Efectos de la participación en actividades deportivas en el proceso de integración de hijos de inmigrantes
Enviado por Julio Cerezal Tamargo
- Resumen
- Introducción
- Fundamentación teórica
- Hipótesis y metodología
- Resultados
- Conclusiones y recomendaciones
- Bibliografía
- Anexos
Resumen:
La inmigración extranjera en España ha tenido un crecimiento acelerado en los últimos 20 años y actualmente los hijos de inmigrantes representan el componente de crecimiento más rápido de la población (Portes et. al., 2010). Por este motivo, es importante desarrollar estudios que muestren su realidad y sirvan de referencia para la creación de programas para su integración en la sociedad receptora. La escuela ha sido la forma principal de inclusión social de los hijos de inmigrantes y el centro de atención de la investigación sobre hijos de inmigrantes. No obstante, se ha iniciado una línea de estudio que aborda el papel de las actividades extraescolares en este colectivo (Burdsey, 2006; Collins & Kay, 2003).
Basado en estudios anteriores realizados en países con una mayor tradición inmigratoria, así como en España, el objetivo general del presente trabajo es analizar las experiencias de los hijos de inmigrantes a partir de su participación en actividades deportivas como una herramienta positiva para promover la integración. Específicamente, estará centrado en la población de jóvenes entre 12 y 14 años hijos de inmigrantes que llevan más de un año practicando deportes en Bilbao. Los hijos de inmigrantes se esfuerzan por adaptarse a un nuevo entorno, una nueva escuela, y tienen la necesidad de hacer nuevas amistades por lo que se ha querido abordar las formas en que se manifiesta la acumulación de capital social y los cambios en la construcción de la identidad en este proceso de integración teniendo en cuenta la categoría de género. Se trata de un estudio de caso llevado a cabo a través de la observación participante y entrevistas.
Palabras clave: hijos de inmigrantes, integración, identidad, capital social
Introducción:
En los últimos años han aumentado los estudios sobre migraciones por su importancia y de forma muy particular aquellos que abordan la situación de las familias migrantes (Bueno Abad
& Belda Ibañez, 2005; Dreby, 2007; Falicov, 2007; entre otros) es decir, los adultos y sus hijos e hijas. Si ya el estudio de inmigrantes resulta complejo por su rápido crecimiento, mucho más el relacionado con la población de los hijos de estos inmigrantes que se convierten en objeto de estudio obligatorio si se desea que tengan una integración positiva. Más allá de las políticas que se concretan en la escuela como institución educativa y socializadora, se le debe prestar atención también a otras actividades que salen de los marcos de la escuela, este estudio específicamente se centra en la participación en actividades deportivas como un complemento efectivo para la integración de los hijos de inmigrantes.
En España se han implementado políticas de integración principalmente importadas de países con una mayor tradición en la recepción de inmigrantes (EEUU, Inglaterra, Francia, Holanda). Sin embargo, la realidad de España tiene sus particularidades que la hace diferente como son precisamente el hecho de no tener una tradición de acogida de inmigrantes y presentar características socio-económicas muy diferentes al resto de países de referencia en temas de inmigración. Esto lleva a la necesidad de estudiar soluciones para que se adopten políticas de integración efectivas dirigidas a los hijos de inmigrantes.
Es importante aclarar que cuando se hace referencia a los hijos de inmigrantes se está hablando de los hijos de aquellos que han inmigrado y han traído a sus hijos una vez que se han establecido en la ciudad de acogida o cuyos hijos ya han nacido en esta sociedad. En este trabajo no se hace referencia a una "segunda generación" pues por un lado este fenómeno en España es muy incipiente debido a la corta historia de inmigración y por otro porque existe el debate en algunos círculos sobre el carácter de "etiquetaje discriminatorio" con el que se perpetua el estigma de inmigrantes a lo largo de varias generaciones (Massot, 2003). Sin
embargo, si es importante destacar que los hijos de inmigrantes, actualmente representan el componente de crecimiento más rápido de la población de España y la gran mayoría de ellos se encuentran en educación primaria y primeros años de la educación secundaria (ESO) (Portes et. al. 2010).
Los hijos de padres inmigrantes, luchan por adaptarse a la nueva escuela, a la nueva sociedad, deben empezar a hacer nuevas amistades. Cada uno de ellos ha tenido una experiencia de inmigración y familiar diferente y tienen que enfrentar situaciones de adaptación que se suman a las características particulares de la edad, pues se encuentran en pleno desarrollo y en un proceso de creación de su personalidad e identidad. También están sujetos a diferencias de género que influyen en sus procesos de integración (Suárez-Orozco & Suárez Orozco, 2002). Sus vivencias, realidades y construcciones de identidad en este momento de sus vidas van a estar marcadas por el rol que desempeñen según su sexo (Actis, Prada & Pereda, 2007).
Los inmigrantes adultos poseen una identidad solida que traen de su país de origen y a la que le añaden aspectos de la nueva sociedad (Portes et. al., 2010). Sin embargo, sus hijos se educan en un entorno diferente y se encuentran en medio de dos realidades, la del país de acogida presente en todas las ramas de la sociedad y la del país de origen de los padres presente en el hogar y las redes sociales en las que participan. Ellos se encuentran en un punto intermedio entre la cultura de origen de sus padres y la del país de acogida y suelen caer en un estado de «no lugar», es decir, ni de aquí, ni de allí (Hadj Handri, 2008) por lo que su identidad constantemente se encuentra mutando. Es por eso que las formas en que ellos se auto identifican puede jugar un papel decisivo en su futuro (Rumbaut, 2005).
En cuanto a la escolarización, se ha demostrado que los hijos de inmigrantes pueden progresar educativamente o fracasar. Los estudios sobre asimilación segmentada dan cuenta de ello y muestran tres factores que pueden determinar los logros o fracasos. El capital humano de los
padres inmigrantes, la composición de la familia y el contexto en el que son recibidos en la sociedad de acogida (Portes & Fernandez-Kelly, 2008). De este último factor se infiere que la sociedad receptora puede crear un marco propicio para ayudar en la inserción social a los hijos de los inmigrantes. Este marco puede incluir estructuras que complementen la labor de la escuela a través de actividades extraescolares y se ha demostrado que el deporte es una herramienta integradora muy eficaz (Burdsey, 2006; Kennet et. al., 2006).
Por este motivo, los partidos políticos han adoptado políticas que empiezan a incluir el deporte como una herramienta para que los nuevos ciudadanos se puedan integrar favorablemente a las sociedades receptoras (Kennet et al, 2006). En edad escolar, el deporte es una parte fundamental en la vida de niños y jóvenes y en el caso específico de la infancia inmigrante también puede ser un puente que ayude en su integración social al influir en la acumulación de capital social así como en su proceso de construcción de identidades.
A tenor de lo anterior, se formula el siguiente problema de investigación:
¿En qué aspectos puede favorecer la participación en actividades deportivas a la integración de hijos de inmigrantes en las comunidades de acogida?
El objetivo fundamental de esta investigación de carácter cualitativo, del tipo descriptivo- exploratorio es ofrecer un estudio donde se analicen las experiencias de los hijos de inmigrantes a partir de su participación en actividades deportivas como una herramienta positiva para promover la integración en las comunidades de acogida. Para llevar a cabo este estudio se ha visitado una asociación que trabaja el deporte con hijos de inmigrantes y se ha asistido a actividades deportivas donde han participado hijos de inmigrantes con sus respectivos equipos. Se realizaron observaciones participantes y entrevistas a profundidad para explorar hasta qué punto la participación en actividades deportivas a ayudado a la integración
de los hijos de inmigrantes abordando temas sobre capital social, componentes de la identidad y los beneficios de la práctica deportiva. Este estudio también será una contribución al conocimiento del deporte como herramienta de integración de hijos de inmigrantes y aportará elementos que ayuden a crear políticas de integración que incluyan al deporte para el logro de estos propósitos.
El trabajo se compone de una primera parte, "fundamentación teórica", donde se hace un recorrido por los principales conceptos a los que se hace referencia, y se comentan estudios anteriores que han abordado los temas de integración, las características de la infancia inmigrante y el uso del deporte como herramienta de integración. En el siguiente apartado se presenta el diseño metodológico del trabajo y posteriormente se muestran los resultados obtenidos a partir de los datos analizados. Para finalizar, se dan las conclusiones y se hacen recomendaciones para futuros temas de investigación e ideas para mejorar la integración a partir del uso del deporte. La bibliografía utilizada se ha extraído principalmente de las bibliotecas de las universidades de Deusto y Princeton y de sus bases de datos electrónicas, especialmente Ebscohost. También se aportan anexos de los instrumentos utilizados para la recogida de datos y análisis de contenidos.
Capítulo 1.
Fundamentación teórica
1.1. Procesos migratorios, modos de recepción y exclusión social
Los movimientos migratorios han sido una realidad a través de la historia de la humanidad y en los últimos años han pasado a ocupar un papel fundamental en las agendas políticas debido a la cantidad de flujos y la nueva naturaleza de las mismas. Los movimientos de migrantes por todo el planeta están regidos principalmente por la influencia de las redes sociales que conectan a las personas de los países de origen con las del destino, facilitando su inserción social y laboral en la nueva sociedad y reduciendo los costos y riesgos del proceso. Estas redes se componen de migrantes, antiguos migrantes y no migrantes con vínculos familiares,
de amistad o comunidad de origen compartida y desarrollan una flexibilidad tal que pueden apoyar la continuidad de la migración, incluso cuando ya no existen las motivaciones originales (Portes & Böröcz, 1989).
Los estados han buscado mecanismos para blindar las fronteras y han creado políticas que no reducen los flujos migratorios, sino que los obstaculizan y dificultan tanto la entrada como la integración de los inmigrantes. Según Castles (2006)1, estas políticas migratorias fracasan porque se basan en puntos de vista estrechos y a corto plazo, sin tener en cuenta la totalidad del proceso migratorio, desde el movimiento inicial hasta el surgimiento de las nuevas generaciones en el país receptor.
La posición de los gobiernos hacia la inmigración, la percepción de los nativos y el papel de las comunidades étnicas de los países receptores crean contextos de recepción para los nuevos inmigrantes que, según su naturaleza, pueden ver en situación de riesgo o en posición ventajosa sus aspiraciones y proyectos. Portes y Böröcz (1989)2 identifican entre otros posibles contextos de recepción, tres que son los más ilustrativos. Los de poca receptividad en los que el gobierno, así como los empleadores, muestran actitudes negativas hacia los nuevos inmigrantes, lo que va acompañado de un prejuicio generalizado entre la población nativa. Los contextos neutrales, donde se permite la inmigración pero no se fomenta y no existen estereotipos fuertes en relación con las características de los inmigrantes. El tercer caso es el de los contextos favorables en los que los inmigrantes reciben ayuda legal y material del gobierno del país receptor y cuentan con una percepción pública positiva. Para insertarse en la
sociedad receptora, los inmigrantes adoptan modos de incorporación que están influenciados
por la política gubernamental del país receptor así como las percepciones públicas de las diferentes nacionalidades (Portes & MacLeod, 1999).
España posee la particularidad de que hasta principios de los años 90 era emisor de emigrantes y en las últimas dos décadas el contexto ha cambiado completamente y actualmente es un país con un alto volumen de inmigrantes. Se reconoce que las principales motivaciones de los inmigrantes han sido el acceso al empleo y la reunificación familiar (Vicente, 2006). Por tanto, la incorporación de los jóvenes que entran por reunificación familiar, así como los que nacen en España, se convierte en un tema de interés para ser investigado.
El contexto que encuentran los inmigrantes en el País Vasco es variable pues esta es una zona que se puede calificar como de baja densidad de inmigrantes comparada con España como estado y con otras Comunidades Autónomas. Hace alrededor de nueve años, la población extranjera dominante era la proveniente de Europa, y en la actualidad es la población de origen latinoamericano la que prevalece (Blanco, 2008). En el cuarto barómetro (junio 2010) realizado por Ikuspegi para conocer las percepciones y actitudes hacia la inmigración extranjera vemos datos muy positivos como que los vascos no viven la inmigración como un problema, las relaciones de la población autóctona con los inmigrantes no ha cambiado y creen que la población extranjera debe tener acceso a servicios de asistencia sanitaria y educación al igual que los autóctonos. Sin embargo, la opinión se muestra dividida en cuanto a la riqueza cultural que aporta la inmigración y en gran medida apuestan por que las personas inmigrantes se esfuercen por adoptar las costumbres y tradiciones de los nativos. Lo más preocupante es que la población vasca mantiene prototipos contra los inmigrantes con el pensamiento de que su presencia genera inseguridad y delincuencia.
Este tipo de percepciones está relacionado con la realidad de que los inmigrantes, a su llegada a un nuevo entorno, se ven en riesgo de exclusión social, concepto en constante debate en la
actualidad. Una definición muy aceptada y coherente para los objetivos de este trabajo es la que se refiere a la negativa al acceso a ciertos derechos, recursos o privilegios normalmente vistos como parte de la membrecía a una sociedad, o lo que es lo mismo, la situación en la que una persona o grupo puede sufrir diferentes tipos de desventajas en varios sectores de la sociedad (Castles et. al. 2002). En el caso de los jóvenes, el contexto social con el que interactúan en la sociedad receptora tiene gran influencia en su desarrollo (Portes & Fernández-Kelly, 2008). Ellos tienen derechos, fundamentalmente a la educación, lo que constituye un reto para las principales instituciones sociales, especialmente el sistema educativo (Santibañez & Maiztegui, 2006).
Para lograr una adecuada convivencia social se hace imprescindible que los actores sociales y políticos impulsen procesos que combatan los efectos de la exclusión social y eviten que los nuevos inmigrantes se vean condenados a la marginalidad. Las medidas o iniciativas que se puedan aplicar deben estar apoyadas en estudios de este tipo que indiquen los instrumentos más eficaces para lograr la integración como "concepto espejo" (Penninx & Martiniello, 2006) a la exclusión social. Mientras que los estudios contemporáneos sobre migraciones en los Estados Unidos, se centran en los conceptos de asimilación para referirse a la forma en que los inmigrantes se incorporan a la sociedad de acogida y hacen frente a la exclusión, en Europa es más común hablar de integración (Schneider & Crul, 2010).
Teniendo en cuenta que la participación y la pertenencia de los hijos de inmigrantes en las ciudades Europeas dependen en gran medida del contexto de integración (Crul & Schneider,
2010), se hace necesario conocer no solo la realidad del lugar de acogida sino también la voluntad política existente para descubrir las mejores vías para integrar a los nuevos inmigrantes y sus hijos. En este sentido, se reconoce que la integración es el proceso a través del cual las personas que son relativamente nuevas en un país se convierten en una parte aceptada de la sociedad (Penninx & Martiniello, 2006; Rudiger & Spencer, 2003). Este proceso
debe ser bidireccional, es decir, no solo el inmigrante debe hacer algunos cambios en cuanto a valores culturales y costumbres para ser aceptado, sino que también la sociedad deberá adaptarse a ellos. La integración es un proceso que va en dos direcciones pues requiere la motivación de los inmigrantes y las oportunidades que les proporciona la sociedad de acogida, o dicho de otra forma, la integración requiere la adaptación por parte de los recién llegados, pero también de la sociedad receptora (Castles et. al. 2002). En la práctica, muchas veces los inmigrantes se sienten poco interesados a participar en la sociedad y a las instituciones de la sociedad de acogida les cuesta proporcionar oportunidades que los atraigan. Incluso cuando las posiciones oficiales tienen un lenguaje positivo hacia la integración, las prácticas a nivel de interacciones contradicen estas políticas (Schneider & Crul, 2010; Spencer, 2006).
Los inmigrantes se enfrentan a un gran número de barreras para la integración que incluyen restricciones asociadas a su estatus migratorio, actitudes públicas hostiles y discriminación (Spencer, 2006). En el caso de Europa, a diferencia de Estados Unidos, los enclaves étnicos o el éxito económico dentro de una comunidad étnica no se valoran de forma positiva como un posible camino hacia la integración (Schneider & Crul, 2010), lo que puede significar otra barrera al bloquear una de las opciones de los inmigrantes para insertarse y escalar económicamente en la sociedad. Estas barreras no se limitan a los inmigrantes adultos, sino que también sus hijos deben superar algunas como son hacer nuevas amistades, aprender nuevos patrones culturales en ciertos casos hasta el aprendizaje de una nueva lengua.
1.2. Infancia inmigrante e integración
El aumento de la población extranjera en España se ha visto también reflejado en las aulas con la incorporación de los hijos de los inmigrantes. Esta situación ha sido analizada en trabajos recientes sobre gestión de la diversidad cultural en las escuelas y las experiencias de los métodos de incorporación puestos en práctica en España (Aguado, 2003; Terrén, 2004). Los hijos de inmigrantes tienen diferentes historias migratorias, algunos ni siquiera han tenido que
abandonar un hogar anterior pues ya han nacido en la sociedad de acogida, aunque conocen la experiencia migratoria por sus padres, y otros han vivido situaciones de familias transnacionales muy variadas.
A esta realidad se le suman las características de la edad pues se encuentran en un momento de desarrollo físico y psíquico y en un proceso de construcción de su personalidad e identidad. Además, se encuentran sujetos a diferencias de género que, unido a todo lo anterior influye en su proceso de integración (Suárez-Orozco & Suárez-Orozco, 2002). Si para los padres la integración es difícil, para los hijos lo es mucho más. Una de las principales preocupaciones relacionadas con la integración de los hijos de inmigrantes es la sensación difusa que existe de que cuando estos se emancipan de sus padres, no se integran positivamente en la sociedad de acogida (Aparicio & Tornos, 2006) y se quedan atrapados en los niveles más bajos y precarios de empleo, lo que dificulta su ascenso social. Por eso, se hace necesario un trabajo consciente desde la edad escolar para facilitar el camino hacia la entrada en el mundo laboral con las mismas posibilidades que cualquier persona.
Para que estos hijos de inmigrantes puedan tener una participación plena en la sociedad y contribuyan al progreso de la misma es necesario ayudarlos a construir un sentido de pertenencia y aportarles las herramientas necesarias para que desarrollen un compromiso cívico dentro de la sociedad donde residen. El trabajo que se haga desde la escuela es de una importancia vital para que creen un sentido de identificación nacional, sin embargo la base principal para el desarrollo de ciudadanos activos lo aporta el compromiso y la participación cívica (El-Haj, 2007). En esto tiene un gran peso las actividades extra-curriculares que demanden la participación activa de los hijos de inmigrantes.
El trabajo con los adolescentes tiene que ser cuidadoso si se desea obtener resultados positivos pues se encuentran viviendo uno de los períodos de mayor vulnerabilidad en la etapa
de desarrollo debido a la multiplicidad de cambios a los que se enfrentan. Los adolescentes además de estar en medio de un desarrollo físico, experimentan cambios en la calidad de las relaciones cercanas, especialmente con los amigos, que son más intensas en esta etapa de la vida. Esto les posibilita negociar espacios y obtener apoyos y habilidades sociales que le permitirán establecer y mantener relaciones interpersonales (Reboredo, 2009).
Los jóvenes tienen necesidad de pertenecer a un lugar, de ser valorados por sus actitudes y aptitudes personales y tener objetivos y aspiraciones, lo que refleja procesos de desarrollo de la identidad (Swanson et. al., 1999). Aunque los estudios sobre identidad hacen referencia a diferentes tipos como son la social o la étnica, este estudio se va a centrar en la identidad cultural como aquello que cohesiona y diferencia al ser humano como miembro de un grupo, y lo que le otorga eficacia en la consecución de objetivos del grupo al que pertenece. Al unir la definición de identidad con la de cultura se están incluyendo las costumbres, creencias, actitudes, símbolos, lenguaje, signos, espacios y territorios que los individuos, como miembros de un grupo o comunidad, entienden como propios, compartiendo un sentido común de identidad (Reboredo, 2009).
Los hijos de inmigrantes sienten la presión de los padres para que adopten las identidades culturales del origen y que se integren a la sociedad de acogida. Esta es la razón principal por la que construyen sentimientos de pertenencia a dos o más grupos. Según su trayectoria migratoria, o la de sus padres, asumen el modelo de pertenencia doble o bietnicidad o el de múltiple pertenencia (Massot, 2003) como elemento de su personalidad. Aquellos catalogados como portadores de una bietnicidad tienen un claro sentimiento de pertenencia a dos lugares y han desarrollado competencias que les permiten participar efectivamente tanto en su grupo étnico como en el mayoritario. Por su parte, los que poseen una pertenencia múltiple, admiten sentimientos de pertenencia más amplios, reconocen que su identidad cultural es el resultado de los diferentes lugares donde ha vivido y se pueden desenvolver mínimamente en cualquiera
de los ambientes culturales de los diferentes grupos. El hecho de tener sentimientos de pertenencia a diversos grupos les da la habilidad de cambiar de forma de actuar entre una cultura y otra, lo que les puede proporcionar ciertas ventajas. Pueden reconocer diferencias existentes entre ambas culturas e intentar aprovechar lo mejor de cada una a su favor, en palabras de Massot (2003) "La adaptabilidad cultural es una habilidad de supervivencia."
Ellos poseen la característica de tener que desarrollar su identidad étnico-cultural entre dos mundos (Massot, 2003), se encuentran en un punto medio entre la cultura del país de origen de sus padres y la del país de acogida. Se ven atrapados en una especie de no-lugar, o lo que es lo mismo, ni de aquí ni de allí por lo que sus identidades se encuentran en constante transformación (Burdsey, 2006; Hadj Handri, 2008). La diferencia con los padres es que ellos traen una identidad sólida del país de origen al cual esperan regresar y solo adquieren algunos rasgos de la sociedad de acogida. En cambio, los hijos de los inmigrantes se crían en el entorno del país de acogida y generalmente su deseo es hacer su vida en este lugar (Portes et. al., 2010). La construcción de identidades está marcada por dinámicas locales y globales (Burdsey, 2006), al negociar espacios en medio de dos culturas, los jóvenes dan muestras de apego doble, tanto a la cultura de origen de sus padres como a la que están insertados (Mansouri, 2009). Sus relaciones con la familia, la escuela, los grupos de amigos y otros espacios sociales van a marcar sus procesos de formación de identidad de una forma dinámica y fluida.
Los jóvenes de origen extranjero perciben de su entorno lo que la sociedad espera de ellos, lo que les lleva a hacer adecuaciones en la configuración de la identidad. Algunos optan por una asimilación total y una identificación completa con la cultura de la sociedad receptora, otros adoptan una identidad completamente opuesta (Suárez-Orozco & Suárez Orozco, 2002) y otros crean una identidad híbrida entre las dos culturas. La teoría de la asimilación segmentada presentada por Portes y Rumbaut (2006) nos acerca al concepto de la aculturación selectiva en
la que los hijos de inmigrantes combinan el aprendizaje del idioma y la cultura del país de acogida, a la vez que preservan los principales elementos de la cultura de los padres bajo una férrea autoridad parental y disciplina familiar. El CILS3, realizado en varias ciudades norteamericanas ha mostrado que este fenómeno está asociado con un aprovechamiento escolar positivo, alto grado de aspiraciones educativas, autoestima alta y menos conflictos intergeneracionales. Este dato puede resultar muy útil para analizar la mejor forma en que los jóvenes pueden negociar su identidad para lograr una mejor integración a la sociedad.
Partiendo del reconocimiento de la educación como una herramienta poderosa en el proceso de integración (Rudiger & Spencer, 2003), esta investigación pretende reforzar la identificación de otras herramientas complementarias para ayudar a la integración de los hijos de inmigrantes. El contexto en que son recibidos los hijos de inmigrantes en la sociedad receptora es uno de los factores que puede incidir en sus logros o fracasos (Portes & Fernandez-Kelly,
2008). Otros factores como el capital humano de los padres y la composición familiar también son importantes, pero en este estudio se defiende que la sociedad receptora puede crear un marco propicio para ayudar en la integración de los hijos de inmigrantes y eso no solo debe limitarse a la escuela sino que también se pueden crear estructuras que les permitan insertarse en la sociedad y participar activamente en beneficio de la misma y propio. Si bien crear políticas educativas es un factor de vital importancia por ser la escuela el principal medio de inserción de los hijos de inmigrantes, no se debe devaluar el papel que pueden jugar las actividades extracurriculares y extraescolares (Broh, 2002).
Asimismo, las personas que rodean a los hijos de inmigrantes juegan un papel muy importante en su proceso de integración, principalmente la familia. La ayuda debe llegar de diferentes
formas y varios autores (Portes & Fernández-Kelly, 2008; Suárez-Orozco, Pimentel & Martin,
2009) confieren gran importancia a la presencia del otro significativo4 (significant other) o relaciones significativas. El otro significativo puede ser alguna persona cercana, ya sea un amigo de la familia, un maestro e incluso un hermano mayor que se preocupe por el chico(a), le motive, se interese por el (ella) y que además posea el conocimiento, la experiencia y los medios necesarios para guiarlos positivamente. También se le da gran importancia a los programas organizados por asociaciones para ayudar a menores en situación de desventaja. Estos agentes, en colaboración con la escuela y la familia pueden producir beneficios para los hijos de inmigrantes (Santibáñez & Maiztegui, 2006). La participación en actividades deportivas puede ser una vía para que los hijos de inmigrantes asistan a programas asociativos y una posibilidad de llegar a conocer a algún otro significativo que les ayude en su inserción social.
1.3. Deporte como herramienta de integración social para hijos de inmigrantes.
Para los hijos de los inmigrantes, la principal fuente de integración es la escuela (Spencer,
2006) precisamente porque es el lugar donde más tiempo pasan cuando están fuera del hogar. Sin embargo, las relaciones que se establecen en el medio escolar pueden resultar impuestas y no trascender fuera de este espacio (Santibáñez & Maiztegui, 2006) por lo que se hace necesario explorar otras vías complementarias que ayuden en este proceso y la apuesta en esta investigación es el deporte como una actividad extraescolar muy positiva que además de potenciar el crecimiento de las redes de amistad, puede incluso ayudar a mejorar los resultados académicos más que cualquier otra actividad extracurricular y está asociado con la reducción de abandono escolar (Broh, 2002). Además de sus beneficios físicos, también tiene el potencial de incluir a grupos marginales como los recién llegados y les ofrece la oportunidad de ejercer el derecho de participar en la sociedad de forma libre, derecho que muchas veces las burocracias
no facilitan (Kennet et al., 2006).
En España, a diferencia de otros países con más tradición inmigratoria como Inglaterra o Estados Unidos, no son muchos los estudios que recogen las bondades del deporte y su papel en la integración de inmigrantes, y de los pocos que existen, la mayoría están enfocados hacia los inmigrantes adultos (García Ferrando, 2006; Kennett et. al., 2006; Moral Moreno et. al.,
2006). Un trabajo importante en este campo, aunque no está centrado específicamente en los hijos de inmigrantes, es la investigación realizada en el Centre d"Estudis Olimpics de la Universidad Autónoma de Barcelona5 donde se analiza el papel del deporte en el proceso de integración de inmigrantes, se examinan las políticas deportivas y sociales que promueven el deporte como vehículo de integración y se hace referencia al uso de los espacios urbanos. Por lo tanto, se requiere el desarrollo de estudios que exploren el papel del deporte en la integración de hijos de inmigrantes.
El reconocimiento del deporte como estrategia de integración en España ya ha sido recogido en el Plan Estratégico de Ciudadanía e Integración 2007-2010 (PECI) en el que se exponen otras acciones complementarias que pueden favorecer la integración de la población inmigrante. Dentro de las acciones no curriculares, este documento destaca el deporte como facilitador de "un ambiente especialmente propicio para el desarrollo de programas de integración…puesto que el papel del mismo como vehículo de conocimiento mutuo, como generador de espíritu de equipo y como escuela de valores es una realidad contrastada en la vida ordinaria" y exhorta al aprovechamiento de esta virtualidad del deporte. Este Plan está en correspondencia con los estatutos del Libro Blanco Sobre el Deporte6 que destaca que el deporte ofrece atractivas oportunidades para la participación de los jóvenes en la sociedad, es beneficioso para apartarlos de la delincuencia, y puede facilitar la integración de los inmigrantes
en la sociedad al fomentar el sentimiento compartido de pertenencia y participación.
La dimensión integradora del deporte también aparece plasmado en la Ley 19/2007 de 11 de julio contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte donde se expresa que "… el deporte es un lenguaje universal que se entiende en todos los idiomas, por eso constituye en sociedades multiétnicas un poderoso factor de integración intercultural, que favorece el desarrollo de identidades múltiples e incluyentes, que refuerzan la cohesión y la convivencia social de sociedades pluralistas y complejas…" Además, en su artículo 16 se exhorta a la eliminación de obstáculos que impidan la igualdad de condiciones para la práctica deportiva de inmigrantes.
La Comunidad Autónoma del País Vasco, también está apostando por actividades extracurriculares con fines de integración. En el II Plan Vasco de Inmigración para 2007-20097, aunque no se recoge específicamente el papel del deporte, si se divisa una apuesta fuerte por la integración. No obstante, en la CAPV ya se han publicado documentos que apuntan hacia el uso del deporte para la integración de inmigrantes. Recientemente Ikuspegi ha sacado la Guía para la orientación a la práctica físico-deportiva de la población adulta de origen extranjero en Gipuzkoa traducida a 7 idiomas además del Euskera y Castellano. También resulta muy interesante el libro "25 razones para practicar deporte", editado en Euskera y Castellano y dirigido tanto a adultos como a niños y jóvenes. En el mismo se exponen las razones principales que motivan a la práctica de deportes y sus principales beneficios psicológicos, sociales y para la salud. Es importante destacar que entre los beneficios sociales que presenta está la integración de los inmigrantes.
El uso del deporte para insertarse en una nueva sociedad no es una idea nueva ni es resultado de recientes procesos migratorios. De forma natural ya este proceso ha estado presente anteriormente en diferentes entornos. Por ejemplo, en Pakistán, el críquet ha jugado un papel
trascendental en la unión de la gente procedente de distintas provincias y en la construcción de una identidad nacional (Kennett et. al., 2006). Por otro lado, en el libro "The American Game, Baseball and Ethnicity" (Baldassaro-Johnson, 2002) se ha recogido el papel del béisbol en la integración de las diferentes etnias y grupos desfavorecidos desde finales del siglo XIX en Estados Unidos. En el prólogo, se destaca que inmigrantes y miembros de grupos étnicos se acercaron a este deporte que:
para algunos fue una forma de salir de los guetos, para otros fue una diversión en medio de una existencia tan difícil y para muchos el deporte les proporcionó una medida de aceptación…
Alan (Bud) Selig. Comisario de las Ligas Mayores
En España, el deporte tradicionalmente se ha considerado una actividad más apropiada para hombres y existen estereotipos negativos y falta de igualdad hacia las mujeres. Estas diferencias de género están más motivadas por cuestiones culturales que por razones biológicas. Sin embargo, existen otros factores que afectan en la participación en prácticas deportivas como son la edad y la clase social. (García Ferrando, 2006).
En la adolescencia y la juventud temprana también existen diferencias según el género que pueden verse reflejadas en el acceso a la participación en el deporte. Las hijas de inmigrantes por lo general se encuentran bajo un control más estricto de los padres y tienen más responsabilidades en el hogar que los hijos (Suáres Orozco & Suárez Orozco, 2002). Esto hace que las chicas tengan menos libertad que los chicos y vean su acceso a las actividades deportivas más restringidas pues tienen menos tiempo libre. Ya en estudios anteriores (Broh
2002), se ha demostrado que la cantidad de chicos que participan en actividades deportivas es mucho mayor que el de chicas.
En este sentido, los motivos de atracción hacia el deporte en ambos sexos pueden ser diferentes. En el caso de los adultos, según Sagarzazu (2009) la motivación de los hombres
tiene que ver con la diversión, entretenimiento, estar con amigos, mientras que en las mujeres el atractivo está más basado en el mantenimiento de la forma física y la relajación. Una de las pretensiones de esta investigación es comprobar si esto se cumple también en el caso de las hijas de inmigrantes, que si bien tienen más responsabilidades que sus pares masculinos, también es cierto que no son tantas como las de mujeres adultas y su participación en el deporte también puede estar motivada por razones sociales y de entretenimiento.
Según Broh (2002), la participación en actividades deportivas también está asociada al aumento de la autoestima en los jóvenes. Este dato es significativo pues Portes et. al. (2010) afirman que existe un consenso en la literatura sobre hijos de inmigrantes de que la discriminación y los estereotipos raciales son una amenaza para la autoestima a la vez que se ha reportado que entre las chicas los niveles de autoestima son más bajos. Para los hijos de inmigrantes es importante contar con niveles altos de autoestima pues estos se encuentran asociados a resultados académicos positivos, así como con altas aspiraciones y expectativas. Por lo tanto, la participación en actividades que puedan aumentar el nivel de autoestima es una ventaja para los hijos de inmigrantes.
Varios autores (Broh 2002; Kennet et. al. 2006) perciben el deporte como una fuente de capital social pues genera importantes relaciones a nivel individual y grupal y dan acceso a espacios públicos. Teniendo en cuenta el interés que para esta investigación supone la acumulación de capital social, resulta importante remitirse a Bordieu (1986)8, quien lo define como "La suma de recursos potenciales o reales que están conectados a la posesión de una red duradera de relaciones más o menos institucionalizadas de conocimiento y reconocimiento mutuo". También
reconoce que el volumen del capital social que posee un agente depende del tamaño de las conexiones de red que pueda movilizar de forma efectiva y del volumen de capital (económico, cultural o simbólico) que posee a su favor cada uno de aquellos a los que está conectado.
El interés en el capital social es por lo tanto esencial para determinar la integración de los inmigrantes en la sociedad vasca, analizando las redes a las que se encuentra asociada cada persona y la influencia o ganancias que esta le brinda. El capital social está al alcance de todos lo que lo convierte, teóricamente, en uno de los medios por los que las clases sociales pueden hacer frente a las elites (Portes, 2010), o lo que es lo mismo, es un medio por el que los inmigrantes pueden acceder a recursos y hacer frente a las dificultades que le impone la sociedad receptora.
Un aspecto importante a tener en cuenta es el tipo de relaciones que se dan a partir de la participación en la práctica deportiva. Es necesario saber si es capaz de crear para los hijos de inmigrantes un ambiente donde se aumente el capital social "puente" o inclusivo (bridging social capital) que es el que relaciona a personas que de alguna forma son distintas o si por el contrario promueve el capital social "vínculo" o exclusivo (bonding social capital) que es el que relaciona a personas que de alguna forma son iguales pero las separa de las que son distintas (Zubero, 2010; Putnam, 2007).
Los deportes también tienen otras ventajas para la sociedad actual y en particular para los hijos de inmigrantes. Si es bien utilizado, puede servir para prevenir la violencia y la delincuencia en jóvenes (Collins-Kay, 2003). Puede elevar la autoestima, transmitir valores educativos, reforzar la identidad personal y da la posibilidad de conocer y comunicarse con gentes nuevas (Sagarzazu, 2009). En algunos entornos, incluso, puede ayudar al aprendizaje de un idioma, como en el caso de Cataluña que la participación en actividades deportivas ha ayudado a colectivos de inmigrantes al aprendizaje y práctica del catalán (Kennett et. al., 2006).
También el deporte puede ayudar a establecer puentes entre los países de origen y las sociedades receptoras a través de la práctica de deportes autóctonos de los inmigrantes, como es el caso del críquet en Inglaterra (Burdsey, 2006) o los deportes gaélicos en Barcelona (Kennett et. al., 2006). La práctica de estos deportes ayuda a los inmigrantes en la formación de su identidad y permite que los nativos entren en contacto con las culturas de sus "nuevos" vecinos. Teniendo en cuenta que en la CAPV existe un alto porcentaje de inmigrantes latinoamericanos, un deporte que puede ayudar a la integración es el béisbol que se practica con mucho éxito en gran parte de los países de esta zona geográfica.
El deporte actúa fuertemente en la construcción de identidades que en los hijos de inmigrantes son generalmente híbridas. Burdsey (2006) argumenta la atracción que sienten los Británicos- Asiáticos hacia el fútbol como británicos y al mismo tiempo el apoyo que dan a los equipos de críquet del sub-continente indio y en este fenómeno se ven manifestadas sus tradiciones culturales y su pertenencia a Inglaterra, así como sus conexiones imaginarias con el país de origen propio o el de sus padres.
Aunque también se debe tener mucho cuidado a la hora de implementar cualquier política o proyecto deportivo, porque se puede obtener el efecto contrario y producir segregación o exclusión social. La composición de los equipos puede resultar problemática si se insiste en resaltar el "nosotros" y el "ellos", y la rivalidad de las comunidades étnicas puede verse aumentada por un mal diseño de la composición deportiva (Henry, 2005).
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