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Ponencia: El desarrollo regional de las micro y pequeñas empresas mexicanas

Enviado por gebara


    Resumen:

    Para el ponente, el desarrollo en el territorio nacional de estos dos estratos empresariales se visualiza en el contexto del federalismo fiscal, en virtud de que la incidencia del gasto público es fuerte en el aprovechamiento del espacio asignado para el desarrollo empresarial en cada una de las entidades federativas que integran el pacto federal; este enfoque metodológico no es fortuito, existen estudios serios que ponen de relieve que la mayoría de los gobiernos de las entidades federativas hacen desarrollo regional en gran parte con los recursos que captan de la federación, un ejemplo lo constituye Michoacán donde alrededor del 90.0% de los ingresos de su hacienda pública provienen de la federación, de manera que en general para todo el país, se estima que el gran reto es armonizar el crecimiento de las economías regionales a través de sus empresas con la captación de ingresos que a veces es insuficiente, y sobre todo con el gasto público que se haga en infraestructura física, social y productiva.

    En este contexto es que se propone iniciar este trabajo describiendo la evolución que han tenido el federalismo y el desarrollo regional, para que una vez conocidas las fortalezas y debilidades de ambos, se pueda arribar a una propuesta sobre lo que debe ser el federalismo hacendario en apoyo oportuno, congruente y eficiente del crecimiento tanto de las economías de los estados como de los municipios que los conforman, tomando como eje rector el desarrollo de las empresas, en particular de las micro y pequeñas, MYPES, por ser las que representan el 98.5% del total registrado en el país (INEGI,2001).

    Así, empezaremos haciendo un análisis breve del marco jurídico: artículos 40, 42, 115 y 124 sobre las reformas que se dieron en los artículos 99 y 105 de la carta magna, así como su instrumentación en el federalismo fiscal. Este basamento normativo constituye la base de la Ley de Coordinación Fiscal, ordenamiento mediante el cual se regulan las relaciones fiscales entre los tres órdenes de gobierno y la distribución de las participaciones y de las aportaciones federales para el desarrollo regional del país.

    Enseguida se analizará la distribución espacial de las MYPES en el territorio nacional, haciendo énfasis en su número, en sus características y problemas, en su dinamismo y relación estructural con los otros tamaños de empresa: la mediana y gran empresa, así como con los sectores económicos en que se encuentran clasificados los bienes y servicios que aporta al bienestar de la sociedad. Este análisis se circunscribirá al periodo 1989-1999, en virtud de que el cambio de estratificación (INEGI, 2001:11) empresarial ha impedido contar con series históricas más grandes para hacer estudios económicos sobre su crecimiento y sobre la tendencia que podrían tener en el futuro.

    Lo anterior permitirá contar con un diagnóstico cercano a la realidad que explicará el porqué de su modesta aportación al crecimiento de las grandes variables macroeconómicas, así como sobre su potencial de apoyo al desarrollo económico nacional si se les promueve con programas apropiados, oportunos, suficientes y que resuelvan sus grandes problemas estructurales. Se hará una pequeña evaluación sobre las incidencia en las MYPES del Programa de Competitividad para el Desarrollo Empresarial: 2001-2006.

    Con base en este análisis se estará en condiciones de hacer una propuesta sobre el desarrollo regional que debe impulsarse en el país a partir de la estrategia que se formule para las MYPES, la cual debe ser viable para que incrementen su competitividad en la globalización de nuestros días, para que se conviertan en bastión del desarrollo económico como sucede en otros países, en fuente de trabajo permanente y bien remunerado, así como en orgullo y no en frustración de las personas que las dirigen.

    EL DESARROLLO REGIONAL DE LAS MICRO Y PEQUEÑAS EMPRESAS MEXICANAS.

    ANTECEDENTES:

    I Impacto del Federalismo en el Desarrollo Económico

    Los estudiosos de la materia indican que la macrocefalia que engendró el Gobierno Federal con el centralismo de sus acciones administrativas, se expresó en el uso desigual del espacio en que se realizaron las actividades económicas, las cuales se concentraron en unas cuantas regiones, algunas de las cuales se especializaron e hicieron competitivas, en tanto que la mayor parte del territorio nacional recibió exiguos recursos presupuestales, y se descuidó la optimización de sus recursos al aplicarse técnicas de producción rudimentarias. Esta dicotomía dio lugar a un desarrollo económico asimétrico, con un crecimiento concentrado que a la postre fue insuficiente para enfrentar las crecientes demandas de una población que experimentó una dinámica de crecimiento significativa.

    Esta inadecuada distribución de la actividad económica tuvo orígenes en lo que se ha dado en llamar "Modelo de Crecimiento con Estabilidad", que se caracterizó por impulsar el desarrollo económico a partir de una prolongada política de sustitución de importaciones, con la que se pretendía industrializar la economía, haciendo que este sector fungiera como la bujía del crecimiento económico. Con esta política de sustitución de importaciones se esperaba "Lograr una Tasa de Crecimiento del PIB elevada y sostenida en el largo plazo, mediante la concentración de recursos de capital para estimular el ahorro privado y las inversiones internas, utilizando para ello la inversión pública para impulsar la formación de capital privado".

    La promoción de la industrialización exigió la protección de la planta productiva nacional de la competencia extranjera, lo cual se logró con el alto intervencionismo del Gobierno en la economía. Con este propósito, de 1940 a 1970, se fomentó el Desarrollo de Regiones identificadas como Polos de Desarrollo, las cuales experimentaron la profundización del modo de producción capitalista, cuya especialización requirió de cuantiosos recursos presupuestales, contribuyó a la concentración de las actividades económicas y al fracaso del desarrollo económico equilibrado espacialmente.

    I.1 El Desarrollo Regional

    Como consecuencia de esta política es que el Desarrollo Regional se convirtió en el objetivo principal de la política económica, en virtud de que a través de el se consideraba que se lograría la mejor redistribución de la población y de las actividades económicas en el espacio nacional. En este contexto es que durante ese periodo el gasto público se convirtió en el instrumento vital para realizar especialmente las acciones del Gobierno Federal; con ello el Estado interventor pasó a ser ejecutor directo en muchas actividades económicas, asumiendo un papel protagónico en la evolución de la economía al canalizar grandes recursos en infraestructura y en actividades productivas que, en su opinión eran prioritarias para el Desarrollo Regional.

    El Desarrollo Regional experimentó un cambio de matiz en el periodo 1970-1982, en el que se empezaron a privilegiar las regiones que contaban con Centros Urbanos significativos. Estos últimos desempeñarían las funciones de promover el desarrollo económico y reordenar los asentamientos humanos hacia dentro a través del mejor aprovechamiento del territorio nacional.

    En 1978 el sustento de esta estrategia lo constituyeron los Planes Nacional de Desarrollo Urbano e Industrial; el primero "pretendía guiar a partir de la creación, impulso y/o consolidación de las llamadas "Ciudades de Equilibrio", cuyo cometido era convertirse en polos de atracción de las nuevas actividades industriales y de servicios que iniciaran la desconcentración de la Ciudad de México. De esta manera, se consideró que el desarrollo de las diversas regiones era una urgente necesidad ante el crecimiento explosivo y desordenado de las Ciudades y Regiones del país, el cual se había caracterizado por su polarización: grandes concentraciones urbanas sobre todo en el Valle de México y, en contraste, regiones semipobladas sumamente dispersas.

    Las acciones de esta política, contenidas en el segundo Plan, se expresaron en el "otorgamiento de subsidios generalizados al ingreso y al consumo de la población; la creación masiva de empleos en dependencias públicas y entidades paraestatales, así como el suministro altamente subsidiado por parte del Estado de satisfactores tales como alimentos, vivienda, agua potable, gasolina, electricidad y transporte".

    La evaluación hecha en retrospectiva indica que estos esfuerzos tuvieron un alcance limitado porque no se contuvo la concentración de las actividades económicas, con el agravante adicional de que frustraron la Reforma Fiscal que era necesaria para aumentar los ingresos tributarios que debidamente aplicados, en turno, debían generar un efecto multiplicador de la inversión. La consecuencia fue que en lugar de incrementar los precios y tarifas de los bienes y servicios públicos, se recurrió al endeudamiento externo, que si bien es cierto que incrementó la capacidad de explotación de los recursos petroleros, también lo es que hizo inmanejable el endeudamiento con el exterior, además que el desempleo empezó a mostrar signos preocupantes.

    Esta situación demandó que a partir de 1983, se optara por corregir los excesos ocasionados por el fuerte intervencionismo del Estado en la actividad económica. Para ello la nueva política económica se elaboró a partir de las teorías neoliberales que coyunturalmente recomendaban la menor participación del Estado de la economía, dejando en manos del mercado ajustes necesarios para impulsar el desarrollo de los países. Estas teorías estaban siendo impulsadas en Inglaterra por Margaret Tatcher y, en Estados Unidos, por el Presidente R. Reagan.

    Los resultados de su aplicación fue la transformación del Estado intervencionista al Estado promotor, donde la inversión privada sería fomentada para que actuara como el motor de la economía. Con este enfoque se gestaron: la apertura de la economía mexicana al comercio y la inversión internacional, así como la privatización de las empresas paraestatales , que redundaron en el aumento del desempleo.

    I.2 El Neoliberalismo en el Desarrollo Regional

    Algunos estudiosos del tema opinan que el neoliberalismo identificaba la planeación con políticas excesivamente rígidas y generalizadoras, motivo por el que se empezó a abandonar la idea de planificar el Desarrollo Regional. Es `por esta razón que el Estado Mexicano renunció a ejercer una política regional, entendida como la lucha contra las desigualdades regionales introduciendo en su lugar, la preferencia por fomentar la identificación "de condiciones diferenciales y competitivas entre las diversas regiones que conforman aún el estado político administrativo".

    Con este enfoque se pretendía la inserción competitiva de la economía mexicana en el ámbito Internacional, mostrando sus fortalezas regionales para promover la inversión extranjera en las mismas.

    En este sentido es que durante la Administración del Presidente Salinas se indicó que la modernización se fincaría en:

     

    La vinculación del desarrollo económico en función del mercado externo, para lo cual se privilegiaron las exportaciones a fin de que detonaran el crecimiento del país, es decir, se hizo énfasis en el "crecimiento hacia afuera". Con este propósito se fomentó la exportación de las manufacturas con respecto a la exportación tradicional basada en productos primarios y el petróleo.

     

    El reordenamiento territorial y la desconcentración económica significan encauzar la actividad económica hacia lugares óptimos por su disponibilidad de recursos.

    Con base en estos postulados en particular los del punto anterior, para lograr una rápida inserción en el contexto mundial, se empezaron a promover las ventajas comparativas del país, a saber: los salarios bajos que se pagan a los trabajadores y la vecindad con el mercado más grande del mundo, los Estados Unidos. Con ello se brindaba a las empresas multinacionales, en particular, la plataforma suficiente para descentralizarse y exportar competitivamente desde México.

    Al respecto, como señala el Señor Jaime Ornelas, "para los aparatos Gubernamentales Mexicanos la adecuación de nuevas regiones y el énfasis en ambas "ventajas comparativas", resulta esencial para llevar a cabo la política de modernización. Desregularización en materia ecológica, cambios en la Ley de Inversiones Extranjeras, facilidades para el establecimiento de las plantas industriales, contención salarial, flexibilización de las relaciones laborales e inversión en infraestructura, por ejemplo, son acciones gubernamentales encaminadas a servir a las empresas extranjeras y a la industria maquiladora de exportación, que encuentran condiciones óptimas de localización en las regiones del norte del país, que se han convertido en verdaderos polos de atracción para el capital extranjero".

    I.3 Redistribución Económica en el Territorio Nacional

    En esta se establecieron nuevas acciones en el proceso de ocupación del territorio, que dejo de ser guiado por el Gobierno, para obedecer incondicionalmente a las necesidades de integración económica de la economía mexicana con la estadounidense y a la revalorización del capital privado como bujía de crecimiento económico y social.

    Con lo anterior si históricamente la estructura del territorio nacional tenía como único polo ordenador a la Ciudad de México, en la actualidad un nuevo polo localizado externamente, empieza a ser determinante en la reorientación del territorio nacional.

    Así, las nuevas regiones de concentración, sobre todo las fronterizas del norte y las costeras, lo son en tanto han empezado a concentrar y centralizar la producción y el capital y se convierten en polos de atracción de la fuerza de trabajo, constituyéndose así en ciudades que crecen desordenadamente y padecen ya de todas las desventajas de su apresurado crecimiento. La población llega hasta estas ciudades en flujos continuos que demandan vivienda y servicios urbanos que el Gobierno no está dispuesto a otorgar, como no sea a partir de su privatización con el propósito de elevar las ganancias del Sector Privado.

    Estas nuevas regiones de concentración capitalistas ofrecen algunas ventajas sobre las regiones de concentración tradicional, en tanto que su necesidad de desarrollo las hace tratar de ofrecer un mayor número de ventajas al capital privado.

    Con ello se flexibilizan las relaciones laborales al suprimirse cualquier ventaja laboral y se ofrecen infraestructura y servicios urbanos a bajo costo con el fin de atraer las inversiones que modernicen la estructura productiva de esas regiones.

    En este sentido por ejemplo, las maquiladoras de exportación encuentran en la frontera norte nuevos espacios de localización que les facilitan el acceso al mercado norteamericano.

    Durante la administración de Ernesto Zedillo se publicó el Programa para un Nuevo Federalismo: 1995-2000, que pretendió corregir esta tendencia concentradora al impulsar la descentralización incidiendo fuertemente en el Municipio, mediante: a) la transformación del Sistema Nacional de Coordinación Fiscal en un Sistema Nacional de Coordinación hacendaría en lo que se refiere al ingreso, gasto y deuda pública. Fueron sonados los fracasos de las reuniones de 1997 y 1999 en este sentido, por lo que no se logró mucho. Las recomendaciones de la Cuarta Convención Hacendaria dadas a conocer recientemente, agosto del 2004, no permiten augurar correcciones sustantivas al crecimiento asimétrico de las regiones económicas del país. En este contexto surgieron y se desarrollaron las micro y pequeñas empresas, MYPES, en el país, con las siguientes:

    II.- Principales características y problemas de las MYPES.

    A. Sobre su constitución, operación y apoyo institucional.

    1. Se constituyen con poca inversión

    Con base en la investigación de campo realizada por el sustentante ( Sánchez Barajas/a,b,c,d, 1980,1984, 1997 y 2002) se puede afirmar que una de las características de las MYPES es que se constituyen con poca inversión, situación que les acarrea problemas de competitividad frente a los otros tamaños de empresas, motivo por el que invariablemente siempre necesitan la asistencia del Estado mexicano. La evidencia obtenida con los resultados de esos estudios sobre información primaria, demostraron la existencia de una inversión reducida (que generalmente proviene de ahorros del propietario o familiares) con respecto a otros tamaños de empresas. Lo anterior se corroboró con los resultados de otros estudios que se han realizado sobre las MYPES, siendo uno de ellos el efectuado por el INEGI/a ( op.cit. p.11)), los cuales le permitieron a esa institución cuantificar los niveles de ventas netas, activos fijos y el número de trabajadores antes mencionados.

    2. Las MYPES utilizan sencillos procesos productivos, de distribución y de comercialización..

    Los resultados a que llegó el sustentante mediante la observación comparativa y con las encuestas que aplicó periódicamente para conocer los procesos productivos, distributivos y de comercialización, indican por ejemplo que las MYPES manufactureras utilizan procesos de fabricación , maquinaria y equipos que no son complejos, y que trabajen en instalaciones con características de taller, con pocos empleados y en condiciones informales de operación. A similares resultados también llegó un estudioso del tema como José Octavio Martínez ( 1992: 22).

    En lo que se refiere a las MYPES no manufactureras, , basta mirar alrededor para darse cuenta que operan con métodos simples de comercialización o de servicios; también, que el dueño del negocio suele desempeñar una diversidad de actividades y frecuentemente cuenta con la colaboración de los miembros de la familia que generalmente no reciben un salario ni cuentan con prestaciones sociales, situación que irónicamente coadyuva en la supervivencia de las MYPES cuando enfrentan adversidades económicas.

    3.- Es escasa la investigación sobre el desarrollo de mercados de las MYPES.

    La investigación de campo reveló ( Sánchez Barajas/d, 2002: 13) que estas empresas manifiesten desconocimiento de aspectos de mercado como los siguientes:

    1.No acceden, y si lo hacen es esporádicamente y con dificultades, a las redes oficiales que existen en el país para difundir la rentabilidad de ciertas actividades económicas y productos, como tampoco a los programas de fomento institucional en la materia.

    2.Las MYPES y sus proveedores sostienen relaciones circunstanciales y por ello muchas veces informales, situación que repercute en variaciones de calidad y precios, así como en la falta de compromiso o de abastecimiento oportuno como acontece entre las grandes empresas y sus proveedores.

    3.La cotización anárquica de servicios, equipos de distribución, procesos de fabricación, maquinaria y equipos industriales, al igual que de distribución, determina esquemas de crédito en proveeduría que no se apegan a las características financieras de las empresas, lo cual genera ausencia de calidad en refacciones y de asistencia para el mantenimiento oportuno de activos fijos.

    4.En muchas actividades se desconoce la existencia de procedimientos o técnicas innovadoras como consecuencia de la falta de recursos para inscribirse en los centros de divulgación industrial.

    5.Es una constante la falta de recursos para capacitación tanto de operarios como de ejecutivos y de directivos relacionados con los nichos de mercado descubiertos o con nuevos productos y servicios.

    6.Entre estos empresarios no existe un monitoreo permanente de los mercados, por lo que programan su producción y comercialización a corto plazo, con un enfoque ofertista derivado muchas veces de su éxito circunstancial en el mercado.

    7.No tienen una visión de largo plazo sobre las inversiones a realizar para acceder competitivamente a los mercados, como tampoco del mantenimiento y reposición correspondiente de su "aparato productivo, distributivo y comercializador".

    8.No es fuerte ni permanente la colaboración entre grandes y pequeñas empresas ( mucho menos con los micro negocios ) a través de relaciones mutuamente ventajosas para ambas, es decir, son incipientes o inexistentes los encadenamientos productivos y distributivos ..

    9.Aún no hay convencimiento total sobre el porqué sacrificar independencia a cambio de una escala de producción o de comercialización rentable que surge cuando las empresas se asocian, en particular, para trabajar el mismo mercado o para contrarrestar los aspectos nocivos que han tenido los programas de estabilización sobre el capital y el trabajo.

    10.La ausencia de alianzas estratégicas o relaciones contractuales permanentes entre los tamaños de las empresas, constitución jurídica de las mismas y del espíritu de complementariedad más que de rivalidad, ocasiona que las empresas:

    a) No diferencien oportunamente sus productos.

    b) No reduzcan rápidamente sus costos fijos.

    c) No accedan a recursos frescos oportunamente.

    d) No se adecuen a las señales del mercado oportunamente.

    e) No entren y salgan en forma oportuna de ciertas ramas económicas con serias fluctuaciones.

    f) No penetren a mercados con productos poco conocidos.

    g) No tengan costos compartidos con sus socios empresariales.

    h) No se benefician de nichos de mercados para productos y servicios diferenciados.

    i) Se benefician poco del intercambio de patentes y áreas de mercado.

    j) Sean de escasas sinergias en tecnología.

    k) No tengan acceso a la tecnología de punta.

    l) Tengan escasa integración vertical y horizontal.

    m) No tengan mejoría en la calidad de sus productos.

    n) Superen tardíamente barreras comerciales.

    o) Tengan escasa capacidad para disponer de materiales, capital, tecnología y mano de obra suficiente y adecuada.

    p) No compartan costos de investigación y desarrollo.

    q) No incursionan asociadas a los mercados.

    • r)Tengan dificultad para superar las imperfecciones del mercado y para beneficiarse de los programas de fomento económico.

    Estas características y problemas que expresan fortalezas y debilidades, prácticamente se han mantenido hasta el presente, en virtud de que la política económica no ha cambiado sus directrices: estabilidad con apertura comercial, que ha beneficiado a las grandes empresas manufactureras, a las grandes cadenas distribuidoras y comercializadoras y la importación de artículos (Flores, 2004:A6).

    4. La normatividad para su promoción y consolidación ha sido incompleta e inoportuna .

    Es sintomático observar que no ha existido secuencia lógica ni un enfoque integral en la promulgación de los ordenamientos establecidos para el fomento de estos estratos empresariales; parece que el gobierno aun no acaba de conocer el universo de las MYPES con sus características y problemas correspondientes, lo cual estuvo justificado al inicio de la década de los ochenta cuando se identificó que era heterogéneo, amplio y dinámico. Sin embargo, a 20 años de distancia es inconcebible que ahora no se tenga un diagnóstico claro sobre el tipo de unidades económicas que constituyen estos segmentos empresariales. Sólo así se explica que constantemente estén modificando los criterios para determinar los tamaños de las empresas y que, por consiguiente, no existan series históricas consistentes ( suficientes y detalladas) , y que se promuevan acciones de fomento que poco a nada tienen que ver con los principales problemas que las aquejan.

    Sin lugar a dudas puede decirse que durante mucho tiempo se desconoció oficialmente la existencia de los micro negocios, independientemente del sector económico en que operaban, situación que no pudo prolongarse indefinidamente ante la alta ponderación que representa el número de establecimientos de esta índole ( más del 95.0%).

    5. Principales problemas de las MYPES.

    La falta de promoción uniforme, es decir, discriminación observada por tamaños de empresas y de sectores, pone de relieve la existencia de una política económica inadecuada y carente de un enfoque integral de apoyo a las MYPES. Esto es preocupante porque desde 1992 el INEGI publica los resultados de sus encuestas entre micronegocios, en las que se describen los principales problemas de las mismas, de manera que desde ese entonces se debió de legislar oportuna y correctamente y, por consiguiente, de aplicarse programas apropiados para resolver sus problemas.

    Al analizar los problemas y expectativas de los negocios, con base en la información contenida en la Encuesta Nacional de Micronegocios, ( INEGI/c, 1992:152) se observa que en 1992, un poco antes de que entrara en vigor el TLCAN, 1994, para el 39.3% de los empresarios el problema principal era la falta de clientes; le seguían en importancia: la competencia excesiva, 20.1% y las bajas ganancias, 13.8%; juntos, estos tres problemas aquejaban al 73.2% de los negocios. Fue interesante enterarse que el financiamiento y la ausencia de recursos económicos, no constituían serios problemas para los empresarios, ya que por ejemplo, la falta de crédito era el principal problema apenas para el 3.2% y, la falta de recursos económicos, lo era tan sólo para el 7.9% de los negocios.

    O sea que la operación permanente, eficiente y rentable de los establecimientos estaban limitados en gran medida por la escasa demanda y por el gran número de competidores; ambos problemas ocasionados por el entorno macro económico no favorable, es decir, la falta de clientes era consecuencia de la política de estabilización ( bajos salarios ) y la competencia excesiva, de la falta de oportunidades de empleo que orillaban a las personas a crear su propio negocio: el 18.2% como patrones y el 81.8% como personas que trabajaban por su cuenta:

    Seis años después, en 1998, con cuatro de experiencia en el TLCAN, el número de negocios había aumentado a 4,218,568, de los cuales 3,165,164 dijeron tener problemas de funcionamiento ( INEGI/d, 1998: 140) y que, para el 38.9%, de ellos, el problema principal era la falta de clientes; el 25.5% comentó que era la competencia excesiva y, para el 17.3%, las bajas ganancias, es decir, los mismos problemas de 1992 pero en un mayor número de negocios: 81.7%. El crédito era el problema principal sólo para el 3.8%. Esto último quizás por que lo modesto de la inversión en una micro empresa no amerita la participación del mercado crediticio en su apoyo, al poder hacerla el empresario, directamente o con la ayuda de familiares o amigos.

    Los resultados de la Encuesta Nacional de Micronegocios del año 2002( INEGI/e, 2002:1.34 y 4.2) nuevamente corroboraron con información suficiente que los tres principales problemas de los micronegocios seguían siendo la falta de clientes, la competencia excesiva y las bajas ganancias. Estos resultados deben preocupar y orillar a investigar porqué desde 1992 se vienen registrando y difundiendo estos tres problemas, sin que se hayan instrumentado programas adecuados para resolverlos.

    Por otra parte, aún cuando en opinión de los empresarios encuestados por el INEGI, el crédito no es el principal problema de los micronegocios, es conveniente decir que de acuerdo con los resultados de la encuesta que trimestralmente realiza el Banco de México (Banxico/a, op. cit. P 54 ), estos indican que las empresas mexicanas, que deciden solicitar financiamiento, en su gran mayoría, no tienen acceso a créditos adecuados en tasa, monto y destino a sus problemas críticos. Se informa que el papel de la banca comercial apenas rebasa el 20% de la composición del financiamiento empresarial, y más de una tercera parte de las empresas encuestadas consideran que las altas tasas de interés son el mayor problema para solicitar un crédito. En este contexto es que en la actualidad de acuerdo con la encuesta del último trimestre del año 2003 (Banxico/b ) la principal fuente de financiamiento de las empresas son sus proveedores, situación que a su vez limita la capitalización de lasa empresas. En efecto, los empresarios encuestados comentaron que los proveedores representaron 56.8% de las fuentes de crédito disponibles; los bancos comerciales, el 20.3% y la banca de fomento, 2.2%. El crédito fue utilizado para capital de trabajo, reestructuración de pasivos, inversiones y operaciones de comercio exterior, principalmente.

    Los muestreos realizados en el año 2003 contradicen la propaganda oficial de que en ese año se apoyó con recursos suficientes y tasas de interés bajas la operación eficiente de las MYPES. De poco sirve enterarse que las tasas de interés han bajado al 5% si en la práctica las que se cobran por adquirir un camión de carga oscilan alrededor del 17% y, en el uso del crédito para capital de trabajo vía tarjeta de crédito el costo financiero es del 36% anual; acceder al financiamiento de casas comerciales como ELEKTRA ( Schettino, 2004) significa pagar tasas de interés del 50% anual, nivel muy superior al de la inflación que hace difícil su repago en una economía de escaso dinamismo.

    Derivado de este análisis se puede concluir que, en opinión de los empresarios encuestados, la falta de crédito no es el principal problema de las MYPES; sin embargo cuando se solicita, éste se obtiene con tasas de interés superiores a la que registra la inflación anualmente.

    En resumen, se ha privilegiado la derrama crediticia, no obstante, ésta como el resto de apoyos que ahora se ofrecen, son insuficientes; lo más grave es que no están dirigidos a la solución de los principales problemas de los micro negocios.

    B. Sobre su efecto en la economía y el empleo

    6. Las MYPES son la principal fuente de empleo en México.

    Los siguientes tres cuadros resumen presentados a continuación son elaboraciones propias derivadas de diversos cuadros del Mercado de Valores ( 2002), los cuales revelan a "grosso modo " que en 1999 los sectores industrial, comercial y de servicios, fueron los que proporcionaron un poco más del 25.0% (11. 9 millones de personas ) de las oportunidades de ocupación; el resto, alrededor del 75.0% ( 30.0 millones de personas ) provino de los otros sectores de la economía mexicana.

    Al evaluar la importancia de los tres sectores en el ámbito del empleo, se detecta por ejemplo que para 1999 el sector manufacturero era el que generaba mayor ocupación, y que el comercio y los servicios proporcionaban un número parecido de plazas de trabajo.

    En los tres sectores se observa que fueron las micro empresas, en forma destacada, las que constituyeron la principal fuente de ocupación ( 46.0%) en 1994 y en 1999; seguidas por las grandes empresas ( 25.0% ) de tal manera que juntas dieron ocupación a aproximadamente el 71.0% del total de la población ocupada en el periodo.

    Cuadro 1: Personal ocupado por sector económico y tamaño de empresa,1989

    Sector

    Micro

    Pequeñas

    Medianas

    Grandes

    Total

    Manufacturas

    Datos

    no

    dispo

    nibles

    2,600,000

    Comercio

    1,184,728

    356,966

    350,548

    277,108

    2,169,350

    Servicios

    1,040,564

    198,616

    136,832

    342,798

    1,718,810

    Subtotal

    Datos

    no

    dispo

    nibles

    4,941,231

    Resto

         

    Total

         

    Cuadro 2:Personal ocupado por sector económico y tamaño de empresa,1994

    Sector

    Micro

    Pequeñas

    Medianas

    Grandes

    Total

    Manufacturas7

    634,234

    593,744

    497,459

    1,520,605

    3,246,042

    Comercio

    1,915,013

    485,777

    431,789

    380,294

    3,212,873

    Servicios

    1,708,915

    283,683

    214,795

    590,771

    2,798,164

    Subtotal

    4,258,162

    1,363,204

    1,144,043

    2,491,670

    9,257,075

    Resto

         

    Total

         

    Cuadro 3: Personal ocupado por sector económico y tamaño de empresa,1999

    Sector

    Micro

    Pequeñas

    Medianas

    Grandes

    Total

    Manufacturas7

    1,079,220

    500,379

    1,178,433

    1,474,290

    4,232,322

    Comercio

    2,199,368

    569,259

    524,677

    491,565

    3,784,869

    Servicios

    2,280,057

    387,131

    273,035

    980,377

    3,920,600

    Subtotal

    5,558,645

    1,456,769

    1,976,145

    2,946,232

    11,937,791

    Resto

         

    Total

         

    Desglosando por fuente de empleo en términos relativos para 1999, por sector económico y tamaño de empresa, se encontró que dentro del sector manufacturero, del 100% de las personas, 25.5% trabajaban en la microindustria, 11.8% en la pequeña, 27.8% en la mediana y la mayor parte, 34.8%, fueron contratadas por las grandes industrias, lo cual significa en otras palabras que las MYPES dieron empleo al 37.4% del total registrado.

    Mucho mayor fue la aportación del sector comercio en ese año al empleo, ya que ocupó al 58.1% en los micro negocios, al 15.0% en los pequeños, 13.9% en los medianos y 13.0% en los grandes. El sector servicios a través de las microempresas proporcionó el 58.2% de los empleos, por medio de las pequeñas empresas el 9.9%; con las medianas, 6.9% y con los grandes establecimientos el 25.0% restante.

    Se concluye que aún cuando la microindustria es importante como fuente de ingresos en las manufacturas (25.5%), es en los sectores comercio (58.1%) y servicios (58.2%) donde se manifiesta como la principal fuente de ocupación; asimismo, que al considerarla en conjunción con la pequeña empresa, corroboran de manera contundente ser la solución al desempleo.

    7. Las MYPES han contribuido significativamente al desarrollo secto-regional.

    Estas empresas están presentes en todo el territorio nacional y en prácticamente todas las actividades que integran la economía nacional. Su importancia económica espacial y sectorialmente, ante la ausencia de otros indicadores, a continuación se describe en términos de empleo y del número de unidades económicas por entidad federativa y sector económico.

    Sector manufacturero

    Para caracterizar dicha contribución de las MYPES se parte de los datos del Censo de 1999. En este documento se indica que en el país existían 344 mil 118 industrias, de las cuales el 95.4% eran microempresas, que daban empleo al 25.7%; 2.7 % eran pequeñas y daban ocupación al 11.9% del total, de manera que juntas las MYPES, representaban al 98.1% de los negocios industriales en los que laboraban el 37.6% de los 4 millones 232, 322 trabajadores registrados en el sector manufacturero.

    En las siguientes seis entidades ( INEGI/a, 1999:48) se concentraba el 47.6% de las microindustrias: Estado de México, 10.1%; Distrito Federal, 8.6%; Puebla, 8.7%; Jalisco, 8.0%; Veracruz, 6.2% y Guanajuato 6.1%. En estas mismas entidades se localizaba el 57.9% de las micro y pequeñas industrias, el 50.0% de las medianas y fortuitamente sólo el 35.4% de las grandes industrias. Lo anterior es vivo reflejo de la concentración económica que tradicionalmente ha existido en el país. Por otra parte, sería de esperarse que el número de empresas guardara una estrecha relación con el personal ocupado antes descrito por entidad federativa, lo cual resultó cierto en el caso del Distrito Federal, Estado de México y Jalisco, ya que se mantuvieron en el grupo de las seis entidades más importantes que daban empleo a través de las MYPES; sin embargo Puebla, Veracruz y Guanajuato fueron sustituidas por Chihuahua, Nuevo León y Baja California , que aun teniendo un menor número de unidades productivas, revelaron que éstas generaron más empleo, de manera que del total del empleo (100%) que daban las microindustrias, el 52.8% lo proporcionaban estas seis entidades y del 100% de la ocupación manifestada en las pequeñas, el 57.3% de los trabajadores indicó residir en estas seis entidades mencionadas.

    Sector comercio

    Al realizar el análisis en función del personal ocupado por entidad federativa, el siguiente cuadro muestra que en 1989 estaban registradas 2,169,350 personas como ocupadas en actividades de índole comercial; 3,212,873 en 1994 y 3,784,869 en 1999, dando lugar a una variación porcentual del 48.1% en el periodo 1989-1994, de 17.8% en el siguiente lustro y de 74.4% de 1989 a 1999. Al no contar con la información desglosada por tamaño de empresa para el periodo de estudio, sólo se comentará que las cinco entidades que proporcionaron más oportunidades de empleo fueron:

    Cuadro 4: personal ocupado en las principales entidades federativas

    Entidad

    1989

    %

    Entidad

    1994

    %

    Entidad

    1999

    %

    Distrito Federal

    434,862

    20.0

    Distrito Federal

    567,855

    17.7

    Distrito Federal

    589,873

    15.6

    EdoMex

    189,539

    8.7

    EdoMex

    326,188

    10.2

    EdoMex

    409,063

    10,8

    Jalisco

    162,406

    7.5

    Jalisco

    242,668

    7.6

    Jalisco

    290,832

    7.7

    Veracruz

    126,876

    5.8

    Veracruz

    179,622

    5.6

    Nuevo León

    205,979

    5.4

    Nuevo León

    117,142

    5.5

    Nuevo León

    168,705

    5.3

    Veracruz

    201,603

    5.3

    Subtotal

    1,030,825

    47.5

    Subtotal

    1,485,038

    46.2

    Subtotal

    1,697,350

    44.8

    Resto

    1,138,525

    52.5

    Resto

    1,727,835

    53.8

    Resto

    2,087,519

    55.2

    Total

    2,169,350

    100.0

    Total

    3,212,873

    100.0

    Total

    3,784,869

    100.0

    Fuente: elaboración propia con datos del Mercado de Valores. Estadístico.

    Sector servicios

    El cuadro 5 pone de relieve que dentro de las MYPES en 1999 destacaban los restaurantes, bares y centros nocturnos, la reparación y mantenimiento automotriz, así como, afortunadamente, los centros de servicios médicos, preferentemente del sector privado. Por otra parte, dichas actividades eran desempeñadas en 1989 por 1,718,810 personas, mismas que aumentaron a 2,798,164 en 1994 y a 3,920,600 en 1999, lo que representó una variación del 62.8% en el periodo 1994/1989 y de 40.1% en el de 1999/1994 y, en la década 1999/1989 de 128.1%. Las cinco entidades que proporcionaron más empleo fueron:

    Cuadro 5: Empleo por entidad federativa

    Entidad

    1989

    %

    Entidad

    1994

    %

    Entidad

    1999

    %

    Distrito Federal

    438,097

    25.5

    Distrito Federal

    686,456

    24.5

    Distrito Federal

    889,502

    22.7

    Jalisco

    112,280

    6.5

    EdoMex

    218,350

    7.8

    EdoMex

    324,037

    8.2

    EdoMex

    111,149

    6.5

    Jalisco

    190,919

    6.8

    Jalisco

    296,604

    7.6

    Veracruz

    94,866

    5.5

    Nuevo León

    155,295

    5.5

    Nuevo León

    237,055

    6.0

    Nuevo Léon

    93,125

    5.4

    Veracruz

    142,415

    5.2

    Veracruz

    195,392

    5.0

    Subtotal

    849,517

    49.9

    Subtotal

    1,393,435

    49.8

    Subtotal

    1,942,590

    49.5

    Resto

    869,293

    50.1

    Resto

    1,404,729

    50.2

    Resto

    1,978,010

    50.5

    Total

    1,718,810

    100.0

    Total

    2,798,164

    100.0

    Total

    3,920,600

    100.0

    Fuente: Elaboración propia con datos del Mercado de Valores.

    Por región económica diremos que los micro establecimientos en 1999 se distribuían de la siguiente manera: el 36.0% en la Región Centro; 25.6% en la Pacífico; 15.6% en la Frontera Norte; 12.2% en la Centro-Norte y el 10.6% complementario en la Región Golfo.

    C. Las MYPES y el comercio exterior de México

    8. Ha sido insignificante su contribución, directa o indirecta, al crecimiento de las exportaciones.

    La información oficial ( SE, 2003 ) disponible que a continuación se presentará, pone de relieve la escasa participación de estos estratos empresariales en el comercio exterior mexicano. Como se observa a continuación, podemos decir que es muy pequeño el número de empresas exportadoras importantes; igualmente, que las micro empresas no están incluidas, posiblemente por que no venden nada al exterior.

    Cuadro 6:Número de empresas de exportación y porcentaje de participación

    Tamaño de empresa

    Número de empresas

    %

    Grande

    312

    0.8

    Maquiladoras

    3,436

    8.9

    Pequeña y mediana

    34,700

    90.3

    Total

    48,448

    100.0

    Derivado de los datos anteriores se encontró el siguiente contraste: aun cuando las empresas pequeñas y medianas representaban el 90.3%, su contribución en la constitución de los flujos de ventas externas era modesta, ya que lo hacían en la siguiente magnitud relativa:

    Cuadro 7:Tamaño de empresa y su porcentaje de contribución a las exportaciones

    Tamaño de empresa

    % de contribución

    Grande

    51.8%

    Maquiladoras

    41.5

    Pequeña y mediana

    6.7

    Total

    100.0

      

    Los esfuerzos de penetración de estos estratos empresariales en los mercados internacionales contrastan grandemente con las estadísticas encontradas en otros países, donde participan significativamente con porcentajes del siguiente orden:

    Cuadro 8:Análisis comparativo de la participación de las PYMES mexicanas con la de otros países en las exportación .

    País

    % de las PYMES

    México

    6.7

    Canadá

    9.3

    Argentina

    10.0

    EEUU

    31.4

    España

    40.0

    Italia

    40.0

    III.-Lineamientos para la desarrollo regional equitativo de las MYPES a partir del Sistema Nacional de Coordinación Hacendaria.

    1. Puesto que el verdadero problema es la falta de recursos y ante los magros resultados de la Convención hacendaria, se sugiere iniciar la reforma fiscal gradualmente; en una primera etapa incrementar los ingresos fiscales con medidas administrativas y coactivas como el cumplimiento de obligaciones tributarias, eliminación de exenciones no justificadas, establecimiento de programas de condonación de adeudos y simplificación de trámites entre los contribuyentes. Enseguida modificar la Ley de Coordinación Fiscal en Ley de Coordinación Hacendaria para manejar de manera congruente y conjunta los ingresos fiscales y su complemento la deuda pública, para sustentar el gasto, en aras de lograr el equilibrio ingreso gasto.

    2.- Esta actualización con enfoque integral hará transparente el marco jurídico que norme el proceso de redistribución de facultades, funciones, responsabilidades y recursos, entre los tres órdenes de gobierno. Ello eliminaría la excesiva concentración de competencias y funciones para que los estados y municipios dejen de ser simples receptores de ingresos y espectadores en la aplicación del gasto. En otras palabras, para que participen en la definición de la política económica regional.

    3.- Es urgente la revisión de las fórmulas de distribución de las participaciones y aportaciones (cuando las tengan). En este contexto se debe de hacer equitativa la colaboración administrativa, asignando mayores facultades e incentivos económicos a las entidades federativas, mejorar la capacidad administrativa de los estados y municipios. La descentralización del gasto debe hacerse fijando límites bien definidos en lo que se refiere al tiempo, actividades y participantes. Derivado de lo anterior, es conveniente mejorar el perfil de la deuda mediante su calificación por agencias prestigiadas, para contratarse en mejores condiciones.

    En la medida que los tres órdenes de Gobierno dispongan de más recursos para realizar una gasto público efectivo en beneficio de la comunidad, estarán en condiciones de fomentar nuevas regiones, sectores y tamaños de empresa que hoy en día no promueve el modelo neoliberal, ya que se basa en el eficientismo económico trasnacional más que en el desarrollo del ser humano en su hábitat territorial.

    Bibliografía:

    1. Martínez, José Octavio. La política macroeconómica, reformas y empresas pequeñas, Micro y pequeña empresa en México frente a los retos de la globalización, Editorial Diana, 1992, p.22.
    2. Sánchez Barajas, Genaro y otros/a. Principales Características y Problemas de la Mediana y Pequeña Industria, Fondo de Garantía y Fomento a la Mediana y Pequeña Industria, 1980.
    3. Sánchez Barajas, Genaro y otros/b. Serie de Estudios sobre la Mediana y Pequeña Industria, Cinco tomos, Fondo de Garantía y Fomento a la Mediana y Pequeña Industria, 1982.
    4. Sánchez Barajas, Genaro y otros/c. La Mediana y Pequeña Industria en México. Nacional Financiera, 1984.
    5. Sánchez Barajas, Genaro/d,e. Competitividad de la micro y pequeña empresa en México, Facultad de Economía de la UNAM,1997 y2002.
    6. INEGI/a. Censos económicos, micro, pequeña, mediana y gran empresa,1999, p. 11,20,48 y 55.
    7. INEGI/b. Metodología de los Censos Económicos 1999, 2000, p. 38.
    8. INEGI/c. Encuesta Nacional de Micronegocios, 1992 (cuadro IV.2,p. 152).
    9. INEGI/d. Encuesta Nacional de Micronegocios, 1998 ( cuadro, IV.2, p. 140),
    10. INEGI/e. Encuesta Nacional de Micronegocios, 2002 ( cuadros 1.34 y 4.2)
    11. INEGI/f. Indicadores de competitividad de la economía mexicana, 1991.
    12. Nacional Financiera/a. Inserto en el Programa de Desarrollo Empresarial, 2001-2006,p.51 .
    13. Nacional Financiera/b. La mediana y pequeña industria en México, 1984,p.198.
    14. Nacional Financiera/c. Estudios de gran visión, Dirección de investigación y desarrollo, 1992.

    Genaro Sánchez Barajas