Los riesgos de Internet en el contexto familiar (página 2)
2. FAMILIA E Internet
Resulta indudable que la sociedad actual atraviesa un periodo de cambio y/o evolución, que está siendo analizado desde la sociología, la pedagogía, la antropología, la psicología. Los estudios surgidos de estas disciplinas sociales resaltan la importancia de los cambios que se están experimentando y como éstos afectan a todos los sectores sociales: a la escuela, la religión, la política, la economía y a la familia. Por supuesto no se van a tratar aquí los cambios experimentados en cada uno de estos sectores pues resultaría improcedente, además de una tarea excesivamente laboriosa y desvinculada del tema de análisis.
No cabe duda de que las sociedades cambian pero, como dice Tremblay (2001), la cuestión ya no es detectar este cambio, el desafío consiste en comprender la dinámica, dirección y amplitud del cambio. Estos cambios vienen acompañados de distensiones y enfrentamientos, de un determinado tipo de dialéctica entre los grupos sociales e ideológicos. Se puede así atisbar cambios substanciales que afecta a la estructura social condicionados en parte por el maridaje entre la política y los aspectos tecnológicos (universalización de las redes telemáticas-red Internet, generalización de las tecnologías interactivas multimedia, etc), pero si bien son los primeros fundamentos a los que se acuden, no son los únicos a los que se debe recurrir.
La relativa rapidez con la que se han producido éstos cambios ha llevado a algunos teóricos (Castells, Tourine, Masuda, Nora y Minc, Bangemann ) a considerar esta etapa como una nueva revolución social que han coincidido en denominar de la Información o Informacional, al poner el acento en el desarrollo tecnológico. Las características de la Sociedad de la información aportadas, entre otros, por estos teóricos, nos muestra una perspectiva alejada y a la vez fusionada con las características enarboladas por las teorías sociológicas de los últimos 50 años.
Nadie puede negar que nos encontramos inmersos en una sociedad mediática, en la que los medios de comunicación de masas van adquiriendo cada vez un mayor protagonismo. Los medios de comunicación de masas se definen como "… aquellos sistemas mediáticos de información unidireccional, que de forma individual o en interacción, transmiten mensajes a una serie de personas "a priori" desconocidas y de forma simultánea" (Cabero y Loscertales, 1995,103).
Estas tecnologías están influyendo en el perfil del "nuevo" adolescente, de manera que se hace muy difícil establecer paralelismos entre el adolescente actual y el adolescente de hace unas décadas, no tanto a nivel psicológico-evolutivo, cuanto a nivel social, destacando especialmente los cambios experimentados en la familia, en las relaciones en el grupo de iguales y en la interacción con las Nuevas Tecnologías. En muchos aspectos, el contexto familiar de los adolescentes de hoy en día es completamente diferente al que tenían sus propios padres y abuelos (Musitu, 2001).
Si algo tenemos claro, sobre todo después de la revisión que hemos realizado al inicio de este trabajo, es que la relación entre Internet y familia es inevitable. En primer lugar porque ambas comparten a función de socializar a las nuevas generaciones. "La red está transformando muchos ámbitos del funcionamiento de la economía; está cuestionando el marco jurídico de los estados; y modificando incluso las relaciones humanas, y ese proceso ha avanzado de forma sostenida desde mediados de los años noventa" (Badia, 2003). Entre los efectos que las nuevas tecnologías puede ejercer en los más jóvenes Cabero (1994) destaca la influencia que tiene en la modificación de actitudes y opiniones de los receptores, en la disminución del rendimiento académico y de las capacidades intelectuales, y su posible influencia en la manifestación de conductas agresivas, resultado de la exposición continuada y constante a imágenes violentas.
En el análisis que hace Sancho (1998) del papel que los medios tienen en el entorno social, reconoce que la escuela no es la única ni la más influyente en la educación de los jóvenes, ya que las nuevas tecnologías posibilitan nuevos modos de presentar la información cultural y han multiplicado el universo de las representaciones sociales, poniendo al alcance de sus usuarios un espacio enorme de socialización. Este espacio de socialización se caracteriza por la supremacía de la imagen y sonido frente a la cultura impresa, haciéndose necesario el desarrollo de nuevas habilidades para la adquisición del conocimiento. Este factor de supremacía de la imagen en la sociedad actual ha sido contemplado por autores como Simone (2000), Ramonet (2002), que presta especialmente atención a la televisión y a la modalidad interactiva de la misma, y Maherzi (1999); este último autor, llega incluso a considerar que el sector audiovisual, el de la informática y el de las telecomunicaciones convergen en un único modelo dominado por el uso, elaboración y manipulación de la imagen.
Esta misma apreciación la realiza Simone (2000) al considerar que actualmente las nuevas tecnologías permiten el tratamiento y la manipulación simultánea de la información (imágenes principalmente, y entendidos como datos ausentes de linealidad e ignorantes del tiempo.), mientras que la información alfabética, propia de los medios impresos, ha quedado relegada a un segundo plano. Este autor señala que el perfil de usuario de las nuevas tecnologías comienza a definirse a partir de los avances tecnológicos de los últimos veinticinco años, y considera que el uso de las tecnologías surgidas o desarrolladas a partir de esta fecha, ha permitido identificar cambios en estas dos formas de procesar la información.
Este autor apunta que esta forma de procesar la información simultánea es la dominante en la población infanto-juvenil de nuestro días. Asimismo, el televisor, el ordenador, la telemática, y sobre todo últimamente, la realidad virtual están sirviendo para amplificar esta forma de "inteligencia simultánea", como la llama Simone.
Por último, Veen (2002 y 2003) apunta que actualmente existe una nueva generación de individuos, que él denomina e-Generación que, a demás de usar las nuevas tecnologías, son capaces de desarrollar procesos mentales vinculadas a ellas. La generación del Homo zappiens, cómo también la ha denominado, son sujetos que actualmente están en la franja de edad de 3 a 16 años y que utilizan tres mecanismos tecnológicos para comunicarse: la televisión y el mando a distancia; el ordenador personal y el ratón, y el teléfono móvil. Entre las capacidades que éstos sujetos han sido capaces de desarrollar, está la capacidad de exploración integrada de la información, la de realizad multitud de tareas de diferente naturaleza, la habilidad para procesar información simultánea (en el sentido en el que la definía Simona), y por último, la habilidad de procesar información de forma no lineal.
Prosiguiendo con este análisis, es relevante prestar atención a que la inevitabilidad de la relación entre Internet y familia radica en el hecho de que el hogar es el ámbito donde el niño se inicia en el contacto con las Nuevas Tecnologías.
Actualmente el hogar es entendido como un espacio donde se puede acceder a diversos medios de comunicación de masas (televisión, Internet, videojuegos, etc.), y es precisamente en este espacio donde los padres, en comunicación con sus hijos, deben desarrollar un papel mediador en el establecimiento de los criterios que deben regular el uso del mismo.
En esta sociedad caracterizada por el desarrollo tecnológico y un fuerte consumismo que arrastra a las personas a preocuparse más por el "tener" que por el "ser", las familias favorecen la incorporación de esas nuevas tecnologías en el hogar, como se puso de manifiesto en las estadísticas recogidas en la introducción de este trabajo. En este sentido, podría afirmarse que los medios de comunicación están territorizando las casas, hasta el punto que la distribución espacial de la vivienda se realiza en función a la localización de los mismos (Hernández y Solano, 2001).
Pero no debemos olvidar que este fenómeno acaecido en los hogares no es más que el reflejo de las tendencias manifestadas en la sociedad. Kerckhove (1999) considera que el empuje de las nuevas tecnología ha favorecido que otras menos novedosas hayan pasado a ser "invisibles", y añade que estamos ante una nueva "patología" llamada narcosis de narciso: debemos poseer la última tecnología que salga al mercado a toda costa, simplemente por el placer que provoca poseerla, sin preocuparnos de las necesidad o no que tengamos de ella; pensemos cuántos teléfonos móviles hemos tenido en un período no superior a cinco años, y cuantos avances tecnológicos han incorporado las nuevas versiones frente a nuestras antiguas posesiones.
A continuación se exponen las interacciones entre Internet y familia, entendiendo que entre ellos existe una relación bidireccional y multifactorial. Resulta reduccionista situarse en planteamientos en los que nos limitemos exclusivamente a estudiar la influencia que Internet tiene en la familia, siendo ésta la tendencia imperante en lo que a las tecnologías se refiere. Por ello, incluimos también el análisis de la influencia que las dinámicas familiares ejercen en los usos y posibilidades de las nuevas tecnologías, teniendo en cuenta, a priori, que se trata de una realidad compleja en la que han de valorar múltiples factores o elementos que se encuentran presentes e intervienen en dicha interacción.
2.1. La incidencia de Internet en las dinámicas familiares
Generalmente la relación entre la familia y los distintos medios de comunicación, ya sea la televisión, los videojuegos o Internet, se ha limitado, casi de forma exclusiva, a estudiar la influencia que estos últimos tienen en los miembros familiares, especialmente en los más pequeños (Hernández y Solano, 2002). No obstante tenemos que ser cautos a la hora de asignar a los medios de comunicación más poder del que realmente le corresponde, ya que los efectos que estos producen en el comportamiento de los menores no suelen ser duraderos ni irreversibles.
Algunas de las manifestaciones que encontramos de la presencia de Internet en los hogares, pero sobre todo, de los cambios de hábitos y valores que está provocando en la familia son:
a) Un nuevo estilo de vida más "hogareño"
La presencia de Internet en casa, con todas las posibilidades comunicativas, educativas, de trabajo y de ocio que facilitan, esta contribuyendo a generar un nuevo estilo de vida que se caracteriza por la vuelta al hogar. Este fenómeno ha sido "bautizado" por los anglosajones con el término "cocooning", que se traduce como una vuelta al capullo, al nido, a la matriz (López Gómez, 2003).
Las nuevas tecnologías están cambiando las dimensiones espacio temporales tal y como tradicionalmente se entendían, apenas existen ya barreras espaciales que dificulten la comunicación entre las personas. De manera que dos personas pueden mantener una conversación y estar viéndose sin necesidad de que uno de ellos se desplace. Ya no hace falta salir de casa para dialogar con los amigos, ni siquiera para jugar, pues los juegos presenciales, están siendo sustituidos por los juegos virtuales en los que varios de los jugadores se conectan en red y forman equipos para conseguir el objetivo que se persigue en el juego. De modo que la inmovilidad en el espacio esta contribuyendo a que se valore más positivamente dicho espacio, considerando el propio hogar como el más adecuado, seguro, intimo, cómodo, familiar, etc.
Sin embargo, a pesar de que el número de personas que trabajan en casa esta aumentando, es cierto que la mayoría no lo hacen de forma exclusiva (teletrabajo), sino como algo complementario. Coincidimos con López Gómez (2003) que esta forma de vida llevada a su expresión más extrema en el que la persona trabaja, compra y lo hace prácticamente todo desde casa, es minoritaria y sirve como ideal.
b) La "brecha digital" en el núcleo familiar.
Del mismo modo que Internet es capaz de revalorizar el hogar, también puede contribuir a marcar las diferencias generacionales que separan a los miembros familiares. Este suceso se conoce comúnmente con el nombre de "brecha digital" en la familia. No todos los miembros que integran una familia se encuentran igualmente predispuestos a la aceptación de un medio tan poderoso en información y comunicación como es Internet. Sobre todo después de las grandes criticas que sobre Internet se han lanzado: influencia negativa en los jóvenes, adicción, desencadena sucesos de violencia, la delincuencia en Internet, fácil acceso a la pornografía, aprender a fabricar bombas desde Internet, etc. Los padres están familiarizados con estos mensajes, se sienten preocupados, y muestran una gran resistencia y negatividad hacia el uso de esta herramienta. Por lo tanto, existen diferencias entre padres e hijos en cuanto a las capacidades que desarrolla cada miembro familiar y que le predisponen a interactuar con el medio de distinta manera, pero además Internet también colabora a distanciar aún más las generaciones, de modo que la vida de los padres se hace cada vez más incompatible con la de los hijos.
c) Individualismo en el desarrollo de la actividad por/con Internet.
Otro de los grandes problemas de interacción que presentan Internet en la familia, es el hecho de que se trata de una actividad que suele realizarse en solitario.
Anteriormente nos reuníamos toda la familia en un lugar de la casa para ver la televisión. Independientemente de que la televisión nos uniera o no, existía un lugar físico en el que coincidíamos todos los miembros de la familia.
Posteriormente, este modelo se fue diluyendo y, aunque el televisor "se ha convertido en un fetiche familiar que ocupa el lugar dominante de la reunión familiar, imponiendo sus normas y el silencio necesario para seguir su discurso " (Rodríguez Diéguez, 2001: 95), cada vez es más habitual que haya más de un televisor en los hogares, en distintos compartimentos de la vivienda, y por tanto, que se haga un uso individual de ellos. Esto fenómeno también se ha puesto de manifiesto con Internet, hasta tal punto que las actividades que desarrollamos habitualmente con Internet se realizan individualmente.
Estaremos de acuerdo al considerar que todos estos factores manifestados en la relación familia e Internet, pueden llevar a favorecer la incomunicación entre los miembros familiares, y con ello, el surgimiento de situaciones conflictivas que puedan llegar a deteriorar las relaciones entre ellos. En este sentido, Ceballos considera que existe una relación directa entre medios de comunicación y la comunicación propiamente dicha, de modo que "en la medida que los medios se desarrollan tecnológicamente, las personas están más incomunicadas" (1999, 5). Nuevamente, debemos reincidir en el papel educativo de la familia, ya que un programa de televisión, una noticia leída en Internet, una receta, o un mensaje que hayamos recibido puede dar pie a debates apasionantes en las familias, siempre y cuando se dé una autentica acogida del niño y éste sienta que puede hablar libremente con sus padres.
A pesar de las limitaciones o directrices que Internet marca a la familia a la hora de interactuar juntos, nos gustaría resaltar que el efecto de los medios no sigue un sentido unidireccional. La familia no se queda de brazos cruzados ante estas interacciones. No es Internet el único en dictaminar las reglas en dicha interacción, ni siquiera es el que lleva la voz cantante. La familia tiene mucho que decir y es precisamente Internet quien depende de las decisiones que se tomen en ella. Por tanto, a pesar del poder que tiene Internet en influir en los demás, en favorecer un nuevo estilo de vida, es la familia quien tiene la ultima palabra, o al menos es quién debería tenerla.
2.2. La incidencia de la Familia en las interacciones con Internet
Son muchos los aspectos familiares que se deben tener en cuenta en la interacción con los medios de comunicación de masas en general, y más concretamente con Internet, dado el auge que este esta teniendo en los hogares en tan poco tiempo.
Coincidimos con Cabero y Bermejo (2003) en afirmar que los medios de comunicación se pueden ver influenciados por el comportamiento existente dentro de las familias ya que depende en gran medida de la edad de los receptores, de si la actividad es desempeñada individual o conjuntamente, de la clase social, de su nivel cultural, de su formación, de la actitud que exista hacia el medio. A continuación vamos a analizar algunos de ellos, aunque somos consciente de no ser exhaustivas, al menos se han recogido aquellos que valoramos como los más importantes y significativos.
a) La adquisición del ordenador.
El primer aspecto sobre el que deberían reflexionar los padres, tratando de ser honestos y sinceros y no engañarse a ellos mismos con pretextos que no responden a la realidad, es a la siguiente cuestión: ¿Quién toma la decisión de comprar el ordenador? ¿Y para qué?. En muchos hogares los padres no son los que toman la decisión de comprar el ordenador, sino que más bien sucumben a los deseos de sus hijos y acceden a satisfacer uno de sus tantos caprichos, sin tener en cuenta la edad del niño, la necesidad del ordenador en casa, las capacidades del niño para manejar el mismo, etc. Internet también esta suponiendo un elemento que denota un determinado estatus y muchos padres lo ponen a disposición de sus hijos porque los demás lo tienen y no quieren que a sus hijos le falte nada (Naval et al, 2003). Otros padres creen que el ordenador e incluso Internet es un recurso más imprescindible en su proceso de enseñanza–aprendizaje, como los diccionarios, los libros de texto, el material escolar, etc. y acceden a comprar el mismo con fines totalmente educativos.
Junto a esta decisión, los padres debían plantearse también, según Cabero y Bermejo (2003b) la cuestión de ¿a quién se le regala antes un ordenador en la familia, al hijo o a la hija?, ya que hubo una época en la que desde la familia se contribuía a sostener el prejuicio de social que etiquetaba a las mujeres como incapaces de utilizar y desenvolverse con los avances tecnológicos y se favorecía una mayor predisposición hacia las mismas en el caso de los niños. Sin embargo, estadísticas más recientes parecen indicar que no existe grandes diferencias en el consumo de Internet en función del genero de los usuarios (EGM, 2004), y éstas son menos evidentes en edades comprendidas entre 10 y 14 años (INE, 2004).
b) La ubicación del ordenador.
Una vez que ya se ha comprado el ordenador y se ha contratado la conexión a Internet, los padres deben decidir en que lugar de la casa van a situarlo, ya que dependiendo de la colocación del ordenador en casa los efectos que producen las TIC son distintos. El ordenador al igual que la televisión no son elementos de decoración, que se deban colocar en el sitio que queden mejor. La situación del ordenador en la casa no debe responder a criterios estéticos, pues si atendemos a estos factores, lo más probable es que el ordenador llegue a parar a la habitación de alguno de los niños, siendo este el lugar menos conveniente cuando se tratan de menores poco responsables y autónomos.
No podemos tratar a estos medios como si se trataran de un mueble más, pues si así fuere sería fácil prescindir de ellos o relegarlos a un segundo lugar (Rico, 1995).
Son muchos los autores (López Gómez, 2003; Tlavana y Flacionelli, 2004; Hernández y solano, 2001; etc.) los que recomiendan que el ordenador se situé en un lugar transitable de la casa, en espacios comunes (sala de estar, comedor, pasillo), con la finalidad de poder supervisar lo que pasa en pantalla mas fácilmente. Asimismo, la Académica Norteamericana de Pediatría (De Andrés, 1999) aconseja a los padres acerca de los peligros que tiene el uso en solitario de los medios audiovisuales, y afirma que los ordenadores y los aparatos de televisión deberían estar siempre en habitaciones comunes de la casa y nunca en los dormitorios de los niños.
c) La disciplina familiar.
En otro lugar, nos centramos en analizar la influencia que los padres, en función a los distintos estilos educativos que presentan predominantemente, tienen en la actitud y predisposición de los niños hacia un consumo activo o pasivo de los mensajes emitidos por los medios de comunicación, concluyendo que una disciplina familiar centrada en la imposición de normas de forma autoritaria o en la ausencia de las mismas, resultan inadecuadas para la interacción de los hijos con los medios favoreciendo que estos se encuentren más indefensos en la exposición a la información que reciben (Hernández y Solano, 2003). Abogamos por un modelo educativo familiar democrático tendente hacia el diálogo, el respeto, el desarrollo critico del niño, la negociación de las normas, etc. Que favorece la autonomía y maduración de los más pequeños. En esta misma línea, Cabero (1994) sostiene que en las familias en las que se suelen emplear el convencimiento y la discusión como técnica para mantener la disciplina, los hijos tienden a ser menos susceptibles a los mensajes transmitidos y a las manipulaciones de los medios.
d) Las actitudes de los padres respecto a Internet.
Los padres desarrollan una determinada actitud favorable o desfavorable hacia las Nuevas Tecnologías, concretamente Internet, en función de tres componentes básicos: cognitivo, conductual y emotivo. Respecto al componente cognitivo, decir que se encuentra influenciado por el bombardeo de mensajes que desde los medios de comunicación de masas se transmiten. Curiosamente en la propia red podemos encontrar multitud de noticias donde se ponen de manifiesto los riesgos de Internet. El segundo componente hace referencia al conjunto de experiencias que los padres han tenido con la red, y por ultimo, la valoración que hacen de dichas experiencias, es el componente afectivo, el que realmente esta definiendo la actitud.
Siguiendo este proceso de formación de las actitudes, los padres pueden desarrollar actitudes de rechazo, de miedo, de sobreprotección, de ignorancia, que pueden estar obstaculizando las oportunidades de accesibilidad de los hijos en la autopista de la información. Por el contrario, la actitud de los padres puede ser positiva hacia el uso de las nuevas tecnologías, propiciando que los menores se inicien desde edades tempranas en el manejo de las tecnologías de forma conjunta con alguno de sus progenitores, quien tratara de enseñar a sus hijos un uso saludable y seguro de la red.
La escuela de padres que el CNICE (2004) esta desarrollando en su página web, en la que se puede encontrar información sobre diversos temas, pone de manifiesto que las estadísticas demuestran que tan solo el 28% de los padres de la Unión Europea saben moverse por la red. Por lo tanto la actitud que más predomina entre los padres es el desconocimiento, ya que la mayoría no saben utilizarlo.
3. LUCES Y SOMBRAS DE LA PRESENCIA DE INTERNET EN CASA
En unos pocos años Internet ha conseguido implantarse como herramienta básica e imprescindible en los distintos ámbitos en los que ha conseguido penetrar, convirtiéndose como afirma Kerkhove (1999) en el sistema nervioso central de todo el mundo. Prueba de ello es la inmensidad de libros existentes sobre el tema, la cantidad de debates que suscita en diversos colectivos, el aumento considerable de noticias sobre Internet, etc. en general se puede afirmar que Internet suscita el interés mundial, ya sea para su defensa atroz o para su más dura critica e inaceptación de aquellos que sostiene posturas más conservadoras negando en cierto modo cualquier posibilidad de cambio.
Cada vez que aparece una nueva tecnología, se inicia un debate o periodo de reflexión en torno a la misma, centrado en las posibilidades de dicha tecnología y en los efectos que ésta puede suscitar en los usuarios. De todos los medios de comunicación el televisor ha sido el más debatido, el que más investigaciones ha suscitado y el que ha sido asociado a muchos de los problemas con los que se enfrenta la sociedad (delincuencia juvenil, bullying, racismo, violencia sexual, adicción al medio, etc.). En la página web de pedriatica.com se sostiene que el televisor no debe considerarse como una comodidad más en los hogares, sino como un instrumento capaz de generar conductas adictivas en los infantes, perdida de interés por otras actividades, trastornos nutricionales y socio-afectivos, etc. De manera que algunos pedíatras consideran que "las niñeras electrónicas" no son nada convenientes para el desarrollo del niño, quienes se encuentran indefensos ante la exposición de información potencialmente dañina.
Algo similar esta sucediendo con Internet, ya que siempre que una nueva tecnología se incorpora al mercado siempre se trata de demonizar a la misma, culpándola de todos los males de la sociedad. Es cierto que los medios de comunicación de masas introducen una serie de cambios en los estilos de vida, en los modos de interactuar, en el núcleo familiar, en los sistemas educativos, en las empresas, etc. Pero ello no es motivo suficiente como para rechazar los nuevos avances.
El papel de socialización no es exclusivo de los medios de comunicación, y a pesar de que hay quienes afirman que los medios de comunicación están sustituyendo a los padres en muchas de sus funciones, consideramos que ni la escuela ni los medios de comunicación podrán nunca desempeñar el potencial educativo que suponen los padres, pues el ámbito familiar se caracteriza no sólo por socializar y educar a los menores, sino también por la afectividad y seguridad que se transmite a los mismos, haciendo que esos aprendizajes adquieran verdadero sentido. Para el aprendizaje de los valores se hace necesario un clima de afecto, aceptación, comprensión y acogida que envuelva la relación educador-educando y esto es más fácil encontrarlo en la familia (Ortega y Mínguez, 2001). Por tanto, el ámbito idóneo para la socialización y apropiación de unos valores que nos permitan convivir en esta sociedad como ciudadanos comprometidos con la misma es el núcleo familiar.
Teniendo en cuenta esto, nos gustaría señalar que dicho proceso de socialización puede realizarse adecuada e inadecuadamente en ambos agentes de socialización. No en todas las familias prevalece la armonía, el amor, la cogida y aceptación de cada uno de los miembros que la componen, paradójicamente son los medios de comunicación los que se dedican a sacar a la luz publica el lado más oscuro y dañino de las familias: la violencia doméstica. Del mismo modo, los medios de comunicación no deben valorarse a priori como medios eficaces o adecuados para la socialización de los menores.
Efectivamente la relación entre familia y medios de comunicación se encuentra teñida de luces y sombras. En el ciberespacio, al igual que en la sociedad, tienen cabida todas las personas. Esto quiere decir que habrán personas éticamente formadas y con un sentido de responsabilidad social elevado, pero también habrá personas con una moralidad cuestionable que puedan contribuir a generar la imagen negativa que se tiene de Internet a través del uso inadecuado que se hace del mismo. Ante este panorama nos planteamos la siguiente cuestión: ¿en quien recae la responsabilidad en la máquina o en los usuarios? La diversidad de usos que las personas pueden hacer de Internet favorece la visión del mismo como herramienta capaz de producir efectos bipolares. sta tecnología favorece el acceso a la información, de manera que en la red todo se hace publico, perdida de intimidad, pero a la vez favorece o propicia el mundo de lo privado, ya que los usuarios suelen conectarse a Internet de forma individualizada.
Las familias gozan de oportunidades prácticamente ilimitadas de información, educación, enriquecimiento cultural e incluso crecimiento espiritual, oportunidades muy superiores a las que tenían en el pasado reciente la mayoría de las familias (Cambra, 2004). Pero también es cierto que deben enfrentarse a las controversias que en ella se emiten, ya que generalmente los medios de comunicación suelen presentar un realidad de distorsionada de la vida familiar, de lo religioso, del comportamiento en la escuela, etc.
"Las nuevas corrientes y estilos de vida que se cuelan en el hogar a través de los medios de comunicación contradicen muchas veces los modelos paternos, introduciendo influencias que contribuyen a la erosión de creencias y convicciones bien establecidas" (Beltrán, 2000, 258).
Además Internet es una herramienta que admite muchas posibilidades educativas en el entorno escolar, pero también es cierto que existe el riesgo de que los menores menos autónomos y carentes de supervisión, orientación y preparación hacia el medio por parte de sus padres, sucumban ante las posibilidades de ocio y diversión que este medio oferta, ocupando el tiempo de que disponen para cumplir con sus obligaciones escolares (estudiar y hacer los deberes) y familiares (colaborar en las tareas de casa). Se suele decir que Internet es un recurso educativo que se utiliza para realizar trabajos en el colegio, pero sobre todo los niños lo utilizan para jugar (Rojo, 2004) Por otra parte, Internet posibilita la recuperación de la democracia, una democracia mundial (Kerckhove, 1999). La nuevas tecnologías favorecen la globalización no la económica sino o también la cultural, de modo que contribuye a desarrollar una democracia mundial, pues al igual que en las sociedad existen unas normas de convivencia (civismo) en la red también deben de darse unos principios éticos que regulen lo que se publica en Internet de modo que cada persona es responsable de aquello que publica.
A pesar de todas las oportunidades que Internet brinda en los distintos ámbitos en los que se puede utilizar, también existen una serie de peligros que preocupan de forma general a toda la sociedad y más específicamente a la familia.
3.1. Los peligros de Internet en la familia.
Entre los peligros que Internet presenta para la familia López Gomez (2003) ha contemplado los siguientes: aislamiento de los jóvenes a causa de los videojuegos, el peligro de acceder a cualquier tipo de información, el peligro de las relaciones sociales en Internet, los inconvenientes de llevar el trabajo a casa, etc. "un sinfín de problemas que al estar planteados desde una concepción antagónica de la relación entre tecnología y familia no nos permiten más que adoptar dos posturas mutuamente excluyentes y por tanto, forzosamente simplistas y reduccionistas".
Por otro lado, Magid (1998) contempla también una serie de riesgos que supone Internet para la seguridad de los más jóvenes: exposición a material impropio, encuentros personales con extraños, hostigamiento, riesgos laborales y financieros. Faral (2001) ha recogido algunos de los factores de riesgo a tener en cuenta por los padres: superficialidad, adicción y vagabundeo. A continuación, sin animo de ser exhaustivos, exponemos aquellos peligros que a nuestro parecer más preocupan a los padres.
a) exposición de lo menores al contenido nocivo.
Uno de los puntos negros de Internet, desconocemos si el más importante, pero si el que más criticas ha suscitado y el que más inquieta al colectivo de padres y madres, es la cantidad de contenido que podría calificarse de no apto para los menores que se encuentra circulando libremente por la red. Tal y como reconoce la Comisión Europea (2004) "los contenidos y conductas ilícitos y nocivos en Internet constituyen un motivo de preocupación constante para los legisladores, el sector y los usuarios finales, en especial los padres y educadores." Resulta inquietante, o al menos preocupante, saber que en la red se presentan múltiples riesgos respecto al contenido que en ella aparece, pues no sólo estamos haciendo referencia a las invitaciones continuadas para visitar paginas con alto contenido pornográfico que saltan a la pantalla a modo de publicidad cuando estamos haciendo alguna consulta, sino también a páginas que promueven la violencia, que enseñan a realizar bombas caseras, que permiten establecer contactos amorosos a través de la red, que favorece el suicidio conjunto, etc. Por lo tanto, el problema no radica solo ene le hecho de que exista ese tipo de contenido en la red, sino también la facilidad con la que se accede al mismo.
Respecto a la frecuencia con la que los menores visitan páginas con alto contenido nocivo, los datos aportados por la Comisión Europea (2004) señalan que el 44% de los menores que utilizan Internet han visitado un sitio pornográfico, ya sea de forma accidental o intencionada. Una cuarta parte ha recibido material pornográfico a través de la Red. El 30% de los menores han entrado en páginas con material violento, pero sólo el 15% de los padres piensan que sus hijos han visto este tipo de contenido. Este incremento de la conectividad de los menores acrecentará las ventajas del uso de Internet, pero también el riesgo de "daños colaterales".
Los daños pueden resultar realmente perjudiciales para la salud de los menores. El Defensor del Pueblo desveló el pasado junio una serie de páginas de Internet que actuaban como auténticas comunidades de anoréxicas, algunas de ellas con casi 700 usuarias registradas, en las que se animaba a las anoréxicas a no comer, se facilitaban dietas peligrosas y conejos para engañar a los padres (La verdad, 9/06/2004). La mayoría de las páginas han sido desactivadas, pero ello no garantiza que surjan otras similares.
Al igual que Victoria Camps (2003) mantenemos que no podemos conocer con seguridad los efectos que los contenidos nocivos que emiten los medios de comunicación de masas como la televisión e Internet provocan en los más pequeños de las casas, pero no deben ser la mejor manera para crear una personalidad moral, libre y responsable. Por ello desde la administración y desde la misma red, se han promovido iniciativas encaminadas a facilitar una navegación segura de los niños. Existen paginas Web que solicitan la colaboración de los usuarios para acabar con el contenido nocivo de la red.
Señalamos a modo de ejemplo la web www.portegeles.com o www.guardiacivil.org en las que se pueden introducir de forma anónima direcciones URL sobre pornografía infantil, racismo, terrorismo y drogas. Estas direcciones serán estudiadas por Protégeles y una vez que ha sido verificado su contenido y se ha categorizado a éste de nocivo se lo transmiten inmediatamente a las fuerza y cuerpo de Seguridad del Estado.
Existen programas cuya finalidad es filtrar la información que recibe el niño tratando de garantizar su seguridad. De modo que el menor no podrá acceder a páginas que hayan sido calificadas como ilegales por ofrecer contenido nocivo. Sin embargo, a pesar de que los sistemas de filtrado han evolucionado bastante y han mejorado en los últimos años, existen controversias acerca de la efectividad de las mismas (Ophus, 2001).
b) Concertar citas con extraños.
Entre los temores que Internet genera en los padres se encuentra la posibilidad de que los menores entre en contacto con personas mayores que ellos en los chat y lo que es peor que entren en contacto directo. En lo chats muy frecuentemente se propone intercambiar números de teléfono y datos personales, después cuando se ha entablado cierta confianza se trata de concertar un encuentro en el que poder conocerse presencialmente. En un informe de la comisión europea se pone de manifiesto "el 14% de los menores han conocido personalmente a alguien con quien habían establecido un primer contacto en la Red, pero sólo el 4% de los padres piensa que sus hijos han hecho esto." c) Violencia contra los otros.
Las nuevas tecnologías no siempre se utilizan con fines adecuados, sino que en ocasiones las personas recurren a ellos para hacer daño a otras personas. En este sentido, José Mª Avilés autor de un estudio sobre el fenómeno del maltrato entre iguales en el ámbito escolar (Bullying) afirma que los agresores o bullies experimentan nuevas formas de agredir o humillar a sus víctimas en las nuevas tecnologías, ya sea en forma de amenazas por el móvil, mensajes vejatorios, o la creación de una página Web con el único objetivo de desprestigiar a un compañero. (La verdad, 5/10/2004) d) Delitos en la red.
Debemos tener presente que Internet es como una sociedad virtual en la cual se cometen ciertos delitos. Siguiendo a Talavan y Falcionelli (2004) los delitos que pueden darse en Internet son: – Abuso de menores con los que se contacta a través de los chats o los programas de mensajería instantáneos.
– Hackeo de cuentas o contraseñas – Hackeo de datos bancarios – Estafas electrónicas – Violación al derecho a la intimidad – Robo de identidad Ante este panorama, no es de extrañar el temor de los padres, aún así creemos que la solución no pasa por impedir el uso de las tecnologías en el ámbito familiar, pues existen otros ámbitos desde los cuales el niño podrá acceder a las mismas, tampoco resulta eficaz ni adecuado que los padres actúen como policías o militares imponiendo reglas no fundamentadas en el diálogo, en el sentido común y en el consenso entre los miembros familiares. Asimismo, como hemos afirmado anteriormente, los sistemas de filtrado dejan muco que desear y no son fiables. Abogamos pues por una mejora de la educación familiar, en la que se preste mayor consideración a la preparación de las nuevas generaciones en un uso responsable de los medios de comunicación de masas.
En definitiva se persigue un modelo de responsabilidad compartida en el que se velen por los intereses de los más vulnerables (los niños), ofreciéndole en cada momento aquello que se considera conveniente para cada edad o niveles de maduración (Vilchez, 2003). Sabemos que los valores que la familia transmite difícilmente se pueden malograr por el efecto de la televisión (Martínez-Salanova y Peralta, 1998). Para que los hijos aprendan a ser responsables necesitan experimentar en su ámbito familiar modelos de responsabilidad a imitar, por ello las variables familiares son tan importantes en el desarrollo del niño y en la actitud hacia los medios.
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Notas
1. Los inicios de Internet se sitúan en 1969 con la creación de la red ARPANET, mientras que el primer teléfono móvil fue creado por Motorola en 1983.
Mª Angeles Hernández Prados Isabel Mª Solano Fernández
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