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Liderazgo con proposito (página 2)


Partes: 1, 2, 3, 4, 5

El libro de Nehemías será nuestro guía en este emocionante recorrido dentro de los principios del liderazgo. Pero para iniciar, antes vamos a establecer los principios de liderazgo (en esta lección se verán los tres primeros):

  • 1. Nada sucede hasta que alguien proporcione liderazgo: Es una ley de la vida. La historia lo demuestra. Por ejemplo: hasta que no apareció un hombre llamado Martin Luther King y dijo «tengo un sueño» no se reivindicaron los derechos civiles en norteamérica. Hasta que no se levantó un fraile católico conocido como Martín Lutero y exhortó a la iglesia para que regresara a las enseñanzas bíblicas y que la biblia fuera de dominio publico, no se inició un movimiento reformista. Hasta que Simón Bolívar no anhelara ver al pueblo americano libre del imperio español, no se conformó un movimiento revolucionario y libertador. Y así, muchos otros casos. Cuando en tu familia hay problemas, nada sucede hasta que alguien asume el liderazgo y dice «vamos a hacer algo al respecto».

  • 2. Todo se edifica o se derrumba según sea el liderazgo. A lo largo de toda la historia, e incluso en el mundo actual, la mayoría de los problemas se remontan a la falta de líderes competentes. El mundo necesita líderes preparados.

En el libro de los Jueces encontramos siete ciclos. Un día las cosas marchaban bien y la vida tenía un aspecto bastante bueno; pero al día siguiente andaban por el suelo. Esto se repitió una y otra vez. Pero tanto fue el desastre en el liderazgo de Israel que el último versículo del libro de Jueces lo resume así: "en aquella época no había rey en Israel; cada uno hacia lo que le parecía mejor" (Jue 21:25)

Donde no hay líderes, la gente hace lo que mejor le parece. Y la consecuencia es la inestabilidad.

  • 3. Liderazgo es influencia. Y la influencia es para bien o para mal. Si alguna vez usted ha estado en el patio de recreo de una escuela y se sienta con un grupo de adolescente, a los cinco minutos ya sabre quien (o quienes) es el líder; basta ver como se relacionan entre sí. Si ha estado en una reunión de comité, es probable que haya descubierto que muchas veces el líder no es el presidente del comité. El líder es la persona a la cual todos se mantienen mirando con el fin de averiguar lo que piensa.

Es importante que aprenda este principio: cada vez que influimos sobre otra persona estamos asumiendo liderazgo. Pero la influencia no se da por la avanzada edad. Es mas, el liderazgo no es una cuestión de edad. Pablo entendió esto y por ello le escribió a Timoteo: "que nadie te menosprecie por ser joven. Al contrario, que los creyentes vean en ti un ejemplo a seguir" (1 Ti 4:12). A cualquier edad podemos tener influencia y, lo cierto es que usted es un modelo, quiera o no. Todos somos líderes en algún aspecto. Por consiguiente, la cuestión no es si eres líder o no. La pregunta es: ¿Eres un buen líder?

La biblia define al líder como alguien que tiene capacidades dadas por Dios y la responsabilidad de influir sobre un grupo de creyentes con el fin que se realicen los propósitos de Dios para con ese grupo.

Reflexión: ¿Qué principios puedo aplicar a mi liderazgo? ¿Cómo estoy influyendo en el grupo, cómo me ven cada uno?

El mundo de hoy se debate en grandes crisis y problemáticas que piden a gritos la intervención decidida de un liderazgo efectivo. Muchas personas se levantan e intentan afrontar dichos retos, asumiendo las responsabilidades y consecuencias, pero lastimosamente fallan en el intento. Las fallas comunes que se notan actualmente en el liderazgo son, porque los propósitos son egoístas, porque el líder no esta preparado, porque la realidad del reto supera las expectativas, o porque las condiciones para posicionarlo como líder fueron externas.

El liderazgo no se construye con buenos intentos. Se hace bajo acciones decididas, con personas deseosas de aprender y con la capacidad de influir sobre otros.

Habíamos mirado el Proverbios 28.2 dos aspectos importantes que acompañan al gobernante: inteligencia y sabiduría.

En la lección anterior se pudo revisar los primeros tres principios del liderazgo. Estos principios hacen parte importante en la formación y practica de un liderazgo. Vamos a continuar mirando estos principios.

  • 4. La prueba del liderazgo es esta: ¿alguien lo esta siguiendo?. Si quieres saber si eres líder o no, solo tienes que mirar hacia tras: ¿lo sigue alguien? Jesús dijo: "mis ovejas oyen mi voz; yo las conozco y ellas me siguen" (Jn 10:27). Pablo dice "imítenme a mí, como yo imito a Cristo" (1 Co 11:1). Es cierto que los cristianos seguimos a Cristo, pero necesitamos modelos humanos, inspirados por Dios. Jhon Maxwell nos ofrece esta parábola acerca del liderazgo: «el que cree estar guiando, pero nadie lo sigue, solo esta dando un paseo».

La mayoría de nosotros tendemos asociar títulos con liderazgo. Es un error. Hay una diferencia entre ser jefe y ser líder. Muchas personas tienen autoridad pero no tiene liderazgo. El verdadero líder no siempre es el funcionario elegido o el ascendido; los verdaderos líderes son los que marcan el paso, los que influyen, los creativos que solucionan los problemas. En conclusión: no puedes forzar a nadie a seguirlo, haga lo que haga. ¡Tiene que inspirar a la gente para que lo siga!

  • 5. El fundamento del liderazgo es el carácter, no el carisma. Muchos líderes se levantan con carisma, pero no duran porque les ha faltado carácter. De hecho muchos de ellos han tenido grandes defectos de carácter. Su encanto personal los ha sostenido durante un tiempo, pero al final se ha manifestado su falta de carácter.

El fundamento del liderazgo no es el carisma personal, sino el carácter. El carisma no tiene nada que ver con lo que hace que un líder sea eficaz. El liderazgo no tiene que ver con una personalidad encantadora y llamativa, una gran sonrisa o una voz de terciopelo. Lo que sí necesita es carácter y credibilidad. El liderazgo necesita influencia, pero esta sin carácter no lleva a ninguna parte.

Aprenda este principio: Reputación es lo que la gente dice que eres. Carácter es lo realmente eres.

No hay un tipo de personalidad concreto para los líderes. Tal vez hayas oído decir en el pasado que los líderes son personas de temperamento colérico, o que son personas que se hacen cargo de las situaciones. Pero hay líderes de todas las formas, de todos los tamaños y de todos los temperamentos. Dios quiere usar tu personalidad, tal como El mismo la creó. En la biblia encontramos líderes de los cuatro temperamentos: Pablo era colérico, Pedro era sanguíneo, Moisés era melancólico, Abraham era flemático. Entonces, el liderazgo no es cuestión de personalidad; no es necesario que seas extrovertido, sanguíneo o colérico para ser líder.

Lo que sí necesita para el liderazgo es carácter. Es la única cosa que tiene en común todos los grandes líderes. Cuando una persona llega a un puesto de liderazgo con falta de carácter, este defecto causa su caída.

En conclusión: no podemos imitar la personalidad de otro. Dios nos creó con una forma única. Cuando tratamos de imitar a alguien, nos consumimos. Así como las personas son distintas, también lo son los líderes; pero necesita credibilidad y carácter.

  • 6. Se puede aprender a ser líder. Todos tenemos el potencial de llegar a ser grandes líderes. La biblia dice: "Pongan en práctica lo que de mi han aprendido, recibido y oído, y lo que han visto en mí" (Fil 4:9). En otras palabras, Pablo esta diciendo: los líderes no nacen, se hacen. Aprendamos a se líderes; no existen los líderes natos. Las personas se convierten en líderes por la forma en que responden ante las circunstancias. Los líderes se levantan o se derrumban según las decisiones que tomen.

El ministerio de Jesús refleja la alta prioridad que le dio al adiestramiento de líderes. Esto lo vemos en que "designó a doce –a quienes nombró apóstoles-, para que lo acompañaran y para enviarlos a predicar". Jesús tenía un ministerio público que comprendía la predicación, la enseñanza y la sanidad. También tenía uno privado, dedicado al adiestramiento de los discípulos, y dentro de ellos un círculo intimo.

¿Ha conocido alguna vez líderes que tienen un círculo íntimo, unos escogidos que son los que más tiempo pasan con ellos? Jesús escogió a Pedro, Jacobo y a Juan; invirtió un máximo de tiempo por que ellos cargarían con una máxima responsabilidad. En Gálatas, Pablo afirma que Pedro, Jacobo y Juan son las columnas de la Iglesia.

¿Esta usted invirtiendo tiempo en aprender a ser líder? De hecho, al estudiar estas guías esta aprendiendo sobre liderazgo.

¿Pero qué pasará cuando se terminen?

Cuando un líder deja de aprender, también deja de ser líder. Para ser eficaces, necesitamos desarrollarnos, creciendo y convirtiéndonos continuamente en lo que Dios quiere que seamos. El aprendizaje para ser líder lleva toda una vida.

Reflexión: Lea y medita en: "Si el hacha pierde su filo, y no se vuelve a afilar, hay que golpear con más fuerza. El éxito radica en la acción sabia y bien ejecutada" (Ec 10:10)

La ciudad de Jerusalén fue destruida en el año 586 a.C. Los judíos que vivían allí fueron deportados a Babilonia (hoy en día le damos el nombre de Irak a ese lugar). Debían estar en el cautiverio durante setenta años, pero en el 537 se le permitió a un primer grupo que regresara. En el 516 se reconstruyó el templo de Jerusalén. Esdras fue el líder del segundo grupo de judíos que regresó a Jerusalén en el 458. Luego, en el 445 a.C., Nehemías pidió autorización para volver a Jerusalén con un tercer grupo, a fin de reconstruir los muros de la ciudad.

En aquellos días, las ciudades estaban protegidas por los muros que la rodeaban. Si un enemigo atacaba la ciudad, le podía tomar hasta seis meses abrirse paso para entrar, gracias a esos muros. Cuando Nehemías entro en escena, los muros de Jerusalén habían estado destruidos durante décadas.

Ya para entonces, los judíos habían estado viviendo en cautiverio en Babilonia durante algún tiempo. Finalmente se les permitió ir regresando poco a poco, y después se les permitió reconstruir el tempo. Pero la ciudad seguía en ruinas y los muros seguían siendo un montón de escombros. Esto creaba dos grandes problemas (en esta lección solo veremos la primera):

  • 1. Los habitantes estaban indefensos. Sin protección alguna, los habitantes eran vulnerables ante los ataques y las provocaciones. Al saber que estaban indefensos, también se sentían desalentados y derrotados. Cuando un ejército entraba a una ciudad y se apoderaba de ella, lo primero que hacía era destruir sus muros. Era un símbolo de la derrota y el desamparo. Jerusalén, con sus muros destruidos, era una deshonra para el pueblo de Dios. Les decía: "Dios los ha abandonado".

Muchos de ellos creían que lo había hecho. Al fin y al cabo, su cautiverio era consecuencia de su desobediencia. Dios había dicho: «Si no comienzan a comportarse como el pueblo escogido que son, voy a permitir que sea tomada la su ciudad por una nación enemiga». Y como no se comportaron como era debido, entró una nación enemiga y los esparció en cautiverio. Dios cumple lo que promete.

Ahora estaban de vuelta y hasta habían reconstruido el tempo. Pero estaban viviendo en medio de los escombros, su moral estaba por el suelo, se sentían derrotados, desalentados y deprimidos. ¿Qué hace falta en un momento así? Hace falta un líder.

Y aquí entra en escena Nehemías. Lea Nehemías 1:1-4

"Estando yo en la ciudadela de Susa…" Susa no era la capital de imperio Persa, sino mas bien una especie de palacio veraniego. Nehemías nos dice: "En aquel tiempo yo era copero del rey". Así se ganaba la vida. Eso era él, un copero.

En el antiguo testamento se conoce a este rey por tres nombres distintos: "Artajerjes", que significa «gran rey», "Hazaras", que significa «padre venerable» y "Darío el medo" como lo titula el libro de Daniel. Esto nos dice algo sobre la forma en que consideraban los pueblos a sus gobernantes en aquellos días, ya que un solo hombre era conocido con tres nombres distintos.

Es probable que Nehemías, al ser copero del rey, ocupara el segundo puesto de importancia dentro del reino. El copero el rey era una combinación de Primer Ministro, guardaespaldas, agente personal de seguridad y ayudante del rey. Era la persona en la que más confiaba el rey. El título de Nehemías se origina en la parte de sus responsabilidades que incluía la obligación de probar el vino antes que lo bebiera el rey, para asegurarse de que no estuviera envenenado. Si caía el copero, el rey sabría que se trataba muy probablemente de algo más que un simple vino; el oficio de Nehemías era bastante peligroso.

Por otra parte, Nehemías tenía que ser totalmente leal y digno de confianza, y Artajerjes le había confiado su propia vida. Aunque es probable que Nehemías naciera en Babilonia durante el cautiverio, no era persa; sin embargo, ocupaba el segundo puesto en autoridad y era una gran figura dentro del gobierno persa. Dios siempre tiene su manera de poner a su gente en la posición necesaria y el momento preciso.

Jananí, uno de los hermanos de Nehemías, acabada de regresar de un viaje a Jerusalén. Puesto que Jerusalén está a una distancia de entre mil trescientos y mil seiscientos kilómetros de Susa, es probable que le hubiera llevado unos dos meses hacer el viaje a lomo de camello, atravesando el desierto; un viaje nada fácil. Nehemías le pidió noticias a Jananí; quería saber todo lo que esta sucediendo a la familia en Jerusalén.

  • 2. Los habitantes estaban desolados, sin esperanza y afrentados frente al resto de las naciones.

«Solo traigo malas noticias», le dijo Jananí. «El pueblo esta deprimido, nuestros parientes están desalentados y los muros siguen en el suelo. Han reconstruido el templo, pero toda la ciudad esta en ruinas. Están invadiendo la ciudad y el pueblo está realmente desalentado. ¡Malas noticias, hermano!»

"Al escuchar esto, me senté a llorar; hice duelo por algunos días, ayuné y oré al Dios del cielo". Nehemías se siente triste con las noticias, y avergonzado por el pueblo de Dios. En los versículos siguientes leeremos su oración. También veremos que no oró una hora solamente; ni siquiera un solo día. La biblia dice que oyó las noticias en el mes de Quisleu (última semana de Noviembre), y fue en el mes de Nisán (última semana de Marzo) cuando el rey lo dejó ir. Había estado orando, llorando, ayunando y lamentándose durante cuatro meses. Es claro que se había tomado en serio aquellas noticias, y que las guardaba en lo más profundo del corazón.

Nehemías es un hombre de oración. En su diario (libro de Nehemías) leemos once oraciones; mas que en casi cualquier otro libro de la biblia.

Reflexión. Por que crees que Dios escogió a Nehemías para que fuera líder? ¿Habrá tenido algo que ver su vida de oración?

¡Cuántas veces les había advertido Dios a los israelitas a través de sus profetas que se volvieran a El, que dejaran los ídolos y las costumbres malvadas que aprendieron de sus vecinos! Pero ellos no quisieron. Sus oídos se volvieron sordos. El pueblo que Dios había apartado para El –como pueblo especial- fue alejado de su presencia y llevado al cautiverio. 2 Reyes 17:1-23 nos revela la situación tan delicada que obligó a Dios a esparcir a Israel sobre las naciones bajo una régimen de cautividad. Ahora, el pueblo de Israel eran esclavos cuyo mayor opresor fue el imperio babilónico. En este momento de la historia aparece un líder: Nehemías.

Nehemías, (nombre hebrero ????? ?? ??, N??emya, reconfortado por el Señor), aparece en un momento crucial de la historia de Israel: cuando los judíos comenzaron a ser deportados a su patria. Probablemente había nacido en la cautividad, dentro del pueblo babilonio; por su cargo de importancia, deducimos que era un hombre ilustre, docto en ciencia y conocimiento de la época. Fue llamado por Dios siendo el copero del rey más poderoso del oriente medio; probablemente tenía cerca de cuarenta años. Pero, ¿por qué escogió Dios a este hombre?

1. Nehemías era sensible ante las necesidades que veía a su alrededor. Dios vio el corazón de Nehemías; era un hombre al que le importaba que le interesaba a Dios. Llevaba una vida agradable en Babilonia. Nunca había visto a Jerusalén. Le debe haber parecido que aquellos problemas estaban a un millón de kilómetros de distancia. Pero cuando oyó hablar del pueblo de Dios –deprimido, desalentado y derrotado-, se tomó en serio aquellas noticias. Aprendamos el principio: Los líderes son sensibles ante las necesidades de la gente que los rodea. Este es el primer principio de liderazgo que hallamos en el libro de Nehemías. Dios usa personas a las que les interese lo mismo que a El le importa. A Dios le importó que los muros de Jerusalén estuvieran por el suelo. A Nehemías le importó lo que le importó a Dios, y eso hizo de él un líder.

Bod Pierce, el fundador de World Vision, decía «quiero que mi corazón se quebrante ante las mismas cosas que quebrantan el corazón de Dios». La primera cualidad de un gran líder es la sensibilidad ante las necesidades que ve a su alrededor.

  • 2) Nehemías era digno de confianza. Nehemías era un hombre de buena reputación. El rey Artajerjes le había encomendado su seguridad personal; eso significa un alto grado de confianza. Dios usa personas que sean dignas de confianza, seguras y fieles. Ver Lc 16:10-13.

Lucas presenta cuatro formas en que Dios pone a prueba nuestra fidelidad. Una de ellas consiste en observar cómo servimos en el ministerio bajo otro líder. Antes de darnos un ministerio propio quiere ver cómo tratamos el liderazgo de otro.

Otra forma tiene que ver con el manejo de nuestro dinero. La biblia indica con claridad que nuestro estilo personal en la administración del dinero determina lo mucho que Dios puede bendecir nuestra vida. Si no se nos pueden confiar las riquezas terrenales, ¿quien nos va a confiar los verdaderos tesoros espirituales?

3. Nehemías era dispuesto. Cuando se necesitó un líder, Nehemías dijo: «yo me ofrezco, aquí estoy, envíame a mí». Tenía el cargo más envidiable de todo el reino, y el problema estaba a mil seiscientos kilómetros de distancia. Le llevaría dos meses llegar allí en camello. Habría sido mucho más fácil quedarse donde estaba, llevando la vida fácil y placentera de palacio. Pero Nehemías dice: «yo voy. No soy constructor, pero voy a reconstruir los muros». El no tenía las habilidades necesarias para ese trabajo, pero si tenía un corazón bien dispuesto. Dios lo escogió porque era sensible y de confianza, y se había puesto a su disposición.

Dios no busca tanto en los líderes las capacidades como la credibilidad, la confianza y la disponibilidad. Esas cualidades son todas cuestión de decisión. Tal vez tu digas: «yo no tengo los dones, el talento o el intelecto necesario». Sin embargo no es esa la pregunta que Dios está haciendo. Dios esta diciendo: ?¿Se puede creer en ti? ?¿Tienes carácter? ?¿se halla tu carácter en crecimiento? ?¿eres sensible ante la gente? ?¿eres digno de confianza?

?¿puede Dios apoyarse en ti? ?¿Estas dispuesto?

Reflexión. Dice Lucas 16:10-13 "El que es honrado en lo poco, también lo será en lo mucho; y el que no es íntegro en lo poco, tampoco lo será en lo mucho. Por eso, si ustedes no han sido honrados en el uso de las riquezas mundanas, ¿quién les confiará las verdaderas? Y si con lo ajeno no han sido honrados, ¿Quién les dará a ustedes lo que les pertenece? Ningún sirviente puede servir a dos patrones. Menospreciará a uno y amará al otro, o querrá mucho a uno y despreciará al otro. Ustedes no pueden servir a la vez a Dios y a las riquezas" ¿Cómo puede aplicar esto a su vida?

Comunión: Como cristianos no podemos sobrevivir solos. Necesitamos gente que piense igual que nosotros para crecer y prosperar.

¤ ¿Perteneces a un grupo pequeño, o tienes un amigo de confianza?

¤ ¿Cómo puedes ayudar a otros miembros del grupo a convertirse en líderes capaces?

¤ Hay alguien en tu grupo o iglesia a quien puedes apoyar en tu crecimiento espiritual?

Discipulado: aprender a ser líder efectivo requiere aprender a ser más como Cristo.

¤ ¿De qué manera estas desarrollando tus habilidades como discípulo de Cristo al estudiar estas lecciones?

¤ ¿Qué puedes hacer adicionalmente para asegurarte que estás perfeccionando tus habilidades como líder?

¤ Recuerda que el ejemplo de Cristo es servir a otros.

¤ El liderazgo requiere madurez, la madurez necesaria para entender que no debes esperar las condiciones adecuadas. Empieza donde estás.

¤ ¿Dónde crees que Dios necesita de tu liderazgo?

¤ Escribe lo que piensas. ¿Cuál será tu siguiente paso?

Ministerio: donde quiera que interactuemos con el cuerpo de Cristo, de alguna manera nos ministramos unos a otros.

¤ ¿Qué propósito crees que Dios quiere alcanzar a través de tu grupo?

¤ ¿Cómo querría El usarte para alcanzar Su propósito?

¤ ¿Qué pasos puedes dar para tomar conciencia del ejemplo que tú deber ser para otros cristianos?

Apunta las posibilidades que Dios te está sugiriendo.

¤ ¿Decide convertirte en una influencia para bien.

Evangelismo: Cuando influenciamos a otros para Cristo, nos convertimos en efecto, en Sus manos y Sus pies. Jesús pasó su tiempo en la tierra entrenando a otros para que sean como El y prediquen Su ejemplo.

¤ ¿Qué es lo que has aprendido de Jesús que puedas aplicar en la actualidad para alcanzar el mundo para El. Haz una lista de los momentos de tu vida en los que hayas sentido la presencia de Jesús de una manera especial. Esas son las áreas en las que El quiere usarte para alcanzar a otros.

¤ Piensa en un líder que conoces y que haya sido tu Jesús de "carne y hueso". Piensa en cómo esta persona influenció en tu decisión de seguir a Cristo más cercanamente.

¤ Planea convertir tus acciones en ejemplo que permitan alcanzar a quienes te interesan

¤ Decide dirigir a la gente hacia Cristo a través de tu ejemplo (.. no los ahuyentes)

Adoración: cuando adoramos a Dios, aprendemos más acerca de lo que El es.

¤ ¿Cómo puede el tiempo que destinas diariamente a la adoración influenciar tu carácter personal?

Reflexión:

  • 1. ¿Existen condiciones similares en el mundo actual, tal como lo vivió Nehemías?

  • 2. Nehemías estaba dispuesto a dejar una posición segura y cómoda para ayudar a su pueblo. ¿Qué estás dispuesto a dejar para solucionar los problemas que Dios te ha revelado?

Recuerda, en el liderazgo la confianza es más importante que la disponibilidad. ¿En quién puedes siempre confiar?

Versículo central: "Yo he buscado entre ellos a alguien que se interponga entre mi pueblo y yo, y saque la cara por él..¡Y no lo he hallado!" (Ezequiel 22:30)

«Constantemente nos sentimos presionados, por no decir tensos, ante la necesidad de proporcionar nuevos métodos, nuevos planes, nuevas organizaciones que hagan avanzar a la Iglesia y aseguren su crecimiento y eficiencia. Sin embargo, el método de Dios son los seres humanos. La Iglesia anda en busca de mejores métodos, Dios anda en busca de mejore hombres» E. M. Bounds, Power Through Prayer.

Dios anda en busca de gente que él pueda usar. Anda en busca de líderes, porque nada sucede mientras no haya alguien que proporcione el liderazgo. Todo se levanta o se derrumba de acuerdo al liderazgo que exista.

Mientras que la gente anda ocupada en la búsqueda de métodos, maquinaria y motivaciones mejores, Dios dice: «yo ando buscando gente mejor, gente que yo pueda usar»

Cuando se les hace preguntas acerca de su vida privada, son demasiados los personajes públicos que hoy usan esta excusa: «eso a nadie le importa». Incluso uno llegó a decir: «mi vida privada no afecta de manera alguna mi capacidad para gobernar esta nación»; y fue el peor ejemplo para una país de supuestos altos principios éticos y valores morales. Según Dios, eso no es así. Esto es lo que El dice: la eficacia en el liderazgo público está determinada por la vida privada del líder.

Nehemías era un hombre de oración. Su diario privado, hecho publico para nosotros por medio de su libro en el antiguo testamento, recoge varias oraciones, que comienza con la que aparece en el primer capitulo. A través de sus conversaciones con Dios, conocemos con mayor profundidad la vida privada de este hombre tan único.

Lo que es más aún: a Dios le gustaba responder las oraciones de Nehemías. ¿No te encantaría conocer el secreto de este hombre? Si examinamos con cuidado la vida de oración de Nehemías, esto nos puede ayudar a aprender la forma de orar la clase de súplica que a El le gusta responder.

Antes de hacer cualquier otra cosa, los líderes deben orar. Cuando Nehemías oyó el informe que le dieron acerca de Jerusalén, lloró, hizo duelo, ayunó y oró. Más aún, no oró por unos pocos minutos solamente, ni siquiera por unas horas, sino que oró «por algunos días». El líder hace muchas cosas más, además de orar, pero el líder inteligente, el que anhela agradar a Dios por medio de su vida, no hace nada antes de orar. ¿Has pensado alguna vez qué hace que haya algunos que se conviertan en líderes y otros en perdedores? La diferencia esta en esto: los lideres le dan a la oración la más alta prioridad; los perdedores hacen de la oración su último recurso.

En este siglo XXI tan inclinado a la técnica, son muchas las personas que viven en un constante estado de agitación. Son las personalidades del tipo A: activas, altivas y aceleradas; quieren estar en continuo movimiento, con tendencia a los ataques del corazón, orientadas hacia los logros y las metas, siempre ocupadas. Un estilo de vida así puede ser demasiado agitado para orar. Aunque Nehemías haya vivido hace siglos, no era diferente. Era un líder orientado hacia la consecución de unas metas, que quería el éxito, tal como lo queremos nosotros. Nehemías decía que, antes de hacer cualquier cosa, debíamos buscar tiempo para orar.

Nehemías también era un hombre de acción. Era organizador, motivador y administrador. Bajo su liderazgo, unos muros que habían estado descuidados durante décadas se levantaron en cincuenta y dos días. Pero antes de comenzar a moverse, cayó de rodillas. Cuando oía que algo andaba mal, no salía para organizar un comité o convocar una junta. Antes de hacer cualquier cosa, se iba a solas con Dios y oraba. Este era el esquema normal de la vida de Nehemías.

Reflexión. ¿Puede recordar algunas veces que ha orado antes de enfrentar un problema y este se ha resuelto con una facilidad increíble? Por el contrario, ataca la situación sin antes presentarla ante Dios y ha notado que esta se ha tornado más compleja y pesada.

¿Por qué debe orar un líder?

Los grandes retos del liderazgo no se miden por la capacidad, la entereza, la disponibilidad, el conocimiento o el anhelo de servir que tenga el líder frente a la labor que tiene que desarrollar. Los éxitos y los logros se alcanzan cuando el líder esta de rodillas; cuando dedica tiempo a conocer el anhelo de Dios.

Buscar primero la presencia de Dios garantiza alcanzar la victoria. Proverbios 16:3 dice "deja en manos de Dios todo lo que haces y tus proyectos se harán realidad" (lenguaje sencillo).

Dios esta buscando personas comunes y corrientes, pero con la entereza y corazón dispuesto a llegar a su presencia con sensibilidad, con pasión por superar retos, con la humildad de reconocer que sólo la intervención de El lo impulsará a alcanzar lo imposible. Pero la medida el éxito esta en el tiempo de oración. Orar es la clave fundamental y definitiva para el éxito del líder.

¿Pero por qué debe orar el líder antes de iniciar un proyecto?

  • 1. Porque eso demuestra que dependo de Dios. A los seres humanos nos encanta sentirnos autosuficientes. Cualquiera que sea el problema, tenemos la capacidad de enfrentarlo. «¿Para qué orar?», pensamos. «Este problema lo puedo manejar solo». Cuando llega el problema, decimos: «y ahora…¿qué voy a hacer?», cuando deberíamos preguntar «Dios mío, qué quieres que haga acerca de esto?»

"Separados de mí no pueden ustedes hacer nada", dijo Jesús en Juan 15:15. Solo por medio de una conexión con Cristo que sea fija, sólida y mantenida constantemente, podremos llegar alguna vez a dar fruto en nuestra vida.

En la palabra leemos: "Dichosos los pobres en espíritu, porque el reino de los cielos les pertenece" (Mt 5:3). No hay nada que Dios no este dispuesto a hacer por la persona que depende de él. Solo podemos comenzar a ser útiles como líderes cuando reconocemos que dependemos de Dios por completo. Cuando la oración se convierta en tu primera reacción ante los problemas, como lo era para Nehemías, sabrás que estás viviendo dependiendo de Dios.

  • 2. Porque eso aligera la carga. Nehemías era un hombre compasivo y sensible; un hombre que sentía profundamente las cosas. Perturbado por las malas noticias recibidas, trató de encontrarse con el corazón de Dios por medio de la oración. Lloró por las ruinas, pero no se limitó a hacer duelo o a gemir. Oró. Llevó el problema delante del Señor. No se quejó; no gimió ni se revolcó en la autocompasión. El nombre de Nehemías significa. «el

Señor es mi consuelo».

Dios honra la oración que sale de un corazón genuinamente preocupado. Anhela escuchar: «Señor, no puedo con esto. No sé cómo enfrentarlo. ¡Ayúdame!» Esas son las oraciones que a Dios le gusta responder.

Aprenda este principio: El liderazgo produce gran presión, y el alivio se encuentra de rodillas. Los líderes hacen realidad Isaías 40:31 "pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigaran."

  • 3. Porque libera el poder de Dios. No hay nada que libere el poder de Dios como lo hace la oración de fe. En Jer. 33:3, Dios dice: "Clama a mí y te responderé, y te daré a conocer cosas grandes y ocultas que tú no sabes". La oración puede hacer todo lo que Dios puede hacer. La oración utiliza los recursos mismos de Dios. Cuando se hace entrar a Dios en un proyecto, lo imposible se vuelve posible.

Sin lugar a dudas Dios tiene la autonomía y poder suficiente para intervenir en forma natural o sobre natural sobre una necesidad suya. Sin embargo, aún cuando El sabe lo que usted necesita, quiere que usted llegue a su presencia y lo pida; Jesús dijo en Mt 7:7-8: "Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque cualquiera que pide, recibe; y el que busca, halla; y el que llama, se le abrirá".

Reflexión: ¿Por qué considera fundamental que el verdadero líder ore a Dios por el proyecto? ¿Cuánto tiempo considera debe dedicar el líder a estar en la presencia de Dios, antes de arrancar una tarea?

Se puede aprender mucho acerca de una persona por el tipo de oración que hace. Cuando una oración suena como una grabación gastada es indicación de un espíritu que se ha secado. Las oraciones egoístas, las que hablan solo de «mis» necesidades, son señal de un espíritu egoísta. Hay oraciones que se parecen una lista de mercado; solo quiere recibir lo que desea. Las oraciones egoístas suelen proceder de un corazón arrogante y lleno de orgullo. Las oraciones dicen mucho acerca del que ora.

Cuando leemos la poderosa oración del líder que tenemos en Nehemías 1:5-11, descubrimos el carácter de este hombre. Lejos de hacer una oración informal, lo que nos ofrece es un esquema para tener éxito al orar. Si quieres dar un recorrido por lo que es la oración eficaz, permita que Nehemías sea tu guía.

Nehemías nos ofrece cuatro secretos acerca de las oraciones contestadas.

  • 1. El basaba su petición en el carácter de Dios. ¡A Dios le encanta esta razón! El anhela que nosotros lo conozcamos tal cual es y admitamos que dependemos de El. En el versículo 5, Nehemías dice: "Señor, Dios del cielo, grande y temible, que cumples el pacto y eres fiel con los que te aman y obedecen tus mandamientos". Hay tres cosas acerca de Dios que necesitamos decir, como lo hizo Nehemías:

? Eres grande: la posición de Dios

? Eres temible: el poder de Dios

? Cumples tus promesas: la fidelidad de Dios

Lo primero que hizo Nehemías fue reconocer quién es Dios. Cuando reconocemos el poder y la grandeza de Dios, lo alabamos. Nehemías dijo: «Dios mío, sé que nuestra situación es un lio, pero me estoy recordando a mí mismo que tú eres quien lo tiene todo bajo control. Sé que los problemas que hay en Jerusalén son grandes, pero tú eres más grande que ellos. Tu eres más grande que este problema»

Comenzó a poner la situación dentro de la perspectiva correcta. Las oraciones que son respondidas comienzan dicien

«Dios mío, quiero que me respondas por ser quien eres. Tú nos has hecho todas estas promesas. Tú eres un Dios fiel, amoroso y lleno de misericordia». Estudia los nombres de Dios. Conócelos mejor y basa tu petición en el carácter divino.

  • 2. Confesaba el pecado que había en su vida. Dios les había advertido a los judíos que el precio de la desobediencia iba a ser elevado. Les constaría perder su hogar en Israel, la tierra prometida. Pero ellos no quisieron escuchar. Muchas veces nos parece que Dios nos está dando reglas a seguir, simplemente porque él es Dios. Lo cierto es que él sabia que si desobedecemos es como no hace caso del Manual de Instrucciones para nuestra vida. Por haber insistido en ir por su propio camino, los israelitas perdieron todo cuanto tenían. La desobediencia les costó su ciudad, su tempo y su libertad.

"Te suplico que me prestes atención, que fijes tus ojos en este siervo tuyo que día y noche ora a favor de tu pueblo Israel. Confieso que los israelitas, entre los cuales estamos incluidos mi familia y yo, hemos pecado contra ti. Te hemos ofendido y nos hemos corrompido mucho; hemos desobedecido los mandamientos, preceptos y decretos que tú mismo diste a tu siervo Moisés" (Nehemías 1:6-7)

Nehemías comenzó su oración reconociendo quién es Dios: «Dios mío, tu eres grande. Eres temible. Cumples tus promesas»

Después admitió quién era él mismo. Se identificó con el pueblo de Israel al confesar: «hemos pecado». Los israelitas no habían ido al cautiverio por culpa de Nehemías. El ni siquiera había nacido setenta años antes, cuando se produjeron aquellos pecado. Sin embargo, se incluyó a sí mismo dentro del pecado de su nación. Lo que dijo fue: «yo he sido parte del problema». Hay una confesión personal y una confesión colectiva. Por ejemplo, actualmente Colombia se debate en una crisis social exteriorizada en violencia e impunidad; sectores parcializados del conflicto luchan por sus intereses y muchos colombianos ni siquiera conocen las razones. Sin embargo, pareciera que a los ciudadanos de bien no les interesara; es más, algunas iglesias evitan tocar el tema para no involucrar al pueblo de Dios en parte del problema y más en parte de la solución.

¿Cuándo fue la última vez que confesaste los pecados de este país, o los de tu familia, o los de tu iglesia, o los de tus amigos? Por lo general la gente ya no piensa así. Somos demasiado individualistas. En muchas sociedades actuales, el concepto que prevalece es que cada cual solo es responsable por sí mismo.

Sencillamente, ¡eso no es cierto!

Aprendamos este principio: los líderes aceptan la culpa; los perdedores se la pasan a otro.

Si quieres ser un líder eficaz, debes estar dispuesto a aceptar la culpa y a compartir el mérito. Los perdedores siempre son personas acusadoras y excusadoras. Siempre están fabricando excusas y echándole la culpa a alguien. Los líderes aceptan la culta, tal como hizo Nehemías al decir: «hemos pecado contra ti».

Reflexión: Vamos a dedicar unos minutos a orar, aplicando los primeros dos secretos que hay en una oración eficaz.

Cuatro pasos de la eficacia de la oración (segunda parte)

A lo largo de toda la biblia, cuando las personas oraban tenían una razón para buscar la ayuda de Dios. «Señor», le decían, «quiero que hagas esto porque…». Cuando ores, antes debes pregúntate: «¿por qué habría Dios de responder mi oración? ¿Por qué le puedo pedir que me responda?».. La biblia nos enseña a darle a Dios una razón para responder nuestra oración. Con demasiada frecuencia, lo que hacemos es darle una lista.: «quiero esto» o bien, «este es mi deseo». Preséntale a Dios la razón de tu oración.

Vamos a terminar de estudiar los dos últimos aspectos de cómo debe orar un líder basados en la experiencia de Nehemías:

  • 3) Reclama las promesas de Dios. "Recuerda, te suplico, lo que le dijiste a tu siervo Moisés: si ustedes pecan, yo los dispersaré entre las naciones; pero si se vuelven a mí, y obedecen y ponen en práctica mis mandamientos, aunque hayan sido llevados al lugar más apartado del mundo los recogeré y los haré volver al lugar donde he decidido habitar" (Nehemías 1:8-9). Nehemías le dijo a Dios: «quiero que recuerdes lo que dijiste a tu siervo Moisés». ¿Te puedes imaginar que alguien le diga a Dios que «recuerde» algo? Nehemías le recuerda a Dios lo que había dicho en el pasado. «Si, es cierto que hablaste de que perderíamos la tierra por nuestra desobediencia. Pero también prometiste que si nos arrepentíamos, nos la devolverías».

A lo largo de la biblia encontramos gente que le recuerda lo que El ha dicho que quiere hacer. Lo hizo David, Abraham, Moisés, los profetas. ¿Necesita Dios que le recordemos las cosas? No. ¿Se olvida de lo que ha prometido? No. Entonces, ¿por qué lo hacemos?. Sencillamente porque nos ayuda a nosotros a recordar lo que Dios ha prometido. No hay nada que agrade a Dios que el hecho de que nosotros recordemos una de sus promesas. Cuando lo hacemos, El sabe que nosotros también estamos conscientes de esa promesa.

Muchas veces a nuestros hijos le hacemos promesas, que ellos nunca olvidan; y cuando la recuerdan nos fuerzan a cumplirla. Si somos imperfectos y sabemos que tenemos que cumplir las promesas, ¿cuánto más nuestro Padre Celestial que es perfecto cumple sus promesas?

La oración transforma las promesas de Dios en obras. La oración consiste en tomarle la palabra a Dios. La oración consiste en pedirle que cumpla lo que ha prometido. Cuando oramos, le estamos pidiendo que haga lo que ya ha prometido y quiere hacer.

¿Sabias que en la Biblia hay más de siete mil promesas esperando a que nosotros las reclamemos?

Para entender más esta verdad, hay una parábola que vale la pena mencionar: Un hombre murió, fue al cielo y allí encontró almacenes dondequiera que miraba. -¿para qué son esos almacenes?- preguntó. –Aquí es donde almacenamos los dones y las bendiciones- le respondieron. Cuando pidió verlo, hallo riquezas muy superiores a cuanto podía imaginar el ser humano: riquezas para satisfacer necesidades espirituales, en las relaciones, materiales… y la etiqueta de todas decían lo mismo: «sin reclamar».

Dios no cierra su almacén mientras tú no cierres tu boca. Dios tiene más deseos de bendecirte que tú de recibir sus bendiciones. Pero tienes que reclamar las promesas de Dios.

Nehemías pudo declarar esas promesas, porque las conocía. Había estudiado la palabra de Dios. Había escondido en su corazón las promesas divinas. ¿Cuándo fue la ´última vez que aprendiste de memoria una de las promesas que hay en la Biblia?

El secreto del éxito al orar consiste en suplicarle a Dios que cumpla lo prometido. Yo sé muy bien que las promesas de Dios determina la fortaleza de mi vida de oración. Por eso, es importante aprender las promesas de Dios.

4. Era específico. Para obtener respuestas concretas a nuestra oración, tenemos que hacer también peticiones concretas. De no ser así, cómo vamos a saber que Dios nos ha respondido?

"Ellos son tus siervos y tu pueblo al cual redimiste con gran despliegue de fuerza y poder. Señor, te suplico que escuches nuestra oración, pues somos tus siervos y nos complacemos en honrar tu nombre. Y te pido que a este siervo tuyo le concedas tener éxito y ganarse el favor del rey" (Nehemías 1:10-11)

Nehemías estaba dispuesto a ir a Jerusalén, dispuesto a dirigir las obras de reconstrucción. Sin embargo, era un hombre realista; para poder ir bebía obtener la autorización del rey Artajerjes, un hombre que no creía en Dios; un rey que tenía el poder sobre la vida o la muerte de cualquier habitante de Babilonia, y dentro de ellos Nehemías que era un esclavo. Por tanto, Nehemías necesitaría un alto poder de convicción para conseguir que el rey le permitiera ausentarse durante tres años; es mas, incluso hiciera falta un milagro. Sin embargo, no tuvo miedo de orar para pedir éxito.

Puede ser que durante los cuatro meses que estuvo orando Nehemías, su clamor fue evolucionando; puede ser que al principio pidiera porque hubiera una solución y al final Dios lo reta a ser parte de ella; «si estas tan preocupado por ellos, ¿por qué no te involucras en el asunto?». Y la respuesta fue, «yo puedo ser parte de la solución; tal vez Dios me podrá usar para que reconstruya los muros. ¡Yo lo hago! ¡Estoy dispuesto!».

A Nehemías le llevó tiempo comprender la visión que Dios tenía prevista. Primero oró diciendo: «Dios mío, ayuda a los que están allí». Después dijo: «tal vez Dios me puede usar a mí como respuesta a esa oración». Ahora por fin ora diciendo: «dame el éxito».

Reflexión: ¿Le has pedido alguna vez a Dios que te ayude a triunfar?. Si no lo has hecho, ¿Por qué? Solo hay una alternativa a esto, y es el fracaso. Si lo que estas haciendo es lo correcto y para la gloria de Dios, no tiene nada de malo que ores para pedir éxito.

Versículo central: " Pon toda tu confianza en Dios y no en lo mucho que sabes. Toma en cuenta a Dios en todas tus acciones, y él te ayudará en todo" Pr 3:4-5 (Lenguaje sencillo)

De una u otra forma usted es líder; el liderazgo es influencia. En alguno de los roles de la vida, esta influyendo sobre alguien. Eso lo convierte en líder; así que la cuestión no es si eres líder, sino qué clase de líder eres.

El primer paso del liderazgo consiste en desarrollar tu vida privada pasando tiempo a solas con Dios: un caminar personal y diario con devoción. Si quieres ser un líder eficaz, desarrolla tu vida de oración; aprende a orar como Nehemías, y verás cómo se abren las puertas de los cielos.

Es muy importante reflexionar nuevamente sobre los cuatro pasos de la eficacia de la oración; pero particularmente, practicarlas si en realidad quiere lograr éxito en su ejercicio de liderazgo.

  • 1. En primer lugar, basa la petición en lo que Dios es. Antes de presentar a Dios tu petición, dile: «Dios mío, yo sé que puedes responder esta petición, porque eres….» y dígale lo que El es. «Eres un Dios grande, un Dios amoroso, un Dios lleno de misericordia; escuchas nuestras oraciones. Eres un Dios fiel; cumples lo que prometes». A partir de lo que crees que Dios es presentando la petición.

  • 2. Confiesa el pecado que haya en tu vida. Pregúntale a Dios si hay algún pecado que él necesite revelar: Así como cometemos de manera concreta, también necesitamos confesarlos de manera concreta. No tome la salida fácil:

«Dios mío, perdóname todos mis pecados». ¿Hay alguna actitud o algún tipo de obra que necesita cambiar? Pídele a Dios que perdone por haberlo desilusionado, y dígale que quiere cambiar esa actitud incorrecta o esa mala forma de vivir. Pídale que purifique su vida de ese pecado en particular.

  • 3. Ahora, reclama las promesas de Dios. Las afirmaciones de Dios son firmes y verdaderas; El "… nos ha concedido sus preciosas y maravillosas promesas…" (2 P 1:4); y Dios nunca se retrae o cambia sus promesas (Salmos 89:34). Pero para apropiarnos de las promesas que Dios ha hecho debemos conocerlas, guardarlas en nuestro corazón y mente y recordarlas constantemente. Aquí hay algunas que puede memorizar:

  • "Echad vuestra ansiedad sobre El, porque El tiene cuidado de vosotros" (1 P. 5:7)

  • "Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio" (2 Ti 1:7)

  • "Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas le librará Jehová" (Sal. 34:19)

  • "Así que mi Dios les proveerá de todo lo que necesiten, conforme a las gloriosas riquezas que tiene en Cristo Jesús"

(Filipenses 4:19)

Dale gracias a Dios por sus promesas; háblale de manera concreta de lo que le estás pidiendo; pon tu petición delante de El. Hay quienes necesitan pedirle a Dios que les dé el éxito en alguna empresa o proyecto en particular. Recuerda: si NO le puedes pedir a Dios que bendiga lo que estas haciendo, lo mejor es que comience a hacer otra cosa.

  • 4. Por último, comprométase a formar parte de la solución. Digale: «Señor, estoy dispuesto a formar parte de la respuesta; estoy dispuesto a dejar usar mi vida de la manera que quieras, con el fin de llegar una solución para este problema».

Un resumen breve de los cuatro pasos de la eficacia en la oración son estos:

  • 1) Oración de convicción. Cuando conoces quién es tu Dios, tus palabras deben estar llenas de convicción. ¿Crees que Dios es un Dios justo, un Dios grande? ¿Crees que El tiene todo bajo control? Dios quiere oír eso de ti; anhela responder nuestras oraciones. Por tanto, reconoce quién es El; alábalo de corazón; la alabanza consiste en alardear acerca de nuestro Dios.

  • 2) Oración de confesión. Debemos reconocer quiénes somos delante de Dios; cuantos desastres hemos cometidos, cuánto no hemos equivocado.

  • 3) Oración segura. Debes estar esperando que Dios haga realmente lo que ha prometido. Dígale: «Sé quién eres, sé quién soy yo y sé lo que tú has prometido» Lo creo y punto. Reclama Sus promesas; estas promesas son la llave que abre las puertas de la oración.

  • 4) Oración de compromiso. Dígale a Dios: «estoy dispuesto a formar parte de la solución; úsame, Dios mío. Me comprometo a hacer tu obra».

Reflexión: Sabes con seguridad cómo orar con eficacia. Pues ahora, inicia orando a Dios y presentando el proyecto que tiene en mente o que ya esta desarrollando. Y persista, no desmaye, porque si ora con convicción Dios responderá su súplica.

Comunión: Jesús nos dijo que donde dos o más se hayan reunido, El estará en medio de ellos. La oración no debe ser hecha con otros para ser únicamente efectiva, pero claramente Dios se complace cuando oramos con otros creyentes.

¤ ¿A quienes conoces que pueda orar contigo de manera regular por las necesidades de tu grupo u organización?

¤ ¿Qué es lo que deseas ver que Dios te conceda?

¤ ¿Cómo la oración con otros te ayuda a ver a Dios en acción?

Discipulado. ¿Sabe una mejor manera para conocer a alguien, a parte de hablar con esa persona? Una simple conversación es a menudo la más eficiente herramienta de comunicación disponible.

¤ ¿Quieres crecer como un creyente en Cristo?

¤ ¿Deseas una relación más profunda con tu Señor y Salvador?

¤ Habla con El frecuentemente. Puede parecer extraño ya que no podemos «ver» a Cristo como vemos a otra persona con la que hablaríamos, pero imagina que El está al otro lado de la línea telefónica o que es la persona que lee tu e-mail después de presionar el botón "enviar". Haz de El tu compañero favorito y crecerás en Jesús.

Adoración. Cuando oramos, adoramos activamente a Dios al reconocer Su señorío.

¤ ¿Qué asuntos están hoy en tu corazón?

¤ Al estudiar esta parte, ¿existe algún área de liderazgo en la que crees que Dios se ha revelado ante ti?

¤ ¿Qué puedes hacer, considerando lo apretado de nuestros horarios para hacer de la oración una prioridad en tu vida?

¤ Identifica en tu grupo un compañero con el que puedes contar y le puedes ayudar a desarrollar un hábito regular de "primero la oración".

Ministerio. El liderazgo produce estrés, como ya te habrás dado cuenta en tu ministerio.

¤ Con el fin de ser un siervo más efectivo, ¿en dónde encontrarás tu fuerza?

¤ ¿Cómo beneficia a tu ministerio el que muestres dependencia total en Dios?

¤ En tu vida diaria, ¿Dónde necesitas mayor dependencia de Dios?

¤ ¿qué proyecto estás emprendiendo? Considera el poder que Dios te ofrece a través de la oración. Escribe qué es lo que Dios está revelando a través de esta discusión y comprométalo en la oración. Pide a tu grupo que ore contigo.

Evangelismo. ¿Qué impide que alcances al mundo para Cristo?

¤ ¿Existe alguna promesa de Dios por la que no hayas clamado a El?

¤ Sabias que hay más de 7.000 promesas en la Biblia esperando a ser reclamadas? Si nunca las has pedido a Dios que te éxito al evangelizar, hazlo ahora. El espera escuchar que reconozcas Su promesa. Ora para que Dios te dé el éxito en la vida, para Su gloria.

¤ ¿Estas haciendo algo que piensas que Dios no va a bendecir? ¡Quizás deberías hacer otra cosas! Busca ahora a Dios por el éxito que deseas alcanzar para El.

Reflexión: Si quieres ser un líder con la influencia eterna del amor de Cristo, asegúrate de estar construyendo una relación personal con Dios que dé credibilidad a tu ministerio público. Si no tienes una relación así, considera empezar un diario de oración en el cual registra la acción de Dios en tu vida.

Versículo central: "Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes afirma el Señor; planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza" (Jeremías 29:11 )

Cuando un líder se enfrenta a un reto, lo primero que hace es orar; después, planificar. Sin un plan, no hay manera de saber cómo llegar donde hace falta llegar. Los grandes líderes, como Nehemías, son expertos planificadores.

Cada uno de nosotros ha sido creado a imagen de Dios. Con el fin de hacernos a ti y a mí, y a todos los demás, Dios comenzó a partir de un plan maestro. En el caso de Nehemías, Dios nos ha dejado un modelo de líder con el esquema sobre cómo planificar.

Hay tres razones por las que debemos hacer planes:

  • 1. Porque Dios ha planificado todo lo que existe. "Porque Dios no es un Dios de desorden sino de paz" (1 Cor 14:33). En la biblia la referencia a planeación se descubre como «el consejo de Dios». Todo lo creado no es producto de la casualidad, ni del azar; Dios planificó todas las cosas en su omnisciente sabiduría.

Algo interesante es que los planes de Dios son eternos e inmutables. "El consejo de Jehová permanecerá para siempre; los pensamientos de su corazón por todas las generaciones" (Sal 33:11). "Jehová de los ejércitos juró diciendo: Ciertamente se hará de la manera que lo he pensado, y será confirmado como lo he determinado" (Isaías 14:24)

Otra cosa, es que los planes de Dios son soberanos: "Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y El hace según su voluntad en el ejercito del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano y le diga: ¿qué haces?" (Daniel 4:35)

Por último, los planes de Dios son realizados; pase lo que pase, ocurra lo que ocurra, los planes de Dios se ejecutan como fueron previstos: "Pero Dios cumple sus propios planes, y realiza sus propósitos" (Sal. 33:11 LS)

Dios hace planes; fuimos ubicados en este tiempo y en este lugar para cumplir con los cinco propósitos de la vida, para desarrollar la planificación inmutable de El. Y si Dios planifica cada detalle, estamos llamados a seguir su ejemplo.

  • 2. Dios lo ordena. Una parte del éxito de un líder es aplicar planificación a su trabajo; la definición de planes encausa la acción y ordena el trabajo. Proverbios 21:1 dice "en las manos de Dios los planes del rey son como un rio: toman el curso que Dios quiere darles" (LS). Dios es excelente de planear y en guardar orden en su realización. "Endereza las sendas por donde andas; allana todos tus caminos" (Pr 4:26); "El corazón del hombre traza su rumbo, pero sus pasos los dirige el Señor" (Pr 16:9). "Pero todo debe hacerse de una manera apropiada y con orden" (1 Cor 14:40). Dios ama el orden. Cuando nosotros seguimos su esquema de trabajo planificado con todo cuidado, estamos actuando en obediencia a sus indicaciones, su plan y su propósito para nuestra vida. Dios bendice la obediencia.

  • 3. Es buena mayordomía. "Así que tengan cuidado de su manera de vivir. No vivan como necios sino como sabios, aprovechando al máximo cada momento oportuno, porque los días son malos. Por tanto, no sean insensatos, sino entiendan cuál es la voluntad del Señor" (Ef 5:15-17).

Para realizar nuestro trabajo como líderes debemos tener la habilidad de administrar todos los recursos que Dios nos entrega; estos pueden ser:

  • a) la vida: la capacidad de pensar, de reflexionar de moverse, etc, son regalos dados por Dios para que nosotros los utilicemos de la mejor manera; cualquier actividad que usted desarrolle, por pequeña que sea, deja invertida en ella parte de su vida. Por tanto, no vale la pena desperdiciarla en cosas inútiles, en aquellas que no aportan al propósito de Dios.

  • b) el tiempo: todos contamos con igual número de horas al día; la administración de nuestro tiempo comprende el que hagamos el mejor uso de las oportunidades que Dios nos proporcione. Para ser buenos mayordomos de lo que él nos ha dado, también tenemos que ser buenos planificadores. Cuando no planificamos el tiempo, no estamos cuidando lo que Dios nos ha encomendado.

  • c) recursos. Estos puedes ser naturales, económicos o de cualquier orden. Las riquezas pequeñas o grandes que tenemos deben ser utilizadas de la mejor manera; nadie puede afirmar que «no tiene nada» para ofrecer.

Por todo lo anterior, haz planes para ser buen mayordomo de los recursos de Dios.

Reflexión: ¿Por qué considera importante planificar? En este momento, ¿su vida sigue un plan definido por usted y corroborado por Dios? ¿Qué espera alcanzar en un año, en dos, en cinco, etc?

Versículo central: "El sabio piensa bien lo que hace; el tonto deja ver su estupidez" (Pr 13:16 Lenguaje sencillo)

La planificación ha sido por mucho tiempo un tema de importancia para los gerentes organizacionales. Se pretende con los procesos de planificación prever el futuro, anticipar las causas, hacer frente a los retos y llegar un punto más alto con seguridad. Formula con directrices el sistema de organización que se debe seguir para alcanzar con éxito los logros.

Sin embargo, se ha hecho tan complejo los procesos de planificación que pretenden abarcar todos los posibles aspectos; de entrada, solo con pensarlo ya se ha agotado las expectativas y la buena intención de los participantes. En realidad el arte de planificar es tan sencillo. Los principios que encontramos en historia de Nehemías nos permitirán conocer el pensamiento de Dios con respecto a la planificación. Practicarlos nos ayudarán a ser sabios.

Para esta lección solo vamos a considerar dos de los cinco principios de la planeación.

  • 1. Los líderes lo piensan todo detalladamente. Nehemías había recibido aquella carga cuatro meses antes, "en el mes de Quisleu", como él mismo dice. Desde entonces había estado esperando a que sucediera algo. Ahora, cuatro meses más tarde, "en el mes de Nisán" sucede algo. ¿Qué estuvo pasando mientras tanto? ¿Qué estaba haciendo Nehemías entre el momento en que pensó por primera vez en la reconstrucción de los muros y el momento en el cual pudo por fin presentarle su idea al rey? Nehemías había pasado aquel tiempo preparándose: había orado y hecho planes. Cuando el rey le preguntó: «qué quieres», Nehemías pudo responderle, porque había estado haciendo planes para aquel momento.

Cuando se presenta un problema en tu vida, no es el momento de frustrarse, sino que es la excelente oportunidad para hacer un alto y copiar el ejemplo de Nehemías: orar y planificar. Requiere de un tiempo para pensar seriamente en los pasos que vas a realizar. Muchas veces significa que debe tomar tiempo para alejarse de todo, lejos de las presiones y la agitación de la vida diaria.

"El prudente actúa con cordura, pero el necio se jacta de su necedad" (Pr 13:16). "La sabiduría del prudente es discernir sus caminos, pero al necio lo engaña su propia necedad" (Pr 14:8).

¿Dedicas tiempo a pensar acerca de tu vida? Las escrituras nos dicen que las personas sabias lo hacen. Eso fue lo que hizo Nehemías: pensó bien las cosas; oro durante cuatro meses, pero mientras oraba, también estaba haciendo planes. ¡No planificar es lo mismo que prever un fracaso!

  • 2. Los líderes se preparan para las oportunidades. Cuando la oportunidad toque a tu puerta, tienes que estar listo para abrir esa puerta. La vida esta llena de oportunidades, pero nosotros no siempre estamos preparados para reconocerlas. Si pasas por alto una oportunidad que Dios ha puesto en el camino, te podrías estar perdiendo el propósito de El para tu vida. Asegúrate de buscar a Dios todos los días y de pedirle que te muestre las oportunidades que tiene preparadas… todos y cada uno de tus días. Nunca sabemos de dónde nos va a venir una oportunidad. Los mejores momentos de nuestra vida pueden ser consecuencia de actos muy pequeños e incluso en esas ocasiones tal vez pensemos que todo ha sucedido por accidente. Sin embargo, a menor que estemos atentos para discernir las oportunidades, nos la podríamos perder por completo.

Mire lo que le pasó a Nehemías: "Un día, en el mes de Nisán del año veinte del reinado de Artarjerjes, al ofrecerle vino al rey, cómo él nunca antes me había visto triste, me preguntó: ¿por qué estás triste? No me parece que estés enfermo, así que debe haber algo que te está causando dolor. Yo sentí mucho miedo" (Nehemías 2:1-2)

La carga que sentía Nehemías por Jerusalén lo afectaba emocionalmente y se había manifestado en su aspecto externo. En aquellos días, presentarse ante el rey con cara triste era un delito capital. Nehemías lo sabía, pero estaba desalentado y no lo podía esconder. Había estado orando por largo tiempo, pero nada había cambiado.

Viendo la tristeza de Nehemías, el rey le preguntó: "¿Qué te sucede? El estaba muy consiente del peligro en el que se encontraba. Ante sus lectores reconoció: «yo sentí mucho miedo». Su plan era doble: 1) pedirle a Artajerjes que le permitiera ausentarse y 2) pedirle autorización para reconstruir los muros de Jerusalén. No esperaba que el rey se sintiera encantado con esas dos peticiones; y la situación era que estaba ante un rey que tenía poder sobre la vida o la muerte.

Vale la pena aprender este principio: Los líderes siguen adelante a pesar de sus propios temores.

Hay un mito popular según el cual deberíamos creer que los líderes nunca tienen miedo. Lo cierto es que los líderes sienten miedo con frecuencia. El valor no es la ausencia del miedo, el valor consiste en seguir adelante a pesar de los temores. Observa lo que hizo Nehemías con su miedo. El rey le dijo: «¿Qué quieres? Es obvio que estás afligido» Nehemías oró; una oración de s.o.s.; a veces necesitamos que nuestra oración sea: «Dios mío, dame sabiduría. Ayúdame a saber qué decir».

Nehemías le respondió al rey: "¿Cómo no he de estar triste, si la ciudad donde están los sepulcros de mis padres se halla en ruinas, con sus puertas consumidas por el fuego? (Nehemías 2:3). Escogió con todo cuidado sus palabras; además, para asegurarle al rey su lealtad, comenzó con un: «¡que viva Su majestad para siempre!». Como guardaespaldas del rey, Nehemías sabía que un rostro triste se podía interpretar como un rostro que escondía información acerca de algún problema, como una conspiración para asesinarlo; naturalmente el rey quería saber por qué su funcionario más importante estaba tan afligido.

"La ciudad donde están los sepulcros…", dijo Nehemías, apelando al respeto cultural de los orientales por sus antepasados y a su tradición de mantener en buen estado los terrenos donde estaban sepultados. ¡Funcionó! El rey le respondió: « ¿qué quieres?» Como había hecho planes, sabía con exactitud lo que debía pedir.

Reflexión: ¿cómo puede aplicar en su vida los dos principios de la planificación de un líder?

Versículo central: "La gente tonta cree todo lo que le dicen; la gente sabia piensa bien antes de actuar" Pr 14:15 (LS)

«Si ya sabes lo que tienes que hacer y no lo haces entonces estás peor que antes" (Confucio, filosofo chino 551 aC a 478 aC)

Comenzamos a mirar con detenimiento los principios básicos que aplicó Nehemías en el proceso de planificación para realizar la labor que tanto anhelaba. Los dos anteriores fueron: 1) Pensar todo detalladamente: es necesario prever todos los detalles que pueden surgir para alcanzar la meta, y 2) prepararse para aprovechar las oportunidades: tener anticipado lo que se considera necesario hacer es clave para aprovechar las oportunidades cuando se presentan.

Continuemos mirando las otras dos de las cinco que hay:

  • 3. Los líderes se fijan metas. "Le respondí: Si a su majestad le parece bien, y si este siervo suyo es digno de su favor, le ruego que me envíe a Judá para reedificar la ciudad donde están los sepulcros de mis padres" (Nehemías 2:5). Vemos que Nehemías pide cosas concretas; su meta es definida: quiere reconstruir los muros.

El paso siguiente en la planificación es la fijación de una meta. Sin tener un blanco, no estamos apuntando a nada, y eso es precisamente donde vamos a dar: en nada.

Los errores comunes que cometemos al fijarnos metas, son: metas demasiadas bajas y tener una expectativa poco realista en cuanto a su cumplimiento. Otros pueden ser que nos contentarnos con resultados mediocres, o lo queremos todo al instante. Cuando hacemos un plan que incorpora una meta para cada paso, podemos ir siguiendo nuestro progreso. Podemos ver cómo vamos llegando a nuestro punto de destino.

No tengas miedo de hacer planes grandes, donde Dios tenga que acudir a rescatarte. A Dios le encantan los planes granDiosos; le honra el hecho de planificar en grande. En efecto estamos diciendo: «esto es lo que estoy esperando que Dios haga; no se trata de lo que yo pueda hacer, sino de lo que puede hacer El».

Nehemías se fijó la meta de reconstruir unos muros alrededor de toda una ciudad. Pero era copero, no constructor de muros. Nunca había levantado una pared; su oficio no era la de albañil. Pero no tuvo miedo de fijarse una meta grande, porque servía a un Dios grande. La mayoría de nosotros nos fijamos unas metas demasiado bajas y tratamos de llegar a ellas con demasiada rapidez. Dios nos pide que soñemos en grande y vayamos despacio.

  • 4. Los líderes se fijan fechas límites. "Cuanto durará tu viaje? ¿Cuándo regresarás? -me preguntó el rey, que tenía a la reina sentada a su lado. En cuanto le propuse un plazo, el rey aceptó enviarme" (Nehemías 2:6). Sin una fecha límite, una meta no es meta, solo un deseo. El establecimiento de fecha límite es la parte de la planificación.

Artajerjes apreciaba a Nehemías, como evidencia su pregunta: «¿cuánto tiempo vas a estar fuera?». ¿Qué piensas del detalle que menciona Nehemías, "…tenía a la reina sentada a su lado"? Tal vez comprendía la influencia de esta sobre la receptividad del rey; lo más probable es que por ser siervo principal del rey fuera amigo de la reina. Y Nehemías reconoció que era el momento adecuado para hacer su petición.

Nehemías oró, hizo un plan, se fijo una meta…. y estableció una fecha límite.

  • 5. Hay que aprovechar los problemas. "Si a su majestad le parece bien, le ruego que envíe cartas a los gobernadores del oeste del rio Éufrates para que me den vía libre y yo pueda llegar a Judá" (Nehemías 2:7). Una vez logró el permiso, Nehemías pide protección. Su viaje desde Babilonia (actual Irak) hasta Israel tenía un recorrido entre 1.300 a 1.600 kilómetros y pasaba por diversas provincias. El sabía que necesitaba la ayuda de alguien como el rey para alcanzar su destino sano y salvo. Por eso le dijo a Artjerjes: "quiero que me des cartas de autorización, de manera que no tenga problemas cuando llegue allí ".

Se ve claramente que Nehemías lo tenía todo pensado. Cuando el rey le preguntó qué quería, tenía ya la respuesta preparada, porque había pasado meses pensando en los detalles; no solamente había pasado cuatro meses orando, sino también planificando y esperando la aprovechar la oportunidad cuando surgiera.

Cuando planifiques, no te olvides de prever que se van a presentar problemas. El líder reconoce que si hay algo que pueda ir mal, lo más probable es que así suceda.

Los planificadores se centran en los problemas del momento; los líderes, en la resolución de los problemas de mañana.

En la organización hacen falta tanto los administradores como los líderes. Sin embargo, es importante reconocer que no son los mismos. Los administradores se tienen que centrar en los detalles cotidianos; los problemas que surgen todos los días. Los líderes prevén los problemas. Ven el problema y tienen preparada la solución para enfrentarse, aún antes que se convierta en realidad. El líder piensa mucho más allá que todos los demás. Al igual que Nehemías, los líderes visionarios van por delante, listos para enfrentarse a los problemas cuando surjan, con las soluciones que tienen pensadas.

Aunque la administración y el liderazgo son asuntos distintos, ambos son necesarios. "El hombre prudente prevé las dificultades y se prepara para ellas" (Pr 27:12 BAD).

La previsión de los problemas y la anticipación para resolver forman parte de una planificación eficaz.

? Reflexión: Fijar metas, establecer fechas límites y aprovechar los problemas son los otros tres principios que hay que tener en cuenta para planificar. ¿Cómo aplicaría estos principios a su vida?

Versículo central: "El que piensa bien las cosas se le llama inteligente; quien habla con dulzura convence mejor" Pr 16:22 (BLS)

Estamos invitados a planificar bien lo que pretendemos hacer. Hacer planes ayuda al líder a prepararse, a enfrentar con decisión y acción el presente y el futuro. Las oportunidades se presentan una sola vez y es nuestro deber aprovecharlas. Existen muchas fuentes de recursos y Dios dispondrá aquella que crea conveniente, así se trate de personas y organizaciones no creyentes; lo importante es estar preparados para pedir, y pedir hasta el máximo de límite.

En esta lección veremos el último principio de la planificación.

  • 6. Los líderes calculan el precio. "Y por favor ordene a su guardabosques Asaf que me dé madera para reparar las puertas de la ciudadela del templo, la muralla de la ciudad y la casa donde he de vivir" (Nehemías 2:8). Como la planificación exige tiempo y dinero, el presupuesto es el siguiente factor que el líder necesita tener en cuenta. ¿Te has fijado que todos en la vida tiene precio? Nehemías le presentó al rey una lista de peticiones:

«primero, quiero que me des permiso, quiero que me des la protección que necesito para viajar, y de paso, quiero que financies el proyecto».

Nehemías tenía todo pensado y sabía lo que iba a necesitar. Cuando el rey le concedió audiencia, esas fueron las cosas que pidió. Necesitaba madera para levantar las vigas de las puertas de ciudad, madera para los muros y madera para edificar su propia casa. Recuerda que Nehemías no era constructor; nunca había edificado nada en toda su vida. Pero cuando llegó la oportunidad de presentar sus necesidades al rey, le dijo con exactitud lo que necesitaba, porque había estado haciendo planes.

Los líderes eficaces oran y después hacen planes.

¿Cómo supo Nehemías lo que necesitaba pedir? ¿Cómo supo que había un bosque real cerca de Jerusalén? Calculó el precio y planificó por adelantado antes de emprender la tarea; tal vez hizo las investigaciones necesarias, porque se nota que conocía el nombre del guardabosque. Todo esto lo había pensado por anticipado y estaba listo cuando la oportunidad tocó a su puerta.

Dios tiene unas oportunidades magníficas esperándote, pero tienes que estar preparado para ir a su encuentro cuando aparezcan. Si Nehemías no hubiera hecho sus planes no habría estado preparado. Como su planificación había sido tan detallada, sabía exactamente qué debía pedir. Había calculado el precio. Jesús nos dice que nosotros debemos calcular el precio: "Supongamos que alguno de ustedes quiere construir una torre. ¿Acaso no se sienta primero a calcular el costo, para ver si tiene suficiente dinero para terminarla? "(Lucas 14:28).

Nehemías se encuentra tan comprometido con su visión, que está dispuesto a pasar por unos riesgos considerables para lograrla. Se da cuenta que esta haciendo peticiones a un rey pagano, sin embargo no dudó en recitarle la lista que tenía preparada, teniendo puesta la confianza en Dios. La petición fue progresiva: pide autorización, luego protección y por último previsión, y todo con un gran riesgo para su propia vida.

Recordando:

Es muy importante tener presente los seis principios que encontramos en la vida de Nehemías; son puntos de referencia que Dios permitió dejar en su Palabra para que nosotros aprendiéramos y practicáramos.

  • 1. Los líderes lo piensan todo detalladamente.

  • 2. Los líderes se preparan para las oportunidades.

  • 3. Los líderes se fijan metas.

  • 4. Los líderes se fijan fechas límites.

  • 5. Hay que aprovechar los problemas.

  • 6. Los líderes calculan el precio.

Reflexión: Al fijar tus metas, hazte tres preguntas: ¿Qué quiero ser? ¿Qué quiero hacer? ¿Qué quiero tener? Cuando tengas bien claro y definido el plan que vas a desarrollar, trata de pensar para cada cosa «…y que hago si pasa…tal cosa, tal otra»

Tú sabes lo que quieres hacer y sabes cuándo quieres hacerlo. La pregunta es ¿cuánto tiempo va a tomar?

Versículo central: "No tiene, porque no piden" (Santiago 4:2)

Los líderes reconocen que necesitan la ayuda de otros para lograr sus metas. Necesitamos pedirle ayuda a Dios, y necesitamos pedírsela a otros. Ningún líder puede realizar grandes tareas solo. En toda aventura, no tengas miedo de pedir ayuda.

Hace falta una osadía increíble para hacer lo que hizo Nehemías, al pedirle ayuda a un rey pagano; un hombre que tenía poder de vida o muerte en sus manos. Pero como había invertido cuatro meses en orar y planificar, su fe se había fortalecido. Aunque le temblaran las rodillas, su confianza en Dios le dio el valor necesario para seguir adelante con su plan.

"En las manos del Señor el corazón del rey es como un río: sigue el curso que el Señor le ha trazado" (Pr 21:1)

Los riesgos más sabios son los que se toman solo después de hacer orado y planificado. Dios transfiere la dirección que el líder busca y reconoce por medio de la oración y la planificación. La historia de Nehemías ilustra lo cierto de Proverbios 21:1. Dios tenía un control total sobre el corazón del aquel rey pagano. Dios se especializa en transformar los corazones, porque tiene el control de todo; aún cuando pienses que todo va mal, Dios tiene el control. A nosotros nos limita el ver las cosas solo a corto plazo cuando Dios ve más allá en el camino.

  • 1. Pida ayuda diciendo la verdad de lo que pretende. Nehemías no trató de manipular al rey; cuando le preguntó

¿Qué te pasa?, fue sincero: "mi ciudad de origen está en ruinas", le dijo. No inventó una historia acerca de regresar a Jerusalén por motivos falsos. No trató de engañar al rey, ni jugar con él. Lo que si hizo fue colocar en las manos de Dios el corazón del rey, porque sabía que Dios podía intervenir y por medio de él, concederle lo que necesitaba.

Cuando tengas un proyecto o una meta, no trates de manipular al jefe; no trate de cambiarle el corazón; tampoco aborde el tema con meloserías y alagos vanos. Antes, hable con Dios acerca de él; póngalo en sus manos, porque Dios tiene el control absoluto. Luego, a la persona indicada exponga con claridad y verdad todos los detalles del plan, incluyendo los riegos que pueda tener y los costos que necesitas cubrir.

  • 2. Reconozca que Dios puede usar grandemente a esa persona. Mire lo que hizo Nehemías: "El rey accedió a mi petición, porque Dios estaba actuando a mi favor" (Nehemías 2:8). Nehemías le atribuyó todo el mérito a Dios. Cuando reconocemos que la mano de Dios esta detrás las personas que están escuchando nuestro proyecto, estamos demostrando madurez espiritual. Nehemías dice «Dios estaba conmigo». Cuando una persona se une a tu proyecto y participa contigo de la mano, reconozca que es Dios quien esta actuando detrás de él. "Podemos hacer planes, pero el resultado final está en las manos de Dios" (Pr 16:1).

  • 3. Aprovecha todos los recursos que te ofrezcan. "Cuando me presenté ante los gobernadores del oeste del río Éufrates, les entregué las cartas del rey. Además del rey había ordenado que me escoltaran su caballería y sus capitanes" (Nehemías 2:9. El rey no solo le ofreció protección a Nehemías durante el viaje sino que también le envió una escolta militar. Nehemías obtuvo más que lo que había pedido. Esta es una verdad hecha realidad: "[Dios] puede hacer muchísimo más que todo lo que podamos imaginarnos o pedir" (Efesios 3:20).

Fue así que Nehemías pudo disfrutar, no solo de unas cartas de autorización dadas por el rey, sino del acompañamiento de una escolta militar hasta su destino.

Cuando reciba ayuda de alguien, aprovecha correctamente y para lo que fue destinado los recursos o el apoyo recibido; no desperdicie nada; tampoco menosprecie la ayuda, porque ésta de una u otra manera aportarán significativamente a la realización del plan que tienes.

Hasta aquí Nehemías había alcanzado el éxito. Pero, ¿cómo lo logró? Confió en Dios…. porque oró, planificó y esperó en Dios. Luego aprovechó la oportunidad que estaba esperando. Luego comentó con sinceridad la situación y pidió ayuda al rey, presentándole asuntos concretos. Luego aprovechó todo lo que le ofreció el rey.

Hay una gran preocupación por la forma como oramos. Pedimos que Dios prepare las circunstancias que se encuentran más allá de nuestro control; después hacemos planes para lo que sí podemos determinar. Muchas veces escuchamos: «ora y deja que te guíe el Espíritu Santo», pero la biblia llama a esto una necedad. Al contrario, la Palabra dice que el hombre prudente hace planes. El éxito requiere la parte de Dios, pero también la tuya; tenemos que orar, apoyarnos en Dios, planificar y realizar nuestro esfuerzo. La oración, la planificación y la ejecución van juntas.

Reflexión: cuando Dios encuentra una persona que ve la visión de El, le proporciona los recursos necesarios y prepara las personas que participarán en el proyecto. No hay nada que Dios no esté dispuesto a hacer por una persona que vea la visión que El tiene. Pero esto requiere oración, planificación, esperar en Dios, aprovechar las oportunidades y solicitar la ayuda de personas. ¿Cuál es el plan que tiene en mente por mucho o poco tiempo? ¿Qué piensa hacer respecto a ese plan?

Cuando meditó y trazó la reconstrucción de la muralla de Jerusalén, a Nehemías no le preocupó lo que pudiera pasar si su plan no funcionaba. Había planificado y orado, como si aquello que iba suceder fuera inevitable.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5
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