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El empleo de terminología ancestral no propicia una educación para la sostenibilidad


Partes: 1, 2

  1. Hipótesis
  2. Breve reseña histórica
  3. Confusión terminológica?
  4. Educación emprendedora: Nuevo paradigma educativo integrador

Hipótesis

Dadas las circunstancias socioeducativas actuales, es posible que el empleo de terminología ancestral en la aplicación de nuevos paradigmas educativos no propicie una educación para la sostenibilidad.

Breve reseña histórica

El homo sapiens, al caminar, se formulaba preguntas; conoció un mundo más amplio cuando tuvo conciencia de su corporalidad; fue un hombre consciente de sus capacidades físicas y mentales y de su fuerza frente al animal.

La historia se inicia con ese hombre que camina y descubre posibilidades para crecer. En el baile, copia los movimientos del viento, del mar, de los árboles, etc.; poetiza su cuerpo asumiendo la creación que los poetas accionan en palabras. Así manifiesta un cuerpo activo, posibilidades plásticas y un accionar en la poesía[1]

Los egipcios valoraron la escritura dejando, por escrito, todas las cosas para otras generaciones. Al principio escribían en piedras y en las tumbas, luego en papiros; los aprendices practicaban en los trozos de barro de las vasijas rotas. 

Los escribas del antiguo Próximo Oriente conocían la escritura cuneiforme, redactaban textos y organizaban su clasificación en los archivos. Todo sabio recibía una formación de escriba, a los que se llamaba, en sumerio, DUB.SAR (compuesto de DUB "la tabla" y SAR "inscrita": "aquél que escribe sobre una tablilla") y en acadio tupsrrum (forma acadiana de DUB. SAR)[2].

En China e India, influenciados por Confucio y Buda, la educación estuvo orientada al desarrollo y fortalecimiento de los valores interiores, dentro de un rígido sistema social. En Egipto, Babilonia, Persia y en las culturas precolombinas del continente Americano, la educación estaba supeditada a los intereses religiosos y a las tradiciones; la instrucción carecía de estructura formal y sus tareas principales, en las clases pobres, estaban a cargo de la familia. En las clases ricas, estas tareas se asignaban a esclavos, maestros, sacerdotes o artesanos que desempeñaban su labor en los palacios, templos y domicilios particulares.

Para Platón, un cuerpo en orden, es el fundamento para toda discusión. Muchos diálogos platónicos se llevaban a cabo en banquetes, allí donde el cuerpo se alimentaba y descansaba[3]

Según Werner Jaeger, en Paideia, la primera educación que un griego recibía, se refería al uso de su cuerpo porque allí encontraba un orden (un cosmos) y una extensión a todas sus acciones. La mitología griega giraba en torno al cuerpo y definía la belleza corporal como el elemento necesario para estar al lado de la sabiduría, como equilibrio y calidad.

En Atenas, la educación se orientaba al cultivo del cuerpo, la mente y el espíritu. La escuela promovía el uso del razonamiento y la crítica en constantes eventos públicos. El estado regulaba la educación, pero se respetaba la injerencia cívica y moral de los padres sobre los hijos[4]

La educación para los niños ricos giraba en torno a las prácticas del gimnasio y la música, literatura, filosofía y arte. Mucho tiempo lo pasaba en la palestra y el gimnasio aprendiendo a luchar, correr, nadar, y lanzar el disco o la jabalina. Durante ese tiempo aprendían a leer, escribir y a desenvolverse en las demás actividades que el régimen establecía para los varones, entre ellas la capacidad de sacrificio y la resistencia al dolor. A los dieciocho años, el muchacho ingresaba en la nomadelfia, educándose para la guerra y la administración pública; prestaba su servicio militar que concluía a los veintiún años. Terminado este proceso, regresaba a la sociedad para formar un hogar y servir a la patria y a la milicia hasta cumplir los sesenta años.

Las mujeres debían desarrollar actividades propias del hogar, hasta llegar a la edad de poder casarse con quien el padre negociara la dote matrimonial[5]

El carácter eminentemente urbano de la educación romana, reproduce el esquema griego, expresa tanto en su articulación concreta como en los contenidos fundamentales; logrando su mayor desarrollo educativo, en la implantación geográfica y social, pues las escuelas se configuran en torno a los municipios a fin de formar a los miembros de las oligarquías urbanas[6]

Dentro del marco familiar se desarrolla la educación del niño y del adolescente hasta los diecisiete años; primero, hasta los siete años, bajo la dirección de la madre; con posterioridad, bajo la vigilancia del pater familias, a quien acompaña en sus actividades fundamentales. A los diecisiete años, el adolescente abandona los símbolos de la infancia, como la toga praetexta, blanca y bordada con una tira de púrpura y adopta la toga viril, iniciando una nueva etapa educativa que, si se realiza al margen del marco familiar, no escapa enteramente al mismo, ya que en la mayoría de los casos ésta se ejecuta junto a individuos que se encuentran relacionados con la familia por estrechos lazos de amicitia (amistad).

El tránsito de la educación particular a la educación colectiva es resultado de las Instituciones Oratorias de M. Fabio Quintiliano, cuya obra representa la sociedad romana del siglo I d.C. Este se refiere, de manera integral y detallada, a la formación del orador desde la infancia[7]

La educación en la Edad Media tuvo una característica peculiar: estuvo influenciada por el cristianismo y otras culturas; de ahí su avance significativo, pues surgieron las universidades. Las escuelas monacales preparaban a niños y jóvenes para la cvida religiosa. Constaba de dos escuelas: la interior reservada a los futuros monjes, y la exterior dedicada a los jóvenes que deseaban ser sacerdotes. Las escuelas palatinas estaban regentadas por eclesiásticos; sus enseñanzas las impartían clérigos, aunque los estudiante no tenían que seguir necesariamente la vida sacerdotal. La vida cultural y el intercambio de conocimientos, entre unas escuelas y otras, contribuyeron a consolidar el mundo monacal, como centro expansivo de ciencia.

La invención de la imprenta (1436-1450), por Johannes Gutenberg (1394-1468), con caracteres móviles, es uno de los grandes hitos de la historia de la cultura. La posibilidad de realizar tiradas de múltiples ejemplares de libros facilitó el acceso, de un mayor número de personas al saber escrito y conllevó radicales transformaciones en la política, la religión y las artes. La producción de libros durante los primeros cincuenta años después de la aportación de Gutenberg fue, casi mayor, a los mil años precedentes.

La imprenta provocó una verdadera revolución en la cultura. El saber escrito dejó de ser patrimonio de una élite y se extendió a amplias capas de la población. La escritura fue sustituyendo a la tradición oral como forma privilegiada de transmitir conocimientos. Las publicaciones impresas (libros o periódicos) se generalizaron. A principios del siglo XX la escritura impresa ya era el medio predominante en Occidente para la difusión del saber. El impacto en la religión, la política y las artes, fue un avance tecnológico que facilitó todos los demás que le siguieron.

François Rabelais (1494-1553), en su obra Gargantúa y Pantagruel rechazó el estudio memorístico por los resultados completamente negativos. Jean-Jacques Rousseau (1712-1778), en el Emilio, presentó el "deber ser" de la educación, siguiendo paso a paso la educación de Emilio; afirmó que la "la infancia tiene formas de ver, de pensar y de sentir que le son propias; no hay menos sensato que el querer sustituirlas con las nuestras"; propugnaba un naturalismo pedagógico, considerando que el hombre es bueno por naturaleza; de ahí la importancia de la educación que debe alimentar el puerocentrismo (optimismo educativo), por lo que debe tenerse cuidado con quién y cómo educar.

Paulo Freire denominó «educación bancaria» a la manera de entender la educación como relación «vertical», o sea, en la que el educador otorga y los educandos reciben conocimiento. Existe, en este modelo educativo, una separación tajante entre los roles de educador y educando. La educación bancaria se concibe como narración de unos contenidos fijos, o como transmisión de una realidad que no requiere reelaboración y que se presenta como la única posible.

En la educación «bancaria», el «saber», el conocimiento, es una donación de aquellos que se juzgan sabios y califican a los otros como ignorantes. Donación basada en algunas manifestaciones ideológicas de la opresión: la absolutización de la ignorancia, que constituye lo que llamamos alienación de la ignorancia, según la cual ésta se encuentra siempre en el otro[8]

El concepto de educación continua, vista como actualización profesional, surge en el siglo XVII, centurias después que los clérigos, principales letrados, instauraron en el siglo XI las primeras instituciones de educación superior, para formar personal especializado con grado académico.

El advenimiento de la Revolución Industrial marcó otra etapa de cambio para la humanidad y para el desarrollo del conocimiento conceptual y tecnológico, y, por lo tanto, para su adquisición y su actualización. En esos tiempos, según afirma Tünnermann (2003), la idea de continuar la instrucción para evitar el olvido de los conocimientos adquiridos en la escuela fue manifiesta en 1792 en el Rapport et projet de décret sur I'Instruction publique de París.

A fines del Siglo XIX, la Administración científica propuesta por Frederick Taylor impulsó, en muchos países, un fuerte interés en el proceso de la capacitación como parte de los elementos que permitieran a las empresas mejorar su productividad.

La insuficiencia de profesionales para atender las temáticas que, día a día, se incrementaban en diferentes escenarios, aumenta después de la Primera y Segunda Guerra Mundial, cuando diversas naciones empezaron a requerir de trabajadores especializados para intervenir en las estrategias de defensa y ataque, así como de la provisión de los insumos necesarios.

Con la diversificación de los medios de comunicación, se promovió la instauración de nuevas opciones tanto para formar personal calificado, como para la actualización de quienes estaban ejerciendo alguna profesión. Con los avances de la ciencia y la tecnología, no pasó mucho tiempo en que los conocimientos de estos profesionales comenzaron a ser obsoletos[9]

En la primera década del Siglo XX, resurge la educación continua, con el fin de orientar los esfuerzos hacia la actualización de los adultos que no contaban con la suficiente preparación para responder a las exigencias del ámbito laboral. Ejemplo de esto, se presentó en los Estados Unidos de Norteamérica cuando, en 1915, se funda la primera asociación que protegería los intereses de la educación continua para beneficio de la comunidad: la National University Continuing Education Association NUCEA (hoy, UCEA, http://www.ucea.edu. La historia de la educación continua viene a partir del año 1915 en los anales estadounidenses, (National University Continuing Education Association), pasando pronto por México y permaneciendo desde 1933 (UNAM), con fuerte y constante proyección, afincándose luego en distintos países.

Hablar de la Educación Permanente es hablar del hombre. Desde la aparición de éste, la educación siempre ha existido y se ha manifestado en todos los procesos de desarrollo del ser humano, ya que es el único ser viviente con competencia para recibir conocimientos, procesarlos y mejorarlos durante toda su vida, de acuerdo a sus habilidades y destrezas, que se manifiestan en los procesos de su desarrollo biológico, cronológico y psicológico.

Richard Sennet, en Carne y piedra, sostiene que las ciudades se hicieron para el ejercicio, desplazamiento y acomodo del cuerpo. Y que es el cuerpo, con sus movimientos y actitudes, el que crea el sentido de lo urbano y las variables del espacio público, sea como ese espacio donde se realiza el intercambio, sea en calidad de sitio para la movilidad o el descanso social. Desde su punto de vista, la ciudad es un cuerpo para cuerpos, una estructura donde nace, crece, mueve y desaparece la corporalidad pero no su memoria, que pervive en las obras, en las calles, en las honras y en los rituales de nacer, procrear y morir (referencias corporales), esto que Carlos Gustavo Jung llama el inconsciente colectivo y que rige el yo social. En esta concepción de un cuerpo en proceso acomodaticio, se encuentra uno de los sentidos más interesantes de la historia: el movimiento[10]

Con el inicio del transporte y la revolución industrial, llegó la era de la información. Con el uso de las tecnologías disponibles se amplía la manera de comunicar y difundir información y conocimiento. El Internet, como tal, no podría haber existido sin los grandes inventos del siglo XIX (la electricidad y el telégrafo). Las redes electrónicas comenzaron con el teléfono o sistema de telégrafo; los orígenes son bastante claros: la primera línea se construyó en 1844 desde Washington a Baltimore en los EE.UU. En 1858 un cable transatlántico estaba en su lugar y en 1861 hilos telegráficos cubrieron los EE.UU. 

En octubre de 1972 ARPANET es mostrado públicamente en una conferencia en Washington DC. Después de esa conferencia, se estableció un grupo de redes internacionales presidido por Vinton Cerf. En 1973 Bob Kahn y Vinton Cerf plantearon el problema de la interconexión de redes de paquetes múltiples. Ellos desarrollaron los conceptos básicos de TCP, que califica como el comienzo de la Internet. Nadie sabe quién utilizo por primera vez la palabra Internet, pero el primer uso escrito lo dio Vint Cerf en 1974. 

En 1975, el primer prototipo inicio sus pruebas, luego el desarrollo técnico y en 1978 TCP/IPv4 fue liberado. De hecho, el TCP/IP se agregó oficialmente al ARPANET en 1983. Internet comenzó como un resultado inesperado de un programa militar y de un componente de investigación académica de los EE.UU. 

Con la llegada de las redes de computadoras llego la World Wide Web de Internet que sólo proporcionaba pantallas llenas de texto. La Web tuvo algunos predecesores importantes, quizás el más significativo es proyecto Xanadu de Ted Nelson, que trabajó el concepto de hipertexto. 

Confusión terminológica?

La UNESCO expresaba: "un alegato en favor de que se dote al sistema de enseñanza no sólo de maestros y profesores adecuadamente formados, sino también de los elementos necesarios para impartir una enseñanza de calidad: libros, medios de comunicación modernos, entorno cultural y económico de la escuela, etc."[11]. Confusión terminológica? Se podrá lograr una educación para la sostenibilidad?

  • Educación

La palabra educación entraña una conceptualización difícil, dada la diversidad de acepciones y la evolución de las acciones y enfoques, que le son consustanciales. En sentido común, se afirma que la educación "es una característica adquirida consistente en la adaptación de los modales externos a determinados usos sociales, esta acepción sólo hace referencia a las formas de convivencia social, es decir, es una cualidad social adquirida"[12]; el otro extremo estaría en una concepción ceñida a la ética. Ambas posiciones aportan muy poco a la idea que hoy se tiene de educación.

Etimológicamente la palabra educación significa "evolución de dentro hacia fuera" ya que deriva de las voces latinas ex y duco. Sin embargo, las aportaciones epistemológicas, más serias, tienen una aspiración común: la perfección, así lo expresa Rousseau al hablar de la felicidad de Sofía y Emilio, igual manifiesta H. Spencer al anotar: "dirigir la inteligencia con el fin de preparar al hombre para vivir una vida completa"[13].

Los fines y metas de la educación, evolucionan y responden a las aspiraciones de la sociedad patrocinante y se lograrán a través de la pedagogía, entendida ésta como "ciencia de la educación".

La palabra pedagogía viene del griego paidos y logos que significan niño y tratado. Por lo tanto, el pedagogo es una persona que conoce acerca de los niños y sabe conducirlos apropiadamente, de acuerdo con el modelo determinado por la sociedad.

Con el incremento de la complejidad social, surge la necesidad de encargar la educación de personas e instituciones especialmente designadas para tal fin, y, en un principio, éstas fueron esclavos o ex esclavos. El instructor de los niños pobres recibía el nombre de paidotriba o golpeador de niños lo cual nos indica la rudeza con la que se ejercía la enseñanza; en contraste, la decencia, la moderación, las leyes, la religión y la moral eran atendidas por un magistrado al que se llamaba sofronista.

Michael Fullan (2002), con cierta ironía, señala: "la educación del profesorado tiene el honor de ser, al mismo tiempo, el peor problema y la mejor solución de la educación". La frase suena fuerte en el contexto de los sistemas educativos latinoamericanos, atravesados por graves problemas (profundas inequidades sociales y la pobreza extrema de gran parte de los niños y adolescentes en edad escolar). En este sentido, las políticas tendientes al fortalecimiento profesional de los docentes y el discurso que los ubica como actores principales del cambio son una medida justa que produce una serie de tensiones y riesgos, cuando dichas políticas no van acompañadas de otras acciones y dejan inalteradas las condiciones materiales en las que desarrollan su tarea.

Herrera Jiménez (1998) expresa que se ha "desarrollado una educación que posibilita el crecimiento humano, donde se logra potenciar la autenticidad, se acepta incondicionalmente al escolar y se manifiesta una relación empática entre los miembros de una clase y el profesor[14]

La llamada educación tradicional se caracteriza por:

a. Una educación centrada en los contenidos cognoscitivos que el maestro transmite y el alumno debe dominar (Educación Intelectualista).

b. El alumno debe dominar los contenidos memorizándolos y evocándolos cuando los requiera el maestro (Educación Memorística).

c. El alumno debe memorizar los contenidos; su conducta debe ser pasiva y receptiva para captar fielmente el contenido (Educación Pasivo/Dependiente)

d. El alumno está obligado a dominar los contenidos que se le enseñan, no importa si no responden a sus intereses, capacidades, etc. (Educación Homogeneizante).

e. La escuela y el maestro cumplen un papel central en el proceso educativo.

f. El alumno, desde muy pequeño, acata el principio de autoridad del director, del maestro y acepta pasivamente cualquier presión que haga sobre él (Educación Autoritaria).

g. Para potenciar el dominio de los contenidos por parte de los alumnos, se fomenta la competencia entre ellos (Educación Competitiva y Meritocrática).

h. Se considera que el lugar natural de la educación es la escuela y dentro de ella el aula de clase (Educación Escolarizante).

i. Se considera que el mejor y exclusivo material didáctico es el libro, pues no es indispensable el contacto directo con la naturaleza (Educación verbalista y libresca).

En este contexto, es interesante la propuesta de Carl Rogers expresada en los siguientes enunciados:

  • a. El ser humano posee una potencialidad natural para el aprendizaje. Tiene una curiosidad innata por su mundo. Siente una necesidad ambivalente por aprender y evolucionar. La razón de esta ambivalencia es que todo aprendizaje significativo implica un cierto grado de dolor, sea por el aprendizaje mismo o por la resistencia a dejar de lado aprendizajes anteriores.

  • b. El aprendizaje significativo se da cuando el estudiante percibe el tema de estudio como importante para sus propios objetivos. Una persona aprende realmente cuando percibe que el tema está vinculado con el mantenimiento y enriquecimiento de sí mismo. Pensemos en el caso de dos estudiantes que cursan estadística: Uno de ellos trabaja en un proyecto de investigación para el cual necesita el material del curso. El segundo estudiante cursa la materia porque es obligatoria.

  • c. Los aprendizajes que amenazan el sí mismo, se perciben y asimilan con mayor facilidad, si las amenazas externas son reducidas. El niño que tiene dificultades para leer se siente, de por sí, amenazado y aislado por esta deficiencia. Cuando se lo fuerza a leer en voz alta frente al grupo, cuando se ridiculizan sus esfuerzos, y sus calificaciones reflejan fielmente este fracaso, no extrañará que su habilidad para leer no progrese en los años escolares.

  • d. Cuando no existe una amenaza al sí mismo, la experiencia se percibe de otra manera y resulta más fácil el aprendizaje.

  • e. La mayor parte del aprendizaje significativo se logra mediante la práctica. Uno de los modos más eficaces para promover el aprendizaje es enfrentar al alumno con problemas prácticos, de carácter social, ético o filosófico, problemas personales o de investigación.

  • f. El aprendizaje se facilita cuando el alumno participa de manera responsable en el proceso de aprendizaje. El aprendizaje significativo será mayor cuando el alumno elige su dirección, ayuda a descubrir sus recursos de aprendizaje, formula sus propios problemas, decide su curso de acción y vive las consecuencias de cada una de sus elecciones.

  • g. El aprendizaje autoiniciado que abarca la totalidad de la persona es el más perdurable y profundo.

  • h. La independencia, la creatividad y la confianza en sí mismo se facilitan si la autoevaluación y la autocrítica son básicas y la evaluación de los demás es relegada a segundo término.

  • i. El aprendizaje social más útil, en el mundo moderno, es el aprendizaje del proceso de aprendizaje, que significa adquirir una continua actitud de apertura frente a las experiencias e incorporar al sí mismo el proceso del cambio[15]

  • Enseñar 

El vocablo enseñar tiene su origen en el latín, insignare formado por la preposición in (penetración) y el verbo signare (marcar, señalar, acuñar, indicar). Este verbo procede del sustantivo signum, signi, cuyo significado es marca, señal, síntoma, presagio, manifestación, indicación consigna, proveniente de la raíz indoeuropea sekw (seguir). De este modo, el concepto original de este término es la acción de indicar una señal, orientar sobre qué camino seguir.

Enseñar expresa la idea de:

  • a. Comunicar conocimientos, habilidades, ideas o experiencias a una persona que no las tiene, con la intención de que las comprenda y haga uso de ellas.

  • b. Mostrar una cosa o una persona a la vista de alguien: enseña el billete al revisor.

  • c. Dar una información, un dato o una señal que permita llegar al conocimiento de una cosa: la experiencia nos enseña que es bueno saber pedir ayuda.

En un sentido lato, se entiende por enseñar, el acto de comunicar o de transmitir nociones, informaciones, experiencias a quien (niño o joven) aun no las conoce. En sentido más propio y riguroso, este acto presupone la existencia de la cultura escrita, y, por tanto, la utilización de signos particulares (in signum). Por esto, la enseñanza se coloca más allá de aquella experiencia directa del ambiente, del que también proceden nociones y experiencias, pero de manera casual o que responden simplemente a las necesidades más inmediatas de la vida[16]

Para la Real Academia Española es: "instruir, doctrinar, amaestrar con reglas o preceptos"; "dar advertencia, ejemplo o escarmiento que sirva de experiencia y guía para obrar en lo sucesivo". También es "indicar, dar señas de algo"; "mostrar o exponer algo, para que sea visto y apreciado" y relacionado con este significado es "dejar aparecer, dejar ver algo involuntariamente."

Son sinónimos de enseñar: abrir, aclimatar, acoger,  aconsejar, acostumbrar, adherir, adiestrar, admitir, adoctrinar, advertir, afiliar, alardear, aleccionar, alfabetizar, amaestrar, amoldar, apacentar, aprender, asesorar, atemorizar, capacitar, catequizar, comunicar, criar, cultivar, curtir, dar, demostrar, desarropar, desasnar, descubrir, desengañar, despechugarse, desplegar, destapar, dirigir, disciplinar, divulgar, doctrinar, documentar, dogmatizar, educar, ejercitar, endurecer, entrenar, escaldar, escarmentar, esclarecer, evidenciar, exhibir, exhumar, exponer, exteriorizar, extraer, familiarizar, formar, guiar, habituar, iluminar, ilustrar, imbuir, inculcar, industriar, infundir, iniciar, inspirar, instruir, lucir, manifestar, mostrar, orientar, ostentar, patentizar, preparar, presentar, profesar, publicar, quitar, reflejar, revelar, sacar, sermonear, sugerir, traslucir[17]

La enseñanza es la acción y efecto de enseñar (instruir, adoctrinar y amaestrar con reglas o preceptos). Se trata del sistema método de dar instrucción, formado por el conjunto de conocimientos, principios e ideas que se imparten a alguien. Implica la interacción de tres elementos: el docente (profesor o maestro); el alumno o estudiante; y el objeto de conocimiento. La tradición enciclopédica supone que el profesor es la fuente del conocimiento y el alumno, un simple receptor. Bajo esta concepción, el proceso de enseñanza es la transmisión de conocimientos, del docente hacia el estudiante, a través de diversos medios y técnicas[18]

El binomio que se forma entre enseñar y aprender no es nada simple; por tal razón, en las comunidades de profesionales y de educadores se dan inquietantes debates e intercambios sobre la instrucción.

Como consecuencia de esta polémica, se establecen dos puntos de vista: el más aceptado o compartido, sostiene que la enseñanza y el aprendizaje se constituyen en una unidad didáctica y dialéctica, enfocándolos como dos procesos no antagónicos, sino complementarios (Klingberg, 1980; Berrier et al., 1987; Klingler y Vadillo, 1997; Gallego, 1999; Zilberstein. et al., 1999; Perales et al., 2000; Mota, 2004). Desde otra perspectiva, se considera que enseñar y aprender son dos procesos diferentes. Enseñar hace referencia a las condiciones y acciones docentes externas al sujeto, dirigidas a provocar algún tipo de modificación en su sistema cognoscitivo o afectivo, mientras que aprender hace referencia a las modificaciones internas del individuo (Delval, 1997). De esta manera, una organización de la enseñanza no garantiza un buen aprendizaje, ya que éste depende, en última instancia, de los factores internos del sujeto que aprende, como su nivel cognitivo, motivación, que condicionan el efecto favorable o no de la enseñanza[19]

  • Docente, Maestro y Profesor

La noción de docente, es la más general, engloba a las otras. Un docente es, ni más ni menos, aquel que enseña, sin hacer distinción de especialidades, edades, etc.

Etimológicamente, "docente" es el participio del verbo latino docere "enseñar"; una antigua formación causativa que significaba, literalmente, "hacer que otro repita, hacer que otro aprenda" (se considera que la mejor forma de aprender algo es repitiéndolo una y otra vez), o "hacer que uno sea apropiado en algo", relacionado, esto último, con el verbo defectivo decet (vid. te decet hymnus "te es apropiado un himno).

Maestro es la forma patrimonial de la antigua palabra latina magister, concretamente, de su acusativo magistrum, con el significado original de "el más óptimo, el jefe". De aquí está clara la evolución semántica: el "más óptimo" o el jefe de una escuela ha de ser forzosamente el maestro, ya que sabe más que sus alumnos. También está clara la relación con el uso en expresiones como la manida "¡música, maestro!", en la que el tal maestro no es que sea docente de la música, sino que es "el mejor" de los músicos presentes.

Además, el término magister está construido sobre la raíz de magis "más" y también "máximo", "magno", etc. Sobre esta raíz, que ya por sí misma tiene un significado de superioridad, se añade un sufijo (ter de origen contrastivo) comparativo (dextersinister "derecha, izquierda": "derecha" es, efectivamente, antónimo de "izquierda"): de ahí la aberración de "el más óptimo".

La palabra también alude a acciones que rayan en la perfección, como cuando se dice que un "pintor trabaja con maestría"[20].

El maestro no es solo el que transmite unos conocimientos técnicos, sino el que demuestra ser ejemplar en su manera de ser, estar y comportarse en la vida con una ética profesional y humana[21]

Con este vocablo se define lo mejor de lo mejor. Se dice, por ejemplo, "fulano es un maestro en su área", "aquella fue una jugada maestra", y de "maestro" se deriva "magistral", adjetivo que alude a lo "más grande y mejor", como las conocidas "conferencias magistrales".

Esto último sólo ratifica la magnitud y el peso de la palabra "maestro", que lamentablemente se está degradando, pero que debe recobrar su valía; pues, sin duda, uno de los profesionales que más influye en el desarrollo social, es el "maestro". Por costumbre, se indica con el nombre de maestro al docente de una materia que opera en la institución escolar.

Profesor es un sustantivo de acción, derivado del verbo profiteor "hablar delante de la gente", compuesto por el prefijo pro "delante de" y el verbo fateor "hablar" ("fama"; "eufemismo: algo dicho bien, para ocultar una realidad fea"; "confesar: decir algo, normalmente perjudicial para el que la dice").

La educación ha estado cargada de profundas frustraciones, pero también es portadora de grandes esperanzas. Las frustraciones de la figura del maestro se han derivado de la desorganización escolar, de los deficientes recursos, de la política administrativa.

A lo largo de la historia de la educación se cuestiona el quehacer del maestro. La imagen del maestro varía en cada época histórica. Dependiendo de las estructuras tradicionales de la sociedad; el maestro forma parte de esa resistencia pasiva en la transformación del proceso educativo. El maestro, a través de todos los tiempos, es el que instruye, forma, tiene los privilegios de la edad y el saber, siempre tiene razón, es un juez y un ejecutor, es quien distribuye reproches, castigos, premios. La profesión magisterial no favorece la imaginación ni la iniciativa. Hoy, el oficio de quién enseña, impide el acercamiento humano con el estudiante de igual a igual.

Ya Rousseau se sorprendía de la forma cómo los maestros educaban a los niños de su época. Las propuestas y críticas sobre los maestros, en la trayectoria histórica, son abundantes, planteando el dilema de que: sea el niño quién se adapte al ser humano. El papel del profesor es aquí la encrucijada de la situación. Podemos enumerar una amplia lista de pedagogos y filósofos pioneros en la reforma educativa que vociferan la función del maestro. Después de Rousseau, Pestalozzi, Frdebel, Dewey, Freinet, Makarenco, María Montessori, entre otros, incluyen, en su ideario pedagógico, alternativas a la misión tradicional del maestro, preocupados, en esencia, por la formación y el desarrollo del modelo humano[22]

Debido a que el mundo, para el cual los profesores preparan a sus estudiantes, cambia rápidamente, y que las habilidades requeridas evolucionan de igual manera, ningún curso de actualización docente puede ser suficiente para preparar a un profesor para una carrera de 30 o 40 años. El Desarrollo Profesional Continuo (DPC) es el proceso por el cual los profesores (como otros profesionales) mejorarán sus conocimientos y competencias, manteniéndose actualizados.

El apoyo a estos procesos, por parte de las autoridades, es variado, así como la efectividad de los diferentes enfoques. Algunas investigaciones sugieren que las actividades más efectivas son:

  • a. Desarrollarse en el tiempo.

  • b. Ser colaborativo.

  • c. Aprendizaje activo.

  • d. Participar en conferencias de profesores.

  • e. Asistir a clases de práctica, entrenamiento y seguimiento.

  • f. Promover la reflexión.

  • g. Animar la experimentación.

  • h. Responder a las necesidades docentes.

El profesor, debe ser una persona clave en el proceso de aprendizaje, pues es quien planea y facilita dicho proceso, a partir de sus propias propuestas didácticas. Crea la situación, anticipándose al esquema de aprendizaje, que él va a utilizar.

El profesor debe ser un promotor del desarrollo y de la autonomía de sus estudiantes. La actividad de estos debe ser siempre autoconstructiva, autodirigida y autoevaluativa; por lo tanto, debe fomentarse un ambiente educativo donde los valores se basen en la autodeterminación y la participación dinámica y creativa.

El aprendizaje, mediante la adquisición de nuevas estructuras de operaciones mentales y a través de los procesos de experiencia y equilibrio, se convierte en idea primordial para el diseño y la aplicación de experiencias educativas en las que, antes que transferir e imponer, al estudiante, las ideas del educador, interesa ayudar a este último a desarrollar sus procesos de pensamiento.

  • Dictar

Dictar significa:

  • a. Leer un texto en voz alta y a velocidad moderada para que pueda ser copiado:dictar una carta.

  • b. Expedir o pronunciar una ley, un fallo o una normativa: dictar sentencia.

  • c. Pronunciar una conferencia: el escritor dictará una serie de conferencias sobre su obra.

  • d. Inspirar, sugerir, influir: su madre dictaba todos sus actos.

Concordamos con Ubertone que dictar clase es lo que hacían los profesores en las primeras universidades, antes de la invención de la imprenta; pues existían pocos libros y escasos ejemplares de cada libro. Cada profesor tenía un libro. Eso era lo que de hecho lo habilitaba para ser profesor. El profesor iba a clase con el libro y lo leía lentamente. Cada estudiante iba copiando lo que decía el profesor, y así, al final del curso, tenía su propio ejemplar del libro. De esta forma, se ponía en camino para ser profesor. Así, se conservaba y difundía el conocimiento, multiplicando la cantidad de ejemplares de los libros considerados importantes y dignos de ser enseñados.

Así eran las clases, antes de la invención de la imprenta, y, entonces, era correcto decir que se dictaba clase. Esa metodología de la enseñanza persistió por mucho tiempo y aún hoy, porque los cambios culturales (hábitos, costumbres, actitudes) son mucho más lentos que los cambios tecnológicos. Muchos de nuestros colegas actuales dicen que dictan clase en tal o cual universidad. Esperemos que eso sea sólo una forma desactualizada de hablar, ojalá que no sea una forma desactualizada de hacer[23]

Con todo, fácilmente constatamos que, en los diferentes niveles de formación y con raras y excelentes excepciones, no solo se habla de dictar clase, sino que, también, efectivamente se dicta un determinado tema, y, aún se comenta que se aplica algún nuevo paradigma educativo.

  • Magistrocentrismo

Según la escuela tradicional se da, cuando el maestro se convierte en la base y condición del éxito de la educación. Él organiza el conocimiento, aísla y elabora la materia que ha de ser aprendida, traza el camino y lleva, por él, a sus alumnos, hoy estudiantes. Él es el modelo y el guía, al que se debe imitar y obedecer.

La disciplina y el castigo se consideran fundamentales, la disciplina y los ejercicios escolares son suficientes para desarrollar las virtudes humanas en los alumnos. El castigo, sea en forma de reproches o de castigo físico, estimula constantemente el progreso del alumno[24]Es un rasgo de la escuela tradicional que sintetiza la relación maestro/alumno en la que el maestro es responsable de la gestión colectiva y del trabajo escolar, siendo base fundamental en la que se apoya el proceso educativo.

El magistrocentrismo consideraba que el maestro es la figura central del proceso educativo. En esta visión, la disciplina y el castigo eran y son indispensables para desarrollar las virtudes humanas. El maestro era el que tenía todo el conocimiento, y los estudiantes tenían el rol pasivo de recibirlo. El enciclopedismo, por su parte, consistía en demostrar, a los demás, que se poseía determinado conocimiento. El verbalismo se basaba en que el alumno tenía que repetir verbalmente lo que el maestro ensenaba. Esa repetición de palabras, era vista como una garantía de memorización y entendimiento de los alumnos.

Hoy, con el castigo no se educada[25]

  • Alumno

El término alumno proviene del sustantivo latino alumnus, de "alére" que significa alimentar y es el infinitivo latino de  alo – alui – alére – alitum, que significa: alimentar, nutrir, cultivar, educar. Por añadidura, es el que se alimenta, el que se nutre, como biológicamente, lo hace el bebé, cuando busca el pecho de su madre. De allí deviene la expresión: "Alma Materreferida a nuestras universidades, como fuente de nutrición del conocimiento universal.

Por otra parte, desde el punto de vista etimológico, "alumno" deriva de a = sin; y lumen = luz, es decir, el "sin luz". Sería la persona que no tiene la luz del conocimiento, que es ignorante, y, por tanto, necesita de alguien que lo ilumine. A ese alguien se le llama "maestro" o docente.

Esta concepción, clara por cierto, es la que ha dominado el mundo en todo el siglo XX y está entrando al siglo XXI con cierta fuerza, si no nos damos cuenta de lo que estamos entendiendo.

En los espacios educativos, este alimentar está referido al alimento intelectual que se obtiene, que se busca, que se comparte y se construye, tanto en los recintos universitarios, como en los planteles educativos de media diversificada y profesional, básica, preescolar, educación de adultos o en cualquier situación en la que se promueva procesos de aprendizaje y reflexión (?).

De ahí que el alumno era considerado como un homúnculo o adulto en miniatura por lo que su educación incluía mucha rudeza, disciplina y responsabilidades de los mayores a temprana edad.

Los fines de la educación eran simples: servir al ejército, a la patria, cultivar el cuerpo y el espíritu. Los contenidos educativos eran los que servían a la milicia, la administración pública, música, arte, filosofía, literatura y estética del cuerpo. La metodología se centraba en la exposición, el verbalismo, el entrenamiento directo o el reposo y la contemplación dirigidos.

Partes: 1, 2
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