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Realidades y retos de la familia cubana ante los derechos de niños y adolescentes

Enviado por rodolfo


  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Nuestra realidad
  4. Conclusiones
  5. Bibliografía

Resumen

El maltrato infantil es un grave problema social y de salud en el mundo contemporáneo y una forma de violar los derechos de los niños y adolescentes. Mientras más desarrollado está el mundo globalizado de hoy, más son los niños que sufren maltrato o violencia desde el hogar, la sociedad o instituciones sociales sin distinción de sexo, raza o clase social. No siendo así en nuestro país donde se hacen ingentes esfuerzos por eliminar este flagelo que aun subsiste en algunos sectores de nuestra sociedad cubana y se trasmiten de generación a generación los malos tratos afectando a los menores. La familia juega un rol fundamental en este aspecto y es la encargada de realizar conjuntamente con las instituciones correspondientes el trabajo informativo, orientador y educativo en sentido general. Pues es ella quien se enfrenta diariamente con dificultades de todo tipo que provocan una mayor predisposición para producir el maltrato sobre los niños, y adolescentes.

Violentando las fuerzas nobles en el ánimo de los niños, no se forman hijos fuertes para las conmociones y grandeza de la patria. JOSE MARTI

Introducción

Si bien la materia sustantiva fundamental del Derecho de Familia está contenida en el Código de Familia, otras legislaciones promulgadas posteriormente a la vigencia del Código (el Código se puso en vigor el 8 de Marzo de 1975, "Día Internacional de la Mujer") que tuvieron como centro de protección legal a la niñez y a la juventud, ampliaron el campo teórico del mismo, e hicieron pensar algunos estudiosos del tema, sobre la posible existencia de una nueva rama del Derecho en Cuba, el Derecho de la Niñez y la Juventud. Las legislaciones posteriores las encabeza entonces el Código de la Niñez y la Juventud, promulgado en nuestro país en 1978, establecido más bien como texto de orden moral, con normas, principios enunciativas, con un carácter de recomendación que evidencia los mejores valores a considerar en la formación ética de la niñez y la juventud cubana. Inscripta en esta línea de protección a los menores, se promulgó en 1982, el Decreto Ley No. 64 de 30 de Diciembre de ese año, sobre el sistema para la atención a menores, con trastornos de conducta (sustrayéndolos del campo del Derecho Penal y del procedimiento penal), el Decreto Ley No. 76 de 1984, sobre Adopción, los Hogares de Menores y las Familias Sustitutas y sus normas complementarias contenidas en la Resolución Ministerial No. 48 de 1984, dictada por el Ministro de Educación; Decreto Ley este último del Consejo de Estado que modificó la regulación de la adopción en el Código de Familia, instituyendo la adopción plena.

Los actos normativos mencionados guardan relación fundamentalmente con el Código de Familia, como hemos visto, con el Código Penal en cuanto a la tutela que este derecho brinda a la familia, la infancia y la juventud y contribuye a extender el modelo o arquetipo jurídico de la familia sobre la base de los principios de la Sociedad Socialista.

No obstante a lo expresado por nuestras leyes se ha constatado que en nuestra sociedad a pesar de la voluntad política y social subsisten sectores poblacionales que hacen oídos sordos para violar los derechos de niños y adolescentes aplicando el maltrato infantil dentro del plano familiar esto se produce en cualquier tipo de familia, tanto en las disfuncionales como en las aparentemente funcionales. El grado de instrucción de los padres, el estatus social y el desarrollo alcanzado no determina que un niño, niña o adolescente no sea maltratado por los progenitores o por cualquier miembro de la a la víctima, incluso mientras mayor nivel educacional tienen la madre y el padre, más sutiles son las formas de maltrato y mejor la manera de esconderlo.

Los factores de riesgo ante este tipo de violencia son muy disímiles pero generalmente están asociados a situaciones económicas desfavorables, alcoholismo, drogadicción, enfermedades psicológicas permanentes y situaciones de estrés por diferentes causas.

En Cuba, después del triunfo revolucionario, los esfuerzos por disminuir este tipo de violencia son superiores a épocas anteriores, pero a pesar de las medidas (leyes de orden jurídico que los protege en todas las etapas del desarrollo, derechos a la educación y salud gratuito, atención especial a las embarazadas, programa de desarrollo "Educa a tu Hijo,") todavía se perciben niveles de maltrato infantil. Situación que se agravo posterior al derrumbe del Campo Socialista y al período especial que conllevo al país a la crisis que enfrentan numerosas familias cubanas fundamentalmente en el orden económico.

El maltrato infantil se genera como resultado del cúmulo de tensiones, presiones, estados de inhibición o incapacidad en el que se encuentra el adulto bajo los diferentes estados de riesgos, y el menor es el receptor de este tipo de violencia. El menor al estar expuesto en el medio familiar o de otro tipo a esta violencia puede provocarle serios trastornos conductuales, fisuras psicológicas para el resto de su vida, convertirse en un victimario al llegar a la adultez y en el peor de los casos provocarle la muerte.

DESARROLLO

Nuestra realidad

En Cuba los esfuerzos por mejorar la calidad de vida de todas las personas es una política de primer orden del gobierno, a diferencia de muchos países del llamado primer mundo. En el sector de la salud se cuenta con la asistencia médica gratuita y con resultados a la altura de cualquier país desarrollado, pues a diferencia de estos, el país aplica acciones de promoción de salud que le permiten prevenir un gran número de enfermedades curables. Además de este logro de la Revolución, se cuenta con el Centro de Promoción y Educación para la Salud, encargado de promover y educar a toda la población y en especial a las familias cubanas en mejorar la calidad de vida.

La promoción de salud precisa de acciones que prevengan las enfermedades tratables y curables de orden biológico pero también de ella se desprende el trabajo informativo, orientador y educativo a los problemas que afectan la salud mental (problemas provocados por el medio familiar y/o social) y en general la calidad de vida de las personas.

En este sentido el maltrato infantil es un grave problema de salud que afecta a un gran número de niños y adolescentes en el seno familiar, entre otros, y matizado por el medio social en el que se desarrollan. El maltrato infantil necesita de la promoción de salud familiar y requiere de ser interpretado desde la comunidad, donde la participación y protagonismo de sus miembros es una necesidad para lograr la promoción y la prevención de esta forma de violencia que afecta el desarrollo bio- psico- social de los menores. Un menor maltratado se convierte en una persona con baja autoestima, sufre de depresión, ansiedad generalizada, problemas con el sueño, problemas o enfermedades sexuales, problemas en el centro de estudio, bajo rendimiento académico, desarreglos alimentarios, fuga del hogar, problemas en las relaciones con los demás y hasta en la crianza de sus propios hijos al ser adultos, matrimonios conflictivos que tiene como herencia la violencia, acciones violentas, destructivas y delictivas, consumo de sustancias nocivas para la salud (alcohol y droga), pensamientos y actos suicidas y entre otras.

Muchos de los adultos que se enfrentan a estos problemas no saben que la causa de estos puede ser el trato que sufrieron en su infancia. Algunos no recuerdan las situaciones de malos tratos, otros sí la recuerdan, sin embargo, no admiten su existencia ni las consecuencias que tiene todavía en sus vidas o por el contrario consideran que así los educaron sus padres y esa es la forma que aprendieron de cómo educar a los hijos, la exposición de los adultos a los diferentes factores de riesgos que genera este tipo de violencia trasmitida de generación a generación.

La estabilidad del funcionamiento familiar es de gran importancia en la educación de sus hijos y de las nuevas generaciones en general. Está demostrado por psicólogos, sociólogos y todos los especialistas que le interesen el tema que la comunicación es un elemento esencial de base para una relación estable y un correcto funcionamiento en cualquier tipo de relaciones fuera o dentro de la familia. La comunicación es una necesidad humana y un agente socializador del individuo en los diferentes grupos humanos y de suma importancia en la familia como grupo primario del desarrollo de la personalidad del individuo.

La mayor parte de los problemas a los que se enfrentan las familias parten de una comunicación disfuncional, donde el estilo no es el más adecuado. Es por ello que en el contexto familiar la comunicación es la base para resolver cualquier tipo de conflictos siempre y cuando cada una de sus partes tenga bien definida los roles que le corresponden dentro de este contexto. El estilo comunicativo que se emplee en las relaciones interpersonales familiares marca el tipo de relación que entre sus miembros se genera y la solución de los conflictos y crisis que atraviesa una familia dependen en gran medida de la forma en que se comuniquen. Ahora bien que características presenta nuestra familia cubana

Se hace imprescindible en este trabajo mencionar las características de la familia cubana como grupo social en su evolución histórica. Se plantea que el estudio de la familia cubana ha sido con mayor objetividad a partir del Triunfo de la Revolución, con el impacto de las nuevas transformaciones de carácter económico, político y social que incidieron sobre la familia y la sociedad en sentido general. A partir de 1959 en el país se llevaron a cabo profundas transformaciones económicas, políticas y sociales que influyeron en la evolución de la familia cubana. Las esferas fundamentales donde se produjeron estas políticas de desarrollo que resultaron las de mayor repercusión para el bienestar familiar y seguridad emocional de sus miembros: salud, educación, empleo y seguridad social.

Como resultado a las mismas se incrementó la participación de todos los miembros de la familia, la diversidad ocupacional y la especialización profesional técnica.

Otro hecho que revolucionó a la familia fue la incorporación de ésta de forma masiva al trabajo y produjo cambios a nivel social y familiar. Modificó el sistema de relaciones intrafamiliares y la conformación de los papeles masculinos y femeninos. La mujer obtuvo independencia económica y seguridad para la toma de decisiones en el interior del hogar, desempeñó un papel protagónico y contó con un mayor apoyo en el caso de las disoluciones conyugales. Su nivel de autonomía le proporcionó mejores ingresos y en mejores condiciones de vidas.

A partir de los años 1992 y 1993, producto del derrumbe del Campo Socialista y desaparición de las relaciones con la Antigua Unión Soviética y el recrudecimiento del bloqueo económico de los Estados Unidos hacia el país, la sociedad cubana sufrió un notable incremento de las dificultades que abarcan múltiples y disímiles esferas de la vida cotidiana y en particular la familia cubana por ser el sostén de los miembros que componen a la sociedad.

Independientemente de las medidas adoptadas por el gobierno revolucionario para proteger los logros sociales alcanzados, fue inevitable el deterioro de las condiciones de vida de las familias cubanas.

A partir de esta década la realidad de la familia cubana cambió con respecto a los primeros años del triunfo y se agudizaron fenómenos negativos que ya existían, como por ejemplo, el índice de alcoholismo y reaparecieron otros que habían sido eliminados en 1959 como la prostitución.

Las medidas adoptadas para disminuir la repercusión negativa de esta crisis consistió en: la apertura de la inversión extranjera y el incremento del turismo.

Otra peculiaridad sociodemográfica, la constituyen las bajas tasas de natalidad que unido a los altos índices de divorcio provocan una situación negativa en la educación de los menores, pues son siempre los más afectados, pues se educan con padres sustitutos, en diferentes hogares y con estilos de vida distintos, lo que propicia resultados negativos en su educación y equilibrio personal. Esto trae como consecuencia el aumento de los hogares monoparentales, generalmente de madres solteras, y la ausencia de una de las figuras paternas en la crianza de los hijos. Bajo estas condiciones la familia cubana se enfrenta a la cotidianidad, pero no siempre las actitudes, la conducta, las estrategias y las herramientas para enfrentar sus dificultades son las mejores. Como célula fundamental de la sociedad la familia no siempre dispone de los mecanismos adecuados para desarrollarse y convivir como agente activo y creativo de la sociedad. Es por ello que cuando sufre desajustes en cualquier sentido y carece de habilidades para superarlo se desencadena la violencia intrafamiliar como un indicador de mal funcionamiento.

El maltrato a niños y adolescentes es una manifestación de violencia familiar o doméstica, es uno de los grandes problemas que aun afectan a algunos sectores de nuestra población cubana reflejados en la interacción de sus miembros, afectando su desarrollo en sentido general. Los menores son dependientes, vulnerables y sugestionables por su corta edad y personalidad en desarrollo que los convierte en blanco directo.

En la actualidad la realidad ha cambiado cualitativamente pues hay leyes internacionales que se proclaman en contra de los malos tratos. Tal es el caso de la Convención Internacional de los Derechos del Niño que se promulgó el 20 de noviembre de 1989 y entró en vigor 2 de septiembre de 1990, en muchos países, dentro de ellos Cuba que firmó la Convención el 26 de enero de 1990 y la ratificó en 1991. La esencia de la Convención se recoge en 54 artículos agrupados en cuatro grandes temas: el derecho a la supervivencia, el derecho a desarrollar su capacidad mental y física hasta el máximo de sus posibilidades, el derecho a la protección contra las influencias peligrosas para su desarrollo y el derecho a la participación en la vida familiar, cultural y social.

El maltrato a niños y adolescentes es un problema de salud de los sujetos que la sufren pero también un grave problema social porque se trasmite de generación a generación con patrones de cotidianidad increíble. Hay casos en que la intervención del médico es necesaria, en la gran mayoría estos ocurren a diario sin alarmar; se habla de las negligencias de padres y madres, el abandono emocional, golpes que no requieren de atención médica, insultos, gritos, indiferencias, desprecios, en fin todo lo que pueda dañar a una persona menor de edad En sentido general son muchos son los infantes que sufren maltrato físico, reconocido por todos a partir de las secuelas visibles que dejan pero sin lugar a dudas, el maltrato emocional o psicológico es más difícil de detectar y a la vez uno de los que más daño produce al menor en su desarrollo. Las consecuencias muchas veces son irreversibles y a la vez en contradicción con lo socialmente establecido. Los padres consideran que los golpes, enseñan pero es un mito sin fundamentos y desmentido por los especialistas.

Toda acción física que se produce sobre la integridad del menor implica además un maltrato psicológico o emocional, estudiarlos por separados se hace bien difícil para los especialistas pues una acción desencadena la otra y esta última es huella imborrable en la psiquis del menor victimario. La finalidad del maltrato físico es buscar obediencia, respeto del menor hacia el progenitor pero la realidad dista de estos objetivos, la violencia engendra violencia y los menores se acostumbran a estos patrones y continúan transgrediendo las reglas porque no hay un análisis razonable del por qué de las cosas y las consecuencias que pueden provocar.

Por otra parte en el abandono físico se puede pensar en los padres o madres que dejan a los hijos al cuidado de otros sin preocuparle que sean ellos los máximos responsables de la educación y crianza de sus hijos. Este maltrato incluye de forma protagónica satisfacer las necesidades materiales de los menores, es decir, todas las atenciones que ellos necesitan y no pueden lograrlas por sí solos.

El abandono emocional ocurre muchas veces cuando hay ausencia física de las figuras materna o paterna y las relaciones con el hijo son nulas, pero también puede ocurrir en la presencia de ambos progenitores pues las relaciones se convierten en una satisfacción de necesidades materiales exclusivamente. En este caso la visión de la madre y el padre es errónea. Los niños, y adolescentes necesitan del amor y el cariño de sus padres y madres siempre.

Un menor que no perciba el afecto de sus padres no crece sano y seguro. El abandono emocional generalmente está asociado en las familias donde se produce divorcio entre los conyugues, el padre se va de la casa y también se divorcia de los hijos, y paradójicamente al contraer pareja, asume la crianza de los hijos de la nueva pareja, sin responsabilizarse de los suyos propios. En la actualidad esta realidad es muy común teniendo en cuenta los altos índices de divorcio que se aprecian. Ocurre también abandono en las familias nucleares y muchas veces por una e las partes, y es el caso de la figura paterna en que por cuestiones de concepciones erróneas y modelos culturales aprendidos se alejan afectivamente de sus hijos.

Estas acciones de abandono pueden ocurrir con la presencia de los padres y cuando hay ausencia de uno de ellos (divorcio entre los padres y con los hijos).

En la adolescencia ocurren una series de cambios que si no tiene el apoyo y la seguridad del medio familiar pueden producirse conflictos que desencadenen crisis muy fuertes y consecuencias que deterioran su desarrollo personológico y en contradicción con los padres que hasta ese momento tenían controlada la situación, porque ya se deja de ser niño pero tampoco se es adulto.

Los adolescentes comienzan a construir sus propias concepciones del mundo que le rodea y los padres sienten que la situación se les va de las manos, pues tienen que reajustarse a los nuevos cambios para que la crisis sea superada.

Cada etapa de desarrollo implica nuevas reestructuras en el modelo de crianza para que la contradicción sea superada entre el anterior y las exigencias de la nueva etapa.

Considerando los cambios que se producen en los adolescentes en su normal crecimiento existen actitudes inadecuadas de los padres que permiten la aparición del maltrato o el reforzamiento de este, creyendo en algunos casos que es un buen modelo de educación a sus hijos y sin embargo producen muchas veces daño permanente en la psiquis infantil.

El maltrato infantil es un problema social y de salud que afecta a un gran número de familias; repercute en el funcionamiento de las mismas y en las relaciones entre sus miembros. En la actualidad es un tema de dominio público pero el sector que la sufre tiene limitaciones que favorecen su aparición y mantenimiento y por tanto afecta la calidad de vida.

La familia como institución social más importante, está expuesta a crisis internas (cuando es generada por las contradicciones entre sus miembros) y/o externas (cuando las contradicciones provienen del medio), bajo estas circunstancias la familia se enfrenta a la cotidianeidad y a la educación de los hijos marcadas por las tradiciones y valores de la comunidad a la que pertenece.

El maltrato infantil se produce en familias tanto disfuncionales como aparentemente funcionales, lo que sucede es que en las disfuncionales las condiciones son más propicias cuando presentan bajos recursos económicos, bajo nivel cultural, hacinamiento, altos índices de divorcio con debilitamientos en la forma de enfrentarlos y modelos conductuales aprendidos, entre otros, unido a las características del medio donde viven, que afectan en el modo de percibir y actuar ante los problemas de la vida cotidiana

La familia como el grupo social de mayor importancia es el primer eslabón en la comunidad para fortalecer el trabajo preventivo, partiendo de la premisa de la concientización y educación de cada una de sus partes, a través de una cultura no violenta

Nuestras familias tienen ante si el reto de focalizar sus acciones en función de la prevención a través de diferentes actividades como utilizar adecuados estilos comunicativos haciendo énfasis en la asertiva, apropiarse de reglas para manejar un divorcio sano, establecer estilos de vidas saludables, conocer y aplicar las leyes y regulaciones que protegen al menor según la Convención de los Derechos del Niño y el sistema penal vigente en el país.

Establecer en todas las organizaciones de masa actividades encaminadas al debate de temas sobre violencia intrafamiliar y maltrato a niños y adolescentes con sus consecuencias.

  • Participar en conferencias sobre el sistema jurídico de las leyes que protegen a los menores y el sistema penal vigente en el país.

  • Ser ejemplos de una vida saludable.

  • Tener como lema la no violencia

  • Solicitar el apoyo de sicólogos y trabajadores sociales en casos de violencia con cualquier niño o adolescente.

Conclusiones

Los aspectos teóricos permiten concluir que el maltrato infantil es un problema histórico con características particulares, que dañan gravemente la integridad física y emocional de los menores y en este caso a los adolescentes. El análisis del mismo justifica la importancia de tomar medidas preventivas para la familia, como el grupo primario de la sociedad, porque es donde el individuo se forma como sujeto y trasmite los valores aprendidos de una generación a otra. La promoción de la salud familiar está concebida para que a través de la intervención de todos los factores las familias contribuyan a realizar de forma conciente un trabajo preventivo encaminado a la eliminación del maltrato a niños y adolescentes fortaleciendo de ese modo sus derechos en una sociedad que aspira día a día a hacer valer los derechos del niño y del adolescente.

El maltrato infanto – juvenil es un grave problema social y de salud que precisa de acciones preventivas por las consecuencias que provoca a niños, niñas y adolescentes.

Los adolescentes que viven en familias con altos factores de riesgos están propensos a la aparición del maltrato o el reforzamiento de este y los mismos consisten en: situación económica desfavorable, bajo nivel cultural, altos índices de divorcio con ausencia del padre que afecta las relaciones con los hijos, débiles relaciones intrafamiliares, comunicación intrafamiliar deficiente, alcoholismo, mal funcionamiento familiar y actitudes inadecuadas de los padres

Los padres que violan los derechos de los niños y adolescentes necesitan de un personal especializado como red de apoyo, que los informen, orienten y prevengan de las consecuencias del maltrato infantil hasta lograr su eliminación total en una sociedad como la nuestra donde ellos ocupan un lugar primordial

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Autor:

Lic. Celia Betancourt Smith

Marzo 2011

Enviado por:

Rodolfo