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Propuesta de "Plan de acción" para el diseño de la vivienda inclusiva. Estudio de caso


Partes: 1, 2

  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Desarrollo
  4. Necesidad de introducir el enfoque de género en el proceso de diseño arquitectónico de la vivienda
  5. Estudio de caso: Parcela ubicada en el Reparto Ortiz en la ciudad de Ciego de Ávila
  6. Resultados de las encuestas aplicadas a los habitantes de las viviendas seleccionadas para el "Estudio de caso"
  7. Resultados de la encuesta aplicada a los especialistas
  8. Plan de acción propuesto por las etapas definidas del proceso de diseño arquitectónico de las viviendas
  9. Conclusiones
  10. Bibliografía

Resumen

En Cuba a partir del Triunfo Revolucionario de 1959, la vivienda social se ha caracterizado por un estándar general y uniforme: viviendas totalmente terminadas "llave en mano" que no contaron con la participación de la población beneficiaria, ni en el proceso de concepción (planeamiento y diseño), ni durante la ejecución. En el año 1994 se introdujo la figura del arquitecto de la comunidad en Cuba, que comenzó a usar el "Método de Livingston" para desarrollar el diseño participativo en la concepción de las viviendas, pero el déficit de viviendas llevo al estado a utilizar el diseño de viviendas típicas, repetitivas, que espacial y funcionalmente no se adaptan a los gustos y necesidades de las familias y grupos etarios que las habitan y a la reproducción del modelo patriarcal de la vivienda tradicional.

A partir de la problemática expuesta anteriormente el presente trabajo tomando como base la participación de la población beneficiaria y a través de encuestas a clientes y expertos verifica la aplicación del "Método de Livingston" y el diseño participativo en el proceso de diseño en general, mediante un estudio de caso en una parcela seleccionada del Reparto Ortiz de la ciudad de Ciego de Ávila y por último propone un "Plan de acción" para lograr mayores niveles de satisfacción y aprobación social de los beneficiarios de las viviendas fundamentalmente las proyectadas por el sistema del arquitecto de la comunidad.

Introducción

El proceso de diseño arquitectónico de la vivienda en Cuba se ha caracterizado fundamentalmente en los últimos 50 años por la no participación de la población beneficiaria, ni en el proceso de concepción (planeamiento y diseño), ni en la selección de las tipologías constructivas, ni durante la ejecución debido a que el Estado Cubano ha sido el principal responsable de la construcción de viviendas en este período y su principal objetivo ha sido resolver la necesidad de viviendas que existía y existe aún, a partir del Triunfo Revolucionario.

Desde sus inicios, la revolución abordó la problemática de la vivienda con el mismo criterio con la que había acometido la solución de otras deudas sociales (educación, salud, seguridad social, trabajo, servicios, y dedicó importantes recursos para crear las bases de producción de materiales de construcción y las plantas industriales para el prefabricado de viviendas, con este fin se desarrollaron programas de producción masiva de viviendas y servicios con tecnologías basadas en la prefabricación pesada, con plantas distribuidas a lo largo de todo el país y con similares respuestas arquitectónicas. A pesar de ello, los sucesivos Censos de población evidenciaron que la población incorporaba una cantidad importante de viviendas al fondo, construidas con métodos artesanales y sin ninguna asistencia técnica (Neva, 1996)

Durante los años 80, la autoconstrucción se vio estimulada por la legislación vigente, la población, por sí misma, construyó más viviendas que el Estado, lo cual confirma su enorme potencial. No obstante, la principal dificultad que ha conspirado contra esta modalidad en Cuba ha sido siempre el limitado mercado de materiales y elementos de construcción para la venta a las familias que construyen por su cuenta, su mayor debilidad consiste en el bajo aprovechamiento que genera el modelo de la vivienda unifamiliar aislada. (González Couret, 2009).

Con la caída del muro de Berlín la escasez de muchos recursos esenciales tales como la energía y los alimentos impusieron la necesidad de detener o posponer algunos programas sociales e incluso económicos. En tales condiciones, no era posible continuar la construcción industrializada. Para evitar detener totalmente la construcción de viviendas fue necesario reducir el consumo por unidad de diversos recursos escasos, tales como cemento, acero, madera, cables eléctricos e instalaciones hidrosanitarias. Como respuesta a esto nació en 1992 el llamado "Movimiento de viviendas de bajo consumo material y energético" y grandes esfuerzos se encaminaron hacia la búsqueda de tecnologías alternativas de construcción para hacer posible este objetivo (González Couret, 2009).

La participación de los profesionales en el proceso de autoconstrucción fue limitada o algo "formal" antes de la creación del movimiento de los "Arquitectos de la Comunidad" en los 90, de manera que la escasa participación de los arquitectos en las viviendas construidas por la población influyó en su baja calidad de diseño. El "Arquitecto de la Comunidad" en Cuba, comenzó trabajando con la población en forma participativa, aplicando el "Método" desarrollado por el arquitecto argentino Rodolfo Livingston (Livingston, 1995). Actualmente el grupo de Arquitectos de la Comunidad se encarga además de asesorar y ayudar a la población en asuntos legales de la vivienda. Por otro lado, el modelo de diseño seguido por la población como máxima aspiración se correspondía con la casa suburbana de la clase media de los 50, la cual era, a su vez, una mala copia del diseño moderno de alta calidad de las residencias de las clases altas.

Es indudable que sin la participación del cliente (Hombres, mujeres, niños, familia en general) en el proceso de diseño de la vivienda desde la etapa de concepción espacial y funcional de la misma y en todo el proceso en general es imposible tener en cuenta el "Enfoque de Equidad de género" en dicho proceso.

De todo lo anterior expuesto, se infiere que, en los diseños y construcciones de las viviendas de las ciudades de Cuba, no predomina en la arquitectura la perspectiva de género como elemento fundamental por no concebirse la misma dentro de los programas de diseño arquitectónico y urbano y por la falta de una creatividad visionaria dentro del propio grupo de los arquitectos de la comunidad que conducen esta actividad.

Tomando como estudio de caso una parcela en el Reparto Ortiz de la ciudad de Ciego de Ávila el presente trabajo hace un análisis del proceso de diseño de una muestra representativa de viviendas con diferentes tipologías constructivas e inversionistas: unas construidas por la vía estatal y otras por autoconstrucción, estas últimas diseñadas por el sistema del arquitecto de la comunidad; en primer lugar para constatar si dicho proceso de diseño ha sido participativo o no, y si ha sido participativo, si se ha tenido en cuenta o no el enfoque de "Equidad de Género" .

Por último propone un "Plan de acción" para incluir en el proceso de diseño la participación del cliente tomando como concepto la "participación de toda la familia" durante la concepción de la vivienda, incluyendo la perspectiva de género desde el proceso de diseño.

Desarrollo

Al hablar de participación en la construcción y diseño de la vivienda ya sea como edificio o vivienda aislada, necesariamente ha de hablarse de género y equidad, conceptos en estrecha relación con la connotación social que ha dado la sociedad a la participación social.

Desde el punto de vista psicológico, el género es visto como un conjunto de conductas o modos de ser compartidos por un grupo social, en función de las características socioculturales del medio en el que se desenvuelve, esto se traduce en roles, normas, creencias, comportamientos, actitudes, intereses, motivaciones atribuidos o asignados a cada sexo. El género, por tanto, es un producto cultural, modificable, cambiante, en tanto deviene de lo social. La identidad de género es construida y asumida en un contexto donde mujeres y hombres tienen asignados roles diferentes, a partir de los cuáles es tratada o tratado y se espera se comporte (Montecino, 1997).

Los componentes del concepto género son tres (de La Torre, 2002):

  • El que alude a las características históricas, sociales y culturalmente atribuidas a mujeres y hombres a partir de las diferencias biológicas.

  • El que se refiere a las relaciones que se establecen entre los sexos a partir de estas construcciones.

  • El género como sistema, se refiere a que existe un conjunto de prácticas, normas, valores, representaciones, símbolos, e instituciones a través de los cuales la sociedad establece y reproduce las formas de ser mujer y varón. En este proceso se involucran otros sistemas: económico, político, religioso, étnico, generacional.

La perspectiva de género reconoce la diversidad de las personas, la que puede a veces estar dada por diferencias étnicas, culturales, educacionales, entre otras. En el caso de la perspectiva de género se reconoce la diferencia entre hombres y mujeres (Sepúlveda Swatsona, 2006). Es necesario distinguir dos conceptos básicos: sexo y género. Mientras que el concepto de sexo hace referencia a las diferencias biológicas entre hombres y mujeres, el concepto de género se refiere al "conjunto de ideas, creencias y atribuciones asignados a hombres y mujeres según el momento histórico y cultural específico que determinan las relaciones entre ambos" (SERMAN, 2001).

La perspectiva de género permite enfocar, analizar y comprender las características que definen a mujeres y hombres de manera específica, así como sus semejanzas y sus diferencias. Desde esa perspectiva se analizan las posibilidades vitales de unas y otros, el sentido de sus vidas, sus expectativas y oportunidades, las complejas y diversas relaciones sociales que se dan entre ambos géneros; también los conflictos institucionales y cotidianos que deben encarar, y las múltiples maneras en que lo hacen. Contabilizar los recursos y la capacidad de acción de mujeres y hombres para enfrentar las dificultades de la vida y realizar sus propósitos, es uno de los objetivos de ubicarse en la perspectiva de género, y uno de sus resultados más prometedores (UNAM, 2012).

La equidad de género estará dada por la distribución justa de recursos y beneficios entre mujeres y hombres conforme a normas y valores culturales. Este concepto influye de diversas maneras en los distintos países debido a que se basa en las diferentes normas culturales. Suele fundarse en la percepción tradicional de que mujeres y hombres no tienen las mismas necesidades ni derechos.

La equidad desde el punto de vista social es un principio de justicia que implica que toda sociedad debe asegurar el acceso de todos sus miembros al bienestar que en ella se produce. Se refiere a un bien (necesidad, capacidad o potencial) fundamental y significativo, en relación con el cual nadie debe estar en desventaja ni excluido. La equidad tiene carácter social y no individual y combina el principio de igualdad con el de diversidad (Espina, 2011).

Para la equidad y el desarrollo local se definen tres principios fundamentales (Espina, 2011):

  • No reforzar inequidades preexistentes.

  • No crear nuevas inequidades.

  • Favorecer grupos en desventajas.

Necesidad de introducir el enfoque de género en el proceso de diseño arquitectónico de la vivienda

El punto de partida de este análisis provoca la necesidad de revisar la forma de diseñar y de construir viviendas, a partir del cambio social que se está produciendo principalmente con la incorporación de las mujeres al mercado laboral y con la necesidad de compartirse muchas de las actividades que tradicionalmente se han asignado y realizado en el seno de las familias solo por uno de los sexos, lo que nos pone en alerta y nos coloca ante la necesidad de que se realicen transformaciones que precisen nuevas ideas y nuevas formas de concebir la relación entre el espacio privado y público, las que precisan en definitiva nuevas propuestas para conciliar. (Robles, 2007)

¿Por qué es necesario hablar de género y vivienda? En efecto la conciliación afecta por igual a hombres y mujeres, pues todos trabajan (fuera o dentro del hogar) y todos tienen intereses, placeres y obligaciones privados. Mantener la vida, cuidar a las personas que lo necesitan, producir bienes y obtener un salario o beneficios, son funciones sociales, organizadas, mediante un reparto de raíz histórica, entre el sector público, la economía de mercado y las personas y familias. Como sostén de esta organización permanece un reparto muy arraigado, el de la división sexual del trabajo, que atribuye a las mujeres el mundo del hogar, la maternidad como función primordial y las actividades asociadas a la reproducción de la vida. (Robles, 2007) y es así entonces como se ha venido repartiendo el espacio privado, supuestamente donde debe colocarse al hombre ó a la mujer sin tener en cuenta otros elementos como, lo generacional, lo colectivo, lo individual y lo personal y con ello el acceso eficaz a los diferentes espacios

La entrada de las mujeres en el mundo del trabajo remunerado ha transformado profundamente el paisaje social, pero no ha encontrado respuesta adecuada en su organización. Las tareas productivas siguen siendo más valoradas, social y económicamente, y los espacios, de las viviendas, de los barrios y ciudades, siguen sin estar diseñados ni preparados para facilitarlas. Por el contrario, el cuidado, las tareas del hogar, la gestión de la vida cotidiana, se ven como una responsabilidad personal y familiar, que recae, en gran medida sobre las mujeres (Robles, 2007).

Incluir la mirada de género en el diseño de la vivienda significa reconocer que existen grandes diferencias entre las necesidades de hombres y mujeres en cuanto a:

  • La accesibilidad de su uso y disfrute.

  • A la forma de tenencia de la vivienda.

  • Factores de tipo cualitativo como la localización, la distribución interior, las características de su entorno inmediato y las tipologías establecidas para las mismas (CMA-Canarias, 2005).

Por ejemplo:

  • 1. Las mujeres sin pareja tienen menores opciones de vivienda que los hombres y además los hogares encabezados por mujeres tienen muchas posibilidades de vivir en viviendas en las peores localizaciones, lejos de los servicios.

  • 2. En cuanto a las tipologías de las viviendas, las normativas urbanísticas generan tipologías convencionales que se repiten continuamente sin considerar las aspiraciones y necesidades de las familias y las personas.

  • 3. La mayoría de las viviendas se construyen para familias convencionales de pareja con descendencia. Los decisores y diseñadores de viviendas no tienen en cuenta diseñar casas para personas que viven solas, para los jóvenes entre 20 y 30 años, para las personas de la tercera edad.

  • 4. La jerarquía de los espacios refleja una idea de jerarquía en el interior de la familia: el padre de familia que ejerce la autoridad, la madre ama de casa que no tiene espacio propio (Predominio de la cultura patriarcal).

  • 5. La poca importancia concedida a las labores domésticas se refleja en la posición y tamaño de las cocinas, normalmente pequeñas donde no es posible compartir el trabajo o tener compañía cuando se trabaja.

  • 6.  Generalmente las viviendas carecen de las condiciones de accesibilidad y ergonomía necesarias para personas con capacidades físicas reducidas.

  • 7. Tanto para hombres como para mujeres la vivienda es hoy un lugar de trabajo remunerado, eso lleva un estudio investigativo en el plano tipológico y en la distribución espacial de la misma (CMA-Canarias, 2005).

En el caso del diseño de la vivienda se debe tener en cuenta la participación del grupo familiar y el político encargado del proceso de diseñar. Es por ello que se procura identificar en cada uno de esos ámbitos factores ideológicos o derivados de una socialización en función del género, de una cultura política, y de la diversidad cultural que puedan estimular o dificultar la participación en la toma de decisiones en este sentido.

A nivel teórico se aboga por dejar de considerar a las mujeres como las principales responsables del hogar por ser las que pasan más horas en éste, cuidan a los niños, a los enfermos y ancianos, sino que debe haber un consenso en el seno familiar donde participen hombres y mujeres de cualquier generación y niños a la hora de establecer propuestas en materia de diseño de vivienda, pues colectivamente reconocen con facilidad elementos a tener en cuenta para diseñar sus propias viviendas como las que deben ser adaptadas para personas con movilidad reducida, las adaptaciones relacionadas con determinadas profesiones, las áreas de esparcimiento y comunicación, así como las viviendas que deben ser adjudicadas a colectivos vulnerables .

Asimismo, se exige la adopción de nuevas formas de participación en los gobiernos locales para que la planificación urbana se vaya adaptando a las necesidades cambiantes de la ciudadanía, es imprescindible establecer buenos canales de comunicación entre ciudadanía y administración pública, para que la población participe directamente del diseño y planificación de sus viviendas, ciudades y barrios. Es importante que esta participación se incorpore en la fase de diagnósticos, donde es más necesaria; por tanto, aplicación del diagnóstico participativo donde se tenga en cuenta la sostenibilidad ambiental como una de las principales premisas que se le exige al desarrollo territorial urbano en la actualidad. Pero hay que remarcar que la sostenibilidad se debe de entender desde su complejidad, ya que implica sostenibilidad económica, social, cultural y ecológica, y en este sentido entender a la vivienda incluida.

La vivienda además de ser un espacio físico, está hecha de las identidades, relaciones y conflictos de quienes viven en su interior. La casa está marcada por los años y recuerdos que ella guarda. La casa muestra algunos elementos constitutivos de los ritmos sociales y temporales, la visión y versión que tiene la comunidad de su propia historia, así como las nuevas propuestas socioculturales gestadas en los procesos de relaciones creativas y conflictivas entre este espacio micro y la sociedad global y envolvente (Ontiveros, 1998).

Hay una relación dialéctica entre el ser social-vivienda, en la medida en que el individuo construye su vivienda de acuerdo a sus marcos de referencias sociales y culturales; a su vez, ésta permite la expresión continua, a través del tiempo y del espacio de estas manifestaciones socioculturales; es decir, ella se constituye en un espacio concreto, donde se representa el sentido de pertenencia a un determinado grupo social, comunidad local o Nación (Ontiveros, 1998).

Esta relación establecida entre la vivienda, la identidad, los paisajes culturales, el contexto circundante, etc., se puede captar en su máxima expresión, estableciendo el vínculo entre el espacio doméstico y las características de la familia en el proceso de diseño arquitectónico de la vivienda (Ontiveros, 1998).

No puede pensarse en la existencia de un único modelo de grupo familiar, y por tanto en un único modelo de diseño de la vivienda, y en este sentido se particularizan las formas en que se manifiestan dichas transformaciones en dependencia de que estemos en presencia de una familia más tradicional, nuclear y completa, o de otra compuesta por los hijos solteros y sólo uno de sus progenitores, incluyendo además otras personas, parientes o no. También los impactos pueden ser diferenciados según la etapa de ciclo de vida por la que atraviesa la familia, la inserción socio-clasista de los miembros adultos y el nivel de desarrollo socioeconómico y de urbanismo del territorio específico donde resida el grupo familiar.

Por tanto los roles social y de género tienen una gran influencia en la determinación del diseño de la vivienda, ya que son el Conjunto de derechos y obligaciones que devienen de normas y expectativas socialmente establecidas y que se adjudican a las diferentes posiciones que ocupan los seres humanos en la estructura social. De aquí se deriva un diseño de la vivienda más accesible, complejo y flexible. Accesible será en dos sentidos en el plano participativo para la elaboración y en cuanto a, más próxima, de recorridos más cortos y de más fácil accesibilidad a toda la familia; compleja por su multifuncionalidad, que toda la familia (niñas, jóvenes y ancianas) pueda hacer uso de los diferentes espacios sin depender de nadie y flexible ya que se tiene que contemplar también cambios en la vivienda en función de las diferentes etapas y necesidades de cada momento vivencial, o al menos como para poder adaptarlas .

Se debe replantear la tipología de viviendas que se construyen y adaptarlas a las características de los nuevos núcleos de convivencia, en constante cambio. Se tiene que contemplar también el acceso a la movilidad o al menos, incorporar la flexibilidad suficiente en las viviendas como para poder adaptarlas.

La perspectiva de equidad de género en el diseño en los tiempos actuales es una necesidad tanto a nivel nacional como internacional. La transversalización ha sido la principal metodología para integrar el enfoque de género en cualquier iniciativa de desarrollo y conservación ambiental. La transversalización supone traer los diferentes papeles y necesidades de mujeres y hombres a consideración de la agenda del desarrollo, más que agregar la participación de las mujeres y el enfoque de género a las estrategias y programas existentes, el proceso de transversalización de la equidad de género busca transformar las estructuras sociales e institucionales desiguales para que sean profundamente sensibles al género. La igualdad y la equidad de género es alcanzable si se logran cambiar las relaciones de poder entre hombres y mujeres de manera que beneficien a los grupos sociales más vulnerables (PNUMA, 2006).

Los estudios de impacto de género son una herramienta muy interesante para incorporar en los planes y diseños la reflexión sobre cómo las decisiones afectan de forma diferente a los ciudadanos, según su posición y sexo. Favorecer una inversión u otra, un tipo de barrio o de vivienda, un diseño, cambia según la población usuaria. Tener en cuenta a las personas con discapacidad obliga inmediatamente a un diseño diferente. Considerar que la gente necesita, además de habitar, comunicarse, implica pensar otros espacios, etc. Los estudios de impacto consisten en analizar los datos disponibles o generados para la ocasión, diferenciando los sexos, y teniendo en cuenta posiciones y usos diferentes (Robles, 2007).

El enfoque o perspectiva de equidad de género no es un "agregado" que se pueda "anexar" o "pegar" a una propuesta previamente elaborada, sin embargo, cuando el proceso de implementación del proyecto sea cual fuese, viviendas, espacio público y otros, hace notoria la necesidad de considerar las relaciones entre los géneros, y esta necesidad asumida como un reto por sus integrantes, es factible redireccionar los procesos, en el entendido que los mecanismos y procedimientos van a variar. La preocupación por los principios de igualdad-equidad y la forma en que el proyecto contribuye a su logro, son elementos que deben estar presentes de manera coherente, integral y transversal, en todo el proyecto (Aguilar Revelo, 1998).

Estudio de caso: Parcela ubicada en el Reparto Ortiz en la ciudad de Ciego de Ávila

Como ya se expresó anteriormente se verifica la aplicación del "Método de Livingston" y el diseño participativo en el proceso de diseño en general, mediante un estudio de caso en una parcela seleccionada del Reparto Ortiz de la ciudad de Ciego de Ávila, provincia del mismo nombre en Cuba. La parcela seleccionada pudo haber sido elegida en cualquier territorio de Cuba, originado esencialmente por la implantación de un mismo tipo de vivienda en disímiles cantidades, en cualquier lugar de Cuba sin contar con las particulares contextuales y culturales del territorio. Para seleccionar la parcela objeto de estudio en la ciudad de Ciego de Ávila, se tuvo en cuenta que cumpliera con los siguientes requisitos:

  • Que fuera una zona de nueva urbanización donde las tipologías de viviendas que existieran se correspondieran con los insertados en el país a partir del triunfo revolucionario.

  • Que contuviera una vasta cantidad de tipologías de viviendas.

  • De cada una de las tipologías existentes en la parcela que hubiesen al menos cinco viviendas para analizar.

El procedimiento seguido para llevar a cabo la investigación en la parcela seleccionada fue el siguiente:

  • Primer paso: Selección de la muestra. Criterios de selección de las viviendas para hacer el estudio en dicha parcela

Se seleccionaron y se clasificaron en tipologías las viviendas existentes en la parcela, dichas tipologías se definieron a partir del modelo utilizado en la planimetría y las fachadas de las mismas. Otro criterio para la selección de la muestra fue que dentro de esta hubiera viviendas construidas por cuenta propia, en las cuales los dueños hubieran utilizado los servicios de la oficina del arquitecto de la comunidad.

Otros criterios de selección fueron:

  • 1. Que se hubieran sido construidas después del triunfo de la Revolución Cubana.

  • 2. Podían ser apartamentos o casas de uno o dos niveles.

  • 3. Que de cada tipología definida existieran al menos cinco ejemplares.

  • 4. Que en ella residiera al menos un núcleo familiar.

Consistieron en la observación de la zona, encuestas a la población de la muestra escogida; además se realizaron entrevistas a expertos del Ministerio de la Construcción y al Arquitecto de la Comunidad. Las entrevistas a expertos en primer lugar se realizaron con el objetivo de verificar la aplicación del Método de Livingstong en el caso de las viviendas diseñadas por el sistema del Arquitecto de la comunidad y en segundo lugar para constatar si los profesionales encargados del diseño de viviendas conocían y habían aplicado alguna vez en el proceso de diseño el Método de Livingstong.

Tercer paso: Procesamiento estadístico de las encuestas aplicadas.

Instrumentos empleados.

Las herramientas de investigación que se definieron para el trabajo de campo fueron:

  • a) Encuestas a la población de la muestra escogida.

  • b) Entrevistas a expertos del Ministerio de la Construcción y del Arquitecto de la Comunidad.

El primer instrumento (Encuestas a la población de la muestra escogida) fue llenado por los habitantes de las viviendas seleccionadas.

El segundo instrumento (Entrevistas a expertos de la rama de la construcción y del Arquitecto de la Comunidad) fue aplicado a diez expertos de diferentes centros de trabajo, fueron arquitectos e ingenieros civiles, de diferentes años de experiencia y graduados de diferentes universidades del país.

A continuación se muestra el contenido de ambos instrumentos:

Encuesta aplicada a la población de la muestra escogida.

  • 1. En qué año fue construida su vivienda________________

  • 2. Posee propiedad de la vivienda algún miembro de la familia

Sí___ No___

En caso afirmativo

Propietaria____ Propietario____

  • 3. Recibió la visita de algún funcionario de viviendas para hacer el estudio detallado del lugar donde se construiría la vivienda

Sí ___ No___

En caso afirmativo recuerda ¿Quién? ____________________________

  • 4. Han sido interrogados los miembros de la familia del núcleo familiar (mayores, menores y adolescentes para establecer sus necesidades y aspiraciones en cuanto al diseño de su vivienda.

Sí ___ No___

  • 5. Siente que con el diseño de su vivienda ha obtenido satisfacción cada uno de los miembros de la familia. (niñ@s, jóvenes, ancian@s, discapacitad@s, vinculad@s al trabajo, amas de casa, etc.)

Sí ___ No___

En caso negativo señale posibles causas

__ No existen áreas de juego o esparcimiento para los menores.

__Existe hacinamiento.

__Acceso limitado para la movilidad de discapacitados.

__Acceso limitado para la movilidad de ancianos.

__Inexistencia de espacios colectivos para el ocio (terraza, Balcones, patios, etc.)

__Otras causas, ¿Cuáles?_____________________________________________

  • 6. Considera Ud. que la vivienda reúne requisitos que permitan la futura evolución de las necesidades de la familia o contiene la flexibilidad suficiente como para poder adaptarlas

Sí___ No___

Entrevista aplicada a los especialistas.

  • 1. ¿Cuál es su especialidad?

__arquitecto

__ingeniero civil

__otra, ¿cuál?___________________________

  • 2. ¿En qué universidad estudio usted su especialidad? ________________

  • 3. ¿En qué año se graduó usted?________________

  • 4. ¿En qué lugares ha laborado usted a partir de su graduación? ___________________________

  • 5. ¿Ha trabajado usted como profesional en el arquitecto de la comunidad?

___Si ___No

En caso negativo

  • 6. ¿Conoce o está familiarizado con el Método de diseño participativo de Livingston?

___Si ___No

  • 7. ¿Ha diseñado alguna vivienda?

___Si ___No

En caso afirmativo señale:

__ ha diseñado según sus gustos y preferencias sin preguntarle al cliente.

__ha diseñado exactamente lo que le ha dicho el cliente sin hacer sugerencia alguna. (Solo ha realizado los planos)

__ha empleado el método de diseño participativo (método de Livingston).

__otros, ¿cuáles? _____________________________________________________________

  • 8. ¿Considera usted correcto como especialista, la aplicación de un mismo tipo o tipología de vivienda en cualquier lugar?

___Si ___No

  • 9. ¿Considera usted que para el diseño de una vivienda X se debe tener en cuenta las características de la familia que va a vivir en ella?

___Si ___No

Resultados de las encuestas aplicadas a los habitantes de las viviendas seleccionadas para el "Estudio de caso"

De las viviendas encuestadas se construyeron 20 antes de 1994 y 90 después por lo que el 81.8 % se construyó existiendo ya el Arquitecto de la Comunidad, lo que supone que se debe haber tenido en cuenta el método de diseño participativo del arquitecto argentino Rodolfo Livingston pero los resultados de las encuestas arrojan que solo en el 18.1% se entrevistó al menos a un miembro de la familia que se corresponden con la tipología por esfuerzo propio y el restante 81.8 % no fueron entrevistados ya que sus viviendas fueron construidas por micro-brigadas y se le entregaron las viviendas una vez terminadas. El 70.9 % asegura no haber tenido la visita de funcionario de la vivienda alguno ni en la etapa de diseño ni construcción, por lo que el enfoque de género no se tuvo en cuenta en ninguna de las etapas de concepción de cada una de las tipologías de vivienda.

En las viviendas encuestadas el 75 % de la población pertenece al género femenino pero solo el 38.1 % de estas viviendas tiene a mujeres como propietarias, el restante 61.8 % pertenecen a propietarios masculinos lo que reafirma el bajo empoderamiento de las mujeres como propietarias.

En la evaluación de las posibilidades que presentaba para adaptarse a la futura evolución de la familia de las viviendas encuestadas el 93.6 % respondió afirmativamente aun así en la valoración de la satisfacción de los habitantes con el diseño final de su vivienda el 80.9% se sintió satisfecho y el 19.09 % no está conforme y señalaron como principales problemas:

  • La entrega de vivienda sin terminar

  • La no existencia de redes hidráulicas y sanitarias

  • La visual directa que existe desde la sala hacia todos los espacios de la vivienda como habitaciones, servicio sanitario y comedor (en el caso de los edificios multifamiliares de los años 70).

  • La distribución de los espacios interiores de la vivienda no es adecuada ni confortable, las dimensiones de las habitaciones son muy pequeñas y la vivienda no presenta posibilidades de crecimiento vertical (en el caso de las viviendas de Bajo Costo).

Lo que denota que las personas presentan más nivel de adaptación que dé satisfacción por la imposibilidad aparente de escoger alternativas de habitabilidad, problema definido por Espina (2011), como "resignación socialistaedu.red Los encuestados no se refieren claramente a la movilidad de los ancianos y discapacitados o al hacinamiento de los espacios de la vivienda, lo que evidencia que no se cuestionan críticamente las relaciones diseño – necesidades de cada miembro de la familia, ni la evolución de está que pueden ser diferenciados según la etapa de ciclo de vida por la que atraviesa la familia así como la inserción de los miembros adultos.

Es fundamental que el diseño de la vivienda dé respuesta a todas las necesidades básicas de los usuarios desde el primer momento y permita una evolución favorable en el tiempo. El arquitecto debe prever cómo va a ser esa evolución, los distintos casos que pueden darse, debe adelantarse a lo que pueda acontecer, con el fin de que se den siempre las condiciones de habitabilidad básicas en la vivienda (Vivienda progresiva).

Resultados de la encuesta aplicada a los especialistas

De los diez especialistas entrevistados (dos ingenieros civiles y ocho arquitectos), de ellos trabajan en las oficinas del Arquitecto de la Comunidad tres (3), tres (3) en la ENPA (Empresa de Proyectos de la Agricultura), uno en la ECOING 27 (Empresa Constructora de Obras de Ingeniería), uno (1), en la Empresa Inmobiliaria del Turismo y dos (2), en la EMPROY (Empresa de Proyectos).

De los especialistas entrevistados, los que trabajan en las oficinas del Arquitecto de la Comunidad, poseen relación directa cliente-especialista, se tienen en cuenta las individualidades del cliente, sus ingresos, demostraron conocimientos del Método de Livingston. Sin embargo los especialistas que no trabajan en las oficinas del Arquitecto de la Comunidad, opinaron que durante su desempeño como profesionales proyectan para un cliente que es el inversionista, en este caso, la inmobiliaria y no para el cliente que vivirá en la vivienda, no hay entrevistas o enfrentamientos personales, la inmobiliaria le da la información primaria del terreno, espacios con que contará la vivienda y el presupuesto. Pero aun así estos especialistas consideraron importante aplicar el enfoque de género en el diseño de cada vivienda, y señalan como un elemento importante, que la aplicación de la misma tipología de vivienda en terrenos diferentes obvia el análisis contextual en el proceso de diseño.

Las entrevistas aplicadas a los especialistas revelan que existe una falta de entrenamiento sobre el Método de Livingston en los egresados universitarios debido a la escasa o nula preparación recibida en el transcurso de sus estudios superiores. En general, en las Escuelas de Arquitectura del país se trata de preparar arquitectos para grandes obras, las cuales son escasas y benefician una parte insignificante de la población y no se incluye en los programas de enseñanza, la instrucción acerca de este método o de cualquier otro método de diseño participativo, o incluso se ignora la posibilidad de la inclusión de la equidad de género en la proyección de las viviendas.

Teniendo en cuenta los resultados de las encuestas realizadas tanto a los beneficiarios de las Viviendas como a los especialistas se propone un "Plan de Acción" para acometer el proceso de viviendas inclusivas y con enfoque de género.

Plan de acción propuesto por las etapas definidas del proceso de diseño arquitectónico de las viviendas

Etapa de solicitud y presentación.

  • Objetivo: Logar una relación horizontal especialista – clientes.

Acción propuesta: Intercambio inicial con los clientes demandantes de la acción de diseño de la vivienda, el arquitecto conocerá todos los datos de la familia, aspectos personales de los miembros del núcleo familiar, aspiraciones, necesidades y presupuesto de que dispone, a través de una entrevista personal donde los clientes sientan confianza, cada miembro de la familia se tendrá en cuenta y no se descartará opinión o deseo alguno.

Responsable: Grupo de Arquitectos de la Comunidad.

Participantes: Arquitecto responsable del proyecto en cuestión y clientes.

Etapa de familiarización con el terreno y la comunidad

  • Objetivo: Lograr la integración dentro de la comunidad y el contexto de la vivienda.

Acción propuesta: Análisis contextual del terreno y la comunidad por el arquitecto. El arquitecto ha de realizar una visita a la zona de ubicación de la vivienda, con el fin de investigar los aspectos que en su diseño arquitectónico no deben faltar; tal es, la analogía con la naturaleza y la afinidad con otros proyectos constructivos de la zona urbana en la que estará la vivienda.

Responsable: Grupo de Arquitectos de la Comunidad.

Participantes: arquitecto responsable del proyecto en cuestión.

  • Objetivo: Establecer un vínculo entre medio ambiente y diseño arquitectónico de la vivienda.

Acción propuesta: Diagnostico Social y Ambiental de la parcela que contiene el terreno donde se construirá la vivienda solicitada por los clientes, a partir de este Diagnostico Social y Ambiental se conoce la situación de la parcela y de definen las potencialidades y oportunidades además de las limitaciones y amenazas y se elabora un documento técnico de la información obtenida.

Responsable: Grupo de Arquitectos de la Comunidad.

Participantes: Arquitecto responsable del proyecto en cuestión.

Etapa de diseño arquitectónico de la vivienda.

  • Objetivo: Lograr la participación activa de los clientes (hombre, mujeres, niños y jóvenes) en el diseño de su vivienda.

Acción propuesta: Intercambio arquitecto – clientes y búsqueda de soluciones. El arquitecto presenta al cliente el resultado de todo su análisis y un programa arquitectónico de la vivienda, solicita la opinión de cada miembro del núcleo familiar, se establece un intercambio de ideas con respecto al diseño de la vivienda, para encontrar un balance entre las necesidades del cliente y las regulaciones urbanas que se deben respetar y que por ende conoce el arquitecto responsable del proyecto. Esta acción permitirá al especialista perfeccionar su trabajo, establecer una correcta equidad de género y las prioridades de los diferentes miembros de la familia.

Responsable: Grupo de Arquitectos de la Comunidad.

Participantes: arquitecto responsable del proyecto en cuestión y clientes.

  • Objetivo: Lograr que toda la familia pueda hacer uso de los diferentes espacios de su vivienda de acuerdo a sus necesidades.

Partes: 1, 2
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