Descargar

El lado bueno de la crisis (el “declinismo” feliz)

Enviado por Ricardo Lomoro


Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13
Monografía destacada
  1. El fin de la "ilusión" monetaria (el Rey está desnudo)
  2. No solo los bancos son culpables (adictos al crédito)
  3. El "efecto" Apple (los fanáticos del último "gadget")
  4. Capitalismo (auténtico) vs. corporativismo (una economía de amiguetes)
  5. La falacia del "intervencionismo" liberal (cortoplacismo especulativo)
  6. Crisis y conformidad (entre la indiferencia y la estupidez)
  7. Una post guerra económica (la era del desapalancamiento universal)
  8. La "implosión" de los falsos mitos (globalización, librecambio, deslocalización…)
  9. Regreso al sentido común (crecimiento sostenible, austeridad, volver al origen)
  10. El lado bueno de la crisis (viviendo la depresión como una oportunidad)
  11. Reflexiones y propuestas
  12. Doce lecciones que ya hemos aprendido de esta crisis (evidencias y conjeturas)
  13. Conclusiones de la Comisión de Investigación de la Crisis Financiera

edu.red

edu.red

edu.red

El fin de la "ilusión" monetaria (el Rey está desnudo)

Después de 6 años de la quiebra de Lehman Brothers, al menos, algo ya sabemos:

  • El ganador se lo lleva todo (la fuerza del dinero)

  • La democracia se ha privatizado (partitocracia y grandes corporaciones)

  • Los gobiernos y sus bancos centrales se "emplean" en salvar a los bancos

  • Está visto que pocos gobiernos se atreven a dejar caer un banco

  • El riesgo sistémico es el "timo", para que el contribuyente pague y calle

  • Las ganancias se privatizan y las pérdidas se socializan

  • La justicia no es igual para todos (los banqueros no van a la cárcel)

  • Manipulación fiscal y financiera de los gobiernos y los bancos centrales

  • Estamos viviendo una post guerra, sin haber tenido una gran conflagración

  • Los países avanzados están en "vías de subdesarrollo"

  • El Estado de Bienestar ha sido "fusilado"

  • Seremos más pobres que nuestros padres

  • La riqueza se ha centralizado

  • La economía financiera ha "sustituido" a la economía real

  • Vivimos una era de "hiperdesempleo"

  • El "efecto riqueza" es una "ensoñación" temporal para ampliar la demanda

  • El "crédito fácil" es un "anestésico" social para sustituir menores ingresos

  • La globalización económica permutó empleos por productos de bajo precio

  • Lo único que logró la globalización ha sigo "globalizar" la crisis

  • El librecambio sólo sirvió para la financierización de la economía

  • Los mecanismos de estabilidad a la clase media están siendo derribados

  • La economía formal ha sido desplazada por la economía informal

  • Sin empleo y con el ascensor social averiado, se ha perdido una generación

  • El imperio de Occidente ya solo produce gente que… ni trabaja, ni piensa…

  • … solo se queja… mientras entierra saber y sabiduría

  • Nadie se preocupa por "las posibilidades económicas de nuestros nietos"

  • La ansiedad y la inseguridad están para quedarse una larga temporada

  • Nuestros hijos y nietos van a estar peor que nosotros en términos de consumo y de PIB

  • Las sociedades posindustriales se han vuelto menos igualitarias

  • Con la creciente desigualdad, de la crisis y del final de un modelo de crecimiento económico, la idea de la lucha de clases está de regreso en Occidente

  • La forma actual del "capitalismo globalizado", está erosionando la base social de la clase media sobre la que reposa la democracia liberal

  • El Reino Unido establece una nueva clase social: el "precariato" (una combinación de "proletariado precario")

  • Grandes economistas (casi los mismos que ni saben qué hacer con la crisis) toleran la "represión financiera" y/o promueven la inflación "diluyente"

  • La única "nueva economía" que nos ofrecen es la del "entretenimiento"

  • Los pobres (y por eso lo son) pasan mucho tiempo jugando con la consola

  • La tecnología inteligente nos ha vuelto tontos

  • La enfermedad del s.XXI se llama "nomofovia": no-mobile phobia (fobia a estar sin móvil).

  • Edoardo Nesi (Premio Strega 2011): "Nos han engañado con la globalización"

  • El FMI: "Las burbujas inmobiliarias y las recesiones precedidas de mayores alzas del endeudamiento de los hogares tienden a ser más graves y prolongadas"

  • Stiglitz; "El desempleo, y el miedo a su propagación, empujan los salarios, los ingresos y el consumo a la baja, y con ello a la demanda total"

  • Morris Berman: "¿El sueño americano? Los ricos son más ricos y ahí se acaba la historia"

  • Robert Skidelsky: "La actitud de indiferencia ante la distribución del ingreso es de hecho una receta para un crecimiento económico sin fin en el que los ricos, los muy ricos y los súper ricos se alejan cada vez más del resto. Esto está mal por motivos morales e incluso prácticos"

  • Eduardo Galeano: "A la basura dos siglos de conquistas"

  • Raghuram Rajan: "La miope respuesta política a las angustias de los que se quedaron atrás fue facilitar su acceso al crédito. Al tener muy poca restricción regulatoria, los bancos se pasaron con la dosis de préstamos de riesgo"

  • Simon Johnson: "De manera más amplia, hemos perdido de vista el propósito de los bancos. El papel de los bancos en todas las economías modernas es esencial, pero ese rol no es asumir riesgos gigantescos y dejar en manos de la sociedad la cobertura de las pérdidas por caídas en el valor de los activos"

  • Michael Spence: "Las ciudades y los países que aspiran a ser centros neurálgicos o componentes críticos en los sistemas financieros y económicos nacionales o mundiales tienen que ser predecibles, confiables y deben tener capacidad de resiliencia. Eso implica un estado de derecho transparente, y una gestión macroeconómica competente, conservadora y anti-cíclica. Pero también significa tener una capacidad de resiliencia física y una capacidad para resistir impactos"

  • Sylvester Eijffinger – Edin Mujagic: "La financiación monetaria directa o indirecta de los déficits presupuestarios solía considerarse como uno de los pecados más graves que un banco central podría cometer. La flexibilización cuantitativa (QE) y las transacciones monetarias directas (OMT) son simplemente las nuevas encarnaciones de esta vieja transgresión. Dichas políticas de los bancos centrales, junto con Basilea III, indican que la represión financiera probablemente definirá el panorama económico durante al menos una década más"

  • Dani Rodrik: "Hemos llegado al fin de esta feliz coexistencia. El modelo liberal ha perdido su brillo, debido al aumento en la desigualdad y la difícil situación de la clase media en occidente, junto con la crisis financiera producida por la desregulación. Las perspectivas de crecimiento en el mediano plazo para las economías estadounidense y europeas van de moderadas a funestas. El desempleo continuará como una de las principales preocupaciones para los responsables de políticas. Es probable que entonces las presiones mercantilistas se intensifiquen en los países avanzados"

  • Michael Spence: "De hecho, es posible que estemos ingresando en un período en el que serán necesarias adaptaciones importantes en los modelos de empleo, la semana laboral, el empleo por contrato, los salarios mínimos y la provisión de servicios públicos esenciales para mantener la cohesión social y conservar los valores centrales de la equidad y la movilidad intergeneracional"

  • El mensaje de Robert Reich es así de simple: "La desigualdad nos ha llevado a un callejón sin salida. El 70% de la economía depende del gasto de los consumidores. Pero la clase media no gasta por la pérdida de empleo y de poder adquisitivo. Y las empresas no contratan porque no tiene clientes. Entre tanto, los Gobiernos han caído en la trampa de la austeridad y hacen que se contraiga aún más de la demanda. Simultáneamente, permiten que el 1% de los más ricos se hagan con más y más riqueza"… "Esta es la dinámica en la que estamos metidos", explica Reich. "La clase media, que era el motor de la economía, vive al límite y está totalmente exprimida. El poder adquisitivo ha caído en picado desde finales de los años setenta, mientras que los ricos han ido aumentando las diferencias. Los cien americanos más ricos ganan más que los 150 millones de americanos en el fondo de la pirámide. La mitad de los activos en Estados Unidos están en manos de 400 millonarios… Eso no es sólo malo para la economía, es malo para la democracia".

  • Paul Krugman: "Pero lo cierto, por mucho que a los ideólogos les cueste aceptarlo, es que el libre movimiento de capitales cada vez se parece más a un experimento fallido… Podría decirse que el capitalismo mundial va camino de volverse considerablemente menos mundial. Y eso está bien. Ahora mismo, los viejos tiempos en los que no era tan fácil mover grandes cantidades de dinero a través de las fronteras nos parecen bastante buenos"

  • El Banco Central Europeo (BCE) ha multiplicado su patrimonio por 2,5 veces desde 2007, mientras que la Reserva Federal estadounidense lo ha hecho en 3,1 veces. El dinero "creado" por las entidades monetarias ha buscado sostener los mercados y la economía. En los seis últimos años, estas instituciones no sólo han llegado más lejos que nunca con sus herramientas más habituales, los tipos de interés, a los que han situado en los niveles más bajos de todos los tiempos, sino que han tenido que reinventarse a marchas forzadas y en tiempo real. Han recurrido a políticas heterodoxas de distinto signo, bien mediante inyecciones de liquidez bancaria, bien con compras directas de deuda pública y privada, unas prácticas nada convencionales que han desembocado en unos balances hipertrofiados, los mayores de siempre. De media, los de los gigantes de la banca central han crecido un 300 por ciento desde agosto de 2007 (El Economista 21/1/13)

  • El McKinsey Global Institute mostró en un estudio global que en 2011 la deuda total de Japón -la más grande del mundo desarrollado- equivalía a un 512% de su PIB (más de cinco veces del total producido por su economía en un año). El segundo en el ranking era Reino Unido con un 507%. Estados Unidos "sólo" tenía un 279% (BBCMundo 23/1/13)

  • El Banco de Japón decidió el 4/4/13 lanzar un intenso programa de relajación coincidiendo con el inicio del mandato de dos años del nuevo gobernador, Haruhiko Kuroda, para poner fin a más de 15 años de deflación en la tercera economía del mundo. Entre las medidas acordadas en la primera reunión de Kuroda se encuentra la ampliación del programa de compras de bonos, incluida deuda a largo plazo. Con los tipos de interés cerca de cero, las compras de bonos y otros activos han sido la principal vía que el Gobierno ha buscado para ayudar a estimular la economía y poner fin a la deflación que ha minado el crecimiento del país. La reunión ha sido una de las más seguidas tras la Segunda Guerra Mundial debido a que Kuroda prometió tomar medidas "atrevidas" para generar una inflación de 2% (The Wall Street Journal 4/4/13)

  • La Reserva Federal ha demostrado que inyectando liquidez, se puede impulsar a los mercados (bursátiles) y reactivar el instinto animal de la economía a corto plazo (bancario y especulativo). Pero lograr un crecimiento más sostenible ha resultado ser más difícil. El Banco de Inglaterra, el Banco Central Europeo y (últimamente) el Banco de Japón han ido aplicando la misma receta expansiva (Quantitative Easing), con el mismo efecto, bueno para la economía financiera e incierto (podría decirse, malo) para la economía productiva, el crecimiento del empleo y la demanda

  • Mohamed El-Erian: "Las políticas monetarias hiperactivas de los principales bancos centrales han llevado los precios de prácticamente todos los activos financieros a niveles artificiales. Los bancos emisores han actuado de esta manera para ganar tiempo y permitir que las economías se recuperen. Empujando a los inversores a asumir más riesgos esperan que el aumento de los precios resultante anime a las familias a gastar más -lo que se denomina "efecto riqueza"-, y a las empresas a invertir más -lo que se denomina "espíritus animales"-. La cuestión a largo plazo es si una mejora de los fundamentos económicos dará validez a estos precios, o si los precios van a caer hasta encontrar el nivel justificado por unos fundamentos económicos deslucidos"

  • Dani Rodrik: "El público debería saber sobre los economistas lo siguiente: la astucia y no la sabiduría es lo que hace avanzar en su carrera a los economistas del mundo académico. Los profesores de las universidades más prestigiosas no se distinguen actualmente por acertar en sus afirmaciones sobre el mundo real, sino por idear retoques teóricos imaginativos o presentar documentación nueva. Si esas aptitudes los vuelven también observadores perspicaces de las sociedades reales y les brindan una sólida capacidad de juicio, raras veces se trata de algo intencionado"

  • Marc Faber" "En los 40 años que he estado trabajando como economista e inversor, nunca he visto una falta de conexión tan grande entre el mercado de activos de renta variable y la realidad económica. Los mercados están por las nubes y en la economía real está en un vertedero, donde los ciudadanos ven como sus ingresos reales ajustados a la inflación están disminuyendo mientras los mercados de activos siguen subiendo. Algo acabará muy mal"

La historia definitiva de la primera "gran depresión" después de los años treinta, tardará en escribirse… Pero si de algo tiene que servir esta crisis ha de ser para que los contribuyentes, los trabajadores y los inversores, aprendan a no confiar en nadie. Ni en gobiernos, ni en bancos… Es vuestro dinero. No lo echen en saco roto.

Mientras intentamos "pasar de la apatía a la transformación" sería interesante reflexionar sobre lo siguiente: alguna vez le preguntaron a Robert Bloch (autor de "Psicosis"), ¿cuál era el momento más escalofriante con el que uno puede enfrentarse? Su respuesta fue: "El terror es cuando se quitan las máscaras"… Tal vez, no sirva de consuelo, pero "la verdad siempre es de agradecer".

Las "lecciones" de la crisis: ¿qué nos queda después del "reality show" financiero? Fin de la política de soplar y sorber al mismo tiempo. No es cuestión de "Bernankelicópteros", "Abenomics", "Súper Marios", o de seguir "esperando a Godot". Fin de la "ilusión" monetaria. Ni demasiado optimismo, ni demasiado pesimismo. No se puede crecer de forma infinita en un planeta finito. Si aceptamos alguna de estas lecciones, podremos decir que la crisis ha tenido un lado bueno.

No solo los bancos son culpables (adictos al crédito)

En lo más duro de la crisis financiera, los clientes con baja calificación de crédito fueron casi completamente eliminados por los bancos tradicionales. De hecho, era difícil incluso para los clientes más solventes conseguir préstamos.

Pero a medida que las entidades financieras se recuperan de las pérdidas que les causaron los préstamos a deudores con problemas, algunos de los mayores prestamistas a los clientes subprime están intentando recuperarlos, como Capital One y GM Financial. Otros como HSBC y JP Morgan también están volviendo a coquetear con el mercado subprime. (El Economista 12/4/12)

Las asociaciones de consumidores y los abogados temen que las entidades financieras estén buscando presas otra vez entre los deudores más vulnerables y menos sofisticados, que muchas veces están dispuestos a conseguir un crédito a cualquier precio.

"Estas personas son adictas al crédito y los bancos las están empujando", según Charles Juntikka, un abogado experto en bancarrotas. Los bancos, por su parte, buscan recuperar los miles de millones en comisiones que se han evaporado con las nuevas regulaciones en EEUU centrándose en dos partes de su negocio: el segmento más alto y el más bajo. Los deudores subprime suelen pagar elevados intereses, de hasta el 29%, y a menudo generan comisiones por retrasos en los pagos.

Algunos reguladores aseguran estar preocupados porque este tipo de préstamos, aunque sólo estén comenzando, señalan una vuelta potencialmente muy peligrosa a las mismas prácticas de riesgo que provocaron el inicio de la crisis financiera.

Los bancos argumentan que han aprendido la lección y distinguen entre los clientes que nunca dejarán de ser insolventes y lo que la industria llama "ángeles caídos", aquellos con un buen historial de crédito antes de ser arrastrados por la crisis.

Las empresas manipulan para que compremos, el político para aprobar leyes… los medios para crear miedo

Martin Lindstrom autor de "Así se manipula al consumidor" (Gestión 2000), lanza la pregunta: ¿Cuáles son los trucos más frecuentes que utilizan las empresas en su publicidad para lavarnos el cerebro? (Expansión 4/4/12)

El miedo y la culpa son los factores que más explotan las compañías. Todo el mundo ve condicionado su comportamiento por el miedo, y además el temor es contagioso. Pensemos en el caso de los geles para desinfectar las manos: en los últimos años las ventas de estos productos se han disparado, parece que ya no podemos vivir sin ellos. En Japón, sin embargo, parece que el efecto conseguido con el miedo a los virus ha sido el contrario: hay estudios que muestran cómo la obsesión por la desinfección está haciendo el sistema inmunológico humano cada vez más débil, lo que ha llevado a una disminución de la esperanza de vida media de los japoneses.

Las empresas también hacen un uso intensivo de la nostalgia en su publicidad, el arte de hablar del pasado y no de la actualidad. Varios estudios neurocientíficos muestran que el fenómeno denominado "memorias de color de rosa" hace que percibamos los tiempos pasados de manera más positiva que el presente, por esto tantas empresas venden productos que pretenden dar una imagen de antiguo. Esta técnica está siendo utilizada especialmente durante la crisis, porque es una manera de que el consumidor se sienta más seguro en tiempos de incertidumbre.

La manipulación también llega directamente a cómo se organiza un supermercado, incluso al diseño de las tiendas. La mayoría de supermercados están diseñados para que siempre haya que caminar en dirección contraria a las agujas del reloj porque algunos estudios muestran que de media eso hace que se compre un 7% más. O también las empresas instalan pequeños topes en el suelo que hace que el carro de la compra vibre o se detenga en determinadas zonas, y eso hace que las ventas crezcan un 6%.

¿Y en qué condicionan nuestras vidas estas técnicas de manipulación más allá de nuestros hábitos de consumo?

Fundamentalmente, en que nos hace más inseguros.

No hay nada de malo en darnos un capricho y comprar cualquier cosa que nos haga felices, el problema es cuando la publicidad nos lleva sin darnos cuenta a hacer cosas contra nuestra voluntad.

¿Qué podemos hacer para detectar la manipulación de la publicidad y el marketing? ¿Qué opciones de autodefensa tenemos si la mayoría van directos al inconsciente? ¿Hay posibilidad de mantenerse inmune a la publicidad?

Lindstrom contesta: "El mensaje principal que pretendo transmitir con mi libro es que cuanto más convencido estás de ser inmune, más te influirán los anuncios publicitarios. Mi gran consejo es sencillo, simplemente estar atento y abrir los ojos. Sin embargo, apuntaría varias recomendaciones más concretas. Nunca vayas a comprar con tus hijos, gastarás un 26% más. No vayas de compras cuando tengas hambre, comprarás más, y no solo de productos de alimentación, sino de cualquier cosa. Aunque resulte gracioso, es verdad: es mejor ir a comprar escuchando música con auriculares (y mejor si es música que no te guste), gastarás un 14% menos. Paga siempre en efectivo, así volverás a "conectarte" con tu dinero. Ve a comprar solo, no con tu pareja: ir de compras juntos hace que gastes un 32% más. Utiliza el carro de la compra más pequeño, o mejor no cojas ninguno: cuanto más grande es el carro más se compra, incluso puedes llegar a gastar un 40% más".

Imaginemos que todos los ciudadanos acabamos por percatarnos de todas las técnicas con que las compañías tratan de manipularnos. ¿Y ahora qué? ¿En qué cambiaría nuestra forma de consumir?

Lo que sucedería es que las compañías tratarían de poner su casa en orden más rápidamente. Tomemos como ejemplo a Apple, que como ya le sucediera a Nike, está tratando solucionar las condiciones laborales con que produce en China. La imagen de Nike sufrió en un primer momento, pero ahora ya ha mejorado. Las marcas solo pueden ganar si actúan según las nuevas normas que marcan los consumidores. Las compañías consiguen clientes más fieles si éstos sienten que realmente se les escucha.

Lindstrom intentó estar un año entero sin consumir marcas y fracasó. ¿Qué podemos hacer el resto de los mortales?

"Básicamente nada. Yo no lo conseguí y soy realmente persistente. Lo que pueden hacer los consumidores es preguntarse si no tienen ya suficientes cosas, si no tenemos ya bastante determinados productos. He realizado estudios investigando la despensa de algunos consumidores, y he comprobado que la gente tiene dos o tres unidades de algunos productos alimenticios… productos que no ha consumido desde hace años, y aun así sigue comprándolos. Cerca del 64% de la comida que se almacena en casa nunca se debió haber comprado".

Muchas marcas vienen y van. ¿Las que perviven son las que mejor utilizan su marketing para captarnos?

Lindstrom: "No, al menos no siempre es el caso. De hecho, tengo la impresión que algunas de las técnicas que comento en el libro van tan lejos y son tan manipuladoras que con el tiempo los consumidores acabarán rechazándolas. Dicho esto, que las empresas jueguen en su publicidad con la nostalgia o que promuevan las compras impulsivas es algo que las mejores marcas utilizan y que van a seguir utilizando. Honestamente, no me parece mal que las empresas usen estas técnicas, pero no soporto que las compañías lleguen al extremo de incluir determinadas sustancias químicas en sus productos para hacerlos adictivos (como sucede con algunas cremas para los labios). La frontera es fina, y la línea entre lo que es ético y lo que no es cambiante, se mueve (la mía ha cambiado con los años)".

¿Por qué esa insistencia de muchas empresas de intentar ganarse a los niños como clientes?

Porque ganarse a los clientes desde niños hace más probable que le generen ingresos a las compañías durante toda su vida. Además, lo que hacen mayoritariamente los jóvenes en muchos casos lo acaban imitando las generaciones anteriores; al menos es lo que está sucediendo con los artículos de electrónica o con las aplicaciones online.

Si sigo comprando los refrescos o los batidos que me daba mi madre de pequeño, ¿he de temer que me lavaron el cerebro de niño?

Pues es lo más probable. Seguro que su madre no lo hizo deliberadamente, pero el 65% de las todas las marcas que compra un adulto fueron las que decidieron en su día comprar sus padres.

A veces a uno le entran las dudas, y las opiniones son para todos los gustos. ¿Quién nos manipula más las empresas, los medios de comunicación o los políticos? ¿Todos lo hacen?

Lindstrom: "Los medios de comunicación lo hacen para meternos miedo, las empresas para que consumamos y los políticos para aprobar sus leyes".

La frontera entre la manipulación publicitaria y la legítima promoción persuasiva es, cuanto menos, relativa, fundamentada en criterios éticos que cada cual fija en uno u otro punto. ¿Relativismo moral? Quizá, pero la línea entre uno y otro extremo es fina, y no da pie para demasiadas certezas. El límite ético que marca Lindstrom es estrictamente personal: "No hagas a los niños lo que no harías a tus hijos. No hagas a los consumidores lo que no harías a tus mejores amigos o a tu familia".

Lindstrom denuncia a las empresas que tratan de captar a toda costa a los niños, que buscan que sus marcas les acompañen toda la vida atrayéndolos antes de los cuatro años o incluso aún ¡durante el embarazo! ¿Por qué si no Apple ha creado tantísimas aplicaciones online para niños? ¿Por qué los niños juegan a las cocinitas con miniaturas de marcas reales o construyen con piezas Lego gasolineras Shell?

Y el autor también denuncia los excesos de la industria publicitaria pretendiendo generar miedo y culpa al público (los geles desinfectantes de manos parecen ya imprescindibles para no morir por gripe A o SRAS; se promociona la instalación de alarmas en el hogar generando pavor a que tu familia perezca en un asalto a la vivienda…); critica las técnicas para provocar verdaderas adicciones (como la inclusión de sustancias adictivas en los bálsamos labiales o de cantidades obscenas de potenciadores del sabor en la comida de basura que nos enganchan a la sal); explotan al máximo la atracción sexual (un poco de desodorante AXE parece suficiente para que las mujeres conviertan a cualquier en objeto de sus pasiones; y, créanme, no funciona…

Y Lindstrom alerta de hacia dónde se encamina las nuevas técnicas de marketing: las empresas contratarán a familias enteras para que se conviertan en prescriptores de sus productos entre sus conocidos, anuncios publicitarios vivientes en una especie de Show de Truman del marketing. Células durmientes de la publicidad en cada esquina. Aterrador. ¿Será ese nuestro futuro?

¿Cuál es la diferencia entre la manipulación y la legítima persuasión que debe buscar toda publicidad? ¿Dónde está la frontera?

La frontera es muy fina, y quizá cambiante a cada momento. Ése es el problema, que la ética depende del contexto. Si tú bebes vodka, seguro que no dudarás en promocionar el vodka para que haya más consumidores. Pero si tus padres eran alcohólicos, puede que te suponga un problema. Yo soy publicista, soy uno de esos malignos publicistas, pero también soy consumidor. A mí no me gusta que me manipulen, así que también se debe notar en mi trabajo. En los últimos años, he dedicado mucho tiempo a investigar la relación entre ética y consumo. Gracias a las más de 2.000 entrevistas realizadas a consumidores he conseguido identificar 10 directrices clave para poner freno a algunos hábitos de las empresas. Una de esas directrices dice: "No hagas a los niños lo que no harías a tus hijos. No hagas a los consumidores lo que no harías a tus mejores amigos o a tu familia". Mi objetivo es sencillo: conseguir que los profesionales del marketing se pongan en la piel del consumidor, también desde un punto de vista ético, y actúen en consecuencia.

Medir científicamente las burbujas que aparecen en los anuncios publicitarios de un refresco para que parezca más atractivo, hacer parecer frescas las verduras con gotas de agua… ¿Qué tiene de negativo?

El arte de la persuasión se ha ido haciendo cada vez más sofisticado con los años. Se hace todo lo necesario por resultar impactante y vender más. Algunas de las técnicas que las empresas utilizan para promocionar sus productos consiguen apretar una tecla clave para persuadir a la gente, pero la realidad es totalmente diferente. La publicidad de los supermercados presentan las verduras con gotitas de agua: las hace parecer frescas, pero las verduras se pudren el doble de rápido si están húmedas.

(Antes de antes) En un antiguo Paper: "All you can eat" (Consumismo: Una feliz falsedad), publicado en Agosto de 2004, escribí:

Mientras empujamos el carrito de la compra… mientras visitamos las catedrales laicas de los Centros Comerciales… mientras vivimos el hechizo hedonista y las frivolidades surtidas, con la "tarjeta" en la boca… el consumismo nos consume.

La carrera por el consumo es el producto de años de entrenamiento y condicionamiento publicitario dentro de una sociedad de consumo.

El consumismo es viejo y hace envejecer.

El consumismo no es creativo ni entusiasma.

El consumismo satisface, pero no alegra.

El consumismo adormece y embota.

Las nuevas generaciones se enceguecen ante la banalidad, lo superfluo, las candilejas, la televisión y el consumismo. La cultura del exceso. La elevación de las expectativas de mejora del nivel de vida basado en el apetito material y el consumo, conjugado con una crisis de valores éticos.

Los jóvenes, esclavos del consumismo, han hecho de él la primera religión global del planeta.

El hiperconsumismo o cómo se fabrica el amor a las posesiones, concluye en la humanidad desechable.

Se produce una ruptura entre el "ser" y el "parecer". Surgen los llamados "ismos":

Relativismo – Permisivismo – Hedonismo – Consumismo.

El Relativismo es mirar todo de acuerdo al cristal que se use, todo "depende". Cada uno decide lo que las cosas son. Es aquí donde comienza el cambio. No hay una verdad, hay verdades a la carta. Si todo es Relativo, todo está permitido.

Permisivismo. El mundo del desenfreno, sin presiones, ni exigencias. El bien y el mal pasan a ser decisión individual. Las normas éticas dejan de regir. Debo complacerme permanentemente.

Aparece el Hedonismo. Se busca lo que es placentero, el fin es el bienestar exclusivamente, confundiéndoselo con la felicidad. El sacrificio y el esfuerzo no tienen sentido. Se trata de privilegiar los impulsos más bajos antes que los más nobles. Aquello que es apreciado por el placer que provoca, es objeto de deseo y es lo buscado.

Consumismo. Tanto se tiene, tanto es el valor humano. Esta nueva forma de vida le brinda al individuo un montón de oportunidades: variedad de productos, facilidad para obtenerlos, devolución en caso de disconformidad, etc., pero por otro lado lo obliga a consumir y a querer tener aquello que se le ofrece que quizás no esté a su alcance por lo que se le genera frustración.

Relaciones humanas y tiempo libre, elementos indispensables de la felicidad, se han visto invadidos por el consumismo, pasando el ocio casi al olvido.

La libertad es sinónimo de independencia desvinculada.

La era del consumo, tiende a reducir las diferencias instituidas desde siempre entre los sexos y las generaciones.

El hombre post-moderno no se aferra a nada, no tiene certezas absolutas, nada le sorprende y sus opiniones son susceptibles a modificaciones. Tan pronto un acontecimiento ha sido registrado, se olvida, expulsado por otro más espectacular.

Se maximizan los derechos y se evaden los deberes.

Dado que lo trascendente ha pasado a no ser importante ni vital, todo lo contrario, lo elemental, genera estrés: elegir entre alternativas diferentes, comprometerse y responsabilizarse por lo elegido, envejecer, engordar, tomar vacaciones o educar, dan lugar a problemas irresolubles: el hombre se ha vuelto muy vulnerable.

Vivimos en un profundo individualismo, la tradición y la posteridad han sido dejadas de lado: ya no interesa el pasado lleno de enseñanzas y cargado de cultura, ni el futuro, al cual se le teme: el paso del tiempo lleva a una vejez desvalorizada y desprestigiada, motivo por el cual la angustia de la muerte se hace intolerable.

"En esta época posmoderna, la sociedad actual se ha "adolescentizado". Los niños desean llegar pronto a ser adolescentes, mientras que los adultos no desean nunca perder su juventud", nos dice Adriana Ceballos, Orientadora Familiar, en su interesante trabajo: "El postmodernismo ¿Sabemos qué es? ¿Soy o no un posmo?"…

La esclavitud intelectual del consumismo

El consumismo aparece a primera vista como un comportamiento social masificado, sello distintivo de las llamadas sociedades de consumo. El consumo, en tanto función económica, se ha convertido en nuestro tiempo en una función simbólica.

"El consumismo constituye una nueva habla social que ante la bancarrota de los metarrelatos articula una pluralidad de microrrelatos efímeros, no trascendentes y despolitizados; que transforman una ideología en sentido común. Desde otro punto de vista, no podemos dejar de observar que el consumismo es un nuevo "ethos cultural", en que las necesidades impuestas por un orden económico devienen impulsos o deseos. Esta mutación antropológica, puede ser explicada como un nuevo perfil psicosocial; entre los técnicos contemporáneos se ha acuñado el término neo-narcisismo, para describir el perfil del sujeto actual", nos dice Álvaro Cuadra en su artículo, "La ciudad sin rostro – El consumismo: consumación de la mitología burguesa".

El consumismo es un nuevo modo de socialización. Esto es así porque, en tanto función simbólica, esta nueva modalidad se aleja del polo infraestructural, para flotar en el "universo virtual" de los signos. Esto explica la tremenda fuerza y la universalidad que posee esta modalidad cultural que como nueva sociosfera, no reconoce fronteras.

Las sociedades de consumo han emergido por doquier en la era del postcomunismo. Uno de los rasgos centrales de esta época es el descrédito de los grandes relatos; que de un modo u otro le otorgan un sentido a la sociedad, definiendo el lazo social. Hoy, el individualismo masificado no ha traído como consecuencia una atomización absoluta de la sociedad ni su descomposición; ¿qué nuevas modalidades permiten que los átomos – individuos no sean lanzados a la entropía social? Jean-Francois Lyotard, nos propone una respuesta: "El sí mismo es poco, pero no está aislado, está atrapado en un cañamazo de relaciones más complejas y más móviles que nunca. Joven o viejo, hombre o mujer, rico o pobre, siempre está situado sobre "nudos" de circuitos de comunicación, por ínfimos que estos sean".

El consumismo puede ser entendido como una red dialógica que ha sido redefinida por nuevas reglas constitutivas a partir de un cierto saber narrativo. Las nuevas micronarraciones se presentan como un agregado disperso y relativamente autónomo que se auto legitima, en cuanto la función narrativa estatuye el derecho y la responsabilidad de los hablantes y la de los oyentes en un grupo social dado. De hecho, no se requiere un manifiesto del consumismo o algo parecido; en esta nueva etapa del capitalismo, transitamos vertiginosamente de una cultura gramatical hacia una cultura textual, en que las contingencias y avatares van instalando precedentes, jugadas, que se legitiman en los circuitos en uso. Ese saber narrativo, como afirma Lyotard, es afín a la "costumbre". En otras palabras, hay una congruencia entre la opinión, como consenso en torno a ciertos enunciados y una cierta "forma de ser".

El saber narrativo por excelencia fue la religión; ella otorgó las competencias básicas para complementar la visión de mundo en la antigüedad; del mismo modo, estatuyó un marco valórico y legitimó los lazos sociales. Además, entregó a cada individuo las competencias para encontrar significados emocionales y psíquicos más allá del campo empírico o técnico: en pocas palabras, le dio sentido a la vida de generaciones. En la actualidad tanto la religión como el paradigma de la Razón, aparecen banalizados, acaso desacreditados. Sin metarrelatos de legitimación, la cultura contemporánea hace suya la lógica mercantil, renunciando a dos grandes competencias del saber narrativo: una visión de mundo holística y al significado psíquico y emocional arraigado en el sujeto. No obstante, mantiene un marco valórico sui generis y una modalidad de legitimación de los lazos sociales por la vía de la pragmática.

El principio mismo de ciudadanía ha perdido su anclaje político, para devenir una ciudadanía credit-card.

Una sociedad de consumo, que con su lógica del marketing ha barrido los estancos culturales, imponiendo en su lugar una anulación de jerarquías; como en un bazar o una página magazinesca, pueden convivir en un mismo plano de equivalencia el Che y Los Simpsons, Violeta Parra y Madonna.

La televisión es el espacio virtual en el que se fragua este melting pot; es allí también donde se enuncian y legitiman los microrrelatos que dan coherencia al todo social. Hoy asistimos a las figuras ejemplares, como portadoras de sentidos, imágenes dignas de imitarse. Los transmisores de este saber narrativo son los medios masivos de comunicación y la publicidad; obviamente, el medio preponderante es la televisión. Estas figuras ejemplares vienen generalmente acompañadas de slogans, que como máximas transmiten micro-sentidos. Lo verbal y lo icónico se entrelazan en un todo pragmático. Las jugadas son ahora, verbo-icónicas. Estos héroes de nuevo cuño encarnan los microrrelatos que orientan la vida de generaciones enteras. Bajo la lógica de la moda, esto es bajo la lógica de la seducción, de lo efímero y de la diferenciación marginal; los ídolos contemporáneos nos invitan a nuevas latrías, éxtasis y adoración momentánea e intensa.

¿Qué relatan estas imágenes? La respuesta más amplia que podríamos concebir es: formas de vida. Esto implica, por cierto, un sinnúmero de características: desde el vestuario y la apariencia física hasta las cualidades morales del ídolo. Esta diversidad de rasgos, no puede ocultar algunas constantes dignas de destacarse: juventud, éxito, individualidad. En efecto, estamos ante arquetipos de la juventud (higiene, salud, vitalidad, acción, alegría, espontaneidad); al mismo tiempo, detrás de una sonrisa ebúrnea, descubrimos una cierta noción de éxito: un automóvil deportivo, una pareja deseable, viajes y muchos, muchos dólares. Todo esto nos lleva a la exaltación de un principio sagrado: el individuo.

"Al masificarse los comportamientos mercantilistas -el consumismo- se instala una ilusoria igualdad social; el mercado incorpora en una lógica de conjunción, a las más amplias capas de la población. El consumismo, no es otra cosa que la consagración de la mitología burguesa y su disolución en lo cotidiano. En pocas palabras, la cultura contemporánea es la culminación de un proceso mediante el cual una ideología se ha transformado en sentido común", nos dice Álvaro Cuadra.

En una sociedad de consumo, como la nuestra, el individuo es arrojado a un espacio en que su identidad es una forma de vida, esto es: un microrrelato cultural, que se traduce en un pseudo-estilo de vida, análogo a la moda. El mercado, por cierto, recicla todos los pseudo-estilos de vida, convirtiéndolos en verdaderos códigos culturales en que conviven sin problemas lo underground con lo clásico, lo iconoclasta y "casual" con lo elegante y distinguido…

Factores de reflexión (ante este vacío estéril)

A mis equivalentes contemporáneos…

¿Puede ser que la opción de elegir sólo acabe siendo cómo elegir entre las mentiras cínicas o un silencio atroz?

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13
Página siguiente