- Justificación
- Problema
- Hipótesis
- Objetivos
- Marco teórico
- Metodología
- Presentación de los Instrumentos de Recolección de Datos
- Análisis de los Datos
- Conclusiones Finales
- Bibliografía
Si queremos saber qué siente la gente:
cuáles son sus experiencias y qué recuerdan,
cómo son sus emociones y motivos, y las
razones para que actúen de la forma en que
lo hacen, ¿por qué no preguntarles a ellos?
G. W. Allport.
En nuestra sociedad existe una desigualdad jerárquica entre los géneros masculino y femenino, que se expresa en prescripciones muy fijas de cómo ser hombre o mujer, padre o madre, con asignaciones de valor, de rango, status y poder de cada uno. Tradicionalmente se define a las mujeres como sostenedoras de lo emocional, de lo afectivo, como dependientes y pasivas. Los varones en cambio son vistos como sostenedores económicos de la familia, racionales, los poseedores de la iniciativa sexual, los exitosos y los dominantes.
La socialización puede definirse como el proceso a través del cual en una determinada comunidad, la cultura y las reglas que norman o regulan la interacción de sus miembros, les son transmitidas a las personas. Es de ésta manera, como a los hombres desde que nacen se les enseña cómo deben comportarse como varones.
En otras palabras, "(…) el hombre nace y el varón se hace". Y para ello las expectativas sociales son claras: El varón debe demostrar su masculinidad con actos de valentía y fuerza y no manifestar debilidad física ni emocional. Frases "tradicionales" como: "…los hombres no lloran…" o "…a golpes se hacen los hombres…" son reflejos de aquellas expectativas.
El Dr. Juan Impallari afirma que los niños recién nacidos, de ambos sexos tienen el mismo potencial y capacidad para "experimentar sentimientos, expresar una gama de sensaciones y desarrollar un repertorio de conductas. Pero es entonces cuando el mundo adulto pone en marcha el proceso de enseñar lo que su cultura considera necesario" (socialización). Los padres comienzan entonces a transmitir lo que se supone apropiado para cada sexo. Generando así que desde pequeños, tanto hombres como mujeres, aprendan qué se espera de ellos para ser aceptados y aprobados por sus grupos de pertenencia.
Desde otra perspectiva, el Dr. Alvarez-Gayou Jurgenson en su artículo titulado Percepciones y Opiniones sobre la Masculinidad afirma que "(…) bien se sabe que la expectativa de vida es menor para hombres, que para mujeres así como es conocido el hecho del mayor riesgo que presentan ciertas patologías en los hombres", al respecto Pierre Bourdieu ha dicho:
- "La agresividad y la competitividad hace que los hombres se coloquen en situaciones de peligro.
- La no expresividad emocional causa problemas psicosomáticos y de otro tipo.
- Los hombres se someten a mayores riesgos.
- Los trabajos masculinos los someten a peligros físicos.
- Los trabajos masculinos los exponen a stress psicológico.
- El rol masculino socializa a los hombres para desarrollar características de la personalidad asociadas con una más alta mortalidad.
- Las responsabilidades como proveedor familiar los expone al estrés psicológico.
- El rol masculino estimula ciertos comportamientos que ponen en peligro la salud, en especial el consumo de tabaco y de alcohol, y
- El rol masculino desestimula psicológicamente a los hombres para atender adecuadamente su salud."
Es por lo hasta aquí mencionado, que con éste Trabajo Final de Graduación se intentará conocer y describir la "definición hegemónica de la masculinidad", en un sector de la población cordobesa, puntualmente en el nivel medio alto. Identificando indicadores de aquello que tanto hombres como mujeres consideran como "propio" del varón. Aquello sin lo cual la hombría de un sujeto sería cuestionada.
De esta manera se buscará conocer cuáles son las cosas que los varones deben hacer para ser reconocidos como tales. Esto permitirá conocer cual es el estereotipo de varón que prima en las personas interrogadas, y las conductas que deben desempeñar los hombres para acoplarse a esa imagen preconcebida. Pudiéndose así, elaborar un "perfil" de varón que cumpla con las expectativas de hombres y mujeres de diferentes edades.
Es por ello que este trabajo pretende arrojar datos suficientes para lograr un primer acercamiento a ésta temática en auge en Latinoamérica, y que genera en los varones una determinada forma de comportamiento, muchas veces más acorde a los mandatos externos, que a sus propios deseos.
Tomando como referencia lo que plantea Sergio Sinay "La categoría mujer ha sido lo suficientemente analizada, estudiada, descrita, comprendida y acompañada durante las últimas dos décadas. Mientras tanto el modelo hombre queda expresado entre viejos mandatos y nuevas dudas". La presente investigación pretende contribuir al estudio del modelo de varón que predomina entre algunos hombres y mujeres de nuestra sociedad.
De esta forma se apunta a realizar una aproximación a una realidad pocas veces observada, ofreciendo un recorte comparativo acerca de las semejanzas y diferencias en las representaciones sociales que hombres y mujeres tienen sobre lo que significa ser varón en la ciudad de Córdoba. Como ejemplo de esto se toma una lista de respuestas dadas por asistentes a "talleres" sobre la identidad masculina, dictados por Sergio Sinay y el Lic. Daniel Santinelli. Allí, a las mujeres se las interrogó acerca de "¿Qué cosas tiene derecho a esperar una mujer de un hombre?". Y a los varones se les preguntó "¿Qué cosas debe proporcionarle un hombre a una mujer?" Las respuestas obtenidas fueron las siguientes:
- "Las mujeres sienten el derecho a esperar de los hombres:
Compromiso, compañerismo, fidelidad, ternura, pasión, estabilidad, protección, comprensión, apoyo, comunicación, solidaridad, sensibilidad, manifestación de las emociones, sinceridad, honestidad, entendimiento, diálogo, tolerancia, sentido del humor, creatividad, reciprocidad, generosidad, apertura, libertad, sorpresa, respeto.
- Los hombres sienten el deber de proporcionar a las mujeres:
Seguridad, protección, paciencia, dinero, hijos, amistad, distracción, un hogar, confiabilidad, respeto, compañerismo, apoyo, contención, un futuro, presencia, seducción, estímulos y -una y otra vez- sexo, sexo, sexo."
Esta investigación se propone además clarificar, al menos en parte, qué es lo que el sexo femenino espera de los hombres y qué es lo que ellos mismos están dispuestos a hacer para con ellas, y para con sus pares. Lo que se considera, permitirá identificar pautas de comportamientos socialmente establecidas como adecuadas, para ser aceptadas como representativas del género masculino. Es decir que conociendo qué es lo que uno otro sexo espera de los varones, se podrían identificar mandatos sociales que son trasmitidos a hombres y mujeres y que condicionan el comportamiento de unos y otras.
Este trabajo pretende alcanzar un conocimiento de carácter introductorio, que clarifique cuál es la condición de los varones, según un grupo de hombres y mujeres de esta comunidad. Esto daría una noción de cuales son los prejuicios y los estereotipos subyacentes en el trato cotidiano de los géneros. Lo cuál constituiría de esta manera un aporte a la Psicología Social.
Las nociones que los individuos de uno y otro sexo tienen respecto de sí mismos y de los demás, muchas veces limita o restringe su gama de comportamientos a solo aquellos que socialmente son identificados como adecuados para cada género. Es por ello que surge la inquietud de conocer cómo un grupo conformado por varones y mujeres de distintas edades, considera que son y que deben ser los hombres de la ciudad de Córdoba.
A partir de éste cuestionamiento, surgen dos variables, el sexo y las categorías simbólicas que hombres y mujeres de la comunidad, tienen sobre lo que implica ser varón. Es desde aquí que se desprende la pregunta inicial del trabajo.
¿Cuáles son las nociones que hombres y mujeres de clase social media alta de la ciudad de Córdoba, tienen respecto a lo que implica ser varón?
Hipótesis:
- Las opiniones respecto a lo que es ser varón presentan diferencias significativas en la medida que son expresadas por hombres y mujeres.
- Personas del mismo sexo y diferentes edades, presentan opiniones disímiles respecto a lo que es ser varón, influidas por los cambios culturales a los que son sometidas las nuevas generaciones.
- Sujetos de ambos sexos consideran que ser varón está asociado a suministrar o proveer a los demás, los elementos necesarios para garantizar el bienestar de quienes lo rodean.
Objetivos de la investigación:
General:
- Lograr un acercamiento inicial al conocimiento de las nociones que hombres y mujeres de Córdoba, tienen respecto al significado de ser varón.
Específicos:
- Comparar las respuestas suministradas por individuos de ambos sexos.
- Identificar semejanzas y diferencias en las respuestas dadas por sujetos de un mismo sexo, pero de edades diferentes.
- Detectar los mandatos implícitos existentes en las representaciones de las personas indagadas.
Este Trabajo Final de Graduación, orientado hacia lo social, pretende conocer algunas de las concepciones presentes en hombres y mujeres en lo que concierne al significado de ser varón. Es decir que se interesa por indagar acerca de las representaciones sociales que ambos sexos poseen respecto al género masculino. Para ello, se considera "prudente" clarificar primero, entre otras cuestiones, algunas nociones generales de lo que se entiende por sexo, género, estereotipo, prejuicio, representación social y masculinidad.
Frecuentemente sexo y género se sobreponen, pero no son sinónimos. El sexo es lo biológico, lo que hace que un sujeto sea hombre o mujer, macho o hembra. Se nace con el sexo, mientras que el género se va adquiriendo desde los primeros minutos de existencia y continúa durante toda la vida.
"El género se refiere a un status logrado (…) es una función de la socialización que tiene componentes sociales, culturales y psicológicos. El género trasciende el sexo genital para incluir los aspectos del dimorfismo masculino y femenino." Paralelamente, puede entenderse al género como una construcción histórico social. "Como el conjunto de cualidades económicas, sociales, psicológicas, políticas y culturales atribuidas a los sexos". De acuerdo con Alvarez, es el resultado de experiencias directas e indirectas, aprendizajes formales e informales, mediante los cuales las personas desarrollan imágenes, concepciones y percepciones de la masculinidad y la feminidad, que determinan su comportamiento y su modo de relacionarse en un contexto determinado.
Estando éstos conceptos, tan relacionados con el ámbito cultural, es imposible que "escapen" de las modalidades de percepción social de los miembros de una comunidad. Sin dudas, un especialista en la temática es Fisher, quien menciona dos componentes de un mismo proceso, que permiten esquematizar globalmente a la sociedad y que son "elaboraciones mentales aprendidas". Éstos son, el estereotipo y el prejuicio. El primero, es definido como una serie de "categorías descriptivas simplificadas. (…) Son imágenes que se interponen entre la realidad y la percepción, provocando una esquematización. (…) Expresa además el carácter funcional de las representaciones sociales y es un mecanismo de mantenimiento de los prejuicios."
Con respecto al prejuicio, Fisher señala que se trata de "una actitud del individuo que implica una dimensión evaluativa, con frecuencia negativa, con respecto a personas o grupos, en función de su propia pertenencia social." Está "condicionado en primer término por los padres y la escuela. (…) Expresa además el carácter estructural de las representaciones sociales."
El autor agrega que así como se aprende, puede "desaprenderse" hasta desaparecer. Finalmente identifica 3 funciones de ésta modalidad perceptual:
- Diferenciación Social: Es una función discriminativa que se manifiesta en primer lugar, por una modificación de la imagen de sí mismo. Donde las personas tienden a ajustarse, a la percepción que tienen de las expectativas de los demás, respecto de ellos.
- Efecto Pygmalión: Muestra la importancia del poder de las representaciones sociales para cambiar el comportamiento. Interviene en todas las situaciones sociales en las que evaluamos "objetivamente" las cualidades o las realizaciones de otra persona, en función de expectativas que van a su vez, determinada y orientadas positiva o negativamente a su respecto.
- Justificación Social: Los prejuicios funcionan como normas de grupo. Crean un conjunto de actitudes desfavorables con respecto al exterior. El desarrollo de los prejuicios se acompaña de un sentido de superioridad y valoración positiva de sí mismo.
Queda clara la fuerte e intrínseca relación que mantienen los estereotipos y prejuicios con el modo en que las personas organizan el conocimiento de la realidad construida socialmente. Estas formas de organizar la realidad dan lugar a las representaciones sociales, las cuales son definidas por Fischer como "procesos de elaboración perceptiva y mental de la realidad, que transforman los objetos sociales en categorías simbólicas y les confieren un estatuto cognitivo. Dan lugar a una construcción o reconstrucción de la realidad, integrando de manera específica la dimensión psicológica y la dimensión social."
A su vez, el autor describe las características de las representaciones sociales desde dos niveles:
A nivel de la estructuración:
- No es jamás un simple calco, no restituye en su integralidad los datos materiales, sino que los selecciona y los distorsiona, en función del puesto que ocupan los individuos en una determinada situación social.
- Es un mediador de la comunicación social, en la medida en la que ésta se apoya sobre los objetos sociales, para inscribirlos en el sistema social como elementos de intercambio.
- Es un proceso de remodelado de la realidad, en cuanto tiene como finalidad producir informaciones significativas. Se presenta como una nueva captación y una interiorización de los modelos culturales y de las ideologías dominantes que actúan en una sociedad.
A nivel de contenido:
- El contenido de la representación es en primer lugar, cognitivo. Se trata de un conjunto de informaciones, relativas a un objeto social.
- La representación tiene un contenido simbólico. Se refiere a la estructura imaginaria de los individuos y constituye uno de sus modos de expresión de que la realidad.
Finalmente Fisher cita a Moscovici, quien introduce los términos Objetivación y Anclaje, como las funciones de la representación social:
Objetivación:
"Es un mecanismo por medio del cual se produce el paso de elementos abstractos teóricos a imágenes concretas." Este proceso se efectúa mediante tres etapas diferentes:
- En la primera se realiza una la selección de la información. Opera como un filtro que retiene ciertos elementos y rechaza otros. De éste modo los datos seleccionados son separados del contexto teórico que los produjo; y luego son retomados por la persona en una reconstrucción específica.
- En la segunda etapa se construye el esquema figurativo, que es el núcleo mismo de la representación. Se elabora mediante una condensación de los elementos de información y una evacuación de sus aspectos más conflictivos.
- Finalmente en la tercera etapa se genera un proceso de naturalización, donde se produce la concretización de los elementos figurativos, en elementos de la realidad. Moscovici la define como "el proceso de transformación de los elementos. del pensamiento en verdaderas categorías del lenguaje y del entendimiento — categorías sociales, naturalmente apropiadas para ordenar los acontecimientos concretos y recibir consistencia de ellos–. De ésta manera se produce la reestructuración de las ideas básicas en fenómenos objetivos, considerados como realidades evidentes.
Anclaje:
"Designa las modalidades de inserción social y las funciones que de ello se derivan. Comprende tres aspectos esenciales que permiten captar el funcionamiento de la representación social a varios niveles."
- En primer lugar, el anclaje muestra que la representación funciona como un sistema de interpretación; esto se traduce en el hecho de que se atribuirá a una representación un valor de utilidad social, ya que se convierte en un sistema mediador capaz de regular la relación social, proponiendo repertorios, tipologías que servirán para evaluar los acontecimientos y las conductas.
- Otro elemento del anclaje es el sistema de significaciones. Esto se refiere a la existencia de una «red de significaciones» que le son atribuidas a la representación, y que se derivan del sistema de valores producido por la sociedad. La red de significaciones que se pone de relieve, muestra las relaciones que existen entre diferentes elementos y refleja la identidad de los individuos y de los grupos a través de las diversas significaciones presentes en sus representaciones.
- El tercer aspecto del anclaje reside en su función de integración. En la medida en que inserta la nueva representación en sistemas de pensamiento ya presentes. Esta noción de integración permite comprender cómo se lleva a cabo la relación entre un tipo de representación preexistente y la novedad con la que puede verse enfrentado.
Es por todo lo expuesto que se considera relevante conocer las representaciones sociales, que hombres y mujeres de la ciudad de Córdoba, han construido respecto al significado de ser varón. Buscando identificar posibles mandatos o preceptos destinados a "moldear" la identidad masculina. De esta manera se podría hipotetizar acerca de las "presiones" que los hombres deben cargar para ser reconocidos como verdaderos exponentes de la masculinidad actual. Dichos mandatos serían incorporados por los varones durante el proceso ontogénico denominado socialización. Esto abarcaría tanto su fase primaria, como la secundaria. Las cuales son conceptualizadas por Berger y Luckman de la siguiente manera:
- Socialización Primaria: Es la primera por la que atraviesa el individuo. Por medio de ella se convierte en un miembro de la sociedad. Suele ser la más importante para la persona, debido a la gran carga afectiva.
- Socialización Secundaria: Cualquier proceso posterior, que induce al sujeto ya socializado, a nuevos sectores de la comunidad.
Cabe aclarar, que si bien el presente trabajo apunta hacia una reflexión de la problemática masculina, no ignora la existencia de "estigmas sociales" similares para con el género femenino, es por ello que se considera oportuno incluir una reflexión de Guillermo Vilaseca y Delly Beller quienes en su artículo Acerca de lo femenino y lo masculino afirman que "en el modelo tradicional, sobre el varón recae la responsabilidad de ser el "proveedor económico", mientras que sobre la mujer pesa el mandato de "ser madre". Así el varón detenta el poder en el ámbito público, (con sus exigencias de racionalidad, eficacia, éxito, producción) mientras que el de la mujer queda circunscripto al ámbito privado (con sus requerimientos de afectividad, intimidad, disponibilidad, reproducción). Esto forma parte de la construcción de la subjetividad para unos y otras." Álvaro Campos Guadamuz, atribuye este fenómeno al hecho de que "la masculinidad hegemónica requiere también de una feminidad hegemónica. Esto implica la presencia de una mujer al servicio de los otros, sumisa, obediente, dedicada por entero a agradar a su pareja, con baja autoestima, con mucho temor a que la abandonen, muy tolerante, muy dependiente, con deseos de que el hombre la domine y la controle, como señal de su amor por ella y como también como forma de reforzar su propia masculinidad."
Resumiendo, en palabras de Lozoya Gómez, "Lo masculino no es ninguna esencia, el hombre nace y el varón se hace. Las características que solemos identificar como masculinas no son innatas, sino consecuencia de un proceso de socialización que pretende relaciones de dominación entre los sexos. La identidad o mejor dicho, la condición masculina es por tanto un producto social. (…)" Hacerse hombre es un proceso al que está sometido el varón desde la infancia y que implica que debe conocer el esfuerzo, la frustración, y el dolor para ser aceptado como tal.
Ingresando más profundamente en la noción de masculinidad, el Lic. Campos Guadamuz afirma que ésta "(…) es la forma aprobada de ser varón en una sociedad determinada. Es la manera en que se enseña y se dice a los hombres cómo tienen que comportarse, qué tienen que pensar y cómo tienen que manejar sus sentimientos. Son mensajes, encargos, mandatos y roles que los varones aprenden desde que nacen." De acuerdo con esto, si el hombre no quisiera ser "juzgado", debería cumplir éstos encargos y adecuarse al ideal cultural creado en la sociedad en la que vive.
Diversos autores subrayan que la masculinidad se construye de manera permanente bajo la mirada evaluativa de quienes rodean al varón, y la hombría se expone como medio de aprobación, de otros hombres y mujeres, quienes valoran el desempeño. Según el Lic. Guillermo Vilaseca "cada hombre construye su subjetividad a partir de los modelos que el entorno en el que se encuentra inserto le provee. Estos modelos van a favorecer el desarrollo de ciertos aspectos y la inhibición de otros comportamientos y deseos, determinando formas de vivir, gozar, sufrir y hasta morir." Este autor, además menciona que hoy suele decirse que ser varón está ligado a saber, poder, tener; ser importante, sentirse orgulloso y confiado de sí mismo. Todas cualidades con un denominador común: la potencia.
Ahora bien, esta especie de "héroe" o "Súper Papá"- para los casos de paternidad- cargado de energía que tiene que realizar conquistas exitosas, con un cuerpo que debe resistir todo, en numerosas ocasiones se encuentra en contrariedad con las propias posibilidades de concretarlo. Lo cual generaría en muchas oportunidades la sensación de no cumplir con las "obligaciones", que estarían relacionadas fundamentalmente con el mandato de proveer y proteger a los demás. Es como que las características que tradicionalmente sirvieron para definir a los varones, se estarían volviendo en contra de ellos. En palabras de Michael Kaufman, "las formas en que los hombres hemos construido nuestro poder social e individual son, paradójicamente, fuente de un enorme temor, aislamiento y dolor para nosotros mismos. Si el poder se construye como la capacidad para dominar y controlar, si la capacidad de actuar de maneras "poderosas" requiere de la construcción de una armadura personal y de una distancia temerosa de los otros, si el propio mundo del poder y privilegio nos aparta del mundo de la crianza y la educación infantil, estamos creando hombres cuya experiencia de poder está plagada de problemas paralizantes."
Basándose en lo hasta aquí expuesto, el presente trabajo se plantea un primer interrogante:
¿Cuándo se es un "buen" varón?
Las concepciones sociales sobre masculinidad suelen marcar que siempre se podría ser más hombre. Es como que nunca se fuera suficientemente varón o como que hay que estar permanentemente reafirmándolo. El riesgo a la desvalorización es constante. Para toda persona aquello que afecte su autovaloración es vivido como un ataque a la integridad, a su identidad. Para el varón, la vulnerabilidad, la falta de reconocimiento, la dependencia, son poco tolerables. El periodista y escritor argentino Sergio Sinay atribuye esta tendencia al hecho de que a los varones desde el momento en que nacen se les brinda una crianza basada en un modelo machista que les indica de qué manera deben comportarse para "ser hombres" y de esa forma ser aceptados en la sociedad como tales. Éste modelo se puede percibir, por ejemplo, en los juguetes que reciben a lo largo de la niñez (autos, armas, soldados, indumentaria de guerra, etc.). Todos elementos impregnados con una fuerte carga que remite al denominador precedentemente explicitado: potencia. Al cual podrían agregársele algunos otros como competencia, protección, actividad, frialdad, agresividad, invulnerabilidad, fuerza, etc.
Es así que para ser "buenos" varones, los hombres deberían exhibir su masculinidad con actos de coraje, audacia, intrepidez, bravura, y poderío y no demostrar debilidad física ni emocional. Deben exponer en forma permanente que cumplen con los mandatos y encargos sociales, que son fuertes, poderosos y agresivos, y que no son mujeres. La mujer y lo femenino representa el límite, la frontera de la masculinidad, el que pasa la transgrede, se expone a ser calificado de poco hombre. La frase citada al comienzo del trabajo: "Los niños no lloran" y subsecuentemente, "Los hombres no lloran", es un claro ejemplo de la necesidad de acreditar la masculinidad, a costa de restringir las reacciones emocionales espontáneas y acordes a determinada situación. El especialista norteamericano Michael Kimmel, presenta lo que él denomina una definición hegemónica de la masculinidad: "sólo existe un hombre ideal, completo y orgulloso de sí mismo, joven, casado, blanco, urbano, heterosexual, padre, con educación universitaria y empleo de tiempo completo, buena complexión física, peso y estatura y un récord deportivo reciente. El hombre que no pase cualquiera de estos requisitos se verá a sí mismo como devaluado, incompleto e inferior"
Como ha quedado expuesto, ésta investigación tiene como eje conocer la influencia que las personas que rodean a los varones, ejercen sobre ellos. Esto abarca a los propios hombres y también a las mujeres. Es por ello que a esta altura del trabajo se intentará realizar un esbozo introductorio acerca del papel que desempeña el género femenino en la masculinidad de los varones. Para ello se recurre a uno de los principales referentes del estudio de los varones en Argentina. Sergio Sinay al hablar de "La debilidad de los héroes" cita al Dr. Frank Pittman y sostiene que los varones "(…) Necesitamos a las mujeres por muchas razones: para que nos cuiden, para que sean las madres de nuestros hijos, para que nos ubiquen en la realidad. (…) Principalmente las necesitamos para afirmar nuestra masculinidad. Ellas pueden ayudamos a eso respondiendo sexualmente, asegurándonos que somos fuertes y poderosos y amándonos y alimentándonos como recompensa por ser suficientemente masculinos."
Siguiendo con S. Sinay, el autor agrega que los varones necesitan a las mujeres para desempeñar su rol de proveedores y protectores, ya que de acuerdo a la educación que éstos recibieron, ellos no necesitan resguardo, abrigo, provisiones, apoyo, etc. Es decir que necesitan a las mujeres para que los completen, para que les devuelvan el reflejo de su propia identidad.
La segunda pregunta que surge en éste punto sería:
¿Cuál es la Identidad Masculina?
Lozoya Gómez afirma que "cuando hablamos de identidad masculina nos estamos refiriendo inevitablemente al concepto de identidad de genero, es decir, a las características adjudicadas a la masculinidad, en un momento histórico, o geográfico, y en un contexto cultural y social determinado." Éste fenómeno es atribuido a que "la masculinidad se construye mediante la negación de las características que se consideran femeninas (demostrar sentimientos, sensibilidad, verbalizar las emociones). Por este desfase (…) los varones deben realizar grandes esfuerzos a lo largo de su vida por conservar su masculinidad despejando toda duda".
Retomando a Lozoya Gómez, para finalizar se mencionarán tres de las características que son presentadas por el autor como propias del proceso de construcción de la identidad masculina. Estas son:
- "El Aislamiento: Una de las claves de la educación masculina. Desde pequeños a los varones se les enseña que si son hombres, tienen que poder arreglárselas solos. (…) Este recurso tiene como contrapartida hacer más dolorosa cualquier angustia por el hecho de no poder compartirla. (…) Es frecuente en los hombres, la sensación de no poder o no saber compartir:"
- La Competición: Los varones desde que nacen, son educados para triunfar. "Los niños son entrenados para que desarrollen su lado "activo" (valentía, agresión, competitividad) y repriman sus tendencias "pasivas" y emocionales."
- El Valor: "Se les supone, al tiempo que se les exige reiteradamente demostrarlo. Hay que evitar que se note el miedo, el temor de ser humillado delante de otros hombres (el hombre imaginario o "el otro" mejor que yo)."
Otro aspecto de importancia en la construcción de la identidad masculina es la sexualidad:
Un tema recurrente en la literatura sobre sexualidad es que los hombres asocian niveles altos de actividad sexual con la masculinidad, valoración que está sustentada en el modelo hegemónico de masculinidad. De acuerdo con La Red de Masculinidad de Chile, "los estudios realizados indican que entre los hombres, cualquiera sea su condición, está ampliamente presente la idea de que el deseo sexual es un instinto, que no lo pueden controlar.
La mayoría de los autores plantean que los varones ven al sexo como una manera de confirmar su identidad como hombres. "La adecuación sexual masculina es la combinación de ser como un roble que no siente nada y buscar sexo continuamente, buscar continuamente situaciones en las que reafirmen su masculinidad."
Investigaciones sobre sexualidad masculina y masculinidad señalan que los varones asocian al sexo con la posibilidad de satisfacer el deseo instintivo con una mujer, y es visto por los varones como una reafirmación de su masculinidad ante ellos mismos y para ser mostrada a los otros hombres. Esto es especialmente válido en la primera relación sexual, que tiene carácter iniciativo en los varones, un rito a cumplir para lograr ser un varón aceptado por los demás hombres adultos.
De esta manera se considera que ha quedado reflejado que en diferentes órdenes de la vida como hombre, los varones deben ir demostrando permanentemente de qué son capaces. Cuáles fueron sus últimas conquistas en diversos ámbitos. Deben ir reafirmando su identidad frente a los demás, pero principalmente frente a si mismos.
Este trabajo final de graduación, acuerda con el hecho de que el varón posee ciertos privilegios por pertenecer a un grupo dominante dentro de la sociedad, pero asimismo se encuentra con ciertos déficits y/o "contraindicaciones" derivadas de mantener esa posición. Las inseguridades personales conferidas por la incapacidad de pasar las "pruebas de hombría", o simplemente por la amenaza del fracaso, son suficientes para llevar a muchos hombres, a un torbellino de miedo, aislamiento, ira, autocastigo, autorrepudio y agresión. Generando en muchos casos, muertes súbitas, accidentes, ejercicio impulsivo de la violencia, y aislamiento entre otras consecuencias explicitadas previamente.
Con este Trabajo Final de Graduación se pretende plasmar gráficamente las impresiones que adultos jóvenes y mayores de "clase social media alta" tienen respecto a lo que implica ser varón. Es por ello que se dividieron las muestras de hombres y mujeres en 2 rangos etarios. El primero está conformado por sujetos cuyas edades se encuentran entre los 20 y los 40 años. Mientras que el segundo grupo cuenta con personas de entre 41 y 60 años. Dicha separación responde a la presunción de que las personas, mientras más edad tienen, percibirían con mayor fuerza la carga de la responsabilidad y el rol impuesto por los varones. Así como también el ingreso en el mundo laboral, la formación de una familia y la llegada de los hijos, influirían en la noción de masculinidad de los individuos.
Con la finalidad de tener un mejor acceso a los esquemas referenciales de los interlocutores, el presente trabajo, operativamente se divide en 2 partes. Un primer momento consistente en un diseño de tipo exploratorio. Secundado por uno de tipo descriptivo.
Con la primera parte, se busca lograr un acercamiento inicial a la problemática, es por ello que se optó por la administración de entrevistas semiestructuradas que permitan conocer en profundidad la posición que mantiene cada sujeto entrevistado, con la temática de la investigación. A partir de la información recolectada se establece como objetivo principal, identificar los indicadores representativos, que permitan construir un nuevo instrumento de recolección de datos que se aplicará en el segundo momento previamente mencionado.
En cuanto al instrumento seleccionado para la fase exploratoria, José Bléger identifica a la entrevista como "el punto de interacción ente la ciencia y las necesidades prácticas". Y la define como "(…) una técnica de investigación científica de la psicología", agregando que "(…) una utilización correcta de la entrevista integra en la misma persona y en el mismo acto, al profesional y al investigador".
Paralelamente, Selltiz describe a la entrevista como uno de los métodos más importantes para recabar datos. Sostiene que éste instrumento, puesto que "el entrevistador y el entrevistado están presentes los dos, al mismo tiempo que las preguntas son formuladas y contestadas, ofrece la oportunidad de una mayor flexibilidad para conseguir la información; además, el entrevistador tiene la oportunidad de observar al sujeto y al mismo tiempo, al conjunto de la situación en que se halla contestando". Otra ventaja que éste autor encuentra en la entrevista al compararla con el cuestionario, es la posibilidad de que el entrevistador observe "lo que dice" el entrevistado y "cómo lo dice".
En cuanto a la entrevista semiestructurada o también llamada entrevista estandarizada abierta, puede mencionarse que permite realizar preguntas de "final abierto" con la intención de dar al entrevistado una mayor libertad en sus respuestas. Evitando de este modo limitar al informante a que elija entre una serie de "alternativas preestablecidas".
Dentro de las entrevistas semiestructuradas, para el presente trabajo, se adopta la denominada "entrevista clínica" cuya característica principal es que está orientada a conocer los "sentimientos o motivaciones ocultos, o el curso de las experiencias vividas por el individuo". A su vez, para la presente investigación se selecciona a "quizá el tipo más común de entrevista clínica", la entrevista de "historia personal", que como su nombre lo indica, radica en conocer aspectos específicos de la historia individual de un sujeto.
Las últimas palabras del párrafo anterior hacen referencia a una característica fundamental de la investigación de tipo cualitativa, propia de éste momento exploratorio del trabajo. Por medio de ésta, se busca entender el punto de vista del actor social. Es decir, prioriza el entendimiento de la persona, por sobre el de la población, es por ello que permite reivindicar la importancia de la particularidad por encima de la generalidad. De acuerdo con González Rey "La epistemología cualitativa se apoya en tres principios (…):"
- El conocimiento es una producción constructiva – interpretativa: Implica que su carácter interpretativo responde a la necesidad de comprender el sentido de las expresiones del sujeto estudiado. La interpretación implica integración, reconstrucción y presentación de indicadores obtenidos en la investigación. "La interpretación es un proceso diferenciado que da sentido a diferentes manifestaciones de lo estudiado y las convierte en momentos particulares del proceso general, orientado a la construcción teórica del sujeto, sea en su condición de sujeto social, como puede ser la familia, la comunidad, la escuela, o de sujeto individual.·"
- El carácter interactivo del proceso de producción del conocimiento: Este apartado pondera que las relaciones entre investigador e investigado son condición necesaria para éste tipo de investigaciones, ya que considera a lo interactivo como una "dimensión esencial" del proceso de producción del conocimiento en fenómenos humanos. "Desde la perspectiva epistemológica, el principal escenario de la investigación son las relaciones investigador – investigado y las relaciones de los sujetos investigados entre sí (…)".
- La significación de la singularidad como nivel legítimo de la producción del conocimiento: Este ítem está relacionado con lo mencionado anteriormente acerca de la importancia de reivindicar lo particular por sobre lo general. Es por ello que "el conocimiento científico, desde el punto de vista cualitativo, no se legitima por la cantidad de sujetos estudiados, sino por la cualidad de su expresión."
Continuando con el desarrollo operativo de la metodología, como se mencionó al comienzo, una vez finalizado este primer paso exploratorio, tuvo lugar un momento descriptivo. Mediante el cual se intentó realizar "la descripción, con mayor precisión, de las características de un determinado individuo, situación o grupo". De esta forma se buscó retratar de la manera más gráfica y precisa posible cuál es el significado de ser varón, según hombres y mujeres de Córdoba capital.
Éste tipo de diseño, está vinculado con la investigación cuantitativa, la cual busca cuantificar los datos mediante la aplicación de una o más formas de análisis estadístico, teniendo como finalidad principal, medir y exponer gráficamente los resultados obtenidos. "En general, el desarrollo actual de la investigación cuantitativa se caracteriza por la hegemonía de la descripción, la clasificación de los datos y la caracterización de los objetos empíricos."
La técnica básica de este tipo de investigación es la encuesta. La cual en éste trabajo, se aplicó de manera única y por escrito, lo que permitió obtener un registro más fidedigno de los datos recolectados. A su vez el instrumento seleccionado para recabar la información fue el cuestionario. El cual, de acuerdo con Quivy es una de las herramientas característica de la "observación indirecta". Definiendo a ésta, como el caso en que "el investigador se dirige al sujeto para obtener la información (…). Al responder a las preguntas, el sujeto interviene en la producción de información, (…) por lo tanto es menos objetiva". También de la mano de éste autor se rescata la definición de cuestionario. El cual es conceptualizado como "un conjunto de preguntas que contienen todos los indicadores de todos los conceptos incluidos en las hipótesis". Cabe agregar que las preguntas que lo componen son de tipo cerrada, es decir que no permiten la libre expresión del sujeto investigado. Pero a su vez, "la pregunta cerrada tiene la ventaja de centrar la atención del interrogado en la dimensión exacta del problema en que está interesado el investigador."
Finalmente, y para dar cierre al aspecto metodológico, se mencionará el criterio muestral desarrollado en la presente investigación.
Para seleccionar los sujetos que formaron parte de la muestra, se utilizó un muestreo de tipo no probabilístico o también llamado por Sampieri, muestreo dirigido, el cual supone "un procedimiento de selección informal", cuya principal ventaja es el permitir una "cuidadosa y controlada elección de sujetos con ciertas características especificadas previamente en el planteamiento del problema". Es por ello que tanto para el primero como para el segundo momento del trabajo se consideró pertinente adoptar la denominada muestra por conveniencia, la cual permitió al investigador, seleccionar los sujetos a interrogar, en la medida de que coincidieran con los "requerimientos básicos" delimitados en las etapas precedentes del presente proyecto.
Cabe aclarar que para el momento inicial o exploratorio, se ha convenido aplicar la entrevista semidirigida a 3 sujetos de cada grupo muestral. Es decir, 3 hombres cuyas edades oscilen entre los 20 y los 40 años. Y 3 hombres ubicados entre los 41 y 60 años de edad. Manteniéndose el mismo criterio para las mujeres. De ésta manera se obtuvo un conocimiento profundo de las representaciones sociales, los prejuicios y los estereotipos de cada uno de los delegados de los grupos muestrales. Pudiéndose así, extraer indicadores precisos que permitan medir las variables deseadas.
Posteriormente, en la fase descriptiva se implementó un muestreo por cuotas, donde se administró el cuestionario a 30 sujetos por grupo, lo que brindó un total de 120 casos en total.
Para la elaboración del mencionado cuestionario de seleccionaron frases mencionadas por las personas entrevistadas. Para ello, se escogieron aquellas que respondían a las a las variables que se buscaron medir.
Definición conceptual y operacional de las variables.
La opinión general acerca de los sexos, permite conocer cuál es el indicador que la persona indagada selecciona para referirse a uno y otro sexo. De esta manera es posible deducir la escala jerárquica que forma parte de la representación social que el sujeto posee sobre cada sexo y género. Pudiendo así identificar aquellos elementos que los sujetos consideran como representativos de uno y otro sexo, lo que a su vez permitiría deducir qué es lo que se espera, o lo que se considera una conducta "normal" de los hombres y las mujeres.
La opinión de los sexos en el nivel físico permite reconocer las cualidades que las personas atribuyen como características propias de cada uno de ellos. De esta manera pueden reconocerse los estereotipos presentes en relación a las actividades propias de cada sexo, en virtud de la fuerza, la coordinación motora y/o la resistencia, por ejemplo.
La opinión de los sexos en el nivel emocional abarca aspectos que van desde la capacidad o disposición para sentir las emociones, hasta la mayor o menor expresión de las mismas. Conocer qué es lo que los distintos hombres y mujeres piensan de uno y otra respectivamente en éste aspecto, permite identificar algunos de los estereotipos y prejuicios existentes en nuestra sociedad, tendientes a fomentar o restringir determinadas manifestaciones anímicas para ambos géneros.
La opinión de los sexos en el nivel de las relaciones sociales brinda información sobre los vínculos permitidos y prohibidos culturalmente, para cada sujeto. A su vez también permite vislumbrar cómo los varones y las mujeres perciben el modo en que uno y otra, se relacionan con sus pares. Dejando así, entrever los distintos mecanismos que actúan al momento de establecer contacto con los demás.
Con respecto a las obligaciones exclusivas de los hombres, como se mencionó anteriormente, permiten identificar posibles mandatos o preceptos destinados a "moldear" a los varones. De esta manera se podría hipotetizar acerca de las "presiones" que los hombres deben cargar para ser reconocidos como verdaderos exponentes de la masculinidad actual.
La opinión acerca de cómo los hombres se relacionan con su trabajo, brinda datos importantes para conocer de qué modo éstos asumen su responsabilidad laboral. Además permite ver cómo las diferentes generaciones perciben la, ya no tan tradicional, exclusividad masculina a la hora de trabajar fuera del hogar.
En cuando a la sexualidad masculina, se la considera un área importante de indagación, ya que como se mencionó en el marco teórico, se trata de un ámbito en el que los varones "ponen en juego" su masculinidad, y donde el temor al fracaso es fuente de temores e inseguridades, muchas veces no reconocidas.
Conocer las concepciones respecto de cómo los hombres se relacionan con su pareja, otorga una perspectiva importante acerca del lugar que las mujeres sienten que los varones les confieren. A su vez induce a los propios hombres a realizar una mirada introspectiva acerca de la modalidad propia y la generalizada de vincularse con el sexo opuesto a través de un vínculo dual.
Finalmente, mediante la exploración de la relación paterna-filiar, se pretende conocer cómo se relaciona el varón con sus hijos. De esta manera se busca identificar el tipo de vínculo que los hombres establecen con sus hijos, así como también conocer qué es lo que se espera de ellos como padres, es decir el rol que socialmente se les atribuye a los varones con hijos.
A continuación se realizará la presentación de los instrumentos utilizados para recabar los datos de la investigación. En primer lugar se presentan las preguntas que guiaron las entrevistas, y luego se detalla el cuestionario auto administrado.
Posteriormente, en el análisis de los datos, se presenta una grilla en la cual se realiza un ordenamiento de las respuestas dadas por las personas entrevistadas, de acuerdo al sexo y a la edad, seguida por el análisis de las mismas, propiamente mencionado.
Presentación de los instrumentos de recolección de datos:
Entrevista:
Área 1: Descripción general del entorno familiar y laboral:
- Datos personales.
- Edad.
- Estado civil.
- Datos familiares.
1.2.1– ¿Con quién vive?
1.2.2 – Nº de hijos.
1.3 – Datos laborales.
1.3.1 – Profesión y/o ocupación.
Área 2: Opinión acerca de los sexos
2.1– Opinión de los hombres y mujeres en general.
2.2 – ¿Cómo son los hombres y las mujeres en el nivel físico?
2.2.1 – Cuidado y manejo del cuerpo.
2.3 – ¿Cómo son los hombres y las mujeres en el nivel emocional?
2.3.1 – Demostración de las emociones.
2.4 – ¿Cómo son los hombres y las mujeres en el nivel de las relaciones sociales?
2.4.1 – Capacidad de relacionarse con la gente.
Área 3: Concepción sobre los varones:
3.1 – Deberes u obligaciones exclusivas de los hombres.
3.2 – Derechos exclusivos de los hombres.
3.3 – Relación de los hombres con el trabajo.
3.3.1 – Exigencia y dedicación.
3.4 – Relación de los hombres con la pareja.
3.4.1 – Demostración del afecto.
3.5 – Relación de los hombres con los hijos.
3.5.1 – Demostración del afecto.
3.5.2 – Rol en la crianza.
Cuestionario:
El presente cuestionario es de carácter anónimo. El uso que se dará a la información suministrada es exclusivamente académico – investigativo.
La modalidad de la respuesta está dada por su nivel de acuerdo o desacuerdo con las afirmaciones expuestas. Para ello deberá colocar una cruz en el recuadro que considere más conveniente para cada oración. Las opciones posibles son:
Totalmente de acuerdo (T.A) – Acuerdo (Ac)- Desacuerdo (Des)- Totalmente en desacuerdo (T.D).
Por favor coloque solo una cruz a cada afirmación.
Sexo: Š H Š M
Edad: ……………
Ocupación: ………………… Cantidad de hijos:……………
Muchas gracias por su participación.
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