- Introducción
- Crisis económica
- Crisis económica en México
- Crisis en el mundo
- Inflación y deflación global
- Guerra de divisas y guerra comercial
- Consecuencias
- La gran depresión
- Difusión de la crisis
- Hundimiento del comercio internacional
- Propuestas para solucionar la crisis
- Conclusión
- Bibliografía
Introducción
La crisis económica es un problema que día con día afecta en nuestra sociedad que poco a poco se deteriora en nuestras vidas, hoy tratamos de comprender por qué se da dicha situación y no solo eso; sino como solucionarlo y controlarlo.
En nuestro estudio es importante conocer las altas y bajas de nuestro mundo económico para así poder analizar y estar a la defensiva de los nuevos problemas que a diario se dan en nuestro entorno. Algunos ejemplos serian: el incremento en el dólar y como este afecta en la moneda mexicana y a su vez el incremento de las materias primas que da un fuerte giro globalmente y principalmente a nuestro país.
También dentro de esta investigación veremos cómo problemas antiguos se reflejan hoy en nuestros días y como ha cambiado la economía en nuestro país, dando así nuevas ideas y pensamientos de cómo solucionar dichos problemas en la deflación e inflación que hoy nos rodea.
Por estas razones se decidió estudiar e investigar con un alto grado de dedicación para aprender y compartir el conocimiento obtenido.
Crisis económica
La crisis iniciada en el 2008 ha sido señalada por muchos especialistas internacionales como la «crisis de los países desarrollados», ya que sus consecuencias se observan fundamentalmente en los países más ricos del mundo.
Por crisis económica de 2008 a 2011 se conoce a la crisis económica mundial que comenzó ese año, originada en los Estados Unidos. Entre los principales factores causantes de la crisis estarían los altos precios de las materias primas, la sobrevalorización del producto, una crisis alimentaria mundial y energética, una elevada inflación planetaria y la amenaza de una recesión en todo el mundo, así como una crisis crediticia, hipotecaria y de confianza en los mercados. La causa raíz de toda crisis según la Teoría austríaca del ciclo económico es una expansión artificial del crédito. En palabras de Jesús Huerta de Soto «esta crisis surge de la expansión crediticia ficticia orquestada por los bancos centrales, y que ha motivado que los empresarios invirtieran donde no debían».
Algunas de las principales causas o cosas que propician la crisis mundial son por ejemplo:
ELEVADOS PRECIOS DE LAS MATERIAS PRIMAS.-
La década de los años 2000 fue testigo del incremento de los precios de las materias primas tras su abaratamiento en el período 1980-2000. Pero en 2008, el incremento de los precios de estas materias primas —particularmente, subida del precio del petróleo y de la comida— aumentó tanto que comenzó a causar verdaderos daños económicos, amenazando con problemas sociales en los países que se encuentran en vías de desarrollo , la estanflación y el estancamiento de la globalización.
En enero de 2008, el precio del petróleo superó los US$100/barril por primera vez en su historia, y alcanzó los US$147/barril en julio debido a fenómenos especulativos de alta volatilidad que condujeron a un fuerte descenso durante el mes de agosto.
Otro tanto sucedió con uno de los principales metales industriales, el cobre, que venía experimentando un vertiginoso aumento en su cotización desde 2003, principalmente por la cada vez mayor demanda de las nuevas potencias emergentes, como China e India, sumada a otros factores como inventarios decrecientes y conflictividad laboral en las minas cupríferas de Chile, el primer país portador a nivel mundial del mineral. En enero de 2008, la cotización del cobre en la London Metal Exchange (Bolsa de Metales de Londres) superó por primera vez en su historia los US$ 8000 la tonelada. A principios del mes de julio alcanzó US$ 8940 la tonelada, récord absoluto desde que se tienen registros de su cotización en la LME, a partir de 1979. Este valor a niveles históricos fue un 272,5% mayor que el antiguo récord absoluto de US$ 3280 la tonelada registrado el 24 de enero de1989 —sin ajuste por inflación—.
Luego de este máximo y en línea con la conducta del petróleo, la cotización del cobre registró una abrupta caída de más del 50% desde el récord de julio (a octubre de 2008) en un marco de volatilidad nunca antes visto.
Materiales esenciales en la producción, como el ácido sulfúrico y la soda cáustica vieron también incrementados sus precios hasta un 600%.
La crisis del petróleo y de los alimentos fue objeto de debate en la 34ª Cumbre del G-8.
Crisis económica en México
Debido a la alta dependencia de la economía mexicana en su comercio exterior con los EE.UU. y a la continua caída en las remesas producto de la desaceleración de la economía norteamericana (segunda fuente de divisas después del petróleo), México no tardó en resentir los efectos de una crisis económica en el país vecino, el efecto dominó que esto tuvo en todos los sectores tardaron unos meses en hacerse presentes. El desempleo abierto en México subió a 4,06% en enero de ese año, comparativamente mayor con la tasa del año anterior que se encontraba en 3,96%, y solo en enero de 2009, 336 mil personas se quedaron desempleadas en México. La debilidad estructural de las finanzas del gobierno mexicano altamente dependientes del precio del petróleo y la constante caída en la producción de este recurso tuvieron una repercusión presupuestal que obligó a elevar impuestos como el Impuesto al Valor Agregado, el Impuesto Sobre la Renta y a instaurar impuestos nuevos a las telecomunicaciones, desafortunadamente estos ingresos no van encaminados a nuevas inversiones o proyectos productivos, sino a mantener la estructura gubernamental que consume el 80% del presupuesto, esto plantea nuevos escenarios de crisis en un mediano plazo.
El año 2009 ha sido especialmente difícil para la economía mexicana. Al iniciar el año, las expectativas oficiales pronosticaban un crecimiento exiguo a lo largo de 2009. Sin embargo, al pasar los meses las expectativas fueron tomando derroteros más pesimistas y en ocasiones contradictorios, por ejemplo, entre los pronósticos de la Secretaría de Economía y el Banco de México. Después de la epidemia de gripe A(H1N1), se comenzó a hablar de una afectación de la actividad económica en el país, especialmente en el caso del sector turístico que es la tercera fuente de divisas para el país. El titular de la Sectur apuntaba en mayo de 2009 que la ocupación de los hoteles en los principales destinos turísticos del país oscilaba entre 10 y 30% a lo que se sumaba la cada vez más frecuente cancelación de vuelos. Ante ese panorama el secretario Rodolfo Elizondo Torres pronosticaba una pérdida de más de 100 mil empleos en el sector.
Por otro lado, desde 2008 el peso mexicano entró en una serie de depreciaciones frente al dólar estadounidense que lo llevaron a perder alrededor del 25% de su valor hacia 2009. Si en 2006 (año de inicio del gobierno de Felipe Calderón) el dólar se compraba en 10,77 MXN, en enero de 2009 se compraba en las ventanillas bancarias al precio de 13,48 pesos por dólar. Entre las medidas que se tomaron para contener la devaluación del peso se aplicó la subasta de una parte de la reserva de divisas internacionales, lo que llevó al país a disminuir dichas reservas extranjeras en más de 20 mil millones de dólares estadounidenses.
La Comisión Económica para América Latina (CEPAL) apuntó en su reporte anual que México sería el país más afectado por la crisis económica en la región al presentar una contracción de 7% en su producto interno bruto (PIB).
La actual crisis, tiene sus inicios en 1968 y se profundizó por políticas desacertadas, como las impuestas en México desde hace 20 años y en Estados Unidos desde hace ocho.
"Las hipotecas de casas en Estados Unidos, era uno de los elementos mucho más débiles de la cadena, pero era toda la cadena la que estaba mal. En los últimos años se crearon, a partir de este tipo de hipotecas mal otorgadas, una serie de instrumentos financieros para satisfacer la codicia de algunos y no para satisfacer la vida social" enfatizó el investigador.
Asimismo, se refirió a las consecuencias que ya se comienzan a notar en México, como la caída del peso, tema del que dijo, "el gobierno estuvo manteniendo el peso en un nivel que no era el suyo, la devaluación actual del peso, implica simplemente que está pasando a su nivel real. Podría devaluarse sin que esto fuera catastrófico para el país".
Sin embargo, lo que podría agudizar la crisis económica en México es la falta de capacidad de las autoridades para enfrentar la problemática, cuestión que será notoria cuando crisis abandone las bolsas de valores y alcance al común de la gente.
Crisis en el mundo
La crisis se extendió rápidamente por los países desarrollados de todo el mundo. Japón, por ejemplo, sufrió una contracción del -0,6% en el segundo trimestre de 2008. Australia y Nueva Zelanda también sufrieron contracciones. Cabe destacar que es cada vez mayor la preocupación sobre el futuro de los países con economías pujantes y emergentes, tal como lo es la incertidumbre respecto a países tales como China e India en Asia; Argentina, Brasil y México en América y Sudáfrica en el continente africano, cada uno de ellos líderes en sus regiones y, también afectados por la actual crisis económica.
En el primer trimestre de 2009, las bolsas de Estados Unidos y Europa fueron superadas por las de países en desarrollo como China y Brasil. Brasil y Rusia aumentaron sus índices un 9% en moneda local; el índice de India pasó a ser positivo y el índice compuesto de Shanghái, en China, aumentó un 30%, lo cual se justificó por la fortaleza y estabilización de los sectores financieros de dichos mercados y por la búsqueda de inversiones de riesgo.
Los flujos bajaron de US$1,2 billones (2007) a US$707 000 millones (2008) y se espera que bajen a US$363.000 millones para el 2009.
En abril de 2009 se reporta que como consecuencia de la crisis el desempleo en el mundo árabe se considera una «bomba de tiempo».
Asimismo, se reporta que Egipto teme por el regreso de 500.000 trabajadores de países del Golfo.
En marzo de 2009 se reportó que, a raíz de la crisis, el mundo árabe perdió 3 billones de dólares (que corresponden en el mundo anglosajón a 3 trillones de dólares).
A raíz de la crisis el Banco Mundial prevé un duro año 2009 para los países árabes.
En mayo de 2009 se informa que Naciones Unidas reporta caída de la inversión extranjera en el Medio Oriente.
PIB e indicadores de mercados laborales en países de desarrollo
Crecimiento del PIB
Inflación y deflación global
En febrero de 2008, Reuters informó que la inflación había subido a niveles históricos por todo el mundo. A mediados de 2008, los datos del FMI indicaban que la inflación se hallaba en máximos en los países exportadores de petróleo, debido al aumento de las reservas de divisas extranjeras. Pero también en muchos países subdesarrollados.
La inflación también aumentaba en los países desarrollados, si bien no tanto en comparación.
Para 2009 el problema era el inverso: el panorama económico apuntaba a la deflación, lo que, por ejemplo, llevó a la FED a situar el tipo de interés en prácticamente el 0%.
Guerra de divisas y guerra comercial
En octubre de 2010 aparecen señales claras de una posible guerra de divisas (dólar, euro, yen y yuan). Los países rebajarían la cotización de sus monedas en busca de ventajas competitivas `-para facilitar la exportación– que ayuden a salir de la crisis, pero, si se produce una guerra de divisas y un círculo de rebajas se acentuaría el enfrentamiento comercial llegándose a una guerra comercial que acinturaría y retrasaría inevitablemente la recuperación. Precisamente también hubo una guerra comercial durante la Gran Depresión, iniciada por Estados Unidos y Gran Bretaña. En esta ocasión los ojos se dirigen a China quien podría corregir el problema, si lo desea, apreciando su moneda. Para Immanuel Wallerstein la pérdida de peso del dólar es real y puede producirse una caída repentina que genere un caos extraordinario o una caída suave que vaya sustituyendo el dólar como moneda de referencia.
Consecuencias
ALGUNAS DE LAS CONSECUENCIAS POR LA CRISIS ECONÓMICA SERIAN
Las crisis económicas se acompañan de peor salud (por el aumento del paro y de la pobreza, y por el incremento de la diferencias entre pobres y ricos) pero no siempre se acompañan de mayor mortalidad. Las crisis económicas no aumentan las muertes en general, sí aumentan las muertes por suicidio en todos los países y situaciones. El desempleo se asocia a suicidio. En España los suicidios están aumentando y son ya la tercera causa de muerte, tras la mortalidad cardiovascular y el cáncer. En el mundo, el suicidio es la segunda causa de muerte, tras los accidentes de tráfico, entre los 10 y 24 años. Se puede evitar el aumento de los suicidios, con el rechazo a las políticas que hacen caer el sistema de previsión social, la educación, la sanidad, la cultura y el medio ambiente.
La crisis económica impondrá un sufrimiento muy grande a México, porque habrá desempleo, caída de remesas y la posibilidad de mayor violencia, pero al mismo tiempo, dará una enorme posibilidad de cambio, pues exigirá reacciones sensatas de la sociedad.
La gran depresión
Esta fue una crisis económica mundial que se prolongó durante la década anterior a la Segunda Guerra Mundial. Su duración depende de los países que se analicen, pero en la mayoría comenzó alrededor de 1929 y se extendió hasta finales de la década de los años treinta o principios de los cuarenta. Fue la depresión más larga en el tiempo, de mayor profundidad y la que afectó a más países de las sufridas en el siglo XX. En el siglo XXI ha sido utilizada como paradigma de hasta qué punto puede disminuir la economía mundial. La depresión se originó en los Estados Unidos, a partir de la caída de la bolsa del 29 de octubre de 1929 (conocido como Martes Negro, aunque cinco días antes, el 24 de octubre, ya se había producido el Jueves Negro), y rápidamente se extendió a casi todos los países del mundo. La Gran Depresión tuvo efectos devastadores en casi todos los países, ricos y pobres. La renta nacional, los ingresos fiscales, los beneficios y los precios cayeron, y el comercio internacional descendió entre un 50 y un 66%. El desempleo en los Estados Unidos aumentó al 25%, y en algunos países alcanzó el 33%. Ciudades de todo el mundo se vieron gravemente afectadas, especialmente las que dependían de la industria pesada, y la construcción se detuvo prácticamente en muchas áreas. La agricultura y las zonas rurales sufrieron la caída de los precios de las cosechas que alcanzó aproximadamente un 60 por ciento. Ante la caída de la demanda, las zonas dependientes de las industrias del sector primario, con pocas fuentes alternativas de empleo, fueron las más perjudicadas.
Los países comenzaron a recuperarse a mediados de la década de 1930, pero sus efectos negativos en muchos países duraron hasta el comienzo de la Segunda Guerra Mundial. La elección como presidente de Franklin Delano Roosevelt y el establecimiento del New Deal en 1932 marcó el inicio del final de la Gran Depresión en Estados Unidos. Sin embargo, en Alemania, la desaparición de la financiación exterior, a principios de la década de 1930, y el aumento de las dificultades económicas, propiciaron la aparición del nacional-socialismo y la llegada al poder de Adolf Hitler.
CAUSAS.-
Hacia 1925, la economía mundial se hallaba bastante equilibrada, la producción había vuelto al nivel de antes de la Primera Guerra Mundial, la cotización de las materias primas parecía estabilizada y los países que atravesaban un periodo de alta coyuntura eran numerosos. Sin embargo, no era un retorno a la belle époque. Una serie de equilibrios tradicionales quedaban alterados: la producción y el bienestar progresaban de manera espectacular en unas partes (Estados Unidos, Japón), mientras que en otras, perdida la prosperidad anterior a la guerra, vivían abrumados por el desempleo y las crisis endémicas; en particular en el Reino Unido. Al propio tiempo, los estadounidenses complicaban de singular manera la posición de los europeos. La deuda internacional no podía pagarse sino con oro o mercancías, y los estadounidenses frenaban sus importaciones de Europa con nuevos y cada vez más elevados derechos de aduana, al tiempo que utilizaban su superioridad para imponer sus exportaciones a Europa.
Por otra parte, los Estados Unidos disponían de las mayores reservas de oro del mundo, por lo que, para mantener el patrón oro, hubo de conceder cuantiosos préstamos a Europa. Tal fue el origen de los planes Dawes y Young. En 1914, la economía estadounidense vivía en plena era de prosperidad, y la guerra europea la acrecentó: durante tres años sucesivos, los Estados Unidos fueron los proveedores de un mercado casi ilimitado, mientras las potencias europeas se aniquilaban entre sí. La capacidad industrial de los Estados Unidos también había aumentado considerablemente, y su agricultura progresaba a idéntico ritmo.
Desde 1925, la actividad de la Bolsa había evolucionado tan vertiginosamente como la producción industrial del país. La cotización de las acciones subía regularmente de año en año, y fueron numerosos los estadounidenses que hallaron en la especulación bolsística la fuente de una rápida fortuna: la fiebre de jugar a la Bolsa tentaba a todos los estratos de la población de modo irresistible, tanto rentistas y jubilados como aprendices, que ignoraban todo lo relativo a la industria, a la economía y a la misma Bolsa. Todo el mundo consideraba que la economía del país se encaminaba hacia niveles insospechados, y todos estaban persuadidos de que las "mejores acciones" podían conseguirse con muy poco dinero, pensando que debía aprovecharse de aquella buena suerte antes de que pudiera terminarse.
La continuada demanda hizo subir las acciones a alturas increíbles, y pronto la cotización en Bolsa fue pura especulación, que nada tenía de común con la auténtica solvencia de una sociedad. Mientras sólo se trató, para el ciudadano medio, de invertir sus economías, la especulación siguió dentro de unos límites más o menos razonables, pero transcurrió el tiempo y los estadounidenses empezaron a jugar a la Bolsa con dinero prestado. Una acción de cien dólares nominales podía obtenerse sólo por diez, mientras el resto, llamado "excedente" -o sea, noventa dólares-, se pagaba a crédito. Si la acción seguía subiendo, todo iba perfectamente: un alza del 10%, esto es, que pasara de 100 a 110 dólares proporcionaba al accionista un beneficio neto del 100% sobre los 10 dólares que en realidad había desembolsado. En cambio, si la acción bajaba en un 5 o un 10%, el corredor bursátil exigía nuevo pago al contado, y si el cliente no podía hacer frente al mismo, se veía obligado a vender con pérdida, con el fin de cubrirse él y cubrir a otros acreedores eventuales. Entre los pequeños especuladores -decenas de millares de ciudadanos- eran muy pocos los que poseían reservas de liquidez apreciable.
EFECTOS DE LA CRISIS MUNDIAL
PBI estadounidense en el período 1910–60 con los años de la Gran Depresión (1929–1939) remarcados.
La depresión subsiguiente fue por mucho la peor de la historia estadounidense. Durante al menos tres años y medio todos los indicadores sociales y económicos reflejaron un progresivo deterioro de la situación. En 1932 el PBN había disminuido un 27% y la producción industrial un 50%. La inversión ni siquiera alcanzaba para el mantenimiento de las instalaciones existentes. Bajo estas presiones, el sistema bancario acabó por derrumbarse. Para el 1933, el desempleo llegó al 25%. Solo en 1940 se recobró el nivel de producción previo al 29 y esto se debió al estallido de la Segunda Guerra Mundial. Durante los primeros años de la depresión, entre 1929 y 1932, el índice general de precios en Estados Unidos, disminuyó el 35,6%. Muchos economistas piensan que este proceso de deflación fue responsable de la profundidad y duración de la depresión y también parece probable que esta prolongada deflación sólo fue posible por la política del Sistema de Reserva Federal de disminución de la oferta monetaria.
Los sectores más gravemente afectados por la depresión fueron la agricultura, la producción de bienes de consumo y la industria pesada. Esto provocó que ciudades como Detroit y Chicago, que dependían de la industria pesada, sufrieran la crisis con más intensidad.
A su vez, hubo ciudades dependientes una sola industria que terminaron totalmente arruinadas. En 1932 el nivel de actividad al que estaba funcionando la industria era tan bajo que incluso una eventual demanda del mercado podía ser satisfecha sin necesidad de inversión y sin recurrir a más mano de obra. De modo semejante, el sector de la vivienda estaba también saturado de casas vacías cuyos propietarios no habían podido hacer frente a las hipotecas. Pero lo que más se resintió fue la confianza de los empresarios quienes poseían grandes dudas sobre la utilidad de nuevas inversiones. El hundimiento de la bolsa fue además una causa directa de la reducción de los beneficios empresariales y destruyó el incentivo individual al ahorro, reduciendo así el volumen de los recursos destinados a la inversión. El nivel extraordinariamente bajo de los ingresos agrícolas fue decisivo y retardó considerablemente la recuperación. La agricultura fue el sector más deprimido de la economía y los productores habían disminuido sus ingresos en un 70%. Gran parte de las cosechas no se vendían y comenzaron a disminuir la producción demasiado tarde. A su vez, como la gran mayoría de los pequeños agricultores estaban endeudados, se veían forzados a vender sus productos o perder sus propiedades.
El funcionamiento del sistema bancario americano fue el factor individual que mayor influencia tuvo sobre la profundidad alcanzada por la depresión. Los bancos se apoyaban en unas pocas industrias locales y eran muy susceptibles a las retiradas de fondos. Al producirse una corrida bancaria masiva, los ahorros se tornaron menores que los ingresos y los bancos no podían prestar dinero. A su vez, las garantías, como las casas, contra las cuales se habían vendido los préstamos eran invendibles. A pesar de la debilidad del sistema bancario, su derrumbamiento pudo haberse evitado, pero el gobierno no hizo nada para rescatar a los bancos. Es más, lo que se pensaba en ese entonces era que la depresión suponía una purga que desembarazaría a la economía de sus aspectos menos eficientes, siendo las bancarrotas y los despidos parte necesaria de este proceso de retorno al equilibrio.
Difusión de la crisis
La depresión norteamericana de la actividad económica fue acompañada por una reducción adicional del préstamo hacia el extranjero y una fuerte contracción de la demanda de importaciones. Esto produjo una gran reducción del flujo de dólares hacia Europa y el resto del mundo. Dado la importancia de Estados Unidos en la economía mundial, el impacto de su crisis sobre el resto del mundo fue fuerte, es por eso que se dice que Estados Unidos exportó su crisis. Prácticamente todos los países padecieron declives tanto en la producción industrial como en el PBI, siendo la URSS la principal excepción al estar aislada de los estragos del capitalismo moderno. El siguiente cuadro muestra la caída de la renta y la producción industrial entre el comienzo de la crisis en 1929 y 1932, año que marcó el momento de mayor profundidad de los indicadores económicos.
A principios del 1931, si bien persistía la deflación y la desocupación era alta, los países más afectados eran los exportadores de materias primas, varios de ellos debieron abandonar el patrón oro. Sin embargo, con la quiebra del Credit Anstalt, el principal banco de Austria, se produjo una fuga de capitales en Alemania, Gran Bretaña y en Estados Unidos quien decidió terminar con el patrón oro. Hacia fines del 1932, casi todos los países del mundo lo habían hecho.
Alemania, logró una moratoria en el pago de las reparaciones de la deuda pero igual decidió aumentar las tasas de interés. Esto provocó una profundización en la caída de la actividad económica y un incremento de la desocupación. La devaluación del marco fue descartada por temor a la inflación. La alta desocupación creó un clima de conflictividad social y política que allanó el camino a la llegada de Hitler al poder. Gran Bretaña, por su parte, abandonó el sistema monetario tradicional dejando flotar la libra, esto produjo su depreciación. Esto fue la demostración del liderazgo británico y permitió que la economía británica se recupere de forma razonable librada de las condiciones impuestas por una moneda sobrevaluada y altas tasas de interés.
En poco tiempo se produjo la desorganización y la destrucción parcial de la maquinaria que movía la economía internacional. Los países buscaron una salida individual a la crisis al desaparecer la cooperación financiera. Esto produjo un deterioro de los términos de intercambio y significó el descenso de los precios de las materias primas respecto a los productos manufacturados. En un contexto de escasez de crédito, el resultado para los países periféricos fue la pérdida de reservas y la depreciación del tipo de cambio. Los países periféricos adoptaron dos tipos de políticas: las pasivas y las activas. La pasividad fue el mantenimiento de la ortodoxia monetaria y cambiaria con respecto a los países centrales, y fue realizado por países pequeños con alta dependencia del mercado como Haití, Honduras y Panamá. Las políticas activas fueron modificar el tipo de cambio, controlar las importaciones, intervencionismo estatal e industrialización por sustitución de importación. Estos fueron el caso de Argentina, Brasil y Uruguay.
Hundimiento del comercio internacional
Uno de los factores de propagación de la crisis fue el hundimiento brutal del comercio internacional, que llegó a perder dos terceras partes del valor alcanzado en 1929. Este descalabro del comercio trasladó los efectos de la crisis hasta aquellos países que tenían sus economías abiertas al exterior.
El hundimiento del comercio internacional se prolongó bastante en el tiempo. En 1938 el valor del comercio mundial se situaba todavía por debajo de la mitad del nivel del año 1929. La razón del mantenimiento de la caída fue la adopción generalizada de políticas comerciales proteccionistas encabezadas por Estados Unidos y Gran Bretaña que desencadenaron una guerra comercial que junto con la bajada de la demanda por la propia depresión redujo el comercio mundial. Durante la década se tomaron diversas medidas:
Control de cambios: diferentes formas de restricciones oficiales sobre las transacciones privadas de divisas extranjeras. Los gobiernos exigieron de los exportadores las divisas recibidas por sus ventas entregándoselas a los importadores como pago de sus compras, en ambas operaciones el precio era fijado por el gobierno. Esto produjo aislamiento y favoreció el desarrollo de las industrias internas al limitar la entrada de mercaderías.
Acuerdos bilaterales: buscaban el equilibrio entre las cuentas mutuas de dos países que querían mantener alto el nivel de comercio sin movilizar oro ni divisas. Un ejemplo son los acuerdos de compensación que consistía en una forma moderna de trueque en los cuales no era necesario ningún tipo de movimiento monetario. Otro tipo de acuerdo bilateral era el clearing, el cual consistía en abrir una cuenta en cada país a través de los cuales se efectuaban los pagos por importación e importación. Alemania fue uno de los que utilizó estos dos tipos de acuerdos. Finalmente, los acuerdos de pagos, que se establecían entre países con tipo de cambio fijo y países con controles de cambio, buscaban resolver los problemas de deudas congeladas e intereses impagos de los últimos países. Fueron utilizados preferentemente por Gran Bretaña.
Aranceles al comercio: las tarifas fueron el mayor obstáculo para el intercambio internacional de bienes. Incluso Gran Bretaña, país con fuerte tradición liberal, aprobó una ley de derechos de importación que imponía una tasa del 10% sobre todas las importaciones fuera de la Commonwealth.
El colapso en el que se encontraba la economía en 1932 fue extendiendo la idea de que era necesaria la colaboración internacional para combatir la crisis comercial y financiera. Por esta razón, se convocó a la Conferencia económica mundial en 1933. Pero como Estados Unidos salió del patrón oro convirtiendo al dólar en una moneda fluctuante, la reunión se clausuró sin ningún éxito. Tres años más tarde, con el dólar estabilizado, se produjeron nuevos intentos de cooperación internacional como el acuerdo tripartito entre Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos, con el objetivo de regular los tipos de cambio.
Propuestas para solucionar la crisis
Expansión fiscal y regulación financiera
Para combatir la crisis global, EE.UU. propuso a que los países del G-20 iniciaran una nueva ronda de gastos, además de establecer una meta de crecimiento específica del 2%. Estas políticas fueron rechazadas. La cumbre de ministros de finanzas del G-20 acordó ejercer políticas monetarias y de expansión fiscal hasta que el crecimiento aumente. También se acordaron propuestas para ayudar a los países en desarrollo a través de donaciones al FMI y mejorar la regulación financiera, incluyendo requerir el registro de los fondos de cobertura y sus gestores.
Aumento de la natalidad
Para el economista italiano Gotti Tedeschi, el verdadero origen de la crisis es «la caída de la natalidad en los países occidentales». Así lo afirman Ettore Gotti Tedeschi, conocido economista y presidente del Instituto para las Obras de Religión (IOR, conocido como el Banco Vaticano), en una entrevista al informativo semanal Octava Diez del Centro Televisivo Vaticano. La baja natalidad del pasado, de la que se deriva el rápido envejecimiento de la población en los países occidentales, es lo que aboca a los países occidentales a empobrecerse.
Fomento de la confianza y del consumo
El Consejo Superior de Cámaras de Comercio y 18 grandes empresas españolas ha presentado 25 de febrero de 2010 su campaña publicitaria para contagiar confianza y fomentar las actitudes positivas entre la ciudadanía para hacer frente a la salida de la crisis económica, bajo el lemaestoloarreglamosentretodos.org.
Aumento del déficit presupuestario y del gasto
Para los economistas Paul Krugman y Robin Wells la inercia de las distintas autoridades económicas y políticas presagia una prolongación de la crisis con alto nivel de paro y escaso crecimiento si no se acometen soluciones que a corto plazo no eviten una recesión profunda haciendo que los gobiernos emitan deuda y gasten más. Para Krugman y Wells, cuando la situación de crisis es más intensa (momento Minsky, en honor al poskeynesiano Hyman Minsky) los déficits presupuestarios no solo son buenos, son necesarios.
Frente a la crisis cultural, ecología, feminismo y reconocimiento de las minorías
Frente a la considerada como crisis económica de 2008-2010 el sociólogo Alain Touraine considera que Europa solamente muestra impotencia económica, política y cultural pero que esa impotencia no es consecuencia de la crisis, es su causa general. Para Touraien Europa debe tomar conciencia y romper el silencio, en caso contrario la crisis se profundizará aún más y Occidente perderá sus ventajas. Las soluciones existen, en el plano económico, la ecología política da respuestas frente al suicidio colectivo; en el plano social y cultural, el mundo feminista se opone a las contradicciones mortales de un mundo que sigue dominado por los hombres y en el terreno político, la idea novedosa es, más allá del gobierno de la mayoría, la del respeto de las minorías y su reconocimiento.
Apoyo a la agricultura
En palabras de Benedicto XVI, «La crisis económica actual, de la que se ha tratado también en estos días en la reunión del llamado G20, debe tomarse en toda su seriedad: esta tiene numerosas causas y manda una fuerte llamada a una revisión profunda del modelo de desarrollo económico global (cfr Enc. Caritas in veritate, 21). Es un síntoma agudo que se ha añadido a otros también graves y ya bien conocidos, como el perdurar del desequilibrio entre riqueza y pobreza, el escándalo del hambre, la emergencia ecológica y, actualmente también general, el problema del paro. En este cuadro, parece decisivo un relanzamiento estratégico de la agricultura. De hecho, el proceso de industrialización a veces ha ensombrecido al sector agrícola, el cual, aún tomando a su vez beneficio de los conocimientos y de las técnicas modernas, con todo ha perdido importancia, con notables consecuencias también en el plano cultural. Me parece el momento para un llamamiento a revalorar la agricultura, no en sentido nostálgico, sino como recurso indispensable para el futuro.»
Conclusión
En conclusión la crisis actual se debe a la subida de los precios en forma generalizada y a esto se llama inflación. Pero la inflación también se debe al contagio de dicha enfermedad cuando se importa productos de los mercados extranjeros especialmente de los Estados Unidos donde se atraviesa una crisis financiera por desfinanciamiento de los bancos privados. Mediante el mercado la crisis se expande por todo el mundo y llega también a nuestro país. Cuando existe inflación significa que los precios suben desmedidamente y el gobierno tiene que actuar para controlar dicha inflación ya sea subiendo el precio de la tasa de interés, pero de cualquier manera si la inflación persiste se llega un momento que la producción se tiene que ver afectada y es cuando se llega entonces a la recesión.
Bibliografía
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http://es.wikipedia.org/wiki/Crisis_econ%C3%B3mica_de_2008-2011
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http://www.astrogreen.es/crisis_mundial.html
Autor:
Hernandez Miranda Karina