- Introducción
- Celos patológicos. Y celos no patológicos
- Profundizando en los autores
- Celos masculinos y celos femeninos
- Enfoques desde la psicología social
- Las voces de los que saben (reportajes)
- Contexto social
- Conclusiones
- Bibliografia
TEMÁTICA: LOS CELOS EN GENERAL Y EN LA PAREJA EN PARTICULAR
Los celos que carcomen y que vamos a abordar no son aquellos que, en la pareja o en otro tipo de relaciones, estén justificados por actitudes concretas de los otros.
No se trata de celos de hijos cuyos padres hagan notorias diferencias de trato entre hermanos ni de un miembro de la pareja que descubre actitudes engañosas en su partenaire, y eventualmente una infidelidad.
"Los Celos que carcomen" serán los absolutamente imaginarios, los que se sufren con la aparición de un tercero que interacciona (aunque sea casualmente) con la otra parte del vínculo que tememos perder. Es el celo-alucinación, el celo alarma, el celo terror a la pérdida y al ataque, el celo inseguridad.
ARRANCANDO SI SE PUEDE
Yo, Luis Buero, pasé muchos años de mi vida creyendo que no era celoso, tal vez porque había olvidado las peleas que tenía con mi hermano porque mi mamá le servía un milímetro de más de flan con dulce de leche, o porque mi primera novia era tan fea que cuando íbamos de camping los lobos encendían fogatas para que ella no se acerque.
Además no existían los colegios mixtos, y los grupos de chicos de la parroquia también estaban divididos en varones y nenas y se reunían en días diferentes, Por lo tanto la amistad entre el hombre y la mujer era algo poco común. Las minas eran esos seres extraños y hermosos, deseados y temidos en igual intensidad.
Luego me casé y mi esposa quedó embarazada a los pocos meses, ocupándose del hogar y los hijos de manera full time, a punto tal que ni al sodero recibía, porque vivíamos en un departamento y los sifones los recibía la señora del portero.
Pero a los cuarenta y ocho tuve la feliz idea de armar pareja con una chica de veintitrés ( che, ya era mayor de edad, la joven, no es estupro para que abran así los ojos, y esa sonrisita maliciosa que están esbozando está de más!). Igual este trabajo y otras experiencias me han cambiado la visión: acabo de tener un romance esporádico con una mujer casada cuyo marido es harto celoso, pero ella se las ingeniaba para verme igual, conformándolo con alguna mentirita. En síntesis, el miedo a la pérdida no garantiza que no ocurrirá lo que tanto tememos. Pero volviendo a mi pendeesposa….
Supongamos que yo soy 0telo y ella Desdémona, y se los narro como un cuento:
"Otelo conoce a Desdémona, pasean, se enamoran.
Desdémona durante una velada romántica en un restaurante con flores y velas, le confiesa que siempre quiso conocer un hombre como él, y que pasó mucho tiempo cambiando de posición la estatuilla de San Antonio que guardaba en el placard, para ver si se producía el milagro. La joven insiste para que fantasía de él se vuelva perfecta: "ay, antes de ti, estaba tan pero tan sola…"
0telo se convence: "para ella soy el Unico", y "ella y yo somos Todo".
Pero de pronto son interrumpidos por la voz de un hombre que la requiere desde el radio de su celular.
"Ah, ese es Walter, un amigo con el que nos juntamos siempre", aclara sonriendo Desdémona. Y ya en su departamento, al regresar de esa cena, ella tiene varios mensajes grabados en el contestador. "Ah, son Sebastián, Franco y Raulito invitándome al cine, a bailar, a hacer un viaje al exterior". Mirándolo fijo completa el golpe bajo: "si vos mañana estas ocupado salgo con alguno de ellos, porque hace un toco que no los veo", mientras intenta darle un beso tranquilizador en la comisura de los labios.
¿ Y todo ese discurso que me hizo sobre su tremenda soledad? , se pregunta Otelo en silencio.
Ahí se acaba su paz. Si los celos tienen que ver inevitablemente con la aparición de un tercero, con una piba de hoy tiene para elegir terceros de todos los colores.
Los textos que hemos leído nos enseñan que al abandonar el mundo paradisíaco del útero, y nacer, adquirimos dos ansiedades básicas que nos acompañarán toda la vida: el miedo al ataque y el miedo a la pérdida. El niño igualmente desarrolla una relación idílica con su nuevo objeto de deseo, la madre, de la que él cree que forma parte, hasta que descubre que hay otro varón que los separa pues tiene más poder que él sobre ella: el padre, ese gigante que cada tanto se la lleva para la otra pieza, y luego, como si esto fuera poco, ¡qué triste sorpresa le regala el destino el día que descubre un hermano (otro intruso) prendido de la teta de esa amada mujer. Ya sé que mamá tenía dos tetas ¡ pero yo quería las dos para mi!
En ese instante, su narcisismo duramente herido debería enseñarle que no hay garantías de exclusividad, que él no puede dominar las acciones de ella y lo que es peor, que no tiene forma de manejar su deseo. Y mucho menos puede manejar el destino, la campaña de la Selección Argentina de fútbol y las decisiones del ministro de economía.
Pero sobretodo, Otelo descubre que no puede evitar que Desdémona en el subte, en el club, en el shopping, en un aula, vea de pronto a otro, u otros hombres, y la ataca de pronto el temor de que ella al verlo se le derrita su cerebro como el Perito Moreno y se enamore perdidamente de ese deconocido. Se siente vulnerable, excluido., vencido. Necesita urgente terapia…..¡o un revólver Magnun 357 y dos cuchillos tramontina!!
Pero ¿cómo curar de una gripe a quien vive en el Polo Norte? ¿Cómo aminorar el obsesivo pánico de Otelo al abandono, si tiene que convivir con una Desdémona que defiende el estilo "hago lo que quiero, cuando, dónde y cómo se me canta" y le importa un pito lo que le pase al Otro?
Una Desdémona cosmopolita que enciende la antorcha de la libertad absoluta sin indagar que su propia histeria es la que la lleva a tomar y abandonar a los tipos como a muñecos, en la medida en que obteniéndolos ya se ha extinguido su deseo. Por lo tanto no puede quejarse de los celos que ella misma aviva, conscientemente, a fin de que la pareja real, adulta, constructora, creadora, no se forme nunca".
Y ahí termina el cuento, pero lo que en mi caso se presenta por tener con ella, almanaques desparejos, en otros se explicita por otros motivos. Los celos, desde Caín y Abel, existieron siempre y Shakespeare escribió 0telo hace quinientos años, sumado al hecho de que el cinturón de castidad no lo inventó el novio de ninguna modelo de Pancho Dotto.
Pero también creo que los cambios producidos en la situación social y económica de los últimos veinticinco años (que comenzó mucho antes), la inserción de la mujer en los ámbitos laborales (que la lleva a tener contacto permanente con hombres y a estar siempre elegante, hermosa, seductora) y por el contrario el desempleo de muchos varones, generan hoy más que nunca incierta la dicotomía masculino/femenino y provoca una nueva dramática en la que cada uno debe aceptar, compartir, negociar, respetar espacios, contener y sobre todo, amar de veras al otro. 0 de lo contrario celar, envidiar, ser voraz, es decir, romper ese vínculo por falta de capacidad de recontratar y así seguir siendo uno más del ejército de androides, demasiado solos y solas.
CAPÍTULO UNO
Celos, envidia, voracidad, trilogía de emociones "negativas" que alimentaron la creación de diez mandamientos y miles de leyes en todo el mundo que ningún poder judicial logra que se cumplan finalmente.
Sentimientos que habitan en el origen de la vida, y en la concepción mítica del mundo que los propios hombres escribieron en los relatos religiosos y en los artísticos. Aún dentro de su oculta simbología en nuestro pasado lejano hay un Caín que mata a un Abel, o un Yago que induce a 0telo al homicidio a través de una calumnia porque desea su puesto, o una madrastra que inútilmente pregunta "espejito, espejito….¿quién es la más linda del reino"? y ante la respuesta que certifica la falta, se instala ella la idea de regalar a su rival una manzana envenenada.
Los celos son afectos constitutivos de nuestras más pequeñas células narcisísticas, y no hay ser viviente que en alguno de los ámbitos de su existencia no los haya sentido alguna vez.
También se nos revelan los celos como ingrediente del amor de pareja y se evidencian de las más diversas maneras (instinto de posesión, temor a la pérdida, fascinación del rival, pulsión de muerte, actos de violencia, o como espuela para el erotismo en un vínculo).
Pero fundamentalmente los celos "imaginarios" o "alucinatorios" son los generadores de conflictos en las parejas, en las familias, en los espacios laborales, y hasta en las contiendas políticas. Hasta se podría decir que dos gerentes de programación de emisoras competidoras hoy mueven el tablero de la grilla de ciclos televisivos para ganar el amor del público, de manera irrespetuosa hacia esos espectadoras, más allá del negocio que los aumentos de ratings puedan ocasionar.
Porque…. en teoría buscamos una definición y un origen de los celos, saciamos nuestra ignorancia hasta conocer la fibra más íntima del monstruo verde de las siete cabezas, pero…¿y luego qué? ¿qué hacemos con ese saber si no podemos lograr una apropiación instrumental que nos ayude a producir un cambio en el aquí y ahora?
A mitigar el sufrimiento del que cela y del que es celado.
El operar sobre los celos es una tarea de aprendizaje, o de cómo diría Enrique Pichón Riviere, de enseñaje.
La respuesta obvia es que el problema no está solamente en enterarnos qué nos pasa y porqué, sino en ver qué podemos hacer con eso. Y cómo podemos enfrentarlo a diario con técnicas renovadoras, creativas, sorprender al otro y a nosotros mismos con recursos que nos permitan movilizar esas ansiedades profundas que nos provocan navegar aguas turbulentas donde los vínculos corren riesgos de atorarse en piedras o acantilados. Llegar pues, a través de técnicas DE TRABAJO GRUPAL allí donde la palabra no puede ser agente de cambio. Porque el cuerpo muchas veces se nieta a mentir. Y comprender finalmente que seguimos siendo únicos e irrepetibles, justamente como componentes de la gran riqueza grupal en acción, y no dentro de la ilusión del Todo pasivo y omnipotente que alguna vez creímos ser, como parte de una fantasía inevitable, pero de corta duración. Añorar ser el UNICO es por empezar, no poder entender finalmente cuál es nuestra propia situación dentro de la corriente vital de la que formamos parte. Y es conectarnos con la impotencia de pretender detener y encapsular lo incontrolable, el Otro, ahogándonos en ese mar imaginario y frustrante.
Lo grupal, por último, nos provee la ilusión de lograr vencer ese UNO formado por el paciente y el analista, ese dúo unificado en un animal simbólico de ocho patas, madre e hijo indiferenciados, trabajando los celos y su herida desde la circulación de la energía grupal
1.1 DEFINIENDO EL TÉRMINO
Celos, del griego zélus del latín zélosus, es definido por el diccionario como la "sospecha, inquietud, y recelo, de que el ser amado haya puesto o ponga su cariño en otro". Los celos tienen mala prensa, pese a ser uno de los sentimientos que nos acompañan desde que iniciamos nuestros primeros pasos en la Tierra.
La primera vez que manifestamos celos frente a nuestra pareja causamos gracia. Esa mujer o ese hombre comprenden que estamos enamorados y toman esta reacción como un signo inapelable de nuestro amor, a lo mejor hasta ese momento no declarado.
Claro está que el sentido del humor frente a nuestra explosión por celos no le durará toda la vida. El celoso acosa, persigue, quiere controlar obsesivamente su posesión.
Si pensamos en el contexto social nos preguntamos: ¿los celos son hoy los mismos que los de ayer? ¿los de la década del 30, del 50, los de los últimos quince años?
¿O los celos están "fuera del tiempo?
Los celos han motivado distintas obras de arte. Una de ellas es la referencia que a ellos hace el teatro a través del inmortal Shakespeare y su "torturado" moro de Venecia.
Los celos tienen etapas, así como la uva se convierte en vino y la oruga en mariposa.
Otelo plantea en su dramática distintas fases para los celos.
Primero simplemente surgen en 0telo como fantasía, ante el temor de perder lo que más ama, luego se convierten en una pulsión destructiva cuando Yago le miente diciéndole que ha visto el pañuelo de ésta en manos de Casio, más tarde asesina a Desdémona y finalmente, cuando se entera de la verdad, se suicida.
Otelo en ningún momento duda de Yago, ni imagina que éste pudiera estar movido por oscuros intereses para contarle lo que vio. Es como si en el fondo de su ser pensara que la infidelidad de Desdemona es absolutamente posible, y de alguna manera esperada e inevitable, pues 0telo ya ha tenido una defraudación anterior, la que provino de su madre. Yago no hace más que reavivarle esa sospecha que detrás de toda mujer pura existe la ramera lasciva, la cuál se corporiza ante sus ojos por el sólo producto mágico de sus celos. El celoso pues requiere que su fantasía paranoica se concrete. Que su profecía terrible se cumpla.
Pero ¿cómo asesinar al ser que se ama?
2. 1-LOS CELOS Y EL HUMOR DE LA CALLE
El diccionario de 0telo en el 2004.
Lo que un hombre cualquiera le está diciendo a Desdémona, cuando le contesta otra cosa. (según 0telo, obvio, no vayan a pensar que esto es verdad…)
Lo que dice/lo que significa:
QUÉ INTELIGENTE QUE SOS!. Me quiero acostar con vos!
CUÁNTO TALENTO TENÉS!. Me quiero acostar con vos!
DE QUÉ SIGNO SOS? Me quiero acostar con vos!
TU MADRE ES ENCANTADORA! Me quiero acostar con vos!
CONTAME TU BIOGRAFIA! Me quiero acostar con vos!
Y SI ESTUDIAMOS JUNTOS? Me quiero costar con vos!
¿POR ACÁ PASA EL COLECTIVO 60? Me quiero acostar con vos!
¿HOY ES MIÉRCOLES 7 DE ABRIL? Me quiero acostar con vos!
BUENOS DIAS: me quiero acostar con vos!
FELICES PASCUAS. Me quiero acostar con vos!
HOLA., me quiero acostar con vos…!
3 .-CELOS PATOLÓGICOS Y CELOS NO PATOLÓGICOS
¿En qué radica la diferencia?
Los celos consisten habitualmente en una preocupación por la posible pérdida de una persona amada o malestar por la relación real o imaginada que esa persona tiene con alguien más. Quienes sienten este tipo de celos prefieren que sus parejas permanezcan con ellos y no desean que tengan una relación demasiado íntima con nadie más. Pero cuando esos celos están acompañados de intensos sentimientos de inseguridad, auto-compasión, hostilidad y depresión y producen una baja sensible en la calidad de vida de los integrantes del vínculo, pueden ser destructivos para la relación. Allí podríamos estar hablando de celos patológicos.
Las personas con celos patológicos, exigen a su pareja que no se implique emocionalmente con otras personas. Ven como rival o enemigo potencial a cualquier ser del sexo opuesto que se acerque a su pareja (en el caso de heterosexuales) o del propio sexo (homosexuales). En ese caso suena la alarma: ¡peligro, a mi pareja se le derrite el cerebro y se enamora del otro!
Su pensamiento es rígido y dogmático, porque siente que si pierde a su pareja esto será terrible e insoportable. De allí su característica controladora, vigilante, asfixiante, insegura, deprimida en ciertos momentos, agresiva en otros y siempre dependiente. Su pacto secreto es: te doy todo pero dame todo, si no serás una mala persona y tenés que ser castigado/a.
De allí a un acto de violencia hay un paso. El o la que sufre celos patógenos no se imagina la vida sin la otra persona, pues piensa que si se separa no conocerá a nadie más. Su contrato con el otro, como el del bebé recién nacido con la madre, fantasmáticamente un vínculo de supervivencia, y cuando se suspende la provisión de suministros narcisísticos, a través del cariño o la sola alarma de que puede perderse al ser amado, genera una defensa desesperada de esa persona. Su lema es:
Tengo que estar absolutamente seguro/a en todo momento de que mi pareja me ama, ya que necesito su amor para vivir. Y tengo que estar atento porque cualquiera en el momento menos pensado me la, lo, puede robar.
La ley del todo o nada.
En las entrevistas que se realizamos a prestigiosos terapeutas y que están contenidas en el capítulo dos de este trabajo, intentamos tres maneras de analizar los celos:
- Como un sentimiento o un afecto en si mismo.
- Definir al portador de los celos, al celoso.
- Indagar el hombre y sus celos pero en situación teniendo en cuenta su contexto social, educación, cultura que lo atraviesa y además las características propias de su pareja en el momento de la puntuación. No todas las personas son celosas con todas sus parejas, lo cual significa que a veces hay "provocadores/es" conscientes o inconscientes de celos, llamados vulgarmente, histéricos/as.
4- PROFUNDIZANDO.(los autores fundamentales)
4.1 ¿ qué dice MELANIE KLEIN sobre los celos?
Habrá sido celoso el marido de Melanie Klein. Su biografía la presenta como una mujer inquieta que con frecuencia se mudaba de ciudad y adquiría un nuevo desafío. No sólo realizó técnicas lúdicas en terapias infantiles, sino también se ocupó de grupos de adolescentes con adicciones, ya en Estados Unidos.
Para Melanie Klein existe un "Edipo temprano" que comienza a desarrollarse en la etapa depresiva del bebé, cuando éste percibe a la madre como objeto total, y se ve afectado por el fuerte vínculo que descubre entre su madre y su padre. Hanna Segal en su libro Introducción a la Obra de Melanie Klein, editorial PAIDOS, define esta situación afirmando que la misma le origina al bebé intensa frustración, celos, envidia, fantasea que sus padres están casi en coito continuo, y que se dan entre si gratificaciones que él, el bebé, desea exclusivamente para si.
Melanie Klein diferencia envidia de celos y voracidad.
Los celos se basan en el anhelo de poseer íntegramente al ser amado, al objeto de deseo, y excluir todo rival. La relación es triangular y este sentimiento es posible a partir de ese momento de la vida en la que el sujeto puede reconocer y diferenciar la existencia de objetos y de relaciones objetales. En la envidia el deseo es ser uno tan bueno como lo es el objeto, y de no poder hacerlo, intentar destruirlo para que el dolor que produce la envidia cese. La voracidad en cambio es el intento de extracción de todo lo bueno que posee el objeto sin medir las consecuencias de ese acto.
Aquí van sus definiciones, anotemos:
Envidia:
Consiste en colocar impulsos destructivos y partes malas dentro del objeto, con el fin de dañarlo, destruirlo y controlarlo. Identificación proyectiva destructiva, fundamentalmente sobre objetos parciales. Tiene un componente libidinal menos intenso que la voracidad y está impregnada del instinto de muerte.
Celos:
Se basan en la envidia, comprenden una relación de al menos dos personas y conciernen principalmente el amor que el sujeto siente que le es debido y le
ha sido quitado o está en peligro de serlo, por un rival. Son necesariamente una relación de objeto total.
Melanie Klein señala que al comienzo de la vida hay dos fuentes de ansiedad:
la interna estaría dada por el instinto de muerte que fundamenta el temor a la aniquilación y la externa, que estaría dada por la experiencia al nacer en forma de la primera castración y sería la base de las angustias posteriores.
La primera relación objetal que realiza el niño es la alimentación y se realiza con el pezón de la madre, tanto para los instintos de vida como para los de muerte, impulsos que estarían en equilibrio cuando el bebé está libre de hambre y tensión interna. El equilibrio se puede perturbar tanto por pulsiones internas como por elementos del medio, desencadenando la avidez.
Cualquier aumento de la avidez fortalece la sensación de frustración y paralelamente aumenta la intensidad de la agresión, lo que simultáneamente incrementa la ansiedad persecutoria y esta aumenta, a su vez la avidez, formando un círculo cerrado. Por otro lado, a medida que aumenta la gratificación, disminuye la envidia, la disminución de la envidia permite mayor gratificación y esto a su vez, estimula la disminución de la envidia.
Para Lacan los hombres y las mujeres no se diferencian por sí al reconocerse sino que, en tanto seres hablantes, son reconocidos, es decir, supone la asunción del propio sexo mediante la aceptación del sexo del Otro, más allá del encuentro con la diferencia sexual anatómica que describió Freud. Se trata de la confrontación con la existencia de una relación distinta a la castración, una posición distinta en el deseo, un estilo distinto en el amor, otro goce que no es el goce de uno
"No sé qué soy" es el síntoma que produce la sexuación cuando se trata del reconocimiento del sexo pero no en uno sino en el Otro. La otra al acentuar y poner en juego su feminidad me ayuda a desenfundar mi masculinidad, y viceversa.
5. CELOS MASCULINOS Y FEMENINOS
Freud entendía los celos bien como proyección, bien como homosexualidad inconsciente, en una gramática de la vida amorosa que se deriva del complejo de Edipo. Esto surge de dos ideas de Freud:
la fascinación por el semejante, el rival me plantea en algún punto el encuentro conmigo mismo. Identificación narcisista con el objeto letal.
en la situación de celos la persona más amada deviene en objeto persecutorio, en perseguidor.
Según esta hipótesis, los celos masculinos se explican por la divergencia situada ahora en el goce de la mujer. Se trata del "otro goce" del que ella no sabe nada y que excede el inconsciente. Es el desencuentro sin remedio con el hombre, que no quiere saber nada por el horror a la castración.
Los celos femeninos en la mujer también provienen de su elaboración del complejo de Edipo, para Freud porque la verdadera mujer es la que ha abandonado a la madre como objeto para orientarse hacia el padre.
Para Lacan, hay una lógica que distribuye las posiciones sexuadas: será hombre a condición de tener el falo y no ser el falo, y una mujer será el falo, a condición de no tenerlo. Obtiene el signo de que lo es a condición de hacerse desear por el hombre. Ella al convertirse en el falo se convierte en el objeto de deseo, de poder, el objeto que organiza el lenguaje, la vida toda. Si el deseo del hombre no le rinde homenaje, si lo que el hombre le devuelve es que ni lo tiene ni lo es, ella se deslizará por una grieta abierta.
Un esfuerzo de simetría podría hacer suponer que la degradación de la vida erótica determina los celos en la mujer. Por el contrario, ellos derivan tanto para el hombre como para la mujer, de la propia sexualidad femenina. Lo que alimenta el síntoma es la dimensión de cómo reconocer eso que habita en el Otro.
Los celos tienen que ver con la posesividad, con aquello que se siente como personal y privativo, del mismo modo que una persona se relaciona con sus tierras, sus propiedades o su ganado. Pero nadie puede sentirse celoso de su propiedad aunque pueda aplicar en su custodia un celo especial. Se sienten celos de las personas, concretamente de aquellas personas que se percibe que nos pertenecen como el ganado o la tierra y que pueden escapar de nuestra influencia y de nuestro lado para irse con un mejor postor. Sobre todo se sienten celos de las parejas, unos celos que incluyen lo sexual si se dan entre parejas sexuales y también una forma de celos que tiene que ver con la obligación de compartir con otros los cuidados de una persona muy especial o significativa (celos fraternales).
Freud llamaba a los primeros celos sexuales y a los segundos celos infantiles dado que es posible observarlos entre hermanos compitiendo entre si por los cuidados de la madre, aunque a esta conducta entre hermanos se les denomina frecuentemente celos, hoy se interpreta como rivalidad agonística, dejando el sustantivo celos para uso exclusivo de los celos sexuales.
La naturaleza psicopatológica de los celos, desde el punto de vista afectivo procede del temor: el temor de perder algo que nos pertenece, mientras que desde el punto de vista cognitivo es más bien una obligada tarea: el afán o inversión de tiempo o recursos que dedicamos para que esto no suceda. De entrada existe una diferencia entre los celos femeninos y masculinos, el temor del hombre es un temor "hacia los cuernos" o hacia la infidelidad de su pareja, mientras que el temor de la mujer es el temor a ser abandonada. La infidelidad de la mujer es para el hombre un temor atávico que es anterior a la ganancia de la confianza y que está asentado en la incertidumbre de su transmisión genética, mientras que en la mujer que carece por naturaleza de esa duda, su temor procede más bien de la posibilidad de ser desplazada por otra hembra, no tanto por la infidelidad ocasional del marido (que suele ser algo tolerable) sino por la posibilidad de que su pareja acabe por dejarla abandonada .
5.2 PERO QUÉ ES EL AMOR ENTONCES?
Freud, en el capítulo 7 de "Psicología de las Masas….."comienza refiriéndose al enamoramiento como una investidura de objeto de parte de las pulsiones sexuales. Pero en cuanto profundiza su análisis llega a la conclusión de que ese objeto, el ser "amado" sirve para sustituir un ideal del yo propio no alcanzado, y aquí entra en juego el narcisismo y con el tiempo, de persistir esta actitud, el objeto se vuelve más valioso y grandioso, al llegar a poseer todo el amor de sí mismo del yo, y la consecuencia natural es el auto-sacrificio de éste.
El objeto se pone en el lugar del yo o en el lugar del ideal del yo.
¿No es este motivo suficiente para vivir con horror la posibilidad de perder al ser amado?
Si, pero el verdadero temor a la pérdida solo opera en el celoso ante la aparición de la nueva estrella de esta obra: el tercero.
El papá, el hermano, el amigo, el ex novio, el compañero de oficina que llama, el colega, el jefe. La prima, la secretaria, la alumna, la vecinita.
El tercero incluido….
Pero el primer herido no es nuestro amor, sino nuestro amor propio. ¿0yeron hablar de Narciso?
5.4. EL MITO DE NARCISO
"Soy NARCISO BELLO, BELDAD DE FAMA INTERNACIONAL, SOY TAN HERMOSO QUE A VECES TENGO CELOS DE MI MISMO"…PEPE BIONDI, VIENDO A BIONDI. CANAL 13 *1963.
Según la mitología griega, NARCISO era hijo del dios/río CEFISO y de la ninfa LIRIOPE. Su drama es haberse enamorado de su propia imagen reflejada en las aguas y al tratar de abrazarla, se ahoga. Narciso es como un bebé enamorado que ve repetir en el reflejo de las aguas sus movimientos y sus gestos, se ve en el otro, que es él mismo, no oye más que con sus ojos.
"Se suele decir que Narciso se ama a sí mismo. Grave error: lo que Narciso ama es su imagen. Por eso se muere al caer atrapado por ella" (Guillermo Maci, Somos Un País Narcisista, artículo del diario LA NACIÓN, 9/10/04".).
Del mismo modo el celoso está enamorado de su propia imagen proyectada en el otro, de la que no puede prescindir, aparentemente, pues se vuelve parte de su identidad. No tiene conciencia real de la existencia del Otro como entidad independiente. Pareciera querer ser como Saturno, un planeta rodeado de satélites que no pueden irse de su lado.
PATOLOGÍA DEL VINCULO
Enrique Pichón Riviere en su libro Teoría del Vínculo afirma que en todo vínculo desarrollamos una pauta de conducta que tiende a repetirse automáticamente y que está determinada por la relación que establecemos con un objeto interno y con otro externo. Pero es este vínculo interno, la forma particular del yo de relacionarse con la imagen de un objeto colocado dentro de uno mismo lo que puede condicionar aspectos externos o visibles del sujeto. Estos objetos internos componen su realidad psíquica. Ese objeto interno puede volverse perseguidor, y puede ser luego reproyectado en el mundo exterior. Los celos puede ser una más de las estereotipias de un sujeto, y una representación en sus relaciones con el ambiente que representa esa forma de víncularse con un objeto interno. En el delirio de celos el sujeto trata de controlar el objeto Define Pichón Riviere en la misma obra, pero aún bajo su supuesto control siempre teme que mentalmente el objeto establezca contacto con otro objeto. El tercero está siempre actuando en esta alucinación y la tarea terapéutica sería revelar al sujeto esta particular relación que tiene con un objeto interno perseguidor, desde cuando y porqué.
APRENDIZAJE
Significa salir de la estereotipia, superando la resistencia al cambio. En el celoso se ponen un juego un cúmulo de ansiedades básicas contenidas en los miedos al ataque de un rival y a la pérdida del objeto de deseo.
El aprendizaje consiste en trabajar el desapego y aceptar que el objeto de deseo puede "perderse" y él seguir viviendo y estableciendo nuevos vínculos.
ROLES
Se dan el del celoso, el objeto de deseo y el rival, que a veces funciona como mediador (como motor pulsional del deseo del sujeto celoso).
En una pareja con dificultades en el vínculo que los une, para el celoso/a el tercero/a que aparece como rival se convierte en chivo expiatorio (la pareja se disuelve, para èl por la aparición del amante) haciéndolo depositario de los aspectos no tolerados por él. A veces son los límites, las cosas que no puede, las dificultades, las torpezas, las propias inseguridades.
Para el o la integrante del vínculo que se "engancha" con el tercero, ve a este como el portavoz, el que hace evidente el proceso que subyace en la pareja.
COMUNICACIÓN
1)El celoso emite y recibe los mensajes contaminados por el ruido de su fantasía, que puede fortalecer o destruir el vínculo, según el nivel de celos del sujeto.
Enrique Pichón Riviere afirmaba que "el malentendido surge del sobreentendido, del supuesto del que el otro maneja y dispone del mismo código, asì uno sobrentiende que le otro entiende y el otro sobrentiende que uno entiende". Asimismo Pichón califica al malentendido como inevitable.
2) Segùn Coco Andel (psicólogo social y psicodramatista) " en un mensaje concreto podemos distinguir dos significados, uno denotativo (lo que aparece en el diccionario) y el otro connotativo (que es el surge cuando se le adiciona un significado emocional).
Por ej. : cuando el celoso/a tiene una pareja con actitudes histéricas (contar piropos recibidos, supuestas insinuaciones de un tercero) estos relatos avivan innecesariamente sus celos. Aparentemente sólo le cuenta un hecho, pero lo que está haciendo es incentivar la fantasía del celoso.
Contenido y relación : el nivel de contenido tiene que ver con el mensaje explícito y el nivel de relación apunta al vínculo. Uno de los axiomas de la comunicación (Watzlawick) afirma que toda comunicación tiene un aspecto de contenido y un aspecto relacional, tales que el segundo clasifica al primero, y es por ende una meta-comunicación.
3) Sandra Rosembaum, sociòloga, escribe en su trabajo Comunicación II, " la comunicación no sólo transmite información sino que impone conductas, porque el objetivo es producir una respuesta. Entonces, al mismo tiempo estamos diciendo que la comunicación impone un compromiso –hay algo que se espera del otro- y, por ende, define una relación."
En los celos motores el objeto de deseo dice: "hay otro".
El celoso escucha:" hay un rival".
Los celos se convierten en un motor pulsional y el celoso trata de mejorar el vínculo.
En los celos destructivos el mensaje es el mismo, pero el celoso espera como respuesta que le certifiquen que es el único, adoptando una conducta obsesiva y produciendo la ruptura del vínculo.
TRANSFERENCIA:
Originalmente Freud utilizó el término transferencia para describir uno de los aspectos posibles que configuran la compleja relación entre un paciente y su analista. Este trasladar los pormenores de un vínculo pasado a uno presente puede darse también en el ámbito grupal, cuando un integrante hace el desplazamiento de un afecto de una representación a otra (generalmente un vínculo infantil sobre la figura del coordinador).
Para Freud, lo que revive en la transferencia es la relación del sujeto con figuras paternales. Y sobre todo reedita la ambivalencia pulsional que caracteriza dicha relación.
Puede ser que transfiera sentimientos de amor o de odio,.
El celoso transfiere sobre el tercero, el que él siente como rival, la figura de la imago parental que trató de interferir en su relación simbiótica con la madre.
Para Pichon Riviere, en la transferencia hay una adjudicación de roples inscriptos en el mundo interno de cada sujeto. En lo grupal se da a través de la actualización del pasado y el desplazamiento de ese vínculo anterior sobre la figura del coordinador. La transferencia debe ser entendida como la manifestación de sentimientos inconscientes que apuntan a la reproducción estereotipada de situaciones.
DIALÈCTICA
En el tema de los celos radica en aceptar la existencia del tercero, (el padre, los hermanos), como así también el permanente cambio del sujeto, que va pasando por distintas etapas y formas de establecer sus vínculos, que también, se modifican.
También es la puerta abierta al cambio consciente, trabajado, del celoso, la esperanza de que puede abandonar ese rol si se lo propone. Eso lo logrará a partir del momento en que se hace cargo de sus propias falencias en lugar de proyectarlas en el rival, y comienza a elaborarlas.
GRUPOS
Según Melanie Klein cuando el bebé percibe a la madre como objeto total y reconoce a las personas como seres individuales y separados, advierte el especial vínculo que existe entre su padre y su madre. Según la manera en que tramite internamente este hecho, esta situación puede provocarle celos, envidia y frustración, y repetir luego estas fantasías y sentimientos agresivos en una relación grupal.
Inicialmente los celos son propios del individuo dentro de un grupo primario y natural, luego se trasladan a otros vínculos en otro tipo de grupos, incluso el de mutua ayuda, en el que puede llegar a competir por obtener la atención permanente del coordinador. La tarea del coordinador será detectar estas actitudes que pueden incluso resultar saboteadoras y ayudar al grupo a co-pensar situaciones dilemáticas individuales provocadas por los celos, (en caso de un grupo dedicado a tratar esta problemática) y transformar el vector competencia en cooperación. El coordinador debe demostrar al integrante que genere esta situación de extrema competencia que coordinador e integrante no son UNO, como eran niño y madre en un principio. Esta es una de las situaciones de aprendizaje.
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