Moluscos de importancia epidemiologica, su relacion con enfermedades parasitarias
Enviado por Jorge O. Serrano Torres
- Contra portada
- Resumen
- Introducción
- Breve reseña sistemática del Phyllum Mollusca
- Taxonomía
- Importancia ecológica
- Los moluscos, y su relación con las enfermedades
- Fasciolosis
- Angiostrongilosis
- Esquistosomiasis
- Paragonimiasis
- Influencia de las variables climáticas
- Investigaciones malacológicas en Cuba
- Control de moluscos
- Control químico
- Bibliografía
El conocimiento de la ecología y de la biología de varias especies de moluscos dulceacuícola que son de gran interés médicos, pues muchos de estos son vectores de enfermedades bacterianas, parasitarias o virales que afectan al hombre y los animales se han planteado algunas formas de control de los moluscos a nivel mundial, sobre todo químico y ecológico, sin considerar aspectos importantes como biología, ecología, hábitos alimenticios La información que ofrece el documento pudiera ser de utilidad a médicos y técnicos en la rama veterinaria; productores y estudiantes de la carrera de las Ciencias Agropecuarias.
El conocimiento de la ecología y de la biología de varias especies de moluscos dulceacuícola, son de gran interés médicos, pues muchos de estos son vectores de enfermedades bacterianas, parasitarias o virales que afectan al hombre y los animales como son: la esquistosomiasis, parásito de mayor importancia en el hombre después del paludismo que afectan a 74 países con unos 600 millones de personas expuestas y cerca de 200 millones de enfermos. La Fasciolosis ocasiona las mayores afectaciones de salud y de interés económico en el ganado vacuno, con grandes pérdidas de hígados, carnes, leche y peso corporal. También la angiostrongiliacis, enfermedad parasitaria que ocasiona meníngeo encefalitis eosinofílica y trastornos gastrointestinales agudos. En general se han planteado algunas formas de control de los moluscos a nivel mundial, sobre todo químico y ecológico, sin considerar aspectos importantes como biología, ecología, hábitos alimenticios
Algunos expertos señalan que los controles naturales poseen cierta efectividad y evitan que se empleen productos químicos como molusquicidas para erradicar las poblaciones de moluscos que sean hospederos intermediarios, es decir, el control biológico no solo es una forma importante de evitar las enfermedades, sino que además previene el deterioro del Medio Ambiente evitando el uso de productos químicos.
Los moluscos constituyen el segundo de los Phyla más numerosos en especies, luego de los Artrópodos. Se estima la existencia de aproximadamente 120.000 especies en el mundo, con unas 35.000 fósiles. Desde el mar, los bivalvos y gasterópodos colonizaron ambientes salobres y dulceacuícolas; sólo los caracoles (gasterópodos) invadieron el medio terrestre. (Darrigran.2002)
Los moluscos le han brindado al hombre una serie de beneficios, tales como alimento, herramientas, monedas, medicina, recurso de calcio, objetos culturales, comercialización e industrialización de perlas y nácar provenientes de bivalvos, etc. (Rumi et al., 2003). Además se utilizan como indicadores biológicos de calidad de agua ( ej.: Physella cubensis Pffeifer y Stenophysa marmorata Guilding) y en procesos de purificación de la misma. (Tassara et al., 2001). Tanto por un descontrol en su explotación como recurso o por una alteración del ambiente, el número de especies en peligro de extinción se encuentra en progresivo aumento: de un total de 1.130 especies de moluscos amenazadas, el 48% son de agua dulce. (Darrigran .2002)
Contrariamente, la malacofauna, acarrea también efectos perjudiciales como plagas de la Salud Pública (hombre y ganado), enfermedades relacionadas y especies invasoras (Armengol. 2001)
Varias especies de moluscos son vectores de numerosas enfermedades que afectan al hombre y los animales no existiendo aun en los momentos actuales vacunas efectivas, por lo que se recomienda incidir de manera importante sobre el control de dichos organismos, lo que implica la ejecución de estudios bioecologicos para su adecuada caracterización. (Garcia y Everton .2005)
El conocimiento de la fauna vectorial en determinadas áreas, ha permitido poder evaluar cual ha sido el impacto producido por las acciones del hombre, sobre la composición de las especies, lo que evidencia diferentes respuestas adaptativas .( Thongrungkiat et al., 2003)
El estudio de los moluscos fluviales es hoy una de las formas más importantes de prevenir numerosas enfermedades transmitidas por los parásitos, que usan a estos moluscos como hospederos intermediarios. (Feisinger. 2001). Dentro de algunas enfermedades está la angiostrongilosis producida por el nemátodo Angiostrongylus cantonesis. También están la esquistosomosis, parasitosis tropical de mayor importancia en el hombre luego del paludismo, producida por especies del género Schistosoma, y la fasciolosis, producida por Fasciola hepatica.( Mas-Coma et al. ,1999) . Esta última enfermedad afecta fundamentalmente al ganado bovino y caprino y ha sido recién considerada de gran importancia médica, pues se han encontrado altas prevalecías en humanos, sobre todo en niños (Yong et al .,1989 ) Según Montero y Blanco (2003) Constituyen hoy en día las enfermedades remergentes trasmitidas por vectores las principales causas de morbimortalidad a nivel mundial, solo por concepto de malaria se reportan 500 millones de casos cada año, 2.4 billones de personas expuestas (40% de la población mundial) y 2.7 millones de muertes cada año (1 millón son niños menores de 5 años) .Actualmente el dengue es la arbovirosis más importante que afecta al hombre.
En Cuba los estudios de la molusco fauna fluviatil a cobrado gran auge durante los últimos 20 años, y se destacan varios trabajos sobre taxonomía de hospederos intermediarios. (Yong y Perera. 1991). Estudios ecológicos sobre los mismos y los agentes de control biológicos, así como los reportes de nuevas especies para la malacofauna fluviátil de Cuba. (Perera et al., 1994)
Breve reseña sistemática del Phyllum Mollusca
El phyllum Mollusca, distribuido en ocho clases, incluye todos aquellos animales conocidos comúnmente como caracoles, babosas, ostras, mejillones, calamares y pulpos. Está formado por invertebrados de cuerpo blando (del latín mollis = blando), con una envoltura corporal denominada manto que posee unas células especializadas encargadas de segregar la concha. El pie les sirve a los caracoles para reptar por las superficies, a las ostras para cavar en el fango o la arena y a los calamares para atrapar sus presas (Vázquez y Sánchez, 2010).
Según Magurran (2005) todos los integrantes del phyllum Mollusca
presentan tres características esenciales:
Manto y cavidad del manto.
Concha interna, externa (muy variable) o ausente.
Pie presente (a veces modificado) o ausente.
Existen muchas características que ayudan a la identificación de las especies de moluscos, destacándose entre ellas los tipos de conchas, opérculos, anatomía externa e interna, masas de huevos, patrones de migración , tablas de vida, biología molecular, etc. (Garcia et al., 2008).
La gran diversidad de especies que presentan estos animales, se encuentran separados por clases taxonómicas:
a) Caudofo vaeta b) Solengas tra
c) Monoplaco phora d) Scaphopod a
e) Polyplacophora
Estos cinco primeros son considerados como uno de los grupos más
primitivos dentro del phyllum. Se consumen a nivel local en muchos países, por lo que representan un riesgo de diseminación de cólera u otras enfermedades de este tipo al ingerirse crudos (Martínez, 2003).
f) Bivalvia (Pelecypoda).
Poseen una concha pareada formada por dos valvas que están unidas entre sí por una especie de bisagra denominada charnela. La musculatura del animal le permite abrir y cerrar las valvas a voluntad. La mayoría son marinos, aunque se encuentran también en agua dulce y salobre. Tienen simetría bilateral y no poseen cabeza, tentáculos ni rádula. Se alimentan mediante filtración del agua, fundamentalmente de los microorganismos que están en suspensión, por lo que se infectan frecuentemente con bacterias, virus o parásitos actuando como hospederos intermediarios ( Angiostrongylus cantonensis), agente causal de meningoencefalitis eosinofílica (Green y Figuerola, 2005).
g) Cephalopoda.
Esta clase agrupa a los moluscos más evolucionados del phyllum e incluye a pulpos, calamares y nautilos, todos marinos y tienen gran importancia económica, porque su consumo está generalizado en todo el mundo. La cabeza está bien desarrollada y el manto cubre la masa visceral. Este grupo (a excepción de los nautilos), no posee concha externa, algunos presentan una concha interna rudimentaria, algunas especies de pulpos son capaces de inyectar veneno a través de las mordeduras (Vázquez y Gutiérrez, 2007).
h) Gasterópoda.
Es la mayor de las clases del phyllum e incluye especies marinas, salobres y de agua dulce. Además, es el único grupo que presenta especies terrestres. Son asimétricos y tienen una concha simple enrollada en espiral con algunas excepciones, como son los abalones cuya concha no es torcida o las babosas y nudibranquios que carecen de ella (Dangles y Malmqvist, 2004).
En la clase es donde se agrupan la mayoría de los moluscos de importancia médica. A los grupos Caenogastropoda y Pulmonata pertenecen la mayoría de los hospederos intermediarios de enfermedades tropicales y los agentes de control biológico , como también tienen una gran económica, ya que incluye moluscos capaces de construir perlas sumamente codiciadas por su escasez y belleza
(Víctor, 2004).
Los moluscos en la naturaleza juegan papeles ecológicos importantes, por ejemplo, como herbívoras comunes, pueden tener un impacto significativo en la regulación de la densidad de las plantas, como depredadores, pueden tener efectos en la regulación de animales, especialmente otros moluscos. Como presa, proporcionan al alimento para una gran cantidad de organismos, incluyendo muchos vertebrados
(Rodríguez, 2006).
Los moluscos, y su relación con las enfermedades
Algunas especies de moluscos representan un alto riesgo sanitario y teniendo gran importancia epidemiológica debido a su participación en la transmisión de enfermedades parasitarias, ya que estos necesitan llevar a cabo su desarrollo larvario en el interior de un molusco, afectando al hombre y los animales, que en muchos casos llegan a constituir problemas para la salud humana, animal y la economía (Fredes, 2001).
Entre las principales enfermedades parasitarias transmitidas por moluscos se encuentran la angiostrongilosis producida por el nemátodo Angiostrongylus cantonesis. También está la esquistosomosis, parasitosis tropical de mayor importancia en el hombre luego del paludismo, producida por especies del género
Schistosoma, y la fasciolosis, producida por Fasciola hepatica. Esta última enfermedad afecta fundamentalmente al ganado bovino y caprino y ha sido recién considerada de gran importancia médica, pues se han encontrado altas prevalencias en humanos, sobre todo en niños, entre otras (Cuentas, 2004).
Por lo que según Pointier y Jourdane (2007) el estudio de los moluscos es hoy una de las formas más importantes en la prevención de numerosas enfermedades transmitidas por los parásitos, que usan a éstos moluscos como hospederos intermediarios.
Es una zoonosis causada por el trematodo Fasciola hepática, que afecta a animales vertebrados herbívoros: (ovejas, cabras, bovinos, equinos, cerdos) y a humanos (Roberto y Carlos, 2002).
La infección se adquiere debido a la ingesta de vegetales acuáticos crudos o agua contaminados con metacercarias. Los caracoles anfibios de la familia Lymnaeidae que pueden existir dentro de una amplia variedad de hábitat y logran alcanzar poblaciones abundantes cuando las condiciones son favorables, son los huéspedes intermediarios. Es una enfermedad con una distribución cosmopolita ocasionando grandes pérdidas económicas por concepto de merma en el peso y decomisos de hígados (Fimia et al., 2008).
En Cuba, la fasciolosis es considerada como la enfermedad parasitaria más importante en la masa bovina adulta, con altos niveles de prevalencia en el ganado. Las pérdidas económicas ocasionadas por esta enfermedad son estimadas cada año en varios millones de dólares motivado en gran medida por las limitaciones en la adquisición de antiparasitarios y molusquicidas para eliminar la fase endógena y exógena del parásito; además de otras dificultades que aún persisten en el programa de lucha y control (Sarmiento, 2010).
La angiostrongilosis, también conocida como angiotrogiliasis, meningitis eosinofílica o meningoencefalitis eosinofílica; es una enfermedad producida por nematodos de la superfamilia Metastroyloidea (helmintos que se caracterizan por tener bolsa copulatriz), cuya familia está formada por cerca de 180 especies, dentro de 45 géneros. Todos parasitan mamíferos, la mayoría habitan en los pulmones de sus hospederos definitivos y con muy pocas excepciones, sus hospederos intermediarios son moluscos gasterópodos (Prociv et al., 2003).
Según Contreras et al., (2006) existen dos especies las cuales son: Angiostrongylus cantonensis y A. vasorum que infectan los pulmones de los perros y ratas, siendo el A. cantonensis transmisible a los seres humanos.
La esquistosomiasis es una enfermedad parasitaria crónica causada por duelas sanguíneas (trematodos) del género Schistosoma. Al menos 230 millones de personas necesitan tratamiento cada año. Las personas se infectan cuando las formas larvarias del parásito, liberadas por caracoles de agua dulce, penetran en la piel durante el contacto con aguas infestadas. En el interior del organismo, las larvas se convierten en esquistosomas adultos, que viven en los vasos sanguíneos, donde las hembras ponen sus huevos. Algunos de esos huevos salen del organismo con las heces o la orina y continúan el ciclo vital del parásito. Otros quedan atrapados en los tejidos corporales, donde causan una reacción inmunitaria y un daño progresivo de los órganos (Donalp, 2004).
La esquistosomiasis es prevalente en las regiones tropicales y subtropicales, especialmente en las comunidades pobres sin acceso a agua de bebida salubre ni al saneamiento adecuado. Se estima que al menos un 90% de las personas que necesitan tratamiento contra la esquistosomiasis viven en África existiendo dos formas principales (intestinal y urogenital), causadas por las cinco grandes especies de duelas sanguíneas, afectando especialmente a las poblaciones agrícolas y piscatorias. También están en riesgo las mujeres que realizan sus tareas domésticas, como el lavado de la ropa, en aguas infestadas. La falta de higiene y las actividades lúdicas hacen que los niños sean especialmente vulnerables a la infección (Aguilera, 2002).
Conocida también como Distomatosis pulmonar, afecta al humano y a los animales, principalmente en el lejano oriente. En el continente americano se presenta en América del Norte, Central y Sur. En las Antillas, solamente se han reportado casos aislados, debido fundamentalmente a las costumbres alimenticias de ingerir crustáceos de agua dulce crudos o mal cocidos (cangrejos, jaibas, etc.), que son los segundos hospederos intermediarios y son los que albergan la forma infestaste del parásito (Heymann, 2005).
Influencia de las variables climáticas
Conforme la temperatura, la precipitación, la humedad y otras variables ambientales cambian, los científicos siguen documentado las consecuencias sobre muchas especies de plantas, animales y ecosistemas (Vera y Borroto, 2005).
Esta influencia climática sobre la vida traen efectos que pueden observarse a distintos niveles, que incluyen respuestas de los organismos a nivel individual, en las interacciones con otras especies, en la amplitud de su distribución geográfica e, incluso, en la de los propios ecosistemas (Deutz, 2000).
Según Fimia et al., (2010) plantea que las variables climáticas que más influyen sobre la malacofauna fluvial en la provincia de Villa Clara son la temperatura media y la humedad relativa máxima, existiendo la necesidad de trabajar en este sentido, ya que el clima es una de las consecuencias de las interacciones que se establecen entre los cinco componentes del sistema climático (atmósfera, la hidrosfera,cromosfera, litosfera y la biosfera), con una repercusión directa en la salud humana y animal.
Afirmando Valdez (2010) que la correlación de la cantidad de moluscos fluviales y terrestres con las temperaturas, es altamente significativa, a medida que aumenta la temperatura media entonces disminuye la cantidad de moluscos ya que la relación es inversamente proporcional, al igual que la correlación con las demás variables climáticas observándose que la Humedad relativa máxima tiene una alta correlación positiva con la cantidad de moluscos, lo que indica que a medida que hay más humedad relativa máxima favorece el desarrollo y reproducción de las poblaciones de moluscos en diferentes ecosistemas.
Investigaciones malacológicas en Cuba
González et al., (2008) En una investigación realizada en la provincia de Villa Clara con el objetivo de estudiar los moluscos fluviátiles con interés epidemiológico encontró que la Galba cubensis, hospedero intermediario de la Fasciolosis hepática está distribuida en los trece municipios de la provincia; al igual que el Pomacea paludosa, el cual es hospedero intermediario del Angiostrogylus cantonensis, causante de la meningoencefalitis eosinofílica.
Fimia et al., (2008) Realizaron una investigación en el municipio de Yaguajay, de la provincia de Sancti Spíritus e identificaron diez especies de moluscos fluviátiles, resultando tres especies de Prosobranquios los más comunes son: Tarebia granífera, Marisa cornuarietis, Pomacea poeyana; colectándose el mayor número de ejemplares en el periodo lluvioso, ya que el trabajo fue enfocado también a la determinación de la época del año con mayor significación.
Hernández et al., (2010) efectuaron trabajos con el objetivo de caracterizar la malacofauna fluviátil asociada a la vegetación. Estos autores constataron que la Tarebia granífera, Corbicula fluminea y Pomacea poeyana resultaron ser las especies mejor representadas, siendo los ríos los ecosistemas de mayor biodiversidad tanto para los moluscos como para la vegetación acuática.
En general se han planteado algunas formas de control de los moluscos a nivel mundial, sobre todo químico y ecológico, sin considerar aspectos importantes como biología, ecología, hábitos alimenticios (Diéguez y Vázquez, 2005).
Alteración del hábitat o control ecológico
Puede consistir en la desecación, relleno, extracción del fango, variación de los factores abióticos, extracción de plantas acuáticas de los cauces de los ríos, canales de riego para propiciar luminosidad, aumentar velocidad del agua, la temperatura o cualquier obra de ingeniería que afecte el hábitat de los moluscos de forma tal que no puedan desarrollarse satisfactoriamente, pero para un control efectivo por lo general se necesita de un cambio drástico, pues estos organismos toleran un amplio rango de condiciones físicas, químicas y biológicas (Perera, 2006).
El objetivo principal para aplicar un control químico, que preferiblemente debe ser focal, es disminuir drásticamente las poblaciones de hospederos intermediarios en los sitios de transmisión. Estas medidas son particularmente importantes en polos turísticos, campos de cultivo sumergidos, canales de irrigación, centros pesqueros, y otros sitios similares (Poveda et al., 2002).
Se considera muy importante el hecho de que su acción sea específica hacia los moluscos (aunque esto es casi imposible), que el método de aplicación sea sencillo y que se puedan detectar los niveles de concentración residual en los hábitats donde sea aplicado
(France et al., 2002). Control biológico
Entre los organismos que pudieran influir negativamente sobre poblaciones de moluscos están algunos tremátodos (Phyllum Plathyhelminthes), insectos (Phyllum Arthropoda), crustáceos (Phyllum Arthropoda), hirudíneos (Phyllum Annelida), peces, aves (gallinas, pavos, patos, gansos, lechuzas y búhos, gavilán caracolero) y otros moluscos competidores (Mugica et al., 2006).
Control cultural
Preparación adecuada de suelo: el método más efectivo es trabajar el suelo antes y durante la etapa de crecimiento de las babosas eliminando del suelo grietas o espacios donde se puedan proteger de la sequía, impidiendo el movimiento hacia los cultivos (Hunter, 1971).
Siembra o cosecha de las plantas: de tal modo que el período de susceptibilidad no coincida con la época más favorable para las babosas, combinado con la eliminación de residuos de cosecha que sirven de áreas de refugios.
Utilización de variedades de plantas menos susceptibles: determinando que la plantas u hortaliza son las de mayor preferencia alimenticia para los moluscos realizando evaluaciones y estableciendo de barreras alrededor de los semilleros con cal viva o arena gruesa (Montero et al., 2000).
Recolección manual
Andrews y Sobrado (1985) utilizaron procedimientos mecánicos para el control de babosas, los cuales consistieron en la destrucción manual durante la noche y el día, mediante el uso de refugios trampas (tablas, tejas, hojas de lechuga, repollo) concluyendo que ésta última práctica fue en términos estadísticos y económicos superior a las demás prácticas.
Según Thomé y Santos (2001) la cerveza es altamente atractiva para la especie Deroceras reticulatum y son utilizada como atrayente en las trampas de caída capturan el mayor número de babosas en cultivos de hortalizas.
Importancia del estudio de algunas especies de moluscos dulceacuícola:
El conocimiento de la ecología y de la biología de varias especies de moluscos dulceacuícola, son de gran interés médicos, pues muchos de estos son vectores de enfermedades bacterianas, parasitarias o virales que afectan al hombre y los animales como son: la esquistosomiasis, parásito de mayor importancia en el hombre después del paludismo que afectan a 74 países con unos 600 millones de personas expuestas y cerca de 200 millones de enfermos.( Perera et al . ,1990). La Fasciolosis ocasiona las mayores afectaciones de salud y de interés económico en el ganado vacuno, con grandes pérdidas de hígados, carnes, leche y peso corporal (Ferrer et al 1985), la reportó como epidemia en la zona de Pinar del Rió. También la angiostrongiliacis, enfermedad parasitaria que ocasiona meníngeo encefalitis eosinofílica y trastornos gastrointestinales agudos. Además el estudio y conocimiento de la biología y la ecología de los moluscos dulceacuícola permite valorar cual de ellos puede ser utilizado como control biológico de otros semejantes (Por invadir sus hábitat o simplemente son fuertes competidores) Hospederos de agentes patógenos Perera et al., (1989 ) ya que la riqueza de especies de un territorio de un ecosistema está representada por una capacidad muy dinámica dado los procesos de extinción y surgimiento de nuevas especies .( Berevides .1988). También permite valorar la utilización de algunas especies de moluscos herbívoros como controles de malezas acuáticas que afectan los ecosistemas lacustres y proporcionan sitios de refugios a vectores de enfermedades tropicales. ( Cazzaniga .,1981)
Wong et al. (2002) expresan que una gran cantidad de moluscos dulceacuícolas sirven de hospederos intermediarios a parásitos, que pueden llegar a provocar serios problemas de salud al hombre y a los animales. Sobre este grupo en Cuba se han realizado importantes investigaciones. Sin embargo, consideramos que este grupo no ha sido ampliamente estudiado, sobre todo desde el punto de vista biológico y ecológico, que lamentablemente es extensivo también a la malaco fauna terrestre.
Rivero et al., (1990) plantean que en nuestro país el estudio de los moluscos de agua dulce comenzó desde hace varias décadas, pero no fue hasta los años 80 que se reiniciaron con mayor fuerza por presentar interés desde el punto de vista médico –veterinario .Después de los años 90 se integró al trabajo de vigilancia y lucha anti-vectorial, el Programa de Vigilancia Malacológica que reporta periódicamente las especies que aparecen en los cursos superficiales de agua y mantiene un inventario municipal de estas especies, aplicando control biológico en los lugares donde aparecen las especies dañinas y donde se vigilan las áreas susceptibles de brotes de fasciolosis, fundamentalmente en los lugares donde hay producción ganadera o han existido casos humanos de esta enfermedad .
El conocimiento de la ecología y la biología de los moluscos hospederos son fundamentales para entender sus relaciones con los parásitos, y el control sobre los hospederos intermediarios es la forma más eficaz de prevenir las enfermedades transmitidas por los parásitos.
Influencia del cambio climático en la presentación de enfermedades reemergentes y emergentes trasmitidas por vectores:
Según Poveda et al. (2000) en las últimas décadas, están ocurriendo cambios globales de manera acelerada, los cuales afectan la dinámica interna del Sistema Terrestre y en muchos casos, estos cambios están fuertemente relacionados con las actividades humanas y son el resultado de un profundo conflicto en la relación hombre-naturaleza. Recordemos que "La Naturaleza inspira, cura, consuela, fortalece y prepara para la virtud al hombre". Solo hay un modo de que perdure: respetarla y servirla.
Esta nueva serie de fuerzas naturales desencadenadas en cierta medida por las actividades humanas, incluyen la fijación de nitrógeno artificial, la emisión de gases de efecto invernadero, la disminución de los caudales de agua dulce y potable, la degradación de los ecosistemas acuáticos y terrestres, los aumentos en las tasas de erosión y la pérdida de especies, entre otros. (Haines et al., 2000). Al conjunto de estos cambios es a lo que se le ha denominado Cambio Global, cuyos efectos se cruzan y se magnifican con los efectos del pasado y con los patrones actuales de conflicto, pobreza, enfermedad y malnutrición de la población humana. (Loaiza y Gonzales 2004)
Algunos autores han identificado las pérdidas de biodiversidad como el problema ambiental más grave del presente y próximo milenio y está generalmente relacionado con la degradación de los ecosistemas y los cambios en el uso de la tierra. (Feisinger. 2001)
Investigaciones realizados por Harvard Medical Scho (2002) revelan que desafortunadamente las pérdidas en biodiversidad ocurren en forma exponencial y su magnitud se mide en términos de extinción de especies y destrucción de hábitat. Muchos han estimado esta pérdida en 100 especies por día, lo que significa una tasa de extinción 1000 veces mayor a la tasa natural.
De acuerdo a los trabajos realizados por Robert. (2004) entre los países con mayor biodiversidad a nivel mundial se encuentra Colombia y algunos han proyectado una pérdida de una cuarta parte de los hábitat naturales existentes durante los próximos 50 años. La escala y tasa actual de pérdida de biodiversidad es tal, que pone en riesgo la viabilidad de nuestra propia especie al romper con los procesos ecológicos vitales. Además de las transformaciones antro picas a los ecosistemas, como la deforestación, las mayores amenazas para la diversidad son los impactos de especies invasoras, el aprovechamiento indiscriminado de especies y los efectos de la contaminación, la urbanización y el cambio climático. Todos estos cambios son una amenaza para la salud humana y animal. Cualquier pérdida de biodiversidad afecta los beneficios que la misma ofrece al ser humano y animal, especialmente las concernientes a su salud. Tanto la industria biofarmacéutica, como los sistemas de medicina tradicional, el abastecimiento de agua potable y los modelos de producción de alimentos informales desarrollados a nivel local por comunidades, son vulnerables a los procesos de transformación cultural y los cambios en la estructura y composición de la biodiversidad .(McMichel y Haine. 1997). Lo especialmente grave, es el cambio en la dinámica de las enfermedades infecciosas como resultado de los cambios en la biodiversidad y los usos de la tierra, debido a que al cambiar los ecosistemas se alteran directa o indirectamente los ciclos vitales de organismos involucrados en el mantenimiento y transmisión de enfermedades infecciosas que afectan a los humanos y animales. Cualquier perturbación ecosistémica puede resultar en pérdida de especies de la diversidad biológica, en la explosión de poblaciones de especies competidoras y el cambio de hospederos naturales de los patógenos a nuevos hospederos -incluido el hombre .
Los organismos protagonistas de este proceso son, los agentes infecciosos, como virus, bacterias, parásitos y hongos, los vectores transmisores del patógeno a los humano y animales, como insectos, artrópodos y moluscos y los reservorios del vector o del agente infeccioso como tal, que pueden ser los mismos humanos, mamíferos domésticos o silvestres y aves, entre otros. Las rutas de transmisión de infecciones –aire, alimentos, agua, etc.- también se alteran con los cambios medioambientales, incidiendo asimismo en la dinámica de las infecciones. (McMichel y Haines .1997)
Asumiendo que la infección es el resultado del desequilibrio en alguno de los Eslabones de la cadena: Agente – Huésped – Medio ambiente, se entenderá el papel que las los cambios ambientales -clima, ecosistemas, diversidad- desempeñan en la dinámica de las infecciones, tal es el caso las enfermedades transmitidas por vectores como la malaria, el dengue, la tripanosomiasis, las encefalitis virales y la esquistosomiasis, entre otras que dependen de ciertas condiciones climáticas para proliferar .
La fiebre aviar es quizás un ejemplo de esté problema. Se ha observado que el aumento de las temperaturas y la variación de las lluvias afectan tanto la proliferación y el comportamiento de los vectores y huéspedes intermediarios, como la variabilidad y las tasas de maduración de los agentes infecciosos. Algunas de las patologías mas comunes que están en estrecha relación con el clima son el dengue, la schistosimiasis, e infecciones como las encefalitis virales, transmitidas por garrapatas; la Leishmaniasis , transmitida por moscas del género Lutzomyia ; la enfermedad de Lyme, causada por una espiroqueta ( Borrelia bugdorferi ) y transmitida por una garrapata y la tripanosomiasis, transmitida por insectos hematófagos; etc. Con los cambios en el clima, suceden cambios en el agua y su temperatura, en el aire y en la alimentación, y como consecuencia de esto, los gérmenes que nos infectan sin necesidad de intermediario, sino a través del consumo o contacto con materias contaminadas, también se ven beneficiados en cuanto a su ciclo vital y reproductivo. Tal es el caso del Cólera que encuentra un ambiente muy favorable en las cada vez más cálidas aguas costeras y en los estuarios que asocian el crecimiento de algas – reservorio natural de Vibrio cólera.
Asociados al cambio climático y a la alteración del ecosistema se encuentran otros fenómenos que inciden en diferente medida en el comportamiento de las infecciones. Algunos de ellos son. (Rivera, 2008)
El desplazamiento de asentamientos humanos a los límites de los bosques, como consecuencia del crecimiento poblacional y de la deforestación, que Conllevan una mayor interacción entre el hombre y los vectores, y que favorece el crecimiento de las poblaciones de hospederos.
La reforestación con monocultivos en ocasiones representa condiciones más Idóneas para la reproducción y desarrollo de algunos patógenos, entre los que comúnmente se encuentran los responsables de las enfermedades transmitidas por vectores.
El uso del agua para sistemas de riego de cultivos, embalses, estanques para el cultivo de peces, acumulaciones de agua estancada -como los que se forman en llantas, envases y otros "desechos" humanos- genera efectos importantes sobre las infecciones, sobre todo aquellas transmitidas por mosquitos y moluscos . El desarrollo agropecuario rompe de tal manera los ecosistemas naturales, que tiene importantes consecuencias sobre las infecciones que aquejan al ser humano, facilitando la transmisión de enfermedades" silvestres" al hombre y promoviendo la desaparición y aparición de zoonosis, y poniendo en contacto los agentes infecciosos con otros animales domésticos o con el ser humano.( Hay, 2002 ) .Pueden llegar a ocurrir variaciones en el material genético de los agentes infecciosos, haciendo que se comporten como patógenos y desencadenando epidemias de difícil control y alta morbimortalidad como consecuencia de mutaciones que confieren mayor virulencia a los gérmenes. Este es el caso del virus de la Influenza que causa "el abrazo del pato", como se le llama popularmente.
Enfermedades de mayor impacto que trasmiten los moluscos en América Latina y en Cuba:
Según Cao (2007) la urgencia de las investigaciones de los moluscos fluviatiles se ha ido incrementando gradualmente hasta el punto de convertirse en una de las formas más importantes de prevenir numerosas enfermedades transmitidas por parásitos, quienes usan a estos moluscos como hospederos intermediarios para completar su desarrollo. Pueden afectar a los seres humanos provocando en ellos dolor abdominal, hepatomegalia, fiebre, vómito y diarrea, y en la fase crónica produce obstrucción biliar e inflamación.
Stothard et al., ( 2002) y Alarcón de Noya et al., (2002) señalan que diversas especies de moluscos dulceacuícolas constituyen hospederos intermediarios de parasitosis de importancia médico- veterinaria, sin embargo, la relevancia de otras radica en los problemas económicos que pueden provocar, tal es el caso de Corbicula fluminea , nombrada en algunas regiones como "peste de agua", debido a su tendencia de invadir numerosos ecosistemas con un amplio rango de calidades de agua y sedimentos.
De Carvalho et al., (2001) plantean que algunas especies de moluscos del orden Basommatophora son hospederos intermediarios de fases inmaduras de trematodos di genéticos de importancia médico-veterinaria y por tanto socio-económica. Las familias de ese orden descritas en Brasil son: Planorbidae, Lymnaeidae, Physidae, Ancylidae y Chilinidae, siendo las dos primeras las más importantes desde el punto de vista epidemiológico, debido a que en ellas se encuentran géneros que son hospederos intermediarios de helmintos que parasitan al hombre y a animales domésticos. (Mas-Coma et al., 1999). En la familia Planorbidae se encuentra el género Biomphalaria que tiene especies como B. glabrata, B. tenagophila y B. straminea que son hospederos de Schistosoma mansoni (Trematoda, Schistosomatidae), parásito del sistema sanguíneo humano y de otros animales y causante de la esquistosomosis.
Borda (2006) hace referencia a un proyecto entre el ICAA y la UNNE sobre la esquistosomiasis, luego de varios meses de investigación y vigilancia epidemiológica de la enfermedad, trasmitida por el caracol de agua dulce al hombre en las cuencas del río Miriña en Corrientes, un primer estudio reveló la existencia del caracol pero no fue detectada infección natural en ninguno de los moluscos colectados entre diciembre del 2005 y febrero del 2006. En cuanto al trabajo realizado en forma conjunta entre el ICAA y la UNNE a partir de un convenio firmado a fines del 2005, las investigaciones realizadas durante los meses de diciembre, enero y febrero últimos, dan cuenta que en los arroyos y cauces estudiados en los departamentos de Mercedes y Paso de los Libres, se encontró el caracol de agua dulce denominado biomphalaria tenagophila, aunque no fue detectada infección natural en ninguno de los moluscos colectados por su parte, Borda afirmó que "hay que seguir con el proyecto y estudiar las demás represas. No puede afirmar que la enfermedad no esté en Corrientes, cuando nos acerquemos más a las fronteras con el Brasil, probablemente, si el proceso de la investigación lo requiera, vamos a tomar una muestra de escolares para ver si hay alguien infectado o no, esa es la única forma que se tiene para saber si existe o no la enfermedad", destacó.
Otras especies como B. peregrina y B. amazonica son también importantes por considerarse hospederos potenciales de este trematodo en Brasil .Las especies del género Biomphalaria también albergan otros tremátodos, entre los que se encuentra Echinostoma sp. (Echinostomatidae) y los pertenecientes a la familia Plagiorchiidae, además de furcocercarias del tipo caratinguensis.
Las especies del género Lymnaea (Lymnaeidae) son hospederos intermedarios de varios tremátodos, siendo Fasciola hepatica (Fasciolidae) el más importante, ya que parasita los conductos biliares de ovinos, bovinos, equinos, caprinos, suínos, caninos y humanos en las áreas endémicas (Cañete et al., 2004) . Además de Fasciola hepatica, los limnéidos pueden albergar helmintos parásitos de mamíferos silvestres, aves, reptiles y anfibios como, por ejemplo Echinostoma sp. (Echinostomatidae), Paramphistomun sp. (Paramphistomidae), Haplometra sp. (Plagiorchiidae), Prosthogonimus sp. (Prosthogonimidae), Plagiorchis sp. (Plagiorchiidae) y Haematoloechus sp. (Haematoloechidae). Lo planteado por este autor se corresponde con el trabajo realizado por (Diéguez et al ., 2005).
En Cuba se han estado realizado importantes investigaciones sobre estos macro invertebrados, pero lamentablemente éstas no han sido lo suficiente amplias. (del Risco, 2004)
Según Rodríguez et al., (2003) la mayor cantidad de ejemplares encontrados fue de la especie Lymnaea cubensis en el Instituto Superior de Ciencias Medicas de Camaguey (ISCM-C) , siendo considerada la principal responsable de la Fasciolosis en Cuba, así como Tarebia granifera destacada biorreguladora de otras especies de moluscos indeseables, abriendo estas nuevas perspectivas investigativas en condiciones naturales, para con ello poder enriquecer los datos bioecológicos con que cuenta nuestro país.
Hace 25 años, se publicó el primer informe de la presencia de Angiostrongylus cantonensis en Cuba y en el hemisferio occidental. A partir de ese momento, se comenzó a diagnosticar en nuestro país esta zoonosis que produce meningoencefalitis eosinofílica, tanto en niños como en adultos. (Martínez et al., 2000)
Según lo publicado por Dorta et al ., (2006) la meningoencefalitis por Angiostrongylus cantonensis se produce por el consumo de alimentos crudos mal lavados como los vegetales y frutas en contacto con las larvas del parásito que pueden encontrarse en estos o en los hospederos intermediarios, que son ciertos moluscos y caracoles terrestres. Este parásito, que es propio del pulmón de las ratas, en el hombre migra hacia el cerebro y produce una meningoencefalitis que puede llegar a ocasionar la muerte. En Cuba, no se han informado muertes infantiles pero sí de adultos que contrajeron la enfermedad. Su incidencia en nuestro país se desconoce porque, en ocasiones, se confunde con otras enfermedades.
Poco tiempo después del primer informe sobre la presencia de Angiostrongylus cantonensis en Cuba, se publicó el reporte de casos en diversas partes del Caribe y Norteamérica. (Raccurt, 2003). Varios países tropicales y subtropicales de América, aún cuando no han informado de su existencia, presentan las condiciones necesarias para su aparición. (Santana et al .,1997)
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