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El pensamiento político de Ricardo Flores Magón (página 2)

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Capítulo dos

EL LIBERALISMO ANTIPORFIRISTA

En 1903, la dictadura Porfirista aplastó policíaca y militarmente a los militantes del Partido Liberal Mexicano (PLM.), saboteando su segundo congreso y encarcelando a sus dirigentes.

Como respuesta, el 27 de febrero, Camilo Arriaga, Díaz Soto y Gama y los demás integrantes de la directiva, publican un manifiesto del Club Liberal Ponciano Arriaga, centro director de la Confederación de Clubes Liberales de la República.

Con la frente muy alta escriben: "porque nos llámanos liberales en ésta época de inmensa corrupción y con el alma desgarrada por el triste espectáculo que hoy presenta nuestro país, apenas la fuerza bruta cedió significativo palmo ante la fuerza del derecho…

"volvemos a llamar a vuestros corazones y a vuestras arterias y a vuestros cerebros, y sin hacer resonar en el ensangrentado templo de la República el clarín de la rebelión, venimos a deciros que ha llegado la hora de deslindar los campos y de que los liberales, en corto o gran número, se presten a luchar por la resurrección de las instituciones que nos legaron nuestros padres.

"Se presten a luchar por el enfreno del militarismo y del clero, por la dignificación del proletariado, por la riqueza y engrandecimiento generales del país, por todo aquello, en fin que constituye el honroso tesoro de los pueblos que se consideran dignos".

Todavía no llaman a la revolución, todavía tienen esperanza de que la dictadura les permita continuar en su lucha liberal y democrática.

Pero ya tienen conciencia de que la tiranía no respeta las leyes y ya saben quienes son los enemigos de los trabajadores:

"Hoy nuestra Constitución ha muerto; no porque fuera utópica, no porque no fuera adaptada a nuestra generación, sino porque el pueblo ha degenerado a medida que el clero y la tiranía han ido triunfando.

"Sin la dictadura que desde hace años nos oprime, el pueblo hubiera entrado en el ejercicio de sus deberes y de sus derechos y la Constitución se hubiera reformado a su favor.

"Muerto nuestro Código Fundamental, murieron con él en nuestro país, para el imperio de la ley, el orden y la libertad, y nuestro pueblo es desgraciado.

"¿Hay igualdad en nuestro país? No. El capitalista, el fraile y el alto funcionario, ya sea civil o militar, no son tratados en México, igual que el obrero humilde o cualquier otro miembro del pueblo, oscuro en la sociedad pero brillante en las epopeyas de la Nación.

"Los empleados arrastran una vida de humillación y miseria.

"Los privilegios y los fueros en vigor han plagado de una clase de inútiles y viciosos que podemos llamar los zánganos del conjunto social.

"El predominio de las virtudes ha desaparecido; predomina el oro, predomina el poderoso, predomina el fraile, predomina el extranjero y nada más.

"La dictadura se caracteriza por el control del sistema electoral.

"En los comicios no triunfa el candidato de virtudes cívicas, triunfa el capitalista o el impuesto por la autocracia y que puede ser útil a ésta. El sufragio es un cadáver".

No falta la crítica a la educación oficial: "Desde la instrucción primaria hasta la profesión, se resiente el abandono y la ineptitud del gobierno… falta dinero para la instrucción…Sí… pero no falta para el militarismo, pero no falta para el clero, pero no falta para los poderosos… no falta para todos los parásitos del país".

Al mes siguiente, en otro manifiesto, denuncian que la administración de justicia se encuentra corrompida en nuestro país, porque los jueces no son nombrados por el pueblo sino por el gobierno que los busca dóciles a la consigna, al cohecho o a la chicana.

Ante la amenaza de muerte, que sufren los liberales se ven en la necesidad de trasladarse a los Estados U nidos de Norteamérica, para, desde allí, continuar la lucha contra la dictadura porfirista y seguir publicando el periódico REGENERACION, para su distribución en toda la República Mexicana.

Como se relata en mi libro anterior, entre 1904 y 1905, en el exilio político, los liberales se dividen en dos alas: la reformista, dirigida por Camilo Arriaga, y la revolucionaria, encabezada por Ricardo.

El 30 de septiembre de 1905, aparece publicado en REGENERACION, un manifiesto firmado por Ricardo y sus seguidores, quienes constituyen la Junta Organizadora del PLM.

Después de atacar de frente al dictador y a sus lacayos favoritos, los autores del manifiesto a la Nación Mexicana afirman que "las cámaras, ese santuario augusto del pueblo en las verdaderas democracias, sólo sirve a nuestro país como pretexto para que el tirano mantenga una falange de eunucos a costa del erario público…

"hablad de abyectos, de cobardes, de viles, y hablareis de las cámaras de México repletas de corrupción, degradadas y hediondas.

"En ellas no vibra la voz del pueblo, sino las consignas del tirano, ante los que doblan la frente cientos de hombres que mejor deberían llamarse esclavos. Un esclavo no es un hombre.

"Los tribunales de justicia son mercado de favores; el magistrado es un comerciante; la judicatura un gremio de explotadores. La ley se desprecia, y el oro es el que determina los fallos de los juicios.

"Otra característica de la dictadura es aliarse al clero católico para continuar en el gobierno.

"De las Leyes de Reforma como de la Constitución, no quedan sino el nombre y el recuerdo.

"El clericalismo, combatido y casi dominado por Juárez y Lerdo, ha vuelto a robustecerse a la sombra de Porfirio Díaz. Los gobiernos republicanos lo rechazaron; la dictadura los acogió.

"Todo déspota lleva una escolta de sotanas: Los pueblos que creen que cualquier fraile prostituido es un representante de Dios, bien pueden creer que cualquier soldado ambicioso es un admirable gobernante.

"El clericalismo constituye el sostenimiento de la dictadura.

"La dictadura pone su fuerza, exhibe sus bayonetas, sus cárceles, sus esbirros; el clero pone su labor tenebrosa, siembra ignorancia, intoxica abyección y en nombre de Dios y del infierno, demanda resignación porcina ante todas las miserias y ante todos los dolores.

La dictadura es clerical puesto que frailes y opresores siempre se dan la mano para explotar y oprimir a los pueblos".

Capítulo tres

LOS PERIODISTAS Y LA DICTADURA.

La Junta Organizadora del Partido Liberal, dirigida por Ricardo, publicó, en REGENERACION, el primero de junio de 1906, una circular.

En ella se dirige a la prensa nacional independiente, con el fin de establecer entre los miembros del periodismo un lugar de unión y solidaridad que los fortalezca y los aliente, para llevar a cabo la alta misión redentora que corresponda a la prensa honrada frente a cualquier tipo de dictadura.

Se ha dicho, y es muy cierto, que la existencia de una prensa controlada oficialmente y de un periodismo perseguido y reprimido políticamente y de periodistas honestos despedidos o asesinados, son una clara prueba de la falta de libertad y de Democracia.

Hoy la prensa es débil,- afirman los magonistas -no hay ciudadano que no lo vea ni periodista que no lo asiente.

El escritor público, aislado, abandonado, visto con indiferencia hasta por sus mismos colegas, está completamente a merced de las arbitrariedades del poder y nunca podrá tener la seguridad de vivir tranquilo.

A menos que resuelva renunciar a todos los más nobles atributos de su profesión y a ser un paria sin opiniones ni ideales, en vez de un paladín de virtudes y un fustigador de crímenes.

Tal es el dilema: o el periodista cumple su noble misión, ilustra al pueblo, lucha por la justicia y combate la maldad donde quiera que se encuentre, y entonces tienen que sufrir las vejaciones del crimen encumbrado: o acepta la paz que el poder implacable sólo concede a los sometidos, y entonces tienen que traicionar su misión de enseñanza y de lucha, encubriendo todo engaño y callando ante todo abuso.

Los periodistas independientes defensores de la verdad al no estar unidos y organizados son fácilmente reprimidos por la tiranía.

Cada uno de nuestros periodistas está aislado: no presta apoyo a la colectividad sino lo recibe de ella.

Por eso los miembros de nuestra prensa, en conjunto hoy, presentan tan doloroso espectáculo de debilidad, y por eso la tiranía se ceba en ellos con tanto desenfreno y con tanta facilidad.

Cada vez que la garra de la arbitrariedad se tiende sobre un periodista, lo encuentra solo: lo aplasta sencillamente: coge a otro que está tan solo como el primero, y lo aplasta con la misma sencillez, y sigue cogiendo y aplastando a cuantos quiere.

Porque todos están aislados, desamparados, indefensos: porque todos carecen de un apoyo que los sostenga: porque la colectividad que se llama prensa, no levanta la voz como un sólo hombre para protestar contra los atentados y fustigar las injusticias de que son víctimas sus miembros.

Los magonistas en esta circular no sólo plantean la realidad de los periodistas honestos e independientes del gobierno, sino también denuncian a aquellos plumíferos oportunistas que sólo buscan gozar su cercanía con el poder, corrompiéndose junto con los funcionarios, al recibir cantidades de dinero, al estilo de Judas, y emborrachándose con sus protectores, los padrinos de la mafia gubernamental.

Los magonistas no se dirigen a los asalariados del poder que son indignos del noble título de periodistas, pues estos mercenarios de la pluma deben ser rechazados con repugnancia.

El famoso cuarto poder no existirá hasta que la unión consciente y la solidaridad reinen entre los periodistas verdaderos y limpios. Las dictaduras no permiten el poder de la prensa libre.

Las tiranías, defensoras de los intereses de los ricos, protegen y defienden a los propietarios de los grandes periódicos, patrones que explotan vilmente a los periodistas asalariados.

Las organizaciones de periodistas que debían defender a sus agremiados no lo hacen, en parte porque la corrupción oficial completa los ingresos económicos de la mayoría de los trabajadores de la prensa.

Quienes para sostener económicamente a sus familias no les es suficiente los salarios de hambre que reciben de sus patrones.

¿Qué plantearon los magonistas para que los periodistas, y el pueblo mexicano en general, se enfrentaran a la dictadura Porfirista?: el programa del Partido Liberal Mexicano.

Los revolucionarios encabezados por Ricardo, sabían muy bien que para concientizar a las masas trabajadoras era necesario un programa con demandas económicas que mejoraran las condiciones humanas de los explotados.

Sabían que esas reformas no solucionaban radicalmente la miseria y la injusticia política, la organización de los rebeldes y el levantamiento armado contra la dictadura.

Capítulo cuatro.

EL PROYECTO DEL PROGRAMA

Casi todos los programas políticos surgidos durante el movimiento armado, bautizado oficialmente como "Revolución Mexicana", fueron redactados por élites intelectuales aisladas de las masas populares.

En cambio el programa del Partido Liberal Mexicano (PLM.) publicado en 1906 fue redactado por cientos de liberales mexicanos, la mayoría de ellos pertenecientes a la clase trabajadora.

Meses antes de la aprobación de dicho programa, en las páginas del periódico magonista REGENERACION , órgano de la Junta Organizadora del PLM., se publicó un proyecto de programa, que se sometió a la consideración de los correligionarios.

Todo el Partido político que lucha por alcanzar influencia efectiva en la dirección de los negocios públicos de su país, está obligado a declarar ante el pueblo, en forma clara y precisa, cuáles son los ideales por qué lucha y cuál es el programa que se propone llevar a la práctica, en caso de ser favorecido por la victoria.

Los magonistas en su proyecto previenen a sus seguidores de que no se deben fiar demasiado en ningún gobierno por ejemplar que parezca, sino que deben vigilarlo para que cumpla sus deberes.

Esta es la única manera de evitar tiranías en lo futuro y de asegurarse el pueblo, el goce y aumento de los beneficios que conquiste.

Después de plantear la supresión de las escuelas clericales y su sustitución por escuelas laicas o no religiosas, los autores del proyecto plantean que no basta establecer muchas escuelas si no se facilita a la niñez el medio práctico de aprovecharlas.

Sabido es que el principal obstáculo para que gran parte de nuestra niñez concurra a las aulas es la miseria.

El reducido jornal de muchos padres de familia, no basta para sostener a éstas, y se hace necesario para vivir que hasta los niños trabajen y ganen algo, en vez de ir a la escuela.

Obligar simplemente a estos niños a concurrir a la escuela, es disminuir los ingresos de una familia, condenarla a la miseria e inspirarle odio a la instrucción que tales perjuicios le causa.

Para que la instrucción puede hacerse obligatoria, sin cometer injusticias ni causar daños, no hay otro medio que el de asignar apoyo económico a los niños pobres, y así, las familias no perderán por la escuela lo que estos niños hubieran podido ganar en algún trabajo.

Los trabajadores de la educación hasta la actualidad continúan sufriendo como los profesores de principios del siglo XX.

Por mucho tiempo, la noble profesión del magisterio ha sido de las más despreciadas, es de las peor pagadas… nadie respeta de verdad ni guarda atención a los pobres maestros que, tienen que vivir en lamentables condiciones de inferioridad social.

Debe pagarse a los maestros buenos sueldos como lo merece su labor; debe dignificarse el profesorado, procurando a sus miembros el medio de vivir decentemente.

Una de las raíces de las élites intelectuales burocráticas, que formarán parte de los gobernantes parásitos (valga la redundancia) se encuentra en la educación escolar, que congela el corazón, educa la cabeza y menosprecia el trabajo manual y artístico.

Por eso hay que combatir desde la escuela ese desprecio aristocrático hacia el trabajo manual y artístico, que una educación viciosa ha imbuido a nuestra juventud.

Hay que formar trabajadores, factores de producción efectiva y útil, mejor que señores de pluma y de bufete.

Para cortar otra raíz, la militar, que sostiene alas dictaduras, es necesario, que desde las escuelas los jóvenes se preparen en el uso de las armas.

En cuanto a la instrucción militar en las escuelas, se hace conveniente poner a los ciudadanos en aptitud de prestar sus servicios en la guardia nacional, para que perfeccionen sus conocimientos militares.

Teniendo todos los ciudadanos estos conocimientos podrán defender ala patria cuando sea preciso y harán imposible el predominio de los soldados de profesión, es decir, el militarismo.

Un apartado importante de este proyecto es el dedicado a denunciar el papel conservador y reaccionario del clero católico que aspira a posesionarse del poder político, de apoderarse del gobierno.

La supresión de todas las escuelas religiosas acabaría con ese semillero maldito.

Otro tema que hasta hoy es intocable es la reglamentación del servicio doméstico y del trabajo a domicilio, con el fin de que estos trabajadores domésticos y del trabajo a domicilio, gocen de los derechos y prestaciones de los demás asalariados.

Es importante (por su vigencia) reproducir un párrafo de interesante actualidad, párrafo que deberá enarbolar el día de hoy un partido que luche por la revolución, como la iniciada por los magonistas:

"Se confiscarán los bienes de los funcionarios enriquecidos en la presente época de tiranía… no se puede ni se debe reconocer derecho de legítima propiedad sobre los bienes que disfrutan, a individuos que se han apoderado de esos bienes abusando de la fuerza de su autoridad, despojando a los legítimos dueños, y aún asesinándolos muchas veces para evitar toda reclamación. Lo que los funcionarios de la dictadura han robado a la nación y a los indígenas y campesinos, debe ser devuelto a sus verdaderos dueños".

"La raza indígena debe ser educada y dignificada, pues ella pertenece a nuestras raíces, a nuestros abuelos".

Capítulo cinco

EL PROGRAMA DEL PARTIDO LIBERAL

Los gobiernos emanados de la Revolución, integrantes del semillero de Hacendados y militares neoporfiristas, del grupo de Agua Prieta, Sonora por 71 años, han detentado el poder político que le pertenece al pueblo mexicano.

Los escribas oficiales, historiadores burgueses, como Krauze, repiten en forma fascista, por todos los medios masivos de información, que están bajo su control, la mentira, repetida miles de veces, de que los gobiernos, sean de cualquier partido, representan los intereses de todas las clases sociales, ricos y pobres, que existen en nuestro país.

Los escribas del grupo triunfante, cuyos gobiernos han defendido los intereses económicos y políticos de los capitalistas, nacionales y extranjeros, afirman que las demandas del Programa del Partido Liberal Mexicano, publicado en 1906, fueron recogidas en la Constitución de 1917.

Es cierto que parte de esas demandas se encuentran en la Constitución, pero también es cierto, que casi todo el contenido de la Carta Magna es letra congelada, letra muerta, que los gobernantes dan vida únicamente para que los explotadores y opresores de los trabajadores salgan siempre beneficiados.

La historia no se repite, sino que sus etapas, por lo regular abarcan décadas.

Las condiciones económicas y políticas de la actualidad no son una repetición de las que existían durante el Porfiriato, sino su continuación.

Algunos escritores, coinciden con los magonistas, en el sentido de que no hubo ninguna revolución, sino simplemente unos políticos pro-capitalistas, sustituyeron en el gobierno, a otros viejos políticos.

Estamos de acuerdo con esos escritores.

Para confirmar lo anterior, reproduciremos un párrafo, escrito por los autores del Programa del PLM en mayo de 1906, que todavía vigente:

"En treinta años de tiranía, nuestros opresores nos han hecho impunemente víctimas de todos los atentados y de todos los crímenes.

"Han violado las leyes, como han violado a las mujeres; han saqueado el tesoro público y han robado a los ciudadanos, han asesinado al pueblo; han vendido la patria a los extranjeros, han contraído deudas por ciento de millones, que se han quedado en sus bolsillos, pero que la nación tendrá que pagar en el futuro; han agobiado al país con impuestos cuyo producto se distribuye como botín, han puesto la fuerza del gobierno al servicio de los capitalistas, para que éstos puedan robar a los trabajadores; han convertido los tribunales, los ministerios, todas las oficinas públicas en mercados donde se vende el fallo de los jueces, de las concesiones ministeriales a la protección de los funcionarios influyentes; han devuelto al corrompido clero sus privilegios y le han garantizado la impunidad para todos los abusos.

"Todo esto han hecho Porfirio Díaz y sus cómplices, aprovechándose de nuestra resignación para soportar cuanto yugo se nos impone".

Para terminar reproduciremos aquellas demandas del programa del Partido Liberal Mexicano, de 1906, que consideramos vigentes y que en los hechos todavía no se llevan a la práctica, aún cuando están contenidas en la Constitución de 1917:

"MEJORAMIENTO y FOMENTO DE LA INSTRUCCIÓN"

10.- Multiplicación de escuelas primarias, en tal escala, que queden ventajosamente suplidos los establecimientos de instrucción que se clausuren por pertenecer al clero.

11.- Obligación de impartir enseñanza netamente laica en todas las escuelas de la República, sean del Gobierno o particulares, declarándose la responsabilidad de los directores de escuelas que no se ajusten a este precepto.

12.- Declarar obligatoria la instrucción hasta la edad de 14 años, quedando al Gobierno el deber de impartir protección, en la forma que le sea posible, a los niños pobres que por su miseria pudieran perder los beneficios de la enseñanza.

13.- Pagar buenos sueldos a los maestros de instrucción primaria.

14.- Hacer obligatorio para todas las escuelas de la República la enseñanza de los rudimentos de arte y oficios y la instrucción militar, y prestar preferente atención ala instrucción cívica que tan poco atendida es ahora.

"RESTRICCIÓN A LOS ABUSOS DEL CLERO CATÓLICO".

17.- Los templos se consideran como negocios mercantiles, quedando por tanto obligados a llevar contabilidad y pagar las contribuciones correspondientes.

18.- Nacionalización, conforme a las Leyes, de los bienes raíces que el clero tiene en poder de testaferros.

19.- Agravar las penas que las Leyes de Reforma señalan para los infractores de las mismas.

20.- Supresión de las escuelas regenteadas por el clero.

"CAPITAL y TRABAJO".

22.- Reglamentación del servicio doméstico y del trabajo a domicilio.

23.- Adoptar medidas para que con el trabajo a destajo los patrones no burlen la aplicación del tiempo máximo y salario mínimo.

24.- Prohibir en lo absoluto el empleo de niños menores de catorce años.

25.- Obligar a los dueños de minas, fábricas, talleres, etcétera, a mantener las mejores condiciones de higiene en sus propiedades y a guardar los lugares de peligro en un estado que preste seguridad a la vida de los operarios.

26.- Obligar a los patrones o propietarios rurales a dar alojamiento higiénico a los trabajadores cuando la naturaleza del trabajo de éstos exija que reciban albergue de dichos patronos o propietarios.

27.- Obligar a los patronos apagar indemnización por accidente del trabajo.

28.- Declarar nulas las deudas actuales de los jornaleros de campo para con los amos.

29.- Adoptar medidas para que los dueños de tierra no abusen de los medieros.

30.- Obligar a los arrendadores de campos y casa a que indemnicen a los arrendatarios de sus propiedades por las mejoras necesarias que dejen en ellas.

"TIERRAS".

35.- A los mexicanos residentes en el extranjero que lo soliciten los repatriará el Gobierno pagándoles los gastos de viaje y les proporcionarán tierras para su cultivo.

36.- El Estado dará tierras a quien lo solicite, sin más condiciones que dedicarlas a la producción agrícola y no venderlas.

Se fijará la extensión máxima de terrenos que el Estado pueda ceder a una persona.

37.- Para que este beneficio no sólo aproveche a los pocos que tengan elementos para el cultivo de las tierras, sino también a los pobres que carezcan de estos elementos, el Estado creará o fomentará un Banco Agrícola que hará a los agricultores pobres préstamos con poco rédito y redimible a plazos.

"IMPUESTOS".

40.- Gravar el agio, los artículos de lujo, los vicios y aligerar de contribuciones los artículos de primera necesidad. No permitir que los ricos ajusten igualas con el Gobierno para pagar menos contribuciones de las que les impone la Ley.

"PUNTOS GENERALES".

41.- Hacer práctico el juicio de amparo, simplificando los procedimientos.

42.- Restitución de la zona libre.

43.- Establecer la igualdad civil para todos los hijos de un mismo padre, suprimiendo las diferencias que hoy establece la ley entre legítimos e ilegítimos.

44.- Establecer, cuando sea posible, colonias penitenciarias de regeneración, en lugar de las cárceles y penitenciarías en que hoy sufren el castigo los delincuentes.

45.- Supresión de los jefes políticos.

46.- Reorganización de los municipios que han sido suprimidos y robustecimiento del poder municipal.

47.- Medidas para suprimir o restringir el agio, el pauperismo o la carestía de los artículos de primera necesidad.

48.- Protección a la raza indígena.

49.- Establecer lazos de unión con los países latinoamericanos.

50.- Al triunfar el Partido Liberal se confiscarán los bienes de los funcionarios enriquecidos bajo la dictadura actual y lo que se produzca se aplicará al cumplimiento del capítulo de tierras, especialmente a restituir a los yaquis, mayas y a otras tribus, comunidades o individuos, los terrenos de que fueron despojados, y al servicio de la amortización de la deuda nacional.

Capítulo seis

EL PENSAMIENTO ANARQUISTA DE RICARDO (I)

La mayoría de los autores que han escrito sobre el Magonismo, coinciden en afirmar que el pensamiento político de Ricardo evolucionó del liberalismo hacia el anarquismo.

Existe una carta de 1908, en la que Ricardo reconoce ser ya un anarquista desde el principio, es decir desde 1901.

Será el manifiesto del 23 de septiembre de 1911,donde lo declarará públicamente.

Son varias razones las que explican la radicalización de este insigne revolucionario.

Entre las principales se encuentran:

la influencia paterna.

Las charlas de su padre, que le contaba acerca del comunismo anarquista indígena de la región de la cañada oaxaqueña.

La lectura de los libros de los teóricos anarquistas europeos, que encontró en el librero de Camilo Arriaga, en San Luís Potosí, en 1901.

La represión policíaca porfirista y el trabajo conjunto con los anarquistas que encontró en Estados Unidos, de 1904 en adelante.

Para analizar y resumir los planteamientos anarquistas de Ricardo, tendríamos que revisar minuciosamente todos los escritos periodísticos que Ricardo publicó en REGENERACIÓN, de 1911 a 1918.

Por ahora, como un adelanto de ese futuro estudio, en forma temática expondremos en este lugar, las principales tesis políticas de este revolucionario oaxaqueño:

LOS ENEMIGOS

Ya desde el manifiesto de 1911, encontramos uno de los planteamientos básicos del anarquismo europeo, es decir, el señalamiento de los enemigos de los trabajadores, junto con la tesis marxista de lucha de clases:

Capital, Autoridad y Clero: he ahí la trinidad sombría que hace de esta bella tierra un paraíso de los que han logrado acaparar en sus garras por la astucia, la violencia y el crimen, el producto del sudor, de la mugre, de las lágrimas y del sacrificio de miles de generaciones de trabajadores, y un infierno para los que con sus brazos y su inteligencia trabajan la tierra, mueven la maquinaria, edifican las casas, transportan los productos.

Quedando de esa manera dividida la humanidad en dos clases sociales de intereses diametralmente opuestos: la clase capitalista y la clase trabajadora…

Entre estas dos clases no pueden existir vínculo alguno de amistad ni fraternidad, porque la clase poseedora está siempre dispuesta a perpetuar el sistema económico político y social que garantiza el tranquilo disfrute de sus rapiñas, mientras la clase trabajadora hace esfuerzos por destruir ese sistema inicuo para instaurar un medio en el cual la tierra, las casas, la maquinaria de producción de producción y los medios de transportación sean de uso común.

EL ORIGEN DE LA PROPIEDAD PRIVADA

Siguiendo a Proudhon, Ricardo afirma que la propiedad privada es resultado del robo.

Las invasiones, las guerras de conquista, las revoluciones políticas, las guerras para dominar los mercados, los despojos llevados a cabo por los gobernantes a sus protegidos son los títulos de la propiedad territorial, títulos sellados con la sangre y con la esclavitud de la humanidad.

Este monstruo tiene su origen en un derecho absurdo, porque se basa en el crimen.

Este crimen no es un obstáculo para que la ley llame sagrado ese derecho, como que son los detentadores mismo de la tierra los que han escrito la ley.

LA PROPIEDAD PRIVADA

Al igual que los comunistas ortodoxos, es decir, los marxistas, los anarquistas como Ricardo vieron en la propiedad privada, la causa de todos los males económicos, sociales y políticos de la humanidad.

La propiedad territorial se basa en el crimen, por lo mismo, es una institución inmoral.

Esta institución es la fuente de todos los males que afligen al ser humano.

El vicio, el crimen, la prostitución, el despotismo, de ella nacen.

Para protegerla se hacen necesarios: el ejercito, la judicatura, el parlamento, la policía, el presidio, el cadalso, la iglesia, el gobierno y un enjambre de empleados y de zánganos.

Parásitos mantenidos precisamente por los que no tienen un terrón para reclinar la cabeza, por los que vinieron a la vida cuando la tierra estaba ya repartida entre unos cuantos que se la apropiaron por la fuerza o entre los descendientes de esos bandidos que han venido poseyéndola por el llamado derecho de herencia.

VIOLENCIA

El primer dueño apareció con el primer hombre que tuvo esclavos para labrar los campos, y para hacerse dueño de esos esclavos y de esos campos necesitó hacer uso de las armas y llevar la guerra a una tribu enemiga.

Fue pues, la violencia el origen de la propiedad territorial, y por la violencia se ha sostenido desde entonces hasta nuestros días.

EL CAPITAL

Siguiendo a Marx, Ricardo le explica a los trabajadores mexicanos el origen y la esencia de el Capital.

El Capital, según la Economía Política, es trabajo acumulado.

La maquinaria, los edificios, los buques, las vías férreas, son trabajo acumulado, esto es, obra de trabajadores intelectuales y manuales de todas las épocas hasta nuestros días y por lo mismo no se ve la razón por la que ese capital deba pertenecer a unos cuantos individuos.

EL SALARIO DEL ESCLAVO MODERNO

Proletarios, tenéis derecho a algo más que la limosna que os dan por vuestro trabajo, porque el Capital es de todos, hombres y mujeres, ancianos y niños.

El salario, por lo tanto, es un ultraje; es una cadena que es preciso quebrantar para que la palabra ciudadano deje de ser ultraje por aplicársele a verdaderos esclavos. Si eso se hace, se habrá obtenido la libertad económica.

CONSECUENCIAS DE LA PROPIEDAD PRIVADA

Detrás de las rejas de esos pudrideros de carne y de espíritu que se llaman presidios, miles de infortunados pagan con la tortura de su espíritu las consecuencias de ese crimen elevado por la ley a la categoría de derecho sagrado: la propiedad territorial.

En el envilecido de la casa pública, miles de jóvenes mujeres prostituyen su cuerpo y estropean su dignidad, sufriendo igualmente las consecuencias de la propiedad territorial.

En los asilos, en los hospicios, en las casas de expósito, en los hospitales, en todos los sombríos lugares donde se refugian la miseria, el desamparo y el dolor humano sufren las consecuencias de la propiedad territorial hombre y mujer, ancianos y niños.

Presidiarios, mendigos, prostitutas, huérfanos y enfermos levantan los ojos al cielo con la esperanza de encontrar más allá de las estrellas que alcanzan a ver, la felicidad que aquí les roban los dueños de la tierra.

El rebaño humano, inconsciente de su derecho a la vida, se encorva ante la tierra con que la naturaleza les obsequió, perpetuando con su sumisión el imperio de la injusticia.

Lo que hoy llamamos crimen, no es otra cosa que el resultado directo o indirecto de causas que tienen su raíz en la desigualdad económica, que resulta del principio de propiedad privada o individual.

La desigualdad económica produce la miseria, y esta empuja a los que no tienen bienes de fortuna, a tomar, de donde lo hay, lo que necesitan para no morir ellos de hambre ni dejar que mueran los suyos.

A eso es a los que ley llama robo, y ese delito, así como el fraude, actos cometidos en contra del llamado derecho de propiedad, son los que dan el mayor contingente de habitantes de las prisiones, pudiendo asegurarse que casi el noventa por ciento de los reclusos de los presidios son individuos que violaron la ley empujados por circunstancias económicas.

ABOLICIÓN DE LA PROPIEDAD PRIVADA.

La abolición de la miseria se obtendrá cuando el trabajador se haga el propósito de desconocer el derecho de propiedad… tomando posesión de todo cuanto existe.

No paguéis contribuciones al gobierno, no paguéis la renta de las casas que ocupáis; tomad las haciendas para trabajar la tierra en común, haciendo uso de la excelente maquinaria que tienen los burgueses; quedaos con fábricas, talleres, minas, etc. Así acabaréis con la miseria.

Como la autoridad o gobierno, se encuentra basada en la propiedad privada, ambas deben ser eliminadas para que una no engendre a la otra. No se necesita otra cosa para triunfar, que desconocer el derecho de la propiedad individual y dar el golpe de gracia a la autoridad.

Capítulo siete

EL PENSAMIENTO ANARQUISTA DE RICARDO (II)

LA AUTORIDAD

Después del capital, el segundo enemigo de los trabajadores es la autoridad, cuya expresión máxima es el gobierno.

¿Para qué sirve, pues, la autoridad?: la autoridad sirve, trabajadores para humillarlos a cada paso, para apalearlos, para ametrallarlos cuando pedís unos cuantos centavos de aumento de vuestro salario o la disminución de unos cuantos minutos de las largas horas de trabajo.

La autoridad sirve para echaros el guante y encerraros en presidio por el delito de ser pobres; pue$ bien sabeis que vuestros amos pueden cometer toda clase de excesos sin pisar nunca los umbrales de una cárcel.

La autoridad sirve para asegurar a vuestros verdugos el disfrute político de lo que os roban en vuestro trabajo.

La autoridad no hace falta más que para sostener la desigualdad social. ..es necesaria solamente para perpetuar el sistema social basado en la desigualdad económica.

La autoridad garantiza al rico vivir en el ocio y condena al pobre al rudo trabajo y a la abyecta miseria.

El burgués, necesita que haya autoridad, pues de lo contrario, tendría que tomar el arado, la garlopa o el martillo para ganarse su subsistencia y la de su familia.

Pero el pobre, ¿Para qué necesita la autoridad? La autoridad nunca ha sido buena con él; la autoridad ha sido para el desheredado, la madrastra huraña, castigadora y malvada, castradora de voluntades…

La autoridad fue instituida para cuidar los bienes materiales de la clase rica que se veía amenazada por los hambrientos.

Los que no tenemos un terrón donde reclinar la cabeza, no necesitamos autoridad.

Por el contrario, la detestamos porque ella arrebata de nuestras filas a los más vigorosos de nuestros hermanos, para amontonarlos en los cuarteles y hacerlos empuñar las armas en favor de la burguesía.

Luego nos cobra contribuciones para mantener esos soldados y todo ese enjambre de funcionarios grandes y chicos que forman lo que se llama gobierno.

Somos nosotros, los desheredados los que no tenemos nada que nos roben, los que estamos obligados a pagar los gastos que origina el mantenimiento de la autoridad, cuando lo justo sería que esos gastos fueran pagados por los beneficiados, que son los burgueses.

GOBIERNO

El gobierno, cualquiera que sea su forma, republicano o monárquico, no puede estar jamás del lado del pueblo.

EL GOBIERNO TIENE POR MISION CUIDAR LOS INTERESES DE LOS RICOS.

No confiemos a ningún gobierno la solución de nuestros problemas.

Los gobiernos son los representantes del capital y, por lo mismo, tienen que oprimir al proletariado.

Para los anarquistas todos los gobiernos son malos, pues defienden los intereses de la minoría social parasitaria, es decir los capitalistas y sus aliados y socios, los integrantes del clero católico romano.

La historia no registra en sus páginas el nombre de un gobernante que seriamente se haya preocupado por salvar al pueblo de la miseria y la tiranía.

La historia de la humanidad cuenta ya varios miles de años.

Por ella sabemos que el gobernante, el rico y el sacerdote de cualquier religión han sido los aliados inseparables, confabulados en todos los tiempos para tener al pueblo en la esclavitud.

Es una ilusión figurarse que el gobierno es la representación del pueblo.

El gobierno es la representación de la clase capitalista.

El pueblo trabajador no hace otra cosa que nombrar como gobernante a quien las clases ilustradas y ricas quieren imponer.

Es en los bufetes de los abogados, en las oficinas de los comerciantes y de los dueños de negociaciones de todas clases donde se escogen los hombres que han de tener por misión el gobierno del país.

De esos bufetes, de esas oficinas no pueden salir hombres pertenecientes a la clase trabajadora, sino simples burgueses cuyo interés no es otro que prolongar la agonía de los humildes, refrenar el ansia de libertad y de justicia de los proletarios, tener en la ignorancia y en la miseria a los trabajadores.

Asalariados convencidos de que el hombre se envilece por la miseria y el sufrimiento.

Un hombre envilecido no piensa en su redención.

En miles de años no se ha dado un solo caso en que un gobierno haya puesto la mano sobre los bienes de los ricos para entregarlos a los pobres.

Por el contrario, donde quiera se ha visto y se ve que el gobierno hace uso de la fuerza para reprimir cualquier intento del pobre para obtener una mejora en su situación.

Acordaos de Río Blanco, acordaos de Cananea, donde las balas de los soldados del gobierno ahogaron, en las gargantas de los proletarios, las voces que pedían pan; acordaos de Papantla, donde la metralla y la fusilería del gobierno diezmaron a los enérgicos habitantes que se negaban a entregar a los ricos las tierras que les daban la subsistencia.

Por último, la solución no sólo consiste en derrocar al gobierno sino que es necesario recuperar las riquezas detentadas por los ricos, evitando así, de raíz, el surgimiento de otro gobierno que reinstaure la propiedad privada.

El gobierno es el gendarme del capital, el torvo polizonte que cuida las cajas fuertes de las aves de rapiña de la banca, del comercio y de la industria, para el capital tiene sumisiones y respeto; para el pueblo tienen el presidio, el cuartel y el patíbulo.

No esperemos nada bueno del gobierno que llegue a implantarse después de esta revolución.

Si queremos libertad, obremos por nuestra cuenta tomando posesión de la tierra para trabajarla en común, y armémonos todos para que si alguna tiranía quiera arrebatamos nuestra dicha, estemos puestos a defenderla.

EL CLERO POLÍTICO

El tercer enemigo de los trabajadores, el clero político, es el más peligroso por encontrarse emboscado, cubierto por el velo religioso que oculta los intereses terrenales de este grupo social, que a lo largo de la historia universal siempre ha estado aliado de los explotadores y opresores de los pueblos.

No es una casualidad que todo el primer período liberal de los opositores a la dictadura porfirista se hayan dedicado a la denuncia y a la crítica, del papel reaccionario del clero católico mexicano, al que la tiranía le había dado alas de nuevo, como si no hubieran existido las Leyes de Reforma en nuestro país.

Los liberales mexicanos de este siglo, encabezados por Camilo Arriaga, al publicar su primer manifiesto en contra del clero católico mexicano, de paso invitan al pueblo a organizar clubes liberales y a reunirse en el primer congreso liberal, en el que la mayoría de los delegados se manifestaron como jacobinos, come curas.

Detrás del anticlericalismo se encontraba el enfrentamiento político en contra de la dictadura porfirista.

En el seno de los liberales se encontraba ya, el germen de los futuros teóricos, organizadores y dirigentes del ala más radical de los liberales, nos referirnos a los magonistas, que en los primeros años de este siglo se encontraban preparándose y afilando las armas teóricas para las futuras batallas, no sólo contra el clero reaccionario, sino sobre todo contra la tiranía capitalista comandada por el gobierno de Porfirio Díaz.

Capítulo ocho

EL PENSAMIENTO ANARQUISTA DE RICARDO (III)

LA CONSTITUCIÓN.

Mientras que en su etapa liberal Ricardo Flores Magón defendió la Constitución de 1857, en su período anarquista de 1911 en adelante, se volvió el más fiero crítico no solo de esa Constitución, sino de toda Ley, pues según él todo el sistema jurídico está al servicio de .los explotadores y opresores políticos de los trabajadores.

Todo revolucionario, dirá Ricardo es un ilegal; dentro de la Ley y del orden puedes ir a la esclavitud, nunca a la libertad.

Es practicando la ilegalidad, es trastornando lo que la ley llama orden como se conquista la emancipación.

y no puede ser de otra manera: la Ley obliga a que respetemos las instituciones políticas y sociales que nosotros creemos malas, porque de ellas derivan la pobreza, el crimen y la esclavitud.

Si queremos pues, cambiar esas instituciones políticas y sociales que nos esclavizan por otras que garanticen nuestra libertad y nuestra felicidad, tenemos que forzosamente desobedecer el mandato de la ley que nos obliga a respetar las instituciones existentes, y esa desobediencia trastorna el orden.

Por eso todo revolucionario sincero, honrado y valiente debe ser un ilegal. y el revolucionario que proclama respetar la ley y el orden es un farsante.

O se es legalista, y entonces, hay que confundirse con la masa de carneros que sufren con paciencia todas las humillaciones del actual sistema, o se es ilegalista, irrespetuoso, desobediente, revolucionario.

El ladrón capitalista utiliza las leyes que él mismo escribió, para impedir que los trabajadores recuperen el producto de su trabajo.

La Constitución es vuestro peor verdugo, la Constitución prohíbe terminantemente que se ataque el derecho de propiedad de los ricos.

La Constitución es bella en sus palabras, pero solo beneficia a quien tiene el poder económico y el poder político

La Constitución es utilizada por la clase rica según su conveniencia. Si es a su favor para castigar a los trabajadores la usa para encarcelar a los pobres y desempleados y si es para castigar a los funcionarios y poderosos se convierte en una mercancía fácil de adquirir y de violar impunemente.

Una de tantas mentiras oficiales es afirmar que vivimos en un régimen de derecho, cuando en realidad es lo contrario, vivimos bajo una dictadura de los capitalistas, ya que la propiedad privada es la base de todas las explotaciones, de todas las tiranías.

La Constitución no fue escrita para emancipar a la clase trabajadora sino para garantizar a la burguesía el disfrute pacífico de sus rapiñas y dar a la autoridad el prestigio y la fuerza moral que tanto necesita para ser obedecida y temida.

La Constitución es burguesa porque sirve en forma eficiente a los capitalistas y sus fieles servidores los gobernantes.

Ellos sí se benefician de ella, mientras ustedes proletarios no podéis disfrutar de los derechos, garantías y privilegios que al ciudadano concede la Constitución del 57 por la sencilla razón de que sois pobres.

No podéis ejercitar el derecho de escribir y de hablar, porque no habéis tenido la oportunidad de educaros y de instruiros como los han tenido los hijos de la burguesía.

Aun cuando fuerais aptos para hablar y escribir sobre cualquier tema, tendríais que amoldaros a los gustos de vuestros señores.

Pues si alguna vez hablaseis en contra de las leyes y de las Instituciones existentes, y vuestra palabra, o vuestro escrito pusieran de alguna manera en peligro la tranquilidad o los bienes del sacerdote, del rico o del representante de la autoridad, bien pronto ahogarían en vuestras gargantas las palabras y encadenarías vuestras manos, para que no hablaseis ni escribieses.

Veis pues, que esos derechos o libertades, son una mentira cuando los que tratan de ejercitarlos son miembros de la clase trabajadora.

EL SISTEMA ELECTORAL

Desde que existe el sistema electoral en la época moderna capitalista, siempre ha beneficiado a los ricos, pues son ellos, por medio del gobierno quienes han controlado los comicios para perpetuarse en el poder.

Si no ganan utilizan todas las triquiñuelas para no perder el poder político y en el último de los casos tienen todas las policías y el ejército para imponer a su candidato burgués derrotado por el pueblo, y si es necesario, pueden quemar las boletas electorales para que no haya posibilidad de demostrar el fraude cometido por los gobernantes.

Y en cuanto al derecho electoral ¿Qué bien os reporta el nombrar a las autoridades?

¿No sabéis que la autoridad tiene que respetar el odioso libraco llamado Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, libraco que remacha vuestras cadenas, el libraco que os hace esclavos ?

Si peleáis por ganar el voto seréis como dice Mirabeau más estúpidos que las reses, porque siquiera esos dignos animales no eligen al carnicero que ha de degollarlos.

Ir a votar cuando las elecciones están controladas por el gobierno, no beneficia económicamente a los trabajadores, pues ¿Qué gana el proletariado con el hecho de depositar en las urnas una boleta electoral en la que ha puesto el nombre de la persona que formará parte del gobierno?

En su casa no habrá más pan por el mero hecho de que elija a Carranza o a cualquier otro hombre; ni su compañera ni sus hijos podrán usar vestidos limpios y confortables.

Los pobres no tienen otro derecho que el de firmar las boletas electorales y de llevarlos a la casilla, pero sin conocer a punto fijo las cualidades de las personas que tienen que elegir, a quienes solo conocen por lo que de ellas dicen los propagandistas de las clases directoras.

El derecho de votar se reduce, en tales condiciones a la tarea de firmar.

Con ello los trabajadores y los pobres en general, nada ganan, como no sea el de cambiar al amo, amo que no va a trabajar en beneficio de los intereses de los pobres, sino en beneficio de las clases altas de la sociedad, pues éstas fueron las que en verdad hicieron la elección.

No es el voto, el derecho de pensar ni el de reunión, ni de ninguna otra de las facultades políticas que dan las leyes lo que da de comer al trabajador.

El derecho de votar es un sarcasmo.

En los Estados Unidos tenemos la prueba de ello. El pueblo de esta nación ha tenido siempre el derecho de votar, y sin embargo las miserables barriadas de Nueva York, de Chicago, de San Luís de Filadelfia, y de todas las grandes cuidades americanas, son testigos elocuentes de la ineficiencia del voto para hacer la felicidad de los pueblos.

En esas barriadas, cientos de miles de personas se pudren física y moralmente en covachas infectas, y en toda la nación, todas las mañanas, cuatro millones de seres humanos salen de esas mansiones de la mugre y del hambre a buscar trabajo para volver a las covachas con un mendrugo de pan para la mujer y para los hijos, pero como no encuentran trabajo, regresan con las manos vacías y apretándose el estómago, para reanudar al día siguiente la penosa peregrinación en busca de amos a quienes alquilar sus brazos, y llegados el tiempo de las elecciones, esos hambrientos se apresuran afirmar una boleta electoral para encumbrar a otro gobernante que les continúe apretando el pescuezo.

Si tenemos este ejemplo a la vista ¿por qué hemos de empeñarnos en conquistar una facultad ilusoria como es la de votar?

¿Por qué no mejor dedicar todas nuestras energías a la conquista de la tierra que es la fuente de todas las riquezas y que, en manos del pueblo aseguraría a todos la vida, les daría, por lo mismo, la independencia económica y como consecuencia de eso, la verdadera libertad?

Capítulo nueve

EL PENSAMIENTO ANARQUISTA DE RICARDO (IV)

LA PATRIA

Los proletarios no tienen patria, escribió Marx, y Ricardo apoyando esta tesis afirmó: El pobre no tiene patria porque nada tiene, a no ser su mísera existencia.

Son los burgueses los únicos que pueden decir: Esta es mi patria, porque ellos son los dueños de todo.

Los pobres son el ganado encerrado en los grandes corrales llamados naciones, y j OH ironía! a ese ganado se le obliga a defender la patria, esto es, la propiedad de los burgueses, y a caer por millares en los campos de batalla, donde se deciden vulgares querellas de patrias, de la política.

Gritan los jefes: "todo por la patria".

Los hombres que agonizan en la tierra que no es suya; los trabajadores que pierden la sangre en las fábricas ajenas; los mineros que socavan las minas de otros; todos los que trabajan para beneficiar al burgués, ¿qué patria tienen?

Si la patria es la tierra en que nacimos, esa tierra debe ser de todos, pero no es así, esa tierra es la propiedad de unos cuantos, y esos pocos son los que ponen el fusil en nuestras manos para defender la patria.

¿No sería más lógico que, siendo ellos los dueños de la patria, fueran sus manos las que empuñaran el fusil y no las manos de los que no tienen más tierra que la que pueden recoger en los zapatos?

La patria, proletarios, es algo que no es nuestro, y, por lo mismo en nada nos beneficia.

La patria es de los burgueses, y, por eso, a ellos únicamente beneficia.

La patria fue inventada por la clase parasitaria, por la clase que vive sin trabajar, para tener divididos a los trabajadores en nacionalidades y evitar, o al menos entorpecer por ese medio su unión en una sola organización mundial que diera por tierra el viejo sistema que nos oprime

EL DESORDEN CAPITALISTA

Si todas las cosas estuvieran bien arregladas, si toda criatura humana tuviera que comer, tuviera donde resguardarse de la intemperie sin tener que pagar alquiler de casa, en una palabra, si todos, con un rato de saludable trabajo al día tuvieran lo necesario para vivir con decencia y sin incertidumbre por el porvenir, entonces no habría nadie que se atreviera a decir: yo soy más que tú, obedéceme¡

Entonces habría orden porque habría armonía.

Nadie tendría que disputar a otro, nadie tendría envidia a nadie.

Todos seríamos hermanos y saldrían sobrando el polizonte, el soldado, el juez, el carcelero, el verdugo y el gobernante.

Saldría sobrando, porque conquistada la armonía entre los seres humanos por la conquista de la libertad económica el parasitismo de los funcionarios no tendría ya razón de ser.

Los funcionarios públicos no son, como se cree, los guardianes del orden.

El orden es la armonía, no necesita guardianes, precisamente porque es orden.

Lo que necesita guardianes es el desorden.

El desorden escandaloso, vergonzoso y humillante es el que reina en la vida política y social de la humanidad.

Desorden es que una clase social pese sobre toda clase social, pues no debe existir más que una sola clase, la de los productores, esto es, la de los trabajadores.

La humanidad se convertirá en clase trabajadora, cuando la tierra y la maquinaria pertenezcan a todos, pues entonces todos tendrán que trabajar para comer.

Para mantener el desorden, esto es para mantener la desigualdad política y social, para mantener los privilegios de la clase alta y tener sometida a la clase baja, es para lo que se necesita los gobiernos, las leyes, los polizontes, los soldados, los carceleros, los jueces, los verdugos y toda una caterva de altos y pequeños funcionarios que chupan las energías de los pueblos de la tierra.

No es para proteger a la humanidad para lo que existen esos funcionario, sino para tenerla sometida, para tenerla esclavizada en beneficio de los que se han dado maña para retener hasta hoy la tierra y la maquinaria.

El orden no es la esclavitud de una parte de la humanidad por otra sino la libertad de toda la especie humana.

Al orden burgués, los mexicanos contestamos con nuestra rebeldía.

Contra ese orden gritamos; ¡muera el orden!

Porque es un orden que maniata la libre iniciativa del ser humano, porque es un orden de cuartel o de presidio.

LAS CÁRCELES.

La inmensa mayoría de la población de las cárceles está compuesta de individuos que han cometido delitos contra la propiedad: robo, fraude, falsificación, etc. una pequeña minoría de transgresores de la ley se encuentran prisioneros por delitos contra la persona.

Abolida la propiedad privada, teniendo todas las facultades de escoger un trabajo de su agrado, pero útil a la comunidad; humanizando el trabajo en virtud de que no se efectúa para que el patrón acumule riquezas, sino para satisfacer necesidades, devueltos a la industria los miles y miles de brazos que hoy acapara el gobierno en sus oficinas, en los cuarteles, en las prisiones mismas; puestos todos a trabajar para ganar el sustento, con la ayuda poderosa de la maquinaria de toda especie, se necesitará trabajar solamente dos o tres horas diarias para tener de todo en abundancia.

¿Habría entonces quien prefiriese el robo para poder vivir?

El hombre, aún el más perverso, gusta siempre de atraerse la estima de los demás, de estar bien con los demás.

Esto puede observarse hoy mismo, a pesar de que el medio en que vive la humanidad embota los mejores instintos de la especie, y si esto es cierto ¿por qué no admitir que el hombre sería mejor en el seno de una sociedad libre?

En cuanto a los delitos contra las personas, en su mayor parte son el producto del medio malsano en que vivimos.

El hombre vive en constante sobreexcitación nerviosa; la miseria, la inseguridad de ganar el pan de mañana; los atentados de la autoridad; la certidumbre de que se es víctima de la tiranía política y de la explotación capitalista; la desesperación de ver crecer a la prole sin vestido, sin instrucción, sin porvenir; el espectáculo nada edificante de la lucha de todos contra todos, que nace precisamente del derecho de propiedad privada.

Este derecho faculta a los astutos y a los malvados a amasar capitales explotando a los trabajadores.

Todo eso, y mucho más, llena de hiel el corazón del hombre, lo hace violento, colérico y lo precipita a sacar el revólver o el puñal para agredir, a veces por cuestiones baladíes.

Una sociedad en la que no exista esa brutal competencia entre los seres humanos para poder satisfacer todas las necesidades, calmaría pasiones, suavizaría el carácter de las personas y fortalecería en ellas el instinto de sociabilidad y solidaridad que son tan poderosos que, a pesar de la secular contienda de todos contra todos, no han muerto en el ser humano.

LA MORAL BURGUESA

Adelantándose a Wilhelm Reich, crítico de la moral sexual burguesa, Ricardo, en 1914, ya era un feroz denunciador de la moral de los capitalistas y gobernantes.

El estupro, la violación de mujeres, el adulterio, producto son igualmente del sistema social que combatimos, en que una falsa moral hace hipócritas a los hombres y mujeres en sus relaciones sexuales.

Esa hipocresía conduce a histerismo y aberraciones que no existirían en un medio de libertad y de igualdad en que el hombre y la mujer se unieran libremente, sin otro interés que la satisfacción de ese conjunto de necesidades morales y físicas que se llama amor.

Pero lejos de esta satisfacción, libre de necesidades naturales, encontramos en la sociedad actual mil trabas al amor, debidas unas a preocupaciones sociales a preocupaciones religiosas otras y a dificultades económicas las más.

Capítulo diez

EL PENSAMIENTO ANARQUISTA DE RICARDO (V)

LA EDUCACIÓN ESCOLAR BURGUESA

Las escuelas oficiales educan al pueblo en el sentido de hacer de cada hombre un sostenedor del sistema actual… enseñan al niño a admirar la destreza con que algunos hombres saben sacar provecho del sudor y la fatiga de sus semejantes, para convertirse en reyes del acero, del petróleo y de las otras cosas.

En la escuela se enseña al niño que el ahorro y la laboriosidad son el origen de las grandes fortunas que dejan boquiabiertos a los imbéciles, cuando la experiencia demuestra que solo las malas artes, la violencia y el crimen pueden acumular la riqueza en las manos de un hombre.

En las escuelas de gobierno y en las particulares también, se enseña al niño a venerar un trapo de determinado color al que hay que defender, aunque no tenga un palmo de tierra de patria.

Se enseña al niño a considerar al gobernante como aun individuo que resume en sí al poder de todo un pueblo, cosa que es una solemne mentira, porque el gobernante no pertenece más que a la clase privilegiada, cuyos intereses defiende.

Con una educación así, se forman esclavos, pero no hombres libres.

El pueblo necesita educación, pero distinta a

la educación oficial, cuyos programas han sido sugeridos o dictados por los interesados en perpetuar la esclavitud de los pobres en beneficio de los audaces y de los malvados.

La educación de las masas, para que sea verdaderamente provechosa y vaya de acuerdo con la conquista que ha logrado hacer el pensamiento humano, es preciso que esté a cargo de los trabajadores, esto es, que ellos la costeen y sugieran los programas educacionales.

De este modo se conseguirá que la juventud proletaria entre de lleno a la vida, bien armada de las ideas modernas que darán a la humanidad el suspirado bien de la justicia social.

Al lado de la educación proletaria debe estar la unión de los trabajadores, y así se logrará romper para siempre la cadena maldita del salario que nos hace esclavos a los pobres y amos naturales a los ricos.

Así se entregará la humanidad al disfrute libre e inteligente de todo cuanto han podido acumular las generaciones anteriores y que está actualmente en poder de un reducido número de modernos negreros.

LA REVOLUCIÓN SOCIAL

A diferencia de Madero, Carranza, Obregón, etc., Ricardo Flores Magón en artículo publicado un día antes del levantamiento armado del pueblo mexicano, es decir el 19 de noviembre de 1910, definió claramente a los trabajadores en qué consistía una verdadera revolución social.

Un cambio radical que no se llevó acabo en nuestro país y que hasta el día de hoy sigue siendo la tarea histórica de los explotados y oprimidos.

Debemos procurar los libertarios que este movimiento tome la orientación que señala la ciencia.

De no hacerlo así, la revolución que se levanta no serviría más que para sustituir un presidente por otro presidente, o lo que es lo mismo un amo por otro amo.

Debemos tener presente que lo que se necesita es que el pueblo tenga pan, tenga albergue, y tenga tierra que cultivar.

Debemos tener presente que ningún gobierno, por honrado que sea, puede decretar la abolición de la miseria.

Es el pueblo mismo, son los hambrientos, los desheredados, los que tienen que abolir la miseria, tomando en primer lugar, posesión de las tierras que, por derecho natural, no pueden ser acaparadas por unos cuantos, sino que es la propiedad de todo ser humano.

No es posible predecir hasta donde podrá llegar la obra reinvindicadora de la próxima revolución; pero si llevamos los luchadores de buena fe el propósito de avanzar lo más posible por ese camino.

Si al empuñar el Winchester vamos decididos no al encumbramiento de otro amo, sino a la reivindicación de los derechos del proletariado.

Si llevamos al campo de la lucha armada el empeño de conquistar la libertad económica, que es la base de todas las libertades, que es la condición sin la cual no hay libertad ninguna.

Si llevamos ese propósito encauzaremos el próximo movimiento popular por un camino digno de esta época.

Pero si por el afán de triunfar fácilmente; si por querer abreviar la contienda quitamos de nuestra tendencia el radicalismo que la hace incompatible con la tendencia de los partidos netamente burgueses y conservadores.

Entonces habremos hecho obra de bandidos y asesinos, porque la sangre derramada no servirá más que para dar mayor fuerza a la burguesía, esto es, a la casta poseedora de la riqueza.

Misma que después del triunfo pondrá nuevamente la cadena al proletariado, con cuyo sacrificio, con cuya sangre, con cuyo martirio ganó el poder.

Preciso es, pues, proletarios y desheredados, que no os confundáis.

Los partidos conservadores y burgueses os hablan de libertad, de justicia, de ley, de gobierno honrado, y os dicen que cambiando el pueblo los hombres que están en el poder por otros, tendréis libertad, tendréis justicia, tendréis ley, tendréis gobierno honrado.

No os dejéis embaucar.

Lo que necesitáis es que os asegure el bienestar de vuestra familia, cosa que no hará, ni se los dará ningún gobierno.

Sois vosotros los que tenéis que conquistar esas ventajas, tomando desde luego posesión de la tierra, que es la fuente primordial de la riqueza, que tomarla vosotros y la tierra no os la podrá dar ningún gobierno.

La ley defiende los derechos de los detentadores de la riqueza: tenéis que tomarla vosotros a despecho de la ley, a despecho del gobierno, a despecho del pretendido derecho de propiedad; tenéis que tomarla vosotros en nombre de la justicia natural, en nombre del derecho que tiene todo ser humano a vivir ya desarrollar su cuerpo y su inteligencia.

Cuando vosotros estéis en posesión de la tierra, tendréis libertad, tendréis justicia.

Porque la libertad y la justicia no se decretan; son el resultado de la independencia económica, esto es, de la facultad que tienen un individuo de vivir sin depender de un amo, esto es, de aprovechar para sí, y para los suyos, del producto íntegro de su trabajo.

Así pues, tomad la tierra, la Ley dice que no la toméis, que es propiedad particular, pero la ley que tal cosa dice fue escrita por los que os tienen en la esclavitud, y tan no responde a una necesidad general, que necesita el apoyo de la fuerza.

Si la ley fuera el resultado del consentimiento de todos, no necesitaría el apoyo del polizonte, del juez, del carcelero, del verdugo, del soldado y del funcionario.

La ley os fue impuesta, y contra las imposiciones arbitrarias apoyadas por la fuerza, debemos los hombres dignos responder con nuestra rebeldía.

EL COMUNISMO ANARQUISTA

Para Ricardo Flores Magón, la solución a todos los problemas actuales de la humanidad, solo será posible cuando los trabajadores de todo el mundo recuperen las tierras y fábricas y todas las riquezas que ellos mismos han producido.

Para luego continuar trabajando y repartiéndose entre sí todo lo producido.

Complemento del futuro comunismo social en que no habrá ya parásitos capitalistas y curas corruptos traidores a Jesús, será la desaparición de todo gobierno compuesto por una minoría burocratizada y defensora de ricos empresarios que ya no existirán.

Con la consecuente organización de todos los ciudadanos en comisiones rotativas de corto plazo, que vigilarán la honestidad de los que les toque dichas comisiones.

Hasta el día de hoy, no existe ningún país en el que se haya aplicado el comunismo anárquico.

Pero estamos seguros, como dijo Ricardo poco antes de ser asesinado, que si la especie humana llega alguna vez a gozar de verdadera fraternidad, libertad y justicia social, deberá ser por medio del anarquismo.

 

Humberto Escobedo Cetina

Partes: 1, 2
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