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Apadrinemos a un niño del… “Primer Mundo” (Otra forma de mirar la pobreza) (página 3)

Enviado por Ricardo Lomoro


Partes: 1, 2, 3

¿Qué está ocurriendo entonces? Si el PIB crece, si la productividad mejora, ¿a dónde va todo eso? No a los salarios desde luego, ni viendo la remuneración por hora real, ni mirando a las remuneraciones mensuales reales, ni observando a los trabajadores "full time" se ven mejoras. Los resultados son en todos los casos planos o negativos.

A finales de 2010 si el PIB había mejorado en 528 mil millones de dólares, 464 pertenecían a los beneficios empresariales y solo 7 a sueldos y salarios. Es decir, un 88% del actual crecimiento es debido a las empresas, solo un 1% debido a sus trabajadores. Es más, si miramos el primer trimestre de 2011 (que fue realizado con datos provisionales), el porcentaje se incrementaría a 92% por 0%. ¿Curioso, no?

El estudio afirma que la total ausencia de beneficios para los trabajadores en una recuperación económica es algo sin precedentes en la historia. La ausencia de creación de empleo unido al estancamiento de las remuneraciones son los causantes de este "resultado devastador" según el informe.

"La brecha entre la riqueza de los blancos y cada una de las dos grandes minorías de Estados Unidos -hispanos y negros- se ha ampliado hasta niveles sin precedentes en medio de la crisis del sector de la vivienda y la recesión, según nuevos estudios"… Crece la brecha entre la riqueza de los blancos y de las minorías en EEUU (The Wall Street Journal – 27/7/11)

La riqueza media neta de los hogares blancos es 20 veces mayor que la de los hogares negros y 18 veces en el caso de los hispanos, de acuerdo con un análisis de nuevos datos del gobierno correspondientes a 2009, realizado por el Pew Research Center, un centro de investigaciones independiente.

Las disparidades son las mayores desde que el gobierno comenzó a hacer el seguimiento de esos datos hace 25 años. La separación entre los blancos y los otros grupos es el doble de lo que era en las dos décadas previas a la recesión y a la crisis financiera de 2008, de acuerdo con el estudio.

"La tasa de pobreza en Estados Unidos aumentó en 2010 por cuarto año consecutivo hasta el 15,1%, lo que representa 46,2 millones de personas que viven con menos de 1.000 dólares al mes, según los datos divulgados hoy por la Oficina del Censo"… La tasa de pobreza en EEUU sube por cuarto año consecutivo (Cinco Días – 13/9/11)

En 2009, la cifra fue de 43,6 millones de personas en situación de pobreza, de acuerdo con el informe "Ingreso, pobreza y cobertura de seguro médico en los Estados Unidos: 2010", lo que suponía un 14,3% de la población total,

Se trata del cuarto incremento anual consecutivo, la tasa más alta desde 1993 y la cifra total más grande desde que las estimaciones de pobreza comenzaron a publicarse en 1959.

De acuerdo con estos datos, uno de cada seis estadounidenses vive por debajo del umbral de pobreza.

"La desaceleración económica mundial podría generar un fuerte incremento del desempleo en el año 2012 en el conjunto de los países del G20, según un informe conjunto de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la OCDE"… La OIT advierte de un fuerte incremento del desempleo en 2012 en el G20 (Expansión – 26/9/11)

Mirando al futuro, la OIT y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) sostienen que si las tasas de crecimiento del empleo se mantienen en el nivel actual del 1 %, no será posible recuperar los 20 millones de empleos que se han perdido en los países del G20 desde comenzó la crisis en 2008 y la destrucción de empleo será significativa en 2012.

"Debemos actuar ahora para revertir la desaceleración en el crecimiento del empleo y contrarrestar la pérdida de puestos de trabajo. Es absolutamente indispensable darle prioridad al trabajo decente e invertir en la economía real", afirmó mediante un comunicado el director general de la OIT, Juan Somavía.

"La crisis financiera mundial ha hecho mucha mella en el empleo. La factura en puestos de trabajo ha sido alta en casi todo el mundo. Cicatrizar esta herida costará mucho tiempo. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) calcula que harán falta cinco años, hasta 2016. Según los cálculos de la agencia dependiente de la ONU, recuperar los niveles de empleo previos al estallido financiero precisa 80 millones de empleos. Sin embargo, "la reciente desaceleración económica" hace que esto no sea posible a corto plazo, por lo que retrasa un año su pronóstico inicial de recuperación"… La OIT vaticina que la crisis de empleo seguirá hasta 2016 (El País – 1/11/11)

La OIT critica con dureza la política seguida por la mayoría de países para salir de la crisis en un informe previo a la cumbre del G-20 que se celebra el próximo 4/11 (2011) en Cannes (Francia) y que se publicó el 30/10. "No se ha puesto suficiente atención al potencial que los empleos podrían tener para impulsar la recuperación. Los países se han enfocado principalmente en tranquilizar a los mercados financieros. (…) El debate se ha enfocado en la austeridad fiscal y en cómo ayudar a los bancos (…). El empleo ha quedado relegado como tema de segunda instancia", analiza.

Las críticas de la OIT van más allá de las políticas seguidas para salir de la crisis. La organización -integrada por Gobiernos, sindicatos y empresarios de todo el mundo- también lanza sus dardos contra la moderación salarial en los últimos 20 años. "No ha generado una mayor inversión real", explica. "La moderación salarial ha contribuido a exacerbar los desequilibrios globales, lo cual, aunado a las ineficiencias del sistema financiero, dio paso a la crisis y la sigue perpetuando".

"Uno de los legados de la última gran bonanza económica vivida entre las grandes potencias y los países emergentes es una brecha mayor entre ricos y pobres. La desigualdad ha aumentado al nivel más alto de los últimos 30 años en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), debido sobre todo a la creciente diferencia entre los salarios, que suponen el 75% de los ingresos de un hogar. Lo ha hecho precisamente en esos años de crecimiento, según el informe hecho público ayer por la OCDE con datos de 2008, previos a la Gran Recesión"… La brecha entre ricos y pobres se dispara al nivel más alto en 30 años (El País – 6/12/11)

La bonanza de un país no se traslada de forma automática ni natural a la reducción de la brecha social y las políticas correctoras -los impuestos y los servicios sociales- han ido perdiendo efecto como redistribuidores de riqueza desde mediados de los noventa. El 10% más pudiente de la población gana como promedio 9,6 veces más que el 10% más desfavorecido en el conjunto de la OCDE, según el estudio, y la distancia ha crecido incluso en los países tradicionalmente más igualitarios, como Alemania, Suecia o Dinamarca, aunque sigue muy por debajo de la media.

"El contrato social se está empezando a deshacer en muchos países. La incertidumbre y los miedos a la exclusión han alcanzado a la clase media en muchas sociedades, la gente siente que está sufriendo una crisis de la que no son responsables, mientras esos con altos ingresos resultan perdonados", alertó el 5/12/11 el secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, al presentar el informe Estamos divididos, por qué la desigualdad sigue creciendo. Gurría hizo un llamamiento a los Gobiernos: "Tratar la cuestión de la justicia es una condición sine qua non para el restablecimiento de la confianza".

EEUU: ¡Bienvenido al tercer mundo!

"Los Estados Unidos se parecen cada vez más similar a un país del tercer mundo. Los datos económicos indican una dura realidad que el debate político general evita. La evidencia sugiere que, sin reformas fundamentales, los EEUU se convertirán en una nación post-industrial y un nuevo país del tercer mundo en 2032". Les suena extraño, veamos lo que argumentan los analistas de Seeking Alpha para afirmar esto: Las características fundamentales que definen a un país del Tercer Mundo son el alto desempleo, la falta de oportunidades económicas, los bajos salarios, la pobreza generalizada, la extrema concentración de la riqueza, la deuda pública insostenible, el control del gobierno por los bancos internacionales y corporaciones multinacionales, débil estado de derecho y las políticas contraproducentes del gobierno.

Todas estas características son evidentes en los EEUU de hoy en día.

Otros factores incluyen la mala salud pública, nutrición y educación, así como la falta de infraestructura. La salud pública y la nutrición en los EEUU, aunque se sitúan por debajo de los estándares europeos, están muy por encima de los de los países del tercer mundo. La educación pública norteamericana ahora se ubica detrás de países más pobres, como Estonia, pero sigue siendo superior a la de los países del tercer mundo. Mientras que infraestructuras en ruinas se pueden ver en ciudades de todo el país, la vasta infraestructura de los Estados Unidos no se puede comparar a un país del tercer mundo. Sin embargo, todos estos factores se deterioran rápidamente en una economía en declive.

El desempleo y la falta de oportunidades económicas

El desempleo es un problema de fondo, estructural a los EEUU, es un desafío fundamental. El mercado laboral de EEUU está en una tendencia descendente de largo plazo debido a la globalización, es decir, la deslocalización de la fabricación, la externalización de puestos de trabajo y la desindustrialización.

El deterioro estructural del mercado laboral de EEUU seguirá produciéndose, ya que los trabajadores estadounidenses se han fusionado en una fuerza laboral global en la que todavía no pueden competir directamente con países como China e India. En China, por ejemplo, el salario bruto, en términos de paridad de poder adquisitivo, es equivalente a aproximadamente $ 514 por mes, 57% por debajo del umbral de la pobreza en EEUU. De acuerdo con el Instituto de Política Económica, el déficit comercial de EEUU con China por sí solo ha causado una pérdida de 2,8 millones de empleos en EEUU desde 2001.

La caída de los salarios reales y de los ingresos familiares

Los trabajadores son más pobres en términos de poder adquisitivo cuando el costo de la vida aumenta más rápidamente que los salarios. De hecho, si los ingresos del hogar se ajustan por inflación, las familias estadounidenses más pobres han crecido significativamente en los últimos diez años. En 2010, por ejemplo, el ingreso real medio por hogar cayó un 2,3%. Aunque el salario medio ha aumentado de manera constante en términos nominales, la disminución del poder adquisitivo es una realidad para la mayoría de los estadounidenses.

De acuerdo con el famoso economista Milton Friedman, "la inflación es siempre y en todas partes un fenómeno monetario". En otras palabras, los precios suben cuando la oferta de dinero se incrementa más rápido que la población o la actividad económica sostenible. El crecimiento económico aparente que se crea a través de la expansión del crédito, es decir, mediante el aumento de la oferta de dinero, tiene un efecto estimulante temporal, pero también hace que los precios suban. La oferta de dinero real es una medida exacta de la inflación.

Mientras los salarios de EEUU y los ingresos familiares sigan cayendo en términos reales, la pobreza y la dependencia de los programas gubernamentales de asistencia seguirán aumentando

Concentración de la riqueza

Alan Greenspan, ex presidente de la Reserva Federal, advirtió que, "en última instancia, estamos interesados en los estándares de vida y en las tendencias de la distribución de la salud, los cuales, más importantes que las ganancias o los ingresos, representan una medida de la capacidad de los hogares para el consumo".

En otras palabras, la concentración de la riqueza socava la base de consumidores de la economía, provocando una disminución del PIB y del paro, lo que reduce los niveles de vida. Obviamente, la riqueza total de la sociedad se reduce cuando la riqueza está muy concentrada, porque hay un menor nivel de actividad económica.

Los datos económicos de varias fuentes, entre ellas la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), muestran que la riqueza y los ingresos en los Estados Unidos se han ido concentrando cada vez más. El 1% de los estadounidenses poseen el 38,2% de los activos del mercado de valores.

Para ese 1% de los estadounidenses, los ingresos del hogar se triplicaron entre 1979 y 2007 y han seguido aumentando, mientras que la riqueza del hogar en los Estados Unidos se ha reducido en 7.7 billones de dólares. El coeficiente de Gini muestra la creciente disparidad en la distribución del ingreso.

En términos del coeficiente de Gini, los Estados Unidos se encuentran ahora en paridad con China y pronto superarán a México, un país todavía en desarrollo. Cabe señalar, por supuesto, que los EEUU siguen siendo un país mucho más rico en general. Si la tendencia actual continúa, sin embargo, los EEUU se asemejarán a un país del 3er mundo, en términos de la disparidad en la distribución del ingreso, en aproximadamente dos décadas, es decir, en 2032

Bienvenido al tercer mundo

Los Estados Unidos se están convirtiendo en un país postindustrial y neo tercermundista. En parte como consecuencia del aumento del desempleo y la falta de oportunidades económicas, la caída de los salarios reales y los ingresos familiares, aumento de la pobreza y el aumento de la concentración de la riqueza, y a que el gobierno de EEUU se enfrenta a una crisis fiscal histórico. La influencia dominante de las empresas sobre el gobierno de los EEUU, sobre todo por los grandes bancos, el debilitamiento gubernamental a nivel federal y las políticas destructivas de impuestos están agravando los problemas económicos que enfrenta Estados Unidos.

A menos que se implementen reformas estructurales o se produzca un colapso hiperinflacionista (debido a los problemas fiscales del gobierno de los EEUU), el deterioro de la economía de EEUU continuará y se acelerará. A medida que la economía de EEUU continúa su descenso, la salud pública, nutrición y educación, así como la infraestructura del país, se deterioran visiblemente y el estado tercermundista de los Estados Unidos se hará evidente.

Generación "ni-ni": ni estudia, ni trabaja (el problema crece en toda Europa por el paro y la falta de alternativas)

"La crisis está dejando descolgados a muchísimos jóvenes. En España, 800.000 ciudadanos entre 18 y 24 años ni estudian, ni trabajan. Representan uno de cada cinco, una de las cuotas más elevadas de la Unión Europea. En los tres últimos años han empeorado las cifras de la llamada generación ni-ni. En 2008 suponían el 13,9% de los europeos de 18 a 24 años y en 2010 eran ya el 16,5%, según alerta un reciente estudio del Centro Europeo para el Desarrollo de la Formación Profesional (Cedefop). Y todo indica que los datos de 2011 van a ser todavía peores"… La crisis eleva al 22% los jóvenes que ni estudian ni trabajan (El País – 16/12/11)

Hay grandes diferencias entre los distintos países de la UE. Y España, con un paro juvenil cercano ya al 50%, está entre los que tienen peores datos: son el 22,4% (en 2008 eran el 17%, y un año antes, el 13,8%). Con más de 800.000 jóvenes que ni estudian ni trabajan, unos 280.000 más que en 2007 (si se cruzan los porcentajes de la Encuesta Europea de Fuerza del Trabajo de Eurostat con los datos del padrón del INE), España ocupa el quinto puesto de la Unión en este preocupante ranking. Por delante están Letonia (22,5%), Irlanda (24,1%), Italia (24,2%) y Bulgaria (27,8%). Donde menos hay es en Holanda (5,9%) y Luxemburgo (6,9%). Este último está en el grupo de los únicos cuatro países que han logrado reducir sus cifras durante la crisis, junto a Alemania Malta, de forma levísima, Bélgica.

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"Es difícil hacer generalizaciones para toda Europa, pero lo que parece estar ocurriendo es que los jóvenes están siendo víctimas del paro (esto ha sido peor en países como España), pues son los más fáciles de despedir; y de los recortes de las ayudas sociales. En Reino Unido se espera que bajen un 20% en los próximos tres años, además de lo que ya se han reducido", señala Neil Lee, economista del instituto de investigación The Work Foundation, de la Universidad de Lancaster.

El catedrático Psicología Social de la Universidad de Valencia José María Peiró distingue dos grandes grupos de jóvenes bajo la etiqueta de ni-ni (ni estudian ni trabajan). Primero, los que lo son porque no les queda más remedio: han fracasado en los estudios y no encuentran trabajo. Segundo, los de tipo "sabático", que se toman un tiempo antes de ponerse a trabajar, al final o en medio de los estudios. "Lógicamente, estos tienen salario de reserva, quizás por la familia", añade.

Precisamente el apoyo familiar -más en los países del sur de Europa-, junto con las ayudas sociales y el trabajo sumergido -el Ministerio de Economía estimó a principios de 2011 que la economía sumergida en el 20% del PIB español-, amortiguan el impacto social de una cifra como ese 22,4% de ni-nis.

Aventurar cuántos jóvenes pertenecen a cada situación es realmente complicado, pues la encuesta europea simplemente señala a los jóvenes parados o inactivos que no han estudiado, ni siquiera un cursillo de inglés o de informática, en el último mes. Y en realidad las variantes son infinitas: el que encuentra trabajo pero lo rechaza por las malas condiciones del empleo o porque tiene que desplazarse; el que vuelve a estudiar, pero se frustra y lo deja (en Madrid, se titula sólo el 10% de los matriculados en escuelas de adultos, según CC OO); el que decide agotar el paro antes de ponerse otra vez manos a la obra; el que se desanima tras mucho tiempo buscando empleo…

Sin embargo, parece claro que el primer grupo que señala Peiró, el de los que no trabajan porque no pueden, y ni se les pasa por la cabeza retomar los libros, crece en medio de la crisis. Sobre todo en un país como España, que ha mantenido durante toda la década un porcentaje de abandono escolar temprano cercano al 30%, aunque ahora haya bajado al 28%. Fue en 2008 cuando en España empezó a crecer mucho la cifra de ni-nis y se disparó en 2009, precisamente cuando todos esos jóvenes escasísimamente formados empezaron a engrosar masivamente las filas del paro.

Antes de la crisis los jóvenes españoles ya tenían serias dificultades para acceder a empleos de calidad

Es decir, que son precisamente los más vulnerables los que están engordando la estadística, asume el catedrático de Economía de la Pompeu Fabra José García-Montalvo. "Las tasas de paro que han crecido más rápidamente son las de los jóvenes con menos formación; a diferencia de otras crisis anteriores, mucho más rápido que las tasas de desempleo de los universitarios", señala.

Así, no hay trabajo, y el reenganche en el sistema educativo se hace complicado, no solo porque a los jóvenes les pueda costar más o menos tomar la decisión, sino "la escasa relevancia de los programas de segunda oportunidad para mejorar la formación de los alumnos que abandonan", señala el profesor de Economía de la Universidad de Vigo Alberto Vaquero.

De hijos de trabajadores (ahora en paro) a chicos de la calle (ahora en adopción)

Una sociedad divergente, centrífuga, disociativa, alienante, indiferente… ¿suicida?

La pobreza no es sólo un problema del tercer mundo, sino que afecta también a los países ricos o desarrollados. A sus pobres estructurales se les están sumando gran cantidad de nuevos pobres como consecuencia de la actual crisis económica.

Es importante aclarar que la pobreza en los países ricos es muy diferente a la que se da en los países de bajo desarrollo, donde la muerte por inanición es uno de los caminos que tienen los niños o ser vendidos como esclavos o abusados.

Pero esa diferencia por más grande que sea se puede sentir como similar cuando un pobre de un país rico se ve imposibilitado de integrarse; es un marginal al sistema, una posición que lo deja en inferioridad para enfrentar la sociedad y sus retos.

En este caso se habla de pobreza relativa, cuando los ingresos del hogar están por debajo del 50% del promedio nacional, se trata de "medio ciudadanos".

Una de las causas principales del incremento de la pobreza es la pérdida de empleos en forma masiva y la insuficiente ayuda social por parte del estado para superar las condiciones económicas adversas.

Hijos de los parados de larga duración, nietos de los jubilados que ven laminadas sus pensiones, por los planes de austeridad fiscal, y robados sus ahorros por las mismas "serpientes encantadoras de hombres" (los bancos causantes de la crisis de exuberancia irracional especulativa), que dejaron a los gobiernos en la ruina y a los trabadores sin empleo. Niños sorprendidos por un "estado del malestar", sin razón ni justicia. Parias sociales, sin explicación ni alivio. "Dalits" (casta inferior, intocables) del Primer Mundo.

Los niños son los "náufragos" del Titanic europeo o norteamericano (el hundimiento del Costa Concordia sólo resulta una leve metáfora actualizada, no equiparable, ante la magnitud de la catástrofe social presente). Sin referentes del pasado (pérdida de respeto por sus padres, desocupados y sus abuelos, empobrecidos), y sin esperanzas de futuro, sólo les queda la calle por hogar y la pandilla por familia. Luego será la delincuencia, la prostitución o la droga, el "paraíso" más probable para los sobrevivientes del fracaso.

La pobreza infantil es consecuencia de las diferencias que siguen existiendo entre los empleados y desempleados, entre nativos e inmigrantes, entre modelos de familia tradicionales y nuevos modelos. Estas diferencias representan la brecha que, cada vez más, separa a los ricos de los pobres. Hablando en términos generales, países, hasta hace poco, "avanzados" (ahora, en vías de subdesarrollo) donde no es oro todo lo que reluce y donde cuesta hablar de temas como éste porque resultan políticamente incómodos y socialmente complicados.

Cuando se reconoce que existe la pobreza infantil en los países desarrollados o al menos se habla sobre ello, pocas veces se actúa. Conocemos números que asustan, así como asusta lo poco que se habla de la causa de los mismos. Y es que éstas son diversas y nada sencillas, engranadas entre distintas responsabilidades políticas y sociales que han desembocado en esta situación, a la que por el momento no se le está poniendo freno.

La pobreza infantil se extiende por todas las ciudades y en todas las comunidades y al no ser un pequeño grupo, resolver el problema se vuelve más difícil. El problema de la pobreza infantil en los países desarrollados, más allá de las carencias económicas y materiales, son las consecuencias psicosociales de unos niños que se sienten discriminados por sus compañeros en el colegio. Problema agravado en el marco de un sistema educativo, que fue calificado por el último informe PISA – resultado del programa de valoración internacional de estudiantes realizado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) – como el que menos favorece a la integración de inmigrantes y niños con más dificultades. Este bajo nivel de integración, determina que los niños que nacen en entornos sociales más desfavorecidos, no tengan las mimas oportunidades que el resto.

Los problemas financieros, la política laboral, la política educativa y la política social, son las claves para luchar contra la pobreza infantil. La realidad hoy es que quienes se ocupan de cubrir en la medida de lo posible las necesidades básicas de los niños son, mayoritariamente, organizaciones que se financian con donaciones privadas. El trabajo que realizan, poniendo a disposición instalaciones y realizando un trabajo directo con los niños y con sus padres, sólo resuelve parcialmente el problema de la pobreza infantil. Una realidad muy alejada de las palabras de Peter Admanson, uno de los autores del informe en profundidad que UNICEF realizó sólo en Alemania, que recalcaba que "está en manos de los gobiernos que haya niños que tengan que crecer en la pobreza" y que los grandes problemas de paro- uno de los puntos más complejos si hablamos de pobreza infantil- sólo se pueden solucionar "si evitan la exclusión y la discriminación, especialmente en la formación".

Como síntesis, podría decirse que la pobreza es un mal que pensábamos se limitaba a los países en desarrollo o pobres, pero es también una amenaza desde dentro de las sociedades opulentas o, más bien, una llamada de atención para saber que la sociedad del consumo también tiene zonas marginales.

Los países (ahora, mal llamados) desarrollados, deberían dar respuesta a los siguientes interrogantes: ¿estamos condenados a una recuperación sin empleo? ¿es el futuro uno en el que los trabajos serán tan escasos que muchos trabajadores tendrán que aceptar una miseria para encontrar un empleo, y volverse cada vez más dependientes de las transferencias sociales a medida que los salarios del mercado caen por debajo del nivel de subsistencia? ¿o deberían las sociedades occidentales esperar una nueva ronda de magia tecnológica, que produzca una nueva ola de creación de empleo y prosperidad?

Mientras se aclaran, pueden continuar promoviendo el "apadrinamiento" de niños del Primer Mundo, por "benefactores" del Tercer Mundo o tolerando la ignominia de entregar sus hijos en "adopción" por no poderlos alimentar, curar, educar, proteger…

Una negación sistemática del futuro a la población joven. El Primer Mundo en vías de subdesarrollo. Esto es lo que queda de nada. ¡Vaya fracaso! ¡Vaya sarcasmo!

Lamentos y quebrantos de un europeísta desilusionado (la depresión ciudadana)

Escribo estos últimos párrafos el 19/3/12, "Día del Padre" en España (San José). ¡Qué paradoja! Algunos pueden pensar que ha sido buscado premeditadamente, otros, como yo, podrán aceptar que son "los caminos de Dios", pero el santoral ayuda a reflexionar.

Al mismo tiempo que crece la pobreza decrecen los derechos sociales de los ciudadanos, dejando a la población más vulnerable con los servicios básicos mínimos gravemente mermados.

Estafas legales al pequeño ahorrador (fundamentalmente pensionista). Participaciones preferentes, bonos subordinados convertibles, EFTs, que no entienden o se adecuan a su perfil de inversor. La historia presente de sus abuelos…

Desempleo de larga duración, trabajos temporales, precarios, de usar y tirar, para la población activa. El salario del miedo, que atenaza a los que -aún- tienen, la "suerte" de conservar el empleo (menguante). La historia presente de sus padres…

Los niños de la "crisis", víctimas del "nuevo" Tercer Mundo europeo o norteamericano (tanto monta, monta tanto). "Refugiados" en su propio país (en el caso de los europeos, por segunda vez, en 3 generaciones). Serán mayores un siglo después de tiempo.

La niñez tratada como un "fondo de capital riesgo". Un túnel de incierto final, cuando la crisis se escribe con mayúsculas y en letra gótica. "Eclipse social"… por riesgo moral.

¿Puede haber algo más doloroso para unos padres (más allá de la propia muerte del niño) que tener que entregar un hijo en adopción porque no se dispone de los medios para criarlo? ¿Puede estar ocurriendo una situación tan desesperada, dramática y humillante, en algún país de la Unión Europea?

¿Qué dirían Albert Camus, Cornelius Castoriadis o Günter Grass de todo esto? ¿Cómo describirían este viaje "desesperado" desde el país de las maravillas a la edad media, en "tan sólo" cuatro años? Aunque, tal vez, se necesitaría la pluma de Quevedo o Galdós…

Un modelo económico de "empobrecimiento social por tramos", en medio de una terrible depresión que ha puesto a mucha gente en una situación precaria, donde lo que está indudablemente "fuera de control" es el sector financiero, que cada vez empuja a más gente al precipicio. No, el asunto no es la recesión. Este asunto va de lo que elegimos y por qué. ¿Sociedad cangrejo? Una cuestión de opción y no de inevitabilidad.

Para el final dejo una pregunta: ¿Cómo es posible que banqueros y políticos tan irresponsables no hayan sido condenados penalmente por su desastrosa gestión?

Como ciudadano me siento perplejo ante tanta impunidad. Los niños de la calle (si llegan vivos, y aprenden a leer), tal vez, (si se interesan por la historia) podrán aclarar si esos banqueros y políticos fueron memos o codiciosos (o las dos cosas).

A continuación se presenta, como "Anexo", una versión resumida de los Informes de UNICEF sobre "pobreza infantil en países ricos", de los años 2000, 2005, 2007 y 2010. Una aritmética del dolor. La pobreza bajo otra mirada Se recomienda su (atenta) lectura.

Anexo: Apadrinemos a un niño del… "Primer Mundo"

"La persistencia de la pobreza infantil en los países ricos representa una amenaza tanto para la igualdad de oportunidades como para el respeto de los valores compartidos por todos. Por eso mismo, obliga a las naciones del mundo industrializado a poner a prueba sus ideales y su capacidad de resolver muchos de los problemas sociales más espinosos que las aquejan".

Los niños pobres en las naciones ricas – UNICEF – Innocenti Report Cards – 2000

Revelaciones clave

  • En las naciones más ricas del mundo las tasas de la pobreza infantil varían considerablemente, situándose en algunos casos por debajo del 3 por ciento pero llegando en otros hasta por encima del 25 por ciento (Gráfico 1).

  • En la parte más rica del planeta uno de cada seis niños transcurre su existencia en la miseria. En total, son aproximadamente 47 millones los niños de las naciones de la OCDE que viven por debajo del mínimo vital de sus países.

  • Ya sea que se efectúen mediciones según los criterios de la pobreza relativa o absoluta, las seis naciones que ocupan las posiciones más altas en la tabla clasificatoria de la pobreza infantil son siempre las mismas, y todas ellas presentan un nivel elevado de desarrollo económico combinado con condiciones razonables de justicia social (Gráficos 1 y 2).

  • En la tabla clasificatoria que corresponde a la pobreza infantil relativa, los países que ocupan las cuatro posiciones más bajas son el Reino Unido, Italia, Estados Unidos y México (Gráfico 1).

  • En la tabla clasificatoria que corresponde a la pobreza infantil absoluta, los países que ocupan las últimas cuatro posiciones son España, la República Checa, Hungría y Polonia (Gráfico 2).

  • Las diferencias que se registran en la proporción de niños que en cada país viven con uno solo de los padres tienen relativamente poco que ver con las diferencias observadas en las tasas nacionales de pobreza infantil o con el ranking conseguido por cada país en la tabla clasificatoria (Gráfico 4).

  • Más significativo es el efecto que tiene la tasa de pobreza de dichas "familias con uno solo de los padres". En tal situación, las probabilidades de que un niño viva en condiciones de indigencia es por término medio cuatro veces mayor que en las familias con ambos padres (Gráfico 3).

  • Existe una estrecha relación entre la tasa de pobreza infantil y el porcentaje de hogares con niños en los cuales no hay siquiera un adulto que trabaje (Gráfico 6).

  • Existe una estrecha relación entre la tasa de pobreza infantil y el porcentaje de trabajadores de jornada completa que ganan menos de dos tercios del salario medio nacional (Gráfico 7).

  • Los países con tasas de pobreza infantil más bajas son los que destinan porciones más elevadas del PNB a los gastos sociales.

  • Las diferencias que se observan en las políticas tributarias y de gasto público con objetivos sociales indican que algunas naciones llegan a reducir la "pobreza infantil generada por las fuerzas del mercado" en 20 puntos porcentuales, mientras otras apenas consiguen hacerle perder 5 puntos porcentuales (Gráfico 9).

Tabla clasificatoria de la pobreza infantil

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"Proteger a los niños de la pobreza más aguda durante sus años de crecimiento y formación, es una característica de una sociedad civilizada; así como una forma de abordar algunos de los problemas que afectan a la calidad de vida de las naciones económicamente desarrolladas".

Pobreza Infantil en Países Ricos – UNICEF – Innocenti Report Cards – 2005

Hallazgos clave

  • Dinamarca y Finlandia encabezan la tabla clasificatoria de pobreza infantil con tasas menores del 3 por ciento. Los países que ocupan las posiciones más bajas son Estados Unidos y México con tasas de pobreza infantil de más del 20 por ciento (Gráfico 1).

  • Durante la última década, la proporción de niños viviendo en la pobreza ha incrementado en 17 de 24 países de la OCDE en los que existen datos comparables disponibles (Gráfico 2).

  • Noruega es el único país de la OCDE donde se puede describir la pobreza infantil como "muy baja y en continua disminución".

  • Existe una relación entre una proporción más elevada del gasto gubernamental destinado a familias y prestaciones sociales, con tasas de pobreza infantil más bajas.

  • El 25 por ciento de las familias peor pagadas de cuatro de 13 países de la OCDE, por los cuales se disponen de datos, sufrieron un descenso de sus salarios. En siete países sufrieron este descenso el 10 por ciento de las familias peor pagadas (Gráfico 6).

  • Por término medio, las intervenciones gubernamentales reducen un 40 por ciento las tasas de pobreza infantil que teóricamente resultarían si se dejaran a las fuerzas del mercado actuar por sí solas (Gráfico 9).

  • Los gobiernos de los países con los niveles más bajos de pobreza infantil reducen "la pobreza del mercado" en un 80 por ciento ó más. Los gobiernos de los países con las tasas de pobreza infantil más altas solamente reducen "la pobreza del mercado" entre un 10 y un 15 por ciento (Gráfico 9).

  • Los cambios en las políticas gubernamentales explican la mayoría de los cambios en los niveles de pobreza infantil de los países miembros de la OCDE.

  • Ningún país de la OCDE que dedica el 10 por ciento ó más del PIB a transferencias sociales tiene una tasa de pobreza infantil superior al 10 por ciento. Y ningún país que dedica menos del 5 por ciento del PIB a dichas transferencias tienen una tasa de pobreza infantil menor del 15 por ciento.

  • No existe un ratio fijo entre los niveles de apoyo gubernamental y las tasas de pobreza infantil. Muchos de los países miembros de la OCDE parecen tener el potencial para reducir la pobreza infantil por debajo del 10 por ciento sin ningún incremento significativo en el gasto general.

  • En la mayoría de los países de la OCDE, los incrementos en gastos sociales durante la década de los noventa parecen haber sido asignados principalmente a pensiones y sanidad (Gráfico 11).

  • Si se pretenden definir y cumplir objetivos políticos es imprescindible tener unas definiciones de pobreza y mediciones acordes. Las medidas de pobreza relativa de ingresos deben complementarse con mediciones directas de privaciones materiales.

Gráfico 1 – La liga de la pobreza infantil

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Las barras muestran el porcentaje de niños que viven en situación de pobreza "relativa", es decir, los ingresos del hogar están por debajo del 50 por ciento del promedio nacional.

Gráfico 2 – Cambios en los índices de pobreza infantil durante los años 90

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Las barras muestran la subida o bajada de las tasas de pobreza infantil en cada país durante los años 90.

Gráfico 3 – Índice de Pobreza Infantil utilizando distintas líneas de pobreza

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La tabla muestra la variación en la tasa de pobreza infantil cuando la definición de la pobreza se basa en distintos niveles con respecto a la media de ingresos. La primera columna contiene el porcentaje de niños que viven en hogares con ingresos por debajo del 50 por ciento del promedio nacional de ingresos (como en Gráfico 1). La segunda y tercera columnas contienen los porcentajes por debajo del 40 por ciento y sesenta por ciento del promedio nacional. El color azul oscuro denota los países con mejores resultados. El matiz intermedio los que tienen resultados medios y la tonalidad más clara los que tienen peores resultados. Los países están seleccionados según la disponibilidad de datos.

Gráfico 4 – Cambios en las tasas de pobreza infantil durante los años 90, según diferentes líneas de pobreza

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Las columnas en azul claro muestran el cambio en el índice de niños que viven en hogares con un 40% por debajo del promedio nacional de ingresos(los más pobres). Las columnas de tonalidad media muestran el cambio en los índices de pobreza cuando la línea de pobreza está en el 50% de los ingresos medios nacionales, y las columnas más oscuras muestran el cambio en los índices de aquellos que viven por debajo de una línea de pobreza del 60% del promedio nacional. Datos de países de la OCDE seleccionados.

Gráfico 5 – Cambios en la pobreza infantil según una línea fija de pobreza

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Las barras muestran la subida o bajada en las tasas de pobreza infantil según una línea de pobreza fijada en el 50 por ciento de los ingresos medios a principios de los años 90.

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Gráfico 9 – El impacto de los impuestos y transferencias

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Las barras de color claro muestran las tasas de pobreza infantil basadas en los ingresos de hogares, antes de aplicar impuestos y transferencias, mientras las barras oscuras muestran las tasas después de aplicar impuestos y transferencias (como en Gráfico 1). La línea de pobreza en ambos casos es del 50 por ciento de los ingresos medios tras la aplicación de impuestos y transferencias.

Gráfico 10 – Transferencias sociales relacionadas con la seguridad económica familiar

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El gráfico compara la tasa de pobreza infantil de cada país (como en Gráfico 1) con su nivel de transferencias sociales gubernamentales. Las transferencias sociales en el gráfico incluyen subvenciones a familias, pensiones por invalidez, provisión de guarderías y seguros de desempleo. No incluye gastos públicos en salud o educación.

Gráfico 11 – Cambios en la asignación de gastos sociales durante los años 90

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El cuadro muestra los cambios en la proporción del PIB asignado a transferencias sociales durante los años 90. Las columnas de la derecha dividen la subida o bajada en el gasto total entre distintas categorías de gastos. La columna llamada "Otros" se refiere a las ayudas a la población en edad de trabajar, e incluye ayudas por invalidez, desempleo, vivienda, programas del mercado de trabajo y otras transferencias. No incluye el gasto público en salud o educación.

Gráfico 13 – Recursos para niños

La serie de gráficos muestra la distribución de impuestos y transferencias por grupo de edad en 15 países de la Unión Europea. Los impuestos y transferencias se muestran como una proporción de los ingresos disponibles para cada grupo de edad sobre la población total (gráfico de la izquierda) y sobre la población con bajos ingresos (definida por debajo del 50 por ciento de los ingresos medios).

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"La verdadera medida del progreso de una nación es la calidad con que atiende a sus niños: su salud y protección, su seguridad material, su educación y socialización y el modo en que se sienten queridos, valorados e integrados en las familias y sociedades en las que han nacido"

Un panorama del bienestar infantil en los países ricos – UNICEF – Innocenti Report Cards – 2007

Hallazgos clave

  • Los Países Bajos encabezan la tabla de bienestar infantil general, al estar entre los 10 primeros países en las seis dimensiones de bienestar infantil cubiertas por este informe.

  • Los países europeos dominan la mitad alta de la tabla clasificatoria general, con los países del norte de Europa situados en los cuatro primeros puestos.

  • Todos los países tienen puntos débiles que deben abordar y ningún país figura en el tercio superior de las clasificaciones para las seis dimensiones de bienestar infantil (aunque los Países Bajos y Suecia están cerca de lograrlo).

  • El Reino Unido y los Estados Unidos se sitúan en el tercio inferior de las clasificaciones de cinco de las seis dimensiones revisadas.

  • Ninguna dimensión de bienestar puede por sí sola considerarse una medida indirecta fiable del bienestar infantil en conjunto, y varios países de la OCDE se encuentran en clasificaciones marcadamente diferentes para distintas dimensiones de bienestar infantil.

  • No existe una correlación evidente entre los niveles de bienestar infantil y el PIB per cápita. La República Checa, por ejemplo, alcanza una posición general de bienestar infantil más alta que muchos países más ricos, como Francia, Austria, los Estados Unidos y el Reino Unido.

Bienestar infantil en los países ricos: Tabla resumen

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Las dificultades para medir la "privación cultural y educativa" son evidentes, si bien en las tablas 1.3b y 1.3c se ofrece una visión más en profundidad de este aspecto de la pobreza infantil. Ambos se inspiran en datos del Programa de Valoración Internacional del Estudiante que, entre otras muchas, plantea a grupos representativos de jóvenes de 15 años de 41 países si tienen en su domicilio los siguientes ocho elementos educativos: una mesa para estudiar; un lugar tranquilo para trabajar; un ordenador para hacer los deberes; software educativo; conexión a Internet; una calculadora; un diccionario; libros de texto escolares.

La Figura 1.3b muestra el porcentaje de los que declaran tener menos de seis de estos recursos. Extraída de la misma fuente, la Figura 1.3c muestra el porcentaje de niños que declaran tener menos de 10 libros en casa, un indicador sugerido de la privación de recursos culturales. Combinados en la Figura 1.3, estos tres indicadores muestran que los niños parecen ser los más privados de recursos culturales y educativos en algunos de los países del mundo más económicamente desarrollados.

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Bienestar subjetivo: Componentes e indicadores

Salud – porcentaje de jóvenes que valoran su salud como "regular" o "mala"

Vida escolar – porcentaje de jóvenes a quienes "el colegio les gusta mucho" bienestar personal

Bienestar personal – porcentaje de niños que se valoran por encima de la media en una "Escala de satisfacción vital" – porcentaje de niños que se valoran negativamente su bienestar personal

"Ya sea que se hable de salud, educación o bienestar material, siempre habrá algunos niños que se quedarán atrás respecto al promedio. La cuestión decisiva es: atrás… ¿en qué medida? ¿Existe un punto más allá del cual quedarse atrás no es un fenómeno ineludible sino el fruto de ciertas políticas, no es inevitable sino inaceptable, no significa desigualdad sino injusticia?

No hay respuestas teóricas universalmente aceptadas a estas preguntas. El presente informe intenta estimular el debate sobre el asunto introduciendo una medida común de la "desigualdad en el extremo inferior de la escala". Esto permite evaluar el desempeño de cada país según el estándar de lo que han conseguido lograr las naciones con mejores resultados. Dicho estándar puede no representar la máxima aspiración en un plano teórico, pero en el plano práctico indica un nivel por debajo del cual "quedarse atrás" evidentemente no es inevitable.

La serie de las Report Cards basa sus premisas en la convicción de que la medida auténtica para juzgar la posición de una nación es el empeño con que se ocupa de sus niños: de su salud e invulnerabilidad, de su seguridad material, de su educación y socialización, y de su impresión de sentirse amados, apreciados e incluidos dentro de la familia y la sociedad en las que han nacido. Su hilo conductor es la certeza de que la protección de los niños durante los años más cruciales y vulnerables de su crecimiento es el rasgo distintivo de una sociedad civilizada y el medio indispensable para construir un futuro mejor.

Este noveno informe de la serie se apoya en los números anteriores, concentrándose específicamente en los niños de todos los países de la OCDE que corren el riesgo de ser dejados atrás (de no verse incluidos ni protegidos) por las sociedades ricas en que viven".

Los niños dejados atrás – UNICEF – Innocenti Report Cards – 2010

Recuadro 2: Prioridad absoluta: los niños y la recesión

El lapso de tiempo que transcurre entre la recopilación de datos mediante encuestas por muestreo en los diferentes países y la publicación de dichos datos bajo forma de comparaciones internacionales es de aproximadamente 3 años. Por lo tanto, la mayoría de los datos incluidos en este informe se refieren a los años 2006-2008.

Normalmente un retraso de esa duración es apenas un poco frustrante. Los datos socioeconómicos del tipo aquí utilizado tienden a reflejar tendencias prolongadas más que transformaciones de un año para otro.

Sin embargo, muchas cosas han cambiado en el mundo desde 2008. La recesión económica ha afectado a millones de personas en los países de la OCDE. La reacción de los gobiernos, ya sea mediante recortes de los gastos o a través de aumentos de los impuestos, está afectando a muchos millones más. Se prevé, por ejemplo, que a lo largo y a lo ancho de la Unión Europea el desempleo habrá superado el 10% cuando se publique el presente informe. Esto significa que estarán desempleadas alrededor de 5 millones de personas más que antes que comenzara la crisis. Puesto que la falta de trabajo es una de las principales concausas de la pobreza, es probable que el bienestar material de los niños haya empeorado significativamente en algunos países desde 2008.

En la Unión Europea el desempleo juvenil, en particular, ha aumentado de un nivel inferior al 15% (antes de la crisis) a uno superior al 20% (hoy).1 Numerosos hogares han visto decrecer sus ingresos y ahora tienen dificultades para reembolsar las deudas. En Estados Unidos el número de quienes han sufrido recortes de sueldo o de horario o han atravesado al menos períodos de desempleo temporáneo en los dos años y medio transcurridos desde que la crisis asestó los primeros golpes llega a la mitad de la población laboral total.2 Los trabajadores migrantes y los empleados con contratos a corto plazo son particularmente vulnerables.

Tal vez se estén acercando épocas peores. Según un informe del Comité de Protección Social de la Unión Europea "aún queda por encarar la plena repercusión de la crisis en los mercados laborales y las finanzas públicas".3

Dicho de otro modo, la fotografía de la desigualdad en el bienestar infantil que muestran estas páginas es una instantánea sacada en las buenas y no en las malas.

Todavía no disponemos de estadísticas generales para delinear el impacto de la recesión en los niños de las familias más pobres. No obstante, es posible hacerse una imagen parcial gracias a los cambios que se verifican en las demandas formuladas a las organizaciones de beneficencia y a los programas gubernamentales de asistencia especial. La Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, por ejemplo, está registrando un incremento del número de individuos que piden ayuda para satisfacer "necesidades vitales básicas – incluidos algunos que normalmente no pensarían jamás en solicitar el auxilio de un organismo caritativo." 4 En Estados Unidos la cantidad de personas que reciben prestaciones del Programa de Asistencia Nutricional Complementaria (Supplementary Nutritional Assistance Program: SNAP) ha aumentado en casi un cuarto desde el comienzo de la crisis (pasando durante un año, hasta agosto de 2009, de 29,5 millones a 36,5 millones de personas por mes). Aproximadamente la mitad del total de beneficiarios del SNAP son niños.5 También es inquietante el hecho de que el informe Eurochild esté empezando a indicar alzas en las solicitudes de servicios para la protección del niño en una cantidad de países europeos.6

En su labor con los niños de los países en desarrollo, UNICEF cuenta con una larga experiencia de lo que sucede a los individuos vulnerables cuando las economías decaen. Durante la segunda mitad de los años 1980 y a principios de los años 1990, por ejemplo, muchas de las naciones más pobres del mundo entraron en un período de ajuste económico que comportó recortes del gasto público en servicios básicos y subsidios de los cuales dependían principalmente los más necesitados.

Todo a lo largo de ese período, UNICEF instó a que se tomaran medidas especiales para evitar que el fardo más pesado cayera sobre quienes estaban en peores condiciones de soportarlo.

Ahora es necesario formular el mismo argumento respecto a algunas de las economías más ricas del mundo.

En los momentos difíciles los niños más pobres deben ser los primeros que hay que proteger y no los últimos que hay que tomar en consideración. Un niño tiene solamente una oportunidad de desarrollar normalmente su mente y su cuerpo. Y proteger esa oportunidad es una responsabilidad primordial de los gobiernos, en las buenas y en las malas.

En la práctica, esto significa que en la administración de los recursos de una sociedad se debe dar prioridad absoluta a la protección de los niños durante los primeros años de su crecimiento, que son decisivos.

La crisis económica de 2008 y sus secuelas irresueltas seguirán poniendo a prueba el empeño de los gobiernos por cumplir con este principio de "prioridad absoluta". Como han escrito Janet Gornick y Markus Jäntti, "la actual recesión, que afecta a todos los países industrializados- como asimismo las distintas reacciones de los gobiernos – pondrá al descubierto si la interacción entre las características del mercado laboral y las políticas públicas consigue o no proteger a los niños contra las conmociones del sistema de mercado". 7

1 Consejo de la Unión Europea (2009) "Segunda evaluación conjunta entre el Comité de Protección Social y la Comisión Europea sobre el impacto social de la crisis económica y las respuestas políticas", Consejo de la Unión Europea, Bruselas, 24 de noviembre de 2009.

2 The Economist, 4 de julio de 2010.

3 Consejo de la Unión Europea (2010) "Propuesta de informe conjunto sobre protección social e inclusión social (2010)", Consejo de la Unión Europea, Bruselas, 15 de febrero de 2010.

4 Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (2009) The Economic Crisis and its Humanitarian Impact on Europe, Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, Ginebra.

5 Isaacs, J. B. (2009) The Effects of the Recession on Child Poverty: Poverty statistics for 2008 and growth in need for 2009, First Focus, Brookings Institution, Washington D.C.

6 Eurochild (2009) "Impact of Economic and Financial Crisis on Children and Young People", Eurochild Report, actualización del 9 de octubre de 2009.

7 Gornick, J.C. y M. Jäntti (2010) "Child Poverty in Upper-Income Countries: Lessons from the Luxembourg Income Study" en S. Kamerman, S. Phipps y A. Ben-Arieh (eds.) For Child Welfare to Child Well-Being: An international perspective on knowledge in the service of policy making, Springer, Nueva York.

Recuadro 3: La sociedad justa: una medida

Las estadísticas presentadas en esta Report Card se pueden leer también como un primer tentativo de medir las naciones según los criterios de una "sociedad justa", tal como la definiera el filósofo político estadounidense John Rawls (1921–2002).

Rawls explicaba que una sociedad justa sería aquélla en la cual las reglas fueran establecidas en beneficio de la sociedad en su conjunto. Sostenía que, para alcanzar ese fin, el punto de partida ideal sería la "posición original." Bajo esta expresión entendía una especie de antesala celestial donde todos los que esperan para nacer redactan las reglas sin saber qué posición ocuparán ellos mismos en la sociedad. Detrás de este "velo de ignorancia", los legisladores no saben si nacerán ricos o pobres, hombres o mujeres, con aptitudes superiores o inferiores a la media, sanos o discapacitados, como parte de una minoría étnica o de una élite privilegiada.

Dado que no conoceríamos nuestra propia condición, argumentaba, no podríamos hacer presión en pro de reglas que nos favorecerían únicamente a nosotros mismos. Las leyes establecidas de esta manera, por lo tanto, reflejarían una igual preocupación por todas las clases y sectores.

Por consiguiente, el "velo de ignorancia" tiene el objetivo de domar la fuerza de los intereses creados. Y la "posición original" es el exacto contrario del modelo de grupos de interés tan influyente en la política actual. Esencialmente, se parece al método de hacer que dos personas corten un pastel con imparcialidad invitando a una de ellas a efectuar el corte y a la otra a elegir primero.

Entre los centenares de críticos que han escrito libros en respuesta a sus ideas, Rawls tiene sus detractores. Los libertarios le objetan que los derechos humanos básicos, como los derechos de propiedad y el derecho de autopropiedad, no dejan espacio para el concepto rawlsiano de "sociedad justa". Ronald Dworkin ha argüido que los acuerdos hipotéticos a propósito de las reglas establecidas desde la "posición original" no son pactos auténticos y que, por lo tanto, no podrían encontrar la aceptación y autoridad necesarias. Amartya Sen les halla las mismas debilidades, añadiendo que, por un lado, sería improbable lograr la unanimidad incluso desde la "posición original" y que, por otro, la falta de unanimidad haría derrumbar la tesis rawlsiana. Uniendo algunas de estas críticas, Michael Sandel ha rebatido que cualquier decisión acerca de las reglas vigentes en comunidades que cuentan con sus propias tradiciones e historias no se puede tomar razonando desde una posición que carece de raíces y es históricamente abstracta.

No obstante, la idea de que las reglas de la sociedad deban reflejar los intereses de todos, y no sólo aquéllos de sus miembros dominantes, es generalmente aceptada en la teoría, aunque sigan siendo controvertidos los métodos con que se la pueda aplicar.

Si suponemos que el fin (y no los medios) impone una medida de acuerdo, entonces una manera de medir los progresos conseguidos hacia el objetivo de una sociedad justa sería medir el grado de desventaja sufrido por sus miembros más desfavorecidos. Eso es precisamente lo que se propone esta Report Card.

Está claro que harían falta datos más exhaustivos para medir los grados de desventaja "a 360 grados", especialmente si, como sugiere Amartya Sen, los desfavorecidos se deberían definir como "quienes tienen menores posibilidades de realizar sus potencialidades y desarrollar y ejercer sus capacidades".

Sin embargo, los datos expuestos en estas páginas representan una contribución a ese proceso. En las tres diferentes dimensiones del bienestar -los bienes materiales, el nivel educativo y la salud- estos datos muestran hasta qué punto respecto al nivel medio se permite que se queden atrás los menos favorecidos. Y el hecho de que los distintos países revelen situaciones muy desemejantes indica que algunas naciones están haciendo mayores progresos que otras en el camino hacia la "sociedad justa".

Recuadro 5 Pobres: de tiempo para criar a sus hijos

Cuando se habla de ingresos familiares o rendimiento educativo, la desigualdad es relativamente fácil de medir, sobre todo si se la compara con la desigualdad en otras dimensiones importantes del bienestar infantil como, por ejemplo, la escasez de oportunidades y expectativas, o de apoyo y estímulos por parte de los adultos.

Una de las más decisivas entre estas dimensiones sin medir es el tiempo que tienen los padres para ocuparse de sus hijos.

Es evidente que la cantidad y la calidad del tiempo que los padres dedican a interactuar con sus hijos, depende de muchos factores además de las características individuales de los padres. Uno de esos factores es la renta familiar.

Se podría suponer que los padres con ingresos más elevados tienen horarios de trabajo más largos y disponen de menos tiempo para el cuidado de sus hijos. Y es cierto que algunos empleos con baja remuneración y, de manera particularmente obvia, los puestos de tiempo parcial, dejan a los padres más tiempo para actividades que no generan ingresos. Sin embargo, en su mayoría, los padres con bajos ingresos tienen trabajo de jornada completa y no existen indicios que sugieran que trabajan menos horas.

Tampoco se debe pasar por alto que las familias con renta elevada pueden permitirse con mayor facilidad pagar a otras personas para que se ocupen de las tareas regulares, que consumen tiempo y no generan ganancias, como por ejemplo hacer la limpieza, cocinar (también cuando se come fuera de casa), lavar la ropa, planchar, hacer las compras, lavar el coche, cuidar el jardín y encargarse del mantenimiento de la vivienda.

La "pobreza de tiempo para las actividades parentales" llega a ser particularmente aguda en Estados Unidos. Según un estudio de 2010,1 los padres estadounidenses con bajos ingresos trabajan más horas que sus homólogos de los otros seis países de la OCDE analizados: Austria, Bélgica, Canadá, Alemania, España y el Reino Unido. El estudio revela también que, en promedio, un padre o una madre estadounidenses situados en el extremo inferior de la escala de distribución de los ingresos no sólo trabajan más horas sino también tienen un estándar de vida relativo inferior al de los padres que ocupan una posición equivalente por ingresos en los otros seis países. Éste es especialmente el caso de los hogares donde la cabeza de la familia es una madre soltera.

Por lo tanto, la cantidad de tiempo disponible para actividades parentales que se puede dedicar al cuidado del niño parece ser más limitada en las familias estadounidenses con bajos ingresos. Y cuanto más descendemos en la escala de rentas, más agudo se vuelve el problema. "La diferencia de tiempo disponible para actividades parentales entre Estados Unidos, por un lado, y Canadá y los países observados en nuestro análisis, por otro," dice el estudio, "es particularmente grande en el caso de los niños que ocupan posiciones bajas en la distribución de los ingresos". 2

De tal manera, la carencia de tiempo para criar a los hijos se añade a (e interactúa con) la larga lista de desventajas que los niños enfrentan en los hogares pobres y contribuye al complejo proceso por el cual la desigualdad produce desigualdad.

Si el examen abarca a todas las familias y no se limita solamente a aquéllas con bajos ingresos, los padres estadounidenses trascurren más tiempo con sus hijos que los padres de la mayor parte de los demás países para los cuales contamos con datos útiles. El informe de la OCDE Doing Better for Children, basándose en datos provenientes de 15 países desarrollados, demuestra que, en términos generales, los padres estadounidenses y noruegos son los que pasan más tiempo con sus hijos (y los que pasan menos tiempo son los padres franceses).

También disponemos de algunos datos que indican cómo se divide entre los hombres y las mujeres la inversión de tiempo en la crianza de los hijos. Canadá, Noruega, los Países Bajos y Estados Unidos presentan la división más equitativa del tiempo dedicado a actividades parentales, y Austria y Francia la menos equitativa.3

Los hogares con madres solteras son particularmente vulnerables a la restricción de tiempo e ingresos. No obstante, también aquí existen desigualdades entre los países. En Estados Unidos y Canadá, por ejemplo, las madres solteras tienen menos tiempo que en Suecia o el Reino Unido.4

Obviamente, las inversiones efectuadas por el Estado cambian el contexto de la cuestión. Un país que invierte en cuidado preescolar de calidad, por ejemplo, puede reducir el tiempo para las actividades conjuntas de padres e hijos sin que necesariamente se mine el proceso de interacción y estimulación necesario para el desarrollo del niño. Y las preocupaciones por la posibilidad de que los servicios gubernamentales copen el tiempo dedicado a la crianza no parecen encontrar la confirmación de los datos disponibles.

En Noruega, donde las inversiones en educación preescolar y cuidado fuera de la escuela son copiosas, los padres trascurren con sus hijos más o menos la misma cantidad de tiempo que en Estados Unidos, donde las inversiones del gobierno son considerablemente inferiores.5

1 Burtless, G., Gornick, J., Fraser, P. y T. M. Smeeding (2010) "Income Distribution, Weekly Hours of Work, and Time for Child Rearing: The US Experience in a Cross-National Context", Luxembourg Income Study Working Paper 489 (versión revisada), Estudio de Ingresos de Luxemburgo, Luxemburgo.

2 Burtless, G., Gornick, J., Fraser, P. y T. M. Smeeding (2010) op. cit.

3 OCDE (2009), Doing Better for Children (en español: Una vida mejor para los niños), OCDE, París.

4 Burton, P. y S. Phipps (2009), "Families, Time and Money in Canada, Germany, Sweden, the United Kingdom and the United States", Luxembourg Income Study Working Paper 523, Estudio de Ingresos de Luxemburgo, Luxemburgo.

5 Guryan, J., Hurst, E. y M. Schettini Kearney (2008), "Parental Education and Parental Time with Children", NBER Working Paper N° 13993, Oficina Nacional de Investigaciones Económicas, Cambridge, Massachusetts.

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Los gráficos 1a y 1b se limitan a los 24 países de la OCDE con datos disponibles para las tres dimensiones de la desigualdad en cuanto al bienestar infantil.

Nota: A fin de comparar el desempeño de los países que figuran en la lista tomando en consideración la desigualdad en cada dimensión del bienestar infantil, los puntajes obtenidos en materia de desigualdad respecto a cada uno de los indicadores empleados primero se convierten en puntajes estandarizados (es decir, se mide la desigualdad en desviaciones estandarizadas en relación con el promedio no ponderado de la OCDE). Luego se calcula la media de los puntajes estandarizados para llegar a un puntaje de desigualdad correspondiente a cada dimensión. En cuanto a los gráficos 1a y 1b, por "desigualdad próxima al promedio" se entiende un puntaje situado dentro de un marco de desviaciones estandarizadas que van de -0,5 a +0,5 respecto al promedio de la OCDE. Como "desigualdad inferior al promedio de la OCDE" se define la que presenta un puntaje de desviación estandarizada mayor que +0,5 relativamente al promedio no ponderado de la OCDE. Una "desigualdad superior al promedio de la OCDE" es aquélla que corresponde a un puntaje estandarizado menor que -0,5 con respecto al promedio no ponderado de la OCDE.

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Notas: Los "otros países de la OCDE" figuran en una lista aparte porque los límites de sus datos impiden su inclusión en las tablas generales para cada dimensión del bienestar infantil. El promedio de la OCDE no es ponderado para los 23 países incluidos en la tabla clasificatoria principal.

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* Una desviación estandarizada es una medida de la extensión de la distribución alrededor del promedio.

** No hay datos utilizables sobre los ingresos disponibles para las familias en Estados Unidos.

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* Una desviación estandarizada es una medida de la extensión de la distribución alrededor del promedio.

** No hay datos utilizables sobre la lecto-comprensión en Estados Unidos.

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* Una desviación estandarizada es una medida de la extensión de la distribución alrededor del promedio.

** No hay datos utilizables sobre el ejercicio físico intenso en Portugal.

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Notas: Los datos relativos al gasto público incluyen sólo los gastos en subsidios familiares y recortes de impuestos. A diferencia de los presentados en el gráfico 6b, no comprenden los gastos en servicios para la familia. La línea de tendencia ha sido obtenida mediante regresión lineal.

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Notas: Los datos relativos al gasto público incluyen sólo la ayuda pública que está destinada exclusivamente a las familias (por ejemplo, asignaciones y desgravaciones por hijo, retribución del permiso de maternidad o paternidad y subsidios para el cuidado de niños). Los gastos en otras áreas de las políticas sociales, como la salud y la vivienda, también prestan ayuda a las familias, pero no exclusivamente, y, por lo tanto, aquí no figuran. Las líneas azules verticales y horizontales indican el promedio no ponderado de la OCDE (24 países). La línea de tendencia ha sido obtenida mediante regresión lineal.

 

 

Autor:

Ricardo Lomoro

 

Partes: 1, 2, 3
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