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La educación económica, un reto del dirigente sindical de base


Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Desarrollo
  3. Conclusiones
  4. Bibliografía

Introducción

La declaración de la Conferencia Regional de Educación Superior en América Latina y el Caribe llama la atención con relación a avanzar en la educación a lo largo de toda la vida, sujeta al requisito de reivindicar y dotar de nuevos contenidos que cumplan con los principios de la enseñanza activa.

Con relación a la enseñanza activa, permanente y alto nivel, el propio documento refiere que se cumple con este propósito sólo si ella se vincula de manera estrecha e innovadora al ejercicio de la ciudadanía, al desempeño activo en el mundo del trabajo y al acceso a la diversidad de las culturas.

Estas realidades mundiales, unido al complejo proceso de transformaciones que se desarrollan en la sociedad cubana actual exigen al dirigente sindical una consecuente posición ideológica y teórica que le permita enfrentar esta problemática desde posiciones progresistas que brinda el enfoque marxista para lo cual, las acciones de capacitación estarán dirigidas a los dirigentes sindicales y trabajadores, sobre los que hay que influir para que transformen la realidad en el propio escenario laboral.

El programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) destaca con relación a los cambios que se están produciendo en los procesos productivos, que el desarrollo depende en gran medida de la capacidad de conocimiento y de información, y que por tanto se requieren recursos humanos de calidad. La globalización como proceso no sólo influye en los aspectos vinculados a la economía y las finanzas, sino también en la ciencia, la tecnología, las comunicaciones, la política, y la educación.

En este contexto se desarrolla la capacitación sindical surgida en el período revolucionario, devenida arma estratégica del movimiento sindical cubano para la preparación de sus cuadros, dirigentes, activistas, trabajadoras y trabajadores, en favor de los hombres y mujeres a los que representan y dirigen en todos los niveles y de manera particular en la base, espacio en el que la labor sindical tiene mayor alcance, de ahí la importancia de su efectividad en ese contexto.

El movimiento obrero y sindical cubano y su sistema de escuelas, durante más de treinta años se han dedicado a la preparación de hombres y mujeres, con responsabilidades para dirigir y representar a los trabajadores. Hoy el sistema de capacitación sindical se desarrolla en cuatro escenarios fundamentales: "Escuela Nacional de Cuadros Sindicales "Lázaro Peña"", "las Escuelas Provinciales", "las Aulas Elementales" y otras vías, de la Central de Trabajadores de Cuba, en Ciudad de La Habana, Cuba; las dos primeras, para preparar a los cuadros profesionales, la tercera, para la preparación de los dirigentes de base y la última, concebida para desarrollar actividades cuyos contenidos pueden ser tratados de manera ágil en conferencias, seminarios y talleres, acciones que en la práctica muchas veces realizan los propios cuadros de manera oportuna.

La principal modalidad de estudios que realizan los dirigentes sindicales de base, son las aulas elementales las organizadas para capacitar, bajo la dirección de maestros que representan a las trabajadoras y trabajadores en su entorno, y que son reconocidos en esta labor.

Con relación a los estudiantes que acceden a la capacitación sindical son personas adultas, y de composición heterogénea, en primer lugar, por las distintas responsabilidades sindicales que enfrentan, en segundo lugar, por las tareas laborales que desarrollan y en tercer lugar por sus edades y niveles de escolaridad. Ello requiere un tratamiento diferenciado de cada uno de ellos en el proceso de capacitación. Son dirigentes en activo, por lo que durante el desarrollo del proceso de "enseñanza–aprendizaje", Martínez, R., (hoy en día existe la tendencia por llamar a este método de aprendizaje, como; "aprendizaje–enseñanza"; que en otro tópico trataremos de explicar este punto), deben considerarse sus vivencias y expectativas de la utilidad de lo aprendido, para ejercer sus funciones y llevar el reconocimiento individual con mayor desempeño.

Los alumnos que cursan estudios en las aulas del sistema de escuelas sindicales, tienen que lograr la asimilación de una teoría cercana a la práctica diaria, no es posible que de otra manera puedan cumplir su rol, al dirigir y representar a sus afiliados, en su mayoría personas con experiencia práctica de la vida social y laboral.

En el XX Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba, llevado a cabo en dicho país el 22 de Febrero del año en curso, se aprobaron importantes cambios que tienen que ver con los métodos y estilos de trabajo del movimiento sindical, y muy especial con el sistema de escuelas sindicales, las cuales deben lograr: una adecuada aplicación de enfoques pedagógicos que acerquen más la teoría a la práctica sindical, fortaleciendo las convicciones que eleven el compromiso político–ideológico de los dirigentes en la construcción del socialismo en Cuba.

En la sociedad cubana actual se plantea la importante necesidad de enriquecer la formación cultural y multifacética del hombre cuya preparación lo sitúe a la altura del desarrollo del mundo actual, lo que constituye un reto para la capacitación sindical. Los programas que deben preparar a estos dirigentes sindicales para enfrentar esa realidad, no están correctamente articulados sus contenidos, es ahí donde se evidencia fragmentación de los conocimientos que poseen los dirigentes y trabajadores. Si tenemos en cuenta la heterogeneidad en su composición mencionada con anterioridad, la que se acompaña de las siguientes problemáticas:

  • Los conocimientos teóricos y prácticos de los dirigentes sindicales y trabajadores sobre la educación económica, no son suficientes.

  • El tratamiento que se le da por parte de los cuadros administrativos al cumplimiento de los indicadores económicos en los colectivos laborales no es sistemático.

  • Falta de concientización acerca de la importancia de profundizar en la Educación Económica y laboral de los dirigentes y de todos los trabajadores.

  • El trabajo metodológico que se realiza en la modalidad de la semipresencialidad es insuficiente, y no aporta los conocimientos suficientes para que los maestros y dirigentes puedan actuar, viéndose limitada la autogestión del conocimiento.

Los programas vigentes de aulas elementales para la superación económica de los dirigentes sindicales y trabajadores presentan carencias en:

? Los contenidos que se establecen para la presencialidad no están articulados como un sistema, así mismo ocurre con los que deben aprender en las actividades no presénciales.

? Actividades de estudio independiente no se precisan, se deja abierto a la espontaneidad del maestro que las orienta.

? Hay ausencia en el programa especializado en el tema de eficiencia económica, de las orientaciones metodológicas para el maestro, así como la tipología de clase que debe desarrollarse mientras que el sistema de evaluación es impreciso.

Este análisis conduce a que la autora proponga un diseño curricular en los contenidos económicos en el proceso de capacitación de los dirigentes sindicales en las aulas elementales la cual tiene como objetivo la elaboración de una alternativa curricular.

Desarrollo

El currículo no debe verse como un documento estático, sino como un documento de planificación y acción, en la que se tienen en cuenta los contenidos (conocimientos, habilidades y valores) que los alumnos adquieren durante el proceso de enseñanza—aprendizaje, debe ser motivo de revisión y actualización permanente, tanto en su contenido como en su práctica educativa, por eso se considera el currículo como una continuación que parte de su diseño, su ejecución, su evaluación, tanto en el proceso de ejecución como en la evaluación de los egresados.

El trabajo curricular ha sido objeto de estudio para numerosos investigadores nacionales y extranjeros, que desde diferentes concepciones (epistemológicas, psicológicas, pedagógicas, etc.), han establecido las exigencias y regularidades del mismo en los distintos niveles de enseñanza: Nivel Primario, Nivel Medio, Medio Superior y Universitario. Las investigaciones curriculares en Cuba, en el cuarto y ultimo nivel de enseñanza (postgrado) son mas recientes y se destacan las dirigidas a algunas de las formas fundamentales que componen el nivel, la especialidad, la Maestría y el Doctorado.

Asimismo el currículo como la concreción del diseño, desarrollo y evaluación de un proyecto educativo que responde a unas bases y fundamentos determinados y a una concepción didáctica, es posible distinguir en el mismo tres dimensiones fundamentales: el diseño curricular, el desarrollo curricular y la evaluación curricular.

Con referencia a las tareas del diseño curricular se identifican, en general y bajo diferentes ópticas en el tránsito por: diagnóstico de problemas y necesidades; modelación del currículum, estructuración curricular, organización para la puesta en práctica, diseño de la evaluación curricular.

La estructuración por niveles en el diseño curricular es coherente, con la consideración de un currículo abierto en lo que las administraciones educativas definan aspectos prescriptivos mínimos, que permitan una concreción del diseño curricular a diferentes contextos, realidades y necesidades.

El primer nivel de concreción del diseño curricular, Nivel Macro, corresponde al sistema educativo en forma general, que involucra al nivel máximo que realiza el diseño curricular. Es responsabilidad de las administraciones educativas realizar el diseño curricular base (enseñanzas mínimas, indicadores de logros, etc.), el mismo debe ser un instrumento pedagógico que señale las grandes líneas del pensamiento educativo, las políticas educacionales, las grandes metas, etc.; de forma que orienten sobre el plan de acción que hay que seguir en los siguientes niveles de concreción y en el desarrollo del currículum. Estas funciones requieren que el diseño base sea abierto y flexible, pero también que resulte orientador para los profesores y justifique, así mismo su carácter prescriptivo. Estos tres rasgos configuran la naturaleza de ese documento.

El segundo nivel de concreción del diseño curricular, Nivel Meso, se materializa en el proyecto de la institución educativa o instancias intermedias, el que especifica entre otros aspectos los principios y fines del establecimiento, los recursos docentes, didácticos disponibles y necesarios, la estrategia pedagógica, el reglamento para docentes y estudiantes y el sistema de gestión. El mismo debe responder a situaciones y necesidades de los educandos de la comunidad educativa de la región y del país, debe caracterizarse por ser concreto, factible y evaluable.

Se consideran significativos entre los objetivos de este nivel los siguientes:

  • Adaptar y desarrollar las prescripciones curriculares de la administración educativa a las características específicas del centro.

  • Contribuir a la continuidad y la coherencia entre la actuación educativa del equipo de profesores, que ofrecen docencia en los diversos niveles educativos.

  • Expresar los criterios y acuerdos realmente compartidos por el profesorado.

También es importante el reglamento de régimen interno, como elemento que normaliza, que regula una institución y que va a posibilitar la aplicación en la práctica por medio de la formalización de la estructura del centro y del establecimiento de reglas, preceptos e instrucciones a través de las cuales se ordena la convivencia del colectivo.

El tercer nivel de concreción del diseño curricular, Nivel Micro, conocido por algunos autores como programación de aula. En el se determinan los objetivos didácticos, contenidos, actividades de desarrollo, actividades de evaluación y metodología de cada área que se materializará en el aula. Entre los documentos que se confeccionan están los planes anuales, unidades didácticas y los planes de clases. Ellos dependen de la orientación que emana de los otros niveles si están concebidos como un sistema.

Carlos A. de Zayas, al fundamentar teóricamente las transformaciones curriculares que se producen desde la reforma universitaria en 1962 y de modo particular, desde 1976 con la creación del Ministerio de Educación Superior en Cuba, sintetiza como característica esencial del proceso de "enseñanza–aprendizaje" la de sistema de naturaleza social, holístico y abierto. Horrouitiner P., refuerza este concepto cuando afirma refiriéndose a las dimensiones del proceso de formación que se tiene una visión integradora, holística.

El propósito de elaborar una alternativa para el perfeccionamiento del diseño curricular en los temas económicos como parte del proceso de capacitación de los dirigentes sindicales de aulas elementales, se realiza desde la interpretación materialista dialéctica que posibilita asumir posiciones y tomar decisiones que contribuyan al perfeccionamiento continuo del proceso de "enseñanza–aprendizaje", en correspondencia a las particularidades de las necesidades formativas de los estudiantes y según exigencias de la sociedad cubana.

Según Horrouitiner P., en el proceso de formación pueden identificarse tres dimensiones: la instructiva, desarrolladora y la educativa, considerando que se dan en forma integrada, conforman una tríada dialéctica y no es posible establecer una separación entre ellas, identificando tareas docentes donde sólo se educa y otras donde sólo se instruye o se desarrollan competencias laborales; aún cuando una cualquiera de esas dimensiones, en determinados momentos, pueda connotarse por encima de las restantes.

El currículo como sistema es analizado por R. Domínguez, aporta al desarrollo de la presente investigación en los aspectos siguientes:

  • Las magnitudes de entrada al sistema estarán constituidas por la interpretación de las particulares y cambiantes necesidades de la población y su atención a las condiciones económicas actuales de nuestra sociedad.

  • El ambiente correspondiente al sistema estará conformado por el conjunto de problemas sociales de la población, en primer lugar los del individuo y la familia, las necesidades, los problemas sociales, el nivel de cultura general de la población, en particular, esta autora analiza los de la cultura económica, y los factores de riesgo, todos aquellos que pueden ser impactados por la actividad de los profesionales y su equipo, con el propósito de contribuir al logro de una sociedad culta.

  • Las magnitudes de salida del sistema estarán constituidas por las cualidades que muestra realmente el egresado, mientras que la estrategia de evaluación del proyecto curricular constituirá el elemento regulador, abarcará todos los componentes del sistema, y permitirá la retroalimentación de éste con el propósito de mantener su pertenencia.

Es precisamente en la relación "práctico–objetal" y no en el simple conocimiento de las cosas por el hombre que surgen los valores, constituyen el resultado de la práctica, constituyen sus necesidades más significativas convertidas en aspiraciones e ideales y no pueden existir fuera de las relaciones sociales, de la sociedad y el hombre. Amaro, M. C, al estudio de los "valores" se dedica una rama de la filosofía, que se desprende de ella en los principios del siglo XX, "la Axiología". En documento del Partido Comunista (2007), se definen los valores como "determinaciones espirituales que designan la significación positiva de las cosas, hechos y fenómenos, relaciones y sujetos, para un individuo, un grupo, o clase social, o la sociedad en su conjunto". De este documento precisamente se identifican los valores que se seleccionan a los fines del rediseño del programa.

Autores como J. Fabelo, Haydée Acosta, Concepción Romero, desarrollan investigaciones en este campo desde la concepción pluridimensional (dimensión objetiva, subjetiva e institucionalizada) en los valores a desarrollar a nivel de sociedad y a través de la capacitación sindical al considerar "la pretensión de centrar el quehacer de las aulas elementales en la formación de valores en los dirigentes sindicales de forma más plena, dotándolos de cualidades de alto significado. Esto humano, capaces de comprender la necesidad de poner sus conocimientos al servicio de la sociedad en lugar de utilizarlos sólo para su beneficio personal".

G. Viñas, al referirse a la concepción en que se dirige el proceso de "enseñanza–aprendizaje" al desarrollar los valores subraya dos categorías que son fundamentales desde el enfoque histórico cultural de "Vigotsky", como tendencia pedagógica contemporánea: la actividad y la comunicación, que en su interrelación permiten explicar el desarrollo humano, comprender la psiquis como fenómeno interindividual lo que a su criterio hay que trabajarlas cuando se trata de elaborar los objetivos de los programas, de los temas y de cada una de las clases de forma tal que orienten la actividad del profesor y la de los estudiantes al convertirse en sujetos activos de su propia formación.

La actividad principal de la educación representa para algunos cambiar a los individuos en alguna medida: agregar conocimiento al que ya poseen, permitirle desempeñarse en habilidades que, de otra manera no podrían realizar, desarrollar ciertas comprensiones, intuiciones y apreciaciones. Sin embargo las exigencias actuales indican la necesidad de desarrollar un hombre pleno íntegro, por lo que no sólo su formación debe ir dirigida a su preparación en conocimientos, habilidades y algunas destrezas, sino también orientado a encontrarle solución a las necesidades de su contexto, poseedor de herramientas y estrategias para contribuir al bien común de la sociedad en que vive y por tanto con determinados modos de comportamientos socialmente establecidos, valores, aptitudes, afectos.

Se coincide con G. Viñas, que la instrumentación de los propósitos de un proyecto en educación a partir de los programas no se hace consciente y se trabajan los conceptos, principios, leyes, habilidades de la(s) ciencia(s) propias sin trabajar aquellos contenidos que no siendo los identificados como específicos, si inciden en dicha formación como son los de la formación político moral, las habilidades para el estudio y los procedimientos lógicos del pensamiento.

G. Viñas, considera dos aspectos fundamentales que en la elaboración de los currículos debieran considerarse teniendo en cuenta el carácter social del aprendizaje y que son: el relacionado con todo el bagaje de los conocimientos de la ciencia acumulados en el desarrollo de la humanidad y, un segundo aspecto que es que tanto en el proceso de formación del profesional como en su futuro desenvolvimiento en el ámbito laboral, su actividad transcurre en un medio social donde debe interactuar, comunicarse, expresar sus criterios, asumir posiciones, colaborar, influir sobre otras personas y a la vez recibir y aceptar la influencia de otros. Luego materializarlos en la ejecución de dichos currículos.

La Didáctica de la escuela superior cubana aporta a la fundamentación que la autora de la presente investigación realiza: su categoría más importante es la de "proceso de enseñanzaaprendizaje", si se tiene en cuenta que este proceso puede transcurrir en diferentes contextos sociales entonces es mejor llamarlo "escolarizado" para distinguirlo de aquellos que son también procesos de "enseñanza–aprendizaje" y que no son objeto de estudio didáctico por acontecer en la familia o en el ámbito comunitario. Según Ginoris es: "la formación científicamente planeada, desarrollada y evaluada de la personalidad de los alumnos en un centro docente de cualquier nivel. Es un proceso porque ocurre de manera sistemática y progresiva, por etapas ascendentes, cada una de las cuales está marcada por cambios cuantitativos, que conducen a cambios cualitativos en los alumnos, en los aspectos cognitivos, volitivos, afectivos y conductuales".

Su objetivo es descubrir las leyes, regularidades y principios que determinan las características, el funcionamiento y el desarrollo del proceso de enseñanza escolarizado, su función es conformar y desarrollar continuamente un sistema teórico que permita planear, conducir y evaluar de manera eficiente el proceso de enseñanza aprendizaje escolarizado. Sus leyes: la del condicionamiento histórico concreto del proceso de enseñanza aprendizaje, la de que el mismo posee estructura y función de sistema; la que expresa la unidad dialéctica entre la instrucción y la educación.

Desde los fundamentos de la sociología se destacan de estas definiciones las relaciones que se establecen entre los sistemas educativos y la sociedad a un nivel macro, así como los procesos sociales que tienen lugar dentro de las instituciones educativas, etapas, ciclos y prácticas educativas que en el caso que se investiga se extiende a las interrelaciones que se producen en condiciones de amplio acceso de la educación.

Otra característica que se significa como un hilo conductor en el proceso de "enseñanza–aprendizaje" es el vínculo de lo que se conoce o está por conocer con los intereses, emociones, sentidos que para el sujeto cognoscente tenga ese aprendizaje, de modo de aprovechar al máximo las posibilidades que brinda este proceso para formar integralmente la personalidad y potenciar su desarrollo. Es la relación necesaria entre conocimiento y afectos. De hecho constituye un principio que trasciende: la relación entre lo "cognitivo–afectivo" desde el enfoque histórico cultural.

Con carácter relevante, desde el enfoque histórico cultural y su sustento en la psicología marxista contemporánea, resultan a los fines de una investigación de este tipo el concepto de "zona de desarrollo próximo" de L. S. Vigotsky, la "Teoría de la Actividad de Leontiev", el método del análisis teórico de la actividad como fundamento para la determinación de las tareas profesionales, y la modelación del proceso de "enseñanza–aprendizaje" a través de las etapas de formación de las acciones mentales y los conceptos de Galperin.

Desde el presupuesto de que la "enseñanza–aprendizaje" conduce a la adquisición e individualización de la experiencia "histórico–social", puede interpretarse como una aproximación gradual, como proceso, al conocimiento, desde una posición transformadora, con especial atención a las acciones colectivas, que promueven la solidaridad y el aprender a vivir en sociedad. La influencia del grupo –de los otros–, es uno de los factores determinantes en el desarrollo individual.

Se le confiere una gran trascendencia al carácter desarrollador del proceso de "enseñanza–aprendizaje" cuando se reconoce que la dirección del aprendizaje no sólo debe estar orientada a lo que los estudiantes pueden hacer según su edad cronológica y desarrollo actual para resolver independientemente un problema sino a lo que pueden hacer o resolver con determinadas pistas, apoyos de colaboradores que estimulen e incluso aceleren su desarrollo.

Desde una visión contemporánea del proceso de "enseñanza–aprendizaje", y a los fines del rediseño de la asignatura, en lo que concierne a sus componentes personales y no personales, la autora de la investigación asume los fundamentos siguientes: el objetivo es elemento orientador del proceso y responde a la pregunta ¿Para qué enseñar y para qué aprender? Constituye una representación del resultado que se espera lograr y está condicionado por las exigencias sociales de una determinada época. Se formula en términos de acciones, en relación con los contenidos que son objeto de asimilación, y con el nivel de profundidad así como en las condiciones que se realizarán. Ellos permiten asimismo al estudiante y al (la) profesor(a) o maestro(a), controlar, regular y evaluar la marcha y el resultado de la enseñanza y el aprendizaje siempre que los mismos se hagan consciente de este importante componente.

El contenido es aquella parte de la cultura que debe ser objeto de asimilación. Responde a la pregunta ¿Qué enseñar y qué aprender? Posee como elementos integrantes los conocimientos que reflejan el sistema de ideas que el hombre posee de los objetos de la naturaleza, de la sociedad y el pensamiento, las habilidades que recogen el modo en que se relaciona el hombre con dichos objetos y los valores que indican la ponderación que el hombre hace de los mismos.

El método corresponde a la pregunta: ¿Cómo enseñar, cómo aprender y cómo aprender a enseñar? y constituye el conjunto de los procedimientos, técnicas, acciones y operaciones que se requieren para alcanzar los objetivos propuestos, considerados, los contenidos a desarrollar y su complejidad, las características de los que aprenden, los medios con que se dispone; así como condiciones en que se desarrollará el proceso. Implica una participación activa y consciente de los que participan mientras que las condiciones se refieren al contexto físico, el tiempo, los aspectos materiales que se organizan; así como los elementos internos psicológicos del sujeto que aprende. Cuando se crea un clima emocional favorable en la enseñanza se contribuirá a desarrollar intereses y motivos hacia lo que se aprende y al cumplimiento de sus objetivos.

Las formas constituyen estructuras organizativas ajustadas a un tiempo previamente establecido en una dinámica en la se interrelacionan los diferentes componentes del proceso. Responden a la pregunta: ¿Cómo organizar el enseñar y el aprender? La clase es una de ellas.

El medio responde a la pregunta: ¿Con qué enseñar y aprender?, y constituye el apoyo que potencia el aprendizaje, y posibilita la relación del que aprende con el contenido de enseñanza en vínculo con los métodos y a través del lenguaje que expresa, que pueden ser imágenes o representaciones, gráficos, símbolos u otros y que pueden constituir una vía para contribuir a la síntesis que necesariamente debe producirse cuando el que aprende procesa la información que recibe.

La evaluación responde a la pregunta ¿en qué medida se logran los objetivos?, es el componente que permite el reconocimiento de logro de los objetivos (adquisición del contenido de aprendizaje), la identificación de deficiencias, determinación de potencialidades y limitaciones, determinación de métodos y medios nuevos o más adecuados. El proceso de evaluar es en sí siempre diagnóstico, permite llegar a conocer el estado real o desarrollo actual y prever estado posible inmediato o próximo de cada uno de los sujetos que aprenden, esto hace posible individualizar el proceso de "enseñanza–aprendizaje".

R. Martínez, se adscribe al concepto de C. Álvarez, de que la tarea docente debe ser considerada como la célula esencial del proceso y por ende portador de cada uno de esos componentes relacionados anteriormente mientras que un sistema de tareas que se recomienda debe responder a las exigencias de cada uno de los momentos del ciclo cognoscitivo o de los momentos del proceso de asimilación por los estudiantes del objeto de estudio. En este sentido la autora considera que es necesario profundizar desde el trabajo metodológico a partir del rediseño del programa.

El (los) profesor (es), componente personal del proceso de "enseñanza–aprendizaje" vistos no como dueños del saber, sino como personas en capacidad y posibilidad de estimular el diálogo y la socialización del conocimiento, brindar espacios para la reflexión y el debate participativo orientado y dirigido. Que reconociendo en cada estudiante una individualidad con su propia historia, se provoque intereses comunes, se aglutine a todo el grupo en torno a la resolución de las tareas planteadas.

El (los) alumno–grupo, componente personal del proceso de "enseñanza–aprendizaje" como las personas con un papel protagónico activo y transformador que llegan al aula con experiencias previas a las que hay que preparar en el desarrollo de un pensamiento teórico y reflexivo para que de manera consciente y sistemática participe en la construcción y reconstrucción de sus conocimientos, habilidades y valores lo que constituye el ideal deseado en la búsqueda de un sujeto en posibilidad de aprender de forma permanente.

Llama la atención al respecto la búsqueda de modelos educativos más interactivos, dialógicos, más intencionados en los saberes necesarios para la convivencia, mientras que la introducción de las tecnologías de la información y las comunicaciones en el proceso de "enseñanza–aprendizaje" y el modelo semipresencial que se desarrolla demandan el estudio de cómo comunicarse y buscar alternativas.

En la instrumentación didáctica del programa que se rediseña para un currículo real se hace necesario entonces modelar situaciones de enseñanza-aprendizaje preferiblemente problémicas, de situaciones o casos, presentes en ellas los diferentes componentes del proceso de "enseñanza–aprendizaje", diferentes roles de los docentes, los alumnos, y la comunidad; considerar las relaciones ínter materias, temas globales, centros de interés, la multiculturalidad entre otros aspectos. Pueden hacer uso de los medios masivos de comunicación y los entornos pueden ser reales o virtuales, favorecer que el marco del salón de clases se extienda en un continuo al entorno, a la familia, la comunidad y la sociedad en general.

El modelo pedagógico, cuya utilización en el Sistema de Escuelas Sindicales, tiene fecha reciente y por lo tanto resultados incipientes, ha sido, sin embargo, motivo de especial interés para la autora, quien ha considerado propicias las circunstancias para su investigación y puesta en práctica de una Alternativa Curricular, en función de contribuir con la preparación de los dirigentes sindicales de base a la incidencia de una participación efectiva de los trabajadores, en la batalla por la cultura económica, lo que a su ves propicia de forma consciente en los dirigentes sindicales el cumplimiento de la Política Económica de la Revolución en la etapa actual. Es necesario vincular más la teoría con la práctica sindical para que los hombres y mujeres desde sus puestos de trabajo sean más competentes, posean un nivel mayor de conocimientos, habilidades y actitudes necesarias en el desempeño de sus labores. Lo que conducirá a tener una activa participación en la discusión de sus presupuestos o planes de la producción o servicios en sus asambleas de afiliados, lo cual asegura un mayor sentido de pertenencia al ejercer los trabajadores su derecho de participación en la gestión económica, como corresponde a un proceso socialista.

El tema de la cultura económica ha sido polémico y poco trabajado en la Ciencias Sociales, dadas las condiciones económicas, políticas, sociales y espirituales en que vive el mundo. Hoy es de extraordinaria urgencia prestarle más atención lo que requiere del fomento y desarrollo de una cultura económica que se corresponda con la realidad vigente, una cultura económica humanista para el desarrollo sostenible, que sirva de contrapartida a la contracultura que trata de imponer al mundo el imperialismo, sobre todo el norteamericano.

Un análisis teórico del tema en pocas cuartillas es muy difícil, sólo se seleccionan a los fines de la investigación algunas precisiones conceptuales que permitan trabajar en la alternativa curricular.

Los anexos entre economía y cultura pueden comprenderse mejor a partir del análisis de la relación entre Economía e Ideología, entendida la economía como reproducción de la vida material y la ideología como el sistema de ideas y concepciones que reflejan la vida económica

La concepción materialista de la historia parte de la tesis de que la producción es la base de todo orden social, las condiciones materiales de existencia determinan la conciencia social, las formas ideológicas. Para Marx y Engels, la economía es el factor que determina en última instancia, esta tesis ha sido víctima de deformaciones en vida de los autores y postmorti, ya el propio Engels había advertido sobre ello en carta a Joseph Bloch del 21–22 de septiembre de 1890.

La práctica revolucionaria de Cuba ha demostrado el efecto que sobre la base económica causan determinados elementos superestructurales, un país que desde comienzos de los años 90 del siglo XX ha tenido que enfrentar una crisis económica, sin que ello implique una crisis política; una Revolución que precisamente se ha mantenido erguida por sus puntales políticos, ideológicos, éticos, culturales que se han fundido como columnas de hierro en la medida que las dificultades económicas se soportan y se van superando. Por otra parte conocemos países de una vasta economía que han tenido que afrontar las más agudas crisis políticas, de gobernabilidad y sociales que constata la historia capitalista de los últimos tiempos.

La tendencia de la política social y económica conduce a la regimentación completa de todos los aspectos de la vida y de los actos del individuo, la importancia primordial de la educación económica radica en que se preocupa por ayudar a los alumnos a comprender algunas de las relaciones básicas entre nuestro sistema económico y nuestra forma de vida, permitiéndoles por lo tanto que como ciudadanos tengan conocimientos para tomar decisiones sobre cuestiones económicas.

El éxito o el fracaso de la empresa tendiente a sustituir ideas sanas en lugar de las erróneas que prevalecen, dependerá en último término de la capacidad y personalidad de los hombres a quienes tocará realizarla. Si en esta hora de decisión faltan los hombres idóneos, entonces la ruina de nuestra civilización es irremediable. Su preservación, reconstrucción y continuación requieren los esfuerzos unidos de todos los hombres de buena voluntad.

Hoy no es posible entender el mundo ni poder participar en su transformación sin aquellos conocimientos económicos, sin duda problemas que afectan a nuestras sociedades y al conjunto de la humanidad. Los conocimientos económicos han de ser un medio para educar a los trabajadores y los ciudadanos en general para que actúen en una sociedad democrática, para que quiera profundizar en la democracia y reducir los desajustes y desequilibrios existentes, para que quieran comprender e intervenir en un mundo cada vez más complejo e interdependiente, no se puede pensar que ello se realice a través de una sola vía.

El autor de este trabajo asume que falta una buena dosis de conocimientos económicos –o de cultura económica, hay mucho que avanzar en el conocimiento esencial de la economía– aún hoy, una buena cantidad de personas son analfabetos económicos. Así como es de beneficio para los humanos conocer algo de las bellas artes, de historia y de otros temas que elevan el desarrollo de la persona, también son necesarios los conocimientos de economía. No creo que deban ser profundos, sino los más sencillos y de aplicación práctica.

Cosas tan básicas parecen ser totalmente desconocidas. Igualmente, muchos argumentan que las cifras de una economía que crece son falsas porque a ellos en lo personal les va mal: las cifras globales de una economía son generales y son la suma algebraica de lo que sucede en muchos sectores, por lo que la situación personal no tiene que ser un reflejo idéntico de la situación general.

Esta falta de cultura esencial en economía es una causa principal, un conocimiento distorsionado de la realidad, llevará a decisiones equivocadas.

Es en este sentido la autora de esta investigación defiende la idea que la capacitación sindical ha de contribuir a que a trabajadores y dirigentes sindicales se conviertan en ciudadanos y ciudadanas concientes y responsables, facilitándoles a través del conocimiento creado por los planes de capacitación, una comprensión mejor de la sociedad y sus problemas, e intervenir en su solución.

La cultura siempre ocupó un lugar destacado en los procesos productivos y en la economía, de ahí que el socialismo hay que construirlo trabajando, por eso la necesidad de preparar a los dirigentes sindicales. Los dirigentes sindicales deben estar dotados de los conocimientos sobre la economía del país. Si tenemos en cuenta que el Gobierno Revolucionario tiene una posición muy definida respecto a los problemas sociales: es, sin género de dudas, el primer gobierno que defiende a los trabajadores.

Hoy existe desconocimiento sobre los problemas económicos, se necesita una noción más clara, conocer las causa de nuestras limitaciones en ese orden y el modo de resolverlas. Lo que deberá lograrse en el fortalecimiento de las convicciones que eleven el compromiso "político–ideológico" de los dirigentes en la construcción del socialismo en cuba, el logro de una actualización permanente, así como una mayor eficacia de su desempeño.

En esta alternativa se deben considerar las necesidades, requerimientos y procedimientos más generales de carácter "científico–pedagógico" para contribuir a que el currículo de las escuelas sindicales responda a las demandas sociales, sean estas tanto desde las ciencias económicas, las funciones y tareas que los mismos realizan así como por las exigencias pedagógicas, didácticas y curriculares que corresponden con la visión y las nuevas realidades de la dirigencia sindical en Cuba.

En las bases de la "alternativa para la transformación curricular" se sitúa en primer lugar el conjunto de condiciones objetivas y subjetivas de carácter económico, político, social, cultural y científico; que directamente se corresponden con las particularidades de la formación de los dirigentes sindicales. Desde ellas se conciben las aspiraciones y particularidades pedagógicas del proceso de formación de los mismos.

  • Bases políticas y filosóficas de la alternativa curricular.

Las ideas del líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz, por el carácter científico y estratégico de sus convicciones sobre la educación en la conformación de una nación y un pueblo libre merecen especial atención; así como el principio de la justicia que es vital en el plano de la capacitación sindical y que se materializan, entre muchos aspectos, en el aula elemental.

Se sitúan entre los principales fundamentos filosóficos de la alternativa curricular en la formación de los dirigentes sindicales las ideas de Ernesto Che Guevara, cuyo pensamiento dejó un legado de formación del hombre bajo los principios de la educación integral; así como teóricos y prácticos para la dirección de la economía. Su vida constituye un ejemplo a seguir en el orden político, económico, social y ético.

  • Bases psicológicas, pedagógicas y didácticas de la alternativa curricular.

Desde la convicción de que el proceso de formación de los dirigentes sindicales es, ante todo, un proceso de formación y desarrollo de la personalidad, de sus esferas cognoscitivas y "afectivo–volitivas", se determinan los fundamentos psicológicos para el proceso curricular en la formación del dirigente sindical.

Se reconoce que la formación del dirigente sindical debe sustentarse en una interpretación materialista y dialéctica del surgimiento de la psiquis y de la personalidad, así como del aprendizaje y el desarrollo.

En la formación del dirigente sindical las acciones formativas han de sustentarse en la convicción de que las condiciones biológicas y sociales son premisas para el surgimiento de la psiquis y la conformación y desarrollo de la personalidad, mientras que la actividad social y la comunicación, en que entra cada individuo, son los factores determinantes de su aparición y desarrollo.

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