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La educación popular – transformación de las problemáticas familiares


  1. Resumen
  2. La Educación Popular
  3. Algunos aspectos significativos a tener en cuenta en la familia
  4. Las problemáticas de la intervención profesional en la relación hogar-escuela
  5. El escenario de la escuela
  6. El vínculo hogar-escuela
  7. La influencia de la socialización
  8. Aspectos legislativos vinculados al papel de la familia y la escuela para la formación del hombre nuevo
  9. Lo comunitario en la orientación familiar
  10. Conclusiones
  11. Bibliografía

Resumen

El presente trabajo propone una reflexión hacia la cual la intervención profesional del Trabajo Social debe poner énfasis, pues la familia como institución social constituye uno de sus principales espacios de intervención; donde la orientación, organización y movilización de recursos forman parte del encargo social de sus profesionales para contribuir a la formación del hombre nuevo.

Por ello el desarrollo de la educación popular, aprovechando las potencialidades de lo comunitario para transformar las problemáticas en el contexto familiar, representan una herramienta eficaz para la transformación social. Por tanto se concibe como objetivo, explicar la necesidad de emplear la educación popular durante la intervención profesional del trabajo social como instrumento para la atención a las problemáticas familiares, con una perspectiva comunitaria.

Palabras claves: Familia, educación popular, comunitario, intervención profesional.

Abstract

This paper proposes a reflexion to which the professional intervention of Social Work should be emphasized, since the family, as a social institution, constitutes one of its main areas of intervention where the orientation, organization and resource mobilization are part of the social order of their professionals to contribute to the new man formation.

Therefore, the development of the Popular Education, using the potential of community to transform the problems in the family context, represents an effective tool for the social transformation. For that reason, it is conceived as an objective to explain the necessity of using the Popular Education during the professional intervention of social work as a tool for the attention to the family issues, with a community perspective.

Keywords: Family, popular education, community, professional intervention.

Resumo

Este artigo propõe uma discussão para que a intervenção profissional do Serviço Social deva ser enfatizada, porque a família como uma instituição social é uma de suas principais áreas de intervenção onde a mobilização, organização, orientação e recursos são parte da ordem social de suas profissionais para ajudar a formar o homem novo.

Portanto, o desenvolvimento da educação popular, utilizando o potencial da comunidade para transformar os problemas na família, é uma ferramenta eficaz para a transformação social. É, portanto, visto como objetivo, explicar a necessidade de utilizar a educação popular durante a intervenção profissional do Serviço Social como uma ferramenta para a atenção às questões da família, com uma perspectiva comunitária.

Palavras-chave: família, educação popular, comunitário, a intervenção profissional.

La Educación Popular

Esta práctica es desarrollada a partir de la década del 70 por el maestro Paulo Freire, como consecuencia de su experiencia pedagógica. El término educación o instrucción popular hace referencia la educación que se dirige a todos, específicamente, a los sectores más desposeídos. Además, puede ser promovido por sectores y masas populares. Esta educación cuestiona las formas educativas tradicionales, entendida como dominación del que sabe al que no sabe, a la que Freyre denomina educación bancaria y en oposición a esta, propone un modelo de educación liberadora, estimulando la reflexión crítica y las potencialidades creadoras de los individuos.

Como principal método este nuevo modelo de educación emplea el diálogo. Donde la interacción de los participantes, tanto educando como educador debe ser horizontal y con un lenguaje adecuado ajustado al contexto. Permitiendo producir la construcción colectiva un conocimiento nuevo con el propósito de cambiar la realidad social, en el cual los individuos se reconozcan así mismo y puedan desarrollarse: transformar la realidad.

Para Freire (1969), la educación bancaria dicta ideas, no hay intercambio de ideas. No debate o discute temas. Trabaja sobre el educando. Le impone una orden que él no comparte, a la cual sólo se acomoda. No le ofrece medios para pensar auténticamente, porque al recibir las fórmulas dadas, simplemente las guardan. No las incorpora, porque la incorporación es el resultado de la búsqueda, de algo que exige de parte de quien lo intenta, un esfuerzo de re-creación de invención (citado por Kaplún, 1998: 24).

En la intervención profesional del Trabajo Social con familias, no se trata de que el profesional deba decirle a las familias qué es lo que deben hacer para transformar la realidad. Existe un saber popular que los profesionales deben respetar durante el ejercicio de su práctica. Este conocimiento es el resultado de un cúmulo de experiencias, costumbres y tradiciones adquiridas por los individuos y las familias durante su vida, lo cual no debe ignorarse porque pueden ser un factor determinante en los procesos de búsqueda de solución.

Entonces, al utilizar un diálogo simétrico donde sus interlocutores se encuentren en igualdad de condiciones, suministrando información y con la interacción producida entre el conocimiento ordinario de la familia y el conocimiento científico del profesional, se van construyendo nuevos conocimientos que devienen vías de solución a problemas concretos. Esto es resultado de la valoración crítica de la realidad y de la retroalimentación que tienen lugar entre los participantes en las sesiones de trabajo.

Por tanto, la esencia radica en que hay que comprender y respetar el sentido común de las masas populares para buscar y alcanzar junto con ellas una comprensión más rigurosa y más exacta de la realidad. El punto de partida es, pues, el sentido común de los educandos y no el rigor del educador. Este es el camino necesario precisamente para alcanzar ese rigor (Freyre, 1988).

El punto de convergencia entre el planteamiento teórico y la práctica concreta, radica en interpretar la lógica con que se desarrollan las problemáticas familiares, a partir de un proceso de interacción sistemático junto a sus miembros, donde el intercambio simultáneo de conocimientos potencie y eduque las capacidades de los integrantes, permitiéndoles transformar su realidad. De ahí entonces que se reconstruya y perfeccione la práctica profesional, adquiriendo una mayor rigurosidad científica.

Algunos aspectos significativos a tener en cuenta en la familia

Históricamente para muchos estudiosos la familia se ha considerado como la célula básica de la sociedad. Con el decursar del tiempo y en la medida que la sociedad se desarrolla, la familia transita por un proceso evolutivo en el que ha sufrido diversos cambios hasta llegar a nuestros días. Morgan (citado en Engels, 1974: 224) considera que "la familia es el elemento activo; nunca permanece estacionada, sino que pasa de una forma inferior a una forma superior a medida que la sociedad evoluciona de un grado más bajo a otro más alto."

Tradicionalmente este ha sido el espacio por excelencia donde los descendientes reciben de sus progenitores las principales enseñanzas para enfrentar la vida. En ella también se reproducen pautas de convivencia que son trasladadas del espacio privado al espacio público. Es además, portadora de una cultura, con determinados conocimientos, hábitos y costumbres. Por tanto, es un producto del sistema social y refleja su estado de desarrollo.

La familia es al mismo tiempo un grupo e institución social, pues representa un grupo primario en el que con independencia de la cantidad de miembros, se establecen las normas y valores que rigen la interacción de sus integrantes dentro de este. También es el grupo de mayor tiempo de pertenencia para un individuo. Como institución social posee una estructura propia, regula el sistema de relaciones entre las personas que la conforman y tiene funciones en las que cada integrante juega un determinado rol, asignando a cada miembro el status correspondiente. Además, integra el conjunto de instituciones que conforman a la sociedad.

Dentro de las funciones que posee la familia se encuentran la función reproductora o de crecimiento poblacional, la función económica que es la encargada de la satisfacción de necesidades materiales y la función educativa que se ocupa de satisfacer las necesidades espirituales y afectivas. Esta última es la que ocupa el centro de atención de este trabajo y sobre la cual se reflexiona. Resulta necesario saber que en el desarrollo de esta función, juegan un papel importante las condiciones generales de vida individual y social, la composición familiar, los hábitos de vida, el ambiente familiar, la ocupación laboral de los padres, la ideología, normas morales y patrones culturales; así como el ejemplo de los padres o adultos que convivan en el hogar. Estos son elementos de gran valor para la educación de los más pequeños del hogar, producto a la influencia que ejercen en su normal desarrollo tanto biológico, psicológico, como social.

Las problemáticas de la intervención profesional en la relación hogar-escuela

Las políticas sociales puestas en práctica por el Gobierno Cubano en favor de la educación, han contribuido positivamente con los logros alcanzados en el desarrollo social de su pueblo.

No obstante, cuando desde el Trabajo Social se realiza la intervención profesional en las instituciones educativas. Específicamente con estudiantes de mayor dificultad en su desarrollo educativo, tanto por su conducta en el centro o por factores de riesgo que pueden conllevarlo a convertirse en un niño en desventaja social. Se ha evidenciado que existe una ruptura en el vínculo hogar-escuela asociado a la desatención familiar, mal manejo de los divorcios, disfuncionalidad en las familias, así como padres con gran contenido o responsabilidad laboral.

Por otra parte se observa, que en la interacción con las familias de los estudiantes que presentan estas dificultades, se identifica que existe:

  • Resistencia de los padres para aceptar la conducta asumida por los hijos en la institución educativa, así como rehusarse a asumir su responsabilidad en ella.

  • 2 Resistencia de los padres ante la aceptación de las responsabilidades y obligaciones con sus hijos.

  • 3 Falta de comunicación de los padres con los profesores de centro educativo.

  • 4 Escasa preparación para la educación de sus hijos.

  • Empleo de métodos educativos inadecuados.

  • 6 Escasa comunicación con sus hijos.

  • 7 Falta de control sobre la actuación de los hijos tanto en la escuela, como fuera de esta.

El escenario de la escuela

Varios han sido los especialistas que han tratado temas relacionados con la educación y su importancia para el desarrollo de la humanidad. Por eso este trabajo no pretende profundizar precisamente en la educación como sistema o institución, sino que solamente hace referencia a algunos de los elementos que la integran, esencialmente a la escuela y las relaciones que entorno a ella se establecen.

En la formación del individuo la escuela tiene una importante repercusión, pues en ella se adquiere un conjunto significativo de valores que van a marcan pautas durante su desarrollo. La escuela es una institución educacional a la que el niño ingresa cuando alcanza la edad establecida. En ella se fomentan valores que les permitirá a los pequeñitos emprender la vida en colectivo, las formas de desempeñar el trabajo en este, así como los sentimientos de amor a la patria y a sus atributos. En esta institución, el maestro junto a sus directivos desempeñan una labor importante en la organización del trabajo docente educativo que contribuye a la formación de aptitudes y convicciones que complementan la formación del educando, dando lugar a que este se convierta en una persona útil a la sociedad. La educación adecuada de estas cualidades, orientarán al niño hacia una actuación más responsable durante su desarrollo.

Tras el triunfo revolucionario de 1959, el Estado Cubano dentro de sus políticas, también asumió la educación de las nuevas generaciones, el cual representa uno de los grandes logros que hoy exhibe la sociedad. En este sentido, la escuela como institución educativa fue asumiendo un papel protagónico en la educación de los más jóvenes y el papel que históricamente le correspondió a la familia quedaba desplazado. Esto explica en cierta medida, la posición asumida actualmente por muchos padres en relación a la educación de sus hijos, en la que delegan dicha responsabilidad a la escuela y se resisten a cumplir la cuota que les corresponde.

Cuando se realiza la intervención profesional en las instituciones educativas se observa que:

  • 1 Los temas que se imparten en las escuelas de orientación familiar se tratan de manera superficial. Es decir, no se ilustran con datos, ni se asocia la repercusión del fenómeno en cuestión con los hechos de la realidad concreta en el medio de convivencia de los estudiantes. Esto dificulta que los padres puedan reflexionar respecto al problema y concienticen la necesidad de emplear métodos educativos acordes al desarrollo de su hijo.

  • 2 No se prepara a los padres para manejar la crisis o etapas del desarrollo por la que atraviesa los menores. Razón que impide que conozcan otras formas de educación y comprendan la necesidad de emplear métodos acorde a las circunstancias y a las exigencias del desarrollo biológico, psíquico y social del individuo.

  • 3 Se necesita un esfuerzo mancomunado entre familia y educador para contribuir a la educación integral del estudiante. La actuación desligada e independiente no conduce a obtener resultados satisfactorios.

  • 4 Las dificultades de los estudiantes se manejan en público y no en privado. En muchos casos, esta situación provoca el rechazo de algunos padres a interactuar con la escuela, pues resulta un tanto bochornoso e influye en su sensibilidad humana.

  • 5 En reuniones con los familiares, muchos educadores asumen toda la responsabilidad de la educación del estudiante. Esta posición, propicia que los padres vean en el maestro y la escuela toda la responsabilidad de educación del menor y por tanto, aprovechen la cobertura para evadir la suya.

  • 6 En los planes de acción que desde la escuela se realizan para erradicar las dificultades que presentan los estudiantes, no se involucra a sus familias. Trayendo como consecuencia que al no existir participación familiar en la planificación de las acciones, esta no pueda identificarse con las dificultades del niño. Por esta razón las acciones no surtirán efecto, pues no habrá cooperación familiar y por ende, los planes no podrán cumplir con sus objetivos.

Por estas razones, la institución educativa debe orientar su labor hacia el logro de un mayor acercamiento a las familias de sus estudiantes, favoreciendo que se fortalezca el vínculo hogar-escuela para poder garantizar que las familias asuman la responsabilidad educativa con sus hijos.

El vínculo hogar-escuela

Como ya es conocido, la formación integral de las jóvenes generaciones está mediada por diversas influencias sociales, lo que significa que garantizar su desarrollo no depende única y exclusivamente de un solo responsable. Para lograrlo, se necesita crear desde el comienzo un fuerte vínculo entre el hogar y la escuela, el que se debe afianzar mediante la interacción recíproca ente ambas instituciones. Puede entenderse por vínculo hogar- escuela a la relación armónica que se establece entre los padres o miembros de la familia y los educadores, con el fin de contribuir al desarrollo integral del individuo.

Por este motivo, la familia debe lograr un mayor acercamiento a la escuela con el propósito de conocer el progreso del niño en el proceso docente, cooperar con la institución en la realización de las actividades y apropiarse de la información necesaria para poder exigirle al estudiante por el cumplimiento de sus deberes escolares. No se puede olvidar que el papel histórico de la familia es insustituible, por lo que su rol en la formación de sentimientos y transmisión de experiencias para la vida en la sociedad es de gran valor. La escuela a su vez, debe crear las condiciones necesarias y tomar las medidas pertinentes que permitan facilitar el proceso en el que se establece esta relación.

La influencia de la socialización

Es bien conocido por todos, que muchos de los hábitos y modos de actuación manifestados en la conducta de un niño, no provienen únicamente del hogar o la escuela en donde pasan la mayor parte del tiempo. Hay que tener en cuenta que la socialización es mucho más amplia, e incluye además otros agentes como los grupos e instituciones con los cuales el estudiante también se interrelaciona, pues intervienen en su sistema de relaciones sociales.

Cuando se habla de las características más generales de la socialización, se puede decir que constituye un proceso consustancial a la vida social que la posibilita y perpetúa a través de la transmisión, enriquecimiento y depuración entre unas y otras generaciones o colectivos humanos de agrupamiento diverso, de valores, normas, actitudes, conductas y conocimientos que dan como resultado un determinado grado de cohesión social, una estabilidad en el tiempo de los símbolos culturales y la construcción social de ciertos patrones de comportamiento aceptados dentro del contexto o nivel en que se produce dicho proceso.

Los distintos agentes que intervienen en este proceso – familiares, vecinos educadores, compañeros de clases y trabajo, medios de difusión, instituciones culturales y religiosas, etc.,- van a jugar un papel determinado y al mismo tiempo, ejercer una marcada influencia durante cada etapa que atraviesa el individuo a medida que su vida transcurre y, su resultado, se va a evidenciar en todas y cada una de las diversas circunstancias de la vida propias de es proceso. Es por ello que la familia, al ser el grupo primario de inserción del hombre, en el que va adquiriendo sus primeras lecciones, habilidades, costumbres y tradiciones propias de ese medio y en donde, comienza el proceso de formación de la personalidad, juega un papel privilegiado en este proceso, porque, aun cuando los restantes ámbitos – la escuela, vecinos, algún que otro grupo social, etc.,- por diversas razones, dejen de formar parte de su vida o sean sustituidos por otros, la familia siempre estará presente en dicho proceso y no por constituir únicamente su lugar de origen, sino también por ser su principal referente social.

Aspectos legislativos vinculados al papel de la familia y la escuela para la formación del hombre nuevo

Para garantizar que los niños y jóvenes gocen de todos los beneficios sociales, el Estado Cubano establece un grupo de legislaciones, de las cuales el autor hace referencia particularmente, a las que son de interés para el tema en cuestión.

Para ilustrar esta realidad, hay que comenzar observando lo establecido en La Carta Magna de la República de Cuba del 24 de febrero de 1976, al referirse a la familia y a la educación refleja en su artículo 38 que los padres tienen el deber de dar alimentos a sus hijos y asistirlos en la defensa de sus legítimos intereses y en la realización de sus justas aspiraciones; así como el de contribuir activamente a su educación y formación integral como ciudadanos útiles y preparados para la vida en la sociedad socialista. Los hijos, a su vez, están obligados a respetar y ayudar a sus padres. En el artículo 39 expresa que la enseñanza es función del estado y es gratuita. Se basa en las conclusiones y aportes de la ciencia y en la relación más estrecha del estudio con la vida, el trabajo y la producción. Y en el 40 plantea que la niñez y la juventud disfrutan de particular protección por parte del estado y la sociedad. La familia, la escuela, los órganos estatales y las organizaciones de masas y sociales tienen el deber de prestar especial atención a la formación integral de la niñez y la juventud.

El Código de Familia o ley 1289 promulgada el 14 de febrero de 1875, regula jurídicamente las instituciones de la familia. Entre los objetivos establecidos para este fin se encuentran los de contribuir:

Al más eficaz cumplimiento por los padres de sus obligaciones con respecto a la protección, formación moral y educación de los hijos para que se desarrollen plenamente en todos los aspectos y como dignos ciudadanos de la sociedad socialista;

A la plena realización del principio de igualdad de todos los hijos.

Los incisos del artículo 85, establecen los deberes y derechos comprendidos en la patria potestad a cumplir por los padres. En ellos es necesario resaltar el segundo que se refiere a:

Atender la educación de sus hijos; inculcarles el amor al estudio; cuidar de su asistencia al centro educacional donde estuvieren matriculados; velar por su adecuada superación técnica, científica y cultural con arreglo a sus aptitudes y vocación y a los requerimientos del desarrollo del país y colaborar con las autoridades educacionales en los planes y actividades escolares (Ley No. 1289 Código de Familia 1975: 13).

Es bien clara y explícita la legislación en lo concerniente a los padres en cuanto a la seguridad, sustento, alimentación, salud y educación para garantizar la formación y desarrollo de sus hijos. Lo que permite inferir que el incumplimiento de estas se debe, entre otras, a cuestiones de preocupación personal, acceso a la información y orientación.

La Resolución Ministerial No.216/08 de fecha 27 de Noviembre del 2008, pone en vigor el Reglamento de los Consejos de Escuelas y de Círculos Infantiles expresa en sus por cuanto, la necesidad de lograr una articulación más coherente entre los agentes de la comunidad, la institución y la familia para que sus intereses coincidan con los propósitos educativos; así como perfeccionar el enfoque en la gestión, el estilo de trabajo del Consejo de Escuela y de Círculo Infantil, elevando a un primer plano la responsabilidad de la familia y la comunidad, a partir de las transformaciones y las nuevas condiciones de la Educación Cubana.

Para su cumplimiento, en el artículo uno del primer capítulo plantea que los objetivos básicos del Consejo de Escuela y de Círculo Infantil son:

Incorporar a la familia activamente en la vida de la institución, en la organización de las diferentes actividades docentes, extradocentes y extraescolares, con el propósito de lograr la unidad de influencias educativas sobre los niños, niñas, adolescentes y jóvenes y la elevación de la responsabilidad de la familia en la educación de sus hijos/as.

Consolidar el vínculo y coordinación entre las organizaciones del territorio que están implicadas en la educación de las nuevas generaciones, para participar activa y sistemáticamente en el cumplimiento de las tareas de la educación que a ellas les corresponde.

Con todo lo analizado hasta el momento es pertinente cuestionarse ¿Hacia dónde hay que dirigir la intervención profesional del Trabajo Social? Interrogante que en los momentos actuales debe permanecer abierta en el actuar de los trabajadores sociales y que sirve de orientación para replantear su actuación. De ahí que su respuesta sirva de contribución al perfeccionamiento de la misma.

Lo comunitario en la orientación familiar

La intervención profesional del Trabajo Social es primordial en la transformación de las problemáticas que ocurren al interior de las familias. Las dificultades que allí se generan, poseen una repercusión notoria tanto en el ámbito comunitario como social, razón por la cual devienen tareas para la actuación de los profesionales de esta disciplina. Un temprano diagnóstico, permite orientar a las familias hacia el desarrollo de sus potencialidades, en correspondencia con sus necesidades para así contribuir a la solución y prevención de problemas sociales; organizar estos grupos sociales, articulando esfuerzos entre los diversos actores a partir de sus intereses, potenciando el protagonismo y la iniciativa popular para alcanzar mayores niveles de desarrollo y mejoras en la calidad de vida, teniendo en cuenta sus conocimientos, costumbres y tradiciones; Movilizar tanto recursos como sujetos a participar conscientemente en las acciones de transformación, al mismo tiempo que se fomentan vínculos de solidaridad en función de alcanzar un propósito común con esfuerzos propios.

"Lo comunitario", constituye una cualidad del funcionamiento de los grupos humanos, que va más allá de su convivencia en un espacio físico determinado y el hecho de compartir una cultura e historia común. Asumir esta cualidad, implica entrar en una fase del desarrollo humano que conduce a la emancipación y dignificación de los hombres.

Por tanto, si en la intervención profesional del trabajo social con familias, se asume como premisa en el modelo de la educación popular, la concepción del proceso de desarrollo comunitario como autodesarrollo comunitario, el que conceptualmente es asumido como "(…) el proceso de gestación de lo comunitario (…)", tal como ha sido planteado por el Centro de Estudios Comunitarios de la Universidad Central de Las Villas. Desde cuya perspectiva, como se define por los investigadores de este centro, "(…) la participación y la cooperación constituyen variables esenciales" (Rivero, 2004: 26).

Entonces, gestar lo comunitario, significa para la acción social capacitar a los miembros de las familias para que participen de manera activa en la reflexión crítica sobre su cotidianidad, la identificación de sus necesidades y situaciones problemas. Así pueden desentrañar las causas que les generan malestares y promover la cooperación de los implicados en proyectos de transformación de la realidad, confiando en sus potencialidades y asumiendo conscientemente el rol de protagonistas del cambio.

Por este motivo, el papel del profesional de Trabajo Social debe dirigirse a potenciar en las familias una educación popular que permita fortalecer ese vínculo hogar-escuela, facilitando las herramientas necesarias que les posibilite desarrollar sus potencialidades en el manejo de adecuados métodos educativos con sus hijos. En ese mismo propósito resulta efectiva, la articulación de estas familias con aquellos sistemas que les ofrezcan facilidades de recursos, servicios y oportunidades, para lograr un mejor funcionamiento en el ambiente familiar y cumplimiento de la función educativa con sus hijos. De esta manera, la familia, de conjunto con la escuela y los demás agentes de socialización, puede contribuir a la educación y desarrollo del individuo durante la vida. Esto puede convertirse además en el proyecto de vida de la propia familia desde lo comunitario, si se tiene en cuenta que para lograrlo se involucra la totalidad de sus miembros.

También resulta beneficioso en el vínculo hogar-escuela, potenciar desde lo interno la reflexión crítica de su cotidianidad, las relaciones horizontales y la participación creativa en los espacios que, mediante la interacción entre los miembros de la institución educacional y de las familias, propicien el consenso de criterios educativos. Permitiendo a las familias desempeñar un adecuado e insustituible rol como máximos responsables de la educación de sus hijos, de acuerdo con las exigencias de la sociedad.

Conclusiones

Es necesario significar el valor que actualmente adquieren el estudio y empleo de la educación popular y de la metodología del autodesarrollo comunitario, para los profesionales que se desempeñan como trabajadores sociales. Pues para lograr que las familias se conviertan en sujetos del cambio y protagonistas de la transformación de sus problemáticas:

  • 1 Es necesario que la familia haga un mayor énfasis en el desempeño de su función educativa para contribuir a la formación integral del hombre nuevo. Por esta razón resulta imprescindible para la actual Sociedad Cubana que la familia, como institución y grupo social, continúe desarrollando su papel histórico.

  • 2 En este orden urge la necesidad de fortalecer el vínculo que se establece entre hogar-escuela. Para lograrlo, la escuela debe propiciar las condiciones necesarias y al mismo tiempo la familia se encuentra en la obligación de acercarse a la escuela.

  • 3 Las relaciones que se establecen en la interacción con las familias durante el proceso de intervención profesional empleando la educación popular y el autodesarrollo comunitario, permiten desarrollar una profunda valoración crítica de la realidad social y orientarlas hacia la autotransformación.

  • 4 Estas interacciones ofrecen mejores beneficios para los individuos necesitados de la acción profesional en la medida que son capaces de autogestionar las vías de solución para dicha realidad, aprovechando para este propósito sus propias potencialidades.

  • 5 Sus resultados contribuyen al desarrollo de la disciplina científica y al perfeccionamiento de la práctica profesional. Por lo que conferirle la atención que requiere, en el marco de las actividades de superación y sistematización, posibilita realizar acciones que ayuden a promover y potenciar su utilización. De esta manera también se estimulan la investigación y la actitud científica como estilo de trabajo de los profesionales del Trabajo Social.

Bibliografía

  • 1. Ander-Egg, Ezequiel (2008). Metodología del trabajo social. Bolivia: Editorial Máster.

  • 2. Burke, María Teresa et alter. (1988). De quién es la responsabilidad la escuela o la familia. Ciudad de La Habana: Editorial Pueblo y Educación.

  • 5. Kaplún, Mario (1998). Una pedagogía de la comunicación. Madrid: Ediciones de la Torre.

  • 6. Kisnerman, Natalio (1990) ¿Que es el trabajo social? Buenos Aires: Ediciones Humanitas.

  • 7. Ley No. 1289 Código de Familia de 1975 (2007). La Habana: Editorial Félix Varela. (p 13, Título II, Capítulo II)

  • 8. Engels, F. (1974). El origen de la familia, la propiedad privada y el estado. En K. Marx & F. Engels (Ed.), Obras Escogidas T III. (pp. 203- 354). Moscú Editorial Progreso.

  • 9. Resolución Ministerial No. 216/08, Ministerio de Educación

Disponible en: http://mediateca.rimed.cu/media/document/989.pdf

  • 10. Rivero, R. (Comp.) (2004). El Autodesarrollo Comunitario. Críticas a las mediaciones sociales recurrentes para la emancipación humana. Santa Clara: Editorial Feijóo.

  • 11. Torres, Rosa María (1988). Educación Popular. Un encuentro con Paulo Freire. Buenos Aires: Bibliotecas universitarias, Centro Editor de América Latina.

 

 

Autor:

Yusniel Barreras Pérez

Trabajador Social de la Administración Municipal.

Lic. Sociología.

Email: alier[arroba]uci.cu

Esp. Marlen Cordero Fernández

Sub Dtra. Ciencia- Técnica y Postgrado

Lic. en Educación Especialidad Biología. Especialista en Trabajo Social Comunitario

Categoría: Prof. Asistente

Email: marlenc[arroba]isch.edu.cu

Centro Universitario Municipal Bahía Honda.

Facultad de Ciencias Sociales y Humanísticas.

Dpto. de Humanidades