Antecedentes históricos del M-19 y la educación en la inclusión social (Colombia)
Enviado por JOSE ORLANDO MELO NARANJO
- Problema de investigación
- Objetivos de investigación
- Justificación
- Marco de referencia
- Aspectos metodológicos
- Bibliografía
¿Es importante conocer las historias de vida de los desmovilizados y la incidencia de la educación superior en la inclusión social como en el caso del M-19?
La educación es uno de los pilares más importantes para inclusión social de los desmovilizados del M-19, las FARC y los grupos al margen de la ley que se vallan integrando a las políticas públicas en el escenario del posconflicto. Además de ser una demanda constitucional establecida en la norma de normas en el artículo 67, a saber: "La educación es un derecho de la persona y un servicio público que tiene una función social; con ella se busca el acceso al conocimiento, a la ciencia, a la técnica, y a los demás bienes y valores de la cultura".
Por ende, ¿Es conveniente conocer el proceso de desmovilización del M-19, sus antecedentes históricos y la incidencia de la educación superior en las historias de vida de los excombatientes?
Por estas razones, ¿Será importante analizar si el Observatorio de Procesos de Desarme, Desmovilización y Reintegración –ODDR, de la Universidad Nacional de Colombia ha logrado incidir a través de la educación en la resolución de problemáticas de los desmovilizados que se encuentran en proceso de reintegración social?
¿También es necesario identificar si realmente la Universidad Minuto de Dios (Uniminuto) ha generado proyectos académicos que fomenten la reintegración social y económica de personas desmovilizadas de grupos armados ilegales, como estrategia de superación de vulnerabilidades y desarrollo de capacidades?
Dichos estudios permiten visualizar el problema sociocultural que ha generado el conflicto interno en Colombia, la incidencia de la educación superior en las historias de vida de los desmovilizados y las posibles soluciones que pueden ofrecer las instituciones académicas en el posconflicto.
Objetivo general
Estudiar y analizar la importancia de la educación superior en las historias de vida de los desmovilizados como experiencia significativa para la inclusión social.
Objetivos específicos
Exponer el contexto histórico del M-19, las FARC y los intentos de paz que han fallado en el pasado.
Explicar la incidencia de la educación superior para la inclusión social de los desmovilizados en la vida civil, familiar, laboral y profesional.
Señalar la importancia de la educación para garantizar el respeto por los Derechos Humanos de los desmovilizados en el posconflicto desarrollado por el la guerrilla de las FARC, el Gobierno Colombiano y la Población Civil.
Es importante conocer la incidencia de la educación superior en las historias de vida de los desmovilizados, los antecedentes históricos de aquellos que dejaron las armas y le apostaron a la paz, la integración social, la participación política y la vida académica. Por ejemplo, la desmovilización del M-19 fue una de las acciones democráticas más importantes del siglo XX, ya que se dio vía libre a la dejación de las armas por parte de un grupo al margen de la ley que se atrevió a dejar abierta la puerta del dialogo para integrarse a la vida civil y política en Colombia. Convirtiéndose con ello en un partido político y una ideología de carácter legal que se conoció con el nombre de Alianza Democrática M-19, a tal punto que actualmente existen algunos desmovilizados del M-19 con una larga trayectoria política como es el caso de Antonio Navarro Wolff, Gustavo Petro etc.
Por otra parte, es necesario aclarar que los procesos de paz como el desarrollado por el M- 19 y el gobierno colombiano no son nada fáciles de llevar adelante como consecuencia del sectarismo político y la intimidación armada que se ejerce sobre los desmovilizados, así lo demuestra el asesinato de Carlos Pizarro por orden de las Autodefensas Unidas de Colombia y las fuerzas políticas que no aceptan la transformación social.
Otro de los problemas que se presentan con los desmovilizados es la falta de garantías sociales para integrarse a la vida laboral, déficit de ofertas educativas y pedagógicas que transformen su experiencia de reinserción en la esfera civil y los capaciten para hacer frente a los retos que demanda el mundo mediante sus sistemas económicos de producción global, además de los grupos delincuenciales que los buscan para ofrecerles trabajo delinquiendo. Este tipo de problemáticas son analizadas por la guerrilla de las FARC, por ende, han cerrado la puerta a varios procesos de paz que se les había ofrecido, cuestión que no sucede ahora y que al parecer representa la oportunidad para la construcción de una Paz duradera y la posibilidad de la educación de incidir en el posconflicto.
Contexto histórico del surgimiento de la guerrilla el M-19
Las guerrillas latinoamericanas tuvieron como punto de referencia los movimientos revolucionarios desarrollados al interior de Rusia y que posteriormente se extendieron en el marco de la guerra fría en su calidad de bloque comunista, ya que los rusos luchaban contra la hegemonía capitalista de los Estados Unidos. Por ejemplo:
"las guerrillas de primera generación en Colombia. Las FARC, surge en 1964 como organización en armas a partir de una serie de reivindicaciones de orden agrario, constituida inicialmente como grupo de autodefensa campesina, con una línea ideológica marxista- leninista y un accionar eminentemente rural. El ELN, que nace en 1965 a partir de la necesidad de crear una fuerza capaz de derrotar al enemigo, bajo una línea ideológica guevarista en la que se busca conformar un foco insurreccional y generar las condiciones para la victoria de la revolución". (Narváez. 2012, p. 31)
Ahora: durante los años setenta las políticas económicas ejecutadas por el gobierno colombiano se encargaron de llevar a pique el Estado de bienestar y las políticas sociales como consecuencia de las imposiciones del modelo neoliberal que concentro el poder y la riqueza en los grupos financieros. Por ende, durante la misma década surgió el movimiento guerrillero M-19, que tuvo como punto de referencia a nivel ideológico el 19 de abril de 1970, cuando Rojas Pinilla perdió frente a Misael Pastrana mediante un posible fraude electoral que impulso a integrantes de la ANAPO (Alianza Nacional Popular) y otros sectores a formar alianzas de tipo armado y revolucionario para hacer frente a lo que considero en su momento una injusticia social. Por lo tanto:
"Las guerrillas de segunda generación, innovaron las formas de hacer la guerra en Colombia, la más reconocida entre ellas fue el M-19. Desde una apuesta por el modelo de guerra insurreccional propuso el desarrollo del método de guerra urbana, bajo presupuestos foquistas". (Narváez. 2012, p. 59)
Por estas razones, es importante aclarar que los principios foquistas son las modalidades de lucha revolucionaria que tiene como punto de partida las zonas campesinas y los sectores rurales que permiten el contacto con la población civil. Por lo tanto, queda mucho más fácil realizar emboscadas y ataques sorpresivos a las fuerza armadas del Estado.
Por otra parte, el M-19 fue una guerrilla totalmente distinta a las guerrillas de primera generación. Puesto que no pretendía derrotar al Estado colombiano por la vía armada, ya que para el movimiento revolucionario eran mucho más importantes las acciones políticas que representaran los intereses de las comunidades más vulnerables de Colombia. Es decir:
"El M-19 reconoció su pertenencia cultural a Occidente, así como el valor de la individualidad en un ordenamiento social democrático" (López, 1994: 286), además tomó distancia del marxismo-leninismo como visión científica que podía dar cuenta de la realidad (López, 1994: 287), lo que le permitió "desarrollar un discurso y una práctica política menos ideológica y más pragmática" (López, 1994: 287), que también se evidenciaba en su accionar militar". (Narváez. 2012, p. 69)
Argumento que permite analizar que el M-19 fue una guerrilla con pretensiones y condiciones históricas que le permitieron tener una visión de la realidad menos ortodoxa que las guerrillas de primera generación, además de poseer una educación revolucionaria mucho más amplia en relación a la representación política. Puesto que los guerrilleros usaban la cultura popular como parte integral de sus discursos comunicativos, usaban un lenguaje claro y sencillo, además de concebir la revolución como una fiesta, una actividad alegre que le permitiría al pueblo alcanzar determinadas metas el poder político.
Por estas razones, uno de los sobrevivientes del M-19 Otty Patiño, afirmo que firmaron el proceso de paz, porque:
"Carlos Pizarro, el último comandante general del M-19, supo que la guerra como expresión política estaba agotada".
Contexto histórico del surgimiento de la guerrilla de las FARC
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) comenzaron sus actividades armadas aproximadamente en el año 1964, cuando se el Ejercito Liberador del Pueblo. Actualmente se le reconoce como un movimiento político de tipo armado, el cual se fundó mediante principios ideológicos del marxismo-leninista para luchar en contra de las reformas agrarias que sumieron en la pobreza a los campesinos y del bipartidismo político que no permitía la diversidad democrática de partidos. Es decir:
"El surgimiento de los conflictos ideológicos entre el Estado colombiano y las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia). Se remonta a las problemáticas políticas, jurídicas y sociales de los años cincuenta y sesenta, ya que las contiendas entre el partido liberal y conservador alcanzaron su máximo auge ideológico y partidista. Ya que las dinámicas del Estado central se extendieron hasta las periferias de las regiones que no eran ajenas al conflicto político, jurídico y clientelista que primaba por encima de los Derechos Humanos de los ciudadanos colombianos". (Melo. 2013, p. 1)
Como se puede evidenciar las luchas armadas que bajo ninguna circunstancia se deben justificar, han sido en su inicio el resultado de injusticias sociales por parte del Estado colombiano que no ha logrado planificar de manera adecuada el desarrollo económico del país. Además del sectarismo político que no aceptaba líderes políticos que obraran en contra de los intereses de aquellos que ostentaban el poder. A saber:
"Con la muerte Jorge Eliecer Gaitán el jefe del partido liberal hacia el año 1948, la política nacional se fragmento de tal manera que los movimientos populares decidieron ejercer una lucha distinta a la política, a través del ejercicio de las armas. Poco tiempo después nacieron las FARC, como un intento ideológico, social y revolucionario de oposición al Estado. Solo que los ideales del grupo armado se fueron modificando en el tiempo cuando avanzaron de forma precipitada hacia el territorio del narcotráfico y el terrorismo". (Melo. 2013, p. 1)
Como se puede evidenciar el reto de la educación en el posconflicto es bastante significativo, ya se debe reconstruir el perdón y la reconciliación.
Sin embargo es importante reconocer que han existido varios procesos de paz que han fallado entre el gobierno colombiano y las FARC. A saber:
"En 1981: El Gobierno del expresidente liberal Julio César Turbay creó una comisión de paz para iniciar conversaciones con la guerrilla. 1982, El entonces presidente conservador Belisario Betancur inició una negociación de paz. 1984, El Gobierno de Betancur y las Farc firmaron el Acuerdo de La Uribe, que incluyó el cese bilateral del fuego. 1988, El presidente liberal Virgilio Barco comenzó acercamientos de paz con las Farc.1990, El Gobierno de Barco firmó un acuerdo de paz con el M-19. 1991: El entonces presidente César Gaviria inició conversaciones con las Farc y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) en Caracas. En 1992 se rompió el proceso por el asesinato de un exministro secuestrado por la guerrilla. 1993: Durante el Gobierno de Gaviria se reintegraron a la vida civil y entregaron las armas los integrantes de la Corriente de Renovación Socialista, una disidencia del ELN. En 1998, 1999, 2002 y 2012". (Acosta. 2012, p. 1)
Como se puede evidenciar hace más de tres décadas que el gobierno y las Fuerzas Armadas revolucionarias de Colombia (FARC) no han logrado llevar a buen término una negociación que permita cesar el conflicto armado que ha desangrado al país a nivel económico, político, ético, moral y humano. Ya que la guerra interna que padece nación es la causa primaria del desplazamiento involuntario, forzado, violaciones a los Derechos Humanos de la población, muertes de niños y niñas, destrucción de los ecosistemas, corrupción al interior de algunos departamentos del poder ejecutivo, legislativo y judicial etc.
Por ende, este tipo de acontecimientos merecen la atención de la comunidad internacional, los organismos ONG, el Estado nacional, la academia, la población civil y la participación democrática de todos los actores políticos y sociales que representan una esperanza a la finalización del conflicto armado. Por ello, es que la presente propuesta de investigación identifica el rol de la educación como uno de los fundamentos en la transformación de vida de los desmovilizados y la inclusión social de estos últimos a la esfera civil, familiar, laboral y profesional.
La educación como alternativa de cambio para los desmovilizados
La cultura de la violencia en Colombia existe mucho antes de la creación de las guerrillas y los grupos al margen de la ley que se hallan en oposición al gobierno nacional. Ya que esta última se puede evidenciar de forma cruel y conductista en el siglo XIX, puesto que los líderes del partido liberal y conservador impulsaban constantemente a la población civil al confrontamiento físico y verbal cuando se trataba de velar por sus propios intereses. Sin embargo:
"La mayor confrontación del siglo XIX ocurre al finalizar el siglo, durante la llamada Guerra de los Mil Días, que se inicia 1899 y termina en 1903. Esta guerra enfrentó a los liberales contra el gobierno conservador y fue para la gran mayoría de los historiadores, la más desastrosa de las guerras civiles en Colombia en términos de pérdida de vidas humanas y daños a la economía. Fue una guerra masiva tanto por el número de hombres levantados (más de 26.000 soldados) como por el amplio apoyo social brindado a los contendientes. Este enfrentamiento se expandió durante tres años por toda la geografía nacional. Según cálculos de Ramsey (2000), entre 1899 y 1902 hubo cerca de 80 mil muertos, aproximadamente el 2% de la población de la época". (Sánchez y Días. 2003, p. 3)
Este tipo de acontecimientos históricos demuestran que no solamente la cultura de la violencia es un imaginario colectivo que se gestó y se desarrolló con la lucha narcoterrorista que enfrento el Estado colombiano en la década de los años 80 y 90, cuando los carteles de la droga intentaban tomar el control de la sociedad. Pues la violencia anterior a la formación de las guerrillas y el narcotráfico fue una violencia desatada por las clases políticas que usaban al pueblo para defender sus ideologías bipartidistas. Así lo explica Melo (2013) al estudiar un texto de William Ospina: "Ha sido tanta la irresponsabilidad de la política colombiana que los partidos liberal y conservador alentaron el enfrentamiento violento entre los ciudadanos del pueblo por defender una causa que no tenía ninguna razón de cambio o transformación social. "Siempre nos dijeron que la Violencia de los años cincuenta fue una violencia entre liberales y conservadores. Eso no es cierto. Fue una violencia entre liberales pobres y conservadores pobres". p. 6.
Este tipo de antecedentes permiten analizar que es necesario educar a la sociedad colombiana para que no siga siendo víctima de ideologías políticas y culturales que no sirven para transformar el tejido social de manera positiva, todo lo contrario, lo destruye, y lo daña. Por ende, es necesario que la educación sea uno de los eslabones fundamentales para cambiar la vida de los desmovilizados y ayudarlos en su proceso de reinserción, y reincorporación a la esfera civil.
Claro está, este tipo de estrategias educativas posee un soporte jurídico y legal, a saber:
"En 1997 con la expedición de la Resolución 549 se abrió, a los denominados "excombatientes de las organizaciones guerrilleras reincorporados a la vida civil" (Presidencia de la República 2005 Artículo 1), la posibilidad de obtener "exenciones de matrículas en los programas de educación tecnológica, universitaria y avanzada" (Ibid.) de la Escuela Superior de Administración Pública (ESAP). Esta oferta, desde su constitución hasta la fecha, está dirigida exclusivamente a excombatientes de guerrillas, que en 1997 debían estar inscritos en lo que entonces fue la lista oficial de incorporados a la vida civil". (Universidad Nacional de Colombia. 2009, p. 9)
Es decir: la educación es una de las vías sociales de incorporación a la esfera civil, ya que esta última puede brindarle una posición cultural al desmovilizado, dado que, el excombatiente se capacita y puede enfrentarse a las demandas laborales que la nación le hace a los ciudadanos para lograr integrarse a la fuerza productiva que impulsa la economía del país.
Para ello, se creó el Programa para la Reincorporación de la Vida Civil (PRVC) que ejecuto sus funciones en el Ministerio del Interior de Justicia. En la actualidad la entidad encargada de dicho proceso es la Agencia Colombiana para la Reintegración (ACR) fundada en el año 2011, adscrita a la Presidencia de la Republica. La cual sigue con la línea de proyección educativa para los desmovilizados a nivel de formación básica, media, técnica y tecnológica, a fin de certificarlos mediante programas por competencias laborales.
Por ende, la educación para los desmovilizados debe representar una integración social al Estado de derecho, a fin de que se les respeten sus garantías legales, ofertas democráticas tales como la igualdad, la justicia y la equidad, ya que de este modo pueden hacer frente a la pobreza y evitar ser víctimas de las redes delincuenciales que buscaran el perfil de los excombatientes para cometer otra clases de delitos a nivel civil.
Claro está, este tipo de acciones estratégicas no son fáciles de ejecutar, dado que, la sociedad empresarial y las fuerzas armadas poseen imaginarios colectivos de temor y expectativa frente a la reinserción de los desmovilizados.
"La yuxtaposición temporal con el conflicto tiene serias implicaciones para la reincorporación efectiva de los ex-combatientes. No les permite volver a su lugar de origen y son mayores sus problemas de seguridad y los de sus familiares. Las alternativas de empleo se reducen por los efectos acumulados de la guerra sobre la economía y se incrementan las posibilidades de reincidencia en las armas o actividades delictivas. No hay dividendos de paz para invertir en la reinserción, y emergencias humanitarias, como el desplazamiento, compiten por atención y recursos". (Gómez. 2014, p. 10)
Es decir: la educación debe servir para que los desmovilizados y sus familiares puedan entender la situación del país, el contexto histórico, la problemática de las demás víctimas del conflicto armado y las posibles soluciones que se pueden ofrecer a problemáticas concretas, reales y comunitarias, ya que el desmovilizado puede trabajar como gestor comunitario de paz.
Otra de las acciones que debe emprender la educación nacional tiene que ver con la formación en Derechos Humanos para lograr concientizar a la sociedad empresarial y las fuerzas armadas del país en los procesos de perdón, reconciliación y paz. A fin de evitar la exclusión social, económica y cultural de los excombatientes que luchan por integrarse a la esfera civil. De lo contrario la cultura de la violencia seguirá en aumento y la persecución política por cuestiones ideológicas seguirá fragmentando la realidad nacional.
Por otra parte, los procesos educativos deben abordar las condiciones sociales de cada época, el perfil psicológico y socioecomico de los desmovilizados, ya que cada uno de ellos ha construido una realidad colectiva e individual que puede condicionarlos para delinquir de nuevo si los programas de educación no corresponden con sus necesidades más inmediatas. Además de recibir asesoría jurídica para que puedan reclamar sus derechos e integrarse a proyectos públicos que los beneficien y a su vez ellos puedan aportar el conocimiento que poseen en la guerra o los actos delincuenciales para que las entidades armadas del Estado puedan combatir con mayor objetividad la ilegalidad. Por ejemplo:
"El estudio de la guerra, la violencia, la paz y en ese mismo orden los grupos armados que hacen la guerra o que protagonizan los conflictos armados, son objeto de múltiples disciplinas o campos del conocimiento desde donde se intenta obtener una mayor comprensión de una realidad que ha marcado la historia de la humanidad. Las organizaciones armadas ilegales u organizaciones rebeldes en la actualidad se han convertido en un fenómeno que afecta la estabilidad de muchos países en la escena internacional, al tiempo que como resultado de sus luchas armadas decenas de sociedades han visto perturbada su integridad". (Gómez. 2014, p. 44)
Por otra parte, el objeto de la educación se encuentra establecido en la ley 115 de 1994 que fundamenta los principios educativos en Colombia. Ya que esta última no solamente se debe encargar de los procesos formales de enseñanza y aprendizaje, sino que también se extiende hasta el ámbito de la inclusión y la rehabilitación de la población en su calidad de víctima o victimario. A saber:
"Artículo 69. La educación para la rehabilitación social es parte integrante del servicio educativo; comprende la educación formal, no formal e informal y requiere métodos didácticos, contenidos y procesos pedagógicos acordes con la situación de los educandos". (Ley 115. 1994)
Como se puede evidenciar es menester que la educación forme a los desmovilizados y a la sociedad que los recibe en la esfera civil.
El sistema educativo y pedagógico de la nación debe servir para intervenir en este tipo de problemáticas, proponer soluciones y alternativas de inclusión social, puesto que los desmovilizados tienen su propia percepción de la realidad en distintos aspectos, ya sea a nivel de empleo, educación, vivienda, reconciliación, inseguridad, apoyo familiar, cultura de la ilegalidad, participación social, política, desafíos urbanos, derecho a generar negocios, salud, seguridad jurídica etc.
"Los excombatientes consideran el acceso al empleo como una buena razón para abandonar definitivamente la ilegalidad, y también como un medio necesario para mantener a sus familias. Dicen estar dispuestos incluso a renunciar a cualquier ayuda financiera a cambio de un puesto de trabajo estable o las oportunidades para regresar al campo, ya sea a sus antiguas propiedades o fincas recuperadas por el Estado del control de los grupos armados ilegales. Así mismo, piden al Gobierno crear nuevas empresas para emplear a excombatientes o establecer incentivos a la contratación de empresas privadas existentes". (Cortés y Acosta. 2013, p. 44)
Uno de los retos más grandes que tiene la educación es el de capacitar adecuadamente a los desmovilizados para que puedan asumir las demandas laborales de la sociedad, para que logren tener obtener recursos para la manutención de los familiares y se sientan útiles, capaces y tranquilos. Es decir:
"La reintegración es un proceso, una transición que implica cambios a nivel de creencias, de conductas, de emociones, de la relación de uno con la comunidad, con el gobierno; es digamos un cambio que implica un desarrollo de competencias que permite la adaptabilidad al sistema social que tiene el país". (Lara. 2011, p. 215)
Como se puede deducir y analizar del argumento anterior la educación debe servir para transformación de las ideas culturales de los excombatientes que se han integrado a la esfera civil, ya que ello garantiza su éxito en la sociedad. Claro está:
"El desmovilizado debe trabajar con Responsabilidad Social y manifestarse en actos de servicio a la comunidad desde el proyecto productivo". (Frayle. 2007, p. 64)
Para estudiar y analizar la importancia de la educación superior en las historias de vida de los desmovilizados como experiencia significativa para la inclusión social. Es necesario identificar las distintas dimensiones que pueden abarcar el contexto de la desmovilización, como es el caso de la atención a la niñez desvinculada en el conflicto, la gestión de riesgo por conceptos de vulnerabilidad social, la falta de atención gubernamental, ineficacia de garantías sociales y educativas, entre otros tantos aspectos que se presentan al interior del fenómeno de desmovilización y reinserción a la vida civil.
Además de estudiar las leyes y garantías que ofrece el Estado colombiano y las diversas instituciones a las personas que deciden abandonar el conflicto e ingresar a la vida civil para trabajar como actores de cambio.
Para exponer el contexto histórico del M-19, las Farc y los intentos de paz que han fallado en el pasado, se abordaran los antecedentes históricos del grupo insurgente, su apuesta por la desmovilización, la integración a la esfera política y las historias de vida que son un ejemplo para la sociedad.
También se buscara explicar la incidencia de la educación superior para la inclusión social de los desmovilizados en la vida civil, familiar, laboral y profesional. Puesto que los mecanismos pedagógicos que ofrecen algunas universidades colombianas sirven para afianzar los procesos de integración sociocultural de los excombatientes que aceptan aquellas oportunidades que pueden transformar significativamente sus vidas.
Sin embargo, los aspectos metodológicos se pueden alcanzar a través del presente trabajo de investigación; si los procesos de formación que ofrece la educación superior a los desmovilizados tiene énfasis en el respeto por los Derechos Humanos, la tolerancia, la convivencia y la Paz en el marco del conflicto o el posconflicto.
CRONOGRAMA DE TRABAJO
PRESUPUESTO
RECURSOS FÍSICOS | COSTO | ||
Digitación e Impresión | 50.000 | ||
Material de trabajo | 120.000 | ||
Equipo de Comunicación | 80.000 | ||
Fotocopias | 20.000 | ||
Refrigerio | 84.000 | ||
Trasporte | 85.000 |
Ginneth Esmeralda Narváez Jaimes. (2012). La Guerra Revolucionaria del M-19 (1974- 1989). Universidad Nacional de Colombia.
Jorge García y Camilo Mongua. (2010). El M-9 y una reflexión acerca de las guerras inútiles. Un diálogo con Otty Patiño. Maestría de FLACSO-Ecuador. Íconos. Revista de Ciencias Sociales. Num. 37, Quito.
José Orlando Melo Naranjo. (2013). Análisis del proceso de paz desarrollado por el Estado del salvador y el frente Farabundo Martí para la liberación (FMLN). Universidad Nacionalista Bolivariana. Venezuela.
Luis Jaime Acosta. (2012) Cronología de los procesos de paz en Colombia. ADN. Bogotá.
Fabio Sánchez y Ana María Díaz. (2003). conflicto, violencia y actividad criminal en Colombia: un análisis espacial.
José Orlando Melo Naranjo. (2013). Colombia: el proyecto nacional y la franja amarilla. Universidad Nacionalista Bolivariana. Venezuela.
Universidad Nacional de Colombia. (2009). Políticas, ofertas e instituciones educativas en los procesos de DDR en Colombia desde el año 2002. Observatorio de Procesos de Desarme, Desmovilización y Reintegración. Colombia.
Luisa Fernanda Mejía Gómez. (2014). La reintegración social y económica de los grupos armados ilegales en Colombia: reflexiones a partir de la trayectoria de nueve excombatientes. Universidad Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario. Colombia.
Ley 115 de Febrero 8 de 1994. Capítulo 5. Educación para la rehabilitación social. El Congreso de la República de Colombia.
Álvaro Méndez Cortés y Andrés Cotrina Acosta. (2013). Desarme, desmovilización y reintegración, DDR: una introducción para Colombia. Universidad Militar Nueva Granada. Colombia.
Luz Marina Lara Salcedo. (2011). Configuración de las subjetividades en el tránsito a la vida civil de jóvenes desmovilizados de las fuerzas armadas revolucionarias de Colombia- FARC. Universidad Pedagógica Nacional. Colombia.
Sonia Pilar Frayle Arismendy. (2007). La reincorporación social del desmovilizado a través de proyectos productivos. Universidad de la Salle. Colombia.
ASESOR INTELECTUAL EN COLOMBIA – JOSE ORLANDO MELO NARANJO INVESTIGADOR EN ESTUDIOS LATINOAMERICANOS Y PENSAMIENTO UNIVERSAL EDITORIAL: UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA E INDEPENDIENTE DE MEXICO (UNAD) FACULTAD DE ESTUDIOS A DISTANCIA – 2014.
Autor:
Patricia Fernández.