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Reseñas biográficas de figuras significativas en la historia de Cuba. Tercera Parte


Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7

  1. ¿Qué nos proponemos con este libro?
  2. Reseñas biográficas
  3. Bibliografía consultada

Manual didáctico para docentes y estudiantes

¿Qué nos proponemos con este libro?

No es nuestro objetivo el realizar aportes sustanciales a la investigación pedagógica sino el facilitar a maestros, profesores y estudiantes de los diferentes niveles de enseñanza, un instrumento didáctico que facilite su labor docente educativa. Con esta obra los docentes contarán con un material asequible, como material de consulta, en la conmemoración de efemérides, en la preparación de sus clases e incluso en su propia superación profesional Las reseñas biográficas han sido tomadas de diversas fuentes, que se mencionan en la bibliografía consultada, con determinadas adaptaciones imprescindibles en su redacción y contenido, acorde al objetivo de la obra. Su principal propósito es ofrecer reseñas biográficas de figuras de la política, de la ciencia y de la cultura en su más amplio concepto, que han tenido significativa participación en el decursar histórico de nuestra patria, por sus aportes a la creación de nuestra identidad nacional. No todas ellas han desempeñado un papel progresista, pero no es posible excluirlas de este recuento, dada su participación en etapas concretas de nuestra historia. No se pretende incluirlas a todas, ni siquiera a la mayoría, pues resultaría una tarea enciclopédica que rebasaría las posibilidades de este libro. Estamos conscientes que faltan figuras descollantes, en esferas tales como la pedagogía, educación, cultura, política y deportes, así como la de los miles de cubanos que ofrendaron sus vidas en distintas épocas y contextos históricos, en aras de la defensa de nuestra soberanía, misiones internacionalistas, víctimas de acciones terroristas u otras acciones meritorias. Ello necesariamente obliga a una continuidad en esta labor de indagación histórico-pedagógica en un futuro. Para facilitar la labor de docentes y estudiantes, las reseñas biográficas de las personalidades seleccionadas se organizan en orden alfabético y no a partir de otros criterios, que harían la búsqueda más engorrosa. Asimismo la inmensa mayoría de éstas son de personas nacidas en Cuba, con escasas excepciones, dado el papel que desempeñaron estas últimas en la conformación de nuestra nación. Tal criterio está muy alejado de todo sentimiento chovinista, sino de las propias limitaciones impuestas a sus autores, por el propósito de hacer esta obra lo más asequible a sus destinatarios esenciales

Los autores

Reseñas biográficas

Juan Abrantes Fernández

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Nace el  9 de junio de 1935, en Jaimanitas, provincia de La Habana. Estudia en la conocida "escuelita de los hijos de los desamparados", sostenida con el aporte económico de humildes obreros. Continúa estudios en la escuela pública del batey del entonces Central Hershey. Varios testimonios aseguran que apenas un adolescente, acompañaba a su padre, militante comunista, en algunas tareas asignadas por el Partido. Lo recuerdan al lado del veterano luchador, caminando por las calles de La Habana, con un manojo de folletos y documentos partidistas. Cuando tiene lugar el golpe de Estado de Fulgencio Batista, el 10 de marzo de 1952, éste cursa estudios de bachillerato en el Instituto de La Habana. Desde los primeros momentos se enfrenta al "cuartelazo" y participa en manifestaciones y huelgas estudiantiles junto con sus amigos y compañeros de lucha  Joe Westbrook, Mario Reguera, Héctor Rosales y Carlos Figueredo. Se declara desde temprano como un decidido partidario de la lucha armada como única vía para derrocar a la tiranía batistiana. Quienes le conocieron en aquel tiempo lo describen como no muy alto, de pelo rizado, trigueño de piel, de risa fácil y buen bailador. Practica deportes, sobre todo el llamado fútbol americano. Ingresa en la Universidad Habana para realizar su sueño de llegar a ser ingeniero eléctrico. Por su actitud y convicciones políticas se vincula a José Antonio Echeverría y Fructuoso Rodríguez e integra desde su fundación al Directorio Revolucionario (DR), brazo armado de la  Federación Estudiantil Universitaria (FEU). Se une a las guerrillas del Directorio, que operaban en el Escambray, en Marzo de 1958. Tras el triunfo de la Revolución Cubana, trabaja bajo las órdenes del Che y pasa a desempeñar la jefatura de operaciones en las Fuerzas Tácticas del Centro, donde intervino en la neutralización de los primeros alzamientos contrarrevolucionarios, como la conspiración trujillista, en Trinidad, en agosto de 1959. El 23 de septiembre de 1959, aborda en Varadero la avioneta número 26 de las FAR con destino a Santa Clara. Le acompañaba el teniente aviador Jorge Villa Yánez. Fatalmente la nave se precipita a tierra entre las localidades villaclareñas de Cascajal y Mordazo. Tenía solo 24 años. La FEU decidió nombrar Juan Abrantes, desde entonces, al estadio universitario capitalino.

Juan Vitalio Acuña Núñez.

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Segundo al mando y jefe de la retaguardia de la guerrilla internacionalista al mando del Che Guevara, en Bolivia. Tras el triunfo revolucionario del primero de enero de 1959 se le asignan varias responsabilidades. Elegido miembro del Comité Central en el Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba. Nace el 27 de enero de1925, en Purial de Vicana, un lomerío de la Sierra Maestra, en la finca "La Conchita", que fuera propiedad del abuelo y donde su padre, Jesús Acuña, formó familia junto a Lidia Núñez. En un humilde bohío con piso de tierra y techo de guano crece Vitalio, el hijo mayor de la pareja, junto a sus dos hermanos. Cuando tiene lugar el desembarco de Fidel Castro por Las Coloradas, en Niquero, Oriente, el 2 de diciembre de 1956,  este se encontraba en Pilón cortando caña. De inmediato se convierte en colaborador de la incipiente tropa guerrillera. El 24 de abril de1957  se incorpora a la misma en la tropa al mando del Che, quien pronto descubre sus cualidades como combatiente. A su valentía se une el alto concepto de la disciplina. El 10 de mayo de 1957  integra la tropa que manda personalmente el jefe de la Revolución. Por esos días se gestaba el primer gran combate del naciente Ejército Rebelde; El Uvero, donde recibiría su bautismo de fuego. Después del combate Fidel le da la misión al Che, en su condición de médico,  de hacerse cargo de los heridos, entre los que se encuentran Juan Almeida y Kike Escalona, para llevarlos a un lugar seguro hasta su restablecimiento. Entre los cinco hombres que emprenden la difícil tarea de transportar y cuidar a los heridos, junto al médico argentino, se encuentra Vilo, a quien este empieza a confiarle tareas riesgosas que le permiten aquilatarlo como combatiente. Llegan a casa de los Pardos, en Peladero, en la primera quincena de junio y allí pasan algo más de un mes. El grupo se multiplica en unos 36 hombres, al mando del Che, a partir de las nuevas incorporaciones de campesinos, quien designa a Vilo jefe de la escuadra de la vanguardia. Finaliza julio cuando se reincorporan a la Columna 1, al mando de Fidel Castro, quien asciende al Che a comandante y a Vilo a teniente. Cuando se crea la segunda columna del Ejército Rebelde, a la cual se la designa como número cuatro, para desinformar al ejército batistiano, el líder de la Revolución Cubana nombra como jefe de la misma al joven médico argentino; y el humilde campesino de Purial de Vicana pasa a la retaguardia como segundo de Ciro Redondo. Uvero, El Hombrito, Mar verde, Oro de Guisa, Las Minas son solo algunos de los escenarios donde Vitalio va tejiendo una historia de guerrillero, que le hace merecedor de confiarle la vida de Camilo Cienfuegos, cuando este es herido en Pino del Agua. Hombre cumplidor, este prepara una hamaca y carga sin relevo hasta La Pata de la Mesa, el cuerpo malherido del futuro héroe del combate de Yaguajay. Al año de su vida como combatiente, el Che lo asciende, por orden de Fidel, al grado de capitán y tras la derrota de la ofensiva de la tiranía, ya avanzado el año 1958, cuando se reorganizan las fuerzas rebeldes para asestar nuevos y más potentes golpes a Batista, Vilo es designado como jefe de retaguardia de la columna del comandante Guillermo García en el III Frente, al mando del Comandante Juan Almeida. En noviembre de 1958 es ascendido a comandante por Fidel Castro y organiza su propia columna. Después del triunfo de la revolución el 1 de enero de 1959, llegan años de intenso trabajo y estudios en los que se irá transformando en un oficial capacitado que culmina en 1964 la Escuela Superior de Guerra, ocupando distintas responsabilidades, entre ellas, jefe de una compañía de blindados. Es elegido en 1965 como  miembro del primer Comité Central del Partido Comunista de Cuba. Participa a partir de 1961 en la lucha contra bandidos en la provincia de Matanzas. En 1966 el Comandante Ernesto Guevara lo selecciona para integrar la guerrilla internacionalista que emprenderá la lucha en Bolivia, y lo nombra su segundo al mando y jefe de la retaguardia. Llega a Bolivia el 24 de noviembre de 1966, vía Brasil, con pasaporte panameño bajo el nombre de Joaquín Rivera Núñez y se incorpora a la guerrilla a fines de ese propio mes. Comanda la fracción de la retaguardia, a raíz de que esta se aproximara a Muyupampa, para posibilitar la salida de Ciro Bustos y Régis Debray. Estaba muy cerca de cumplir 42 años y sería el guerrillero de mayor edad de la columna. Con plena confianza en las cualidades de Vitalio, el Che lo deja al frente de un grupo de combatientes heridos o con dificultades físicas, así como de los cuatro bolivianos de la "resaca". El 17 de abril de 1967 se divide la tropa. El Che marcha con una parte de los hombres para Muyupampa y Vilo (Joaquín) queda al frente del resto de la tropa en la retaguardia. Ese mismo día el Guerrillero Heroico anota en su diario: "Mande a buscar a los 4 rezagados para que se quedaran con Joaquín y a este le ordené hacer una exploración por la zona para impedir un movimiento excesivo y esperarnos durante tres días, al cabo de los cuales debe permanecer por la zona pero sin combatir frontalmente y esperarnos hasta el regreso". José Castillo Chávez (Paco), quien fuera uno de los hombres de la "resaca" y el único sobreviviente de la emboscada del Vado de Puerto Mauricio, califica a Joaquín como un hombre tranquilo, firme en las decisiones y principios, que respetaba mucho al Che, por eso pensó mucho antes de tomar la decisión de abandonar la zona donde había indicado el jefe guerrillero que permanecieran. Tenía el carácter típico del campesino cubano y sufrió mucho los últimos meses por los pies, el único par de zapatos 44 que tenía se gastaron y no pudo conseguir otros porque ninguno le servía. El día 31 de agosto a las 5:00 PM, el grupo guerrillero comenzó la marcha con Braulio a la vanguardia. Ya anochecía cuando llegaron al recodo del río. La columna inició el cruce del Vado y Joaquín fue el último en entrar al agua. Sin sospechar la traición de Honorato Rojas, el campesino que los guiaba, y con su acostumbrada amabilidad se despidió de él, agradeciéndole su colaboración. Solo había avanzado unos metros cuando comenzó el tiroteo. El entonces capitán del ejército boliviano Mario Vargas Salinas y sus hombres, quienes acechaban en la maleza, empezaron a disparar desde ambas orillas. Cuenta Paco que Joaquín es herido, pero logra salir del río, aunque…"caminaba con dificultad cuando lo vi. caer". Sin haber logrado reunirse con el Che, Vilo (Joaquín) cayó con todo su grupo, el 31 de agosto de1967, en la emboscada de Vado de Puerto Mauricio, sobre el Río Grande. Vado del Yeso, el nombre con el que este lugar ha pasado a la historia, se encuentra sobre el río Masicuri, afluente del Río Grande.

Gustavo Aldereguía Lima.

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Personalidad de la medicina cubana que se destaca por su lucha contra la tuberculosis. Nace el 22 de marzo de 1895 en Campechuela, Manzanillo, antigua provincia de Oriente Pierde a los padres cuando todavía era un niño, quedando al cuidado de un tío, quien se encarga de su educación. Comienza los estudios secundarios en un colegio privado de Cárdenas y matricula luego en el  Instituto de Segunda Enseñanza de Matanzas, donde se gradúa de bachiller en ciencias y letras y de perito agrimensor el 11 de junio de 1913. El 22 de septiembre de ese mismo año matricula la carrera de medicina en la Universidad de La Habana. El alto centro de estudios es el marco de sus primeras actividades revolucionarias.

En 1917 funda, junto a otros compañeros, la Revista de la Asociación de Estudiantes de Medicina, donde aparecerán sus primeros artículos. Se gradúa el 10 de julio de 1918. Sobre su estancia en las aulas él mismo narraría años después como…"salí con dos consejos de disciplina pendientes de la escuela de medicina. Fui un estudiante bastante malo y me complací en serlo. Me di el gusto de serlo, porque ser un estudiante modelo, o ser un estudiante promedio era sencillamente mantener una actitud lacayuna y servil frente a profesores no menos serviles y lacayos". Durante cuatro años ejerce como médico en un central azucarero de Banagüises, un caserío en la provincia de Matanzas, donde desarrolla una ingente labor como higienista, concentrándose en la medicina preventiva. Aquí conoce a Agustina Valdés-Brito Carreras con la que contraerá matrimonio del cual nacen sus hijos: Gustavo y Jorge. Hombre de vasta cultura, es lector habitual de autores latinoamericanos como José Ingenieros, Aníbal Ponce y Enrique Telémaco Susini, además de los clásicos del marxismo-leninismo. Publica artículos de carácter político en la revista España nueva. En 1920 funda con Eusebio Adolfo Hernández la Asociación de Amigos de Rusia, y logra colectar y mandar dinero al naciente estado soviético. Pronuncia el 4 de diciembre de 1922, en el Aula Magna de la Universidad de La Habana, un discurso en el que presenta al profesor argentino José Arce, entonces rector de la Universidad de Córdoba, quien pronuncia una conferencia sobre la reforma universitaria argentina. Este acto es considerado como el punto de partida de la revolución estudiantil cubana de 1923 inspirada en la reforma universitaria. Obtiene este mismo año por oposición la plaza de profesor ayudante de una cátedra en la Facultad de Medicina y Farmacia,  que desempeñaría hasta 1925. En noviembre obtiene en brillantes oposiciones la plaza de especialista en enfermedades pulmonares de la Casa de Salud Covadonga, del Centro Asturiano de La Habana. Publica en 1930 el libro Estudios sobre tuberculosis, volumen que contiene ocho de sus trabajos más importantes. Se gradúa en 1931 en la Trudeau School of Tuberculosis, en los Estados Unidos. Es uno de los miembros fundadores de la Universidad Popular José Martí, junto a Julio Antonio Mella, donde impartió la asignatura de Medicina Social, que por primera vez se daba en Cuba. También participa en la fundación de la Liga Antiimperialista y la Liga Anticlerical. Atiende a Mella como médico y lo alienta como revolucionario en su conocida huelga de hambre en repudio a la dictadura de Gerardo Machado, y logra sacarlo más tarde de Cuba con la ayuda de su hermano Feliciano Aldereguía. Sufre prisión en las cárceles de La Cabaña, El Castillo del Príncipe y el llamado Presidio Modelo en Isla de Pinos por sus actividades revolucionarias contra el régimen machadista. En agosto de 1931 participa en el desembarco armado de 37 revolucionarios que, al mando del ex teniente del Ejército Libertador Emilio Laurent, logran tomar la villa de Gibara, en la entonces provincia de Oriente y combaten heroicamente contra fuerzas muy superiores. Aquí recibe una herida a sedal en el cráneo. Como consecuencia de esta acción sufre nuevamente presidio y al final se ve obligado a marchar al exilio político. Durante la Huelga general de 1933 no se separa de Rubén Martínez Villena, brindándole su cooperación revolucionaria y cuidando de su ya precaria salud. Con la caída del dictador la lucha revolucionaria dentro del gremio médico se intensifica. Es elegido miembro del Comité Ejecutivo de la Federación Médica de Cuba. Al año siguiente funda el Ala Izquierda Médica. Ocupa el cargo de director del sanatorio para tuberculosos La Esperanza, donde pone al servicio del hospital sus propios instrumentos de trabajo. Comienzan a realizarse operaciones y se aplican nuevos tratamientos científicos de acuerdo a los descubrimientos de la época. Predica sobre los derechos que tiene el enfermo de tuberculosis de ser atendido por la sociedad y organiza actos públicos de protesta ante las autoridades políticas y sanitarias del país. Sin embargo, su presencia destacada en la huelga de marzo de 1935 le cuesta el cargo —que ocupaba desde hacía casi dos años—, y marcha nuevamente al exilio. En Nueva York se reúne con otros revolucionarios como Pablo de la Torriente Brau, Raúl Roa y Leonardo Fernández Sánchez. Fundan el primero de agosto de 1935 la Organización Revolucionaria Cubana Antiimperialista, que trabaja por la unidad de las fuerzas de izquierda. De regreso se hace miembro del Comité Ejecutivo del Partido Unión Revolucionaria, al lado de Juan Marinello, Leonardo Fernández Sánchez, Carlos Rafael Rodríguez, Salvador García Agüero, Ramiro Valdés Daussá y José Bustamante. Continúa trabajando como médico y se destaca en la lucha antifascista. Funda el Frente Nacional Antifascista, del cual se desempeña como tesorero. Entrega personalmente al entonces ministro de relaciones exteriores de la URSS un cheque por valor de diez mil pesos, producto de una colecta popular. En el sector médico participa en la fundación del Partido Acción Inmediata, portavoz del pensamiento más avanzado, en el que milita hasta el triunfo de la Revolución. Abraza la causa del pueblo español en su lucha contra el fascismo y pronunció un discurso en el gigantesco mitin de Luna Park, en el malecón habanero. Es el médico que examina a los miembros cubanos de la brigada internacional que peleará en España. Sus numerosos trabajos periodísticos aparecidos en la prensa cubana pueden dar la historia más verídica y completa de la lucha contra la tuberculosis durante la República. Publica en mayo de 1957 el libro En esta hora sombría, donde condena el golpe de estado, critica la sociedad cubana de entonces y expresa su adhesión a la causa revolucionaria. Recibe en 1958 una invitación de Fidel Castro para que suba a la Sierra Maestra, pero el estar convaleciente de una reciente intervención quirúrgica le impide aceptarla. Desde enero de 1959 hasta mediados de año ocupa la presidencia del Consejo Nacional de Tuberculosis. Una misión diplomática como embajador ante la República Federal Socialista de Yugoslavia lo aleja por un tiempo de sus tareas científicas, pero ya en abril de 1961 regresa a ellas como jefe del Departamento de Tuberculosis, primero en la Subsecretaría de Asistencia Médica y después en el Viceministerio de Higiene y Epidemiología. Con un completo dominio de la higiene social a la que él define como la igualación de las clases en relación a la salud, se adelanta al desarrollo de la salud pública cubana y defiende la necesidad de una higiene de masas, cuya aplicación no puede ser asegurada por el individuo ni por la familia sin ayuda de una voluntad política del Estado. Permanece en el Grupo Nacional de Neumotisiología hasta su muerte. Se considera su libro Estudio fotorradiográfico del ejército guerrillero cubano, trabajo realizado en 1959, el aporte científico de más peso en el período revolucionario, y que recoge veinte mil fotorradiografías. En 1962 funda y preside el Instituto Julio Antonio Mella, en la Universidad de La Habana. Se le entrega en 1967 el carné del Partido Comunista de Cuba. El Dr. Gustavo Aldereguía Lima falleció el 8 de septiembre de 1970  víctima de una prolongada enfermedad. El Hospital Universitario General de Cienfuegos lleva su nombre.

Herminio Almendros Ibáñez

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Escritor, pedagogo, editor y promotor cultural. Nace en Almanza, España. Hijo único de una modesta familia en el que el padre laboraba como ferroviario. Cursó estudios de magisterio en Albacete y Alicante. Hizo el servicio militar en África y continuó su formación en la selectiva Escuela de Estudios Superiores de Magisterio de Madrid, donde terminó como número uno de su promoción. Frecuentó el ateneo y asumió los ideales pedagógicos del krausismo plasmados en la Institución Libre de Enseñanza. Su primer destino como maestro es Villablino (León), como director de un centro de la Fundación Sierra Pamble y dependiente de la I.L.E.; allí se casó con María Cuyás, alumna de la misma escuela, pero de una promoción posterior. En 1929 ambos obtienen plaza como inspectores de enseñanza primaria en Lérida. Allí se vincula con la pedagogía de Célestin Freinet y tras un fugaz paso por Huesca terminaron destinados como inspectores en Barcelona. Allí colaborará con la recién creada Sección de Pedagogía de la Universidad de Barcelona y divulga la pedagogía de Freinet. Publica La imprenta en la escuela (1932), primera obra impresa sobre estas técnicas en lengua no francesa. En 1936 es nombrado inspector-jefe y participa en el proyecto del Consejo de la Escuela Nueva Unificada que estructuraba todos los niveles educativos desde preescolar hasta la Universidad. Tras la caída de la república española huye a Francia en enero de 1939 junto a su amigo, el filósofo José Ferrater Mora. La familia de Freinet le acogió, pero la Segunda Guerra Mundial le obliga a. viajar a Cuba por su posición antifranquista, como uno más de los miles de emigrantes que se vieron obligados a partir hacia el exilio, tras el fin de la guerra civil española. Su amigo el dramaturgo Alejandro Casona le consigue pasaje para  nuestro país. Al amanecer del domingo28 de mayo de 1939, a bordo del Flandre, arriba al puerto habanero, dejando en Barcelona a su familia, con la que no se reencontraría hasta una década más tarde, el 15 de enero de 1949. En octubre de 1941 comienza a publicar la revista Ronda (a dos manos con Ruth Robés Masses), con varias secciones destinadas a estimular la creación y motivación de los infantes. No se le convalidan sus estudios y méritos profesionales, por lo que se ve obligado, con gran voluntad, a reiniciar su carrera y se doctora en 1952  en la Universidad de Oriente en Santiago con la tesis titulada La inspección escolar. Trabaja entonces como asesor del  Ministerio de Educación. Elaboró textos para el aprendizaje del idioma, colaboró con la revista Bohemia y mantuvo una columna semanal en el periódico Información. Su producción literaria resulta ampliamente conocida en Cuba y otros países latinoamericanos con más de cuarenta títulos, sin contar varios centenares de artículos periodísticos y prólogos de libros. Antes de 1959  emprende varios proyectos. Entre ellos se destacan los que desarrolla con su compatriota, el profesor universitario Francisco Alvero, en tiempos de indolencia y de indigencia institucional, que acompañaron a la niñez como fuentes de educación y de enriquecimiento del espíritu, como sus Oros Viejos, sus Lecturas ejemplares, así como sus versiones y adaptaciones de numerosas leyendas que constituyen por entonces, textos de lectura en la primaria cubana. El presidente Fulgencio Batista le destituye a inicios de la década de los 40 del pasado siglo, de su puesto en el Ministerio de Educación, pero le contrata la UNESCO y es destinado a la Escuela Internacional de la Organización de Estados Americanos en Rubio, Venezuela. Regresa a Cuba poco antes del triunfo de la Revolución Cubana. A principios de 1959, Armando Hart, recién designado ministro de Educación, le hizo venir de Santiago de Cuba para conformar el equipo de asesores y de funcionarios que cooperarán a los nuevos planes educacionales como la Campaña de Alfabetización. Almendros es nombrado Director General de Educación Rural. Sobre aquel período fundacional, dejó su testimonio en un texto de 1963: La Escuela Moderna: ¿reacción o progreso? Desde este puesto impulsa la publicación de libros de lectura para niños en los que supo conjugar el atractivo de la Historia con la calidad literaria y la intencionalidad educativa. Son numerosos los libros infantiles que escribió. El aprendizaje de la lengua como instrumento de comunicación es uno de los temas que más le preocupa. Se desempeña en Cuba en otras importantes funciones como: director de la Editora Juvenil (de 1962 a 1967); asesor de la Sección de Enseñanza del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y asesor en la Dirección de Formación y Perfeccionamiento del Personal Docente, del Ministerio de Educación Brinda su valiosa colaboración en la redacción de programas de estudio, orientaciones metodológicas y textos para la nueva red de Escuelas Formadoras de Maestros Primarios en nuestro país. Dedicó a la educación cubana 35 años de su actividad creadora, con aportes importantes a la enseñanza de la lengua materna, la literatura infantil, la obra martiana, la organización escolar y la preparación de los maestros. Más tarde, y desde ese oficio de editor, sumaría sus esfuerzos a la creación del actual sistema editorial en Cuba, desde la Editora Juvenil mientas su fraterno amigo Alejo Carpentier se orientaba en igual empeño, al frente de la Editorial Nacional de Cuba, antecedente del Instituto del Libro. Entre sus numerosas obras que acompañaron en su educación a varias generaciones se pueden mencionar: Pueblos y leyendas (1929) rebautizado más tarde en Cuba por él como Oros Viejos; Había una vez (1946); 30 escenas de animales (1951); Lecturas ejemplares. Aventuras, realidades, fantasías (1955); A propósito de La Edad de Oro de José Martí. Notas sobre literatura infantil (1956); La Escuela Moderna: ¿reacción o progreso?, 1963; Nuestro Martí (1965); Fiesta (1967); Leer (1971); Ideario Pedagógico de José Martí; La imprenta en la escuela; La escritura script; La idea de la Matemática universal en la obra de Descartes y La inspección escolar. Unos meses antes de morir, prepara el libro de lecturas para las Escuelas Camilo Cienfuegos, al tiempo que se sumaba a los noveles investigadores y compartía con todos su experiencia, en los Seminarios Juveniles de Estudios Martianos. Fallece el domingo 13 de octubre de 1974, en el hospital Calixto García, en el postoperatorio de una intervención prostática.

Baldomero Álvarez Ríos. 

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Destacado periodista. Fundador de la Unión de Periodistas de Cuba, de la Agencia Prensa y de Radio Habana Cuba, además de ejercer como secretario general de la Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP). Nace el 11 de junio de 1924,  en La Habana. Inicia su vida profesional en el noticiero Tribuna Libre. Labora además como redactor de deportes, además de trabajar para diarios como Resumen, Acción, La Nación, La Discusión y Finanzas. En la década de 1950 escribe para las emisoras Radio Reloj y Unión Radio. En esta última colabora, con otros compañeros, como Roberto Agudo, en la búsqueda de información sobre lo que realmente sucedía en la Sierra Maestra, para luego publicar en el exterior, en especial en los Estados Unidos. La ética personal y profesional le acompaña en su larga trayectoria como periodista. En 1955 trabaja como corresponsal en La Habana  de la revista Visión, editada en Nueva York, pero con gran difusión en los países de América Latina. Su conocida oposición a la dictadura batistiana incomodar a la tiranía. Este no tarda en ser detenido e interrogado por agentes del Servicio de Inteligencia Militar y fichado por el Buró de Represión de Actividades Comunistas (BRAC), al acusársele de tener vínculos con la Juventud Socialista. Al triunfo de la revolución se descubre su nombre en un listado de opositores que la tiranía se proponía asesinar el día 6 de enero. En 1961 figura entre los fundadores de la emisora Radio Habana Cuba, de la cual llegó a ser director. Participa en la creación de la Unión de Periodistas de Cuba e integró su presidencia en varias ocasiones. En 1974, en el III Congreso de la organización es electo Secretario de Relaciones Exteriores, y en 1980, en el IV Congreso, Vicesecretario General, cargo que ocupa hasta 1986. Resulta electo como Secretario General de la Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP) con sede en México. Durante varios años ocupa ese puesto en representación de la UPEC. En 1971 participa en un viaje a Chile, Lima y Guayaquil junto a una delegación de periodistas que acompañaba al Comandante en Jefe Fidel Castro. Las memorias quedaron registradas en su libro Chile, el viaje de Fidel de Iquique a Tierra del Fuego. Otros títulos como La revolución de Martí y Serás cubano, lo consecuente y lo imprescindible en Pablo de la Torriente Brau, revelan una de sus grandes pasiones: la historia. Se le otorgaron diversos reconocimientos como los premios Enrique José Varona, Álvaro Reynoso y 26 de Julio. En 1999 obtiene el Premio Nacional de Periodismo José Martí, el más alto galardón que concede la Unión de Periodistas de Cuba y en el 2007 le es otorgada la Medalla Conmemorativa por el 30 Aniversario de la Federación Latinoamericana de Periodistas. Fallece en La Habana, el 7 de noviembre del 2010.

Pedro Álvarez Tabío

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Historiador y editor. Nace en La Habana, el 29 de junio de 1941. Licenciado en Derecho Administrativo y en Derecho Diplomático y Consular de la Universidad de La Habana. Doctor en Ciencias Sociales y Derecho Público, de la propia Universidad. Desarrolló una ingente labor en el rescate y la promoción de la memoria histórica de la Revolución, que materializó en textos rigurosos y de notable impacto sociocultural. Una de sus últimas contribuciones en ese campo son las ediciones cubanas del libro Cien horas con Fidel, la extensa e imprescindible entrevista del Comandante en Jefe con el intelectual francés de origen español Ignacio Ramonet. Fundador de la Unión Nacional de Historiadores de Cuba (UNHIC), de la cual ejerció como vicepresidente y miembro de su ejecutivo nacional; miembro del Consejo Editorial Nacional, adscrito a la Presidencia del Instituto Cubano del Libro; de la Sección Cubana del Comité Memoria del Mundo de la UNESCO; miembro titular de la Comisión Rectora del Gran Parque Nacional Sierra Maestra y miembro del Consejo Asesor de la Editorial de Ciencias Sociales. Se desempeña como Profesor Titular Adjunto de la Facultad de Filosofía e Historia de la Universidad de La Habana y del Instituto Superior de Relaciones Internacionales. De 1961 a 1968 labora como funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores y del Servicio Exterior en la Misión Permanente de Cuba ante las Naciones Unidas, con sede en Nueva York. Ocupa en dos ocasiones el cargo de Encargado de Negocios de dicha Misión. Es designado Representante Alterno de las Delegaciones de Cuba a los Períodos de Sesiones 18 y 19 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, y representa a Cuba en otras conferencias y eventos internacionales, entre ellos en la Primera Conferencia de Comercio y Desarrollo, donde funge como Secretario de la Delegación Cubana presidida por el comandante Ernesto Che Guevara. En enero de 1969 ingresa en el Instituto Cubano del Libro, primero como redactor en la Editorial de Ciencias Sociales y pocos meses después como Jefe de la Redacción Política de la propia Editorial. A partir de julio de 1972 ocupa también la responsabilidad de Jefe de la Redacción Especial de dicha Editorial, que comenzó a funcionar en el Palacio de la Revolución en prestación de servicios a lo que en ese momento era la Presidencia de la República, bajo la dirección inmediata de la compañera Celia Sánchez. En enero de 1977 ingresa formalmente en la plantilla del Consejo de Estado, al convertirse la mencionada Redacción Especial en la Sección de Publicaciones de ese organismo, de la cual se mantuvo como Jefe. En 1981 esta Sección se convirtió en una dependencia autónoma del organismo central, subordinada directamente de la Secretaría del Consejo de Estado, con el nombre de Oficina de Publicaciones, de la cual es nombrado Director. Designado también Director de la Oficina de Asuntos Históricos del propio Consejo de Estado en 1994. En 1999, ambas dependencias se integraron en las llamadas Oficinas de Historia del Consejo de Estado, unidad presupuestada independiente de la que es nombrado Director. Cargo que ocupó hasta su muerte. Como historiador, dedicó más de treinta años a la investigación histórica de la guerra de liberación nacional (1956-1958). Autor de numerosos libros como: El destino manifiesto;  Antología mínima de José Martí en dos tomos (compilación, prólogo y notas); Discursos de Fidel Castro en tres tomos (compilación); La epopeya del Granma;  El combate del Uvero;  La conquista de la esperanza; Celia, ensayo para una biografía y  La historia me absolverá (primera edición crítica anotada). Es coautor del tomo 4 de la Historia de Cuba elaborada bajo los auspicios del Instituto de Historia de Cuba y del tomo 2 de la Síntesis de Historia de Cuba elaborada por el Ministerio de Educación. Autor también de ensayos inéditos sobre el alzamiento de 5 de septiembre de 1957 en Cienfuegos y sobre la huelga revolucionaria del 9 de abril de 1958. Como editor, acumuló casi 40 años de experiencia, tiempo durante el cual, como resultado de su gestión editorial, han sido publicados más de 800 títulos. Responsable desde 1981 de la edición de los libros del Comandante en Jefe. Entre ellos: La crisis económica y social del mundo; Fidel y la religión, con Frei Betto; Un encuentro con Fidel, con Gianni Miná; Un grano de maíz, con Tomás Borge y del trascendental libro titulado Cien horas con Fidel, del cual Ignacio Ramonet lo considera su tercer autor por el vasto, profundo y creativo trabajo editorial realizado.   Otra vertiente significativa de su actividad ha sido el trabajo en materia patrimonial, en particular los resultados de su empeño por la protección y rescate de los valores patrimoniales e históricos en la Sierra Maestra. Ha identificado y señalizado más de 300 sitios históricos, y procurado su conservación. Merecedor, entre otras distinciones y reconocimientos, de la Distinción por la Cultura Nacional, el Machete de Máximo Gómez conferido por las FAR y las Medallas Raúl Gómez García, Enrique Hart y Hazaña Laboral. Obtuvo varios premios y diplomas nacionales e internacionales por algunos de sus libros y documentales. Fallece en La Habana el 13 de junio de 2009, a los 67 años de edad.

Gustavo Ameijeiras Delgado. 

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