis, timpanismo abdominal, parasitosis intestinal, estreñimiento o colon irritable, megacolon, hemorroides, diabetes, hepatitis, litiasis biliar y renal, pancreatitis; traqueitis, bronquitis, alveolitis, asma bronquial, neumonía; hiperplasia prostática; anexitis, dismenorrea, esterilidad relativa !!!!!.
Este cuadro de lesiones sindromáticas directas y primarias resulta inconmensurable cuando se suman sus derivaciones propias naturales secundarias, circunstancia que traduce su etapa de enraizamiento, con la cual alcanzan la categoría de autónomas, para proseguir su camino malsano multiplicador, al salpicar con irritaciones tóxicas su entorno. Finalmente, si seguimos sumergidos y aletargados dentro de esta burbuja de indiferencia, con toda seguridad estas lesioncitas iniciales, seguirán llegando a su etapa de cronicidad e irreversibilidad, con la misma discresionalidad burlesca que las ha caracterizado hasta ahora, para finalmente derivar en morbos terminales malignos, riesgo que nos envuelve como pacientes potenciales a nosotros mismos como médicos y desde luego, a nuestra propia familia.
Sinusitis en otorrinolaringología
Toda su patología propiamente dicha, tiene su origen a partir de esta supermadre infección sinusítica.
Por contacto primario y directo de la mucopurulencia tóxica sinusítica se producen in situ rinitis y poliposis nasal. De manera ascendente el mucopús por contiguidad tubular produce dacriosolenitis, conjuntivitis, pterigion, etc. Hacía atrás, la mucosidad sinurinítica sale facilitadamente por las coanas y desciendo por la rinofaringe y su tránsito invasivo es responsable de la siembra de: faringitis, adenoiditis, laringitis, traqueitis, bronquitis, bronquiolitis, asma bronquial, bronconeumonía, neumonía, junto con todas las afecciones digestivas sin excepción.
La faringitis es la segunda estación en línea conquistada por la mucopurulencia sinusítica, precedida por la sinurrinitis. El proceso crónico faríngeo compromete la integridad del órgano auditivo por dos vías: a) Por vía tubular, porque la trompa de Eustaquio es abierta en la nasofaringe, lo que permite ser recorrido por la mucosidad que finalmente producirá directamente la otitis media , y de forma por demás consecuencial, tiene toda la potencialidad ocasionalmente para producir por contiguidad XXXXXXX otitis laberíntica, puesto que a través de las ventanas oval y redonda, las toxinas producto de la irritación de la caja timpánica, tienen luz verde al oido interno, acusando en el primer toque mareos al agacharse y al levantarse, situación de inestabilidad que al cabo de un año aproximadamente, da un paso de avance mayúsculo, al sobrevenir vértigos incesantes.
b) Por vía referida neurogénica, la faringitis crónica compromete el conducto auditivo externo hasta el fondo de saco timpánico, provocando otitis externa, complicación que se explica porque este mosaico de piel, es el asiento natural referido para la víscera faringea. Explico: Los mismos pares craneanos (VII, IX y X) comprometidos en la inervación de la faringe también inervan el conducto auditivo externo. La faringitis crónica, como todo proceso asentado en una víscera, reclama unos centímetros cuadrados de piel a donde remitir su referencia y, es la piel del c.a.e. donde se asienta por naturaleza su síndrome álgico y edematoso referido. Por lo tanto, la otitis externa no es un proceso infeccioso, sino un proceso generalmente más de hipersensibilidad al contacto que edematoso, sin rasgo inflamatorio, que comienza con molestia local moderada, a la cual se le agrega acúfeno grave parecido al ruido de la olla de presión; luego edema que de discreto al comienzo, puede llegar a reducir la luz del conducto, a veces hasta la pérdida total de su calibre. Las maniobras de limpieza del conducto llegan a ser extremadamente molestas para el paciente, por la hipersensibilidad del mismo al menor roce del instrumental, ocasionada por la limpieza del siempre habitual tapón de cerumen consecuencial (o en cantidad menor).
En ausencia de esta cerosidad, el conducto es ocupado por un exudado cremolechoso, solo aparentemente purulento (seudopurulento) y sin mal olor, que tapona y en ocasiones deja apenas visible, previo un gran sacrifico de limpieza, un fondo de conducto muy estrecho; otras veces, es posible ver un tímpano opaco por edematoso y hasta aspirado, con mango de martillo variablemente congestivo, una sensación de tapazón de oido y, el prurito por lo general muy intenso resalta entre los síntomas, hasta tal punto que el paciente recurre a cualquier objeto próximo "apropiado" que consigue y sin miramiento ninguno lo introduce hasta con desesperación, ignorando que asegura la entrada de hongos en un terreno sumamente fértil, por lo que la OTOMICOSIS es siempre una complicación sembrada por el propio paciente. Normalmente el tímpano es aceptablemente transparente, que deja observar la sombra neta del mango del martillo con lo que atestigua su delgadez, además es plano y con cono luminoso.
El grado de edema que le corresponde al tímpano, como cuotaparte del engrosamiento general del c.a.e., que se traduce en su opacidad, es un signo que asegura la presencia de mareos, que de manera inusitada, se presentan al levantarse y al agacharse (y ésto nada tiene que ver con problemas de la tensión arterial, colesterol ni triglicéridos altos). Un año después aproximadamente bajo esta inicial condición de inestabilidad, el mareo es potenciado al grado de vértigo, debido al estado de agudización del proceso laberíntico, a consecuencia de le incremento a su vez, de la reagudización infecciosa de la caja timpánica. En concomitancia, al engrosamiento del tímpano se suma la aspiración del mismo, la cual se traduce en una depresión central y arropamiento del mango del martillo, como respuesta al aumento de la presión negativa en la caja. Si no se cura radicalmente la sinusitis, esta situación llevará al paciente al cabo de un año más o menos de haberse instalado estos eventos vertiginosos a hipoacusia. Frente a un cuadro clínico con historia semejante, nosotros los especialistas ORL., debemos demostrar cordura, puesto que estos vértigos corresponden a esta patología netamente periférica, que compromete integralmente al oido. Solo en ausencia de esta signología periférica, se debe toma la decisión urgente de una exploración mediante resonancia magnética o tac cerebral, para buscar un desencadenante central.
El tapón de cerumen, es una molestia que asegura una obligante consulta al otorrino cada 6-12 meses aproximadamente y, es la más clara y fácil señal que descubre a la que lo propicia: la faringitis crónica. Su limpieza y remoción es sumamente molesta por la siempre hipersensibilidad de la piel del c.a.e., ocasionada por ser el punto de asentamiento para el dolor referido del síndrome tóxico que acusa la faringitis crónica. Es muy importante advertirle al paciente que el tapón de cerumen resulta de la faringitis crónica que presenta y que para que esta faringitis desaparezca para siempre, es imprescindible erradicarle su sinusopatía madre desencadenante sine qua non. La hipersensibilidad del conducto y la retención del cerumen para la formación de tapones, es parte importante del síndrome de la otitis externa, originado por vía neurogénica referida. El agregado de dificultades tróficas glandulares in situ, hace que las ceruminosas elaboren un producto deshidratado, que termina finalmente facilitando el tapón.
Sinusitis y migraña
La migraña es una megadolencia de origen visceral irradiado al cuero cabelludo y por definición amplia, de naturaleza referida desde las terminaciones nerviosas que inervan la mucosa del borde libre de los ostiums de las oquedades sinusales, irritadas y comprimidas por un tapón de mucopús muy denso. Tiene origen VISCERAL SINUSAL y no como se afirma por pifia, a partir de una disfunción vascular endocraneana. La mucosa sinusal es una extensión de la pituitaria y toda ésta exhibe la presencia de elementos glandulares en su estructura, condición por si sola que le DA CATEGORIA DE VISCERA. Está inervada por las ramas maxilar y oftálmica del nervio trigémino (V par craneano), el cual además de la piel de la cara, inerva el cuero cabelludo y periostio craneano entre otras estructuras. A estas zonas somáticas es a donde generalmente refiere su actividad infecto-tóxica irritante y sufriente, de la misma manera como el infarto del miocardio conquista su área de dolor somático en el brazo izquierdo ordinariamente.
El dolor de cabeza es de variable intensidad y por su gradualidad se le ha clasificado en cefalea, jaqueca y migraña y cualquiera sea su modalidad, su origen y desencadenante es único. Una misma paciente migrañosa, (femenina por lo general), vive las experiencias de estas fluctuaciones álgicas, lo cual demuestra que estas categorías no marcan con exclusividad a ningún paciente. En el varón por regla común y corriente, este dolor no pasa de una presión frontal moderada, (excepcionalmente fuerte), que más molesta por su persistencia que por su intensidad y que en ocasiones puede estar acompañado de un clon en la región occipital.
PRECURSORES: los estrógenos juegan un papel decisivo en la evolución crítica de esta algia, y a esta conclusión se llega por deducción lógica, al comparar la naturaleza y la clínica del tipo de mucopús de la sinusopatía, la cual es diferente en ambos sexos: en el varón, el 50% es generalmente amarillo, de mediana densidad y alergénico; el otro 50% es amarillento, lechoso, cristalino clara de huevo y finalmente sero-cristalino.
En las damas migrañosas de cualquier edad, igualmente en los pocos hombres comparativamente que la sufren, este mucopús es 50 % verde y siempre muy denso, 20 % amarillo y 30 % entre amarillento, lechoso, cristalino clara de huevo y sero-cristalino. Otra circunstancia que refuerza el papel del estrógeno como propiciador y desencadenante de la torturadora migraña, es que a partir de la postmenopusia, con la caída del nivel de esta hormona femenina, esta dolencia gradualmente declina hasta su completa remisión tiempo después.
PATOGENESIS DE LA MIGRAÑA.-
El tapón mucopurulento denso y siempre verde, se insinúa desde el interior del seno, tratando de vencer la resistencia que le ofrece el ostium. Las terminaciones nerviosas trigeminales presentes en el barde libre, tapizado por la mucosa pituitaria, son presionadas contra el borde óseo duro y cortante subyacente del ostium, circunstancia atípica que provoca su excitación e irritación, a la manera de una dilatación esfinteriana, tal vez, la más extrema de las algias que puede afrontar el sexo masculino, la cual se origina a partir de la irritabilidad de los nociceptores que custodian estos orificios, lo que conlleva su natural referencia (dolor visceral referido) al cuero cabelludo y periostio craneano, con intensidad directamente proporcional al grado del empuje de este émbolo, lo cual a su vez depende de la velocidad de generación tanto de moco como de gases, propios de los procesos degenerativos que implica la descomposición proteolítica que sufren los glóbulos blancos defensores impotentes, ante la acometida de los micro-organismos patógenos, fenómeno que se exacerba por la compresión que provoca el aumento del volumen creciente intrasinusal.
Adicionalmente, este tapón muco-verde-gelatinoso es resecado por la aireación continua y propia de la fosas nasales, lo que le agrega mayor consistencia. La dificultad del drenaje de esta purulencia se evidencia objetivamente en la ausencia de mucopús en la rinofaringe y del sonado nasal productivo durante todo el tiempo en que se desarrolla la crisis álgica. La involución de esta crisis lacerante, es de manera gradual o abrupta, depende directamente de la manera como el nivel de presión intrasinusal retrocede. Si la permeabilidad de los ostiums se restablece rápida y suficientemente como sucede al poner en práctica la terapia de goteo intranasal que aplico rutinariamente a todos mis pacientes sinusíticos y que se constituye en el eje de esta terapia, cuya finalidad es fluidificar y al mismo tiempo, abrir las válvulas de escape de esta mucopurulencia, contrario a lo que sucede con las gotas vasoconstrictoras antigripales comerciales.
A los 5-7 días del inicio de su aplicación, se observa en la rinofaringe el descenso de esta secreción, de comienzo verde en los migrañosos, y en los demás pacientes, amarillo y luego variopinto, lo que se traduce automáticamente en la paulatina caída de la presión intrasinusal y por supuesto, del dolor. Al contrario, si esta obstrucción se mantiene durante días, semanas o meses con periodos de remisiones cortos, producto de seudoterapias obsoleta, entre las que se destaca el goteo nasal de sustancias vasoconstrictoras, resecantes por demás, y analgésicos, que si bien no tienen la capacidad de bloqueo central de esta sufriente percepción, tienen un impacto pronegativo, de activar el paso de una gastritis erosiva generalmente presente en estos pacientes sinusíticos, a úlcera péptica. Tortura que se mantiene incólume durante todo este periodo de tiempo de inoperancia terapéutica, puesto que el mantenimiento de esta situación es condición sine qua non para que resurja y/o permanezca la migraña.
ERRADICACIÓN DE LA MIGRAÑA. Los principios básicos de neuroanatomía permiten descifrar estos estados disfuncionales de manera por demás facilitada, pues aunque complejos en su estructuración patogenética, el dolor de cabeza de cualquier intensidad (cefalea, jaqueca y migraña), se erradican 100 %, drenando paulatina y totalmente por vía natural el mucopús infecto-tóxico, producto de la sinusitis crónica, que es la madre responsable directa de la aparición de este síndrome, y es por lógica simple a la que hay que erradicar, mediante tratamiento radical homeopático moderno, ya descrito.
En neurología. Sinusitis y dolor de cabeza
(cefalea, jaqueca y migraña).
El dolor de cabeza es una algia que compromete la piel de la frente, el cuero cabelludo y al endostio o periostio craneano (meninge). Es de naturaleza referida, mecanismo idéntico al que utiliza cualquier víscera para somatizar su estado irritativo o inflamatorio. La mucosa pituitaria que tapiza a las fosas nasales y a los senos paranasales posea entre otros elementos glándulas, y esta condición por si sola la etiqueta como VISCERA. El V par craneano (trigémino) a través de su rama maxilar, inerva la mucosa pituitaria la cual es el revestimiento mucoso de las fosas nasales y de los senos paranasales y etc. Y toda la problemática del la sinusitis maxilar es canalizada visceral y referencialmente a los territorios arriba mencionados. Por lo tanto, si vamos a lo netamente específico, el dolor de cabeza de larga data, periódico, reiterativo es de origen sinusopático,
Debido a la histórica falta de una separación entre las diferentes modalidades del dolor de cabeza, lleno este vacío mediante la siguiente clasificación por demás necesaria y práctica, guardando el orden alfabético y tomando en cuenta las variables de su intensidad.
Los términos: cefalea, jaqueca y migraña son sinónimos de dolor de cabeza (Diccionario de Terminología de Ciencias Médicas, SALVAT), pero es muy importante jerarquizar su gradiente dentro de la siguiente escala, repito, tomando solamente como punto de partida la fluctuación de su intensidad.
Grado I– Cefalea: dolor de cabeza suave, plano, sin variaciones de intensidad (puntos de Valleix maxilar positivo suave, uni o bilateral. De posicionamiento frontal. Densidad y coloración de la mucopurulencia que la caracteriza: serosa amarillenta.
Grado II– Jaqueca: Dolor de variable intensidad entre moderada y fuerte (puntos de Valleix maxilar y etmoidal positivos moderados, uni o bilateral. De posicionamiento retrointraocular, frontal y asta occipital. Densidad y coloración de la mucosidad que la caracteriza: seromucosa amarilla y alergénica por excelencia.
Grado III– Migraña: Dolor muy intenso, comatoso, colapsante. Todos los 6 puntos de Valleix son positivos fuertes, (frontales, etmoidales y más aun los maxilares), siempre bilaterales y aún mantienen su gradiente de positividad aunque en decrecimiento, hasta un semana después del episodio hiperálgico. Densidad y coloración de la mucopurulencia que le caracteriza: muy espesa y verde. De posicionamiento en la totalidad del cráneo y no solo en una mitad (hemicránea).
La masa encefálica carece de receptores para el dolor!!. La migraña la sufre el sexo femenino mayoritariamente, entre la adolescencia y comienzo de la tercera edad. La paciente migrañosa presenta una mucosidad siempre verde, y es la más densa de las purulencias y su coloración y densidad son favorecidas por los estrógenos predominantes en el balance hormonal de las féminas naturalmente. Después de la menopausia se suavizan sus ataques y se alarga el periodo de tiempo entre sus latigazos, como secuela de la disminución de esta hormona.
El sexo masculino sufre la migraña con intensidad inusitada, con dramática severidad y con expresión teatral excepcional y verdaderamente real, como corresponde manifestarse genuina y naturalmente el sexo débil. Los varones ponemos en evidencia nuestra ingrimidad psico-física por demás primariamente débil, para enfrentar un estímulo doloroso, aún los de poca intensidad, como los dolores de cabeza planos, que las damas (sexo fuerte) tan siquiera se percatan o hasta se ríen de éstos. La mucosidad que acompaña a esta gran algia, tiene las mismas características en ambos sexos. El dolor migrañoso se origina cuando el espeso moco verde y muy tóxico irrita e inflama la red nerviosa focal propiamente del interior de los senos en general, pero en particular los maxilares, a lo que se adiciona la presión de una sobrecarga de mucopús que sobrepasa la capacidad del continente sinusal o, ya por aumento de la presión por fermentación proteolítica, etc., todo en conjunto empuja bruscamente su salida a la manera de un parto, el cual se ve obstaculizado por la resistencia que oponen los ostiums, de calibre reducido, los cuales se comportan como esfínteres sumamente sensibles, y al intento de ser dilatados por la fracción de mucopús en tránsito, este tapón verde y muy denso presiona y aplasta significativamente el revestimiento mucoso contra el borde libre delgado y cortante del orificio óseo que ocupan los ostiums, lo que da inicio al dolor lacerante característico de la migraña. El tratamiento de este síntoma nunca será con sustancias analgésicas, puesto que no existen los apropiados para remediar este indescriptible sufrimiento, cuando más moderarlo. Solo el tratamiento clínico moderno, que conlleva el drenaje total del mucopús hasta la desocupación completa de todas las cavidades sinusales sin excepción, mediante gotas mucofílicas instaladas en las fosas nasales, acompañadas de otras minucias, durante un espacio de tiempo de dos meses aproximadamente, es garantía de éxito. En las damas esta dolencia comienza a declinar sin excepción apenas 7 a 10 días después de instalado el tratamiento, luego de producirse la expulsión del primer taco mucopurulento verde, esperado con gran ansiedad y desde este momento feliz, la paciente queda liberada para siempre de la tutela de los analgésicos. En los hombres, este acontecimiento similar consume el doble del tiempo (12 a 14 días), situación que incrementa este sufrimiento escalofriante.
La curación de esta gran molestia, de manera radical y definitiva conlleva el cumplimiento obligado y consecutivo de los controles periódicos, en número de 4 a 5 aproximadamente durante 2 a 3 meses, tiempo que generalmente consume esta terapia y termina con la administración de una vacuna en tabletas por vía oral durante 28 días , prescripción que sigue a la confirmación de que el deteriorado tubo digestivo, con las acostumbradas alteraciones concomitantes que presentó este paciente en la primera consulta, tienen que haberse superado casi al 100%. Este deterioro es muy característico, pues lo presenta la totalidad de los pacientes adultos victima de sinusopatía crónica tan solo en el territorio digestivo: gastritis (o úlcera gástrica) timpanismo abdominal, estreñimiento o colon irritable, hemorroides, punto cístico positivo, parasitosis intestinal). La desaparición de todas estas patologías sindromáticas digestivas de manera automática al cabo de 2 meses de estar bajo esta terapia específica sinusal, es lo que garantiza que la administración oral de la vacuna luivac sea absorbida en el intestino totalmente, para que rinda los frutos esperados como antígenos, (y no que se vaya inmediata y directamente al retrete), resultado satisfactorio que consolida y confirma sin duda alguna, la autoría de la sinusitis crónica como lesión tóxica (infecto-inflamatoria) contagiosa, madre de todas estas siembras sindromáticas degenerativas a todo lo largo del tubo digestivo, y en las otras vísceras constituyentes de los demás aparatos corporales).
Sinusitis en oftalmología
Pasa por demás desapercibida la DACRIOSOLENITIS (infecto-inflamación del conducto lagrimal), hasta antes de los ojos del profesional oftalmólogo, por su velada presencia, lo cual deriva en la praxis diaria, en la creencia de que su existencia es muy esporádica. Error muy grave trae obviar su exploración para su confirmación en firme, previamente ante la proximidad de una cirugía de implante de córnea y de otras intraoculares. Muchísimos de los múltiples intentos fallidos, tienen su explicación en la presencia secreta (hasta ahora), de este foco infeccioso sindromático sinusítico purulento, responsable directo de la presencia y reaparición postoperatoria rutinaria del pterigion, cuando su extirpación quirúrgica se produce sin antes haberle erradicado al paciente su sinusopatía crónica, mediante tratamiento homeopático moderno, y ¿¿¿QUIÉN NO ÉS HOSPEDERO DE UNA SINUSITIS EN ESTE PLANETA???. Las pocas excepciones que puedan existir, seguramente, solo confirman esta regla.
Es un solemne error, seguir ignorando estas iniciales y sencillas, pero más tarde importantes afecciones puntuales y, no seguir solo diagnosticándolas tardíamente, cuando el proceso inflamatorlo interior del conducto lagrimal se hace evidente por si mismo, como es el caso cuando esta inflamación puntual llega a dacriopiosis (expulsión de purulencia) o ya a la dacrioestenosis (con derrame lagrimal). Es tan alarmante el grandísimo porcentaje de pacientes, víctimas de esta inflamación secreta, que termina en estenosis y apífora, cuyo signo tardío es el edema palpebral inferior, siempre bilateral y de evolución tardía, proceso inflamatorio que comprime, obstaculiza y retarda especialmente el retorno venoso de las organelas intraoculares, lo cual significa igualdad de obstáculos del proceso obstruccionista para la entrada de sangre arteriolar oxigenante y nutriente, por aquello que en un órgano esférico, inextensible y cerrado herméticamente como es el globo ocular, sin espacio vacó, es igual en la unidad de tiempo, la cantidad de sangre que entra a la que sale, todo lo cual producirá irremediablemente fenómenos tróficos degenerativos en estos organitos (cristalino, músculo ciliar, iris, humor vítreo y acuoso), que acusarán prematuramente cataratas y más tarde hasta glaucoma. Muy pocas excepciones del inmenso universo de los pacientes sinusíticos (80 % de la población mundial), y de este grandísimo porcentaje una inmensa mayoría (60 %) de la población adulta sufre a su vez esta complicación paraocular generalmente bilateral, sembrada como una extensión de la rinosinusitis crónica, en su avasallante carrera por conquistar todos los espacios pre-existentes, como conductos y oquedades, favorecida por la tubo-contigüidad. De esta manera, la mucosidad purulenta infecciosa invasiva originalmente sinusítica, tiene libre acceso a los ojos, desde el meato inferior donde desemboca el conducto lagrimal. Desprovisto como es de válvulas, los agentes infecciosos lo recorren en contracorriente y con mayor facilidad, en posición decúbito durante las horas de sueño.
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