Descargar

Che, su concepción del trabajo y la conquista del pleno empleo en Cuba (página 2)

Enviado por lemes


Partes: 1, 2

EL CHE Y SU CONCEPCIÓN DEL TRABAJO

Al triunfo de la Revolución casi la tercera parte de la población laboral en Cuba es analfabeta y están desempleadas unas 700 mil personas en edad laboral de las cuales más del 45% corresponde a las áreas rurales.

Con rasgos económicos de país monoproductor (de azúcar), con un mercado de exportación e importación determinante (Estados Unidos), y una gran dependencia del comercio exterior, a partir de la aprobación de la Ley de Reforma Agraria, en mayo de 1959, arrecian las agresiones económicas de los gobiernos de la nación norteña contra Cuba con el objetivo de destruir a la Revolución.

Estas acciones influyen en la política de desarrollo económico y en la estrategia de industrialización que debía adoptar el país. Ernesto Che Guevara comprende la necesidad de resolver el gran problema social del empleo.

La importancia de ello la resume cuando dice: "Los dos problemas económicos principales a que se enfrenta la Revolución cubana en sus primeros meses, son el desempleo y la escasez de divisas. El primero entrañaba el aspecto político más agudo, pero el segundo era muy peligroso dada la dependencia enorme de Cuba con respecto al comercio exterior. Se puede decir que estos son los primeros puntos que enmarcan la política económica del gobierno revolucionario."

Para Ernesto Che Guevara una de las tareas más importantes en el período de transición al Socialismo, a realizar simultáneamente con la socialización de la propiedad sobre los medios de producción, es la creación de una nueva actitud ante el trabajo.

Plantea que con la abolición de la propiedad privada sobre los medios de producción surge la propiedad socialista que determina y condiciona la existencia de otro modo completamente distinto al capitalista y logra la unión no antagónica de las fuerzas de trabajo con los medios de producción, así como el carácter del trabajo bajo un nuevo principio, la eliminación de la explotación del hombre por el hombre.

Para el Che, la fuerza de trabajo deja de ser una mercancía y el trabajo adquiere objetivamente el contenido de relaciones de ayuda mutua y compañerismo. El trabajo se comienza a realizar no sólo en interés individual, sino colectivo y social. También asume que la socialización de los medios de producción sobre la propiedad privada no basta para provocar un cambio en los individuos, cambios que necesariamente serán largos y que no se puede aspirar a que sean completos en un corto período en los cuales el trabajo ha de ser lo que todavía es hoy, obligatoriedad compulsiva social, para transformarse en una necesidad social.

El Che comprende que bajo el capitalismo, la clase trabajadora se ve obligada a luchar colectivamente mediante huelgas, manifestaciones y ocupaciones, etc., para obtener conquistas laborales y defender sus intereses ante el ataque armado de los patronos y de los que defienden sus intereses.

El papel decisivo de la clase obrera en la revolución social surge debido a la conciencia colectiva de clase que se desarrolla en los centros de trabajo, que le permite preparar las bases para la gestión y control democrático colectivo de la sociedad. Esto sienta las bases para establecer una democracia obrera que inicie la tarea de construir el socialismo.

Al incorporar en su programa socialista los intereses de otros sectores explotados de la sociedad, la clase trabajadora puede ganar su apoyo para llevar adelante la revolución y derrocar el capitalismo. Así, el proletariado juega el papel dirigente en la revolución y en la construcción del socialismo.

De ahí que Ernesto Che Guevara ve en el marxismo la ideología que, a la vez que defiende el papel dirigente de la clase trabajadora en la revolución socialista, también reconoce la importancia de la lucha en el campo, especialmente entre los jornaleros y los sectores más pobres del campesinado.

Un programa marxista revolucionario apoyaría dichas luchas en el campo y daría los pasos para incorporarlas al movimiento obrero en las ciudades. No obstante, jugarían un papel auxiliar del movimiento en las ciudades.

En su pensamiento, labor cotidiana y prédica, Ernesto Che Guevara patentiza con particular relevancia su criterio acerca de la necesidad de lograr el desarrollo de los valores entre los seres humanos.

Sus planteamientos al respecto estuvieron avalados en primera instancia por la fuerza tremenda que emana de su ejemplo. Che no dice nada que no fuera capaz de hacer de forma constante. Gran importancia le concede, por ejemplo, a la motivación, y en su obra "El Socialismo y el Hombre en Cuba", publicada en 1965 en un semanario de Montevideo, asevera que el revolucionario está guiado por grandes sentimientos de amor. Y resalta al respecto: "Es imposible pensar en un revolucionario auténtico sin esta cualidad."

Teniendo en cuenta este pensamiento, Che hace un análisis de la sociedad cubana y la participación de los individuos en el desarrollo de la construcción del socialismo, y llega a la conclusión de que la Revolución se hace a través del hombre, pero el hombre tiene que forjar día a día su espíritu revolucionario.

Él supo reflejar ese espíritu revolucionario en los escenarios donde lucha, en los campos y centros de producción en los que realiza jornadas de trabajo voluntario, en las instituciones y organismos donde tuvo grandes responsabilidades, en las tribunas internacionales donde combate con su palabra en defensa de la causa de los pueblos del Tercer Mundo y en las tierras del mundo en que, consecuente con sus principios internacionalistas, da su contribución al combate por la verdadera y definitiva independencia de otros pueblos.

Mucho antes de escribir "El Socialismo y el hombre en Cuba" ya el Che hace reflexiones profundas en torno a cómo lograr el desarrollo de la sociedad y el papel de los hombres, y en este sentido hizo referencia a la importancia del trabajo y a cómo éste debía verse en el período de construcción de la sociedad socialista.

El Che plantea que tocaba analizar las tareas de nuestro trabajo y analizarlas abiertamente tratando de ver todos los errores que hay, la razón de por qué se producen para mejorarlos; es decir, que la autocrítica era muy necesaria para lograr una mejor calidad productiva, dándole gran importancia al aprovechamiento de la jornada laboral, así como a la disciplina que la misma requería.

Así da este ejemplo de revolucionario, internacionalista, hombre combativo y moral sus concepciones acerca de cómo se puede lograr un futuro mejor basado en las concepciones más profundas del trabajo, como fuerza capaz de hacer crecer el entorno donde vive.

Es por eso que manifiesta: "El trabajo contribuye, pues, con sus frutos a dar la producción y, además, el trabajo ejercido día a día con entusiasmo creador, desarrolla en todos nosotros la conciencia del Socialismo; productividad, más producción, conciencia, eso es la síntesis sobre la que se puede formar la sociedad nueva."

Y agrega, "El trabajo, punto central de la actividad humana, de la construcción del Socialismo, el trabajo, (…) está determinado también –en su eficacia– por la actitud que se tenga hacia él (…) El trabajo debe ser una necesidad moral nuestra; el trabajo debe ser algo al cual vayamos cada mañana, cada tarde o cada noche, con entusiasmo renovado, con interés renovado. Tenemos que aprender a sacar del trabajo lo que tiene de interesante o lo que tiene de creador, a conocer el más íntimo secreto de la máquina o del proceso en el que nos toca trabajar."

Una de las mayores dificultades que confronta entonces la Revolución en sus primeros años era el bajo nivel de calificación de los trabajadores; por eso el Che insiste en elevar la capacidad y calificación técnica y cultural de los mismos como requisito para el avance en la construcción de la nueva sociedad.

Parte de su quehacer está dirigido a la labor de convencimiento de la necesidad de la calificación de la fuerza de trabajo en el desarrollo del socialismo, dado que el bajo desarrollo de las fuerzas productivas cubanas impedía que los trabajadores la sintieran conscientemente.

La capacitación constituye uno de los principios y uno de los pilares fundamentales del sistema. Por eso asegura que: "Nosotros hemos puesto un énfasis especial en este aspecto (…) de la capacitación del individuo como requisito indispensable para que se reconozca su esfuerzo y para que alcance niveles salariales más altos".

Y agrega en otro de sus discursos: "Pero al mismo tiempo seguir estudiando todos los problemas de la economía y de la práctica revolucionaria que fortalecen su ideología. Ustedes se han abierto ahora al estudio (…) y deben seguir por ese camino, y deben seguir siendo el motor que impulse a todo el colectivo donde ustedes trabajen en las tareas de capacitación."

En su obra, la capacitación del hombre tiene un papel decisivo en las dos direcciones fundamentales de su formulación socialista: la producción y la conciencia. Sin capacitación no es posible el desarrollo de una industria fundada en los adelantos científico-técnicos, ni el surgimiento de la conciencia socialista.

Por eso entiende la capacitación como una actitud social e individual. Para el Che, la superación del hombre como miembro de un colectivo y de la sociedad entendida como una totalidad orgánica de individualidades. Por ello expresa: "Y comenzamos (…) el camino de la industrialización. En este momento el papel de la clase obrera se hace definitivo. O la clase obrera comprende perfectamente todos sus deberes y toda la importancia de este momento, o no la comprende y la industrialización será otro más de los tibios intentos hechos en América para salvarse del yugo colonial."

El Che reconoce que la clase obrera debe conocer, cada vez con mayor hondura, las leyes económicas que rigen esta nueva formación económico-social y, sobre tal base, organizar y desarrollar la economía, con arreglo a las exigencias de distintas leyes. Para ello, los trabajadores deben permanentemente incrementar los conocimientos requeridos. A su vez, la propia participación de los trabajadores en la dirección constituye un factor educativo. Che advierte que la clase obrera tiene que ir preparándose para alcanzar su función de dirección en el menor plazo posible.

Al analizar los aspectos e ideas de la construcción del socialismo planteadas por el Che es imprescindible señalar que en su teoría él es consciente que sin la formación del hombre nuevo no es posible arribar a esa sociedad.

Por eso sintetiza su concepción del comunismo como meta de la humanidad que se alcanza conscientemente; luego, la educación, la liquidación de las tareas de la sociedad antigua en la conciencia de las gentes es un factor de suma importancia, sin olvidar claro está, que sin avances paralelos en la producción no se puede llegar nunca a tal sociedad.

Enfatiza que se debe crear conciencia socialista mediante la incorporación de los trabajadores a todas las tareas prácticas de la nueva sociedad, en centros de estudio, técnicos, intervención en la planificación de la economía. Considera necesario la intervención consciente de la clase obrera en el desarrollo industrial.

Ernesto Che Guevara fue el promotor del trabajo voluntario en Cuba, entendido éste como un factor económico y moral, un elemento importante del sistema de dirección económico. Sobre esta importante tarea señala: "porque el socialismo en esta etapa de construcción de socialismo y comunismo, no se ha hecho simplemente para tener nuestras fábricas brillantes, se está haciendo para el hombre integral; el hombre debe transformarse conjuntamente con la producción que avance, y no haríamos una tarea adecuada sí solamente fuéramos productores de artículos, de materias primas y no fuéramos a la vez productores de hombres".

En esta labor el trabajo voluntario tiene un valor incalculable. Lenin es el primero que se percata de ello, y lo deja plasmado en su artículo: "Una gran iniciativa".

Las nuevas relaciones sociales, la nueva actitud ante el trabajo, una nueva disciplina laboral consciente y libre de los trabajadores, la creación de un tipo elevado de organización social del trabajo que conjugue los adelantos científico técnicos con la agrupación de los trabajadores conscientes, el incremento de la productividad del trabajo y la importancia de la emulación socialista hacen posible el surgimiento y desarrollo del trabajo voluntario.

El pensamiento del Che es un desarrollo lógico del pensamiento de Marx, Engels y Lenin; constituye un rico manantial de ideas y soluciones, de fórmulas socialistas para la construcción de la nueva sociedad, y éste es un ejemplo fehaciente. Para el Che el trabajo voluntario es el que se realiza fuera de las horas normales de trabajo sin percibir remuneración económica adicional. El mismo puede realizarse dentro o fuera de sus centros de trabajo.

El trabajo voluntario contribuye también paulatinamente a que en el tiempo se genere una identidad y sentido de realización individual con la tarea laboral cotidiana; tiene importancia económica y, en su desarrollo, los trabajadores rompen los records de productividad alcanzados en las jornadas de trabajo habituales.

La gran importancia que Che le atribuye al trabajo voluntario radica en su papel en la educación comunista, al considerarlo que "este constituye una escuela creadora de conciencia, es el esfuerzo realizado en la sociedad y para la sociedad como aporte individual y colectivo y va formando esa alta conciencia que nos permite acelerar el proceso de tránsito. El trabajo voluntario es parte de una tarea educativa".

Pero el Che no sólo se preocupa por la definición teórica y la importancia de esta modalidad de trabajo, sino que dedica iguales esfuerzos a su organización, instrumentación, modalidades, control y desarrollo. Para el Guerrillero Heroico la buena organización es el elemento primordial del mismo. Lucha para que no se perdiera tiempo en éste; destaca que se trabaja voluntariamente no con el propósito de quemar energías físicas sino de incorporarlas a un trabajo que rinda algo y que sirva de formador de conciencia; insiste en que había que llevarlo a la masa con organización y contenido para que las personas se sintieran útiles, es decir, que la identificación del hombre con el trabajo, era algo que había que conseguir, que había que organizar.

Como modalidades del trabajo voluntario acepta el trabajo productivo e industrial y agrícola; trabajo de enseñanza educativa no remunerada; trabajo técnico, entendido como las brigadas que se crean en un momento determinado para realizar una tarea específica.

El Che no concibe que se pudiera realizar en un centro laboral trabajo voluntario en una tarea en la que no se hubiese cumplido antes la norma de trabajo, al considerar que el mismo se desnaturaliza y se distorsiona cuando se enmascara la ineficiencia de los cuadros y la indisciplina de los trabajadores; no concebía que se pudiera incumplir la norma de trabajo y luego con trabajo voluntario tapar la falta de exigencia y la indisciplina.

Para el Che tiene más importancia la formación del hombre, que el resultado de la faena realizada en el trabajo, ya que para él el hombre debía sentir la necesidad de trabajar voluntariamente como algo interno y apoyado por su ambiente, preocupándose por los sistemas que motivan al hombre a dar lo que se espera que entregue a la sociedad.

En la formación de la nueva conciencia laboral y del trabajo comunista deben desempeñar un papel trascendental la emulación y el trabajo voluntario.

El trabajo voluntario como expresión genuina de actitud comunista ante el trabajo fue promovido por el Che, consciente en su potencial formativo. Por esa razón, expresa: "Lo importante es que una parte de la vida del individuo que se entrega a la sociedad sin esperar nada, sin retribución de ningún tipo y solamente en cumplimiento del deber social."

También el Che se plantea que en la transición al socialismo era de gran importancia tener presente el sistema de pago a los trabajadores. Era claro para él que el sistema salarial que se implantara debía inscribirse coherentemente en la línea política e ideológica de la revolución socialista, en los principios marxistas leninistas. "En salario, es decir, en dinero, se mide la distinta calificación de todos los que reciben algo por trabajar. En dinero se mide también el espíritu de trabajo de cada uno de los que trabajan en sus distintas calificaciones. El dinero es la única medida que puede abarcarlo todo, y en la época de la construcción del socialismo, en que todavía existen relaciones mercantiles, nosotros tenemos que trabajar con dinero. Es decir, nosotros estamos en una época en que la injusticia no es desterrada, no la podemos desterrar absolutamente, no podemos dar a cada cual según su necesidad. Estamos en la construcción del socialismo, tenemos que dar a la gente según su trabajo, tenemos que corregir las injusticias poco a poco, y tenemos que hacerlo discutiendo siempre con los trabajadores".

El sistema salarial debía tener por base el principio del pago con arreglos a la cantidad y calidad del trabajo. Debía potenciar los valores comunistas que iban surgiendo en el proceso revolucionario y la utilización de estímulos morales, así como la política salarial adoptada; debía hacer uso de los estímulos materiales heredados del capitalismo aún vigentes, de modo tal que no produjera un desarrollo de éstos sino todo lo contrario. Con la escala salarial el Che introducía y sentaba este principio al establecer los distintos grados de complejidad de los trabajos existentes a todo el país, y atendiendo a la calificación indispensable que debían tener los obreros, a la tecnología, la complejidad u organización de la producción.

La primera tarea sería entonces llevar todos los salarios a grupos que reflejaran aproximadamente las mismas características y en los que se pudiera condensar toda esa enorme cantidad de salarios distintos en cuanto a pagos, y además, de calificaciones distintas "(…) la práctica nos fue mostrando que era mejor".

Otro aspecto que recibe la máxima atención del Che es el recibimiento de estímulos por parte de los trabajadores, alegando que en la formación de nuestra conciencia comunista, el proceso debe enfocarse más hacia la extinción de éste, que a su supresión, enunciando una política de incentivación moral que no implicara la negación total del estímulo material, sino de ir reduciendo el campo de acción de éste; aclarando precisamente que no se niega su necesidad objetiva como palanca impulsora fundamental.

Por eso se considera que en esta etapa de construcción debían reunirse tanto estímulos materiales como morales avivando el entusiasmo revolucionario y preocupándonos por el interés material de los trabajadores. Ahora bien, si el proceso histórico nos obliga a emplear durante un tiempo la palanca que ya sabemos es nociva trataremos de buscar variantes menos nocivas de la misma, incluso aquellas que coadyuven a su especulación, premiando así no el trabajo individual solamente, sino también el colectivo de importancia vital para nuestra formación.

Sobre la vinculación que existe entre las necesidades, las motivaciones y las formas de estimulación empleadas para incentivar a los hombres al trabajo, fundamenta la necesidad objetiva de la estimulación tanto material como moral en el socialismo. Plantea que los estímulos materiales son un mal necesario, y el papel de la estimulación moral es una palanca fundamental en esta etapa de tránsito. Subraya la significación de seguir profundizando en la correlación entre ambos tipos de estímulos.

El Che entiende la emulación socialista como un elemento fundamental dentro de la estructura de todo el sistema. A las competencias generadas por la Ley del Valor, contraponía la competencia fraternal basada en la camaradería socialista que propiciaba la emulación. Fue el Che el primer promotor emulativo de nuestra patria, participó personalmente en su organización en el Ministerio de la Industria, involucrando en ella a otros colectivos de trabajadores que respondían administrativamente a otros ministerios y la Central de Trabajadores de Cuba. Organizó y participó en decenas de actos que culminaban etapas emulativas, entregando los certificados y premios a los obreros y colectivos vanguardias.

En las reuniones de trabajo del Ministerio de Industrias se refiere a los conceptos que debían regir a la emulación y a sus mecanismos, pues veía en ella un magnífico instrumento de incentivación que permitía engarzar la producción de bienes y la creación de la conciencia popular.

Dice el Che que la emulación tiene que cumplir una gran tarea de movilización de las masas: "… que todos estén interesados en la emulación; que todos los trabajadores comprendan bien la importancia que tiene el resultado de la emulación que es producir más y mejor, aumentar la producción, aumentar la productividad y aumentar la calidad de los productos, ahorrar el consumo de todas las materias primas. (…) La emulación debe ser la base fundamental del desarrollo de la conciencia socialista y de los logros en la producción y en la productividad."

Para el Che, por lo tanto, la emulación es una competencia que está dirigida al más noble de los propósitos, como es el de mejorar, el de tener cada centro de trabajo, cada empresa, cada unidad a la cabeza de la construcción del socialismo, para lo cual, necesariamente se debe recurrir a las masas.

Previó que en la emulación se debían de establecer estímulos morales, como son los de verse los obreros individualmente o colectivamente en un centro de trabajo como los mejores entre los mejores, y también existir emulación que establezca los estímulos materiales adecuados al momento en que vivimos. La emulación es una competencia fraternal para que todo el mundo aumente la producción, es un arma para profundizar la conciencia de las masas.

Su pensamiento económico se sintetiza en la unidad indisoluble de la formación del hombre nuevo y la construcción del comunismo. El Che conoce de la teoría partiendo de las relaciones sociales de producción y de la producción misma, desarrolla su concepción sobre la construcción socialista, en la cual el incremento incesante de la producción de bienes materiales asegura la satisfacción al máximo de las necesidades constantes de la sociedad, requiriéndose en ese empeño la participación entusiasta y decidida de los trabajadores.

Prevé que el aumento de la productividad del trabajo y con ella la generación creciente del excedente económico, es un elemento importante de la construcción del socialismo; y enfatiza que esa diferencia que existe entre lo que el trabajador produce, y lo que se le paga, es el excedente que tiene que crear el país, y que debe ser lo más grande posible para crear nuevas fuentes de trabajo que permitan cada vez, hacer el trabajo más humano, menos sacrificado, más productivo; y crear nuevas fábricas que den más bienes de consumo, más productos para la satisfacción de las necesidades de la población.

La concepción del Che sobre el socialismo queda resumida por tres factores mutuamente interrelacionados: productividad, más producción, conciencia, eso es la síntesis sobre la que se puede formar la sociedad nueva. Y asegura que la disciplina en el trabajo y la lucha contra el ausentismo constituyen pilares extraordinarios para la elevación de la productividad del trabajo.

En su concepción sobre el proceso de construcción del socialismo plantea que: "Hacemos todo lo posible por darle al trabajo esta nueva categoría de deber social (…) basados en la apreciación marxista de que el hombre realmente alcanza su plena condición humana cuando produce sin la compulsión de la necesidad física de venderse como mercancía".

La herencia teórica del Che es multifacética. Su pensamiento económico tiene su fundamento en el profundo conocimiento de la teoría marxista-leninista.

El claro dominio del método dialéctico de investigación le permitió al Guerrillero Heroico realizar aportes significativos a la teoría marxista-leninista sobre el período de transición al socialismo, en particular para las condiciones de la construcción socialista en un país subdesarrollado como Cuba.

Che sitúa el desarrollo del hombre en la sociedad socialista como objetivo final. En este sentido define al socialismo: "como la creación de los bienes materiales para el hombre y el desarrollo de la conciencia, y en esta tarea de la creación de los bienes materiales es imprescindible el aumento de la productividad del trabajo. Ese aumento se logra con las nuevas fábricas (…)."

El triunfo revolucionario puso en primer lugar el paso de las ideas de una estrategia coherente de industrialización. Corresponde a la dirección del país, y en especial al Che, la plasmación del primer programa de industrialización y luego su puesta en marcha.

Che se preocupa por solucionar los problemas en la utilización de las capacidades instaladas, la expansión de las inversiones que promuevan la solución definitiva del problema del empleo. Considera la existencia de las reservas de productividad y el uso racional de la fuerza de trabajo industrial.

Para él hay un estrecho vínculo entre socialismo, industrialización, técnica, capacitación de la fuerza de trabajo y conciencia, como elementos de un mismo proceso que se interrelaciona entre sí.

La estrategia de industrialización seguida por la Revolución cubana y las diferentes etapas de esta, motivan a que el Che considerara como una de las cuestiones estratégicas, resolver el problema del desempleo, para lo cual en una primera etapa plantea el uso de tecnología de bajo costo de inversión y alta absorción de fuerza de trabajo, y en una segunda etapa, la introducción de tecnología de avanzada, en particular en las principales ramas de la economía, según la necesidad y posibilidad del país, para lo cual era necesario preparar la fuerza de trabajo calificada.

Enfatiza en las deficiencias de tener a punto la fuerza de trabajo requerida para la puesta en marcha de las nuevas industrias; la trascendencia de elevar la calidad de la producción y su alcance en los aspectos técnicos, económicos y como un fenómeno de conciencia, de cultura de la producción; necesidad y posibilidad de elevar la eficiencia de la producción y el significativo papel que en tal sentido puede desempeñar la organización, el control, la exigencia y la disciplina; la calificación sistemática de los trabajadores y la necesaria prioridad en la vinculación de profesionales de nivel superior con la producción; y la importancia del hombre en la sociedad socialista.

La necesidad de construir e instalar varias fábricas de baja densidad de capital y, por tanto, de tecnologías atrasadas para sustituir importaciones y a la vez contribuir a eliminar el desempleo, especialmente en el interior del país, como un primer paso o fase del proceso de industrialización, se aprecia claramente en el discurso pronunciado por el Che el 14 de junio de 1960, cuando expresa: "hay inversiones de pequeña concentración de capital (…) esto da menos ganancias, pero eso es lo que nos conviene ahora a nosotros: desarrollar toda la industria que con poco dinero emplee a mucha gente. Necesitamos eso primero, y vuelto a insistir, porque es la base de todo para eliminar el desempleo; y después, para también crear la base técnica, necesaria para acometer nuestro segundo paso, que es el de una industria total."

Estas ideas de Che se ven reforzadas en su artículo Cuba, su economía, su comercio exterior, su significado en el mundo actual, señala: "Influenciados por el desempleo existente y por la presión que ejercían los problemas en el comercio exterior, se adquirieron un número grande de plantas tendientes a sustituir importaciones y cuya tecnología permitiese dar empleo a una cantidad aceptable de obreros urbanos."

Su interés por eliminar el desempleo a toda costa trae aparejada su oposición a emplear y desarrollar leyes y categorías económicas capitalistas en la construcción del socialismo.

En las concepciones del Che sobre la industrialización y desarrollo económico de Cuba, está presente que: "industrializarse significa, en primer lugar, un mayor nivel de vida; (…) lo primero que hay que hacer es dar un mejor nivel de vida a todas las gentes, y hay que empezar por los que están en peor estado, que son, precisamente, los desempleados. De ahí la importancia de la pequeña industria y de la industria agropecuaria, que, con una inversión pequeña, da trabajo a una gran cantidad de obreros que en este momento están desocupados".

Para el Che, "el socialismo es un fenómeno económico y también un fenómeno de conciencia, pero debe realizarse sobre la base de la producción. Sin una producción importante no hay socialismo".

En la definición de socialismo de Che se destaca el papel de la industrialización socialista como el único camino para un auténtico desarrollo económico y social. Considera que la industrialización es la que da la verdadera pauta del desarrollo al país, y que de acuerdo a como vaya el proceso de industrialización así irá el desarrollo de Cuba.

Por otra parte, reflexiona que: "los deberes fundamentales de la clase obrera (…) en términos económicos hay tres grandes obligaciones que cumplir (…) una de las grandes obligaciones de la clase obrera es producir ahora bien (…) la producción en el momento actual debe ser, precisamente, la producción de riquezas para hacer que el Estado pueda invertir más en la creación de nuevas fuentes de trabajo, y tiene que ser una producción de tal tipo que no desplace a nadie (…) Este es otro de los grandes deberes de la clases obrera, que está ligado con el de producir, y que es el de ahorrar (…) Producir y ahorrar son las bases del desarrollo económico. Ahora producir y ahorrar, lo vuelvo a repetir, para beneficios de los obreros (…) Además, como tercera gran obligación de los obreros, además de producir y ahorrar, es la de organizarse; no en el sentido anterior de organizarse como clase contra clase, organizarse para poder rendir más a la Revolución, que es rendir más al pueblo, que es rendir más a la clase obrera."

CUBA: EL LOGRO DEL PLENO EMPLEO

A 8,3% de la población económicamente activa ascendió en 1995 la tasa de desocupación. La principal causa de esto fue el desplome de la URSS y el campo socialista europeo. Este hecho trajo consigo la llegada del período especial, situación que ocasionó la paralización o el redimensionamiento de muchos centros de producción y servicios.

La política de empleo, al influjo de la Batalla de Ideas, es uno de los conceptos revolucionarios que se han puesto en práctica en el país con el objetivo de barrer con el formalismo y el conformismo y acelerar los procesos de transformaciones necesarias para el futuro de Cuba.

"Como resultado de este colosal esfuerzo por lograr el más alto nivel de justicia para nuestro pueblo y propiciar la más plena igualdad de oportunidades para todos se han creado en estos cinco años, fruto de los Programas de la Revolución, más de 380 mil empleos, que benefician mayoritariamente a los jóvenes", precisó Fidel en la clausura del VIII Congreso de la UJC, y puntualizó que la reducción del desempleo lograda por Cuba es algo absolutamente imposible en ningún país capitalista industrializado.

En 2001 el empleo se redujo hasta el 4,1%; y en 2002 Cuba terminó con una reducción de su tasa de desempleo del 3,3%.

A pesar de que en estos últimos años la dinámica de crecimiento de la economía ha sido débil, Cuba ha mantenido una política de empleo activa, dirigida a aquellas regiones con mayores problemas de empleo y a los jóvenes. En el año 2002 se crearon 158 000 nuevos puestos de trabajo, el 22 % en la agricultura urbana y el 19 % en los programas sociales asociados a la batalla de ideas.

Todo ello impactó en la reducción de la desocupación general en el 2003 al 2,3 % y al 1,9 % durante dos años consecutivos: 2004 y 2005. Esta reducción de la tasa de desempleo, y poseer un programa único en el mundo que es el estudio como modalidad de empleo, son resultados de esta gran Revolución que ha sacudido a las fuerzas laborales cubanas.

Es evidente que la Revolución cubana ha cumplido a cabalidad las ideas del Che Guevara sobre su concepción sobre el trabajo, y que las mismas han motivado la lucha constante de nuestro pueblo y clase obrera por la conquista del pleno empleo, dándole cumplimiento así al pensamiento del Guerrillero Heroico cuando expresa que la Revolución debe alcanzar: "La dignificación plena del trabajo y la colocación del trabajo productivo en bien de la sociedad como tarea fundamental, digna del más alto elogio y al lado mismo de las otras dos grandes tareas revolucionarias de este momento – que se aúnan y complementan-: la defensa del poder conquistado y el estudio preparándose para nuevas tareas en el porvenir".

CONSIDERACIONES FINALES

El Che está conciente de que el capitalismo necesita para su funcionamiento la presencia del "Ejército Industrial de Reserva ", pero de que el socialismo debe luchar por la participación de todos los ciudadanos aptos para ello en la producción social.

Para el socialismo, esta es una necesidad económica, social, ética y humana. La existencia predominante de la propiedad social sobre los medios de producción exige la necesaria creación de condiciones para la intervención de todos en la actividad socialmente útil.

El trabajo ha desempeñado un importante papel en la creación del ser humano. Es condición natural de la existencia del hombre. Solo la propiedad social sobre los medios de producción como fundamento de las relaciones socialistas de producción, permite un cambio radical en el contenido y carácter del trabajo.

En el pensamiento económico del Che, el concepto de trabajo en el socialismo ocupa un predominante lugar que incluye el análisis de sus más diversos rasgos, entre los que se destacan la necesidad de eliminar la enajenación típica en el capitalismo para alcanzar cambios fundamentales en la vida social, y el trabajo voluntario como medio esencial para lograr la conciencia de los trabajadores y así formar al hombre nuevo,

Bibliografía

1 CEPAL. (2003) "Cuba: Evolución Económica durante el 2002 y Perspectivas para 2003".

2- CEPAL. (1997): "La economía cubana, reformas estructurales y desempeño en los noventa", Fondo de Cultura Económica, México.

3- Conferencia teórica sobre el pensamiento económico del Comandante Ernesto Che Guevara. Memorias. (1990). Ed. Política. La Habana.

Bibliografía

4- Colectivo de Autores (1989): Pensar al Che. Los retos de la transición socialista. T-II. Ed. José Martí. La Habana.

5- El Che en la Revolución cubana. (1966). Ed. Ministerio del Azúcar. La Habana.

6- Figueroa Albelo, V. (2000): Ensayos sobre la construcción socialista en la experiencia de Cuba. //Capital Big. Facultad Ciencias Empresariales. UCLV.

7- Ferriol, A. (1998): "Pobreza en condiciones de reforma económica: el reto a la equidad en Cuba", Cuba: Investigación Económica. Núm 1, Año 4, enero-marzo de 1998, La Habana.

9- Guevara, E. (2004): El gran debate en la economía cubana 1963-1964. Ed. Ciencias Sociales. La Habana.

10- Guevara, E. (1988): El Socialismo y el hombre en Cuba. Ed. Ciencias Sociales. La Habana.

— Artículo: El Socialismo y el hombre en Cuba.

— Artículo: Planificación y conciencia en la transición al Socialismo.

— Artículo: El trabajo voluntario, escuela de conciencia revolucionaria.

11- Guevara, E. (1977): Escritos y discursos. Ed. Ciencias Sociales. La Habana.

12- Guevara, E. (1988): Temas económicos. Ed. Ciencias Sociales. La Habana.

— Artículo: Discurso a la clase obrera.

— Cuba, su economía, su comercio exterior, su significación en el mundo actual 12- Guevara, E. (1990): Selección de aspectos esenciales de la teoría y la práctica económica en el pensamiento de Ernesto Che Guevara. Ediciones. ENPES. La Habana.

— La actitud ante el trabajo y la distribución de acuerdo al trabajo. El sistema salarial. p. 18-52.

13- Lage, C. (1995): "La economía cubana en 1994", Boletín Informativo Economía Cubana, CIEM, Núm. 19.

14- Lavretski, I. (1975): Ernesto Che Guevara. Ed. Progreso. Moscú.

15- Rodríguez, J. L. (1992): "La economía cubana: algunos problemas actuales y perspectivas". Ponencia presentada en el XVII Congreso de LASA, Los Ángeles, septiembre 1992.

16- Tablada, C. (2001): El pensamiento económico de Ernesto Che Guevara. Ed. Ciencias Sociales. La Habana.

www.cubaminrex.cu/Actualidad/2004/Cuba%20La%20promoci%F3n%20del%20pleno%20empleo.htm

reducción%20de%20la%20tasa%desempleo tc.htm

www.eumed.net/cursecon/ecolat/cu/vfa-trans.pdf

www.trabajadores.cubaweb.cu/fijos/cuba/humanosderechos/derechosdefendemos/el empleo.htm

 

 

 

Autor:

Ariel Lemes Batista

El autor es periodista, cientista social y profesor universitario cubano.

"UNIVERSIDAD CENTRAL

MARTA ABREU DE LAS VILLAS"

Partes: 1, 2
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente