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Aportes Médicos en la Obra de José Gumilla "El Orinoco ilustrado y defendido" (página 2)

Enviado por Daniel Sanchez


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En lo que concierne a los medicamentos de las medicinas tradicionales la situación es muy diferente. Su perspectiva de utilización no se mide  en años sino en siglos. Las prescripciones tradicionales han tenido el tiempo de definir bien los modos de aplicación y eventualmente las precauciones a tomar para evitar los efectos secundarios indeseables.

La Etnomedicina en el Orinoco Ilustrado

El padre José Gumilla nos deja una interesante descripción de tratamientos medico, enfermedades, plantas, venenos y animales ponzoñosos en su magna obra El Orinoco ilustrado y defendido. Intentaremos descifrar a través de su texto, el mensaje que nos deja en sus historias. Hablaremos desde el origen aparente del hombre hasta la manera de preparar el veneno tan peligroso como el curare. Desde el punto de vista de la etnomedicina, Gumilla nos deja un documento excepcional, porque no solamente describe enfermedades, signos y síntomas, sino que también, nos habla del tratamiento que los indígenas empleaban para curar sus enfermedades. Desde siempre el ser humano ha buscado la manera de curar la enfermedad y los habitantes originarios de América, tenían sus maneras antes de que llegaran los conquistadores españoles. Es por esto que la obra de Gumilla constituye un aporte para la humanidad no solamente en etnomedicina, sino que también en Antropología e Historia.

El padre Jose Gumilla

Nació el 3 mayo 1686, Cáncer (Valencia), España; Murió el 16 julio 1750, Los Llanos (Amazonas), Venezuela. Su vida está íntimamente vinculada a la historia del río Orinoco, sobre todo en su aspecto literario, económico y social. Defensor de las grandes reservas naturales de la Orinoquia, apeló con audacia a la responsabilidad de la Corte. Su obra representa el primer descubrimiento científico del misterioso Orinoco y se enmarca en la tradición social de Alonso de Sandoval y Pedro Claver, así como de la Universidad Javeriana, mientras influye en el Tratado de Límites (1750) con sus ideas geográficas.

Llegado al Nuevo Reino de Granada en la expedición de 1705, hizo filosofía y teología en la Universidad Javeriana de Bogotá y trabajó un año (1714) en Tunja (Boyacá) antes de convertirse en misionero de los Llanos. El primer periodo de sus treinta y cinco años es el más importante en el aspecto desarrollista de las reducciones de los Llanos y el Orinoco (1715-1737). Entonces se creó una nueva concepción misional, basada en la apertura y planificación, así como el diálogo con las demás órdenes religiosas. La verdadera etapa de expansión de las misiones jesuitas entre los sálivas, el grupo estabilizador del área que tenía como centro las bocas del río Meta, se lleva a cabo entre 1731 y 1736. Aparte de los pueblos organizados y la fundación de Nuestra Señora de los Ángeles y Santa Teresa (1732-1733), fue necesario construir un fortín en San Javier (1736) para defenderse del ataque de los caribes. Al año siguiente, Gumilla abandonó las misiones para ser rector del colegio de Cartagena (1737-1738), después viceprovincial del Nuevo Reino por unos dos meses (1738) y, finalmente, procurador ante Madrid y Roma (1738-1743). Desde su regreso (1743) de Europa con siete jesuitas más, la falta de información oculta sus siete últimos años de vida, que concluyó en un lugar no especificado de los Llanos.

La ideología, algo tímida y cautelosa, que aflora en sus escritos, no está aún sistematizada. Un pequeño esbozo se halla fundamentalmente en la primera parte de El Orinoco Ilustrado (Cáp. XXIV-XXV) y en diversos memoriales sobre el problema migratorio. Gumilla parte de un concepto comunitario del derecho: todos los bienes del universo están a disposición de todos los hombres. Las conclusiones las construye dentro de la perspectiva de una concepción nueva y dinámica del continente americano. En su planificación se distinguen dos coordenadas: vitalizar las fuerzas estáticas (planificación, personal, estancamiento de la riqueza) e injertar nuevas fuerzas dinámicas (inmigración, colonización, mestizaje). Todo su pensamiento se entronca en el profundo vitalismo de la unidad funcional del Universo.

Además de las obras conservadas, incluyendo tres informes sobre los lindes de la misión jesuita y unas catorce cartas, Gumilla compuso una gramática y vocabulario de la lengua betoye, un tratado médico y cuatro mapas, uno de ellos incluido en varias ediciones del Orinoco Ilustrado.

Otro aspecto que ha de señalarse del padre Gumilla es que su obra no solamente es un documento fundamental para entender la historia y costumbre de las poblaciones a orillas del Orinoco durante la época colonial, Sino que también es un el primer documento cartográfico de aquella zona. Al estudiar su obra cartográfica, encontramos que fue copiada por otras personas, quienes la hicieron aparecer como suyas, quitándole el merito a su verdadero autor. El Croquis Gumillano de 1732 se titula "Muestra del río Orinoco desde el río Caroní, e isla de Fajardo hasta el mar, bosquejado por un misionero de la compañía de Jesús después de novísima y exacta observación. Año 1732". El cual representa una descripción bastante exacta de los asentamientos y misiones del Orinoco es un trabajo cartográfico de primer orden que luego será copiado por otros autores.

El Orinoco ilustrado

La edición príncipe de la obra mas famosa del padre Gumilla apareció en Madrid en el año de 1741 con el siguiente titulo: "El Orinoco Ilustrado, Historia natural, civil y geographica, de este gran Río y de sus caudalosa Vertientes: gobierno, usos, costumbres de los indios sus habitadores, con nuevas, y útiles noticias de Animales, Árboles, Frutos, Aceytes, Resinas, Yervas, y Raíces medicinales: Y sobre todo se hallaran conversiones muy singulares a nuestra santa fe, y casos de mucha edificación. Por el P. Joseph Gumilla, de la compañía de Jesús, Missionero y Superior de las Missiones del Orinoco, Meta y Casanare, Calificador y Consultor del Santo Tribunal de la inquisición de Cartagena de Indias, Examinador Synodal del mismo Obispado, Provincial que fue de su provincia del nuevo reyno de Granada, y actual procurador a emtrambas Curias, por sus dichas missiones y Provincia. Año 1741. Con licencia. En Madrid: por Manuel Fernández, Impresor de la reverenda Cámara apostólica, en su Imprenta, y librería, frente a la cruz de la puerta Cerrada" . El Libro de José Gumilla se publicó cuatro veces en el siglo XVII (1741, 1745, 1758, 1791), dos en el XIX (1882 y una sin fecha), cuatro en el XX (1944, ¿1945?, 1955, 1963). No es poca cosa para una obra científica. Porque José Gumilla Planteo un conjunto de problemas geográficos, de ciencias naturales de ciencias políticas y de filosofía moral. En el titulo que quiso definitivo, el de 1745, escribió ilustrado para significar esa dimensión que hoy llamaríamos de ciencia social, todo el complejo antropológico, historiológico etnográfico y politólogo. Añadió defendido porque ya desde entonces se planteo la necesidad de defender el territorio Guayanés. José Gumilla descubrió y civilizo nuestra Guayana. Vivió y murió con sus amigos los indios Venezolanos del Orinoco.

Aspectos Médicos

1.- Origen de los Habitantes del Orinoco

Para el padre José Gumilla los habitantes del Orinoco eran descendientes de Cam el segundo hijo de Noe, vemos aquí como ya intenta explicar el origen del hombre en América. Esta teoría que ha sido muy debatida, pues muchos eruditos sostienen que el hombre no se origino en América sino que fue el producto de migraciones de Asia y Oceanía.

"Y así yo en su nombre apuntaré aquí lo mismo que largamente medité entre ellos, al ver su modo, su estilo y su desdicha, digna de toda compasión. Digo lo primero, que los Indios son hijos de Chám, segundo hijo de Noé, y que descienden de él al modo que nosotros descendemos de Japhet, por medio de Tubal, Fundador ó Poblador de España, que fue su hijo, y nieto de Noé, y vino á España año 131 después del Diluvio Universal" Gumilla José "Orinoco Ilustrado"

2.- Aspecto referentes a la mujer y el parto

El padre Gumilla describe una serie de ritos que involucran a la mujer dentro de las diferentes etnias, aquí critica algunas costumbres tildándolas de salvajes pero que sin embargo era parte de la cultura étnica.

"Quarenta días antes de casar los Guayquiries á sus hijas, las tienen encerradas en un continuo y rígido ayuno: tres frutas ó dátiles de Muriche y tres onzas de cazabe con un jarro de agua, es su diaria ración: y así, el día de la boda, mas parecen moribundas que novias. ¿Por qué usáis esta crueldad, le dixe yo al Cacique? y él con mucha satisfacción respondió así: «Reparáron nuestros antiguos, que todo quanto pisaban las mugeres, quando estaban en la costumbre ordinaria ó lunacion, todo se secaba; y si algún hombre pisaba donde ellas habían puesto los pies, luego se le hinchaban las piernas; y habiendo estudiado remedio, mandaron que para que sus cuerpos no tengan veneno, las hagamos ayunar quarenta días, como ves; porque así se secan bien, y no son dañosas; ó á lo menos no tanto como lo eran antiguamente»; así engaña el Demonio á estos ignorantes, y los induce á que usen de estas crueldades, paliadas con necia erudición, aparente piedad y oculta, pero cruel tiranía." O.C. p 140

Diferentes culturas creen que la menstruación en la mujer es un acto de purificación, es por esto que la mujer debe ser alejada del marido mientras se purifica antes de la boda. Estas tribus pensaban que la mujer con el periodo "Lunacion" secaba las cosechas o agriaba el vino de allí este tipo de práctica.

También describe la manera de parir de las mujeres durante la marcha o la caza. Estas paren solas sin ninguna ayuda y deben encargarse de la criatura que es responsabilidad exclusiva de ellas. No refiere que pasa si hay complicaciones durante el parto, pero probablemente la mujer moriría sola debido a que en estas tribus la mujer era considerada como inferior.

"Fuera de esto acaece, que en estas marchas le dan los dolores de parto á una ó muchas de aquellas Indias: se aparta un paso del camino, pare, envuelve de nuevo la criatura con las secundinas, y corre apriesa para proseguir marchando con todos llega al primer rio, que se ofrece, allí laba la criatura, se laba á sí misma, y ya está libre de su parto, y convalecida tambien: ¡tanto vale criarse al rigor del Sol y del sereno!" O.C. p 205

Otro aspecto a considerar es el parto gemelar en donde era muy mal visto que las mujeres parieran gemelos debido a que el marido pensaba que un hijo era suyo y el otro producto de la infidelidad de su esposa. Las indias preferían matar alguna de las criaturas antes de ser sometidas a la vergüenza de un parto gemelar. Otras naciones como la Saliva, daban escarmientos ejemplares a las mujeres que se atrevieran a parir gemelos.

"Ni es ménos necia la manía con que llevan pesadamente el que sus mugeres paran mellizos: tienenlo por deshonra de sus personas, y llega esto á tanto, que luego que corre la voz, que Fulana parió dos criaturas. Y no para aquí el daño, lo peor es, que la Saliva Gentil que da uno á luz, y siente que resta otro, al punto, si puede, entierra al primero, por no sufrir luego la cantaleta, y la zumba de sus vecinas, ni ver el ceño, que su marido la pone: y el sentimiento del marido es hijo de otra ignorancia; porque su pesar nace de   pensar, que solo uno de aquellos mellizos puede ser suyo, que el otro es seña cierta de deslealtad de su muger. luego que convaleció la muger (que entre aquellas gentes es muy en breve) juntó el Capitan su gente al anochecer, y puesta en pública verguenza la triste Saliva, la hizo cargo de la desverguenza de haberse atrevido á parir dos criaturas siendo su muger: de ahí pasó á reprehender, y á retar á las demás mugeres, amenazándolas con riguroso castigo, si en adelante se atrevian á parir mellizos; y para que viesen, que no habia de parar el negocio en solas palabras y amenazas, tomó un latigo cruel, y dió una sangrienta diciplina á su propia muger, para que en su cabeza escarmentasen las otras. Hasta aquí puede llegar la ignorancia, y gobierno descabellado de aquellos ciegos Gentiles; y tanto como esto, y mucho mas, hay que remediar aun en las Naciones mas tratables y dociles; ¿qué será en las agrestes? " O.C. p160

También describe la "Eutanasia" o el asesinato de niños que nazcan con algun defecto físico que le impidiera una vida normal.

"Aunque el parto sea en casa, delante del marítimo y de la parentela, si la criatura sale con algun defecto, ó con alguna monstruosidad, v. gr. con una mano ó pie ménos, ó con el labio rajado, como suele suceder; en tales casos, sea hembra, ó sea varon, nadie se opone, ántes bien todos consienten en que muera luego, y así se executa; y si la muger da á luz dos criaturas, es indefectible el que uno de los mellizos ha de ser luego al punto enterrado á instancias ó por mano de su misma madre." O.C. p 317

3.- Los Médicos, Chamanes y la terapéutica medica

Tambien describe el padre Gumilla a los médicos brujos o piaches de quienes dicen que atemorizan a la población haciéndoles creer que tienen poderes sobrenaturales y que se comunican con el demonio.

"No se puede negar que entre estas Naciones hay Indios taymados y parleros, de quienes se dice que tratan con el Demonio; pero tambien es cierto que los mas de los que tienen esta fama, (que ellos mismos hacen creer quanto pueden) como apunté ya, son embusteros, se precian de lo que no hay, se fingen muy amigos del Demonio, por su interés, por sobresalir y ser temidos del resto del gentío, para que no les nieguen cosa alguna de las que se les antoja, como realmente sucede; y viven respetados, atendidos y con abundancia de todo lo que en medio de su gran pobreza se puede desear: á los tales en unas Naciones llaman Moján; en otras Piache; en otras Alabuqúi etc." O.C. p 291

Es curioso como el padre Gumilla desconfía de los médicos y su terapéutica, aquí describe como los Piaches practicaban las curaciones. El "chupar" al enfermo extrayéndole sangre, hacia pensar que le absorbía la enfermedad o lo que la ocasionaba. Sin embargo el misionero se da cuenta que aun despues de este remedio, el enfermo fallecía. Es muy importante este aporte del autor para el conocimiento de los diferentes tipos de curaciones que practicaban los pueblos indígenas de las riveras del Orinoco y constituye un valioso documento para el estudio de la etnomedicina.

"En otros casos cogí en la trampa á los otros Mojanes, que llaman Médicos. Estos curan ó quieren persuadir que curan los males, á puro chupar: si duele, por exemplo á alguno el estómago, previenen en la boca algunas raices de yerbas; y despues de chupar terriblemente sobre el estómago del paciente, escupen aquellas raices, y dicen que aquello le mataba: reciben su paga, y quando despues muere el enfermo, se excusan diciendo: que si no hubiera comido pimiento, ó esto ó aquello, no hubiera muerto. Los Médicos de la Nacion Otomaca chupan á sus enfermos con tal fuerza y pertinacia, que no descubren la boca sin sacar sangre del paciente, luego la escupen en lugar limpio, y de entre la sangre y saliva apartan unas piedrecillas menudas, que á prevencion traían en la boca, y hacen creer, que ellas eran la causa de la enfermedad: y en muriendo el enfermo, se valen de un desatino, para que quede en todo su vigor el buen crédito de su medicina." O.C. p 291

En el siguiente párrafo hay algo muy curioso, el padre Gumilla describe cierta Yerba que utilizan los indios para mitigar el dolor. Por la descripción podemos pensar que se trata de la Coca, debido a que en esta zona tropical era cultivada y se usaba incluso en rituales indígenas mágico-religiosos. Lo importante es que el autor nos describe en una forma muy precisa el tratamiento del dolor con infusiones de coca, además de untarlas por el cuerpo sobre las partes afectadas. La coca contiene un alcaloide llamado cocaína el cual es su principio activo y que a partir de este se sintetizaron los anestésicos locales modernos. Al describir que los indígenas no sienten dolor cuando arrancan la hierba, nos esta dando la pista de la manera de actuar de la coca, anestesiando las zonas de contacto. Además nos habla de las dietas e infusiones a base de coca como tratamiento para cura a los enfermos.

"Casualmente pisan, ó al arrancar la yerba cogen á veces entre sus manos, quedan como adormecidas é incapaces de dañar: efecto singular de aquel raro bejuco, que precisamente ha de causar novedad á los curiosos Botánicos de nuestra Europa. El Curandero (nombre que dan á los tales Médicos) le impone cierta dieta, le da á ciertos tiempos agua tinturada en la infusion del dicho bejuco en determinado número de dias, y al fin de ellos le saja, mas que levemente, en distintas partes de los piés y piernas, de las manos y brazos, de los muslos, pecho y espaldas, hasta correr sangre; y exprimida y recogida ésta en paños,   le empapa las cisuras con el jugo extraido del bejuco fresco; y he aquí curado ya al tal, fortificado y armado para toda su vida contra los venenos de las culebras." O.C. p 294

4.- Tratamiento del envenenamiento por ofidios

En este aparte vemos como va a describir las serpientes del Orinoco, detallando la cascabel y su "maraca" sonora la cual puede alertar de su ataque feroz. La otra serpiente que describe es la macaurel en donde detalla su agresividad y ponzoñoso veneno.

"Otras culebras hay de menor tamaño, que se llaman cascabeles: tienen los sonoros en la extremidad de la cola, y sirven á los curiosos y á los Médicos: á aquellos para saber, después de muerta, quantos años tenia la culebra, porque cada año le nace un nuevo cascabel; á estos de triaca y remedio para varias dolencias: y Dios dispuso, que tambien sirviesen de aviso á los incautos caminantes; porque así como el tigre Americano, ántes de acometer se sienta, y menea lentamente la cola; accion con que imita á los gatos quando quieren abanzarse á la presa; del mismo modo, ántes de fixar la culebra cascabel su venenoso diente, toca á rebato con la sarta de sus encadenados cascabeles, que sirven de aviso al caminante, no solo para evadir su furia, sino tambien para quitarle la vida, y lograr el apreciable despojo de los medicinales cascabeles, que se buscan con ansia, y se hallan con dificultad y costo. Mas traydora es la culebra llamada macaurél: ésta, no solo acomete al caminante, sin darle seña; sí   tambien con increible audacia, si pasa á pie, tira á fixarle su diente venenoso en la misma cara: ni queda satisfecha con el primer salto, sigue con porfia, y quanto mas se defiende el pasagero, con tanta mayor ira multiplica sus asaltos: ni pierde sus brios, aunque á su furia se interponga algun ginete. " O.C. p394

Luego tenemos el tratamiento de estos emponzoñamientos ofidicos que describe Gumilla de 6 tipos. Con bejucos, con tabaco, Con cuernos de venado, Ventosas, aguardiente con pólvora y bejucos de playa. Tambien recomienda el diente de cocodrilo. Aquí vemos una mezcla de una farmacopea primitiva con elementos mágico-religiosos que Gumilla aun no alcanza a comprender. El uso de las ventosas estaba aun en boga en Europa, el aguardiente con pólvora tal vez cauterizaba la herida y los otros bejucos y hierbas, quizás tendrían propiedades farmacologotas que mejoraban al paciente.

"El primero y principal remedio, es el bejuco de Guayaquil. Es tambien remedio universal la hoja del tabaco, que mascado en cantidad, parte tragado, y parte aplicado á la mordedura sajada, continuándole tres ó mas dias, es remedio muy eficáz contra la mordedura de qualquier culebra que se fuere.

El tercer remedio general, es la piedra oriental: esto es, la asta de aquellos venados, aserrada en chicas piezas, las que se tuestan hasta tomar color de carbon: se saja la mordedura, y se aferra dentro, aquel quasi carbon, que chupa el veneno; pero á veces no bastan quatro ni seis, y lo mas seguro es, que juntamente masque tabaco el herido.

El quarto remedio, es, si la mordedura está en sitio capáz de admitir ventosa, el aplicar hasta quatro ventosas: la primera, seca: la segunda, sajada, y ésta chupa un humor amarillo: la tercera, da el mismo humor con pintas de sangre: la quarta, ya saca la sangre pura, y queda evacuado el veneno, y sano el paciente.

El quinto remedio, cierto y practicado, es una buena porcion de aguardiente fuerte, tinturado con pólvora, repetido; y á la tercera vez ya se superó, y amortiguó el veneno.

El sexto remedio, y muy bueno, es el bejuco de playa, llamado así, porque nace en las playas de casi todos los rios de tierra caliente. Su virtud es contra todo veneno de culebras, pero con una circunstancia rara, por la qual se usa de él rarísima vez; á saber que si tomado el zumo de este bejuco, toma el paciente qualquiera de los demás remedios ordinarios, luego le cuesta la vida. En fin el colmillo del caymán ó cocodrilo, antídoto general contra los tósigos y venenos, que maliciosamente se dan, es contra la ponzoña de las vívoras y culebras." O.C. p 401

5.- Contribución al estudio de enfermedades tropicales

Garrapatas

El padre Gumilla nos hace una excelente descripción de las garrapatas y su manera de tratar, La garrapata es muy común de las zonas selváticas y tropicales veamos su relato:

"No se puede dar paso en las vegas de los rios de tierra caliente, sin llenarse el cuerpo de una comezón general, que causan innumerables animalillos, imperceptibles á la vista, á quienes los Españoles llaman coquitos, y los Indios Betoyes, sumi; los quales, despues de llenar el cuerpo de ronchas con sus mordeduras, quando ya están llenos de sangre, se perciben con la vista, pero no se pueden arrancar, porque son tan menudos, que no alcanzan las uñas á poderlos prender. El remedio es sufrir, hasta hallar sitio apto para darse una untura de tabaco mascado, con que, ó caen, ó se mueren; pero si se ha de seguir el viage por las mismas vegas, es diligencia ociosa la untura, porque á los primeros pasos se llena el viajante de ellos segunda vez. Es esta una plaga muy molesta, pero ni causa calentura, ni otro grave daño; y lo que se hace, es sufrir hasta la noche, en que con la dicha untura del tabaco, se remedia todo, para poder dormir." Gumilla O.C. p 406

Las garrapatas tienen pocos competidores en el oficio de chupar sangre. Tras tanta voracidad llegan a alcanzar tamaños varias veces más voluminosos que el que le corresponde normalmente. Se conocen unas setecientos clases de ellas, que por su afición al vampirismo, resultan peligrosas transmisoras de enfermedades. Las garrapatas se adhieren fuertemente a la piel o al cuero cabelludo, produciendo una intensa irritación e inflamación cutánea (reacción local de prurito y enrojecimiento) por una desagradable mordida.

Aquí podemos apreciar que la descripción del padre gumilla es bastante cercana al la realidad, incluso el remedio del tabaco untado que las envenena, también para la época se pensaba en quemar estos animales con calor de hierros o tabacos encendidos.

Niguas

"Las niguas son plaga muy universal, y no solo abundan en toda tierra caliente y templada, sí que no faltan en tierra fria, aunque no tantas. En el Paraguay y otras Provincias, las llaman piques; los Jiraras las llaman sicotú; y nadie se    escapa de esta epidemia, sino tal qual, de humores muy irregulares. No hay resguardo que baste; se meten por entre las medias y zapatos, y penetran la carne viva, con un dolor y comezón ardiente; luego forman una tela, y dentro de ella, á las veinte y quatro horas, ya tienen huevecitos, para criar un hormiguero de niguas. Son unas pulguillas, que las brota el polvo, y hay tantas en algunos parages, que apénas es creible: es plaga lastimosa para los Indios y Negros, que andan descalzos, y gastan poco cuidado en sacarse las niguas, que les entran por todas partes en gran abundancia; y como multiplican tan apriesa, los imposibilitan á poco tiempo. Unas familias, que de Canarias llegáron á la Guayana, por los años de 1720, se descuidáron tanto en sacarse las niguas, que muriéron gran parte de ellas, sin otro achaque que éste."Gumilla OC p407

Las niguas son organismos (larvas) diminutos, de seis patas y sin alas que crecen hasta convertirse en un tipo de insecto llamado ácaro. Estos insectos se encuentran en el pasto alto y las malezas, y su picadura produce una picazón severa. Las niguas se encuentran en el sur de los EE. UU. y en otros países. Suelen estar restringidas a ciertas áreas, como los sembrados de bayas, pastos y malezas altas, al igual que en los bordes de bosques madereros. Las niguas pican al ser humano alrededor de la cintura, en los tobillos y en pliegues cálidos de la piel. La picazón suele ocurrir varias horas después de que estos insectos se han adherido a la piel. Los síntomas principales son picazón severa y ronchas parecidas a granos (pápulas) o urticaria. La erupción cutánea puede aparecer sólo en áreas expuestas al sol, al igual que parar donde la ropa interior se encuentra con la pierna. A menudo, ésta es una clave de que la erupción se debe a las picaduras de niguas. El objetivo del tratamiento es aliviar la picazón. Las cremas o lociones antihistamínicas y de corticosteroides pueden ser útiles.

Tratamiento de las Niguas según Gumilla:

"Es importante el saber, que si luego que entró la nigua, (que avisa su bienvenida, con la comezón ya dicha,) se quiere sacar, es perder tiempo; porque al mismo tiempo que se va apartando la carne para sacarla, se va entrando mas adentro, y es peor: lo mejor, y ménos peligroso es, sufrir hasta al dia siguiente, y entónces se sacan, juntamente con su casita, que ya tienen, del tamaño de un grano de aljófar; y aquel hueco que dexan, se llena de tabaco en polvo, para que no se encone, como ordinariamente sucede. Ello es pension indispensable y urgente, el que un criado, con el alfiler ó la aguja en la mano, reconozca todos los dias los piés; y se suelen hallar cada dia quatro ó séis niguas que sacar; otros quince, y otros muchas mas, conforme los humores de cada uno: ¡plaga, á la verdad, terrible! El remedio eficaz, que yo he practicado siempre, para que jamás entre nigua alguna, y para que se mueran las que ya entráron; es una resina, que los Indios Tunevos de Patute, del Piñal, de Chisgas, y de Guacamayas, recogen al pié de los páramos nevados de Chita: ésta resina, que llaman otóva u otiva, la cogen del centro de una flor blanca, que crian allí los árboles: recien cogida es blanca, y se parece á la mantequilla bien lavada; pero despues pierde algo de su blancura: su olor es fastidioso, como olor de tocino muy rancio: se derrite entre los dedos con solo el calor natural de ellos: es á propósito para muchos remedios, como diré á su tiempo: es muy sutíl, y penetra los piés untados con ella, y calentados al rescoldo, de manera, que si halla niguas, las mata, y prepara los piés, para que en todo un mes no entren otras. Pasado el mes, como se evaporó aquella virtud, se debe hacer otra untura; y de este modo me he visto siempre libre de niguas, desde que supe el secreto, y por mi aviso se han librado quantos lo han sabido; y se librarán quantos usáren de él. Y en fin, quando los panales de niguas, en los que se han descuidado, cogen ya enteramente los piés, y parte de las piernas, se untan con dicha otóva, y aplicando un tizon á proporcionada distancia, para que la derrita con su calor, y no moleste al doliente; despues de empapada, se arropan y vendan los pies; y á las tres unturas hechas en tres dias consecutivos, no solo se han muerto todas las niguas, sino que cae toda aquella costra seca, y queda nuevo y   limpio el cutis en toda la parte lesa. Esto es tan cierto, que con mis manos he curado muchos Indios, Negros y Blancos, con sola la reférida diligencia. He oido á personas inteligentes, que la brea aplicada en el modo dicho, equivale á la otóva; y la falta de estos untos se suple muy bien con sebo, repitiendo con freqüencia las unturas." Gumilla O C p408

Gumilla habla de tabaco molido en la zona de lesión y de algunas resinas extraídas de plantas y raíces, hoy en día se untan corticoesteroides par mejorar la inflamación y el prurito (Picazón). Es probable que aquellas resinas hayan tenido propiedades antinflamatorias, y por esto se mejoraran los síntomas. La evolución de la enfermedad nos dice que en pocas semanas ya el parasito esta muerto se unte o no cualquier ungüento. Sin embargo el prurito y la inflamación son tan molestas que obligan a tratar de suprimirlas.

Filariasis

Probablemente lo que el padre gumilla describa a continuación sea una enfermedad parasitaria muy común en las zonas selváticas y tropicales, me refiero a la filariasis.

"No está todavía averiguado, ni es fácil de averiguar, si la culebrilla, de que voy á dar noticia, nace en las plantas de los piés, por alguna congelacion de los humores del mismo cuerpo humano; ó si se origina de algun animalejo, que se entra al modo que diximos de las niguas. Lo cierto es, que en Cartagena de Indias, y en semejantes temperamentos, sumamente cálidos y húmedos, aunque no con freqüencia, se padece la culebrilla; la qual se da á sentir, y á conocer por la inflamacion que ocupa la planta del pié, y por la calentura que de ella se excita. Para observarla, lava un Cirujano el pié con agua tan caliente, quanto puede sufrir el paciente; y despues de limpio y enjuto el pié, se dexa ver un verdugon, mas ó menos enroscado, segun los dias que lleva de engendrada la culebrilla, el qual indica su grandeza. Con este conocimiento se procede á la curacion en el modo siguiente: se prepara un lazo, hecho de un torzál de seda fuerte, y se vuelve á meter el pié en el agua caliente; sufocada la culebrilla del calor, ó la tenia ya, ó abre puerta para sacar su cabeza; y al sacarla, prontamente, ántes que la retire, se le echa, y ajusta bien el lazo, cuya extremidad se debe afianzar sobre los tobillos, en la garganta del pié, de modo que quede, tirante, y se dexa arropado el pié, y quieto hasta al otro dia: se repite el baño, y se halla, que ya la culebrilla salió hácia fuera, supongamos el espacio de una uña, y en este estado la destreza y cuidado grande se ha de poner en dos cosas: la una, en no violentar demasiado la culebrilla para que salga: la otra, en que el lazo no afloxe, y retirándose ella hácia dentro, se pierda lo ya ganado. En uno y otro se requiere gran tiento; porque si se parte la culebrilla, se corrompe la parte que queda dentro, y se apostema el pié, dando materia á una prolixa y arriesgada curacion. Y á fuerza de tiempo y de prolixidad, sin mas que repetir los baños dichos, sale últimamente la culebrilla entera, de cosa de tercia de largo, del grueso de un bordón ordinario de arpa; y es casi nervosa, y de poca carnosidad. Esta relacion, casi con los mismos términos, la oi al Padre Cárlos de Anisón, de mi Religion, quien decia haber padecido de la culebrilla, y haber sido curado en el modo referido." OC p409

La filariasis constituye un grupo de enfermedades parasitarias en el humano y otros animales, y por lo general tropicales, causada por la infección de «filarias», nemátodos del orden Spirurida, superfamilia Filarioidea, que son transmitidos en forma de larva o microfilaria a los vertebrados por un artrópodo, generalmente un mosquito o mosca (jején), luego de lo cual las larvas se localizan adecuadamente para convertirse en adultos. La filariasis es endémica en regiones tropicales de Asia, África, América Central y del Sur, poniendo a riesgo a más de 1.1 mil millones de personas, con 120 millones de personas afectadas en 83 países, más del 60% de los cuales residen en el sureste de Asia.2 En estas áreas endémicas del mundo, por ejemplo, Malaipea en Indonesia, hasta un 54% de la población puede que tenga microfilarias en su sangre. El hombre es el reservorio o fuente de infección primaria para todas las filariasis humanas, por lo que es una antroponosis. El mecanismo de transmisión se efectúa exclusivamente por medio de hospedadores intermediarios, los cuales varían dependiendo del parásito.

Herpes Zoster (Culebrilla)

El padre Gumilla describe brillantemente la enfermedad del Herpes Zoster también llamada vulgarmente "Culebrilla". Indica el padre que el también la padeció y que fue curado con calor a través de quemaduras de la lesión con un cuchillo caliente, también acota que le aplicaron tratamiento con limón caliente y pólvora sobre las lesiones. Es importante resaltar que el padre Gumilla duda de que esta enfermedad sea producida por un parasito o cualquier otro animal, es importante esta afirmación doscientos años antes de descubrir la existencia de los virus, el padre gumilla dedujo que había otra causa para dicha enfermedad.

"Otra especie de culebrilla da también en las tierras cálidas y húmedas; y abunda mucho especialmente en aquellos dilatados llanos de Pauto y Casanáre, donde están nuestras antiguas Msiones: las señas con que se manifiesta, son horribles, y como yo la padecí, daré una noticia de ellas, y apuntaré un remedio fácil y seguro, con que curar sin dolor un mal tan arriesgado. Da una inflamacion, v. gr. en el pecho, ó en la espalda, á que se sigue la calentura; brotan despues unas ampollas con aguadija clara sobre la dicha inflamacion; y luego desde allí, como de su centro, empieza la inflamacion á caminar, dando   vuelta al cuerpo; y como si la cabeza de la culebrilla buscára el sitio mismo de donde salió, va caminando la inflamacion con punta piramidal; y el sitio que ocupó hoy, mañana amanece lleno de las dichas ampollas. Mas de la mitad del cuerpo me habia ya ceñido la culebrilla, y no hallaba quien me dixese qué cosa era, ni qué remedio tenia; hasta que un Indio silvestre, recien bautizado, llamado Ignacio Tulijay, viéndome fatigado, me consoló, diciendo: Babicá, fajijú, futuit fu, rufay fafolejú: que á la letra fué decirme: Padre mio, tú mueres sin falta: no hay mas remedio, que dexarte quemar. Viendo que no habia otro partido, quémame, le dixe, como tú quisieres. El caldeó un cuchillo luego, y hecho una ascua de fuego, empezando desde el principio de la culebrilla, la fué sajando y quemando por diez y siete partes. La culebrilla no pasó adelante, y la calentura se quitó luego; pero las sajaduras costáron de curar muchos dias: durante cuya curacion vino á visitarme una vieja Mestiza, esto es medio India, y medio Mulata, que se preciaba de Médica, y lastimándose mucho del rústico remedio que me aplicó el Indio, me dixo: que ella de sus mayores habia aprendido, que para matar la tal culebrilla, basta calentar bien un limon, partirlo, empapar pólvora con aquel agrio, y untar con dicho limon y pólvora con freqüencia toda la inflamacion: añadiendo que sabía por experiencia, que en llegándose á juntar la cabeza de la culebrilla con la cola ó sitio, de donde salió, luego al punto muere el paciente. Este remedio del limon caliente y   pólvora, es muy eficáz y no causa al enfermo molestia de cuidado; de manera que despues le apliqué á muchos, porque, como dixe, es este mal muy freqüente en aquellos territorios. Y para que llegue á noticia de todos un remedio tan fácil y útil, se pone aquí; y advierto, que no solo da en el cuerpo, v. gr. en las espaldas ó pecho; da tambien en los brazos, en los muslos etc. con las mismas señas, que ya dixe. Lo que yo no acabo de creer es, que sea animal vivo, como lo afirman aquellas Gentes, sí bien aquel modo de caminar en círculo perfecto, puede ser algun indicio de lo que ellos piensan. Despues experimenté, que con sola la untura del limon tibio repetida, basta para atajar esta rara enfermedad" Gumilla OC p410

Coloquialmente conocido como culebrilla o culebrina, el herpes zóster es una reactivación del virus de la común enfermedad caracterizada por pequeñas ampollas dolorosas en forma de anillo agrupadas a lo largo de un dermatoma, aunque puede presentarse con o sin manifestaciones cutáneas. Dichas lesiones son el resultado de la inflamación del nervio provocada por el virus, de modo que el herpes zóster es en realidad una neuropatía, que afecta a los nervios periféricos. Normalmente, el sistema inmune mantiene el virus inactivo. Pero, cuando se deteriora o debilita (el sistema inmune), puede ocurrir que el virus se reactive y se replique en las neuronas, formando nuevos virus que circulan a lo largo del axón hacia el área de piel inervada por ese ganglio (dermatoma). Una vez ahí, el virus puede causar inflamación de la piel con formación de ampollas. Precisamente, el dolor característico del herpes zóster se produce por irritación de fibras sensitivas en el nervio infectado. Los síntomas del herpes zóster vienen normalmente precedidos por cefaleas, fotosensibilidad, fiebre y malestar general; esto es seguido por picores, hormigueos y dolor que puede llegar a ser extremo, todo ello en la zona del nervio afectado, donde aparecerá la erupción cutánea. Este dolor puede presentar múltiples características, como punzante, urente, picante… Y se suele desarrollar en brotes agudos y exacerbaciones. La fase posterior constituye el desarrollo del característico rash cutáneo. Las lesiones comienzan como manchas eritematosas que pasan a vesículas distribuidas en dermatomas, comúnmente en un patrón que simula un cinturón sin pasar la línea media del cuerpo. Las regiones más comunes son la región media del tórax y la zona oftálmica de la cara, donde puede tener consecuencias sobre la visión. Regularmente las vesículas evolucionan a ampollas llenas de un fluido seroso, las cuales son generalmente dolorosas y se acompañan de ansiedad y un cuadro pseudogripal (con fiebre, cansancio y dolor generalizado). Ocasionalmente, el contenido de las vesículas puede ser hemorrágico (sanguinolento), y estallar en un plazo de 7 a 10 días. Cuando esto ocurre, resuelven con cicatriz e hiperpigmentación. Por el aspecto de las lesiones la cultura popular le ha puesto el nombre de "culebrilla" y en algunas zonas del Mediterráneo, como Italia y Malta, como «Fuego de San Antonio». Es común que los afectados por culebrilla recurran a brujos y curanderas, que aplicarán rezos, hierbas (yerbamora), tinta china y hasta los sobarán con sapos, con lo cual evitarán (otro mito) que la culebrilla "se una" terminando el cinturón, lo cual supuestamente traerá "consecuencias funestas". Aparte de los peligros relacionados con las condiciones de higiene al aplicar tales exóticos e inútiles tratamientos, esto sólo retrasa el momento de la medicación adecuada.

6.- La Circuncisión

Referente a la Circuncisión el sacerdote se asombra de la crueldad de estas tribus al practicar tanto la circuncisión masculina como la femenina. Acota también que en muchas tribus se hace a los ocho días de nacido lo que refuerza su tesis de que estos indios son descendientes de los hijos de Noe. En otras tribus la practica entre los 12 y 13 años pero la razón es que puedan soportar el dolor y las diferentes heridas que se les realizan en este acto religioso-cultural. Muchos de los jóvenes morían desangrados o infectados después de la práctica de la circuncisión.

"La circuncision, señal y divisa dada por el mismo Dios á su escogido Pueblo, (aunque con la variedad, que el largo curso de los tiempos introduce en todos los usos y costumbres) se halla entre aquellas Naciones Gentiles. Los Salivas, quando lo eran, y los que restan en los bosques, al octavo dia circuncidaban sus párvulos, sin exceptuar á las niñas, no cortando, sino lastimándolos  con una sangrienta transfixíon, de que solian morir algunos de uno y otro sexô.

Las varias Naciones de Culloto, Urú y otros rios, que entran en Apure, ántes de reducirse á la Santa Fe, eran mas crueles en dicho uso, y eran mas inhumanas en esta ceremonia, añadiendo, heridas considerables por todo el cuerpo y brazos; cuyas cicatrices se ven en los que viven hoy, de los que naciéron en aquellas selvas: no hacian esta carnicería hasta los diez ú doce años de edad, para que tubiesen fuerza para la evacuacion tan notable de sangre, como se seguia, de mas de doscientas heridas, que daban á las inocentes víctimas de su ignorancia. Yo encontré el año 1721 un chico moribundo en dichos bosques, cuyas heridas se habían enconado, y tenía el cuerpo lleno de asquerosas materias. Para que no sintiesen la punta afilada, con que atravesaban las carnes, embriagaban de antemano á los pacientes de ambos sexos, porque nadie se escapaba de esta sangrienta ceremonia; entre los Indios Guamos y Othomacos, son igualmente crueles las señas de la circuncisión." Gumilla O.C. p113

7.- El Curare

El padre José Gumilla un misionero entre los siglos XVII-XVIII vio el veneno llamado Curare y lo plasmó en su maravillosa obra "El Orinoco Ilustrado". Comencemos primeramente por el titulo del capitulo: "Capítulo XII Del mortal veneno llamado curáre: raro modo de fabricarle, y de su instantánea actividad". Es aquí donde el padre Gumilla reconoce el poder venenoso del Curare y muestra su fascinación sobre el mismo.

"La Nación Caverre, la mas inhumana, bruta y carnicera de quantas mantiene el Orinoco, es la maestra; y ella tiene el estanque del mas violento veneno, que á mi ver, hay en la redondéz de la tierra. Sola esta Nación retiene el secreto, y le fabrica, y logra la renta pingue del resto de todas aquellas Naciones, que por sí, ó por terceras personas, concurren á la compra del curáre, que así se llama: véndese en unas ollitas nuevas, ó botecillos de barro" Gumilla O C p 360.

Es aquí donde Gumilla pone de manifiesto sus conocimientos de geografía al ubicar una etnia del Orinoco y describir sus características sociales al referirse como la más inhumana y carnicera. Sobre todo le confiere el poder de fabricar el curare, el terrible secreto que le da su poder, de manera tal que las otras etnias acuden a comprárselo para subsistir en el arte de la guerra.

"No tiene sabor ni acrimonia especial: se pone en la boca, y se traga sin riesgo ni peligro alguno; con tal que ni en las encías, ni en otra parte de la boca haya herida con sangre; porque toda su actividad y fuerza es contra ella, en tanto grado, que tocar una gota de sangre, y cuajarse toda la del cuerpo, con la velocidad de un rayo, todo es uno. Es maravilla el ver, que herido el hombre levemente con una punta de flecha de curáre, aunque no haga mas rasguño, que el que hiciera un alfiler, se le cuaja toda la sangre, y muere tan instantáneamente, que apenas puede decir tres veces Jesús". Gumilla O. C. p361

He aquí otro hecho interesante hoy en día sabemos por farmacología que el curare no tiene sabor especifico y que no se absorbe por el tracto gastrointestinal, únicamente por vía sanguínea. En este aparte el padre Gumilla hace gala de gran observador diciendo que solamente habrá daño si se ha producido una herida.

Es muy interesante la explicación que da Gumilla sobre la manera de actuar del curare cuando en una cacería matan a un mono y el padre Gumilla enseguida le practica una autopsia encontrando al mono hipotérmico luego de haber sido muerto por una flecha envenenada por curare. Lo importante de esta consideración es quizás que es la primera vez que alguien intenta explicar el modo de actuar del veneno.

"Corrí, aunque estaba cerca, y no hallándole calor en lo exterior del cuerpo, lo mandé abrir desde el pecho hasta abaxo, pero ¡oh prodigio grande de las causas ocultas que ignoramos! no le hallé rastro alguno de calor, ni aun en el mismo corazón. Al contorno de éste, tenia mucha sangre cuajada, negra y fría: en lo restante del cuerpo casi no tenia sangre, y la poca que le hallé en el hígado, estaba del mismo modo que la del corazón; y en lo exterior tenia una espuma fría algo naranjada, y colegí que el frió sumamente intenso del curáre enfría instantáneamente la sangre; y que ésta, á vista de su contrario, tira á refugiarse al corazón, y no hallando en él suficiente abrigo, se cuaja, hiela, y ayuda á que el viviente muera mas aprisa, sufocándole el corazón".

La manera de actuar del curare es a nivel de la placa neuromuscular impidiendo la contracción muscular. La victima fallece de asfixia mecánica. Sin embargo sabemos que la forma de mantener el calor es mediante la contractura muscular. Al producirse una parálisis de los músculos, estos no se contraen y provoca hipotermia, por tal motivo es muy valida y acertada esta observación de Gumilla. Otra Observación Importante hecha por Gumilla es que al ingerir el animal muerto el veneno no se transmitía por sus carnes. Esto es debido probablemente a que el veneno ya había sido metabolizado y el animal había sido cocinado antes de ser ingerido.

"Dexo otras ilaciones, que hice de la actividad del curáre para los curiosos, y voy á otra admiración; y es, que á mi vista hizo el Indio pedazos al mono, le puso en la olla, y le aplicó fuego; y la misma diligencia hicieron los demás Indios con sus monos: mi reparo no era en que comiesen de aquella carne, ni por ser de mono, ni por ser muerta á veneno; lo que me admiraba era, que aquellos cuajarones de sangre envenenada, y que en sí contenía toda la actividad del veneno, también fueron á dar dentro de las ollas, y después á los estómagos de los Indios: híceles varias preguntas sobre la materia, y quedé tan satisfecho de sus respuestas, que ese día comí de una de sus ollas el hígado, (que en lo sabroso puede competir con el del mas tierno lechón, si la hambre no me engañó,) y en adelante, en semejantes batallas con los monos, siempre pedía un hígado, para probar de los despojos".

Sin embargo no hay que olvidar que Gumilla era ante todo un misionero que venia a evangelizar a los nativos del Orinoco y es por esto que lanza esta plegaria en contra del curare en su libro.

"A vista de este inaudito y fatal veneno, y á vista de la gran facilidad con que todas las Naciones del Orinoco, y de sus dilatadas vertientes le consiguen, no puedo dexar de alabar la sábia providencia del Altísimo, y bendecir su paternal misericordia, por haber dispuesto, que no sepan bien aquellos bárbaros las invencibles armas, que tienen en su curáre; ni permita su Divina Magestad, que lo penetren, ni entiendan, para que puedan lograr la luz del Santo Evangelio.".

Lo que sigue a continuación sobre la manera de preparar el curare es solamente un mito, probablemente los indios le comunicaron estas fábulas al jesuita, simplemente para rodear mas de misterio y magia la manera de prepararlo. Sabemos que en la preparación el curare no emana vapores y si lo hiciere no serían venenosos, pero veamos como describe Gumilla la manera de preparar el curare por los Indígenas.

"Entre el cieno corrupto, sobre que descansan aquellas aguas pestíferas, nace y crece la raíz del curáre, parto legítimo de todo aquel conjunto de inmundicias: sacan los Indios Caverres estas raíces, cuyo color es pardo, y después de lavadas, y hechas pedazos, las machacan, y ponen en ollas grandes, á fuego lento: buscan para esta faena la vieja mas inútil del Pueblo, y quando ésta cae muerta á violencias del vaho de las ollas, como regularmente acontece, luego substituyen otra del mismo calibre, en su lugar, sin que ellas repugnen este empleo, ni el vecindario, ó la parentela lo lleve á mal; pues ellas y ellos saben, que éste es el paradero de las viejas. Así como se va entibiando el agua, va la pobre anciana amasando su muerte, mientras de olla en olla va estregando aquella raíz machacada, para que con mas facilidad vaya expeliendo su tósigo, en el jugo, de que se va tinturando el agua, que no pisa de tibia, hasta tomar el color de arrope claro: entonces la Maestra exprime las raíces con todas aquellas pocas fuerzas que su edad le permite, dexando caer el caldo, dentro de la olla, y las arroja como inútiles: luego añade leña, y empieza de recio el cocimiento; y á poco rato de hervir las ollas, ya atosigada, cae muerta, y entra la segunda, que á veces escampa, y á veces no. Cobra finalmente punto el cocimiento, merma la tercera parte del caldo, y condensado ya, grita la desventurada cocinera, y acude al punto el Cacique con los Capitanes, y el resto de la gente del Pueblo, al examen del curáre, y á ver si está, ó no, en su debido punto: y aquí entra la mayor admiración de toda esta rara maniobra. Moja el Cacique la punta de una vara en el curáre, y al mismo tiempo uno de los mocetones concurrentes, con la punta de un hueso se hace una herida en la pierna, muslo ó brazo, donde le da gana, y al asomarse la sangre por la boca de la herida, acerca el Cacique la punta de la vara con el curáre, sin tocar la sangre, porque si la tocara, y retrocediera, inficionára toda la de las venas, y muriera luego el paciente: si la sangre que iba á salir retrocede, ya está el veneno en su punto; si se queda asomada, y no retrocede, le falta ya poco; pero si la sangre corre por afuera, como naturalmente debe correr, le falta mucho fuego; y así le mandan á la triste anciana, que prosiga en su maniobra, hasta que repetidas despues las pruebas necesarias, aquella natural antipatía con que la sangre se retira violentamente de su contrario, les manifiesta, que ya el curáre subió á su debida y suma actividad". Finalmente el mismo Gumilla confiesa que jamás ha visto preparar el curare pero que no duda de la veracidad de lo que le han relatado.  "Yo he tenido muchas veces el curáre en mis manos, y aunque no soy testigo ocular de la referida maniobra, tengo su individual noticia por tan seguros conductos, que no me dan lugar á la menor duda ó sospecha". Hoy en día sabemos que al preparar el curare no se expelen gases tóxicos como lo comenta el padre. Quizás los indios del Orinoco quisieron darle un tono de misterio y misticismo para aun más adornar la leyenda del Veneno, el padre inocentemente les creyó y lo plasmo en su libro.

Finalmente se ha de recalcar la importancia de la obra de Gumilla sobre el Orinoco y el Curare pues es uno de los precursores del estudio del mismo, y no solo se dedico a observar sino a tratar de explicar los fenómenos observados y aun más. Se dedico a escribir sus observaciones como un legado a la posteridad.

Conclusiones:

No cabe duda que la obra del padre José Gumilla constituye (entre otras cosas) un tratado de Etnomedicina. El aporte que ha hecho el padre Gumilla a la posteridad no tiene valor. En el Orinoco Ilustrado encontramos descripciones minuciosas de enfermedades, de tratamientos y de medicinas. En especial el capitulo sobre la descripción del Curare nos dio un gran aporte a la investigación de estas raíces y que actualmente es muy común la utilidad de este producto en la practica medica.

Hay que resaltar el tiempo y la dedicación que tuvo gumilla al escribir su libro tan detalladamente con descripciones minuciosas de las gentes y sus costumbres. Narra cada nación del Orinoco por separado, sus ideas sus modos de vida y esto también fue un gran aporte.

Bibliografía

  • 1. ALCALDE PORTILLO, PABLO. Etnomedicina http://www.biodiversidadvirtual.com/wiki/tiki-index.php?page=Etnoentomolog%C3%ADa%2C+en+espa%C3%B1ol

  • 2. DICCIONARIO HISTÓRICO DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS BIBLIOGRÁFICO-TEMÁTICO. Charles E. O'Neill, S.J. Joaquin Mª Domínguez, S.J. (Directores) Editado por la Universidad de Comillas, España 2001

  • 3. GUMILLA JOSÉ S.J. El Orinoco Ilustrado y Defendido. Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia Nº 68, Segunda Edición. Caracas 1993. Pág. 360-369

 

 

 

 

Autor:

Dr. Daniel José Sanchez Silva

Anestesiología – Medicina Crítica

Partes: 1, 2
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