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El pensamiento vivo de Máximo Gómez


  1. Posición de Gómez ante el Pacto de Zanjón
  2. La Tregua Fecunda (1878-1895)
  3. Máximo Gómez durante la guerra necesaria
  4. Máximo Gómez frente a la intervención norteamericana
  5. Máximo Gómez frente a la ocupación norteamericana
  6. Conclusiones
  7. Bibliografía

En el año 1865 llega a nuestro país el Comandante de las Reservas Dominicanas Máximo Gómez Báez, desde el año siguiente radicó en El Dátil, jurisdicción de Bayamo donde se dedicó a la agricultura y los negocios de la madera, y aquí nació su profundo pensamiento antiesclavista e independentista.

Por estos tiempos Gómez precisaba (…)- "Por mis relaciones con cubanos entré en la conspiración, pero yo fui a la guerra (…) a pelear por la libertad del negro esclavo.

El futuro maestro de la guerra irregular tuvo como motivación adicional las crueldades que se sometían sobre las grandes masas de esclavos para iniciarse en el proceso emancipador, unido a la situación por la que atravesaba el país, fueron elementos que motivaron a colocar sus servicios junto a la causa de los desposeídos.

El 16 de octubre se levanta en armas apoyando el levantamiento armado que se había iniciado el 10 de octubre de 1868 y dos días más tarde es nombrado mayor general por Carlos Manuel de Céspedes, y asignado a las fuerzas del mayor general Donato Mármol.

En esta etapa inicial del movimiento pocos tenían conocimientos militares y le correspondió organizar a este incipiente ejército y dotarlo de la organización y la disciplina necesaria para poder llevar a cabo acciones militares que aspirasen a ver coronados los esfuerzos con la victoria, sabiendo de antemano que la tarea a realizar era compleja por la diversidad social de los integrantes de las filas insurrectas.

El 20 de octubre de 1868 las fuerzas de Carlos Manuel de Céspedes bajo el mando del general dominicano Luís Marcano toman la importante ciudad de Bayamo. Fue la primera acción de importancia en la recién iniciada Guerra de los Diez Años. Bayamo se convirtió en la capital de la Revolución hasta enero de 1869.

Con la finalidad de recuperar la plaza perdida los españoles organizan un fuerte ejército y Gómez es uno de los encargados de defender este bastión rebelde y prácticamente destroza las fuerzas del coronel Demetrio Quirós en Venta del Pino.

Lo más genial de su pensamiento militar fue la certera concepción estratégica de que la guerra en Cuba se ganaría destruyendo la base económica, verdadero sostén del poder colonial. Teniendo en cuenta este elemento organiza la invasión a Guantánamo el 1871 con la finalidad de destruir el poderío de la zona, foguear y disciplinar las fuerzas mambisas y a la vez demostrar el empuje del movimiento revolucionario.

Gómez se convirtió en un gran caudillo que reclamaba constantemente libertad para emprender acciones militares y no siempre sus criterios fueron evaluados correctamente, situación que lo llevó a entrar en contradicciones con el Presidente de la República en Armas y posteriormente es cesanteado en sus responsabilidades,autoridad que le fue conferida nuevamente cuando la dirección de la Revolución le asigna la misión de hacerse cargo del Camaguey ante la muerte en combate del mayor Ignacio Agramante y Loynaz del Castillo, en esta región demostró las capacidades que tenía como organizador y sucesor del legado del bayardo camagüeyano.

En el año 1874 organiza la invasión a las Villas, invade esta comarca con las huestes invasoras y pone en jaque a los afamados generales de España, logra establecer una punta de lanza en la zona de Cumanayagua con las fuerzas del brigadier Henry Reeve, quién finalmente se ve cercado por fuerzas muy superiores y pierde la vida el 4 de agosto de 1876.Con su muerte, el Ejército Libertador no solo perdía a un ejemplar defensor que supo poner en alto la solidaridad entre los pueblos, sino perdía también la avanzada de la Invasión a Occidente.

A pesar de las victorias alcanzadas, sobre todo en las Guásimas, tiene que reorganizarse para continuar el empuje hacia Occidente, pero no recibe el apoyo de Vicente García quién lleva a cabo la sedición de Laguna de Varona y la fuerza invasora se ve afectada por limitaciones en hombres y recursos y tiene que enfrentar la proliferación en la región de flagelos nocivos como el regionalismo y el caudillismo, los cuales debilitaron la fuerza del movimiento y por si fuese poco Gómez tiene que aceptar la renuncia de experimentados y valerosos jefes orientales y camagüeyanos, finalmente él tiene que renunciar y el movimiento invasor colapsa.

Posición de Gómez ante el Pacto de Zanjón

Cuando el largo período de guerra y sus privaciones, la falta de unidad en las fuerzas mambisas y la hábil política de paz llevada acabo por el alto mando español condujeron al Pacto del Zanjón, Gómez fue partidario de convocar a una asamblea para ganar en tiempo para unificar criterios y desmoralizar a Arsenio Martínez Campos, facilitando con ello su caída, es decir, continuó abogando por la continuidad del movimiento.

El 18 de febrero de 1878, le expresa al mayor general Antonio Maceo y Grajales que pretende salir del país porque jamás viviría bajo el dominio de España".,pero que quería verlo antes de emprender la salida, esto pone de manifiesto cuanto había calado la personalidad del bravo guerrero en el Generalísimo y la importancia que el le concede a los criterios que pudiera emitir el general Antonio y por consiguiente expresa su firme disposición a no vivir en un país que ha sido abandonado a su propia suerte por un enemigo que tanto el había combatido, es una muestra clara de una digna lección de principios propia de un guerrero que no claudicaba en sus empeños.

A partir de estas consideraciones solicitó la posibilidad de salir del país sin poner en juego su honor, el cual había conquistado a fuerza de sacrificio y desinterés, muestra de ello fue su negativa a contribuir con su prestigio a consolidar las gestiones de paz que enarbolaba Arsenio Martínez Campos y rechazó enérgicamente el dinero ofrecido por el Pacificador y llega a Jamaica con una onza de oro en el bolsillo, la que le quedaba de las seis que le prestó su primo, el coronel dominicano Tejada y que el general había compartido con sus ayudantes.

Una parte de la emigración cubana radicada en Jamaica que se habían mantenido bien al margen de la guerra, mal informados por las noticias que les llegaban desde Nueva York, acusaban a Gómez de ser el responsable del Pacto del Zanjón, acusación que después hicieron extensiva a Antonio Maceo,en realidad fue considerado por él como una situación que debían resolver los cubanos, al referirse a esa característica suya Fidel Castro expresó: ¨Máximo Gómez con su natural inhibición porque pese a sus extraordinarios méritos, él siempre actuaba con la timidez del que no había nacido en territorio cubano.¨

La Tregua Fecunda (1878-1895)

Estando en el exilio Gómez visitó Jamaica, Honduras, Perú, Estados Unidos, y Panamá…y se percata de la existencia de un escenario republicano muy cambiado que exhortaba a la búsqueda de la modernidad y el progreso, aunque continuaban los problemas sociales históricos.

En esta etapa comienza a radicalizarse el pensamiento de Máximo Gómez al comprender que la lucha contra España era el primer paso de un proyecto de liberación, en el cual se abrirían nuevas oportunidades para los sectores más humildes en aras de alcanzar un rol importante en al construcción de un nuevo escenario social donde se permitiese el absoluto respeto a los derechos y deberes del edificador de los nuevos tiempos que comenzaba a vislumbrarse en el horizonte.

En su enfrentamiento a las nuevas complejidades tiene que luchar contra la escasez de recursos y recurre a otros amigos financieramente, comenzando a trabajar la tierra con sus propias manos (en una pequeña Vega de Tabaco).

En 1884 junto a Antonio Maceo inició una nueva conspiración independentista que llevó por nombre San Pedro de Sula, proyecto del cual se separó José Martí por considerarlo militarista y finalmente fracasó en 1886.

En este período es digno destacar que a pesar de las diferencias surgidas a raíz del fracasado proyecto, estas personalidades vuelven a converger en el objetivo supremo que constituía reiniciar la luchar por la liberación de Cuba.

Cuando Martí a propuesta del Partido Revolucionario Cubano le propone a Gómez encabezar el nuevo movimiento independentista, el viejo general accede inmediatamente olvidando las contradicciones anteriores y se pone al servicio de la causa libertaria sin más ambición que servirla hasta las ultimas consecuencias, renuncia a las "comodidades de la vida hogareña" para ir a cumplir con su deber como hombre y patriota.

El significado que Gómez atribuía a su relación con José Martí se encuentra expresado en la carta escrita a Serafín Sánchez:

"Porque Martí y yo somos dos átomos ante la grande idea de la redención de un pueblo y por la cual ambos nos encontramos fuertemente interesados. Cuando los hombres somos afines en sentimientos, el engranaje es un hecho, los pequeños estorbos, de forma o de carácter, esos se allanan con el roce".

Con esta decisión Gómez encarnaba el espíritu del guerrero, y prácticamente la voluntad de todos los oficiales de la Guerra Grande, incluidos Martí y Maceo, que aceptaban y deseaban a Gómez en la máxima dirección militar de la Revolución.

Años más tarde firmó junto con Martí, el 25 de marzo de 1895, el Manifiesto de Montecristi, en el cual exponían al mundo los propósitos de la revolución cubana y precisaban que la guerra no era contra el español neutral y honrado, sino, contra las autoridades coloniales de España en Cuba, para convertir a Cuba en una nación libre e independiente. También se dejaba explícito el carácter popular y democrático de la lucha y de la República a ser fundada, una "República con todos y para el bien de todos".

Máximo Gómez durante la guerra necesaria

Una vez iniciada la guerra necesaria Máximo Gómez comenzó a gestionar con las autoridades españolas el reconocimiento de la definitiva independencia, actividad en la cual fracasó, pero continuó abogando por alcanzar esta aspiración con nuestros propios esfuerzos como lo habían enarbolado con anterioridad pensadores de la talla de Félix Varela y Morales y Antonio Maceo y Grajales, así lo expresó en carta cursada al corresponsal del The Sun en el difícil año de 1897: "Desamparados del universo entero, nos alzamos todos enfrente de una potencia europea. Pero resueltos como estamos a morir o ser libres de una vez y para siempre debemos ser tan cautos como valerosos, puesto que nuestra salvación depende solo de nuestras propias fuerzas".

El peligro que se cernía sobre nuestro país había sido previsto con genialidad por José Martí cuando escribió en su inconclusa carta a Manuel Mercado:… ya estoy todos los días en peligro de dar mi vida por mi país, y por mi deber- puesto que lo entiendo y tengo fuerzas con qué realizarlo- de impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América.

Los hechos posteriores ratificaron la claridad del pensamiento de Máximo Gómez, muestra de ellos lo constituyen las instrucciones dadas por J.C. Breckenridge al mayor general Nelson A. Miles jefe del contingente invasor que se prestaba a salir hacia Cuba, las cuales mostraban las verdaderas intenciones de la Resolución Conjunta y unido a ello la negativa a las fuerzas de Calixto García a participar en la capitulación de las fuerzas españolas en Santiago de Cuba ,así como la afrenta que constituyó la firma del Tratado de Paris el 10 de diciembre de 1898,donde se determinó el destino de Cuba ,sin la presencia de representantes cubanos, el cual no fue más que el traspaso de nuestro país de manos españolas a norteamericanas.

Estando el generalísimo en plena campaña militar recibe por medio del comandante Cosme de la Torriente la confirmación de la muerte de Maceo y Panchito Gómez Toro.Posteriormente conoce los pormenores de este trágico suceso y al referirse a ellos expresó:

"No me pesa, no, haber sido en esta guerra siempre clemente con los españoles que han caído en mi poder, y así seguiré siéndolo pues yo no puedo imitar a los asesinos de nuestros hijos. Pero siento palpitar un sentimiento de venganza, no por la muerte de mi hijo, pues a la guerra se viene a morir, sino por la mutilación, por la profanación de un cadáver. Cortar la rosa no es tan malo, deshojarla con desprecio, es lo amargo".

Es admirable la conducta de este venerable guerrero que si olvidar su condición de padre crítica el proceder vandálico y desmesurado de las hordas españolas ávidas de sangre, las cuales desconocen los principios de la guerra civilizada tan oportunamente enarbolados posteriormente por Calixto García en su memorable carta de protesta cursada a William Shafter ante la negativa a las fuerzas cubanas de participar en la capitulación de España en Santiago de Cuba.

Máximo Gómez frente a la intervención norteamericana

El 21 de abril de 1898 los Estados Unidos le declaran la guerra a España comenzando con ello la Guerra Hispano -cubano- norteamericana, cuando el empuje de norteamericanos y cubanos les hizo ver la realidad que se habían negado desde hacia mucho tiempo los políticos españoles sobre la eminente derrota que se cernía sobre ellos, bajo estas circunstancias el Capitán General Ramón Blanco le escribe a Gómez instándolo a una alianza entre tropas cubanas y españolas para arrojar fuera a los yanquis, el bravo guerrero le responde:

"Me asombra su atrevimiento, al proponerme nuevamente términos de paz, cuando usted sabe que cubanos y españoles jamás pueden vivir en paz en el suelo de Cuba. Usted representa en este Continente una monarquía vieja y desacreditada y nosotros combatimos por un principio americano; el mismo de Bolívar y Washington […].

Este criterio enarbolado por Gómez refleja su madurez política, al no entrar en alianzas con un enemigo que durante décadas ha masacrado al pueblo cubano y pone de relieve que españoles y cubanos no pueden coexistir en paz bajo un mismo suelo debido a una diferencia sustancial de principios violados y pisoteados históricamente.

Muy significativa resulta la actitud de Máximo Gómez cuando en el poblado de de El Jíbaro, Sancti Spíritus, tomado por el general de división José Miguel Gómez apoyado por fuerzas norteamericanas, no se cumplieron las orientaciones dadas por el jefe cubano y fue izada la bandera norteamericana, este incidente recibió una digna respuesta de Gómez, al desalojar los yanquis del fuerte e izar la bandera cubana,y además el oficial responsable de los hechos el teniente Jonson tuvo que manifestar sus disculpas al generalísimo y saludar la bandera cubana ante las tropas mambisas, este incidente nos muestra el temple y la dignidad de un dominicano actuando como el cubano más representativo de nuestros valores y principios morales propios de un hombre que supo comportarse a la altura del momento histórico y para confirmar lo planteado recordemos sus palabras cuando expresó:

Profanar la enseña noble de este pueblo heroico, faltar al respeto de uno de nuestros Generales y despreciar nuestras leyes, eso, después de los españoles, sólo se le ocurre a un americano borracho y brutal.

El 16 de julio de 1898 se firmó la capitulación de España ante las tropas norteamericanas en Santiago de Cuba, a las fuerzas cubanas representadas por Calixto García no se les permitió entrar a la ciudad por temor a represalias, en diciembre del propio año se celebró el Tratado de Paris donde participaron norteamericanos y españoles, pasando Cuba de manos españolas a norteamericanas, sobre este hecho Máximo Gómez expresó:(…) Se ha firmado la paz, es cierto, pero también lo es que fue una lástima, que los hombres del Norte, largo tiempo indiferentes contemplaran el asesinato de un pueblo: noble, heroico y rico. Por fin Cuba es libre y toca a la Historia juzgarnos a todos.

El general tenía bien presente la actitud asumida por los Estados Unidos hacia Cuba por espacio de 30 años, al desconocer los representantes del Gobierno de la República en Armas, alentaron la división de la emigración cubana y en sentido general aplicaron una política de falsa neutralidad que beneficiaba directamente a España, permitieron que una potencia europea pisoteara los más elementales derechos de un pueblo que luchaba prácticamente sin recursos por alcanzar su independencia.

Máximo Gómez frente a la ocupación norteamericana

Máximo Gómez se encontraba expectante en su campamento del central Narcisa, cerca de Yaguajay, el viejo mambí sentía un gran disgusto por la forma en que actuaban los norteamericanos y el desprecio notable que manifestaban hacia los cubanos. En días posteriores se entrevista con el enviado norteamericano Robert Porter, el cual le planteó que Estados Unidos respetaría la Resolución Conjunta, en lo referente a la independencia de Cuba y lo incitó a trasladarse hacia la capital cubana para contribuir con su prestigio a la solución de los problemas nacionales, el intrépido guerrero no se percató que había sido victima de la intriga y de un plan hábilmente preparado por Washington y comienza su recorrido triunfal entrando en la capital el 24 de febrero de 1899 con las fuerzas libertadoras, rodeado de la mayor multitud vista en la ciudad hasta ese momento, porque los cubanos lo admiraban y querían.

La presencia del general en la capital agudizó las contradicciones con la Asamblea del Cerro, la cual era partidaria de la aprobación de un empréstito con los Estados Unidos, que le permitiese ser reconocida como representante del pueblo cubano y Gómez se opuso al empréstito, al considerar que contraer una deuda implicaría el nacimiento de una republica endeudada y fue partidario de aceptar un ¨regalo¨ del presidente yanqui de 3 000 000 de dólares que quería hacer a Cuba el presidente estadounidense.

Tanto la Asamblea como Gómez actuaron en defensa de sus criterios pensando en lo mejor para la conformación de la República, pero les faltó comunicación y entendimiento, las viejas contradicciones entre el mando civil y el militar afloraron en un momento histórico donde debían conformar un frente sólido que representara al independentismo y formar en torno a la personalidad de Gómez un bloque nacional unido que pudiese poner fin a la presencia de los Estados Unidos en Cuba.

El 12 de marzo de 1899, la Asamblea del Cerro acordó la destitución de Máximo Gómez como General en Jefe del Ejército Libertador, y la eliminación definitiva de ese cargo.

El Generalísimo, mediante un manifiesto a la nación, expresó:

  • (…)Nada se me debe y me retiro contento y satisfecho de haber hecho cuanto he podido en beneficio de mis hermanos. Prometo a los cubanos que, donde quiera que plante mi tienda, siempre podrían contar con un amigo.

  • La ascendencia carismática de Máximo Gómez en la sociedad cubana al finalizar la Guerra de independencia ha sido señalada ya por Raúl Roa:

  • (…)Pero la Asamblea no tenía derecho alguno a tratarlo como a un soldado cualquiera(…) ¿ Se han vuelto repentinamente ciegos y sordos? ¿ No han caído en cuenta que el carisma de Gómez está en alza? ¿Qué las masas populares le han transferido poderes absolutos y absolutistas?.

Poco a poco los yanquis iban logrando sus objetivos y el 4 de abril de 1898 al perder el apoyo moral del pueblo, la Asamblea tiene que disolverse. Posteriormente en junio de 1899 comenzó el pago al ejército cubano, el cual fue licenciado por un costo inferior al regalo otorgado por el presidente norteamericano.

Los elementos anteriores unido a la disolución del Partido Revolucionario Cubano por Tomás Estrada Palma ponen de manifiesto que el imperialismo iba logrando sus propósitos de eliminar las instituciones representativas del pueblo cubano, y el país quedaba a merced de los planes de los Estados Unidos.

Teniendo en cuenta el escenario político en que se encontraba Cuba en aquellos momentos el gobernador Leonardo Wood realiza la convocatoria a la asamblea constituyente, la cual a decir de Manuel Sanguily más parecía una orden que otra cosa pues los cubanos debían redactar y aprobar una constitución para el pueblo de Cuba y además dejar establecida las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos, sobre este incidente y otros actos impuestos por el gobierno de ocupación, el generalísimo expresó:(…) Nada más racional y justo, que el dueño de una casa, sea él mismo que la va a vivir con su familia, el que la amueble y adorne a su satisfacción y gusto; y no que se vea obligado a seguir, contra su voluntad y gusto, las imposiciones del vecino. Estas palabras expresan el derecho de pueblo cubano a tomar sus propias decisiones y refleja la desconfianza de Gómez sobre el cumplimiento por parte de Los Estados Unidos de la Resolución Conjunta.

El 12 de Junio de 1901 se establecía de forma oficial la Enmienda Platt en nuestro país y como había expresado Leonard Wood (…) Por supuesto, que a Cuba se le ha dejado poca o ninguna independencia con la Enmienda Platt y lo único indicado ahora es buscar la anexión (…) por todo lo cual es bien evidente que está en lo absoluto en nuestras manos (…).

En el país hubo varios actos con Juan Gualberto Gómez al frente donde fue calificada este engendro imperial como humillante e inaceptable, además se hicieron sentir las voces opositoras de Salvador Cisneros Betancourt y José Morlot Lacret ,el general Gómez al referirse a ella expresó: -"Ahí tenemos la Ley Platt, eterna licencia convertida en obligación para inmiscuirse los americanos en nuestros asuntos"."Los actos posteriores realizados por la política norteamericana pusieron de relieve los verdaderos objetivos de los norteamericanos, los cuales se manifestaron desde la amenaza preventiva, la injerencia de los embajadores, hasta la intervención directa, muestra de ella fue la efectuada por el ejército de los Estados Unidos ante la solicitud de Tomás Estrada Palma en 1906.

Cuando la situación existente en el país reclamaba la unidad de todos los sectores partidarios del independentismo para poder enfrentar el nuevo contexto donde las instituciones representativas del pueblo cubano habían sido desarticuladas y los sueños democráticos enarbolados en el Manifiesto de Montecristi continuaban sin cumplirse, según el criterio de Gómez (…) Cuba necesitaba de un genio político para hacer frente a aquel desafío, señala que esa hubiera sido 'la hora de Martí'.

Durante los años 1899 y 1902 el general Gómez centró sus esfuerzos en la lucha por vertebrar la unidad de las fuerzas partidarias del independentismo, varias de ellas se encontraban divididas y otras inmersas en campañas electorales. El llamado constante del generalísimo a la unidad durante las campañas bélicas había encontrado varios valladares esgrimidos por facciones o grupos que se aferraban a defender sus criterios, ahora en la paz era necesario pasar por encima de esas diferencias y unir voluntades con la finalidad de poner fin a la presencia militar de los Estados Unidos en la Isla y establecer la republica martiana.

La historia nos enseña con elocuencia que los hombres en muchas ocasiones actúan bajo un manto donde esconden fines personales o ideológicos. Cuando se produjo la muerte de Antonio Maceo, el hecho como tal dejaba un vacío difícil de cubrir por otro patriota, pero en aquel momento calmó las tensiones existentes entre el Consejo de Gobierno y el General en Jefe, ahora el momento reclamaba de la unidad indispensable para cumplimentar los objetivos militares y políticos y en esta etapa Gómez escribía al general Francisco Sánchez: "Es decir que fue necesario un Weyler para mantenernos unidos, porque en presencia de aquel monstruo todo el mundo comprendió que la desunión pudiera perdernos, y se aparenta ahora ignorar que estamos en frente de otro peligro mayor".

Durante esta etapa Gómez realizó esfuerzos para convocar a una asamblea constituyente que representara la voluntad legítima del pueblo cubano de establecer la república independiente, esta gestión fracasó y encaminó sus actividades en las siguientes direcciones: las autoridades estadounidenses y la oficialidad de su antiguo Ejército Libertador.

Ante la complejidad de la situación existente el general Gómez con gran recelo le escribe al general Bernabé Boza: "República sí tendremos general de eso no le quede a usted la menor duda" —pero advertía— "lo que sí tenemos es que pensar con la calma y la prudencia que reclaman estos asuntos, cuál será la forma más conveniente en su parte exterior".Es apreciable su preocupación por los hechos que se avecinaban en cuanto a la dependencia externa del gran coloso del norte y teniendo en cuenta esta situación abogó por la conformación de una asamblea integrada por hombres desprovistos de personalismos y que priorizaran los intereses nacionales amenazados en aquellos momentos por la ocupación norteamericana.

En esta etapa Gómez señalaba como un peligro real la conformación de los antiguos militantes del autonomismo en las filas del Partido Unión Democrática, fundado en 1901,a pesar de ello, desde la memorable Proclama de Yaguajay el convocaba a la incorporación de los autonomistas al proceso de construcción nacional(…) sin preguntarles en donde estaban y que hacían mientras Cuba se ensangrentaba en la lucha por la independencia(…)Se debe conceder el perdón a todo el que lo solicite para que la obra quede completa.

Mediante esta proclama Gómez facilitaba la reincorporación de los autonomistas a la vida pública cubana y pone de relieve su capacidad para evaluar correctamente la necesidad del momento histórico que reclamaba la conformación de un frente nacional sin tener en cuenta banderas políticas enarboladas con anterioridad.

Aunque las preocupaciones mayores del Generalísimo aparecen reflejadas en carta cursada al puertorriqueño Sotero Figueroa:

"El triste pasado ya lo conocemos, y en el presente abierto tenemos el libro de nuestras tristezas para leerlo. Lo que tenemos que estudiar con profundísima atención, es la manera de salvar lo mucho que aún nos queda de la revolución redentora, su historia y su bandera.

"De no hacerlo así, llegará un día en que perdido hasta el idioma, nuestros hijos, sin que se les pueda culpar, apenas leerán algún viejo pergamino que les caiga a la mano, en el que se relaten las proezas de las pasadas generaciones, y esas, de seguro les han de inspirar poco interés, sugestionados como han de sentirse por el espíritu yankee".

La anterior misiva refleja el interés del viejo guerrero en conservar las memorias de lo ocurrido en la manigua redentora, conociendo de antemano la importancia que tiene el reflejo de una historia objetiva como legado a las futuras generaciones de cubanos, los cuales podían enarbolar los lauros conquistados como estandartes en la lucha por construir una nueva sociedad que dignificara los principios democráticos enarbolados en el Manifiesto de Montecristi, además constituye una defensa a nuestra identidad y cultura, expresando con ello una línea consecuente en el proceso de consolidación de nuestra nacionalidad.

Máximo Gómez un hombre curtido en el arte de la guerra aunque tuvo inicialmente sus discrepancias con el joven José Martí, fue capaz de colocarse a la altura del momento histórico y asimiló las lecciones visionarias sobre la voracidad del imperio, por ello invocaba a obrar con cordura desde el punto de vista político para evitar situaciones que pudiesen favorecer los planes de los Estados Unidos, evitando con ello lo que el llamaba el hundimiento de la nave al referirse a la posibilidad de que Cuba fuese anexada al vecino del Norte como anhelaban algunos círculos de poder de las altas esferas.

Al establecerse la república el 20 de mayo de 1902 el Generalísimo no se aisló de la vida política del país, sus proyecciones se adaptaron al nuevo escenario en la búsqueda de posibles variantes que permitieran poner fin a la ocupación norteamericana lo más pronto posible, con la finalidad de materializar el establecimiento de la república abonada con la sangre de miles de cubanos y soñada por José Martí.

Cuando Don Tomás Estrada Palma decidió intentar la reelección presidencial inmediata, Máximo Gómez decidió iniciar una campaña contra la reelección a lo largo de todo el país. Una lesión en la mano se le infectó al saludar a miles de cubanos que le recibían en cada pueblo y le provocó septicemia. Su estado de salud comenzó a deteriorarse de manera acelerada, lo que obligó a su traslado inmediato a La Habana, en cuyo trayecto fue operado en dos ocasiones. Sin embargo, no pudo recuperarse.

El Generalísimo Máximo Gómez Báez falleció el 17 de junio de 1905, sin fortuna personal, en su villa habanera, a la edad de 68 años.

Conclusiones

1-El maestro de la guerra irregular en su condición de jefe militar de la revolución no perdió de vista el papel decisivo que desempeña la lucha económica en una guerra larga y de desgaste, es decir la destrucción de las fuentes de riquezas que financiaban a España el conflicto cubano.

2. El Mayor General Máximo Gómez Báez poseía el indiscutible don del magnetismo. Su figura resaltaba por su educación, sencillez y modestia. En la guerra, fue impetuoso y temerario. En la paz, un humilde trabajador agrícola que con sus propias manos sacaba a la tierra el fruto necesario para el sustento de su familia.

3. Las enseñanzas de Gómez hoy prevalecen en nuestro pueblo y conforman las tradiciones de lucha del pueblo cubano en su enfrentamiento frontal por mantener nuestra independencia.

4. Para Gómez " la patria nunca fue triunfo ni alborozo, sino agonía y deber y sacrificio -, por ello la generación de hoy y las futuras deben mirar su limpia conducta que siempre antepuso los intereses nacionales por encima de los personales.

5-El generalísimo nos dejó una obra y un pensamiento abarcador donde sobresale su legado político militar consecuente con su accionar basado en un sólido sustento ético y también una leyenda que lo recuerda en el batallar cotidiano de cada cubano en la lucha por preservar la obra a la cual el dedicó su vida.

Bibliografía

1-Entrevista con Yoel Cordoví Núñez, el 15-6-2005 publicada en Juventud Rebelde.

2-Máximo Gómez frente a la ocupación de Estados Unidos. http://www.trabajadores.cu/20150614/maximo-gomez-frente-a-la-ocupacion-de-estados-unidos/.

3-Entrevista concedida por el Historiador de La Habana Eusebio Leal, a la Revista Temas: 20 de mayo del 2012.

4-Palabras del Presidente del Instituto de Historia de Cuba, René González Barrios en el aniversario 110 de la muerte de Máximo Gómez Báez en el Cementerio de Colón, de La Habana.

5- El pensamiento vivo de Máximo Gómez, Compilación por Bernardo García Domínguez, 2 t., CEDEE, Santo Domingo, Casa del Caribe de Santiago de Cuba, 1991.

6-La república dividida contra si misma de Yoel James Figarola.

7- Raúl Roa: Aventuras y venturas de un mambí.

8-Máximo Gómez. Selección de textos, Selección e introducción por Salvador Morales, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1986.

9-Máximo Gómez, selección de documentos (1895.1905), Compilación por Yoel Cordoví Núñez, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2003.

10-Máximo Gómez. 100 años, Selección por Ana Cairo Ballester, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2006.

11-Artículo "El General Gómez", escrito y publicado por José Martí en el periódico Patria el 26 de agosto de 1893.

 

 

 

Autor:

Camilo Torres Ramos