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To Brexit or not to Brexit: that is the question (la batalla de los "egos")

Enviado por Ricardo Lomoro


Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7
Monografía destacada
  1. Introducción: ¿referéndum o merendéndum? (¿otro "chantaje" al British Style?)
  2. Pliego de condiciones del Reino Unido a la UE: ¿un socio de "manos libres"?
  3. El "discurso" de Cameron: un ultimátum, envuelto en un referéndum
  4. Las claves del pulso entre Reino Unido y la Unión Europea
  5. Un balance de sumas y saldos (del "opt-out" al "win-win")
  6. Un "repaso" a la prensa: El futuro de Europa: ¿regreso a la Europa de los "tenderos"?
  7. Introducción
  8. Alma, corazón y vida: ¿y por casa cómo andamos? (economía y sociedad)
  9. (Enero 2016) Con el permiso de ustedes?London calling: ¿tiempo de ruptura?
  10. Post Data: "Last minute" (las últimas noticias, antes de entrar en "imprenta")

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La Union Jack y la bandera de la UE cuelgan de la Casa de Europa en Londres, en junio de 2015

Introducción: ¿referéndum o merendéndum? (¿otro "chantaje" al British Style?)

¿Quién a quién? (primeras aproximaciones al "affaire")

¿Qué es el "Brexit"?

La potencial salida de Reino Unido de la UE es conocida como Brexit, al combinar las palabras inglesas "Britain" (Reino Unido) y "exit" (salida). El término se ha puesto de moda desde que David Cameron ganara por mayoría absoluta las elecciones parlamentarias de mayo de 2015 y cumpliera su promesa de convocar un referéndum antes del final de 2017 para que los británicos decidan si quieren seguir dentro de la UE.

¿Por qué Cameron prometió el referéndum?

Cuando Cameron gobernaba en coalición con los europeístas del Partido Liberal-Demócrata (2012), el ala más antieuropeísta de los conservadores empezó a mostrar su descontento por las regulaciones de Bruselas, especialmente en lo referente a inmigración, justicia y servicios financieros. Algunos diputados tories se fugaron a UKIP, partido que pide la salida de la UE y que captó un 13% del voto en las elecciones generales. Ante esa presión interna, el primer ministro prometió convocar la consulta para que los británicos decidieran su relación con la UE y se acabara el debate.

¿A qué se debe la renegociación antes de votar?

Cameron considera que el actual status quo "no es sostenible", ya que su Gobierno ha perdido fuerza en Bruselas ante la progresiva integración de los países de la zona euro, entre los que no figura Reino Unido, que mantiene la libra. Por ello, antes del referéndum, Downing Street quiere recomponer su posición en la UE, para que los británicos voten con conocimiento sobre este nuevo escenario.

¿Qué aspectos de la UE quiere cambiar Londres?

En noviembre de 2015, Cameron envió una carta a Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, con sus demandas para "una reforma sustancial" de la UE. Entre otras cosas, pide que Reino Unido quede exento del compromiso hacia la creación de "una Unión cada vez más estrecha" que figura en el Tratado Europeo. Además, reclama garantías para que el Gobierno británico no se vea forzado a aceptar propuestas que salen adelante con el voto de los países del euro, especialmente en el área de los servicios financieros. También quiere recuperar la potestad de controlar la inmigración que llega al territorio británico desde otros países europeos.

¿Se han calmado los euroescépticos con este plan?

No. Tanto UKIP como el ala más dura del Partido Conservador han sido muy críticos al entender que las demandas de Cameron son débiles y no servirán para frenar la inmigración ni devolver la libertad al centro financiero de la City londinense.

¿Y cómo ha sido recibido en otros países europeos?

Con escasos apoyos. Fuentes de Bruselas consideran que algunos aspectos del plan son "altamente problemáticos", ya que exigirían el consentimiento de todos los países de la UE para cambiar el Tratado. El Gobierno francés no quiere crear un precedente de realizar cambios pedidos unilateralmente por un país y en el Este de Europa recelan de los límites a la inmigración que quiere Cameron. Quizá la más comprensiva ha sido la canciller alemana, Angela Merkel, quien dice estar dispuesta a negociar "de forma constructiva" con el Gobierno británico.

¿Cuál es la posición de las empresas británicas?

La gran patronal británica CBI apoya al primer ministro en su deseo de que Reino Unido siga en una "UE reformada". Las multinacionales y los grandes bancos de la City también apuestan por la continuidad. Sólo algunos empresarios y fondos de inversión ven positivo librarse de las regulaciones de Bruselas.

¿Para cuándo se espera el referéndum?

Al primer ministro le gustaría una negociación rápida y poder convocar la consulta en 2016. Así se quitaría del camino este asunto y no interferiría con las elecciones previstas en Francia y Alemania en 2017.

¿Qué dicen las encuestas? (según cuándo se realicen, y quién la "encargue")

El sentimiento euroescéptico en la calle es cada vez mayor. El 60% de los ciudadanos quiere ahora salir del bloque. (16/10/15)

La inmigración es un asunto clave en la marcha de Reino Unido, de quienes abogan por permanecer (el 49%, según HSBC), el 22% dice que cambiaría de opinión si la cuestión migratoria continúa". (20/10/15)

Una encuesta realizada a principios de octubre muestra que el 39% de los británicos apoyaría una salida de la Unión Europea, el dato más elevado desde 2012. El apoyo de los británicos a permanecer dentro de la UE ha caído en los últimos tiempos ante la llegada de europeos a las islas. (29/10/15)

Conviene recordar que la última encuesta publicada en el Reino Unido muestra una caída importante del apoyo a permanecer en la Unión Europea -de un 61% a un 52%- y un aumento relevante de los que quieren salir -39% comparado con un 27% hace unos meses-. (12/11/15)

Por primera vez desde noviembre de 2014, hay más gente que votaría ahora por abandonar la UE (un 40%, seis puntos más que en junio) que por quedarse (un 38%, seis puntos menos). (23/11/15)

¿Y en Escocia? ¿Cómo se vive el referendo? Los escoceses acaban de votar en un plebiscito histórico. El referendo planteado por Cameron supone ahora otra consulta clave. Y por si fuera poco, el Partido Nacionalista Escocés (SNP), que según las encuestas ganará sin problemas las elecciones regionales de mayo, ha prometido otro plebiscito de independencia si finalmente Londres corta el cordón umbilical con Bruselas. (23/11/15)

Poll of the Week (Open Europe/ComRes): If Cameron secures all his renegotiation demands, 65% of voters would choose to stay in the EU (January 2016)

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A new ComRes poll for Open Europe has found that the success or otherwise of Prime Minister David Cameron"s EU renegotiation is likely to determine the outcome of the referendum. If the referendum were held tomorrow, 56% of voters would opt to remain in the EU while 35% would opt to leave. However, if Cameron fails to obtain measures to ensure the UK will not be disadvantaged by decisions taken by the Eurozone states, support for remaining falls to 45% and support for leaving increases to 46% – an 11 percentage point swing to the Leave side.

Similarly, failure to restrict new EU migrants" access to in-work benefits for four years sees support for Remain fall from 56% to 48% and support for Leave increase from 35% to 45% – a 9 percentage point swing to the Leave side. When asked how they would vote if David Cameron was successful in securing agreement on all of his demands, 65% of voters said that they would vote to remain compared to 26% of voters who would still vote to leave.

¿Qué pasará en la economía si hay "Brexit"?

Dependiendo del alcance del aislamiento de política comercial de Reino Unido, su producto interior bruto real (PIB) per cápita podría estar entre 0,6% y 3% por debajo en el año 2030 que si el país continuase en la UE. Si las pérdidas porcentuales se basan en valores de 2014, esto podría significar un PIB real per cápita que es 220 € menor en el escenario más favorable para Reino Unido. Con un aislamiento más riguroso, la pérdida de PIB podría resultar en 1.025 € per cápita. Si el comercio económico así como las consecuencias de la dinámica económica -como el debilitamiento del poder innovador y de Londres como centro financiero- se consideran conjuntamente, las pérdidas del PIB en el escenario no favorable podrían alcanzar el 14 por ciento. Si estas pérdidas porcentuales se basan en valores del año 2014, esto podría corresponder al PIB que está alrededor de 313.000 millones de euros por debajo para toda la economía nacional, o por debajo en torno a 4.850 euros per cápita. Posibles ahorros como la cancelación de pagos del presupuesto de la UE que actualmente ascienden a un total del 0,5% del PIB británico podrían no compensar las pérdidas económicas, incluso en el mejor de los casos.

Sobre todo, la salida de la UE podría aumentar los costes de comercio entre Reino Unido y la UE y reducir las actividades comerciales. La gravedad del impacto sería diferente para las industrias británicas individuales. Para la importante área de servicios financieros, se prevén pérdidas en valor añadido alrededor de un 5 por ciento en el escenario no favorable. Las industrias químicas, de ingeniería mecánica y automoción verán pronunciadas pérdidas en el valor añadido porque están fuertemente incorporadas en las cadenas de valor europeas. La industria química se enfrentará a los mayores descensos – casi un 11%.

El comercio con la UE supone alrededor del 42,5% de las exportaciones de Reino Unido si descontamos lo que en Londres se llama el "Rotterdam effect", es decir, la cifra que muchos incluyen por la utilización del puerto holandés, que es internacional y abierto.

Una salida del Reino Unido tendría impacto en:

Sector financiero: un problema nada desdeñable de regulaciones y exigencias de capital distintas, así como impacto si algunos bancos y casas de inversión se ven forzadas a dejar el Reino Unido. El argumento contrario es que el flujo financiero aumentaría hacia las islas por la deriva intervencionista de una UE ex-UK.

Si se aproxima más a abandonar la Unión Europea, el Reino Unido podría perder su calificación crediticia según ha advertido la agencia Standard & Poor"s.

Se estiman tres millones de puestos de trabajo, directos e indirectos por pertenencia a la UE. Podría darse un aumento del paro. También se argumenta que Reino Unido crea más puestos de trabajo y no contaría con el flujo migratorio antes mencionado.

Sector comercial: un impacto para ambas partes, que sufrirían mientras se renegocian o firman tratados bilaterales. Sobre un total de 430.000 millones de libras, incluso porcentajes pequeños deben valorarse con cuidado.

Si el Reino Unido abandonara la UE, Irlanda (el otrora "tigre celta") podría sufrir una pérdida en su PIB de entre el 1,1% y el 3,1% para el año 2030.

¿Cuál sería el futuro de David Cameron?

El primer ministro promete no presentarse a la reelección en 2020. Aunque ha dicho que hará campaña por el "Brexit" si Bruselas no acepta sus demandas, este desenlace sería visto como un fracaso para su apuesta y tendría que dimitir tras el referéndum. Al elegir nuevo líder, su Partido podría dividirse entre el euroescepticismo (con Boris Johnson o Theresa May como abanderados) o el continuismo (con el ministro del Tesoro, George Osborne, como referente)

¿Cómo impacta el asunto europeo en Escocia?

En 2016 hay elecciones autonómicas en Escocia. El Partido Nacionalista Escocés (SNP), probable ganador y muy europeísta, puede incluir en su programa la convocatoria de otro referéndum de independencia como el de 2014, en caso de que haya Brexit.

¿Cuál será la pregunta del referéndum?

Inicialmente, iba a ser "¿Debería Reino Unido seguir siendo un miembro de la Unión Europea?". Pero la Comisión Electoral entendió que favorecía a los partidarios del sí, por lo que finalmente se ha modificado por "¿Debería Reino Unido permanecer o abandonar la Unión Europea?".

Subidos a la balanza (el peso específico de cada "contendiente", es…)

(Fuente: Banco Mundial y Eurostat)

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El éxito del Reino Unido en tres gráficos (El Economista – 28/1/16)

La economía de Reino Unido experimentó en 2015 un crecimiento anual del 2,2% en relación al año anterior, situándose de este modo un 6,6% por encima del nivel máximo registrado antes de la crisis en el segundo trimestre de 2008, según informó la Oficina Nacional de Estadística (ONS). La economía del Reino Unido no sólo ha superado la crisis sino que varios indicadores dejan entrever que el país se encuentra en una situación privilegiada, respecto a la Eurozona. 

En el cuarto trimestre de 2015, el Producto Interior Bruto (PIB) de Reino Unido creció un 0,5% en comparación con los tres meses anteriores, cuando había aumentado un 0,4%. Entre octubre y diciembre, el sector servicios creció un 0,7% trimestral, mientras la agricultura lo hizo un 0,6%. 

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Crecimiento real del PIB según Eurostat. Año 2010 igual a índice 100

Además, el crecimiento del PIB también ha servido para que el mercado laboral goce de gran salud, al menos en lo que a tasa de paro se refiere. El desempleo del Reino Unido se encuentra en el 5,1%, una situación de pleno empleo cuando en otros países de Europa la tasa de paro se encuentra en niveles históricamente elevados. 

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Por otro lado, el gasto público sobre PIB se ha ido reduciendo de forma gradual tras el fuerte incremento que se produjo entre 2007 y 2009, donde llegó a superar el 49% del PIB. En 2014 el gasto público ya había caída hasta el 43% del PIB, lo que ha permitido al gobierno británico iniciar el proceso de desapalancamiento público. La deuda de las administraciones públicas del país ha comenzado a caer lentamente en el tercer trimestre de 2015. 

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La deuda pública del país se ha reducido del 89% hasta el 88,6% en tercer trimestre de 2015. Aunque esta reducción es positiva y puede indicar el comienzo de una tendencia, la deuda pública sigue en niveles históricamente elevados. Mientras que en la Eurozona la deuda representa un 91,6% del PIB y las últimas caídas relativas están más relacionadas con el buen comportamiento fiscal de países concretos, como Alemania, más que de una reducción coordinada del conjunto de naciones que conforman el área monetaria.

Datos comparativos entre la Unión Europea y el Reino Unido (Fuente: Banco Mundial y Eurostat)

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Pliego de condiciones del Reino Unido a la UE: ¿un socio de "manos libres"?

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Cameron planteó el 10/11 (2015) en un discurso las cuatro áreas principales en las que desea reformas: salvaguardar los derechos de los países que no utilizan el euro, garantizar la soberanía nacional, limitar el acceso de los inmigrantes a las prestaciones sociales de la UE y profundizar el mercado único reduciendo la burocracia. También dijo que desea unos "cambios legalmente vinculantes e irreversibles".

  • Restringir el acceso al sistema británico de prestaciones sociales a los ciudadanos de otros países miembros de la Unión Europea, para recortar la inmigración intracomunitaria. Esto es, según el programa electoral, un "requerimiento absoluto". En concreto, exigir que los ciudadanos de otros Estados miembros hayan trabajado cuatro años en Reino Unido antes de que puedan solicitar prestaciones; negar ayudas de búsqueda de empleo a ciudadanos de otros países de la UE, y expulsarlos del país si en seis meses no han encontrado empleo.

  • Reducir la regulación europea y devolver más poderes a los Parlamentos nacionales. Entre ellos, el de bloquear legislaciones europeas.

  • Crear mecanismos que salvaguarden los intereses de los estados miembros con monedas distintas al euro frente al riesgo de que las decisiones de la eurozona puedan perjudicarlos. Que la integración de la eurozona no vaya en detrimento de la del mercado común.

  • Exclusión de Reino Unido del compromiso, recogido en los tratados, de crear una "unión cada vez más estrecha".

  • Que la política de Defensa siga firmemente bajo control nacional británico.

  • Negar la libertad de circulación a los ciudadanos de futuros nuevos Estados miembros hasta que sus economías converjan con las de los miembros existentes.

  • Resistir los intentos de restringir las actividades legítimas del sector financiero. Proteger a la City de Londres de la legislación europea.

¿Qué propone, por tanto, Cameron?

Los cuatro pilares de las peticiones de Cameron son: competitividad, gobernanza económica, soberanía e inmigración.

Gobierno económico

De entrada, el primer punto que aborda el mandatario conservador tiene que ver con el gobierno económico de la Eurozona. En este punto Cameron pone el énfasis en "preservar la integridad del mercado único protegiendo los intereses de los países que no están en la Eurozona". Sus puntos para alcanzarlo son los siguientes:

•Hay que proteger y garantizar el funcionamiento del mercado único.

•La creación de proyectos ligados a la Eurozona como por ejemplo la unión bancaria no pueden ser obligatorios para quienes no han adoptado la divisa única.

•Los países que están fuera de la Eurozona no tienen por qué "rescatar" a los países que están en la unión monetaria.

•La supervisión financiera del BCE no puede extenderse más allá de la Eurozona.

Competitividad para Europa

Cameron se jacta de que "la gente en Europa quiere que la Unión genere crecimiento y empleo. En ese campo, Reino Unido lleva años siendo uno de los campeones. Por eso, hay que adoptar medidas como el impulso al mercado único digital, que puede aumentar el PIB comunitario en un 3%, o el relanzamiento del mercado único de capitales, que puede ayudar a financiar a las empresas y emprendedores".

El británico también pide "un relanzamiento de la agenda comercial, con la búsqueda de acuerdos de gran alcance que liberalicen los intercambios con América, China, Japón y las grandes economías asiáticas".

Según Cameron, "es necesario frenar la continua aprobación de regulaciones europeas. De hecho, también es preciso reducir el cuerpo de normas que ya se han aprobado. Por eso, nos gustaría que se fijen objetivos concretos para reducir significativamente las obligaciones que se imponen a los negocios".

El primer ministro británico también pide que la UE "cumpla con sus compromisos en materia de respeto a la libre circulación de capitales, bienes y servicios", un tirón de orejas ante la aprobación de tasas financieras y la falta de reformas encaminadas a seguir facilitando el mercado único comunitario.

Soberanía nacional e inmigración

Cameron también pide más respeto a la soberanía nacional y menos proyectos de integración comunitaria. "En primer lugar, es importante que los Tratados no nos obliguen a trabajar "por una Unión más estrecha". En segundo lugar, hay que permitir que los parlamentos nacionales frenen legislación de la Eurocámara que no consideren oportuna. En tercer lugar, hay que respetar más el principio de subsidiariedad: como dice el gobierno holandés, no todos los problemas se solucionan con más presencia de las instituciones comunitarias. Por último, también en materia de seguridad hay que respetar la soberanía de cada país miembro".

En lo tocante a la inmigración, David Cameron pide que los europeos que residen en las islas tengan que cotizar durante al menos cuatro años para poder beneficiarse del grueso de "medidas de "gasto social" que ahora mismo se ofrecen de manera generalizada". El portavoz de la Comisión Europea, Margaritis Schinas, se ha pronunciado sobre este punto, señalando que su aprobación puede resultar "altamente problemática".

David Cameron ha lanzado sus propuestas para acomodar la relación entre el Reino Unido y la Unión Europea. A lo largo de este período de tiempo se han organizado múltiples conferencias, se han escrito infinidad de artículos al respecto y, de forma muy interesante, se han llevado a cabo incluso ejercicios de simulación de la negociación a venir en el Consejo Europeo y clasificaciones por países según si las peticiones serían aceptables o no.

Si bien son varias las cuestiones especialmente polémicas, el primer ministro británico considera que un éxito en las negociaciones daría lugar no solo a que el Reino Unido se sintiese más cómodo en la Unión Europea, sino también a una Unión Europea mejor y reformada, que se centraría en lo "importante".

El "discurso" de Cameron: un ultimátum, envuelto en un referéndum

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(Algunas "perlas" oratorias, en "deposiciones" varias)

"No quiero que mi legislatura sea definida por Europa"…

"Concesiones a su excepcionalismo"…

El primer ministro británico, David Cameron, ha amenazado el 7 de noviembre (2015) con apoyar la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) si sus llamamientos de reforma "caen en oídos sordos"…

El líder conservador dice que está dispuesto a hacer campaña "con todo el corazón y el alma" a favor de la permanencia en la UE en el referéndum que convocará para antes de finales de 2017, pero solo si las condiciones son las adecuadas…

"Si no podemos llegar a un acuerdo, y si las inquietudes del Reino Unido caen en oídos sordos -lo que no creo que ocurra-, tendremos que replantearnos si esta Unión Europea es buena para nosotros. Como he dicho antes, no descarto nada"…

En un intento de acotar el debate en el Reino Unido, en su mensaje advierte que quienes piensan que este país debe quedarse en la UE "a toda costa", "deberán explicar por qué el Reino Unido debe aceptar el "statu quo"", porque "esto plantea problemas"…

"Habrá riesgos económicos si permitimos que exista una situación en la que potencialmente los países de la zona euro pueden gastar nuestro dinero, o en que las regulaciones europeas nos impiden comerciar y crear empleo", declara…

"Y también hay riesgos considerables si permitimos que nuestra soberanía se vea erosionada por una mayor integración, o si nos quedamos de brazos cruzados sobre la insostenible cuota de inmigración a nuestro país", señala…

Pero, al igual que los partidarios de la permanencia "deben responder a preguntas serias", también deben hacerlo quienes desean "que el Reino Unido se vaya ahora": "¿Qué significaría para nuestra seguridad económica estar fuera de la UE? ¿Y para nuestra seguridad nacional?", plantea…

El primer ministro británico, David Cameron, ha pedido proteger el mercado único europeo y un mayor control de la inmigración comunitaria como parte de su plan de reformas de la UE, que consideró podrán conseguirse con "paciencia", "buena voluntad" e "imaginación política"…

En un discurso en el Real Instituto de Relaciones Internacionales de Londres, más conocido como Chatham House, Cameron ha asegurado también que la decisión que tome el pueblo británico el día que vaya a votar en el plebiscito será "final", sin posibilidades de renegociación y de convocar una segunda consulta…

El líder conservador, que ha calificado el referéndum como la decisión más importante que tomará el Reino Unido en muchos años, ha insistido en la necesidad de que el Reino Unido y otros países que no forman parte de la moneda única puedan tener acceso al mercado único…

En cuanto a la inmigración, Cameron ha dicho que el objetivo de su país es exigir a los comunitarios residir al menos cuatro años en el Reino Unido y pagar impuestos durante ese periodo de tiempo antes de poder acceder a ayudas estatales…

También pedirá eximir al Reino Unido de una mayor integración europea y aumentar la competitividad en Europa…

Esta será la "única oportunidad" de conseguir las reformas, ha insistido Cameron…

"Tengo mucha confianza de que vamos a conseguir un acuerdo que funcione para el Reino Unido y para nuestros socios europeos", ha resaltado el primer ministro, quien ha recalcado que los vínculos "emocionales" no mantendrán a su país en la UE si no hay cambios…

Al mismo tiempo, el primer ministro ha vinculado la necesidad de reformas en la UE con la seguridad nacional pues en los últimos años han surgido amenazas para Europa, como el avance del grupo terrorista Estado Islámico (EI), la crisis en Ucrania y los problemas de los refugiados por la guerra civil en Siria…

"No tengo dudas de que para el Reino Unido, el asunto europeo no es sólo un asunto de seguridad económica, sino de seguridad nacional también", ha resaltado el político "tory", que espera abordar estos planes en la cumbre europea de diciembre de 2015…

Las claves del pulso entre Reino Unido y la Unión Europea

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Qué se pretende negociar y cuáles son las posibilidades de un acuerdo UK/UE (según el consenso de los analistas):

Bloque 1: Gobernanza económica

Bajo estas palabras se encuentra la comprensible preocupación británica de perder influencia en una Unión Europea que camina irreversiblemente hacia una mayor integración política, y donde los países que no se encuentran en el euro están cada vez más alejados del core. Cameron lo deja claro en su carta: el Reino Unido tiene un opt-out permanente del euro (cuestión que comparte con Dinamarca únicamente; el resto de países tiene la obligación de unirse). El problema es cómo articular las demandas británicas sin caer en cuestiones que deben ser, aquí sí, líneas rojas para la Unión Europea, como que la moneda de la UE es el euro.

Cameron propone que la UE debe reconocer la existencia de varias monedas y cambiar, por tanto, la formulación actual que establece que la moneda de la Unión Europea es el euro. Solo dos países, Reino Unido y Dinamarca, tienen una cláusula de exención que les permite, si así lo desean, no formar nunca parte de la zona euro, mientras que el resto está obligado a unirse a la moneda única una vez que cumplan los criterios. De los 13 países que ingresaron en la UE después de 2004, Polonia, Hungría, República Checa, Rumania, Bulgaria y Croacia todavía no han adoptado el euro. En Polonia, el nuevo Gobierno del partido ultraconservador Ley y Justicia (PiS) ya ha anunciado que no se unirá al euro en los próximos cuatro años.

Bloque 2: Competitividad

El primer ministro británico cree que son excesivas las regulaciones que la UE impone a las actividades económicas. "La UE necesita cambiar. Necesita ser más competitiva para hacer frente al crecimiento de economías como China e India", ha reclamado Cameron.

Aquí no parece que vaya a haber excesivos problemas. Cameron dedica buena parte de este bloque a señalar lo importante que siempre sido para el Reino Unido que la UE se focalice en la competitividad y el crecimiento económico, y que ve de forma muy positiva los avances al respecto hechos en los últimos tiempos (pasos hacia el Mercado Único Digital, pasos hacia una Unión de Mercado de Capitales, negociaciones para llegar a acuerdos comerciales ambiciosos, reducción de legislación innecesaria). Dada la situación económica del continente, y la orientación económica de la nueva Comisión, impulsando medidas en este sentido, no parece difícil llegar a un acuerdo.

Bloque 3: Soberanía

Si hay un Estado miembro celoso de su soberanía y receloso de cómo se toman las decisiones en Bruselas, éste es el Reino Unido. Sabemos que para los británicos la UE no es tanto un proyecto político como uno de tipo económico, y en esta línea se articulan las propuestas del tercer bloque. La más problemática sin duda alguna es la que hace referencia al ever closer union. En realidad, lo que se decía en el Tratado de Roma era que los firmantes estaban determined to lay the foundations of an ever closer union among the peoples of Europe, esto es, de lo que hablaban era de la unión cada vez más estrecha entre los pueblos, no entre los Estados. En cualquier caso, Cameron quiere acabar con que este compromiso aplique al Reino Unido. El problema sustancial aquí es este enunciado tiene una carga simbólica muy importante, y tendría que haber un consenso de todos los Estados para eliminarlo, lo cual parece improbable. La única forma de solventar la cuestión parecería la introducción en una eventual reforma futura de los tratados de un nuevo protocolo, como el relativo al euro, que deje claro que esta cuestión no aplica al Reino Unido.

En este bloque también hay otra cuestión complicada, la del rol de los parlamentos nacionales en la construcción europea. A diferencia de otros países, el parlamento británico tiene un papel muy activo, también en lo que respecta a la evaluación y control de las políticas que se llevan a cabo en la Unión Europea. A los británicos les gustaría ampliar sus competencias para poder detener legislación comunitaria. Esta propuesta, que se conoce como "Tarjeta Roja" podría complicar aún más el ya de por si complejo proceso de toma de decisiones en Bruselas, y lo haría desde una perspectiva un tanto negativa, que es la del bloqueo. Hay otras opciones, como es el refuerzo de la "Tarjeta Amarilla", según la cual si bajo el Mecanismo de Alerta Temprana existen razones fundadas para entender que una propuesta legislativa se puede revisitar si no cumple el principio de subsidiariedad. Asimismo, se ha hablado de la posibilidad de la creación de una "Tarjeta Verde", según la cual y sin perjuicio de la pérdida de iniciativa legislativa por parte de la Comisión, los parlamentos nacionales podrían sugerir que se iniciase legislación en cuestiones esenciales para ellos.

Bloque 4: Inmigración

Cameron pretende limitar el movimiento de los ciudadanos de otros Estados miembros hacia Reino Unido. "Hemos dado muchos pasos para controlar la inmigración de fuera de la UE. Pero también tenemos que ser capaces de ejercer un mayor control en las llegadas de ciudadanos de los países miembros", dice la misiva. "Tenemos que asegurarnos de que en el futuro cuando nuevos países sean admitidos en la UE la libertad de circulación no se aplique a estos Estados miembros hasta que sus economías se acerquen más al del resto de países miembros", añade la carta.

El primer ministro británico quiere además reducir la posibilidad de los europeos de acogerse a las ayudas sociales y económicas en su país. "Hemos propuesto que la gente que viene a Reino Unido desde otros países de la UE debe vivir aquí y contribuir durante cuatro años antes de que puedan recibir prestaciones vinculadas al empleo o vivienda social", sostiene Cameron.

Este último bloque es sin duda, el más problemático. Cameron asegura que su país recibe mucha más inmigración de la que puede digerir, especialmente comunitaria. Por ello, y para limitar el supuesto coste que tiene para las arcas británicas propone una medida disuasoria para los ciudadanos comunitarios: contribuir durante 4 años antes de poder tener acceso a las diversas prestaciones sociales, además de acabar con una práctica con la que se encuentran muy molestos, que es la relativa a los beneficios que reciben algunas personas por tener hijos en sus países de origen mientras trabajan en el Reino Unido. Entendiendo que está en riesgo la libre circulación y que habría discriminación en caso de que se les nieguen las prestaciones sociales a los ciudadanos comunitarios, la Comisión se ha puesto rápidamente en guardia.

Como se percibe del análisis, la negociación no va a ser fácil. Una primera prueba de fuego será la reunión de Jefes de Estado y de Gobierno en el Consejo Europeo del 17 y 18 de diciembre (2015). En cualquier caso, tenemos por delante muchos meses de debate que concluirán con un referéndum como muy tarde en 2017 por el mantenimiento o la salida del Reino Unido de la Unión Europea. El resultado de ese plebiscito tendrá mucho que ver con el resultado de la negociación de los 4 bloques de Cameron.

Según ha manifestado Cameron, estos cambios serán imprescindibles para convencer a los británicos de la conveniencia de seguir siendo miembros del club de los Veintiocho ante el referéndum que el premier ha prometido celebrar antes de finales de 2017. Sin embargo, algunas demandas británicas pueden encontrar el rechazo de la Comisión Europea y de varios países miembros.

¿Cómo puede reaccionar la UE ante el "órdago" de Cameron?

A continuación se repasan las principales demandas de Cameron ordenadas de mayor a menor dificultad en la negociación, según la primera valoración de emergencia que ha hecho Bruselas.

1. "Altamente problemática". Así considera la Comisión la pretensión de Londres de impedir que los ciudadanos de la UE que vivan en Reino Unido cobren ninguna prestación social en materia de empleo o vivienda durante los cuatro primeros años de residencia. Cameron cree que esta medida servirá para frenar el flujo de inmigrantes comunitarios, que a su juicio es "insostenible". Pero el Ejecutivo comunitario alerta de que supone una "discriminación directa" entre ciudadanos de la UE, ya que se da un trato mejor a los británicos, que sí disfrutarían de estos beneficios, que al resto de europeos, según ha dicho su portavoz, Margaritis Schinas. El presidente de la Eurocámara, Martin Schulz, ha ido un paso más allá al afirmar que tiene "muchas dudas sobre la legalidad" de este plan. El primer ministro británico admite en su carta que estas cuestiones son "difíciles" para el resto de Estados miembros y se declara abierto a encontrar soluciones alternativas.

2. "Difíciles". En esta categoría, Bruselas incluye dos demandas de Cameron: que se libere a Reino Unido del compromiso de avanzar hacia "una Unión cada vez más estrecha" y que se creen salvaguardas para los países que no están en el euro y para la City de Londres. La primera exigencia es sobre todo simbólica. Londres quiere que se reconozca en la ley lo que ya existe en la práctica: una Europa a varias velocidades en la que hay países que no están en el euro, en el espacio Schengen o en las políticas de justicia e interior. Y no parece que el resto de líderes europeos vaya a resistirse. En las conclusiones de la cumbre de junio de 2014, los jefes de Estado y de Gobierno ya admitieron por escrito, a petición de Cameron, que hay "distintas vías de integración para los distintos países" y que respetarán "el deseo de los que no quieren seguir profundizando más".

En cuanto a las garantías para los países que no están en el euro, Reino Unido quiere que se deje claro que la Unión tiene más de una moneda; que no se discrimine a las empresas que no usen el euro; que no se ponga en riesgo el mercado interior y que los contribuyentes de los países de fuera del euro no tengan que poner dinero para los rescates de la eurozona. Estas cuestiones sólo plantearían un problema irresoluble al resto de socios si Londres reclama poder bloquear las decisiones de la eurozona. Pero el ministro de Finanzas, George Osborne, ha dicho que no está buscando el veto, sino una serie de "salvaguardas" que todavía no ha definido en detalle.

3. "Factibles". En este apartado ha situado la Comisión la exigencia de Londres de que se refuercen los poderes de los parlamentos nacionales. Cameron quiere que éstos puedan vetar, no de forma individual sino entre varios (aunque no ha concretado el número), iniciativas legislativas de la UE si consideran que amenazan sus intereses nacionales. El vigente Tratado de Lisboa ya otorga a los parlamentos nacionales la facultad de intervenir, pero sus dictámenes no son vinculantes. Y Bruselas los ha ignorado de forma sistemática, por ejemplo al seguir adelante con la creación de una Fiscalía europea, pese a la opinión negativa de un gran número de parlamentos nacionales.

El resto de peticiones de la carta de Cameron ya se está poniendo en práctica. Es el caso de todas las iniciativas que reclama para mejorar la competitividad de la economía europea, como negociar acuerdos de libre comercio con Estados Unidos o Japón, reducir las cargas burocráticas que impone la legislación de la UE a las empresas o crear un Mercado Único Digital o una Unión de Mercados de Capital.

Un balance de sumas y saldos (del "opt-out" al "win-win")

edu.red

(Datos seleccionados de diversas fuentes – En Anexo se presentan los Informes citados)

El comercio con la UE supone alrededor del 42,5% de las exportaciones de Reino Unido si descontamos lo que en Londres se llama el "Rotterdam effect", es decir, la cifra que muchos incluyen por la utilización del puerto holandés, que es internacional y abierto.

La contribución neta de Reino Unido a la UE se ha disparado de 3.300 millones de libras en 2008 a 9.800 millones en 2014, el segundo mayor contribuyente neto, mientras que el porcentaje de exportaciones a los países de la Unión caía. Este es uno de los principales problemas de percepción pública, el coste. El segundo, la burocracia.

En Reino Unido se percibe que lo que se impone en Europa es profundizar en el modelo intervencionista fracasado y en el estatalismo que solo ha generado estancamiento. No se le escapa al ciudadano británico que los populismos emergentes en algunos países tienen como objetivo esencial pagar su ansiada fiesta de despilfarro con el dinero de, entre otros, los ingleses.

Desde el Institute of Economic Affairs estiman un coste de la permanencia cercano a un 3% del PIB de las islas. En otro informe se estima un beneficio neto, del CBI, cercano al 4% del PIB, pero dicho informe asume que todo el comercio entre Reino Unido y la UE es resultado de la pertenencia a la Unión.

What model do they support for the UK outside the EU? This is the crucial question for both factions of the Leave camp. As Open Europe explained in detail in our Brexit report, it is very hard to find a model which balances access for trade (particularly in services) and influence over the rules of the market on the one hand, with ultimate control over migration (i.e. not being subject to free movement) on the other. Achieving some, let alone all, of these objectives would involve a significant post-exit negotiation (most likely a more difficult negotiation than the current talks). Leaving is by no means the end of the world, as our report also showed, but the Leave side needs to face up to the challenges and explain how it might overcome them. If it cannot do this then it might have to accept the uncertainty involved in a Leave vote. Furthermore, as we explained, to prosper after Brexit the UK will likely have to take a very liberal and open trade approach and this may well include remaining open to migration. It is not clear that all or even many in the Leave camp are open to such an approach, for example with Labour for Britain and Leave. EU pushing strong opposition to the proposed EU-US free trade agreement (TTIP).

Would leaving significantly boost UK trading opportunities? That the EU retains an outdated protectionist perspective which limits the UK"s access to global trading opportunities is one of the crucial arguments deployed by the internationalist wing of the Leave campaign. It is certainly true that negotiations with India have stalled and the EU is not even intending to negotiate a full trade agreement with China, but EU membership and the trade agreements the UK is party to via its EU membership currently cover around 59% of the UK"s global trade, and this could rise to 88% if the EU is successful in its current trade negotiations (much of which is accounted for by TTIP). This therefore begs the question of whether it is worth leaving – and potentially obtaining worse terms with the EU (which would remain our largest single trading partner) – in order to tap into this remaining 15%. The 28 trade treaties and preferential trading agreements covering 55 states which the UK has via the EU would not automatically apply – they may have to be renegotiated. Even if they are not, it means the UK is just accepting the terms gained by the EU not gaining any further influence. Of course, this may well change over time as other parts of the world grow more quickly and develop demand for what the UK specialises in (services) but that is an argument for leaving in 10 or 15 years, not now.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7
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