Las precarias condiciones económicas y políticas que sufre la mayoría de las mujeres mexicanas impiden el ejercicio político de sus derechos ganados con tanto esfuerzo. En el mundo femenino es donde más se conculca el derecho al voto libre. Queda todavía un buen trecho por recorrer a las mujeres mexicanas para hacer plenamente efectivo su derecho a votar y a ser votadas.
México, 1883: "La mujer no es solamente un útero"
En México, un sector de mujeres se organizó en I 870 en torno al periódico "Siempre viva"". Grupos de mujeres se incorporaron al partido Liberal mexicano y se organizaron como "Las hijas de Anáhuac".
En 1883, Concepción Jimeno de Flaquer. fundadora de "El album de la mujer" , señalaba: "La mujer no es solamente un útero". En esa misma década, la revista "Violetas del Anáhuac", creada por la feminista Laureana Wright de Kleinhaus, planteaba el "voto femenino y la igualdad de derechos jurídicos para hombres y mujeres, abogando por la instrucción de la mujer". Juana Gutiérrez, fundó el periódico "Vesper" y los clubes políticos femeninos "Amigas del pueblo e hijas de Cuauhtémoc".
Este inicio del combate de la mujer latinoamericana por sus derechos políticos y sociales, por su derecho al trabajo ya la educación, provocó una iracunda reacción de casi todos los hombres. Como modelo reaccionario de pensamiento transcribimos un artículo redactado por un venezolano, en diciembre de 1888, titulado Los derechos políticos de la mujer: "Dicen los antropólogos que el cerebro de I a mujer pesa una décima parte menos que el del hombre.., las diversas regiones cerebrales no aparecen igualmente desarrolladas; en el hombre lo está la región frontal y en la mujer la lateral y posterior.
Además el occipital de esta última se dirige horizontalmente hacia atrás: todo lo cual, unido a otros caracteres embriológicos y anatómicos de que no queremos hacer mérito, ha llevado a la conclusión de que la mujer es un ser perpetuamente joven que debe colocarse entre el niño y el hombre (Letourneau)… Siendo el sufragio la manera más directa de influir en el gobierno, preciso será averiguar si la mujer hará uso de él con entera independencia como lo exigen los principios de las instituciones representativas… Ningún hombre "dice Cope" presenciaría con serenidad el espectáculo de su esposa e hijas anulando su voto en las elecciones o contribuyendo con su influencia a sostener una política de gobierno que él considerase perjudicial a su propio bienestar o al (le la comunidad" , (Luis López Méndez: Los derechos políticos de la mujer. (diciembre, 1888), en "Los partidos políticos", publicación de la Presidencia de la República, Caracas, 1963).
Las mujeres tuvieron que seguir luchando contra este tipo de pensamiento y comportamiento reaccionarios que imperaban en la sociedad. Sin embargo, las condiciones objetivas comenzaban a barrenar el gran edificio machista construido desde los tiempos de la colonia. Se inició entonces un lento proceso de avance de la mujer en la lucha por conquistar los derechos más elementales de un ser humano. El salto cualitativo se producirá un siglo después
cuando la mujer comience una de las revoluciones sociales más importantes de la historia universal
PARAGUAY
En Paraguay, país que como credenciales de cultura machista ostenta el deshonroso récord de ser el último país de la región en conceder el sufragio femenino.
A 46 años del reconocimiento del derecho al voto femenino, las paraguayas no participan en política.
Hoy hace 46 años que las mujeres en Paraguay tienen acceso al voto, luego de una larga lucha de grupos feministas que durante décadas soportaron todo tipo de agravios para conquistar su derecho cívico. Sin embargo, el proceso de inserción de la mujer en el ámbito político es lento. Así, se puede mencionar como ejemplo que de 274 municipios, solo 12 son conducidos por mujeres. Y en este contexto, varias entrevistadas afirmaron que el voto no sirve en un país donde nada cambia.
La larga lucha de las mujeres paraguayas por el derecho al voto, tuvo su victoria un 5 de julio de 1961, cuando se promulgó la Ley 704 de "Derechos Políticos de la Mujer" que previamente había sido sancionada por la entonces Cámara de Representantes. Este significó un paso importante en la lucha por la igualdad de género en la historia del Paraguay.
BREVE HISTORIA DE LAS MUJERES PARAGUAYAS LA MUJER GUARANÍ
- La sociedad guaraní era patrilineal. - Respeto al padre y a los ancianos. - La mujer guaraní era considerada como objeto de valor, como valor de cambio económico especialmente en las transacciones comerciales. - Una mujer podía valer unas cuantas pieles o carne de caza o varios juegos de adornos de plumería. - La mujer era muy apreciada pues ella significaba: a) dinero (valor de cambio) b) Era la que trabajaba en el kokué ( el hombre cazaba, pescaba y guerreaba) c) Era la encargada de realizar los trabajos artesanales de cestería y alfarería (vasijas que utilizaba toda la tribu) d) Procreaba y daba placer sexual. - La mujer guaraní era muy apreciada tanto por los indios guaraníes y por los indios del Chaco.
LA MUJER EN LAS PRIMERAS DÉCADAS DEL SIGLO XX
- Se inicia débilmente su participación en la vida pública (Manifestación de 5000 mujeres frente a la cárcel, las concepcioneras en 1902, Periódico "La voz del Siglo", Comisión de Mujeres pro-paz en 1904). - La primera abogada del Paraguay presenta su tesis doctoral (1907) - Se crean asociaciones femeninas de carácter social, laboral y político. - Se suceden huelgas de vendedoras del Mercado Central por los precios impuestos por el gobierno. - Emergen nuevas profesiones: secretarias, mecanógrafas, taquígrafas, contadoras, modistas, escritoras, periodistas, médicas, enfermeras, etc.) - Se inicia la lucha por el sufragio femenino. Aparecen diversas agrupaciones. Se consigue el voto femenino en 1961.
Las mujeres también deciden
Hoy no hay campaña electoral seriamente diseñada si no se toma en cuenta a la gran población femenina votante. El Paraguay fue el último país del continente en reconocer la ciudadanía femenina. Hoy, a 47 años del derecho al voto para las mujeres, a diferencia de Perú -que fue el penúltimo en reconocer el voto femenino-, somos los primeros en que una mujer se candidata para la presidencia de la República.
Al igual que en otros países de la región, las mujeres paraguayas sostuvieron una larga lucha por el reconocimiento de sus derechos políticos, y lo consiguieron recién en 1961, siendo de esta manera el Paraguay el último país del continente en reconocer la ciudadanía femenina, según la Coordinación de Mujeres del Paraguay.
PERÚ
Vota por primera vez la mujer en Perú en 1955
El 7 de septiembre de 1955 se concede en Perú el derecho al voto a las mujeres. La promulgación de la Ley 12391, que reconoció el derecho de sufragio de las mujeres peruanas, fue en el gobierno de Manuel Odría.
Entre las mujeres más destacadas en el impulso del voto femenino en el Perú fueron: María Jesús Alvarado (1878-1971) quien planteó por primera vez en 1911 la necesidad de otorgar la igualdad de derechos civiles y políticos a la mujer peruana. En 1924, Zoila Aurora Cáceres (1977-1958) también impulsó esta lucha a través de la organización "El feminismo peruano" que fundó en esa fecha.
Sufragistas peruanas
En el Perú, las primeras luchas por el voto femenino se registran en 1910 con la feminista María Jesús Alvarado y el grupo Evolución Femenina. Antes de conseguirse este derecho ciudadano muchas mujeres estamparon su esfuerzo en múltiples jornadas; cabe recordar entre ellas a la poeta Magda Portal, lo cual motivó su salida del Partido Aprista en 1931. Finalmente, la Constitución de 1933 otorgó el voto municipal a las mujeres y finalmente el otorgamiento del voto femenino se dio recién en 1955, hace sólo 49 años.
Entre las mujeres más destacadas en el impulso del voto femenino en el Perú fueron: la periodista, educadora y escritora María Jesús Alvarado (1878-1971) quien planteó por primera vez en 1911 la necesidad de otorgar la igualdad de derechos civiles y políticos a la mujer peruana. En 1924, Zoila Aurora Cáceres (1977-1958) también impulsó esta lucha a través de la organización "El feminismo peruano" que fundó en esa fecha.
Congresistas mujeres para el período 1956-1963 (Perú)
- Irene Silva de Santolalla (Casada), Senadora por Cajamarca
- Lola Blanco de la Rosa Sánchez (Casada), Diputada por Ancash
- Alicia Blanco Montesinos (Soltera), Diputada por Junín
- María Eleonora Silva Silva (Soltera), Diputada por Junín
- María M. Colina de Gotuzzo (Casada), Diputada por La Libertad
- Manuela C. Billinghurst (Soltera), Diputada por Lima
- Matilde Pérez Palacio Carranza (Soltera), Diputada por Lima
- Juana M. Ubilluz de Palacios (Casada), Diputada por Loreto
Oposición
La oposición a conceder el derecho a voto a la mujer no sólo se basó en la predominancia de cada género en el ámbito privado o público según correspondía. Además, también se planteaba que las mujeres serían influenciadas por sus maridos o por la Iglesia. Se asumía que los primeros no permitirían que las mujeres expresen su verdadera voluntad, y que la segunda perjudicaría el voto en el que predominaba la ideología antes que la fe. Aparte, por supuesto, de la suposición que el ingreso de la mujer a la esfera política destruiría la familia y el hogar.
Con la inclusión de las mujeres, el electorado se duplicó. No obstante, debe resaltarse que en nuestro país quienes promovieron el derecho a voto a la mujer fueron gobernantes conservadores. De esta forma era posible contrarrestar la creciente radicalización del electorado masculino, el cual se encontraba cada vez más movilizado, por lo que el voto concedido no significó un cambio en la forma de pensar sobre la mujer. Más bien se pensó que la influencia de la Iglesia conservadora sobre ella podría equilibrar los cambios sociales en curso. En las elecciones de 1956, fueron elegidas 1 representante para el Senado, y 8 representantes como diputadas.
Elegir y ser elegidas
El reconocimiento del voto a todos los peruanos mayores de 18 años por la Constitución de 1979 mediante el sufragio universal, implicó una mayor inclusión de la mujer en el sistema político. Esto no sólo se debe a que se disminuyó la edad necesaria para alcanzar la mayoría de edad, sino también a que dentro del sector analfabeto de la población, la mayoría son mujeres, y específicamente de zonas rurales. Según cifras del INEI, la tasa de analfabetismo de la población femenina mayor de 15 años en zonas rurales en el 2002 llegaba al 37,4%.
A partir de las elecciones de 1980, las mujeres en su conjunto tienen la capacidad de elegir y ser elegidas, por lo menos en teoría. Todavía se encuentran alrededor de 312 mil mujeres sin un documento de identidad que les permita ejercer su derecho al voto, según cifras del movimiento Manuela Ramos.
El sistema de cuotas, implementado en el Perú en 1997, ha sido también un avance en lograr la igualdad en la representación política. En América Latina las cuotas fueron establecidas primero por Argentina en 1991, por lo que su historia es bastante reciente. Las cuotas de género en el Perú sostenían inicialmente un 25% para listas al Congreso y municipios. En el año 2000 se aumentó la cuota para la lista al Congreso a 30%, y en el 2002 se hizo lo mismo con la cuota para municipios. Además, en el 2002 también se aplicó el 30% para las elecciones regionales.
A pesar de haber favorecido la igualdad en la representación, el sistema de cuotas todavía tiene un largo camino por delante. Por ejemplo, para el Congreso del 2000 se contaban 26 mujeres (21,6%) de 120 parlamentarios, y en el Congreso del año 2001 disminuyó la cantidad a 22 congresistas mujeres (18,3%). Sin embargo, sí se registra un aumento desde el 11,76% en el Congreso de 1995, al 18,3% de nuestro Congreso actual.
Mientras tanto, a 51 años de reconocer el derecho a voto de la mujer, el nuevo reto es permitir que todas las mujeres peruanas tengan las mismas posibilidades de participar en la toma de decisiones en sus comunidades y en el país. La ampliación de la democracia significa la inclusión de aquellos que se encuentran fuera, y ya conseguido el derecho a voto hace mas de 50 años, ahora la meta es que todas sean verdaderas ciudadanas del país.
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Las primeras congresistas del Peru, Cortesía Archivo General del Congreso de la Republica
URUGUAY
Las mujeres votaron por primera vez en Uruguay en 1927. La historia es poco conocida.
Cerro Chato es una localidad muy especial. Se formó en torno a una estación de trenes (línea Montevideo/Melo), sobre el propio lomo de la Cuchilla Grande, y según muchos investigadores históricos, en el camino de los indios guaraníes desde y hacia las misiones jesuíticas del norte. El pueblo se extendió en derredor de la estación y con ello fue tomando tres jurisdicciones distintas, al cruzar, sin un orden establecido, los límites de los tres departamentos. En 1921, los representantes nacionales por el departamento de Treinta y Tres presentan un proyecto de ley por el cual Cerro Chato quedaba bajo la jurisdicción municipal del departamento olimareño. La polémica quedó desatada de inmediato
Se formó en el lugar un Comité de Durazno, otro de Treinta y Tres y una Asamblea de floridenses. La cuestión se fue dando de tal modo, que llegó a la órbita del Consejo Nacional de Administración, el que con fecha 18 de abril de 1926 resolvió, primariamente, la anexión de Cerro Chato al departamento de Treinta y Tres.
Al día siguiente de tal resolución, el doctor Prando, ministro de Instrucción Pública de la época, se dirigió al Ministerio de Obras Públicas por nota, en los siguientes términos: "De acuerdo a lo resuelto por el Consejo Nacional de Administración en su sesión de ayer, este Ministerio debe proceder a la redacción de un Proyecto de Ley que será sometido a la Honorable Asamblea General, por el cual se eleva a la categoría de pueblo al grupo de casas conocido por Cerro Chato. Ahora bien, según los informes que tiene este Ministerio, la estación ferrocarrilera de Cerro Chato está enclavada en el Departamento de Durazno, y la población del mismo nombre se extiende hacia el Este, invadiendo los departamentos de Florida y Treinta y Tres. El propósito del Consejo Nacional de Administración es el de formar sobre la base del futuro pueblo de Cerro Chato una nueva sección judicial en el Departamento de Treinta y Tres; pero para esto, habría tal vez, la necesidad de modificar los límites de ese departamento, en forma que permita situar en aquel la sección Judicial de Cerro Chato".
El Ministerio de Obras Públicas encomienda la tarea a una Comisión Técnica que el 21 de junio eleva un informe en el cual considera que Cerro Chato debe anexarse a Treinta y Tres. Los límites departamentales se recomiendan modificar en pocos kilómetros cuadrados, suficientes para crear una sección judicial.
Con los informes recibidos, el 5 de agosto de 1926, el Consejo Nacional de Administración resolvió dar la oportunidad al propio pueblo de Cerro Chato para que expresara su opinión de pertenencia al respecto, que si bien desde lo jurídico carecía de valor real, desde lo político y lo social podía alivianar tensiones que se daban desde tiempo atrás. El hecho produjo reacciones contrarias, por cierto, ya que los comités de cada departamento, representados por pobladores de Cerro Chato, se enfrascaron en una lucha localista que no parecía tener fin.
El 3 de enero de 1927, la Corte Electoral emite una Circular al respecto y el 31 de mayo reglamenta el plebiscito, estableciendo " que cualquier persona, sin distinción, que desee intervenir en el plebiscito deberá previamente inscribirse en el Registro que abrirá la Comisión Especial Plebiscitaria el 5 de junio, y lo cerrará el 28 de junio próximo." Asimismo, disponía que "los Consejos Departamentales de Durazno, Florida y Treinta y Tres podían designar delegados ante dicha Comisión Especial a fin de controlar el acto plebiscitario". Votó el 94% de la población, y venció la opción "Durazno".
La Constitución de 1917, le otorgó a las mujeres la totalidad de los derechos civiles y la potestad del voto. Pocos años después, la Ley de 1932 reglamentó esos derechos, y en 1938, la mujer votó por primera vez en el Uruguay en la elección nacional del 27 de marzo de ese año. Pero en Cerro Chato, la primera vez fue el 3 de Julio de 1927.
Las mujeres uruguayas participaron en la historia social, económica y política del país desde las luchas por la independencia, la revolución y después en las movilizaciones obreras de comienzos de siglo. No obstante, esa presencia recién se comienza a documentar en la investigación histórica.
Uruguay sobresale por su temprana legislación de protección a la mujer trabajadora y por la ley de divorcio unilateral sin expresión de causa (1913), así como por la rápida secularización que culminó en la separación de la Iglesia y el Estado en 1917.
Tras casi veinte años de acción organizada, en 1932 las mujeres obtuvieron el derecho a voto, siendo Uruguay el segundo país de la región en reconocerlo. Se incorporaron al Parlamento en 1943, pero recién en 1968 una mujer ocupó una cartera ministerial, sólo por un mes.
La democracia uruguaya, con una tradicional y activa participación electoral, sufrió una dramática interrupción con la dictadura militar de 1973-1985. La dureza del período -la represión y la profunda crisis económica- mantuvo a las mujeres marginadas del proceso vivido tanto a nivel mundial como en la mayoría de los países de América Latina por la celebración del Decenio de Naciones Unidas para la Mujer (1975-1985). Sin embargo, la propia situación del país politiza la vida cotidiana y los afectos y en 1982 comienzan a articularse con fuerza nuevos grupos de mujeres preocupadas de la defensa de los derechos humanos y las necesidades de subsistencia. Las mujeres se vuelven protagonistas de la lucha por la democracia, formulan reivindicaciones específicas y finalmente buscan su incorporación en la esfera de los partidos políticos a partir de la coordinación de organizaciones y grupos de mujeres.
Si bien la transición a la democracia en sus inicios fue mezquina con las mujeres en cuanto a cargos de representación y en el Poder Ejecutivo, paulatinamente sus reivindicaciones se han ido legitimando y han vuelto a estar en el Parlamento -incluso con una comisión especial sobre Condición de la Mujer- y por primera vez presiden Juntas Departamentales. Esta presencia en el poder local ha permitido un trabajo concertado con organizaciones femeninas de base, así como con Organismos No Gubernamentales de trayectoria en el trabajo con mujeres. En los partidos políticos se ha puesto en el debate la cuotificación de los cargos y en el Parlamento se debate una ley que haga otro tanto en los cuerpos representativos.
Las uruguayas fueron las primeras en América Latina en modificar profundamente sus rasgos demográficos, tanto como producto de los cambios generales de la población como a través de la modificación de su propio comportamiento reproductivo. De esta forma, ya a mediados de siglo la población femenina en Uruguay era principalmente adulta, fundamentalmente urbana y tenía menos de tres hijos como promedio durante su vida fértil. Estas características se han ido acentuando en las últimas décadas, pero sin que se hayan producido los cambios drásticos que tuvieron lugar en la mayoría de los países de la región en esta segunda mitad del siglo.
Las mujeres han participado desde temprano en el mercado económico uruguayo. Sus tasas de participación están entre las más altas de América Latina y la fuerza laboral femenina tiene un nivel educativo promedio más alto que la masculina. Sin embargo, sigue obteniendo menores salarios y orientándose hacia profesiones todavía tradicionalmente femeninas.
Sus condiciones de salud y educación son comparativamente buenas en la región. Ha sido sobre todo en el campo educativo donde las mujeres de Uruguay han dado un salto importante en las últimas dos décadas. Las uruguayas habían alcanzado a mediados de siglo una situación educacional semejante a la que están logrando las mujeres de la mayoría de los países latinoamericanos desde la pasada década: paritaria respecto del varón en los niveles primario y secundario y ligeramente inferior en el universitario. Pero el nuevo impulso que tuvo su participación en los últimos veinte años ha significado que hoy sean claramente mayoritarias en las matrículas de los niveles segundo y tercero de la educación. Ello no quiere decir que su situación educativa no presente algunos problemas de consideración: segmentación al momento de elegir carrera, falta de formación técnica y, sobre todo, una socialización escolar en menores y jóvenes que aún reproduce la división tradicional de roles sexuales.
En el ámbito de la acción social colectiva de mujeres, Uruguay cuenta hoy día con un amplio tejido social, vivo y variado que incluye tanto grupos de base como organizaciones feministas, centros académicos y de investigación, ONG de desarrollo social, organizaciones políticas y asociaciones gremiales. Esta heterogeneidad constituye una riqueza pero también es fuente de tensiones y las líderes han debido realizar enormes esfuerzos para conservar los espacios de coordinación y continuar buscando mecanismos de articulación con el sistema institucional. El debate en torno a la autonomía del movimiento social y la doble militancia -política y de mujeres- recorre el quehacer de las organizaciones en un país de fuerte tradición político-partidaria y donde el mito de la sociedad igualitaria aún persiste en el sentir colectivo.
VENEZUELA
El 5 de mayo de 1945 es aprobada la reforma constitucional que otorga a las mujeres el voto para la elección de los concejos municipales. Producto de una lucha de nueve años, iniciada a la muerte de Gómez, la conquista es, sin embargo, incompleta, pues en 1944 un manifiesto suscrito por más de 11.000 mujeres había propuesto al Congreso la reforma del artículo 32 numeral 14, de modo "que la mujer venezolana pueda ejercer el derecho de sufragio en idénticas condiciones a como lo ejerza el hombre". Ese importantísimo documento lo firmaban mujeres de relevantes méritos como: Anna Julia Rojas, Lucila Palacios, Cecilia Pimentel, Elisa Elvira Zuloaga, Ada Pérez Guevara, Josefina Juliac de Palacios, Irma De Sola Ricardo, Luz Machado de Arnao, Margot Silva Pérez, Antonia Palacios, Lola de Fuenmayor, Panchita Soublette Saluzzo, Mercedes Fermín, Fifa Soto de Liscano y Blanca Rosa López.
La figuración política de la mujer después del año 36, había contado con nombres como los de Olga Luzardo, María Teresa Castillo, Carmen Clemente Travieso, Ana Luisa Llovera, Ana Mercedes Pérez y Eumelia Hernández. Esta última el 1º de noviembre de 1944 escribió acerca del "mitin femenino" en el Cine Apolo, en el cual hablaron Antonia Palacios, Luz Casado, Josefina Juliac, Auramarina Colmenares, Isabel Jiménez Arráiz, Ángela Doria y ella misma. La pelea no fue en vano, ya que en la constituyente de 1946/1947 participan diez mujeres, entre ellas: Cecilia Núñez de Sucre, Lucila Palacios, Ana Luisa Llovera, Mercedes Fermín y Panchita Soublette.
Concesión del sufragio femenino en los Estados miembros de la OEA
País | Año | País | Año |
Canadá* | 1918 | Barbados | 1950 |
Estados Unidos | 1920 | Antigua y Barbuda | 1951 |
Ecuador | 1929 | Dominica | 1951 |
Brasil | 1932 | Grenada | 1951 |
Uruguay | 1932 | Santa Lucia | 1951 |
Cuba | 1934 | San Vicente y las Grenadines |
|
El Salvador (limitado) | 1939 | Bolivia | 1952 |
República | 1942 | San Kitts y Nevis | 1952 |
Jamaica | 1944 | México | 1953 |
Guatemala (limitado) | 1945 | Guyana | 1953 |
Panamá | 1945 | Honduras | 1955 |
Trinidad y Tobago | 1946 | Nicaragua | 1955 |
Argentina | 1947 | Perú | 1955 |
Venezuela | 1947 | Colombia | 1957 |
Suriname | 1948 | Paraguay | 1961 |
Chile | 1949 | Bahamas | 1962 |
Costa Rica | 1949 | Belice | 1964 |
Haití | 1950 |
*Excepto en la Provincia de Quebec donde se concedió el derecho al voto a la mujer en el año 1952
ANEXOS Lista comparativa de países con sufragio femenino (por orden de aprobación)
Países | Derecho masculino al voto en elecciones nacionales | Voto de las mujeres en igualdad con los hombres |
Nueva Zelanda | 1879 | 1893 |
Australia | 1901 | 1902 |
Finlandia | 1906 | 1906 |
Noruega | 1898 | 1913 |
Dinamarca | 1920 | 1915 (desde 1908 podían votar las mujeres de más de 25 años y que pagaran impuestos) |
Uruguay | 1830 | 1917 (votan por primera vez el 3 de julio de 1927, en el Plebiscito de Cerro Chato) |
Irlanda | ? | 1918 |
Polonia | ? | 1918 |
Georgia | ? | 1918 |
Rusia | 1918 | 1918 |
Islandia | ? | 1919 |
Luxemburgo | ? | 1919 |
Alemania | 1867 | 1919 |
Suecia | 1909 | 1919 |
Países Bajos | 1917 | 1919 |
Austria | ? | 1920 |
Hungría | ? | 1920 |
Checoslovaquia | 1920 | 1920 |
Reino Unido | 1918 | 1928 (desde 1918 podían votar las mujeres mayores de 30 años) |
Ecuador | ? | 1929 |
España | 1869 | 1933 |
Cuba | ? | 1934 |
Turquía | 1924 | 1934 |
Filipinas | 1936 | 1937 (ganado en 1935 con un referéndum, 95% a favor) |
El Salvador (limitado) | ? | 1939 |
Canadá | 1920 | 1940 (en Quebéc. De 1916 a 1922 en el resto del país) |
República Dominicana | ? | 1942 |
Jamaica | ? | 1944 |
Francia | 1848 | 1944 |
Guatemala (limitado) | ? | 1945 |
Panamá | ? | 1945 |
Italia | 1919 | 1945 |
Trinidad y Tobago | ? | 1946 |
Albania | ? | 1946 |
Japón | 1925 | 1946 |
Bulgaria | ? | 1947 |
Yugoslavia | ? | 1947 |
Argentina | 1912 | 1947 |
Venezuela | 1946 | 1947 |
Surinam | ? | 1948 |
Rumania | ? | 1948 |
Bélgica | 1919 | 1948 (desde 1920 las mujeres podían votar en las elecciones comunales) |
Chile | 1935 | 1949 (desde 1935 las mujeres podían votar en elecciones municipales) |
Costa Rica | ? | 1949 |
Barbados | ? | 1950 |
Haití | ? | 1950 |
Antigua y Barbuda | ? | 1951 |
Dominica | ? | 1951 |
Granada | ? | 1951 |
San Vicente y las Granadinas | ? | 1951 |
Santa Lucía | ? | 1951 |
Bolivia | ? | 1952 |
Grecia | ? | 1952 |
San Kitts y Nevis | ? | 1952 |
India | 1950 | 1950 |
Guyana | ? | 1953 |
México | 1909 | 17 de octubre de 1953 (desde 1947 en elecciones municipales) |
Pakistán | ? | 1954 |
Siria | ? | 1954 |
Honduras | ? | 1955 |
Nicaragua | ? | 1955 |
Perú | ? | 1955 |
Costa de Marfil | ? | 1955 |
Vietnam | ? | 1955 |
Egipto | ? | 1955 |
Túnez | ? | 1956 |
Colombia | 1957 (desde 1853, en la provincia de Vélez -Santander-, podían votar. Perdieron el derecho al voto en 1857 al formarse el Estado de Santander, mas lo recuperaron el 25 de agosto de 1954. Puesto en práctica desde 1957). | |
Paraguay | ? | 1961 |
Brasil | 1889 | 1961 |
Bahamas | ? | 1962 |
Mónaco | ? | 1962 |
Irán | ? | 1963 |
Kenia | ? | 1963 |
Belice | ? | 1964 |
EE. UU. | 1870 | 1920 |
Suiza | 1848 | 1971 |
Portugal | ? | 1971 (desde 1931 podían votar las mujeres con escuela secundaria completa) |
Liechtenstein | ? | 1984 |
África Central | ? | 1986 |
Yibuti | ? | 1986 |
Samoa | ? | 1990 |
Sudáfrica | 1994 | 1994 (desde 1930 podían votar sólo las mujeres de piel blanca) |
Afganistán | ? | 2003 |
Kuwait | ? | 2005 |
Lista de países sin sufragio femenino
En la actualidad, algunos países no reconocen el sufragio a las mujeres. O sí lo reconocen (como en el Líbano), pero de una manera diferente que a los hombres. La siguiente lista no incluye los países que no permiten el sufragio ni a hombres ni a mujeres:
- Arabia Saudí
- Bután: un solo voto por cada familia, y sólo en elecciones a nivel local.
- Brunéi Darussalam
- Líbano: las mujeres requieren una prueba educativa, los hombres no. Voto obligatorio para hombres, opcional para mujeres.
- Omán: limitado a 175.000 personas (la mayoría hombres) elegidas por el gobierno.
1.6 El auge de los Derechos Humanos y los Derechos de Género de la Mujer
Los Derechos Humanos subrayan la necesidad de la igualdad de derechos en todas las esferas de la vida económica, social, cultural y política, tanto de hombres como de mujeres . En el caso de las mujeres, la capacidad de controlar su propia fecundidad constituye la base para el disfrute de otros derechos y eliminar los obstáculos a la educación capacitación, empleo y acceso a los serviciosde la salud; promover la participación activa de los hombres y mujeres en las esferas de la responsabilidad familiar y compartir la pareja natural (heterosexual) la responsabilidad de la planificación de la familia, la crianza de los hijos y las labores domésticas.
En materia de Derechos Humanos existen un sin fin de tratados internacionales que dan protección a las personas, independientemente que sean hombres o mujeres, aunque en razón de las mujeres, hay especiales, puesto que ella ha sido objeto de una continua violación a sus derechos humanos, pueden citarse los siguientes Tratados y algunas declaraciones; algunas de ellas ya antes citadas:
1. Declaración Universal de Derechos Humanos (1948).
2. Convención que busca eliminar el Tráfico de Personas y la explotación de la prostitución por otros. (1949)
3. Convenio de la OIT sobre la igualdad de remuneración por igual trabajo sin distinción de sexo. (1951)
4. Convenio sobre los Derechos Políticos de la Mujer (1952).
5. Convención sobre la nacionalidad de las Mujeres casadas (1957)
6. Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
7. Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
8. Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre.
9. I Conferencia sobre la Mujer, México: Declaración sobre la igualdad de la mujer; Plan Mundial de Acción: Año Internacional y Decenio de la Mujer. (1975)
10. Adopción por la ONU de la Convención sobre la Eliminación de todas las formas de discriminación contra la Mujer. (1979)
11. Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), que redactó el concepto de discriminación contra la mujer y crea como mecanismo de verificación y cumplimiento el Comité CEDAW. (1979)
12. Convención Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San José)
13. III Conferencia Mundial en Nairobi, Kenia.
14. Declaración sobre la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer (ONU, 1993).
15. Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación Contra la Mujer. (1979).
16. Convención Interamericana Para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (Convención de Belem do Para) OEA, 1994.
17. Conferencia sobre Población y Desarrollo (El Cairo, Egipto). (1994).
18. Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, Beijing, 1995.
Lo que establecen en suma todos estos Tratados Internacionales, son que "todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos, incluyendo el del sexo".
Entre los derechos humanos que consagran estos instrumentos internacionales se tienen:
· La vida, que es un bien y un derecho fundamental.
· La libertad, la cual tiene límites de acuerdo a la ley.
· La seguridad personal, en la cual hay responsabilidad compartida, tanto del Estado como de la sociedad y de la persona misma.
· La igualdad ante la ley, la cual debe estar garantizada en la ley y debe aplicarse íntegramente por los responsables.
· La libre circulación, la cual está sujeta a un sistema normativo.
· La nacionalidad, derecho fundamental y atributo de la persona.
· La propiedad individual colectiva. Garantizada por el sistema jurídico.
Asimismo los derechos humanos de las mujeres se especifican principalmente, en aquellos aspectos en que siempre se le han violentado sus derechos, tales como:
· Respeto a su persona en lo físico, síquico y moral, es decir vivir libre de maltrato, sin miedo, amenazas y sin humillaciones.
· Compartir con los hombres las responsabilidades domésticas y familiares.
· Valoración y educación libre de conceptos de inferioridad o subordinación, para tener las mismas oportunidades que los hombres y lograr la superación profesional, técnica, etc.
· Trato justo y digno en los servicios policiales legales y de salud.
Está claro, que si los derechos humanos no se respetan, peligran la paz y la tranquilidad en la familia y por ende de la comunidad.
En la realidad, las mujeres tienen mayores dificultades dentro de la familia y en la sociedad que los hombres, por ejemplo en el ámbito de la familia y la comunidad, la mujer es la que más sufre de la violencia, manifestándose ésta en niveles alarmantes de asesinatos en el 2003, que ascendieron al 50.32% de 153 casos entre otro tipo de violaciones.
En lo que se refiere a la salud el 81.22% de las mujeres no disponen de ningún tipo de seguro médico, no obstante existe un 45.88% activas económicamente, lo que muestra existen muchas mujeres en el sector informal y/o trabajando condicionadas para no obtener seguro médico y que por la necesidad aceptan.
Por ese nivel de dificultad que presenta hacer valer los derechos de las mujeres, es que se realizan eventos mundiales en los cuales se discuten y planean formas para hacer valer los derechos de las mujeres.
Dentro de los Derechos Humanos, se contemplan los Derechos sexuales, los cuales fueron abordados en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, Beijing (1995), en ella se reconocieron los derechos que tienen las mujeres y hombres para decidir:
· Sobre las cuestiones relativas a su sexualidad.
· Cuándo y cómo tener relaciones sexuales.
· Vivir su sexualidad sin discriminación, violencia o dominación, es decir no sentirse objeto, en contrario ser sujeto.
Asimismo se encuentran los derechos reproductivos, que le permiten a mujeres y hombres decidir con libertad y responsabilidad:
· Tener o no tener hijos e hijas.
· Cuántos y en qué momento, tener hijas e hijos.
Para ello, se debe ejercer el derecho a obtener información, que permita organizar de manera sana y tranquila la vida reproductiva.
La maternidad y la paternidad voluntaria son parte de los derechos reproductivos de mujeres y hombres. La maternidad voluntaria, se da cuando las mujeres deciden ser madres, ya sea por embarazo o por adopción. La paternidad voluntaria, se da cuando los hombres deciden ser padres, por haber engendrado o por adopción.
Con el objeto de garantizar todos estos derechos sexuales y reproductivos, se reconocen en el Plan de Acción de la Cuarta Conferencia Mundial de la Mujer (Beijing, 1995).
Es importante mencionar que también el enfoque del feminismo de género reconoce a las orientaciones sexuales porque niega la división sexista tradicional, por lo tanto si no hay división del sexo, también se les está violando sus derechos humanos a homosexuales y lesbianas, y el derecho internacional no podía estar ajeno a esta situación, por ello la ONU abre espacios a las organizaciones homosexuales y lesbianas. Aunque la equidad de género se opone a esta corriente, porque concibe los derechos de la mujer dentro de la concepción natural, es decir en una relación heterosexual, sea ésta en una sociedad monogámica o poligámica, éste sistema es muy defendido por la Iglesia Católica. Por ello el feminismo de género plantea que la concepción de equidad, encajona los derechos de la mujer entre la religión y la familia, volviéndose hasta represivo para las mujeres que subsisten en estos sistemas.
ARTÍCULO México: El voto de las mujeres | ||
El voto de las mujeres, libro sobre el poder, el feminismo y otros temas de género, fue lanzado este mes en México. La antología recoge las reflexiones de un grupo de mujeres que se reunió en octubre de 2003, con motivo de la celebración de los cincuenta años del voto femenino en ese país. Un grito de rebeldía con visión de futuro. (Mujereshoy/Cimac) La celebración del 50 aniversario del voto de las mujeres permitió la reunión de 29 mujeres el pasado 22 de octubre en el Claustro de Sor Juana, que reflexionaron acerca del poder, el feminismo y los asuntos de género que ocupan desde hace muchos años nuestro imaginario social, y que este mes pone en circulación la editorial Plaza y Janés en una antología que nos permite por primera vez asomarnos al pensamiento de los temas que sin hipérbole comprometen el futuro del país. Porque, hay que decirlo, ese Grupo Plural, como dio en llamarse a sí mismo, tenía (y tiene) características poco comunes en un medio donde las mujeres habían sido tradicionalmente relegadas de los espacios públicos. En primer lugar, son mujeres empoderadas, liderezas políticas y empresariales, legisladoras, ex gobernadoras, dirigentes partidistas, la única magistrada de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la única secretaria de Estado del gobierno foxista, altas funcionarias del mismo y la propia esposa del presidente, además de periodistas y feministas. Se reunían, pues, una variedad de idearios, de intereses y de orientaciones políticas, por lo que lo primero que éstas tuvieron que hacer fue hacer a un lado sus diferencias ideológicas y sus intereses coyunturales en un intento por dejar constancia de que, como dice la contraportada de El voto de las mujeres, "ésta ha sido una lucha con muchos logros, pero que aún no está concluida". Quizá por todo ello, El voto de las mujeres es un libro con una visión de futuro; pensado y escrito para dejar constancia no sólo de los avances que han logrado las mexicanas en los últimos 50 años, sino también de un programa a futuro, porque otro logro de esta antología, surgida por la iniciativa de la secretaria Josefina Vázquez Mota, compilada por Sara Lovera y Yoloxóchitl Casas, es que por primera vez nos permite una mirada fresca de lo que las mujeres que hacen política piensan sobre el poder. Ello, sin restar importancia al hecho de que de varias de las integrantes del Grupo Plural, conocido por los medios como Grupo de Notables, se esperan aún grandes sorpresas. Pero al margen de la política activa de cada una de las integrantes, es importante destacar el hecho de que lo que se discute en el libro es justamente del poder, para qué sirve a las mujeres y cómo se le puede utilizar. Para una activista del feminismo como Pilar Muriedas, habría que empezar a pensar, en medio de la discusión sobre si las mujeres están ya preparadas para gobernar este país, si "¿pueden decidir las mexicanas el gobierno que desean cuando aun su cuerpo es decidido por otros?". Las preguntas están en el aire. Para la misma Muriedas, a la pregunta de si "¿está la clase política del país preparada para que las mujeres puedan ejercer, con plenitud, su derecho a decidir?", responde ella misma con contundencia: "Por desgracia, la respuesta es no". Por otra parte, para Amalia García, actual candidata al gobierno de Zacatecas por el PRD y con una larga trayectoria política y militante desde la izquierda mexicana, la desigualdad sigue siendo un obstáculo a superar entre hombres y mujeres. En su colaboración titulada "El doble uso de las palabras", Amalia García, cuyos orígenes políticos se remontan al hoy desaparecido PCM, señala que "la lucha por transformar el uso del lenguaje es una de las asignaturas pendientes". El libro es una panoplia que ofrece las visiones de poder de estas mujeres que comparten no sólo una visión de género, sino también una voluntad de poder expreso que se manifiesta de manera clara y fuerte en un país que prefiere el susurro y el mensaje cifrado. Una antología de visiones de un grupo de mujeres que nos transmiten su experiencia del ejercicio del poder y la participación pública, en cada una de las áreas que conforman la multifacética realidad nacional, surgidas de una serie de encuentros que posibilitaron no una reunión de amigas, sino una confluencia intelectual. Las reuniones, como aclara Sara Lovera en la introducción, causaron revuelo porque "la reunión de estas mujeres tan diversas era un signo nuevo en un país que apenas ha comenzado su transición a la democracia", y porque, como aclara más adelante, "los medios no podían concebir que se reunieran mujeres de poder, con poder y por el poder simplemente para festejar su ciudadanía, y señalar lo que falta a esa ciudadanía. Cómo ésta es todavía incompleta e imperfecta". Imperfecta, claro, tanto como puede serlo cualquier democracia, que no puede ser tomada nunca como un fin y que, por el contrario, es siempre un medio, pero incompleta porque se ha negado a sí misma la visión de la mitad de la ciudadanía que la integra, es decir de las mujeres, que en este país suman casi el 52 por ciento de la población. Las protagonistas de este libro forman parte de la élite política de México, pero sería más justo decir que ellas mismas son una élite que, dispersa en el territorio nacional, ha influido de manera determinante en el rumbo que ha tomado la política nacional los últimos 30 años o más. El que las propias participantes en este festejo multívoco se hayan autodenominado a sí mismas como Grupo Plural, rechazando el de Notables que les dieron los medios en un afán descalificativo, puede dar una idea de los objetivos del mismo, todo lo cual se refleja de manera nítida en este libro que podemos definir como histórico. Histórico, porque nos permite asomarnos a la reflexión que sustenta, y ha sustentado, el trabajo público de estas 29 mujeres (desde Griselda Alvarez, primera gobernadora en el país, hasta Josefina Vázquez Mota, la única secretaria del gabinete actual), que desde los más diversos ámbitos se han atrevido a buscar el poder para cambiar su realidad y la de sus conciudadanos. Es un documento que nos permite saber lo que piensa la mitad de la población sobre el ejercicio público de un grupo de mujeres que se atrevieron a, también, transformar una visión chabacana del poder en una en la que lo privado es elevado a la dimensión pública. Es un grito de rebeldía, cierto, porque como señalaron en su Declaración "la gran lección que hoy celebramos es que no es el cuerpo lo que determina las tareas políticas que las personas podemos realizar", pero es al mismo tiempo el reconocimiento de que la política como espacio privilegiado de participación pública permite unificar criterios más allá de la contingencia ideológica: "Nosotras -agregaron-, con nuestras diferencias, coincidimos en que la responsabilidad pública atañe igualmente a mujeres que a hombres". Fuente: Gilberto Meza, Cimacnoticias.com |
BIBLIOGRAFÍA
Basado en el extracto del borrador de la Enciclopedia Electoral Uruguaya, en proceso de elaboración, de los autores Jorge Marius, Oscar Bottinelli y Wilfredo Giménez. *
Articulo periodistico : Septiembre 9, 2007 by Roberto Di Chiara
León, Magdalena. Mujeres y participación política: avances y desafíos en América Latina. Santafé de Bogotá: Tercer Mundo editores. 1994
Movimiento Manuela Ramos: Villanueva, Victoria y Elizabeth Herrera. 50 años del voto a las mujeres. Lima:
Movimiento Manuela Ramos, Programa Derecho a la Participación Política y Ciudadanía. 2005
Asociación civil Transparencia: www.transparencia.org.pe
Especial para Universia de Lic. Laura Osta Vázquez, de www.la-azotea.org La Azotea Espacio Cultural
www.publicaciones.cucsh.udg.mx/pperiod/laventan/Ventana19/19_5.pdf
http://www.mujereshoy.com/secciones/1762.shtml
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http://www.oni.escuelas.edu.ar/2002/CORDOBA/historia/voto.htm
http://www.negracubana.nireblog.com
http://www.fpolar.org.ve
Autoras:
Stella Burgos
Sofia Lajad
Verónica López
Romina Montoya
Fernanda Pérez
Carolina Sánchez
Maria Felisa Santillán
Eugenia Velásquez
MATERIA: HISTORIA SOCIAL LATINOAMERICANA
PROFESOR:
Carlos Uriburu Rivas
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