2.- OBJETIVOS:
- Dar a conocer sobre la Biografía de Hugo Chávez un líder revolucionario o un populista pragmático.
- Analizaremos como fue el primer período presidencial de Chávez
- Analizaremos como fue el segundo período presidencial de Chávez
- Conocer como se produjo el derrocamiento de Chávez
- Analizaremos si la Presidencia de Chávez es un golpe o rebelión
- Conoceremos los resultados que se han obtenido en la presidencia de Chavez
- Analizaremos como se encuentra la democracia en Venezuela y América
3.1 El primer periodo presidencial
Chávez ganó las elecciones presidenciales el 6 de diciembre de 1998, obteniendo el 56% de los votos válidos, que representaban el 33% de la población electoral (más de once millones de personas para ese año). Esto equivalió, para esa fecha, a la votación porcentual más alta de los anteriores cuarenta años en Venezuela.
Los dos partidos dominantes hasta ese momento, Acción Democrática y COPEI, que Chávez acusó durante la campaña de nepotismo, cleptocracia y corrupción, se vieron obligados a renunciar a sus candidaturas iniciales y apoyar al independiente Henrique Salas Römer, el único que aparentaba tener la posibilidad de derrotar electoralmente a Hugo Chávez.
Para el desagrado de muchos, Chávez invitó al acto de investidura de la presidencia, el 2 de febrero de 1999, al último dictador de Venezuela, Marcos Pérez Jiménez, defenestrado en 1958 y quien rechazó las invitaciones y acercamientos de Chávez. Los opositores de Chávez tildaron sus promesas de campaña (luchar contra la pobreza y la corrupción) como demagogia y populismo, mientras entre la izquierda fue visto como el primer político que se salía de la línea continuista de las oligarquías en el poder en mucho tiempo.
Apenas iniciado su gobierno en 1999, Chávez solicitó al parlamento una serie de poderes especiales en el área de la economía para sanear las finanzas públicas y luchar contra la pobreza. En abril de 1999, Chávez promovió un referéndum que permitió elaborar una nueva Constitución para reformar todo el sistema.
Esta constitución fue redactada por la Asamblea Constituyente, elegida en julio de 1999 bajo un sistema totalmente uninominal. En dichas elecciones, el Movimiento Quinta República, partido político de Chávez , obtuvo con un 62% de votos el 95% de los constituyentistas, en tanto, la oposición con un 35% obtuvo un 5% de los escaños.
El 12 de agosto de 1999, la Constituyente declara por decreto el Estado de Emergencia, y se otorga el poder para intervenir e incluso disolver otros órganos del Estado. Una semana después, la Asamblea disuelve el sistema judicial y poco después, el Parlamento. Esto será comentado en el exterior como un "escandaloso golpe de estado".
Mediante el voto popular, pero con una abstención del 55%, el 15 de diciembre de 1999 Chávez logra sustituir la Constitución de 1961, su promulgación significó para muchos el logro político más importante de Chávez. Otorgaba más poder para el Presidente, por primera vez daba a los militares el derecho a participar en las elecciones y concedía a las poblaciones indígenas nuevos y específicos derechos lingüístico, étnicos, culturales y territoriales. También instaura el referendo revocatorio del mandato de todos los cargos de elección popular.
3.2 El segundo periodo presidencial
El 30 de julio de 2000, Hugo Chávez es ratificado en el gobierno con casi 60% de los votos. Al mismo tiempo las elecciones parlamentarias dieron mayoría absoluta al partido de Chávez con 99 de 165 escaños, lo que le dio poder para gobernar por decretos, lo cual incremento las críticas dentro y fuera del país, sobre todo del gobierno de EE.UU..
En diciembre de 2000 Chávez aprobó la organización de un referéndum muy controvertido sobre la reorganización de las centrales obreras; su plan proponía suspender en medio año a todos los funcionarios de los sindicatos, y permitir que cada asociado escogiera a un nuevo candidato. De esta forma, él podría apartar a los aliados de la oposición y colocar gente de confianza en las centrales obreras. La propuesta de Chávez obtuvo casi dos tercios de los votos.
Por esos días el partido más grande de la oposición, Acción Democrática, hizo una propuesta para aplicar un procedimiento de censura pero falló. Al realizarse finalmente las elecciones sindicales en Venezuela, el gobierno recibe la primera gran derrota electoral desde su inicio, al quedar las centrales sindicales en manos de la oposición.
Entre los programas sociales que destaca estos años fue el Plan Bolívar 2000, mediante el uso de militares encargados de reparar infraestructuras como hospitales y lugares públicos, limpiezas y embellecimiento de calles, así como la venta de verduras en la calle y ropa, enalteciendo entonces la labor del ejército.
4. La Ley Habilitante y el primer Paro
En 2001 el Congreso aprueba un Decreto Habilitante que le da poderes especiales al Presidente para aprobar un conjunto de leyes, incluyendo la Ley de Tierras (que impulsa una reforma agraria contra el latifundio, percibido como uno de los graves problemas del país, en donde sobran las tierras sin cultivar y los espacios agrícolas dado el masivo éxodo que ha sufrido el campo en perjuicio de las más sobrepobladas ciudades del país), la Ley de Hidrocarburos y la Ley de Pesca (que da ventajas a los pescadores artesanales y desfavorece la pesca de arrastre).
Si bien son aprobadas unas 49 leyes, la oposición dirigida principalmente por la patronal más importante del país Fedecámaras y la Confederación de trabajadores de Venezuela (CTV), se concentra en luchar en especial contra las tres leyes antes mencionadas, acusándolas de ser leyes "comunistas", y llama a un primer paro nacional el 10 de diciembre de 2001.
Si bien el paro fue calificado como exitoso, la oposición no logró su objetivo de hacer retroceder al gobierno con este paquete de leyes. La polarización en el país comenzó a ganar fuerza, y algunos notables aliados del presidente Chávez, como Luis Miquilena, comenzaron a abandonarlo. Posteriormente se conoció que Miquilena había sido persuadido por sectores opositores de echar para atrás el paquete de leyes, pero él no pudo convencer a Chávez ni al alto gobierno; las leyes eran vitales para el proyecto de Chávez de crear un nuevo orden económico y social.
5. Derrocamiento temporal de Hugo Chávez
5.1 Los eventos
La polarización continuó en 2002. Luego de que Chávez reemplazara en febrero a los directivos de la empresa estatal Petróleos de Venezuela PDVSA con personas afines a su proyecto, grupos de empleados y altos gerentes de la compañía escenificaron protestas internas, pues a su juicio se había violado la "meritocracia", sistema de ascenso corporativo basado en el mérito y rendimiento implementado en la petrolera venezolana.
Las diferencias ideológicas entre los proyectos gubernamentales y los inconformes eran irreconciliables. Para los primeros era necesaria una revisión a fondo del funcionamiento de la empresa y un mayor uso de los recursos del petróleo en planes sociales. Para los que protestaban, PDVSA debía crecer como una gran corporación transnacional.
El 7 de abril, el presidente Chávez anunció el despido de estos altos gerentes, y las protestas opositoras se intensificaron. El 9 abril de 2002 la máxima confederación obrera del país y la federación de empresarios, apoyados por la Iglesia Católica, las televisoras y los partidos políticos opositores, anunciaron un paro general de veinticuatro horas para apoyar a los directores de PDVSA.
Los convocantes llamaron a marchas en diversos puntos de la ciudad capital donde estaban ubicadas las sedes de la empresa, y el chavismo respondió pidiendo a sus seguidores rodear el Palacio de Miraflores (sede del gobierno) en la mañana del 11 de abril. El paro se convirtió en indefinido al día siguiente.
La oposición convocó el 11 de abril a una marcha que reunió a cientos de miles de personas, que originalmente iba destinada y autorizada hasta la sede de PDVSA Chuao, pero fue desviada al palacio de Miraflores, sede de la Presidencia. Al llegar al centro de la ciudad, las protestas se convirtieron en violentos disturbios que fueron reprimidos en medio de tiroteos de partidarios y opositores al gobierno chavista.
Finalmente, hubo diecinueve muertos y unos cien heridos, de ambos bandos. No pudo constituirse una comisión de la verdad solicitada por la oposición, y más adelante nueve policías metropolitanos y dos efectivos de la Guardia Nacional fueron enjuiciados por varias de esas muertes. Se acusa a francotiradores (entre ellos a un concejal del partido oficialista MVR, imputado ante el Tribunal 26 de Control de ser los causantes de otras, si bien fueron declarados inocentes en 2004 por un juez nombrado por el mismo partido de gobierno, MVR).
Durante los hechos, Chávez se encontraba en el palacio de Miraflores, desde donde emitió una "cadena nacional" (transmisión conjunta a través de todas las emisoras de radio y televisión de señal abierta) de varias horas de duración, que comenzó después de activar el llamado Plan Ávila.
Una vez las televisoras conocieron las noticias de los primeros muertos, dividieron la pantalla colocando de un lado la cadena de televisión y del otro imágenes de los muertos y heridos; debido a que está prohibido por ley interrumpir o modificar una cadena de televisión, las televisoras optaron por dividir la pantalla, mostrando de un lado las palabras del Presidente Chávez y del otro imágenes de los muertos y heridos que eran transportados. Luego de dividir la pantalla, los canales fueron sacados del aire en Caracas por órdenes de Chávez, hasta que ellos mismos restablecieron su propia señal minutos después.
Hoy, el gobierno asegura que los medios fueron sacados del aire pues estaban a punto de emitir el mensaje insurreccional de un grupo de generales y almirantes a favor del golpe. Igualmente, el testimonio de un ex trabajador del canal privado Venevisión señala que se le había ordenado realizar los gráficos para la división de la cadena con cinco horas de antelación, dando a entender que el canal adivinó que el presidente iba a emitir una cadena no anunciada.
Sin embargo, el mensaje de los generales y almirantes fue emitido luego de la cadena. Dicho grupo de generales y almirantes anunciaron (inicialmente a través de CNN en Español, y luego a través de televisoras locales) que desconocían al Presidente y al alto mando militar tras los hechos en el centro de Caracas. Hoy, el gobierno afirma que el pronunciamiento había sido grabado con algunas horas de antelación a los hechos en el centro de la ciudad, basándose en parte en el testimonio de Otto Neustaldt, periodista de CNN y vocero del Grupo de Sao Paulo en Venezuela, quien grabó dicha noticia.
La grabación, que habla de que ya habían varios muertos y heridos en la manifestación, se habría efectuado horas antes de que se produjeran las primeras víctimas fatales según las declaraciones del propio Neustaldt, lo cual es usado por el gobierno como evidencia de que algunos de los francotiradores fueron colocados por los organizadores del golpe.
Se acuso a civiles partidarios de Chávez y opositores de haber disparado en esa marcha, posteriormente un tribunal sentenció que los partidarios de Chavéz actuaron en defensa propia y quedaron libres.
Un video presentado esa misma noche por la televisora privada Venevisión, mostraba a un grupo de partidarios del Presidente Chávez disparando desde el Puente Llaguno; si bien no se veía hacia quienes se disparaba, el canal de televisión afirmó que dispararon contra la marcha opositora y causaron las muertes (este video fue uno de los detonantes del posterior golpe, pues se dijo que los chavistas dispararon por órdenes del Presidente).
Semanas después, los chavistas acusados indicaron que disparaban en defensa propia contra efectivos y vehículos blindados de la Policía Metropolitana, quienes habrían recibido órdenes del alcalde opositor (anteriormente oficialista) Alfredo Peña. Los acusados afirmaron que los policías habían matado y herido a varios chavistas minutos antes, lo que se ha intentado después a través de videos y del documental Puente Llaguno: Claves de una masacre, del director Angel Palacios.
El propósito habría sido abrir paso a la marcha opositora y permitirle tomar el palacio de Miraflores, el cual para ese momento estaba rodeado de miles de simpatizantes del gobierno de Chavéz.En horas de la noche, el presidente Chávez fue presionado por los militares que lideraban el golpe, quienes le exigieron entregarse y renunciar o, si no, atacarían el palacio presidencial, aún rodeado de civiles chavistas. Finalmente, en horas de la madrugada del 12 de abril, Chávez accedió a entregarse, abandonó Miraflores y fue transportado inicialmente a la base militar ubicada en Fuerte Tiuna, Caracas. Las imágenes de lo ocurrido ese día dentro del palacio presidencial fueron captadas por las cineastas Kim Bartley y Donnacha O'Brien en el documental "La revolución no será transmitida".Horas después, el general en jefe Lucas Rincón, quien en la tarde del día anterior había desmentido rumores de la detención de Chávez, aseguró que el Presidente había aceptado la renuncia. En el futuro, Chávez declararía que él nunca renunció y justificaría la acción de Rincón, que continuó en el mando militar y luego como ministro del Interior y Justicia, como un muy valiente intento para tranquilizar el país; lo cual de alguna manera justifiaría mentir a la opinión publica contrariando sus obligaciones y su deber como funcionario del estado.
Horas después fue juramentado Pedro Carmona, líder de la federación de empresarios, como presidente interino. Acto seguido emitió un decreto que disolvió el parlamento, el Tribunal Supremo de Justicia, la Fiscalía, la Defensoría del Pueblo y se dio a sí mismo poderes por encima de la Constitución, lo que causó una gran indignación entre los partidarios del Presidente Chávez y en algunos sectores moderados de la oposición, muchos de los cuales supuestamente apoyaron el golpe contra Chávez, pero no al gobierno de Carmona. Sin embargo, fue recibido con gran celebración por otros sectores oposicionistas, fundamentalmente el sector empresarial venezolano.
El 14 de abril en la madrugada, luego de fuertes protestas populares y con el apoyo de varias guarniciones militares, asi como de recuperación del canal del estado, Chávez fue liberado de su prisión militar en la isla La Orchila y repuesto como jefe de Estado, sin embargo si bien el presidente fue repuesto en su cargo las muertes ocurridas los días 11, 12, 13 y 14 de abril siguen impunes. El gobierno tuvo que responder con indemnizaciones a las víctimas de saqueos ocurridos aquellos días, que revivieron las memorias del 27 de febrero de 1989.
El gobierno venezolano alega que Estados Unidos participó y alentó el golpe de abril de 2002, si bien no ha interpuesto demanda alguna ante tribunales internacionales ni ha presentado pruebas de esta acusación. Además de que dicho país fue el primero en reconocer el gobierno de Carmona (después le siguieron Colombia, El Salvador y España), también se señala la presencia de aviones y barcos militares de ese país en territorio venezolano durante el golpe, incluyendo uno que pretendía trasladar a Chávez de La Orchila a un lugar desconocido.Luego del golpe, los altos gerentes despedidos de PDVSA fueron reincorporados. Si bien se estableció una nueva junta directiva, continuó el malestar dentro de la empresa.El 14 de agosto de 2002, el Tribunal Supremo de Justicia dictó una sentencia según la cual no ocurrió un golpe de estado en Venezuela. Esta decisión fue acatada, pero no compartida por Chávez, y fue anulada posteriormente en 2005, luego de atender a una apelación que se hiciera a la anterior sentencia.
El gobierno de Chávez, sus simpatizantes y la gran mayoría de las fuentes de referencia y de información fuera de Venezuela (Britannica, Larousse, BBC, CNN) consideran al derrocamiento temporal de Hugo Chávez como producto de un fallido golpe de Estado por tratarse de un intento de remover mediante la fuerza a un presidente electo democráticamente. Además, no se siguieron los procedimientos constitucionales establecidos: en caso de renuncia del Presidente, el vicepresidente Diosdado Cabello debía tomar su lugar previa aceptación de la renuncia por parte del Parlamento.
Si el Vicepresidente tampoco estaba disponible, el Presidente de la Asamblea Nacional tenía que asumir la Primera Magistratura. Si éste tampoco podía hacerlo, correspondía al presidente del Tribunal Supremo de Justicia.
Basándose en la sentencia mencionada del Tribunal Supremo de Justicia, hoy anulada por un fallo posterior, la oposición niega que tal derrocamiento haya sido un golpe de Estado y afirma que dicho derrocamiento habría sido producido a causa de una rebelión cívico-militar que tenía como fin preservar los derechos humanos que habrían sido violados, según la oposición, por la Guardia Nacional durante los hechos violentos del 11 de abril de 2002; dicha renuncia, aunada a la supuesta renuncia de Diosdado Cabello, el Vicepresidente habrían derivado, según la oposición, en un vacío de poder. Pese a las palabras pronunciadas por el general Lucas Rincón, según las cuales Chávez habría aceptado renunciar, Chávez argumentó que jamás lo había hecho y mantiene haber sido secuestrado contra su voluntad.
Dirigentes del chavismo atribuyen los asesinatos de ese día a francotiradores y a miembros de la Policía Metropolitana, y argumentan que la declaración en la cual los militares rebeldes se referían a la necesidad de intervención por parte de los mismos se habría producido antes de los respectivos hechos violentos. La oposición ha atribuido los asesinatos a personas apostadas en el puente Llaguno como en un edificio en el que funcionarían oficinas de la Alcaldía de Caracas; dichas personas fueron temporalmente detenidas durante el derrocamiento temporal de Hugo Chávez y luego puestas en libertad antes del retorno de Chávez al poder, las mismas fueron absueltas por Tribunales controlados por el gobierno.
La oposición ha pedido la conformación de una comisión de la verdad, similar a las constituidas en otros países; sin embargo, hasta los momentos, la misma no ha sido conformada.
7. El paro de diciembre de 2002
Por diversas razones, semanas después se reiniciaron las protestas opositoras. A mediados de año, un grupo de 14 militares activos de alto rango y retirados que habían estado implicados en el golpe de abril se pronunciaron en contra del gobierno en la Plaza Altamira; declarándose en desobediencia. Día a día, más militares se unieron a la protesta hasta alcanzar a unos 120 oficiales; el gobierno decidió no reprimir ni sofocar la protesta militar, pero los medios privados le daban una cobertura total y fue ampliamente apoyada por miles de simpatizantes, políticos de la oposición y hasta celebridades.
Mientras tanto, el gobierno y la oposición se distanciaban más. El 2 de diciembre de 2002, días después de la creación de una mesa de diálogo y acuerdos patrocinada por la OEA y el Centro Carter, en la cual sectores del gobierno y la oposición se sentaban para intentar reconciliarse, comenzó un nuevo paro general convocado por los sindicatos opuestos al gobierno, la federación de empresarios, una asociación de altos gerentes de la petrolera estatal, y los medios de comunicación, con el apoyo de la iglesia católica y de diversos partidos políticos tradicionales, tanto de derecha como de izquierda (como el MAS y Bandera Roja), aglutinados en la Coordinadora Democrática.
Su duración inicialmente era de 24 horas, pero se prorrogó hasta convertirse en una huelga indefinida. La petición central de los huelguistas era la renuncia del Presidente, o la realización de un referendo consultivo sobre la continuidad de Chávez. El referendo en efecto ya estaba incluido en la Constitución Bolivariana, pero según las leyes debía efectuarse a mediados de 2003, y la oposición no estaba dispuesta a esperar tanto. Además, tampoco aceptaban las condiciones del referendo revocatorio que estaba en la Constitución, y pedían el referendo consultivo, que, aún cuando no era vinculante, requería menos firmas para convocarse. Chávez no renunció, y el paro se mantuvo durante 62 días.
Dicho paro tuvo características atípicas: todas las televisoras privadas de alcance nacional y los periódicos más importantes le dieron apoyo irrestricto. Los primeros suspendiendo toda su programación de entretenimiento y sus anuncios comerciales para dar paso a programación política e informativa durante 18 ó 20 horas al día, reconociendo su sesgo en contra del gobierno varias veces. Los periódicos hicieron lo propio. El canal oficial, Venezolana de Televisión, también participó en esta guerra mediática parcializándose completamente a favor del gobierno, de esta forma la polarización se acentuó mucho más y los medios de comunicación imparciales prácticamente desaparecieron. Estas posturas se han mantenido en su mayor parte, si bien algunos medios se han plegado al abandonar programas o artículos de corte opositor.
El gobierno también apoyó la creación de periódicos, emisoras de radio, televisoras y sitios web de carácter alternativo, que son consideradas por la oposición como focos de propaganda gubernamental, pero que el gobierno defiende como espacios de expresión para quienes eran censurados por las emisoras privadas.
Se insiste en que el paro además era un lock out, ya que en muchas empresas, fábricas y locales comerciales los trabajadores querían continuar sus labores, pero los patrones tomaron la decisión de pararse. Sin embargo, no puede considerarse únicamente un lock out debido a que en la administración pública muchos gremios se unieron al paro.
La paralización llegó a un clímax cuando se afectó a la petrolera estatal, PDVSA. Miles de los empleados de la empresa abandonaron sus puestos de trabajo y, según el gobierno, algunos cometieron sabotajes en las mismas. para intentar evitar la paralización de la empresa, el gobierno de Chávez recurrió a la intervención militar en la misma.
Esto trajo graves repercusiones sobre la población con escasez de gasolina y otros combustible, además de alimentos y otros artículos de primera necesidad.
Las marchas entre simpatizantes de gobierno y oposición se sucedían a diario, congregadas especialmente en Caracas, quienes además se atrincheraban 24 horas al día en sitios claves que consideraban sus "bastiones": la oposición se aglomeraba en torno a la Plaza Altamira y la sede de PDVSA en Chuao (ambos en el este de Caracas), mientras que el chavismo se concentraba en torno al Palacio de Miraflores, la plaza Bolívar y la sede principal de PDVSA en La Campiña (en el centro de la capital).
La oposición, además, realizaba "cacerolazos" (golpear ollas) durante todas las noches; en aquellas urbanizaciones de clase media y alta donde la oposición era mayoría, realizadas por los vecinos de estos, pidiendo la dimisión del gobierno.
En algunos casos, realizaron marchas durante el día forzando a cerrar aquellos negocios y tiendas que abrían en sus urbanizaciones, o frente a las casas de funcionarios y simpatizantes del gobierno.
Por iniciativa del nuevo presidente brasileño, Lula Da Silva, se conformó un grupo de "países amigos de Venezuela", entre los que se encontraba Brasil, Chile, México, España, Portugal, Estados Unidos, (hasta ese momento, Chávez se llevaba mal con los presidentes de todos estos países, exceptuando Brasil) y algunas personalidades estadounidenses, como el ex presidente Jimmy Carter.
Carter elaboró dos propuestas: modificar la constitución para acortar el periodo presidencial de seis a cuatro años, o realizar una consulta popular sobre la permanencia de Chávez en el poder en el momento en el que se cumpliera la mitad del periodo, lo cual ocurriría el 19 de agosto de 2003. Las dos partes rechazaron ambas propuestas.
El paro se fue debilitando con el paso de los días. A mediados de enero de 2003, el gobierno logró recuperar el control de PDVSA, gracias al apoyo de una considerable cantidad de empleados que no se unieron al paro. El Estado decidió despedir 15 mil empleados. Los empresarios, por su cuenta, comenzaron a abrir sus negocios y locales comerciales, desobedeciendo a las federaciones que los agrupaban.
La oposición rompió "informalmente" la huelga por la presión internacional el 3 de febrero de 2003, si bien no se hizo un anuncio oficial.
La oposición presentó 3,40 millones de firmas que avalaban la solicitud de un referéndum revocatorio. El proceso de recolección fue largo y complicado. La oposición acusó al Consejo Nacional Electoral de parcialidad y de irregularidades en este proceso. Sin embargo, el 3 de junio de 2004, el presidente de ese organismo publico, Francisco Carrasquero anunció que habían sido validadas 2,54 millones de firmas, y de esta forma el referéndum se realizaría. La convocatoria debía hacerse el 15 de agosto de 2004, cuatro días antes de que Chávez cumpliera cuatro años en el poder.
Para sacarlo del gobierno, la oposición debía obtener más de los 3,70 millones de votos, número que obtuvo Chávez en su reelección el año 2000. De acuerdo con el primer anuncio oficial el 16 de agosto de 2004, el referéndum no aprobaba la remoción de Chávez del cargo. La convocatoria fue muy alta, y el cierre de las urnas se tuvo que postergar en dos ocasiones para que todos los ciudadanos tuvieran tiempo para votar, los comicios se realizaron también en el exterior. Así, con el 94,49% de los votos escrutados, el 58,25% (4.991.483 votos) rechazaba la remoción y 41,74% (3.576.517) la apoyaba.
Todos los observadores internacionales certificaron que el proceso fue transparente, Jimmy Carter lo tildó de "ejemplo democrático", aunque la oposición desde el primer anuncio reclamó un fraude electoral que alega puede demostrar.
En Caracas, inmediatamente después de la publicación de los resultados hubo demostraciones anti-chavistas; los opositores consideraban que los resultados eran inaceptables y producto de un fraude. Entre varios disparos una mujer opositora resultó herida de muerte. A la fecha no se ha probado de qué bando provenían los disparos.
Luego de la huelga petrolera y del proceso de recolección de firmas para el revocatorio, se han denunciado muchos casos de persecución política en organismos del estado. Los casos más conocidos son los despidos en PDVSA, ordenados por el propio Chávez, bajo la premisa de abandono del cargo y sabotaje en contra de la principal industria del país.
Luego del proceso de recolección de firmas, el diputado oficialista Luis Tascón publicó en su sitio web el nombre de las personas que habían firmado la solicitud contra Chávez, esta fue conocida como la lista Tascón; la oposición afirma que algunas de estas personas fueron despedidas, coaccionadas o maltratadas, entorpecidos sus trámites o intercambios económicos ante el estado.
La oposición y varios organismos de derechos humanos imparciales han realizado acciones judiciales en este sentido. Chávez en abril de 2005 mando a "enterrar" el uso de la lista, que era retirada por el propio Tascón de su sitio web; si bien el hecho de haber violentado los derechos civiles de estos ciudadanos, su derecho al ejercicio libre y secreto de decisión electoral no ha conllevado ningún tipo de responsabilidad jurídica para el responsable de estos delitos.
Los chavistas acusan a su vez a la oposición de utilizar en su contra métodos similares en las empresas privadas, basados en una lista hecha por una ONG opositora la gobierno. Se han reportado numerosos casos de personas que fueron despedidas o acosadas en sus trabajos por no aparecer en la lista, no asistir a las marchas antichavistas o simpatizar con el chavismo.
8.1 Elecciones regionales
El fenómeno del chavismo se ha extendido también a las elecciones regionales. Los resultados de las elecciones para gobernadores y alcaldes de octubre de 2004 favorecieron a los partidos chavistas: veintidós (22) de los veinticuatro (24) estados quedaron en manos de gobernadores del partido MVR. Sólo los estados Zulia y Nueva Esparta quedaron en manos de la oposición. En otros estados, la victoria de los chavistas fue muy ajustada.
La oposición sostiene que las elecciones fueron fraudulentas, sobre todo al ver cómo perdían en estados que tienen una fuerte influencia antichavista. Estos alegatos han sido desestimados por los observadores internacionales, especialmente por el Centro Carter.
8.2 Elecciones parlamentarias de 2005
En las elecciones parlamentarias del 4 de diciembre de 2005, absolutamente todos los curules del Parlamento fueron ganados por diputados simpatizantes del presidente Chávez, luego de que los principales partidos de oposición decidieran retirarse y llamaran a la abstención. El argumento esgrimido por dichos partidos fue la falta de confianza en el Consejo Nacional Electoral, si bien dicho ente cumplió con casi todas las exigencias que realizó la oposición, por lo que el retiro fue calificado por los observadores internacionales de la OEA y la Unión Europea como "muy sorpresivo". La abstención fue de un 75% de los votantes inscritos, ligeramente por encima del promedio histórico para este tipo de elecciones
9.1 Devaluación de la moneda
El bolívar, que había sido una de las monedas más sólidas de América desde comienzos de siglo XX, incluso recuperándose y mejorando el estado anterior al crack de 1929, a partir de la instauración de la democracia y con ella, lamentablemente, de los gobiernos socialistas en el país, comenzó su acentuada y, hasta hoy constante devaluación.
Desde el restablecimiento de la democracia y la llegada al poder de los primeros socialistas, la moneda pasó de 3,35 bolívares el dólar en la década de 1950, a los 4,30 bolívares el dólar en 1973. Nadie imaginaría que a mediados de los ochenta el dólar valdría 14,50 bolívares, ni mucho menos que para comienzos de los noventa, un dólar costaría 39,35 bolívares. Así hasta que el buen dólar alcanzó los 170 bolívares en 1994, y llegó a los casi 700 bolívares en 1999. Hoy, en 2006, el dólar vale 2.150 bolívares.
La moneda se ha devaluado más de 1.200 bolívares en siete años. Cuarenta años de socialismo hicieron que la moneda se devaluase más de un 400%. Y el último gobierno de la república ha logrado que la moneda se devalúe, en siete años, casi un 150%.
9.2 Gigantismo estatal, Burocracia y Petróleo
Pero es en 1973, con el dólar a 4,30, cuando la guerra de Yom Kipur "obliga" a los gobiernos socialdemócratas a tomar las medidas necesarias para nacionalizar la industria petrolera en los tres siguientes años. Con PDVSA formando parte del Estado, el despilfarro gubernamental comenzó a suponer pérdidas multimillonarias a costa del contribuyente. En 1975 cerca de treinta empresas estatales perdieron 1.031 millones de bolívares. Para 1979, las pérdidas alcanzaron los 5.000 millones, y para 1980 las pérdidas alcanzaban los 10.000 millones de bolívares.
Con Chávez, la salida de capitales ha superado los 32.000 millones de dólares. Es decir, 68.800.000.000 (sesenta y ocho mil ochocientos) millones de bolívares.
El Estado, antes de Chávez, paralelamente a las pérdidas económicas, crecía en otros muchos aspectos. 350.000 empleados públicos en 1973, frente a los 700.000 funcionarios de 1979 y el millón de funcionarios de 1984. Hoy Venezuela tiene 1.630.000 empleados públicos, en una población de 25 millones de personas.
9.3 Gasto Público
En paralelo también, el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez supuso un gasto público de 230.000 millones de bolívares. Algo nunca visto hasta la fecha. Pero con Luis Herrera Campins el gasto aumentó a 392.000 millones de bolívares. Y con Lusinchi alcanzó los 710.000 millones.
El regreso al poder de Pérez, para desgracia de todos, hizo que el gasto público aumentase hasta alcanzar los 3.634.500 millones de bolívares. Pero sería Caldera, socialcristiano, quien aumentaría el gasto público a 33.590.582 millones de bolívares. Esto es, el Estado paternalista previo a Chávez gastó más de 38.000 millones de bolívares en poco menos de tres décadas.
Pero con Hugo Chávez en el poder el gasto público ha aumentado un 600%[4], disipando mucho más dinero del que ingresan las arcas estatales. A pesar de un aumento de ingresos nunca visto y un considerable aumento de impuestos, el déficit público no ha dejado de crecer en ningún momento.
9.4 Deuda externa
Y debido a ese colosal despilfarro económico la deuda externa ha pasado de los 27.000 millones de dólares en 1999 a los 47.000 millones de dólares en la actualidad. Además de que el financiamiento de la factura petrolera de otros países latinoamericanos suma a esta deuda otros 20.000 millones de dólares.
9.5 Desempleo
Por eso las consecuencias de una gestión socialista son empíricas y fácilmente comprobables. El chavismo es una amplificación del anterior socialismo. Una amplificación que, lamentándolo mucho, está convirtiendo a Venezuela en un país sumamente pobre.
Esta burocracia ha hecho que cierren 7.000 industrias en siete años. En un país donde no es factible crear riqueza, no es posible generar empleo. El cierre de estas empresas, que en 1999 eran 11.000 y hoy son menos de 5.000, es la razón por la que el desempleo en el país, como es de esperar, se haya disparado.
En el sector privado trabajan 9 millones de personas, de las cuales 5,2 millones se encuentran dentro del empleo informal. Esto se debe a que el Gobierno ha imposibilitado la capacidad de emprendimiento empresarial de los venezolanos y, como no, la labor de las multinacionales en el país. Esto quiere decir, simplemente, que de los nueve millones de empleados, sólo 3,2 millones poseen un empleo dentro de la economía formal, que supera, cuanto menos, el sueldo mínimo.
Aunque la tasa de desempleo varía constantemente, ésta cerró en 2005 en un 11,4% de la población total; y casi el 25% de la población activa. Y que de ese porcentaje restante, tan sólo 3,2 millones están dentro de la economía formal, mientras que 1,63 millones son empleados públicos.
El proteccionismo económico, los aranceles a la exportación e importación, los impedimentos burocráticos y la política fiscal han logrado que Venezuela viva la peor crisis de toda su historia, amortiguada con el despilfarro propagandístico del Gobierno.
9.6 Pobreza
Entonces, como es de esperar, en un país con un Estado elefantiásico, un enorme gasto público, devaluación, desempleo, corrupción, déficit público e inflación, entre otras muchas cosas, hay también, triste y obviamente, mucha pobreza. El aumento de la pobreza es consecuencia directa de todo lo anteriormente nombrado, y esto, consecuencia de los socialismos.
Según el Instituto Nacional de Estadística, la pobreza ha aumentado un 10,2%, en los primeros cinco años de gobierno chavista. Asombrado por ello, Chávez acusó al INE de calcular la pobreza de forma "neoliberal", en un país que es socialista.
Pero los datos del Instituto Nacional de Estadística son objetivos y comprobables. Según el Informe de Desarrollo Humano de 2005 del Programa de Desarrollo de la ONU, la renta per cápita en Venezuela ha caído de los 5.390 a los 4.900 dólares.
La pobreza ha crecido en los últimos años alcanzando a un 53% de la población total. Es decir, a 12,7 millones de venezolanos.
La pobreza extrema también ha aumentado considerablemente con Chávez en el poder, alcanzando al 25% de la población total. Esto significa que la pobreza extrema ha crecido en más de un 50%: del 16,6% al 25% de la población. Cerca de un 17% de la población venezolana, más de tres millones de personas, sufren desnutrición.
Tantas cifras pueden suponer un enredo para el lector medio de este artículo. Entienda usted que Chávez llegó al poder respaldado por una gran mayoría de venezolanos hartos de los socialismos anteriores, cometiendo el habitual error de creer que socialismo se cura con más socialismo.
9.7 Despilfarro
Ese gran problema del socialismo chavista ha sido invertir el dinero en materias sumamente innecesarias y que no mejorarán, en ningún aspecto, la vida del venezolano. Pero Chávez ha sobrepasado todos los límites. Entre algunas, podemos tomar en cuenta las siguientes (en millones de dólares):
Venezuela (limitándonos a): 6 millones de dólares para la computadora bolivariana; 1,25 millones en el Plan Anticorrupción; 20.000 millones en industrias básicas; 100 millones para Empresas de Producción Social; 300 millones para amas de casa; 5 millones a empresas quebradas; 62,4 millones para cooperativas y 8 millones para el Festival de la Juventud y los Estudiantes.
9.8 Estado de la democracia
Internacionalmente, hemos sido vistos como epicentro de la democracia de América. Tanto así, que la progresía europea, y cualquiera que apoye al chavismo, han defendido ciegamente las encuestas que sitúan a Venezuela como el país más democrático de América Latina.
Así pues, no sólo demostraré que Venezuela no es el país más democrático de América Latina, sino que es, de hecho, el país menos democrático de todo el continente. Y esto es consecuencia del socialismo chavista.
Entendamos siempre la democracia como el medio para cambiar a los gobernantes regularmente, sin nunca poner en peligro nuestras libertades individuales. No entendamos, por tanto, la democracia como un fin contra sí misma.
Según las encuestas, Venezuela es el país más democrático de América Latina: el 56% de los venezolanos se encuentran satisfechos con la democracia, frente al 31% de los latinoamericanos.
Hay un paso infinito entre satisfacción democrática y realidad democrática. En Venezuela, la democracia funcionó poderosamente para llevar a Chávez al poder, pero el pueblo venezolano, a pesar de su satisfacción, dejó a un lado la democracia. Y eso es reciente:
La abstención de las últimas elecciones presidenciales del año 2000 fue del 76%. El acto democrático sólo lo realizó el 24% de los llamados a las urnas.
En el referendo revocatorio contra Chávez hubo abstención del 54,06%.En el 2000, en el referendo para remover a los líderes sindicales la abstención rozó el 77%. El referendo de 1999 para aprobar la Constitución Bolivariana obtuvo una abstención del 55,63%: de los casi 11 millones de venezolanos llamados a las urnas, tan sólo 3,3 millones votaron a favor de la nueva Constitución, que fue aprobada.
Y en las últimas elecciones municipales, en agosto de 2005, la abstención fue del 68,6%. Sólo un 31,4% de los venezolanos llamados a las urnas decidió participar en el proceso democrático.
Aunque, asimismo, las encuestas dicen que el 56% de los venezolanos sienten satisfacción democrática, pero son sólo 2 de cada 10, los participantes en el proceso democrático.
Abreviando, en Venezuela existe una profunda satisfacción democrática pero una mínima participación en el proceso democrático, siendo el país con menor participación democrática que hay en Latinoamérica:
Uruguay (91,8%); Chile (90,6%); Paraguay (80,5%); Brasil (78,5%); Bolivia (71,3%); Ecuador (70,1%); Costa Rica (69,5%); México (63,3%); Colombia (45%); Guatemala (40,3%); El Salvador (38,5%) y Venezuela (24%).
Eso significa, en simples palabras, que los venezolanos han dejado de creer en la democracia. Y que a pesar de que es un país con una alta satisfacción democrática –según encuestas–, se trata, de hecho, del país menos democrático de Latinoamérica. Aunque no siempre fue así.
Desde el inicio de la democracia en 1958, los datos de abstención fueron, incluso ese año, del 6%. Posteriormente se mantuvo al 3%, hasta que pasados los años ochenta la abstención alcanzó un 12%. En 1988 fue del 18%, y en 1993 ésta alcanzó el 39%.
En 1998, cuando Chávez llegó al poder, la abstención fue del 36%. A partir de entonces se ha duplicado, alcanzando en las últimas elecciones presidenciales un 76%.
- Enciclopedia Encarta 2006
- http://www.liberalismo_org Los resultados del chavismo.htm
- Chávez amenaza con revocar las concesiones de las televisiones privadas – ELPAIS_es – Internacional
Verónica Meneses
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