- Introducción
- Cambio de contexto
- Globalización y Competitividad
- Las Pymes en la República Argentina
- La asociatividad como estrategia competitiva
- Los distritos industriales
- Los actores sociales: el Estado, las organizaciones y las empresas
- El rol de la innovación
- Políticas tecnológicas para PyME en América Latina
- Conclusiones
- Bibliografía
Introducción
La globalización de la economía es el proceso de integración de las economías nacionales como el comercio, la inversión y las finanzas; dicho proceso se ha venido realizando al término de la Segunda Guerra Mundial, específicamente a partir del año 1950. Es a menudo identificada como un proceso dinámico producido principalmente por las sociedades que viven bajo el capitalismo democrático o la democracia liberal, y que han abierto sus puertas a la revolución informática, llegando a un nivel considerable de liberalización y democratización en su cultura política, en su ordenamiento jurídico y económico nacional, y en sus relaciones nacionales e internacionales. En este contexto, la elaboración de procesos productivos rutinarios se externaliza a favor de países subdesarrollados, con menor nivel de vida y menores salarios.
Como consecuencia del proceso de globalización de la economía, las empresas o compañías se han visto muy presionadas para mantenerse en un mundo sustentándose en la competitividad de las empresas, que han puesto en marcha en el que, el éxito depende de una elevada productividad y eficiencia, que es posible a partir de grandes inversiones en equipamiento, tecnología y marketing.
El punto de partida, es la institucionalización del sistema económico internacional producto de la segunda post-guerra mundial, donde aparece, un mundo bipolar, que fomentó el desarrollo del comercio internacional y, que con la culminación de la guerra fría, se transformó en un sistema unipolar, muy competitivo, debido a la confrontación de los procesos de globalización y de regionalización o por bloques económicos como sistemas alternativos de integración comercial.
La actual configuración económica mundial es resultado de importantes fenómenos que se han presentado a partir de la segunda mitad del siglo XX, el de mayor significación se refiere a la trayectoria de los países de desarrollo avanzado, que han implementado la vanguardia a la globalización, a la que deberán incorporarse los demás países tarde o temprano.
Para otros autores, el proceso de globalización comprende fundamentalmente al campo de las finanzas y se ha constituido mediante los cambios tecnológicos, la liberalización y desregulación de los mercados, la innovación y el desarrollo de los nuevos instrumentos que impactan a las políticas económicas, este impacto se manifestó primero en los grandes países industriales, luego se ha difundido a los restantes países, particularmente a los de América Latina.
El proceso globalizador ha presentado dos escenarios muy diferentes en el comportamiento de la economía mundial:
a) un largo período de crecimiento sostenido que va desde 1950 a 1973
b) a un periodo recesivo duradero que va desde 1973 hasta fin de siglo.
El comienzo del orden financiero y monetario mundial se localiza en los acuerdos de Brentton Woods de 1944, que sirvieron de base para que surgieran los organismos internacionales más importantes de la actualidad; el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Grupo del Banco Mundial (BM).
Estos organismos se encuentran dentro del sistema de Naciones Unidas (ONU), y se han convertido en el centro institucionalizado del Sistema Monetario Internacional, encargados de realizar funciones para equilibrar los problemas de balanza de pagos, promover la cooperación en problemas monetarios, facilitar la expansión del comercio internacional, propiciar la estabilidad de las tasas de cambio, ayudar a establecer sistemas de pagos multilaterales y a eliminar restricciones de cambio de monedas que impidan el desarrollo del comercio mundial.
El desempeño de la economía mundial se frenó drásticamente desde la década de los setenta hasta fines de siglo, y no ha habido periodo de estabilidad y crecimientos sostenido, más bien, lo característico ha sido que cada vez son más breves los períodos de recuperación y culminan con depresiones prolongadas y profundas.
En estos años la crisis monetaria, se presentó nuevamente, pero ahora acompañada de la combinación de estancamiento – inflación, los analistas y teóricos en economía y finanzas la consideraron el preludio, de la fase de transición.
La economía mundial se transformó en dos regiones que muestran contrastes:
a) Los países industrializados del primer mundo junto a los subdesarrollados del tercero.
b) El desarrollo de una fuerte tendencia a la globalización, en correspondencia con las fuerzas más profundas de la producción y el comercio mundial, sobre la base del desarrollo tecnológico en las telecomunicaciones y la informática.
El desarrollo de la economía mundial se ha caracterizado por su elevada heterogeneidad al interior de cada grupo y se acentúan por los problemas de desigualdad y pobreza, en los países desarrollados se perciben sustanciales avances en la apertura financiera y comercial, mejoramiento del nivel de vida y creciente industrialización, el tercer mundo en cambio, aumenta la vulnerabilidad de sus sectores ante los avances del proceso globalizador, al enfrentarse a tendencias que impactan en forma adversa a sus políticas de desarrollo, las que propician graves implicaciones sobre millones de habitantes, agravando los problemas de: marginación, desempleo, desnutrición, pobreza, soberanía nacional, desconfianza política, inestabilidad social, corrupción, inseguridad pública, narcotráfico, entre otros.
Globalización y Competitividad
La globalización de la economía mundial comenzó con la unificación del mercado financiero, pero este proceso de generalización no sólo tuvo índole monetaria, sino que se extendió al sector real de la economía.
La estandarización de los consumidores, la necesidad de innovación tecnológica, la velocidad de los ciclos y el aumento de los costos debido a la presencia y mantenimiento de los productos en el mercado transformaron los lineamientos culturales de las empresas. Este hecho microeconómico ha gravitado sobre la macroeconomía y sobre los patrones que rigen el ordenamiento de la economía mundial. La fuerza de este fenómeno barrió los límites políticos que dividían al mundo y frenaban la libre circulación de bienes y servicios.
En la actualidad el objetivo de buscar la expansión internacional es lograr el armado de la cadena de valor más competitivas. En el pasado las corporaciones actuaban en múltiples mercados nacionales, desde un centro operativo establecían estrategias para cada país, aunque maximizando el interés de la matriz.
La competencia moderna, se basa en la lucha que se define a través de disminuir los costos (liderazgo en costos) o por la diferenciación de productos (liderazgo en diferencia), pero no siguiendo las dos a la vez
Esto ha generado una nueva y original división del trabajo, donde los países no se especializan en productos o sectores, sino en partes de la composición de una mercancía, en valores agregados que, junto con la renta aceptada por el mercado, componen el precio final de venta.
Es el momento de los productos mundiales, que deben ser flexibles a los requerimientos específicos de los consumidores locales y de canales de comercialización en cada territorio.
Las empresas internacionalizadas atacan mercados nacionales mientras despliegan a escala mundial los recursos humanos, financieros y tecnológicos. Ellas reciben el mismo tratamiento que las locales, pero gozan del privilegio de poseer una visión global y una conjunción de capacidades provenientes de distintos países, lo que les facilita disfrutar de una escala más amplia con la cual amortizar tecnologías, gastos de aprendizaje, diseño, posicionamiento de marcas y otros costos fijos.
Operar a nivel mundial obliga a pensar y actuar a nivel mundial. Es por eso que, si bien las empresas no se radican en todos los países, ligan sus estructuras a aquellos lugares o a aquellas compañías de las que pueden capturar valor.
La liberalización comercial, la desregulación de la actividad económica, la privatización de activos productivos del sector público, así como también un manejo mucho más cuidadoso de los grandes agregados macroeconómicos, están induciendo profundos cambios en el comportamiento de las economías de América Latina. En ellas se está difundiendo gradualmente un "clima" competitivo más intenso a medida que las empresas, los mercados y las instituciones se van adaptando a un nuevo escenario micro y macroeconómico.
Una mayor subcontratación de insumos intermedios y servicios de apoyo a la producción, así como también un más alto contenido unitario de importaciones en sus respectivos productos, aparecen hoy como estrategias corrientes en el marco de la vida empresarial.
El vasto universo de las pequeñas y medianas empresas (PYME), posee en su gran mayoría una estructura y propiedad aún familiar y están fuertemente representadas en la producción de bienes como calzado, maquinas herramienta, muebles y vestuario. En todos estos subsectores se registró una elevada tasa de desaparición de empresas en el curso de la década de 1980, hecho imputable, en primer lugar, al severo repliegue de la demanda interna que siguió a los programas de estabilización macroeconómica y, posteriormente, a las dificultades que las empresas de esta categoría han enfrentado para adaptarse a la apertura de la economía y a un régimen competitivo más riguroso, disciplinado por la competencia externa. Estas firmas han visto obstaculizado su acceso tanto a los mercados de capital, por carecer de garantías bancarias aceptables, como a los mercados de tecnología, debido a su proverbial falta de información. Tienen una muy insuficiente percepción de la naturaleza de los cambios del régimen global de políticas públicas y sus esfuerzos por adaptarse al nuevo modelo de organización industrial han sido imperfectos. Empleando procesos productivos y diseños de productos anticuados, con plantas fabriles cuya organización del trabajo es aún muy similar a la que predominaba antes de la reciente revolución acarreada por los sistemas de fabricación flexible, y una estructura gerencial y empresarial de corte familiar que ha tenido dificultades para asimilar las complejidades de principios organizativos como producción y demanda sincronizadas (just-in time) y de control total de calidad.
Muchas de las que sobrevivieron lo lograron mediante una significativa modificación de la naturaleza de sus prácticas, que implicó dar preeminencia a las actividades financieras y especulativas y abandonar relativamente sus esfuerzos en materia de ingeniería y producción
En años recientes se observa que en este último grupo han aumentado las compras de equipos extranjeros y la adquisición de licencias internacionales de nuevos producto y procesos productivos. Las modalidades de arrendamiento con compromiso de compra (leasing) y concesiones exclusivas (franchizing) de grandes cadenas transnacionales han comenzado a entrar en las empresas de esta categoría, si bien de manera aún incipiente.
Las Pymes en la República Argentina
En nuestro país, el nuevo escenario económico e industrial se fue perfilando de forma nítida después de la puesta en marcha del plan de convertibilidad a principios de los años 9014, cuyos parámetros de funcionamiento para las Pymes podemos resumir en:
Modificaciones significativas en los precios relativos básicos vinculados con la actividad industrial, tanto en el mercado de los factores como en la relación de precios entre bienes nacionales e importados.
Rápida y fuerte presión competitiva como consecuencia dela apertura externa, que introduce nuevas tecnologías y productos y que es acompañada de algunos cambios en el perfil de la demanda de los consumidores y en la organización y política de proveedores de empresas grandes y terminales, en el caso de bienes intermedios, partes y piezas.
Redimensionamiento cualitativo y cuantitativo del tamaño del mercado doméstico interno a partir del proceso de integración MERCOSUR junto con la introducción de nuevas modalidades de comercialización y distribución.
Incremento de la inversión externa e incremento del peso de las compañías manufacturas extranjeras radicadas en Argentina con el objetivo de posicionarse productivamente en algunos rubros industriales que emergen como nuevas oportunidades productivas y comerciales.
Las empresas Pymes argentinas son pequeñas respecto a sus semejantes europeas, japoneses y estadounidenses en la producción anual por ocupado y por establecimiento. (Unidad productiva o establecimiento industrial), según podemos observar en el siguiente cuadro:
Tabla 1. Empresas Pymes
Según el censo económico de 1994, el aproximadamente el 80% de la actividad industrial se concentra en cuatro distritos: Provincia de Buenos Aires, Capital Federal, Santa Fe y Córdoba, siendo decisivo el aporte generado por el Gran Buenos Aires que concentra aproximadamente la mitad de la producción nacional.
Las empresas Pymes guardan una alta relación con el perfil territorial de la industria nacional, aunque algunos rasgos distintivos. Aproximadamente el 55% de las Pymes está radicado en el Gran Buenos Aires. Esta área de fuerte presencia de empresas pequeñas y medianas cuenta con más de 40 Pymes en cada departamento y suma en total aproximadamente 15000 firmas, ubicadas en una superficie menor al 0.3% del territorio argentino.
La asociatividad como estrategia competitiva
Entenderemos por asociatividad, a un mecanismo de cooperación entre empresas pequeñas y medianas, en donde cada empresa participante, manteniendo su independencia jurídica y autonomía gerencial, decide voluntariamente participar en un esfuerzo conjunto con los otros participantes para la búsqueda de un objetivo común. Los objetivos comunes pueden ser coyunturales, tales como la adquisición de un volumen de materia prima, o generar una relación más estable en el tiempo como puede ser la investigación y desarrollo de tecnologías para el beneficio común o el acceso a un financiamiento que requiere garantías que son cubiertas proporcionalmente por parte de cada uno de los participantes.
El término asociatividad surge como uno de los mecanismos de cooperación entre las empresas pequeñas y medianas que están enfrentando un proceso de globalización de las economías nacionales.
En la búsqueda de las estrategias más viables para enfrentar la competencia derivada de las aperturas, directivos de las empresas, independientemente del tamaño de éstas, pueden apelar a un conjunto de opciones las cuales se clasifican en dos grandes categorías, no excluyentes: las individuales y las colectivas. Las estrategias individuales son de la absoluta discrecionalidad de la gerencia, mientras que las colectivas requieren el concurso de numerosos participantes al menos más de dos.
Entre las estrategias individuales que pueden emplear las empresas, además de las conocidas como de mejoramiento continuo y reingeniería, se encuentran otras menos divulgadas y analizadas como la de ingeniería de reversa o inversa.
La asociatividad: alianza voluntaria para la competitividad
La introducción efectuada anteriormente, permite ubicar con mayor precisión lo que debería entenderse por asociatividad, despojando a este término de falsas expectativas que pudieran conducir en el futuro a una frustración.
Seis distinciones importantes tienen la asociatividad, a saber:
Es una estrategia colectiva.
Tiene carácter voluntario.
No excluye a ninguna empresa por el tipo de mercado en el cual opera.
Permite resolver problemas conjuntos manteniendo la autonomía gerencial de las empresas participantes.
Puede adoptar diversas modalidades jurídicas y organizacionales.
Es exclusiva para pequeñas y medianas empresas.
La asociatividad permite el esfuerzo colectivo de varias empresas que se unen para solventar problemas comunes y se lleva a cabo mediante la acción voluntaria de los participantes, no siendo forzada la cooperación por ninguna empresa en particular. La decisión de intentar la asociatividad puede ser estimulada por instituciones ajenas a las empresas, como el Estado o los gremios empresariales, pero en definitiva son las empresas las que deben llevarla a cabo. De acuerdo a esta característica la asociatividad se asemeja a una red horizontal pero se diferencia de ésta en que no hay restricciones para la afiliación. En las redes horizontales la cooperación se busca entre empresas que atienden al mismo mercado.
La asociatividad se puede establecer para múltiples propósitos desde el financiamiento hasta la investigación conjunta de determinado problema y, al mismo tiempo, abarcar las diferentes etapas de los procesos básicos de las empresas, a saber, diseño, manufactura, comercialización, servicio post-venta, entre otros. En principio, no hay limitación del ámbito de la cooperación en la asociatividad como sí lo hay tanto en las redes verticales como en las horizontales.
Las características de la asociatividad le otorgan a este mecanismo de cooperación inter-empresas una alta flexibilidad de afiliación, operación y ámbito de acción que puede ser empleado tanto por empresas insertadas en redes verticales u horizontales, o incluso para aquéllas que no pertenezcan a ninguna red.
Como síntesis podemos decir que para lograr el estado de competitividad perfecta es necesario operar bajo entradas gratuitas al mercado, lo cual implica excluir condiciones tales como:
1. Altos costos de entrada para nuevos entrantes,
2. Falta de reconocimiento de marca,
3. Pobres canales de distribución,
4. Recursos escasos (o ya capturados por los líderes).
5. A estas condiciones podemos agregar otras, captadas de múltiples experiencias en diferentes sectores y regiones, tales como:
6. Bajo conocimiento de las necesidades de los clientes y de nuevas oportunidades de los mercados internacionales.
7. Altos costos de customizar productos diversos a los clientes.
8. Grandes inventarios para satisfacer la inestabilidad de la demanda y la desconfianza de los proveedores
9. Largas demoras para la penetración en el mercado.
10. Largas demoras en la entrega de órdenes
11. Largos ciclos de ventas (lenta selección de alternativas, sin información detallada, ni políticas claras de retornos, etc.)
12. Pobres certificados de calidad, de procesos, de servicios, etc. y costosas capacitaciones de los programas masivos.
Se entiende por complejo productivo o clúster a una concentración sectorial y/o geográfica de empresas que se desempeñan en la misma actividad o en actividades estrechamente relacionadas. Esto básicamente consiste en que cada empresa genere beneficios tanto para sí misma como para las demás empresa del complejo.
Marco teórico para el desarrollo los clusters productivos
Los diversos enfoques de ¿Por qué se forman y desarrollan los cluters productivos? Podemos encontrar los siguientes:
2. La teoría de los encadenamientos hacia atrás y hacia delante
3. La teoría de interacción y los distritos industriales
4. El modelo de Michael Porter
5. Las referidas a los recursos naturales
6. Las referidas del sustrato común
Teoría de la localización y de geografía económica
Son actividades de procesamiento que disfrutan de importantes economías de escala. Este enfoque hace hincapié en el peso relativo del costo de transporte en el costo final, lo que explicaría por qué algunas actividades las ubican cerca de los recursos naturales o cerca de mercados que van abastecer, en tanto que otras pueden establecerse en cualquier lugar.
Los aspectos críticos para la localización son la claridad, transparencia y tradición de la legislación sobre derechos de propiedad, así como la estabilidad y competitividad de la legislación tributaria.
La teoría de los encadenamientos hacia atrás y hacia adelante
Esta teoría de hirschman, muestra cómo y cuando la producción de un sector es suficiente para satisfacer la escala mínima para hacer atractiva la inversión en otro sector que este abastece (encadenamiento hacia atrás) o procesa (hacia adelante). Por cierto, toda esta actividad esta eslabonada con otras.
La teoría de la interacción y los distritos industriales
Esta teoría pretende explicar las condiciones más apropiadas para que haya aprendizaje por medio de la interacción. Este enfoque explicaría el éxito de los llamados "distritos industriales" en muchas regiones de Italia y Alemania, y en otras de América latina.
La interacción intensa en una localidad genera derrames tecnológicos y economías externas y de escala para el conjunto de empresas del distrito que no podrán ser internalizados de estar cada empresa interactuando con otras a gran distancia.
El modelo de Michael Porter
Este modelo se basa en las cuatro fuentes de ventajas para la competitividad por la ubicación, mejor conocida como el diamante de la competitividad, este enfoque conceptual que aquí se expone, se destacan cuatros aspectos básicos en el clima de negocios que determinan la ventaja competitivas de las empresas. Al operar de forma simultánea en el tiempo y en el espacio, las condiciones para la formación y desarrollo de clusters en determinados lugares son las siguientes:
Las condiciones de los factores;
La estructura de la industria a la cual pertenecen las empresas, incluyendo el esquema de las rivalidades que tienen entre sí;
Las condiciones de la demanda; y
La situación de la industria relacionadas y de apoyo.
Figura 1. Esquema del diamante competitividad
Los cuatro aspectos que se destacan permiten encontrar y comprender los determinantes esenciales de la competitividad, dentro de la multiplicidad de relaciones, actores y causas que actúan en el clima de negocios.
Las fuentes de la competitividad
A continuación se explican los rasgos principales de las cuatro fuentes, según el modelo conceptual de Porter.
Las condiciones de los factores
Los factores especializados generalmente son los que hacen posible los procesos de innovación, no solo son necesarios para alcanzar altos niveles de productividad, si no que tienen a ser menos comercializables o menos fáciles de encontrar en otras partes.
Los esquemas de estrategias y rivalidad
Las estrategias y la rivalidad de la empresa tienen que ver con las reglas, los incentivos y las normas que rigen el tipo de intensidad de la rivalidad local.
El precio es la única variable competitiva, la mayoría de las empresas mantienen bajos los salarios para competir en los mercados locales y extranjeros. De esta forma, la competencia implica una inversión mínima para la empresa.
El carácter de la rivalidad está fuertemente influenciada por muchos aspectos del ambiente empresarial (ejemplo: los factores disponibles y las condiciones de la demanda local).
Condiciones de la demanda
Las condiciones de la demanda en una empresa tienen mucho que ver con el hecho de que la empresa pueda y quieran pasarse de productos.
Las economías de poca productividad se enfocan fuertemente en los mercados extranjeros. La demanda local también puede relevar segmentos del mercado donde las empresas se puedan diferenciar. En una economía mundial, la calidad de la demanda local importa mucho más que su tamaño.
Industrias afines y de apoyo
La ubicación dentro de un clúster puede brindar un acceso superior o de menor costo a insumos especializados, tales como componentes, maquinarias, servicios a empresa y personal, en comparación con la integración vertical.
En la economía moderna, la mayor profundidad y especialización de los proveedores que están dentro de los clusters surge, sobre todo, por que reconocen las oportunidades de mercado y reducen sus riesgos, más fácilmente, debido a la presencia de muchos clientes locales. Es más los clusters desarrollados no solo consiste en una industria, sino en esta más las industrias afines. Estas industrias, frecuentemente, recorren a insumos comunes o muy parecidos que expanden las oportunidades para los proveedores.
Después de haber explicado las fuentes de la competitividad que forman el diamante, hay que preguntarse ¿Dónde se encuentran los clusters, dentro de ese esquema? La interacción de esas cuatro fuentes de la competitividad es lo que crea un conjunto de condiciones especiales que conducen a que en determinados espacios se formen esos entramados de empresas y organizaciones a los que se les ha llamado clusters.
La dinámica de los clusters influye en la infraestructura de la competencia, en la oferta de los factores, en las características de la demanda y en las industrias afines y de apoyo; en ese sentido se le debe considerar como una quinta faceta del "diamante de la competitividad".
En concreto, los clusters afectan la competencia en tres sentidos básicos:
Aumentan la productividad de las empresas y de las industrias a las cuales pertenecen.
Mejoran la capacidad de innovación de empresas y de industrias, y en ese tanto, aumentan su productividad.
Estimulan la formación de nuevas empresas que amplíen y profundicen las ventajas aportadas por el clusters.
Las referidas a los recursos naturales
Esta teoría explica el desarrollo económico de Canadá a partir de los recursos provenientes de la exportación de sus distintos recursos naturales (pescados, pieles, minería, madera, papel y trigo) y en las inversiones en actividades relacionadas que ellos activan.
Las referidas al sustrato común
Todas las hipótesis explicativas de formación de complejos productivos tienen en común la noción de que la competitividad de la empresa es potenciada para la competitividad del conjunto de las empresas y actividades que conforman el complejo al cual pertenecen. La fuerte competencia de precio, calidad y variedad da lugar a nuevos negocios, fortalece la rivalidad entre empresas y contribuye a mantener la diversidad.
Los actores sociales: el Estado, las organizaciones y las empresas
El gobierno tiene un rol inevitable en el logro del desarrollo sostenible y competitivo porque afecta muchos aspectos del ambiente de negocios, determina la política social, ambiental y administrativa el ambiente de negocios por medio de licencias, impuestos, servicios públicos, y administración de servicios para nombrar unas pocas funciones.
La universidades, las escuelas, los proveedores de infraestructura, las agencias que establecen estándares, y una miríada de otras instituciones contribuyen de alguna manera al ambiente microeconómico de los negocios. Estas instituciones deben proliferar y mejorar en calidad para apoyar formas de competencia más productivas.
Los agentes económicos locales están integrados por una serie de entidades que juegan en la región papeles de regulación, financiamiento, formación de recursos humanos, desarrollo tecnológico, entre otros.
Algunos ejemplos de entidades que forman parte de los agentes económicos locales son los siguientes:
Organizaciones empresariales (cámaras empresariales, asociación de empresarios).
Entidades del gobierno, a nivel nacional, regional o municipal.
Organismos financieros y banca de desarrollo.
Instituciones del sector de educación superior.
Centros de servicios empresariales.
Organizaciones privadas no lucrativas.
Organismos internacionales.
Cada uno de estos agentes económicos puede tener un interés especifico en apoyar el desarrollo de redes empresariales en base de su misión, objetivos entre otros.
Sin embargo es posible comentar que estos agentes pueden participar en fases específicas dentro del proceso de instalación de redes empresariales, especialmente en los siguientes aspectos:
Promoción de la red empresarial.
Financiamiento
Formación de recursos humanos
Creación de medio ambiente industrial(clima de negocios)
Oferta de servicios especializados: empresariales, tecnológicos, etc.
Como puede verse la participación de los agentes económicos locales, permite crear el clima y la infraestructura física para apoyar el proceso de desarrollo de redes empresariales. Proceso que de mantenerse durante el tiempo puede dar como resultado el distrito industrial.
La historia revela que en general ha existido un agente o un grupo de agentes con una visión de largo plazo que son los que han actuado como gatillo para detonar este proceso. Una vez iniciado el proceso poco a poco se van incorporando los demás agentes.
Algunos ejemplos de la promoción de red empresarial son los siguientes:
En el caso de Italia dentro de la región de la Emilia Romagna el impulso fue de los empresarios a través de sus cámaras y asociaciones, por ejemplo la Confederazione Nazionale del Artigiano(CNA) jugó un papel protagónico en el desarrollo de redes empresariales. La CNA asocia a cerca de 520.000 artesanos activos y no activos. En paralelo dicha región vivió una apertura democrática y el gobierno regional asumió el compromiso de participar en el reto, habiendo creado en el año de 1974 a ERVET como un instrumento a través del cual se implemento la política económica e industrial de la región, posteriormente en 1980 se instaló una red de centros de servicios hecha a las medidas de las necesidades de la economía local.
En chile jugó un papel protagónico en la promoción de redes empresariales al Gobierno Nacional a través de la Corporación de Fomento a la Producción (CORFO).
En Uruguay el desarrollo de las redes empresariales ha sido impulsado por la Cámara de Industrias del Uruguay con el apoyo de BID.
En México el principal impulso para desarrollar redes empresariales ha sido por aparte del Gobierno Nacional (SECOFI, Secretaria de Comercio y Fomento Industrial México) y algunos Gobiernos Regionales donde es presentado una gran apertura democrática (Chihuahua, Jalisco, Guanajuato). Recientemente se ha involucrado la Conferencia de Cámaras Industriales (CONCAMIN) a través de un programa (FUNTEC) con el apoyo del PNUD.
En el salvador aunque el gobierno nacional a través del Ministerio de Economía había realizado algunos avances sobre el desarrollo de clusters a través del Programa de Competitividad (con el apoyo del Banco Mundial) En el momento actual l papel protagónico lo está asumiendo la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP) que es una unión de 34 cámaras y gremios empresariales.
Niveles de competitividad sistemática
Los países más competitivos poseen estructuras en el nivel meta que promueven la competitividad, un contexto macro que ejerce una presión de performance sobre las empresas, nivel meso estructurado donde el Estado y los actores sociales desarrollan políticas de apoyo específico, fomentan la formación de estructuras y articulan los procesos de aprendizaje a nivel de la sociedad, un gran número de empresas situadas en el nivel micro que buscan simultáneamente la eficiencia, calidad, flexibilidad y rapidez de reacción, estando muchas de ellas articuladas en las redes de colaboración mutua.
Nivel meta
La capacidad de gestión necesaria para el nivel meta implica la existencia de los siguientes elementos: un conceso acerca del modelo "orientación al mercado y al mercado mundial", conciencia en el rumbo concreto de las transformaciones y concordancia en la necesidad de imponer los intereses del futuro a los bien organizados intereses del presente. Una orientación tendiente a la solución conjunta de problema supone una clara separación institucional entre el Estado, la empresa privada y las organizaciones intermedias. Solo esa separación hace posible la organización autónoma, los procesos de aprendizaje independientes y el desarrollo de una gran capacidad de anticipación y respuesta. Una vez implantada la separación de instituciones, es posible que surja un Estado autónomo y eficiente al tiempo que los grupos de actores sociales privados y públicos se muestren dispuestos a cooperar y articularse entre sí.
Nivel macro: estabilización del contexto macroeconómico
La estabilización del contexto macroeconómico tiene que apoyarse sobre todo en una reforma de las políticas fiscales y presupuestarias, como también la monetaria y la cambiaria. El paso de un contexto macroeconómico inestable a uno estable resulta sin embargo difícil por las siguientes razones:
La lucha contra la inflación mediante una política restrictiva de tipo presupuestario, tributario y monetario, contribuye a limitar en muchos casos no solo en consumo si no también las inversiones.
Las medidas de estabilización a nivel macroeconómico suelen surtir efectos van acompañadas de prolongadas reformas estructurales paralelas, como son la reforma del sector económico estatal, el desarrollo de un sector financiero efectivo y una reforma de la política de comercio exterior.
Los costos del ajuste se deben sentir de inmediato, mientras que sus beneficios demoran en hacer lo mismo, de modo que la producción, la inversión y la ocupación suelen decrecer en la fase inicial.
Los grupos sociales no son afectados de un modo uniforme por las consecuencias de las medidas estabilizadoras del contexto macroeconómico y por las reformas estructurales concomitantes.
Quiere decir que la estabilización del contexto macroeconómico demanda no solo un concepto congruente en términos tecnocráticos, sino también un esfuerzo político considerable. El éxito estar asegura solamente si el Gobierno se muestra resuelto a imponer las difíciles y conflictivas reformas.
Aseguramiento del equilibrio económico interno más formación de estructuras
Dentro de un entorno hiperinflacionario se anula casi por completo la función señaladora de los precios, lo que hace ineficaz la asignación de recursos.
Las medidas de la política fiscal dirigidas a incrementar los ingresos presupuestarios no deben concebirse con las miras puestas en el primer término a reducir a corto plazo el déficit del presupuesto; su objetivo fundamental debe ser la implementación de una política favorable al crecimiento económico y la distribución.
Al aplicar las medidas para reducir el gasto público es necesario abastecer de recursos políticos más simples que el de reducir las asignaciones del Estado para educación, salud, infraestructura física y otros rubros.
Algunos países de latinoamericanos han obtenido éxito en su lucha contra la inflación, pero solo después de introducir el Sistema de Control de Cambio (Currency Board System). La aplicación del Sistema de Control de Cambio, no debe ser motivo alguno para aplazar las amplias reformas necesarias en el sector financiero.
Aseguramiento del equilibrio del comercio exterior
El abaratamiento artificial de las importaciones da pie a que las empresas pierdan competitividad en el mercado interno, razón por la cual la inversión se concreta en el área de los productos no negociables o los capitales son inclusive exportados del país.
De ahí la necesidad de impedir que los niveles del tipo de cambio acuses un pronunciado perfil anti-exportador. Lo que debe procurarse más bien es un tipo de cambio más equilibrado o un régimen que implique in ligero perfil pro-exportador. Pero ni este último caso puede ser demasiado grande la distancia hasta el nivel de equilibrio, ya que de lo contrario encarece mucho de la importancia de capitales e insumos. El tipo de cambio no es por consiguiente un precio entre tantos otros si no una variable que determina si una economía está o no en condiciones de crear las condiciones macroeconómicas para establecer industrias competitivas a nivel internacional.
Competitividad internacional: ¿basta con la estabilización macroeconómica?
En un análisis presentado por el Banco Mundial atribuye el exitoso crecimiento económico y la elevada competitividad internacional de los países del Este y Suroeste Asiático en una buena gestión macroeconómica y a una política activada de fomento a la exportación, combinada con una política arancelaria moderada, al atribuir el exitosos crecimiento y la elevada competitividad internacional de esos países a la observación de los principios fundamentales de la macroeconomía y a una política relativamente liberal en el área del comercio exterior es una exageración que induce a error.
Nivel micro
Las empresas se ven confrontadas hoy con requerimientos cada vez más fuertes que resultan de distintas tendencias.
Para poder afrontar con éxito las nuevas exigencias, las empresas y sus organizaciones necesitan reorganizarse en gran medida, tanto a nivel interno como dentro de su entorno inmediato.
La consecución simultanea de eficiencia, flexibilidad, calidad y velocidad de reacción presupone más bien introducir profundos cambios en tres planos diferentes:
Organización de la producción: los objetivos en acortar los tiempos de producción, sustituyendo por ejemplo las tradicionales cadenas de ensamblaje y los sistemas de transferencia por celdas e islas de fabricación y ensamblaje para responder así con prontitud a los deseos del cliente reducir las existencias en depósitos para reducir los costos de capital de giro.
Organización del desarrollo del producto: la estricta separación entre desarrollo, producción y comercialización encarecía en muchos casos los costos que implica el diseño de los productos; en otros casos los productos no eran de las referencias del cliente.
Organización y relaciones de suministro: las empresas reducen la profundidad de la fabricación para poder concentrarse en la especialidad que asegura su competitividad; reorganizan el suministro introduciendo sobre todo sistemas articulados just-in-time y reorganizan su pirámide de subcontratación al reducir la cantidad de proveedores directos, elevando algunos de ellos a la categoría de proveedores de sistemas integrados al proceso de desarrollo del producto.
Formación de estructuras en el nivel meso – la relevancia de las políticas selectivas
Los efectos acumulativos de aprendizaje y las innovaciones van de la mano con la formación de redes de colaboración inter empresarial a nivel micro y con relaciones de cooperación tanto formales como informales entre las empresas y los conjuntos de instituciones relacionados con los clusters; la creación de esos conjuntos institucionales constituye la medula de toda política locacional activa.
Los actores políticos que, al desenvolverse en el plano meso político de sus países, omiten desarrollar una perspectiva estratégica que guie la actividad del Estado y del empresario y apuestan en primer término por reacciones espontaneas ad-hoc y procesos de prueba y error, estarán subestimando.
El Estado, las empresas y las instituciones intermedias en el nivel meso – Se rompen las dicotomías tradicionales
A medida de que las empresas elaboran productos más complejos van creciendo los requerimientos al entorno comunal, regional y nacional.
Los casos exitosos de la economía mundial revelan la existencia de un amplio margen de acción para llevar a cabo políticas que fortalezcan la competitividad de las localizaciones industriales.
En muchos casos, las condiciones de la demanda son favorables a la competitividad son el resultado de medidas iniciales como la desregulación, la privatización de empresas estatales y el apoyo financiero externo.
Resulta, pues que la estructuración del nivel meso es en primer término un problema de organización y gestión, lo que se trata es de desarrollar una eficiente estructura institucional (hardware) y de promover en especial la capacidad de interacción estrecha entre actores privados y públicos al anterior de un clúster (software).
Durante la fase del fordismo y de los patrones industriales era posible establecer con éxito grandes empresas, en cambio hoy en día, los patrones reguladores unidimensionales y las centralistas están condenadas al fracaso cuando se trata de desarrollar y apoyar la creación de redes empresariales.
Un ejemplo de la creciente importante que tienen los medios suaves de gestión y los canales operativos de comunicación entre grupos sociales, institucionales y organizaciones relevantes son las "conferencias regionales" que se han institucionalizados en algunos estados federados de Alemania. Los numerosos actores sociales intentan llegar a un consenso a cerca de las futuras oportunidades de desarrollo de su región, tratando de identificar el cuello de botella y de anticipar los costos ambientales y sociales del mismo, con el objetivo de elaborar orientaciones para la toma de decisiones a nivel tanto político como empresarial.
Orientación para la acción en situaciones de cambio radical y de consolidación
Las posibilidades de éxito se dan en economías consolidadas y solo en base a la experiencia acumulada al coordinador, la actuación de las empresas con las del gobierno y el sector científico.
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